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Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario que sea
legalmente capaz.
El CC no tiene una teoría general de la capacidad. Así, las reglas contenidas en los arts. 1445, 1446 y
1447 se refieren a la capacidad exigida para los actos jurídicos. En materia contractual existen
disposiciones especiales al igual que en lo relativo al matrimonio civil, responsabilidad penal (art.
2319) y en materia testamentaria.
Incapacidades.
Es incapaz de ejercicio (incapacidad propiamente tal) la persona que carece de aptitud legal para
hacer valer sus derechos por sí misma y sin el ministerio de otra.
Clases de incapacidad de ejercicio: la incapacidad puede ser absoluta o relativa. La absoluta impide
ejecutar acto jurídico alguno; el incapaz absoluto no puede ejercitar el derecho bajo ningún respecto
ni circunstancia alguna.
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La incapacidad relativa permite la celebración de actos jurídicos; el relativamente incapaz puede
ejercitar sus derechos bajo determinados respectos y ciertas circunstancias. La incapacidad absoluta
y relativa son generales, porque se refieren a la generalidad de los actos.
Estas incapacidades se encuentran taxativamente señaladas en la ley. Sólo la ley puede establecerlas
y no pueden ser creadas convencionalmente por las partes. Quien las alegue deberá probarlas. Al ser
de orden público las incapacidades son irrenunciables.
Las incapacidades constituyen medidas de protección en favor de ciertas personas en razón de la
edad, demencia, estado civil o moral.
Incapacidades especiales: Además de estas incapacidades (absoluta y relativa) hay otras particulares
que consisten en la prohibición que la ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos actos.
(art.1447 in. final). Pueden ejecutar cualquier tipo de actos, excepto aquellos que la ley les prohibe.
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De acuerdo con la ciencia psiquiátrica es muy difícil que un demente tenga intervalos lúcidos.
¿Cómo probar que a la época del acto se estaba demente ? (véase jurisprudencia). Los tribunales han
resuelto que se puede utilizar cualquier medio de prueba, especialmente el informe de peritos. La
prueba de los hechos que configuran la demencia anteriores y posteriores al acto hacen presumir que
a la fecha de la ejecución del acto se estaba demente, por ejemplo: el acto de testar.
Según don Manuel Somarriva la regla del art.465 inc.1 sólo es aplicable a los actos y contratos
patrimoniales, excluyéndose los actos jurídicos de familia, respecto de los cuales podría alegarse la
validez de aquellos actos realizados en intervalos lúcidos; por ejemplo, un demente podría contraer
matrimonio si alega un intervalo lúcido.
b.-Impúberes: Llámase impúber, el varón que no ha cumplido catorce años y la mujer que no ha
cumplido doce años (art.26). Dentro de la clasificación del impúber la ley distingue al infante o niño,
que es todo el que no ha cumplido siete años, distinción que jurídicamente no reviste mayor
importancia, salvo lo dispuesto en el art.723, según el cual los dementes y los infantes son incapaces
de adquirir por su voluntad la posesión, sea por sí mismos o para otros (bienes muebles). Además, en
materia extracontractual y siguiendo la idea del Derecho Canónico, el art.2319 prescribe: No son
capaces de delito o cuasidelito los menores de siete anos ni los dementes; pero serán responsables de
los daños causados por ellos las personas a cuyo cargo estén, si pudiere imputárseles negligencia.
(inc.1).
c) Sordomudos que no pueden darse a entender por escrito: en este caso la causa de la incapacidad
radica en que dichas personas carecen de un medio para expresar su voluntad con claridad
2- Incapacidades relativas:
a)menores adultos,
b)disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo,
a)Menores adultos: según se desprende del art.26, son menores adultos la mujer mayor de 12 y
menor de 18 años y el varón mayor de 14 y menor de 18 años.
Los actos de los menores adultos tienen valor y producen efectos cuando han sido ejecutados con la
autorización de su representante legal o a través de éste, o bien, cuando se refieren al peculio
profesional o industrial o a actos de familia, dentro de los cuales los menores adultos gozan de plena
capacidad.
No obstante lo anterior, el legislador ha puesto ciertas restricciones para la enajenación de los bienes
del menor adulto; así, el art.255 expresa que: No se podrán enajenar ni hipotecar en caso alguno los
bienes raíces del hijo, aun pertenecientes a su peculio profesional, sin autorización del juez con
conocimiento de causa.
b)Disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo (disipadores o pródigos):
Llámase disipador o pródigo al individuo que gasta habitualmente en forma desproporcionada a sus
haberes y sin finalidad lógica.
Si el disipador no ha sido puesto bajo interdicción es plenamente capaz. Art.445. art. 447.
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La inscripción y notificación deberán reducirse a expresar que tal individuo, designado por su
nombre, apellido y domicilio, no tiene la libre administración de sus bienes.
Según se desprende del art. 443 sólo determinadas personas, previa prueba de la prodigalidad o
disipación, pueden provocar el juicio de disipación.
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El objeto.
