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LAS CHARANGAS DE BEJUCAL EN EL PATRIMONIO INMATERIAL

CUBANO
Jorge Luis LOVIO CABALLERO1

A Raquel Montalvo, Lucrecio Cubillo y Juan Barona,


entusiastas personalidades charrangueras,
dedicamos esta reseña histórica…

Las charangas de bejucal en el patrimonio inmaterial cubano


El municipio de San Felipe y Santiago del Bejucal, situado en la provincia de
Mayabeque, cuenta con una de las fiestas populares cubanas de tradición más antigua:
“las Charangas de Bejucal”. Desde antaño, estas han desandado por el pueblo,
ofreciendo bellísimos espectáculos músico-bailables con el toque pintoresco de sus
tambores de viejos ritmos inigualables.
El escenario principal de estas celebraciones se halla en el punto más céntrico
del poblado, donde señorea la monumental iglesia parroquial de los Santos Apóstoles
Felipe y Santiago. Allí tenía lugar el encuentro de los dos bandos contrincantes: “los
malayos”, hoy “Espina de Oro”, cuyo símbolo es el gallo, representante de gallardía y
bravura. El rojo era su calor distintivo. Este bando, en sus comienzos, estaba
agrupado por españoles.
El otro bando que no cede en primacía al anterior se denominó, antaño, “La
Mujiganga” y hoy se le conoce como “Ceiba de Plata”. Su símbolo era el alacrán, en
franca alusión al valor y al sacrificio por los hijos. Tenía como color distintivo el azul y
en sus orígenes agrupaba a los negros libres y a los esclavos, a quienes durante las
celebraciones de la Navidad los amos les permitían participar de las fiestas. Cruzaban
las pedregosas calles alumbrándose con mechones, danzando y cantando al compás de
los tambores hasta llegar a la Plaza de la Iglesia (1), para recibir los aguinaldos
acostumbrados y participar en la misa de media noche que es conocida hasta nuestros
días por “la misa del gallo”.
Después, con sus danzas y cantos ancestrales volvían a sus barracones donde,
llenos de nostalgia, soñaban con la libertad perdida y con las noches de ritos y fiestas
de la lejana África. El proceso de mezcla de culturas que caracteriza a la nación
cubana, tiene una manifestación singular en las “Charangas de Bejucal” donde se
fusionan etnias, costumbres, religiones, música y bailes, expresiones de la alegría
congénita de nuestro pueblo.
Sobre los orígenes de las Charangas de Bejucal el musicólogo Radamés Giro
expresa:

1 Promotor cultural de Matanzas, Cuba.

Lovio Caballero, J. L. (2018), “Las charangas de bejucal en el patrimonio inmaterial cubano.”,


Cuadernos de Antropología, No. 19: 15-19. Enero-Junio. ISSN: 0328-9478 (impreso). ISSN: 2314-
2383 (digital).

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“En 1840 los negros africanos traídos como esclavos salieron una noche de Navidad
de sus barracones y, al golpe de tambor que estremecía el aire llegaron ante el palacio
de los marqueses de Bejucal, en la plaza central, para solicitar el regalo pascual. Salió
entonces el marques al balcón del palacio y apuñados arrojó monedas sobre las cabezas
de los congregados. Alaridos y chirimías saludaron el gesto y después siguió el recorrido
por todos los rincones de la ciudad, en un anoche que parecía no tener fin…
Dispuestos a disputarles la calle a los africanos, los vecinos españoles salieron con sus
gaitas resoplando y haciendo cabriolas; había nacido una fiesta popular, en la que los
malayos (españoles), adornados de rojo, y los integrantes de la musicanga (africanos),
embadurnados de azul, componían la sinfonía de una nacionalidad quedaba sus
primeras señales de vida independiente.” 2

Los instrumentos musicales usados en estas fiestas populares son,


fundamentalmente, de viento y percusión. Aun hoy pueden reconocerse algunos de
los primitivos “instrumentos” que entonces eran tocados por los descendientes de
africanos en esta festividad: sartenes, cencerros, tambores de diferentes formas,
nombres y tipos, entre otros. Algunos de estos trascendieron, conjuntamente con los
nombres de los ejecutantes. Pueden citarse “el cornetín de Félix”, “la mambisa de
Chichi”, “la botija del Chino”, “el Bombo de Alexis”, “el trombón de Lázaro”, “las
trompetas de Pucho y de Roberto”, entre otros.
Actualmente la agrupación musical “Los Tambores de Bejucal” atesora la herencia
de sus antepasados. Su ritmo acompasado guía a la multitud que los sigue por la Plaza
de la Iglesia: niños, adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, obreros, intelectuales, amas
de casa, estudiantes, el pueblo todo, se unen tras ese ritmo contagioso que los hace
bailar, que los empuja… y ya no pueden parar.
La conga con sus voces, ritmos, instrumentos, melodías y estilos siempre con una
nueva creación que se establece diferente en cada bando va formando un diálogo con
el coro popular que baila arrollando tras los músicos dando prueba genuina de la raíz
colectiva de la música charanguera. En estas fiestas figuran como personajes típicos:
“la Macorina”, “la Mojiganga” o “Trapito”, “la Kulona”, “el yerbero” y “la boyera”
quienes con sus disfraces característicos y su paso cadencioso arrollan por las calles
hasta el amanecer al ritmo contagioso de la conga.
Otra de las atracciones principales que cautivan a nacionales y turistas son las
carrozas. Verdaderas manifestaciones de derroche artístico. Insuperables en sus
majestuosos diseños. Son centro de este espectáculo inigualable. Al principio estaban
confeccionadas por pequeñas parihuelas llevadas en andas, luego le sucedieron
carretas tiradas por bueyes y provenientes de los cañaverales. Estas a menudo eran
engalanadas con motivos alegóricos. Más tarde las carretas fueron sustituidas por
camiones. Al principio eran de un solo piso luego de dos y más niveles nombrados
“sorpresas” hasta alcanzar hoy alturas insospechadas. Así como las carrozas crecían en
altura y longitud, llegando a tener la dimensión de una larga rastra con uno o más
arrastres articulados. Las carrozas del bando azul y las del bando rojo compiten en
motivos, colorido, personajes disfrazados, luminosidad y sonido.
“Sorpresa” tras “sorpresa” en las carrozas cada bando logra conformar un
espectáculo monumental realizado sobre la base de un guion de montaje establecido

