Biblioteca de Cataluna 5

También podría gustarte

Está en la página 1de 64

8

üL,m
"CATALUNYA EN EL MÓN"
BIBLIOTECA DE LA
FAMILIA PORTER , MOIX
BARCELONA
'
J
í *m

• . -v

/ .
MAM AL
tu

RETORICA V POÉTICA
por m. m.

BARCELONA
IMPRENTA Y TUNDICIÓN D E PON8 T O.'
i vi i V i»v COPOMB . >.° *

Í8ÍK.
/v* propiedad.
JIAXUAL
PE

RETÓRICA Y POÉTICA.
CAPÍTULO l-

i. Deñmolón At ]A llEtórica. —i. Hitaren?!:! cnln; L;L litrlurtan \ l.i tiniiiiii»


íícfli— 3, fJf*í«tton cíe íít Peftirtcn*

L La lleiúrica consiste en la colección Je preceptos y


Q-hscvYacionüs t{vc pueden cotiílucifttos íi espresnr mitistros
pensamientos de numera que consigamos el lin íjue nos pro-
ponemos.
á. Distingüese te lleíórlcn de te tiraináitm cit qut¡ r&m
nos enseña i» espresar los concebios con exactitud y clari-
dad, es decir, a dar á comprender simplemente las idens^
wiettiras aqu¿\kt nos proporciona tes medios cw $<¡Umtenw
de comunicar nuestros pensamientos, sino 1A luei-ui de
nuestras convicciones, los movimientos de nuestra seiisi-
bífritarf y las ííriugcíficfi tic nuestra fantasía*
U ¡teórica ce ti si de natía wmo tratado cíe ía espresíoo tic
Las ideas se llama con mas propiedad Jf/ot-uctan, pero aquí
entendemos arfentás la colección de preceptos y observacio-
nes particulares 6 loa diferentes géoerus de obras literarias.
o, Este tratado comprendere tros partes:
Primera .- ELOPXION Ó sea colección de preceptos relati-
vos á h cspre$íoii dü nuestras ideas y por /o tanío comu-
nes á toda especie de obras literarias (sejín cu prosa ó en
versof oratorias, históricas* didácticas, ele*)
Segunda; ORATOUU Ó mas propiamente trata lio de (as
composiciones prosaicas ó colección de; preceptos peculiares
á los distintos géneros de composiciones en prosa.
Tercera Í POÉTICA O tratado de las composiciones poéticas,
inclusa el AWTE MÉTIÍIÍM ó miado de ía \ersific¡icion , In
cual es La forma de que suelen revestirse estas composicio-
nes*
AfANL'AL

CAPÍTULO ir.

ELOCUCIÓN

t* Oliji-toite la E í o c u t í o t i . ^ * . ]>1v Luían " > Í J »»i*n;;t.

f. La Elocución considera Jas palabras ó como formando


;iaiie Je ima lengua ú úl:.oma? V» eu sus grupos nitinoves ú
seají es presión es aisladas , ó en sus grupos mas considera-
Mes ó sean clausulas; estudia además ciertas maneras par-
ticulares Je decir ó sea el lengiiHje Jígurndo, Ins pensamien-
tos en sí mismos y «I carácter ó estilo general que domina
en un escrito.
2. La Elocución comprende pues ios siguientes troiados
especíales;
Primero : Lenguaje*
Scpuncfr : Es-presianes atetadas.
Tercer A : ClñusnUs.
Cuarta : Lenguaje figurado ó sean Hopos y figuras.
Quinfa: PensAinicuLos.
Sexto: Estilo.

CAPÍTULO I I I .

tí El. LENGUAJE.

i. Dríliilciun í l r l Icngíuijr. — a flrflnlrlnn Í H SP^JIU* — 3. h{i hsioit *]c Jo*


^IpiíuH.. — 1 . división ilííl len^Míii^ — J . Cf^nifuíi^; nalutfil ó *it la ñsorio-
mifi y írefilu. — UH LcuRtiíiJus ftrtkfkrmlu* ú LíQhveflcÉunA|t>4.— r. l í n ^ u n j u
m^xto ti P T J I ^ — n. l,rt)Rmi)t; eu-j-Ha 6 « c r i i i » r ¡ i . ~ - 6, ftrig-pn ¡leí 1in>1Jnft-
í#í oral. —»rp* BrMczns »lu las ftfh^uii* n n N | j n j « B , ^ i i P <:¡ir¡irUT iririsk-"*''*
— "3. C-iftirtcr i ' ü i t u r c u n . — T Í - m r A c l c r 3ÍP*rét|ro,— H» Efectos 'l*í í f l *
formas sijilcllcu*- — L-I» Li'iitfirn rspjiñi>|j, y su urigtn ú h É i t o r U . — « * f"J1"
rítt'i^rtrs iíc ift r u t a n ™ , — * ? • nrllrjtfi uiuiErnl ite In IcdK'ía ^pnñfllí* —

1. Lenguaje es la manifestación da nuestros peitsíuuteh-


i«s.
2, Pura que exisla lenguaje es necesario que haya pensa-
mientos y medios para ni a ni fes tari os. Estos medios se Ma-
inan signos.
7jr Los signos son naturales ó artificiales r los prime*'®*
!hí>n aquellos que guardan HN:I correspondencia naiural ron
<il ^usamieuto qi«s c&prc&'Air. lus segunda la^ t\wi «U Ú O
DE RETnniCA, S
nen con el pensamiento- oír:* relación que la que les ha dado
el convenia de Los hombres.
i . El lenguaje es natural ó artilicial según sean los dig-
nos de que se compone.
5. Son naturales el Lenguaje de la fisonomía y el de la
acción ó gesto, pues los signos de que se componen guar-
dan con el pensamiento tnin correspondencia establecida
por nuestra organización.
E-íto sin embargo debe entenderse de una moliera general.
pues no hay duda en que cada pueblo ha adoptado cierto
número de gestos y espresiones ñsonómicas que entran en la
clase de convencionales*
6. Son artificiales todos tos lenguajes en que nos vale-
mos de signos puramente convencionales; como por ejem-
plo-, las diferentes combinaciones de un número mayor ñ
menor de cuerpos esféricos rjnc den noticia de los aconte-
cimientos marítimos ó militares que vayan ocurriendo, y
los innumerables que podrían inventarse por el mismo es-
tilo.
7. El llamado lenguaje por escclcnoia, eí oral o hablado,
es en parle natural y en pane artificial. Es natural por loa
diversos fonos y modulaciones con que espresamos jas mo-
dificaciones del pensamiento, por algunas interjecciones v
nirus voces que llenen un valor musical ó que espresan algo
por si mismas, yes artificial por el mayor número de pala-
bras que JIO licúen otro valor que el que se les ha dado c on-
vencioEía! mente»
S. El lenguaje escrito * es decir , el que se vale de síg-
iios ó caracteres visibles lijos en la superficie de un cuerpo
cualquiera, ha sufrido diversas vicisitudes y ba participado
de ambos caracteres. Empezó por puramente natural, si
es cierto que al principio se atuvieron los hombres á pin-
tar los objetos ó hechos cuya memoria se quería transmitir
á Í3 posteridad. En los jo^gliftcos el lenguaje escrito apare-
ce simbólico , es decir, compuesto de signos que tienen a l -
guna relación, aunque poco fija, con la idea que ¿e quiere
representar; v. g. tm león para significar la majestad, una
serpiente que se muerde la cola para indicar In eternidad, etc.
Mas larde estos jeroglíficos pierden su significación simbó-
lica y sirven de meros signos di¡ las dicciones . corno suce-
de en la escritura china en que Jiay una eü'ra para cada pala-
bra, Esie fue el primor paso para lá escritura fónica, es decir,
en que los signos representan sonidos y no ideas, la cual
fué al principio silábica y es boy alfabética ó compuesta de
signos representan te cada uno de una letra pronunciada.
fi M A M : AL
0. JUgunos lian supuesto <pic el lenguaje hablado lia sido
obra sucesiva de los hombres; pero la imposibilidad de que
estos pensasen sin las palabras ó signos representativos del
[ien^;iitii<jíiií>, la tic que se hubiesen convenido para la adop-
donde esUs ó aquellas palabras s>in que antes se hallasen
reunidos en sociedad, Y I A de que existiese esla untes del
lenguaje, y liualmeiite el profundo saber f|iic iipar<!ce =eix ul
fondo de los mismos idiomas , y cierlas bellezas <iut? en ra-
¿on de su antigüedad presentan estos en mayor número , han
^iJo bastantes á demostrar la falsedad de aquella opinión y
la necesidad de que el hombre haya recibido de manos del
Criador la revelación del Lun^n:ijo como complemento de su
propio ser y principio de lodasu sabiduría*
10. Las belle/.as que y según acabamos de decir, pre-
sentan en mayor grado ías lenguas antiguas son: el CütkU'i'
musical, el Carácter pintoresco v alalinas Ja. forma sintética.
1L 1£\ trAváeltiv musical cvnifciitía princíparmeirte cu ei
mayor ímuiero de palabras imitativas y LMI la mayor variedad
y fuerza de los LUJIOS y modulaciones , hasta el pimío de
que so crea que el modo de pronunciar de los antiguos se
aproximaba sobremanera al cantoj realzaban además aquel
carácter 1» variedad de duración en las silabas y las votes
y terminaciones sonoras en que aquellas lenguas abundaban.
Kste carácter musical correspondía al de los awi^uos pue*
blos que daban á su sensibilidad mayor desfogue que los
modernos por lo general mas rollos y mas templados.
[*L Constituían el carador pintoresco las palabras des-
criptivas ó rep rósenla »(cs de objetos visibles de que los an-
Líanos se servían en mayor abundancia que uusoiros, entre
los cuales la fuerza de imaginación ba ido cediendo a los
adelantos de la razón y del análisis.
13. El carácter sintético, propio de algunas lenguas an-
ticuas, consistía en el mayor número de palabras himples pa-
ra espresar ideas en cuya representación gastamos nosotros
dos o mas dicciones, Tales eran los duélenles casos de los
nombren para Los cuales necesitamos del nombre y de la pre-
posición; los muchos Lie] ti pos délos verbos que ira (hicimos
por medio del ausüíar habar y del participio: La voz pasiva
de los mismos en cuya versión junio con el participio nos
servímos del auxiliar sw\

Véanse las diferentes ideas comprendidas en la forma sin-


iciica amnvissüHi aua corresponde á ly nuestro mas anatitica
• i descompuesta habría amado. Am-a-vissc-m indica pur el
dtn el acto de ornar: por «1 a la conjugación 6 catenaria de
serbos & que pertenece el que ñus ocupa; por el viste\ dondi?
\i] t^escomua ú todos los tiempos derWados del perfecto y
DE RETÓRICA. 7
e-1 isse es peculiar del tiempo) denota pasado y uo como quie-
ra , amo antee-Lar S otro pretérito, indicando además que el
modo es sujuniivo 6 que lo acción del verbo depende de !d
de otro y distinguiéndose cti las dos úilimas modificaciones
do las representadas por a¡7t-ti-lxi-m y am-a-veru-fii; In m fi-
nalmente significa la primera persona', el número singular y
la voz activa, Este ejemplo basta para continuar Jo que insi-
nuamos anltiriürmente acerca del saber que entraña el meca-
nismo de los idiomas.
1£, Las bellezas que resultan de la forma sintética son
las siguicuies* Primera ; El menor número de palabras que
es necesario emplear. Scguudtt: La eliminación de ciurtaá
palabras de significación vaga y iiwlalísíca y como Si dijé-
semos de un valor meramente gramatical, cuino las preposi-
ciones, ausiliares, etc. Tercera : L'A mayor fuerza y gracia
que reciL>ian los nombres y los verbos, preseiilándusc en
diferentes estados ú relaciones por medio de pequeñas mo-
dilicacioues Cu su desinencia. Cu a ría: El liipéibalon, ¡M ver-
sión o transposición que facilitaban las desinencias indican-
do por sí solas el oficio que ejercía en La oración la palabra
sin necesidad de que Jo marcase el lugar que esta ocupaba
en la construcción, como sucede en bis lenguas modernas.
Quinta: La mayor espresion, gracia y variedad que resultan
necesariamente de la transposición ó hipérbaton.
13. La lengua española ó castellana es una de las mo-
dernas c luja de la huiría. Formóse liácia el siglo v del la-
tín rústico que entonces semblaba, acetado por los godos
que dejaron en la nuestra algunas palabras de so lengua v
por los árabes quienes contribuyeron lúas que ;ií|uelh>s !t
la formación del español t que contiene un número crecido
de dicciones y algunos giros propios de Jos últimos, fistos
son los tres verdaderos manantiales ú orígenes de la Lengua
española 1 puesto que son poras las palabras vascas , cef-
(as, fenicias, griegas y hebreas que cuiitiene, que nntes \u>
Imán pasado por la Latina , La cual forma iududablenienit:
el fondo de nuestro idioma, Jerga no escrita durante Jos dos
primeros siglos de su existencia , dialecto rústico en el poe-
ma del Cid escrito a últimos del MI , dialecto culto en las
ilas épocas literarias de Alfonso el Sabio y de Juan el II y en
Los tiempos ¡ulermedios, acaba deformarse con La Jnuodur-
cion de algunas palabras italianas y con el estudio de las len-
guas sabias á últimos del siglo xv y principios del x\t, du-
rante: cuyo curso llega á su edad de oro, para corromperse
desde principios del siguiente \ adulterarse en el iviri con
el contado de] francés, y atcauzardesde mediados del último
una restauración que todavía no Eo ha Levantado á su esplen-
dor antiguo.
8 MANUAL
10. Diferenciase principalmente la lengua capitula de
su madre la latina: Primero ; en la carencia ilc la cantidad
Je laa sílabas ó de su división cu silabas de uno y dos tiem-
pos '• Segundo; en alguna menor facilidad a admitir cier-
tas traslaciones de sentido y personificaciones* quedaban á
aquella uncaracter algún tanto mas pintoresco. Tercero; m»
la falta de algunas formas sintéticas como los casos de los
nombres, ios comparativos de los adjetivos y ciertos ¡Lem-
pos, y la YO/- pasiva de los verbos; y por consiguiente en la
carencia de todas las ventajas que da á una Lengua su carác-
ter sintético. Cuarto: en el artículo cuya ausencia lanío
desembaraza la oración latina bien que á veces se opone á su
completa claridad. Quinto; en la menor facilidad para los
elipsis ó supresiones de palabras. Considerada nuestra len-
gua en si misma y comparada con otras modernas, especial-
mente con la francesa una de sus hermanas, sobresale: I*ri—
mero, por su belleza musical. Segundo, por su abundancia
ó riqueza. Distíngucía además su libertad para el hipúrba-
loi), bien que no Siegue en mucho á la de las lenguas griega
v latina.
17. La belleza musical de la lengua española consiste:
Primero; en la variedad de sus terminaciones diferenciadas
ontre si por la diversidad de las tetras que las componen y
también por la de la colocación de tos acentos que convierte
on agudas á algunas palabras , á la mayor parle de ellas en
graves ó llanas y por consiguiente redondas y sonoras y á
un número bástanle considerable, aunque menor que el de
las dos clases anteriores, en esdrújulos. Sftjnndo; en el
equilibrio ó feliz mezcla de vocales y consonantes , de fuer-
tes y dulces entre las últimas y de la articulación ya directa
ya inversa de las mismas? equilibrio por el cual es nuestra
lengua suave al misino tiempo ÍJIIC so n o n , sin ojie ln super-
abundancia de vocales, ni tic consonantes muelles, ni la falla
de articulaciones inversas la convierta en excesivamente Ho-
ja y afeminada, y sin que peque por el csireiufl opuesto, á
causa del esecsivo número t ni de la aspereza, ni de las com-
binaciones duras y complicadas de sus consonantes. Ter-
cero; en algunas palabras imitativas como retumbo, chi-
flar, zumbir, tiritar, rechinar, etc., y las lomadas de vo-
ces de los animales como maullar del galo, rugir dul Ieon T
halar de la oveja, graznar del cuervo, ele. Oirás palabras
íiayquesin sur tan directamente imitativas tienen una cor-
respondencia mas ó menos vaga con el objeto que esnresari

1 Yi¿R4¡e el arte m i r l e n ,
í V c u v t i k-ngti.ijc nicnrmlo.
DE RETÓRICA. 9
como dulzura, duro, áspero, etc. Cuarto t en b abundancia
de palabras de muchas silabas, algunas singularmente so-
noras, como heredamiento t bienandanza, servidumbref ele,
18. La riqueza ó abundancia de la lengua castellana con-
siste en el crecido número tle palabras significativas y aun
en los diversos sentidos que sin ambigüedad puede darse
á muchas de ellas. Las palabras o son primitivas ó derivadas
de alguna otra con cuyo sentido tienen relación de depen-
dencia ^ de a c c e s o r i o / e l e . La abundancia de las primeras
se advierte en el gran número tic palabras Llamadas sinóni-
mas 1 y en las series 6 grupos de algunas oirás que, sin ser
tales, iicncu por equivalente en otros idiomas una palabra
sola , como sucede en las dicciones av\o, dueño t señor, pa-
trón, maesfro, maestre^ que en frailees se traducen todas por
jttaitre*
La abundancia de derivados de la lengua castellana $e echa-
rá de ver con una rápida enumeración de sus diferentes clases:
derivado* varíes de una palabra, como de cabeza cohetera,
cabezaít cabezada, cabezuda* ele,; de agua aguasa , aguace*
ro, aguada, atjuazal, etc. Derivados de nombres de animales;
COtno de caballo caballar, de finio tf<¡tuno y gatesco, etc.
Terbas frecuentativas ó que esprepen e\ ruvnuff-eo 6 repetición
de un mismo acto, como vawar, papelear, relampagueart ti-
jeretear, etc. Verbos incoativos á que denotan IR oeeion de
empezar a ¡puna coso + como amanecer, alborear, agostarse
(empezarse a secarlas plantas] , pelechar (empezar k echar
pelo , etc> ¡Nombre? aumentativos como rutean, ceporro,
playazo > palaza ?íombres diminutivos como pobrete, moci-
to, perrillo, arrrjtjuelo, etc. Pdlrthras de acción como per r a -
to, martillazo, empujón, manuten, pedrada . patada* Palabras
afectivas ó que espresaa afectos 6 disposiciones rtcl animo ú
ciertas calidades físicas, como anlojadiso, cuajadlo, des-
contentadizo, enfermizo t pegadizo, encontradizo, etc* Nonv
bres colectivos como manzana11 naranjal, malvar, juncar,
arenal, peñascal* vacada, torada, etc. Adjetivos modificados
ComO }ieyrUzCÓr rrrdo&ú , Otttarillenio, blanquee i nú Derivado*
dublés como golosinear * balbucear, palmotear; de tas frecuen-
tativos golosear r babear, palmear t pkaronato del nutrienta-
tivo picaron, etc ludria Umhipn citarse alpun derivado tri-
pie como de chicn chiQuilo . chiquifitrt, íhiqvirritito; de pillo
pillastre, piltattron, pitlastronain. Finalmente délas diferen-
tes acepciones ú significados que por ostensión puede recibir
uno voz, tenemos ejemplos en lus diversas sentidos de abrir,
en ahrtr tina rala t abrir el dia, abrir tas ttanaa <í<* comer, en
dar una noticia, dar una pesadumbre. davalas. dar gracia* .
dar de rnaitr?, etc.

