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cuadernos de Trabajo Social ISSN: 021 4-0314

2000, 13:15-32

La construcción social de la pobreza


en la sociología de Simmel
J. Manuel FERNÁNDEZt

Resumen Abstract
En contraste con las definiciones descripti- Tbere la a marked contrast between the
vas de la pobreza predominantes en las ciencias descn»tive definition about poverty predeminant in
sociales, George Sirnmel en su Soziologie (1908) the socialsciences and the analyrical concept used
nos ofrece un concepto analítico que puede apor- by George Simmel in his «york Soziologie (1908).
taruna iluminación teórica original al debate actual In this werk «ve can tind an original theoretical ms-
sobro la pobreza y la exclusión social. En este artí- piration for the present-day debate en poverly ano
culo se analiza la visión constructi vista de este fun- social exclusion. In fhis paper the consfructivist
dador de la Sociología en el marco de su proyec- view of this tounder of German socielogy is exa-
te sociológico. También se señalan algunos desa- minad within the framevvork of his sociological pro-
rrollos más recientes inspirados en sus ideas, ject. Also some recent develepments inspired en
enfarizando algunas implicaciones de esta aproxi- his ideas that contain some implications ter social
mación a la situación del pobre en la sociedad «york are peinfed eut
moderna para el trabajo social

as sociedades occidentales opu- trar el espectacular aumento de las rup-

L lentas, que en el período expansi-


vo posterior a la Segunda Guerra
Mundial habían soñado con erradicar la
turas conyugales y el declive de las soli-
daridades de clase y de vecindad. Es la
otra cara de un capitalismo revitalizado
pobreza, han visto en los últimos años por la globalización de la economía y de
del siglo xx emerger en su interior la lla- un individualismo creciente. Como sos-
mada nueva pobreza. En este fenóme- tiene Robert Castel (1997), nos halla-
no convergen diversos procesos como mos ante una nueva cuestión social, la
la degradación del mercado de trabajo de los individuos que ocupan en la
con la multiplicación de empleos ines- sociedad una posición de supernume-
tables, el fuerte crecimiento del paro de rarios, «inempleables”, desempleados
larga duración, o el debilitamiento de o empleados de manera precaria, muy
los vínculos sociales que parecen mos- diferente de la vieja cuestión social de

• catedrático de Sociología de a Escuela Universitaria de Trabajo Social de la Universidad complutense


de Madrid.

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.1 Manuel Fornández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

la pauperización de la clase obrera Como ha observado Serge Paugam,


emergente. Más allá de la novedad en «se da en esto una paradoja: los inves-
la forma nos encontramos, sin embar- tigadores no llegan a medir de modo
go, con el viejo tema de la interacción satisfactorio un fenómeno cuya defini-
entre el pobre y la sociedad, una de las ción parece clara a la opinión pública y
formas de socialización analizadas que, para colmo, moviliza la energía de
hace casi un siglo por Georg Simmel en numerosas instituciones y asociaciones
su Soziologie <1908). Releer el ensayo permanentemente enfrentadas a las
«El pobre>’, uno de los capítulos de esa múltiples dificultades de las poblaciones
obra, resulta muy sugerente para desfavorecidas’> (1997: 20).
entender las implicaciones sociológicas
El análisis de la literatura socioló-
de lo que está ocurriendo hoy. En este
gica permite constatar que los intentos
texto clásico, que en muchos aspectos
de construir un objeto de estudio basa-
puede considerarse el punto de partida
do en la noción de pobreza han aboca-
de la sociología de la pobreza, este
do a débiles resultados o, al menos, a
padre fundador de la sociología alema-
resultados no desprovistos totalmente
na planteó con gran lucidez cuestiones
de ambigúedad. Sobre el tema de la
fundamentales que pueden ayudarnos
reproducción de los comportamientos
a descubrir los aspectos más relevantes
considerados característicos de los
del fenómeno de la nueva pobreza y a
pobres se han desarrollado dos teorías
no perdernos en interminables descrip-
principales: la teoría de la ‘<cultura de la
ciones que nos ayudan muy poco a
pobreza», o más exactamente de la
avanzar en su comprensión.
«subcultura de los pobres’>, desarrolla-
da por Oscar Lewis; y la teoría «estruc-
tural» que, en contraste con la anterior,
La pobreza como una enfatiza las causas exógenas de la
noción del sentido común pobreza, y que actualmente tiene en
Julius W. Wilson uno de los principales
representantes.
Los investigadores sociales han
intentado muchas veces definir los ras- Estas teorías, especialmente la
gos distintivos de las viejas y nuevas for- de la cultura de la pobreza, han sido
mas de la pobreza. Partiendo con fre- elaboradas una y otra vez al precio de
cuencia de nociones de sentido común, una cuestionable disociación del uni-
han intentado medir el fenómeno para verso de los pobres del resto de la
establecer con criterios cuantitativos un sociedad. Para explicar a reproducción
“umbral de pobreza». Establecer un de la pobreza comienzan describiendo
mínimo vital plantea, sin embargo, a los pobres y señalando su desviación
numerosas dificultades, pues las nor- de las normas de la corriente principal
mas que permiten definir ese minimum de la sociedad. En lugar de analizar los
son relativas, varían en función de diver- procesos que conducen a la designa-
sas variables ecológicas y culturales. ción y al etiquetado de las poblaciones

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.1 Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

