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CARL SCHMITT

TEOLOGIA POLITICA
CUATRO ENSAYOS SOBRE LA SOBERANIA

EDITORIAL S1'RUHAR1' & CIA.·.


Título original:
POLITISCHE THEOLOGIE
Editado por:
VERLAG DUNKLER HUMBLOT
Traducido por:
FRANCISCO JAVIER CONDE

INDICE

Introducción .................................................................... S
Prólogo ...................................•....................................... 14

l. Definición de Soberanía ........................................... .15

11. El problema de la soberanía como


problema de la forma jurídica y de la
I.S.B.N. 950.9221-08-4 doctrina ........................................................................... 29
EDITORIAL STRUHART & CIA.
III. Teología Política ..............•..................................•... 54

La edición de este libro estuvo a cargo de AYER Y HOY IV. Contribución a la tilosofia política de la
EDICIONES, Cochabamba 1437 PB "A, Capital Federal. contrarrevolución ......................................................... 74
ayerhoy@hotmail.com
Hecho ef depósito que marca la ley 11.723
Libro de edición argentina.
Se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 1998 en los
talleres de Marpress, Santos Lugares, Pcia. de Bs.As.
INTRODUCCION

Teología Política comprende cuatro estudios sobre el concepto de l


soberanía. Datan de 1922, habiendo sido su primera reedición en 1934,
sobre cuyo texto está realizada la presente versión española de Francisco
Javier Conde.
Como todo concepto político, eJ de soberanía es un concepto
polémico. Sclunitt Jo construye polemizando señaladamente con Kelscn,
cuya obra estaba destinada, según propia manifestación, a "la eliminación
del dogma de la soberanía". Nuestro autor comienza, en realidad, por el
final, por la dellnición del soberano. Sitúa así al lector in medias res,
porque, según él, "muchas veces la primera fi·ase decide ya sobre el destino
de. una publicación". Pero el camino que va a esa definición es el siguiente:

·• Fonnajuridica y decisión. Crítica a Kelsen (cap. 2).


*Teología Política. La sociología de los conceptos jurídicos (cap.J).
*Dccisionismo en los teóricos de la contrarrevolución (cap. 4).
*Soberano es quien decide sobre el estado de excepción (cap.l).

Il

El punto de partida de Schmitt es la crisis de la definición bodiniana


de soberanía (cap. 2). Esa fórmula había sido ampliada en el siglo XVJll
al orden internacional por Vattel -jurista que influirá notoriamente en la
concepción sclunittiana del jus publicum Europaeum-, y en el siglo·
XIX, por los iuspublicistas alemanes, se la había retorcido hasta separarla
del concepto de Estado: los estados miembros delll Reich alemán tenían
carácter estatal, pero no eran soberanos.
La soberanía como poder supremo, originario e independiente, un
poder que fuera causa sui, aparecía en los hechos como m1a noción inútil, • '
porque no se ajustaba a realidad alguna. El mortal god hobbesiano, ·
notablemente devaluado, mantenfa un catecismo anacrónico.
Kelsen lo había advertido, y criticándo la vieja fórmula había llegado

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! a yugular la idea de soberanía. Para Kelsen el Estado es el mismo Derecho
i_ el Derecho es norma, y la norma un juicio hipotético del deber ser. DeÍ
orden jurídico estatal se elimina así todo el elemento personal, decisório.
La competencia suprema, el poder bodiniano, queda deferido a una norma consiste la regularidad normativa». El problema, pues, es quién decide,
originaria, cuyo ámbito de validez estará a su vez delimitado por el cuestión no contemplada en la norma. Antes de la norma está,--,
derecho internacional, autoridad jurídica suprema. jurídicamente, la decisión que, del punto de vista normativo, y como
Kelsen, para esta demolición, se ha servido del <<formalismo jurídicm> previa á él, <<nace de la nada».
de Laband y Jellinek -aunque él no se declare su continuador sino su Hobbes,_ei _maes.tro del decisionismo schmittiano, decía que
critico-, que sostenía una concepción kenótica del Estado: es un dios <<a!Íctodias; non veritas facit legcm». Sin la auctor"itas decisoria, siií
... auto limitado en sus atributos divinos, un legislador sometido a su propia una instancia suprema personal, "estaría al alcance de cualquierá
ley. Kelsen. reconoce explícitamente una deuda con Krabbe, que afirmaba invocar un contenido justo".
~a ~ob~r."ll}_"._d_elDerecho frente a la soberanía del Estado, es decir, un En la tensión entre el decisor y la razón normativa del contenido de '·
rmpenoden_<Jrmas y no de hombres, Ni siquiera se trata de un imperio, la decisión, y en la significación autónoma del sujeto decisor, estriba la
que requiere un componente personal, sino de normas que se limitan a forma jurídica. Hablar de la instancia suprema decisoria implica hablar
regir como tales, impersonalmente, como advierte Schmitt en una obra de la soberanía. Hablar de la soberanía es hablar del soberano.
posterior.
La común oposición al poder estatal centralizado había avecinado m
las posicion7s de Krabb~ a la~ de ~as teóricos de la corporación, que , ..,

buscaban edrficar de abaJo hacra arnba una comunidad orgánica, exenta ¿Sobre qué decide en última instancia el decisor soberano? Sobre el 1
de sobe~·~ní~ bodiniana. ?no de estos teóricos definía al Estado, cúspide estado de excepción. La excepción produce la decisión extra ordinem,
de la p1ranudc corporativa, como "el garante que decide en última que significa fuera del orden nom1ativo, pero no del orderijurfdico·total.
instancia". El milagro, en la teología, es también el acto extra ordincm, fuera del
"~1. Estado es, pues, una forma - anota Schmitt, que rescata esa orden natural pero no del orden divino: Para el Derecho, pues, el estado-e
defimción- ( ... )una forma configuradora de vida". En la reconstrucción excepcional tiene analogía con el milagro para la Teología. No es
schmittiana del concepto de soberanía se afuma la existencia en la unidad caprichoso: <<lodos los conceptos sobresalientes de la moderna teoría
de todo orden jurídico, de una forma, la decisión sobre la c~al ese orden del Estado son conceptos teológicos secularizados». ':
se asienta, y de una materia, el conjunto de normas que integran ese Una vez más Schmitt polemiza con Kelsen. Es cierto que el jurista
orden. · vienés había advertido) al mismo que nuestro autor, el s.ubstrato teológico
Debe aún despejar Schmitt la noción misma de fonna: forma según de los conceptos juridicopoliticos corrientes (como le había ocurrido a
la filosofia trascendental, kantiana y neokantiana; forma como regularidad Proudhon simultáneamente a Donoso). Para Kelsen se trataba, más bien, -,
nacida de la especialización; forma como técnica que tiende a hacerlo de una mutua impregnación: lo teológico actuaba en lo profano y la
todo calculable; forma en sentido estético, en fin, definiciones todas ellas profano reaccionaba sobre las categorías teológicas. Gustaba citar, en
entremezcladas en la producción de los iuspublicistas de su tiempo. este senido, al teólogo protestante L'Houet, para quien la idea de Dios
La forma jurídica, en la teoría del Estado, tanto neo kantiana como marchaba conforme a las ideas sobre lo político, llegándose así a "un
corporativa, fincaba en el desplazamiento del plano subjetivo al objetivo: Dios constitucional y aun republicano".
<da objetividad que para si reclama Kelsen se reduce a eliminar todo Schmitt propo_ne, más profundamente y ahondando en la dirección
elemento personal y a referir el orden jurídico a la validez impersonal de su maestro Weber, una sociología de los conceptos juridicopolíticos,
de una norma impersonal>>. fundada en la correspondencia estructural entre "la imagen metafísica
r·-; Pero se requiere siempre la interposición de un sujeto jurídico con que de su mundo se forja una época determinada" y "la forma de la
1. ;autoridad para poner en acto la norma. Es decir sólo desde un centro de organización política que esa época tiene por evidente". -- ·
'imputación personal, desde 1m sujeto jurídico ~on autoridad, desde un Esa correspondencia no es sólo evidente en las ·dos ciudades
·autor responsable, <<se puede determinar qué es una norma y en qué agustinianas o en la política tirée por Bossuet de la Escritura. Aun. los
precursores que, ante el espectáculo de las guerras civiles religiosas de
6 los siglos XVI y XVll, fundaron tras una rupura casi freudiana con la
Madre Teología, el jus publicum Europaeum del cual derivan los

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conceptos básicos de la actual ciencia Politica; aun aquellos hombres
destinados a instalar lo político en el aquende, "como la estaca pampa
bien metida en la pampa", se llevaron consigo en su escape, dirá Schmitt lugar tanto a la acción de causas como a la producción de efectos
en otro texto,"algunas cosas sagradas". Se produjo así la irrevocable antinómicos entre sí. De a!U que para el romántico la realidad se presenta,
transferencia histórica de unas estructuras sistemáticas de raíz teológica, no como la dialéctica triádica hegeliana, sino de modo dilemático, como
volviéndose evidente desde entonces que el lenguaje de lo Político resulta polaridades o pares de opuestos que no pueden resolverse absolutamente
un tropo del lenguaje teológico o metafisico en sentido amplio, de lo que el uno en el otro: "todos los hombres -decía Novalis- están empeñados
. está más allá de lo fisico. en un duelo perpetuo". (Del mismo modo entendía Proudhon pi mundo
Puede establecerse de este modo el correlato entre el dios del deísmo, económico en su "Sistema de las Contradicciones Económicas o
respetuoso de la naturaleza y sus leyes y enemigo de manifestarse Filosofía de la Miseria", y de allí su fundamental divergencia con el
directamente, con los orígenes de la idea del Estado de Derecho, sometido hegelianismo subvertido de Marx).
a la legalidad y desconocedor de la contingenciaexcepcionaljAl contrario, Se necesita, pues, una mediación entre los dos términos antinómicos.
el teísmo de los autores contrarrevolucionarios los llevaba a postular un Esa mediación, según Schmitt, se realiza en los románticos por el propio
soberano tan personal y tan interventor provindencial en el curso de las yo, qne desplaza a Dios: "lo especifi~C() del Qcasioualisru(l rl)mántico.
cosas como el propio ser supremo en el que creían. El dios del dc!smo está en que subjetiviza ·er fáctór espiritual del antigu~ sistema
aunque abstencionista, era todavía trascendente, "el montador de 1~ ocasiona lista (de Malebranche): Dios".
gran máquina". Con el tiempo,se diluirá en]anaturaleza, y más tarde. Para el contrarrevolucionario, opone Schmitt, no hay necesidad de la
~n la his~oria y en el cambio sOCial, Yesta c~ída en la i~m~n~rl~~a ¡)r~~ucirá. mediación de un tercer término superior. El contrarrevolucionario
correlallvamente un progresivo ocultamiento de la idea de soberanía. La distingue siempre tajantemente, en este mundo sublunar, entre bien y.
"gran máquina", sin ~e:cCsidad de maquinista, comenzará a arld~~Por· mal, verdad y error, legitimidad e ilegitimidad, según un sistema que
sí misma, nueva edición del perpetuum mobile•.La soberanía en la ciudad· remite con la necesariedad de la ley causal las nociones de bien, verdad,
secular se diluirá en la norma y en los falsos universales cÜ~l la "vohÍntad legitimidad, a una última referencia que es Dios, Supremp Soberano,
general", como Dios cri el mundo," en lo histórico~ y en la· promócióñ. categoría nonnativa y, por lo tanto, según Sclunitt, antiromántica.
humana. Es el tiempo de la última vuelta de tuerca: la nomocracia Este formidable alegato schmittiano requiere, para el caso singular
impersonal de Kelsen. . del romanticismo alemán, algunas matizaciones. Ante todo, hay que tener
en cuenta que el romanticismo alemán, como bien señalaAlain de Benoist,
IV se levanta polémicamente contra la Aufkliirung, contra la ilustración, lo
que es decir también contra el dios ausentista que hemos visto en su
Schmitt encuentra las dos notas configuradoras del soberano, la background teológico. En cuanto al yo romántico, tio es el individuo
decisión y la excepcionalidad, presentes en .el pensamiento roussoniano, sino el apoderamiento por cada uno de su Yo trascendental,
contrarrevolucionario. La indagaCión schmittiana se despliega aquí "convirtiéndolo asi en el Yo de su yo", dice Nova lis. En la búsqueda de
polémicamente respecto del romanticismo alemán, al que nuestro autor ese Yo trascendental el hombre requiere un mediador, en defmitiva, para
dedicó en 1925 un estudio de choque, Politiscbe Romantik. el mismo Novalis, el Cristo, Dios-Hombre. Con estas precisiones se
Los románticos alemanes -Novalis, Müller, los Schlegel- ejercitaban advierte que el romanticismo alemán no sustituye a Dios por el individuo.
según su compatriota la incertidumbre del "coloquio eterno". Los Aplicando la sociología de las conceptos juridicopoliticos que enseña
contrarrevolucionarios -Bonald, de Maistre, Donoso-, en cambio, de cara Schmitt, podría decirse que en el pensamiento contrarrevolucionario
a las revohíciones de 1789 y 1848, exigían la decisión ante una antítesis subyace un Yavé lejano y terrible, o cuando menos la teología del Padre,
"sin mediación posible". Schmitt define la política romántica como el mientras que en la termino logia política de los románticos alemanes está
ocasionalismo de Malebranche subjetivizado, lo que requiere una breve soterrado el teandrismo, la teología del Hijo.
explicación. Mientras en la causalidad hay una relación especial y Además, el romanticismo alemán no conlleva necesariamente
necesaria de la causa con el efecto, en la ocasionalidad la relación entre ''indecisionismo". Al contrario, su consideración de la realidad en general,
la ocasión y el efecto resulta indeterminada: la misma ocasión puede dar y de la realidad politica en particular, como dilemática, conflictual-en 'Jo
cual coincide eón la conceptualización schmittiana de lo político sobre
8 el distingo entre el amigo y el enemigo, y en lo cual diverge del modelo

