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Capitulo 4 - Arte Griego y Arte Romano

Chapter · July 2016

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HISTORIA
CRONOLOGICA DE
LA PINTURA

1
CAPITULO 4

GREEK ART AND ROMANIC ART

Erick Valencia Merizalde y Eko Valencia


Magister en Historia del Arte
AMERICAN ANDROGOGY UNIVERSITY
(AAU)

2016

2
Índice

Pg.
Introducción 3
Arte Griego 4
 Etapa Prehelénica del Arte Griego 6
- Prehelénico Cicladico 6
- Prehelénico Troyano 8
- Prehelénico Cretense o Minoico 9
 Etapa Arcaica del Arte Griego 11
 Etapa Clásica del Arte Griego 14
 Etapa Helenística del Arte Griego 15
Arte Romano 16
 Arte Etrusco 17
- Pintura Etrusca 18
- La Cerámica Etrusca 19
 Arte de la Republica y el Imperio Romano 19
- Escultura Romana 23
- Pintura Romana 27
- Mosaico Romano 29
Conclusión y Opinión Personal 30
Bibliografía 31

3
INTRODUCCION

Comenzar a hablar de épocas griegas y romanas siempre se convierte en un reto,


un desafío que depende completamente del “Background” o el respaldo
académico, que, cada aquella persona que se comprometa con este desafío,
posee. Este respaldo teórico que el autor que desee escribir de Grecia y Roma es
fundamental, para poder explicar que tan profundo va a mostrar sus intenciones.
De ambas culturas se podría hacer libros, películas, archivos, obras, clases,
seminarios, etc.; de la extensión que se desee. Sin embargo, la forma como se
aborde lo que el autor desea mostrar como “Greek Art and Romanic Art” en este
caso esta basado en sus conocimientos de arte en el tema. Por esta razón, no
habrá en el texto absolutamente nada de filosofía, nada de arquitectura, nada
guerras, nada de literatura y nada de mitología. Solo en aquellos momentos en
los cuales cualquier componente artístico tenga en cuenta alguno de los temas, se
profundizara en la relación del arte griego o romano con alguno de los tópicos
expuestos. Muchas veces, el autor de los ensayos que diferencian a un Maestro
de Historia del Arte (MHA) lo ha explicado en forma clara: “ El comportamiento
de la historia del arte esta ligado al desarrollo histórico de la sociedad o cultura
que lo esta expresando”. En ese orden de ideas, en este ensayo se mostrara un
abordaje histórico de las culturas griegas y romanas; desde su punto de vista
cronológico y de su desarrollo como sociedad y cultura. En algunas ocasiones, la
mitología, la filosofía y las guerras serán expresadas en el arte griego y a
diferencia de la cultura romana donde habrá más expresión de batallas,
economía y muy poca mitología en la dicción artística. Desde ensayos anteriores,
el autor ha sido muy enfático en manifestar que la exposición arquitectónica de
cada cultura y civilización no debe ser abordada por un MHA sino por personas
con conocimiento de arquitectura, materiales, diseño de exteriores e interiores y
en parte de conocimientos artísticos. Ocasionalmente, habrá alguno de los MHA
que en la expansión de su conocimiento de arte pueda hacer un abordaje
artístico de la expresión a través de la arquitectura; pero para llegar a esto se
debería hacer un completo estudio y ensayo académico a través de la historia.

Basado en lo anterior, ahora el lector entrara en el conocimiento de la transición


entre las manifestaciones artísticas de tipo religioso de los egipcios a la expresión
artística derivada de conceptos mitológicos, dioses y diosas que gobernaban el
pensamiento y el sentir del que hacer diario de los griegos. De igual forma, la
forma en que el arte románico muestra cambios grandes en la estructura
tridimensional de las imágenes, a pesar de ser una cultura esencialmente guerrera.
Sin el conocimiento de cómo el arte se fue modificando entre los egipcios, a los
minoicos, a los micénicos, a los helénicos y finalmente a los romanos; no se
podrá entender la evolución de las estructuras anatómicas que hicieron de la
pintura y la escultura del ser humano llegara a ser tan perfecta en manos de el
periodo helénico tardío y en ultima instancia de lo rescatado de esta expresión
artística en el renacimiento italiano.

De igual forma, una de las convenciones para evaluar que tanto conocimiento
pueda tener un MHA es pudiendo expresar como cambio la escultura cicliada
con respecto a la helénica, momentos de cambio en el desarrollo de la historia

4
del arte que no requirieron menos de 500 años, periodo de tiempo demasiado
pequeño comparado con 3000 años de arte antes de Cristo y 2000 mas de arte
de diferentes épocas y estilos después de Cristo. Por consiguiente, esa filigrana
escultural permitirá generar calificativos relacionados con el desempeño
académico de los MHA y su desempeño en las diferentes universidades del tema
en la web.

En las próximas líneas, el lector podrá conocer un verdadero esquema


característico del autor en las manifestaciones artísticas de dos periodos, culturas,
épocas o civilizaciones que fueron determinantes del desarrollo del conocimiento
y el arte; personas que formaron el “ Arte Griego y el Arte Románico”.

ARTE GRIEGO

Ya ha sido expresado en forma clara por el autor la importancia de un estudio


de la historia del arte basado en análisis e interpretaciones cronológicas.
Estructura mantenida por el autor en la elaboración de sus diferentes ensayos, y
en este caso, el arte griego no es la excepción. Por el contrario, el ahondar en el
estudio del arte griego permite detectar como los pueblos griegos estuvieron
presentes en la tierra durante mas de 1000 años y en diferentes zonas; las
manifestaciones artísticas de estos varían no solo en relación al tiempo sino en
relación a si su expresión era en las islas o en el continente. En ese orden de ideas
el estudio de la historia del arte griego depende geográficamente si este se
desarrollo en la península del continente, si se desarrollo en las islas Cicladas, si
fue expresión de la isla de Creta y Tera o finalmente si hizo parte de las
manifestaciones de la cultura Troyana. De igual forma, no es lo mismo el
estudio del arte griego que se genero desde los años 3200 a.C. a lo mostrad o
por culturas griegas en los años 323 a.C., hay cambios marcados en la forma y el
contenido, en la razón o el motivo y en las tendencias esculturales influenciadas
en el comienzo por lo biplano del arte egipcio, mientras que al final del periodo
solo afectados por la participación romana y geométrica del arte.

Antes de introducir al lector en las características del arte plástico de la cultura


griega, se debe saber en que momento de la historia se encuentra el espectador
al momento de buscar características del arte (Tabla 1). El estudio del arte griego
se divide en 3 grandes periodos a través del tiempo: Bronce Antiguo (3200 a
2200 a.C.), Bronce Medio (2200 a 1300 a.C.) y Bronce Tardío (1300 a 85 a.C.).
En forma lineal, cuatro
grandes culturas
artísticas se distribuyen
en estos tres periodos,
unos de mayor apogeo
al principio de las
fechas y otros de
mayor importancia al
final de estos años
(Figura 1).

5
De igual forma cada una de las diferentes culturas tendrá diferentes grupos y
expresiones artísticas dentro de su mismo periodo. Como podrá observarse,
habrá cambios bruscos entre una cultura y otra, con desapariciones súbitas de lo
elaborado artísticamente, muy posiblemente por situaciones sociales y climático
geológicas del momento o la era.

Tabla 1. Periodos en el estudio de la Historia de Arte griego.

Etapas PERIOD Troya Cicladas Creta Continente


O Griego
Troya Cicladico Antiguo
I Grotta-
(2920 Pilos
Bronce Troya II -2450 (3200- Karos-
Antiguo (2600- a.C.) 2700 Siros Minoico
(3200 a 2350 a.C.) (2700- Antiguo o Heladico
2200 Troya a.C.) 2200 Prepalacial Antiguo
a.C.) III a.C.) (2500- (2700-1850
Pre- (2350 a.C.)
1850 a.C.)
Helénico -2200
(3000 a a.C.)
1100 Troya Cicladico Medio
a.C.) IV Filacopi I Minoico Heladico
(2200 (2200- Medio I- Medio
Bronce -1900 Troya 200 a.C.) IIIA o (1850-1560
Medio a.C.) V Fulacop Protopalac a.C.)
(2200 a (1900- i II ial (1850-
1300 1700 Troya (2000- 1550 a.C.)
a.C.) a.C.) VI 1800 Minoico Micénico I
(1700- a.C.) Medio IIIB (1580-1500
1300 tardío II o a.C.)
a.C.) Neopalaci Micénico II
al (1550-
(1500-1425
1400 a.C.) a.C.)
Arcaico Troya Cicladico Reciente Micénico III
(1000- VII-A 81425-1100
480 a.C.) Troya (1300- Minoico a.C.)
Clásico Bronce VII-B1 1200 Tardío III Geometría
(480- Tardío (1200- a.C.) (1400-1100 (1200-800
323 (1300 1100 a.C.) a.C.),
a.C.) a.C. a a.C.) Sin Geometría
200 Troya Reciente
manifestaciones
d.C.) VIII- (770-700
IX-X
artísticas a.C.), Vaso
Helenísti
co (323- (1100- de los
30 Guerreros
30 a.C.)
a.C.) (1200 a.C.)

6
Como se podrá dar cuenta el leedor, la gran mayoría de manifestaciones
artísticas griegas, o por lo menos las más conocidas por el mundo y la publicidad,
se generaron al final del desarrollo cronológico. El arte griego consume 2000
años en el la etapa Pre-helénica, haciendo expresiones artísticas basadas en los
que les dejaron culturas vecinas como los egipcios y uno que otro que deseo ser
original. Sin embargo, la mayoría del conocimiento del arte griego esta
desarrollado en el último mileno antes de cristo, y es en ese periodo donde se
dividen tres grandes etapas de las manifestaciones del arte griego: El Arcaico, el
Clásico y el Helenístico. Por razones de orden pedagógico, el autor distribuye las
expresiones del arte griego en estas 4 etapas, haciendo hincapié y recalcando si la
obra de arte pertenece a cada una de las áreas griegas: Troya, Cicladas, Creta o
continente Griego. De esta forma no solo se podrá ubicar al arte griego en su
historia sino en su geografía.