desfavorecidas en una sociedad o en racción social o de las formas de socia-


un ambiente concretos, es decir, en lización y, como ha escrito E. Hughes,
lugar de explicar los mecanismos que <‘lo que hace especialmente sugerente
intervienen en la construcción social de su ensayo son esas dimensiones ines-
la pobreza, no hacen más que legitimar peradas que introduce en el análisis,
en el plano intelectual definiciones e como es habitual en su aproximación
interpretaciones de sentido común. En sociológica a cualquier fenómeno
la medida en que se apoyan en la dico- social, gratificando incesantemente al
tomía características de los pobres ver- lector con importantes observaciones
sus características del resto de la socie- teóricas» (1991:208).
dad, estas teorías no consiguen romper
En ese texto, que en muchos
con la magia de una prenoción en sen-
aspectos puede considerarse como el
tido durkheimiano.
punto de partida de la sociología de la
pobreza, Simmel clarifica los proble-
mas de definición de este fenómeno
La pobreza como
con una aproximación constructivista,
categoría analítica rigurosa y eurísticamente fecunda, que
permite comprender la formación de la
Simmel, en su ensayo «El pobre»,
categoría de pobre y los complejos vín-
el análisis más largo y minucioso que
culos que mantiene con el conjunto de
hizo de un problema particular en su
la sociedad, rompiendo así con todo
Soziologie (1908), nos ofrece un cuadro
tipo de concepciones naturalistas o
analítico para pensar en términos socio-
substancialistas aún en boga en los
lógicos la cuestión de la pobreza en las
debates científicos y políticos actuales,
sociedades modernas. Se trata de un
frecuentemente enraizados en la socio-
modo de abordar este tema muy dife-
logía espontánea. Al mismo tiempo
rente de las descripciones minuciosas
Simmel aborda las cuestiones de la
que hallamos en los informes sociales
asistencia en función de la evolución de
de la época, como el elaborado pocos
las sociedades europeas, abriendo así
años antes por Charles Booth (1902-
perspectivas para una teoría socio-his-
1903), quien describe con detalle la
tórica de los modos de regulación del
condiciones de vida y de trabajo de los
vinculo social (Paugam, 1998 1-2).
pobres londinenses e intenta determi-
nar con precisión la <‘línea de pobreza’<. Con este texto, la sociología de la
Tampoco tiene nada que ver con las pobreza no se reduce a un campo
descripciones expresionistas de las específico de la sociología, sino que,
condiciones de vida de los slums con más bien al contrario, remite a las cues-
las que los reformistas norteamerica- tiones fundamentales sobre el vínculo
nos intentaban llamar la atención de la social, lo cual permite obtener proposi-
opinión pública. Simmel elige el caso ciones teóricas de alcance general.
del pobre para ilustrar su concepción de Este es el modo de proceder caracte-
la sociología como ciencia de la inte- rístico de este padre fundador de la

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a? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

sociología alemana quien busca en el intento de L. A. Coser de desarrollar


todo momento contribuir a una teoría una sociología de la pobreza.
general de la sociedad a través del aná- Finalmente, el marco analítico para el
lisis de los objetos empíricos más vario- estudio de la pobreza esbozado por
pintos y aparentemente marginales, Simmel ha inspirado los trabajos recien-
convencido de que en cualquiera de tes del sociólogo francés Serge
ellos se cruzan todos los hilos que com- Paugam sobre los procesos de desca-
ponen el tejido social, de modo análo- lificación social.
go a lo que ocurre con los cuadros
impresionistas, tan admirados por él,
cuyas características son apreciables El proceso de
en todos y cada y uno de sus detalles construcción social
(Frisby, 1992). de la pobreza
Este texto, junto con el famoso La «pobreza>’ como forma de
excursus sobre el extranjero que halla- interacción social, y no el simple hecho
mos en otro capítulo de la misma obra material de ser pobre, es construida
Soziologie titulado ‘<El espacio y la socialmente cuando se produce una
sociedad», ha tenido gran influencia en reacción social que señala a algunas
muchas de las aproximaciones más personas como necesitadas de ayuda
creativas al tema de la pobreza y de la de acuerdo con los criterios vigentes en
exclusión social. Su huella puede perci- determinado momento en una sociedad
birse, por ejemplo, en un interesante concreta e incluso dentro de un estrato
artículo de Alfred Schutz titulado «The social por muy elevado que sea su esta-
Stranger” (1944). Pero su influencia se tus. Y es la pobreza como relación
dejó sentir sobre todo en la sociología social la que tiene interés sociológico:
americana. En él se inspiraron los tra-
bajos sobre la marginalidad de Robert «El pobre como categoría
Park, fundador de la Escuela de sociológica, no es el que sufre deter-
minadas deficiencias y privaciones,
flhicann y concretamente su concento
sino el que recibe socorros o debiera
de «hombre marginal’>, muy próximo al recibirlos, según las normas sociales.
cuadro analítico propuesto por SimmeI Por consiguiente, en este sentido, la
para estudiar, más allá de la pobreza, pobreza no puede definirse en sí mis-
ola como un estado cuantitativo, sino
fenómenos sin relación directa a prime- sólo según la reacción social que se
ra vista como la delincuencia, el esta- produce ante determinada situación»
tuto del extranjero e incluso la prostitu- (Simmel, 1977: 517).
ción, y retomado luego por Stonequist.
También se puede encontrar una pro- Simmel establece con enorme cla-
longación del análisis de Simmel en los ridad la diferencia entre pobreza abso-
trabajos de Herbert J. Gans sobre las luta y pobreza relativa. yel carácter rela-
funciones de la pobreza en Estados tivo de la pobreza en la sociedad moder-
Unidos y de modo aún más explícito en na. En este segundo sentido es pobre

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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

‘<aquel cuyos recursos no alcanzan a También reconoce Simmel que en su


satisfacer sus fines». Por un lado hay tiempo está vigente “una especie de
determinadas necesidades, como el ali- continuación del idealismo moderno,
mento, la vivienda y el vestido que pue- que ya no trata de determinar las cosas
den considerarse como independientes por la esencia que tengan en sí, sino
de toda fijación arbitraria y personal, por las reacciones que producen en el
aunque no puede determinarse con sujeto» (1977:517).
seguridad la medida de estas necesida-
des. Por otro, hay necesidades típicas de Es la reacción social ante la
cada ambiente general, cada clase pobreza la que, según Simmel, termina
social y la imposibilidad de satisfacerlas asignando un rol específico al pobre:
también significa pobreza. De aquí que «La función que desempeña el pobre
pueda haber personas que son pobres dentro de la sociedad no se produce
dentro de su clase y no lo serían dentro por el solo hecho de ser pobre; sólo
de otra inferior, ya que dispondrían de cuando la sociedad —la totalidad o los
medios suficientes para satisfacer las individuos particulares— reacciona
necesidades típicas de estas últimas. frente a él con socorros, sólo entonces
Resulta muy sugerente la relación que representa un papel social especifico”
establece Simmel entre la sociología de (1977:517-518). Simmel deja bien cla-
la pobreza y la sociología del regalo. ro que la categoría del pobre se cons-
truye desde fuera, siendo la etiqueta
Mucho antes de que la teoría del impuesta la que unifica a los ojos de la
etiquetado o de la reacción social cris- sociedad el heterogéneo mundo de los
talizase como una corriente explicativa pobres al que se llega siguiendo las
de la desviación social con perfiles bien más diversas trayectorias: «Esta signi-
definidos en torno a los años sesenta ficación social del «pobre’>, a diferencia
del siglo pasado, como podemos apre- del sentido individual, es la que le con-
ciar en algunos ensayos sociológicos vierte en una especie de clase o capa
que tuvieron gran impacto entre los unitaria dentro de la sociedad. El hecho
que destacan Los extraños de Howard de que alguien sea pobre no quiere
Beckero Internados de Erving Goffman, decir que pertenezca a la categoría
Simmel ya concebía sociológicamente social determinada de los «pobres»...
la pobreza como el producto de la reac- Sólo en el momento en que son soco-
ción social. No es que en esto fuese rridos —con frecuencia ya desde que
totalmente original, pues él mismo reco- su situación lo pide normalmente y aun-
noce que un enfoque análogo ya había que no acontezca de hecho— entran en
sido empleado por Durkheim, a quien un círculo caracterizado por la pobreza.
cha sin nombrar, al definir el delito en Este círculo no se mantiene unido por
Las reglas del método sociológico como una acción recíproca de sus miembros,
“una acción castigada con una pena sino por la actitud colectiva que la
púbdica”, es decir por la reacción que sociedad en conjunto adopta frente a
produce y no por el contenido del acto. él>’ (1977: 518).

