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LA DERIVACIÓN VERBAL EN ESPAÑOL CON EL PREFIJO

CAUSATIVO EN–: UNA MIRADA DESDE LA ARQUITECTURA EN


PARALELO

Ernesto Wong García

Facultad de Lenguas Extranjeras, Universidad de La Habana

ewong@flex.uh.cu

1. Introducción

En esta ponencia presentamos un estudio de corpus centrado en verbos


causativos del español actual formados con el prefijo en–. Dicho estudio se inserta
en el marco de la Arquitectura en Paralelo, lo cual brinda una visión del objeto que,
hasta donde sabemos, no ha sido explorada anteriormente.

La sección 2 presenta los aspectos esenciales del marco teórico y del aparato
analítico que utilizamos. La sección 3 ofrece una descripción del corpus, y la sección
4 presenta la metodología de la que nos servimos. En la sección 5, presentamos los
resultados y la discusión de éstos, organizados en subsecciones: fonología (5.1),
semántica (5.2) y sintaxis (5.3). La subsección 5.4 plantea algunas cuestiones que
quedan por resolver. Finalmente, en la sección 6 ofrecemos nuestras conclusiones.

2. La Arquitectura en Paralelo

La Arquitectura en Paralelo (AP) es un marco teórico para el estudio del lenguaje,


desarrollado principalmente por Jackendoff (1990, 1997, 2002, 2007, 2015), en el
que los principales componentes del lenguaje —semántica, fonología y sintaxis—
tienen todos carácter generativo, e interactúan unos con otros por medio de
interfaces.

La AP borra una distinción que ha persistido en otras teorías del lenguaje, a


saber, la distinción entre unidades lexicales (prototípicamente ―palabras‖) y reglas
(prototípicamente combinatorias). En este marco, las ―palabras‖ (lexemas, monemas,
signos saussureanos, etc.) se analizan ellas mismas como reglas, en este caso,
reglas de interfaz, que especifican las conexiones entre fragmentos de estructura

1
producidos por los tres componentes generativos. Así, una palabra cualquiera
aparece como la interconexión de un fragmento de estructura fonológica (el
significante saussureano), un fragmento de estructura semántica (el significado
saussureano) y un fragmento de estructura sintáctica (su poder combinatorio, su
marco predicativo).

Esta visión posibilita también que el léxico de una lengua esté formado no sólo
por lexemas y unidades fraseológicas, sino también por unidades más pequeñas,
como los morfemas.

2.1 La morfología en la AP

Dentro de la AP, la morfología no se ve como un componente autónomo de la


facultad lingüística. Los morfemas son también unidades lexicales, y se analizan
como reglas de interfaz que conectan estructuras fonológicas, semánticas y
sintácticas. De esta forma, se establece una continuidad entre unidades pequeñas
(morfemas) y unidades mayores (palabras, locuciones, etc.).

Los trabajos sobre morfología en la AP (Booij y Audring, 2015; Jackendoff y


Audring, 2015; entre otros), en consonancia con el marco general de la AP, codifican
las reglas de la gramática en forma de esquemas: fragmentos de estructura
lingüística que contienen variables.

Así concebida, la morfología aparece como una gramática de las palabras y sus
constituyentes, que incluye la morfosintaxis y sus interfaces con la fonología lexical,
la semántica lexical y la sintaxis oracional.

2.2 La Semántica Conceptual

La teoría que, en la AP, describe el componente semántico del lenguaje es la


Semántica Conceptual. Dos elementos de esta teoría son necesarios para
comprender los resultados que presentamos aquí: las clases ontológicas y las
funciones semánticas.

2
Los fragmentos de realidad que el lenguaje denota se organizan en clases
ontológicas (tipos de cosas)1. Tenemos así la oposición entre Eventos (limitados en
el tiempo) y Estados (sin límites temporales), y entre Objetos (limitados en el
espacio) y Sustancias (sin límites espaciales); Propiedades, Formas y Posiciones;
Lugares (localizaciones espaciales) y Caminos (que definen un desplazamiento).
Introducimos aquí dos tipos particulares de Estados: Estados mentales (EstadoM) y
Estados físicos (EstadoF). Entre los Estados mentales, distinguiremos entre aquellos
que son intencionales (están dirigidos hacia un objeto), como el amor o los celos, y
aquellos que no son intencionales, como el coraje o el hastío.

Estas clases ontológicas sirven de argumentos a las funciones que estructuran el


contenido semántico. Estas funciones son predicados primitivos cuyo significado se
agota con su capacidad de combinación con otras primitivas y con las reglas de
inferencia y de interfaz que autorizan (Jackendoff, 2002: 369). Presentamos aquí las
que utilizamos en el análisis.

La función central que utilizamos es, evidentemente, la función CAUS (X, F), que
denota un Evento, y cuyo primer argumento X toma el rol de Agente de la causación.
El segundo argumento es otra función, cuyo primer argumento toma, por lo general,
el rol de Tema.

