El Fin de La Modernidad de Romano Guardini

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El fin de la Modernidad de Romano Guardini

1. Sentido de la existencia e imagen del mundo en la Edad Media


El hombre medieval comparte con el hombre antigua la concepción del mundo como una
estructura limitada, una esfera, pero se diferencia de el en varios aspectos.

Hombre antiguo

 El hombre antiguo último no trasciende el mundo, desconoce la experiencia de una


realidad divina que lo haga, y ofrezca un emplazamiento frente a él, a diferencia del
hombre medieval, que la encuentra en Dios. Todos los movimientos y actividades del
hombre antiguo discurren en el interior del mundo, no conoce un punto de apoyo externo
a él.
 Ve al cosmos como un todo armonioso y organizado y no busca ordenarlo o estructurarlo
como el hombre medieval.
 El mismo arjé, origen del mundo, que busca es interno al mundo, le pertenece.
 El espíritu indagador de este hombre se desarrolla de manera óptima en una cultura que
tiene por característica una permisividad muy fructífera, consecuencia de la ausencia de
dogmas.

Hombre medieval
Se caracteriza por su adhesión incondicional a la revelación bíblica, y su profunda fe en Dios que
empapa todos los aspectos de su existencia.

Su concepción del creador es la de Dios, eterno, todopoderoso, ajeno, e independiente del mundo,
que lo crea de la nada, al que debe ordenar su vida.

A esta explosión de fervor religioso contribuyó la irrupción de la esencia germánica con su fuerte
impulso hacia lo ilimitado y lo universal, así como su voluntad de abarcar el mundo y penetrarlo,
tendencias que se realizaron en la fe cristiana del Medioevo.

Visión del cosmos:

El cosmos es visto como una esfera, en cuyo centro está la tierra, también esférica, alrededor de la
cual giran las otras estrellas, Dios está arriba y adentro, en el “empíreo” rodeando el mundo,
trascendiéndolo hacia arriba; y morando dentro de cada hombre. La calidad de todo varía en su
semejanza a Dios, siendo el hombre lo más semejante a él, y por tanto síntesis del ser.

Visión del Conocimiento:


La revelación es la máxima autoridad para todos los aspectos del conocimiento, la Iglesia la
formula como dogma y el hombre la acoge con fe.

Otra autoridad es la de los pensadores antiguos, por sobre todos Aristóteles, y si en alguna
afirmación diferían de la revelación estas afirmaciones eran reinterpretadas a la luz de la fe.

Toda la labor intelectual se plasmaba en las Sumas, edificadoras de la realidad que partían de la
revelación y de la antigüedad, reconociendo la importante sabiduría que había en esta, viéndola
bajo la luz de una nueva época, y reorientándola a sus nuevos intereses. Son verdaderos trozos de
existencia donde el hombre medieval se encuentra acogido y seguro.

No existe un interés por el análisis y conocimiento empírico y exacto de la realidad.

Autoridad Política:

La autoridad descansaba sobre Iglesia, papa, y Estado, emperador. Ambas reciben el derecho de
soberanía de lo alto, y la tensión entre ambas por la supremacía de poder caracteriza toda la
época. Lo temporal en el medioevo es visto como un instante decisivo entre la creación y la
verdadera existencia, le Vida Eterna.

Simbolismo

Todas las cosas son formas, que significan a su vez cosas superiores, qu están siempre referidas a
la eternidad, son símbolos que remiten a Dios y a las realidades divinas.

Esencia

La esencia de esta época es su rebosante religiosidad, rica y profunda, que es fuente de sabiduría,
certeza y sentido para el hombre de la época. El deseo de saber no se traduce en investigación,
sino en el desarrollo y meditación de la verdad dada por la revelación. La autoridad no es sentida
como opresora, sino como un orden lógico, que es símbolo de la autoridad máxima de Dios.

2. El nacimiento de la imagen moderna del mundo


La concepción medieval del mundo comienza a disolverse en el siglo xiv, se desarrollaría en los
siglos siguientes para cristalizarse finalmente en el siglo xvii. Es entonces donde se producen las
siguientes cesuras(levantamientos de hohrizontes):

Nacimiento de la Ciencia Moderna

Se observan las cosas y hay un fuerte interés por comprobar y fundamentar las opiniones.
Evidencia de esta nueva orientación del saber son la aparición del experimento moderno y la teoría
racional. La ciencia se declara independiente de la fe.

