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 E – 40-768

Hepatectomías
por vía laparoscópica
D. Fuks, H. Tranchart, B. Gayet

El desarrollo de la cirugía hepática laparoscópica ha sido más lento que el de otros campos
de la cirugía laparoscópica, debido a una importante curva de aprendizaje y al temor a
hemorragias de difícil control o a embolia gaseosa. No obstante, las hepatectomías por
laparoscopia presentan importantes ventajas en comparación con la vía abierta. Desde
la aparición de esta técnica, se han comunicado más de 9.000 procedimientos. Las dos
primeras conferencias de consenso sobre el tema mostraron la factibilidad y la seguridad
de las exéresis laparoscópicas realizadas en pacientes seleccionados según el tamaño y la
topografía favorables de sus lesiones (segmentos anteriores y laterales, tamaño inferior a
5 cm, a distancia del hilio y de la vena cava). Estas lesiones representan en general menos
del 20% de las indicaciones de hepatectomía. Se trata con más frecuencia de resecciones
limitadas (menos de tres segmentos), aunque también se pueden realizar hepatectomías
mayores. La lobectomía izquierda es la más reproducible de las resecciones hepáticas
laparoscópicas. Sus ventajas son las de toda cirugía laparoscópica (preservación parietal
y vuelta más precoz a las actividades previas), una reducción de la morbilidad en el
cirrótico y la facilitación de las posibles reintervenciones (hepatectomía iterativa en el
contexto del tratamiento de metástasis hepáticas o trasplante hepático por carcinoma
hepatocelular). Resulta esencial insistir en tres puntos fundamentales: las indicaciones de
resección, en particular para lesiones benignas, no deben modificarse por la posibilidad
de una vía laparoscópica; la selección de los pacientes debe ser rigurosa; hay que asegurar
la formación de los cirujanos que realicen esta técnica, ya que es necesaria una doble
maestría en cirugía hepática por vía abierta y en cirugía laparoscópica.
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Palabras clave: Resección hepática; Hepatectomía; Laparoscopia;


Cirugía mínimamente invasiva; Tumores primitivos y secundarios del hígado

Plan ■ Técnica quirúrgica 7


Instrumentación 7
■ Introducción 2 Exploración preoperatoria y preparación
Situación de la cirugía laparoscópica del hígado para la hepatectomía 7
en Francia 2 Pinzamiento vascular 7
Ventajas y límites de la vía laparoscópica 2 Técnica de transección parenquimatosa 7
Terminología y definiciones 3 Extracción de la pieza y fin del procedimiento 8
Evaluación de la dificultad 3 Indicaciones de conversión 8
Cuidados postoperatorios 9
■ Indicaciones y resultados 3
■ Diferentes hepatectomías 9
Indicaciones 3
Resultados 4 Hepatectomía menor 9
Hepatectomía mayor 9
■ Preparación del paciente 5
■ Conclusión 11
■ Colocación del paciente y posicionamiento
de los trocares 5
Colocación del paciente 5
Colocación de los trocares 6

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 1


Volume 33 > n◦ 4 > noviembre 2017
http://dx.doi.org/10.1016/S1282-9129(17)86877-X
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E – 40-768  Hepatectomías por vía laparoscópica

 Introducción Ventajas y límites de la vía laparoscópica


No se dispone de ningún ensayo clínico aleatorizado
Inicialmente, la vía laparoscópica para el hígado permi-
que permita distinguir claramente las ventajas y los lími-
tía la realización de biopsias hepáticas. Posteriormente,
tes de la vía laparoscópica en comparación con la vía
en 1991, se realizó la fenestración de un quiste hepá-
clásica. Sin embargo, diversas revisiones de la literatura
tico. Tras una primera resección hepática atípica realizada
han mostrado que las potenciales ventajas del uso de
por Gagner en 1992, Azagra et al realizaron la primera
la laparoscopia para las hepatectomías corresponden a
resección hepática anatómica en 1996 [1] . Desde la apari-
las ventajas «clásicas» de esta vía de acceso: disminu-
ción de esta técnica, se han comunicado más de 3.000
ción del dolor postoperatorio (reducción del número de
procedimientos [2] . Las experiencias iniciales consistían
días y de la cantidad de analgésicos administrados [8] ),
sobre todo en lesiones benignas [3] , aunque se han comu-
retorno más precoz del tránsito intestinal, disminución
nicado series de más de 100 resecciones por tumores
de las complicaciones respiratorias [9] y parietales, mejora
malignos [4] . Las resecciones anatómicas involucraban ini-
de la calidad de vida y disminución de la duración de
cialmente al hígado izquierdo (segmentos II, III y IV) y
hospitalización [10–12] . Así, la vuelta precoz a las activi-
a los segmentos V y VI del hígado derecho (segmentos
dades y la disminución de la duración de hospitalización
anterior y lateral del hígado). La lobectomía izquierda
podrían permitir al paciente acceder más precozmente a
parecía ser la más adaptada a la resección laparoscópica,
una posible quimioterapia adyuvante (a pesar de que este
debido al reducido grosor hepático, a la posibilidad de
elemento aún no se ha demostrado como útil tras hepa-
resección sin disección hiliar y a la facilidad para seccio-
tectomía). En los pacientes cirróticos, la vía laparoscópica
nar la vena hepática izquierda y los pedículos portales
parece disminuir la aparición de ascitis postoperatoria.
de los segmentos II y III mediante grapado mecánico.
Esta complicación clásica de las resecciones hepáticas en
A la inversa, la hepatectomía derecha parecía la de más
los cirróticos está directamente relacionada con el grado
difícil realización. Posteriormente, se comenzaron a rea-
de hipertensión portal preoperatoria. Las posibles expli-
lizar todos los tipos de resecciones (segmentectomías,
caciones son la preservación de la circulación colateral
hepatectomías mayores, izquierdas y derechas, ampliadas,
parietal al respetar la musculatura de la pared abdomi-
centrales) [5] así como extracciones de lóbulos hepáticos
nal, la menor movilización peroperatoria del hígado, el
izquierdos en donantes vivos en el contexto del trasplante
respeto de las derivaciones linfáticas y una hemorragia
hepático. Actualmente, la cirugía hepática laparoscópica
venosa menos importante relacionada en parte con el
concierne sobre todo a resecciones limitadas que afectan
neumoperitoneo.
a los segmentos periféricos. Se realizan pocas resecciones
Históricamente, los principales frenos a la difusión de
amplias y complejas, debido a su importante complejidad
la laparoscopia en cirugía hepática fueron, aparte de la
técnica [6] .
complejidad técnica de las cirugías y la falta de una instru-
mentación adecuada, el riesgo de embolia gaseosa ligado
al neumoperitoneo, la dificultad de la localización de las
Situación de la cirugía laparoscópica lesiones intraparenquimatosas y las dificultades para la
del hígado en Francia [7] realización de la hemostasia.
El desarrollo de nuevas técnicas y nuevos instrumentos
Se dispone de pocos datos sobre la cirugía hepática ha permitido la evolución progresiva de las técnicas de
laparoscópica aparte de los resultados publicados por los hepatectomía por laparoscopia.
centros especializados. El grado de adopción de la cirugía Al modificar el acceso al hígado, la vía laparoscópica
laparoscópica a escala nacional en Francia en el momento permite visualizar más fácilmente las estructuras posterio-
actual es, por lo tanto, poco claro. En Francia, un estudio res, a diferencia de la laparotomía. Sin embargo, algunos
reciente basado en la codificación de las intervenciones gestos elementales de la cirugía hepática por vía abierta
quirúrgicas (programa de medicalización de los sistemas como la palpación y la movilización del hígado, el control
de información [PMSI]) censó un total de 44.240 resec- vascular y la transección parenquimatosa pueden presen-
ciones hepáticas en 6 años (2007 a 2012). De ellas, 5.004 tar cierta dificultad al inicio de la experiencia. El estudio
procedimientos correspondían probablemente a simples de Vigano et al [13] mostró que existía una curva de apren-
biopsias codificadas como resecciones atípicas. Entre las dizaje para una resección hepática por vía laparoscópica
39.236 «verdaderas» resecciones, el 14,1% se realizaron con un umbral después de 60 casos. El trabajo del Ins-
por vía laparoscópica. Este porcentaje aumentó entre 2007 titut Mutualiste de Montsouris mostró que la duración
y 2010 para posteriormente permanecer relativamente de la intervención disminuía significativamente tras 45
constante entre 2010 y 2012. La mayoría de las reseccio- resecciones hepáticas mayores por laparoscopia [14] .
nes laparoscópicas eran tumorectomías simples (el 72,8% Por ejemplo, las pinzas de prensión laparoscópicas per-
en comparación con el 30,7% por vía abierta), y esta pro- miten una sensación táctil que es limitada. Según algunos
porción se mantuvo relativamente constante. El número equipos, la ecografía peroperatoria puede compensar la
anual de hepatectomías mayores (más de tres segmen- falta de palpación. En cirugía hepática se realiza siste-
tos resecados) por vía abierta aumentó de 2007 a 2012, máticamente la ecografía peroperatoria para la búsqueda
el de resecciones mayores por laparoscopia se mantuvo de nuevas lesiones, y en laparoscopia también es impor-
constante. La proporción de resecciones múltiples o inter- tante para guiar el procedimiento quirúrgico. Un reciente
medias (tumorectomías múltiples, unisegmentectomía o estudio comparativo mostró que la sensibilidad y la espe-
bisegmentectomía) realizadas por laparoscopia fue del cificidad de la ecografía peroperatoria por laparoscopia y
13,3%, y este porcentaje no ha aumentado desde 2010. laparotomía eran equivalentes [15] .
No obstante, uno de los límites del estudio de los datos Al inicio del desarrollo de esta técnica, los cirujanos
del PMSI se relaciona con el hecho de que algunas de estas estaban preocupados por el riesgo de embolia gaseosa.
intervenciones por vía laparoscópica no existen en el sis- Cuando se realiza una anestesia con una presión venosa
tema actual de codificación de los actos. Éste es el caso, central (PVC) baja durante una hepatectomía laparos-
por ejemplo, de la hepatectomía derecha. cópica, existe un riesgo teórico aumentado de embolia
En conclusión, la adopción de la laparoscopia en la por dióxido de carbono (CO2 ) a una presión de insufla-
cirugía hepática no supera el 20%, a escala del número ción superior a la de la PVC, produciendo un gradiente
de pacientes o del número de centros. Estos datos sugie- de presión en dirección de la circulación venosa. Se ha
ren que esta técnica aún es utilizada únicamente por los demostrado que durante las hepatectomías laparoscópi-
cirujanos expertos o implicados precozmente en su inno- cas existe un paso frecuente de émbolos de CO2 [16] . Sin
vación y desarrollo. embargo, estos émbolos no tienen una repercusión clínica