Utilizamos un grupo de funciones espaciales. La primera, que puede ser


argumento de CAUS, es GO (Y, F). Esta función denota un Evento de
desplazamiento. El primer argumento Y toma el rol de Tema (entidad que se
desplaza), y el segundo es una de las siguientes funciones espaciales:

 la función A (F) denota un Camino, y su argumento F es una función de


Lugar, que toma aquí el rol de Destino (aunque puede ser también
Origen);
 la función EN (Z) denota un Lugar, y su argumento Z es un Objeto con un
espacio interno definido;
 la función AT (Z) denota también un Lugar definido por su argumento Z,
sin la implicación de que el Tema se encuentra ―dentro‖ del objeto;
 la función SOBRE (Z) denota un Lugar, definido como cualquier punto de
la superficie del objeto Z. Se puede marcar con el rasgo [+dist], como
1
Jackendoff (2013) llega a un inventario lingüístico de clases ontológicas (más amplio que éste)
analizando los referentes posibles de los pronombres deícticos (eso, así, allí, etc.).

3
propone Jackendoff (1990: 104), para indicar que múltiples objetos iguales
se distribuyen a lo largo de la superficie;
 la función ALONG (Z) denota un Camino, definido por el objeto Z;
 la función ALREDEDOR (Z), introducida por nosotros, denota un Lugar,
definido como la longitud de superficie del objeto Z;

La función MOVE (Y, Z) denota un Evento de movimiento sin desplazamiento. Su


primer argumento Y toma el rol de Tema, y el segundo Z denota, por lo general, una
Posición (relación entre las partes del objeto Y).

La función ORIENT (Y, Z) denota un Estado, en el que el Tema Y se orienta


hacia un Camino Z, definido por la función HACIA (Y), cuyo argumento es un
Camino.

La función atributiva BE (Y, Z) denota un Estado en el que al Tema Y se le


atribuye Z. Cuando esta función es argumento de la función aspectual INC (F), lo
denotado es el comienzo del Estado.

La función PLUR (Y) denota simplemente la pluralidad del Objeto que es su


argumento. La función CON (Y) denota un Medio, definido por el Objeto instrumento
que es su argumento.

Hemos introducido además las funciones COMO (Y) y EXP (Y, Z). La primera la
utilizamos para denotar una Propiedad o una Forma, con la que se establece una
relación de semejanza. La segunda denota generalmente un Estado, como BE, en el
que el Tema Y experimenta el Estado (mental o físico) Z. En el caso de los estados
mentales intencionales (dirigidos hacia un objeto), el argumento Z toma él mismo un
argumento que denota el Objeto de ese estado mental.

Muchas de estas funciones son relativizables a varios campos semánticos. Así,


GO es normalmente Espacial, pero puede tener una versión GO Pos para el campo de
la Posesión, donde denota entonces no un desplazamiento físico, sino una
transferencia. Asimismo, BE, normalmente Espacial, tiene una versión BE Atrib para el
campo de la Atribución de propiedades a un objeto (la que más utilizamos aquí).

Los rasgos de Contacto (C) y Sujeción (S) (que siempre implica Contacto)
pueden marcar funciones como AT o ALREDEDOR para indicar que el Tema toca la
superficie del Objeto, o bien que, además, está sujeto a ella. En estos casos,

4
siguiendo a Jackendoff (1990), los rasgos marcan también la función GO o BE de la
cual las primeras sean argumentos.

Brindamos a continuación dos ejemplos que ilustran la combinatoria de estas


funciones para producir estructuras semánticas: los verbos embaldosar (‗cubrir el
suelo de baldosas‘) y enacerar (‗hacer que algo sea como el acero‘).

 embaldosar — [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto PLUR ([Objeto N])],
[Camino A ([Lugar SOBRE[+DIST] ([Objeto SUELO])])])])]
 enacerar — [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BEAtrib ([Objeto Y],
[Propiedad COMO ([Objeto N])])]])]

Nótese que la base del verbo derivado (N en ambos casos) forma parte de la
estructura semántica. Se trata de una abreviatura: N sustituye aquí —como Adj en
otros casos— la estructura semántica de la base, cualquiera que ésta resulte ser.

3. Descripción del corpus

Los resultados de esta investigación se basan en un corpus de 374 verbos,


muchos de ellos con más de una variante léxico-semántica (VLS). Las definiciones
lexicográficas (y la información etimológica referida más abajo) fueron tomadas del
Diccionario de Uso del Español María Moliner (2008), aunque de manera ocasional
se consultaron otras fuentes lexicográficas como apoyo.

Se siguieron dos criterios de inclusión principales: (a) que el verbo estuviera


formado por derivación con el prefijo en– y (b) que fuera causativo en alguna de sus
acepciones. Quedaron fuera los verbos con en– cuyo proceso de derivación es
sincrónicamente opaco, ya sea porque

 se formaron en latín sobre una base inexistente en español actual, como


encrasar (lat. incrassāre, espesar), o engañar (del sup. lat. vulg.
ingannāre, burlar);
 el supuesto prefijo en– es en realidad una forma alterada de una palabra
anterior, como enjambrar (del lat. examināre), o enjebar (del lat. exalbāre);
 constituyen préstamos más recientes a otras lenguas, como embarazar
(del portugués o leonés embaraçar, de baraça, lazo), encaramar (árabe

5
andalusí karáma), enfrascarse (italiano infrascarsi), endosar (francés
endosser), encriptar (inglés encrypt); o
 simplemente, su segmentación no produce una base existente en español
actual (como endilgar, enfunchar, engendrar).