ETAPA PREHELENICA DEL ARTE GRIEGO (3000 a 2000 a.C.).

Como se ha mostrado anteriormente, la etapa prehelénica comprende los


periodos de bronce antiguo y bronce medio. También incluye las diferentes
etapas de la cultura troyana desde la I hasta la VI, se encuentran en este los dos
períodos de las cicladas; el cicladico antiguo y el cicladico medio; no habiendo
mas manifestaciones artísticas de las islas cicladas, muy posiblemente por los
eventos volcánicos que forzaron a la desaparición de muchas de las expresiones
de esa cultura o por la inclusión de esta cultura en la cultura Minoica. También
incluye el minoico antiguo y el minoico medio, época de las mayoría de
manifestaciones artísticas en diferentes palacios y finalmente agrupa las
manifestaciones iniciales del arte micénico y dejando por fuera el arte geométrico
de los micénicos.

Prehelenico-Cicladico.
Las Cicladas son un grupo de islas griegas, de diferentes tamaños, en una
totalidad de mas o menos unas 41 islas: Syron, Dilos, Antimilos, Los, Keros, Rinia,
Milos, Antiporos, Andros, Kea, Kimolon,
Paros, Tinos, Kythnos, Pollegas, Naxos,
Mykonos, Serifos, Folegandros, Iraklia,
Glaros, Sifnos, Sikinos, Schinoussa, Kato
Kaufonissi, Amorgas, Donoussa,
Thirassia, Anafi, Despotico, Strogilo,
Megalo Nissi, Palo Kaufonissi, Ana
Antikeri, Kato Antikeri, Thira (Santorini),
Serifopoula, Vous, Kitriani, Kardiotissa y
Kalogeroi (imagen derecha). Son
descritas con el fin de que el lector pueda
entender que son muchísimos los
asentamientos de tierra en donde puede
haber en estos momentos reliquias
históricas de arte y para que la
descripción geográfica le permita al estudio de la historia del arte saber porque
fue diferente su manifestación escultora. Estas islas deben su nombre a su

7
disposición aproximadamente circular, en torno a Delos, la isla sagrada que vio
nacer a Apolo. La cronología de la civilización cicladica se divide en tres
principales secuencias: cicladico inicial, medio y final (Tabla 1). Al periodo inicial
le siguió el medio y al final hubo una convergencia esencial entre el cicladico y la
civilización minoica. Dataciones de excavaciones generan información para
explicar que la cultura cicliada es tan antigua como 5000 años, aun con dudas de
su procedencia. El arte de la cultura cicladica es mejor conocida por los ídolos
femeninos lisos tallados, en mármol blanco puro. La segunda mitad del tercer
milenio, durante el Bronce antiguo, fue la etapa de
esplendor de la cultura cicladica. Las cicladas destacaron
muy rápidamente por la calidad de sus productos
artesanales, emplearon los apreciados mármoles de la isla
de Paros y Naxos. Uno de los aspectos mas conocidos de
la civilización griega fue, sin duda alguna, la escultura;
pero no toda ella fue siempre igual, y aunque las
principales obras son las que corresponden a los siglos que
van del V al II antes de esta era, las primeras estatuas se
realizaron en plena prehistoria. Fue en el periodo
Mesolítico, en el paso del paleolítico al Neolítico, cuando
se desarrollo la escultura, de dimensiones muy reducidas y
habitualmente realizada en barro. Casi siempre
representando la figura humana, y a la mujer en un 99%
de los casos (imagen izquierda). Las estatuillas son del tipo
denominado esteatopigia, es decir, que representan
siempre a la mujer entrada en carnes, con prominentes
vientres y posaderas, además de mostrar un marcado interés en resaltar los
órganos sexuales. Sentadas o de pie, las piernas se entrelazan y los brazos suelen
estar extendidos o doblados sobre el pecho, resaltando los senos. Constituyen
representaciones de la Diosa Madre o de la fertilidad, tan generalizada en la
cultura neolítica. En las islas Cicladas, el mármol era de calidad insuperable para
ser trabajado, de grano fino y muy compacto, y fue empleado muy pronto para
la escultura con una finalidad eminentemente funeraria. Son figuras generalmente
de tamaño pequeño, sin sobrepasar normalmente los 30 centímetros. El modelo
suave de los ídolos cicladicos se conseguía a través del desgaste de la pieza de
mármol con la piedra de esmeril. Por eso resulta un verdadero estorbo cualquier
mínimo detalle, prominencia o hendidura. En la evolución de la estatuaria
cicladica, cuyo apogeo se sitúa entre el 2500 y el
2000 a.C., existen dos grandes corrientes paralelas:
por un lado, las siluetas de un tipo de nominado de
caja de violín, por su parecido al perfil de estos
instrumentos – figuras cuyos brazos y piernas,
además de la cabeza, están levemente apuntados,
como si fuesen muñones -, y por otro lado las
realistas. El término realista ha de entenderse en su
sentido general, pues las esculturas cicladicas se
caracterizan por la geometría de sus facciones y de
los miembros del cuerpo, levemente marcados y sin
ningún tipo de articulaciones. Conforme avanzo el

8
tiempo, las últimas estatuillas contaron con algunos detalles, como ojos o bocas,
levemente insinuados. De anchos hombros y caderas estrechas, poniendo el
artista especial relieve en marcar el triangulo púbico y los senos. De todas las
esculturas cicladicas se destacan: los celebres músicos, el tocador de la doble
flauta o, el más famoso de todos, el tañedor de lira procedente de la isla de
Keros. Aun para los más conocedores de la escultura griega, no es fácil
comprender las diferencias entre imágenes sin rostro al comienzo del periodo de
arte griego con las últimas manifestaciones de la escultura del periodo Helénico;
son imágenes muy diferentes para una aparente misma cultura. No se sabe si es
por ausencia de hallazgos arqueológicos, pero las islas cicladas no produjeron
pinturas, ni en frescos o paredes de tumbas o palacios. No es posible conocer
que tanta información artística se destruyo con la erupción del volcán de la isla
de Tera en el año 1470 a.C.

Prehelénico-Troyano (Troya I-II-III-IV-V-VI).


La Troya histórica estuvo habitada desde principios del siglo III a.C. Estaba
situada en la actual provincia turca de Canakkale, junto al estrecho de los
Dardanelos, entre los ríos Escamandro y Simois. Las ruinas de Troya fueron
descubiertas en 1871. Troya y sus culturas fueron un pueblo muy guerrero, las
manifestaciones artísticas de los troyanos o fueron realizadas con materiales
perecederos, o fueron de muy poca expresión cultural o están por descubrirse en
las excavaciones actuales. Era una cultura que a pesar de haber durado muchos
años, dejaron muy poca información en arte plástico a diferencia de lo que se
conoce de arte literario relacionado con las guerras troyanas, descrito en la
“Ilíada” y la “Odisea”. Los troyanos tuvieron relación con imperios como los
egipcios, pero siempre plasmando historia relacionada con guerras marítimas.
Según las inscripciones, los egipcios derrotaron en una batalla terrestre y en otra
marítima a una coalición de pueblos de identificación dudosa, de descendencia
troyana.
Desde 1880 se han realizado múltiples
excavaciones en la zona denominada
“Hisarlik”, sitio donde se han encontrado
las estructuras arquitectónicas de las
ciudades troyanas a través del tiempo. En
Septiembre del 2009, se han encontrado
restos de 2 personas acompañados de
restos de cerámica, que han sido
clasificados como del año 1200 a.C. Los
resultados de las excavaciones se estudian
en la unidad de trabajo llamada “Proyecto
Troya”, de la universidad de Tubinga, en
Alemania, y cada año se publica lo mas
importante en la revista “Studia Troica”. A
raíz de las distintas excavaciones fue
reconstruida la historia de Troya en sus diez
fases de ocupación y se dio a conocer el
denominado “Tesoro de Priano” (Imagen
izquierda). Desde Troya I a Troya V se

9
atestigua un largo periodo de continuidad cultural. Troya VI da fe de un segundo
florecimiento de la ciudad. Troya VII es la principal candidata para identificarse
con la Troya homérica. Troya VIII y Troya IX cuben, respectivamente, la Grecia
Arcaica, la época Clásica y el periodo helenístico y romano. Troya X es la
perteneciente al periodo Bizantino. Desde el primer asentamiento hasta Troya
VII no existen restos de documentación escrita que ayuden a la valoración
histórica del arte y vida social del desarrollo de la ciudad.

Durante la Troya I aparece por primera vez cerámica decorada con rostros
humanos esquemáticos. Destruida por un incendio y redificada para dar origen a
la Troya II. Los Tesoros (datados en torno al 2600 a.C.) están compuestos de
valiosos objetos de metales preciosos y piedras, que fueron donados por
Schliemann a Alemania y tras el fin de la segunda mundial fueron a parar a
Moscú (Imagen pagina anterior), actualmente se encuentran en el museo
Pushkin. De los nueve lotes, los más importantes comprenden colecciones de
puñales, utensilios y ornamentos de las vestiduras y muchas vajillas de oro y
plata. Entre los objetos preciosos destaca un disco grande, provisto de un ónfalo
(literalmente ‘ombligo’, una especie de abultamiento en el centro del objeto) y
de un largo mango aplanado, que termina con una pequeña serie discos
pequeños – Se usaba para tamizar el oro –. Entre las joyas hay dos diademas
femeninas que adornaban la frente con una franja de menudas y tupidas cadenas
de oro, terminando cada una de ellas con un colgante de láminas doradas en
forma de flor o de hoja. Se encontraron junto con una serie de collares y
pendientes, en una jarra grande de plata. El incendio acaecido hacia el
2200 a. C. y la precipitada huida de los habitantes, que marcan el final de Troya
II, no parecen haberse producido a consecuencia de una guerra perdida, sino más
bien de una catástrofe natural.

