Está en la página 1de 10

CELEBRACIÓN DE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS

2018

MATERIALES QUE SE NECESITAN PARA LA VIGILIA


- Los materiales propios de cualquier Eucaristía.
- El cirio pascual.
- Un recipiente metálico con papeles y maderas finas que ardan rápido.
- Una hoja fotocopiada con las lecturas de la Palabra de Dios para cada uno de los
participantes.
- El acetre con agua bendita.

> En toda la vigilia de Pentecostés, se irá desarrollando el lema pastoral de este año: “Juntos construimos la
Ciudad de Dios”.
> La celebración comienza fuera del templo, en el lugar donde se han preparado los elementos necesarios para
hacer un fuego. No se enciende el fuego hasta que llegue el momento indicado en la celebración.
> Antes de comenzar la celebración, ambientar cantando canciones de tipo animación.
> Estando todos reunidos fuera del templo, el sacerdote u otras personas, desde el templo, llevan el cirio
pascual encendido al lugar donde comienza la celebración. El cirio, en este primer momento, el centro
litúrgico.

GUÍA:
Hermanos, nos hemos reunido para orar y renovar en nuestras vidas el Espíritu
Santo, que ya hemos recibido en el Bautismo y la Confirmación. Esta celebración
girará en torno al lema pastoral de este año: “Juntos construimos la Ciudad de
Dios”.

RITOS INICIALES – “JUNTOS”.


> Saludo del sacerdote.“En el nombre del Padre…”.

GUÍA
Acabamos de hacer un signo, el santiguarnos, que nos está diciendo que
queremos celebrar esta vigilia de Pentecostés juntos y unidos a todos los cristianos
del mundo, que con nosotros también la celebran.
Desde el primer Pentecostés, los seguidores de Jesús, siempre han recibido el
Espíritu Santo juntos. Escuchemos, en el libro de los Hechos de los Apóstoles,
como se nos cuenta que este acontecimiento.

LECTOR
Lectura de los Hechos de los Apóstoles (2,1-4):
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De
pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó
en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como
de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el
Espíritu les permitía expresarse”.
Palabra de Dios. / Te alabamos, Señor.

SACERDOTE
1
> Breves palabras, destacando el aspecto de recibir “juntos” el Espíritu Santo.

María y los apóstoles, estaban “todos reunidos” y “en el mismo lugar” ,como
nosotros lo estamos ahora. Ellos oraban y pedían juntos el Espíritu del Padre y del
Hijo…Y de improviso, el Espíritu descendió “por separado sobre cada uno de
ellos. El espíritu, don de Dios, se da de forma individual a cada uno; pero sólo se
recibe cuando juntos lo pedimos… Pidamos, entonces, en esta noche juntos,
como Iglesia, el Espíritu Santo.
> Canción que haga referencia al Espíritu Santo y a su venida.

GUÍA
Los apóstoles “vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron
por separado sobre cada uno de ellos”. Encendemos, del cirio pascual, símbolo de
Cristo resucitado, estos materiales; y mientras contemplamos el fuego pidamos
que el fuego del Espíritu se pose sobre cada uno.

> Canción. Puede ser la misma de antes; pero que dure un cierto tiempo para que se encienda el fuego y todos
puedan ver como éste va ardiendo y creciendo en fuerza.
> Con el fuego del cirio se encienden los materiales preparados.

SACERDOTE
Mientras, miramos el fuego y cómo va quemando los diversos materiales. Cada
uno, desde su interior, que arroje al fuego purificador de Dios todo lo que en su
vida le impide estar junto a Dios y a los hermanos…
Citaré los siete pecados más grandes que se dan, en mayor o menor media, en
todos: La soberbia (el deseo de ser considerado más que los demás y despreciar a
los otros…). La pereza (la desgana en hacer las cosas que debemos hacer y
hacerlas bien…). La lujuria (el deseo sexual desordenado en pensamientos,
miradas y obras…). La avaricia (el tener y acaparar cosas materiales que no
necesitamos…). La gula (el comer y beber más de lo que necesitamos para
vivir…). La ira (el enojarse contra los demás y manifestarlo de forma violenta…).
La envidia (el deseo malo de tener lo que tienen los otros y no agradecer lo que
uno ha recibido…).

> Después de dejar un tiempo de silencio reflexivo, el sacerdote continúa.

