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Introducción
Este texto analiza los Contratos Mercantiles. Es importante considerar que cada
contrato tiene una importancia en el ámbito del derecho mercantil o comercial, ya
que la existencia de estas instituciones jurídicas ayuda a que las partes tengan
derechos y obligaciones exigibles.
Tomemos en cuenta también que entendemos por contrato. Dentro de los actos
jurídicos destaca la figura del contrato, al que siendo una especie del genero
convenio, podemos definir diciendo que es el acuerdo de voluntades para crear o
transferir derechos y obligaciones , en tanto que en el convenio en la conjunción
de las voluntades incluye tan bien la modificación y la extinción de los derechos y
obligaciones.
Un contrato, un acuerdo privado, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre
materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas. Es un
acuerdo de voluntades que genera derechos y obligaciones para las partes. Por
ello se señala que habrá contrato cuando varias partes se ponen de acuerdo sobre
una manifestación de voluntad destinada a reglar sus derechos.
Las partes en un contrato son personas físicas o jurídicas. En un contrato hay dos
polos o extremos de la relación jurídica obligacional, cada polo puede estar
constituido por más de una persona revistiendo la calidad de parte.
1. La Capacidad
2. El Consentimiento
3. El objeto Lícito
4. La Causa Lícita
Algunos de los negocios que acompaña este acto son la agencia mercantil, la
consignación, el mandato. Se debe constar por medio de un documento escrito
público o privado.
Señalan López y Díaz que (p. 131), el contrato mercantil es un acto de empresa;
es un acto jurídico que se realiza por el empresario con el objetivo de realizar la
finalidad peculiar de la empresa que ejercita. Con esta postura, la doctrina está
acudiendo a un criterio puramente subjetivo, ya que se afirma que el contrato es
mercantil en tanto y en cuanto interviene en él un comerciante. Sin embargo, el
Código de Comercio (hablando de España) parece separarse de esta concepción.
Concretamente, su Exposición de Motivos, declara que el Código responde a una
concepción objetiva, al fijarse principalmente en la naturaleza de los actos o
contratos para atribuirles o no la calificación de mercantiles, con independencia de
las personas que en ellos intervienen. Además, el art. 2 del Código de Comercio
establece: “Los actos de comercio, sean o no comerciantes los que los ejecuten, y
estén o no especificados en este Código, se regirán por las disposiciones
contenidas en él”. Esta aparente contradicción entre nuestro derecho positivo y la
doctrina es justificada por esta en el sentido de que, no obstante lo previsto en la
Exposición de Motivos y en el art. 2, el conjunto del Código traiciona la concepción
objetiva al exigir la participación, por lo menos, de un comerciante, en casi todos
los contratos, como requisito imprescindible para que puedan ser considerados
mercantiles. Aunque en este punto los autores citados se refieren particularmente
al caso español, esta explicación se puede extrapolar a cualquier otra jurisdicción,
teniéndose así entonces que un contrato es mercantil cuando al menos una de las
partes es un comerciante.
A continuación la profesora Andrea Sicardi, del ISIV, hace una exposición bastante
completa sobre el tema de los contratos mercantiles a través de seis video-
lecciones. En la primera hace una exposición general de los conceptos de
obligaciones y contratos; a continuación aborda el contrato de compraventa
mercantil (tema en el que se ahondará en este texto más adelante), explica las
diferencias con otros contratos y los casos en que no se considera como contrato
mercantil, su objeto, las obligaciones y derechos de las partes, entre otros
conceptos de este tipo particular de contrato; en el cuarto video estudia el contrato
de seguro, otro de los más representativos y en los últimos dos videos presenta
una clasificación de algunos de los tipos de contratos mercantiles más empleados
(tema que también se tratará más adelante en este texto). Aunque en algunos
apartes se tocan aspectos específicos de la legislación argentina, los conceptos se
pueden
tomar como referencias generales sobre esta materia.
1.4. Tipos de contratos mercantiles
La compraventa es un contrato en virtud del cual una de las partes se obliga a dar
una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta comprar. El
dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama precio.
Este contrato es el que tiene mayor importancia entre los de su clase porque
se trata del contrato tipo traslativo de dominio y, además, porque constituye
la principal forma moderna de adquisición de riqueza; es decir, tanto en su
función jurídica como económica, debe merecer un estudio especial.