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Desde esta perspectiva construc- Estado, al tiempo que organizaba la


tivista que aborda la pobreza como una asistencia a los pobres, les negaba cier-
categoría social que emerge a través de tos derechos civiles. De este modo, con
la definición social, no siempre ha habi- la expansión de la asistencia social esta-
do pobres. En aquellas sociedades en tal y municipal, los pobres se convierten
las que prevalecía la indigencia y la en objetos pasivos de intervenciones
miseria sin que hubiese conciencia de que, como sostiene Coser, al mismo
su presencia, los pobres no existían tiempo que tratan la pobreza la constru-
fenomenológicamente como una cate- yen como una categoría de exclusión y
goría separada, sino que eran situados de degradación de estatus.
en la misma categoría que las víctimas
de una enfermedad o un desastre.
Como ha escrito Lewis A. Coser inspi- Los fundamentos de la
rándose en Simmel, «históricamente la relación de asistencia
pobreza emerge cuando la sociedad
Más allá del interés del ensayo de
opta por reconocer la pobreza como un
Simmel «El pobre» por ofrecer un cua-
estatus especial y asigna personas
dro analítico para pensar en términos
específicas a esta categoría. El hecho
sociológicos sobre la cuestión de la
de que algunas personas puedan pri-
pobreza en las sociedades modernas,
vadamente considerarse a si mismas
se encuentran en él muchos elementos
como pobres es sociológicamente irre-
de reflexión sobre la relación de asis-
levante. Lo que es sociológicamente
tencia y su función social en el momen-
relevante es la pobreza como una con-
to en que se estaban institucionalizan-
dición socialmente reconocida, como
do los principios nacionales de la asis-
un estatus social» (1965:232).
tencia en la mayoría de los países
europeos, paralelamente a las primeras
De la reacción social ante la
tentativas de elaboración de un cuadro
pobreza pueden derivarse unas conse-
legislativo para unos seguros sociales
cuencias muy diferentes a las que con
obligatorios con mejor cobertura de los
las mejores intenciones persiguen los
r¡e=gossoci¿I~s; que a sir vez iban
actores sociales. Desde Max Weber los
haciendo cada vez más residual la asis-
sociólogos se vienen percatando de la tencia. Simmel nos ofrece su mirada
importancia que tienen las consecuen-
desencantada sobre la beneficencia y
cias no intencionadas de la acción social la filantropía privada y pública orienta-
a la hora de comprender cómo funciona das a conseguir la cohesión social y la
realmente la sociedad. Mediante la reac-
garantía del vínculo social. En su análi-
ción se construye el rol social de pobre,
sis tiene como referencias empíricas la
quien se halla en la situación paradójica
situación de la asistencia en Inglaterra,
de estar al mismo tiempo dentro y fuera Francia y sobre todo Alemania.
de la sociedad, de modo análogo al
extranjero. Esta paradoja se puso espe- Simmel concibe la sociedad como
cialmente de manifiesto cuando el «una reciprocidad de seres dotados de

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derechos morales, jurídicos, convencio- diferenciación social. Aunque Simmel se


nales y aun de otras muchas categorí- centra en las sociedades modernas, no
as’>, una red de derechos y deberes, en deja de echar una mirada amplia al pro-
la que los derechos de unos se con- ceso que va desde las sociedades pri-
vierten en los deberes de los otros, mitivas indiferenciadas, pasando por la
quienes a su vez tienen derechos que Edad Media, hasta llegar a las socieda-
se convierten en deberes para los des modernas organizadas en estados
demás. ¿Es primero el derecho o la nación. Allí donde la asistencia a los
obligación? Entre las categorías socio- pobres tiene su razón suficiente en un
lógicas y las categorías éticas se mues- vinculo orgánico, sea de origen biológi-
tra a veces una oposición fundamental: co o metafísico, el derecho de los
«sólo para el derecho es el otro el ter- pobres está más acentuado. Este dere-
minus a quo, pero para la moral en sino cho quedó totalmente obscurecido en la
es más que el terminus ad quem”. Por concepción cristiana medieval de la
lo que se refiere a la asistencia a los limosna que ponía el énfasis en el deber
pobres, él se muestra inequívocamente del que da, en vez del derecho del que
a favor de poner el énfasis en el dere- recibe. Finalmente, la moderna asisten-
cho.- «el derecho del demandante... cia a los pobres como institución públi-
parece ser el fundamento último y más ca ya no se basa en la motivación del
racional en que pueden basarse las donante, lo que no significa un retorno
prestaciones de los hombres unos en al derecho del pobre como fundamento
pro de otro... el derecho al socorro se principal sino que éste se halla ahora en
funda en la pertenencia del necesitado la prosperidad del todo social.
al grupo... <y) cabe sostener desde un
La asistencia a los pobres como
punto de vista social, que el derecho del
institución pública ofrece, nos dice
necesitado es el fundamento de toda
Simmel, un carácter sociológico muy
asistencia a los pobres. Pues sólo si se
presupone semejante derechoparece singular: se dirige, en su actitud con-

posible sustraer la asistencia de los creta, al individuo y su situación. Y jus-


tamente ese individuo es, para la forma
pobres a la arbitrariedad... (y) facilitar
abstracta moderna de la beneficencia,
interiormente a los pobres la demanda
la acción final, pero no en modo alguno
y aceptación del socorro>’ (1977:481).
su fin último, que sólo consiste en la
protección y fomento de la comunidad>’
En las diversas concepciones que
(1977:484).
existen sobre la asistencia a los pobres,
nos dice Simmel, hallamos un ejemplo
o símbolo empírico de este dualismo
fundamental en los sentimientos que La antinomia sociológica
rigen la conducta moral. Su ensayo pue- del pobre
de interpretarse, pues, como un intento
de aproximarse a la evolución de ese En las sociedades modernas el
dualismo en el marco del proceso de pobre, de modo análogo al extranjero,