1 Véase el articulo slRnrientr^.


10 MANUAL

CAPÍTULO IV.

DE LAS ESlMtESKKíES*

i,. R.irlJnrLnrno, «-7. Seo I DEÍSMO, <— í. PnflriEt*AH, — 9. Sinónimo*,—


ifl. Tt'finLiiws técnfcofl, — n r t>cuor¿> *t* Us rapfcslones,—iar Epítetos.-*
11. Precisión.—M> Curres pon den CÍA ríe irt<t esuresloncs cnn el apunto. ttc+

1. Por espresiones entendemos las palabras ó grupas


menores <lc palabras consideradas como viéntenlos necesa-
rios para la manifesladon de nuestras ideas.
¿, La retorica <la preceptos para d buen uso de las espre-
ísiotits , es decir, sfcñata tas cualidades rpte deben reunir pflra
soi- empicadas con acierto. Las espre&iojic¿ deben serpnras y
propias.
ó. PLILEZA, Son puras las espresiones que pertenecen al
idioma en <|ue hablamos ó escribimos, cuantío se emplean en
el sentido y cu el caso que presn'tbela Muiá*is y el uso.
Las l"^h;*s contra la purera pueden ser do palabra como
mosquea por mezquita, de sentido como bordar par rodear, y
de giro ó modo como amar en Pairo por amar ú Pedro*
Cuando la lidia contra la purera proviene de ignorancia de
los preceptos gramaticales so llama solecismo; cuando de un
uso indebido de palabras ó modos propios de airas i-pocas ile
nuestro idioma , arcaísmo; cuando déla introducción de vo-
res ó giros estraiijeros, burbari&mfi; y cuando de un desvio
voUmui'io de la índole de blun&na propia, netitoqim.Q.
Todos estos vicios pueden ser de palabra , de sentido y de
#ro.
i . Soler ¡stno. Los solecismos o infracciones de los pre-
ceptos gramaticales lo son generalmente de las de sintaxis y
forman h mayor parle de las que se Llaman ÍM correcciones*
Ejemplos. « Pedro y Juan vinfr por vinieron* Este género de tó-
ciusion es propia por es propia : acerca tai rosa por acerca de, y
los vicios vulgares de hubiese por hubiere, me se por se tjte, etc.»
S, jlrcatofto» El l£m&v de pecar por e&le vicio, ó sea p¡ov
anticuados no debe hacernos descebar las palabras ó mas sig-
niücaiivasó mas sonoras que han caído en desuso por igno-
rancia ú por negligencia, tii Las palabras antiguas que no tie-
nen equivalente en el lenguaje actual, ni mucho menos los
variados y cspres'tvos giros y modos fresólo podemosapren-
der en nuestros antiguos clásicos; y sí únicamente las formas
ortográficas, las palabras y los giros que en nada mejoran el
DE KKTÓMGA* ií
estado actual de nuestra Lengua, como escuro por oscuro , ^«i/-
¡anza ¡\i>v finiquito, iañercn una vihuela por Inñer HW< vihue-
la , y las palabras que hayan cobrado un nuevo sentido como
cabo por cupitan, defender jpor prohibir , ele
6. Barbarismn. Según sen la lengua de que SC lomen vo-
ces v giros el barbarigmo recibe el nombre de htiemstno, la*
imitmOi galicismo, germanismo, ttalianismo, etc.; aplicase
sin embargo aquel nombre ton preferencia á las Icngims mo-
dernas de Jas cuales es mas reprensible al mismo tiempo
que mas espuesto el adoptar locuciones.
Ejemplo
1
Je latinismo: De flébiles ancuas repelido. (villame*
diana.
Ttalianisnio ; ¿ Cosa pudo bastar á tal crueza ? (Gnrcilaso,)
Roy dia se usan mas comunmente palabras y construccio-
nes tomadas de la lengua francesa < como tiQtabilidtMl , on**
perríí de? ele.
Solo deben usarse palabras eslranjeras ú alguna usual en
una acepción que no le es propia en nuestra lengua, cuando
csia esté falla de esprcsioii adecuada. Esta Licencia, que de-
berá usarse con inuclia parsimonia, rarísimas veces se es ten-
dera á los modos ó frases y minea á la .sintaxis.
7. Xeotwjiamo. Los vocablos y modos forjaiios por eí es-
critor casi nunca surten buen duelo en la prosa. Cometería-
mos un neologismo diúiendo florecer esperanzas, esto es, ba-
tiendo activo el verbo florecer* lín esle punto debe tenerse
presente la siguiente esprcsion de un crítico: < El arte de es-
cribir consiste cu decir cosas nuevas con palabras antiguas, J
8. P110MKD.H1. Consiste esta en la correspondencia entre
la esprcsion de que usamos y el pensamiento que nos propo-
nemos manifestar* Conocida pues la pureza de una espre-
>jon, esdecir, convencidos do que forma parte de nuestro
idioma, debemos examinar si es la adecuada a nuestro inlen-
10. si representa exactamente nuestro objeto. La esprcsion
puede ser pura sin ser propia * no puede ser propia sin ser
pura.
\K Para escribir con propiedad debe conocerse tjl valor
comparativo de los sinónimos, es decir, de aquellas palabras
quesipnílicim una idea fundamental pero espresándola cada
una de ellas con diversidad de circunstancias. Así por ejem-
plo las palabras viejo, antiguo y anciano &QI\ términos sinóni-
mos en cuanto a La idea general de vejez <|uc es presan todos.
pero lo anciano se refiere mas á la edad como en padrn an-
ciano , ln antiguo á la duración deí tiempo como en nobiezo
antigua, \ lo viejo í% los efectos de la duración del tiempo cunio
en vestida viejo; asi es que lo anciano es contrario de lo joven,
lo antiguo de lo moderna y lo viejo de lo nuevo.
12 MANUAL
Lo mismo debe decirse de placer y gusto (quinta de placer
y no de ^uslo, hombre de buen gusto y no de buen placer )t
de temor y miedo {temor de l)¡os y no miedo); de verdadero .
verídico y veraz; de pontificio y pontifical, de ceictie v ce-
lestial, de Crimen, delito, etc.
10. La propiedad evige el usa de ciertos términos técni-
cos 6 propios de una ciencia ó arte cualquiera cuando se han
hecho de uso general. Asi se dirá el arco de tinu puerta y no la
parle redolida de una j+wrht, y se usan Jas palabras cotuna,
tirar una linea t cttitrv del ejército, /bao, etC> Pero losriguro-
saíneme técnicos ó facultativos, es decir, los solamente co-
nocidos por tus personas del arte, únicamente se usan en los
escritos destinadas á clhs ó a las que desean instruirse en el
ramo.
•M. La propiedad rigurosa nos Jiaria pecar contra el de-
coro , si indicásemos con sus nombres los objetos torpes ,
bajos ó asquerosos, es decir, los que esc i tan ideas contra-
rias al pudor , á la buena educación t ó que ofenden acuito de
nuestros sentidus. Tales objetos (escepío en los casos en que
para dar mas fuerza á la es presión se usa de la palabra pro-
pia) se designarán coi» rodeos ó con un termino tomado de
las lenguas sabias, que aunque designa» el objeto lo espresan
con menos viveza.
J2. Lncárgasc mucho la propiedad A tratar de Los epíte-
tos o sean adjetivos que se unen A un sustantivo no pata ca-
liticario y distinguirlo sino para presentarlo con mas viveza;
así es un epítelo el verde aplicado á pradera. Propios en
efecto lian de ser los epítetos y no solamente con relación al
-sustantivo que se aplican, sino al punto de vista bajo el cual se
presentan. Asi se dirá una quinto litigiosa al tratar de enca-
recer el poco valor de las posesiones de su dueño, pero no
al describir la campiña en que esta situada. Pero además de
propíos lian de ser los epítetos significativos; si decimos
elevada montana, aunque la primera palabra conviene riguro-
samente á la segunda, nada añadimos que no esprese esta úl-
tima v por consiguiente el epíteto es poco significativo é in-
útil/
15, Algunos distinguen h precUion de Las espresiones de
su propiedad; pero la palabra evacta, adecuada, precisa pa~
ra espresar un objeto, no puede ser otra que La propia. La
falta de precisión, ú sea, el vicio opuesto á ella, la vaguedad,
nace generalmente de la del pensamiento, es decir, de lo po-
co íiju, circunscrito> definido de este; si el pensamiento es
preciso y la espresion propia, la última no podrá menos de
ser precisa también.
1 \, Las espresiones además de puras y propias deben ser
DE RETÓRICA. 15
conveniente* al asunto y á la clase de personas a que se desti-
nan: naturales, claras, melodiosas, etc.
La primera cualidad puede reducirse a la propiedad {Lo-
mando esta palabra en significado algo lato} y no insistimos
en ella por ser de las que dicta el buen juicio sin necesidad de
Las prescripciones de la R&tórica ; la segunda se confunde con
las cualidades generales del estilo; y de la tercera y cuarta
hablaremos en el siguiente capitulo.

CAPÍTULO V .

DE LAS CLÁUSULAS.

i. nefinkiofi.—t, A M L I * I S DP+ I \ CLÁUSULA.—!. Incisos.—4. Miembros,


—9, Cláusula» aimplea y ccunpucfttns.—<>. Clúusulaa fuinpuestas áufll-as,
—B, Pertactoi.—tr División de ios períodos.—». í'eriorto* flubles»— ib. COü.
POSICIÓN D É L A CLÁUSULA,—ii. Armenia.—Mdo¡iinL—is. Número o m*
mn.—i*. Armonía Imitativa.— i4. ClnrídAtl.— LS, tfuiílnd,—ift. Energía.

1. Cláusula es, según Aristóteles, tina locución que lie*


ne principio y fin dentro de si misma , y es de tal osten-
sión que se puede comprender de una ojeada. Es pues la
manifestación de un pensamiento cúmplelo comprendida
entre punto y punto Anal.
2. La cláusula puede constar de uno o muchos incisos,
de uno ó muchos miembros y puede llegar á formar periodo.
- 3* Llamamos inciso á lo comprendido entre coma y comy.
v en general entre las dos ñolas ortográficas mas inmediatas.
Los incisos pueden figurar en h cláusula: 1 .v Formando pro-
posición única y aislada ; v. g. tamo á Pedro,» 2,° Forman-
do dos ó mas de ellos igual numero de proposiciones aisla-
das; v. g. tamo á Pedro, adoro a su hermana. * 3+° Formando
cierto número de proposiciones sobreentendidas; v. g. aPe-
dro ama con pasión > con vehemencia, eic*,> es decir, «ama
con pasión, ama con vehemencia, etc.» 4.° Formando parte
de urca proposición, es decir, dejando el sentido suspenso;
Y. g, * si estudias retorica, cuando estudies, luego que es-
tudies , etc.i 5+p Interpuesta en oración incidental á manera
de paréntesis; v. g. (dedícate, luego que te sea posible * al
estudio de la retórica,*
4. Llamamos miembros aquellas oraciones de sentido
suspenso ó perfecto (fue constan de uno 6 mas incisos y for-
man una parte considerable, al mismo tiempo que una divi-
sión visible de la cláusula. Ejemplos: (Antes que la bárbara
soldadesca destruya nuestros hogares (primer miembro),
vamos, amada familia, á buscar el reposo y la seguridad en
los incultos montes.i
%
H HANtíAf
5, La rLiuSub &e divida en ririiipltí y compuesta. Es sim-
ple fMJ^Díífj consta de mi HÍ>IO miembro; es compuesta cuando
consta de tiíis ó Elias. como el ejemplo dado en el número
anterior,
f¡. La cláusula compuesta, es suelta cuando COIISU de dos
o jnas miembros C|M<Í no tienen entre si otro enlace que el de
mi pensamiento dominante y freiieraL Kjempln : * El infeliz
apura i:i copa de la amargura ^ el afortunado halkt en breve
Jas heces del placer;» son dos miembros que no tienen otro
enlace que el pensamiento general íjue no se espresa r riio liay
hombre verdaderamente feLix.» Se llaman Jambicn sueltas k+i
WausnJas cuando sus miembros no tieiteu ni^^ enlace que el
de la partícula copulativa y, ó bien otra parlirula ó modo que
tenga f^f mismo valor, como si en el ejemplo anterior dijése-
mos: * mientra* el afortunado, J [ propio tietnpoque« etc.?
7. Otando la cláusula no es ¿SüeEla se llanta periodo,
lam&istc pires este en do&ouias miembros enlazados ó de-
fendientes entre si.
S. Los periodos son de dos clases. Primera? Períodos
que consta» de proposición > conclusión { Humados por los
retóricos prótaíis y apúdnsis} es decir, de tina parle que
suspende el sentido general y otra que lo completa y acla-
ra, ejemplo: ¿Antes que Ja bárbara soldadesca, ele.* Segun-
da: Períodos que constan de dos panes unidas entre si
por partículas, o modos que anteceden a la segunda parte, y
que indiquen que esta es consecuencia, cansa, limitación',
contrariedad, etc. d é l a primera, Ejemp. t Hablaremos tan
solo de nuestros oradores, puesto que la esecieneia del r o -
mance depende mas de la composición prosaica que del a r t i -
licio v metro.» Los períodos de esta clase pueden fácilmente
reducirse á loa de la primera, cambiando el orden de Jas par-
tes, v La partícula: «Como Ja excelencia del romance depende
mas de b composición prosaica quede) aníllelo métrico, ha-
blaremos tan solo de nuestros oradores.» Cada una de las
partes del periodo puede componerse de uno ó mas miem-
bros» s el período loma el nombre de bimembre, trimembre,
uairliuembre. scgmi sea el numero lolal de ellos.
Ejemplo de periodo trimembrede Ja primera dase con do&
miembros en la primera parte, y uno en la segunda : F Ante»
que la guerra destruya nuestros hogares, y la bárbara solda-
desca deshofiTetiue&Uas mjas r ^amou, amada familia, ft bus-
car «I reposo y la segundad en los incultos montes.» Ejemplo
lie periodocuatrimembre dfi primera ciase con un miembro en
\a primera parte y tres en ka segunda: «Fué tan generalmente
dadivoso y liberal, que hacia grandes mercedes sin género do
tu ten tac mil. trataba las dadivas como deudas, y ponialy mag
uiticencia entre los oficios de la majestad*» Ejemplo del midmo
DE RETÓRICA. 45
periodo do segunda ciase 1 con un miembro en IA primera par-
te y tres en la segunda; «Es sumamente difícil dar extraor-
dinaria longitud á un periodo, sin que lo embaracen la cupin
de las clausulas, y sin falcar el alíenlo del «jue habla, ni dis-
traer la atención del que oye »
9- Puede haber periodos dobles compuestos de dos de
primera clase, de dos de segunda, etc., de uno de primera V
uno de segunda, etc.
Ejemp. Si dijésemos: t( La grande influencia que la civiliza —
CÍCHI de ios Griegos y Romanos ha ejercido sobre Jo de Las
naciones modernas, debo mirarse como una délas principa-
les caucas de que aquellos pueblos haynn sidoconsiderados co-
mo única patria de la pnesia y de las ¡¡^tes; peruesla muy te-
jos de ser cierta esta opinión ji]!rtanienLp;conibalida;>>esLfl seria
un período bimembre de segunda cia&e; pero si en lugar de la
secunda parle sustituimos un nuevo p&ríodo Lrimembre de sé-
funda clase el períodp p a s a r l a ser doble- Ejemp, » LA grande
iuflüftíicia que la civilización de losGriepos y Romanos lia ejer-
cido sobre la de las naciones modernas, dehe mirarse como
una de las principales causas, de que aquellos pueblos hayan
sido mirados comu única patria de La poesía y do lasarte*; pe-
ro si bien en ambos, y sobre todo vt\ el primero, llegaron li
un alto puní» dta esplendor T y les merecieron un i» atención
articular y una especie de culto, todavía es cierto qun el
ombre y especialmente el pueblo de todas épocas y países es
masó menos poeta, J*
Puede empero haber periodos de mucha estension sin -ser
dobles : veaso el siguiente que es trimpmbre de primera cla^e
con dos miembros en la proposición v uno en la concluyen
con varios complementos y cuatro proposiciones incidentales o
incisos de la cuarta especie: «Aun en las suwrrAs civiles, cuando
el pueblo se armaba contra si mismo de^puew de la fiera cruel-
dad de Lucia Sifa, que quiso ser ílamndo Felice por ¡3 abomi-
nable carnicería que uabia hecho en sus ciudadanos, y des-
pués de China, Mario, Carbonr y de oíros que .se propusieron
el despojo de la patria por premio, y pelearon por quien la
tiranizaría , muchos buenos y sabios ciudadanos envuelto? en
la Contienda de César y Pompeyo, afirmaban que el mejor re-
medio para tan entrañable pestilencia , era dar ñ ut>o solo las
riendas de la república »
40T COMPOSLCIOS I>EL i'Ktiinbo-. Ucrjlas 4jt>nrratc&. ^.* Del
acertado empleo de las panículas c o n j u n t i v a s , adversati-
vas , etc. nace en gran parle La fluidez y i n claridad d-p la
frase,
B] valor y la naturaleza de estas partículas y de los modns
que? á ella* equivalen se estudiaran eti nuestros «nliguos; pe-
ro la completa corrección en este imnto solo se hallara en los
c a i c o s modernos, como Moraíin, Cainpmany, Jovefíajms, etc.
2-* Los períodos dobles , cojno por ejemplo el que se
ha dado , surten muy buen efecto; puro se evitara i¡itc sean
compuestas de dos Je una misma forma t es decir, de par*; -
fu MANUAL
cillas adversativas, conjuntivas y finales, ele. 5*a Se evitará
también la reproducción inmediata de estas formas en d¡fc-
rcitifes periodos. ÍJ* Eiv cuanto á la cst\M^ion de ios peno-
dos , se procurara mezclar los largos á los cortos. En lob
nlciinos es mas fácil el Jesemljara/n y Ja limpieza, bien que
para producir todo el efecto posible deben ganar en fuerza
y en importancia de) pensamiento , lo que les falle en a r ti f i -
n o v número oratorio.
11. Armonía áe la dáumla o sea melnáia y numero. Mefo-
fliti* Para conseguirla se evitará : I .* El hiato á la colisión de
vocales. £.° La cacofonías tn colisión de consonadles ásperas.
">." El sonsonete ó la inmediación de sílabas iguales* Se pon-
drá también algun esmeros aunque no escesivo, en la elección
de palabras compuestas de silabas finidas ó s o n o r a . Ejem-
plos de hiato: cOia á ambos, leyó ó oyó otros informes** Cor-
ríjanse diciendo: ^¿ientrambos oia, oíros informes leyó ó los
'>yó\]> Kjemplos de cacofonía, «atroz zozobra, rumor remoto,
pegajosnsajunjeras.it Ejemplo de sonsonete: ^El no fuépru-
tfonte en no querer que sus fallas enmie¡ul*b\ que LasffVnte.i
Ejemplo de período compuesto de sílabas agradables :
< Las claras fucnles y los corrientes rios en magnifica abun-
dancia les ofrecían sabrosas y transparentes aguas. '
12. Súmera ó ritmo dd periodo. Consiste en el equilibrio
ó discreta simetría de l<>£ miembros del período en Ja cre-
ciente longitud de cada uno de estos miembros, y en la ter-
m i n a m » de cllft& s 4n,\ j i m u t l u eu palabras Je alguna ÍSS-
leiisioi) y compuestas de sílabas sonoras.
Períodos numerosos-«Cayó el imperio romano y cayeron ,
como £¿ ordinario, envueltas en sus ruinas Las artes y las cien-
cias, hasta que dividida aquella grandaza y asentados los do-
minios de Italia en diferentes formas de gobierno, floreció
la pa.i y volvieron a brat&c á su lado l»s cienctaa.—fcnles que
A alma Siga a toda rienda el deleite del sentido, le parece
suave cosa al varón santo mortificar el deseo, y domar las
rebeldes inclinaciones de la carne borrando con pensamien-
tos amargos las memorias dulces do la sensualidad. — Los
apóstoles y varones evangélicos so Manían sal, porque han
«le dar sabor a Las doctrinas de Ja verdad t desabridas al gus-
to de la s&vito flaea. — Embarcáronse en C&diz t y echando la
bendición a España, zarpo fa flota h y con general alegría
dieron las velas al víanlo que blando y próspero yodaba.—Asi
acabó Ja vida el grande Aníbal que tantos años había con du-
dosa fortuna contendido con el romano pueblo domador de lae
gentes.»
De la colocación de ta$ palabras, dioe Campmany . nace la
afín orna y te hermosura de la frase, «Era Juan oeCTij^ba
hombre ep quien se daban las manos la prudencia y el valar.
(Solis. Ju Siendo indiferente colocar antes 6 después la pala-
bra pTitdenw'a, debia haberse rematado la sentencia con ella
DE RUTÓMCA. 17
para Jarla armonía y íluidez, diciendo el valor y la prudenciat
«Todos le aborrecían y despreciaban los mas,» debiera habersp
dicho: alados \& ahoirctiarj y los mas to despreciaban.» Nues-
tro idioma da libertad para ciertas transposiciones , que con-
tribuyen a 3a energía y U sonoridad de U cláusula. Ejemplo
«Caula sino ens-gñosa, procetlio !n naturaleza con el hombre al
introducirle en este mundo. —Disimular la ofensa mas que ba-
jeza es reputación—Es vulgar poquedad aplaudir desaciertos;
que, cuando no de ignorancia ¡ no 09 podréis librar rie lison-
jeros.—Asido estaba Job á so. virtud, no con duda y flaqueza,
sino con pocho valiente y esforzado animu.»
13. Armonía imiiativa ü reíacion de los sonidos con la idea*
Este primor, do que suele hacerse un uso cscesivo en el
verso, seria de un empico muy arriesgado en la prosa* Me-
jor efecto puede surtir algunas veces cierto número imitati-
vo ó relación üc la mayor ó menor longitud de la frase i mn
la mayor cí menor rapidez del pensamiento.
I I . C lo vidfid díi periodo. La Tcgla capital en este punto
es la tle que cada palabra se coloque en el paraje que mas
claramente haga ver cual es aquella á que se refiere. Asi los
adverbios deben colocarse inmediatos á la palabra que mo-
difiquen t los relativos junto á la palabra á que SÍ; refieren,
y los atributos ó calificaciones junio á la palabra calificada.
Debemos precavernos de la repetición de los pronombres
ti, su, etc. cuando esta repetición puede dañar ú la cJaririad.
Algunas veces nos servirá el uso de palabras de diferente
género para poder referirnos á ellas sin ambigüedad.
i 5. Unidad dd periodo* i,* Se cambiará el supuesto de
Ja oración lo menos quesea posible: < Luego que andárnosme
desembarcaron, y fui visitado por mis amigos que me aco-
gieron con la mayor ternura.» Quedaría limpio diciendo:
«Habiendo anclado, desembarque y fui visitado por mis ami-
gos, etc.) 2.° >o se incluirán en tin misino período penga-
miemos que no tengan entre sí una relación marcada, y no
se recargará con paréntesis. 3. n No se pondrá al periodo va
perfecto y lleno una añadidura, esdecir, una circunstancia
imprevista que ni el sentido ni la contentura del principio
del periodo hacían esperar,
16. Energía del perivdv. 1.* Deben cercenarse todas las
palabras supcriluas en el período, Ejemplo: * Lamentán-
dose iban Alfonso y Eugenio , prosiguiendo los dos su viaje,
rtiarulo se les hito encontradizo cu el camino un hombre al
parecer trainero... * sobran las palabras los dos, en el camino
y hombre. 2.° LSO debe repetirse una misma idea con pala-
bras distiuias. 5." Se dejará la frase en cuanto sea posible
escuta de palabras sin significación propia, como son las
conjunciones, Los ausiliares del verbo, ele, i- a Se coló*
2*
18 MANUAL
cara» las palabras capitales donde pueden hacer ina$ i m -
presión, 5.° Se procurará guardar d climax ó la gradación
culre las diversas palabras y entre las diversas proposicio-
nes > dejando para el Anal las mas importantes. G.° Cuando
h¡*y proposiciones cuyo sentido contrasta cutre sí se Jes da-
rá Lina forma semejante. £jemp* c Los escritores corrée-
los desembarazan su ¡Vase de toda palabra i n ú t i l ; Los suge-
tos que carecen de la jiece&tHa práctica en el arte de es-
cribir , etc. s fcli segundo miembro contrastaría mejor con
<:1 primero si dijese; Los descuidados, etc. 7s Cuando hay
circunstancias de tiempo, lugar, ele. se han de colocar de
modo í[ue no oscurezcan el objeto principal, Ejemp. <r Sí los
poetas modernos al paso que soto prometen agradar, acon-
sejan secretamente é instruyen * pueden acaso ahora como an-
tes ser tenidos con justicia por Jos mejores y mas ¡lustres
autores. >
Lo que seUama limpieza o desembarazo tie\ periudu viene
A ser Jo mismo que su energía y se futida en las mismas re-
alas especialmente en la 1 / 3.' 7." Ejemp «Se ha de procurar
siempre quü no se pueda janifis introducir el lujo,» quedarift
limpio diciendo: «Procuraremos evitar la introducción del lu-
jo.» «El mejor medio que hay para esto es el que se ha indicarte
arriba» so desembarazará diciendo: «Para esto el mejor me-
dio es el indicado arriba» ó mejor «arriba indicado ¿> Sin em-
bargo al mismo tiempo que es necesario cercenar tortas las
palabras inútiles, y aun sal>er sacar partido de la facilidad
con que nuestro idioma so preslfl ft los elipsis, no se suprimi-
rán las palabras cuyo ausencia dañaría á la exactitud de la
espresion. No debemos decir por ejemplo; «1$ caus» de los ar-
rebatos del Rey es muy distinta del Príncipe ,» ni «de tos del
Principe»» sino «de la de los del príncipe;» bien que el segundo
moda ., aunque. iu&iactQ ( IQI ves Se toleraría f>ara evitar la ca-
cofonía del tercero.
DE RETORICA íí»

