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INTERBOLSA, LA HITORIA DE UN DESPLOME

ESTUDI DE CASO

Cesar Augusto Castellano

Docente

Viviana Mercedes Lopez Calixto

ID 754473

Corporación universitaria minuto de Dios


Contabilidad inversion y financiera
II semestre
Villavicencio
NRC 484
INTERBOLSA, LA HITORIA DE UN DESPLOME

ESTUDIO DE CASO

En Un abrir y cerrar de ojos. Eso fue lo que le tomó a Interbolsa, la principal corredora de

bolsa del mercado bursátil colombiano, pasar de ser una compañía ejemplo a un descalabro

de grandes proporciones. La flamante firma, que a agosto pasado tenía $1,5 billones de

activos y era el principal jugador del mercado de valores colombiano esta hoy en el ojo del

huracán y es mirada con recelo por sus antiguos colegas, muchos a quienes hoy los puede

haber dejado en problemas.

La historia de la firma es muy parecida a la de muchos grandes jugadores del mercado, a

quienes el exceso de confianza, el exceso de riesgo o simplemente los malos cálculos y los

giros inesperados a los que están acostumbrados los comisionistas de bola les jugó una

mala pasada.

Creada en 1990, Interbolsa fue el vehículo por el cual el ingeniero químico Rodrigo

Jaramillo entró al mundo bursátil en la ya desaparecida Bolsa de Valores de Medellín. Sus

primeros años fueron los típicos de una firma de su talante: hacer estudios sobre el rumbo

del mercado, conseguir clientes que quieran invertir en instrumentos, cobrar una comisión,

crear productos propios para volver a invertir. Hasta que a mediados de los años 90

apareció un personaje que terminaría siendo clave en toda su historia: Juan Carlos Ortiz, un
comisionista de bolsa expulsado en 1997 de la Bolsa de Valores de Bogotá por prácticas

que, entonces, se consideraron poco transparentes.

Su amistad con Tomás Jaramillo, hijo del fundador de Interbolsa, lo llevó a invertir una

fuerte suma de dinero en la firma comisionista, a instalarse en Medellín e implantar como

sello corporativo la llamada posición propia: con los recursos de caja, se invierte en el

mercado accionario aprovechando los momentos de baja cotización, en los que el precio

baja, y se vende en el pico, cuando sube. Es una estrategia de último minuto, en donde se

aprovecha cada instante y se reacciona ante cualquier variación. Una ruleta rusa que deja

enormes ganancias, pero que también puede cosechar pérdidas profundas.

Con ella, la comisionista se convirtió en un jugador de peso gracias a la gran posición que

tomó en el mercado de TES. Su gran influencia hizo que, con el cambio de siglo, llegara un

inversionista de peso: Víctor Maldonado, presidente de Foto Japón, quien se convirtió en el

principal socio de la sociedad con una participación de 30%. Su llegada les permitió a los

demás socios explorar nuevos negocios. Fue así como Ortiz y su amigo Jaramillo

terminaron constituyendo en Curaçao el fondo Premium Capital, con el cual, a través de un

contrato de corresponsalía con Interbolsa, buscaban clientes colombianos con capital fresco

para invertir en diversas empresas e instrumentos financieros.


Para entonces, la firma comisionista se había convertido en un jugador de peso en la

naciente Bolsa de Valores de Colombia (BVC), el mercado surgido de la unión de los

parqués de Bogotá, Medellín y Occidente (Cali). Su poder llegó a tal punto que en 2007

adquirió a la su competidor Inversionistas de Colombia, se convirtió en el principal actor

del mercado y se estructuró como un conglomerado de servicios financieros, con ocho

empresas bajo su manto (en sectores como el de los seguros, el inmobiliario, la

responsabilidad social empresarial y la interacción en los mercados bursátiles de Panamá,

Brasil y EE.UU.) y una acción en la bolsa local.

Hoy corre todo tipo de rumores sobre la causa del desplome, pero todos apuntan a que el

detonante pudo ser el deterioro de la otra fructífera relación de negocios entre las familias

Jaramillo y Ortiz. Una fuente consultada señala que el Grupo Nule prendió la mecha. A

comienzos de la década pasada, este era uno de los principales conglomerados económicos

de Colombia y un jugador clave en el sector de la infraestructura, que escogió a la

comisionista Proyectar Valores (donde Ortiz tenía una participación aproximada del 6%)

como su vehículo de inversión.


Pero los grandes problemas vinieron cuando los Nule se quebraron. Un informe del CTI

estableció que el conglomerado utilizó a Proyectar para hacerse un autogiro de $10.000

millones para financiar a Gas Kpital, en Cúcuta, fondos que habrían sido aportados para la

construcción de la fase III de Transmilenio, en Bogotá. Esta situación, que desencadenó la

desaparición de la comisionista, habría sido un motivo crucial para que la relación entre los

Jaramillo y Ortiz se deteriorara.

Otra versión señala que el descontento giró en torno a la compra de un avión privado por

parte de Interbolsa, hecho que no le gustó a Ortiz. Lo cierto fue que se desencadenó una

pelea entre los accionistas, que terminó con Tomás Jaramillo pidiéndole a su amigo que le

entregara la oficina desde la que despachaba en el edificio de la comisionista. Esta mañana,

en entrevista con La W Radio, Ortiz matizó esta versión: “Con Tomás tuvimos una relación

de amistad de 15 años, en la que era lógico que se presentara un desgaste”.