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es en alguna medida un extraño a la pobre no es un mero objeto inerme, un


sociedad. Por un lado, aparece como mero perceptor de ayuda sino que tam-
objeto de una asistencia a la que no tie- bién ofrece algo a la sociedad. Entre
ne derecho, el derecho a la asistencia líneas, Simmel parece estar evocando
pasa por encima de él, es más bien el la teoría del pacto social. En cualquier
derecho de los ciudadanos a que el caso no deja de señalar el carácter
Estado responda de la correcta utiliza- conservador de la beneficencia moder-
ción de sus impuestos evitando las con- na cuyo objetivo último no es acabar
secuencias negativas que para el con la pobreza sino mantener el statu
fomento de la comunidad puedan den- quo con los mínimos costes posibles.
varse de la pobreza incontrolada. «Así
el pobre está, en cierto modo, fuera del
grupo, pero esta situación no es más El largo camino hacia la
que una manera peculiar de acción moderna concepción
recíproca, que lo pone en unidad con el centralista del socorro a
todo en un sentido más amplio. Por otro los pobres
lado, el pobre es un ciudadano y, como
tal, participa de los derechos que la ley Para ilustrar el proceso que ha
concede a los ciudadanos, en correla- desembocado en la concepción centra-
ción con el deber del Estado de soco- lista del socorro a los pobres como un
rrer a los pobres» (1977: 490). Unica- sistema asistencial competencia del
mente entendiéndolo así se resuelve Estado, Simmel nos ofrece una síntesis
la antinomia sociológica del pobre, en la panorámica de la evolución de la asis-
que se reflejan las dificultades de la tencia en Inglaterra que va desde que
asistencia. era ejercida por los conventos en la
Edad Media, pasando por la asistencia
Aunque en la concepción moder- vinculada al impuesto para los pobres a
na del socorro el pobre se encuentra en la propiedad territorial hasta llegar a la
una serie teleológica superior a él, es, forma estatal centralizada que adquie-
sin embargo, un e!ernento que pertene- re en el siglo xíx. Simmel considera
ce orgánicamente al todo y se halla esas diferentes formas, cada una de
entretejido en las finalidades de la ellas la más adecuada en su momento
colectividad. Al rehabilitar de nuevo su para garantizar lo mejor posible la asis-
actividad económica, al salvar del ani- tencia a los pobres de acuerdo con la
quilamiento su energía corporal, al evolución social y económica, como
impedir que sus impulsos le lleven al <‘símbolos sustanciales” del papel
empleo de medios violentos para enni- orgánico de la asistencia en la vida de
quecerse, la colectividad recibe del la colectividad. La lógica del proceso no
pobre una reacción. Este modo simme- obedece principalmente a una organi-
liano de concebir la interacción entre el zación de las clases propietarias para
pobre y la sociedad tiene enormes realizar el sentimiento del deber moral,
implicaciones para la acción social. El sino que es más bien ‘<una parte de la

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organización del todo, al que el pobre que produce el pobre en los demás lo
pertenece lo mismo que las clases pro- que motiva el socorro, sino el concepto
pietarias’>, forma parte de la evolución general de pobreza. «Este —escribe
de la sociedad hacia una organización Simmel— es uno de los caminos más
estatal acorde con los intercambios largos que han tenido que socorrer las
comerciales y culturales en espacios formas sociológicas para pasar de la
cada vez más amplios y una movilidad forma sensible inmediata a la forma
geográfica creciente. abstracta. Al verificarse este cambio,
que considera la asistencia a los pobres
Al filo de la pregunta, ¿a qué cír-
como un deber abstracto del Estado —
culo pertenece el pobre?, Simmel evoca en Inglaterra desde 1834, en Alemania
la ley alemana de 1781 sobre el socorro
desde mediados del siglo xíx—, modifi-
domiciliario en la que se afirma que el
cose su naturaleza con arreglo a esta
pobre pertenece a aquella comunidad
forma centralizada» (1977:497).
que ha utilizado su fuerza económica
antes de su empobrecimiento. «Antes Para Simmel el pobre pertenece
del triunfo completo de la idea del “al círculo máximo». En el horizonte
Estado moderno, el municipio es el lugar histórico en que él escribe este era sin
que ha disfrutado del trabajo económico duda el Estado nación. Pero ya ha
del empobrecido. Pero la libertad del trá- pasado casi un siglo desde que este
fico moderno, el cambio interlocal de padre fundador de la sociología alema-
todas las fuerzas, ha suprimido esta limi- na hiciera esta afirmación y desde
tación, de modo que el Estado entero entonces la evolución de la sociedad
debe considerarse como el terminus a nos ha llevado a una red creciente de
quo y el ad quem de todas las presta- organizaciones supraestatales y a una
ciones. Este es, pues, el estadio extremo globalización muy avanzada, al menos
que ha alcanzado la posición formal del en la esfera económica. Actualizar el
pobre, estadio en el que se revela su análisis de Simmel supondría ampliar
dependencia respecto al grado general en esta dirección el círculo máximo y
de la evolución social» (1977:493). comenzar a preveer las implicaciones
que ello puede tener para la globaliza-
La centralización del deber de ción de la política social, algo que aún
socorrer a los pobres en un círculo tan
puede parecer una utopía, pero que
amplio como el Estado nación ha está en la lógica de lo que Ralf
supuesto un gran cambio en las formas
Dahrendorf, entre otros, ha llamado ciu-
de socialización o interacción entre el
dadanía universal.
pobre y la sociedad que expresa la evo-
lución de formas de vida comunitaria
hacia formas de vida societaria, en tér- Sentido y función
minos de Tónnies, o de la sociedad de de la asistencia local
solidaridad mecánica a la de solidaridad
orgánica en palabras de Durkheim. En el sistema moderno centrali-
Ahora ya no es la impresión inmediata zado de asistencia de los pobres el