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racionalista del liberalismo- exige la decisión, aunque a conc.ienciade su
trágica provisoriedad, ya que ninguno de los términos antagónicas podi·á
imponerse definitivamente al otro. V
··· Para los contrarrevolucionarios, en cambio, por lo menos en la lectura
de Schmitt, un imperativo de origen divino traducido en ley natural señala De Bodino a Kelsen corre un proceso de ocultamiento de la soberanía.
que uno de los términos del dilema ha de triunfar infaliblemente sobre el Kelsen, genial encubridor, pone a la norma abstracta como criterio
otro. Todo caso es el caso extremo y requiere un Juicio Final. supremo del mortal god. Perodetrás de la norma, aun deJa originaria,
· De donde resulta, primero, que la decisión entre "negaciones hay otra instancia. El mismo Kelsen lo sabía cuando, én refu¡ación a los
radicales" y "afirmaciones soberanas", que exigía el Ensayo iusnaturalistas, dice que esta indagación transnormativa no descubrirá
donosiano, no sería la decisión absoluta y "creada de la nada", como ·"la absoluta verdad de una metafísica ni la absoluta verdad de un
cree leer allí Schmitt, sino un acto que_ remite, a su vez, a una nom1a derecho natural: quien descorra el velo y no cierre los ojos se
Y~superior, uní versal y etema ..El decisionismo de Schmitt pertenece a una encontrará cara a cara con la gorgona del poder''. Schmitt
noción de lo político como esfera específica y autónoma; el decisionismo desernnascara quién está más allá de la nomocracia. Pero no se trata aún
_donosiano subordina lo político a lo ético y lo ético a lo teológico: "la del caos, de la guerra de todos contra todos, de la razón salvaje del poder
ciencia politica~ la ciencia social no existen, sino en calidad de púro, cuya cabeza medusina petrifica a quien se atreva a sostenerle la
clasificaciones arbitrarias del entendimiento humano", asegura el mirada. Es todavía el orden, el último componente del.orden jurídico
Ensayo. . que está -en condiciones de recrearlo o de crear otro distinto y se bace
:-~- En segundo lugar, la conversión de toda decisión en juicio supremo, autónomo y absoluto: la decisión. El principio del orden, en la··
según la característica del "espíritu donosiano", puede conducir a la "excepcionalidad, se transfiere de la norma a la decisión. Allí aparece sin
trivialización del acto decisorio, produciéndose, en esta vivencia de la máscara él soberano. Desde ese mqmento el tema de la soberanía ya no
normalidad como si fuese siempre excepcional, una invitación a la podrá despacharse con una compilación de definiciones; a partir de
jrrealidacl semejante a la formulada por los teóricos del Estado de Derecho Schmitt interesa quién decide soberanamente. . ,
a vivir toda excepcionalidad como si fuese una situación normal. Estas La decisión, pues, es el. acto creador o recreador de un orden. Tiene ·
observaciones no disminuyen la finura de Schmitt al haber aislado en la un Claro subsuelo teológico en el fiat del dios creador. Más atrás de la·o·
barroca escritura donosiana -"cada página es un paso; cada discurso decisión está el caos, donde, como decía Hobbes, "nothing can be
una procesión", advertía Eugenio d'Ors-, en primer lugar, el juicio unjust", porque la noción del orden juridicopolítico está allí fuera de
sintético y demoledor sobre el liberalismo continental como "clase lugar. Es el estado de conflicto generalizado, que ClérQent Rosset define
discutidora", cuyo único afán es postergar la decisión extrema. El "una situación de azar físico no elaborado por el artificio social".
liberalismo, según Donoso, dura el tiempo que puede suspenderse el Este largo proceso de desvelamiento del soberano culmina cuando la
juicio entre Barrabás y Jesús. Kelsen, en cambio, veía en el plebiscito noción de soberanía entra en una de sus crisis más agudas. Podría casi
evangélico la expresión del "relativismo político" en que se fun?a la decirse que se trata de una revelación póstuma.
democracia. Razón tenía Legaz y Lacambra al carear el pensamiento La idea de soberanía supone un pluriverso de unidades políticas
del español y el del vienés, como tipo y antitipo ideales de la inteligencia edificadas sobre el modelo del Estado- Nación, "esa obra maestra de
,~política. También es acierto de Schmitt haber observado que el la concepción europea y del racionalismo occidental", como dirá
', decisionismo donosiano, al desembocar en el recurso a la dictadura, Schmitt. Tocqueville había demostrado de qué modo la idea estatal nace
entierra allegitimismo del que partiera. La dictadura cierra la discusión, con la translatio impcrii a las monarquías nacionales europeas, y cómo
clausura •la suspensión del juicio. Pero la dictadura significa también la la Revolución Francesa completó ese ciclo con la transferencia del
clausura sine die de la legitimidad tradicional, sustituida por la legitimidad monopolio de la decisión del monarca a la Nación, la nueva diosa.
carismática y provisoria del dictador, sea el que viene de arriba sea el (Gobineau, que compartía el análisis, le escribirá a Tocqueville que "el
que viene de abajo, producto siempre de la excepcionalidad y autor de la padre de los revolucionarios y los destructores fue Felipe el
decisión que la zanja. Hermoso"). Napoleón lo dotará de un preciso aparato administra\ivo
fuertemente centralizado.
La época actual es de resquebrajamiento del Estado Nación: "la época
10 del estatismo está terminando ahora ~escribió Schmitt- no vale la pena

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discutirla". Aunque formulada en otro contexto, puede aceptarse el juicio
de Denis de Rougemont acerca de que la crisis del Estado Nación se da
por ser "demasiado chico y demasiado grande a la vez". DemasiadO
grande y centralizado en lo interno, su monopolio de la decisión política ese mismo mundo.
se ha visto perjudicado por un proceso de neofeudalización, es decir, de El tránsito del Estado Nación centralizado al equilibrio de grandes
fragmentación del sistema político estatal en subsistemas con pretensión espacios requiere un nuevo tipo de distribución funcional y articulación
autonómica. Muchos de estos subsistemas, de estos nuevos castillos - territorial del poder: la federación hacia adentro, la confederación hacia
partidos, sindicatos, organizaciones fmancieras, etc.-, están, a su vez, fuera. En el proceso de federación interior cobra fuerza el pensamiento
vinculados a poderes supranacionales. El gran peligro del neomedioevo organicista que uno de sus grandes expositores modernos, Othm~r Spmm,
es que eí conflicto desatado entre los nuevos castillos termine en guerra filiaba en el romanticismo alemán. En el proceso confederativo habrá
civil abierta, y en que tomen partido los grandes poderes supranacionales, que recordar los orígenes históricos en la Lotaringia y el Sacro Imperio
fragmentándose así la unidad política estatal que, según Furio Colombo, Romano Germánico. Los argentinos tenemos un antecedente sólido y
"queda abierta y disponible para cualquier clase de conflicto y para mal estudiado en lo que Julio lrazusta llan1ó la "confederación empírica"
cualquier clase de operación de poder, de acuerdo con lógicas que de Juan Manuel de Rosas, y debe recordarse que, constitucionalmente,
no conciernen ni a la población ni al lugar". las denonúnaciones claramente confederales de "l'rovincias Unidas del
Demasiado chico, en cambio, resulta el Estado ·Nación hacia los Río de la Plata" y "Confederación Argentina" son aún nombres
peligros de afuera. El pluriverso regido por el antiguo jus publicum oficiales del país.
Europaeum se redujo, finalizada la Segunda Guerra, a un duopolio o A esos grandes espacios confederales articulados orgánicamente en
condominio planetario, fundado en la disuasión mutua y el comunas, provincias, regiones y naciones les conviene la definición
reconocimiento, por cada uno de los dos grandes poderes, de la esfera de realista del soberano que da Schmitt, más que aquella vieja definición
influencia del otro. Debe observarse que ninguno de los dos poderes bodiniana, con los atributos del absoluto, que el Estado Nación
hegemónicos tiene la estructura del Estado Nación; antes bien, soti centralizado mantiene cada vez más de un modo meramente nominal y
sistemas políticos globales, de alcance mundiaL Ambos procuran, com'o formulario. Será esa reformulación de la soberanía o la hegemonía de un
dice Schmitt en otro trabajo, pasar de la dualidad a la unidad; ambos poder mundial. Y esto planteado, debe cesar la indebida interposición
aspiran a ser dominus orbis. De allí lUla coincidencia básica: fuera del del prologuista entre el lector y el texto.
ámbito de sus ideologías oficiales, de los alcances de su influjo o dominio,
no hay nadie computablc._1>/o esiste para ellos alteridad, pluralidad; piden Luis María Bandieri
un mundo sólo para un amo único. Ya en 1951, Schmitt señalaba que el
duopolio podía ser, antes que la transición al one world, a la unidad
totalitaria del globo, la vía hacía una nueva pluralidad donde la hegemonía
fuese sustituida por "un equilibrio de varios grandes espacios que
creen entre sí un nuevo derecho de gentes en un nuevo nivel y con
dimensiones nuevas". La quiebra del Estado Nación centralizado y de
raíz europea, no debe ser el camino para la hegemonía de un amo del
mundo. Si recurrimos una vez más a la sociología .de los conceptos '
jurídicos schmittiana, observaremos que en la pretensión totalitaria de
los poderes hegemónicos, en su monodoxia, hay un subsuelo monoteísta,
donde el monos corresponde a un dios que ha superado a todos los demás
y no al Uno donde no existe absolutamente ningún número. En la idea
del equilibrio, en cambio, suyace un concepto Politeísta, que as! como
reconoce que en este mundo pueden darse múltiples epifanías de Dios,.
reconoce también la diversidad, polifonía y policentrismo polftico de

