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SUMARIO: I. Antiguo Testamento: 1. ¿Idealización del desierto? 2. Experiencia
del éxodo: a) Geografía espiritual, b) Las aguas de Mará, c) El maná y las
codornices, d) El agua de la roca; 3. Sentido del período del desierto; 4.
Finitud y libertad. II. Nuevo Testamento: 1. Jesús tentado en el desierto; 2. El
desierto-salvación.
Hay, sin embargo, una etapa muy importante y bien conocida: la estancia en
el oasis de Cades, en una región semidesierta situada en los confines del
Negueb; de allí partió el intento fallido de "conquistar" el país de Canaán por el
sur (Núm 1314).
Se da, por tanto, una conexión entre el don de la ley y el don del agua dulce:
si Israel observa la ley divina, su vida no se verá amenazada por aguas
venenosas y mortales, sino que saciará su sed con agua dulce. Se presenta a
Yhwh como el médico de Israel, su pueblo, no en el sentido de que lo libere
solamente de enfermedades "espirituales", sino en el sentido concreto de sanar
de las enfermedades y de dar la salud física. Leamos Éx 23,25-26: "Si servís al
Señor, vuestro Dios, él bendecirá tu pan y tu agua; y yo alejaré de ti toda
enfermedad. En tu tierra no habrá mujer que aborte, ni mujer estéril; colmaré
el número de tus días". La salud es uno de los bienes concedidos por la
bendición divina. Hay que advertir que aquí no se trata de la salud en sentido
metafórico ni de la salud del individuo, sino de la salud de la comunidad
israelita, a la que van dirigidas las prescripciones de Ex 20-23. Si la sociedad
israelita es obediente a las normas dadas por Yhwh, será una sociedad sana,
en contraste con las sociedades corrompidas y enfermas de este mundo.
El libro del Deuteronomio expresa muy bien esta acción médica divina para con
la sociedad israelita, siempre que se construya sobre la base de sus leyes: "Por
haber escuchado estos mandamientos, haberlos guardado y puesto en
práctica, el Señor, tu Dios, mantendrá contigo la alianza y la misericordia que
juró a tus padres. Te amará, te bendecirá, te multiplicará: bendecirá el fruto
de tus entrañas y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu mosto, tu aceite, las crías de
tus vacas y las de tus ovejas, en favor tuyo. Serás bendecido sobre todos los
pueblos. No habrá en ti ni en tus ganados macho ni hembra estéril. El Señor
alejará de ti toda enfermedad y no te enviará ninguna de las malignas plagas
de Egipto, que tú bien conoces, sino que las descargará sobre tus enemigos"
(Dt 7,12-15).
El versículo de É. 17,7 parece ser un añadido hecho por el redactor final del t
Pentateuco, tomado del relato paralelo de Núm 20,113. El relato de Núm 20
pone el acento en los pecados de Moisés y de Aarón; es decir, encierra una
fuerte crítica contra los responsables de la comunidad, que llegan incluso a
dudar de sí mismos y de Dios: "¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta
roca?" (Núm 20,10). En Ex 17,7 se busca un equilibrio con lo que se dijo en
Núm 20, atribuyendo una parte de culpa al pueblo, que es entonces el que
duda: "Y dio a aquel lugar el nombre de `Masá' y `Meribá' —prueba y querella
— por la querella de los israelitas y porque pusieron a prueba al Señor
diciendo: ` ¿Está el Señor en medio de nosotros o no?"' Al obrar así, el
redactor final del Pentateuco intenta decirnos que tanto los dirigentes como el
pueblo pecaron contra Yhwh, pero igualmente que Dios intervino para dar agua
a su pueblo.
El desierto es una prueba para saber si Israel cree de verdad en Dios: "El
Señor, vuestro Dios, quiere probaros para ver si realmente le amáis con todo
vuestro corazón y con toda vuestra alma" (Dt 13,4).