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importante debido a la solubilidad total del CO2 en la san- una incisión casi siempre por minilaparotomía. La lapa-
gre, lo que se ha demostrado tanto en un modelo animal roscopia se utiliza aquí únicamente para la movilización
[17]
como en el humano [18] . hepática.
La hemorragia a lo largo de la superficie de sección
hepática depende, por una parte, del equilibrio entre el
aflujo portal y arterial y, por otra parte, de la presión en la Evaluación de la dificultad
red venosa suprahepática (optimizada por una baja PVC
Independientemente de la vía de acceso, la dificultad
y por la contrapresión del neumoperitoneo). La presión
técnica de un procedimiento quirúrgico no es evidente
positiva del neumoperitoneo ha mostrado especialmente
al aprenderlo. En una hepatectomía laparoscópica, la difi-
una disminución de la hemorragia en un modelo animal
cultad técnica suele estar determinada con más frecuencia
de traumatismo hepático [19] . La presión intraabdomi-
por el tamaño y la localización del tumor, la extensión
nal que se utiliza en las hepatectomías laparoscópicas
de la resección hepática, la proximidad de los grandes
está generalmente alrededor de 10-12 mmHg, y algunos
vasos y la gravedad de la hepatopatía subyacente [24] . En
equipos pueden aumentarla hasta 15 mmHg en caso de
la Segunda Conferencia de Consenso, un grupo de exper-
hemorragia más importante de la superficie de sección
tos propuso un sistema de clasificación (criterios de Iwate)
hepática. El aumento limitado y temporal de la presión
que va de 0 a 10, utilizando estos diferentes factores. Este
del neumoperitoneo permitiría mejorar el control de la
sistema de clasificación añade puntos (n = 12) y permite
hemorragia durante la sección parenquimatosa y nunca
distinguir tres niveles de dificultad (nivel 1: resección atí-
ha tenido consecuencias particulares para el paciente [20] .
pica del segmento anterior; nivel 2: segmentectomía o
Los segmentos posteriores del hígado tienen un acceso
lobectomía izquierda; nivel 3: hepatectomía derecha o
más difícil y aún son considerados por algunos equi-
cualquier otra hepatectomía que necesite una experiencia
pos como un límite quirúrgico a la laparoscopia. No
importante). A pesar de que esta clasificación parece más
obstante, equipos más experimentados han comunicado
teórica que práctica, tiene el mérito su existencia (Fig. 1).
resecciones sistematizadas de estos segmentos con buenos
resultados [5, 21] . El desarrollo de ópticas flexibles facilita la
visualización del espacio cavo-suprahepáticas; además, el Caso particular de la cirugía robótica
uso de instrumentos flexibles (como en cirugía robótica) El nacimiento y el uso creciente de la cirugía robótica
podría ayudar al trabajo en la parte posterior del hígado. han aportado cambios radicales a algunas especialidades
Algunos autores han comunicado el temor a no poder quirúrgicas. En cambio, la experiencia de la cirugía hepá-
obtener márgenes de resección sanos así como el miedo tica con asistencia del robot aún es limitada. Aunque
a la diseminación tumoral con una posible influencia del existen numerosas publicaciones sobre el tema [25] , aún
neumoperitoneo sobre la siembra tumoral a nivel de los resulta difícil establecer las reglas e indicaciones precisas,
orificios de los trocares [22] . Sin embargo, este temor hasta así como las contraindicaciones o los límites. El progreso
el presente nunca se ha confirmado para otros tipos de y la evolución están limitados por diversos factores exter-
cánceres, como el de colon o recto. nos como el acceso limitado a la máquina, la ausencia de
Para terminar, otro posible límite de la resección lapa- formación en cirugía robótica hepatobiliar estandarizada
roscópica del hígado es el teórico aumento de los costes y, sobre todo, el bajo nivel de evidencia del beneficio en
engendrados por esta vía de acceso, debido a la necesi- relación a la laparoscopia tradicional. En efecto, no exis-
dad de equipos y de consumibles no reutilizables. Sin ten estudios aleatorizados que demuestren la superioridad
embargo, un estudio de costes teóricos comparó 44 del robot en relación con el postoperatorio de la cirugía.
pacientes operados de una lobectomía izquierda laparos- Las recientes mejoras tecnológicas del robot (cámara
cópica por vía laparoscópica con 29 pacientes operados de verde de indocianina, por ejemplo) y la aparición de
por vía abierta [23] . En esta serie, la vía laparoscópica nuevos instrumentos y grapadoras mecánicas permiten
permitió un ahorro de 2.939 $ por paciente debido a la la sección de los vasos y del parénquima hepático y la
significativa disminución de la duración de la hospitaliza- aspiración de la sangre. La libertad y la flexibilidad de
ción (3 frente a 5 días). No obstante, estos resultados son los movimientos así como la anulación del temblor de
de difícil extrapolación a otros sistemas sanitarios como las manos del cirujano transmitido por los mandos a los
el francés. instrumentos permiten simplificar determinadas suturas
[25]
.

Terminología y definiciones
 Indicaciones y resultados
Diferentes términos «laparoscopia pura», con ayuda
manual («hand-assisted») e «híbrida» se han utilizado para Indicaciones
definir las diferentes técnicas disponibles.
La «laparoscopia pura» corresponde a una resección Aparte de las características propias del paciente, los cri-
hepática realizada en su totalidad a través de trocares dedi- terios de resecabilidad por laparoscopia son los mismos
cados; la pieza se extrae utilizando una incisión específica, que por la vía abierta, a saber, criterios oncológicos (ausen-
con más frecuencia suprapúbica. cia de localización tumoral extrahepática no resecable en
La laparoscopia con ayuda manual se define por el uso su totalidad), anatómicos (localización que permita con-
de un trocar específico que permite el paso de una mano servar un parénquima que tenga su propia vascularización
del cirujano para facilitar el procedimiento. La mano del y su drenaje biliar) y técnicos (posibilidad de preservar
cirujano se introduce a través de un sistema plástico que un volumen residual ≥ 25-40% de parénquima según la
salvaguarda la estanqueidad y puede permitir la palpación calidad del hígado). La elección de las técnicas de resec-
del hígado, guiar la disección o controlar eficaz y rápida- ción anatómica o no anatómica depende del tipo de lesión
mente un incidente hemorrágico. La incisión, que mide (carcinoma hepatocelular [CHC], metástasis hepática), del
unos 10 centímetros, se realiza con más frecuencia a nivel número, del tamaño y de la topografía de las metástasis
[26]
de una antigua cicatriz de laparotomía media. No se puede .
considerar que esta técnica aumente considerablemente la Aunque no existen criterios formales para la vía lapa-
seguridad de la intervención, ya que disminuye la visión roscópica, dos consensos de expertos, en 2008 y en 2015,
del campo quirúrgico. han sugerido que las mejores indicaciones de esta vía son
La técnica denominada «híbrida» consiste en iniciar las lesiones únicas, de menos de 5 cm, situadas en los seg-
la cirugía por vía laparoscópica pura y posteriormente mentos anteriores, a distancia de la superficie de sección,
en realizar la transección parenquimatosa, a través de a distancia del hilio hepático y de la vena cava [27, 28] .