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PROLOGO

Allí donde la "diferenciación de los espíritus" comienza, se


encu~ntra el punto extremo de la distinción del amigo y del
enemgo. l.
Todos los pueblos europeos están hoy empeñados en un torneo
espiritual de signo universal, en el que tal vez caben algunos DEFINICION DE SOBERANIA
cambios tácticos, de situación, pero no una neutralidad espiritual.
El que quiere permanecer neutral se excluye a sj mismo. Menos
que otro pueblo cualquiera podía renunciar a la decisión un pueblo
como el español, que en todos los momentos cumbres de la Historia Soberano es aquel que decide sobre el estado de
universal ha acreditado su arrojo para decidirse en lo que atañe al
espíritu. Más bien cumple a otros pueblos medir sus fuerzas
excepción.
mirando esta energía española para la decisión. Esta definición es la única que se ajusta al
Por eso el hecho de que se edite en lengua española esta concepto de la soberanía como con9epto límite. _j
publicación mía, que es mi contribución a tan magno torneo, tiene Decimos concepto límite no porque el concepto sea
para mí una significación infinitamente mayor y harto diferente
de la puramente literaria. Es un llamamiento desde un frente y confuso, como ocurre en la impura terminología
compensa muchos esfuerzos y muchas amarguras; su valor popular, sino porque pertenece a la órbita más
primordial estriba en que acaso mi trabajo resultará fructífero en extrema. Por eso su definición no puede referirse a
un pueblo cuyo espíritu y cuya ejemplaridad me hao dado a mí
mucho más de lo que yo pudiera devolverle. un caso normal, sino extremo. El desarrollo del
El que conoce la dureza del presente torneo universal sabe que presente trabajo pondrá de manifiesto que!~uándo -"
no importan los aliados tácticos, sino los verdaderos amigos. Por hablemos aquí del "estª'gº de excepción", se
eso es mi mayor alegría que la traducción española sea obra de entenderá que nos referimos a un concepto general
Francisco Javier Conde, cuyo espíritu y cuya alma he tenido
ocasión de conocer y admirar en años henchidos de destino y a de la teoría del Estado) no a un decreto deneéesidad
través dé muchos e intensos coloquios. . o al estado de sitio éoiño-fenómenos aislados) Una
razón sistemática de carácter lógico jurídico hace
del "estado de excepción" el término por
Carl Schmitt excelencia para la definición jurídica de la
soberanía. La decisión sobre lo excepcional es la
14 decisión por-antonomasia. En efecto·, una norma
15
general: la representada, por ejemplo, en un
concepto nonnal cualquiera del Derecho vigente,
nunca puede prever una excepción absoluta ni dar_ pero no se puede delimitar rigurosamente. Sin
fundamento cierto a una decisión que zanje si un embargo, es este caso el que actualiza el problema
caso es o no verdaderamente excepcional. Cuando relativo al sujeto de la soberanía, o sea el problema
Mohl afirma* que la comprobación de si existe o mismo de la soberanía. .
no existe un estado de necesidad no puede tener Ni se puede señalar con claridad cuándo u'n caso
carácter jurídico, acepta el supuesto de que una es de necesidad, ni cabe tampoco prevenir
decisión en sentido jurídico se ha de derivar rigurosamente lo que en tal razón conviene si el
forzosamente del contenido de una norma. Pero ése caso es realmente extremo y se aspira a dominar la
es precisamente el nervio del problema. Enunciada situación. El supuesto y el contenido de la
la proposición con tanta generalidad, es un puro competencia son entonces necesariamente
reflejo del liberalismo del Estado de derecho y ilimitados. No se trata, por consiguiente de una
desconoce el alcance propio de la "decisión". competencia en el sentido que el término tiene
Poco importa, ciertamente, desde el punto de vista dentro del sistema del Estado de derecho. La
técnico o práctico, que se acepte o no por bueno el Constitución puede, a lo sumo, señalar quién está
esquema abstracto en que se fija la definición de la llamado a actuar en tal caso. Si la actuación no está
soberanía (soberanía es podersupremo y 01jginario sometida a control alguno ni dividida entre
de mandar), generalmente y, sin duda alguna en la diferentes poderes que se limitan y equilibran
historia de la soberanía, no se disputa un concepto recíprocamente, como ocurre en la práctica del
como tal concepto. Se disputa sobre Sl!ap_li<;a<:i.élP Estado de derecho, al punto se ve· quién es el
concreta, es decir,quiénsea el!Iamag() a decidb:_en soberano. El decide si el caso propuesto es o no de
caso· de conflicto,_enquéestribael interés público necesidad y qué conviene hacer para dominar la
y el del Estado, la seguridad y el ordén público, «le situación. Cae, pues, fuera del orden jurídico
salut publique», etc. El caso excepCÍonal, el que no . normalmente vigente sin dejar por ello de pertenecer
está previsto en el orden jurídico vigente, puede tal a él, puesto que tiene competencia para decidir si la
vez ser calificado como caso de extrema necesidad, Constitución puede ser suspendida "in toto". Dentro
de peiigro para el Estado o de otra manera análoga, del moderno Estado de derecho se tiende a eliminar
al soberano en este sentido. De ahí 1a trabazón
lógica de las ideas de Krabbe y de Kelsen, que
* Monografías (pág. 626).
estudiaremos en el capítulo siguiente. Ahora bien, ~­
decidir si se puede o no eliminar el caso excepcional
16 no es un problema jurídico. Abrigar 1a espeanza de
17
que algún día se llegará a suprimirlo es cosa que
depende de las propias convicciones filosóficas
filosófico-históricas o metafisicas. . ' el interés del pueblo exige el cumplimiento de la
Existen varias exposiciones históricas sobre el promesa, pero no lo está "si la necéssité est urgente''.
desenvolvimiento del concepto de la soberanía. Pero La tesis no es nueva en cuanto al fondo. Lo que es
todas se limitan a coleccionar las últimas fórmulas decisivo en la construcción de Bodino es haber
abstractas, recogiendo en ellas, como en un manual reducido el análisis de las relaciones entre el
las definiciones de la soberanía. Nadie paree~ príncipe y los estamentos a un simple dilema,
haberse tomado la molestia de investigar a fondo referido al caso de necesidad. Eso es lo
en los autores más famosos del concepto de la verdaderamente impresionante de su definición, que
soberanía el sentido de esa fórmula hueca y manida COI1gjpe la soberanía como unidad indivisible y
· del poder supremo. Claramente se ve ya en Bodino zanja definitivarrente el problema del poder dentro
que el concepto se orienta hacia el caso crítico es del Estado. El mérito científico de Bodino, su éxito, ~
decir, excepcional. Más que su definición d~ la se debe a haber insertado en el concepto de la
soberanía, tan frecuentemente citada ("la soberanía. la "decisi('¡n". Apenas se encuentra hoy
s?uveraineté e~t la,ruissancc absolue et pcrpetuelle un solo trabajo sobre el concepto de la soberanía
d une Republtque ), es de señalar su doctrina sobre que no registre las habituales citas de Bodino. Pero
las ":Vraies remarques de souveraineté" (capítulo X ninguno recoge aquel pasaje central de la República.
del hbro I de la República) como el comienzo de la Se pregunta Bodino si las promesas hechas por el
moderna teoría del estado. Bodino ilustra su príncipe al pueblo o a los estamentos anulan su
c?ncepto con muchos ejemplos prácticos y siempre soberanía. Contesta, refiriéndose al caso que fuese
vte?e a parar a la m~sma pregunta: ¿Hasta qué punto necesario obrar contra tales promesas, modificar o
esta el soberano SUJeto a las leyes y obligado frente derogar las leyes, "selon 1'éxigence des cas, des
a los estamentos sociales? Bodino contesta diciendo temps, et des personnes". Si en tal sazón hubiese el
que las promesas obligan porque la fuerza príncipe de consultar previamente al senado o al
obligatoria de una promesa descansa en el derecho pueblo, tendría que hacerse dispensar por sus
na~ural; pero, en caso de necesidad, la obligación súbditos. Solución que Bodino califica de absurda;
deja de serlo por virtud de los mismos principios pues como quiera, dice Bodino, que los estamentos
generales del derecho natural. Hablando en términos tampoco son dueños de la ley, tendrían, a su vez,
generales, afirma Bodino que el príncipe sólo está que obtener la dispensa de sus príncipes, y la
obligado frente al pueblo y los estamentos cuando soberanía sería "Joués á deux parties"; el pueblo y
el Príncipe serían soberanos alternativamente, lo
18 cual es contra toda razón y derecho. Por eso es la
19
facultad de derogar las leyes vigentes con carácter
general o especial el atributo más genuino de ht
soberanía, del que Bodino pretende deducir los descansa en una decisión, no en una norma. ··
restantes (firmar la paz y declarar la guerra, nombrar Cuando se pregunta si Dios es soberano, es decir,
los funcionarios públicos, ejercer ia Jurisdicción el que en la tierra obra como su representante
suprema, conceder indultos, etc.). , indiscutible; si es soberano el emperador, el príncipe
En mi libro sobre la Dictadura (München und o el pueblo, o sea los que con el pueblo pueden
Leipzig, 1929), frente al esquema tradicional de la identificarse, se plantea un problema relativo al
exposición histórica, mostré cómo también en los sujeto de la soberanía, es decir, a la aplicación del
tratadistas del Derecho Natural del siglo XVII, el concepto a un hecho concreto. Desde el siglo XVI,
problema de la soberanía se reduce al de la decisión los juristas que discuten sobre este problema toman
en caso excepcional. Sobre todo el Pufendorff. por punto de partida una sede de atributos de la
Coinciden todos en apreciar que cuando dentro de soberanía, recogiendo en sus partes esenciales las
l}n Estado surgen antagonismos, cada uno de los mencionadas definiciones de Bodino. Ser soberano
partidos desea, naturalmente, el bien general, pues significaba poseer esos atributos. La confusión·
en eso consiste precisamente la "bellum omnium reinante en las relaciones del antiguo Imperio '
contra omnes" ; pero la soberanía, es decir, el Estado alemán hacía que la argumentación jurídico-política . ,
mismo, consiste en decidir la contienda, o sea en tomase preferentemente este sesgo: de la existencia
determinar con carácter definitivo qué son el orden incontrovertible de uno sólo de esos múltiples
y la seguridad pública, cuándo se han-violado, etc. atributos se sacaba la conclusión que también los
El orden y la segundad pública tienen en la realidad demás atributos tenían que existir. La controversia
aspecto harto diferente según sea una burocracia giraba siempre alrededor de lo siguiente: ¿quién
militar, una administración impregnada de espíritu asume las facultades no previstas en una disposición
mercantil o la organización de un partido la que positiva, por ejemplo, en una capitulación?; o dicho
decida si el orden público subsiste, si ha sido en otros términos: ¿quién asume la competencia en "
violado o si está en peligro. Porque todo orden un caso para el cual no se ha previsto competencia
descai_lsa en una "decisión", y también el concepto alguna? Preguntábase de ordinario quién tenía a su
del orden jurídico, que, irreflexivamente, suele favor la presunción del poder no sujeto a límites.
emplearse como cosa evidente, cobija en su seno He ahí el porqué de la discusión sobre el caso
, -el antagonismo de los dos elementos dispares del excepcional, el "extremus necessitatis casus". En
Derecho. El orden jurídico, como todo orden, · las disertaciones sobre el llamado principio
monárquico vuelve a repetirse lo mismo con
20 idéntica estructura 1ógico-jurídica.
21
La pregunta que se formula es la misma: quién
dispone de las facultades no regladas
constitucionalmente, es decir, quién es competente ejercer sin control alguno, equivaldría a haber
cuando el orden jurídico no resuelve el problema otorgado 1a soberanía, del mismo modo que el
de la competencia. En la controversia acerca de si articulo 14 de la Charte de 1815 hacia al monarca
dentro de los términos de la Constitución de 1871 verdadero soberano. Si los Estados miembros, según
los Estados alemanes eran soberanos o no eran la interpretación usual del articulo 48, no poseen
soberanos, se ventilaba un asunto Político de menor ya la facultad de declarar por sí el estado de
cuantía. Bien se ve, sin embargo, que la excepción, no son Estados. El artículo 48 es la clave
argumentación responde a un esquema análogo. La para resolver el problema de si los territorios
tesis de que los Estados eran soberanos, defendida alemanes son o no son Estados.
por Seydel, no descansaba sobre el carácter Si por medio de un control recíproco, por
originario o no originario de sus derechos, sino en limitación de tiempo o como ocurre en la
la afirmación de que mientras la competencia del reglamentación del estado de sitio, mediante la
Reich estaba determinada por la Constitución y era, enumeración de las facultades extraordinarias, se
por consiguiente, limitada en principio, la de los consigue delimitar estrictamente las facultades para
... Estados miembros era, en principio, ilimitada los. casos de excepción, lo único que se logra es
El articulo 48 de la Constitución alemana de relegar a segundo término, más no eliminar, el
1919 confiere a 1 Presidente del Reich la facultad problema de la soberanía. Para una jurisprudencia
de declarar el estado de excepción, pero bajo el que se orienta hacia los problemas y ios negocios
control del Reichstag, que puede solicitar su cotidianos, el concepto de la soberanía carece de
. levantamiento cuando lo tenga por conveniente. interés práctico. En su concepto, sólo lo normal es
Esta reglamentación responde a la práctica del cognoscible; todo lo demás constituye una
Estado de derecho y a su desenvolvimiento, donde, "perturbación". Frente al caso extremo se encuentra
mediante la división de las competencias y su sin saber qué hacer. Porque no toda facultad
control recíproco, se procura aplazar lo más posible extraordinaria, ni una medida cualquiera de policía
el problema de la soberanía. A esa tendencia o un decreto de necesidad son ya, falta que la
responden las reglas que fijan el supuesto del facultad sea ilimitada por sí, un estado excepcional.
ejercicio de las facultades excepcionales, mas no el Hace en principio; se requiere la suspensión total
contenido del articulo 48, que otorga realmente del orden jurídico vigente. Cuando esto ocurre es
plenos poderes, en tal manera, que si se pudiesen evidente que mientras el Estado subsiste, el dere~ho )
pasa a segundo término. Como quiera que el estado
22 excepcional es siempre cosa distinta de la anarquía
23
y del caos, en sentido jurídico siempre subsiste un
orden, aunque este orden no sea jurídico. La
existencia del Estado deja en este punto acreditada a las cuales ha de ser aplicada efectivamente y que
su superioridad sobre la validez de la norma jurídica. han de quedar sometidas a su regulación normativa,
La "decisión" se libera de todas las trabas tengan configuración normal. La norma exige un
: normativas y se torna absoluta, en sentido propio. medio homogéneo. Esta normalidad fáctica no es
• . Ante un caso excepcional, el Estado suspende el un simple "supuesto externo" del que pueda el jurista
..... Derecho por virtud del derecho a la propia prescindir; antes bien, es parte de su validez
conservación. Los dos elementos que integran el inmanente. No existe una sola nmma que fuera
concepto del "orden jurídico" se enfreptan uno con aplicable a un caos. Menester es el orden sea
otro y ponen de manifiesto su independencia restablecido, si el orden jurídico ha de tener sentido.
conceptual. Si en los casos normales cabe reducir Es necesario de todo punto implantar una situación
al mínimo el elemento autónomo de la decisión es normal y soberano es quien con carácter definitivo
' decide si la situación es, en efecto, normal.! El ·
la norma la que en el caso excepcional se aniquila.
Sin embargo, el caso excepcional sigue siendo derecho es siempre "derecho de una situaciÓn
accesible al conocimiento jurídico, porque ambos determinada". El soberano crea esa situación y la
elementos -la norma y la decisión- permanecen garantiza en su totalidad. El asume el monopolio
dentro del marco del Derecho. de la última decisión. En lo cual estriba
Afirmar que lo excepcional no tiene importancia precisamente la esencia de la soberanía del Estado,
jurídica y que es propio de la "sociología", sería que más que monopolio de la coacción o del mando
tanto como dar por buena la esquemática disyunción es monopolio de la decisión,\dando al vocablo el_.
de la Sociología y la teoría del Derecho. Lo sentido general que luego.te~dremos ocasión de
excepcional es lo que no se puede subsumir; escapa precisar. El caso excepcional transparenta de la')
a toda determinación general, pero, al mismo manera más luminosa la esencia de la autoridad del
tiempo, pone al descubierto en toda su pureza un Estado. Vemos que en tal caso la decisión se separa
elemento específicamente jurídico, la "decisión". de la norma jurídica y, si se nos permite la paradoja,
El ca~o excepcional reviste carácter absoluto la autoridad demuestra que para crear derecho no
cuando se impone como primera medida la necesita tener derecho. Para la doctrina de Locke y
necesidad de crear una situación dentro de la cual para el racionalismo del siglo XVIII, el estado
puedan tener validez los preceptos jurídicos. Toda excepcional es algo inconmensurable. Pronto la
norma general requiere que las condiciones de vida clara conciencia que el Jusnaturalisino del siglo
XVII tenía de la importancia del caso excepcional
24 se pierde en el siglo XVIII, cuando se ha logrado
25
restablecer un orden relativamente duradero. Para
Kant, ya no es derecho el derecho de necesidad. La
actual teoría del Estado nos ofrece el interesante perturba la unidad y el orden del esquema l
espectáculo de las dos tendencias frente a frente, el racionalista. No es raro encontrar argumentos de
descuido racionalista y el interés por el caso de este tipo en la teoría del Estado positivista. Así, por
necesidad, nacida este . último de ideas ejemplo, Anschütz resuelve el problema de la ~
esencialmente contrarias) Se comprende que un conducta a seguir cuando no existe la' ley de
neokantiano como Kelsen-ño acierte a dar cabida presupuestos, diciendo que no es un problema
en su sistema al estado excepcional. Pero los jurídico: "No es ésta una laguna de la ley, es decir,
racionalistas no deberían perder de vista que el del texto constitucional; es más bien una laguna del
mismo orden jurídico puede prever el caso derecho que ninguna operación conceptual de la
excepcional y "suspenderse a si mismo" Concebir ciencia jurídica podría llenar. Aquí acaba el derecho
cómo una norma, un orden o un centro de político" (Staatsrecht, página 506). Pero una
imputación "se establecen a si mismos", parece filosofia de la vida concreta no puede batirse en
, _empresa muy fácil al racionalismo jurídico de este retirada ante lo excepcional y ante el caso extremo,
linaje. Dificil es, empero, construir cómo una unidad sino que ha de poner en ambos todo su estudio y su
sistemática y un orden pueden suspenderse a si mayor empeño. Más impmiante puede ser a los ojos
mismos en un caso concreto, y, sin embargo, el de esa filosofia la excepción que la regla, no por la
problema es jurídico y lo seguirá siendo mientras ironía romántica de la paradoja, sino con la seriedad
el estado excepcional se diferencia del caos jurídico que implica mirar las cosas calando más hondo que
y de la anarquía. La tendencia del Estado de derecho lo que acontece en esas claras generalizaciones de
a regular lo más a fondo posible el estado de lo que ordinariamente se repite. La excepción es .,
excepción no entraña sino el intento de circunscribir más interesante que el caso normal. Lo normal nada
. con precisión los casos en que. el derecho se prueba; la excepción, todo; no sólo confimÍa la
¡.. suspende a si mismo. ¿Dónde toma el derecho esa regla, sino que ésta vive de aquélla. En la excepción _
virtud y cómo es posible lógicamente que una norma hace la vida real con su energía saltar la cáscara de
tenga v,alidez excepto en un caso concreto que ella una mecánica anquilosada en pura repetición. Un
misma no puede prever de hecho? teólogo protestante, que con su ejemplo demuestra
Racionalismo consecuente sería decir que la la intensidad vital que puede alcanzar la reflexión
excepción nada prueba y que sólo lo normal puede teológica aun en el siglo XIX, ha dicho una vez lo
ser objeto de interés científico. La excepción siguiente: "La excepción explica lo general y se
explica a si misma. Y si se quiere estudiar de verdad
26 lo general, no hay sino mirar la excepción real. Más
27
nos muestra en el fondo la excepción que lo general.
Llega un momento en que la perpetua habladuría
de lo general nos cansa; hay excepciones. Si no se
acierta a explicarlas, tampoco se explica lo general.
No se para mientes, de ordinario, en esta dificultad,
porque ni siquiera sobre lo general se piensa con
pasión, sino con fácil superficialidad. En cambio,
la excepción piensa lo general con enérgica pasión".
II.