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municipio tiene, según Simmel, la fun- se prestan a la asistencia por el Estado,


ción delegada de otorgar y administrar al paso que los que tienen un carácter
recursos para evitar el esquematismo. más individual corresponden más bien
Hay casos en que la situación de pobre- a las comunidades locales» <1977:505).
za puede determinarse con criterios
objetivos, este es el caso en que aque-
lla tiene su origen en una enfermedad Beneficencia pública
o en minusvalías físicas o psíquicas. En
estos casos, opina, Simmel, «la asis-
versus pflvada
tencia tiene un carácter más técnico y
Ambos tipos de beneficencia pue-
por tanto, el Estado, o la corporación
den considerarse complementarios. La
más amplia, está en mejor situación
asistencia pública sólo interviene cuan-
para encargarse de ella>’ (1977: 497-
do existe una carencia completa de
498). En los demás casos las comuni-
recursos objetivamente determinada.
dades locales pueden conocer mejor
De este modo se renuncia a comprobar
las circunstancias personales de los
cualquier otra circunstancia personal.
pobres y movilizarse para obtener los
Su complemento se halla en la benefi-
recursos necesarios para socorrerlos,
cencia privada cuyo objetivo va más allá
aunque la responsabilidad continúa
de atender al pobre con criterios objeti-
siendo del Estado.
vos universales ateniéndose a un míni-
mo y se orienta a rehabilitar en función
El derecho del pobre a ser soco-
de circunstancias personales. En expre-
rrido, por lo que se refiere a las canti-
sión de Simmel, <‘el Estado socorre a la
dades a percibir, tiene unos límites que pobreza, la beneficencia privada soco-
se rigen, según Simmel, por el principio
rre al pobre’>.
del mínimum ético exigible en las accio-
nes colectivas. Este mínimo se hallaría Las formas concretas de articular-
en «lo que se necesita para salvar a un se ambos tipos de beneficencia varian
hombre de la miseria física>’, lo que hoy de acuerdo con los contextos históricos
llamaríamos el mínimo de subsistencia. y culturales de las sociedades contem-
Limitado al mínimo así entendido el poráneas. En Inglaterra es donde, de
socorro al pobre tiene un carácter obje- acuerdo con Simmel, aparece de modo
tivo, mientras que «todo lo que exceda más claro esa complementariedad de
de este mínimum, todo socorro enca- funciones. Allí el Estado se enfrenta
minado a una positiva elevación del con más decisión que en ninguna otra
nivel, requiere criterios menos claros, parte a las necesidades objetivas mien-
depende de estimaciones subjetivas» y tras que la beneficencia privada se
<‘los casos de necesidadsubjetivamen~ orienta hacia las causas individuales de
te homogénea, que, por tanto, no exi- la pobreza. De modo diferente, en
gen una estimación subjetiva —particu- Francia la asistencia a los pobres es
larmente los casos de enfermedad y incumbencia de las asociaciones y per-
deficiencia corporal—, son los que más sonas privadas, mientras que el Estado

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sólo interviene cuando éstas no bastan. simboliza su desclasificación formal”.A


El principio francés implica que no pue- partir de ese momento, los individuos
den separarse, en cuanto al contenido, de las más diversas procedencias que
los dos grados del socorro, tan clara y pasan a ser incluidos en la categoría de
fundamentalmente como en Inglaterra. pobres son vistos y clasificados en vir-
tud de lo que se hace con ellos y no con
La cuestión es, sin embargo, más los criterios que se emplean ordinaria-
compleja de lo que aparece a primera mente en la categorización social, esto
vista, pues, como observa Simmel, <‘dar
es, en virtud de lo que hacen. Creo que
forma a la situación fundamental eco- en nuestro contexto actual encontra-
nómica y cultural que sirve de base a mos un buen ejemplo de ese proceso
aquellas circunstancias personales, es
de degradación de estatus en los de-
a su vez incumbencia de la generalidad, sempleados que una vez agotadas las
la cual debe conformar de tal manera la prestaciones <‘contributivas» por de-
vida social que la debilidad individual o
sempleo, se ven obligados a acudir a
las condiciones desfavorables, la torpe-
prestaciones «no contributivas» o «asis-
za o la mala fortuna tengan las meno-
tenciales”, con connotaciones estigma-
res probabilidades posibles de engen- tizantes que no se hallan en las contri-
drar pobreza>’ (1977:509).
butivas.

El estatus especial que tienen los


El estatus estigmatizante pobres en las sociedades modernas
de los asistidos está marcado sólo por atributos nega-
tivos, por lo que no tienen los que par-
En las sociedades modernas la ticipan de él. A diferencia de cualquier
inclusión en la categoría esencial de los otro estatus, el de pobre no conlíeva
pobres tiene lugar cuando los que se ninguna expectativa de contribución
hallan en situación de privación son social, lo que se simboliza en la falta de
designados para recibir asistencia. visibilidad social del pobre. Los pobres
Individuos de las más diversas profe- no sólo suelen padecer la segregación
siones pueden hallarse en dificultades física, sino también una especie de
económicas, pero mientras continúen invisibilidad moral que hace que nor-
siendo definidos en primer lugar por su malmente la supervivencia de la po-
estatus ocupacional no son clasificados breza en las sociedades opulentas
como pobres. Sin embargo, una vez pase despercibida como denuncia-
que esos individuos son reconocidos ron John K. Galbraith, en su famo-
públicamente como necesitados de sa obra La sociedad opulenta, o Michael
asistencia y la aceptan, el estatus de Harrington en The OtherAmerica (1963).
pobre pasa a primer plano. Como escri- A este ocultamiento de la pobreza con-
be Simmel <‘la aceptación de asistencia tribuye actualmente la fuerza con que
remueve a quien la ha recibido de la los medios de comunicación transmiten
precondición del estatus previo; ésta imágenes de éxito con enorme conte-

