Está en la página 1de 11

RESUMEN

El potencial terapéutico de los probióticos, como agentes capaces de alterar la


microbiota intestinal y ofrecer efectos benéficos a la salud, han llevado a su uso en
patologías frecuentes en la edad pediátrica, sin embargo los resultados han sido
heterogéneos. Se ha descrito una mayor eficacia en la prevención de
manifestaciones clínicas de la intolerancia a la lactosa y del cólico del lactante, así
como también en la enterocolitis necrotizante, además del mantenimiento de la
fase de remisión en colitis ulcerativa. Su eficacia es menor, aunque es
recomendable su uso, en el manejo del cólico del lactante. En la actualidad no se
recomienda su uso para Enfermedad de Crohn ni tratamiento de la enterocolitis
necrotizante. Aunque hay resultados satisfactorios, aún no existen
recomendaciones firmes en infección por H. pylori. Todas las recomendaciones
deben ser para cepas específicas de probióticos en cada enfermedad.

Palabras clave: Probióticos, intolerancia, cólico, enterocolitis, enfermedad


inflamatoria intestina, Helicobacter

SUMMARY

The therapeutic potential of probiotics, as agents capable of altering the intestinal


microbiota and provide beneficial health effects have led to its use in common
diseases in children, but the results have been mixed. It seems to be more effective
in preventing clinical manifestations of lactose intolerance and prevention of colic
and necrotizing enterocolitis, as well as maintenance of remission in ulcerative
colitis. Although its effectiveness is lower, it is recommended the use in the
management of colic. At present its use for treating Crohn's disease or necrotizing
enterocolitis is not recommended. Although there are successful results, there are
still no firm recommendations H. pylori infection. All recommendations must be for
specific strains of probiotics in each disease

Key words: Probiotics, intolerance, colic, enterocolitis, inflamatory bowel disease,


Helicobacter

INTRODUCCIÓN

Los probióticos contienen un número suficiente de microorganismos viables capaces


de alterar la microbiota intestinal del huésped y tiene el potencial de efectos
benéficos a la salud (1-3). A pesar de existir suficiente evidencia científica en varias
patologías, la utilización de probióticos no está del todo incorporada a la práctica
pediátrica. Se emplea en el contexto de enfermedades gastrointestinales agudas y
más recientemente en procesos inflamatorios crónicos, mas raramente en procesos
funcionales como cólico del lactante o en estreñimiento (4).

MALABSORCIÓN DE LACTOSA

La malabsorción de lactosa se produce por deficiencia de lactasa y se puede


clasificar en tres tipos en función de su origen: congénita, primaria y secundaria. La
deficiencia primaria de lactasa es la más común y aparece a los pocos años del
nacimiento. La deficiencia secundaria de lactasa es una condición que aparece en
diferentes situaciones que afectan a la mucosa intestinal en individuos cuya
actividad enzimática está presente (5-9).

En la hipolactasia, la mayor parte de la lactosa permanece sin hidrolizar en el


yeyuno y, posteriormente, alcanza el colon, donde las bacterias de la microbiota
intestinal la fermentan produciendo ácidos grasos de cadena corta y gases (10). La
degradación in vitro de lactosa produce ácidos acético, butírico, propiónico,
succínico, láctico y fórmico, entre otros (11,12).

La eficiencia en el metabolismo de la lactosa en el intestino se encuentra


determinada no sólo por la actividad lactasa en la mucosa, sino también por otros
factores, entre los que se encuentran: la cantidad de lactosa en el intestino, los
tiempos de vaciamiento gástrico y tránsito intestinal, la capacidad de la microbiota
intestinal de fermentar lactosa, y la respuesta del intestino grueso al efecto
osmótico producido, además de las posibles interacciones entre todos ellos (13,14).

Los síntomas de diarrea y/o dolor abdominal se pueden presentar en forma


diferente en cada persona pues la habilidad de la microbiota colónica para
fermentar la lactosa es variable y esto explica los diferentes niveles de
tolerancia(15).