Dios, Padre misericordioso, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, juntos como


personas de la Santísima Trinidad, perdonen nuestros pecados y nos lleven a la
vida eterna. / Amén.

GUÍA
Si en nosotros hay ese deseo fuerte de que el fuego del Espíritu queme todo el
mal que hay; y nos comprometemos a mejorar en nuestra vida, podemos entrar en
el templo sintiéndonos hermanos que van a la casa de Dios.
Mientras entramos en el templo cantamos juntos la gloria del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo.

2
> Se canta el Gloria siguiendo con las palmas el ritmo de la canción, mientras se entra en el templo.
> El sacerdote u otra persona entra con el cirio pascual y lo coloca en el lugar habitual.
> Al término del Gloria, ya en el templo, el sacerdote hace la Oración colecta propia de la Vigilia de
Pentecostés,

SACERDOTE
Dios misericordioso y eterno, que has querido que la celebración de la Pascua
durase simbólicamente cincuenta días y acabase el día de Pentecostés; te pedimos
que los pueblos divididos por el odio y el pecado se congreguen por medio del
Espíritu y que las diversas lenguas encuentren su unidad en la confesión de tu
nombre. Por nuestro Señor…

LITURGIA DE LA PALABRA – “CONSTRUIMOS”

> Se entrega a todas las personas una hoja con el texto de las tres lecturas que se van a leer.
> Cuando llegue el momento, los lectores proclaman las lecturas en voz alta y todos los presentes también las
leen según lo que se indique.
> La liturgia de la palabra se hace sentados.

PRIMERA LECTURA
GUÍA
Vamos a leer, reflexionar y comentar entre todos la Palabra de Dios, para eso se
nos ha entregado una hoja con los textos.
Con ello queremos indicar que Dios a todos nos ha dado su Palabra; y que cada
uno, junto con los demás, debe leerla, comprenderla y vivirla, ayudado por el
Espíritu Santo.
Se trata de aprender a “construir” entre todos, una liturgia de la Palabra más
viva y participativa.
La primera lectura es del libro del Génesis. La vamos a leer de forma conjunta.
El lector lee lo que está en letra normal y todos, lo que está en letra negrita.

LECTOR Y TODOS
Lectura del libro del Génesis (11,1-9).
“Después del Diluvio, todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba
las mismas palabras. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente, encontraron
una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Entonces se dijeron unos
a otros: ¡Vamos! Fabriquemos ladrillos y pongámoslos a cocer al fuego. Y
usaron ladrillos en lugar de piedra y el asfalto les sirvió de mezcla.
Después dijeron: Edifiquemos una ciudad, y también una torre cuya
cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no
dispersarnos por toda la tierra.
Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban
construyendo, y dijo: Si ésta es la primera obra que realizan, nada de lo que se
propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y
todos hablen la misma lengua. Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos
su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros.
Así el Señor los dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y
ellos dejaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel: allí, en efecto, el
Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra”.
3
Palabra de Dios / Te alabamos Señor.

> El sacerdote invita a comentar, entre todos, la Palabra de Dios. En el caso de que nadie diga nada. Se vuelve
a leer el mismo texto y se deja un tiempo de reflexión.

SACERDOTE
Acabamos de leer la Palabra de Dios. Los invito a todos a que opinen sobre lo
que hemos leído. Ustedes, como yo, han recibido el Espíritu Santo y él quiere que
cada uno manifieste lo que ha entendido y le dice este texto bíblico.

> El sacerdote puede, a través de las siguientes preguntas, suscitar el diálogo.

 ¿Cuándo ocurrió lo que se nos contaba?


Después del Diluvio, cuando todo el mundo hablaba una misma lengua; y una vez
que los hombres emigraron desde Oriente a una llanura en la región de Senaar…
 ¿Qué decidieron hacer?
Fabricar ladrillos, porque no tenían piedra; y unir los ladrillos con asfalto para
edificar una ciudad y una gran torre que llegara hasta el cielo…
 ¿Por qué querían construir una ciudad y una torre altísima?
Para perpetuar su nombre y no dispersarse por toda la tierra…
 ¿Por qué a Dios no le pareció bien la idea de los hombres?
Porque nada de lo que se propongan, si están unidos, les resultará imposible…
Dios vio en esos hombres un gran orgullo. Querían llegar al cielo sin contar con
él… Querían dejarlo de lado y hacerse dioses…
 ¿Qué hizo Dios entonces?
Les confundió su lengua, de modo que no se entendían y los dispersó por toda la
tierra…
 ¿Qué enseñanza nos quiere dar este texto bíblico?
Aquí se construyó la primera ciudad de los hombres; pero la construyeron sin
contar con Dios, por lo que no pudieron terminarla y las personas se dispersaron
por toda la tierra…
 ¿Qué enseñanzas podemos aplicar a nuestra vida?
Toda obra que realice el hombre, sin contar con Dios, está llamada al fracaso… El
orgullo y el creerse como Dios, llevan al hombre a no construir nada bueno y
duradero…
Si Dios confundió las lenguas y dispersó a los hombres tras el Diluvio; el Espíritu
Santo unifica a los hombres y les permite entenderse en la misma lengua…