2.1. Características
2.2.1. La Permuta
2.2.2. El Arrendamiento
Elementos Reales:
Pueden venderse los bienes existentes o que puedan existir, siempre que sean
determinados o susceptibles de determinación y cuya enajenación no esté
prohibida por la ley.
Si cuando se hizo la venta había perecido una parte del bien, el comprador tiene
derecho a retractarse del contrato o a una rebaja por el menoscabo, en proporción
al precio que se fijo por el todo.
En la venta de un bien que ambas partes saben que es futuro, el contrato está
sujeto a la condición suspensiva de que llegue a tener existencia.
Empero, si el bien llega a existir, el contrato producirá desde ese momento todos
sus efectos, cualquiera sea su cuantía y calidad, y el comprador debe pagar
íntegramente el precio.
La venta de bien ajeno es rescindible a solicitud del comprador, salvo que hubiese
sabido que no pertenecía al vendedor o cuando este adquiera el bien, antes de la
citación con la demanda.
En los casos de rescisión a que se refieren los artículos 1539 y 1540, el vendedor
debe restituir al comprador el precio recibido, y pagar la indemnización de daños y
perjuicios sufridos.
Los bienes deben existir al momento que se celebra el contrato o deben ser
susceptibles de existir (bienes futuros). Si al momento de celebrarse en el
contrato el bien no existe, el contrato es nulo por falta de objeto. En el caso
de que parte de él haya desaparecido en el momento de celebrarse el contrato se
reduce el precio del bien. Los bienes deben estar dentro del comercio de los
hombres, físicamente posibles. La venta de bienes futuros está sujeta a una
condición suspensiva, la cual significa que el contrato tendrá valor si la cosa llega
a existir totalmente.
Si el comprador conocía que el bien era ajeno, estaba celebrando el acto con
riesgo. (Art. Del 1541 del CC. Establece los efectos de la rescisión.- Se disuelve
con efectos con efectos retroactivos; las cosas vuelven al estado en se
encontraban en el momento inmediato anterior al contrato pactado, el comprador
debe pagar el bien y el vendedor recibirá lo que ha pagado. La indemnización por
daños y perjuicios (Art. 1542) dice que el adquiriente no puede ser ovacionado o
despojado del bien si la compra está respaldada con su respectiva factura y si se
realizó de buena fe, el vendedor propietario no podrá recuperar el bien, pero
puede demandar la indemnización por daños y perjuicios al que se apropió
indebidamente del bien que era suyo. También puede ejecutar las acciones
penales correspondientes. Aquí hay contradicción en el Art. 68 del Código Penal
que dice que la restitución se hará con la misma cosa aunque se halle en poder de
terceros, salvo el derecho de esta, si fuese culpable para reclamar su valor (ya no
la cosa) contra quien corresponda la norma penal por ser pública prima sobre la
Ley Civil de carácter privado.
El Precio.- Sólo se podrá dar en dinero. Deberá ser fijado de mutuo acuerdo y no
por la sola voluntad de una parte. Sin embargo el precio puede ser fijado por un
tercero a lo cual no podrá ser anulado, salvo que se apruebe que está actuando
de mala fe para beneficiar a una de las partes (Art. 1543-1544) puede ser fijado en
moneda nacional, extranjera o al tipo legal al momento de efectuarse el pago (Art.
1237).
Por último indicar que el mero retraso en la entrega de la cosa vendida, equivale al
incumplimiento total.
Entregar el bien.
Garantizar al adquiriente una posesión útil.
Responder a la evicción.
Pago del precio convenido: Que deberá realizarse en el tiempo y lugar pactado o,
en su defecto, en el tiempo y lugar en que se hace la entrega. En el comercio el
precio convenido comprende a veces simplemente el valor de las mercancías,
mientras que en otros casos, se le añade el coste del transporte hasta el lugar de
destino e, incluso, el coste del seguro.
Por otra parte, el pago puede realizarse al contado o a plazos; recibir la cosa
comprada: El comprador está obligado a recibir o retirar la cosa en el lugar y
momento adecuado. No obstante cuando las mercancías tengan vicios o defectos
de cantidad o calidad o si se pretende su entrega por el vendedor una vez
transcurrido el plazo para la misma, el comprador puede negarse a recibirlas sin
incumplir su obligación.