Sobre las ruinas de Troya II se alzó Troya III,


construida casi completamente de piedra, a
diferencia de las precedentes que lo fueron de
adobe. Son característicos de Troya III los vasos
antropomórficos, como el hallado por
Schliemann en 1872 y que según él representaba
a Atenea. Con una superficie de 17.000 m 2,
Troya IV muestra la misma técnica de
amurallamiento que Troya II y Troya III. En
cambio son nuevos los hornos en cúpula y un
tipo de vivienda con cuatro habitaciones. Troya
V es una total reconstrucción de Troya IV, sobre
la base de un plano urbanístico más regular y
con casas espaciosas, pero sin una ruptura
cultural con respecto a los asentamientos
precedentes. Con ella, finaliza la fase pre-micénica de la historia de Troya. Troya
VI, Fue un lugar próspero, sede de un rey, príncipe o gobernador y centro
administrativo que fue progresivamente ampliado hasta alcanzar en el siglo XIV
a.C., su forma definitiva, “ciudad mercado”. La mayoría de los fragmentos de
cerámica son de la llamada “cerámica gris de Anatolia”. Las vasijas micénicas que

10
también han sido halladas son una
prueba de la existencia de relaciones
comerciales entre Troya y la civilización
micénica (imagen derecha).

Prehelenico-Cretence o Minoico.
El arte minoico se revelo vitalista,
curvilíneo, lleno de color, asomado por
entero a la naturaleza y con un
refinado gusto, además de estar
totalmente impregnado del sentimiento
religioso tan propio de los pueblos
antiguos del mediterráneo. De la cultura minoica, con las destrucciones violentas
de los antiguos palacios, apenas quedan pinturas, por lo que la gran mayoría de
los frescos conocidos pertenecen a las construcciones de los nuevos palacios y,
sobre todo, de su etapa final, entre 1600 y su destrucción definitiva, hacia 1380
a.C. La técnica pictórica fue el fresco, se trataba de cubrir paredes con diversas
capas de estuco, hechas con yeso y pulidas con cantos rodados cuando aun están
húmedas. Los colores son vivos y con una gama reducida, compuestos a base de
pigmentos minerales disueltos en agua. La pintura se aplica sobre la pared antes
de que la última capa de yeso haya fraguado; esta técnica impone una rapidez
de ejecución y formas simples, lo que favorece la concepción vitalista y flexible
en el diseño de la decoración, muy en consonancia con el espíritu artístico
minoico (imagen arriba izquierda). La mayor parte del repertorio de imagines de
la pintura en los palacios cretenses esta limitada a escenas paisajísticas, mezcla del
mundo vegetal y el animal, o a escenas de diversas actividades humanas
relacionadas con ritos de culto o con ceremonias cortesanas. El color es, en
general, irreal; junto a monos azules se contempla delfines tricolores, rocas
coloreadas a franjas o pájaros azules. En las escenas humanas se percibe un estilo
con ciertos convencionalismos, tales como dar un color claro a la piel femenina y
un rojo oscuro a la de los hombres. El cuerpo humano en Creta es siempre
joven, atlético y muy ágil, con cinturas de talle de avispa. Siempre imberbes, los
hombres también tenían el cabello largo y vestían generalmente un faldellín
corto. Las mujeres llevaban largos trajes ceremoniales de volantes y corsé muy
ceñidos, generalmente abierto y realzando unos senos que se dejaban al
desnudo. Su tocado se
completa con abundantes
joyas (collares, pulseras o
brazaletes). En la pintura
minoica no existían escenas de
guerra; predominan las
representaciones de grupos de
hombres y mujeres
presenciando algún tipo de
acto o en el momento de
realizar una ceremonia (juego
del salto sobre el toro, de
Cnosos, o las hermosísimas

11
damas de la casa de las mujeres, en Akrotiri, ciudad de la isla de Thera).

En Creta, la escultura conoció otras realizaciones, sobre todo de imagines de


animales y humanas, en marfil, hueso, piedra y barro cocido. Son siluetas
simples, con estrechos talles y brazos cruzados sobre el pecho, que parecen
deberse al auge de la inspiración popular. El momento de esplendor de la
escultura cretense o minoica se dio en la etapa de los nuevos palacios – desde el
terremoto de 1700 a.C., que destruyo los antiguos palacios, hasta la llegada de
los micénicos a Creta, hacia 1450 a.C.-. Entre las piezas mas conocidas están las
comúnmente llamadas diosas de las serpientes, que representan a sacerdotisas
con las vestiduras y adornos de la diosa; su material es la cerámica vidriada.
Otras obras maestras de la escultura minoica son las diversas cabezas de toros,
hechas de piedra dura. La pieza mas conocida es una cabeza de esteatita negra
procedente de Cnosos (imagen pagina anterior-abajo). Uno de los aspectos más
llamativos del arte Cretense y de sus sucesores, los micénicos, es la ausencia de
escultura monumental, en la que tanto los egipcios como los mesopotámicos
destacaron.

La cerámica es de enorme interés para


conocer el arte griego, pues se trata de un
material muy necesario, abundante y de
fácil conservación. Su fabricación y
distribución permite el intercambio de
ideas y de motivos decorativos entre los
pueblos que comercian con ella,
convirtiéndose así en un vehículo cultural
del primer orden. La etapa denominada
de los antiguos palacios – 1900 a 1700
a.C. – coincide con el desarrollo de nuevas
técnicas y decoraciones sobre formas
tradicionales. Los cuencos, jarras de pico y
grandes vasos adquieren una superficie
brillante, de color negro o azul oscuro, imitando el reflejo de los recipientes
metálicos. De toda la cerámica de este periodo, el más típico es el estilo de
Kamares. Con su amplio muestrario de formas, las paredes de esta cerámica son
extremadamente finas, por lo que también se le denomina cerámica de cascara
de huevo. Por ser vegetal la temática de su primera fase, esta etapa más antigua
se llama también de estilo floral, debido al casi exclusivo empleo de flores de
lirios, palmas y todo tipo de rosetas y ramas para adornar las vasijas. En paralelo
a la pintura mural, el artista cretense del periodo de apogeo plasma la naturaleza
en la decoración de la cerámica. Se forma así el estilo marino, con fuerte influjo
sobre el arte minoico.

Prehelenico-Micenico.

La afición micénica a la distribución espacial con cierto carácter geométrico y su


gusto por los motivos del estilo naturalista minoico transformaran a este, en un
proceso de esquematización que afecta el movimiento y la libertad de

12
composición de la etapa de apogeo. El resultado se denomina etapa palacial o
paladial y su duración es de unos 60 años, entre 1450 y 1400 a.C., momento en
que se finaliza la etapa palacial de Creta.

Algunos temas y el estilo minoico pasaran a los palacios micénicos, pero


sometidos a un esquema mental diferente, de tendencia geométrica, tal como
corresponde a este pueblo indoeuropeo que conquista Grecia continental a inicio
del segundo milenio y Creta hacia 1450. La técnica pictórica es la misma que en
Creta, el estuco pintado al fresco, con colores intensos: blanco, amarillo, rojo,
azul y negro, huyendo de las tonalidades suaves y grisáceas. Los repertorios de
temas y el estilo están influidos claramente por el arte minoico, muy extendido
por todo el mar Egeo, aunque se ampliaran con motivos y estilos nuevos. A los
conocidos temas de las procesiones de oferentes, juegos de toros, frisos de
animales, plantas, flores y motivos abstractos, se suman otros propiamente
micénicos y prácticamente desconocidos en Creta: escenas de guerra y de caza,
desfiles de carros, motivos geométricos, animales heráldicos, etc. Los conjuntos
de temas más importantes han aparecido en los palacios de Tebas, Tirinto,
Micenas y Pilos, e incluso en algunos restos procedentes de Orcomenos y Gla.

Parece que los micénicos se conformaron con las miniaturas gravadas en los
sellos y en los objetos pequeños esculpidos, de piedra y marfil y modelados en
barro, y, al igual que los minoicos, renunciaron a la escultura monumental de
tres dimensiones. El resto de escultura micénica es de marfil o terracota, tanto en
relieve como figuras de bulto redondo. Es enorme la cantidad de ídolos
realizados en terracota pintada y encontrados en tumbas y santuarios. Son muy
corrientes y responden a un esquema común: sus brazos aparecen como simples
muñones y el resto del cuerpo
esta levemente esbozado en un
cilindro y provisto de senos
como único detalle anatómico.
Con estas mismas características
de abstracción y cierto encanto
en el modelado, son muy
abundantes los animales (asnos,
pájaros, y, sobre todo los toros),
o algunos modelos de carros
tirados por caballos, animal
empleado como manifestación
del poder de los príncipes y los
nobles micénicos y uno de los
temas mas repetidos en el arte
griego primitivo.

A la llegada de los Aqueos –


indoeuropeos – a Grecia
continental y a las costas egeas
de Anatolia en el 2000 a.C.,
corresponde la expansión de una

13
cerámica muy característica denominada miniana. A falta de otros materiales,
esta cerámica de Bronce Medio – entre 2000 y 1600 a.C. – es un fiel anticipo de
lo que será el gusto micénico. En este momento de apogeo, el repertorio de
formas cerámicas se amplia de forma considerable; los alfareros micénicos
inventan nuevas formas y modifican otras, dando lugar un muestrario de hasta
sesenta y ocho perfiles distintos y de diferentes tamaños ( Mascara micénica de
Agamenón, imagen 2 paginas antes).

ETAPA ARCAICA DEL ARTE GRIEGO (1000 a 480 a.C.) ( Imagen derecha, página
anterior ).

Los periodos del arte griego Arcaico no cuentan con unas divisiones tan
marcadas como lo manifestaron en siglos anteriores. En estos 500 años, los
estilos se fueron distribuyendo no solo según las características de cada
manifestación artística sino dependiendo de componentes estructurales del arte
mismo. De estas diferentes formas de observar el arte se derivan nombres como
“Arte Geométrico”, “Arte Orientalizante”, “Arte Rígido o Dedalico”, “Arte
Arcaico Clásico” y durante este periodo de tiempo se manifestó en la cultura
troyana la Troya VIIA y Troya VIIB.