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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

nido simbólico. En nuestro país, por social. La identidad pública de quien


ejemplo, el machaconamente procla- recibe asistencia experimenta una
mado eslogan del Partido Popular, transformación hacia una nueva forma
«España va bien”, en un momento de considerada socialmente inferior, se le
intenso crecimiento económico, refleja asigna un nuevo estatus inferior, un
el optimismo de quienes pilotan la nuevo rol, el de pobre, que tiene el ran-
situación o de quienes se benefician go de estatus principal, en el sentido de
de ella, pero el énfasis con que se pro- que a partir de ese momento cualquier
dama refuerza la lógica de oculta- actuación de esa persona se interpre-
miento de cuanto pueda simbolizar tará a través de ese rol, lo mismo que
que no es así para todos. La barrida de ocurre con el paciente mental una vez
pobres del centro de las ciudades que es definido como «loco”(Goffman,
cuando hay algún evento deportivo o 1973), o con el que comete un delito
de otra índole con gran eco en los una vez que es etiquetado como delin-
medios de comunicación internaciona- cuente <Becker, 1971).
les es otro ejemplo de ocultamiento
descarado de la pobreza y consi- Una de las manifestaciones de
guientemente de reforzamiento de su esa degradación de estatus la halla-
estigma. mos, de acuerdo con Coser (1965), en
la violación de hecho del derecho a la
En el hecho de prestar asistencia
privacidad de quienes perciben asis-
a los pobres la sociedad muestra su
tencia social. Para que a un pobre le
voluntad de asumir cierta responsabili- sea reconocido su derecho a la asis-
dad para con ellos y reconoce que son
tencia se le obliga a abrir su vida al
efectivamente parte de la comunidad.
escrutinio público. A los pobres se les
¿Pero cuáles son los términos en que
investiga in situ, el territorio del hogar
se garantiza la asistencia y cuáles son
que se considera inviolable suele inva-
las consecuencias para el que la reci-
dirse en este caso, lo que no puede
be?. Inspirándose en Simmel y en algu- dejar de ser experimentado como humi-
nos desarrollos posteriores del interac-
llante y degradante. Otro símbolo de
cionismo simbólico, L. A. Coser (1965) esa degradación de estatus es el con-
sostiene que la asignación de una per- trol que suele ejercerse sobre el dinero
sona a la categoría de los pobres tiene asignado a los pobres. Esto contrasta
el coste de una degradación de esa
con lo que ocurre cuando se asigna
persona. dinero a los miembros de cualquier otra
Recibir asistencia significa ser categoría de estatus, por ejemplo a los
estigmatizado y apartado de la carrera parados, quienes son libres para dispo-
rial rUnnrn rial oé’l-o¡,-ifr~ cia Maean,
ord:nar¡a de -los--hombres; implica- una
«degradación de estatus” en el sentido pleo como ellos consideren apropiado.
que Harold Garfinkel (1956) dio a esta Con esos procedimientos los pobres no
expresión en un artículo prolusamente sólo son degradados sino también
citado por los teóricos de la reacción infantilizados.

cuadernos de Trabajo Social


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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

Los agentes de un simbolismo que entonces intuía


de la estigmatización pero no podía desentrañar, de un sacer-
dote repartiendo, en la capilla de una
pequeña población de la cuenca mine-
Quienes tratan de ayudar a los
ra de Asturias en los años cincuenta,
pobres con la mejor voluntad, o simple-
leche en polvo y queso pasteurizado
mente por imperativo del rol profesional donado por los americanos a familias
que desempeñan, como ocurre con los
«pobres’> de mineros, alguno de los
trabajadores sociales, los investigado-
cuales había desempeñado un puesto
res y administradores del bienestar, o de oficial del Ejército republicano duran-
los voluntarios locales, son paradójica-
te la contienda civil.
mente los agentes de su degradación.
Las intenciones subjetivas y las conse-
La profesionalización de la asis-
cuencias institucionales divergen en tencia en los paises de democracia
este caso. La ayuda se puede prestar liberal durante el siglo xx no eliminó el
por los motivos más puros y benevo- carácter estigmatizante de ésta, sino
lentes, sin embargo el mero hecho de
que tuvo dos series divergentes de
ser ayudado degrada (Coser, 1965:
consecuencias para el perceptor, como
236).
ha señalado Coser (1965). Primera, la
Si lo anterior vale para situaciones institucionalización de la ayuda eliminó
ordinarias, hay situaciones en las que el elemento personal en la relación,
se produce lo que podríamos llamar transformándola en una transacción
una doble degradación: cuando los que impersonal, lo que sin duda evita cier-
prestan la ayuda o sus mentores son tas humillaciones y dependencias per-
responsables directos de la situación sonales. Hay que añadir, sin embar-
que pretenden remediar. Este es el go, que el procedimiento burocrático
caso de los indígenas del Quiché empleado en la asistencia a los pobres
(Guatemala) quienes después de ver mantuvo ciertas peculiaridades degra-
arrasadas sus aldeas y sus cultivos por dantes si lo comparamos con los poco-
el Ejército durante el mandato de Ríos dimientos burocráticos seguidos con
Montt (1982-1983>fueron obligados por otras personas. Por ejemplo, en la per-
los mismos que previamente les habían cepción del seguro de desempleo,
masacrado a recibir los alimentos que considerado como un derecho incues-
se les daba a cambio de trabajo en las tionable, el control de la agencia que
aldeas modelo del Triángulo lxii, en el gestiona las prestaciones sobre el
marco de un programa significativa- desempleado es mínimo, en contraste
mente llamado «Fusiles y Frijoles». Y con lo que ocurre con la asistencia,
sin ir tan lejos en el espacio, aunque donde el control sobre la persona asis-
algo más en el tiempo, tengo muy gra- tida suele ser un requisito previo. El
vada en mi memoria la extraña sensa- poder del funcionario de cualquier ofi-
ción de humillación ajena que me pro- cina de desempleo frente al desem-
dujo en mi infancia la imagen, cargada pleado es mínimo, en contraste con el

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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simniel