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Figura 1. Evaluación de la dificultad de la


Criterios de IWATE resección hepática laparoscópica según los
Índice de criterios de Iwate.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
dificultad
Nivel de
Bajo Intermedio Avanzado Experto
dificultad
Hepatectomía derecha o izquierda
Lobectomía izquierda
Surgery
Index
Resección atípica del segmento 3 Sectorectomía posterior por tumor > 3 cm del
segmento 7

Clasificación
Localización del tumor (Couinaud) Tamaño del tumor

II Segment Score Clasificación


IVa 2
VIII 4 < 3 cm 0
S1 4
5 1 S2 2 ≥ 3 cm 1
III
IVb 3 S3 1
VII V S4a 4 Proximidad de los vasos
5 S4b 3
Clasificación
3 S5 3
I 4 S6 2
No 0
S7 5 Sí 1
VI 2 S8 5 *1.a o 2.a rama glissoniana, vena hepática
o vena cava

Extensión de la exéresis HALS/híbrida Función hepática


Clasificación
Resección atípica 0 Clasificación Clasificación
Lobectomía izquierda 2 No 0 Child Pugh A 0
Segmentectomía 3 Sí –1 Child Pugh B 1
Sectorectomía y más 4

No obstante, numerosos centros experimentados realizan Carcinoma hepatocelular


resecciones para tumores situados en los segmentos pos-
En todos los estudios, las supervivencias global y sin
teriores (I, VII y VIII) o centrales, bilobares o próximos a
recidiva tras laparoscopia y tras laparotomía eran com-
la vena cava o al pedículo hepático [5, 29] . Las indicacio-
parables. El estudio comparativo de mayor tamaño, de
nes quirúrgicas no han cesado de evolucionar, y algunos
Ker et al [33] , comunicó pérdidas sanguíneas (138 frente
equipos ya no consideran un tumor superior a 5 cm como
1.147 ml; p < 0,001) y un riesgo de transfusión (7
una contraindicación para la vía laparoscópica; la proxi-
frente al 51%; p < 0,001) menores en el grupo de hepa-
midad del pedículo portal también es un límite discutible
tectomía laparoscópica. La morbilidad fue inferior en
teniendo en cuenta que la laparoscopia permite una disec-
el grupo hepatectomía laparoscópica (6 frente al 21%;
ción portal extrahepática muy precisa [30] .
p < 0,001). Otro estudio comparativo, en pacientes apa-
Por último, la vía laparoscópica en ningún caso debe
reados [11] , mostró los mismos resultados y comunicó una
modificar las indicaciones quirúrgicas ya establecidas para
tasa inferior de descompensación edematoascítica tras
la cirugía abierta.
hepatectomía laparoscópica (7,1 frente al 26,1%; p = 0,03).
Laurent et al [12] comunicaron 24 pacientes sometidos a
un trasplante de rescate tras hepatectomía por CHC. El
Resultados 50% de los pacientes habían sido operados inicialmente
por laparotomía, y el otro 50%, por laparoscopia. Durante
General el trasplante, las duraciones de la fase de hepatectomía
La mortalidad de la hepatectomía laparoscópica en las y del conjunto del procedimiento fueron significativa-
series comunicadas varía entre el 0 y el 5%. La tasa de mente más cortas el grupo de hepatectomía laparoscópica
morbilidad es del 15-45%. La duración promedio de la (2,5 frente a 6,2 horas y 4,5 frente a 8,3 horas, respecti-
hospitalización es del orden de 1 semana [4, 13, 20, 31] . vamente; p < 0,05). La tasa de hemorragia fue más baja
Diez centros europeos han comunicado recientemente en el grupo de hepatectomía laparoscópica (1.200 frente
su experiencia con las hepatectomías laparoscópicas a 2.300 ml; p < 0,05).
mayores en un período de 15 años [20] . De 2.245
hepatectomías laparoscópicas, 495 (22%) fueron mayo- Metástasis hepáticas de cánceres
res. Dos centros utilizaron una técnica asistida por una
mano intraabdominal (hand-assisted). La tasa de conver- colorrectales
sión fue del 10,8%. Las pérdidas sanguíneas promedio Las metástasis hepáticas de los cánceres colorrectales
tras hepatectomías derecha e izquierda fueron de 437 (MHCCR) son accesibles a un tratamiento laparoscó-
y 275 ml, respectivamente. Se han publicado numero- pico [34] . El tratamiento de estos pacientes precisa con
sos estudios comparativos relacionados específicamente frecuencia varias resecciones hepáticas, y la laparosco-
con las hepatectomías laparoscópicas mayores [20, 31, 32] . pia permite simplificar las intervenciones posteriores.
El estudio de Abu Hilal et al [32] comparó hepatecto- Un amplio metaanálisis (610 pacientes) compiló el con-
mías derechas realizadas por laparoscopia (n = 36) o por junto de estudios comparativos retrospectivos referidos
laparotomía (n = 34). La duración de la cirugía era sig- únicamente a pacientes operados de MHCCR [35] . La
nificativamente más larga con la laparoscopia. La tasa hemorragia peroperatoria, la tasa de transfusión, la tasa
de conversión fue del 11%. No existían diferencias en global de complicaciones y la duración de hospitaliza-
términos de morbilidad o de margen de resección entre ción estaban significativamente reducidos en el grupo de
los dos grupos. La duración de la hospitalización fue sig- hepatectomía laparoscópica. Además, las supervivencias
nificativamente más corta en el grupo de hepatectomía global y sin recidiva eran equivalentes. Posteriormente, se
laparoscópica. publicaron dos estudios comparativos retrospectivos con