EL PROBLEMA DE LA SOBERANJA
COMO PROBLEMA DE LA FORMA
JURIDICA Y DE LA DOCTRINA

Cuando las teorías y los conceptos jurídico-


politícos se configuran bajo la impresión de los
acontecimientos y de las mudanzas políticas, la
discusión queda sometida al punto de vista práctico
de cada día y modifica las nociones tradicionales
mirando a un fin inmediato. La actualidad de cada
día puede suscitar un interés sociológico nuevo y
una reacción contra el método "formalista" de tratar
problemas jurídico-políticos. Puede también
suceder que se despierte la aspiración de sustraer la
especulación jurídica a las mudanzas de la situación
política, procurando, precisamente, alcanzar la
objetividad científica mediante el estudio formal
consecuente de los problemas. Nacen así de una
misma situación política las más varias sentencias
y corrientes científicas.
28 Entre todos los conceptos jurídicos es el de la
29
soberanía el que más sujeto está al interés de la
actualidad. Suele señalarse el comienzo de la
historia de ese concepto invocando el nombre de No es la expresión adecuada de una realidad, sino "i
Bodino, pero no se puede afitmar que desde el siglo una fórmula, un signo, una señal. Fórmula !
,,,XVI el concepto haya experimentado un infinitamente equívoca y, por tanto, tal vez inútil \
' desenvolvimiento o un progreso lógico.Las etapas en la práctica. Empléase el superlativo "poder-~
de su historia se caracterizan por las diversas luchas supremo" como denominación de una entidad real,
políticas, no por ia progresión dialéctica inmanente aunque en la realidad regida por la ley de causalidad,
al propio concepto. De la definitiva disolución de no se pueda señalar ni imaginar factor alguno al
Europa en Estados nacionales y de la lucha de los que pudiera aplicarse dicho superlativo. En la
príncipes absolutos contra los estamentos brota, en realidad política no existe un poder incontrastable,
el siglo XVI, el concepto de la soberanía de Bodino. supremo, es decir que funcione con la seguridad de
En el siglo XVIII, la conciencia que de sí propios una ley natural; la fuerza no arguye derecho, y a la
tienen los Estados que acaban de nacer se refleja en verdad, por aquella razón banal que Rousseau, en
el concepto jurídico internacional de la soberanía armonía con toda su época, acertó a formular asi:
de Vattel. Poco después de 1871, en el Imperio "La force est une puissance physique: le pistolet
alemán de reciente fundación, surge la necesidad que le brigand tient est aussi une puissance"
de establecer un principio que permita delimitar la (Contrato Social, 1-3) La unión de lo facticio v lo-,
esfera de soberanía de los Estados miembros frente Jurídico es el problema cardinal del concepto de la
al Estado Federal y, guiada por ese interés, fonnula soberanía. He aquí toda su dificultad, y la cuestión
la ciencia política alemana la distinción entre el estriba en formular una definición que aprehenda
concepto de la soberanía y el concepto del Estado, este concepto fundamental de la Jurisprudencia sin
gracias a lo cual se logra salvar para los Estados valerse de predicados tautológicos "generales y
miembros el atributo de Estado, sin que, por ello, precise sus líneas esenciales desde el punto de vista
se les reconozca carácter soberano. Las diversas jurídico.
fórmulas repiten, en el fondo, la vieja definición: El estudio más hondo que en los últimos años se
soberanía es poder supremo, originario y ha dedicado al concepto de la soberanía llega a una
jurídicamente independiente. Una definición así, lo solución sencilla disociando la Sociología de la
mismo se puede aplicar a los más variados Jurisprudencia y separando, en contraposición
complejos politico-sociológicos, que se puede poner simplista, lo puramente sociológico de lo puramente
al servicio de los intereses políticos más diversos. jurídico. Es el camino que ha seguido Kelsen en
sus trabajos titulados: El problema de la soberanía
30 y la teoría del Derecho Internacional (Tübingen,
31
1920), Concepto sociológico y concepto jurídico
del Estado (Tübingen, 1922). Se eliminan del
concepto jurídico todos los elementos sociológicos, jerarquía y de subordinación que existe dentro del
y así se. obtiene _!:ll:l sistema puro de imputaciones Estado estriba en el hecho de nacer de aquel punto
normativas, que culmina en una última norma central unitario una red de autorizaciones y
fundamental unitaria. La antigua contraposición del competencias que se extienden hasta los últimos
ser y el deber ser, del punto de vista causal y el grados. La competencia suprema no la asume una
normativo, se trasplanta con mayor fuerza y vigor persona o un complejo sociológico psicológico de
que lo hicieran Jellinek y Kistiakowoki, pero poder, la asume solamente el orden soberano en la
también con la misma evidencia indemostrada, a la unidad del sistema normativo. Desde el punto de
antítesis de la Sociología y la Jurisprudencia. Parece vista jurídico, no existen personas reales ni fingidas,
como si el destino hubiese condenado a la ciencia solamente puntos de imputación. El Estado es el
jurídica a sufrir en sí misma disociaciones punto final de imputación, el punto en el que
procedentes de otras ciencias o de la teoría del aquellas imputaciones que constituyen la esencia
'conocimiento. Gracias a este procedimiento llega del criterio jurídico "se detienen". Este punto es, al
Kelsen al resultado, nada sorprendente, de que, mismo tiempo "un orden originario". Cabe así
desde el punto de vista jurídico, el Estado tiene que imaginar un sistema completo de diferentes
ser algo puramente jurídico, algo normativamente ordenaciones, tomando por punto de partida una
vigente, no una realidad cualquiera, ni algo pensado última norma originaria suprema y descendiendo
al margen y yuxtapuesto al orden jurídico; el Estado hasta llegar a una norma ínfima, es decir, delegada.
es el mismo orden jurídico considerado como una El argumento decisivo que no se cansan de aducir
unidad (Kelsen no parece preocuparse mucho de contra sus adversarios es este: la razón de la vigencia
que ese es precisamente el problema). Por de una norma no puede ser más que otra norma;
consecuencia, el Estado no es ni el creador, ni la considerado jurídicamente, el Estado es, por
__fuente del orden jurídico; tales nociones son, a los consiguiente, idéntico a su Constitución, o sea, a la
ojos de Kelsen, simples personificaciones e norma fundamental unítaria.
_hipóstasis, duplicaciones del orden jurídico unitario El eje de esta deducción es el vocablo "unidad".
e idéntico en suJ· etos diferentes. El Estado , es decir, "La unidad del punto de vista del conocimiento
el orden jurídico, es un sistema de imputaciones exige imperiosamente una concepción monista". El
con referencia a un punto final de imputación y a dualismo de métodos de la Sociología y de la
una última norma fundamental. La relación de Jurisprudencia desemboca en una metafísica
monista. Pero la unidad del orden jurídico, o sea el
32 Estado, permanece "puro" de todo elemento
33
so~ioló?;ic? ?entro del marco del derecho. ¿Es esta
umd~d JUridica de la misma especie que la unidad
del sistema entero cuyo ámbito abarca el mundo? inferiores,jerarquía que ha de buscarse en todas las
¿Cómo se pueden reducir a la unidad una serie de disposiciones positivas puestas al alcance de la
Jurisprudencia. Al carácter de ciencia normativa
disposicio~~s po~itivas, partiendo del mismo punto
de rmputacwn, SI lo que por esa unidad se entiende pura que Kelsen propugna para la Jurisprudencia
no es la unidad de un sistema jusnaturalista o la de no se le puede dar el sentido de que el jurista hace
una teoría general del derecho, sino la unidad de un sus juicios de valor por virtud de actos libres
orden positivo vigente? Los términos orden propios; siempre tiene que referirse a valores dados
s~stema, unid~d, son simples rodeos para expresa; (dados positivamente). Con lo cual, si bien parece
srempre el mismo postulado, y lo que importa es posible alcanzar el plano de la objetividad, no resulta
mostrar cómo se cumple el postulado en toda su necesario el entronque con la positividad. Los
pureza y ~ómo de una "constitución" (que es, 0 un valores a que el jurista refiere sus juicios son valores
nuevo crrcunloquio tautológico del término dados, pero goza frente a ellos de cierta superioridad
"un.id~d:' o un puro "factum" brutal politico-
relativista. En su mano está construir ·con ello una
socwlogtco) puede nacer un sistema. La unidad unidad, y su interés hacia esa unidad sólo es jurídico
sistemática es, según Kelsen, un "acto libre del en la medida en que permanece "puro". Fácil es
conocímiento jurídico". Prescindamos por un conseguir la unidad y la pureza cuando no se para
momento de la interesante mitología matemática mientes en la dificultad verdadera y cuando,
que convierte a un punto en un orden y en un sistema basándose en razones formales, se elimina por
y le identifica con una norma, para preguntamos en impuro todo aquello que contradice al sistema. La
qué se funda la necesidad lógica y la objetividad de crítica es fácil para quien a nada se aventura y sigue
las diferentes imputaciones a los diversos centros resueltamente una línea ideológica sin preocuparse
de imputación si no se funda sobre una disposición de probar con algún ejemplo concreto en qué se
positiva, es decir, sobre un mandato. Se habla de la distingue de la anterior su propia Jurisprudencia.
unidad y del orden como si se tratase de las cosas Los conjuros metodológicos, la agudeza de los
más naturales del mundo; y como si entre el conceptos y la crítica penetrante sólo tienen valor
resulta~o del c~nocimento jurídico libre y un si son manera de ejercicios preparatorios. Cuando
compleJo que solo en la realidad política tiene con el pretexto de que la Jurisprudencia es cosa
unidad existiera una armonía preestablecida se formal, no calan la entraña de las cosas, aunque se
habla de la jerarquía entre ordenes superior~s e disfracen como quieran, no por eso salen de la
antecámara de la Jurisprudencia.
34 Kelsen resuelve el problema del concepto de la
35
soberanía negando el concepto mismo. He aqui la
conclusión de sus deducciones: Hay que eliminar
, radicalmente el concepto de la soberanía ( Problem nos revela la idea moderna del Estado". "Estas
der Souveriinitat, pág. 320). Es, en el fondo, la vieja fuerzas mandan en el sentido más estricto de la
. negación liberal del Estado frente al Derecho y palabra. Como arrancan de la naturaleza espiritual
despego hacia el problema de la realización del del hombre, pueden acatarse voluntariamente". El
: Derecho. Esta concepción tuvo un expositor de fundamento, la fuente del orden jurídico "se
• relieve en Krabbe, cuya doctrina sobre la soberanía encuentra únicamente en el sentimiento y en la
del Derecho (publicada en 1906 con el titulo de La conciencia jurídica de los que integran el pueblo".
idea moderna del Estado y reeditada en 1919 en "Ese fundamento no admite discusión; es el único
la segunda edición alemana ampliada), se apoya en con valor de realidad". Aunque Krabbe dice que no
la tesis de que sólo el Derecho es soberano, no el se ocupa de investigaciones sociológicas sobre las
Estado. Kelsen pretende ver en Krabbe un precursor formas del mando (Pág. 75), no por eso deja de hacer
de su doctrina sobre la identidad del Estado y el disertaciones fundamentalmente sociológicas sobre
orden jurídico. Pero si la teoría de Krabbe tiene una la organización del Estado moderno, en las cuales
raíz común con los resultados de Kelsen por lo que identifica la burocracia profesional como poder
se refiere a su concepción del mundo, nada tiene autoritario independiente al Estado y establece la
qne ver con él su metodología, la parte más original diferencia entre la relación jurídico-pública
de Kelse~, Y. en este sentido, ninguna relación hay específica del funcionario y la relación ordinaria
entre el Junsta holandés y las distinciones del de servicio. Rechaza de plano la oposición entre el
neokantiano alemán en el plano de la metodología derecho público y el derecho privado, cuando se
y de la teoría del conocimiento. "La teoría de la basa sobre una diferenciación en la realidad de los
soberanía del derecho -dice Krabbe- 'es, según se sujetos (pág.l38). La idea moderna del Estado debe
tome, ora la descripción de una situación realmente dejar que se acentúe cada vez más claramente el
existente, ora un postulado a cuya realización se proi?r~so ~.e la descentralización y de la
aspira" (pág. 39). Según Krabbe, la idea moderna admm1stracwn autónoma en todas las esferas. Al
del Estado sustituye al poder personal (el del Rey o derecho, no al Estado, toca asumir el poder.
de la autoridad) una fuerza espiritual. "Hoy no "t:fosotros admitimos la vieja y eternamente
~ivimos ya bajo el imperio de las personas, sean reiterada característica del Estado, el poder y la
estas naturales o jurídicas, sino bajo el imperio de determinación del concepto del Estado como un
normas, de fuerzas espirituales. Aquí es donde se fenómeno de fuerza, con una condición, a saber:
que se reconozca que este poder sólo se revela en
36 el Derecho y sólo puede afirmarse mediante una

37
norma jurídica. Hágase constar al mismo tiempo
que el Estado sólo se da a conocer en la creación
del ?erecho o mediante la legislación, o por el los intereses públicos están subordinados al derecho,
cammo del d~recho no escrito, no cuando aplica quiere dar a entender que en el Estado moderno el
las leyes o atiende a cualquier interés de carácter interés del derecho es el interés supremo, de la
r público (pág. 255). El Estado tiene por misión misma manera que el valor del derecho es el valor
ex~lusi:'? "~roducir" el derecho, es decir, hacer más alto. ·
estJmac10n cierta del valor jurídico de los diferentes La común oposición contra el Estado centralista
L intereses (pág. 261 ).
autoritario acorta la distancia entre la doctrina de
"No por el dominio de los intereses, sino sólo Krabbe y la teoría de la corporación. La lucha de
por ser fuente propia originaria del derecho de Krabbe contra el Estado autoritario y sus juristas
,-~ do~de todos esos intereses y cualesquiera otros recuerda los conocidos escritos de Hugo Preuss. El
reciben su v~lor jurídico"(página 260). El Estado mismo Gierke, fundador de la teoría de la
queda reducido a la producción del derecho. Pero corporación, formula su concepto del Estado
esto no quiere decir que el Estado produzca el diciendo que «el Estado no es la fuente última del
derech~ con su contenido. Lo único que hace es derecho, como tampoco lo es la voluntad del que
determmar el valor jurídico de los intereses en manda, sino el órgano del pueblo llamado a expresar
, función de la con.cien~ia jurídica de los que integran la conciencia jurídica que la vida del pueblo ha
el .pueblo. Ello Implica una doble limitación: en producido» (Grundbegriffe des Staatsreehts, pág.
. pnmer lugar, en cuanto al derecho en oposición al 31 ). La voluntad personal del que manda se inserta
· mter~s Y a la previsión, o sea lo que en la teoría en el Estado como en una totalidad orgánica. Ahora
kantiana del derecho se denomina materia; en bien, Estado y Derecho son para Gierke "fuerzas
. seg?ndo lugar, en cuanto esa estimación tiene sólo pares" y él resuelve el problema capital de su
L_ caracter declaratorio, en modo alguno .constitutivo. relación recíproca, considerando a ambos como
Pro~to veremos en las páginas que siguen, que factores autónomos de la convivencia humana,
precrsamente en esa estimación cierta del valor inconcebibles uno sin otro, que gozan de existencia
jurídico ~striba el problema del derecho como fonna independiente. Los cambios revolucionarios de la
substancial. En cuanto a Krabbe, hay que tener en Constitución entrañan una violación del derecho,
?uen~a que par~ él la oposición entre el derecho y el una solución de continuidad jurídica, que a veces
mtere~ no eqmvale a la oposición entre forma y se justifica por razones éticas o históricas; pero el
~aterra. Cuando el citado jurista afinna que todos derecho queda violado. Cabe que la violación sea
38 ' subsanada ulteriormente, aun fundamentada
jurídicamente,«por medio de un fenómeno jurídico
39
que satisfaga a la concieneía jurídica del pueblo»,
como es, por ejemplo, un pacto constitucional, un
plebiscito o la fuerza santificadora de la costumbre Der reine Staat, 1920) nos interesa especialmente
(pág. 35). El derecho y la fuerza tienden a su último trabajo sobre el "Estado puro". Parte
encontrarse para vencer así la insostenible Wolzendorff del supuesto que el Estado necesita ,
"situación de tensión" entre ambos términos. Pero del derecho, y éste, a su vez, del Estado, pero que
la paridad del Estado y el Derecho queda oscurecida "siendo el derecho el principio más hondo", sujeta J
al decir Gierke que la legislación del Estado no es al Estado con sus ataduras".
más que "un sello formal" que el Estado impone al El Estado es poder originario de mandar. Pero lo
Derecho, una "marca del Estado" con "valor es en cuanto es fuerza de un orden, "fqnna" para la
puramente formal externo", es decir, lo mismo que vida de un pueblo, no arbitraria coacción por medio
Krabbe llama estimación cierta del valor jurídico, de la violencia. Su intervención es requerida sólo
que no pettenece a la esencia del derecho, por esta cuando la libre acción individual o corporativa sea
razón estima Gierke que el Derecho Internacional insuficiente; debe quedarse en segundo plano como
puede ser derecho sin ser derecho estatal. Ahora "ultima ratio"; la esfera del orden no debe tener
~'-"