Tras un periodo de crisis, que también se denomina Edad Oscura y que duro
hasta el 900 a.C. aproximadamente. Los griegos empezaron a poner las bases de
las ciudades y estados, de ciudades independientes. Con sistemas políticos
propios, de la artesanía del barro cocido y del gusto por el diseño geométrico en
sus cerámicas, esculturas pequeñas y casa. A esta última etapa se le denomina
periodo Geométrico que duro hasta el 700 a.C. A lo largo de la edad oscura y el
periodo geométrico, desde el año 1100 más o menos hasta mediados del siglo
VIII a.C. La falta de contactos entre las distintas zonas del mar Egeo favoreció la
independencia cultural de las mismas. El arte griego en la edad oscura tendrá que
comenzar prácticamente de cero, ensayando de nuevo con los materiales y
técnicas de trabajo, con una nueva mentalidad. La edad oscura supuso,
prácticamente, una total desaparición de la escultura. Puede decirse que la
estatuaria no existe en los dos primeros siglos del I milenio. Pero a partir del siglo
VIII, con la utilización del bronce para esculturas pequeñas, fabricadas mediante
la técnica de cera perdida (figura de cera que, una vez dentro del molde, es
derretida y sustituida por el bronce fundido), las siluetas ofrecen ya unas trazas
claramente geométricas. Las esculturas geométricas comparten las características
que definen las representaciones en la cerámica. El cuerpo, tanto de animales
como de humanos, se reduce a lo imprescindible; el artista concentra todo su
interés en señalar las articulaciones y resaltar la fuerza de piernas, torsos y
músculos. Las piernas son largas, el torso, triangular, arranca de una fina cintura;
el vientre se reduce a la mínima expresión, como parte débil del cuerpo y sin
interés para el artista; los brazos son robustos y la cabeza, por lo regular,
pequeña; en ella, sus elementos constitutivos – una apuntada barbilla junto a
boca, nariz y ojos – apenas son indicados (imagen pagina anterior).

A lo largo de los últimos años del periodo geométrico, a finales del siglo VIII, las
figuras comienzan a aumentar el volumen de su musculatura y a cobrar cierta

14
vida; además se difunden ciertos motivos decorativos nuevos, procedentes de
oriente, tales como elementos vegetales (palmeras, flores, rosetas) o figurativos
(animales y monstruos, como grifos, esfinges o sirenas), con lo que se inicia el
estilo Orientalizante, base del posterior arte arcaico. Algunos dividen este
periodo orientalizante en antiguo (700 a 675 a.C.), medio (675 a 640 a.C.) y
tardío (640 a 610 a.C.). Con muy pocos elementos heredados del mundo
anterior, en el trascurso del periodo geométrico se pondrán las bases del arte
griego; en sus obras, a partir de finales del siglo VIII y comienzos del VII a.C., late
ya el espíritu creador del periodo venidero, el Clásico.

El tema principal para el artista griego era la figura humana; el hombre era el
centro de atención de la naturaleza y, por ello, el protagonista del arte. De este
modo, la evolución artística de la estatuaria se hará notar en tres aspectos
principales: la actitud, la anatomía y el vestuario de la figura humana. Durante el
periodo Arcaico, el Kurós – un hombre joven – se representa siempre desnudo,
con una pierna adelantada, los brazos pegados al
cuerpo, los puños fuertemente cerrados y con la
mirada al frente. Es decir, imitando a los
prototipos egipcios de donde se han copiado,
aunque con unos rasgos de humanidad que faltan
en el caso egipcio y que se nota sobre todo en la
presencia de la característica sonrisa arcaica, que
no borra aunque el representado este herido o
haciendo un esfuerzo (imagen pagina anterior). La
anatomía de la escultura masculina se transforma
desde un cuerpo muy voluminoso, con una
musculatura excesivamente marcada y con unas
líneas separadoras que son casi enteramente
geométricas. El griego no esta interesado en copiar
la realidad y se fija mas en la belleza ideal, aquella
que se consigue juntando partes de un cuerpo con una belleza imaginada,
siguiendo unas proporciones perfectamente calculadas, por lo general basadas en
las dimensiones del pie, que son las mismas que las de la cabeza.

ETAPA CLASICA DEL ARTE GRIEGO (480 a 323 a.C.).

Durante este estrecho momento de la historia griega


(150 años), el arte se caracterizo por una división en
preclásico, clásico pleno y clásico tardío; al mismo
tiempo con la manifestaciones artísticas de la Troya VIII,
IX y X (imagen derecha arriba).

El genio griego llevo rápidamente la escultura a un


cambio radical en el paso del siglo Vi al V, momento en
que empieza la evolución hacia el arte Clásico. Las
figuras inmóviles de los jóvenes empiezan a dotarse de
movimiento; al principio de forma casi imperceptible de
hacia el 490 a.C., descansa un peso sobre una pierna

15
solamente, dejando la otra levemente apoyada en el suelo. Así comienza la
evolución desde la ruptura de la frontalidad hacia la conquista de la
tridimensionalidad y el movimiento. La anatomía refleja un mayor naturalismo y
la sonrisa arcaica desaparece, en un momento en que los griegos se enfrentan a
los persas y los dorios del Peloponeso consiguen un momento de esplendor
artístico. Las mandíbulas solidas, los parpados gruesos y una expresión seca en el
rostro es lo que caracteriza a las estatuas del periodo que va desde el 480 al 450
a.C., en unas figuras que forman el llamado estilo severo. A este grupo
corresponden algunas obras muy conocidas, como el Discóbolo de Mirón
(imagen izquierda pagina anterior), el Auriga de Delfos, el Poseidón de
Artemision o las obras de juventud de Fidias, el principal escultor griego de siglo
V.

Los vestidos de las mujeres, muy


sutiles, se adaptan a los cuerpos
como si fuesen paños mojados,
mostrando por debajo la anatomía
de dioses y héroes. Un estilo que será
copiado por muchos en el mismo
siglo y posteriores. Los conceptos de
este periodo, ya presentes en las
obras del periodo geométrico, deben
gobernar la relación entre cada una
de las partes de la figura humana,
con una medida de siete cabezas
para la altura del cuerpo. Con el
cambio del siglo las figuras
conseguían mas movimiento y su
anatomía lograba mayor parecido
con la realidad. Escultores famosos
de la época fueron Praxiteles,
Escopas, Timoteo, Leocares y Briaxis.
El escultor más famoso de la segunda
mitad del siglo fue Lisipo.

Atenas es el lugar donde mas y mejor


se ha documentado la formación del
arte griego clásico; las raíces de este
se hallan en la evolución del
periodo, denominado precisamente Geométrico por el predominio de la
geometría en formas y decoraciones de material cerámico. Con el cambio de
milenio, las formas de los vasos se han reducido drásticamente, pues hay solo
unos diez perfiles distintos, entre ánforas, píxides, apuntados, varios tipos de
enocoes – jarras de vino – cuencos, crateras y pequeños vasos globulares con
trípodes. Los motivos son totalmente geométricos, trazados a regla y compas,
con el predominio de líneas rectas paralelas, dibujadas aprovechando el
movimiento de rotación de la vasija en el torno.

16
ETAPA HELENISTICA DEL ARTE GRIEGO (323 a 30 a.C.).

Con la muerte de Alejandro Magno, en el año 323 a.C., se dió comienzo a la


última etapa del arte griego, el Periodo Helenístico. En pintura: No se volvería a
ver pintura en fresco hasta el siglo IV a.C. con la pintura helenística, aunque se
sepa que hubo también una pintura floreciente en el periodo clásico y de la que
únicamente restan descripciones literarias o algunas obras halladas en algunas
tumbas macedónicas en el norte de Grecia. Un ejemplo de estas obras se
encuentra en la tumba de Filipo II, padre de Alejandro Magno (imagen derecha
arriba).
La escultura alcanzo su
punto máximo de
desarrollo en el
movimiento, la expresión y
la variedad de temas
representados, con el giro
de las figuras, retorciéndose
en todas direcciones, se
completo la conquista de la
tercera dimensión, dando
lugar a los grupos
escultóricos con formas
piramidales y con los
cuerpos, brazos y piernas
entrelazados formando una
verdadera maraña humana.
A esto se le añadió un
creciente interés por las
expresiones del rostro, tal y
como se dan en la realidad y que hasta entonces se habían idealizado. Los gestos
de dolor, ausencia o preocupación son reflejados en las caras, exagerando
incluso la gesticulación de los personajes. También los temas esculpidos sufren
una transformación; a las anticuadas figuras de dioses y héroes se suman ahora
nuevos motivos, tales como sátiros y centauros, La anatomía de los cuerpos se
acerca a la realidad, excesivamente fiel en ocasiones. En cuanto el vestuario, el
barroquismo del periodo Helenístico se aprecia en la profundidad y riqueza de
los pliegues, además de sus fuertes movimientos y variedad de prendas. Con
estas características y dentro de la escuela helenística se incluye el famoso grupo
de Lacoonte (imagen izquierda), conservado en el vaticano, aunque sea una obra
realizada en el siglo I d.C. en solicitud de los emperadores romanos Vespasiano y
Tito. Esta composición se considera la última gran obra de la escultura griega y
muestra como la cultura romana se convirtió en la heredera de la trayectoria
artística griega.

17
ARTE ROMANO

Para la mayoría de las personas ajenas completamente a las consideraciones


artísticas de una cultura, los romanos solo fueron imperio, estructura política y
ejercito. Para aquellos mas conocedores de la historia del arte, el arte romano es
una extensión del arte griego y para otros con algo de conocimiento en la
historia del arte si podrán hacer una división de lo que fue el arte romano con
respecto al arte griego. Si es cierto que los romanos fueron mas que una
estructura política con la formación de un imperio, con capacidades de generar
una estructura social y legal lo suficientemente compleja que ha permitido
permanecer hasta nuestros días. También es cierto que fue uno de los ejércitos
mas estructurados de la historia, ejercito que le
dio la opción de expandir el imperio a
longitudes nunca antes conocidas y nunca
igualadas a la fecha. De igual forma, el arte
romano se manifestó desde épocas muy
tempranas en regiones diferentes a la zona de
crecimiento del arte griego.
En ese orden de ideas, antes del imperio
romano, en las zonas de crecimiento de dicha
cultura existía una cultura con manifestaciones
artísticas propias; mientras los griegos estaban
pasando del arte clásico al helenístico, ya los
etruscos se manifestaban en pintura, escultura y
orfebrería. Basados es la existencia de esta
cultura antes del imperio romano – de vital
importancia para hacer la diferenciación entre roma y Grecia – el autor abordara
su análisis cronológico de la historia del arte en las características del arte Etrusco,
posteriormente se recalcara en la importancia de los emperadores romanos, lo
cual permite hacer una división del arte con base en fechas influyentes en el
cambio de la expresión artística y finalmente se observaran detalles de la
finalización del arte antiguo.

