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Aproximadamente una de cada tres personas padece una enfermedad cardíaca. De allí
surge la vital importancia de la cirugía cardiovascular, práctica médica que cada año no solo
alarga la vida del paciente sino que mejora su calidad esto en gran parte, ha sido posible
gracias a los adelantos del instrumental quirúrgico para la cirugía cardiovascular.
La teleasistencia es una tendencia que, desde hace relativamente poco tiempo, está
revolucionando el seguimiento y tratamiento del paciente cardiaco. “Los nuevos dispositivos,
como por ejemplo, la nueva generación de desfibriladores automáticos implantables, nos
permiten establecer un control remoto de los pacientes. Antes, este tenía que trasladarse a
la consulta cada tres o seis meses para hacerle una revisión. Gracias a este sistema, sólo
tiene que acudir al centro hospitalario si se produce algún incidente”, explica el Dr. Merino.
El funcionamiento es muy sencillo. Tras implantar el dispositivo bajo la piel, a través de una
sencilla intervención, gracias a un sistema inalámbrico, todos los días a una hora prefijada,
un dispositivo externo “llama” al desfibrilador para recoger la información de su estado. Una
vez recogida la información, esta se transmite vía Internet a una página web que es
consultada por el personal médico de manera periódica. “De esta forma, si se ha producido
alguna anomalía –asegura el Dr. Merino- el sistema pone a nuestro alcance la misma
información que si el paciente se hubiera trasladado a la consulta”.
Asimismo, con algunos sistemas el paciente puede además medir su tensión o peso, y esta
información se retransmite al sistema para que el especialista también tenga acceso a la
misma. En palabras del Dr. José Luis Merino “esto nos permite llevar a cabo un manejo
integral del paciente, con el consecuente ahorro de personal y coste sanitario general ”
Otra de las técnicas que más se han desarrollado en los últimos años y han beneficiado el
tratamiento de los pacientes con problemas cardíacos, en este caso con arritmias, es la
ablación de tejido arrítmico mediante catéter. “Algunas personas experimentan
taquicardias o arritmias por exceso, es decir cuando hay más latidos del corazón de lo
normal y el paciente nota palpitaciones”, explica el Dr. José Luis Merino. “Para tratar este
problema, el cual suele responder mal a la medicación, se somete al paciente a una
intervención mínimamente invasiva, de dos a cuatro horas de duración, a través de la cual
eliminamos el tejido responsable de dicha arritmia”
El proceso consiste en la introducción por la pierna, llegando hasta el corazón, de unos
catéteres que contienen electrodos en su superficie, los cuales registran y provocan
actividad eléctrica. “Dependiendo de las señales eléctricas que se detecten, así como la
respuesta del corazón a esta estimulación eléctrica, se realiza el diagnóstico de la arritmia y
la localización de su origen”, comenta el Dr. Merino.
“Pero no se trata solamente de quedarnos en el diagnóstico –añade- sino que, una vez
localizado el problema, procedemos a eliminar lo que está provocando la arritmia para curar
al paciente”. Para llegar a esa ablación, el especialista se guía gracias a una pantalla de
rayos X, sistema implantado en la práctica clínica desde hace muchos años. Pero según
afirma el experto, “los rayos X tienen limitaciones. Por una parte, transmiten radiación al
paciente, por lo tanto, son perjudiciales, y por otro, nos proporcionan una imagen de dos
dimensiones del cuerpo, dándonos una información “plana” de hacia dónde estamos
dirigiendo el catéter”.
Las nuevas tecnologías han evolucionado hacia sistemas que actúan como GPS
cardiacos. “Gracias a estos sistemas, vemos representada en la pantalla de un ordenador
la posición espacial de los catéteres –explica el Dr. Merino-. Nos ofrecen una visión en 3D y
son capaces de reproducir un molde de la cavidad cardiaca que estamos explorando. Así,
podemos determinar exactamente dónde colocamos los catéteres para proceder finalmente
a la ablación”.