– Aurora -

Año: 2010 Montaje: Ion Ioachim Stroe

País: Rumania Fotografía: Viorel Sergovic
Duración: 181 min. Música: Florin Lonas
Dirección: Cristi Puiu Elenco: Cristi Puiu, Clara Voda, Catrinel
Guion: Cristi Puiu Dumitrescu, Luminita Gheorghiu, Valentin Popescu,
Producción: Bobby Paunescu, Anca Puiu Gheorghe Ifrim, Ileana Pui
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Cristi Puiu nació en Bucarest, Rumania. Comenzó sus estudios en pintura en la Escuela
Superior de Artes Visuales de Ginebra y luego de un año, se cambió al área de cine en la misma
institución, graduándose finalmente en 1996. Su debut como director, sin embargo, se produjo
recién con su regreso a Rumania, en el año 2001 con el filme de bajo presupuesto Bienes y
dinero, el cual recibió varios premios en festivales internacionales y llegó a competir en
Cannes, siendo considerada por algunos críticos como una de las producciones iniciadoras de la
nueva ola rumana. Con su segundo largometraje, La noche del Señor Lazarescu (2005), Puiu
fue capaz de trazar su propio estilo descarnadamente realista, y de plasmar su mirada acerca de
la sociedad rumana contemporánea tras 22 años de gobierno de Nicolae Ceausescu. Junto con
este filme acreedor de 47 premios internacionales, Aurora forma parte de un proyecto mayor
compuesto de seis películas titulado Seis historias de los suburbios de Bucarest, en una clara
referencia a los Seis cuentos morales del director francés Éric Rohmer.
La historia en la que Puiu nos enreda en este caso es, en principio y en apariencia, la de
un hombre cualquiera, un producto típico de la sociedad actual. Viroel, el protagonista, es una
persona con formación, inteligente. Es padre separado de dos hijas y tiene una amante,
seguramente separada también. Toda esta información, no obstante, es dosificada a lo largo del
filme casi a cuenta gotas, ya que la trama tejida por Puiu no explica nada, sólo muestra; las
pequeñas acciones, gestos y detalles entre los personajes y sus vínculos son las únicas – y
generalmente escasas - pistas que se nos ofrecen para tratar de entender tanto quién es quién en
esta historia, como qué es lo que hacen y, en algunos casos, cuáles podrían ser las razones que
los llevan a actuar de esta manera. El protagonista construido por el director tanto en su guion
como en su interpretación, resulta inquietante hasta para la persona más imperturbable: parco en
palabras, amigo de la soledad, autoritario, maniático, perfeccionista, meticuloso. El espectador
siempre espera ver salir de él una palabra más, algún gesto humano, una mirada impotente,
cierta cercanía para con aquellos con los que se encuentra a lo largo de su itinerario, pero eso
nunca sucede. Lo que vemos es a un hombre implacable, consciente de cada uno de sus actos,
tanto que duda y tiembla ante lo que hace, pero finalmente lo hace; un hombre que, por lo
ordinario de su vida, se parece mucho a cualquiera de nosotros, pero que, por las pequeñas
decisiones que va tomando a lo largo del filme, es capaz de horrorizarnos sin dejar nunca de ser
“normal”.
Enmarcada dentro de los parámetros básicos del nuevo cine rumano (largos planos
secuencia, escasas conversaciones y un realismo tanto en las temáticas elegidas, como en su

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forma de representación), Aurora es una película que, para quien sienta una mínima curiosidad
por la psicología humana es innegable que la actuación de Cristi Puiu –que, como decíamos, en
esta ocasión aparece como actor principal, además de director y guionista- resulta adictiva, de
tal manera que uno se aferra a la pantalla en busca de nuevos detalles de la realidad personal de
ese individuo atormentado al que interpreta. En este sentido, no hay duda de lo inquietante del
papel que encarna, bordado de manera magistral hasta el punto de convertirse en el sostén
fundamental del film, desde principio hasta el final.

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