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apareamiento utilizando puntuaciones de propensión En caso de tabaquismo activo, se programa una con-
[36, 37]
. Estos estudios mostraron también supervivencias sulta de adictología para conseguir una interrupción, si
global y sin recidiva a 5 años equivalentes. es posible 6-8 semanas antes de la cirugía. Se recomienda
a todos los pacientes que inicien una actividad física o
Colangiocarcinomas deportiva diaria (en particular a los pacientes obesos).
Algunos casos seleccionados de colangiocarcinomas
intrahepáticos se pueden tratar mediante laparoscopia.
Lee et al [38] compararon específicamente pacientes  Colocación del paciente
operados por laparoscopia y por laparotomía de colangio-
carcinomas intrahepáticos. Las tasas de complicaciones y posicionamiento
en ambos grupos fueron equivalentes, así como las super- de los trocares
vivencias global y sin recidiva a 3 años. El tratamiento
de los colangiocarcinomas hiliares parece más difícil. El Colocación del paciente
riesgo de invasión vascular y la reconstrucción biliar de
La colocación del paciente más frecuente es en decúbito
muchos conductos pueden limitar la posibilidad de un
dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y los miem-
abordaje laparoscópico. Recientemente, Gumbs et al [39]
bros inferiores colocados en botas de apoyo para evitar la
han comunicado una serie de 14 pacientes operados por
aparición de un síndrome compartimental a nivel de la
laparoscopia de un colangiocarcinoma intra (n = 9) o
pantorrilla. Los diferentes puntos de presión se protegen
extrahepático (n = 5). Las pérdidas sanguíneas promedio
con placas de silicona (Fig. 2).
fueron de 233 ml (100-400 ml) y 240 ml (0-400 ml), res-
El uso de una cámara de alta resolución (o en tres
pectivamente. Las tasas de conversión fueron de 11 y 20%,
dimensiones [3D]), así como una fuente de luz fría y
respectivamente. Esta serie incluía también 15 pacientes
un sistema de insuflación son útiles. Resulta útil utili-
operados de un cáncer de la vesícula biliar. La resección
zar una mesa de quirófano provista de un sistema de
fue R0 en todos estos pacientes. La tasa de conversión fue
bandeja deslizante para poder realizar una colangiogra-
del 7%, y las pérdidas sanguíneas, de 160 ml (0-400 ml). El
fía peroperatoria. La prevención de la compresión y de
vaciamiento ganglionar incluía en promedio cuatro gan-
la trombosis venosa es importante debido a la duración
glios (1-11 ganglios), y todos los pacientes eran R0. Los
quirúrgica habitualmente más larga en comparación con
demás estudios disponibles incluían menos de 20 pacien-
la cirugía abierta y con el neumoperitoneo, que dismi-
tes.
nuye el retorno venoso de los miembros inferiores (Fig. 2).
Por ello, se recomienda la verificación por parte del ciru-
Tumores benignos
jano de la ausencia de puntos de compresión nerviosa o
Se dispone de muy pocas series que se refieran especí- muscular así como el uso de medias de compresión anti-
ficamente a los tumores hepáticos benignos (adenomas, trombóticas. La víspera de la cirugía se administra una
angiomas, hiperplasia nodular focal o quiste biliar) [40, 41] . anticoagulación profiláctica a baja dosis que se reinicia
El desarrollo de la laparoscopia pudo espolear a algu- en el primer día postoperatorio.
nos equipos hacia un tratamiento más quirúrgico de Se realiza la desinfección cutánea de la región abdo-
estas lesiones [42] . Desde un punto de vista teórico, la minal según el protocolo propio de cada quirófano. Se
laparoscopia permite disminuir la morbilidad pre y pos- colocan campos estériles, y en caso de resección con riesgo
toperatoria y se presta particularmente al tratamiento de hemorrágico (esencialmente en hepatectomías mayores y
estos pacientes, que con frecuencia son jóvenes. No obs- resecciones de segmentos posteriores), se realiza también
tante, la decisión de una intervención quirúrgica debe sondeo vesical.
basarse en el carácter sintomático de una lesión (que en Para las resecciones realizadas sobre los segmentos ante-
ocasiones es difícil de afirmar) o, para algunos adenomas, riores del hígado (segmentos II a V) así como para la
en el riesgo de degeneración o de hemorragia. Abu Hilal hepatectomía derecha, se coloca al paciente en decúbito
et al [40] revisaron los expedientes de 46 pacientes someti- dorsal, con los miembros inferiores separados, en botas
dos a una hepatectomía laparoscópica pura (de ellas 28% de soporte (Fig. 2). El cirujano principal se coloca entre las
resecciones mayores) por tumores benignos. El diagnós- piernas, con un ayudante a cada lado. El monitor se coloca
tico preoperatorio era incierto en 11 pacientes (de entre a nivel de la cabeza del paciente, lo más bajo posible, para
ellas una lesión resultó ser finalmente un CHC). Esta tasa evitar que el cirujano tenga que levantar la cabeza para
de incertidumbre diagnóstica del 24% (11/46), a pesar de evitar el efecto paralaje. El paralaje corresponde a la inci-
que las técnicas de imagen preoperatorias actuales per- dencia de cambio de posición del observador de un objeto.
miten confirmar el diagnóstico en más del 95% de los En otros términos, el paralaje es el efecto del cambio de
casos, se puede imputar a la falta de experiencia de los posición del observador sobre lo que percibe. La región
radiólogos o a un exceso de indicación quirúrgica. A la suprapúbica se debe incluir en el campo quirúrgico para la
inversa, los resultados inmediatos eran satisfactorios, con extracción de la pieza. La mesa de quirófano se inclina en
una morbilidad postoperatoria del 7%, una mortalidad 20◦ en el plano sagital (proclive), lo que permite la separa-
nula y una duración promedio de hospitalización tras ción por gravedad del tubo digestivo, asegurando de este
resección mayor y menor de 4 y 3 días, respectivamente. modo una visión adecuada de la cara diafragmática del
hígado.
Para las lesiones del sector posterior derecho (segmen-
 Preparación del paciente tos VI alto, VII y VIII), se coloca al paciente en rotación
lateral izquierda con el brazo derecho elevado por encima
La desnutrición es un factor independiente de morbi- de la cabeza, para asegurar una exposición adecuada de la
lidad y de mortalidad, en relación con la duración de la cara lateral y posterior del lóbulo derecho (Fig. 3). Puede
estancia hospitalaria y el coste. Todo paciente candidato ser interesante utilizar un rodillo colocado en la parte torá-
a una hepatectomía (tanto si se realiza por laparoscopia cica baja derecha para elevar la parte derecha del hígado.
como por laparotomía) que presente una desnutrición Los miembros inferiores se mantienen en las botas de
de grave a moderada (pérdida de más del 10% de masa soporte. El cirujano principal se coloca inicialmente entre
corporal en menos de 6 meses) se debe referir a un especia- las piernas, pero puede desplazarse hacia el lado dorsal del
lista para un tratamiento nutricional preoperatorio. Según paciente, con un primer ayudante situado a su derecha y
las recomendaciones de la Société Française de Chirur- el segundo en el otro lado de la mesa de quirófano o entre
gie Digestive (SFCD), se debe prescribir una semana de las piernas del paciente. Los monitores se colocan de la
inmunonutrición enteral preoperatoria. misma forma que para los segmentos anteriores.

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E – 40-768  Hepatectomías por vía laparoscópica

3
2

1
4
A B
Figura 2. Colocación del paciente para una resección laparoscópica de los segmentos anteriores del hígado (A, B). 1. Cirujano; 2. primer
ayudante cámara; 3. segundo ayudante cámara; 4. enfermera/o instrumentista; 5. monitor colocado a la altura de la cabeza del cirujano.

4 5
3

1
2

A B
Figura 3. Colocación del paciente para una resección laparoscópica de los segmentos posteriores del hígado (A, B).
Los trocares 4 y 5 corresponden a los trocares introducidos a través de la pleura.

Colocación de los trocares


El neumoperitoneo se realiza con CO2 . La presión
intraabdominal se mantiene a 12 mmHg, aunque oca-
sionalmente se puede aumentar a 15 mmHg en caso
de hemorragia persistente. Parece prudente evitar una
presión intraabdominal mantenida superior a 15 mmHg
debido a un posible mayor riesgo de embolia gaseosa en
esta cirugía, aunque no se ha comunicado ningún caso 5
grave en las series de hepatectomías laparoscópicas. El
4 2
uso de un insuflador permite la insuflación a presión
constante, y la aspiración de humo posiblemente podría 3
facilitar esta cirugía al proporcionar una buena visibili- 1
dad. Además, la insuflación a presión constante puede 6
garantizar una hemostasia más eficaz. La creación del
hemoperitoneo se realiza según la técnica de abordaje
habitual, es decir, mediante laparoscopia abierta o por
punción con la aguja de Veress o mediante la introduc-
ción de la óptica directamente bajo control visual a través
de un trocar transparente. En los pacientes que ya han
sido operados previamente por laparotomía es preferible Figura 4. Colocación de los trocares para una hepatectomía
la laparoscopia abierta. derecha laparoscópica. El trocar óptico de 10 mm (1) se inserta
El uso de una óptica de 0 o de 30◦ permite una transrectal derecho. El segundo trocar de 10 mm (4) está situado
exploración satisfactoria de la zona independientemente inmediatamente por debajo del reborde costal derecho.
del tipo de resecciones hepáticas. Actualmente, el uso de
una óptica flexible (en ocasiones en 3D]) permite acceder (la gran mayoría de los casos), se utiliza cinco o seis
al conjunto de los segmentos del hígado. Al igual que para trocares, según el morfotipo del paciente (Fig. 4). El trocar
todas las cirugías laparoscópicas, es esencial la posición óptico de 10 mm no se introduce sistemáticamente a
de los trocares. En caso de colocación en decúbito dorsal través de la línea media. El conjunto de los trocares se

