Mercurio en la Casa Doce (regente de la 12: virgo)

Mercurio en su duodécima casa (como en tu caso) sugiere que usted es

una persona reflexiva. Casi siempre se está comunicando consigo mismo:

dialogando con sus pensamientos, hablándose en voz alta, o hablando hasta

cuando está dormido. Como usted suele criticarse, estar inquieto y

preocuparse, es probable que sienta un alto grado de tensión nerviosa que

interfiera en su aptitud para concentrar o enfocar su atención sobre un

proyecto.

Su mente está siempre activa, procesando su experiencia interior y

procurando organizar la vasta cantidad de estímulo que amenaza con

abrumarlo. Su obsesión mental puede consistir por caso, en un intento

inconsciente de controlar su inquietud y alejar de su consciencia los

pensamientos que constituyen una amenaza. Las personas con Mercurio en

su duodécima casa más bien sobrevaloran que desvalorizan sus mentes, es

más, buscan refugio en su capacidad mental, que por cierto es mucha.

Esta capacidad puede ser canalizada mediante la escritura (mucha aptitud

para eso). Escribir es, para usted, una ocupación que le da satisfacciones,

ya sea que escriba profesionalmente o no. Su profunda intuición, su

búsqueda continua de autoconocimiento y su interés por los procesos

psicológicos acrecientan su percepción de la conducta y los pensamientos

humanos. Su capacidad para aislarse del mundo exterior y escuchar a la

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voz interior podrán permitirle abrevar en las profundas fuentes de

intuición que existen dentro de usted.

Fundamentalmente es un pensador. Percibe al mundo en función de

sentimientos, imágenes y sensaciones. Tal vez le resulte difícil traducir

estas impresiones no verbales en palabras, como si se viera obligado a

nadar en la superficie del océano, después de haber estado viviendo en el

fondo de éste. Aunque usted vive “en su mente”, ésta se halla casi

siempre bajo la influencia de sentimientos, intuiciones y percepciones del

pasado, todo lo cual suministra un rico cúmulo de imágenes y significados

que elevan todas las formas de su comunicación. Debido a que vive tan

profundamente dentro de usted mismo, está muy armonizado con sus

experiencias interiores, pero distraído respecto de las minucias del

mundo externo. Es probable que tienda a soñar despierto de una manera

desmedida, y hasta confundir sus fantasías con la realidad exterior. Esta

estrecha relación entre su mente consciente y sus percepciones

inconscientes produce con frecuencia sentimientos y sensaciones que lo

abruman e interfieren en su capacidad de pensar con claridad. Es

probable que los pensamientos reiterados o en círculo junto con las

racionalizaciones interfieran en su capacidad para encontrar la claridad

que usted busca. A veces, se reserva lo que está pensando y luego estalla

con una retahíla de palabras, monologando en vez de dialogar con los

demás.
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 Tal vez no le sea fácil traducir sus percepciones sutiles en palabras

que los demás puedan entender; a menudo, usted tiene la sensación de

hablar un idioma íntimo y que cuando realmente se expresa, entonces no lo

oyen o no lo comprenden.

Tiene también una supersensibilidad paranormal para captar lo que

los demás piensan y sienten. Usted absorbe, sin saberlo, los pensamientos

e inquietudes de quienes lo rodean; y también recoge las insinuaciones

sutiles y las comunicaciones inconscientes que la mayoría pasa por alto.

Entonces, de manera inevitable, usted tiene una “sobrecarga >psicológica”

y es probable que se sienta confundido sin saber a quién pertenecen los

pensamientos y las preocupaciones de los que usted es portador.

Para poder aprovechar las cualidades de tener mercurio en su casa

doce (como por ejemplo ser un excelente escritor) usted necesita

percibir cuáles son las actitudes y conductas autoderrotistas que

desarrolló o desarrolla y reemplazarlas con creencias, pautas y acciones

constructivas. El hecho de que haga esto puede implicar no sólo un

examen de sus modos de pensar sino también un activo desarrollo de sus

aptitudes para pensar, escribir, comunicarse y manejarse en sociedad y un

estudio consciente para aprender a valorar aquello para lo cual usted es

capaz.