Quedaron fuera, además, verbos de base también verbal con un prefijo en–
superfluo (como encubrir), verbos arcaicos y algunos regionalismos poco
informativos.

4. Metodología

La técnica de análisis de definiciones lexicográficas se utilizó, en un primer


momento, para determinar qué acepciones de los verbos correspondían a VLS
causativas. Fueron estas VLS las que conformaron el corpus.

Se utilizó la técnica de segmentación para establecer los distintos esquemas


morfológicos y fonológicos de las unidades del corpus. En el caso de los esquemas
morfológicos, esta técnica también sirvió para determinar la base (adjetival o
nominal) a partir de la cual se habían construido las unidades verbales derivadas.

El componente semántico de las unidades del corpus se modeló utilizando las


herramientas de la Semántica Conceptual: funciones semánticas con estructura
predicativo-argumental. Una vez más, nos servimos de la técnica de análisis de
definiciones lexicográficas para determinar si existían contenidos semánticos
idiosincráticos en las unidades analizadas (p. ej. argumentos incorporados al
significado).

El método de análisis en constituyentes inmediatos se utilizó para establecer los


distintos esquemas sintácticos en los que se agrupan las unidades del corpus.

5. Resultados y discusión

Los verbos del corpus se ajustan a un único esquema morfológico general:

[V en – { N, Adj } – Suf] 2

Este esquema general se realiza en 5 esquemas particulares que, del más


común al menos común en el corpus analizado, son:

2
Las llaves ({ }) indican que se escoge uno de los elementos que hay dentro. El subrayado indica
aquí los elementos ―abiertos‖, es decir, las variables que se sustituyen por unidades lexicales.

6
 [V en – N – ar]
 [V en – Adj – ecer]
 [V en – Adj – ar]
 [V en – N – ecer]
 [V en – N – izar]

De éstos, los únicos esquemas verdaderamente productivos en el español actual


parecen ser los dos primeros: [V en – N – ar] y [V en – Adj – ecer]. Estos dos
esquemas tienen así una función generativa, o sea, funcionan como ―molde‖ para
acuñar nuevos verbos de este tipo. Los otros tienen hoy una función sólo relacional:
motivan verbos existentes, es decir, hacen que la relación entre significado y forma
sea menos arbitraria en estos verbos3.

En las secciones que siguen, analizaremos por separado qué sucede con los
componentes fonológico, semántico y sintáctico, y las interacciones entre ellos.

5.1 Fonología

Todos los verbos del corpus se ajustan a un único esquema fonológico:

[ω /en/1 /…/2 /…/3 ]4

La palabra prosódica (ω) está formada por tres cadenas fonológicas (/ /) que se
pueden conectar a constituyentes semánticos y sintácticos, por lo que están
marcadas aquí con subíndices (que reutilizaremos más abajo).

Sin embargo, no existe isomorfismo entre los constituyentes morfológicos y los


fonológicos: los morfemas no se corresponden necesariamente con las sílabas o las
palabras prosódicas (Booij y Audring, 2015). El prefijo en– y los sufijos verbales (–ar,
–ecer, –izar) son afijos prosódicamente no autónomos (ing. cohering affixes), es
decir, forman una unidad prosódica con la base, y el patrón de silabificación ignora
las fronteras morfológicas internas. Citemos como ejemplo enamorar: [V en – amor –
ar], pero [ω e•na•mo•rar].

Lo mismo sucede con la asignación de los acentos primario y secundarios


durante la silabificación. El prefijo en– es átono, pero recibe acento sistemáticamente

3
Sobre esta distinción entre las funciones generativa y relacional de los esquemas morfológicos,
ver Booij y Audring (2015: 4) y Jackendoff y Audring (2015: 11).

7
en palabras con un número impar de sílabas: enacerar 4, pero enarcar; calabozo,
pero encalabozar. Por su parte, la base pierde su acento original en beneficio del
sufijo verbal, siempre tónico en español: astil, pero enastilar; cabrón, pero
encabronar. El resultado de estos dos procesos es que todos los verbos formados
con el prefijo en– son, prosódicamente, secuencias de pies yámbicos.

Pero quizás la mayor variedad de actividad fonológica se evidencie en el dominio


de los cambios que sufre la base (N, Adj) cuando se incorpora al verbo. Aunque
existe una cantidad no desdeñable de comportamientos idiosincráticos, es posible
identificar algunos patrones generales de variación fonológica:

 Eliminación de vocal final en sílaba átona (aceite  enaceitar, acero 


enacerar, cólera  encolerizar)
 Eliminación de diptongo final en sílaba átona, con vocales distintas (furia
 enfurecer). No ocurre con vocales iguales (furia  enfuriar).
 Reducción de diptongo creciente [je] y [we] en sílaba acentuada (ciego 
enceguecer, tierra  enterrar, cueva  encovar). Sin embargo,
encontramos chueco  enchuecar y hielo  enhielar, entre otros.
 Diptongación de hiato acentuado (hastío  enhastiar, lejía  enlejiar, baúl
 embaular)
 Sin cambio, con consonante final en sílaba CVC (amor  enamorar, árbol
 enarbolar, cajón  encajonar)

Otros cambios interesantes, aunque mucho menos comunes, son:

 Inserción de un fonestema (agua  enaguachar / enaguazar, lodo 


enlodazar)
 Aparición de consonante de enlace (corsé  encorsetar). Puede tener una
motivación ortográfica (del fr. corset), pero puede ser la misma consonante
de cafetal, cafetera, tetera, cuyas bases, al igual que corsé, terminan
ambas en /e/ acentuada (café, té).