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Hepatectomías por vía laparoscópica  E – 40-768

coloca con más frecuencia según un arco convexo (a


media distancia entre el ombligo y los rebordes costales)
mirando hacia la zona quirúrgica.
Cuando es necesario el acceso a la cúpula hepática (por
ejemplo, para resección de un tumor situado en un seg-
mento posterosuperior del hígado), se debe colocar el T4
trocar óptico suficientemente alto (inmediatamente por
debajo del reborde costal, en la experiencia de los autores)
(Fig. 4). Al contrario, en caso de hepatomegalia que sobre-
pase el reborde costal, puede ser útil colocar este trocar por
debajo del ombligo para conseguir un espacio suficiente.
Los otros trocares se colocan tras la exploración inicial en
función de las constataciones iniciales y de la anatomía
local. En caso de resección de lesiones situadas en los seg-
mentos posteriores, los autores colocan tres trocares en la
T2
parte anterior del abdomen para poder controlar los ele-
mentos del pedículo hepático y movilizar completamente T3
el hígado derecho bordeando la vena cava inferior y otros
tres trocares en el hipocondrio derecho, de los cuales en
Figura 5. Preparación del pinzamiento total del pedículo: tras
algunas ocasiones uno o dos se colocan en los espacios
sección del ligamento, que se utiliza para levantar el hígado, se
intercostales (Fig. 3).
realiza una pequeña incisión en el epiplón menor, pasando una
pinza atraumática de izquierda a derecha a través del orificio de
Winslow. T2 corresponde a la pinza introducida por el trocar 2.
 Técnica quirúrgica
la vesícula biliar, constituye los «mangos» de movilización
Instrumentación laparoscópica del hígado. La colecistectomía sólo se rea-
liza cuando existe un tumor localizado en la proximidad
En la práctica de los autores, se utilizan los siguientes o cuando se produce un traumatismo de la vesícula biliar
instrumentos: por tracción durante la sección parenquimatosa.
• trocares de 5 mm reutilizables, 10 mm (para la óptica)
y 12 mm (para el uso de las grapadoras);
• óptica flexible a 0◦ con visión 3D; Pinzamiento vascular
• dos o tres pinzas de coagulación bipolar;
A continuación, la preparación del pinzamiento del
• tres pinzas de prensión fenestradas atraumáticas;
pedículo comienza con la abertura mediante tijeras de la
• un disector romo de 5 mm;
pars fláccida del epiplón menor. Se pasa un disector o una
• clips impactables de diferentes tamaños (5, 10 o
pinza fenestrada atraumática, sin forzar, de izquierda a
12 mm);
derecha o de derecha a izquierda, para buscar los lazos a
• dos portaagujas;
través del hiato de Winslow. El lazo, colocado alrededor
• un par de tijeras con coagulación;
del pedículo hepático, se inserta a continuación a tra-
• un separador hepático telescópico atraumático;
vés de un tubo de caucho de diámetro 16 F para servir
• un sistema de aspiración-irrigación (con o sin presión
de torniquete durante el pinzamiento total del pedículo
positiva que permita garantizar un lavado rápido y efi-
(Fig. 5).
caz del campo quirúrgico en caso de sangrado);
Casi siempre, el tubo de caucho se exterioriza a través
• un bisturí armónico;
del trocar epigástrico de 5 mm para pinzarlo en el exterior
• un sistema que permita el pinzamiento del pedículo
del paciente (como en cirugía abierta). Otra posibilidad es
hepático (pinzas vasculares, lazos, guías de pinza-
introducir este tubo (que mide 3-4 cm) en la cavidad abdo-
miento [tirettes] y fundas de plástico);
minal. En este caso, el pinzamiento se asegura mediante
• una grapadora lineal con recargas de grapas de tipo vas-
la colocación del tubo de caucho bajo presión contra el
cular;
pedículo hepático, aplicando uno o dos clips asegurados.
• una o dos pinzas vasculares tipo bulldog de diferentes
Al igual que en cirugía abierta, hay que buscar en el epi-
tamaños;
plón menor una arteria hepática izquierda que, en caso de
• una pinza vascular manipulable desde el exterior del
necesidad, se puede pinzar utilizando un bulldog, intro-
abdomen;
ducido por un trocar de 12 mm.
• una bolsa de plástico para la extracción de la pieza qui-
Gracias a la presión ejercida por el neumoperito-
rúrgica;
neo sobre las venas, el aumento del neumoperitoneo a
• una caja pequeña de instrumental convencional para
15 mmHg asociado al pinzamiento electivo de la arte-
la incisión de extracción.
ria hepática propia permite conseguir una disminución
A pesar de que el disector ultrasónico no se ha utilizado
significativa de las pérdidas sanguíneas.
en las hepatectomías, la mayoría de los centros expertos
En la experiencia de la mayoría de los centros franceses,
en cirugía laparoscópica lo utiliza corrientemente.
no es sistemático el recurso al pinzamiento pedicular; se
realiza «a demanda» si la transección parenquimatosa es
Exploración preoperatoria hemorrágica. El pinzamiento intermitente, alternando 15
minutos de pinzamiento y 5 minutos de despinzamiento,
y preparación para la hepatectomía se realiza casi siempre debido a una resección de duración
Tras inspección de la cavidad peritoneal y de la superfi- más larga y menos previsible que en cirugía abierta. No
cie del hígado, se realiza la exploración ecolaparoscópica obstante, al igual que en cirugía abierta, la duración del
del hígado. Esta etapa es capital en toda intervención qui- pinzamiento se puede reducir según la calidad del parén-
rúrgica en oncología y permite confirmar o rectificar, a la quima hepático.
luz de los datos de la exploración quirúrgica, el tipo de
resección proyectada. Técnica de transección parenquimatosa
En la experiencia de los autores, lo más frecuente es la
preservación del ligamento redondo para levantar o movi- La transección parenquimatosa se debe realizar según
lizar el hígado utilizando una pinza de tracción. Junto con los principios generales de la cirugía hepática: sección del

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Figura 6. Técnica de transección parenquimatosa con el disec- Figura 7. Extracción de la pieza sin fragmentación dentro de
tor ultrasónico y la pinza bipolar. una bolsa.

parénquima con hemostasia y biliostasis paso a paso de las grande (Fig. 7). La incisión de extracción se cierra inmedia-
estructuras identificadas. La transección parenquimatosa tamente y se reinsufla el abdomen. Se realiza un lavado de
se realiza utilizando un bisturí armónico. la zona quirúrgica, así como la comprobación de la hemos-
Con la sección más profunda, existe un riesgo de lesión tasia y una búsqueda minuciosa de una posible fuga biliar.
vascular debido a la ausencia de visualización de las En esta indicación particular, el uso de una reinsuflación
estructuras incluidas en las ramas de la pinza. Más en a baja presión (5 mmHg) puede permitir desenmascarar
profundidad, se recomienda identificar las estructuras vas- un posible sangrado.
culares antes de seccionarlas tras un procedimiento de Aunque no existe ningún estudio que haya demostrado
hemostasia adecuado (coagulación, clips, grapado, según claramente el beneficio del tratamiento complementario
el tamaño). de la superficie de sección parenquimatosa, algunos equi-
Para ello, la disección con la pinza bipolar y la aspi- pos utilizan cola quirúrgica o compresas hemostáticas,
ración o el disector ultrasónico con una pieza de mano en particular en caso de sangrado difuso. Se desaconseja
permiten esta minuciosa disección (Fig. 6). En el Insti- encarecidamente el uso de láser de argón debido al riesgo
tut Mutualiste Montsouris, se utiliza únicamente el bisturí de embolia gaseosa [28] .
armónico a lo largo de toda la superficie de sección hepá- Casi nunca resulta útil el uso de un drenaje postoperato-
tica. Las venas se identifican minuciosamente con la pinza rio, aparte de en caso de duda sobre una posible fuga biliar
bipolar, se disecan con un disector de 5 o 10 mm y, a con- o de hemorragia superior a 500 ml, según la experiencia
tinuación, se seccionan mediante fusión o aplicando un de los autores.
clip.
La coagulación bipolar se puede utilizar para la gran
mayoría de los sangrados. Las estructuras vasculares y Indicaciones de conversión
biliares de más de 5 mm de diámetro se controlan con clips
y a continuación se seccionan. Para los pedículos portales, La conversión en laparotomía puede ser necesaria
lo más frecuente es el uso de clips (dos clips en las venas durante intervenciones quirúrgicas complejas. Existen
y uno solo para las arterias y los conductos biliares), y las dos indicaciones esenciales. La primera es una dificultad
venas hepáticas se seccionan mediante la aplicación de técnica que deje prever una intervención de duración muy
una grapadora lineal. larga o que haga peligroso continuar con la vía laparos-
Algunos autores estadounidenses han propuesto la sec- cópica. Se trata de una exposición difícil, de una visión
ción parenquimatosa mediante la aplicación iterativa de insuficiente o de mala calidad, un tumor frágil con riesgo
una grapadora lineal sobre el parénquima. No obstante, de romperse o de duda sobre la distancia entre el tumor
los autores no recomiendan este método teniendo en y la superficie de sección. Estas conversiones por causas
cuenta su naturaleza a ciegas y peligrosa, que puede dar denominadas «técnicas» deben aparecer al inicio de la
lugar a lesiones vasculares en la profundidad del parén- intervención debido a constataciones quirúrgicas que per-
quima así como también a la ausencia de respeto de la mitan preverlas. Se debe evitar que este tipo de conversión
anatomía hepática. Además, el coste del grapado reiterado aparezca tras varias horas de cirugía.
puede volverse rápidamente muy elevado para una sec- La imposibilidad de controlar una hemorragia repre-
ción hepática de gran tamaño. No obstante, aunque no senta la segunda causa de conversión. Se trata de una
se recomienda para las exéresis sistematizadas, la técnica hemorragia de difícil control por laparoscopia, de difi-
de grapado se puede utilizar para resecciones atípicas rea- cultades para continuar con la intervención quirúrgica y
lizadas sobre lesiones pediculadas o muy periféricas en las de una pérdida sanguínea significativa. Es indispensable
que el espesor de parénquima a seccionar es reducido. tener en mente que la conversión urgente en un con-
texto hemorrágico expone a un riesgo de embolia gaseosa
importante. En el caso de una situación difícil, se debe
Extracción de la pieza intentar colocar una pinza vascular sobre la lesión vas-
y fin del procedimiento cular. Lo más frecuente es que el hecho de introducir
una compresa en la zona quirúrgica permite controlar (al
La extracción de la pieza quirúrgica se realiza mediante menos puntualmente) la hemorragia. En todos los casos,
una incisión suprapúbica de 5-15 cm de longitud, según es esencial tener disponible sobre la mesa de instrumen-
el tamaño de la pieza quirúrgica. Si existe una cicatriz tación una sutura monofilamento sintética 4/0 o 5/0, de
de McBurney previa, se puede utilizar esta última para 10-15 cm, montada sobre un portaagujas.
extraer la pieza. Para las piezas quirúrgicas de pequeño En un estudio realizado sobre más de 200 hepatecto-
tamaño como en las tumorectomías, puede ser suficiente mías mayores, se observó que la conversión aparecía con
con ampliar el orificio de un trocar. Cuando se ha utili- más frecuencia durante la transección hepática. En el aná-
zado una asistencia manual, se emplea esta incisión para lisis multivariante, se identificó a la edad superior a 75
la extracción. Todas las piezas quirúrgicas se extraen sin años, la diabetes, el índice de masa corporal (IMC) supe-
fragmentación en una bolsa evitando cualquier contacto rior a 28, un diámetro de tumor superior a 10 cm y la
con la pared abdominal. En la mayoría de los casos, para necesidad de reconstrucción biliar como factores de riesgo
la incisión de extracción se utiliza una bolsa de tamaño de conversión en laparotomía. De manera interesante, el