Requisitos:
2.1 Requisitos que debe reunir el objeto que recae sobre cosas materiales.
(obligación de dar).
El objeto que recae sobre cosa material debe ser real, comerciable y determinado. Así lo establece el
art.1461 en sus incisos 1 y 2: No sólo las cosas que existen pueden ser objeto de una declaración de
voluntad, sino que las que se espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean
comerciables, y que estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan
para determinarla.
A) Real, es decir, existir al celebrar el acto o contrato, o que se espera que exista. Si el objeto no
existe pero se espera que exista de deben distinguir dos situaciones:
a- Si la cosa existe pero perece antes de contratar, no hay obligación, porque carece de objeto.
La venta de una cosa que al tiempo de perfeccionarse el contrato se supone existente y no existe, no
produce efecto alguno. (art. 1814inc.1).
b- Si la cosa no existe pero se espera que exista o cosa futura, el acto o contrato puede ser
puro y simple aleatorio o sujeto a condición.
La venta de cosas que no existen, pero se espera que existan, se entenderá hecha bajo la condición de
existir, salvo que se exprese lo contrario, o que por la naturaleza del contrato aparezca que se compró
la suerte. (art.1813).
Cuando se vende una cosa que no existe, pero se espera que exista (cosa futura), el contrato es
condicional, y se reputa celebrado bajo la condición suspensiva de que la cosa llegue a existir. Pero
si lo que se vende no es cosa futura sino la suerte, o la contingencia de que una cosa llegue a existir,
el contrato es puro y simple-aleatorio.
Según se desprende del art. 1813, en caso de dudas se entiende que la venta es de cosa futura.
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2. - En género: es la clase que tiene mayor extensión; se halla, pues, extensivamente encima
de la especie (Ferrater Mora, José). La determinación en género exige una doble
limitación:
1. El género debe limitarse cualitativamente. Si se admitiera la determinación en cuanto a un
género ilimitado cualitativamente, no podría decirse que hay una declaración seria de
voluntad. Así, si sólo se dice que se debe un animal, bien puede entregarse un elefante como
una mosca.
2.-El género debe limitarse cuantitativamente, pero _la cantidad puede ser incierta con tal que el acto
o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan que sirvan para determinarla. (art. 1461 inc.2).
Según se desprende de este precepto, el objeto puede ser determinable, esto es, susceptible de una
determinación posterior. Así lo permite la ley al referirse a la cantidad.
En la obligación de género, el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el
deudor queda libre de ella, entregando cualquiera individuo del género, con tal que sea de una
calidad a lo menos mediana. (art. 1509).
Si el objeto no está determinado en la forma exigida por la ley, falta un requisito de existencia del
acto o contrato: carece de objeto.
El objeto de la obligación y por ende del acto puede ser una ejecución (hacer) o una abstención (no
hacer), es decir, puede ser un hecho positivo o un hecho negativo.
Si el objeto es un hecho, es necesario que sea física y moralmente posible. Es físicamente imposible
el que es contrario a la naturaleza, y moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a
las buenas costumbres o al orden público. (art.1461 inc.3).
A. - Debe ser determinado o posible de determinar; porque de lo contrario no habría declaración seria
de voluntad.
Si el objeto es indeterminado, el acto jurídico carece de obligación. Debe saberse en que consiste el
hecho.
B - Debe ser físicamente posible: Es físicamente imposible el que es contrario a la naturaleza.
Sostiene la doctrina que esta imposibilidad debe ser absoluta, esto es, el hecho a que se refiere
debe ser irrealizable por todos.
Si la imposibilidad es sólo relativa (irrealizable por algunos), no hay imposibilidad y la obligación
existe, porque el objeto también existe. Si el deudor no puede realizar el hecho a que se obligó, debe
realizar una prestación que la reemplace, pero si en esto es absolutamente imposible no hay
obligación alguna, ya que a lo imposible nadie está obligado.
La imposibilidad absoluta puede además, ser perpetua, quitando irremisiblemente a la prestación
toda aptitud jurídica para constituir objeto de obligación contractual, o temporal, en cual caso será
absolutamente imposible, sólo cuando la obligación deba cumplirse enseguida, no cuando esté
concebida de manera que deba cuando y donde la prestación pactada se haga posible (Claro Solar).
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C.- Debe ser moralmente posible: Es moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a
las buenas costumbres o al orden público. El objeto moralmente imposible se vincula al objeto
ilícito del art. 1466.
Si el objeto es contrario a la ley es moralmente imposible, por tanto, no hay objeto, ya que se trata
del objeto como requisito de existencia (si se considera como requisito de validez el acto adolecerá
de objeto ilícito).
Las buenas costumbres son formas de vida, concepto esencialmente cambiante. Debe ser dilucidado
por el Juez.
El orden público -concepto en evolución- es el conjunto de normas que tienden a asegurar un mínimo
de orden considerado necesario para el mantenimiento de una organización social. Tiende a regular
los intereses generales de la sociedad para su buen y adecuado funcionamiento, noción que se
encuentra tanto en el derecho público (derecho laboral) como en el derecho privado (derecho de
familia, derecho económico, etc.).