En materia del pago del precio es conveniente diferenciar el pago normal del
precio y el pago extraordinario que tiene que ver con que junto al precio se
abonen una serie de cantidades que las partes convengan.
En la práctica comercial son frecuentes las cláusulas que deben completarse con
los usos, que suelen fijar las condiciones relativas tanto al modo como al momento
y lugar del pago. A falta de pactos de este punto, el pago debe hacerse en el
momento y lugar en que se hace la entrega de la cosa vendida al ser de aplicación
el art. 1500 C.Civil con carácter subsidiario.
Para completar este asunto hay que decir que la Ley de Comercio Minorista
establece que cuando los comerciantes acuerdan con sus proveedores
aplazamientos de pago que excedan de 60 días desde la entrega y recepción, el
pago deberá quedar instrumentado en un documento que lleva aparejada
ejecución. Con mención expresa de la fecha de pago que aparece en la factura. El
documento que se utiliza normalmente es un título cambiario como la letra de
cambio.
Si el plazo acordado entre las partes supera los 120 días el vendedor podrá exigir
que queden garantizados los documentos señalados mediante un aval bancario o
un se¬guro de crédito.
1.- Un grupo de ellas tienden a señalar directamente que el comprador está libre
de todo gasto hasta un determinado momento; en este sentido nos encontramos
con las cláusulas F.O.B. Free On Board, o también las de franco-vagón, franco-
camión o franco a bordo, señalan que en el precio se incluyen todos los gastos
hasta que las mercancías estén cargadas en el ferrocarril, barco o camión, siendo
los gastos de transporte y todos los gastos posteriores por cuenta del comprador.
Esta franquicia del comprador puede llegar incluso hasta su propio estable-
cimiento a través de la cláusula “franco lugar de destino”.
2.- En otras ocasiones se detalla que en el precio van incluidos, junto al coste de
la mercancía, la prima de seguro y el precio del transporte, mediante la cláusula
C.I.F. Cost Insurance Freight. Esta cláusula indica la determinación del lugar de
destino, lo que a veces incluso se indica de manera expresa y normalmente son a
cargo del comprador los gastos de descarga del medio de transporte.
2ª.- La Recepción:
Por otra parte, decir que el vendedor no está obligado a entregar la cosa si no
recibe el dinero, siempre que no se haya pactado un plazo para el pago del precio.
Una vez que el vendedor ha entregado la mercancía y mientras ésta esté en poder
del comprador, el vendedor tiene un crédito por el importe del precio, un crédito al
que se le otorga el carácter preferente reconocido en el art. 1922 C.Civil.
En ambos casos, los gastos de depósito correrán por cuenta del comprador salvo
que el retraso o demora sean imputables al vendedor.
Este método tiene carácter adversarial, pues es un tercero neutral quien decide la
cuestión planteada, siendo su decisión, en principio, obligatoria.
Se diferencian porque:
Características:
es un acto jurídico a través del cual las partes recurren a un tercero para
que les ayude a resolver un conflicto.
requiere la existencia de un tercero, este no decide, se limita a señalar el
camino posible de solución de conflictos, pues las partes se avendrán o no
a las soluciones que ellos mismos estimen conveniente.
es un mecanismo alternativo de solución de conflicto, ya que las partes
pueden optar por la conciliación, por el arbitraje o por ir al Poder Judicial.
la oralidad e inmediación están siempre presentes, pues el conciliador
estará al lado de las partes que han solicitado su actuación, las que se
realizaran sin intermediarios. Es inimaginable un proceso conciliador con
escritos que van y vienen, pues la casi totalidad de negociaciones se
efectivizan mejor sin la presencia de documento alguno o de formalidad
especifica.
ese tercero no propone, no decide, ni siquiera interpreta la norma en
conflicto, menos hace esfuerzo alguno para su aplicación. Se limita
simplemente a señalar el camino posible de solución de conflictos, pues en
última instancia las partes se avendrán o no a las soluciones que ellos
mismo estimen conveniente.
pretende evitar un procedimiento heterónomo o la simple prosecución del
proceso ya iniciado.
trata de fomentar un acercamiento entre las partes con miras a demostrar
que este es preferible a su total inexistencia, propiciando que el dialogo
posibilite la solución del conflicto.
carece de toda formalidad, es un acto informal por excelencia, por eso que
se ha convertido en una herramienta flexible por la amplia libertad
conservada al conciliador; empero nada quita al conciliador que tenga su
propia metodología para lograr el éxito que se ha propuesto al iniciar su
labor conciliadora.