Vida económica

Ahora se aspira a la libertad de lucro, al propio enriquecimiento, sin ser este exclusivo de las clases
privilegiadas. La economía ahora se regula según sus propias leyes sin ningún control externo.
Política

Tiene también sus propias reglas, que buscan la posesión del poder para dominar, y esta posesión
del poder justifica cualquier injusticia que se pueda producir.

Imagen general del Mundo

El mundo ya no es una esfera limitada, los descubrimientos astrológicos demuestran que la tierra
no es el centro y propósito del mundo, sino que es un planeta más girando alrededor del sol.

Esto se traduce en el espacio terrestre en una curiosidad irrefrenable, una fuerte atracción por lo
desconocido, concretada en el descubrimiento y conquista de nuevos continentes.

Se comienza hablar del universo infinito y todo esto trae un problemática para el hombre: ¿Cuál
es el lugar de Dios? ¿Cuál es el lugar de la condenación? ¿Y cuál es el lugar del hombre?

Con la conciencia de que la tierra no es el centro, ya el hombre no se siente bajo la continua


mirada de Dios, y desarrolla dos sentimientos ajenos a la Edad Media, la autonomía con respecto al
Creador, y la inseguridad y vulnerabilidad, que lo desconciertan y llenan de angustia y
contradicciones internas.

Individualismo

Surge la conciencia de la personalidad, y con ella el individuo pasa a ser centro de toda atención y
análisis. Surge el hombre “genio”, que actúa, arriesga, y es recompensando por la fama y la gloria.

Religión

La doctrina de la Iglesia cristiana, que por un milenio había sido la máxima autoridad, medida de
lo correcto e incorrecto, verdadero y falso, deja de serlo, y se ve una actitud indiferente, y hasta
opuesta hacia ella, que genera a su vez una postura defensiva en ella.

Comienza a sentir el deber de fundamentar y justificar sus creencias, en lo que se conoce como
apologética moderna.

Elementos de la nueva idea de la existencia

 Naturaleza: es todo lo que le es dado al hombre, en su forma más pura, el conjunto de


fuerzas misteriosas y sabias que lo rodean. Es a su vez un concepto de valor, y una
totalidad con un tinte divino, es madre y Dios, a la que el hombre se entrega con
confianza, en desmedro de la revelación.
 Personalidad: La subjetividad es otro concepto elemento básico en la interpretación del
hombre moderno de la vida. En la Edad Media, el hombre era importante en tanto criatura
de Dios orientada hacia él, en la Edad Moderna, cobra importancia para sí mismo. Y la
personalidad se vuelve un elemento primario incuestionable y totalmente autónomo.
 Cultura: En la Edad Media, toda obra o construcción del hombre eran medios para dar
mayor gloria a Dios, en el Renacimiento son obras que el hombre realiza para sí como
creador. La cultura es la relación mutua entre todas las nuevas ciencias que surgen en el
momento como obras originales del hombre, desligadas completamente de Dios.

3. El desvanecimiento de la imagen del mundo de los tiempos modernos y la


formación de una nueva imagen.
Los tres elementos, que en la Edad Moderna consideraba todopoderosos, salvíficos, imperecederos
comienzan a convertirse en obsoletos.

 Naturaleza El hombre posterior a la primera guerra yo no aceptaría la concepción de la


naturaleza de hombres modernos como Goethe. Su relación con ella discurre otros
caminos: ya no es ese cúmulo rebosante de riquezas, benefactor y confiable sino algo poco
fiable, peligroso. Es, a su vez, la materia sobre la que ejercer la técnica que crece día a día,
y esto puede tener consecuencias grandiosas o destructivas según las decisiones que tome
el hombre sobre ella.

 “Naturaleza no-natural” La naturaleza, que antes se encontraba como un todo armonioso y


rico alrededor del hombre, accesible a él, se muestra ahora distante, inexpresable e
inabarcable, y no suscita más que sentimientos limitados.

