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SIELE escrita

1.
¡Hola, Nuria!
Me ha alegrado mucho tu correo. Sí, así es, estoy viviendo en Granada
desde hace dos meses. Me está gustando muchísimo, a pesar de echar de
menos a mi familia y amigos. Aunque mi casa no es muy grande, es
perfecta para mí porque está en el casco antiguo de la ciudad. De hecho,
es una zona preciosa, llena de cultura. Además, se llega perfectamente en
autobús al centro, por lo que me pongo allí en un cuarto de hora. De todos
modos, yo suelo acostarme con las gallinas porque tú sabes que me
encanta levantarme temprano.
En cuanto a mis vacaciones en el extranjero, el verano pasado fui con mi
hermana. Pasamos por varias ciudades y aldeas de Italia y Francia, ha sido
uno de los mejores viajes de mi vida.
Cuando visite Madrid la próxima vez, a ver si nos quedamos para comer, o
quizá quieras venir a visitar Granada, durante la cual yo te enseñaría todo
lo que conozco.
Un beso,
Rosarinho.
2.
Cierre del café olímpico
Estimados señores:
Les escribo para exponer mi desagrado al saber de la noticia publicada en
su página de internet, relacionada con el cierre del emblemático Café
Olímpico.
Personalmente, resulta vergonzoso que el Café Olímpico tenga que cerrar,
ya que este espacio ha sido una parte importante de la vida de nuestra
comunidad. Es donde van a desayunar los grupos de amigos los fines de
semana, un lugar en el que se puede tomar un café con los compañeros
de trabajo después de un día arduo. Y no menos importante es el hecho
de que, para mucha gente de nuestro pueblo, todos son recibidos como
parte de una gran familia.
Por otro lado, hay que señalar que sólo existe uno otro café en el pueblo,
por lo que nunca irá a haber un lugar para todos y habrá mucha fila de
espera. Además de que éste no es tan acogedor, y seguro que no tiene las
maravillosos dulces tradicionales del Olímpico.
Aunque Pablo Gutiérrez esté agarrándose a un clavo ardiendo ante la
delicada situación financiera, no creo que se deba desistir tan fácilmente
del proyecto. Quizá sea posible organizar una recaudación de fondos para
que se puedan realizar las renovaciones necesarias, porque seguramente
a muchísima gente le gustaría ayudar. Otra alternativa sería solicitar
apoyo al Ayuntamiento, fundamentado en el valor cultural de este
espacio.
Por todas estas razones, ruego encarecidamente a las autoridades locales
que concedan un prolongamiento del plazo para intentar arreglar esta
situación y salvar el café más apreciado del pueblo.
Atentamente,
Rosarinho Magriço.

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