Preparación: se inicia con la lectura del expediente pude estar compuesto por la
demanda, contestación, escritos, pruebas, etc., de la denuncia y sus descargos,
luego se registra los datos resaltantes, con algunas formulas conciliatorias.
Suscripción del Acuerdo: una vez suscrito por un abogado el acuerdo el texto final
será suscrito por las partes.
Distributiva: es aquella en la cual lo que gana una parte, es lo que pierde la otra.
4.1. Introducción
Platón enseña que «el mayor bien para el estado, no es la guerra ni la sedición
sino la paz y la buena inteligencia entre los ciudadanos. Pero como la existencia
de intereses contradictorios forman parte de la naturaleza del grupo, el estadista
ha debido crear sistemas que ponga remedio a los disensos, obligando a los
miembros a observar cierras reglas y preventivo que en caso de presentar
desavenencias, un tercero zanje las disputas. Es indispensable que se
establezcan tribunales para cada sociedad y jueces que decidan sobre la marcha,
las diferencias que se susciten. Tribunal que estará compuesto por los jueces mas
integro que se ha posible encontrar. Un estado no sería estado si lo que concierne
a los tribunales no estuviese arreglado como es debido».
El estado crea el derecho para justificar el carácter público de la entidad
jurisdiccional, toda vez que la imponer la obligación debe respetarla, lo que se
traduce en una acción coercitiva de imposición, así pues en las organizaciones
sociales modernas el estado tiene la facultad de promover los órganos que
resolverán esas situaciones de conflictos que alteran el orden social, para
mantener la tranquilidad pública.
El arbitraje puede ser una de las formas a través de la cual las personas
encuentren el acceso a una justicia eficiente administrada por las mismas partes,
dentro de su esfera de libertad y en el marco de sus derechos disponible (Art. 58 y
62, constitución 1993).
Es regla general que en un litigio que verse sobre el orden público las partes no
podrán recurrir al arbitraje que es de competencia del poder judicial. Desde la
producción de ciertas medidas probatorias la ejecución forzosa del laudo, el
arbitraje requiere la colaboración de los jueces. Es más, si obtenido el laudo se
presentan demoras o través en la etapa de la ejecución judicial en la práctica, las
deudas originalmente controvertidas y previamente reconocidas en el laudo,
quedaran diferidas en el tiempo. Por tanto debemos ser consientes que el arbitraje
debe convivir con la justicia en forma armónica, manteniendo una relación y un
respeto mutuo entre ambos sistemas.
Debe tenerse presente que los árbitros no tienen el «imperium», propio de los
magistrados del Poder Judicial, sin embargo los jueces tienen la obligación de
hacer cumplir los laudos en las que ha participado el árbitro.
4.3. Arbitraje
Dado el origen privado del arbitraje, es que las partes pueden designar el árbitro o
tribunal arbitral, según sea el caso.
El arbitraje forzoso en cambio viene impuesto por una cláusula legal o por el
sometimiento pactado entre las partes antes de ocurrir el conflicto.
La decisión (laudo) obliga peor no somete, es decir determina efectos que vinculan
el derecho de las partes, pero la inejecución no tiene sanción de árbitros. En todo
caso son los jueces ordinarios quienes asumen la competencia ejecutiva.
Es el acuerdo voluntario entre las partes para solucionar sus diferencias, que
surgen de una relación contractual o no contractual que sean o no, metería de un
proceso judicial, sujeta a requisitos generales establecidos en la legislación civil
para la validez de los contratos.