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Hepatectomías por vía laparoscópica  E – 40-768

postoperatorio en los pacientes que precisaron una con- pedicular intermitente. Para una lobectomía izquierda no
versión en laparotomía era comparables (aparte de la tasa parece indispensable el uso del disector ultrasónico, en
de fístula biliar) al observado tras cirugía abierta [43] . A par- la que puede ser suficiente el bisturí armónico. La sec-
tir de entonces, la conversión no debe considerarse como ción del espesor parenquimatoso del lóbulo izquierdo
un fracaso, sino como una actitud de seguridad. Algunos permite abordar por arriba los pedículos glissonianos,
equipos tienen siempre una mesa de instrumental lista respectivamente, del segmento III y a continuación del
para el caso en el que sea necesaria una laparotomía. No segmento II. A continuación se seccionan estos pedículos
obstante, es conveniente plantear indicaciones realistas mediante una a dos aplicaciones de la grapadora lineal.
y evitar convertir a la primera dificultad que se encuen- Evidentemente, se pueden utilizar también clips o hilos de
tre. Para ello, las indicaciones deben ser precisas, con una sutura. Por último, se realiza la sección de la vena hepática
selección apropiada de los pacientes y de los cirujanos a izquierda también con la grapadora lineal y se termina la
través de una formación técnica apropiada, que permita exéresis.
gestionar las situaciones al igual que en toda intervención El número de trocares y su posición, las modalidades
por vía abierta o laparoscópica. de disección pedicular y del control vascular, las herra-
mientas de referencia para la transección, las modalidades
de control de la vena suprahepática izquierda y el uso de
Cuidados postoperatorios una bolsa para extraer la pieza varía entre los diferentes
No existen particularidades postoperatorias específicas equipos, sin que exista un consenso sobre estos aspectos
de las hepatectomías laparoscópicas. Se inicia la alimen- técnicos. El número de trocares varía entre cuatro y cinco,
tación y la movilización de los pacientes la noche del día y su posición incluye o no un trocar epigástrico, según
de la cirugía. La disminución del dolor postoperatorio así los equipos. El trocar óptico es casi siempre supraumbi-
como de las complicaciones respiratorias gracias a la vía lical; la distancia al ombligo es variable. La transección
laparoscópica debe incitar a los profesionales sanitarios a parenquimatosa debe realizarse según el método habitual;
reducir la duración de la hospitalización. la hemostasia se puede realizar con coagulación bipo-
lar, clips o grapas. El control de la vena suprahepática
izquierda se realiza mediante grapadora mecánica en la
 Diferentes hepatectomías mayoría de los casos, así como la extracción de la pieza
por una incisión suprapúbica [43] .
Hepatectomía menor
Hepatectomías no anatómicas Hepatectomía mayor
Se trata de resecciones hepáticas atípicas que consis- Hepatectomía izquierda
ten en pasar en contacto con el tumor en caso de lesión Una hepatectomía izquierda se inicia con la movi-
benigna y con un objetivo de margen de resección de lización del lóbulo izquierdo y la preparación del
10 mm en caso de metástasis hepática de cáncer colorrec- pinzamiento del pedículo, de la forma descrita previa-
tal o colangiocarcinoma y de 20 mm en caso de CHC. mente. Se continúa con la disección extrahepática de
Los límites de la resección se marcan previamente en la los elementos del pedículo glissoniano izquierdo (rama
superficie del hígado con el bisturí eléctrico, bajo control izquierda de la arteria hepática y rama portal izquierda).
ecográfico. La transección parenquimatosa así como el Puesto que este pedículo tiene un largo trayecto extra-
control y la sección de las estructuras vasculares y biliares hepático, esta disección con un método convencional
siguen las mismas reglas que para las hepatectomías sis- (tijeras, pinza de disección y electrocoagulación suave) es
tematizadas. Se puede realizar un pinzamiento pedicular normalmente fácil. Según la anatomía de las vías biliares,
intermitente a demanda. se controla el pedículo izquierdo a nivel extraparenqui-
matoso o intraparenquimatoso.
Hepatectomías anatómicas El pinzamiento extrahepático de los elementos del pedí-
Monosegmentectomías culo portal izquierdo ya disecados permite delimitar la
Los límites entre las auténticas monosegmentecto- línea de demarcación que une el lecho vesicular y la vena
mías y las resecciones atípicas en ocasiones son bastante cava inferior suprahepática. Al igual que en la lobecto-
borrosos. Respetar la cartografía anatómica vascular y mía izquierda, es necesario buscar una arteria hepática
biliar, sustituyendo las resecciones atípicas por segmen- izquierda proveniente de la arteria gástrica izquierda.
tectomías, permite evitar la isquemia parenquimatosa, la Ésta se puede seccionar o pinzar. A continuación puede
necrosis y las fístulas biliares, y es susceptible de mejorar iniciarse la sección parenquimatosa a lo largo de la línea
la radicalidad de la exéresis en caso de patología maligna. de isquemia definida por el pinzamiento. Para la tran-
Se pueden aplicar en todos los segmentos. sección en la hepatectomía izquierda se utiliza el bisturí
armónico para el conjunto de la transección parenquima-
Lobectomía izquierda
tosa, aunque es perfectamente posible el uso del disector
La lobectomía izquierda (resección de los segmentos ultrasónico para identificar las estructuras vasculares.
II y III) es la hepatectomía sistematizada más practicada Cuando se alcanza la vertical de la placa hiliar, se puede
por vía laparoscópica. Se secciona el ligamento triangu- efectuar la sección del pedículo glissoniano izquierdo. Esta
lar izquierdo, continuando con la desinserción del borde sección se realiza intraparenquimatosa mediante uso de
izquierdo del ligamento falciforme a nivel de la vena cava grapadora mecánica. La hepatectomía izquierda termina
inferior a la altura de la inserción de las venas hepáticas. con la sección de la vena hepática izquierda con la grapa-
Se prepara el pinzamiento del pedículo según el método dora lineal.
descrito previamente. Se debe buscar una arteria hepática
izquierda proveniente de la arteria gástrica izquierda. Ésta
se puede seccionar o pinzar. Cuando existe un puente
Hepatectomía derecha
parenquimatoso recubriendo la cara inferior del liga- Hasta hace poco no se había estandarizado realmente
mento redondo, se comienza seccionándolo. Para ello es la técnica de hepatectomía derecha laparoscópica. El
particularmente eficaz el bisturí armónico. En esta fase de reciente estudio de Soubrane et al que incluye 30 hepa-
la cirugía, se puede comenzar la transección parenquima- tectomías derechas laparoscópicas realizadas con una
tosa pasando a la izquierda del ligamento falciforme, casi técnica estandarizada ha permitido sentar las bases [44] . El
siempre sin pinzamiento. No obstante, en caso de tran- abordaje anterior se ha redenominado «abordaje caudal»
sección hemorrágica, se puede utilizar un pinzamiento en referencia a la disección que se realiza hacia arriba

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A B

C D
Figura 8. Concepto del abordaje caudal en referencia a la disección que se realiza hacia arriba siguiendo la vena cava inferior.
A, C. Laparotomía.
B, D. Laparoscopia.