ARTE ETRUSCO.

Los etruscos nunca formaron un estado sólidamente unificado sino una especie
de débil confederación de ciudades de mediano tamaño. En cierto modo
predecesora de Roma y heredera del mundo helénico, su cultura (fueron
destacadísimos orfebres, así como innovadores constructores navales) y sus
técnicas militares superiores hicieron de este pueblo el dueño del norte y centro
de la Península Itálica desde el siglo VIII a.C. hasta la llegada de Roma, Hacia el
40 a.C.

Es de destacar el arte funerario y su relación en la pintura (imagen de la derecha


arriba) y escultura, destacándose sus terracotas y la talla de una piedra local
llamada "nenfro". Desarrollaron una importante industria orfebre, trabajaron el
bronce, su metalurgia se caracteriza por sus grabados, graneados, filigranas y
repujados, en relación a la coroplastia crearon el estilo Bucchero en cerámica.

18
Todos estos productos fueron base para la exportación tanto hacia el norte de
Europa como hacia Oriente. Otro punto importante es la pintura – donde varias
escuelas produjeron frescos admirables – pero la misma tiene temas
marcadamente narrativos, anecdóticos y principalmente funerarios. Aunque el
arte etrusco, como otras artes del Mediterráneo Occidental, se vio influido
fuertemente por el arte de la Grecia Clásica y el magnificente arte helenístico,
guarda características singulares, el arte etrusco muy relacionado a los rituales
funerarios llegó a Roma un extraordinario
naturalismo en cuanto a la representación de rostros:
los bustos son prácticamente una invención etrusca,
el busto propiamente dicho, realizado en bronce
fundido, difiere del "busto" griego, en éste último la
persona retratada suele estar idealizada, no así en el
genuino busto etrusco. Los colores preferidos en la
pintura por los etruscos fueron el rojo, verde y el
azul, al parecer porque les asignaban connotaciones
religiosas. Entre las obras más destacables se
encuentran: 1) El Apolo de Veio, (imagen de la
derecha) escultura del dios Apolo del siglo VI a. C.
encontrada en el templo/santuario en honor a la
diosa Minerva de Portonaccio. 2) La Quimera de
Arezzo: fechada entre 380 y 360 a.C. La quimera,
según la mitología romana, fue abatida por
Beleforonte, a lomos de su caballo Pegaso. 3) Loba
Capitolina o Lupa Capitolina: esta célebre escultura
ha llegado en cierto modo a ser un símbolo de
Roma, sin embargo todo indica que es una obra
etrusca del s. IV a. C., en cuanto a los dos niños que representan a Rómulo y
Remo, téngase en cuenta que fueron forjados y añadidos en el s XVI (imagen a la
izquierda abajo) y 4) El sarcófago de los esposos: fechada hacia el 520 a.C. Fue
encontrada en una necrópolis en Cerveteri. Construido en terracota, la tapa del
sarcófago representa una pareja recostada en un triclinio (imagen abajo página
siguiente).

La escultura etrusca se caracteriza por el empleo sistemático del barro. Frente a la


tradición griega, jamás utilizaron el
mármol pero, en algún caso, emplearon
piedras locales para la producción de
bajorrelieves. También trabajaron el
bronce, con técnicas análogas a las
empleadas por los griegos, material que
era utilizado, de forma casi exclusiva,
para piezas con fines religiosos y
funerarios. La producción escultórica
alcanza niveles de gran calidad durante
el siglo VI a.C., época en la que, en
coroplastia (técnica de modelar en
barro), destacan dos centros de

19
producción, Caere y Veyes. En el primero, la producción comprende tantos
elementos de decoración arquitectónica (placas, antefijas y acróteras) como
sarcófagos, entre los cuales destaca el de Los Esposos (530-520 a.C.). Al taller de
Veyes hay que atribuir una de las mejores obras de la coroplastia etrusca, el
Apolo.

Aunque la escultura en bronce es mucho menos abundante, los ejemplos


conservados proporcionan sobradas muestras de su calidad, como demuestra la
obra titulada Loba Capitolina (primera mitad del siglo V a.C.), Cabeza de Zeus
(400 a.C.). Ambos constituyen buena prueba de la vinculación con modelos
griegos muy precisos, en este
caso Fidias y Policleto,
respectivamente. También en el
ámbito del arte funerario se
afirma el papel de la
decoración en relieve en
estelas, cipos, sarcófagos y
urnas crematorias, sin olvidar
las composiciones esculpidas en
las paredes de las tumbas con
temas inspirados,
prioritariamente, en la vida del
difunto y en su viaje al más allá.

La Pintura Etrusca.
Las especiales características de las tumbas -cámaras subterráneas- han permitido
conservar un importante conjunto de pintura parietal. Aunque la necrópolis de
Tarquinia es la que ha proporcionado mayor número de ejemplos. Se trata de
realizaciones al fresco, en las que el dibujo y el color responden a ciertos
convencionalismos, que rigieron también en la pintura griega arcaica. Así, en
época arcaica (siglo VI a.C.), el rojo oscuro se utiliza para los cuerpos y rostros
de las figuras masculinas y el blanco para las femeninas. En una primera fase, los
motivos se siluetearon con un trazo continuo oscuro que se rellenaba con
pigmentos. A partir del siglo IV a.C., la línea de contorno tendió a difuminarse y
el tratamiento del color, enriquecido con el sombreado y el degradado,
contribuyó a dar corporeidad a las representaciones. En relación con su
contenido se observa, durante los siglos VI y V a.C., una predilección por la
representación de escenas realistas relativas a la vida cotidiana, siendo un buen
ejemplo de ello la tumba de la Caza y de la Pesca, de los años 530-520 a.C., en
Tarquinia. Abundan también las pinturas que ilustran algunos ritos de los
funerales, como banquetes y danzas, advirtiéndose una progresiva enfatización
de este tema a lo largo del siglo V a.C.

A partir del siglo IV a.C. cobraron importancia las representaciones del mundo
de ultratumba y las composiciones mitológicas. Los difuntos, individualizados
por los retratos y por las inscripciones, se acompañaron de seres infernales y
divinos y de héroes mitológicos.

20
La Cerámica Etrusca.
La variedad más original de la cerámica es la conocida como bucchero, cerámica
negra y de aspecto brillante, producida desde mediados del siglo VII a.C. Pero,
de forma paralela y hasta la mitad del siglo VI a.C., la alfarería con decoración
pintada, de influencia griega, concretamente corintia, tuvo un auge importante
en Etruria. Hacia la primera mitad del siglo III a.C., un taller romano conocido
como «de las pequeñas estampillas» inició la producción de vasos de barniz
negro. Es en las producciones de objetos suntuarios (de oro, marfil y plata
principalmente) donde el arte etrusco, en especial en las épocas orientalizante y
arcaica, pertenecientes a los siglos VII y VI a.C., muestra mayor originalidad. De
la primera mitad del siglo VII a.C. son las refinadas piezas de orfebrería (fíbulas,
brazaletes, pectorales y, en general, joyas de adorno personal) depositadas en las
tumbas principescas de Etruria.
A fines del siglo VII a.C., se constata la implantación de artesanos en Vulci, en la
Etruria meridional, y en Vetulonia, en la septentrional. Posteriormente, a lo largo
del siglo VI a.C., se introdujeron en Caere y, en menor grado, en Veyes, en
Chiusi y, quizás, en Populonia.
Así mismo, se documenta el trabajo de la plata desde mediados del siglo VII a.C.
en algunos objetos, como la Sítula Castellani de Praeneste (650 a.C.), producidos
en Etruria por artesanos de formación oriental.

ARTE DE LA REPUBLICA Y EL IMPERIO ROMANO.

La elaboración de una estructuración del arte romano requiere el exacto


conocimiento de las fechas, los datos numéricos que hacen que se pueda saber
cuando comienza el arte romano como tal, cuando comienza a cambiar y
cuando finaliza. Con base en este abordaje es de vital importancia el
conocimiento de la distribución histórica de los diferentes dirigentes de Roma -
como republica o como imperio -. No se debe olvidar que muchísimas de las
actividades artísticas de roma tuvieron que ver no solo con la capacidad para
copiar esculturas griegas sino con los deseos o los entretenimientos de los
grandes políticos de la patria romana. Eran ellos quienes tenían con que hacer
copias, tenían recursos económicos para mandar a esculpir con piedras costosas
de canteras que quedaban a distancias de las zonas de escuelas de escultura, y
fueron aquellos emperadores quienes enviaban embarcaciones para transportar
esculturas encontradas en viejas tierras griegas (Creta, Troya, islas Cicliadas o
Egipto).

La Roma antigua, desde que esta era republica, pasando por los momentos de
imperio y terminando con las divisiones del imperio, conto con 60 dirigentes
entre primeros dirigentes o emperadores, y de estos algunos fueron de mayor
influencia en el arte que otros (Tabla 1).

