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CAPITULO 2

2.1. Hay s beres y s beres

En el capítulo anterior hemos adquirido ciertas ideas sobre el lenguaje,


sus distintos aspectos, sus usos, sus defectos, sus trampas y su poder. Pe-
ro, por encima de todo eso, el lenguaje es siempre, básicamente, un instru -
mento para trata r con la realidad. Tratar con la realidad
realidad es aprovecharla,
modificarla,
modific arla, disfrazarla
disfrazarla o adaptamos a ella; pero esto requiere,
requiere, ante todo,
 conocerla.
¿Qué significa conocer o saber algo? Si hemos aprendido nuestra
" " " "

lección, nos abstendremos de lanzarnos sin más a teorizar sobre el ver&-


dero conocimiento: más modestamente, empezaremos la investigación por
el uso lingüístico,
lingüístico, observaremo palabras es am:
observaremoss si nuestro empleo de esas palabras
biguo, elegiremos en su caso el significado que nos interese, examinaremos
su grado de vaguedad y, en caso necesario, estipularemos algún significado
más preciso que satisfaga nuestras expectativas.
Veamos, pues, algunos ejemplos: sé esquiar ; Roberto sabe que el
" " "

cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los'cate-


tos ; mi tío sabe jugar al ajedrez
" " " "
ajedrez ; sé que algún día seré médico ; co- " "

" "
nozco a la novia de mi hermano ; Benjamín conoce las islas como la pal -
ma de su mano . "

Advertimos rápidamente que usamos conocer y saber de la mis- " " " "

ma forma y en los mismos casos, por lo que su significado p arece ser el mis -
mo'. Pero las cosas se ponen más complicadas cuando tratam os de analizar

Nuestra preferencia por uno u otro


otro vocablo depende de la estruc tura puramente gramatical de
la oraci6n. Así, usamos saber cuando su complemento directo esta expresado en un infinitivo o en
uria proposición introducida por la conjunción que , mientras preferimos conocer cuando el
" " " "

complemento directo (o acusativo) es un sustantivo. Pero e sta re gla no es absoluta: decimos indistinta-
"
mente Aurelio sabe el Código Civil " "
Civil o Aurelio conoce el Código Civil . "
 

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M     E
j
 

   
       
A

m        

 
 

ciones de estados de cosas. P


Pero
ero los filósofos, siempre dispuestos a comp
complili- del entendimiento ).Otra importante forma de idealis
" idealismo
mo es la de Hegel,
car lo obvio, no han de dejarnos seguir adelante tan fácilmente. Muchos de para quien la conciencia
conciencia del objeto en el sujet
sujetoo forma parte del objeto mis-
eiios nos dirán: ¿Hablanustedes de la realidad y de lo
loss estados de cosas? ¿ mo y es a la vez conciencia de si, de modo tal que el conocimiento se con -
qué iiaman realidad? ¿Están seguros de que hay cosas? ¿Cómo esperan de- vierte en u proceso en el que sujeto y objeto se hallan en una relacidn
mostrarlo? ¿Dede
Preguntas ddónde infieren
e esta clase sonustedes
las queque, cuando
ocupan, conconocen,
sus muchasconocen  aigo?
respuestas dialéctica, sin extrema
que unoa del
pueda reducirse al otro.
La forma extrem idealis
idealismo
mo es el solz psismo..Consiste en concluir
tentativas, todo un capítulo de la filosofía, Uamado.teoría del conocimiento, que, puesto
puest o que nnoo podernos confiar en nuestr
nuestrosos senti
sentidos,
dos, sólo podemos es-
o gnoseología. El tema queda afuera del alcance de este libro, por lo que tar seguros de nuestra propia ex existenci
istencia:
a: el re
resto
sto del mundo, incl
incluidos
uidos los
nos nos introduciremos en sus vericuetos; pero resulta indispensableconsi- demás seres humanos que vemos a diario, podrían ser una mera ilusión o
derarlo, aunque sea del modo más somero, tan ta n sólo para mostrar que existe una construcción de nuestro espíritu.
como problema especulativo y que cualquier construcción que se haga Cada una de estas
est as grandes líneas de pensamiento (q (que,
ue, forzo
forzoso
so es re -
sobre la ciencia reposa sobre ciertos presupuestos en los que habitualmen - calcarlo,
calcarlo, se han expuesto aquí con una concisión casi caricaturesca) debe
te no reparamos. enfrentar sus propias duda
dudas.s. Si somos realistas, ¿cómopodemo
podemoss estar  segu -