T4

T2
Figura 9. Eje de la transección parenquimatosa según la línea
de Cantlie durante una hepatectomía derecha.

siguiendo la vena cava inferior (Fig. 8). La transección


parenquimatosa sigue la línea de Cantlie, que une el
borde derecho de la vena hepática mediana con el lecho
vesicular, asociada a la localización ecográfica de la vena
hepática mediana (Fig. 9).

Tiempo pedicular (Fig. 10)


T5
El trocar óptico se inserta a través del ombligo o del
recto derecho. El segundo trocar de 10 mm se sitúa inme- Figura 10. Hepatectomía derecha por vía anterior con sección
diatamente por debajo del reborde costal derecho. en primer lugar del pedículo portal derecho. T2 corresponde a
Se puede conservar el ligamento falciforme, aunque la pinza introducida en el trocar 2.
algunos autores lo seccionan hasta la embocadura de las
venas hepáticas en la vena cava inferior. El pinzamiento sectoriales (según la anatomía) se realiza tras la aplicación
del pedículo se prepara de la forma descrita previamente. de dos clips bloqueados (casi siempre de 5 mm).
La primera etapa consiste en disecar la parte extrahepá- La sección de la rama portal derecha o de sus ramas sec-
tica del pedículo glissoniano derecho. El pedículo cístico toriales se realiza mediante el uso de dos clips de bloqueo
seccionado se conserva como tractor. El muñón distal del o mediante el uso de una grapadora lineal. El acceso a las
conducto cístico se rechaza hacia la izquierda utilizando ramas sectoriales portales derechas permite una sección
una pinza atraumática, lo que permite exponer la cara más distal que conlleva menos riesgo para la bifurcación
posterior derecha del pedículo hepático. A continuación portal, en particular en caso de una rama portal derecha
se puede aislar la rama derecha de la arteria hepática así corta. En este estadio puede ser difícil, debido a un espa-
como la rama portal derecha, utilizando las tijeras y la cio reducido, aplicar la grapadora lineal en la rama portal
coagulación bipolar. En el estudio morfológico peropera- derecha o sus ramas sectoriales. A continuación, es posi-
torio se debe buscar sistemáticamente la presencia de una ble pinzar la rama portal derecha con un bulldog para
arteria hepática derecha que nace de la arteria mesenté- seccionarla más tarde con la grapadora mecánica en intra-
rica superior y discurre por el borde posterior derecho del parenquimatoso si la transección ha creado un espacio
tronco porta. suficiente. De este modo se define la línea de demar-
Se pueden colocar lazos de teflón alrededor de las ramas cación de la zona isquémica. En este estadio no suelen
arteriales y portales para facilitar su sección. La sección disecarse los elementos biliares, y se seccionan a nivel
de la rama derecha de la arteria hepática o de las ramas intraparenquimatoso. No obstante, según la anatomía de

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las vías biliares, el pedículo derecho (anterior y posterior) ción parenquimatosa, en caso necesario, se puede utilizar
se controla a nivel extraparenquimatoso o intraparenqui- el pinzamiento pedicular intermitente.
matoso. En el Institut Mutualiste Montsouris, el conjunto de
la transección parenquimatosa se realiza con el bisturí
Transección sin movilización del hígado armónico independientemente de la profundidad de la
derecho superficie de sección. Una vez se alcanza la vertical de la
placa hiliar, se seccionan los elementos biliares derecho y
Antes de la transección parenquimatosa, se localizan la placa hiliar, aplicando clips reabsorbibles, o se suturan
con ecografía las venas de drenaje de los segmentos V y con hilo de sutura reabsorbible fino. Con frecuencia se
VIII hacia la vena hepática mediana. La sección parenqui- seccionan por separado los dos conductos derechos, ante-
matosa se realiza según la línea de isquemia. No se realiza rior y posterior, lo que permite permanecer a distancia de
el control de la vena hepática derecha. Durante la transec- su confluencia. La sección de los elementos biliares y de la
placa hiliar permite una abertura amplia de la parte poste-
roinferior de la superficie de sección. Durante esta sección,
“ Puntos esenciales se exponen las venas de drenaje de los segmentos V y VIII
hacia la vena hepática media, se colocan clips y se seccio-
nan. El segmento I se secciona con el bisturí armónico,
• Las hepatectomías por laparoscopia presentan lo que permite exponer la parte inferior de la cápsula de
importantes ventajas: preservación parietal (vuelta Glisson, que se secciona desde abajo hacia arriba, expo-
más precoz a la actividad, disminución del dolor niendo progresivamente la cara anterior de la vena cava
en el perioperatorio y beneficio estético), dis- retrohepática. Las venas accesorias que conectan el lóbulo
minución de la morbilidad (menores pérdidas derecho con la vena cava hepática derecha se seccionan,
sanguíneas y necesidad de transfusión, menor controlando a continuación la vena hepática derecha, que
se secciona con una grapadora lineal.
ascitis en el postoperatorio en el cirrótico, menos
complicaciones pulmonares) y la facilitación de
Movilización del hígado derecho
posibles intervenciones quirúrgicas a distancia
(hepatectomía iterativa, trasplante hepático). Tras seccionar completamente el hígado de sus inser-
• Las mejores indicaciones para esta cirugía son ciones diafragmáticas, se realiza la disección de los
ligamentos triangular y coronario derecho, seguido de
las lesiones hepáticas únicas, de menos de 5 cm,
una movilización total del hígado derecho. Esta moviliza-
situadas en los segmentos anteriores, a distancia ción se ve facilitada por el uso de un separador hepático.
de la superficie de sección, a distancia de las venas Cuando se ha movilizado completamente el lóbulo dere-
hepáticas y de la vena cava, aunque las indicacio- cho, se secciona el ligamento retrocavo.
nes son cada vez menos restringidas. Toda duda
sobre el carácter R0 de la resección debe llevar a
proponer una vía de acceso clásica.  Conclusión
• La posibilidad de realizar una hepatectomía
laparoscópica no debe modificar las indicacio- La factibilidad de la mayoría de las resecciones hepáticas
nes quirúrgicas, especialmente en lo relativo a las por vía laparoscópica ha sido demostrada ampliamente.
hepatectomías por tumores benignos. La decisión Sin embargo, la difusión a gran escala de esta vía de acceso
sigue estando limitada, por una parte, por la formación de
de una intervención quirúrgica debe basarse en el
los cirujanos y, por la otra, por la necesidad de un entorno
carácter sintomático de una lesión o, en ocasiones,
técnico competente. En efecto, estas intervenciones qui-
en los adenomas en el riesgo de degeneración. rúrgicas que pueden ser técnicamente difíciles precisan
• El uso peroperatorio de guiado por ecografía es una experiencia a la vez en cirugía hepática y en cirugía
esencial, tanto en el plano oncológico (márgenes) laparoscópica. La principal consecuencia es la selección
como en el plano de la seguridad (proximidad de necesaria de los pacientes, especialmente al inicio de la
las estructuras vasculares). experiencia, que debe realizarse principalmente sobre la
• La lobectomía izquierda probablemente sea la localización y el tamaño de las lesiones.
más reproducible de las hepatectomías laparoscó- No obstante, a pesar de las dificultades reales de apren-
picas y actualmente está estandarizada. Con las dizaje, la laparoscopia se muestra tan segura como la vía
abierta a la vez que ofrece las ventajas del acceso mínima-
resecciones atípicas de pequeño tamaño de un
mente invasivo, reduciendo las tasas de complicaciones
segmento anterior del hígado, es la intervención
postoperatorias y disminuyendo la duración de la hospi-
de elección para iniciar la formación de los ciruja- talización.
nos jóvenes.
• Las tumorectomías más importantes o seg-
mentectomías únicas que pueden parecer más  Bibliografía
accesibles son paradójicamente más difíciles y pre-
cisan una mayor experiencia. [1] Azagra JS, Goergen M, Gilbart E, Jacobs D. Laparoscopic
• La realización de hepatectomías mayores queda anatomical (hepatic) left lateral segmentectomy-technical
aspects. Surg Endosc 1996;10:758–61.
reservada a centros expertos, por cirujanos exper- [2] Nguyen KT, Gamblin TC, Geller DA. World review
tos a la vez en cirugía hepática por vía abierta y en of laparoscopic liver resection 2804 patients. Ann Surg
cirugía laparoscópica. 2009;250:831–41.
• En las hepatectomías mayores, la particularidad [3] Buell JF, Tranchart H, Cannon R, Dagher I. Manage-
de la vía de acceso laparoscópica en comparación ment of benign hepatic tumors. Surg Clin North Am
con la técnica por laparotomía es el acceso deno- 2010;90:719–35.
minado «caudal» en referencia a la disección que [4] Chen HY, Juan CC, Ker CG. Laparoscopic liver surgery
for patients with hepatocellular carcinoma. Ann Surg Oncol
se realiza desde abajo hacia arriba siguiendo la 2008;15:800–6.
vena cava inferior. El hígado sólo se moviliza al final [5] Ishizawa T, Gumbs AA, Kokudo N, Gayet B. Laparoscopic
del procedimiento. segmentectomy of the liver: from segment I to VIII. Ann
Surg 2012;256:959–64.