21
Tabla 1. Emperadores, dirigentes Romanos y su influencia artística

Emperador Fecha Acto Artístico


Cneo Pompeyo Magno 106-48 a.C. Retrato de Pompeyo
100-44 a.C. Penetracion a tierras Griegas y
Cayo Julio Cesar Galas, Retrato de Cesar
Marco Antonio 83-30 a.C. Contacto con cultura Egipcia
Cayo Octavio Turino (primer Escultura de Octavio,
nombre) 63 a.C. – 14 Bajorrelieve del Arca Pacis,
Cayo Julio Cesar Octaviano d.C. Escultura de Augusto.
(segundo)
Cayo Julio Cesar Augusto (tercero)
Tiberio 14-37 d.C. Escultura de Tiberio, Arco de
Tiberio
Calígula 37-41 d.C. Ninguna
Claudio 41-54 d.C. Retrato de Claudio
Nerón 54-68 d.C. Retrato de Nerón
Galba 68-69 d.C. Ninguna
Oton 69 d.C. Ninguna
Vitelio 69 d.C. Ninguna
Vespasiano 69-79 d.C. Ninguna
Tito 79-81 d.C. Construcción del Coliseo
Romano, Arco de Tito
Dominiciano 81-96 d.C. Ninguna
Nerva 96-98 d.C. Ninguna
Trajano 98-117 d.C. Columna de Trajano, Retrato
de Trajano.
Adriano 117-138 d.C. Muralla de Adriano, Mausoleo
y busto de Adriano
Antonio Pio 138-161 d.C. Templo de Venus, Columna de
Antonio.
Marco Aurelio 161-180 d.C. Escultura de Marco Aurelio,
Columna de Marco Aurelio.
Cómodo 177-192 d.C. Ninguna
Pertinax 193 d.C. Ninguna
Didio Juliano 193 d.C. Ninguna
Séptimo Severo 193-211 d.C. Ninguna
Caracalla 211-217 d.C. Pintura Cristiana en
Catatumbas, Retrato de
Caracalla
Geta 211-212 d.C. Ninguna
Macrino 217-218 d.C. Ninguna
Heliogábalo 218-222 d.C. Retrato de Heliogábalo
Alejandro Severo 222-235 d.C. Retrato de Alejandro Severo
Continuación, Tabla 1.

22
Emperador Fecha Acto Artístico
Máximo 235-238 d.C. Retrato de Máximo Tracio
Filipo 244-249 d.C. Ninguna
Decio 249-251 d.C. Retrato de Decio
Galo 251-253 d.C. Arco de Galerio
Valeriano 253-260 d.C. Ninguna
Galieno 260-268 d.C. Ninguna
Claudio II 268-270 d.C. Ninguna
Aureliano 270-275 d.C. Ninguna
Tácito 275-276 d.C. Ninguna
Probo 276-282 d.C. Ninguna
Caro 282-283 d.C. Ninguna
Diocleciano y Tetrarcas 284-305 d.C. Columna de Diocleciano,
Escultura de Tetrarca
Constantino y Tetrarcas 306-313 d.C. Escultura de Constantino
Constantino y Licinio 313-324 d.C. Arco de Constantino
Constantino 324-337 d.C. Ninguna
Constantino II 337-340 d.C. Ninguna
Constante 337-350 d.C. Ninguna
Constancia 337-361 d.C. Ninguna
Valentiniano I 364-375 d.C. Ninguna
Valente (en Oriente) 364-378 d.C. Ninguna
Teodosio (Oriente) 379-395 d.C. Relieve de Teodosio
presidiendo los juegos
Arcadio (Oriente) 395-408 d.C. Ninguna
Onorio (Occidente) 395-423 d.C. Ninguna
Teodosio II (Oriente) 408-450 d.C. Zócalo en Constantinopla
Valentiniano (Occidente) 425-455 d.C. Ninguna
Mariano (Oriente) 450-457 d.C. Ninguna
Avito (Occidente) 455-456 d.C. Ninguna
Majorio (Occidente) 457-461 d.C. Ninguna
León I (Oriente) 457-474 d.C. Ninguna
Severo III (Occidente) 461-465 d.C. Arco de Séptimo Severo
Antemio (Occidente) 467-472 d.C. Ninguna
Rómulo Augusto (Occidente) 475-476 d.C. Ninguna
Los Vándalos Saquean Roma

Como lo muestra el desarrollo artístico de roma, fueron los emperadores del


inicio del imperio quienes mas dedicaron sus vidas a la creación de obras y
posteriormente, el imperio del águila entra en una etapa de subsistencia y
desarrollo social para la manutención de sus habitantes, quedando muy pocas
señales y escasez de manifestaciones artísticas o información arqueológica de la
roma de los años 100 a 300 d.C. Los pocos restos de arquitectura religiosa que se
han conservado llevan a pensar que se mantuvieron algunos rasgos etruscos. La
expansión romana por el sur de Italia y Sicilia, así como la conexión del Asia
Menor helenizada e incluso de Grecia, iniciada en el siglo III a.C. y finalizada a
mediados del siglo II a.C., desencadenó un complejo proceso de asimilación que
implicó una profunda transformación de la sociedad romana y dejó una

23
impronta notable en sus manifestaciones artísticas. Este proceso se caracterizó por
la afluencia cuantiosa de obras del patrimonio artístico griego que se dieron a
conocer en Roma como botín. Con ellas llegaron también los artífices, cautivos
de guerra o individuos libres, que propiciaron la introducción de la cultura
material griega entre las clases altas de la sociedad romana. Esta sociedad,
cautivada por la civilización del vencido, desarrolló un gran interés por el
coleccionismo, que llegó a límites exagerados al amparo de una concentración
de capital sin precedentes en manos del estado y de particulares.

El arte de la republica y el imperio romano puede dividirse en la manifestación


de la arquitectura, pintura (de poca cantidad), escultura (denominada en ese
entonces como retratos, cuando la escultura era solo en forma de cráneos,
posteriormente se introdujeron los bustos al adicionarle los hombros a la
estructura física de la cabeza), los mosaicos (de mucho apogeo y muy
característicos de Roma) y la orfebrería. De nuevo se hace la división entre las
manifestaciones artísticas del arte plástico y el arte arquitectónico, el cual fue de
muchísima relevancia en el desarrollo de la Roma como imperio porque sus
estructuras artísticas fueron unidas a destrezas de ingeniería, lo cual permitió un
desarrollo exagerado de la Roma como ciudad, republica e imperio.
Para el abordaje del ensayo se le enfatizara de nuevo en lo que Roma mostro en
las primeras expresiones artísticas y se sale del alcance del tema el desarrollo del
arte de la arquitectura y la ingeniería romana.

Una de las más importantes manifestaciones de diseño artístico del inicio del
imperio romano es el Arca Pacis. Obra dedicada el año 9 a.C. a conmemorar la
pacificación del Imperio. Se trata de una estructura cerrada sobre una plataforma
o podio, al cual se accedía por una escalinata y dos grandes puertas abiertas en
los lados largos. En su
interior se encontraba el
altar, situado sobre un
basamento escalonado.
Hay, pues, una falta de
uniformidad notable,
pero sólo en lo referente
al contenido temático y
nunca en lo que atañe a
la calidad técnica y
estilística de la obra. En
tanto que las escenas
mitológicas y alegóricas
muestran notables
influencias de los relieves
paisajísticos del arte helenístico, la procesión de los frisos externos responde al
tema histórico romano. No hay que olvidar, finalmente, que, en época de
Augusto, se asiste a un notable desarrollo artístico de las provincias.

24
Escultura Romana.
Al igual que en Grecia, los materiales utilizados fueron, por lo general, el mármol
y el bronce. Son los temas los que confieren personalidad a la escultura romana,
sobre todo el llamado relieve histórico y el retrato. Los relieves históricos
reproducían gestas protagonizadas por personajes romanos o acontecimientos de
interés público y, generalmente, decoraban monumentos arquitectónicos
encargados por los protagonistas de los episodios que conmemoraban o bien por
entidades públicas que pretendían rendirles homenaje.
El retrato, sobre cuyos orígenes se ha debatido
ampliamente, es uno de los géneros más
característicos de la escultura romana. Durante
largo tiempo se consideró que el carácter
eminentemente realista del retrato romano era
fruto de una necesidad no tanto estética como
social y religiosa, relacionada con el culto a los
antepasados, estrictamente reservado a la
nobleza, que se concretaba en el privilegio de
guardar las imágenes de los antepasados en
muebles especiales en el atrio de las casas y de
exhibirlas al público en ocasiones determinadas.
En su origen se trataba de simples mascarillas de
cera, pero a fines de la época republicana se
remplazaron por bustos esculpidos, de los que
se debieron realizar numerosas reproducciones, contemporáneas y posteriores,
para las diferentes ramas de la familia.

La primera corriente se caracteriza por la intensidad de expresión predominante,


combinada con ciertos recursos técnicos heredados de la escultura en terracota,
como lo atestiguan las cabezas en bronce del senador Brutus (arrugas en la cara,
pómulos salientes) (imagen superior derecha). La contribución helenística en el
retrato es eminentemente estilística. Esta confluencia de factores se cristaliza, en
el siglo I a.C., en dos modelos de retrato bastante definidos. Por una parte, los
pertenecientes a individuos particulares
desconocidos, cuya principal característica es su
realismo exagerado, que no evita el menor rasgo
por desagradable que pueda parecer. En ella se
representaron con todo realismo las arrugas que
transmiten la delgadez de la piel y que, en
conjunto, confieren al rostro una expresión
cadavérica. Muy diferente a este modelo es el
retrato honorífico. Aunque la identificación con
personajes históricos no siempre es segura, en
algunos casos la comparación con
representaciones en monedas, A este grupo
pertenecen los retratos de Sila, Pompeyo y César
(imagen derecha). En general este tipo de retrato,
nutrido en las experiencias helenísticas, se interesó
más por la plasmación de la personalidad del retratado que por la reproducción