Conocemos la realidad del mundo que nos rodea a través de nuestros  ros del mundo externo? ¿Acasoel número de percepciones es garantía de
sentidos: la vemos, la oímos, tocamo
tocamos. s. Pero es un hecho conocido que (al verdad?¿No podría haber un ser humano -uno solo que percibiera lo que
-
menos a veces) nuestros sentidos nos engañan: vemos espejismos, tenemos tenemos los demás no pueden ver, y que por eso fuera llamado loco o alucinado? Si
alucinaciones, soñamos.
soñamos. Surge entonces la inquietante pregunta: iTendre- somos idealistas, ¿no parece incongruente sostener que existe un mundg
mos, talcuando
acaso, vez, más alucinaci
alucinaciones
suponemos ones
estarque las que creem
despiertos? os tener? iSoñaremos,
creemos
¿No estaremos despiertos
exterior incognoscible? Porque si no lo conocemos, ¿cómo sabemos que
existe? Y si hay cierta relaci ón entre sujeto y objeto, ¿de qué modo somos
relación
cuando creemos soñar? locumra ta tall vez, como decía Calderón de la Barca, capaces de distinguir entre los dos términos ddee es ta relaci
relación?
ón?Por Úl Últim
timo,
o, si
que toda la vida es sueño? preferirnos el solipsismo nos preguntaremos por qué nos tomamo tomamoss tant
tantoo
Una línea de respuestas propone trazar una distinción entre percep - trabajo y sufrimos tantas preocupaciones frente a un mundo que tal vez no
ciones auténticas y engañosas: las primeras coinciden cuando se las existe. Cuando el jefe nos repre
reprende
nde por haber llegado tarde a trabajar, ¿por
confronta entre í(y con las de otras personas), porque se fundan en los aué no le contestamos esfUmese, usted es una desagradable ilus ilusión
ión de m
hechos externos, en lo objetivo. Las engañosas pueden identificarse con re- espíritu ?
lativa facilidad, ya que no encajan en el esquema de coincidencias prove- La teoría del conocimiento
conocimiento se pregunta por los límites de nuestro sa-
niente de aquella confrontación. Existe, pues. una realidad cognoscible ber, y para eso se ve obligad
obligadaa a extender la vista más allá de esos límites.
frente a la cual actuamos ccomo
omo sujetos cognoscentes. Esta Es ta es la tesis básica Pero como, por definición,fuera
definición,fuera del ámbito del conocimiento no es posible
del  realismo, sobre cuyo molde está cortado el lenguaje que usamos, del saber alguno, el debate se transforma en una pura especu
especulación
lación ccuyas
uyas afir-
mismoUtramodo
moposición sostieneestilo
do que nuestro que,de
aunrazonar.
cuando' exista una realidad externa, maciones no son cuál
pues, demostrar susceptibles de prueba
de las distintas empírica
teorías ni objetiva. Noestá
del conocimiento se puede,
en lo
ella sólo puede ser conocida por los sentidos, instrumentos que nos propor- cierto, si es
e s que alguna lo está (y aun podría uno preguntarse si tiene algiin
cionan una imagen no necesariamente coincidente con aquella realidad. Y, do hablar de la verdad de una teoría del conocimiento).
 sentido
 senti
de todos modos, existen objetos
 objetos ideala, que se conocen
conocen mediante la razón. Esta grave situación podría zambull
zambullirnos
irnos en interminables y estériles
Un señalado exponente de esta tesis fue Kant, para quien las cosas en si especulacione
especu lacioness sobre el Ser, el Uno y el Mundo, y aun trabar el desarrollo
(los noúmenos) son incognoscibles, y sólo conocemos los fenóme nos (la ima-
 fenómenos de cualquier ciencia, si no fuera porque en general optamos por seguir vi -
gen que nuestra
nuestr a mente percibe de los noúmen
noúmenos).
os). Pero sostenía el mismo
- viendo como
como lo hacemos sin preocupamos por el problema. La pregunta es:
filósofo ales fenómenos son organizados por nosotros de acuerdo con
- ¿tiene alguna justificación una conducta tan displicente? Y una respuesta
ciertos esquemas propiosde nuestro modo de con conoce r, tales como el espacio,
ocer, posible
posib le sería: por lo menos, no trae consecuencias desagradables. Por eso
el tiempo ( formas de la intuición ), la
" "la sustancia o la causalidad ( formas
"
todos actuamos, en la práctica, como realistas empedernidos.
 

sólo porque no se oponen entre sí. Como se ha visto antes, la teoría de la La segunda línea de argumentación no se funda en observaciones di -
coherencia exige, además de la inexistencia de contradicción, que las pro - rectas. Consiste en sostener que la coherencia no debe darse dentro de un
que se acepten como verdaderaspuedan deducirse unas de otras.
posiciones que pequeño grupo cualquiera de proposiciones, sino dentro del conjunto de to -
Pero esta aclaración deja subsistentes algunas críticas. Algunos "
das las proposiciones que componen una ciencia o una teoría: una vez que
perros tienen ocho patas se deduce perfectamen
perfectamente
" te de todos los perros "
nos hemos
hemos situado dentro de una teoría o ciencia, hemos de tene r por ver -
"
tienen ocho patas , sin que nos hallemos dispuestos a ace ptar como verda- daderas las proposiciones que resulten coherent
coherentes
es (en el apuntado senti do
dera ninguna de las dos: a lo sumo estaríamos dispuestos a aceptar la pri- " "
especifico de coherencia ) con el resto de las que aceptamos. Incluso
mera si se nos demostrara la segunda (cosa que, obviamente, no ocurre). podría ampliarse el ámbito al conjunto de todas las proposiciones(de cual-
Para esta objeción, los partidarios de la teoría de la coherencia tienen quier ciencia o teoría) que resulten aceptables. De este modo
modo,, una proposi-
dos líneas de respuestas. ción cualquiera sena verdadera si pudiera ser justificada a partir de cual -
La primera consiste e n señalar que la coherencia del conjunto de pro- quier subconjunto
subconjunto de proposicionesverdaderas, y éstas a su vez lo serían
posiciones debe estar presidida por un subconjunto de ellas que a su vez sean por la misma razón, y así sucesivamente.
consideradas verdaderas por otras razones, y no sólo por su coherencia con Claro está que e sta línea de argumentación convierte a la totalidad de
las demás (como en el caso de los sistemas axiomáticos: la geometría o la las proposiciones verdaderas (o, en su versión res tringida, a la totalidad de
lógica, por ejemplo). ¿Otras razones? ¿Cuáles podrían se r esta s razones? Si las proposiciones de una ciencia o teoría) en un círculo cerrado (y algo vi-
no se nos provee una respuesta satisfactoria, el sistema de proposiciones cioso) en el que unas proposiciones se demuestran por las otras, sin que
verdaderas queda en el aire y será pasibl
pasiblee de las mismas criticas que luego ninguna de ellas se apoye sólidamente
sólidamente en la realidad. Se trata , pues, de una
se plantearán a la segunda línea de argumentación. Pero algunos filóso filósofos
fos
han creído encontrar la solución a partir de ciertos enunciados muy sen - línea atractiva
ro poco sólidapara losaenfoques
frente idealistas
las apetencias o de orientación
del hombre común. Sim
matemática,
atemática, pe-
nos sentimos
cillos, cuya verdad dependería de la observación pura, como veo ahora "
seducidos por esta versión de la teoría de la coherencia, pero deseosos de
una mancha verde aquí  . El conjunto de estos enunciados observacionales,
"
poner al menos un pie en la tierra , convendrá que examinemos con deteni-
cuya verdad conocemos directamente6, serviría como base a partir de la miento la siguiente teoría.
cual podrían determinarse por coherencia otras verdades más complejas.
posición nos enfrenta nuevamente con estados de cosas r edes , y
Esta posición
en cierto modo sutil nos devuelve a la teoría de la correspondencia. Pero, 233 Teoría pragmática, o ande yo caliente
aparte de esto, jcuántos o cuáles enunciados observacionales hacen falta y rí se la gente
para fundar la verdad de un enunciado más complejo?
complejo?Porque,
Porque, ciertamente,
" veo ahora una mancha verde aqui es compatible con mi abuela es ver- "
Quienes participan de este punto de vista sostienen que un enunciado '
"
de , pero la primera proposición no no alcanza para fundar la segunda. Como es verdadero si (y sólo si) tiene efectos prácticos para quien lo
lo sostiene. Po r
es imposible en la práctica exigir la verificación de todos los enunciados ob- efecto práctico debe entenderse todo lo que tiene importancia respecto de
servaciondes (que son infinitos),
decidirpmdencialrnente, decir,elsin
es decir, problema seo.convierte
criterio fijo.
fij en una cuestión
Esto e s aceptable cuandoa la supervivencia y de la prosperidad de cada individuo. Eti i caso de las
afirmaciones hechas por la ciencia, su importancia reside en que es posible
se trata de averigzrar, con mayor o menor probabilidad, cuáles proposi - usarlas para predecir acontecimientos, y así evitar los indeseados o dismi
dismi-
ciones son verdaderas (tal es el principiode la inducció
inducción:
n: ver 2.6.b); pero re - nuir sus efectos perjudiciales, o, en su caso, provocar acontecimientos
acontecimientos de-
sulta algo más duro de admitir c uando buscamos el concepto mismo de ver - seados.
dad, ya que nos deja sin criterio para distinguir entre verdad e hipótesis. En es ta línea d e pensamiento, la verdad de una proposici
proposición
ón (o de un sis -
En rcaliclad. la inromgibiiidod (o ucrdad pum  y si,nple  de estp tipo de enunciados es discutida (ver
tema de proposiciones, como una ciencia) dependerá entonces de la utili -
Ayer, A. J., E i p r ob
ob k m a d c l c í ~n » h i c n t u , s As., Eudeba, 1968 p. 63 y SS. ; y hasta se ha afirmado que dad que reporte; y tal utilidad, cuando es reconocida, tiende a incrementa r
los enunciados observacionales son iniitiles para la constitución de la ciencia (ver Bunge. Mario, La in el ámbito de creencia en la proposición
proposición de que se trate. De modo
modo que, cuan-
veshganón cient€fica, Barcelona, Ariel, 1969, p. 290 y siguientes).
do la creencia es estable y generalizada, se puede decir que la proposición
90
 