En individuos con intolerancia a la lactosa, el uso de probióticos reduce los síntomas


de inflamación o distensión, posiblemente como consecuencia de la presencia de la
lactasa de las bacterias ácido lácticas, mejorando así la digestión de la lactosa (16).
Sin embargo, existe una amplia variedad en la actividad de lactasa de los diferentes
Probióticos, lo cual, finalmente influye en su efecto (17,18). Se ha utilizado el S.
boulardii debido a su acción de estimular la actividad de las disacaridasas
intestinales (19).

Durante muchos años, el tratamiento de la maldigestión de lactosa ha contemplado


la utilización satisfactoria de los productos lácteos con bacterias vivas que aporten
capacidad degradativa del disacárido (20), por lo que parece razonable suponer que
la Beta-galactosidasa microbiana sobrevive a la acidez gástrica y ejerce su función
de digestión de la lactosa en el intestino delgado humano (21). La Beta-
galactosidasa microbiana encontrada en su forma activa en muestras de aspirados
duodenales realizados en algunos estudios parece ser responsable, al menos en
parte, de este incremento en la absorción del disacárido (22). La presencia y
actividad de la enzima en el intestino delgado indican que ésta no se desnaturaliza
totalmente durante su tránsito en un medio ácido, tal que algunas especies de
Lactobacilli que presentan una concentración relativamente baja de la enzima
estimulan la digestión de lactosa con tanta efectividad como L. bulgaricus, cuya
concentración enzimática es mayor.

En este sentido, L. delbrueckii spp. bulgaricus demostró una actividad 5 veces


superior en los productos lácteos fermentados que otras cepas de L. delbrueckii
spp. lactis, aunque el incremento posterior de la actividad en las muestras
intestinales fue muy similar. Finalmente, un estudio reciente ha demostrado la
eficacia del tratamiento con cepas de Lactococcus recombinantes con aumento de
expresión de β-galactosidasa para los síntomas de diarrea asociada a la toma de
lactosa en modelos animales con intolerancia a lactosa (23).

Lactobacillus reuteri y L. acidophilus BG2FO4 han demostrado ser eficaces en


intolerantes a la lactosa, pudiendo representar una opción terapéutica interesante
en estos casos, ya que su uso es sencillo y su efecto puede durar en el tiempo
después de suspender la administración (24,25). La microbiota intestinal afecta
positivamente a la actividad de la lactasa en el sobrecrecimiento bacteriano siendo
los probióticos una alternativa terapéutica que ameritaría futuros estudios (26).
Similares resultados se han encontrado con la administración de productos lácteos
fermentados con L. bulgaricus 449 y B. longum B6, demostrando mejoría en la
prueba del hidrógeno espirado y síntomas gastrointestinales (27).

CÓLICOS DEL LACTANTE


Las manifestaciones digestivas constituyen una causa frecuente de consulta en la
práctica pediátrica, el 10% de esas consultas son por causas funcionales, pues
luego del estudio no se identifican causas orgánicas del padecimiento. La
clasificación de Roma III para trastornos gastrointestinales funcionales en neonatos
y lactantes, cataloga al cólico del lactante con las siglas G4 (28).

El cólico del lactante es un trastorno funcional del trato gastrointestinal, que se


considera responsable de hospitalización innecesaria, cambios de alimentación, uso
de medicación, ansiedad en el núcleo familiar, ausentismo laboral en los padres y
remisión a la consulta de gastropediatría (29).

Existen muchas hipótesis sobre su origen, pero se considera que puede ser parte de
la curva normal de llanto del lactante sano, con resolución espontanea alrededor
del cuarto mes de vida. Dentro de las medidas eficaces en su manejo se privilegia
el control de la ansiedad de los padres (28).

Es definido según los Criterios de la Clasificación Roma III como irritabilidad o llanto
inconsolable por más de tres horas que comienzan y cesan sin causa aparente, con
una frecuencia mayor a tres días por semana y que persiste por más de 1 semana,
sin evidencia de falla de medro (28,29).

El empleo de probióticos como medida preventiva o como tratamiento, se basa en


la adecuación de una microbiota colónica anormal en lactantes que presentan
cólicos. Se plantea, además, que el uso de estos productos biológicos actúa
mejorando la motilidad intestinal y ejerciendo efectos diversos en las vías nerviosas
del dolor visceral (27).