CAPÍTULO VI.

LEKGÜAJE FIGURADO Ó XCCl&EXTES ÜE LA


ESPRÉSIOff*

t. Defloícíftü.^s. m v W q n . - s . TftO^os. Su nrifeín,— I. l>ltülon At Itm


tropos.*—3. tyctnforji,— e, nfiflm ^ 1« rneNifur*. — T . Ale^oriA.— "• Al-
n^cdoquc. *- 0h Metonimia.'— ¡o, Regina %turrnle* ilc lúa tropos, — u . bV
f"l:ni$ b£ n i c c i O N — 14. Dísolutiííh, — I*L Composición. — n Elenett.
n o n , — u . FIGURAS DE C O A C E P T O * ^ I « . HtfurnA ó (orinn* lúgicra*. Sen-
K-nOfl > Epiffrnrmfl.—i7h jin Titeáis—u F Cr^lJUMOii,—1&> Amplificar ion,
— so. A-rtLflctas rtiórlcos^ — m, Figuras ú formas pal ¿Mean.— sa. Esda-
niRi;iDn f —*J. Interrogaron. — 4 i. Retirencta, ironía , e l e , — IÍW. Horma*
iMritorescíis.. Verso ti ifi?afiera.—flt. Hipérbole.—íí. Imágenn.,—m. Obwr-
v.iciones sobre el nsodcUis figuras.

I. El lenguaje figurado comprende algunas maneras <Jt*


decirT inspiradas generalmente por la fantasía ó por la pa-
sión y que so apartan de Los modos mas comunes y usuales.
£, Tí lenguaje figurado se compone de tropos y (¡guras.
Lus primaros consisten en apartar una ó mas palabra* del
sentido literal, dándoles otra significación, como cuando
se dice el fuego del amor*
Las segundas son ciertas formas que tienen un carácter
particular; pero en que las palabras no dejan su sigiiiik1:*-
cion liieraL
5. TROPOS. La necesidad y la imaginación juntamente die-
ron origen a los tropos. La primera se reconoce en mucha?
de las palabras literalmente destinadas á espresar objetos
materiales, pero trópicamente aplicadasá las pasiones ó á las
operaciones del entendimiento, VA vocabulario patético *v
compone de tropos: enajenar t arrebatar, arrobar. Lo prn-
pío sucede con el meiafísico: división , abstracción, ramifica -
cían.
La imaginación nos obliga. i\ veces MU que lo advirtamos,
á esponer ciertas ideas acompañadas de oirás accesorias su-
yas ? ya porque estas hagan mayor impresión en el ánhni»
que la principal, ya porque sean de una naturaleza mas agra-
dable y mas familiar á la imaginación, ya porque recuerden
mayor número de circunstancias variadas y de hechos iiiift-
regantes*
i. Los tropos se reducen a tres clases: á los nacidos do
semejanza entre do& objetos (metáfora) j á los nacidos dv.
relaciones de antecedente y consiguiente ó sucesión (nietii-
tijmia), y á los nacidos de relación de todo y parlen de si-
multaneidad (sinécdoque.)
20 MANUAL
5\ Metáfora, La metáfora se funda en la semejanza entre
dos objetos y no viene áser mas que una comparación abre-
viad:). Así cuando decimos el fuego dei amor f intentamos
significar que el amor es semejante ai furgo.
Existe sin embargo la doble idea de luego y de amor % y la
confusión ó Ln identificación de estos dos objetos es siempre
sniiei'ior ¡i l.\ simple semejanza que espresa La comparación.
La mayor fiarlo de veces convierte ki metáfora mía iden
abstracta en una imagen sensible; de aquí su frecuencia en
el lenguaje común y su fuerza en el lenguaje inspirado por
la pasión ó por La fantasía. Hay empero translaciones de un
oLijclo sensible ii otro de igual clase, como atando áulica-
mes la palabra tronco, destinada comunmente para signifi-
car una parte del árbol, ¡i una parte del cuerpo bumano; y
las hay Laminen, aunque menos frecuentemente* de una i den
abstracta i\ im objeto sensible*
í>. Para que Las metáforas produzcan buen efecto , deben
otiscrvarse bis reglas siguicnlcs :
L 3 Todas las que dicta el buen sentido* la de conveniencia
con el asunto, la de no prodigarlas esecsivameme, etc. etc.
i . 1 Buena elección del objcLo del cual se saca La semejan-
/a, es decir, que no sea buje, innoble, indecente, etc.
Dtbe advertirse que algunos toman por innobles, objetos
quenoson 5 i no naturales; de aquí ha nucido uno falsa cl-eli-
eadeza que Lia llegado á mostrar despreció por mucliaS de Fas
metáforas, no menos que comparaciones usadas por Homero,
a quien las inspiro felizmente una percepción fuerte ri inme-
L^B1& y xm granito arnor & \a naturaleza^ La verdadera delica-
deza debe nacer de la elevación del alma y no de las conven-
ciones do galón o de academia.
En general son mas bellas las metáforas tomadas d« Ja na-
turaleza campestre o" de trabajos manuales muy conocidos y
poco complicados.
Las tomadas de objetos ü operaciones puramente científico»
huelen generalmente a pedantería y carecoo de fuerza pinto-
resca^
Esta regla y la anterior convienen á la comparación ó símil
que es al mismo tiempoque figura, una metáfora espLicitA.
3. a En tercer lugar es necesario que la semejanza que
csiste enire los dos objetos sea visible é inequívoca; el faltar
A esta regla produce Las figuras forzadas ó alambicadas* Tal
es íhinar antorcha de lít victoria h la espada,
Al estudiar *in embarco las obras primitivas escrilas en el
entilo llamado oriental t debemos prescindir al mismo tiem-
po que de Id excesivo profusión , de la violencia, 6 de la que a
nosotros nos parece tal. Jolas iti el aforas,
4.a Debe evitarse La acumulación de metáforas» aunque
vean buenas consideradas aisladamente.
DE BETÓBICA, 51
por este lado peca este enérgico trozo de Horacio:
Hotum ex Metello consule civicum
Belliquecausanet vitia et modos,
Ludumque fortun*, gravcsque
Phncipum amícitia«, el amia 1
Afondara Kcpiatis uncía cruorihus,
Pericttlos&t plenum opas alew
Tract&s, et inceáis 3 per" ignés
SapasilGs ctoeri doloso;
donde de la multiplicidad de imágenes resulta alguna con-
fusión.
Puede seguirse sin embargo la metáfora, señalando varios
punios de comparación entre los dos objetos t con U\ de-
que no se lleve este procedimiento al esiremo y deque h
semejanza siga siendo visible, como en estas líneas de Osiati:
«Troial so adelantaba con el tórrenle de nuestros solda-
dos, pero estos encontraron o na roca, porque Kin^al estah;*
firme y en pié. Rolos y divididos rodaban baeia atrás. > L:i
semejanza deja de existir y por consiguiente la metáfora se
hace viciosa cuando añade: f Pero no rodaban con seguri-
dad, porque h ¡miza de Fiu^ai Jos perseguía ett su huitín, *
La siguicnia octava di uiloe. bien que algo culterana , pre-
senta una metáfora continuada muy ingeniosa y bástanle
bien seguida, especialmente en los cuatro últimos versos,
rio la corona del mayor planeta
Dejéis que asombre m&3 plante lasciva
One oprime lo quo finge que respeta,
Y con mentidos cultas lo cautiva ;
Rayos que prestan la virtud secreta
fie) cieíú Á nuca ir* toña r^galir*
Cuando por nudos tan estrechos pasen
Respeten el laurel, la hiedra abrasen.
Dando su valor literal a la palabra planeta, es decir el mo-
narca Alfonso enamorado do Raquel, y prescindiendo de ulgu-
ü ases presión es metafísicas < eí pensamiento aparece espresa-
do con fuerza y U idea se hace visible,
1. La alegoría se compone de una serie Je metáforas. Dis-
tingüese de la metáfora continuada en ijticcn aquella desapa-
recen culeramente (os términos literales, los cuales se con-
servan en la metáfora. Pero no siempre es fácil distinguirlas
completamente, pues que algunas reces desaparecen en irnos
punios los términos literales y se conservan en otros.
Ni las metáforas continuadas, n ' l*18 alegorías deben llevarse
demasiado adelante, Pero la principal y necesaria regla i\ <[uc
en ellas debe atenderse consiste en que no se tomen los tér-
minos de semejanza de diferentes objetos. Es decir que sí se
empieza con una espresion alegórica ú metafórica sacada del
mar. no se siga con otra referente A incendio, ele*
Hay algunos objetos, de que es ya difícil sacar metáforas y
as HANt'AL
alegorías que ofrezcan alftüna novedad, como el ya Un mano-
seado de mar, atas, vientas, etc^ Ptr^ la novedad puede fcAi&tí*
en Ja manera nueva depresentarJds y aun en el objeto á qac sa
aplican, como esla fíe Erarna & Enrique:
«¿Acaso solo he querido embarcarme contigo en medio del
verano, en una mar lranqui]a, cuando lo$ céfiros agitan SüS li-
geras alas é hincha nuestra veía un viento próspero? ¿Aban-
donara el nnvio, eorroré á buscar un refugio en lí costa cuan-
do los vientos soplan con furor?»
Relia es también | n es presión alegórica de Joung Jial>iando
deía tffjez: «Camina pensativa y silenciosamente á lo largo de
las crillas de un vasto Octano en que no debe tardar en hacer-
se i la vela.» pero sa tiace Forzada y ridicula cuando Hadán-
dola adelante sí^UGp «cargar el navio df? buena» obras y
aguardar el viento que no lardará ft conducirnos ú mundüJ
desconocidos, »
Bebe afr¿tiiT30 que Lodas la» Semfej&riZ&a en no© se fonda ía
alegoría pura deben ser aun rúas visibles quú las de la metá-
fora simple 6 conlinuad.i.
8. SiNecdoque* HÜ paLduw gi*icga ijue Minifica compren-
sión \ designa ol impo fundado en relaciones Jo suniiliauei-
dad."
Tiene lu^ar ruando se pone: I.* El Unto ñor U «arle t pin-
lar el hospital por una parte de él), h parle por el todo ¡mil ca*
bezatdc ganado*) 2. q Gúriero por la especie (moría/ por Aom^
¿re )t especie por el género (na tient una ¡tesela*} 3«° La es-
|>ecíe por el individuo [d Evangelista por S* Juan) individuo
por especio (es un Démosteles por un grande orador.) \ esu
clase, ile siflécdoffues la llaimtn comunmente .ÍMfonomfWt.
1-* La fÉiíiteria por la obrn , etc. 5.* El continente por el con*
tenido t etc. fi.IN Kl signo por h cosa significada, etc. 7.° El
íibstiacio por el roncrcto. cíe.
!>. .yfítonimitt. Significa üansnoiiiinnrion y dcsigrm los
tropos nacidos de sucesión. I,° El aniecedeiitc por el const*
guíenle (vivió pot lia muerta), consiguiente por antecedente-
[fos graneros rebosaron por hubo buena entecha.) $.* La caus:i
por eí efccio [dsol por íf ador), o el efecto por ia causa (ííi#
cartfií tfafien *«' ve&peiaüns,) 3.° El aulor por sus obras. 4. ü El
instrumento porta cosa hecha ó por la persona que ta Iva-
ce, etc.
10. l*or Jo que toca al uso de los tropos <JS necesario aten-
der a lo <iue permite el g « i w d c U Lengua, especialmente e«
las sinécdoques yftifíGHtfftíajque apenas podráji usarse sino
tus ya conocidas y admilidas.
Asi para decir cajas decíanlos l&linoa letta sinécdoque 1/);
nosotros decimos hogares (Jd. Id.)
Para decir naves decían popas y proas (id. Id. J; nosotros
tvlai; ó bien decían pinos {Sin^cd, 4), nosotros kñQSr
A una persona cara la llamaban los gríegus cabeza qwírida.
DE RETÓRICA, 23
(Sinécd, \ }t Los latinos y los franceses han Adoptado eslfl mo-
do que no sonaría muy bien en castellano.
Re be atenderse también ai punió de vísla dominante en oí
pensamiento general. Se dirá por ejemplo : i salieron del
puerto lamas velas » pero TÍO c combatieron lanías vetas» »
J 1« ¥ Humus UE DiGCE&y* Mámanst? así alguiw «iodos par-
ticulares de construir que sirven ya pan) la elegancia o la tra-
ba ion de la cláusula , va para dar mayor Tuerza á alguna es-
presion,
13* Utfohccíon. Consiste en suprimir la partícula conjun-
Uva donde la exigiría el orden gramatical. Ejemp1o&: el vent,
vidi , víc¿ de César; el ACMCÍÍ , acorrí, vuela, ele. Huyeron r ?*
precipitaron, perecieran*
Este desenlace y división , dice Gampinany, hocen al estilo
acelerado y vehemente en U forma del decir, y lo apartan de
la vulgar locución Servim^nos de eata figura para decir algu-
na cosa con aquel ímpetu y brevedad que pide la agitación del
ánimo d la grondraa del pensamiento. Algunas veces se usa
simplemente para que corra mas suelta IA frese* perú esto CK
menos común en castellano que en Trancas y en latín. Lo mi»mo
debe decirle de La
í í>. Conjunción, Consiste en la repetición de la partículu
conjuntiva mas de lo ijuc exigirla el rigor gramatical. Ejem-
plos : i." *MUi' mortandad por todas partes! se degüella á nn
tiempo mismo á los niños y ú ios uncíanos , y á la hermana
y al hermano, y ¿ la bija y ít la nuera, y al tnjo abraiario ton
b madre. *
Kn cada conjunción, dice Camprnanv, se renueva el horror,
hace et espíritu una pauso y so añade un nuevo motivo a la
compasión.
Aígunas vece* fle usa simplemente la conjunción por vi» de
elegancia 5in intención particular de hacer una pausa enfática
fcn Cada uno de los incisos ó miembros.
J£. Repetición. Llámase asj ia reproducción de una pala-
bra cualquiera tiedia con el miento degradarla mas en til
ánimo o de hacer notar su significación. Ejemplos: 1 ,ú * ¡ De
un esposo tanta falsedad! ¡lie un esposo tanta perfidia' ;l>e
un esposo tanta crueldad? >
Si no se repitiese el de un tspasn., dice Campmany , no ha-
blaría entonces el dolor t sino la admiración. Si se dijese sen-
cilla y sueJíamerder "¡De ütt esposo ianta falsedad, perfidia y
crueldad ' i parecería que no habla La persona que padece sino
la que refiere el pesar ajeno.
tsase algunas veces como una manera de construir con mas
eJaridaíl y enlace sin rntescíon particular ejj eJaentidn,
El uso inoportuno de las figuras de dicción , especialmente
dt> La repetición de una o varias palabras al principio, medio
U MANUAL
ó fin debscláusulas, miembros, etc., os uno de los vicios
mas frecuentes entre los que han formado su estilo con el es-
tudio de los rotóricos , los cuales dieron sobrada importan-
cia al uso de estas formas. Emplearúose un solo cuando haya
LUÍ a razón particular., cuando no se resienta el buen^usto. y
nunca con demasiada frecuencia.
15, FIGURAS DE CONCEPTO. Se llaman así lodos los mo-
dos, formas o giro* particulares que dicen relación a\ peusa-
iiiienla. ya nazca este del juicio 6 Je la reflexión (figuras ó
formas lógicas), ya de la imaginación (figuras ó forma? pinto-
rescas), ya del corazón ó de las pasiones (figuras ó formas
patéticas.)
íti* FIGURAS ó TOCHAS LÓGICAS» Sentencia. La &ent.£iicia e&
una máxima general, un documento directo moral 6 polí-
tico, independíenle de oirá proposición. Ejemplos: * Ñadí*
llene consistencia en el inundo : sobre lo que nos parece
mas seguro puede la instabilidad.—Tan corla es la capaci-
dad humana que sus mismas yerros le son muestras.—En
el rico y c! poderoso no se halla otra cosa envidiable que
el privilegio que llenen de disminuir los males de la tierra.
1
—Cna. de tos ciencias mas importantes )r tlift citas es el ol-
vidar el mal que liemos aprendido.» La epifonema es una
sentencia puesta al fin de Ja esposicion de un hecho que
la motiva* Esta forma es mas ingeniosa y disimulada cuan-
do se envuelve \u sentencia en el mismo hecho. Asi de un
caudillo roirtauo dtee Tácito •. * Ascendido de soldado á cen-
turión y de centurión á general restauró la antigua y du-
ra milicia, curtido en el trabajo y en las latidas de la "guer-
ra y por haberlos padecido él propio mas rígido en raaiiti&T-
su observancia * * y dice mejor que si hubiese termi-
nado : i ¡Tan cierto es que el que ha tolerado un traba-
jo , ei€. *
Muchas Veces las*entancias aunque verdaderas son triviales
y otra» aunque brillantes, falsas.
Aunque sean de buena ley nunca deben multiplicarse, kt im-
presión general que resulta del sentimiento dominante en una
composición, es un procedimiento mas propio dejarle de de-
cir que el aparato de aforismos y de Tfl&tiniss abstractas.
La sen te nc ja puede 8ef muy profunda aunque esté espuesta
en los téftnmo* mas llanos; pero gana itmchas veces, tto en
valor intrínseco, pero en fuerza 4 en efecto , al mismo tiempo
que en facilidad de ser recordada, &i se reviste de alguna for-
ma {4\ pertítiil&T üe Us de que habUrtwis en seguida t especial-
mente de l»
{k'j TÍÜ ¡jetierjO agrbftan \tm jtftt^nciflS til se rwts&cn ¿C UH3 turma ^mé-
trica cu*lqulerjiH si prtíeritnn efi sus pjjrtcí rtía£:wne¡ que se precian ít \¡\
irJIpsfi ú ahorro di pnlnbtna , romo eit vite ejemplo : < Tal defiende con inlrti-
DE RETÓRICA. áfí
17. Antítesis. Comparación. Consiste ta Antítesis en la
conirapu&k-iorj 6 contraste euire dos objetos.
Como es visible ^ es lo contrarío de h comparación. Bus-
canse las semejanzas entre líos objetos, alguna» veces ton ct
fin de scñalnv con mayor claridad |a$ cualidades del objeto
que se compara á otro ; oirás veces con ct ció hafagav <j mo*
ver La Imaginación. Las primeras compunciones son formas