 Personalidad Desaparece la idea del sujeto autónomo, creador y triunfante, para ser
reemplazada por el hombre-masa, un hombre que tiende cada vez más a la uniformidad,
se subordina a las formas de vida que le proponen la técnica y razón, que no busca tomar
la iniciativa y se siente más cómodo en obedecer al programa anónimamente. Esto acarrea
una desventaja, que es que el hombre es visto cada vez más como un simple objeto
manipulable por las autoridades políticas; y una posible ventaja: que al renunciar al rico
caudal de la personalidad y el aparato cultural, la persona se quede con su dignidad
inalienable como persona creada y llamada por Dios, y alcance así la madurez total. La
pérdida de la personalidad es tolerable, la de la persona no.
Otra posible ventaja de esta renuncia a la particularidad de la personalidad es que ella
facilite la camaradería y cooperación entre las personas para afrontar los peligros que
traerá el futuro en nuestra realcion con el mundo, y que desde ese primer sentimiento de
amistad se recuperen los valores de bondad comprensión y justicia.

 “Hombre no-humano” Se considera lo humano como la posibilidad que había tenido el


hombre en épocas previas de experimentar lo que se hace y sabe, en contraposición, el
hombre de hoy se relaciona indirecta y abstractamente con su obra, a través del cálculo y
el aparato, nunca de manera concreta. El ámbito de sus vivencias es superado por el de
sus obras.

 Cultura La edad moderna es una arrebatadora, floreciente primavera de la creación


humana, que se realiza con incontenible confianza en el hombre, que convencido de estar
por fin ante la realidad, despliega su plenitud en la riqueza y unidad imponentes de la
cultura.
Hoy el hombre ha sufrido un desengaño al respecto. Ya no cree en la fe burguesa en que
la seguridad es inherente al progreso y la ve como un impredecible riesgo de vida o
muerte.

Ya no confía en ella y se pone en guardia a frente a sus resultados porque ha


experimentado en los horrores del Siglo xx especialmente, que el hombre puede crear
cosas maravillosas y cosas terriblemente destructivas, y nunca hay garantía de que no vaya
a utilizar su libertad para hacer lo segundo. El poder del hombre, sin conciencia o una
ética responsable para su manejo ha demostrado ser algo terrible, demonizado, que
demanda una reflexión y consiguiente accionar para encauzarlo y dominarlo para el bien
de la humanidad.

A su vez, se da cuenta que la cultura de la edad moderna NO ha comprendido bien al


hombre, y no identifica con las respectivas construcciones de él que han hecho el
materialismo, idealismo y existencialismo. Ningún producto de esta cultura considera al
hombre en su totalidad, no lo VEN realmente, su concepción de hombre no existe.

La cultura de hoy no tiene esa fecundidad y carácter benévolo propio de la moderna. Es


mucho más dura y más tensa, la cultura surgió en un principio para hacer retroceder las
fuerzas invasoras y peligros de la naturaleza hasta que esta le brindo seguridad y la
naturaleza se convirtió en fuente inagotable de bienes, hoy la relación vuelve a modificarse,
el hombre no debe protegerse de la naturaleza, sino de las creaciones de la cultura misma.
Y por tanto vive y vivirá en una riesgo creciente que amenaza su existencia.
La tarea cultural del futuro girará alrededor del problema del poder, de su dominio y uso
correcto. Para esta búsqueda serán necesarias:

 La seriedad en la búsqueda de la verdad.


 La valentía que se oponga al caos amenazante.
 El ascetismo para que el hombre aprenda a ser dueño de sí
mismo, y por lo tanto de su poder.

La religiosidad que comienza a desnaturalizarse en la Edad Moderna, es como el aceite para el


motor del mundo, hace que este valga la pena, le da un sentido, y es fuente de todos los valores,
que la esta edad quiso apropiarse como invención propia, pero que en realidad proceden de Dios,
su fuente y garantía. Dios es el que los nutre, y los tiempos venideros mostrarán hasta qué punto
puede perjudicarse el hombre sin él.

La religiosidad del futuro, sin embargo, es imposible de prever. Se puede afirmar, sin embargo,
que la fe cristiana deberá tenerse una gran confianza, y el cristiano sostener su fe a pesar de la
inevitable soledad que esto le depare, con confianza y valentía, y obediencia en Dios.

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