Estudios sobre el uso, como alternativa terapéutica o profiláctica, de Lactobacillus


reuteri DSM 17938 en forma liofilizada a dosis de 1x108 UFC/día evidenciaron
disminución del tiempo, intensidad y frecuencia de los episodios de llanto en
lactantes con cólico funcional, comparado con placebo, simeticona o agua
azucarada (25, 27,29-31). La mejoría pareciera ser más evidente en el contexto de
lactancia materna exclusiva (32).

El Consenso del Grupo de expertos Latinoamericanos recomienda el uso de L.


reuteri DSM 17938, con evidencia 1A para la prevención del cólico del lactante y 1B
para el tratamiento del cólico del lactante (33).
Un dilema al que hacen frente las personas con problemas para digerir la
lactosa es el siguiente: ¿deben dejar de tomar productos lácteos como los
yogures? El debate es extenso, pero la respuesta es diferente a la que
muchas personas creen conocer.

El doctor y profesor Alfredo Martínez, uno de los catedráticos en


nutrición que más saben de la materia, recalca que “no todo el mundo
tiene el mismo nivel de intolerancia” y señala que “en general, las
bacterias del yogur, son más toleradas” por las personas con problemas
de digestión de la lactosa.

“El yogur puede ser un alimento permitido,

según la tolerancia de la persona”

Mireia CarbonellNutricionista y tecnóloga de alimentos

Esto se debe a que el yogur es un alimento lácteo que se obtiene


mediante la fermentación bacteriana de la leche. Su textura y sabor tan
particular le viene dado por la conversión de la lactosa (azúcar de la leche)
en ácido láctico. El yogur, al igual que el queso, pero a diferencia de la
leche, sufre un proceso de fermentación en el que se incluyen diferentes
cepas bacterianas que se encargan de descomponer a la lactosa.

Martínez subraya que los yogures sí tienen lactosa (exceptuando los que
se indica expresamente que no la llevan), pero “contienen un pequeño
porcentaje, parte de la cual es degradada por los fermentos lácticos”. Esto
hace que “los yogures sean mucho menos dañinos que la leche u otro
tipo de productos lácteos”. En cambio, el “yogur pasteurizado no
funciona tan bien porque los microorganismos los han destruido, pero aun
así, como tienen parte de los enzimas pueden ser menos dañinos que la
leche”, señala este experto en la materia.
BJI/Blue Jean
Images / Getty
“El yogur puede ser un alimento permitido, según la tolerancia de la
persona. Si bien es cierto que contiene menos lactosa que la leche, pero
contiene, y por tanto, gente muy sensible si toman yogur ya puede
empezar a presentar la sintomatología típica de esta intolerancia”, afirma
la nutricionista y tecnóloga de alimentos, Mireia Carbonell.

El problema para digerir la lactosa consiste en la incapacidad del intestino


delgado para asimilar este azúcar, pero dependiendo del grado
de digeribilidad esto no significa que debamos dejar de consumir todos
los lácteos, ya que en algunos de ellos la lactosa casi no está presente o lo
está en proporciones que el organismo puede tolerar perfectamente. Para
saber el grado de cada persona, lo mejor es someterse a un test genético,
realizar lo que se llama la prueba de hidrógeno”, apunta el doctor Alfredo
Martínez.
 VIDEO

En este sentido, Carbonell puntualiza: “en el caso de las intolerancias no


es blanco o negro, hay que estudiar cada caso. Si tenemos que generalizar,
te diría que no pueden tomar, por precaución, ya que el yogur tiene
lactosa, pero siempre se debe valorar la tolerancia individual, ya que hay
personas que lo toleran sin problema, y es una fuente de calcio a tener en
cuenta”.

“¿Por qué puedo tomar yogur y no otros

lácteos?”
• Las bacterias ácidas que contiene el yogur ayudan a la digestión de la
lactosa. Los fermentos lácticos ayudan a degradar parte de la lactosa

• Un yogur contiene de media entre un 20-30% menos de lactosa, por lo


que la mayoría de intolerantes, lo pueden metabolizar, sin problema
alguno. ¿Qué aporta el yogur a nuestro organismo?
• Calcio: el calcio presente en el yogur se ha disuelto en el ácido láctico,
haciéndose así más absorbible para nuestro sistema digestivo. Ayuda a
mantener los huesos y dientes sanos y fuertes.