es verdadera. En otras palabras. entienden los pragmáticos que que una


sición es verdadera cuando expresa una opini6n destinada a se; sostennia sistemas de proposiciones,tal vez igualmente coherentes.
coherentes. pero, en su con
con--
por todos los investinadores.-.
 junto, menos útiles.
 junto,
Así expuesta, la teoría pragmática difícilmente concitará nuestra adhe-
adhe -
sión, ya que el concepto que propone resulta extraño al uso cotidiano de la
palabra verdad . Podría objetársele, además. que resulta muy difícil sa -
" " 234 ¿Todo es igual? ¿ ada es mejor?
igual?
ber cuáles serán las consecuencias prácticas de una creencia, y más dificil
aún averiguar si serán favorables o desfavorables, o si será realmente co comm- Si ahora apreciamos las distintas teorías de la verdad mediante una oje oje--
partida por los investinadores. ada panorámica, podemos ver que cada una de ellas pone el acento en al-
Aparte de esto, el>oncepto de conveniencia parece introducir un fac- fac -  gún aspecto particular del problema sin oponerse necesariamente a las
tor caótico que puede destruir todo intento de razonar objetivamente. otras. Cada una tiene a su vez algún defecto: la de la correspondencia es
" Verdad es lo que conviene al Partido , dijo alguna vez un enfervorizado
" corta de miras (no siempre existe
existenn estados de cosas a los que pueda corres-
corres-
leninista. Y, por cierto, las concepciones de Goebbels no andaban lejos de ponder una proposición); la de la coherencia carece de apoyo sólido, y la
allí. Si cada uno se fabrica su propia verdad sobre cada tema, todo didogo pragmática no no garantiza el suficiente rigor.
rigor. P ero tal vez sea posible sinteti-
sinteti -
será inútil y no quedará más que la fuerza desnuda como modo de comuni - zarlas: si entendemos la verdad de cada proposición dentro del esquema de
cación entre los hombres. l coherencia y fundamos la verdaverdad utilidad prác-
d de todo el conjunto en su utilidad
Pero algo puede pragmática, si s e la formuia de
puede rescat ase de l teoría pragmática, tica, obtendremos probablementelos resultados apetecidos por la teoría de
otro modo. Mucho, tal vez. la correspondencia conservando, al mismo tiempo, mejores posibilidades
prob lemas teóricos para definir de
Ya hemos visto que existen serios problemas para la construcción teórica8. Semejante posición, por otra parte, resultaria
un modo unívoco e indiscutible
indiscut ible el tipo de correspondencia
correspond encia entre proposi
proposi-- a su vez coherente con la formulada, respecto de la teoría del conocimiento,
ciones y estados de cosas, que la existencia misma de estados de cosas no en el párrafo 2.2.
es aceptada por todo el mundo (al menos, no de la misma manera)',
manera)', y que Sea como fuere, ha de quedar en claro que el concepto de verdad es un
una teoría de la verdad que pierda ded e vista este contacto
con tacto con la realidad (co-
(co- metodológica. En realidad (si es que hoy una realidad,
tema de decisión metodológica.
mo la de la coherencia. en su segunda versión) no resulta satisfactoria, apuntará nuestro amigo esckptico no hay werdades, sino simplemente
Bien, supongamos que tomamos diversos conjuntos de proposiciones, hechos,
hecho verdad es una caracteristica de las proposj-
s, estados de cosas. La verdad
eliminamos las contradicciones, explicamos las ruzones por las que acepta-acepta- ciones con las que, d e alguna manera, buscamos referimos a aquella reali reali--
mos cada una de ellas (es decir, sus vínculos con otras proposiciones del dad. Las proposiciones(o, si s e prefiere, los enunciados que las expresan)
mismo conjunto) y luego tratamos de oplieor ese conjunto a nuestra vida son instrumentos del ser humano, creados y usados por éste dentro de cier- cier -
práctica (como, por otra parte, lo hacemos a cada instante). Observaremos, to métod
 métodoo para comunicarse y describir los hechos, En uso de la libertad de
estipulación podemos definir la palabra verdad como mejor nos parezca
" "

probablemente.
mo "
que el conjunto
la tierra es redonda y Venezal que
uelapertenecen
Venezuela
" " está al nor teproposiciones talesfun
de la Argentina"
co-
co- -
oero tal vez convenga no perder d e vista las siguientes observaciones de
 ciona, en tanto los conjuntos a los que pertenecen proposiciones como la " origen pragmático:
tierra es cuadrada y Venezuela es un país limítrofe de k Argentina no
" " "
a) Nuestro concepto de verdad no debe resultar demasiado alejado del
 funciona. Lo advertiremos
advertiremos al buscar inútilmente las ans ias de la tierra o al
uso común, ni permitir una excesiva diversificación de verdades . " "
encontrarnos frente a iracundos aduaneros brasileños. Tal vez todo esto b) Debe permitimos calificar como verdaderas (o falsas) ciertas propo-
propo-
sea ilusorio (diría un idealista empedernido), pero hay cierto sistema cohe -
siciones que no se refieren a hechos directamente observables (como las
rente de propos
proposicione
icioness que nos trae menos dificulta
dificultades
des prácticas que otros
proposiciones negativas, las abstractas y las puramente teóricas), y
cufiosamente (icu osamente?), esta propuesta guarda cierta semejall=semejall= con 1 de Kelsen sobre
Ver parrafo 2.2 de las nonn as jurídicas:
jurídicas: la validez de una n o m a e funda en otras no- r6cha),
e( concepto de
l validez del conjunto depende de u eficacia p i l c t i r a C h . Kelsen. Hans. Te