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 11

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E – 40-768  Hepatectomías por vía laparoscópica

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D. Fuks (david.fuks@imm.fr).
Département de chirurgie digestive oncologique et métabolique, Institut mutualiste Montsouris, 42, boulevard Jourdan, 75014 Paris,
France.
Université Paris Descartes, 15, rue de l’École-de-Médecine, 75006 Paris, France.
H. Tranchart.
Service de chirurgie digestive minimale invasive, Hôpital Antoine-Béclère, AP–HP, 157, rue de la Porte-de-Trivaux, 92140 Clamart, France.
Université Paris-Sud, 15, rue Georges-Clémenceau, 91400 Orsay, France.

12 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Hepatectomías por vía laparoscópica  E – 40-768

B. Gayet.
Département de chirurgie digestive oncologique et métabolique, Institut mutualiste Montsouris, 42, boulevard Jourdan, 75014 Paris,
France.
Université Paris Descartes, 15, rue de l’École-de-Médecine, 75006 Paris, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Fuks D, Tranchart H, Gayet B. Hepatectomías por vía laparoscópica.
EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 2017;33(4):1-13 [Artículo E – 40-768].

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Video 1
Se trata de una ecografía hepática por laparoscopia que permite identificar la vena hepática media así como el pedículo
glissoniano derecho. Durante una hepatectomía derecha, se localiza la embocadura de las venas para el segmento VIII (V8) antes
de la transección parenquimatosa. Sucesivamente, se identifica la vena para el segmento IV y el segmento V, y a continuación de
identifica el nacimiento de la vena hepática izquierda a nivel del tronco común.
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Video 2
La primera etapa de la colocación del pinzamiento pedicular consiste en la liberación de las adherencias perivesiculares que
permite la abertura del espacio de Winslow. La abertura del epiplón menor permite dejar pasar la pinza de prensión por detrás del
pedículo hepático. El lazo de tela está colocado así por detrás del pedículo y a continuación se tracciona con precaución para no
lesionar los diferentes elementos. Por el trocar epigástrico se introduce una guía de torniquete de plástico de 16 F.
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Video 3
La transección parenquimatosa se realiza utilizando un bisturí armónico. La hoja activa se introduce en el parénquima hepático
mientras está activa. Esta hoja o la aspiración se utilizan para disecar las estructuras más pequeñas. Según su calibre, las venas o
los pedículos glissonianos se pinzan con clips o se seccionan con el bisturí armónico tras coagulación. En el caso de los pedículos
superiores a 7 mm, se colocan clips (metálicos o plásticos de bloqueo). La pinza bipolar debe estar sistemáticamente en el campo
quirúrgico para controlar la hemostasia de ramas venosas pequeñas y medianas. La hemostasia bipolar es particularmente eficaz
cuando las ramas de la pinza están bien limpias, lo que casi siempre hace necesario el uso de dos pinzas bipolares para una
misma intervención.
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Video 4
Para el grapado de la vena hepática derecha se necesita la disección, por una parte, del ligamento triangular derecho y, por otra
parte, del muñón de esta vena al final de la superficie de sección. La rama de mayor tamaño de la grapadora se introduce por la
parte inferior y posterior de la vena. Antes de la aplicación de las grapas, es absolutamente indispensable introducir en la
proximidad de la vena una pinza vascular cuyo paso por detrás de la vena se debe verificar previamente. En efecto, esta pinza
podría permitir el control de una hemorragia masiva en caso de malfuncionamiento de la grapadora. En el momento de la
aplicación de las grapas, hay que asegurarse de la ausencia de tracción de la vena cava. Tras la retirada de la grapadora, es
preciso verificar la calidad de la hemostasia.
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Video 5
El primer tiempo de la lobectomía izquierda consiste en la disección del tronco común y de la vena hepática izquierda tras la
sección del ligamento de la porción distal del ligamento triangular. La abertura del epiplón menor no es indispensable, aunque en
algunas situaciones permite disecar el ligamento de Arancio. Tras la sección del puente parenquimatoso entre el segmento III y el
segmento IV, se inicia la transección parenquimatosa a lo largo del ligamento redondo con el bisturí armónico. Se diseca el
pedículo del segmento III utilizando un disector y a continuación se colocan clips o grapas. Este procedimiento se realiza de la
misma forma para el pedículo del segmento II. Es importante tener en cuenta que, antes del control de estos pedículos, se debe
disecar ampliamente el parénquima hepático hacia arriba y hacia abajo. Al final de la superficie de sección, se diseca
prudentemente la vena hepática izquierda, con tijeras y con la pinza bipolar, antes de aplicar la grapadora.
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Video 6
La primera etapa de la hepatectomía izquierda es la disección de los elementos del pedículo hepático. Tras colocar un clip en la
rama izquierda de la arteria hepática, se diseca la rama izquierda de la vena porta para a continuación colocar un clip. Este clip se
refuerza con una sutura o mediante la colocación de un segundo clip de bloqueo. Según la anatomía de las vías biliares, el
pedículo izquierdo se controla a nivel extraparenquimatoso (vídeo) o intraparenquimatoso. La sección de las vías biliares se
realiza con tijeras, posteriormente asegurando la biliostasis mediante puntos separados de una sutura reabsorbible, uno o dos
clips o, para algunos autores, con grapado. A continuación se libera el hígado izquierdo mediante la sección del ligamento
triangular izquierdo. La transección parenquimatosa se inicia a lo largo de la línea de desvascularización. Precozmente, se debe
localizar la vena hepática mediana, que se sigue en toda su longitud. La sección de la vena hepática izquierda o del tronco común
se realiza según las mismas modalidades que en el vídeo 4.
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Video 7
El primer tiempo de la hepatectomía derecha es la disección del pedículo cístico. Se liga el conducto cístico y a continuación sirve
de tractor para rechazar la vía biliar principal. Se diseca la rama derecha de la arteria hepática y a continuación se coloca un clip.
Se diseca con tijera la rama derecha de la vena porta, inmediatamente en su contacto. Del mismo modo, se coloca el disector de 5
mm por detrás de la vena para permitir la colocación de dos clips de 10 mm en la vertiente proximal y de un clip en la vertiente
distal. Una liberación mínima del segmento VI permite acceder a la vena cava y posteriormente controlar las pequeñas venas para
el segmento I por fusión. Se secciona el segmento I, lo que permite exponer la cara anterior de la vena cava. La transección
parenquimatosa se inicia a lo largo de la línea de desvascularización. Durante la transección parenquimatosa, se individualizan las
venas para el segmento V y posteriormente del segmento VIII, se colocan un clip y se seccionan sin retorno. Con ecografía se
controla la embocadura de la vena del segmento VIII en la vena hepática mediana o indirectamente en la vena cava. Esta vena del
segmento VIII se controla con un clip y a continuación se secciona. Se vuelve al pedículo hepático con la sección
intraparenquimatosa del pedículo glissoniano derecho tras la colocación de un clip. A continuación se progresa en dirección de la
desembocadura de la vena hepática derecha al incorporarse a la vena cava inferior como referencia. Antes de colocar las grapas
en la vena hepática derecha, es indispensable introducir una pinza vascular en la proximidad de la vena. En el momento de la
aplicación de las grapas hay que garantizar la ausencia de tracción de la vena cava. Tras la retirada de la grapadora, es preciso
verificar la ©calidad de Masson
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