> Una vez realizado el comentario, el sacerdote invita a responder a la Palabra de Dios cantando el Salmo
responsorial 103, que está en el Leccionario. Si no se sabe cantar puede cantarse otra canción de ideas
similares.
> Canto del Salmo 103.

SEGUNDA LECTURA
GUÍA
Con una segunda lectura de la Palabra de Dios, tomada de la carta del apóstol
san Pablo a los cristianos de Roma, el Señor quiere que de nuevo la leamos juntos,
la reflexionemos y la vivamos.
4
El lector es el que la lee en alto; pero todos los demás también la leemos con él,
sin levantar mucho la voz, para escucharle, escucharnos y escuchar a Diosque, en
el Espíritu, nos permite entenderle.

LECTOR Y TODOS
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma (8,22-27).
“Hermanos: Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre
dolores de parto. Y no sólo ella: También nosotros, que poseemos las primicias del
Espíritu, gemimos interiormente anhelando la filiación adoptiva, la redención de
nuestro cuerpo. Porque solamente en esperanza estamos salvados. Ahora bien,
cuando se ve lo que se espera, ya no se espera más: ¿acaso se puede esperar lo que
se ve? En cambio, si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con constancia.
Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no
sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede con gemidos inefables. Y
el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión
en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina”.
Palabra de Dios / Te alabamos Señor.

> El sacerdote invita a comentar, entre todos, la Palabra de Dios. En el caso de que nadie diga nada. Se vuelve
a leer el mismo texto y se deja un tiempo de reflexión.

SACERDOTE
Después de leer la Palabra de Dios, intentemos entre todos entender algo de lo
que él nos quiere enseñar. Los invito a todos a que opinen sobre lo que hemos
entendido de este texto bíblico.

> El sacerdote puede, a través de las siguientes preguntas, suscitar el diálogo.

 ¿Dónde vemos que la creación está siendo violentada, porque se nos decía:
“que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto”?
Está siendo violentada en todo. El hombre está destruyendo la naturaleza: el aire,
el agua, la tierra, los otros seres vivos, que fueron creados por Dios…
Y también el hombre está sufriendo porque quiere llegar a alcanzar “la redención
de su cuerpo”, siendo en plenitud hijo de Dios…
 Ante esta situación, ¿Qué hace el Espíritu en nosotros?
Nos anima, nos da fuerza, nos hace comprender que. “en esperanza ya estamos
salvados”… Y nos pide esperar con constancia, con paciencia…
 ¿Qué otras acciones realiza el Espíritu en nosotros?
“Viene en ayuda de nuestra debilidad”… Nos cuesta mucho evitar el mal y hacer
el bien…
También intercede por nosotros con “gemidos inefables”, con lamentos que no se
pueden expresar... El Padre nos da su Espíritu, para ayudarnos…
 ¿Del texto reflexionado, qué enseñanzas podemos aplicar a nuestra vida?
Seguir deseando y luchando por un mundo mejor…
Seguir esperando la unión plena con Dios…
Dejar que el Espíritu nos ayude en nuestra vida y ore en nosotros…
Ser hombres y mujeres de esperanza…

5
> Una vez realizado el comentario, el sacerdote invita a responder a la Palabra de Dios cantando el
aleluya.
> Canto del aleluya.
> El evangelio lo lee el sacerdote; pero si le parece oportuno puede invitar a los fieles a que lean las
palabras que Jesús dice en él.

EVANGELIO
SACERDOTE
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (7,37-39).
“El último día de la fiesta de las Chozas, que era el más solemne, Jesús,
poniéndose en pie, exclamó: El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en
mí. Como dice la Escritura: De sus entrañas brotarán manantiales de agua
viva.
Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en Él. Porque el
Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús no había sido glorificado”.
Palabra del Señor. / Gloria a ti, Señor Jesús.