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c Debe tener algún punto de contacto con la realidad (o con nuestra Creer, pues, no es lo mismo que
que saber. Pero, aunque se puede creer sin
percepción de ella). saber, no es posible saber sin cree r. Si la verdad e s el elemento objetivo del
conocimiento, la creencia es su f actor subjetivo: no podemos saber lo falso,
pero tampoco sabemos lo que no creemos, aunque sea verdad. La creencia
2.4. Sabes y creer es una condición del conocimiento; pero no una condición  caus  causal
al (por
mucho que lo cteamos, no haremos verdadero lo falso), sino una merag ca-
Nuestro afán por investigar e l proceso del conocimiento
conocimiento nos ha llevado mcte tim definito : conocer implica creer, aunque no a la inversa .
" "

a cier tos rodeos previos. Primero aislamos nuest ro objetivo


objetivo entre los distin -
tos significados de saber ; luego pasamos algo fugazmente por la teoría
" "

del conocimiento (para averiguar qué es lo que conocemos) y al final es - 2.5. Pero gs6nio sabemos?
tablecimos las bases para una teoría de la verdad (ya que conocer es cono-
cer el valor de verdad de alguna proposición).
proposición). Pero el conocimiento es algo Hemos aislado hast a ahora dos condiciones del conocimiento: la verdad
que tiene que ver con msotros. Somos nosotros quienes sabemos (si es que y la creencia. Para que digamos que conocemos la verdad de una proposi-proposi -
sabemos), de modo que ya es hora de encarar el elemento subjet  subjetivo
ivo del co-
co- ción es preciso que esa proposición sea
 sea verdadera y que cre amoss que lo es.
 creamo
nocimiento, el estado de conciencia que nos hace poseedores del saber. Ta l Así, quienes suponían que la tierra era plana no  sabían que era plana (por-
(por-
concienciaa e s la  creenci
estado d e concienci  creencia.
a. que su creencia era falsa) y tampoco  sabían que era redonda (porque no lo
Desde luego, ya no será una sorpresa para nosotros advertir que la pa pa-- creían). Simplemente, creían saber que era plana, lo que no es igual. Del
labra creer es ambigua.
" " "
ambigua. Yo creo en Dios significa que estoy persuadi-
" persuadi- mismo modo, nosotros  creem creemos
os sabe
saberr hoy muchas cosas: más adelante
do de que Dios existe. P ero yo creo en el candidato del partido X no
" tendremos tal vez que rectificar algunas de esas creencias, en tanto otras
quiere decir que pienso que tal candidato existe (lo que es obvio), sino que permanecerán hasta que algún nuevo elemento de juicio obligue a de -
confío en su honestidad, o en que cumplirá sus promesas, o en que ganará secharlas.
las elecciones. Sin embargo, todos estos significados puedenunificarse. En Pero entonces, podríamos objetar, sólo sabmos proposiciones negati- negati-
efecto. Dios existe y el candidato del partido X es honesto son propo-
" " " " vas: una vez que hemos descubierto que cierta creencia era falsa, sabems
siciones, y en cada uno de los ejemplos citados se expresa la creenci a en la que antes no sabíamos. Así, jcómo podemos atrevemos a afirmar que s a b e
verdad de alguna proposición. Entenderemos la creencia, pues, como la mos hoy alguna cosa? ;No sería más modesto (y proporcionado a nuestras
creencia de que determinada proposición es verdadera. limitaciones) decir que hoy simplemente  cre  creemo
emoss lo que admitimos como
Vivimos rodeados de creencias. Creemos en la verdad de innumerables cierto?
proposiciones,
proposicione s, pero tenemos pres ente que una proposición (aunque cre - humildad; y un poco más de
Tal cosa sería ciertamente una muestra d e humildad;
amos en ella) puede ser verdadera o falsa, y muchas veces hemos compro- compro - humildad no vendría mal, especialmente en el ámbito de las ciencias so- so-
bado con decepción que una proposición que creíamos verdadera resulta ciales, tan vinculadas a intereses y pasiones y, por lo mismo. tan fáciles víc-
víc-
falsa. como
cosas Esto se refleja
mera en el grado
conjetura, otras de nuestras
como creencias.
sospecha, Creemos
otras má algunas
s como probabi
probabi- timas
to nosdel fanatismo.
impediría Pero
trazar una humildad
convenientes excesiva respecto
distinciones del conocimien-
conocimien
entre diferente s formas-
diferentes
lidad. y, finalmente, estamos total y absolutamente persuadidos de algu- de la creencia. Porque, en verdad. una cosa es creer que dos más dos son
nas. cuatro, otra creer q ue el sol saldrá maíiana por el este y otra más creer que
La más alta iiitensidad de nuestra creencia, sin embargo, no es por sí H~~ quienes sostienen
sostienen que ~tarsegr troes condicibn necesaria del saber. Esta posición ha mere
sola garantía de la verdad de la proposición creída.
creída. Muchas creencias hubo cido como que no es 1 mismo "saber" que "alegar saber", ya que se puede saber sin estar
que se tuvieron puño, y despuCs debieron abandonarse.
tuvieron por verdades de a puño, serno aunque alguien pretende que sabe es porque está seguro de ello. En otras otras ~a la br s, star se
-

gun fi na c o
on
n d
di
ic ib
ib n n e m i a para que la p n t m i de saber sea justificable.
justificable.Pe"
Pe" no condi
Es q ue la creencia (en cualquiera
cualquiera de sus grados) es un estado psicológico,
-

Y Woozle~ . .
en tanto la verdad tiene un ingrediente objetivo que la hace independiente ción necesaria de. s bwmismo (ver Malcolm, N o m y n , ConocimientoY,
ery no mocn. en Conocimiento y creencia, compilado por Philip Griffith.
Griffith.Madrid,
Madrid, Fondo de Culhua
de nuestras opinione
opiniones.
s. ca, 1974, p 109 y 128, respectivamente).
Económica,
Económi
 

3 1 El conocimiento científico

La lectura de los capítulos anteriores ((se


se supone que) nos ha provisto de
ciertas herramientas básicas para acometer el estudio de las ciencias. Esta-
mos en guardiadecontra
prácticamente) las trampas
una teoría del lenguaje.deDisponemos
'del conocimiento, (al menos
modo que estimamos
que hay proposiciones cuya verdad puede conocerse. Conocemos algunas
teorías de 'la verdad, por lo que estamos en3condiciones de decidir qué
queremos decir cu ando afirmamos que cierta proposición es verd verdader
adera.
a. He-
mos distinguido el conocimiento de la mera creencia;
cre encia; est
establecimo
ablecimo s las con-
diciones constitutivas preferi mos, las caractensti-
constituti vas del conocimiento (o,si lo preferimos,
cas definitorias que integran la designación de conocimiento )y examina-
" "

mos las fuentes, de disímil confiabilidad, de las que podemos extraerlo.