poder del trabajador social sobre el garantizan que el profesional no se vea


asistido, poder que se ve incrementa- arrastrado por una excesiva empat~a
do cuando por razones humanitarias y con el cliente y no deje de considerar al
benevolentes el trabajador de caso pobre más que como un objeto de cui-
dispone de mayor discrecionalidad dado y un perceptor de ayuda. De este
sobre el cliente, de modo parecido a lo modo se refuerza constantemente la
que ocurre con el tratamiento penal de discrepancia de estatus entre trabaja-
los menores cuando con el pretexto de dor social y cliente. Esto se acentúa,
una actuación más humana y apropia- además, en aquellos casos en que los
da a las circunstancias acaban impo- trabajadores del bienestar, procedentes
niéndose exigencias más duras de las de la clase media baja, sienten pánico
que requeriría una estricta aplicación a que una estrecha identificación con
del código penal. los clientes pueda poner en peligro el
estatus respetable recientemente con-
Una segunda consecuencia de la seguido.
profesionalización de la asistencia es
Cuando no hay reciprocidad entre
que ésta, por definición, evita el flujo de
el que recibe y el que da se produce
afecto entre los trabajadores profesio-
una dependencia unilateral. Al incorpo-
nalizados y los perceptores de ayuda
rarse al sistema de ayuda los pobres
convertidos en clientes. Esto no tiene
son degradados a la condición de per-
nada que ver con simpatías o antipatí-
ceptores unilaterales. Y en una socie-
as personales, sino que es una conse-
dad instrumentalmente orientada, aque-
cuencia de un tipo de relación estructu-
llos que no pueden dar sino solo recibir
ralmente asimétrica. Como en cualquier y de los que no se espera que den en
tipo de procedimiento burocrático, los
el futuro son naturalmente asignados al
aspectos impersonales del caso están
estatus más bajo. Al no implicarse en
por encima de otras consideraciones actividades que establecen interdepen-
personales. Una simpatía excesiva con dencia los pobres son excluidos del
el cliente o una consideración indebida reconocimiento social.
de sus necesidades personales perju-
dicaría la realización del rol. A evitarlo El problema de la pobreza, por
contribuye el hecho de que en este tipo consiguiente, sólo podrá resolverse
de trabajo se supone que la apreciación mediante la abolición de las relaciones
del logro profesional proviene del grupo unilaterales de dependencia genera-
de pares profesionales y no del per- das por la asistencia. Ello supone el
ceptor. El cliente que es definido como que se capacite a los pobres para dar
«pobre», a diferencia de los clientes de lo mismo que para recibir, y para que
otras profesiones, tiene pocas posibili- los pobres tengan la oportunidad de
dades, si es que tiene alguna, de con- dar han de hallarse en condiciones de
trolar el comportamiento del profesio- poder funcionar al nivel óptimo de sus
nal. Es así como se construyen desde capacidades. Algunas estrategias de
dentro mecanismos de aislamiento que lucha contra la pobreza han sido dise-

cuadernos de Trabajo Social


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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

ñadas para caminar en esta dirección. En las sociedades industriales la


Por ejemplo, el ingreso mínimo garan- movilización de los pobres resulta una
tizado para cada ciudadano, que per- empresa casi imposible. La falta de un
mita verse libre de la presión de la elemento positivo que aglutine a un
miseria, puede ser muy bien una pre- colectivo formado por gente de la más
condición para la abolición de la diversa procedencia social y el hecho de
dependencia, pero sólo eso, un medio no resultar imprescindibles, en contras-
que permita a los pobres liberarse de te con lo que ha ocurrido con la clase tra-
la ansiedad mientras se preparan para bajadora en la sociedad industrial o con
prestar a la sociedad aquellos servi- los campesinos en las sociedades agra-
cios que les hagan interdependientes. rias, así como la tendencia hacia una
mayor invisibilidad moral son algunos de
Pero el obstáculo principal no está los factores señalados por Simmel para
en el lado de los pobres. La situación de que a los pobres les resulte muy difícil
dependencia a la que han llegado es movilizarse en función de sus intereses.
con frecuencia el resultado de procesos
de pauperización enraizados en la
estructura social. La historia social Posibilidad de sustraerse
reciente ha mostrado las resistencias al determinismo
estructurales a la movilización de los del estigma
pobres tanto en los paises más indus-
trializados como en los del Tercer Una visión menos determinista
Mundo. Este último es el caso de los que la de Coser sobre los efectos de la
campesinos los maya-quichés de relación de asistencia la podemos hallar
Guatemala, exhaustivamente estudia- en la obra reciente de Serge Paugam.
dos por varias generaciones de antro- En un intento explicito de desarrollar y
pólogos sociales norteamericanos, aplicar a la investigación la intuición de
algunos de los cuales, con olvido o des- Simmel sobre la construcción social de
conocimiento de una historia de opre- la pobreza, este sociólogo francés ha
sión colonial, han pretendido explicar la construido su “objeto científico» reem-
situación de extrema pobreza en la que plazando la antigua categoría de
viven la mayoría de ellos desde sus raí- pobres proveniente del mundo social,
ces culturales y una supuesta pasividad una prenoción en sentido durkheimiano,
campesina ante toda innovación. Pero por el concepto analítico de «asistidos”
la realidad es que cuando las comuni- y ha analizado con gran detalle las rela-
dades indias se movilizaron a finales de ciones que en el contexto de la llama-
los años setenta y comienzos de los da «nueva pobreza» se establecen en
ochenta para protestar la usurpación de un barrio degradado de Saint-Brieuc en
sus tierras, la sobreexplotación en las Cótes-dArmor, Francia, entre los mis-
fincas agroexportadoras y la opresión mos asistidos, y entre los asistidos y los
étnica fueron implacablemente masa- trabajadores sociales de lo que son la
cradas. clientela (Paugam, 1995).

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U? Manuel Femández La construcción social de la pobreza en la sociología de Sinimel

Con ocasión de estas relaciones Esos tres tipos no corresponden a


se establece un sistema permanente de situaciones fijas sino a tres fases dife-
negociación entre responsables y clien- rentes en los procesos de descalifica-
tes de la acción social. Los asistidos no ción social. Una encuesta longitudinal
son simples víctimas manipuladas por realizada por Paugam entre 1990 y
un “sistema’> que determinaría sus 1991 a los perceptores del RMI, le per-
conductas, sino actores sociales que mitió no sólo verificar a gran escala la
disponen de un espacio de maniobras tipología elaborada en Saint Briac, sino
y de negociación. Aunque las posibili- también analizar la evolución temporal
dades que tienen los clientes de mani- de esta población. Por otra parte, la
pular a los trabajadores sociales se explotación reciente de la encuesta
desenvuelven en un marco muy limita- Situations défavorisée que había sido
do, esas posibilidades no deben subes- realizada en 1986 y 1987 por el INSEE
timarse. Paugam toma en considera- permitió el análisis de las múltiples for-
ción el tipo de libertad de que disponen mas que puede tomar la fragilidad en la
los asistidos mudando mediante el dis- sociedad francesa y captar de un modo
curso el sentido de sus experiencias aún más amplio los factores y los pro-
vividas, evitando a aquellos de los que cesos de descalificación social suscep-
tratan de distinguirse, presentando a tibles de ir llevando a diversas franjas
los trabajadores sociales una imagen de la población de la inactividad a la
de sí mismos que despierte simpatía y asistencia, aumentando para ellas el
suscite ayudas, reconstituyendo jerar- riesgo de cúmulo de dificultades o de
quías sutiles dentro de un mundo glo- handicaps. Para dejar clara esta idea de
balmente descalificado. proceso y para disipar el malentendido
que suele darse a propósito de las tipo-
A partir de los datos obtenidos en logías, que por desgracia muchos no
la investigación realizada en 1987 en distinguen de las categorías empíricas,
Saint-Brieuc, Serge Paugam elaboró Paugam prefiere hablar de fragilidad en
una triple tipología en función de la lugar de hablar de frágiles, de depen-
relación mantenida con los servicios dencia frente a los trabajadores socia-
sociales: los frágiles, los asistidos y los les en lugar de asistidosyde rujfurá
marginales, distinguiendo dentro de del vínculo social en lugar de margina-
cada una de estas categorías diversos dos.
tipos de experiencias vitales. Esta tipo-
logia tiene también en cuenta la estra- Más allá de los asistidos, Paugam
tificación de los “pobres”, en parte ins- sugiere, la existencia de un mecanismo
titucionalizada por la clasificación de la social más general: el de los modos de
población que hacen los diferentes ser- gestión del fracaso social en las socie-
vicios de asistencia, y los diferentes dades fundadas sobre el valor del éxito
sentidos que dan a sus experiencias material. Al proclamar formalmente que
quienes enfrentan a la necesidad de todas las posibilidades están abiertas a
obtener recursos en estos servicios. todos los individuos, siguiendo el mito