Según su versión, aunque tenía el 2,8% de la firma (en su mejor momento, esa participación

llegó a vale alrededor de US$10 millones), se marginó de sus operaciones para centrarse en

sus propios negocios, como la constitución de Millonarios FC, la empresa que compró y

recapitalizó al club bogotano de fútbol. Sólo volvió a enterarse de la comisionista la semana

pasada, cuando sus antiguos socios reconocieron estar enfrentando por un problema de
iliquidez. Esto llevó no solo a que la firma se liquidara, sino a que la participación de Ortiz

quedara reducida a poco más de US$100.000.

Esta desvalorización deja al descubierto fallas al interior de la comisionista Interbolsa. El

viernes pasado en la noche, tal vez previendo lo que se venía, la junta directiva del

conglomerado presentó su carta de renuncia irrevocable citando que “la administración

actuó a espaldas de la junta y con ello comprometió la viabilidad de la sociedad”. Se trata,

en esencia, de operaciones realizadas en el mercado a espaldas y con muy poco

conocimiento del ente directivo.

La firma - previendo que el TLC con EE.UU. convertiría a Fabricato en una empresa

apetecida por los inversionistas internacionales- y aprovechando una participación

accionaria de 3,79% que tenían en la textilera trazó una estrategia basada en una práctica

común en los mercados financieros: la especulación. Es aquí donde entran complejas

operaciones financieras que apuestan a la valorización futura de cualquier tipo de papel. En

este caso, según sus cálculos, y los de las firmas Merryl Lynch y Metropolitan Capital

Markets, la acción de Fabricato podría pasar en un par de años de $30 a $120 dependiendo

los movimientos que se pudieran hacer en el mercado a través de ésta.

De lo que se trataba en términos generales es de que la firma moviera esas acciones en el

mercado a través de las llamadas operaciones Repo ( Adquisición de un crédito a corto

plazo con acciones como respaldo ). Los repos le iban a permitir hacer girar las acciones de

Fabricato por diversas manos (entre más personas tengan en su poder una acción y más se

negocie ésta, el valor tiende a subir) lo que garantizaría su valorización. Entre más repos
hicieran con esos papeles, más lograrían liquidez (Es decir que se pueden negociar muy

fácilmente) y más tenderían a subir de precio. Todo un círculo virtuoso.

Pero en el camino al parecer se cometieron excesos. La Junta Directiva del conglomerado

autorizó la estrategia con un tope de $100.000 millones que tendrían que captarse en el

mercado de valores. El plan se puso en marcha a comienzos de 2011 y fue tan exitoso que,

a la vuelta de un año, la acción de Fabricato se convirtió en la más transada del mercado,

con una valorización de 214,1%.

Con ese precedente, y sin que el conglomerado lo supiera (versión que sostiene la junta en

el documento de su renuncia), la comisionista siguió adelante con este plan en 2012, justo

cuando los inversionistas comenzaron a perder la fe en su producto, porque veían que el

valor de la acción estaba más ‘inflado’ por la estrategia de negocio de los papeles, que por

el resultado mismo de la estrategia de Fabricato como empresa.

Para agosto pasado, los repos con acciones de Fabricato habían inundado el mercado:

componían el 20% de las operaciones diarias de este producto y tenían en circulación,

según datos de la BVC, $322.726 millones. El cupo que la Junta había autorizado fue

sobrepasado con creces. Un rumor apunta a que Alessandro Corridori, familiar político de

los Jaramillo, se valió de este instrumento para convertirse en el máximo accionista de la

corredora.
Otra fuente, en cambio, argumenta que todo está en los excesos. “Sus corredores perdieron

el norte. ¿Y cómo no, si por cada cliente que conseguían para invertir en los repos de

Fabricato recibían una comisión de más o menos el 40%? Ahí se le desdibuja a cualquiera

el horizonte de riesgo”, dice una persona conocedora del mercado bursátil que prefirió la

reserva de su nombre. Lo cierto es que estas versiones deberán ser probadas por la

Superintendencia Financiera, órgano de control que anunció que evaluará cada aspecto del

proceder de Interbolsa.

El futuro para los accionistas de la firma es muy claro: “Vamos a ver comprometidos

nuestros activos”, reconoció Ortiz al aire. No lo es tanto para los clientes, pues quienes

invirtieron en las carteras colectivas de Interbolsa tendrán que esperar su traslado a otro

administrador.

Por lo pronto, la junta directiva del Banco de la República se ha comprometido, a través del

cupo de crédito de hasta por $300.000 millones a 14 días, a financiar a las comisionistas

que puedan atravesar problemas de iliquidez. Esta medida resulta audaz por decirlo menos

para tratar de anticiparse a lo que podría ser un efecto dominó que se expanda de las

acciones de Fabricato a otros papeles y comience a afectar a otros jugadores mucho más

pequeños y pueda crear un descalabro mayor en el mercado.

Los siguientes días serán cruciales para establecer qué otros daños puedan causar el caso

de Interbolsa en el hasta ahora blindado mercado de valores colombiano.

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