25
minuciosa de las particularidades del rostro y persistió con posterioridad al
período republicano (arte clasicista).
La tendencia clasicista afecta también al retrato durante el período de Augusto.
La tradición del retrato republicano, en su versión más realista, no parece tener
continuidad y, en general, los retratos de particulares siguen las pautas del
retrato oficial, aunque con matizaciones importantes. Estas matizaciones se
debían a la existencia en Roma de talleres diversos que trabajaban según distintas
tendencias estilísticas, y a la actividad de talleres
provinciales, cuyas obras presentaban diferencias
sensibles de estilo en relación con obras realizadas
en fechas contemporáneas en la metrópoli. De los
muchos retratos de Augusto conservados, dos
merecen especial atención porque, aun
respondiendo a tipos distintos, son el paradigma
de la tendencia clasicista. La estatua de Augusto
representa al emperador dirigiéndose al ejército,
con la mano derecha levantada, en la tradicional
actitud del orador (imagen derecha). Por el
contrario, los retratos de Agripa, el yerno de
Augusto, fueron elaborados con un discreto efecto
de claroscuro y una acentuada penetración
psicológica que los relaciona más estrechamente
con la tradición helenística que había caracterizado
al retrato oficial de los últimos años de la República.
El mantenimiento de las tendencias propias del clasicismo de la época de
Augusto es igualmente evidente en otras manifestaciones artísticas de este
período, sobre todo en los retratos de sus inmediatos sucesores, como se
observa, por ejemplo, en el retrato de Tiberio, concebido en la más pura
tradición de este clasicismo augustal. Si bien los retratos
oficiales, tanto masculinos como femeninos, conservan
todavía una impronta clasicista, no puede decirse lo
mismo del retrato no oficial, que, alejado de los
modelos de la corte, pierde entonación académica y
adopta formas mucho más expresivas y vivaces. En
realidad, la presencia de tales tendencias en el retrato
oficial sólo parece atenuarse en las últimas
representaciones de Calígula (imagen izquierda), cuando
empieza a advertirse la búsqueda de características más
realistas. Hay que esperar sin embargo hasta los tiempos
de Claudio para que las caracterizaciones sean más
acusadas y el modelado más rico y ágil. Los retratos de
Nerón, su sucesor, son fieles a la línea iniciada por la
retratística en época de Claudio.
El retrato de la etapa flavia abandona la corrección un tanto convencional de la
época precedente y se inclina por la tradición romana de las representaciones
realistas. Aunque este aspecto parece conducir al realismo propio del retrato
tardo republicano, hay una diferencia notable. Mientras este último surge como
algo espontáneo, el Flavio es intencionado y el cromatismo y el modelado que

26
presenta reflejan una cultura artística
distinta de la republicana y tienden a
adoptar un aspecto más idealizado,
inspirado en el tipo de monarca
helenístico. Una novedad la constituye, en
muchos retratos, la torsión lateral de la
cabeza, que rompe con la frontalidad un
tanto rígida de los retratos precedentes, a
la par que se alarga la forma del busto,
abarcando los hombros y modelando los
pectorales. En el tratamiento de los
peinados empiezan a prodigarse los
efectos del trépano, sobre todo en los
retratos femeninos que utilizan las
diademas de rizos. El arte del retrato crea
igualmente obras maestras caracterizadas por un acertado equilibrio entre
clasicismo y naturalismo. Buena muestra de ello son los retratos del emperador,
entre los que destaca el hallado en Ostia, denominado Cabeza de Trajano
(imagen arriba), realizado después de su muerte, y que, a pesar de presentar
unos rasgos idealizados, transmite también una imagen profundamente humana.
El retorno a los ideales clásicos que experimenta el arte romano en este período,
tanto en el estilo como en el contenido, se manifiesta notablemente en el arte
del retrato. En el arte del retrato de esta época hay que señalar dos
innovaciones: una, iconográfica, consistente en la representación de la barba
poblada, rasgo que siguió siendo característico de la imagen de los emperadores
durante casi un siglo hasta que, en época de los Severos, se introdujeron el
cabello y la barba más cortos; la segunda, de carácter técnico, con la
representación plástica del iris y de la pupila, recurso ya utilizado previamente en
representaciones en bronce y en terracota, pero que en el mármol se había
sustituido por la aplicación de color. En el retrato femenino se advierte que los
peinados adoptan formas más simples, con raya central y diadema, apartándose
sensiblemente de los modelos complicados que privaban en las épocas Flavia y
trajana.
El retrato del último período de los
Antoninos se caracteriza, en líneas generales,
por un paulatino alejamiento de los ideales
clásicos griegos. La aplicación de nuevos
recursos técnicos produce contrastes cada
vez más acentuados entre las pulidas
superficies, que representan la piel, y un
marcado claroscuro, con el uso cada vez más
intenso del trépano en el tratamiento del
cabello (imagen izquierda). Estas
modificaciones en el plano técnico se
acompañan de transformaciones en el
contenido, como el tratamiento de los ojos
(que miran hacia arriba o a los lados) o los gruesos párpados superiores, rasgos
que confieren a las caras una expresión de languidez, En esta misma orientación

27
habría que incluir el relieve con la representación de la apoteosis de Antonino
Pío y Faustina, que decoraba una de las caras del basamento de la columna de
Antonino.
Otro ejemplo notable lo constituye la columna de
Marco Aurelio, obra de los primeros años del
reinado de Cómodo, en la que en un relieve
continuo en espiral se representan las guerras de
Marco Aurelio contra los germanos y los
sármatas. Inspirada evidentemente en la columna
de Trajano, revela, no obstante, una concepción
artística profundamente distinta. La reducción de
espirales y la mayor altura de éstas implican la
adopción de figuras mayores -a menudo mal
proporcionadas, con un relieve más acentuado y
nítido-, en las cuales el uso del trépano crea
acentuados contrastes. El elemento paisajístico,
por otra parte, pierde importancia y las escenas se
suceden de manera más concisa y separadas.
Es en la escultura donde mejor se aprecian los cambios que definen el arte tardo
antiguo. En el retrato, particular u oficial, el
estilo clasicista se caracteriza, desde principios
del siglo III, por la descomposición de la
estructura anatómica del rostro que pone fin a
la inmutable belleza clásica y da paso a la
expresión deseada. El «expresionismo» que
define los rostros afligidos, marcados por la
angustia, afecta también a los jóvenes
precozmente envejecidos. El ojo, agrandado
más allá de lo natural, acentuado por la
incisión de la pupila y el iris, es el rasgo más
peculiar. Completan la expresión la comisura
de los labios caídos y la inclinación de la
cabeza. La masa del cabello o la descuidada barba corta se labran con toques
rápidos de cincel, que producen profundos surcos y orificios y rompen el
anterior equilibrio del claroscuro.

Para la cronología de los diversos tipos y


corrientes artísticas son fundamentales los
retratos de los emperadores Caracalla
(imagen superior izquierda), Heliogábalo
(imagen derecha) y Alejandro Severo. Un
perfecto exponente del retrato psicológico es
el que representa a Caracalla como la
máscara de un tirano, en torsión forzada del
cuello. La contracción de músculos, propia de
un movimiento violento, expresa una
personalidad nada común.

28
En el retrato de Alejandro Severo, aún de gusto clasicista, se consuma la
tendencia a la disolución de la forma y se da paso a una corriente realista, que
concentra la atención en rasgos particulares, como los ojos, las arrugas y la
expresión. Son imágenes rotundas, que desprenden energía y el estado de humor
del momento. Los mejores exponentes son los retratos de Maximino Tracio
(imagen izquierda página anterior), Pupieno, Felipe el Árabe y Decio, con el pelo
cortado al rape y una barba de pocos días, acorde con el carácter viril y militar
de los personajes.

El retrato registra, así mismo, diversas tendencias.


Al principio, la cabeza se concibe al modo
tetrárquico como un bloque, con los rasgos de la
cara como elementos decorativos, el cabello corto
y la barba punteada. Luego la cabeza tiende a la
esfera, retoma el sentido de la plasticidad y
excluye la barba. En torno al año 320 d.C. el
estilo es ya claramente clasicista, con una decidida
orientación hacia el arte augustal. Tras la
fundación de Constantinopla, la corriente
clasicista se refuerza. Las cabezas colosales del
palacio de los Conservadores en Roma, una en
mármol y otra en bronce, son un buen reflejo de
este tipo de retrato. Los rasgos de la cara no
muestran ninguna diferenciación orgánica. Los
ojos abiertos tienen las pupilas dilatadas e incisas. Son de un expresionismo
sobrehumano, que posteriormente se agudizó. Se consigue una construcción
abstracta de tradición clasicista, capaz de expresar la exaltación del poder
terrenal y la divina majestad del emperador. No obstante, en época de Juliano
(360-363 d.C.) y de Teodosio (379-395 d.C.) se produjeron rostros más
delicados y alargados (imagen arriba).

Tabla 2. Evolución del retrato Romano según Influencia Cronológica del


Emperador.

Emperador Estilo del Retrato


Cayo Julio Cesar Retrato Honorifico y Retrato Exagerado
Cayo Octavio Turino (primer nombre)
Cayo Julio Cesar Octaviano (segundo) Retrato Clasicista
Cayo Julio Cesar Augusto (tercero)
Tiberio Retrato Clasicista
Calígula Retrato Realista
Flavio Retrato Idealizado
Retrato Clasicismo + Retrato Naturalista
Trajano (Torsión lateral de la cabeza, busto con
hombros)
Séptimo Severo Retrato Iconográfico
Antonios Retrato con alejamiento de ideales clásicos
griegos.
Máximo Tracio Retrato Realista
Tetrarcas Retrato Clasicista (Tendencia Augustal)
Teodocio Retratos alargados y delicados

29
Pintura Romana.
La escultura y, muy especialmente, la arquitectura son las manifestaciones
artísticas en las que, en época tardo republicana, se afirmó con mayor fuerza el
espíritu genuinamente romano, pero en otras manifestaciones, como el mosaico
y la pintura mural, éste tardó más en afianzarse.
A fines del siglo III y principios del IV, los murales figurados a amplia escala
incluyen la composición mitológica. Uno de los mejor conocidos, un tema
marino con la posible figura de Venus. Un amplio número de murales pintados
del siglo IV representan escenas ceremoniales y documentales. A partir del siglo
IV, en los ambientes de cierta suntuosidad se decoran las paredes con mármoles
recortados de ricos colores.
Si se exceptúa la pintura de las catacumbas, la pintura romana de los siglos III y
IV es poco conocida, seguramente porque los restos son escasos y mal
conservados. Por ello cobran singular importancia los frescos de la ciudad de
Ostia, que permiten seguir las vicisitudes de la pintura italiana desde Adriano
hasta Teodosio. A fines del siglo II la pintura se caracteriza por su estilo abstracto
y lineal, en rojo y verde, que recuerda la ficción ilusionista de las arquitecturas de
la pintura pompeyana en la estructura de la pared.
Al margen de las pinturas triunfales, de las cuales hay restos en Roma ya en el
siglo III a.C., se asiste a un notable desarrollo de la pintura mural de tradición
helenística. Como en otros aspectos,
Pompeya constituye la principal
fuente de información para este
período, durante el cual se
produjeron dos de los cuatro estilos
que se han diferenciado en el
conjunto pompeyano. El primer estilo
se fecha a comienzos del siglo II a.C. y
se caracteriza, por presentar una
división tripartita del muro, con un
zócalo en la parte inferior, imitación
de grandes losas de mármol en la
parte media y, en la parte superior,
una cornisa, un friso y otra cornisa.
Del segundo estilo (imagen a la
derecha), llamado arquitectónico, que
nació en Roma hacia el 90 a.C., se
dispone de una excelente muestra en
los de la casa de los Grifos. Este
nuevo estilo comportó cambios
notables, pues se creó sensación de
profundidad con la incorporación de columnas y arquitrabes y, en época
posterior, la imitación del mármol cedió paso a escenas con figuras o paisajes,
como se aprecia en la villa de los Misterios de Pompeya (mediados del siglo I
a.C.). Los dos ejemplos citados son el antecedente del tercer estilo, surgido en
Roma en época de Augusto y caracterizado por una decoración articulada de
paneles yuxtapuestos, de colores lisos, separados por representaciones de

