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En este orden de ideas, se puede vislumbrar que este ámbito tributario posee
autonomía y además de ello, se puede estipular las contribuciones especiales para reconocer
las diversas formas de los tributos u obligaciones relacionados donde su reconocimiento de
costo u ingreso no depende de la solicitud del contribuyente, sin embargo, su finalidad es
ejecutar la actividad, obra o gestión en aras de favorecer a dicho contribuyente.
De modo que, haciendo hincapié en las diversas acepciones señaladas por los
doctrinarios es imprescindible recalcar que las contribuciones especiales son de caractér
autónomo y por consiguiente, radica en ser un ámbito creado por el Estado en razón de su
poder de imperio, exigirlas de manera coactiva y ser de obligatorio cumplimiento para el sujeto
pasivo respecto del cual se verifica el hecho imponible.
a) Surgen en virtud del poder de imperio del Estado, aún cuando en ciertos ordenamientos
jurídicos se considere la participación de los incididos, en menor o mayor medida, en el proceso
o en los mecanismos de definición de sus elementos esenciales o bien de los beneficios
pretendidos, es el Estado quien unilateralmente decide acudir a la contribución como
mecanismo de financiación.
c) Las actividades necesarias para lograr su propósito pueden ser desarrolladas por el Estado
de manera directa, o bien por el sector privado, bajo su vigilancia y supervisión.
En virtud de esto, es de suma relevancia enmarcar que igualmente la Carta Magna hace
señalamiento a los dos tipos de contribuciones las cuales poseen fundamento, en primer lugar
las prestaciones sociales donde el estado tiene el deber de velar y resguardar la vida del ser
humano garantizando su calidad de vida a través de un sistema solidario, unitario, de seguridad
social, eficiente, etc, de contribuciones directas o indirectas. Así mismo, la norma fundamental
vislumbra en su Art. 179 que, constituyen ingresos municipales, los obtenidos por la
contribución especial sobre plusvalías de las propiedades generadas por cambios de uso o de
intensidad de aprovechamiento con que se vean favorecidas por los planes de ordenación
urbanística.
Luego, los Art. 179,180 y 181 de la LOPPM Ley Organica del Poder Publico Municipal,
establecen que la contribución especial sobre plusvalía de las propiedades inmuebles, se
causará por el incremento de valor de la propiedad como consecuencia de los cambios de uso
o de intensidad de aprovechamiento previstos en los planes de ordenación urbanística con que
esa propiedad resulte beneficiada. Del mismo modo, se indica que la contribución especial
sobre plusvalía sólo será procedente cuando el aumento de valor de las propiedades inmuebles
sea igual o superior al veinticinco por ciento (25%) de su valor antes del cambio de uso. Por
último, se establece la limitación del monto de la contribución, pues no podría exceder del
quince por ciento (15%) del monto total de la plusvalía que experimente cada inmueble,
previéndose igualmente la posibilidad del fraccionamiento de pago de la contribución en
comentarios.
Por su parte, los Art. 182 y siguientes de la LOPPM, establecen que la contribución
especial por mejoras se causará por la ejecución por parte del Municipio o con su
financiamiento, de las obras públicas o prestación de un servicio público que sea de evidente
interés para la comunidad, siempre que, como consecuencia de tales obras, resulten
especialmente beneficiadas determinadas personas. También se establece el límite máximo del
impórte de esa contribución que, en ningún caso, podrá exceder del cincuenta por ciento (50%)
del costo de la obra o servicio. De igual forma se señala expresamente, cuál será la afectación
que deba darse a los ingresos producto de la contribución especial por mejoras; los sujetos
pasivos; el costo de la obra o servicio; los principios para la repartición de la base imponible de
las contribuciones por mejoras; y, la limitación temporal en la exigencia por parte de los
Municipios de tales contribuciones.
En tal sentido, es necesario señalar que el Art. 183 de la LOPPM establece el origen de
la Contribución Especial por Mejoras y el Porcentaje de la Contribucion; el Art. 184 de la misma
norma estipula las Obras y servicios financiados por los Municipios; además se puede añadir el
Art. 185 el cual, ratifica el Objeto de las Contribuciones por Mejoras, igualmente vislumbrar los
Elementos del Costo de la Obra o Servicio en su Art. 187 entre otros,. hasta llegar al Art. 192 el
cual, expresa las rebajas del pago de las contribuciones especiales, en este caso, por mejoras
o sobre las plusvalía de propiedas por cambio de uso o en la intensidad.
En ese orden de ideas, encontramos que, con esta especie tributaria busca atenderse al
beneficio que reporta el inmueble en virtud de la ejecución de la obra, pudiendo considerarse,
en líneas generales, la ubicación del predio para determinar si se trata de lugares de alto o
bajo nivel económico, y, en función de ello, procurar el respeto a la capacidad contributiva de
los contribuyentes, así como determinar la viabilidad de su implementación.
Son exacciones fiscales, recabadas por ciertos entes públicos para asegurar su
funcionamiento autónomo y el cumplimiento de los fines para los cuales fueron creados.
Sin embargo, esto no quiere decir que las contribuciones parafiscales se encuentren al
margen de la legalidad, sino que en algunos casos, permiten la creación de verdaderas
contribuciones fuera de la recaudación tradicional, y exentas de las prerrogativas naturales de
ésta como pueden ser las exenciones, los créditos fiscales, las retenciones y otras
características que permiten a las personas naturales y jurídicas un margen de maniobra
tributario dentro del cual se desenvuelven aprovechando las ventajas que les otorga la propia
legislación.
La seguridad social, tiene como objetivo proteger o salvaguardar a los habitantes del
país, de las eventuales enfermedades como las acciones, sean o no de trabajo, despido,
desempleo, maternidad, incapacidad temporal también parcial, invalidez, y vejez, cualquier otro
riesgo puede ser objeto de prevención social; así obligaciones derivadas de la vida familiar las
necesidades de vivienda, recreación para todo ser humano.
En tal sentido, la seguridad social según Fuentes (2009), debe velar que las personas
que se encuentren en imposibilidad, sea temporal o permanente, obtengan un ingreso o
puedan asumir las responsabilidades financieras y seguir satisfaciendo sus necesidades,
proporcionándoles, a tal efecto recursos financieros o determinados servicios. En ese sentido,
resulta un imperativo categórico los aspectos siguientes:
Al respecto, Berzosa (2003:76) define la protección del individuo como “el conjunto de
acciones que realiza el individuo o los entes gubernamentales para darle mejores condiciones
para vivir bien”. El bienestar social puede ser entendido como el estado en el cual la sociedad,
no solamente una parte de ésta, consigue satisfacer todas sus necesidades fundamentales de
forma perdurable.
Así el artículo 75 indica que “el Estado protegerá a las familias como asociación natural
de la sociedad como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas”.
Igualmente, se señala que las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos como
deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua también el respeto recíproco
entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan
la jefatura de la familia.
“Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénicas,
con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las relaciones
familiares, vecinales y comunitarias. La satisfacción progresiva de este derecho es
obligación compartida entre los ciudadanos así como el Estado en todos sus ámbitos.
El Estado dará prioridad a las familias garantizando los medios para que éstas,
especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las políticas sociales y al
crédito para la construcción, adquisición o ampliación de viviendas”.