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1. OBJETIVO
2. ANTECEDENTES
2.1. La energía solar es una energía renovable que se obtiene a partir del
aprovechamiento de la radiación electromagnética procedente del sol. El
calor y la luz del sol se pueden aprovechar por medio de diversos captadores,
como células fotovoltaicas, helióstatos o colectores térmicos, que permiten
su transformación en energía eléctrica o térmica (International Energy
Agency, IEA, 2011). Existen diferentes tecnologías solares que se pueden
clasificar en pasivas o activas según cómo capturan, convierten y distribuyen
la energía solar. Las activas incluyen el uso de paneles fotovoltaicos y
colectores solares térmicos para recolectar la energía. Entre las técnicas
pasivas se encuentran aquellas enmarcadas en la arquitectura bioclimática: la
orientación de los edificios al sol, la selección de materiales con una masa
térmica favorable o que tengan propiedades para la dispersión de luz, así
como el diseño de espacios mediante ventilación natural.
La ilustración 1-1 muestra la configuración general de la instalación
fotovoltaica conectada a la red, que se compone de un generador
fotovoltaico, inversor, un trasformador de media tensión/ baja tensión (MT/
BT) y, finalmente, de la conexión a la red de electricidad.
Asimismo, otras tecnologías solares, como la termoeléctrica, están
reduciendo sus costos de forma considerable. Entre las principales
tecnologías de generación eléctrica se tienen:
Tecnología solar fotovoltaica. usada para producir electricidad mediante
placas de semiconductores que se alteran con la radiación solar. La energía
solar fotovoltaica consiste en la obtención de electricidad directamente de la
radiación solar mediante un dispositivo semiconductor denominado célula
fotovoltaica, o una deposición de metales sobre un sustrato denominado
célula solar de película fina. Los paneles solares fotovoltaicos no producen
calor que se pueda reaprovechar, aunque hay líneas de investigación sobre
paneles híbridos que permiten generar energía eléctrica y térmica al mismo
tiempo. Estos paneles son apropiados para proyectos de electrificación rural
en zonas que no cuentan con red eléctrica, instalaciones sencillas en azoteas
y de autoconsumo fotovoltaico. El autoconsumo fotovoltaico consiste en la
producción individual, a pequeña escala, de electricidad para el propio
consumo, mediante equipos de electricidad renovable (paneles solares
fotovoltaicos, aerogenerador), algunos de ellos autoinstalables. Se puede
complementar con el balance neto en las instalaciones autónomas o bien
facilitar la independencia energética (instalaciones desconectadas). Así, en
el caso de un sistema conectado a red, el balance neto permite verter a la red
eléctrica el exceso producido por un sistema de autoconsumo con la
finalidad de poder hacer uso del sobrante en otro momento. De esta forma,
la compañía eléctrica que proporcione la electricidad cuando la demanda sea
superior a la producción del sistema de autoconsumo, descontará de la
factura el exceso producido por el sistema de autoconsumo.
Tecnología termosolar. Se aprovecha la energía solar para producir
calor que puede utilizarse para cocinar alimentos o calentar/hervir agua para
uso sanitario o calefacción para generar energía mecánica y, a partir de ella,
energía eléctrica.
Tecnología termosolar de concentración. Se usa para producir
electricidad con un ciclo termodinámico convencional a partir de un fluido
calentado a alta temperatura.
Tecnología eólico-solar. Funciona con el aire calentado por el sol, que
sube por una chimenea donde están los generadores.
Tecnología solar híbrida. Combina la energía solar con otra energía.
Según la energía con la que se combine es una hibridación: renovable
(biomasa, energía eólica) o no renovable (combustible fósil). [1]
3.
Los lingotes cristalinos se cortan en discos finos como una oblea, pulidos para
eliminar posibles daños causados por el corte. Se introducen dopantes —
impurezas añadidas para modificar las propiedades conductoras— en las obleas,
y se depositan conductores metálicos en cada superficie: una fina rejilla en el
lado donde da la luz solar y usualmente una hoja plana en el otro. Los paneles
solares se construyen con estas celdas agrupadas en forma apropiada. Para
protegerlos de daños, causados por radiación o por el manejo de éstos, en la
superficie frontal se los cubre con una cubierta de vidrio y se pegan sobre un
sustrato —el cual puede ser un panel rígido o una manta blanda—. Se hacen
conexiones eléctricas en serie-paralelo para fijar el voltaje total de salida. El
pegamento y el sustrato deben ser conductores térmicos, ya que las celdas se
calientan al absorber la energía infrarroja que no se convierte en electricidad.
Debido a que el calentamiento de las celdas reduce la eficacia de operación es
deseable minimizarlo. Los ensamblajes resultantes se llaman paneles solares.
[2]
4. CONCLUSIONES
5. RECOMENDACIONES
6. BIBLIOGRAFÍA