Ejemplo déla primera clase: «Como la cera, dice Mr. larris,


no seria buena para tos sellos si oo tuviese «I poder de rete-
ner BSÍ como de recibir la impresión: lo mismo SG verifica en
el alma, respecto de los sentidos y de la imaginación. Los sen-
tidos son su poder receptivo; la imaginación su poder reienti
vo. 5i ella tuviese sentidos Bin imaginación, serio no como la
cera sino come eí a^ua; donde aunque se hacen aí instante lo-
das las impresiones, se borran tan pronto como se liíc-en.>>
La? cualidades de los objetos resaltan por su semejanza ctm
las de otros . ó bien por su contraste o distancia: lo blanco
nunca parece tan blanco» como cuando cstk junto a lo negrti.
L3 antliests puede emplearse para fortificar }$ ¡m^veston qov
qoerotnosque noí liapa un ohjeto, corno en este ejemplo de Ci-
cerón "¿Es posible que ijoisiero (Mitón) matar cun senlimienn*
de algunos, al que no quiso matar con pustode todos? ¿Se puede
creer que se determinase a asesinar injustamente, en tiempo
y Jugar nada oportuna y con riesgo de su vida, al que- DO osú
matar justamente, en tiempo y lu^ar oportuno, y sin riesgo
de su persona?»
* Para hacer iim completa una antítesis, conviene siem-
pre, dice lilair\ que las palabras y luicmhros de La semencia,
que espresan los objetos contrastados, estén consiruidos con
igualdad, como cu este ejemplo de Cicerón > y que se corres-
pondan unotj íi otros. * Pero esto debe entenderle do la cons-
trucción y orden de las? palabras, no de la significación de es-
tas , pues ta antítesis en que las palabras san diametralmente
opuestas como alio y bajo, blanco y negro, etc. , pecan por
frías* y conocido en eílas eí primer miembro se puede adivi-
nar H segundo '.

pide* su c-AsnT que. no criibe&tmn L« ajcuruj Dase por supuesto UUÜ nu ¡je d*-
bt flbuwr rfc e-stüí metilos pur muy disimulados y Aun P«ÍT muy íiatm-ole-
qg* sfnn
4 cTc mostraran u mano Inteligente riel hombre las varias obras <U su
induStrin . dc-idc el aífller haitft fí iinvíu,» Esto* conlrfrtteS i éAtitfi tllferetifiA:-
de cAdtMnd (ir^spntJín UP -rir^^ter demQajjtdD mnttrrbl L una faL&n frrnT^lr»/*-
que dlstp inuehfl do lo verdaderamente su UN me.
Entre Im muchos ahiiao-a uue hoy din se cometan He la nnlitesiis especial-
mente (lorlos eserittjrii* frfmcscsy por io* que Imitan su tstll*> . puede oon-
tnne utiaesp^eie dcc&nlrapüSlokm ó deaiicucrrio entre* lfl lúea y la esuTO&iptj.
cuando Aquella es (crandP y «tu vulgar, (o que constituye fAmofen un r.tií*i-
auLpLime o una apariencia Je ealraonlin-Rrio que puede nularsi- ¿II^UEIA^ ver<*>
*n el rmsnio Chatttf ijbrfrnd . especia I Tiente en jgs estulto* histútkas
5
2t> HAHUAL
El uso frecuente iU> tas antítesis es un vicio común en todas
las literaturas degeneradas, cornea en La del tiempo de Lue^no
y Séneca y en la de nuestros culteranos Uiltanse también ari-
tUefrís prodigadas, y entre elltis nu puO-j& sumamente frías, en
nuestros buenos autores especialmente en Granada
18. Gradación ó Climax* Consiste en ordenar las pala-
bras según el grado de importancia, fuerza o sucesión. Ejem-
l>[o de Orvaules : <En curio espacio de tiempo se pensó,
se consultó * se aprobó y se caminó á la ejecución. >
Otro ejemplo:
L.i boca empieza A abrírsele- los brazo P
A estilarse y caer; lánguido dobla
LA cerviE • luc^o el apacible sueno
Su* parpados le cierra
lista forma es rníce^arin siempre que hay aglomeración de
circunstancia*:, Esceptúase los poco? casos en 'que una fts es-
tas nos embarga deatal modo que debemos enunciaría desde
luego. Ejemplo*. «\. c¡ii^a este ídolo de maldición: destruyá-
mosb't por riu base, a* Murió: una lanza habia atravesado su
pecho.»
19. Amplificación, Causista en presentar un pensamiento
por diferentes aspectos o relaciones, a fin de producir una
impresión mas pro-lunch- Aunque esta lorina puede Humarse
lógica , úsala algunas veces la pasión : así un hombre enojado
se complace en recordar no- solo que i'ué insidiado • sino las
varias circunstancias del insulto. La amplificación se vale
muy á menú rio de La Enumeración de partes y de la Distri~
h\tcion que es una enumeración de parle* en cada una de las
cuales se niega o se afirma algo.
Todas estas Formas^ do que SG lia ahjisado uu HOCO , c\t^en
4jüe L-;ida Uiul (in- laí parte» ó elfcun*tancias añada abulia
luería & la idea principal. Bsbi consideración muestra de cuan
IJOCO vafor son las umplibcacionu* hechas simplemente para
amplificar ó para estender el discurso, y da razón del por-
qué muchas veces un simple rasflo ó sentencia dice masque
todassuí; glosas ó comentarios mas detenidos.
20. tíntre las formas ó figuras qiid pertenecen á la clase
ile lógicas, sueleo ponerse algunas que nosotros llamaremos
uriiticios retóricos: La Corrrccittn que consiste en modificar
una uspresion con otra que dice algunas veces menos y ge-
neraimeiiie mas que ella; la Concesión (|uc consiste en con-
cede]- ai contrario algún estremo, pero soio con el objeto
de hacer resaltar mas la verdad de nuestra proposición; la
Preterición que consiste en fingir que tfu pasa por alto algún
objeto del que realmente se va baldando; h DitbUacitm que
consiste cu fingir irresolución con respecto á un becho sobre
el eual se ba tomado ya un partido; U Suspensión que con-
siste en suspender artificiosamente la atención de los oyen-
DE RETORICA. 27
tes 6 lectores para sorprenderla tan algún rasgo inespe-
rado, etc.
Enumerase laminen h Transirían que mas l*fen Í(UC lisura
es mía necesidad iJe la elocución. Las panículas conjuntivas ,
adversativas, cío. forman pequeñas transiciones entre cláu-
sula y clausula; las relaciones de dependencia r contrarie-
dad, modilieatioiu ele, forman las verdaderas imiisiríone*
implícitas entre párrafo y parraYo; y las relaciones de C O I I I Ñ
güidad que présenla el mismo asunto cutre las varias mate-
rias deslíe se compone, forman las verdaderas transiciones
entre parte y parte de un discurso ó cnire capitulo y capi-
tulo. Sin embargo á veces puede el escritor valerse de tran-
siciones ingeniosas é imperceptibles para enlazar un puníu
con o t r o , cuando el arreglo de la materia mi las prescrita
hedías. Algunas veces pueden también prepararse las tran-
siciones.
2 1 . Formttt ¡miélicas. Enlre estas enumeramos la Excla-
mación v Ja hiterr&p&citm, ft>i'iwají i>ralori^s fáciles dt> dis-
tinguir por su forma gramatical correspondiente*
22. Nace la primer» de que el ¡mimo impelido por al-
guna pasión no acierta á valerse de la forma afirmativa \
solo fraila salida por medio de una forma interjectiva, Es-
ios ru.s^os de temor, admiración, amor, tste, cuando so»
oportunos,, es decir* cuando bien sentidos, nunca dejan
de obrar simpáticamente sobre los oyentes.
áó. La iUffirrfKjacttm oratoria consiste no en una prrffiíA-
íar sino una preposición ffuc despajamos de su forma enun-
ciativa ó afirmativa > revestimos de la interjectiva por la
razón de creerla cierta c incontestable.
2A. A la clase de formas patéticas pueden añadirse ; U\
reticencia que ex/síe cuando fa pasión noá impide terminar v
completar la frase ya empezada, y la iranitt que consiste en
valemos de espresiones que significan lo opuesto de lo que
queremos dar á entender. Como la ironía requiere un tono
particular en la pronunciación } tiene menos lugar en el
íerrgt/áje encalo, duitde pudría «'tucuras veces dejar <w duda
el verdadero sentido , que eu el pronunciado. El Bttrcüsmn
es el último grado de ironía.
En cuanto á La imprecación > deprecación, conmina-
ción, etc* debe decirse que se revisten generalmente de la
forma esetamali t»*?, y que SON ía expresión de diversa* pa-
siones , pero no una forma distinta*
t a pasión que pone en movimiento toda la naturaleza, se va-
le mucha? veces ite formas pintorescast especialmente de \u
apostrofe. Pero parece que por su naturaleza £& mas rápida y
severa que la imaginación y que no se complace como r*ú
en detenerse en una iftism& forma
2A MANUAL
25, Formas pintorescas' Descuella cutre estas l¡i perso-
nificación que consiste en atribuir cualidades humana* a los
seres iitfjiiiníulüs ó ¿ los abstractos.
El primer grado de h personificación se reduce á atribuir
uuu simple cualidad humana i\ un ser incorpóreo o abstrac-
to f COUIO cuando decimos tempestad furiosa; estas personí-
locaciones £e cotiLuudeii cotí las me-Ufam \ pueden »$av&e
sin grande calor en la imaginación. Algunas veces la* teyts
nos alargan la espada, (fice Cicerón hablando de la defensa
UnttU'uL
Otro ejemplo:
la codicia ün los brazos de la aueTte
Sí arroja al mar: la ira á las espadas,
¥ la ambiejonse rie du ía muerte. {Bioja.)
El segurado grado de personificación consiste en hablar
con ios seres inanimados como si tuerca capaces de oírnos
'Rompo olro vez, £ templo sanio, el velo;
Babiari. á piedras, de dolor tocadas , etc. 1
j Lope ¿le Vega--
Ksias jicrsonillcacioiiCft van comprendidas en el Apostrofe*
Vero no todos íos apostrofas son perionifiemfoms, puesto
que aquellas c\islen cuando habhmios con personas ausen-
Les ó fenecidas, aunque t! & ten \) hayan csiado dotadas de
vida. La iiuagiuacicut, <juc da origen i todas las huertas
apostrofes, nos prescrita cniíin testimonios de nuestras ac-
ciones y de nutriros asertos k jos ausentes? á las sombras
de nuestros antecesores y aun á los lugares y monumentos
consagrados por tm recuerdo impórtame.
Lít personificación Uc último gvado constata efl Atribuir
vida y habla á los seres inanimados, Deben ser dictadas por
mi ardiente entusiasmo como tas muchas que se hallan en
la sagrada Escritura.
Las personificaciones forradles de seres abstractos son muy
espuertas, y no pueden Yener cnlre nosotros tanta cabida co-
mí) entrií tos griegos y romanos, atendido ol carácter sina-
holico y alegórico de h\ religión de los dos últimos pu&t)íos.
2í¡- Hipérbole* Consiste en atribuir ¿t algún nbjelo cierta
cualidad que en rigor le corresponde t pero no en tan alto
grado como supone el «ine habla. La mejor regla para juzgar
de la oportunidad de las hipérboles es la de {Juintiliano. y
consiste en Í(UC, aunque IOÍMJC se dice sea inverosímil para
el que lo ave, no lo sea para el que lo dice»
«Los bárbaros no? sepultaron bajo SUS fldehasT JD dice UD
autor ftnCRo Esta hipérbole es bella; pero decir, como uno
de los nuestros: «LR3 ííechas Ufaron el sol y aun parecían
apocarle,» es usar de tina exageración eslravagante-
DE RETÓRICA* ü#
27. Imágcnts* Las imágenes son de Jos clases: simple
\ figuradas. LÜS primeras consisten en la represen Lición ó
rectiendo ¿fe un objeto visible , como ;
Cubre Ln gente el sucio;
Debajo tic las velas desparece •
La mar, etc.
Otro ejemplo:
Bu torno del agudo campanario
Blaac&s palomas yu&ters*
Las imágenes figuradas son Las esprcsiones emblemáticas
con que presentamos á los ojos una idea que por lo c o ni un
se espresaría abstrítetatncníe, eomu to de León psra pintar
al hipócrita:
i Golean sus manos sangre "mócenle y álzalas a Dios w~
mú íimpras. *
La Dsscripcivn qüo con&\ste en una suceü'wn de ttfíé^enes
Simple* no CÜ on rigor figura; transcribiremos sin embargo
b qtie dice Bíair sobre ¡0 mnlcria»
«La Descripción es la piedra ríe toque de \n imaginación
rttsí poeta, y la que distingue siempre 1 un ingenio original
ílel ¡rué no BS mas tpue capisl». Cuitnrio un ü¿erilor de segundo
íirdftü se propone describir Lit ndlurtilrzn > !ÍI encuentra acula-
da por los que Juban precedida £j> U UJJ^JIU) carrera, Jíada v^
de nuevo 6 peculiar *n el objeto üue va ó pintar: las nociones
que tiene ÍÍ<? él son v/ig/ts y^eftericA*; y *CM expresiones son
por consiguiente débiles y (z*Mier«lpsL Da palabras en lüpar de
ideas: y en medio. d& un lén^uíije verdaderamente descrip-
tiva y jiuéiicupinla ei objeto con yjoca ú ninguna tuz y clari-
dad. Pero el verdadero poeta nos lmce imaginar que vernos
la natura)t7¿ con nuestros propios o¡u$: nos Ja presenta con
las facciones que la distinguían: la da un colorido devidej y
de verdad T y ía coloca bajo uo punto rtt3 vista que pudiera
Kuiar al pinto i- que tratara da copiarla Rata tálenlo feliz débe-
se priacipálmeme & una fuerte írnuKiriaciun; ia üual recibtt
primero una impresión vivísima d*í objeto; y escociendo y
empleando las circunstancias propias para describirlo, Iras
roüe B*t Jojfl su fuerza a \a i(Bu%in9cioft deoíro* sqo&ila mis-
ma impresión. En esta elección de citen n&laucias esia torio
el arte rte ta descripción pintoresca , etc.w
28, Por lo que hace a} uso Je tos /¿guras cu peperaJ debe
advenirse i,° que no son ellas, sino el sonlimienio que tos
dieta, lo nue constituye su mérito, y que el sentimiento
existe muchas veces e¿ el letigunjü tit&s Mano. 2.ft Que tos
figuras eslítn eu su lugar donde predomina un grado mode-
rado de elevación y de sentimiento, y aun allí solo contri*
httyen aíremiosearc/ discurso T cwan<ío estriban en un pen-
samiento Sólido y en un sentimiento natural; es decir >
euando nacen de s u j o , sin esfuerzo , ni aiencmn ^íriiru-
lar rfeí effrritor.
30 MANUAL
Las ventajas de las figuras son entonces las siguientes:
1. a Enriquecen y hacen copioso el lenguaje*
2 + a Dan dignidad al estilo.
5, J Xos dan el gusto de gostar de dos objetos á un tiem-
po y sin confusión ; de la idea principal que es asumo del
discurso y de la accesoria qire le da el vestido figurado.
Vemos una cosa en otra , dice A r islote tes.
V * Ademas las figuras \;m acompañadas de la ventaja de
darnos frecuentemente una idea mas clara y viva del objeto
priuciiiaUíuG taque uuulliamos si se c&pcesa&e; en Léraunosi
sencillos y desnudo de las ideas accesorias.
Ejemplo de Joun#: «Cuando profundizamos demasiado
oit el placer , estiumüa siempre un sedímeiUa que Lo liacc
ímpuru y nocivo* »
A estas observaciones de Blair tal vez no será inútil añadir
la siguiente:
La figura es la forma estertor que toma el sentimiento o" ía
fantasía ; puedo compararse á la cspresion de nuestros afectos
por medio de la fisonomía; i cuanto mas efecto producirán
nuestras palabras, si los rasaos de nuestro rostro acompañan
y encarecen lo que ciquella? dicen ! De \n misma manera: val-
drá mas y hará mas efecto uno idea si se reviste de una fer-
ina expresiva y poco íomun» Ve-ro del mi sena modu^u& seria
afectado y ridiculo que al apresar una palian peonásemos en
las arrugas de nuestra frente y en los pliegues de nuestros
labios, seria absurdo andar a casa de espresiones figuradas
euand" debo absorbernos la importancia de la idea- En resu-
men los modos de decir singulares y privilegiados que se Do-
man tropos y figuras nacieron a impulso» del corazón v del
acaloramiento de la fantasía y cu vatio se esfuerza el escritor
ingenioso en suplir por medio de ellos famaeTa y corazón.
Debemos ademas tener presente el bel Jo dicho de Fenelon
acerca de Dcmdstcnes : «se valia de las palabras como un
hombre modesto del vestida »
Sin embargo de todo lo dicho y de la necesidad de adquirir
en esta parte un Busto extremadamente severo P no debemos
olvidar que no todas las figuras tienen la misma importancia
ni suponen el mismo Erado de entusiasmo. Hay modos figura-
dos quo contribuyen d Ja tersura y & la elegancia del estilo y
que forman una verdadera belleza", aunque no bellezas de un
orden superior. Mochas veces t-s 5a desidia la ímica cansa
de que no «parezcan en el escrito: una fuerte atención al asun-
to y fllgun esmero en desarrollarlo hac-ejí siempre dar con
aquellas gracias que mas que el corazón ó la fantasía dicta el
ingenio, pero que escocidas por un gusto recular contribu-
yen a la fuerza , 6 la elegancia y aun á la claridad de la elo-
cución ».