De acuerdo, pues, con todo eso, conocemos el número telefónico de
nuestros amigos y la demostración del teorema de Tales; sabemos de qué
color era el caballo blanco de San Martín y de qué modo se dividen las célu -
las; no ignoramos la sensación que nos produce oír un tango de Gardel, Gardel, pe-
ro tampoco ignoramos que el derecho penal argentinoargenti no rep rime el homicidio
con prisión o reclusión de ocho a veintici
veinticinco
nco años. Se trata
tra ta en todos los ca-
sos de conocimientos genuinos, adecuadamente fundadbs en fuentes con-
fiables, al menos para cada uno de nosotros.
En efecto, los números de teléfono nos han sido comunicados por sus
titulares autmidad) y comprobados al llamar a ellos con resultado positivo
(experiencia); el teorema de Tales puede ser demostrado a partir de los
axiomas de la geometri
geometriaa euclidiana (razonamiento);
(razonamiento);dado por sup uesto que
San Martín tenía un caballo blanco, su color no pudo ser otro que ése (razo-
namiento);
namiento ); llo
o que sent imos al escuchar
esc uchar Mi Buenos Aires querido es apre-
" "

ciable por simple introspección


introspec ción (experi
(experiencia
encia);
);el p roceso de cariocinesis apa-
rece en cualquier texto elemental de biologíabiología autorihd), pero puede ser
observado en el microscopio ((expe
experiencia).Por último, la sanción del homi-
riencia).

cidio aparece en el Código Penal, que podemo


podemoss consultar a voluntad (exp
(expee- los hechos particulares que ocurran en la vida de Hé ctor, Santiago o Eduar-
 riencia), o en cualquier tratado sobre derecho penal (autoridad)'. do: las ciencias compran hechos por mayor, no al menudeo. Ellas se nutren
Ahora bien, algunos de est os conocimientos (el del teorema de Tale s o de conocimientos generales.
el d e la
esto? ¿ cariocinesis, por
por ejemplo)
ué características se consideran
poseen los conocimientoscientij?cos. ¿Quétales
¿Quésignifica
científicos, significa
que Pero podría argumentarse y los experimentos? Si pedimos a cual-
quiera que imagine a un científico en acción, probablemente pensará en un
otros conocimientos Diversos auto-
conocimientos igualmente genuinos carezcan de ellas? Diversosauto- químico que, de guardapolvo blanco y con mirada obsesiva, examina la re -
- -
res 2, principalmente desde la óptica de las ciencias naturales, han buscado acción de un preparado en un tubo de ensayo. Esa reacción es un hecho in-
establecer las diferencias entr e el conocimiento científico y el no científico dividual, y sin embargo nuestro científico la escruta apasionadzmente y to-
altivez, precientz'fico). Para los fines de
(al que llaman a veces, no sin alguna altivez,precientz'fico). ma nota de ella en un cuaderno. E l sabe r obtenido con ese experimento, ¿no
nuestro estudio, podemos resumir las características del conocimiento es acaso científico?
científico en tres cualidades: el conocimiento científico es general,
general, socia
sociall y Sí, lo es; pero sólo en la medida en que el experimento carezca de valor
legal. Examinemos un poco cada una de ellas. por sí mismo. Es to parece paradójico, pero es fácil de explicar. Si hubiéra-
mos observado más atentamente a nuestro químico habríamos visto que
antes de provocar la reacción en el tub o de ensayo había anotado cuidadosa-
3.1.1. onocimiento general mente en su cuaderno los preparativos realizados, las sustancias emplea-

Nuestro amigo Héctor vive en Buenos Aires y tiene tres hijos. Otro das ycon
esto las afán
condiciones en las quesino
autobiográfico, el experimento s e llevaba
para establecer, a cabo.
en caso No hacía
necesario, los
amigo, Santiago, es bajo de estat ura, y su mujer tiene ojos claros.
claros. Un terce- requisitos que permitiesen repetir la experiencia. Ea reacci
reacción
ón química pro-
ro, Eduardo, es filósofo y no tiene dinero. Supongamos que cada uno de es- vocada no tiene valor por sí misma, si110 en cuanto ella pueda ser un ejemjlo
tos datos es exacto. y ha sido debidamente comprobado. ¿Podemos de- de una clase de casos; una manifestación individual de ciertas caractensti-
ellos? ¿Podemosinsertarlos
sarrollar alguna ciencia a partir de ellos?¿Podemos insertarlos útilmente en cas generales que sean comunes a toda esa clase. Naturalmente, la expe -
el contexto de alguna ciencia? riencia puede tener otro tipo de importancia propia: por ejemplo, puede
Probablemente, no. Se tra ta de conocimientos útiles para nuestra vida constituir el análisis de sangre de un paciente en grave peligro. En seme-
cotidiana, pero no de conocimientos cientifi'cos. Distinta sen a la situación si  jante caso la reacción química tiene importancia vital para un individuo, y
conociésemos una multitud de casos semejantes, que nos permitieran afir- la información que el paciente obtiene cuenta con respaldo cientz'fzo
cientz'fzo(ya
(ya que
mar, por ejemplo, que los porteiíos tienden a tener tres hijos, o que los la ciencia ha establecido la relación entre el resultado del experimento y
hombres bajos prefieren cas arse con mujeres de ojos claros, o que los filó- ciertas condiciones orgánicas del individuo con cuya sangre ?qué1 se ha ,

sofos no se enriquecen fácilmente. Si estas proposiciones fueran verdade- practicado); pero esa experiencia individual, como tal, es irrelevante para
ras (y de
parte esta destudio
noalgún i c b quesociológ
al menos
icoalguna
sociológico y llegardea ellas no lo proposiciones
constituir sea), podrían
proposicionesformar
cientí - el conocimiento científico, en el que sólo podría llegar a insertars e por vía
estadística.
ficas. Pero ninguna de ellas puede afirmarse a partir de un caso individual,
individual,
ni de unos pocos casos coincidentes..
coincidentes..AA la sociología le importan un bledo
3.1.2. Conocimiento soc
social
ial
A propósito de este ejemplo. conviene distinguir entre autondad prescnptiw y autoridad
descn ptiw.La autondad prescriptiva, o normativa, es el atributo de quien p uede dictar normas
normas,, en tan
to la autoridad
autoridad descriptiva es la d e quien está en condiciones de transmitirnos información
información confiable.
-

