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Vulcanismo: La Ciencia de los Volcanes

Hay ciertos campos de la ciencia que son muy poco conocidos, a veces por falta de
descubrimientos importantes que los envuelvan de la aureola de la atracción, otras por
errores en el método empleado para hacerlos llegar a la sociedad. Algo así es lo que ha
ocurrido con la Geología en los últimos años. Tras su fusión en el sistema educativo con la
Biología, esta parte del conocimiento ha reducido su presencia en las aulas y con ello gran
parte de un contenido apasionante e interesante a partes iguales.

El Vulcanismo es una parte de la ciencia que estudia los volcanes como las principales
manifestaciones de la energía terrestre. Su objetivo básico radica en la observación y el
estudio de los materiales presentes en la corteza terrestre, tratando de encontrar una
comunicación, una vía directa entre la superficie y la litosfera terrestre, o lo que es lo
mismo, encontrar un volcán.

Un volcán es una estructura geológica cuyas ubicaciones más frecuentes son los límites
de las placas tectónicas y los puntos calientes del planeta. Su interés es máximo, ya que
de ellos emergen gran cantidad de materiales, tales como: magma, lava, cenizas y gases
del interior del planeta, proporcionándo así una gama representativa del interior terrestre
en diferentes estados físicos de la materia.

¿Cuáles son las partes de las que se compone un volcán y qué se expulsa en la
erupción?
Si viajamos acompañando al magma en su ascenso hasta alcanzar la superficie,
encontraríamos  que las principales partes de un volcán convencional son:1. Cámara
magmática, que es la zona de donde proviene el magma que forma la lava.
2. Chimenea, que es el canal o conducto por el que este asciende la lava.
3. Cráter, que es la zona por donde los materiales son arrojados al exterior en la erupción
4. Cono volcánico, que se formaría por la aglomeración de lava y productos fragmentados
en la loma del volcán.
Pero aún más, porque los materiales que son arrojados durante las erupciones volcánicas
además de poder muy diferentes de unos a otros, se presentan en diferentes estados de la
materia, ya que se obtienen muestras sólidas, líquidas y gaseosas.

– Los gases son mezclas de composición compleja que pueden provenir de puntos de la
propia erupción o de las lavas fundidas. Los compuestos más comúnmente encontrados
son: vapor de agua, dióxido de carbono, nitrógeno, hidrógeno, ácido clorhídrico, cloruros
volátiles, gases sulfurosos y sulfhídrico, metano y otros hidrocarburos. Además también es
frecuente que arrastren cenizas en suspensión, formándose lo que se conoce con el
nombre de nubes ardientes.
– Los líquidos son las lavas, es decir el magma que emerge por el cráter y que se desliza
por la loma del volcán. Una característica muy importante de las lavas es su facilidad para
enfriarse de manera muy rápida al entrar en contacto con el aire, ya que con frecuencia
tras este fenómeno se forma una costra exterior que aísla el interior del magma donde la
lava puede permanecer fluida y deslizándose por mucho tiempo. Así las lavas de
viscosidad baja que se enfrían en regiones submarinas forman estructuras con forma de
almohadilladas, las de viscosidad alta formas de erizo rugoso y las muy fluidas forman los
llamados túneles volcánicos al contacto con el agua.- Los materiales sólidos o piroclastos,
son fragmentos de lava solidificados y se clasifican según tamaño en: bloques o bombas
de tamaño de centímetros a metros, Gredas de tamaño entre un guisante y una nuez y
cenizas o polvo volcánico de dimensiones menores de 4mm.
                       ¿Cuáles son los tipos de volcanes que existen y en qué se diferencian?
Los volcanes pueden ser clasificados atendiendo a muchos parámetros, siendo hasta
ahora lo más frecuente utilizar el tipo de erupción producido, la temperatura del magma, la
cantidad de productos volátiles, la fluidez del magma y la viscosidad. Así es fácil distinguir
entre volcanes Hawaianos de lava muy fluida, sin desprendimiento de gases hasta
Erupciones Fisurales, donde la lava se desplaza a través de una fisura, pasando por los
volcanes Strombolianos, Vulcanismos, Vesubianos, Peleanos, Krakatoanos, Erupciones
Submarinas y Erupciones de CienoLa forma de los volcanes depende de la naturaleza de
la lava y de los componentes gaseosos. Es decir, diferentes propiedades de la lava y los
componentes gaseosos expulsados darán diferentes morfologías de volcanes:
– Si la lava es muy viscosa, vulcanismo puntual, el cráter queda taponado creando lava
solidificada y formando un saliente con aspecto de aguja o pitón. Es característico del
vulcanismo peleano.
– Si la lava es intermedia, alternando las erupciones de lava con la expulsión de materiales
piroclásticos, se forman los estratovolcanes. Los conos volcánicos presentan una
pendiente acusada, por acumulación de coladas sucesivas, con alternancia de lavas y
rocas piroclásticas. Son ejemplos: el Teide, el Vesubio, el Fuji y el Paracutín.
– Si la lava es fluida, se forman amplios volcanes en escudo, con conos de pequeña
pendiente y base muy ancha, como es el caso del Mauna-Loa en Hawai.
Atendiendo a los gases se forman depresiones estructurales cuyo origen puede ser por
erosión, hundimiento o explosión, dando lugar a estructuras llamadas Calderas, en honor a
la Caldera de Taburiente, isla de La Palma (Islas Canarias).                               ¿Cuál es la
distribución geográfica de las zonas volcánicas?
 

A simple vista podemos ver como las zonas volcánicas coinciden con las zonas sísmicas,
ya que la distribución de los volcanes en la tectónica de placas engloba y relaciona todos
los fenómenos geológicos entre si.  La actividad volcánica y sísmica se desarrolla con gran
intensidad en zonas de expansión o extensión de la corteza (dorsales oceánicas: rift
oceánico y rift continental); en las zonas de comprensión o colisión (zonas de subducción)
donde se forman las cadenas de montañas recientes; en las fosas oceánicas de los arcos
isla; en las cuencas oceánicas (fallas transformantes y puntos calientes) y en las zonas
continentales estables.Hoy en día, podemos considerar cinco grandes zonas de máxima
actividad volcánica y sísmica donde encontramos 500 volcanes activos, de los cuales sólo
un 5 % se mantienen en actividad continua, sin tener en cuanta las erupciones submarinas
que pasan desapercibidos al producirse en las cuencas oceánicas.
 

Fuente: cienciabizarra.com / efn.uncor.edu

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