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Especialistas invitados: Dra. Ethel Alderete, Lic. Joaquín Orgá z, Lic. Raú l Arguello, Lic.
Sara Mendoza, Lic. Teresa Contreras, Lic. Jimena Alfaro, Lic. Ignacio Bejarano, Dr.
Ernesto Max Agü ero
b) Por otro lado se les pedirá a los organizadores que las personas inscritas en el taller
puedan realizar preguntas antes de la instancia para mejorar la comunicació n y luego
durante el taller a través del chat y de la participació n oral.
Este breve comentario parte de una experiencia que en sí no es nueva, ya que viene
siendo utilizada por cierto nú mero de profesionales, pero que ha sido necesario
implementarla de forma masiva, como un modo de prevenció n. Prevenir el contagio
de los trabajadores del sistema de salud, en sus distintas ramas, y que los mismos no
propaguen el virus al resto de la població n, para que así la curva de contagios de covid
no aumente de tal forma que el sistema de salud no pueda responder. Este sistema
interpeló a los profesionales (médicos, odontó logos, enfermeros, nutricionistas, etc.),
que por ahora vamos a centrar la atenció n en los trabajadores de la salud mental,
específicamente el trabajo de los psicó logos, en donde debieron implementar una
herramienta que no estaba tan expandida en la provincia de Jujuy. Para este
comentario nos centraremos en dos cuestiones, una de ella referida a la teoría, desde
un punto de vista psicoanalítico, si es que es posible alojar el tipo de demanda que se
recibe, teniendo en cuenta que la misma es espontá nea o es derivada por otro
profesional, de que se trata la misma, o desde la experiencia misma, sobre que se
trató , y que lugar hay para el psicoanalista en ese dispositivo. Por otra parte, desde la
ló gica del sistema de salud, en donde el contacto pasa a ser virtual, al igual que las
interconsultas, las derivaciones, etc., plantearse si se trata de una nueva modalidad
que puede ser incorporada al trabajo del psicó logo en el á mbito de la salud pú blica, o
debe ser tomado como un modo de hacer que se sostiene en tanto exista la pandemia.
Aquí se presentan dos dificultades para el profesional que aborda casos de urgencia, el
cual es interpelado por la contingencia a elaborar nuevas respuestas ante el contexto
inesperado que se le presenta. En primer lugar, como se aclaró má s arriba, a la
dificultad del establecimiento de redes que puedan llegar a contener al usuario, las
cuales también fueron digitalizadas. Pedidos de evaluació n del servicio de psiquiatría,
seguimientos luego de pasada la urgencia, articulació n con otros dispositivos, todos
ellos se realizaban, sobre todo en un primer momento, mediante canales informales
(whatsapp, llamadas telefó nicas a nú meros personales, etc.), para luego utilizar
canales informales, los cuales se realizaron a través de un sitio web del ministerio de
salud de la provincia. Este tipo de estrategias de interconexió n entre dispositivos, fue
tomando forma en un contexto en el que no se podía circular con total libertad, el
acceso a las historias clínicas, el trato día a día con otros profesionales que abordaban
el caso, etc. La interdisciplinariedad a la que apunta la ley de salud mental 26.657
también se vio dificultada, y de a poco se fue reemplazando por la digitalizació n del
registro de los seguimientos e intervenciones, al pedido de interconsulta mediante
plataformas virtuales, que lejos de estar en un estado ó ptimo, abre nuevas
perspectivas para la actualizació n del sistema de salud. Se abre un nuevo paradigma
en cuanto al sistema de salud, en donde una pandemia obligó , no solo a pensar, sino a
actuar de forma diferente a la que se venía haciendo, a inventar nuevos modos de
relacionarse, nuevas formas de intervenir y agilizar ciertos procesos, aunque en
detrimento de otros. Cabe plantear la pregunta de si estos nuevos modelos de
abordaje en el sector pú blico, específicamente en el á mbito de la salud mental, y con
estas herramientas, van en favor del cumplimiento de las metas planteadas por la ley
de salud mental, y si no es así, si es necesario abandonarlos cuando pase la pandemia,
o sacar lo mejor de los mismos.
En segundo lugar, es necesario plantear, desde el marco teó rico desde el que se
aborda, la cuestió n de las urgencias. Inés Sotelo describe, desde el psicoaná lisis, esta
pandemia como una época atravesada por una urgencia que nos atraviesa a todos, no
solo a las personas de bajos recursos o desafortunados de otros países por las
catá strofes sociales, y en donde las noticias se multiplican y cobran el centro de la
escena, noticias esperanzadoras de una vacuna, nú meros que crecen, la amenaza de
un rebrote o recontagio, etc., no habiendo mucho mas que hacer que aislarnos. . La
vivencia de riesgo inminente pone a los sujetos en urgencia y las consultas se
multiplican presentando como síntomas: angustia, miedo. temores diversos, enojo,
sospecha, hipocondría, delirios, etc. Debemos en principio diferenciar la urgencia
generalizable de la urgencia subjetiva.
Hoy todos estamos en urgencia generalizada y el fuego, lejos de extinguirse se
expande, lo que se traduce en ansiedad, miedo, riesgo inminente, perdida de la
homeostasis. Esta irrupción de lo real, de lo que no tiene sentido produce efectos
diferentes en cada sujeto, anudándose con lo traumático, con lo más íntimo de
cada uno. Muchos llegan a las guardias, creyendo padecer del virus, otros
irrumpen
en los consultorios de salud mental desbordados de angustia por el riesgo
inminente, o confrontados con el efecto del encierro, la proximidad al otro, la
convivencia forzada, el aburrimiento.
Una constante en estas consultas es la relación con el tiempo, la prisa
para que esto concluya lo antes posible, para que un diagnostico resuelva la
incertidumbre. La vivencia subjetiva en ese momento es la de “no hay tiempo”.
Frente
a ello, la intervención analítica podría introducir, según las particularidades que
presente cada caso, un paréntesis, un tiempo lógico en el que se despliegue un
relato, que produciendo un efecto de subjetivación detenga el pasaje al acto.
Frente a la prisa por concluir, el analista propone una pausa, no
cronológica sino lógica. Abrir un tiempo, que a veces puede ser de apenas unos
minutos para que algo allí se articule, se anude.