i bien, si el Estado se rebaja al papel de simple contacto con los intereses económicos, sociales y
pregonero del derecho no puede ser soberano. culturales, propios para ser encomendados a la
Utilizando los argumentos de la teoría de la autonomía administrativa. Pero la "madurez" que
corporación, logró Preuss desterrar el concepto de hace falta para la autonomía puede convertir en
la soberanía, residuo del Estado autoritario, y ver peligrosos los postulados de Wolzendorff; a veces
en el ejemplo de la comunidad corporativa, estos problemas histórico-pedagógicos suelen, en
estructurada de abajo arriba, una organización que la realidad histórica, saltar inesperadamente
1
del
no requiere el monopolio del mando y puede, por plano de la discusión al de la dictadura. El Estado -
tanto, prescindir de la soberanía. Entre los puro de Wolzendorff es un Estado que se limita a
representantes más modernos de la teoría de la cumplir su función de ordenación. En esa función
corporación, Wolzendorff intent.a resolver, entra también la de el derecho, puesto que todo
apoyáqdose en ella, "el problema de una nueva derecho implica al mismo tiempo el problema de la
época del Estado". De sus muchas publicaciones subsistencia del orden estatal. El Estado debe
(entre las cuales citaremos Deutsches mantener el derecho: es "guardián" suyo, no su
Volkerrechtsdenken, 1919; Die Lüge des "señor", pero en cuanto "guardián" no es un
Volkerrechts, 1919; Geist des Staasrechts, 1920; "servidor ciego", sino su "garante responsable y el
que decide en última instancia". En el principio de
40 los "Consejos", ve Wolzendorffla expresión de esa
41
tendencia a la autonomía administrativa corporativa
y a reducir el Estado a las funciones que "en
puridad" le corresponden. Wolzendorff no ha diferenciado claramente esa
No creo que al definir Wolzendorff el Estado configuración, que sirve para que algo funcione de
como "el garante que decide en última instancia" manera susceptible de cálculo, de la forma en
se diera cuenta de lo mucho que se acercaba por sentido estético en la acepción que este vocablo
ese camino a una teoría autoritaria del Estado tiene, por ejemplo, en Hermann Hefele.
absolutamente opuesta a la concepción corporativa La confusión reinante en la filosofia en tomo al
y democrática. En esto estriba precisamente la concepto de la forma se deja sentir más gravemente
importancia que frente a Krabbe y los citados si cabe en la Sociología y en la Jurisprudencia.
representantes de la teoría de la Corporación tiene Forma del derecho, forma técnica, forma estética y,
este último trabajo de Wolzendorff. Contra la Por último, el concepto de forma en la filosofia
discusión en tomo al concepto decisivo, que no es trascendental, son cosas harto diferentes. En la
otro que el de la forna en sentido substanciaL/ Tan Sociología jurídica de Max Weber se pueden
alto valora Wolzendorff la fuerza del orden en-sí y distinguir hasta tres conceptos de forma. Unas veces
es talla autonomía de la función de garantía, que el es la precisión conceptual del contenido jurídico lo
Estado deja de ser simple registrador o que constituye su forma jurídica, siendo la
transformador "externo formal" de la idea del regulación normativa "un simple componente
derecho. Plantéase el problema de la medida en que causal" del "obrar de acuerdo". Otras, cuando Weber
esa "determinación" o decisión envuelve por se refiere a la diferenciación de sectores por razón
necesidad lógico-jurídica un elemento constitutivo, de la materia, el término "formal" se emplea como
un valor propio de la forna. Wolzendorff habla de equivalente de los términos racionalizado,
la forma como "un fenómeno psicológico-social", especializado o calculable. Así dice, por ejemplo,
como un factor eficiente de la vida política histórica, que un derecho desarrollado formalmente, es- un
cuya significación estriba en ofrecer a las fuerzas complejo de máximas conscientes para la decisión
políticas impulsoras que entre sí pugnan la al cual corresponde, desde el punto de vista
posibi\idad de captar en la estructura lógica de la sociológico, la cooperación de juristas
Constitución del Estado un elemento fijo de cálculo especializados, funcionarios de la administración
para la construcción (Arch. d. off. Rechts, tomo de justicia, etc. La especialización, es decir, la
34, pág. 477). El Estado es, pues, una forma en el educación racional, es cada día más necesaria, dadas
sentido de una forma configuradora de vida. Pero las exigencias crecientes del tráfico, de donde se
deriva la racionalización del derecho a lo
42 específicamente jurídico y la cristalización de sus
43
"cualidades formales" (Rechtssoziologie, Il, cap.
1). La forma puede, pues, significar: primero, "la
condición trascendental del conocimiento jurídico; derecho no puede realizarse a si misma y cada vez
segundo, la regularidad que nace por consecuencia que se convierte en realidad ha de ser configurada
de un hábito igual y reiterado y de la reflexión o formada. Y esto es válido lo mismo si se trata de
especializada, cuya uníformidad y calculabilidad dar forma a un pensamiento jurídico general en una
hacen que se convierta en el tercer concepto ley positiva, que si se pretende aplicar uná forma
"racionalista" de la forma. Esta tercera forma no es jurídica general positiva en la administración de
sino el perfeccionamiento técnico producido por las justicia. Sea, pues, nuestro primer paso investigar
exigencias del tráfico o por los intereses de una la peculiaridad de la forma jurídica.
burocracia de formación jurídica, perfeccio- ¿Qué significa el hecho actual de que en la teoría
namiento que tiende a hacerlo todo calculable, cuyo del Estado se condene el formalismo neokantiano
ideal es que todo funcione sin rozamiento. y al mismo tiempo se postule la forma desde un
No es preciso que nos detengamos aquí en punto de vista diferente? ¿Será acaso una de esas
profundizar el concepto neokantiano de la forma. perpetuas tergiversaciones que hacen tan monótona
En cuanto a la forma técnica, su concepto entraña la historia de la filosofia?
el de precisión regida por un criterio de finalidad y Cierto es, en cualquier caso, que esta aspiración -
se puede aplicar al aparato estatal organizado, pero de la moderna teoría del Estado envuelve lo
no a la "fonnajudicial". Una orden militar se ajusta siguiente: la forma debe desplazarse del plano
por su precisión a un ideal técnico, no a un ideal subjetivo al plano objetivo. El concepto de fom1a
jurídico. Nada afecta a su tecnicidad· el hecho de con que opera Lask en su doctrina de las categorías ··
que pueda ser valorada estéticamente o revestirse sigue siendo subjetivo, como cumple a toda
de ceremonias. La antigua oposición aristotélica actividad crítica del conocimiento. Kelsen incurre
entre "deliberare" y "agere" arranca de dos formas en contradicción, por cuanto después de adoptar
diferentes: "deliberare" es susceptible de forma como punto de partida un concepto subjetivista de
jurídica; "agere" sólo es susceptible de la forma, obtenido por vía crítica, y tras de concebir
conformación técnica. La forma jurídica está la unidad del orden jurídico como un acto libre del
dominada por la idea del derecho y por la necesidad conocimiento jurídico, cuando él mismo hace
de aplicar un pensamiento jurídico a un caso profesión de fe de una concepción del mundo
'concreto, es decir, por la realización del derecho en determinada, reclama objetividad y llega hasta
el más amplio sentido de la palabra. La idea del reprochar de subjetivismo al colectivismo "'
hegeliano. La objetividad que para sí reivindica
44 Kelsen se reduce a eliminar todo elemento
45
personalista y a referir el orden jurídico a la validez
,/ impersonal de una norma impersonal. ·
Las ~ás varias teorías sobre el concepto de la . jurídico específico: la clara conciencia de cuál es la
soberama -Krabbe, Preuss y Kelsen- reclaman una esencia de la decisión jurídica.
objetividad de este linaje, coincidiendo todas en que En toda percepción jurídica se encuentra esa
del concepto de Estado tiene que desaparecer todo decisión en el más amplio sentido de la palabra. En
; elemento p~rsonal. Entre personalidad y mandato efecto, todo pensamiento jurídico transfiere la idea
~ay, a sus OJOs, un nexo evidente. Según Kelsen, la del derecho, que jamás se torna realidad en toda su
Idea de un derecho personal a dar ordenes pureza, a un estado de agregación diferente, y la
(mandatos) es el error característico de la doctrina añade, además, un elemento que no se desprende
de la soberanía del Estado; califica de subjetivista del contenido de la idea del derecho, ni del
la teoría ~obre la primacía del orden jurídico estatal, contenido de una norma jurídica general positiva
por considerar que entraña negación de la idea del cuando de su aplicación se trata. En toda decisión
derecho poner e~ s~bjetivismo_d_el mandato en lugar jurídica concreta hay un margen de indiferencia
de la norma objetivamente valida. La antítesis de hacia el contenido, porque la conclusión jurídica
lo personal y lo impersonal se asocia en Krabbe a no se puede deducir completamente de sus premisas
la antítesis de lo concreto y lo general lo individual y porque el hecho de que la decisión sea necesaria
Y lo general, pudiendo ampliarse a la antítesis de es ya, por sí solo, un factor autónomo determinante.
autoridad y precepto jurídico, autoridad y cualidad Conste que no nos referimos aquí al origen causal
. y, en su _f~~mulación filosófica general, a la o psicológico de la decisión -aunque también tenga
1 contraposicJOn entre persona e idea. Está dentro de interés para el caso la decisión abstracta considerada
la tradición del Estado de derecho contraponer de en si misma-, sino a la estimación cierta del valor
esta suerte al mandato personal la validez objetiva jurídico. Desde el punto de vista sociológico, el
de un~ norma abstracta. En la filosofía del derecho interés por la precisión en las decisiones se acentúa
del _siglo XIX. fue Ahrens quien, con singular en las épocas de intenso tráfico económico, porque
cl~n~ad, acepto a exponer esta tesis de la manera entonces el tráfico concede casi siempre menos
mas mt~resante. Preuss y Krabbe ven en la idea de atención al contenido que a la precisión susceptible
la personalidad reminiscencias históricas de la de cálculo. Menos importa a veces el modo como
monarquía abs.~luta. Quienes así arguyen pasan por un horario de ferrocarriles señala las horas de salida
alto que la no~wn de la person~lidad y su entronque y de llegada, que el hecho de que funcione con
con la autondad formal nacieron de un interés seguridad y pueda yo fianne de él. Dentro de la vida
46 jurídica, la llamada "rigidez formal del cambio" en
el derecho cambiario es un ejemplo del in;erés que
47
a la precisión se concede. Pero importa no confundir
esta posibilidad de cálculo con el interés jurídico
por la decisión como decisión. Fúndase este último siderado desde el punto de vista del contenido de la
en la misma peculiaridad de lo normativo y nace de norma básica, ese elemento constitutivo y específico
que un hecho concreto tiene que ser enjuiciado de la decisión algo completamente nuevo y extraño.
concretamente aunque el criterio dado para enjuiciar Normativamente considerada la decisión nace de
sea un principio jurídico en su mayor.generalidad. la nada. La fuerza jurídica de la decisión es harto
Media, pues, siempre, una transformación. Del distinta del resultado de su fundamentación. No se
hecho mismo que la idea del derecho nada dice sobre hace la imputación con el auxilio de una norma,
quién sea el llamado a aplicarla, se deduce ya que sino viceversa: sólo desde un centro de imputación
no puede transformarse a si misma. En toda se puede determinar que es una norma y en qué
transfonnación hay una "auctoritatis interpositio". consiste la regularidad normativa. De la norma
De la simple cualidad jurídica de un precepto no se misma no se deriva punto alguno de imputaci6n,
puede deducir qué persona individual o qué entidad sino solamente la cualidad de un contenido. En
concreta puede reivindicar para sí tal autoridad. He sentido específicamente jurídico lo fonnal estriba
ahí la dificultad que Krabbe se empeña en no ver. en la contraposición a la cualidad de un contenido,
El hecho de que una decisión haya sido adoptada no en la antítesis del contenido cuantitativo de una
por la instancia competente hace a esa decisión relación causal. Y, a la verdad, tan cierto es que
relativamente y, en ocasiones, absolutamente esta última antítesis carece de interés para la Ciencia
independiente de la razón de su contenido y corta del Derecho, que debiera mirarse como evidente.
en seco cualquier discusión sobre si es-o no dudosa. La peculiaridad especifica de la forma jurídica
En un instante, la decisión se hace independiente se ha de conocer en su naturaleza puramente
de las razones en que se funda y adquiere valor jurídica. Aquí no vamos a recoger .las
propio. En la teoría de los actos irregulares del especulaciones sobre la significación filosófica de
Estado muéstrase este principio en toda su la eficacia jurídica de una decisión o sobre la intacta
significación teórica y práctica. La decisión irregular "eternidad" del derecho en el espacio y en el tiempo
y defectuosa produce efectos jurídicos. La decisión de que habla Merkl (Arch. d. off. R., 1917, pág.
irregular tiene un elemento constitutivo 19). Cuando Merkl afirma "que no cabe el
precisamente por su irregularidad. Pero el concepto desenvolvimiento de la fmma del derecho porque
mismo de la decisión implica que no pueda haber aniquilaría la identidad", nos descubre sin querer
decisiones absolutamente declaratorias. Con- que, en el fondo, alienta en él una concepción
groseramente cuantitativa de la forma. Partiendo de
48 este concepto de la forma resulta inexplicable cómo
49
se puede intercalar el elemento personalista en la
teoría del derecho y del Estado. Responde a ia
a~tiquísima !radición del Estado de derecho, que (Leviathan, cap. 26). La antítesis entre "auctoritas"
~~e~pre partió de este principio: sólo un precepto y "veritas" es más radical y precisa que la
jund1co general puede ser decisivo. "The Law gives contraposición de Stahl: "autoridad, BO mayoría".
autority", dice Locke, empleando el vocablo ley Además, Hobbes acertó a esgrimir un argumento
como antítesis consciente del término "comissio", decisivo que lleva implícito el entronqu~í·de este
es decir, del mandato personal del monarca. Pero tipo de decisionismo con el personalismo y rebate
no advi~rte Locke que la ley no dice a quién otorga cualquier intento de poner en lugar de la soberanía
,- la autondad. No cumple a cualquiera ejecutar y concreta del Estado un órgano abstractamente
' realizar un precepto jurídico. El Precepto jurídico, válido. Examina Hobbes la pretensión de subordinar
: en cuanto norma decisoria, sólo da a entender cómo el poder del Estado al poder espiritual, por ser éste
L se debe decidÍ!; pero no a quién toca hacerlo. Si no un orden superior. He aquí su respuesta a tales
hubiese una instancia suprema, estaría al alcance razones: si uno de los poderes (power, potestas) ha
de cualquiera invocar un contenido justo. Pero esta de someterse al otro, esto significa simplemente que
'· instancia suprema no se deriva de la norma quien detenta el poder ha de someterse al que tiene
' decisoria. Por esto, el problema que se plantea es el el otro: "be which hath the one Power is subject to
, de 1~ con;pe~encia; problema que no se podría him that hath the other". Hobbes no entiende, "we
susctta~ stqU!era, y menos aún resolver por su cannot understand", cómo se puede hablar de
contemdo. Intentar resolver cuestiones de preordinación y subordinación y al mismo tiempo
competencia refiriéndolas a lo material es tomarle esforzarse por no salir de lo abstracto. "F or
a uno por necio. subjection, Command, Right and Power are
·· . Ac.aso existen dos tipos del pensamiento jurídico accidents, not of Powcrs but of Persons" (cap.42).
c1ent1fico que se pueden definir por la mayor o Ilustra esta afirmación con uno de esos ejemplos
menor conciencia científica que se tenga de la que la infalible serenidad de su sano entendímiento
peculiaridad normativa de la decisión jurídica. El acierta siempre a escoger: un poder o un orden puede
repres~ntante clásico del decisionismo -si se me estar subordinado a otro a la manera como el arte
permite emplear esta palabra- es Hobbes. La del guarnicionero está subordinado al del jinete;
singularidad de este tipo explica también que se pero lo que importa es que, a pesar de esta jerarquía
daba a el, antes que a otro, la fórmula clásica de la entre ambas órdenes, a nadie se le ocurriría
antítesis: "Auctoritas, non veritas facit legem" subordinar el guarnicionero a cada jinete y obligarle
50 a prestarle obediencia.
Es muy curioso que uno de los representantes
51
más consecuentes de la ciencia natural abstracta del
siglo XVII acentúe de tal suerte su personalismo. último, la forma de la configuración estética que
La clave está en que al jurista le interesaba no conoce la decisión.
aprehender la realidad efectiva de la idea social tanto
como pudiera interesar al filósofo y al investigador
de la naturaleza la realidad natural. No llegó a darse
cuenta, sin embargo, de que hay una realidad y una
vida jurídica que no es necesariamente la realidad
propia de las ciencias naturales. Sobre él gravitan,
yuxtapuestos, el relativismo y el nominalismo.
Parece a veces como si le fuera dado construir la
unidad del Estado desde un punto cuaiquiera. Pero
no estaba a la sazón el pensamiento jurídico tan
sojuzgado por la ciencia natural para que, dada la
intensidad de su conciencia científica, pudiese
Hobbes pasar inadvertidamente de largo ante la
especifica realidad entrañada en la decisión concreta
que emana de una instancia concreta. Dada la
significación autónoma que la decisión tiene,
también el sujeto de la decisión tiene significación
autónoma al margen de su contenido. En la realidad
• de la vida jurídica importa quién decide. Junto al
· problema de la razón del contenido está el de la
competencia. En la oposición entre sujeto y
contenido de la decisión y en la significación propia
del sujeto estriba el problema de la forma jurídica.
No es ·la forma jurídica apriorísticamente vacía
como la norma trascendental, por cuanto emana de
lo jurídicamente concreto. Tampoco es la fórmula
de la precisión técnica, cuya finalidad es
eminentemente objetiva, impersonal. Ni es, por
52
53
naturales implícita en el concepto del milagro Y
producido por intervención directa, como tampoco
admiten la intervención directa del soberano en el
orden jurídico vigente. El racionalismo de la época
de la ilustración no admite el caso excepciQnal en
ninguna de sus formas. Por eso la convicción teísta
111. de los escritores conservadores de la
Contrarrevolución pudo hacer el ensayo de
TEOLOGIA POLITICA fortalecer ideológicamente la soberanía personal del
monarca con analogías sacadas de la teología teísta.
Mucho hace que llamé la atención sobre la
Todos los conceptos sobresalientes qe la moderna fundamental significación metódica y sistemática
teoría del Estado son conceptos teológicos de tales analogías (Die Wert des Staates, 1914;
secularizados. Lo cual es cierto no sólo por razón Politische Romantik, 1919; Die Dictatur, 1921).
de su desenvolvimiento histórico, en cuanto Dejo para mejor ocasión exponer la significación
vinieron de la Teología a la teoría del Estado, que el concepto del milagro tiene en este respecto.
convirtiéndose, por ejemplo, el Dios omnipotente Por ahora, sólo interesa poner de relieve qué
en el legislador todopoderoso, sino también por importancia tiene tal entronque para una sociología
razón de su estructura sistemática, cuyo de los conceptos jurídicos. Son los filósofos
conocimiento es imprescindible para la políticos católicos de la Contrarrevolución, Bonald,
consideración sociológica de estos conceptos. El De Maistre y Donoso Cortés, quienes de manera
estado excepcional tiene en la Jurisprudencia más interesante han sabido utilizar políticamente
análoga significación que el milagro en la Teología. esas analogías. Adviértese al punto que se trata de .
Sólo teniendo conciencia de esa analogía se llega a una analogía sistemática conceptualmente clara, no
conocer el desenvolvimiento de las ideas filosófico- de fantasías místicas, filosófico-naturales o
. políticas en los últimos siglos. Porque la idea del entretenimientos románticps, que como en otros
---- moderno Estado de derecho se afirmó a la par que campos, encuentran los más varios símbolos e
el deísmo, con una teología y una metafísica que imágenes, también para el Estado y la sociedad. La
destierran del mundo el milagro y no admiten la afirmación filosófica más clara de esta analogía se
violación con carácter excepcional de las leyes encuentra en el Nova methodus de Leibniz (cap. 4
y 5). Leibniz niega que se pueda comparar la
54
55
Jurisprudencia con la Medicina y la Matemática,
acentuando luego su afinidad sistemática con la
Teologí~: "Merit~ partitionis nostrae exemplum a poder ejecutivo o Poder de policía, ejerciendo el
th~ologra a~ Junsprudentiam transtulimus, quia ministerio de la gracia o de la asistenci.a, siempre la
mira est utnusque Facultatis similitudo". Ambas misma identidad inexplicable; en tal manera, que si
disciplinas tienen un "duplex principium": la "ratio" alguien cuidase de mirar a cierta distancia el
(de ahí la Teología natural y la Jurisprudencia espectáculo actual de la Jurisprudencia, creería estar
natural) y la "scriptura", es decir un libro con viendo una comedia de capa y espada, donde el
relaciones y reglas positivas. ' Estado, bajo diferentes disfraces, entra siempre en
En un trabajo sobre el Derecho natural y la escena como la misma persona invisible.) La,
Sociología (Viena, 1912), apunta Adolf Menzel "omnipotencia" del moderno legislador, tan
que ~oy la Sociología ha asumido funciones que en cacareada en todos los manuales de Derecho
los s1glos XVII y XVIII eran propias del Derecho público, tiene su origen en la Teología, y esto no
natural, como es dar expresión a ideales, a sólo desde el punto de yista linguístico. Hasta en
postulados de justicia o a construcciones filosófico- los pormenores de la argumentación salen a
históricas. Enti~nde Menzel que laSoéiología está, superficie reminiscencias teológícas.
por ello, subordmada a la Jurisprudencia, convertida Las más veces, naturalmente, con propósito
en di.sciplina po~iti;a; y pretende mostrar que todos polémico. En una época positiva se lanza de buen
los Sistemas socwlogiCos existentes acaban en esto grado contra el adversario científico el reproche de
. con traza de ciencia a las tendencias'
" en vestir que hace teología o metafisica. Para que el reproche
politicas". Pero si alguno se toma la molestia de fuese más que un simple improperio, fácil hubiera
investigar la bibliografía política de la sido preguntarse el porqué de esa inclinación a los
Jurisprudencia positiva calando hasta sus últimos extravíos teológicos y metafisicosi menester fuera ~l
conceptos y argumentos, verá que el Estado entonces investigar si cabe explicarlos como
interviene en todas partes, ora como "Deus ex supervivencia tal vez de la teoría monárquica del
ma~h!na", decidiendo por medio de la legislación Estado que identifica el Dios del teísmo con el
pos1trv:a una controversia que el acto libre del monarca, o si la razón de tal propensión está en
conocimiento jurídico no acertó a resolver exigencias de carácter sistemático o metódico.
claramente, ora como Dios, bueno y misericordioso, ~oncede de buen grado que en muchos juristas,
mostrando en las amnistías e indultos señorío de mcapaces de sondear con el pensamiento los
sus propias leyes; bajo la figura del legislador, como argumentos o las objeciones contrarias, el Estado
entra en escena como a través de un cortocircuito
56 del pensamiento, de la misma manera. que algunos
57
metafísicos, con fines idénticos, abusan del nombre
de Dios. Pero así no se resuelve objetivamente la burlón:- si los órganos de la personalidad total del
cuestión. Hasta el presente se han conformado con Estado son a su vez personas, todas y cada una de
hacer algunas alusiones incidentales. En su trabajo las autoridades administrativas, tribunales, etc.,
sobre la ley en sentido formal y en sentido material serán entonces personas jurídicas, como también
(pág.l50) aduce Haenel el viejo argumento d~ que es persona jurídica única el Estado consi~e~ado en
propugnar la concentración de todas las funciOnes su totalidad. "Entender el dogma de la Tnmdad es
del Estado en un solo órgano, invocando que la un juego de niños comparado con estas razones".
voluntad política tiene que ser unitaria y conforme Rebate también de un plumazo la tesis de Stobbe
a un plan (principios ambos que é.l .mismo no sobre la personalidad jurídica de la "mano común"
discute), es tanto como hacer metaflst~a. Preuss (Gesamthiindershaft) diciendo que no entiende
(Festgabe für Laband, 1908, t. Il.' pag, 1.936) "razones que recuerdan, por su corte el dogma de
intenta defender su concepto corporativo del Estado la Trinidad". Pero él mismo dice, ciertamente, que
empujando al adversario al terreno teológico y "el concepto de la capacidad jurídica entraña ya,
metafísico: el concepto de la soberanía del Estado
por si mismo que la fuente de esa capacidad, el orden
de Laband y de Jellinek y la teoría sobre el "poder
jurídico del Estado, tiene que establecerse a sí
exclusivo del mando del Estado" hacen del Estado
mismo "como sujeto de todo el derecho y, por tanto,
un "cuasi-individuo", un "unicum sur generis", con
como persona jurídica". Tan sencillo y plausible le
su monopolio del mando nacido de una "creación parece eso de que el orden jurídico "se establezca a
mística". Vale esto tanto, dice Preuss, como disfrazar
si mismo" que sólo "por pura curiosidad" registr~
jurídicamente el principio de la graci~ de Dios y
las opiniones discrepantes, sin pregu.ntars~ J?Or que
repetir la tesis de Maurenbrecher, sustltuyendo la es más necesario desde el punto de v1sta logtco que
ficción religiosa por la ficción jurídica. Mientras el la fuente de la capacidad Jurídica, es decir, el orden
representante de la teoría orgánica del Estado
jurídico, o sea, el ortlen jurídico del Estado, se
arguye contra su adversario acusándole de
establezca a sí mismo como producto, que el aserto
teologizar, Bernatzik, en sus estudios críticos sobre
de Stahl al decir que sólo una persona puede ser
el coqcepto de la persona jurídica (Archiv. d. fundamento de otra persona.
óffentl. Rechts, t. V, 1890, págs. 210, 225, 244), Kelsen tiene el mérito de haber llamado la ~
vuelve a lanzar la misma objeción contra la teoría atención desde 1920, con el tono en él peculiar,
orgánica del Estado e intenta rebatir la opinión ~e sobre la afinidad metódica entre la Teología y la
Stein, Schulze, Gierke y Preuss con este comentar¡ o Jurisprudencia. En su última publicación so~re el
58 concepto jurídico del Estado señala una sene de
59
analogías que, aunque difusas, permiten a un
conocedor profundo de la historia de las ideas
penetrar en seguida la heterogeneidad íntima de su
teoría del conocimiento, por un lado, y, por otro, la del Estado (Staatsbegriff, pág. 208). No advierte
consecuencia democrática a que conduce su visión Kelsen que el concepto de subst.ancia del
del mundo. Bajo esa identificación del Estado y el pensamiento escolástico es cosa harto diferente del
orden jurídico, típica del Estado de derecho, alienta concepto con que operan la matemática y _las
una metafísica que identifica las leyes con la ciencias naturales. !..a distinción entre substahcm y
legalidad normativa. Brote de un pensamiento ejercicio de un derecho, tan important: en la historia
científico naturalista que condena el "arbitrio" y dogmática del concepto de soberama (co.mo tuve
quiere eliminar del dominio del espíritu humano lo ocasión de apuntar en mi libro sobr~ la Dictadur.a,
excepcional. En la historia del paralelo entre la págs. 44, 106 y 194), es inaprehens1bl~ por medw
Teología y la Jurisprudencia está esa convicción de conceptos científicos naturales y, ~m embar?,O•
representada en forma típica por J. St. Mil!. constituye un elemento esencial de la argumentacwn
También Mill, preocupado por la objetividad y por jurídica. En el razonamiento de su profesión .de ~e
temor al arbitrio, subraya la validez absoluta de toda democrática se traduce claramente el hnaJe
suerte de leyes, aunque no llegue a admitir como matemático naturalista del pensamiento de Kelsen
Kel sen que un acto libre del conocimiento jurídico (Arch. f. Soz. W., 1930, p~g.84): la ?~mocracia es
puede configurar con una masa cualquiera de leyes la expresión de un relativismo J?ohtJco y de una
positivas el cosmos de su sistema, porque aniquilaría actitud científica expurgada de milagros y dogmas,
de nuevo la objetividad. Desde el ángulo de una asentada en el entendimiento humano y en la duda
metafisica que de pronto cae en la beatería de la crítica.
objetividad no está justificada la diferencia de que Antes de abordar la sociología del concepto de
el positivismo radical se atenga directamente a la la soberanía conviene ver con cla~id~d.el p~o~lem~ ,
ley propuesta o se tome la molestia de montar un de la sociología de los conceptos JUndJCos: SI aqm ,
sistema. Donde mejor se ve cómo Kelsen, desde el se ha subrayado la analogía sistemática entre los
momento en que abandona el recinto de la crítica conceptos teológicos y jurídicos, ha sido porque la
metodo'lógica, opera con un concepto de causa sociología de los conceptos jurídicos presupone una
típico de las ciencias naturales, es en su creencia de ideología consecuente y radical. Sería err?r gra~e
que la crítica de Hume y de Kant al concepto. de creer que esto implica oponer una fllosofla