I Por ]o r|Uc aquí se dice, pitcdc tvhnrstf rf£ ver que admitimos r o m o
reí le* csttirl(Jr+ corno nierljti fie HHtfFincia a\ \t$o Me algunos trapos y figuras.
Cal p u t d t win*uleirMs* «v tfacta t i t i * m u c h a * raptttcVoitís , * l d t Hl-gitua*-
DE fíETÚflfCA. oí

CAPÍTULO V I I .
DE LOS PENSAMIENTOS.

ÍM Definición — %. Cüñlidaclc& de. loa pensamientos*^?, VctrJfl^, —*L Ctan*


dad.— a* Novedad.—c r ?taturalLüfldh — . Í . Soliden —a. Cocí ven Ltneia rk1
íns penramtedtcrt con ct tgnu cíe far Dura,

i . Por pensamientos emendemos todo loque un hombre


quierecomunicar vitando habla ó acribe: ya sean las ideas que
tiene de las cosas , ya los juicios que de ellas ha formado -
ya los varios aféelos que «slas ideas y estos juicios lian mo-
vido en su corazón.
Danse regías para ta elección, na parad hallazgo <Ie ios
pensamientos* ÍJHC solo pueden suministrar ct talento , una
instrucción general y (A particular que esíge el genero en
que se estribe,
£. Los pensamientos han de ser claros > nnevos, naiu*
ral^s, sólidos y acomodados al tono general y úominsnte de
la composición.
3. fVúW tíí tos pensamientos. Los pensamientos <;on-
formes ¿i la naturaleza de las cosas se Llaman verdaderos;
los que no lo son T falsos. Como ejemplo de Los últimos suele
citarse el siguiente: % Sus generosas acciones eran hijas de
la sangre que corría por sus venas, *
Es necesaria fo verdad de fos pensamientos , no tfeoientfu
ser siempre absoluta, y bastando la relativa ó verosimilitud
en cíenos easos, como , por ejemplo, en las composiciones
en que se consiente el uso de la mitología; los falsos solo
pueden tener Lugar en composiciones burlescas, como G\Ú-

me t aforas, at.iltesis h cbmpRrflflohe*» *H?. <lue no BÜ ponen en el que I ¡ti em-


pica acaloramiento en M c-or-tizon ¿ cti la fonlnsiq t sirio simplemente rtl^iin
fíftlíTP ^ u/t Ji/( frito íií rí£vf(?í?rifl j íí r«"fí la titíttfrtía Intitncion íle oír/j*
fKriiarvs. Peto sstA muy l¿jus Ac acr cxiiclb la dertomíhfldtin (jíntrnl <V
orhuío *> íJí?rnac ¿o=n o r a t o r i o que *c tlfl j^cnern I enante «I l¿n|(unje t\gu-
rflí|o; dea omitíatlon que ha hecho congiílrmr tgmo un muro ivlorfio y Lo-
mo un accesorio poMlio ¡i lo que es el desarrollo nsíural y u i ver IÍHÍPP
<te\ ptrtinrri tentó •'at^nílltÍR fa pítuacícti. la pasión, CIL-, tifí que Usa fu fí$utu
y que hflCQMrlliuldo A infundir «1 error ríe fníi'r el pensamiento y ihl esti|<.
rJfJDcjn)fp«pte íííítíntíj > h por tíí-jfjrlíi as!, jLepjirjihJr*,
LA litnplc nfírmndon Je ya íienfú elcior potlríi ser la Ukfi ndstrajín «|iif
uorrc&potuJe iV las sentidas qut'jas con que c^pf (-'tamos y encarecemos el fio-
lor; ut-ro estas quejan expresan, envuelven ulgo infla que nquHJfi proposi-
ción, fcn general «I pensamiento rltscrlpttfo rt plntotpsrfl , pnWUco íWip*-
íf<jniT'Jü tfs -í*sa Jiistitwi dül peflsaífTÍtírto srffTfr^mcfiff í^¿í¿S t J e U m^r>i
iifírnifl^ioú í^UstracU y melafiak^ , coino e| hOíri|>rc npasioníiilo y ÍILTSCripiar
i* OITO del gueui1 d u t ¿ radociDflr,
3* MANUAL
4, Claridad de los pensamientos* U>3 pensamientos que
se comprenden desde luego Son claros! los que e\igCí> a l -
guna meditación * profundos ; los que con dlu no üe deseo*»
irajjnri todavía fncjlintjnle , astutos, y finalmente embrolla*
dos y vniymátias li medida que cruce la oscuridad»
Los pensamientos deben ser claros x pudiéndose usar la*
profundos CÍJ eserjtos dirigidos á personas instruidas; wut-
ca ios oscuros , embrollados, ni enrama lieos.
íí. Novedad de tos pensamientos. Cuando cJ pensamiento
no JI:Í sillo tíspucsto por o t r o , se itaii-iará nuevo t y si Jo
na sido ya común , con tal que no haya pasado á ser migar
óconocido doí vulgo > ni entra este tan manoseado que fe
cuadre el nombre de trivial.
Se prucurará dar la m:iyor novedad posible & to& peu&a-
nuetrtos presentando J*<i¡o un nuevo aspecto los comunes y de-
sechando los tuUjans ó triviales,
ti. iYrjíimiiíílíiíi íic ¿as píníaj/iííní(7j. Los pensamiento*
se llaman naturales si nacen del asunto y rio han costado es-
fuerzo alguno; en CASO contrario se cali fien rJ do violentos,
forjados y estudiadas. Segtm seft b facilidad cun que han po-
didu ser hall jdos lo& pensamientos T ó el grado de ir*y+>Ji¿a,
discernimiento ó sensibilidad que hayan sido necesarios pa-
ra producirlos so llamarán obvios o fáciles, ingeniosos óagu*
dos x finos y delicados y algunas veces graciosos; y si las
re/aciones que han servido parn el hallazgo det pensamiento
son estes i v ámeme temías v casi imperceptibles, se llama-
rá sutil y alambicado.
Los pensamientos sutiles t como también los violentos ó
forzados deber- rechazarse irremisiblemente de todo escrito
serio.
7. Solidez de tos pensamientos. Llamase sólido el pen-
samiftitto fjue prueba to ÍJUS ínteutt el escritor y /útit ó m-
sustancial el qire se funda en una falsa prueba ó mera apa-
riencia de ella, como eJ del que dijo : il*or estar Ja lengua en
parle n\uy húmeda , fadlmenie se desliía* si na la detiene
la prudencia. *
H. Conveniencia de los pensamientos con et tono de la obra.
Consiste en qti*^ sean M í o s , es JCCÍT , de los que producen
una impresión sosegada y placentera en Jas composiciones
serias destinadas íi agradar; en las majestuosas , Grandio-
sos y en lo jKvsvhle *ttWifftcst es decir, de los que admira»
y asombran por envolver Ja idea de una gran fuerza física
ó m o r a l ; y en las burlescas ó satíricas agradables y fes-

Este breve resumen dot Iraladu del Sr. Hermosilia sobre los
pensamientos r bastará para dar tina idea á& las antecedentes
DE RETÓRICA. 3,'
clasificaciones! sumamente útiles, bien que no tan aplicables^
casos prácticos couw parece £ primera vj#ja. j j tratar v\ g. de
1a verdad de los pea semientas hay que advertir que será 0
no creída ta!, según sean las convicciones del autor, y que en
mafen'n? üpííifliítfs solo debe exigfrseíe que hable sincera-
mente 6 de buena fe . concienzudamente como ahora se dice
Esta es la medida de la verdad del pensamiento en la mayoj;
pane de los casos: tal nensamiento conjetural, tal razon'dtí
analogía , de armonio fie congruencia que usadas por un es-
crilor sincero produciré r> e) mejor &tec\o por razón de a c -
recer en el escrito con la misma Tuerza que en su alma , em-
pleadas como pruebas positivas y concluyenles por un autor
ambicioso de efecto? y decidido á probar su upínion á cual-
quier costea no presentarán el necesario carácter de convence
miento y por consiguiente fa verdad, al mismo tiempo rjue
de solidez.
Tal vez tampoco será ocioso advertir que en mucho? de
noesír/w escritores del siglo XVJI p se haJJan sobradas muestra*
de pen&omientc-s faltos de lo última cualidad que hemos men-
cionado y que entre otros, excesivamente in^enio&os, es de-
cír, entiles y alambicados, no pucos manoseados y triviales.

CAPÍTULO VIII.

EST1LÜ.

i. Ucflnícíon, — a» CunUiíwtes dd cstíio. — ** Cujiftcfnritfi iiu-truirins.—


i. primera cn*lhlafl hcct'wrln i claridad,—a, IVrcWOn, exactitud , concl*
alón , abümlnncin^ dlfuaton . prall}lcliiil r redundancia, —a. Se y n ruin cua-
lidad necearla; orden; m ti culo y euorri i ciaron otAlorLft. L(#r-rpui c"p
Aolturn h facllitljul. — 7, Terecra j ctiort.n cunUdmle* necesarias; unhdml
y ií-9ríalini, Sgunhiad t vJv«wjj flfti/Jiaíiop, nwno-tobte , frtnldaú t #írrfl-
heramUmo. — a. Quintn runltflnrí esentiíil <ltl trilla : nnturíilidud. Aferra-
ron * ttftbftio > citmllu. — ftL ftslllo j\rlilcap llano h rstYK-rnilo , ilepnnt? v flo-
rido.—10, EULfoffftimUoüQ» scncltlo, tiráritlco, magnifico, nuevo, orí*
plneL— t i . titilo tenue, inedia y sublime» — IB- LcngiifljrH —1%. Tono,
— M Medio* que ÍJUnULfin la adquisición ele nn buen estilo,