Las ciencias no forman parte de la naturaleza: están hechas por el


Esta Ultima constituye una fuente de coiocimiento (fuente derivada y no siempre segura: ver pánafo hombre, y s e componen de conocimientos que el hombre ha llegado a acu-
2.6. punto d.). La autoridad prescnptiva es una fuente de normas, que a su vez p ueden ser conocidas ddii
-

aquélla. Y, cuando decimos el hombre , no nos icferimos en


mular sobre aquélla. " "
rectamente (por experiencia) o a travks de su descripci6n por terceros (autoridad). El Código Penal no
fnm que un delito será reprimido de tal o cual forma: Io dUpone,haciendo con ello un uso directivo especial a algún ser humano, sino de un modo m genérico a la comunidad
del lenguaje (ver parrafo 1.5.1. punto b.). Un batado de derecho penal, en cambio, está redactado en un de los seres humanos. No a su totalidad, yyaa que hoy nadie es experto e n to-
metalenguaje descriptivo (parrafo 1.2.3.1.).
das las ciencias de su tiempo (y, de hecho, la enorme mayoría de la hurnani-
 

dad no domina ciencia alguna).


alg una). Lo fundamental,
fundament al, para que en este aaspe
specto
cto un en que han de poder comprobarse las proposiciones científicas. Cuando
conocimiento pueda llamarse científico, es que tal conocimi
conocimiento conocimiento
ento pueda ser ellas se obtienen por medio del razonamiento, es posible verificarlas me-
comunicado,
quiera con la de modoadtaly que
capacidad
capacid en principio
el empeño se halle
necesarios a disposición
para averiguarlo.de cual
- dianteextraídos
rales una demostración
demostra
de lación matemática
experiencia o lógica,
no se prestanpero
t an los conocimientos
fácilmente gene--
a una verifi
Est a característica es la que distingue a la ciencia (tal ccomo
omo la conoc
conocee- cación completa: piénsese en lo complicado que sería examinarexam inar todas las cé -
mos en Occidente) de los conocimientos
conocimientos que integran las doctrinas esotéri - lulas del universo (durante todo
todo el tiempo) para verificar si efectivamente se
cas, como el yoga o el zen. Los cultores de estas líneas de pensamiento sos- reproducen por cariocinesis. Para casos semejantes se admite a menudo
tienen comúnmente que ciertas verdades de gran importancia no pueaen que el conocimiento científico
científico debe
debe se r confirmable; es decir, susceptible
ser expresadas o comunicadas por medio del lenguaje: uno llega a eilas me- de ser ejemplifi
ejemplificado
cado pos
positivament
itivamentee por medio
medio de un número indeterminado
diante cierta forma de iluminación, o destello de conocimiento, y lo único de experiencias, con tanta mayor confiabilidad cuantas más sean ellas.
que puede hacer el maestro es poner al discípulo en las condiciones propi propi-- conocimiento científicosea refutable: ha de depen-
Otra teoría exige que el conocimiento depen-
cias para que en su espíritu se produzca ese destello. der de la observaci6n empírica, de tal suerte que ésta pueda demostrar su
La primera condición, pues, para que un conocimiento
conocimiento sea social
social es que falsedad; y valdrá en tanto tal demostración no se produzca. Cada una de
no sea inefable
inefable (insuscept
(in susceptible
ible de ser expresa do en pal
palabras),
abras), sino co
comuni
muni- estas posicion
posicioneses da lugar a i nteresantes debates epistem
epistemológicos,
ológicos, pero no
cable,
cab le, apto para ser contenido en proposiciones desc descriptivas.
riptivas. es éste el momento oportuno para analizarl os (ver 3.5. y siguientes). Basta-
analizarlos Basta-
Claro está que ahí no se detiene la exigencia. Recordemos por un mo - rá por ahora establecer que el conocimiento científico ha de poder compro-
mento uno de nuestros primeros ejemplos: lo que sentimos aall oír cantar a barse socialmente,ya sea mediante
medi ante el razon
razonamient
amiento o o con ayuda de la expe -
Gardel. Nuestra reacción no es inefable, ya que puede expresarse en pa - riencia.
labras: me ha producid
" producidoo una sensación de entusiasmo ; me ha dejado in- " "
El aspecto social del conocimiento científico tiene aún otra faceta. Ya
"
diferente ; me hizo recordar que debo viajar a Medellín la semana entran -
"
dijimos antes que no todos los seres humanos son expertos en todas las
te . Nuestro interlocutor se enterará de nuestra reacción por nuestras pro
" pro-- ciencias; pero esta afirmación tiene su caso extremo en el de un hombre de
pias palabras; pero, fuera de ellas, no tiene otr a posibil
posibilidad
idad de comprobar ciencia que llega
llega a un descubrimiento importante y que, por capricho per- per-
qué ha sucedido en verdad dentro de nosotros al oír la canción. sonal, por escrúpulo moral o sencillamente porque nadie se toma el trabajo
Ocurre, pues, que el conocimi
conocimiento científico es ver ficab1e; no sólo por
ento científico de escucharlo, no comunica a nadie su hallazgo. El conocimiento obtenido
aquel que lo adquiere originalmente, sino también por cualquiera a quien características necesarias para ser cientqi-
por este hombre tiene todas las características
ese conocimiento
conocimiento sea comunicado
comunicado y que disponga de los medios técnicos co, pero un tratadista de la ciencia de su época difícilmente podría incluirlo
adecuados para ello. Imaginemos a un hombre de ciencia q que
ue se presenta en su l ibro, ya que nadie lo conoce
conoce y, probablemente, desaparecerá con la
en
dice: congreso
un
"
de sua especialidad
yo he llegado especialidad y,medios
saber esto por luego de anunciar una
irrepetibles, nuevaque
de modo teoría,
nin- muerte
dad del pues,
social, investigador.
habremosSide
tenemos enque
concluir cuenta que la ciencia
el conocimiento noes una activi -
comunicado
guno de ustedes podrá comprobarlo por sí; pero les pido que crean en mi principio sea comunicable, no integra el sistema cientí -
de hecho, aunque en principio
palabra . P or mucho que sea su prestigio, los colegas asistentes al congre
" congre-- fico al que por su naturaleza está destinado.
so pensarán que nuestro amigo empieza a chochear:
chochear: no es que la palabra de Un caso intermedio, mencionado por Bunge4, es el de un descubrimien-
un científico carezca de valor, pero la ciencia no se sustenta en l a f e ni es to celosamente guardado como secreto de Estado. Semejante conocimiento
conocimiento
víctima complaciente de la falacia de autoridad3. tiene carácter social, aunque con efecto restringido, al menos al principio,
Problema aparte (y no de los menos arduos) es el referente a los modos al grupo selecto que lo ha adquirido o al que ha sido comunicado. Aunque
no sea conocido por el público ni debatido en los congresos, al menos ha te -
nido oportunidad de ser contrastado con el parecer de otras personas, y se-
Sobre este tema pueden consultars e: Bunge, Mario La ciencia, su método
consultarse: método y su filosofía Bs.  As.,
Siglo Veinte, 1978 y La investigación científica Barcelona, Ariel 1969, p. 19 y SS.;Nagel, Ernest, La rá probablemente conservado para la posteridad. Se tr ata de un caso que
estructura e la cien , Bs. As., Paidós 1978, p. 15 y siguientes.
Ver párrafo 2.6.. nota 14. Bunge, La ciencia
 ciencia su método su filosoffa p.  23.
método
 