Cabe mencionar además que el prefijo en– sufre también cambios, a saber, su
realización en alomorfos por asimilación: dentalización (endentar), velarización
(engavetar), labialización (enmascarar).

4
Aquí, el subrayado doble marca el acento primario, y el sencillo el / los acento(s) secundario(s).

8
Estas variaciones (excepto, quizás, la inserción de fonestemas) son el resultado
de reglas, productivas en mayor o menor grado, que operan en la interfaz fonología-
sintaxis, por cuanto su aplicación depende de la combinación de unidades lexicales,
en este caso morfemas. En cambio, el análisis del corpus no reveló interacciones
notables entre la fonología y la semántica. En esta interfaz, sólo podemos señalar
los casos de inserción de fonestemas, donde un segmento fonológico está
conectado a contenidos semánticos de tipo valorativo (en el corpus, de connotación
negativa).

5.2 Semántica

Las unidades del corpus se ajustan todas a un único esquema semántico


general:

[Evento CAUS ([Objeto Agente], [F (Tema), …])]

Todos los verbos analizados denotan eventos de causación. La función CAUS


toma, en principio, dos argumentos: el Agente de la causación, perteneciente a la
clase ontológica Objeto (por lo general [+humano]); y otra función (F) con su
argumento de Tema5. Los puntos suspensivos (…) representan otros argumentos
posibles, aunque no necesarios, cuya elección depende de esta segunda función.

Según cuáles sean la segunda función del esquema y sus argumentos, este
esquema se realiza en 10 esquemas semánticos particulares, en un primer nivel de
especificidad. Presentaremos aquí los que hemos llamado esquemas semánticos
―transparentes‖, en los que el significado de la base es parte de la estructura
semántica. Otras unidades del corpus corresponden a esquemas semánticos
―opacos‖, en los que el significado de la base no está incluido en la estructura
semántica. Estos últimos no los incluimos aquí. Como se verá, algunos verbos
polisémicos corresponden a más de un esquema semántico.

1. Cambio de lugar
a. Poner algo dentro de algo
i. La base es el Tema

5
Talmy (2000), en el marco de la dinámica de fuerzas, llamó Antagonista y Agonista,
respectivamente, al Agente y al Tema de los escenarios causativos.

9
1. Tema es Sustancia: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO
([Sustancia N], [Camino A ([Lugar EN ([Objeto Y])])])])] —
enaguachar, enaguar, endrogar, enguatar, entre otros.
2. Tema es Objeto: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto
N], [Camino A ([Lugar EN ([Objeto Y])])])])] — endemoniar,
endiablar, entre otros.
ii. La base es el Destino
1. Tema Objeto individual / Destino individual: [Evento CAUS
([Objeto X], [Evento GO ([Objeto Y], [Camino A ([Lugar EN ([Objeto
N])])])])] — embaular, encajonar, encalabozar, encapsular,
encarcelar, entre otros.
2. Tema Objetos iguales / Destino individual: [Evento CAUS
([Objeto X], [Evento GO ([Objeto PLUR ([Objeto Y])], [Camino A ([Lugar
EN ([Objeto N])])])])] — embarrilar, encantarar, encorachar,
entre otros.
3. Tema Objetos iguales / Destinos iguales: [Evento CAUS
([Objeto X], [Evento GO ([Objeto PLUR ([Objeto Y])], [Camino A ([Lugar
EN ([Objeto PLUR ([Objeto N])])])])])] — encasillar, encostalar,
enlatar, entre otros.
4. Tema Sustancia / Destino individual: [Evento CAUS ([Objeto
X], [Evento GO ([Sustancia Y], [Camino A ([Lugar EN ([Objeto N])])])])]
— embarrilar.
5. Tema Sustancia / Destinos iguales: [Evento CAUS ([Objeto X],
[Evento GO ([Sustancia Y], [Camino A ([Lugar EN ([Objeto PLUR
([Objeto N])])])])])] — embarrilar, embotellar, enlatar, entre
otros.
6. Destino es Sustancia: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO
([Objeto Y], [Camino A ([Lugar EN ([Sustancia N])])])])] — enlejiar,
enterrar.
b. Poner algo sobre algo
i. La base es el Tema
1. Objeto individual: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto
N], [Camino A ([Lugar SOBRE ([Objeto Y])])])])] — encamisar,