1. Uámasc estilo b manirá particular que tkne cada es-


critor (le expresarse ó <fc comunicar sus pensamientos Aunque
la manera de un escritor pueda presentar diferentes aspectos,
se^un sea el asnino y e/ objeta de stts v&r'mstfWtfs, y ÍIÜTÍ
en el curso de una misma obra , según sea la intención de
cada uno de sus u w n s T DO- es menos cierto ÍJU£ CDJ) serva
siempre algunas cualidades dominantes \ características qu^
constituyen un estilo particular. Pero esto debe entenderse
de los que merecen el nombre de verdaderos escritores,
es decir, de los que tienen algo peculiar suyo en «1 m'i-
du de ¡tensar, de desenvolver sus ideas y de espremrtos r m*
df Ins que imitan servilmente un estilo ajeno y menos aun
34 M\SU\L
de Jos que fluctúan eulrc Ja ímii^cJoii de diversos esiílos.
2. De Jo titic acabamos de decir se deduce que Uav cier-
tas cualidades del estilo que pueden ser y sun varias en ios
diJerenies ¡uiiores ; mientras que hay oirás cuya ausencia es
un detecto. Las últimas se llaman cualidades esenciales ó
necesarias dei csij[o> Jas primaras cualidades accidentales
5 propias de cada escritor,
5, Como cualidades esenciales 6 necesarias del estilo
contaremos las siguientes : claridad, árdeft* unidad v rarie-
dí?</ y finalmente naturalidad. A estas cualidades déliéusepor
supuesto reunir Jas prescritas en los anteriores iralados so-
hre las espresiones, las clausulas, etc., así el tisiüu deberá
ser jJtiro ó rníííífl v no bárbaro ¿> latinizada, afrancesada, etc*;
nirí-flritftsn ñ xvnrt y no duro ó átptrn; ettrrccio v no i acor recio
ó descuidado : decoroso y no vulgar, bajo , indecente ni cAa-
o&oitio.
f. Primera cualidad etendal. La claridad es aquella cua-
lidad del esiilo por la mallo* lectores á quienes dentina el
amor su ohra ó composición, pueden entender completa*
mente sus ideas ó pensamientos,
íj. l\ira la claridad es necesario , ademas \\e li correc-
ción gramatical, de la turnia estructura tí composición de
las elúu&ala* y de la propiedad de Us expresiones: l>rt I A
precisión , o sea Li perfecta limitación ó circunscripción
délas ideas: asi v. g. el que sepa de nn campo que tiene
irna figura mmpuesn de im coarto de circulo , de un triáii-
ÍTEilo recio cuyos lados son dos radíos del mismo círculo ,
de oiro cuarto de circulo y finalmente de mi cuadrado cu-
yos lados son también los radíos, tendrá una id en precisa
de la figura del campo ; d ^m1- solo sepa que la figura es
entre circular y cuadratín tendrá mía idea v:ig¡¡, Pero lana-
poco cu gracia de la claridad y de una apárenlo precisión
debe pecarse contra la exactitud» como sien el anterior caso
se dijese que la figura del campo os circular. 2.1* El completo
desarrollo de los pensamientos ya en si mismos • ya presen^
lamiólos bajo dfferenies aspectos y relacionándolos con oíros
pensamientos «tas familiares a los leeloces > ya comparán-
dolos, etc, Los que por medio de un corto número de rdacío-
nesdel pensamiento saben presentarlo de una manera salís-
factoría , son losescritores concilios {llamados también tacó*
nicos), ó aquellos cuyo carácter peculiar ea LA concisión,
cuyo escollo esta oscuridad: y los que en gracia de la cla~
ridad y de la abundancia de Los pensamientos presentan de-
lenídoiuent& su* íd^as pciucíp-Ale& bajo diferentes asnée-
los y relaciones, son Jos escritores difusos ó aquellos qite
áía concisión prefieren la cualidad accidental opuesta 'rf/-
DE RETÓRICA. 33
fusión j qur ¡meJe Negar á ser prolijidad y aun caer en el
defacto de la redundancia, — L+no de los mayores méritos del
escritor consiste eh saber lo que puede tallar y lo que lia
de decir- ío que puede dejar para que /o adírifieíi Jos lecto-
res , la dase do hechos y do conocimientos a <i»c puede alu-
dir, ele.
H. Segunda canil Jad esencijl del csíilo: órdeft ó sen hwe-
rt» disposición y encadenamiento de los pensamientos y do
tos expresiones/ Esla cualidad , necesaria lambí cu para CGTW
s e g w voiiiptet&menic to awierior, se funda en UJIÍI ley ¡m*-
periosa Je nuestra mente* El encadoiKiminmo y disposición
ordenada de tos pensamientos se [(ama método; oí de tas es-
presiones ó sea la ausencia de saltos bruscos, de transiciones
poco preparadas, ele. se llama coordinación oratoria, Uno
y otra debemos buscarlos con esmero, pero sin que esclavi-
zándonos á ellos perdamos la soltura ó ligereza y la facilidad
del estilo.
7. Tercera y ctiarta cualidad del estilo : «rtidíid y vark*-
dad. Por unidad en el calilo se entienda la igualdad > es de-
cir , la conservación do ciertas cualidades ifiie ha presen-
tado en los trozos anteriores del escrito i sin h ciiai sdrto
aquel desufuai y ofrecería una inconsecuencia y una inci-
da desagradable; por variedad se entiende ía aparición *iv
nuevas cualidades según sea la sucesión de los jiensauíjeu-
los y las necesidades del asunto , con la cual se t onsi^ueu
fa viveza y /a animación y so evita ia mflttofonúr y tu frialdad,
Cuando la faint de variedad resulta, no precisamente de
pobrera de ingenio en el escritor, sino Je esecsiva predi-
lección por ciertos modtfs peculiares sayos, el estilo selfaaiu
amanerado.
H. La naturalidad es la principal entre Us cualidades del
estíh y *\¡ afecto ¿al ^ne hace perdonar muchos defectos*
1.a naturalidad consiste en b espontaneidad , on la completa
correspondencia entre <il estilo v el escritor y cu que estf
se conserve en su propio centro y no se coloque r?n »«a es-
tera de sentimientos, ideas y espresiones, distinta de h <;tn*
fe es o fe debe ser propia. Lo opuesto á (a naturalidad es fa
afcetazion y en ciertos CASAR el estremadu estudio ó trabajo.
Los estilos naturales serán tantas Minutas tos diferentes
naturalezas <te los escritores, rmernras fíingtrna de estas na-
turalezas toque en lo escepcionalo monstruoso.
íl. El estilo natural no detie confundirse con el árido, o
s*í a<joeí ostilíí desprovisto de bellezas de todflgéfJeroj wi
con el tUmo que solo es propio de ciertos asuntos. La natu-
ralidad no so opone ni al estilo esmerado ó ¡mudo , ni al
sirgante ó «jot* además de! csroen> busca ciertas bellezas dr
*1> HANlJAL
dicción v do ingenio* ni aun al florido que derrama estas
bellezas con abundancia,
10. El estilo natural es para algunos asuntos y en u¡i
rroriu número de escritores {¡randioso, y acaece cuando e*
escritor se ocupa en ymndet objetos y se halla dotado de
irtwíha/wntíi de afectos, de pcnsamKftto y de titiagúiftfioii. Eu
fos escritores de primer orden la grandiosidad se halla gene-
ralmente unida a U «tmpkctdad ó verdadera sencííií:; que es
f:l empleo de un corto número de medios para conseguir el
efecto que aquellos se proponen. Oirás veces domina la cn¿r-
tjin que proviene de que preponderan la fuerza del afecto y
de la convicción ; otras Ja magnificencia ^ue es una especie
de bclícza ó elegancia en grande escala, e i c ; pero siempre
ijn los ¿tutores de la clase ix que nos referimos es el estila
además de propia y natural, original y nuevo.
1 í, Los antiguos dividían el estilo en tenue ó sencillo, me-
dio Ó templado y jiifrlifii?. Por el primero entendían el estilo
puro y correcto ó sea limpio , pero ajeno cuteramente á las
fraudes bellezas y convenía á ciertos asunto* Jfc importan*
lia no extraordinaria, como algunas causas civiles; por
medio tAtemltan el estilo uíioiknaíifl, pomposa ó ü&mtifro pro-
pio de asuntos de freimiento y ostentación, y por sublime
el estila simple \ « j i c o , desprovisto Je íuluciuis. estudia-
dos, que conviene ú los gruidos pensamientos y á asuntos
muy importantes, Pero Se ha díclin coü motivo que si el e$-
tifo puede ser constantemente grandioso, no asi sublime en
toda uní obra, pues la última denominación solo conviene
á ciertos pasos ü trozos y nunca á toda la estension de un
escrito,
12. La palabra tstite es sumamente comprensiva y su sig-
nificación se estiende desde la fuerza y grandiosidad de los
pensamientos hasi» las menores particularidades de las es*
presiones y de las cláusulas, Pero Lodo lo <juc dice relación
al idioma, es decir , al buen empleo quft bate ri autor de
la lengua que habla , se llama mas propiamente lenguaje*
X$Á sw dice con mas exactitud lenguaje puní, correcto, pro-
pio , etc. que estilo puro, etc. á pesar de que es permitid;*
ta Ultima espresioiu Conviene mucho distinguir entre el lea-
guaje y el estilo T como por ejemplo, en nuestros antiguos
escritores que pueden constantemente servirnos de ejem-
plos del primero y no siempre del segundo, fin el mismo len-
guaje se ha de diferenciar también Ja corrección y la rique-
za, pues no basta la primera cualidad ncgaiiva, es decir, te
ausencia de defectos gramaticales, de barba rrsmos* de im*
propiedades, si no va acompañada de la abundancia de giros
y espresiones propias de b lengua y que constituyen su gra-
cia v su viveza.
DE RETÓRICA. 5"
i¿. Se distingue además entre eJ estilo y &¡ tono de uj)y
composición, El taño es aquel lempie o acento general que
domina en un estilo según sea la situación y La intención
ffioral del autor. Leido en efecto el escriío, en su recita-
ción d lectura aparecería un acento general -, una entona-
ción ó espretion en la voz que indicaría el estado del animo
del escritor, y según fuese esle, se veria que el tono de la
composición es devado t majestuoso , noble, esforzado, terio,
riméñv, irónico, mtirivO; sarcáitico, decisivo, ¿fagináltca, prp-
félico, abatido ; llorón , vehemente, ele. etc.
14-. Los medios que facilitan ¡a adquisición de un buen
estilo son los siguientes : Primero : adquirir ideas claras so*
bre d asuma de que se ha de escribir. Cuando poseemos
completamente e\ asunto, cuando ñus interesamos por él,
cuando sentimos la necesidad de verter las ideas que sobre
éS nos hemos formado, la pluma obedece espontanearoenie
a) pensamiento y Jas espjesiones acuden á porfía piara po-
nerse bajo su imperios Asi es que sin descuidar las pala-
bras, debemos poner el principal ahinco eo las cosas : Cw«
verborum, toilititudo rerum.
Segundo ; Estar familiarizado con el estilo de los buenos
autores* El estudio de estos desarrollará y fecundizara nues-
tras facultades, y sin copiarlos ni aun imitarlos servilmente,
nos iremos enriqueciendo con sus bellezas.
Tercero: Ejercitarse en componer frecuenten! en te.- Stylus *
optimus dfcendi mogitter. En los ejercicios á que se entregue
el principiante, sean de imitación, de traducción ó de com-
posición original, deberá tener siempre presente que e$crí-
biendo bien se liega á escribir de priesa y que escribiendo de
prieta nunca llegará á eicribir bien. Deberá corregir repelidas
veces y Limar cun esmero los ensayos o composiciones bichas-
1 }>e xqu¡ nutü que &a ¿iertfor pu&t* teimr ttaen &f!Jj£ tu un asunto qnr
It ¿4fM»Híar y no en otro <le*ro nocido. De aquí taraüjen el que algurtus pro.
ioptii nrjin el iro^u m^Jor wierLio <Je Ifl olira.
í til piiTiznn íle qur R* servían Las íitiflguoa para escribir t ck- que nnció IJ
aturra yigtiíflcación tr-flntiatlciji dreitltp : como si Jí]tíicmoí ía ptumtí.

4
sa MANUAL

CAPITULO I X .

SEGUNDA PARTE.'

TRATADO DE LAS COMPOSICIONES PROSAICAS.

i. División d> la* rompírstírlnnea l i t e r a r i a s , — a . diferentes- espale» rtteom-


posi-ríone* prasnicas.

I , Las composiciones literarias pueden estar escritas en


prosa ó en verso. Las en verso y un corlo número delns
en prosa son poéticas; las demás prosaicas.
£• El género prosaico ó de las composiciones en prosa
(como se suelen llamar , sin grande inconveniente , por ser
en corlo número las povtica* en prosa) abraza las especies
siguientes:
Primero: Composiciones oratorias ó eo forma de discurso
pronunciado.
Segando; Composiciones históricas ó narrativas,
Tercero: Composiciones didácticas ó técnica» y filosóficas.
Cuarto: Composiciones epistolares.
Puede haber también composiciones prosaicas descripti-
vas, como las descripciones <le viajes; mistas entre oratorias
\ didácticas, como son los libros y túllelos en que se adopta
til tono de la arenga ; mistas entre históricas y descriptivas ,
enlrft epistolares y didácticas, etc.
1 ]>DMLOS ]fi menor «Tensión pusíhít t* usLc tiíUadu * W ^ U D O H p ^ r t t ( r n
i,i que, como hcnioa hecho íiljíiinflü veces ct] la¿ enpiüilos ¡interiores h esiriw-
TÍImoa A Blalr y nermnsiüa J, no menos que i Ift tercera parte á po^tl^a , por
vretrr qpe *•! principal objeto de ln retórica vs ta P'lqitLsIclDn de un buíM
éSlílo.
Si bien d cúncH-if l i e n t o de los fl I furentes píin-ros literarios no ilcbr ser
ajeno A ln rvtórk-a, Ins lim>-5tiieack)iKb5 mv.% detenidas sobre cada uno <lf
M I M perltntCL'ii ¡i otras fiüIpnDtufns; ln «le lus géneros ürntoriD-s-íi lus rtííe-
ri-Mtü Lur*D£du ürjiíüTííi aíigraila h fuiviisi!, ote,, |¿i «lt l n * CGfnfKMikitiin-'s t i l t -
triricíi» y poéticas p cuino tnmhlcn lo relativo ii |n (vlh-y-a ú |p eut¿tkb4 . Al
rnrso íte- ILtrrnturn N etr.
Orillamos u m l u e n de este M a n u n l . corito í * y j o o t n u n hacerlo, al matado
Je to j'rortunctactou, sobr-c IFI cual *• puede c o o j u l t u r e l d« Üecitúnacitm q u *
f p r n i a T i n m c tic v i i n serie 'Je MaDualei.
DE HETÜRICA, W

CAPÍTULO X.

TRATADO D!E LAS iOMPÜSlCIONES ORATORIAS.


K RcfinMWi. —-*. t>iritttán. — *. /^)/7ipP*ííí^/í dfJ djítfyrto. —+. Exordio.
r—s, Propuflii.lon,— u, Nnrrnclon.— J* Conflrmnclvn.— a. EpüogQ.—
s. DifcreAlre WJ^SPÜ fie rfnjJwsíluJoJorí cffltbj-ÍJií ib, OTDI^A forense.
— II. Oratoria snfcrjulii*-^ 11, Orntorln pnrlnintn1*""U.— n , Medioj *1e

}* Pertenecen al genero ara torio iodíís i,is ^í»i)pí>sJojo-


nes pronunciadas de viva voz rielante de un auditorio mas ó
Twnos iturnero&n. Estas composiciones se fía man oraciones,
discursos ó arengas,
2, F-u la oratorio hay que considerar t." la composición
del discurso en general; 2/Ma clase á que el discurso perte-
nece*
5. COMPOSICIÓN DEÍ. MSCCRSO. Toda composición oratoria
empieza generalmente por algunos pensamientos que pre-
paran e( animo fie los oyentes {exardiíf}; propóiiesc después
el asunto de <juc &e va í* hablar (^ro/>oí¿círon;; sigue algunas
veces la relación de hechos concernientes al asunto {narra-
Ci'm]; p r o b a s e JWflgn lo Í[ÍÍ^ s e ha p r o p u e s t o {e&nfirrnacifln }
y esta es la parte principal y l:i úuira indispensable en el dis-
curso; y se «mrítiye con ios pensamientos que parezcan mas
oportunos partí dejaren el animo de los oyentes una impre-
sión elicaz V duradera de Cuanto fce les ha «licHu [epiloga.
i, Exordio EJ exordio ha de ser semejo, modesto y
esmerado para lograr el objeto que se propone, que es red-
dere siüx audtinrcs, óenevatos t ntfetiiostfriof.ifcji.Det>e t\3reí
del asunto , sin que anticipe Lis materias que se deben
tratar después. Hay algunos exordios en que se procura des-
vanecer las preocupaciones one pueden e\isiir conUM e] ora-
dor ó «1 asunto, haciéndolo de una manera indirecta que
CQt\&lUuyc el crttrtiiG ttitficuo ó $ar tnsintMcwn. Hay oirm ,
aunque poco frecuentes * llamados <?,i abrupto, en que Se
deja ía marcha tranquila y templada propia de ía mayor par-
te de los exordios 1 pata empelar desde luego con el mayor
fuego y animación,
5. 'Propmfeiott. Patxle ser simple y compuesia: ef¡ simpU:
cuando consta de una sola parte* y compuesta cuando de dos
¿mas. En este úliimo caso se llama división, ía cual dche ser,
no arbitraria, sino nacida del asunto, completa oque abrace
toda su esiension, clara y de un corto número de partes.
G, yarracian. La narración oratoria debe sor brert. rto-
íO MANUAL
ra, probable ó verosímil y agradable. Puesio que se ha de
considerar como una preparación paro La parte principal
del discurso o* confirmación, deben escogerse aquclíos he-
chos que pueden luego sen-ir para apoyarlos argumentos,
es decir, para probar la proposición.
1. CtinfiYríutzi&h. Ui conftrmación ueue por objeto el
convfnr«r á los oyentes que alguna cosa es verdadera , útil ó
buena é influir en su conducta por medio de este convenci-
miento. La confirmación se llama también la parte argumen-
ftiftivi (Sel discurso.
Para [ograrel convencimiento SOÍJ necesarias las pruebas,
y estas deben inventarse, disponerse y espresarse.
Para lí invención ó hallazgo de las pruebas no es posible
dar reglas, por mas que íu pretendieron los antiguos retó-
ricos. Los argumentos sacados de ios metilos artificíales que
Míos proponían bajo et nómbrele fw^am cmnnne* ú ornlo-
>7OÍ eran triviales , vagos y generales , no nacidos tíel fondo
y conocimiento del asunlo , ex visceribus rei t como deben
Merlos verdaderos argumentas*
Se dan algunas reglas para la recta disposición de los
argumentos, es decir, pava que lejos de embarazarse unos
a oíros , se proporcionen un auxilio mutuo y vayan enca-
minados h un fin : 1.° que no se mezclen pruebas de distinta
na Limita; sS.n que se guarde la gradación en los diferentes
argumentos, es decir * que se pspongan at principio los
mas débiles y se termine por loa mas concluyanles: MÍ au-
tpatur sempw ct ¿ncrescat omtinf escepto en los casos en que
se pongan algunos débiles en medio, para que queden ocul-
tos \ tuiftitt defendidos. pi>r tus que preceden y siguen;
y 3," que se distingan y separan completamente uno* de
oí roí;, sobre todo si son de diferente especie.
P-jra la espresiori de las pruebas o" argumentos debe aten-
derse á los preceptos y observaciones que hemos dado en
la Elocución.
Como parte de la confirmación puede contarse la refuta-
ción que es aquella en que el orador deshace o rechaza tas
objeciones ó Argumentos del contrario. Parte muy impor-
tante en muchas oraciones, esencial y de primer interesen
la oratoria forense * debe ser siempre completa y satisfacto-
ria , pues dejar en pié una objeción formal contra nuestra
proposición, hasiaria para que los oyentes negasen á esta su
asentimiento.
tt. Epilogo. En la conclusión del discurso entra algunas
veces, es decir, cuando el asunto lo exige, la parte patética
ó moción de afecto** Para esta la mejor regh es Ja dada por
Horacio:
DE RETÓRICA. 41
Si vis me Aere , dolendum est
Frimuro ipsi libi.
El fingir aféelos que no scsienlcn, el pretender comuni-
carlos! expuesto y casi imposible en una obra escrita , es
absurdo y ridículo en una oración pronunciada en que la
menor m i r a d a , el menor gesto revelarían ht frialdad y la
afectación del orador.
Muchas veces cuando el discurso no tiene otra mira que
la de convencer , cuando no aspira á persuadir 6 á mover los
afectos y por medio de ellos disponer de la voluntad do los
oyentes , el epílogo consiste simplemente en una recapitula-
ción animada, breve y clarado los argumentos espuestosen
la confirmación,
9> DlPH&OiThS ESPECIES Dfc COMPOSICIONES UHAfOtíUS.
La oratoria puede dirigirse simplemente á agradar -como en
algunos panegíricos ó alábanla* de personas stífteriores. eu
algunas oraciones inautjaratts, etc.); á convencer [eoniu ge-
ncralrnente en Las oraciones desunidas al foro y algunas ve-
ces en las oraciones sagradas y políticas); o á convencer y á
persuadir ( como en Ja mayor parte de las verdaderas compo-
siciones oratorias destinadas a) pulpito ó á la tribuna. ,
Los antiguos dividían ia oratoria en demostrativa 6 des-
tinada á vituperar ó alabar < de la cual conservamos ejem-
plos en los panegíricos de los sanios); en judicial q*j<! cor-
responde á la moderna forense T y en deliberativa ó de
discusión , nombre que couviene también a la moderna par-
lamentaria.
Los modernos toman su división l , 4 del Lugar donde se
pronuncia la oración, 2.° del asunto y 5.*1 de la clase de oyen-
tes. Así i:i elocuencia forense tiene logar en el foro sobre
asuntos sujetos á la decisión de los jueces que forman el ver-
dadero auditorio de esta clase de discursos; la sagrada en
d pulpito ^ versa sobre asuntos religiosos y su dirige a lo*
fieles; y b parlamentaria f que liene logar cu los Cuerpo»
{jubemaiivoK deliberantes, ira la de los asuntos é intereses
públicos y se dirige á todas las personas que constituyen
til cuerpo á que pertenece el orador.
Hay otras especies de oraioria menos importantes , co-
mo la militar, Ja profesoral, la académica, la tribunicia que
forma, como ía patJtfiíientíiriíi, parte de la política. etc.
10. OftATOitiA FíULtNSE. Se comprenden en ella todos los
discursus pronunciados delante de los tribunales con el ob-
jeto de que se absuelva ó condene una ó mas personas * en
una demanda civil ó criminal de cualquier especie que sea.
Adviértese en ella que el exordio puede abreviarse ú
omitirse del iodo algunas veces, que la proposición ha de
12 MANUAL
hacerse con mucha distinción é individualidad, que en la
esposicion de los hechos y de las pruehas , no menos que la
refutación de Lis del contrario debe reinar la franqueza y
buena Te, y que la moción de afectos debe reservarse para las
Piusas rriminales, y que aun en estas no puede tener Lauto
lugar ni el mismo calor que entre los anlígutis t cuyos tribu-
nales earecinn del carácter severo y altamente respetable de
Los modernos y cuyas costumbres daban mas tugar á tos me-
dios dramáticos de persuasión* corno el presentarse los acu-
sados vestidos de Luto i ni ploran do la clemencia de los jue-
ces , ele.
En cuanto at estilo forense se exige, 1.° que sea claro y no
recargado de términos legales, sin que se adviértala afec-
tación de evitarlos siempre que vaigan ó sean necesarios,
y 2*ú que se evite la verbosidad, defecto de muchos abogados*
En general el estilo de la elocuencia forense e&, mayor-
mente entre los modernos, modesto, templado y ajeno á tos
grandes movimientos oratorios : * semejante á ta virtud , di-
ce un sabio abogado * se engrandece con tas privaciones á
que se sujeta. >
11. ORATORIA SALEADA, Esta clase de oratoria cuyos asun-
tos, á pesar de haber sido tratados innumerables veces, pre-
sentan siempre en boca del nombre piadoso y elocuente la
alta dignidad é importancia que les son propias, y que a pe-
sarde carecer del estimulo que da á ta parlamentaria el ca-
lor de la discusión , puede y debe elevarse frecuentemente á
la mas su Mime elocuencia ^ se propone, uo tan solo conven-
cer como es general en la forense, sino al mismo tiempo
persuadir ó disponer de los afectos y de la voluntad.
El asunto elegido por el orador sagrado debe ser preciso ,
es decir , limitado y circunscrito f sin que se proponga abra-
zar en él sino un cierto número de verdades relacionadas
entre si y sujetas á un solu punto de vista ; no debe además
apurarlo ó agotarlo, y ha de cuidar que guarde relación con
Jas necesidades espirituales del auditorio a que se dirige.
EL estilo debe ser popular, es decir, accesible a lodo ge-
nero de personas í lo que se opone al uso de Los términos ,
de las clasificaciones y de [as alusiones científicas , pero no
al de los movimientos oratorios ó grandes manifestaciones
de los afectos, que son al contrarío muy propios de esta cla-
se de elocuencia , y que loaran mover Los ánimos incultos de
la muchedumbre en lanío 6 en mayor grado que el de las
personas instruidas. Debe además cuidar de unir la grave-
dad que Qxige ¡a materia con el calor que debe inspirar el
celo, resulíando de esta feliz mezcla el touo grave é insi-
nuante que se conoce bajo el nombre de unción. £1 estilo de
DE BETÓRJCA. ¿3
h sagrada Escritura proporcionará al orador religioso las
mejores fuentes para sus figuras, imágenes y alusiones,
12. ORATORIA PAHLAUEMTA&IA. La oratoria parlamentaria
y Un general fa pofítica no tiene entre los modernos eí mis-
ino grado de calor y de pompa que entre los antiguos, dota-
dos de mayor sensibilidad y de Instintos poéticos y musica-
les mas eficaces. Llevase frecuentemente sin embargo ni to-
no Je la mas apasionada elocuencia, como lo demanda no
pocas veces la importancia de los asuntos que se ventilan,
es decir, el destino y el honor de los imperios que forman
eJ asunto dp muchas arengas públicas.
En esta clase de elocuencia no tienen generalmente lugar
\Ú%discursos compuestos de antemano, ni Ins exordios arti-
ficiosos ni b s proposiciones formales; nada de esto permite
la marcha rápida é imprevista de b discusión que obliga, a
improvisar las oraciones , ó al menos í\ dar nuevo giro y es-
posicion a los argumentos que se pensaban aducir.
Déuensc además tener presentes las reglas que siguen;
t+* Eí fin cíe ía oratoria parlamentaría es ía persuasión , pe-
ro esta, tanici en ella como en los demás géneros de elocuen-
cia , debe fundarse en el convencimiento, es decir, en prue-
bas sólidas y conclnventes. i. s El orador debe ser siempre
sincero, ea decir t empeñarse por los sentimientos y por Jas
ideas que le snn propias* 3.* Deben reeditarse de antemano
los pensamientos y no deben perderse de vista el método y
orden en su esposicion. 4.a La espresion debe ser fervorosa
y animada , sin perder tampoco de vista los respetos que de-
be H orador á si mismo, al cuerpo deliberante y al público
que le escuchan, etc.
J3. Mc&fOS ÜE AOELAÜTiR ES LA ORATORIA. Aéetnís díí
la imaginación viva y fogosa, de ta sensibilidad ? de la inteli-
gencia ó talento, de los dotes de figura y de voz, y de la
presencia de animo, sin las cuales no puede sobres a íirse en
fa elocuencia, será necesario: l. c La practica de ía virtud,
que en primer lugar da al hombre el carácter mas respetable
y mas propio paro persuadir; en segundo lugar dispone y
dsja el animo tranquilo y desembarazado para los estudios
honrosos, y cu tercer lugar es el único medio para alimentar
y sentir con eficacia los afectos nobles y generosos que dic-
tan los mejores rasaos de elocuencia. Los antiguos definían
al orador «ir bonu» dicendi peritut* 2.° Es necesario adquirir
un buen caudal de conocimientos, ornmfnts distiptinis atar~
libus drbtt ctse imtructus orator. El orador deberá ser pro-
fundo en los asuntos de que trata y mas que medianamente
iüsiniidú- en ios wfiQdmieniQs relachita&os toa te elocuen-
cia en general, como la historia, poesía, etc., y en los ausi-
ti MANUAL
liares de la materia particular sobre que suelen versar sus
discursos, 3,° bebe además acostumbrarse ú una aplicación
mniínua al trabajo. i.° Esunlinrá Los modelos r¡ue no irdita-
rú servilmente, pero cujas belices procurará convertir en
sustancia propia. 5.° Se e}crciiaríi írecuentemenie en Impro-
visar y componer; y 6.° no descuidará finalmente el esLudiu
de los buenos preceptistas*