Es cierto que las leyes integran las ciencias, pero sería una simplifica-
integra el cono de vaguedadWe la expresión conocimiento científico , pero
"

ción excesiva afirmar que las ciencias sólo se componen de leyes. Si hojea -
razones prácticas
prá cticas parecen acon
aconsejar
sejar que lo incluyamos en la designación de
mos un tratado científico
científico cualquiera encontraremos definiciones, clasifi-
ésta.
caciones, descripcion
descripciones
Pero las leyes son, deesalgún
de hechos
modo,particulares,
el centro ,deleyes, hipótesis y teorías.
esta constelación de ele-
mentos. Las definici
definiciones
ones y clasific
clasificacione
acioness sirven para clarificar y delimitar
el campo en que se las enuncia;
enunc ia; los hechos particular
particulares,
es, elementos de juicio
para establecerlas o criticarlas; las hipótesis son conjeturas más o menos
Dijimos que el conocimiento científico es general, y hemos examinado
fundadas que aspiran a convertirse en leyes; las teorías (en sentido restrin-
algunos ejemplos de propos iciones generales que, si fu fuesen
esen verdaderas, gido) son sistemas de leyes o leyes de un nivel superior. El conocimiento
conocimiento
podnan insertarse en alguna ciencia: los porteños tienden
" tienden a tener tr es hi-
hi- científico en general tiende a la enunciación, a la verificación y a la refuta -
 jos , los hombres bajos prefieren casarse con mujeres de ojos claros .
" " "
ción de leyes, y por eso puede caracterizarse como conocimiento legal6.
Podríamos agregar otros: los cuerpos se atraen ent re sí en proporción
" proporción di-
Acabamos de decir que las leyes contribuyen a la comprensión de algún
recta a su masa y en proporción inyersa al cuadrado de la distancia que los
universo. ¿Quésignificado asignamos a comprender ? Cuando
sector del universo. " "
separa ; una proposición no puede ser a la vez verdadera y falsa . Estas
" " "

proposiciones expresan conocimientos científicos, que corresponden res- no comprendemos un hecho, pedimos a alguien que nos lo apl@ue.
significa ser capaz de explicar. Y ¿qué es lo que hace-
Comprender, pues, significa
pectivamente
Pero ¿para quéa sirve
la física y a la lógica. Como los anteriores, son generales.
esta generalidad? mos cuando explicamos un hecho?
Una proposición que afirma con verdad algo sobre una generalidad de Explicar no es lo mismo que describir ni que conocer: un hecho puede
hechos (sin limitació
limitación n a sujetos, tiempo ni espacio particulares) tiene la vir - ser conocido
conocido por nosotros (tal vez estemos vién viéndolo
dolo),
), y sin embargo pare-
tud de referirse no sólo a los hechos que nuestra experiencia ya ha observa-
cemos inexplkbk o incomprensibk. Una de las formas de explicar un
do sino a todo
todoss los hechos de la misma clase, incluso a aquellos que no he- hecho es encuadrarlo
encuadrar lo en una proposición general verd verdadera.
adera. Si un niño no
comprende que haga tanto calor, le explicaremos q que
ue estamos en verano, y
mos visto y que quizá ni siquier
siquieraa imaginamos: pasados ; presentes ofuturos.
o futuros.
que en verano suele hacer calor. Si no comprende por que se enciende la luz
En esto
est o consiste
consist e el carácterp
carácterpredicti
redictivo
vo del conocimiento científico: la ley
de la gravitación universal permite prever el modo en que se comportarán cuando movemos
movemos el interruptor, le diremos que al hacerlo hemo hemoss cerrado
un circuito eléctrico, y que cu ndo esto omwe i ener8.a llega a l kimparq
dos cuerpos cualesquiera la semana próxima o dentro de millones de años;
la ley de no contradicción nos autoriza a considera
co nsiderarr falsa de antemano cual-
cual - que se enciende. Si el chico vuelvea pregun
pr eguntar,
tar, por ejemplo, por qué es vera -
quier expresión que a la vez niegue y afirme una proposici6n. no, tendremos que hablarle de la traslación de la Tierra en to mo al Sol, de <

¿Dijimosleyes?Sí: leyes científic


cie ntíficas,
as, leyes des
descript
criptivas.
ivas. En el lenguaje de la inclinación
inclinación de su eje respecto de la eciíptica y del ángulo en que los rayos
la ciencia se Uama ley a una proposición general, cuya verdad ha sido Bufi- solares inciden
guntando en gira
por qué su superficie según
la Tierra en el momento
su órbita, habrrídel
queaño. Y si a
recurrir sigue
la leypre
de-
cientemente establecida, que reviste una importancimportancia ia relevante para el co -
nocimiento de algún sector del universo. Cuando nos hablan de prever el la gravitación universal, a la fuerza centrífuga y al concepto de equüibrio
futuro, solemos pensar
pensar en una señora de turbante que, frente a una bola de dinámico... a menos que optemos por enviar
envia r al niño a ver televi
televisión
sión y siga -
cristal y con una lechuza sobre el hombro, engaña a los incautos con ambi- ambi- mos leyendo las crónicas del fútbol.
guas generalidades. Las leyes científicas, sin embargo, son nuestra bola de Un hecho, pues, se explica por una proposición general; ésta por otra
cristal con
confiab
fiable,
le, el oráculo veraz al que consultamos en todo momento para En el lenguaje jurídico se habla de actos legales e ilegales: generalmente se llama legales a los
conocer el futuro, para dominarlo y para volverlo, llegado el caso, en actos permitidos e ilegales a los prohibidos (aunque
(aunque podr
podrían
ían distinguirse ciertas sutilezas que no vaie la
nuestro favor. Las leyes integran las ciencias, y la aplicaplicació
ación
n práctica d e las pena examinar aqu?. En tiempos de censura, por ejemplo, un c o n ~ m i e n t oegul sería aquel que puede
adquirirse. expresars e o transmitirse sin perturbara los propietarios
propietariosde la verdad, de la moral pública y
ciencias constituye
constit uye la técnic
técnica,
a, de cuyos logros solemos asombramos. de la seguridad del Estado. Pero en el context o de las ciencias la expresi6n tiene otro significado: con
cimiento legal es aquet que se expresa en.leyes descriptivas o que tiende a su formulacidn y a su exa-
~elftico.
Ver pirrafo 146
 