substancia se puede trasladar también a la teoría espiritualista de la historia a otra materialis;~· La __,
máxima formulada por Max Weber en su cntlca a
60 la filosofia del Derecho de Stammler, que a toda
filosofía radicalmente materialista de la historia se
61
puede oponer otra filosofía espiritualista de la
historia tan radical como aquélla, podría ilustrarse historia cuando el pensamiento se concibe como
brillantemente con el ejemplo de la teología política funció~ y emanación de fenómenos vitales .. El
) de la Restauración. Los escritores contrarrevo- socialismo anarcosindicalista de Sorel ha sabtdo
:. lucionarios explicaban las mudanzas políticas por armonizar de esta suerte la filosofía de la vida de
1
los cambios en la manera de concebir el mundo y Bergson con la concepción marxista de la historia.
atribuían la Revolución francesa a la filosofía de la Tanto la explicación espiritualista de sucesos
ilustración. Frente a ellos, en antítesis evidente, los materialés como la explicación materialista de
revolucionarios radicales atribuían las mudanzas del fenómenos espirituales se proponen desentrañar los
pensamiento a los cambios de las condiciones nexos causales. Siéntase primero la antítesis de dos
políticas y sociales. Hacia el año 1820 se había esferas para en seguida anularla mediante la
1
extendido ampliamente por todo el occidente reducción de una a otra; procedimiento que, por
europeo, especialmente en Francia, el dogma de que exigencias del método, acaba necesarian:ente en
los cambios religiosos, artísticos y literarios tienen caricatura. Lo mismo que Engels considera el
intima conexión con la alteración de las condiciones dogma calvinista de la pred~sti~ación com~ imagen
políticas y sociales. La filosofía marxista de la de la libre competenca capitahsta, lucha ctega que
historia radicalizó el principio, reduciendo ese nexo escapa al cálculo, así ~odríamos t~n;bién nos~t~os
al plano económico y fundamentándolo reducir la moderna teona de la relatlvtdad Ysu exlto
sistemáticamente hasta el punto de buscar también al estado actual de la moneda dentro del mercado
la clave de los cambios politicos y sociales en un mundial y hubiéramos encontrado la subes~ru~tura ~·
centro de imputación, que no es otro que el económica. Algunos llamarían a este procedtmtento
económico. Tal explicación materialista hace sociología de un conc~pto o de ~n~ teoría. Per~ esto .,
imposible considerar aisladamente la consecuencia nada nos importa aqm. Co~a ?tstmta e~ el m~todo
en el plano ideológico, porque en todas partes ve sociológico que trata de atnbmr det~rmmad~~ Ideas
meros "reflejos", simples "imágenes o disfraces" y concepciones intelectual~s a.un c~r.culo t~pt~o .de
de las relaciones económicas y opera de manera personas que desde su ~r~p¡a sJtuact?n socwloglCa
consecvente con explicaciones e interpretaciones
psicológicas y, a veces, hasta con simples
. llega a resultados ideologtcos determmados. En este
sentido se puede llamar sociología de los conceptos
sospechas. Por lo menos la versión vulgar. Pero jurídicos a la explicación de Max Weber _sobre la
fácilmente el racionalismo masivo puede diferencia de los distintos sectores matenales del
convertirse en una concepción irracionalista de la derecho, que él atribuye a la for~ació~ de juristas
especializados y de funcwnanos de la 1
62
63
1
_ administración de justicia1¡(Rechtssoziologie, t. II
1 1). "La peculiaridad saciológica del círculo d~
el "retrato" psicológico-social, cuyo procedimiento
personas que por su profesión se ocupa de
en nada se distingue de la ingeniosa crítica literaria
configurar el derecho" condiciona cienos métodos
de un Sainte Beuve.
y pruebas de la argumentación jur-ídica. Pero
De muy distinto linaje es la sociología de .,
tampoco ésto es sociología de un concepto jurídico.
conceptos que aquí se propugna, única capaz de
Atr.ib~ir. un resultad_o conceptual a su soporte.
rendir frutos científicos frente a un concepto como
sociologico es pura psicología, mera comprobación
el de la soberanía. Obliga a rebasar el plano de la .
de los motivos especiales que inspiran los actos
conceptualidad jurídica, atenta sólo a los intereses "1.
humanos. Es, sin duda, un problema .sociológico
pero no sociología de un concepto. Cuando el prácticos inmediatos de la vida jurídiéa, a explorar ·
método se aplica a fenómenos del espíritu conduce la última estructura radical sistemática y a comparar
a explicar las cosas por el "milieu" o a una ingeniosa esa estructura conceptual con la articulación
"psicología", bien conocida como sociología de conceptual de la estructura social de una época
algunos tipos determinados: el burócrata, el determinada. Nada nos importa saber si lo que esa
abogado, el profesor oficial. Y así se podría conceptualidad radical tiene de ideal es reflejo de
considerar como sociología del sistema hegeliano una realidad sociológica o si, por el contrario, la
la interpretación del sistema como la filosofía de realidad social se explica como consecuencia de una
un catedrático profesional a quien su situación manera de pensar y, por consiguiente, de una manera
económica y social permite darse cuenta desde las de obrar determinada. Se trata más bien de poner
cimas de la contemplación de la conciencia absoluta de manifiesto dos identidades espirituales, pero
es decir, ejercer su profesión docente; también s~ también sustanciales. Decir, por ejemplo, que la
podría decir que la jurisprudencia kelseniana es la monarquía del siglo XVII era el sustrato real que se
ideología del jurista burócrata que hallándose "reflejaba" en el concepto cmtesiano de Dios no
envuelto en situaciones políticas cambiantes, bajo es sociología del concepto de soberanía. Sí lo ;erá,
las formas políticas más diversas, trata de elaborar en cambio, demostrar que la existencia histórica y
sistem¡íticamente las órdenes y disposiciones que política de la monarquía respondía al estado de
se le proponen, amparado en su superioridad conciencia de la humanidad occidental en aquel
relativista frente al poder político en cada sazón. momento y que la configuración jurídica de la
Su exp~esi~n más exacta es ese tipo de sociología realidad histórico-política supo encontrar un
que ordmanamente cae en el campo de la literatura, concepto cuya estructura armonizaba con la
estructura de los conceptos metafísicos. Por eso tuvo
64 la monarquía en la conciencia de aquella época la
65
misma evidencia que había de tener en época
posterior la democracia. Presupone, por tanto, esta développe toutes les virtualités del 'Etat par une
sociología, la conceptualidad radical, es decir, la sorte de creation continuelle. Le Prince est le Dieu
deducción de la última consecuencia en el plano cartésien transposé dans le monde politique". La
metafisico y teológico. Lª.illl~ge~.l1l~~~~si~<t-3_ll_:_ bella disquisición del Discours de la méthode es
de su mundo se forja una época determi11ad¡¡_t_~n(O) valioso ejemplo de cómo a través de las nociones
la misma estructuraqiiela forma dé la organiz:ac:!óp · metafisicas, sociológicas y poi íticas se transparenta
política que esa época tiene por evidente. La esa identidad perfecta, identidad psicológica en
comprobación de esa identidad constituye la primer lugar (y fenomenológica para un
( sociología del concepto de la soberanía:) Ella nos fenomenólogo), y cómo en todas ellas se postula el
v demuestra que, en realidad, como ha dicno Edward
soberano como unidad personal y motor supremo.
Caird en su libro sobre Augusto Comte,.Ia metafisica Documento del moderno espíritu racionalista, cuyas
es la expresión más intensa y más clara de una dudas todas se aquietan mediante el empleo certero
época. de la inteligencia: "J'étais assuré d'user en tout de
El racionalismo del siglo XVIII cifi·aba el ideal m a raison". Mas, ¿Qué es lo primero que
de la vida política en este principio: "Imiter les encogiéndose en sí el espíritu para reflexionar ve
decrets immuables de la Divinité". En Rousseau, con toda evidencia? Pues que las obras creadas por
de cuyo trabajo sobre la Economía política procede rriuchos maestros no son tan perfectas como las
esta máxima, es tan evidente la reducción de los elaboradas por uno solo."Un seul architecte" debe
conceptos teológicos a conceptos políticos, que a construir una casa, una ciudad; las mejores
ninguno de los que le conocen bien ha podido pasar constituciones son obra de un solo legislador
inadvertido. Dice Boutmi en los Anuales des inteligente, "sont invcntées par un seul", y, en
sciences politiques (1902, pág. 418): "Rousseau conclusión un Dios único gobierna el mundo.
applique au souverain l'idée que les philosophes '
Como en una ocasión escribiera CartesiO a
.
se font de Dieu: il peut ce qu'il veut; mais il ne peut Mersenne: "C' estDieu qui a établi ces lois en nature
vouloir le m.al", etc. Atger (Essai sur l'histoire des ainsi qu 'un roi établit les lois en son royaume".
doctrines du contrat social, 1906, pág; 136) apuntó Imperó esta noción a lo largo de los siglos XVII y
que en la teoría del Estado del siglo XVII, el XVIII; y es ésta una de las razones por que Hobbes,
monarca se identificaba con Dios, y el Estado ocupa prescindiendo del perfil decisionista de su
análoga posición a la atribuída a Dios dentro del pensamiento, a pesar de su nominalismo y. su
mundo en el sistema cartesiano: "Le Prince naturalismo, a pesar también de haber convertido
66 al individuo en átomo, fue siempre personalista y
67
postuló siempre una última instancia decisoria,
concreta, llegando incluso a exaltar su Estado, el al sujeto, es decir, el pueblo se convierte en
Leviathan, al rango de monstruo mitológico. No es soberano. Desaparece de esta suerte el elemento
esto en Hobbes antropomorfismo, del cual estaba decisionista y personalista que antes alentaba en el
realmente exento, sino la exigencia metódica y concepto de la soberanía. La voluntad del pueblo
sistemática de su pensamiento jurídico. Cierto que es siempre buena, "le peuple est toujours vertueux".
la imagen del arquitecto y del constructor del mundo · "De quelque maniére qu'une nation veuille, il suffit
envuelve la. nebulosa del concepto de causalidad. qu'elle veuille; toutes les formes sont'bonnes et sa
El constructor del mundo es al mismo tiempo volonté est toujours la loi supréme" (Sieyés). Pero
creador y· legislador, es decir, autoridad la necesidad por cuya ley el pueblo quiere siempre
legitimadora. En toda la época que va de la 1o recto es cosa distinta de la rectitud que caracteriza
Ilustración hasta la Revolución francesa, es el los mandatos del soberano personal. La monarquía
"legislador" el arquitecto del mundo y del Estado. absoluta había zanjado la lucha de los intereses Y
A partir de ese momento, la conseclJencia lógica coaliciones contradictorias, fundando así la unidad
del pensamiento científico natural caía también del Estado. La unidad que un pueblo representa no
hasta las nociones políticas y desplaza al tiene carácter decisionista; es una unidad orgánica;
pensamiento esencialmente jurídico-ético que había y con la conciencia nacional brota la noción del
dominado en la época de las ·luces. La validez Estado como un todo orgánico. El concepto teísta y
general de un precepto jurídico se identifica con la el concepto deísta de Dios se vuelven entonces
vigencia absoluta de las leyes naturales. Se desplaza incomprensibles para la metafisica política. Cietio
radicalmente al soberano, que en la imagen deísta que durante algún tiempo todavía se percibe la ·
del mundo era todavía el montador de la gran influencia de esa concepción de Dios .. En América
máquina, aunque estuviese fuera de aquél. La toma la figura de creencia racional pragmática en
máquina empieza a andar por si misma. El principio que la voz del pueblo es la voz de Dios; creencia a
metafisico de que la voluntad. de Dios sólo se la cual debió Jefferson su triunfo en 180 l. Al
manifiesta por actos generales, no en los describir la democracia americana, decía
particulares, domina la metafisica de Leibniz y de Tocqueville que en el pensamiento democrático el
Malebranche. Rousseau identifica la "volonté pueblo campea sobre todo el ámbito de la vida
genérale" con la voluntad del soberano; pero, al política a la manera como Dios se alza sobre el
mismo tiempo, se determina cuantitativamente el mundo, como causa y fin de todas las cosas, de quien
concepto de lo general, incluso en lo que se refiere todas las cosas nacen y a quien todas las cosas
retornan. En cambio hoy, un filósofo del Estado de
68
69
.la talla de Kelsen puede muy bien concebi_r la
democracia como la expresión de .una actitud
científica relativista e impersonal. Lo cual responde, grandes escritores fuesen "declassés", el haberse
en realidad, a la línea seguida por la teología y la producido en el siglo XIX un arte y una literatura
metafisica política en el siglo XIX. cuyos exponentes geniales, por lo menos en épocas
,- El concepto de Dios de los siglos XVII y XVIII decisivas, fueron arrojados del seno del orden
supone la trascendencia de Dios frente al mundo, burgués, son datos de cuyos porm·enores
como su filosofía política la del soberano frente ~1 sociológicos no se ha hecho todavía estimación
Estado. En el siglo XIX, la noción de inmanencia cierta. La línea que este proceso siguiera hizo, sin
adquiere cada vez mayor difusión .. T()das, ~as d~da, que la gran masa culta perdiese. toda noción
identidades que reaparecen en la doctnna pohtica de trascendencia y mirase como evidente ora un
y jurídico-política del siglo XI)\ descansa? _sobre panteísmo más o menos claro fundado en su
esa noción de inmanencia: la tesis democratlca de inmanencia, ora la indiferencia positivista frente a
la identidad de gobernantes y gobernados, la teoría la metafísica en general. Mientras conservó el
orgánica del Estado y su identificación del Estado concepto de Dios, la filosofia de la inmanencia, cuya
y la soberanía, la doctrina del Estado de derecho de magnífica arquitectura sistemática culmina en la
Krabbe y su identificación de la soberanía con el filosofía de Hegel, inserta a Dios en el mundo, el
orden jurídico y, por último, la teoría d~ ~el_sen derecho y el Estado brotan de la inmanencia de lo
sobre la identidad del Estado y el orden JUndico. objetivo. En los radicales más extremistas domina
Desde el instante en que los escritores de la el ateísmo. El ala alemana de la izquierda hegeliana
Restauración desarrollaron una teología política, la tione clara conciencia de ese nuevo nexo. Con no
lucha ideológica de los adversarios radicales del menor decisión que Proudhon proclaman que la
orden existente se centró, con conciencia cada vez humanidad debe ocupar el puesto de Dios. A Marx
más clara, en tomo a esa creencia en Dios, expresión y. a Engels no pasó inadvertido que este ideal de
fundamental y extrema de la fe en el mando y en la una humanidad cada vez más consciente de sí
unidad. Bajo la influencia patente de Comte misma tenía fatalmente que terminar en la libertad
empren,de Proudhon la batalla contra Dios. ~a lucha anarquista. Es de máxima importancia a este
contra la religiosidad tradicional obedece, sm duda, respecto, por su intiiiciónjuvenil, una frase del joven
a motivos politicos y sociológicos muy varios: la Engels, allá por los años 1842 a 1844 (Schriften
actitud conservadora del cristianismo canónico, la an der Frühzeit, publicados por G. Mayer, 1920,
. alianza del Trono y del Altar, el hecho. que muchos pág. 281 ): "La esencia del Estado, como la de la
Religión, es el miedo de la humanidad a sí misma".
70 Desde el ángulo de la historia de las ideas,
71
destácanse en el proceso de la teoría del Estado del.
siglo XIX dos características salientes: la decisionismo, ni se ha hecho tampoco estimación
eliminación de todas las nociones teístas y cierta de Donoso Cortés. Aquí sólo pode~os
trascendentes y la formación de un nuevo concepto apuntar que el modo teológico de Donoso esta en
de la legitimidad. El concepto tradicional de la la línea del pensamiento medieval, cuya estructura
legitimidad pierde a todas luces su evidencia. Nada es jurídica. Todas sus percepciones, todos sus
detiene el curso de las cosas, ni la fórmula jurídica argumentos son jurídicos hasta ~a raíz, e~ tal manera
privada patrimonial de la Restauración, ni su que la actitud científica naturalt~t~ del.st~o XIX es
fundamentación en un vinculo de tono emocional y para Donoso ininteligible, com.o .mt~tehg1ble es ~ara
··-piadoso. Desde 1848, la teoría jurídica del Estado esa actitud científica el declSlomsmo y el ngor
se hace positiva y oculta ordinariamente tras esta lógico específico de un pensamiento que culmina
palabra su perplejidad o, recurriendo a los más en una decisión personal.
variados circunloquios, funda enteramente el poder
en el "pouvoir constituant" del pueblo; en una
palabra, la legitimidad monárquica se sustituye por
,_la legitimidad democrática. Tiene, por tanto,
incalculable importancia el hecho de que uno de
los más grandes representantes del pensamiento
decisionista, un filósofo católico del Estado, Donoso
Cortés, persuadido con magnífico radicalismo de
la raíz metafisica de la política, formase, al ver la
revolución de 1848, el convencimiento de que la
época de la monarquía tocaba a su fm. La monarquía
se acaba porque no hay reyes. No hay tampoco
legitimidad en sentido tradicional. No queda más
que una salida: la dictadura. Es la misma conclusión
a que había llegado Hobbes siguiendo su
pensamiento decisionista, mezclado con un
relativismo matemático. Austorictas, non veritas
facit legem.
No existe aún una exposición completa del
72
73
se constituye el concepto de la decisión en centro ¡
de su pensamiento. Cuantas veces la filosofía \
católica del siglo XIX hace juicio de la actualidad, _,
reconoce que lo que tiene adelante de sí es una
magna alternativa sin posible mediación. "No
IV medium", dice Newman, "between catholicity and
atheísm". Todos fonnulan un dilema magno, cuya
CONTRIBUCION A LA FILOSOFIA rigurosidad más suena a dictadura que a coloquio
POLITICA DE LA eterno.
CONTRARREVOLUCION Conceptos tales como tradición y costumbre, y
el conocimiento de que el crecimiento histórico es
(De Maistre, Bonald, paulatino, fueron las armas que la Restauración
Donoso Cortés.) esgrimió contra el espíritu activista de la
Revolución. Estas ideas podían conducir a la
negación absoluta de la razón natural y a una
i Es peculiar de los ramánticos alemanes esta pasividad moral también absoluta, que consideran
mala toda especie de actividad. Teológicamente, el
~ noción original: el coloquio eterno; Novalis y Adam
· Muller se mueven dentro de ese círculo como el tradicionalismo fue impugnado por J. Lupus y el P.
más propio para la realización de su espíritu. Los Chastel, este último aludiendo al "sentimentalisme
filósofos católicos del estado, De Maistre, Bonald allemand", fuente de tales errores. En sus últimas
Y Donoso Cortés, que en Alemania se llaman consecuencias, el tradicionalismo extremo
románticos porque eran conservadores 0 entrañaba efectivamente la negación irracionalÍsta
reaccionarios e idealizaban la Edad Media hubieran de toda decisión intelectual consciente. Bonald, el
considerado ese coloquio eterno c~mo una fundador del tradicionalismo, está, sin embargo,
figuración de la fantasía terriblemente cómica. muy lejos de esa idea del devenir por sí mismo.
Porque lo que caracteriza su filosofía política Cierto es que su espíritu es de estructura diferente
~ontrarrevolucionaria es la conciencia de que su al de De M,aistre o Donoso Cortés; a las veces,
epoca reclama una decisión, y, así, con una energía sorprende su perfil genuinamente alemán. Pero
que crece entre las dos revoluciones de 1789 y 1848, jamás su fe en la tradición se parece a la filosofia
natural de Schelling, a la composición de
74 oposiciones de Adam Müller o a la fe de Hegel en
75
la historia. La tradición es ante sus oídos la única
posibilidad de alcanzar el contenido que la creencia
metafísica del hombre puede aceptar, porque la absoluto; he aquí l.ma proposición que un anarquista
inteligencia del individuo es demasiado flaca y suscribiría también literalmente, aunque con otro
mísera para conocer por sí sola la verdad. Muéstrase propósito. Tal aserto envuelve la antítesis más clara
el contraste entre él y los tres alemanes en la terrible que pueda encontrarse en la historia de las ideas
imagen en que se representa el camino de la políticas. Todas las doctrinas anarquistas, desde
hu~anidad en la historia: ¡un rebaño de ciegos,
Babeuf hasta Bakunin, Kropotkin y Otto Gross,
gmado por un ciego que camina a ti~ntas con su giran en tomo a este axioma: "Le peuple est bon et
cayado! Verdad es que las antítesis y distinciones a le magistrat corruptible". De Maistre, por el
que se muestra tan aficionado y que le han granjeado contrario, proclama que la autoridad es buena por
el sobrenombre escolástico, contienen también el solo hecho de existir: "tout gouvernement est bon
disyunciones morales, mas no esas polaridades de lors qu'il est établi". Y esto, por la sencilla razón
la filosofia natural de Schelling, que tienen un de que en la mera existencia de una autoridad va
"punto indiferente", ni las simples negaciones implícita una decisión y la decisión tiene valor en
dialécticas del proceso histórico. "Je me trouve sí misma, dado que en las cosas de mayor cuantía
constamment entre deux abimes, je marche toujours importa más decidir que el modo como se decide.
entre 1'étre et le néant". Son las antítesis del bien y "Notre intérét n'est point qu'une question soit
e~ mal. Dio.s y el demonio, entre los cuales hay un décidée de telle ou telle maniére, mais qu' elle le
dtlema a vtda o muerte que no admite síntesis ni soit sans retard et sans appel". En la práctica, lo
conoce un "tercer término superior". mismo da no estar sujeto a error que no poder ser
De Maistre siente especial afición a la soberanía, acusado de error; lo esencial es que ninguna
que en él significa esencialmente decisión. El valor instancia superior pueda revisar la decisión.
del Estado estriba en que decide el de·Ja Iglesia en · Al modo como en la revolución proletaria de
ser úl~ima, inapelable. La infabilidad constituye a 1848, el radicalismo revolucionario es más hondo
~us ~J.OS la esencia de la decisión inapelable;
y consecuente que en la revolución del estado llano
mfabthdad del orden espiritual y soberanía del orden de 1789, también el pensamiento político de la
político son esencialmente una misma cosa; ambos Contrarrevolución carga más el acento sobre la
vocablos, infabilidad y soberanía, son "parfaitement decisión. Sólo así se entiende el proceso que va de
synonymes" (Du Pape, cap. 1). La soberanía obra De Maistre a Donoso Cortés, de la legitimidad a la
siempre como si fuese infalible, todo gobierno es dictadura. En la creciente significación de las tesis
axiomáticas sobre la naturaleza del hombre se pone
76 de manifiesto esa exaltación radical. Toda idea
77.
política adopta una actitud determinada frente a la
"naturaleza" del hombre y presupone que el hombre Donoso Cortés hace frente a Proudhon, cuyo
es "bueno o mal o por naturaleza". Con anarquismo antiteológico arrancaba constantemente
explicaciones pedagógicas o económicas se elude de dicho axioma, al paso que el filósofo católico
el problema sólo en apariencia. El racionalismo de tomaba el dogma del pecado original como punto
la ilustración consideraba al hombre vacío y rudo de partida. Cierto qne el dogma fue radicalizado
por naturaleza, pero susceptible de educación. Y por razones polémicas en una doctrina sobre la
justificaba su ideal del "despotismo legal" con absoluta malicia y corrupción de la naturaleza
razones pedagógicas: la humanidad inculta es. humana. El dogma tridentino del pecado original
educada por un "legislador" (capaz, según el no es simplemente radical. Habla, frente a la
Contrato Social, de Rousseau, de "changer la concepción luterana, no de la indignidad natural,
nature de 1'homme"), o según Fichte, la naturaleza . sino de que la naturaleza humana está degenerada,
es doblegada por un "déspota"; el Estado se turbada y dañada, y deja, por tanto, abierta la
convierte, como reza una éxpresión ingenuamente posibilidad de la bondad natural.
brutal de Fichte, en un "taller de educación". El El abate Gaduel, que hizo la crítica de Donoso
socialismo marxista mira el problema de la desde el punto de vista dogmático, tenía razón para
naturaleza del hombre como secundario y superfluo, _,;i :, poner reparos de carácter teológico a las
1
por cuanto cree que para cambiar el hombre basta exageraciones sobre la malicia y la indignidad
mudar las condiciones económicas y sociales. En natural del hombre. Pero también era erróneo no
cambio, para un anarquista consciente, ateo, el parar a pensar en que, para Donoso, no se trataba
hombre es decididamente bueno y el mal siempre de un dogma, sino de tomar una decisión religiosa
es consecuencia del pensamiento teológico y sus y política de la más tremenda actualidad. Cuando
derivaciones, entre las cuales se cuentan las habla de la malicia natural del hombre se dirige
nociones de autoridad, Estado y Poder público. En polémicamente contra el anarquismo ateo y su
el Contrato Social, de cuyas construcciones políticas axioma del hombre bueno; está en un plano
se ocupan preferentemente De Maistre. y Bonald, el agónico, no dogmático. Aunque en apariencia
hombre no es, en modo alguno,bueno por coincide en este punto con el dogma de Lutero, su
naturaleza;es en las novelas posteriores de posición es harto distinta de la de los luteranos, que
Rousseau, como ha mostrado brillantemente acatan una autoridad cualquiera. Donoso no pierde
Seillére, donde se desarrolla la famosa tesis nunca la grandeza segura de sí misma que conviene
"roussoniana" del hombre bueno. En cambio, a un sucesor espiritual de los grandes inquisidores.
A la· verdad, que cuanto dice nuestro filósofo
78
79
sobre la corrupción y la bajeza natural del hombre
es mucho más terrible que lo que jamás filosofia en su filosofia de la historia es evidente y natural el
política absolutista alguna llegó á afirmar con triunfo del mal sobre el bien, y sólo da a tientas por
propósito de justificar un régimen severo de un laberinto del que un milagro de Dios puede
gobierno. También De Maistre se espantaba de la evitarlo; las imágenes en que Donoso documenta
maldad humana y sus apreciaciones sobre la sus impresiones sobre la historia human'a están
naturaleea del hombre tienen el vigor que fluye de saturadas de espanto y de horror; la humanidad
una moral desilusionada y de solitarias experiencias camina ciegamente a trabés de un laberinto, cuya
psicológicas. Tampoco Bonald se engaña sobre los entrada, salida y estructura nada conoce, y a eso
instintos fundamentalmente malos del hombre y llamamos historia (Obras, t. V, pág- 152); la
percibe su inextirpable "voluntad de poder" con la humanidad es a modo de una nave sin rumbo
misma agudeza que pudiera hacerlo la psicología zarandeada por las olas y guarnecida de una
moderna. Pero nada de eso sufre comparación con tripulación sediciosa, zafia y reclutada a la fuerza,
los exabruptos de Donoso. Su desprecio al hombre que gruñe y baila hasta que la cólera de Dios arroja
no tiene límites. La ciega inteligencia del hombre, al mar la caterva rebelde para que de nuevo señoree
su flaca voluntad, el ridículo impulso de sus apetitos el silencio (IV, 102). Pero la imagen t~pica es otra:
carnales son tan miserables a sus oídos, que no hay la sangrienta y decisiva batalla que hoy se riñe entre
palabras en todas las lenguas humanas que basten a el catolicismo y el socialismo ateo. ..
expresar la bajeza de tal criatura. De no haberse Es, según Donoso, consustancial al liberalismo ·
Dios hecho hombre, "el reptil que piso con mis pies burgués, no decidirse por uno ni por otro en la
sería a mis ojos menos despreciable que el hombre". contienda y, en su lugar, tratar de entablar una
La estupidez de las masas no le sorprende menos discusión. Define la burguesía como la "clase
que la necia vanidad de sus conductores. Su discutidora". Con lo cual queda juzgada, pues en
conciencia del pecado es universal, más terrible que ello estriba que trate de eludir la decisión. Una clase
la de un puritano. Ningún anarquista ruso ha que despliega su actividad política en discursos, en
acertado a decir que "el hombre es bueno" con una la prensa y en el parlamento, no puede hacer frente
convicción más elemental que la que alienta en esta a una época de luchas sociales. Por todas partes se
respuesta del católico español: ¿De dó!J-de sabe que entrevé la íntima inseguridad y mediocridad de la
es noble, si Dios no se lo ha dicho? La desesperación burguesía liberal de la monarquía de Julio. Su
de este hombre, más patente en las cartas a su amigo constitucionalismo liberal pretende paralizar al Rey
el Conde Raczynski, raya muchas veces en la locura; por medio del Parlamento, pero sin· quitarle del
80 trono, la misma inconsecuencia comete el deísmo
81
cuando tras de quitar del mundo a Dios, .quiere
mantener su existencia (aquí toma· Donoso de
Bonald el fructífero paralelismo entre la metafisica Francia habla Lorenz von Stein prolijamente de
y la t~oría del Esta~o). La burguesía liberal quiere los liberales: quieren un monarca, es decir, un poder
un DIOs, pero un DIOs que no sea activo; quiere un político personal, una voluntad autónoma y una
:nonarca, pero imp~tente; reclama la libertad y la acción independiente, pero hacen del rey un simple
Igualdad, pero al mismo tiempo, la restricción del órgano ejecutivo y sus actos, dependientes de la
sufragio a las clases poseedoras para asegurar la aprobación del consejo de ministros, con lo cual
necesaria influencia de la cultura y de la propiedad anulan el elemento personal; quisieran un rey
en la legislación, como si la propiedad y la superior a los partidos y, por tanto, al parlamento, y
educación fuesen títulos legítimos para oprimir a disponen al mismo tiempo que el rey sólo puede
1

