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Los beneficios de predicar el evangelio

Un gran evangelista se encontraba realizando una cruzada en cierto país y fue


invitado a la casa presidencial para dialogar con el mandatario de esa nación. La
conversación fue muy larga y llena de preguntas que el Presidente dirigía al evangelista.
Entre algunas de las preguntas el presidente le abordó al predicador con estas
interrogantes ¿Por qué le debo permitir predicar el evangelio en este país? ¿Qué
beneficios trae esto para nuestra gente? ¿Como cambia esto la situación de nuestra
nación? Luego de un breve silencio el evangelista le respondió contando el caso de Juan.
Juan es hombre casado y tiene tres hijos. El trabaja en una fábrica local de lunes a
viernes. Al recibir su pago cada fin de semana se reúne con otros de sus compañeros de
trabajo y se dedican a derrochar sus limitados ingresos en el licor. Juan llega a su casa sin
un centavo, su esposa no tiene nada para dar de comer a sus hijos. Debido a los efectos
del alcohol Juan maltrata físicamente a su esposa y a sus hijos. Cierto día alguien le
comparte el evangelio a Juan, él escucha con atención y acepta a Jesús como su salvador
personal. Llega el fin de semana en vez de ir a la cantina, Juan se dirige a la tienda,
compra toda la provisión de alimentos para su familia. Llega a casa y en vez de maltratar
a su esposa, ahora él tiene tiempo para escucharla y para compartir con sus hijos, quienes
ahora tienen alimento y asisten a la escuela. El domingo como familia se disponen a
asistir a una iglesia local donde ser formados, aprender a temer a Dios, a respetar la ley, a
amar a su país y ser una familia bien integrada. -“Estos son los beneficios Señor
Presidente”- dijo el evangelista. El presidente no tuvo más para argumentar.

I. La transformación que Dios realiza en la vida de las personas.


A. El caso de Pedro Hechos 2:37-41
B. El caso de Pablo Hechos 9: 20-22
C. El caso personal de cada creyente

II. La inserción de nuevos creyentes a la iglesia local.


A. El propósito de la gran comisión. Mateo 28:18-20
B. La capacitación provista por el Espíritu Santo

III. La participación de un mayor grupo de personas que glorifican a Dios.


A. Hechos 4:21
B. Hechos 13:48
C. Mateo 5:16

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