10
encaperuzar, encorbatar, encorsetar, enmantar,
enmascarar, entre otros.
2. Varios objetos iguales: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO
([Objeto PLUR ([Objeto N])], [Camino A ([Lugar SOBRE[+DIST] ([Objeto
Y])])])])] — embanderar, encartonar, encascabelar,
enchapar, enflorar, entre otros.
3. Esparcir una Sustancia: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO
([Sustancia N], [Camino A ([Lugar SOBRE ([Objeto Y])])])])] —
embarrar, enaceitar, enalmagrar, enarenar, encalar,
encauchar, encerar, entre otros.
c. Sujetar algo a algo
i. La base es el Tema: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
BEC,S ([Objeto N], [Lugar ATC,S ([Objeto Y])])]])] — enrayar.
ii. La base es el Lugar: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
BEC,S ([Objeto Y], [Lugar ATC,S ([Objeto N])])]])] — encepar, enquiciar,
entre otros.
iii. La base es el Instrumento: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC
[Estado BEC,S ([Objeto Y], [Lugar ATC,S ([Objeto Z])])]], [Medio CON (Objeto
N)])] — enganchar, engoznar, enmaromar, entre otros.
d. Poner algo alrededor de algo
i. Con contacto
1. Tema es Objeto individual: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento
GOC ([Objeto N], [Camino A ([Lugar ALREDEDORC ([Objeto
Y])])])])] — encabuyar, encorar, encordar, encordelar,
entre otros.
2. Tema Objetos iguales: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GOC
([Objeto PLUR ([Objeto N])], [Camino A ([Lugar ALREDEDORC
([Objeto Y])])])])] — encordonar.
ii. Con contacto y sujeción
1. Tema es Objeto individual: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento
GOC,S ([Objeto N], [Camino A ([Lugar ALREDEDORC,S ([Objeto
Y])])])])] — enlazar.
iii. Sin contacto: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto N], [Camino A
([Lugar ALREDEDOR ([Objeto Y])])])])] — encambronar.

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2. Cambio de disposición
a. Relación entre las partes de un objeto individual: [Evento CAUS ([Objeto X],
[Evento MOVE ([Objeto Y], [Posición AT ([Objeto N])])])] — enfielar.
3. Conducción
a. Sin Instrumento: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto Y], [Camino
ALONG ([Objeto N])])])] — encallejonar, encaminar, encarrilar, entre
otros.
b. Con Instrumento: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GO ([Objeto Y], [Camino
ALONG ([Objeto CAMINO])])], [Medio CON ([Objeto N])])] — encabestrar.
4. Cambio de propiedades
a. Transformación
i. Paciente es Objeto: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
BEAtrib ([Objeto Y], [Propiedad Adj/N])]])] — enangostar, encanijar,
encarecer, enceguecer, endulzar, enlustrecer, entre otros.
ii. Paciente es Situación: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
BEAtrib ([Situación Y], [Propiedad Adj])]])] — endulzar.
b. Asemejación: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BEAtrib ([Objeto Y],
[Propiedad COMO ([Objeto N])])]])] — enacerar, encarnar, endiosar, etc.
5. Cambio de forma
a. Forma ―absoluta‖: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BE ([Objeto Y],
[Forma N])]])] — enarcar.
b. Por asemejación: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BE ([Objeto Y],
[Forma COMO ([Objeto N])])]])] — encanutar, engarabatar, entre otros.
6. Cambio de orientación: [Evento CAUS ([Objeto X], [Estado ORIENT ([Objeto N], [Camino
HACIA ([Objeto Y])])])] — enfocar.
7. Cambio de estado: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GOAtrib ([Objeto Y], [Camino A
([Lugar EN ([Estado N])])])])] — encalmar, enhastiar, entre otros.
8. Constitución (una sustancia o varios objetos iguales pasan a constituir un solo
objeto distinto)
a. Paciente Objetos iguales: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BEAtrib
([Objeto PLUR ([Objeto Y])], [Objeto PLUR ([Objeto N])])]])] — enfardar,
enfardelar, enlegajar.
b. Paciente es Sustancia: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado BEAtrib
([Sustancia Y], [Objeto PLUR ([Objeto N])])]])] — engavillar.

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9. Transferencia
a. Posesiva de Objeto individual: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento GOPos
([Objeto N], [Camino A ([Objeto Y])])])] — enajenar, enfeudar.
10. Causación de experimentación
a. Estado mental intencional
i. Objeto es Agente: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado EXP
([Objeto Y], [EstadoM N ([Objeto X])])]])] — enamorar, encelar,
enfurecer, enorgullecer, entre otros.
ii. Objeto no es Agente: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
EXP ([Objeto Y], [EstadoM N ([Objeto Z])])]])] — encariñar, enfervorecer,
enfervorizar.
b. Estado mental no intencional: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado
EXP ([Objeto Y], [EstadoM N])]])] — encolerizar, encorajar, encorajinar,
encuitar, enhastiar, entre otros.
c. Estado físico: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento INC [Estado EXP ([Objeto Y],
[EstadoF N])]])] — enfebrecer.

Lo que observamos en esta considerable diversidad semántica es que no existe


una uniformidad que permita predecir sistemáticamente el significado del verbo
derivado. No obstante, sí parecen existir regularidades. Así, por ejemplo,

 cuando la base es un N que denota un Objeto con un espacio interior


definido (un recipiente como botella o barril, pero también baúl, gaveta,
etc.), el significado del verbo causativo será ‗poner SN dentro de NDestino‘
(esquemas 1.a.ii.1-5);
 cuando la base es un N que denota un Camino (callejón, camino, carril), el
significado del verbo será ‗hacer que SN se desplace a lo largo de NCamino‘
(esquema 3.a);
 cuando la base es un Adj o un N que denota una Propiedad (angosto,
caro, ciego, dulce, lustre, etc.), el significado del verbo será ‗hacer que SN
sea (más) AdjPropiedad / tenga (más) NPropiedad‘ (esquema 4.a);
 cuando la base es un N que denota un Estado mental o físico (amor, furia,
orgullo, cariño, fiebre, etc.), el significado del verbo será ‗hacer que SN
experimente / comience a experimentar NEstado‘ (esquema 10).