los pobres e incultos; suprime la aristocracia de la ejecutar la voluntad de la representación popular;


sangre y de la familia, pero mantiene la declaran inviolable la persona del rey, pero le
desvergonzada aristocracia del dinero, la más necia obligan a jurar la Constitución, de suerte que se abre
Y mezquina de todas las aristocracias; no quiere la margen para que la Constitución se viole sin que se
soberanía del rey ni la del pueblo, ¿qué es la que pueda perseguir la violación. "No hay ingenio
quiere? humano por agudo que sea, dice Stein, capaz de
No han sido solamente reaccionarios como resolver conceptualmente esta ·antítesis". Lo que
Donoso o F. J. Stahl o revolucionarios como Marx más sorprende es que ocune en un partido como el
y Engels los que se han dado cuenta de las notables. liberal, que se vanagloria de su racionalismo. Un
contradicciones implícitas en ese linaje de conservador prusiano como F. J. Stahl, que trata de
li.beralismo. Se ha dado el caso, verdaderamente las muchas contradicciones del liberalismo
smgular, de que se pueda confrontar la apreciación constitucional en sus discursos sobre los "partidos
de un hecho político concreto hecha por un actuales en la Iglesia y el Estado", da una
científico alemán de formación hegeliana con la de explicación muy sencilla: el odio a la monarquía y
un católico español, porque los dos -naturalmente a la aristocracia empuja a la burguesía.liberal hacia
sin influencia de uno sobre otro- advirtieron la~ la izquierda; el miedo a perder su propiedad
mismas inconsecuencias; luego, al hacer estimación amenazada por la democracia radical y el socialismo
cierta de ellas desde puntos de vista diferentes hace que vuelva sus ojos hacia una monarquía
llegan a conclusiones que forman un contrast~ potente, capaz de protegerla con su poder militar;
típico. En su Historia del movimiento social en vacilante entre los dos enemigos, bien quisiera
engañar a ambos. Muy diferente es la explicación
82 que da Stein. L~ clave está en la "vida", cuyas
83
mú!tiples. contradicciones muestran, a juicio de
Stem, la VIda en toda su plenitud. "La característica
propia de las cosas vivientes es esa indisoluble o a Jesús?", admita por respuesta una propuesta de
pro;n iscuidad de contrarios"; en todo cuanto existe, aplazamiento o el nombramiento de una comisión
esta 1atente su contrario ;"la vida que late consiste parlamentaria. No se trata de una actitud casual, sino
en la c~ntinua compenetración de fuerzas opuestas; fundada en la misma metafísica liberal. La
en realidad, esas fuerzas no son contrarias hasta que burguesía es la clase que propugna la libeii:ad de
se las desentronca de la vida". Compara luego esa manifestación del pensamiento y de prensa que no
compenetración recíproca de los contrarios con el llega a ellas por virtud de una determinada situación
fenómeno de la naturaleza orgánica y de la vida de psicológica y económica o por obra de un
las personas y afirma que también el Estado tiene pensamiento pragmático. Es notorio que la idea de
vida personal. La esencia de la vida estriba en las libertades individuales procede de Norteamérica.
producir pausada, pero incesantemente, de su propio La tesis de Jellinek, que demuestra el orígen
seno, nuevas contradicciones y nuevas armonías, americano de esas libertades, no hubiera
etc. sorprendido mucho a nuestro filósofo católico
En la manera de ser de Maistre y de Donoso no (como tampoco le hubiera extrañado a Carlos Marx,
cabía este tipo de pensamiento "orgánico". Bien Jo autor de un folleto sobre la cuestión judía).
¡·
descubrió De Maistre en su incomprensión de la ' Ahondando en la historia de las ideas se ve también
filosofia de la vida de Schelling. Donoso se sintió que los postulados económicos de la libertad de
aterrado al ver de cerca el hegelianismo en Berlín comercio y de industria son simples derivaciones
el año 1849. Ambos eran diplomáticos y político~ de un tuétano metafísico. Donoso, en su
de.gran experiencia y práctica y, sin duda, aceptaron espiritualidad radical, sólo ve la teología del
mas de una componenda razonable. Pero en el plano adversario. No teologiza"; no hay en· él combina-
metafisi~o y sistem~tico la componenda era para ciones o analogías místicas equívocas, ni oráculo
ambos mcomprens1ble. Suspender la decisión órfico; en sus cartas sobre temas de actualidad
cuand? llega el momento decisivo, negando su política predomina el desengaño sereno, a veces
necesidad, debía parecerles a los dos extraña cruel,sin alardes de quijotismo; en sus
confusión panteísta. Para Donoso, el liberalismo y especulaciones sistemáticas, el empeño de alcanzar
s~ secuela de ~nconsecuencias y de componendas la concisión de la buena teología dogmática. De ahí,
solo se mantiene durante un corto intervalo a veces, su asombrosa intuición en las cosas del
mientras la pregunta "¿A quién queréis, a Barrabá~ espíritu. Buenos ejemplos de ella, la definición de
la burguesía como "clase discutidora" y el
84 conocimiento de que su religión es la libertad de
85
manifestación del pensamiento. Es, a mi juicio, si
no la última palabra, la visión sintética más (suplemento añadido a las últii?as e~iciones de las
admirable delliberalismocontinental.En el sistema Confessions d'un revolutionaue). Pero el
de Condorcet, por ejemplo -que tan bien ha satanismo de esta época no era pura paradoja, s!~o
estudiado y descrito Wolzendorff, quién sabe si por un fuerte principio intelectual. Su expreswn
analogía de espíritu- hay que tener por" cierto que el · 1iteraría es la entronización de Satán, el "Pére
ideal de la vida política consistiría en que discutiese adoptif de ceux qu'en sa noire colére 1 I?~ para~is
no sólo el cuerpo legislativo, sino toda la población, terrestre a chassés Dien 1e pére" y del fratnc1da Cam,
que la sociedad humana se transformase en un mientras que Abe! es el burgués "chauffant son
gigantesco club y la verdad naciese espontánea- ventre á son foyer patriarcal".
mente de la votación. Donoso ve en esto un método
de eludir la responsabilidad y de acentuar la Race de Caín, en ciel monte
importancia de la libertad de manifestación del et sur la terre jette Dieu!
pensamiento para no tener que decidirse en las cosas (Baudelaire.)
extremas. Así como el liberalismo discute y transige
sobre cualquier bagatela política, quisiera también Pero esta posición no se podía mantener, primero,
disolver la verdad metafisica en una discusión. Su porque, en el fondo, era un simple cambio de papeles
esencia consiste en negociar, en las medias tintas, entre Dios y el Diablo. .
con la esperanza de que el encuentro definitivo, la Además, comparado con los anarqmstas .que
cruenta y decisiva batalla pueda quizá transformarse vinieron luego, Proudhon, apegado a la auton~~d
en un debate parlamentario y suspenderse del padre de familia y al principio ~e la fai?Iha
eternamente gracias a una discución eterna. La monógama, es un pequeño hurgues moralista.
dictadura es la antítesis de la discusión. El Bakunin es el primero que mueve guerra. a la
decisionismo típico de Donoso le lleva a considerar teología con todo el rigor de su naturalismo
siempre el caso extremo, a esperar el Juicio absoluto. Quiere ciertamente "propagar Satán",
Universal. Por eso desprecia a los liberales y respeta, viendo en ello la única revolución verdadera, a
en camb,io, al socialismo ateo anarquista como a diferencia de Marx, que despreciaba la religión.
enemigo mortal al que atribuye grandeza diabólica. Pero Bakunin debe su significación intelectual a su
Veía en Proudhon un demonio. Proudhon se rió de concepción de la vida, que se representa como una
la ocurrencia y aludiendo a la Inquisición, como si fuerza capaz de producir de su propio seno las
se viese ya en la hoguera, grita a Donoso: "allume" formas adecuadas por obra de su misma rectitud
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natural. Nada le parece negativo o malo, salvo la
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doctrina teológica de Dio~.Ydcl ;ecado, que tachan
al hombre de alimaña para dar un pretexto a sus técnico-económica de pensar no es capaz de percibir
apetitos de poder y a su afán de dominio. Los juicios una idea política. Diríase que el Estado moderno se
morales estimativos conducen a la teología y a una ha convertido en lo mismo que viera en él Max
autoridad que artificialmente sojuzga a la verdad y Weber: una gran empresa. No se percibe la idea
la belleza naturales inmanentes a la vida humana política mientras no se logra descubrir a qué grupo
con un imperativo extraño y externo, cuyo origen de personas interesa plausiblemente servirse de ella
es la avaricia y el apetito de mando, su consecuencia, en provecho propio. En tal manera, que si por un
la corrupción general de los que ejercen el poder y lado la política se sume a la economía, en la técnica