cuadernos de Trabajo Social


2000. 13:15-32 30
J. Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simmel

americano de que todo el mundo que debe responder. Es por ello que se
se lo proponga y se esfuerza puede debe descartar la hipótesis de una vuel-
pasar de la cabaña del tío Tom a la ta a la caridad privada como forma prin-
Gasa Blanca, nuestras sociedades sus- cipal de intervención con las poblacio-
citan todas las ambiciones posibles y al nes desfavorecidas. Aquellos que sólo
no poder satisfacerlas generan una pro- se fijan en los efectos perversos del
funda decepción. Los asistidos, en su Estado del bienestar suelen olvidar que,
situación extrema, revelan cómo cada por principio, la caridad privada practi-
uno de nosotros debe esforzarse por cada de modo exclusivo, es contraria al
gestionar sus fracasos sociales. ideal democrático que afirma la igual
dignidad de todo individuo.
Las políticas sociales suelen ser
objeto de una doble denuncia. De un En las sociedades modernas, la
lado encontramos las críticas radicales pobreza no es sólo el estado de una
de la sociedad «capitalista» que denun- persona que carece de bienes materia-
cian el rol de cómplices involuntarios les, ella comporta igualmente un esta-
que juegan los trabajadores sociales tus social específico, inferior, desvalori-
para reforzar el control social. De otro zado, que marca profundamente la
lado está la crítica llamada liberal o identidad de aquellos que la padecen.
«ultraliberal» que pone al día los efec- Los pobres no están sólo privados de
tos perversos del Estado del bienestar recursos económicos, sino también de
Paugam retiene algunos elementos de influencia política y de reconocimiento
ambas críticas, pero intenta superarlas social. De acuerdo con Paugam (1997),
mediante una interpretación propia- estudiar la descalificación social o, en
mente sociológica de la política social otros términos, el descrédito de aque-
en las sociedades democrático-libera- líos que tienen a primera vista poco que
les. Admite que la política social coníle- decir, que no participan plenamente en
va la posibilidad de efectos perversos, la vida económica y social, es estudiar
que corre el riesgo de disolver las soli- la diversidad de estatus que les definen,
daridades familiares, de instalar a los las identidades personales, es decir los
pobres en una carrera de asistidos más sentimientos subjetivos que tienen de
que incitarles a <‘salir>’ de ella por sí su propia situación en el transcurso de
mismos. Sin embargo, los riesgos de diversas experiencias sociales, y final-
efectos perversos no deben servir de mente las relaciones sociales que man-
pretextos para dejar de garantizar que tienen entre sí y con los demás.
cada ciudadano disponga de medios
para alimentarse, tener un techo y criar
a sus hijos. La política social está liga- A modo de conclusión
da al fundamento de la legitimidad
democrática. La supervivencia material La definición constructivista del
es un derecho del ciudadano desafor- pobre que nos ofrece Simmel resulta
tunado al que la sociedad democrática heurísticamente fecunda para com-

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U? Manuel Fernández La construcción social de la pobreza en la sociología de Simniel

prender la situación no como algo mar- COSER, L. A.<1985). «The Sociology of Poverty»,
Social Problems, 13(2), 140-148.
ginal sino más bien como una forma de FRI5BY, David (1 992a). Sociologicalimpresionisrn:
interacción en la que se cruzan todos a reassesment of George Simrnels Social
los hilos que forman el tejido social. Theo4z Routledge, Londres y Nueva York..
Existe traducción al español con el título
Este clásico de la sociología eligió tal Georg Sirnmel. EcE., México, 1993.
tema, aparentemente irrelevante del FRISBY, David (1992b). Fragmentos de la moder-
pobre, ni más ni menos que para ilus- nidad visor, Madrid.
GAN5. Herbert (1972). «The Positiva Functions of
trar su teoría de la sociedad y su idea Poveriy’, American Joumal of Sociology, vol.
de lo que debía ser la sociología como 78.2 (Septiembre, 1972), Pp. 275-289.
ciencia con perfiles propios. Aunque su GARFINKEL. Harold (1956). «Conditiona of
Succosful Degradation Ceremonies..,
intención era teórica, su penetrante American Journal of Sociology. Rl (Marzo)
mirada sociológica nos pone en la pis- GOFFMAN, Erving (1973>. Infernados. Ensayos
sobre la situación socialde los enfermos men-
ta de las consecuencias no intenciona- tales. Amorrortu, Buenos Aires.
das que pueden derivarse de la acción HuOHES, Everet (1991), «A note on Simmel». En
social en el caso de la asistencia a los Larry Ray (ed.). Formal Sociology The
Sociology of Gerog Simmef Edward Elgar
pobres. Los análisis más recientes de Publishing, Aldeshot.
Lewis Coser y Serge Paugam sobre la PARK, Robert E. (1928). «Human Migration and the
pobreza, inspirados directamente en Marginal Man.., American Journal of Socio-
logy, 13 (Mayo), PP. 881-893.
Simmel, nos muestran la relevancia de PAuGAM, Serge (1995, 2.> edic). La societé tran-
esta perspectiva constructivista para el Qaise ef ses pauvres. Presses Universitaires
trabajo social. de France. París.
PAuGAM, Serge (1997, 2.< cd.), La disqualification
sociale. Essai sur la noavelle pauvre té. Preases
universitaires de France, Paris.
PAuGAM, Serge (1998). «Introducción.. a G. SIM-
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SCHuTZ, Alfred (1944). «me Stranger. Ameñcan
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