CAPÍTULO XI.

COMPOSICIONES HISTÓRICAS.

r [Vilmelón,—¡t, CMílídfltjea tlel hMarinílor.—3. COJII posición historian*—


+ , PJj<n«—d. íisirríiiíiíjfi, — a. BelrfHOí^ J , Arengas.— t. M a l i n a s .

J. Historia es La narración de sucosos pasados hecha pa-


ra instrucción de los hombres actuales v venideros*
ú. Las cualidades de un verdadero historiador son : MM-
trucciún o conocimiento completo tle los hechos que debe re-
ferir y de lodo lo que puede contribuir á ilustrarlos; fideli*
dad ó completa exactitud en tu narración de Los hechos sin
desfigurarlos, ni por espíritu de partido, ni por deseos de
exagerar, ni por miedo ó amor á ciertas clases ó personas,
ni pur e&cesívo candor, ni par esiremada malicia; (ítuccrni-
tiiivnto Ó acierto en escoger los hechos interesantes \ condu-
centes al fin que se propone la historia, de entre muchos
otros insignificantes > de poco provecho* moralidad ó sea
sentimiento de lo justo é injusto qne no debe abandonar el
historiador en medio de Jns varias acciones i|ue presentan
ios anales del género humano.
7). £n la tompo&itítvn historio debe atenderse: 1 ,* al
plan; 2.° a La narración; Z^ á Los retratos 6 caracteres; t«a á
ías arengas ; 5-° á las máximas ó reflexiones.
I, En cuanto al plan , sea la hi&toria universal, sea J Í -
ucrat de una nación 6 provincia, sea particular de un suce-
so* ó bien simples anule*, fastos ó crónica*de «na época cual-
quiera , o bien memorias históricas, ó bien biografías ó vidas
os necesario guardar la unidad, que sery de diverso géne-
ro según La clase a que la historia pertenece.
,1 Las cualidades de la narración deber» ser las sigílen-
les: claridad, rapidez, nobleza y etetjancia.
6. Los retratos ó caracteres deben ser , como dice ei
primer nombre i parecidos , y el talento del historiador apa-
recerá no en inventarlos , sino cu saber describirlos,
7. Las arengas erjn muy comunes en los historiados de
DE RETORICA, 45
los pueblo* griego y romano, en ios cuales eJ arte de la
palabra decidía frecuentemente de tos asuntos públicos, k
imitación suya las han usado muchas veces inoportunamente
los modernos. Solo se emplearan cuando la forma de go-
bierno de la época y del país cu que acaecieron los suce-*
sos lo consientan, y aun entonces deberá constar que el
personaje histórico dijo sustancial mente lo mismo que se le
atribuye.
8* Las reflexiones, semencia^ máximas ó aforismos mo-
rales ó políticos deberán ser nuevos y no prodigarse* Con-
vendrá muchas veces embeberlos cu la narración, y aun en
ocasiones se dejara que los hechos hablen por sí mismos
y produzcan naturalmente la impresión que de ellos debe
nacer.

CAPÍTULO XII.

Í:OMPOS1£IO$ES DWÁCTICAS Y EP1ST0UJÍE5-

t. DeflnldoD de las compojlclori« didácticas.—** Sus rcglaa^s. Definición


de J M ttfjiipostcLoües epistolares*—*. Sus reglas*

f. Son composiciones didácticas todas las destinadas á


enseñar, como tas obras científicas, los tratados sobre un ar-
le cualquiera, los escritos filosóficos , las disertaciones aca-
démicas T etc.
2. Los tratados elementales (ó destinados a los princi-
pantes en un Arte á ciencia) piden senciJtaz, méiotlo riguro-
so, la observancia del precepto general de pasar de lo co-
nocido d lo dcscoíwcidn, y algunas veces definiciones y espira-
ciones algo detenidas; Los tratadus magistrales (ó destinados
á personas ya impuestas en los principios del arte ó ciencia)
permiten mayor holgura v libertad, mientras no se falte á la
claridad y á (a precisión," y en las disertaciones sueltas, es-
pecialmente en Las destinadlas á La lectura pública, el estilo
puede ser mas adornado de lo que generalmente consienten
las composiciones didácticas t pero nunca estremadamenie
pulido ni lampreo patóiico.
5. Son composiciones epistolares las cartas, las cuales
se han Llamado conversación entre ausente!,
i . La naturalidad ^ sencillez y ramiliaridíid que eaifren ta-
les composiciones v la especie de negligencia ó amable descui-
do que consienten, no escluyen cierta viveza en los pensa-
mientos y aliño en la locución, y si solamente ios adornos
brillantes y las clausulas muy numerosas y estudiadas,
K¡ MANUAL

CAPÍTULO XIII.
PARTE TERCERA.
POÉTICA Ó TRATADO DE LAS COMPOSICIONES
POÉTICAS.

1, La poesía puede definirse: t el lenguaje de la pasión o


imaginación animadas, sujeto generalmente ;"L ciertos perío-
dos musientes, que constituyen el metro; * ó bien <cl senti-
miento d<* lo bello espresado y producido por medio rie pa^
labras. •
2. Las cualidades fiel poda son las siguientes: imagina-
ción, sensibilidad, inteligencia y memoria, las que reunidas
y poseídas en altogra ín constituyen el GenitK Es además ne-
redaría al poeta en el momento de eserihir aquella disposi-
ción paiticidar que se llama inspiración.
"S. i,as principales especies de poesía* son : -1.° Poesía lí-
rica. 2,ft Poesía pastoral ó bucólica. 3.° Poesía didáctica ó
doctrinal* í<ü Poesía épica ó narrativa, ¡í*° Poesía dramática
ó activa- list¿i división es aun susceptible de mayor sencillez,
reduciendo U poesía á. trtiS clases capitales^ 1 ,a acuella en que
^1 poeta empresa sus propios sentimientos, 2,:' aquella en
que refiero hechos ajenos, y 3.ft acuella en que desaparece y
presenta en lii£ar suyo los personajes ideales que Je deben
el ser.
CAPÍTULO XIV-

ELOCÜCION POÉTICA.

t. Libertarle* pncttrss,^*. Proiulunci.

1. Las principales diferencias de lenguaje entre lit prosa


y el verso, ó sean las libertades de analogía y sintaxis per-
mitidas á los poetas son las siguientes:
\*a Alteración de alguna palabra T ya [i] añadiendo Una te-
tra al fin (casi siempre es la c), ya ¡2) suprimiendo alguna
al principio i medio (5) ó fin (4),
Hjemplos: {I) Cnamío te falle en olía el pece raro*
Ü) Cuando la ruga enojosa.
S) Que vio dvsparevcr U blanca aurora.
(4) El verde taut de Fldrida es querido
DE RETORICA, iT
a
1. Infracción de las reglas de sintaxis (i) , suprimiendo
ó (2) alterando el artículo , ó bien (3) separándose algún
tanto del régimen usual de los verbos, ó (i) lo que es suma-
mente raro , fallando al régimen ó concordancia de los nom-
bres.
Ejemplos: ( i ) ttespeSa ¿irado en (el) Bina cavernoso.
fSj Traspasa de los montes el (la) oJtura.
( í J Y $09 marmórea abre a (para) recibirme»
(4) Orilla el mar(fc orillas del mar) arrastrado
5.* A rea i amo P ó (1) pacoras y (2} modos anticuados*
Ejemplo*? (1> Pe la inmortal corona que !e atiende (aguardad
(4) Contaros lo he? ¿que numen me arrebata?
4, 1 Latinismos, ya (1) lomando v,occs fiel idioma romano,
ya {2) principalmente imitando su inversión.
Ejemplos: [í\ En sos techos las ancoran (anclas) aferrá-
is) Doliente cierva que ei herido lado
De ponzoñosa y cruda verba lleno.
5,* formación <íe nuevas palabras {í ¡ y supresión oV al-
guna 6 elipsis. (2¡
ejemplos: (11 El /lamíyero rtiyQ.se desata.
f3] Do [está] el corazón seguro y la osadía?
á. Kl prosaísmo que es «1 mayor delecto en que puede
incurrir la elocución de un poeta, consiste en la ausencia
de los modos rápidos y vivos y üe las metáforas mas atrevi-
das que caracterizan á Ja última, en la enumeración de cir-
cunstancias &¡n Ínteres ni bcllna , como laminen en lodo lo
que descubre artificio gramatical, lógico ú oratorio.

CAPITULO XV.
ARTE MÉTRICA CASTELLANA,
i. Metro* — i , ívkínonros ij c | verso ciiftteilanti. — 3. Numero rlc sflíih.™
— 4. ^oUicAoluft (le lo* acírnlt>RH— tí, ftlma.—«, Vario* ínrlrqs.

1. En la primera definición que se dio de la poesía, se


dijo que el lenguaje de la poesía se reviste generalmente de
números regulares: estos constituyen eí metro, o versifica-
ción que es el distintivo csierior pero no esencial de la poe-
sía. La novela , muchas veces ta comedia , algunas el drama
y \% fábula se escriben en prosa , sin que desmerezcan por es-
to el lítulo dí> composiciones poéticas.
2. Constituyen el verso castellano ' 1.* el número de
4 Colocamos la métrica castilla da ante* de la Satina por i t r H I H j e n t i -
48 «ANUAL
atiabas; -•* la colocación de los acentos, j 3. a Ja rima.
3, flíuwwrode síía&os. Se cuenu por et de zocatos, asi
en ffí-rior mi-o hay cuatro; en d cer-co de Za-mo-ra} siete; en
canuta con vos tu nott^bre pre-go-ne-ra* once.
Exceptúase 1.° cuando hay colisión de \oc&Lí£ en mv¿ mis-
ma palabra ó afta diptongo ó triptongo. Así en quiebro mu-
cho hay cinco vocales y solo cuatro silabas. Rige sin embargo
La regla general cuando aunque se encuentren dos vocales
seguidas en una misma palabra no liay diptongo, v. g. en.
habia, sea (escepto si por una Ucencia poética, se contraen y
se Corma diptongo de Lo que no to es), y cuando aunque haya.
diptongo se disuelve, como si contásemos cinco silabas en
ar-mO'iti-0-sa.
t»° Cuando U*y colisión de vocales ea diferentes diccio-
nes, es decir, cuandu se come Le sinalefa por terminar una
palabra y empezar la siguiente por vocal, diptongo ó h* Asi
solo valen por cuatro silabas las palabras duí-cz a~mí-$o % por
cinco cons-tan-cia a-*mfl~bU t por seis pre^cia-da de fier-mo-
ta, etc.
3,J [So se cuenta el húmero de sílabas sino hasta la iillun^
acentuada y se añade tina. Así los tres versos ó ea-ra-zon ,
jó-ven a-tna-blc y el fu^ror bé-ti-co son de cinco sílabas cada
uno.
Los versos castellanos puedan ser de cuatro, cinco , seis,
siete > odio, diez, once y doce silabas.
4. Colocación de lot acvntos* KJ acento que se toma en
cuenta en la versificación es el pronunciado ó prosódico, no
el escrito. Asi Ja vocal a de albo es tan acentuada como Ja de
bárbaro.
No tiene valor para la acentuación métrica el acento pro-
sódico sumamente débil que cae sobre algunos monosílabos
y disílabos, etc. v, g. de, su , como, sobre¡ etc.
EN un corlo número de palabras puede el poeta tomarse
La libertad de dislocar el acento. Así se dice océano» impío.
Solo en los versos de diez y de once sílabas es obligato-
ria la colocación de Jos acentos, sirviendo en Los demás de
realce pero no de elemento constitutivo. En Jos de diez debe
caer en Ja tercera y sexta, v, g. qué me pUdes xa-gAl que u
cuente. En los de once > ó bien en Ja sexta , v. g. et dulce ía-
mtn-lAr de dos pastores , ó bien en la cuarta y octava junta-
mente, v. g, serena e{ ci^Elo con SH r-Ayo amado.
3. tlíma. La rima es la igualdad ó semejanza en La ter-
Ila , y mm indispensable &u conocimiento. Por lo demfts jatronsíj/innis á quien
detee formarse una Mía ciar A y exacta del ver» MpiEíil qu# o1*ld> «ite*
ramínte todo loque subí y que malamente « hfr ap litada A nuestro Idioma,
lührv cantidad h piel ele
DE RETÓRICA. 4»
urinación ée tos palabras, to cual empieza ¿í couJarse d^saV
La última vocal acentuada. La igualdad se Llama consonancia;
La semejanza, es decir, la igualdad de la vocal acentuada y
de La que mas suena entre las otras T si iiay dos ó mas , se
llama asonancia. Así son consonantes aman, claman é tnfa-
man, amor y J<wv y ¡¡sonantes tftcí/r y aír&z, cama x ahat ca-
ma también barbara y sátira; faraute y donaire; breva ,
Ifngua y comedia.
G, Atoro*. Se llaman metros las diferentes combinaciones
que se forman por medio de la calidad o número de sílabas
de cada \ e r s o , deí número de versos f de Ja colocación de
los consonantes, etc.
Se dan por ejemplo algunos metros indicando con letras la
colocación de la? rimas.
Ejemplo de pareado: A, A.
Aunque se vista de aeda , , - > . A.
La mona, mona se queda. * . . . A.
Ejemplo de cuarteto: A, B. B. A 6 bien A. B. A. B,
De libros un gran caudal • A.
Aquí un ético dejó; . . . B.
£f<* temáis comprarlos* tiú. . ff*
Que no se les pego el mal. . . A.
B, Ejemplo de tercetos (versos de once sílabas ) A, b. A—B. C.
D. C. etc.
Ko es de roca engendrada alpestre y dura A.
Es blanda y cortomeJJte piadosa B.
Y causa mí pasión mí desventara * Af
En color de suave y pura rosa > . * , B,
Dulces ojos y angélica armonía . . C,
T trato noble y gracia deleitosa, etc. B,
Ejemplo de quintilla (versos de ocho silabas) A, B. A. A.B,
¿ bieo A, B. A. B. A +
Tu crítica majadera . . . . A.
De los dramas que escribí, . . B.
Pedancio, poco me altera; . . A.
Mas pesadumbre tuviera * • . A.
SJ tB #USÍáJ\9I> é tí, . ^ ^ * U,
Ejemplo de octava real (ver&os de once sílabas) A, B . A. H
A, B, c. C.
Quedo elevado asi como se encanta . - A.
El que escucho la voz de la sirena; * - . BL
Belosele la v&z en La garganta A.
Como cercado de engañosa hiena; - * , B,
So tanto a virgen temerosa espanta , , , A .
Serpiente negra que pisd en la arena , . . . V.
Ni al yerto labrador en noche triste . . . C.
Rayo veloz que de temor le embiste. . , . C.
Ejemplo de soneto; dos cuartetos de once sli&bas con los
mismos consonantes, seguidos de dos tercetos: C. B, C—D+ C.
ü. o bienc. D. E , ~ C . D. K.
5
50 MANUAL
Un soneto me manda hacer Violante . , A.
Que en mi vida roe he vislo en tal aprieto: B
Catorce versos dic^n que es ¡sonetoh • < . B
JíUrlü burlando van Jos tres delante, A-
Yo penseque no hallara consonante . . . A.
t estoy 4 la mitad <le otro ruártelo • . . . B+
Has si me veo en e\ primer terceto, . , . B.
No hay cosa en los cuartetos <¡u.e me espante, A.
Portel primer terceto voy entrando , . . . C,
Tí aun parece que entré con j>i£ derecha t D-
Pues fin con este verso 1c voy danrto: . < . C-
Ta estoy en el secundo, y aun &o$pecbo . D<
Que estoy los .trece versos acabando ; . . . C.
Contad si son catorce y está hecho, - • D.
Versos asonantados: llámense romancillos de cuatro , c i n -
c o , seis y Siete silabas, romances <!e ocho T romances Uerúi -
cos t etc+; colocan siempre el asonante en los pares v dejan
Jibres Los intermedios.
Tal ventura debele entonces > . . . A.
M<¡ legaron Los [Manetas ea*
Que pueda servir do tinte • - - B-
Según Lia sido de negra; . , , . ea.
Porque es tan feliz mi suerte . . . C.
Que no l»ay cosa oíala ó buena . . . ea. etc.
Versos endecasílabos libres de once silabas B\n rima de nin*
puna especie.
. Yo vi del polvo levantarse audaces
A dominar y k perecer, tiranos;
Atropellar&e efímeras las levos
Y llamarse viiLudtb Loa delitos;
Ví }a$ frateríjüS artoaa nuestros muros
Bañar ca sanKre nuestra; combatirse
Vencido y vencedor r hiju^ de España
V el Lrono dcsplomandoso al vendido
ímpetu popular De las arenas
Que el marsacudc en la Fenicia Garfes
A IdS que el T'ijo IcsitaijO envuelve
En oro y conchas, uno y otro imperio h
tras, desorden esparciendo y loto ,
Comunicarse el funeral estrago, ele