13
5.3 Sintaxis

Las unidades del corpus se ajustan todas a un único esquema sintáctico:

[S SNX, [SV V (SNY) …]]

Alrededor de estos verbos se construyen oraciones con, al menos, un SN sujeto


y SN objeto directo. Ahora bien, en dependencia de los esquemas semánticos vistos
en la sección anterior (5.2), este esquema sintáctico general se realiza en 3
esquemas sintácticos particulares, en un primer nivel de especificidad.

El primero es el esquema transitivo estándar:

[S SNX, [SV V (SNY)]]

donde la oración se forma solamente con un SN sujeto y un SN objeto directo.

Este SN objeto puede realizar los roles de Tema (embarcar, embaular,


encajetillar, encamar, encaminar, encarcelar, entre otros), de Destino (embaldosar,
embalsamar, enaceitar, encenizar, entre otros), de Paciente (enangostar, enarcar,
encarecer, enceguecer, entre otros) o de Experimentador (enamorar, encelar,
encolerizar, encorajar, entre otros).

El segundo esquema particular es el esquema transitivo con sintagma


preposicional:

[S SNX, [SV V (SNY) [SP P (SNZ)]]

Según la preposición que sea el núcleo de este SP, en dependencia del régimen
verbal, podemos identificar 5 esquemas particulares más específicos:

 Transitivo + SP-con: [S SNX, [SV V (SNY) [SP con (SNZ)]] — enamorar,


encubertar, engrasar, entre otros.
 Transitivo + SP-de: [S SNX, [SV V (SNY) [SP de (SNZ)]] — embadurnar,
embarrar, entre otros.
 Transitivo + SP-en: [S SNX, [SV V (SNY) [SP en (SNZ)]] — embarcar,
encantarar, encovar, entre otros.
 Transitivo + SP-a: [S SNX, [SV V (SNY) [SP a (SNZ)]] — encasquetar.
 Transitivo + SP-entre: [S SNX, [SV V (SNY) [SP entre (SNZ)]] — encerrar.

Finalmente, el tercer esquema particular es el esquema transitivo doble:

[S SNX, [SV V ([SN SNY y SNY])]]

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donde la oración se forma con un SN sujeto y dos SN objetos directos coordinados,
que realizan un mismo rol semántico. No es un esquema común, y en el corpus sólo
encontramos dos casos: los verbos encarar y enfrentar, de significado muy cercano,
que corresponden a un esquema [S SN, [SV V ([SN SNTema1 y SNTema2])]].

Lo más notable que observamos al analizar la interacción de los componentes


semántico y sintáctico en estos verbos es la cuestión de las redundancias. Existen
muchos verbos en el corpus en los que, en la estructura semántica, queda sólo una
variable abierta (el Agente); las demás se llenan con material ya incorporado a la
estructura argumental semántica (Tema, Destino, etc.). Según Jackendoff (2013),
una de esas variables cerradas por incorporación se puede instanciar en la sintaxis
sin que se produzca una redundancia, pero sólo si el sintagma que instancia la
variable brinda más información que la que ya está incorporada (p. 23). Así, por
ejemplo, *embotellar el vino en botellas es redundante, pero embotellar el vino en
botellas de cristal no, porque el SN botellas de cristal brinda información adicional (el
material).

Sin embargo, no es exactamente esto lo que observamos en el corpus. En


verbos con objetos directos incorporados como enaguazar (siempre la tierra),
enalbardar (siempre un caballo), enastilar (siempre una herramienta), encajetillar
(siempre cigarros), encarpetar (siempre papeles), encorchar (siempre una botella) y
un largo etcétera, vemos que este objeto directo incorporado puede realizarse en la
sintaxis sin aportar información adicional y sin que se produzca una redundancia:
enaguazar la tierra, encarpetar los papeles, encorchar una botella son perfectamente
gramaticales.

Las redundancias se producen, en cambio, al tratar de instanciar en la estructura


argumental sintáctica el argumento ocupado ya por la base del verbo derivado:
*enaguazar la tierra de agua (Tema), *encarpetar los papeles en una carpeta
(Destino), *encorchar una botella con un corcho (Tema). Pero el otro material
semántico (el objeto directo incorporado) también debería producir redundancias: lo
único que se puede enaguazar es la tierra, como mismo lo único que se puede
encorchar es una botella. ¿Cómo explicar esto?

Nuestra hipótesis es que existen aquí dos restricciones de la interfaz semántica-


sintaxis que deben satisfacerse simultáneamente: (1) el rol de Tema de la estructura
semántica tiene que realizarse en algún argumento sintáctico, y (2) los verbos
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causativos tienen que tener un objeto directo. Los verbos en los que la base realiza
el rol de Tema (como encorchar y enaguazar) violan la segunda restricción si no
toman un objeto directo, y el único rol semántico que queda por realizar es el de
Destino, aunque ya esté incorporado (botella y tierra, respectivamente). Los verbos
en los que la base realiza el rol de Destino (como encajetillar o encarpetar) violan
ambas restricciones si no toman un objeto directo que realice el rol de Tema, aunque
éste también esté incorporado (cigarros y papeles, respectivamente). Esta hipótesis,
que proponemos aquí de manera quizás ad hoc, queda, por supuesto, a la espera de
verificaciones independientes.