• Genera tolerancia a la lactosa: este es un aspecto muy importante, su


consumo es posible entre las personas que no toleran los lácteos. Las
bacterias ácido lácteas contienen lactasa (enzima que digiere la
lactosa).

Johner Images /
Getty
• Favorece la digestión: ayuda a mantener un equilibrio óptimo en la flora
intestinal por lo que se favorecen todos los procesos digestivos.
• Ayuda a fortalecer las defensas del organismo: al parecer el consumo
regular de yogur ayuda a estimular la producción de
anticuerpos (inmunoglobulinas A), linfocitos y macrófagos (células
blancas de la sangre, responsables de la defensa del organismo).

La historia del yogur y algunas curiosidades

En España, el documento más antiguo que acredita la venta de yogures


se remonta a 1911. Y hasta su popularización, en los años 60, en muchos
lugares de España los yogures sólo podían adquirirse en farmacias. Se
consideraban un alimento saludable, y se consumían para favorecer la
digestión, además de ser considerados un postre o un alimento común
para las meriendas.

No existía la variedad de marcas, sabores y texturas de la actualidad, sólo


existía el yogur natural, y lo que hacían muchas madres de la época era
reservar un yogur para fabricar con él otros seis o siete yogures más.

“En los años 60, en muchos lugares de

España los yogures sólo podían adquirirse en

farmacias”
El biólogo Iliá Méchnikov, premio Nobel de 1908, expuso su teoría de
que el gran consumo de yogur era, en parte, responsable de la alta
esperanza de vida de los campesinos búlgaros. Considerando que los
lactobacilos eran esenciales para una buena salud, Mechnikov trabajó para
popularizar el yogur por toda Europa. Sus estudios sobre algunas
enfermedades y el empleo de fermentos lácteos en la modificación de la
fermentación propia del intestino, con el yogur como elemento corrector,
se consideran unos de sus grandes descubrimientos.
La bacteria causante de la fermentación láctica fue descubierta en 1903
por el doctor búlgaro Stamen Grigoroff, quien publicó y presentó su
trabajo científico dedicado al yogur ante el Instituto Pasteur de París. En
su honor, la nueva bacteria descubierta fue llamada
inicialmente Bacterium bulgaricum Grigoroff, aunque después pasó a
denominarse Lactobacillus bulgaricus. Estas bacterias presentes en el
yogur, que suelen ser Streptococcus thermophilus o del
género Lactobacillus, se encargan de degradar la lactosa presente en la
leche y convertirla en ácido láctico.

El ácido láctico es el responsable del aumento de la acidez del yogur y


también actúa como conservante del mismo. Este aumento de la acidez
provoca que las proteínas de la leche precipiten formando un gel, y de ahí
el origen de la característica textura del yogur.

LEER 3 COMENTARIOS
CONTENIDO PATROCINADO


Esta mujer se lava el cabello con coca cola y esta es la increíble
razónconsejosytrucos.co

¿Quieres convertirte en experto de marketing digital?
Explora opciones de cursosdo-online-dig-marketing-span-gen-ok.live
recomendado por
‘YO SOY ÁLEX’Marc Márquez, sobre su hermano: “Ha demostrado ser un
currante”
Al Minuto
 Para no sentirse malos padres
 Atrapados en el relato
 taH pagh taHbe’
 ‘Linajudos’ en la era de Twitter
 Creer

Así funciona el diminuto motor que Armstrong habría usado durante años
Piden el despido de María Patiño tras posicionarse en la guerra Antonio David-
Rociíto
Últimos Vídeos
 Aprende a preparar un tabulé fresco y primaveral 'ComoChloé'
 Gambas al ajillo con chile, jengibre y cilantro: una nueva receta bestial de Gipsy
Chef
 Buñuelos con merluza, aguacate y una mayonesa original
 Receta de soufflé de patata, chorizo y huevo al microondas
 Esta receta de salmón marinado es perfecta para Nochevieja

Cargando siguiente contenido...


1. Comer
 
2.  Tendencias
© La Vanguardia Ediciones, SLU Todos los derechos reservados.

 Quiénes somos
 
 Contacto
 
 Aviso legal
 
 Ayuda
 
 Política de cookies
 
 Otras webs del sitio
 
 Política de privacidad
 
 Área de privacidad

También podría gustarte