El objeto del convenio arbitral debe ser lícito y posible. La ley de arbitraje ha
regulado las materias susceptibles de someterse a arbitraje, como son las
materias determinadas o determinables sobre la que las partes tengan la libre
disposición; exceptuándose las cuestiones que versen sobre el estado o
capacidad civil de las personas, ni las relativas a bienes o derechos de los
incapaces, sin la previa autorización judicial. Aquellas sobre las que ha recaído
resolución judicial firme, salvo las consecuencias patrimoniales provenientes de su
ejecución.
En cuanto se refiere a las partes del proceso; las que interesan al orden público, o
que versen sobre delitos o faltas; sin embargo, cabe arbitrarse respecto a la
cuantía de la responsabilidad civil, cuando no ha sido fijada en resolución judicial
firme.
En una palabra no son competentes los árbitros en las que esté interesado el
orden público.
La eficacia del arbitraje radica en la validez de la decisión que emana del árbitro,
en esa virtud el laudo, está respaldado por la cosa juzgada y es factible de
ejecución al igual que una sentencia judicial.
A través del arbitraje las partes habrán sustituido el juicio de conocimiento y todo
el tramite que se requiere en la justicia para llegar a una sentencia, en menor
tiempo, con menor costo con el mismo resultado.
Arbitraje institucional
En este arbitraje intermedia entre los árbitros una entidad especializada que
administra y organiza el trámite y presta servicios útiles para resolver la
controversia.
Se rige por un reglamento al que se someten las partes, sin embargo se valen de
instrumentos cada vez más ágiles, de modo de adecuar las reglas de las
necesidades de los usuarios surgiendo reglamentos de «arbitraje común» u otras
variantes como «arbitraje acelerado». Para optimizar la duración del proceso de
gran importancia para el tiempo como factor fundamental.
También hay otras formas Standard, para pactar el arbitraje, a través de modelos
de convenio arbitral y todos los servicios de rutina para posibilitar su arbitraje,
como recibir y modificar las demandas, fijar los honorarios de los árbitros y peritos,
elegir los árbitros, resolver recusaciones contra ellos, sustituirlos por vacancia o
renuncia, fijar la sede del arbitraje o el idioma en que se tramitaran las actuaciones
y en general todo lo relacionado al proceso de arbitraje.
En el arbitraje libre o ad hoc no existe ninguna institución que administre el
sistema: son las propias partes las que suministran las normas sobre las que den
actuar y todo lo necesario para que el arbitraje proceda.
Así les proveen de los mecanismos de elección de los árbitros, indican el lugar, el
idioma, los procedimientos a aplicar, métodos de coerción en caso de
incumplimiento, plazo para laudar y los recursos pertinentes que cabrías contra el
laudo.
Los árbitros se rigen por normas legales y deciden los asuntos litigiosos con
arreglo al derecho escrito.
La ley de arbitraje Nº 26572 Art. 91, define como arbitraje internacional cuando
existen los siguientes factores:
El árbitro es la persona elegida por las partes para resolver una controversia, es
por ello la parte esencial del arbitraje mismo, todo el sistema gira en torno a él,
desde que en su integridad moral y buen criterio descansa la confiabilidad y la
eficacia del arbitraje como mecanismo de resolución de conflictos.
Según la ley puede ejercer como árbitro cualquier persona mayor de edad, en
pleno ejercicio de sus derechos civiles. Exigiendo la ley que el árbitro de derecho
debe ser abogado, puede ser nacional o extranjero. Cuando se designa a una
persona jurídica como árbitro, se entiende que actúa como entidad nominadora
(Art. 20, ley 26572).
Postulación:
Tienen impedimento los Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz, los
Fiscales, los Procuradores Públicos y los Ejecutores Coactivos, el Presidente los
Vice-Presidentes, los Parlamentarios y miembros del Tribunal Constitucional,
Oficiales Generales y Superiores de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional,
salvo los profesionales asimilados, los Ex magistrados en las causas que han
conocido, el Contralor General de la Republica en procesos arbitrarios en que
participen las entidades bajo su control (Art. 26, ley 26572)
Conclusiones
Es por tanto, que ellos constituyen la base de toda una gama de actuaciones
jurídicas que se presenta en la práctica y en el que hacer jurídico del contador,
porque los días están repletos de decisiones fundamentadas ya en el
cumplimiento de contrato, ejecución de contratos, violación de contratos, nulidades
de actos de ventas, radiaciones de hipotecas.