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Cuadernos de Antropología | Núm. 19 | 2018
según el proyecto del diseñador. Este, además del diseño escenográfico, contempla el
coreográfico donde los personajes artísticos (figuras) bailan según la música alegórica a
la escenografía.
Las “Charangas de Bejucal” ya forman parte del patrimonio cultural intangible de
la nación cubana, honor que le fue conferido en diciembre de 2015 por el Consejo
Nacional de Patrimonio. A través del tiempo las carrozas más destacadas por su
belleza, majestuosidad y novedoso diseño fueron:

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Las charangas de bejucal en el patrimonio inmaterial cubano J. L. LOVIO CABALLERO
Nombre Bando Autor Año
Los paticos Ceiba de Plata José Aro 1902
Las Cataratas del Espina de Oro Emilio Bastarrechea 1902
Niágara Niágara
Niágara
El Palacio de Cristal Espina de Oro Emilio Bastarrechea 1903
El Templo de Venus Ceiba de Plata Isidro Zertucha 1907
NNiágaraNiágara
La Motera Ceiba de Plata Lucrecio Cubillo 1910
La Góndola Ceiba de Plata Isidro Zertucha & Lucrecio Cubillo 1915
El Molino Espina de Oro José Ramón Guerrero 1927
El Jardín Encantado Ceiba de Plata José Ramón Guerrero 1929
El Puente de Venecia Espina de Oro Manuel y Sergio García 1936
Romeo y Julieta Ceiba de Plata Eduardo Travieso & Francisco Rodríguez 1945
La Pagoda China Ceiba de Plata Gonzalo Oramas & Jesús Cartaya 1950
La Torre Eiffel Ceiba de Plata Jesús Cartaya 1951
El Trono de la Ceiba de Plata Ibrahim Cabrera, Juan Barona & Roberto 1952
Juventud (Bebo) Lamar
Flor de Primavera Ceiba de Plata Ambas carrozas fueron adquiridas a firmas 1953
Motivo Cubano Espina de Oro comerciales de La Habana, retocadas por 1953
Sergio García
Motivo Andaluz Ceiba de Plata Sergio García 1954
Motivo Árabe Ceiba de Plata Jesús Cartaya 1956
El Coche de Espina de Oro Sergio García 1956
Cenicienta
El Fondo Marino Espina de Oro Carroza alquilada bajo el diseño de Sergio 1957
García
Álbum Musical Ceiba de Plata Sergio García 1961
Fantasía Submarina Ceiba de Plata Ibrahim Cabrera 1963
La Mariposa Espina de Oro Jesús Pérez & Roberto Macareño 1963
Guamá Ceiba de Plata Ibrahim Cabrera & Fernando Gutiérrez 1964
La Lámpara de Ceiba de Plata Virgilio Cabrera 1967
Aladino
Helena de Troya Espina de Oro Ramón Quintero & Jesús Pérez 1967
La Historia de Bejucal Ceiba de Plata Ibrahim Cabrera & Roberto Macareño 1968
El Lago de los Cisnes Espina de Oro Ibrahim Cabrera & Roberto Macareño 1976
Por un Planeta Azul Ceiba de Plata Roberto Macareño 1999
Los Signos del Espina de Oro Ibrahim Cabrera 1999
Zodiaco
A Puro Corazón Espina de Oro Ibrahim Cabrera 2014
De la fantasía a la luz Ceiba de Plata Roberto Macareño 2014
Tabla 1 – Carrozas destacadas

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Y ahora a usted, querido lector, le invito a bailar arrollando en la próxima charanga
de Bejucal.

Notas
1La iglesia ya estaba construida desde 1722 y estaba ubicada frente al Palacio de los
Marqueses de bejucal.
2 Radamés Giro: Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Instituto

Cubano del Libro, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2009, tomo I., p.290. y p.291.

Agradecimientos
Al Museo Municipal de San Felipe y Santiago del Bejucal por haber facilitado la
documentación gráfica de este trabajo, a Mireya Cabrera Galán, historiadora de la
Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas Y a la comunicadora social de la
emisora Radio 26, Maritza Tejera García por hacer posible la realización de este
trabajo periodístico.

Bibliografía
RADAMÉS Giro: Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Instituto
Cubano del Libro, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2009.
MAURI, Omar Felipe: De la mágica cubanía: Charangas de Bejucal, Ediciones
Unión, La Habana, Cuba, 2000.

Recibido: 26 de febrero 2018.


Aceptado: 25 de marzo 2018.

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