Otros casos sí se ajustan perfectamente a la generalización de Jackendoff, pero


lo hacen de una manera especial, mediante las relaciones paradigmáticas del léxico.
Así, *encasquetarle un casquete en la cabeza a alguien es redundante, pero
encasquetarle un sombrero en la cabeza a alguien no. La razón es que sombrero, al
ser un hipónimo de casquete (‗cualquier prenda que cubra la parte superior de la
cabeza‘), brinda información adicional (es más específico). Lo mismo ocurre con
encubertar un caballo con una armadura (hipónimo de cubierta) y con engrasar la
rueda con aceite (hipónimo de grasa). Un caso especial es el de embarcar las
mercancías en el avión, donde avión no es un hipónimo, sino un cohipónimo de
barco.

Por otra parte, algunos de los verbos del corpus tienen variantes pronominales
(enamorarse, enardecerse, encandilarse, encarecerse, entre otros). De manera
general, las variantes pronominales de estos verbos no son causativas (ni siquiera
auto-causativas, salvo algunas excepciones), sino incoativas. El resultado es que,
como arguyen Marín y McNally (2011) para los verbos psicológicos reflexivos del
español (aunque la generalización es válida para más verbos), estos verbos
―denotan el comienzo del estado al que se asocian, sin hacer referencia al cambio
que produce el estado‖ (p. 469). Si se obvia ese ―cambio que produce el estado‖, no
puede hablarse de causación.

Dejamos de lado aquí las precisiones sobre la contribución del morfema se a la


estructura semántica de estos verbos. Sólo queremos señalar que, si no hay
causación, el morfema se no puede ser un objeto directo correferencial con un sujeto
agente. El morfema se aparentemente ―bloquea‖ el fragmento causativo de la
estructura semántica, que incluye el argumento agente o causador, y queda un solo

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argumento libre para ocupar la posición de sujeto gramatical (Tema,
Experimentador, Destino, etc.).

Después de haber comentado los componentes fonológico, semántico y


sintáctico de las unidades analizadas, así como también las interacciones entre
éstos, podemos modelar los esquemas morfológicos objeto de esta investigación,
incorporando los tres componentes para formar la regla de interfaz que daría cuenta
de la representación lexical del prefijo causativo en–:

 Semántica: [Evento CAUS ([Objeto X5], [F … | { N / Adj }2 … Y6 | …])]4

 Sintaxis: [V Pref1 { N, Adj }2 Suf3]4

 Fonología: [ω /en/1 /…/2 /…/3 ]4

Esta regla se puede parafrasear como ―un sustantivo o un adjetivo, cualesquiera


que sean su significado y su pronunciación, pueden combinarse con el prefijo en–
para formar un verbo causativo‖. Los subíndices marcan las conexiones entre los
distintos componentes.

Este esquema es una generalización a partir de todas las unidades analizadas


del corpus. No obstante, como dijimos al inicio de la sección 5, en el español actual
sólo dos de los esquemas posibles son verdaderamente productivos. Estos dos
esquemas quedarían modelados como sigue:

 Semántica: [Evento CAUS ([Objeto X5], [F … | N2 … Y6 | …])]4


(1)  Sintaxis: [V Pref1 N2 Suf3]4
 Fonología: [ω /en/1 /…/2 /ár/3 ]4

 Semántica: [Evento CAUS ([Objeto X5], [Evento INC [Estado BEAtrib (Y6, [Propiedad Adj2])]])]4
(2)  Sintaxis: [V Pref1 Adj2 Suf3]4
 Fonología: [ω /en/1 /…/2 /esér/3 ]4

Es de notar que, en el esquema general presentado arriba como regla de


interfaz, el único elemento semántico que persiste en todo el corpus es la función
CAUS con su estructura argumental. El esquema productivo (2) tiene una estructura
semántica más especificada, pero sólo da cuenta de una porción del corpus.

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Nótese también que las conexiones, marcadas por los subíndices, no atraviesan
necesariamente los tres componentes. Crucialmente, el fragmento fonológico /en/
conecta con la categoría Prefijo en la sintaxis, pero no con la semántica. En otras
palabras, el significado causativo no está asociado al morfema en– mismo
(subíndice 1), sino a los esquemas morfológicos completos en los que ocurre
(subíndice 4).

5.4 Cuestiones abiertas

En la sección 5.2 identificamos algunas regularidades en la composición del


significado del verbo derivado a partir del significado de la base, pero éstas no
comienzan siquiera a agotar las posibilidades que se evidencian en el corpus. ¿Qué
parte del significado de acero hace que el significado de enacerar sea ‗hacer que
algo tenga las propiedades del acero (específicamente la dureza)‘, en lugar de,
digamos, ‗cubrir algo de acero‘? O un caso más extremo: ¿Por qué enaceitar,
encalar, enfangar significan ‗cubrir algo con una sustancia (aceite, cal y fango,
respectivamente)‘, pero enlejiar y enterrar significan ‗hacer entrar algo en una
sustancia (lejía y tierra, respectivamente)?