de los que lo acatan. Cuando los anarquistas actuales y en la organización, cae por el otro en un eterno
1 miran la familia monógama y asentada sobre la coloquio sobre generalidades de tipo cultural y
autoridad paterna como verdadero estado de pecado filosófico-histórico, que se contentan con simples
y preconizan la vuelta al matriarcado, el supuesto formas estéticas para gustar de una época clásica,
estado paradisíaco primitivo, descubren tener de los romántica o barroca. Elúdese en ambos casos el
nexos más hondos conciencia harto más clara que tuétano de la idea política, la decisión moral, tan
Proudhon con su risa. Donoso tiene siempre ante sí llena de exigencias. Los filósofos políticos ··
la disolución de la familia basada en la autoridad .
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contrarrevolucionarios deben precisamente su
paterna, porque sabe que con la teología desaparece significación actual a su resolución para decidirse.
también la moral y con ambas, la idea política, a la Tanto exaltan el principio de la decisión, que a la ·
vez que se paraliza la decisión política y moral en postre se aniquila la idea de legitimidad que fuera
el paradisíaco aquende, en la vida natural y en la su punto de partida. Cuando Donoso Cortés vio que
pura "corporalidad" sin problemas. la monarquía tocaba a su fin, porque ni reyes había
Nada goza hoy de mayor actualidad que la lucha ya, ni nadie con valor para serlo sin contar con la
contra la política. Financieros americanos, técnicos voluntad del pueblo, sacó la consecuencia última
industriales, marxistas y revolucionarios, de su decisionismo, es decir, reclamó la dictadura
anarcosindicalistas se unen para exigir que acabe política. La posición de De Maistre, a que antes
el imperio nada objetivo de la política sobre la aludimos, implica la reducción al puro elemento de
objetividad de la vida económica. Basta de la decisión, decisión absoluta, creada de la nada,
problemas políticos y sean bienvenidos los temas que no razona, discute ni se justifica.
técnicos de organización, las cuestiones Pero esto es esencialmente dictadura, no
sociológicas y económicas. La actual manera legitimidad. Donoso estaba convencido de que
había llegado el momento de la lucha suprema; 1
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frente al mal radical sólo cabe la dictadura, y en
trance tal, el principio legitimista de b sucesión
hereditaria es mero artilugio jurídico. Dibújanse
entonces resueltamente frente a frente los
antagonismos entre la autoridad y la anarquía y se
perfila la clara antítesis a que antes nos referíamos:
si De Maistre dice que todo gobierno es
necesariamente absoluto, un anarquista afirma
1iteralmente lo mismo, pero con esta diferencia: que
su axioma de que el hombre es bueno y el gobierno
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corrupto le lleva a la conclusión práctica opuesta
de que siendo todo gobierno una dictadura debe ser
combatido. Pretender que se adopte una decisión
cualquiera es malo para un anarquista, porque lo
que es justo por sí sólo fluye cuando la vida no se
perturba con tales pretensiones. Cierto que esta
antítesis radical le obliga a decidirse resueltamente
contra la decisión; y así se da la curiosa paradoja de
que el anarquista más grande del siglo XIX,
Bakunin, fuese, en teoría, teólogo de la antiteología
y, en la práctica, dictador de una antidictadura.

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