clase de neurosis o de psicosis, e indicará tal vez llaa terapia adecuada


adecuada para cisión.
cisión. Ninguna de estas acciones se cumple aall azar, ya que existen proce-
cada afección. dimientos establecidos
establecidos para obtener los mejores resultados en cada una de
Para lograr claridad y precisión en sus resultados, la ciencia comienza
comienza ellas Estos procedimientos (o metodos)
metodos)elaborados
elaborados a lo largo de la historia
seried d
por afilar sus herramientas.
pulativamente definidos , loIntroduce en el manejar
que le permite
"
lenguajeunnatural términos
lenguaje esti
 técnico.
 técnico. Y,- deencuentran
se la ciencia, buscan asegurarabiert
, naturalmente, la os a las delmodific
trabajoaciones
científico
modificacione s queen generalny-
la experien
experie
cuando esto no es suficiente, inventa lenguajes nuevos, compuestos por cia futura aconseje; pero en cualquier caso se considera conveniente
conveniente obser-
símbolos arbitrarios carentes de interpretación intrasistemática (los len- len - varlos. De este modo, si queremos hacer una encuesta de opinión para de -
fomles 2). Sea como fuere, el lenguaje científico busca siempre co-
guajesfomles
guajes co - terminar las preferencias polític as de un país, no consultaremos exclusiva-
políticas
menzar por conceptos simples
simples y accesibles y, a partir de ellos, construir de- morde a habitantes de los bamos ricos de la capital; de todos los argenti -
"

finiciones
finicio nes sucesivas de nuevos términos hasta alcanzar el grado de preci - "
nos son humanos y de algun" algunosos sudafricanos son humanos no extraere-
"

sión deseado. Est e grado de precisión (es necesario recordarlo) no ha de ser mos como conclusión que alguno algunoss sudafricanos son argentinos ; y, pues-
" "

forzosamente absoluto:
absoluto: en la mayoría
mayoría de los casos subsiste en el lenguaje tos a exponer un sistema de conocimientos científicos, no empezaremos
científicou
científico un margen de vaguedad o d e ambigüedad. Ocurre que el lenguaje por los más complicados sino por los más sencillos.
no requiere mayor precisión que la necesaria para expresar el conocimiento La ciencia es, pues, una activida
actividad d metódica. Entre las diversas clases de
adquirido o en proceso de adquisición, y así el lengqaje de la ciencia logra metodl3s que regulan la actividad científica se asigna cierta preponderancia
mayor exactitud paulatinamente, a medida que el avance de las investiga- investiga- a los que establecen el modo en que pueden extraer se conclusionesa partir
ciones lo hace necesario. de ciertas premisas o datos que sirvan como puntos de partida. Y no es
El afán de precisión hace también que la ciencia busque, en lo.posible, extraño que así ocurra, ya que esa actividad ocupa un puesto central en el
medir los fenómenos
fenómenos a loloss que s e refiere. Para esto se inventan unidades de escenario de las ciencias: es la que permite transformar la observación eem m-
medida (el metro, el gramo, el decibe1,la
decibe1,lacaloría,
caloría, los grados de la escala sís- pírica en conocimiento científi co y, en un orden de ideas más genérico, la
científico
mica)y
mica) y se desarrollan medios de medición
medición (la
(la triangulación,el manómetro, que consiste enen saltar de unas verdades a otras para constituir, entre todas
el sismógrafo, los índices económicos). Cuando esto se logra, la ciencia ellas, el sistema del conoc imiento.. Por esto e s común que la palabra méto-
conocimiento "

tiende a mtemutitarse por medio de tablas y de fórmulas.fórmulas. Claro está que no do sea entendida, en sentido restringido, como procedimiento para la ob
"

todas las ciencias han alcanzado esta aspiración (algunas permiten aún una tenci& de conocimientos cie ntíficos. A este concepto de método,
científicos. método, a sus va-
va-
lectura amena); pero el corazón del científico
científico abriga siempre el des eo de ha-
ha- riedades y a sus principios, nos referiremos más adelante (ver 3.5. y si- si-
cer mensurables los fenómenos objeto de su estudio. Hay que reconocer, sin guientes).
embargo, que no todas las ciencias alcanzan la precisión por vía numérica
(la lógica simból ica, por ejemplo, ha llegado a convertirse en cien& exacta
simbólica,
3.3. Ciencia form l y ciencia empáric
sin utilizar mediciones numéricas).
Hasta ahora hemos hablado acerca de las ciencias en general; pero el
3.2.2. La ciencia como actividad metódica íntegro conjunto de las ciencias constituye
constituye un bloque demasiado grande pa -
ra que podamos examinarlo
examinarlo de cerca sin perder de vista una parte sustan-
La actividad del hombre de ciencia consiste, en términos genéricos, en cial
cial.. Será preciso dividirlo, para analizarlo parte por parte. Y el modo de di-
dividirlo,
recopilar datos, elaborarlos, extra er de ellos conclusiones,
conclusiones, confrontar estas vidir idealmente
idealmente un sector de la realidad en sectores más pequeños es (ya llo
o
conclusionescon otros dato s y con el resultado de otras investigaciones, or- sabemos) la clas i~czon.Las clasificaciones p posibles
osibles (también lo sabemos)
modo sistemático y exponerlas con pre-
denar todas las conclusiones de un modo son infinitas, y se trata de elegir entre ellas la que nos parezca más ade -
cuada a nuestro fin. ¿Qué clasificaciónescogeremos para las ciencias? Va-
Ver párr o 1.4.9.3.
rias han sido propuestas alguna vez; otras pueden ser imaginadas ahora:
l2 Ver párrafo 1.1.1. punto b, ap. 2.
 

 o

 ,
 

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