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DIOS ME TENGA EN GLORIA

A la falsa noticia de la muerte de Mac-Gregor

Lleno de susto un pobre cabecilla


leyendo estaba en oficial gaceta,
cómo ya no hay lugar que no someta
el poder invencible de Castilla.

De insurgentes no queda ni semilla;


a todos destripó la bayoneta,
y el funesto catálogo completa
su propio nombre en letra bastardilla.

De cómo fue batido, preso y muerto,


y cómo me le hicieron picadillo,
dos y tres veces repasó la historia;

Tanto, que, al fin, teniéndolo por cierto,


exclamó compungido el pobrecillo:
-¿Conque es así? - Pues Dios me tenga en gloria.

De entre 1810 y 1817, este poema de catorce versos está contada como anécdota, aquella
del comandante en la guerra de independencia de Venezuela, Gregor Mac Gregor, acerca
de la noticia de su muerte dada en gaceta oficial. Este soneto podría tomarse desde el punto
de vista humorístico más que satírico, esto debido a la manera en la que es dada y tomada
tal noticia, aun así, analizando un poco más a lo profundo podemos darnos cuenta de que
este escrito significa un poco más de lo que expresa, pues más allá de hacer referencia a la
falsa muerte de Mac Gregor, también se habla de las injusticias y extremos que se toman en
el “poder absoluto”. Si se lee con mucha atención a la primera, no hará falta una segunda
vez para entenderlo, pero puede que sí para comprenderlo. *guiño*

Andrés Bello, de alguna manera hace referencia a la dictadura de esa época,


específicamente presente en el lugar de Castilla, ya que gracias a su “invencible poder”
logra controlar a casi toda la sociedad, tanto así que llega al punto de poder hacer creer una
realidad que en realidad es falsa, a través del periódico local (la gaceta oficial). Alude al
cabecilla Mac Gregor, quien leía la gaceta oficial lleno de susto al encontrarse, no solo con
su nombre entre la lista de los fallecidos, donde lo dan por muerto junto con todos los
“insurgentes” (llamados así a todos los opositores del régimen), sino con el relato de cómo
había sido su muerte, cómo los habían asesinado: “(a todos destripó la bayoneta... fue
batido, preso y muerto, y cómo me le hicieron picadillo)” Asombrado tuvo que leer unas
cuantas veces más la historia en la gaceta. Y finalmente, sin poder creer todavía todo lo que
había leído termina tomándolo por cierto y aceptándolo con humor, exclamó dolido que
“Dios me tenga en gloria”, sin más.

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