Se puede responder diciendo que el primer hablante que acuñó el verbo lo usó
con ese significado, que han heredado los hablantes posteriores. Sin embargo, el
problema es más bien el inverso: Ante la primera ocurrencia de un neologismo cuyo
proceso de derivación sea sincrónicamente transparente (como enacerar), ¿cómo
―calcula‖ un hablante el significado del derivado a partir del significado de la base y
del conocimiento lingüístico que tiene sobre los esquemas morfológicos en los que
ocurre el prefijo en– y del significado de éstos? Actualmente estamos diseñando una
metodología para intentar responder a esta pregunta.

Por otra parte, si es difícil predecir el significado composicional de estos verbos


derivados, aún más complejo resulta dar cuenta de los significados idiosincráticos
y/o figurados de muchos de ellos, entre los que se incluyen los casos de esquemas
semánticos ―opacos‖ mencionados arriba. Como ejemplo, considérese una de las
acepciones del verbo encasquetar, ‗enseñar o hacer aprender a alguien cierta cosa a
fuerza de insistencia‘, que denota ya no la acción de ponerle un objeto físico a

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alguien en la cabeza, sino una transferencia intelectiva (―poner una idea dentro de la
cabeza de alguien‖).

La modelación del significado figurado no es problemática en sí misma; de


hecho, se puede lograr con el aparato presentado aquí: [Evento CAUS ([Objeto X], [Evento
GOIntel ([Información Y], [Camino A ([Objeto Z])])])], donde la función GO se relativiza al
campo semántico intelectivo (como género de posesión), y su argumento Tema
pertenece a la clase ontológica Información, mientras que el Destino Z es un
[+humano]. El problema radica en la falta de una descripción teórica, dentro del
marco de la AP, del proceso mediante el cual se pasa de un esquema semántico
literal a uno metafórico. Aquí no hemos siquiera intentado ofrecer una posible
solución.

6. Conclusiones

Hemos presentado un análisis de un corpus de verbos causativos derivados con


el prefijo en– del español, tomando el marco teórico y el aparato analítico de la
Arquitectura en Paralelo. Esto nos ha permitido ofrecer una caracterización integral
del corpus, por cuanto la teoría integra de manera orgánica los componentes
semántico, sintáctico y fonológico del lenguaje, y las interacciones entre ellos por
medio de interfaces.

El morfema derivativo en– aparece así como una regla de interfaz que conecta
estructuras de los tres componentes en varios esquemas morfológicos, de los cuales
sólo dos parecen ser productivos en español actual.

Hemos propuesto una hipótesis para explicar la producción o no de redundancias


según los argumentos semánticos que se realicen en la sintaxis, basada en dos
restricciones de la interfaz semántica-sintaxis. No obstante, se debe buscar
evidencia independiente para estas restricciones propuestas.

Como vimos, el morfema causativo en– es sumamente polisémico, incluso si


tomamos en cuenta que ocurre solamente en dos esquemas productivos. Esto hace
difícil establecer su significado, más allá de señalar que siempre trae consigo una
estructura causativa que sirve de marco al significado del verbo derivado que resulta
de su combinación con una base nominal o adjetival. Insistimos en que el significado

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causativo parece estar asociado al esquema morfológico completo, y no al morfema
individual.

Aunque hemos identificado algunas generalidades, la cuestión de la modelación,


e incluso predicción, del significado del verbo a partir de las combinaciones posibles,
al igual que el problema de dar cuenta de los significados idiosincráticos y figurados,
deben quedar aquí sin resolver.

Referencias bibliográficas:

Booij, G. y Audring, J. (2015): ―Construction Morphology and the Parallel


Architecture of grammar‖, en Cognitive Science, número especial por la
entrega del Premio Rumelhart a Ray Jackendoff.

Jackendoff, R. (1990): Semantic Structures. The MIT Press, Cambridge, MA.

Jackendoff, R. (1997): The Architecture of the Language Faculty. The MIT Press,
Cambridge, MA.

Jackendoff, R. (2002): Foundations of Language. Oxford University Press, Nueva


York.

Jackendoff, R. (2007): ―A Parallel Architecture perspective on language


processing‖, en Brain Research, nro. 1146, pp. 2-22.

Jackendoff, R. (2013). ―Genesis of a theory of language: From thematic roles


(source) to the Parallel Architecture (goal) (Sort of an intellectual memoir)‖.
Conferencia impartida en la Universidad de Yale, en la primavera de 2013.

Jackendoff, R. (2015): ―In Defense of Theory‖, en Cognitive Science, nro. de


noviembre de 2015, pp. 1-28.

Jackendoff, R. y Audring, J. (2015): ―Morphology in the Parallel Architecture‖, en


J. Audring y F. Masini (Eds.), The Oxford Handbook of Morphological Theory.
Oxford University Press, Oxford.

Marín, R. y McNally, L. (2011): ―Inchoativity, change of state, and telicity:


evidence from Spanish reflexive psychological verbs‖, en Nat Lang Linguist
Theory, nro. 29, pp. 467-502.

20
Moliner, M. (2008): Diccionario de uso del español (versión 3.0) [Edición
electrónica]. Gredos, Madrid.

Talmy, L. (2000): ―Force Dynamics in Language and Cognition‖, en Toward a


Cognitive Semantics (vol. 1), pp. 409-470. The MIT Press, Cambridge, MA.

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