30
candelabros en sustitución de las columnas. Generalmente el panel central de
cada pared presenta un cuadro más pequeño, en el que se representa un paisaje
o una escena mitológica. Tras el terremoto del año 62, las casas reconstruidas en
Pompeya se decoraron según el cuarto estilo: de la segunda mitad del siglo I a.C.
siendo una especie de síntesis de las tendencias anteriores, dominadas por una
escenografía fantástica donde se combinan los motivos imaginarios y las
perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar barroquismo
conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas
pinturas se les daba relieve por medio de estucos.

Mosaico Romano.
El mosaico, cuyos orígenes en Occidente deben buscarse en la Magna Grecia,
empezó a difundirse en el mundo romano en el siglo II a.C., siendo el conjunto
mejor conocido, para la primera época, el proporcionado por la ciudad de
Pompeya. Se trata de una modalidad característica de las últimas décadas de la
República y de la cual
hay buenos ejemplos en
Pompeya, como el
Mosaico de Alejandro,
procedente de la casa
del Fauno (siglo I a.C.)
(Imagen de la izquierda).
El mosaico se caracteriza,
en época de Augusto,
por la creciente
utilización de la
decoración geométrica en blanco y negro, esta decoración bi-cromatica
desarrolla complejos diseños geométricos, modalidad que parece generalizarse a
lo largo del siglo I, parece que, durante el siglo I, el mosaico policromo se
reservaba para las paredes. En el arte de los mosaicos persiste, durante el siglo II,
la tradición del mosaico en blanco y negro que desarrolla, junto a motivos
geométricos ya conocidos, el denominado “estilo florido” y el gusto por las
representaciones figuradas que, en algunos casos, se extienden por toda la
superficie de los pavimentos. Así mismo, se observa la creciente incorporación
del color hasta desembocar en las composiciones policromas del siglo III. El uso
de mosaicos implicó la pérdida de importancia de la pintura. A partir del modelo
itálico se define un estilo florido, policromo y muy sutil, de composiciones
geométricas tratadas en sentido vegetal. En los bordes, paneles y medallones
prevalecen los motivos florales y las guirnaldas de laurel. Mientras que en Italia
prevaleció el mosaico bicromo hasta pleno siglo III, en Grecia y Próximo
Oriente, en cambio, la policromía definió la herencia helenística y la identidad
clasicista hasta fines del siglo IV. En las provincias occidentales, el mosaico
evoluciona a partir del legado itálico hacia tendencias propias, asumiendo
progresivamente la policromía.

Constantino (306-337 d.C.) firmó en el año 313 d.C., el edicto de Tolerancia –


también conocido como edicto de Milán – que le consagró como protector del

31
cristianismo. Con la dinastía constantiniana se inicia un período fundamental en
el desarrollo y expansión de esta religión, conocido como “Paz de la Iglesia”.
Pero lo que realmente determinó la decisiva expansión del cristianismo en el
mundo romano fueron los decretos del emperador Teodosio (379-395 d.C.),
por los que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del estado romano
(380 d.C.). A partir de ese momento puede hablarse del Imperio Romano
Cristiano, impulsor de las expresiones artísticas cristianas con un peculiar
distintivo de romanidad.

Finalmente, el arte del imperio romano también decae hasta cambiar de forma
de mostrase. La capacidad de re-elaborar la herencia naturalista griega para
expresar sus propios temas y valores es el rasgo que mejor define lo que fue el
arte romano que, como se ha visto, pese a esa dependencia frontal de los
hallazgos helenos – perspectiva, sombreado, proporciones, claroscuros, etcétera.
–, resulta inconfundible, sobre todo a partir de Augusto, en sus creaciones mas
características: el retrato realista; la inclinación por la documentación de
documentos históricos, ceremoniales o cotidianos que genera la narración
continua y ese prurito por dar cuenta de las cosas de la manera mas completa,
que le lleva a combinar diferentes puntos de vista en una misma narración, aun
vulnerando la lógica semántica y la consistencia visual; o la recreación pictórica
de espacios alusivos o fantásticos, inclinándose hacia manifestaciones decorativas
que no reaparecen en el arte europeo hasta el barroco y el rococó.
Cuando tras la crisis del siglo III d.C., los emperadores empezaron a prescindir
de la tradición naturalista helena, para adoptar formas de expresión más directas
y simplificadas, es tradición entro en crisis, deslizándose hacia las formas propias
del arte bizantino y medieval.

CONCLUSION Y OPINION PERSONAL.

El autor se introduce en una conclusión basada en lo diferente del abordaje de


los distintos temas, Arte Griego y Arte Romano. Sin alejarse del esquema del
texto, se analiza el arte Griego desde el punto de vista cronológico, en
prácticamente todos los libros de historia del arte las explicaciones del arte griego
pasan de manifestaciones de épocas helenísticas a épocas clásicas sin hacer un
orden de expresión o tendencia. De igual forma, se le da mas importancia a los
componentes del helénico tardío que a los comienzos del arte de la cultura
Griega, y esta forma de hacerlo es una clara forma de mostrar el arte mas desde
el punto de vista arte llamativo con tendencia económica que realmente un
deseo de presentar la evolución del arte Griego. Podría el autor atreverse a
plantear que muy poca gente, aun los que gustan de la historia del arte, pero no
los avezados en estudios artísticos; que el arte cicladico no ha sido mostrado en
toda su trayectoria y exaltación. Es imposible resumir el arte griego en dos o tres
esculturas, el arte griego no solo cuenta con varios sitios (Creta, Peloponeso,
Troya y las islas Cicladas) sino que va desde el año 3000 a.C. hasta el 50 a.C. El
autor hace una buena aproximación de los cambios artísticos a través del tiempo
y a través de las posiciones geográficas.
Con las revelaciones artísticas der la cultura romana la situación podría decirse
que es relativamente mas sencillo, la cultura romana fue mas sociedad, mas

32
gobierno, mas política, mas leyes, mas guerra y aparentemente menos
demostración artística. Esto hace de los tópicos de Roma y arte un trabajo más
pequeño, más conciso y de menos influencias regionales a pesar de cambios a
través del tiempo. Aun así, lograron estructurar una identidad cultural artística
propia en su legado romano. Ese recuerdo dejado por los romanos es plasmado
en forma organizada por el autor. Desde la cultura que los presidio, los Etruscos,
hasta la división del imperio en los primeros 300 años de esta era.
El objetivo del autor siempre ha sido centrado en la gran mayoría de veces en
arte platico: pintura, escultura y/o orfebrería, por la sencilla razón de que la
arquitectura en el arte o el arte arquitectónico requiere de unos conocimientos
en diseño arquitectónico que no son propios del Maestro en Historia del Arte
(MHA). Por lo tanto, el enfoque demostrado durante la explicación del arte
Griego tiene una connotación en por qué la historia influye en el arte, como lo
hacían, que significados tenían mas que abordajes extensos del conocimiento de
los templos Griegos o Romanos. Sin embargo, el haber tanto de arquitectura en
el arte de las diferentes culturas por las cuales el autor se pasea, un tópico de
valor para el final de la maestría en historia del arte podría ser “Cronología de la
Historia del Arte Arquitectónico”.
Seria de mucha utilidad, que los estudiantes de MHA, cuenten con la capacidad
para la realización de obras literarias que expliquen las diferentes épocas a través
de novelas históricas, y de esa forma, poder acercar más al lector a como fueron
las manifestaciones artísticas en periodos tan importantes como lo fueron las
épocas Griegas y Romanas.

“Terminaba la mañana, casi las 10:30 horas del quinto mes del año cuando
Plinio apenas se disponía a abrir sus grandes ojos: ! Patrón ¡ le gritan de la planta
baja. Su mármol ya llego al taller, ¿dese que se lo organicemos o quiere verlo
primero? Ya bajo, responde el escultor en jefe. Apenas levantaba su cabeza que
no sentía muy bien por el efecto del vino que había estado consumiendo la
noche anterior. – Bonita pieza, ¿no te parece? Claro patrón, le contesta su
ayudante de la escuela de escultura de la quinta esquina, escuela donde se
esculpen esculturas día y noche a dos cuadras del Coliseo Romano. No siendo el
mejor lugar para inspirar sus ideas de escultura, era mucha la bulla que se
escuchaba de las peleas del coliseo. Aun así, no le impedía mantener su cincel al
aire para lograr formar el borde superior del hombro de la escultura que su
emperador Tito le había encomendado realizar para finales del mes.
No era nunca fácil lidiar con los deseos de sus clientes pero eso no obstaculizaba
que a pesar de 12 horas de cincel, Plinio persista aplicando lija a los dedos de su
obra de arte. Súbitamente la voz de su esposa le interrumpe su concentración… !
Plinio ¡, vas a subir a comer – o tampoco hoy quieres hacer algo por mantenerte
con aliento – Plinio interrumpe sus pensamientos para darse cuenta que aun hay
mucho por hacer”.

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BIBLIOGRAFIA.

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