> Dado que ya se han comentado anteriormente, entre todos, las lecturas de la Palabra de Dios; el
“comentario” de esta lectura sería hacer el signo de asperjar con agua a todas las personas, mientras
reflexionan el texto leído y lo hacen suyo. Se explica brevemente lo que se va a realizar y su sentido.

SACERDOTE
Construir juntos la “Ciudad de Dios”, a la vez que construimos la “Ciudad de
los hombres”, no es fácil, por eso Jesús nos da su Espíritu, que es también el
Espíritu del Padre para que lo realicemos unidos a él …
El Espíritu Santo no se ve; pero puede sentirse y experimentarse de alguna
manera a través de los sentidos. Los apóstoles, el día de Pentecostés, lo sintieron
como un viento fuerte y unas llamas de fuego… Jesús en el evangelio nos invitaba
a experimentar su Espíritu yendo a él y dejando que su “agua viva” nos recorra e
inunde…
Mientras permanecen sentados, que cada uno vuelva a releer el texto
evangélico. Y yo voy a derramar sobre ustedes esa “agua vivía”, el Espíritu Santo,
del que Jesús nos hablaba. A la vez que reciben el Espíritu, en forma de agua,
pídanle que les ayude a ser constructores de la Ciudad de Dios dentro de la ciudad
de los hombres…

> El sacerdote, con el agua bendecida, pasa asperjando a las personas.


> Se canta una canción alusiva al momento. Puede ser: “Hay un río de vida corriendo por mi ser”.
> Después de realizar este símbolo, puestos de pie, se hace la Profesión de fe. Indicar que se fijen en lo
que en el Credo se dice sobre el Espíritu Santo.

ORACIÓN DE LOS FIELES.


GUIA
Los apóstoles, siguiendo el ejemplo de Jesús, cuando querían curar a un
enfermo o pedir la intercesión de Dios sobre alguien, solían imponerle las manos
sobre su cabeza. Con este gesto, pedían que sobre esa persona descendiera el
Espíritu de Dios.

6
Ahora, cada uno de nosotros, vamos a realizar este mismo signo. Vamos, a
imponer, a la vez, nuestras manos sobre la persona que tenemos a nuestro lado y a
pedir que descienda sobre él y sobre todos el Espíritu de Dios.

> Si no quedó claro lo que se quiere realizar, quizá sea bueno que el sacerdote, con su ejemplo, lo enseñe.
A la persona que tiene más cerca le pone las manos y a la vez deja que éste se las ponga a él. Luego
pide que todos hagan lo mismo y que no retiren las manos de la cabeza de la persona hasta que él no lo
indique.
> Mientras se realiza este signo, el sacerdote, va indicando peticiones que hacemos al Espíritu.

SACERDOTE
Con las manos puestas en la cabeza de la persona que tenemos a nuestro lado,
pidamos cada uno al Padre y al Hijo que derramen su Espíritu:
- Sobre la Iglesia. El papa, nuestro obispo, los sacerdotes, consagrados y
consagradas, todos los laicos…
- Sobre el mundo. Que en él haya paz, justicia, libertad, igualdad…
- Sobre nuestra patria y todos los que en ella vivimos…
- Sobre las personas que más necesitan la ayuda de Dios. Los enfermos, los
abandonados, los pobres…
- Sobre nuestra familia. Pensamos en cada uno en los miembros que la
forman…
- Sobre la persona a la que hemos colocado nuestras manos dándole el
Espíritu Santo de Jesús…

> Después de formular estas peticiones y tras un tiempo prudencial, pedimos a todos que concluyan el gesto
de la imposición de manos y terminamos con esta oración, que invitamos a todos a repetir.

SACERDOTE
Ven Espíritu Santo / llena los corazones de tus fieles / e infunde en ellos el
fuego de tu amor. / Envía, Señor, tu Espíritu, / y renovarás la faz de la tierra.

LITURGIA EUCARISTICA – “LA CIUDAD DE DIOS”

OFRENDAS
GUIA
En el altar, que es el Cuerpo de Cristo, comienza a construirse la Ciudad de
Dios. Pongamos en él, el pan y el vino; pero sobre todo nuestra vida para ser
constructores, con el Espíritu Santo, de los “cielos nuevos y la tierra nueva donde
habite la justicia”.

