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1. Primero escucha, segundo observa y posteriormente habla.

2. Enfócate en la otra persona. Mirar a los ojos es una acción que denota interés, por el contrario,
ver el reloj, ver quién pasa, con quién vino, etc. expresan la falta del mismo. Otra manera de
denotarlo es a través de gestos.

3. La comunicación verbal debe ser un diálogo, no un monólogo.

4. Permite que la otra persona se exprese, Deja que la persona termine de expresar su idea, no
interrumpas.

5. Se específico, habla de forma clara, sencilla y sin rodeos.

6. Haz propuestas específicas.

7. Escuchar implica no solo oír solo las palabras, sino poner atención a los silencios, leer entre
líneas, fijarse en el tono de voz, observar cada movimiento de su cuerpo (comunicación no
verbal) ya que es lo único que no se puede fingir.

8. Cuidar cómo, cuándo y dónde se dicen las cosas. Cuida tu tono de voz, la expresión facial y el
volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).

9. Al llamarle la atención a una persona, habla de lo que hace, no de lo que es.

 Hablar de lo que es una persona sería: "estas mal, eres un desastre";


 Mientras que hablar de lo que hace sería: "el trabajo que hiciste debe mejorar, el
documento es difícil de entenderse, por tal o cual razón".

10. Discutir los temas de uno por uno, no "aproveches" que estás discutiendo algo para reprochar
de paso algo más.

11. No acumules emociones negativas sin comunicarlas, ya que producirían un estallido que
conduciría a una hostilidad destructiva.

12. No hables del pasado, recordar antiguos desacuerdos sólo despierta malos sentimientos. El
pasado sólo debe sacarse si es constructivamente, como modelo cuando ha sido bueno e
intentamos volver a poner en marcha conductas positivas. El pasado no puede cambiarse; por
tanto, hay que dirigir las energías al presente.

13. Evita las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a
formar etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo algo ausente" que "siempre estás en
las nubes". Para ser justos y honestos, para llegar a acuerdos, para producir cambios, resultan
más efectivas expresiones del tipo: “La mayoría de veces”, “En ocasiones”, “Algunas veces”,
“Frecuentemente”. Son formas de expresión que permiten al otro sentirse correctamente
valorado.
14. Se breve, repetir varias veces lo mismo o alargar excesivamente el planteamiento, no es
agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien poco
inteligente o como un niño.

15. Elige el lugar y el momento adecuados. Una buena comunicación puede irse al traste si no se
hace en el momento justo. Cuidar algunos aspectos como:
 El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad, etc.
 Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con nuestro
interlocutor.
 Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas significativas.
 Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o que no es el
momento apropiado utilizaremos frases como: “si no te importa podemos seguir
discutiendo esto en.… más tarde”.

16. Parafrasea: Asegúrate de haber entendido el mensaje. Es muy importante en el proceso de


escucha ya que ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente
se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice. A través de preguntas como:
 ¿usted dice que...?
 Le he entendido que… ¿eso es correcto?
 “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”,
 “¿Quieres decir que te sentiste...?

17. Expresa palabras de refuerzo o cumplidos hacia la otra persona, esto refuerza su discurso al
transmitir que uno está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir. Por ejemplo:
 "Me encanta hablar contigo"
 "Debes ser muy bueno jugando al tenis"
 "Bien",
 "umm"
 "¡Estupendo!"

(1) Tomado de: SEP-STPS. Manual del facilitador del taller “La Productividad
Laboral en mi Vida Profesional”, México, 2010.

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