Si el hecho es contrario a las buenas costumbres o al orden público, es moralmente imposible y por
ende el acto jurídico carece de objeto.
Hay un objeto ilícito en todo lo que contraviene al derecho público chileno. Así la promesa de
someterse en Chile a una jurisdicción no reconocida por las leyes chilenas, es nula por el vicio del
objeto.
El derecho público es el conjunto de normas que rigen la organización y la actividad del Estado y
demás órganos públicos y las relaciones entre los particulares y estos organismos, en cuanto actúan
en su calidad de poder político o soberano.
2.- Derecho a suceder por causa de muerte a una persona viva (art.1463, se le llama también pactos
sobre sucesión futura):
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Regla General: El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de
una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona. (inc.1).
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7.1Sentido del vocablo enajenación.
a) Sentido amplio: enajenación significa todo acto de disposición entre vivos por el cual el titular
transfiere su derecho a otra persona, o constituye sobre él un nuevo derecho a favor de un tercero
que viene a limitar o gravar el suyo ya existente (constitución de un derecho real sobre la cosa).
b)Sentido restringido: enajenación es el acto por el cual el titular transfiere su derecho a otra persona.
Es decir, la enajenación strictu sensu es el acto que hace salir de un patrimonio un derecho para que
pase a formar parte de otro patrimonio diverso.
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Es decir, de los derechos personalísimos como los derechos de uso o habitación (art.819), el de
alimentos (art.334), el que nace del pacto de retroventa (art.1884),etc.
C) De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor
consienta en ello.
a.- Sentido de la palabra embargo: En nuestra legislación la palabra embargo no está definida. Según
se desprende de varias disposiciones (arts. 1618, 2465, 2466 del CC; 443, 458, 479 a 482, 500, 501
del CPC; 53 Ns. 3 y 59 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces) el embargo es una
actuación judicial propia del juicio ejecutivo que según la jurisprudencia consiste en la aprehensión
compulsiva material o simbólica, hecha por mandamiento del juez que conoce de la ejecución, de
uno o más bienes determinados del deudor y en su entrega a un depositario que debe mantenerlos a
disposición del tribunal, todo con el fin de asegurar el pago de la deuda.
El embargo también puede recaer sobre derechos reales constituidos en los bienes raíces (art.453 del
CPC). En otras palabras, constituye un cumplimiento forzoso de la obligación.
Pero hay una acepción más amplia que según la doctrina es la que considera el art.1464, según esta
concepción se comprende dentro del término embargo al embargo propiamente tal y otras
instituciones que persiguen el mismo fin de asegurar el resultado del juicio: medidas precautorias de
enajenar y gravar bienes, de secuestro, retención de bienes muebles y en el sentir mayoritario de los
autores, la prohibición judicial de celebrar actos y contratos sobre bienes determinados. Medidas que
son propias del juicio ordinario (art.290, 296, 297 y 298 del CPC).
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ha habido objeto ilícito y la sanción es la nulidad absoluta y ésta no se sanea por cumplirse las
solemnidades posteriormente.
2.- Consentimiento de él o los acreedores, ya que si el embargo o prohibición está establecido en su
beneficio es lógico que su consentimiento sacuda del objeto ilícito a la prohibición. Como la ley no
distingue, el consentimiento puede ser manifestado en forma expresa o tácita. Habría esta última
clase de consentimiento, por ejemplo, si el comprador es el propio acreedor embargante o si el
acreedor que tiene embargo pendiente toma conocimiento del remate a efectuarse en otro juicio
ejecutivo y no aduce oposición.
D.- De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce del litigio:
Cosas litigiosas: Cosas o especies litigiosas son los muebles o inmuebles sobre cuyo dominio
discuten en un juicio demandante y demandado. La cosa debe considerarse litigiosa desde que está
trabada la litis, lo cual ocurre una vez contestada la demanda. No debe confundirse la cosa litigiosa
con los derechos litigiosos, estos son los que se debaten o discuten en un juicio, son cosas
incorporales a diferencia de las cosas litigiosas que son corporales.
El que enajena un derecho litigioso, no enajena la cosa misma, sino el evento incierto de la litis
(art.1911). La enajenación de los derechos litigiosos sólo puede hacerla el demandante (arts. 1912 y
1913).
El demandado no puede hacer esa cesión sino cuando entabla reconvención, pues entonces asume la
calidad de demandante o actor. Esta cesión no requiere autorización judicial.
Requisitos para que la cosa se entienda comprendida en el N.4 del art.1464:
1. - Debe existir un juicio reivindicatorio sobre especie cuya propiedad se litiga. Se excluye por
tanto el litigio por arrendamiento en que no se discute la propiedad.
2. - Se requiere que el tribunal haya decretado la prohibición de celebrar actos y contratos sobre la
cosa litigiosa. El inc.2 del art.296 del CPC dispone: Para que los objetos que son materia del
juicio se consideren comprendidos en el N.4 del art.1464 del CC, será necesario que el tribunal
decrete prohibición respecto de ellos.
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