CAPÍTULO XVI.

AH.TG METÍLICA (ATISA.


i fcteNienuj* drl veno Jallaa,— a. Pié. — 4, O n H f t i i l riu IAS üítflhns.—
4 Aunnt-u atfiírtu-— w. Dtfvrrntfa pifa. — d, Elisión. — T , í'eaura. — m. U l -
Hnij^ si!.* ha rli'l M ' T Í Í I . — a , D l í r r i T i t í ü tensas. — i<j. Diferente» metro*.

1 . Constituyen eí vera» Latino; M tí I número de pies;


$." la calidad de cada pié.
DE RETÓRICA. SI
¿ l'ic os un grupo desliabas cuya calidad depende; l^del
número de silabas; $É° de la cantidad de cada sílaba,
ó. La eaolidnd de las sílabas dependía del tiempo único
ó doble que $e gastaba en pronunciarlas: a s i P a r í l to sílaba cf
breve empleaban un tiempo y para h nAm larga , d«fi.
La prosodia da reglas para conocer las sílabas n;ue eran
Sargas y breves y que se hallan y deben usarse en los versos
latinas* coiuo tales 1 : c»a»do ajjjjcJJas regías no baáian se
dice que la silaba es lar^a ó breve A natura,
4. ÍVo debe confundirle ía cantidad con eí acento agudo :
asi on el dativo placido, la primera siLiha acentuada es bre-
ve, la última no acentuada estorba s . Existe &in embargo r?-
fochn eitlre cinjiridd y acento cu \a penúltima tituba ¿te ¡tís
palabra* (le tres ó mas , la cual si es tar-y;i toma dicho acen-
to, v* g< MccEnat, y sí es breve la rechaza soíire h anterior,
v* $* Atauis*
B. Los pies mas usuales son los siguientes : Eífjnntko ,
cotúpueMo de tíos largas, v. g. fi?LTS-K; Pirriquio* <íe das bre-
ves, v. g. color; Yambo, de una breve y una huya, v, j>. tuO;
Troquen 6 Coreo, de una larga y una breve, v, £. ml r sa;
0ócíítoN de una larga j dos breves, v* g* cOgiimir; Anapesto,
de dos breves y una laríja ^ v. g. placidO; Tr¡braco T de tres
Jireles, v, g. foprre, etc.
6. No solo se comete si teleta enire dos vocales segui-
das, como sucede en español, sino que se elide la m cuando
jnedta enire dos vocales : ASÍ Ule aget y ilium agH se eue/i-
lau contó si dijese: í/¿} a JAI, La& pocas anomalías contra es-
tas y otras reglas se aprenden fácilmente por medio de la
práctica.
7. Cesura es una silaba larga final de dicción que sobra
de algún pié, v. g\ cOnvtniEns GS vn áaclllo y nna cesura.
Son muy frecuentes en el verso latino, especialmente des-
pués def segundo pié.
8 La última silaba de lodo vereo es indiferente } es de-
cir, puede ser larga ó breve.
9* Diferentes versos. Hay clases tle versos que iieitüa cons-
tantemente, el mismo número de sílabas, v. g- la de los sáneos
\ Para 1-as&pUcncU}iH,í ÍIIA* ftiklr* dr 1«t múlrlrn IftilirA , tfinm j¿pr *jein~
pl* pnre petríbtrlii LMÍIPTICU íinenun sulislstc *n Mh verso*, pftr/i r^oiliíar-
su rrrorrtnftpti , M<r* hnsta pin* lo íícnernl <run nlwiiiiftft *W lü* reblan mus M*
íifííns P v. f. voení «nte» de vursi j fas r<rmf *r*tf «¡ií*s A .' liominíHWp), c , b ,
il, | t r, laf(r r ,itiin>). un,aun fccntrnl mente breves ¡ litpt&nitti. *oc*l atilei.
tletlp* ranzonitnteji iittnij*s .; j u ^ h C si1 hjiJlFJiféta.*» ffí d¿AiJn-to*/JJrcJ00ra J j
|»s tí*r*tninnrii>nPrt n {ultlntivo), I, ÍJ •; flfliivu y jitíljn ,vci ) t H , Í , m , M , e s ,
o s , *on ffeiiíTftliiientf* tAr^r^; V vuo.il nnles ilv murlji y Íítj«ií1fl y ih tfrml-
nhcíon ú íníjmhmUtQ y VÜT1J*>) ln«HF< rci]k'S.
3 V prL-CpsFuntMiL? -ÜP «Un Itv ^ ^ h r ñ plácido tomo f)em,plo <k ftjáríifu
52 MANUAL
[en general lodos los líricos] y otras cuyas versos pueden te-
ner distinto número. Empezaré titos por tos primeros como"
iua& fáciles.
Verso asclcpiadeo: consta de í.° un Espondeo; 2.° mi
Dáctilo; 3.* una Cesura; i.° y 5.° (ios Dáctilos.
v. g, sTnl quüs cürricu lOpulverem o ilmpicum.
Glícónico * i.° Espondeo; 2.° y 5.° dos Lóculos.
v. g, slc tE.diva pti'.tfüiis Cyprí?
Sáficu: I.* Troqueo; 2.° Espondeo; 3,° Dáctilo; 4.° y 5.°
ilns Tráqueos*
Y. g* jAtu SÍI lis tErjrls nmsjAtque dlrrc.
Adonico; 1.* Dáctilo; 2,° Espondeo,
v- g, lErruiíjÜrbcni.
Alcaico: 6 r ° Yambo ó Espondeo; 2." Yambo; o.» Cesu-
ra; i,* y 5, dos Dáctilos,
v. g« vídEs.ul AI¡tA!stEt nive cAndídura.
ó hícii : (itfx lu quiE liitL'rbiduS AdriíC,
Yámbico alcaico: L* Espondeo ó Yambo; 2,* Yambo;
5,° Espondeo; i.* Yainhu; í¡.° Cesura.
v, g* sllv;E labO rANlEsgelü que*
ó bien: ad Ar¡ma cEs¡sAnlEs>d Arma.
Dactilico alcaico M.° y 2.* dos Dáctilos, o.* y 4.° dos Tro^
queos-
v, g, ÍKJnuna'cOusliie'rlnt a ct-Ur*
Yarnbico puro; COÍJSIÍI de solos yambos,
v. g. bcA tus lljíe qul[procül!«egO'iüs,
Los mas usuales entre Los versos que pueden constar de
diferente número de sílabas son el E&ámetro» el Pentámetro
y Q\ Yámbico impuro.
Exámetro: f.° 2*° 5,°y i,° Dáctilos ó Espondeos; 5.° Dác-
tilo; íí-° Espondeo
v. g* Arma vijrUmquG cajnO TrOjy^E quI'prlniusaJ) Oris.
ó bien: Itali Ám fA tO prolujgUs lA¡vlnaq«e!vEníi»eic,
Para medir los cuatro primeros pies de estos versos, debe
hacer el principiante \m lameo que le facilitarán las siguien-
tes proposiciones deducidas <l& te cocite&itiT'd dfcl Ejíámctto:
no puede s<;r breve la primera sílaba de ningún pie; no pue-
de bailarse una breve entre dos largas ; no pueden hallarse
ires breves seguidas, ele.
Pentámetro: 1.° y 2,° Dáctilo ó Espondeo; 5. g Cesura;
i.tí y Ti,° Dáctilos; 6,° Cesura.
v. g. HELT tniiii quO dotni nO nOn licellre tu¡o.
ó bien : nOn Est c(Jnveni¡Ens|IUctibuS'ILle co;lqr, etc.
DE RETORICA, 33
Yámbico impuro: Admite en Los pies impares el Espondeo
y aun el A na pesio, el Dáctilo ó el Tri braco , y en el segundo
y cuarto admite ¿'gimas veces un Tríhraco*
v, g. rEx l' nivEr si rE giOs cUUUs fngil,
ó bien t nün pEs tilEns ínvidi a nOn frágil Ja favor, etc.
fí). De (os diferentes metros. Ayunos versos se usa» sin
mezcla de otro en toda ima composición, como sucede fre-
cuentemente en los Exámetros, v. g. en la Eneida dé Virgilio
y en el Artepü&icaée Horacio; en los Asclepfodcos, v. £. en
la oda McrenaB atavia edite regibus, etc.; en los Yámbicos de
seis pies, v. g. en la oila Jam jam cfficaci do wwm}at:nti&r
Oirás veces se combina n diferentes versos v forman los
varios metros ó estrofas de las cuales Las mas comunes son
Las si ^uíen Les :
Distico de Exámetro y Pentámetro en <iue están escritos
ía$ Eíngús de Ovidio, Tí bu lo, cíe.
Estrofa sáfica compuesta de tres sáfícos y un adonice,
v. g, la que empieza Jam satis íerris nivis atqxte dirce* [Ho-
racio- }
Estrofa altaica compuesta de dos ¡ilc-aicos, tui yámbico al-
caico y un dactilico , como h que empieza Justum ti Uitacm
propositivirum. ¡Horario.)
Estrofa de tres asclepiadeos y uri glícónico , como U que
empier.a Pastor c\im trahcrctpcr freía ttavibw. (Horacio,)
Estrofa de un glicónico y un asclepiadeo, como la t\ue em-
pieza Síc U diva poterti Cyprit etc. (Horacio, j
Estrofa dt un yámbico de seis pies y de otro de cuatro, como
la que empieza Ueatus ilteqiti promlhegritiis. etc. (Horacio.)
Estrofa de un eiánieíro y de UÍÍ yámbico puro, como ía
fue empieza Altera jam terilur Mtis civilibué atlas, etc*

CAPÍTUX.0 X V I I .

POEMAS .MENORES (POESÍA LÍRICA, DIDÁCTICA V


BUCÓLICA.)
i* Portjn liríofl.— a, CarArter ric Ifl poeun l i r l r a , — 3 . Tatain hrti-a ¿-ul1tvn<i;i
* « Esp*ñ»,—4, Lirírfí ¡tncienpi.-^a. Imita*}» iie Jws Jinr^n^s.—s^ SrtiitMtn
íJr \o* KftlIrtnOS-—T. Eleel<V H i m n o , MnrtrLírnl. — «, I'OÍKÍÍÍ | t | 1 o i | l e í K - ^
-9- Poesía didáctica.

J. Püesía lírica es IB que ee destina o supone destinada


ni canto, y cuyo objeto es espresar afectos, no referir snce-
*ns ó acciones.
2. La poesía íirka roas que otro género de poesia. vsqui-»
5i MANCA),
va Jas frases triviales, lus (jiros prosaicos y mas 411c otro al*
£uno requiere fuego y elevación y una no interrumpida serie
de vivas imágenes y conceptos sorprendentes,
3 t La pocsia liríca cultivada en Espaíta ha sido propia-
mente nacional ó bien, imitada de los antiguos ó de los ita-
lianos.
\. La lírica nacional comprende las letrillas > letras para
cantar* romances cortos, cantilenas, etc«
5. La imitada de los antiguos comprende tas diferentes
odas religiosas ó sagradas, heroicas, filosóficas ó morales,
amorosas y festivas.
(i. La imitada ele tos italianos comprende la rancien y el
soneto*
7. Comprétidense en el género lírico la Elcgtn destinada á
lamentar sucesos dolorosos y cuya marcha es mas liiu^iiidn
y pausada que la de la oda; el Himno, nombre que antigua-
mente solía aplicarse á las odas religiosas y que ahora se da
A I<JS cintos patrióticos; el Madrigal, composición ingeniosa
dy pocas líneas, eic.
#L La poesía bucólica ó pastoral es la destinada á pintar ta
vida campestre. Las composiciones de esta clase se llaman
Ég^gas ó Idilios,
9, La poesía didáctica es destinada a enseñar, y compren-
de : El poema didascálitó que es un tratado poético sobre un
arte ó ciencia ; la epístola o cana en verso sobre asuntos mo-
rales * etc.; la sátira, \& fábula, etc-

CAPÍTULO XVIII

POKSJA ÉPICA <í N \ U U \ T I Y A *

4. r^nip^sickonos cpmprendiiiAs en \n pncsie «pifa, -*• *, Poema epk-o. —

1 La poesía épica ó narrativa comprende et poema épico,


la novela y el romance narrativo»
2, El poema épico ó epopeya es la relación poética de
tina empresa esclarecida, que generalmente tiene un interés
particular para la nación en que se escriUtá. La acción del
poema épico dehe ser una, grande ó interesante (consin-
tiendo la unidad episodios ó sucesos accesorios Ata acción
principal) ? adiflvtc la m&quuta ó circuft&lancias maravillaos
y presenta generalmente un personaje principal que es el hé-
roe del poema.
3. La nivela es una relacitm de awmteti miemos imagina-
DE RETORICA. SS
ríos, hecha en pro&a ó en verso, y que interesa por medio d<j
aventuras imprevistas. Innumerable* son las formas y los oa-
racteies du que puede revestirse fa novela, que por otra par-
le deba rf}S{)£\av siempre Us teres de b moral y del bu&r)
fusLo.
i . El romance épico es una corta narración poética es-
crita generalmente en asonantados tic *>cho sílaíjas.

CAPÍTULO XIX-

POESlA DRAMÁTICA Ó ACTIVA.

i . La poesía dramática contiene una acción como ía ¿pica,


pera en \ugsr de cantarse ó relcrirsti , SÍ representó* La for-
ma esierior de la composición dramática es el diálogo.
S. La acción tt-el drama exige por su naturaleza una uni-
dad mas estricta que el poema épico.
5. Las principales especias de composición dramática
son ¡ J." Ja impedía tpic- íjitondr soJo á )*> gravt y seria de Ja
vida humana;^.» la crtrofí/ür que mira solo al ladofestWoy
ridiculo de la misma ^ y 5.* el <fr«ina en que unirán en partes
considerantes lo trágico y lo cómico aunque domina ío pri-
mero, Eí drama liísíórieo se di/í renda de \% tragedia Itairia-
dx> ctósicn ; i** en Ja dxfcreate ioieligeiicisk de Ja multad di ar-
ción , 3v° en la no admisión de las unidades do lugar y tiem-
po (un $iffa lugar y un diii)¿ 5.° en la elección de asunto;
4>* en la introducción de personajes subalternos; o/1 en !:•
esposicion* que es la parte en ejoe el autor entera ifidírecla-
mente á los espectadores dtí Jos Anieiredenleft de la acción ;
u\u en las caracteres d el modo de pintar a los personajes;
7,* £n lo que se llama color ó colorido histórico , y 8.* en b
meicía de (rábico y cómico.

FIN DEL U*M;\L U UETÍlfllCA.


ÍNDICE.

CAP, 1 Preliminares 3
CAP. II Elocución •*
CAR HL„, Del lenguaje - ibid.
CAP. IV De tas espresiones 10
CAP. V* De tas cláusulas* • 13
CAP, VI Lenguaje figurado ó accidentes de la es-
presión. » , , „ . * . . * . 19
CAP. Vil.... De los pensamientos 31
CAR VIII... Estilo 35
CAP- lXm... SEGUNDA PAUTE.—Tratado de kts compo-
íici'&nts prosaicQf. - 3&
CAP. X Tratada de Uis composiciones oratorias. . 39
CAP. 4J Composiciones históricas -14
CAP. XII,.., Composiciones didácticas y epislolarvs. M*
CAP, XIII,., PABTE TEELCEBA,—Poética ñ tratado de tan
composiciones poética* 4K
CAP. XIV t „ Elocución poética ¿¿id.
CAP, XV.*.. Arte mélrita c&siBlia'ña 41
CAP. XVI... Arte métrica (atina 30
C\P, XYll.» Poemas menores (poesía í i r ú a , dítídclica

CAP, XVHL Poesía épica ¿ mirraÍÚM* &4


CAP. XIX... Parará dramática ri activa •>{>

FIN DEL ÍNPKE,


{ q. ?i. J ? S V
CH 1001224935

*» • 'O
BIBLIOTECA DE CATALUNYA
L __
Qmmmat o» Cmak^y*
1001224935
A» »

• t"

También podría gustarte