> Se acercan las ofrendas que se hayan preparado. Y los que las traen, puede ser una familia entera, se colocan
al lado del sacerdote en el altar; y con él permanecen hasta el momento de recibir la comunión, que regresan
a sus sitios.
> Se canta una canción de ofrendas.
> El resto de los signos y oraciones, las que prescribe el ritual.

PLEGARIA EUCARISTICA
> El prefacio, el que se señala para Pentecostés.
> Canto del Santo.

7
> Después del canto del Santo, el sacerdote invita a las personas que quieran a que se acerquen al altar y se
coloquen al lado de los que ya están ahí.

SACERDOTE
La Ciudad de Dios, tiene sus cimientos en Cristo; y Cristo está representado en
este altar y en el pan y vino que hemos ofrecido…
Dentro de un momento, Jesús no sólo estará representado; sino que se hará
presente en medio nuestro al convertirse el pan y vino, por la fuerza del Espíritu
Santo, en su cuerpo y su sangre, en su persona…

> La plegaria eucarística y todo lo demás, según se señala en el ritual.


> Destacar o dar más énfasis a la “epíclesis”; así como a las diversas oraciones de la plegaria, donde se hace
referencia al Espíritu Santo.

PADRE NUESTRO

> El sacerdote motiva la oración del Padre Nuestro. Se reza uniendo todos las manos, indicando con ello, el
deseo de construir la Ciudad de Dios.

SACERDOTE
La Ciudad de Dios, que es el Reino de Dios, del cual Jesús hablaba, sólo se
puede construir cuando juntos aportamos cada uno nuestra oración, nuestro
esfuerzo y nuestra vida.
Pidamos al Padre del cielo, uniendo todos nuestras manos, que venga pronto su
Reino. Padre nuestro, que estás en el cielo…

> Se puede rezar juntos la oración de la paz, que habitualmente hace el sacerdote, y motivar también el gesto
de la paz.

SACERDOTE:
En la Ciudad de Dios sólo pueden vivir los sencillos, los misericordiosos, los
pacientes, los pacíficos… Recemos junto a Cristo la oración de la paz, para pedir
al Espíritu que nos haga a todos ciudadanos de su Reino. Señor Jesucristo que
dijiste a los apóstoles…

SACERDOTE:
La oración, sin duda, es importante para construir la Ciudad de Dios; pero a la
vez se necesita un compromiso personal y gestos auténticos para edificarla. Que el
darnos la paz, unos a otros, sea uno de estos gestos auténticos. Nos damos como
hermanos la paz.

> Se puede cantar una canción que hable de la paz y también el Cordero de Dios.
> Después de comulgar el sacerdote, el guía invita a recibir el Cuerpo de Cristo. Las personas que han estado
en torno al altar, si pueden comulgar, lo hacen y luego se retiran a sus sitios.

COMUNIÓN
GUIA
Jesús nos invita a comer su cuerpo, para junto a él edificar la Ciudad de Dios.
Recordemos las palabras que hoy escuchábamos en el evangelio: “El que tenga
sed, venga a mí; y beba el que cree en mí… De sus entrañas brotarán manantiales
de agua viva”.
8
> Cantos de comunión.
> Si parece oportuno, después de la comunión y estando todos sentados, un lector puede leer de forma pausada
la “Secuencia de Pentecostés” o bien esta oración.

LECTOR
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndidos.
Fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas,
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,


divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
Si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma al Espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.


Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén

RITOS FINALES
> El sacerdote realiza la oración final del ritual y a continuación bendice al pueblo con esta
bendición solemne.

SACERDOTE
- Dios Padre todopoderoso, en el Espíritu Santo, nos conceda vivir juntos y
unidos en su Iglesia. Amén.

- El Hijo único de Dios, por el Espíritu Santo, nos ayude a ser constructores
activos del Reino que él anunció. Amén.

- El Espíritu Santo de Dios, derrame su amor en nuestros corazones y nos de su


fuerza para levantar la Ciudad de Dios en esta tierra. Amén.

9
- Y la bendición...

> El sacerdote invita a cantar una canción a la Virgen que, junto con los Apóstoles estuvo en el primer
Pentecostés; y ha estado también en este último Pentecostés que hemos celebrado. Después de cantar la
canción invita al pueblo a ir en paz y les felicita la Pascua de Pentecostés.

- Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.

10

También podría gustarte