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“La música del ayer “es “clase aparte” en el Bar El Boricua”, Máquina
Borracha.
A nadie se le pasó por la cabeza que a raíz de esta idea naciera uno de los sitios
más populares y de mayor tradición de la cultura pagana de Magangué.
Cuenta Humberto que se fue al almacén del “Nono” Aldana y con $900 adquirió un
gramófono y empezó a poner discos y a poner discos según, afirma con un
denuedo de nostalgia que no puede ocultar.
La gente empezó a llegar informalmente a compartir un rato en este lugar hasta que
Humberto Gutiérrez se asoció con Vicente Carleo y organizaron el bar que “se inició
con tres mesitas” según afirma “máquina”, hasta que la gente obligó a una
ampliación.
Después Carleo se fue de Magangué, Humberto se quedó con el bar, al que bautizó
“El Boricua”, debido a su amor por la música de Daniel Santos, a quien conoció en
persona en el año 70 en Barranquilla, gracias a un amigo conocido como Lucho
Boricua, quien le presentó al “anacobero” una inolvidable noche currambera, al lado
de un picot, que no se cansaba de hacer sonar canciones como: “Dos Gardenias”,
“Que cosas tiene la vida”, “Obsesión”, “Pa’ fricase de los pollos” y muchas más que
se mantienen en el corazón y en el alma de Humberto y de todos los amantes de
este género musical.
La dinastía
Humberto combinó la atención del bar; el cual hoy, como hace 36 años, abre
estrictamente los fines de semana (viernes, sábados y domingos), “para no molestar
a los vecinos”, afirma; con la sastrería y hoy con la conducción: de un colectivo que
le ayuda a soportar los gasto para mantener a la familia.
Pero esta familia ya creció, es por ello que hoy “El Boricua” ésta a cargo de dos hijos
de Humberto: Sigifredo y William Gutierrez Vergara, son ellos los que atienden
viernes, sábados, domingos y festivos, el bar, son ellos los encargados de mantener
viva la tradición “salsómana” de “El Boricua”.
“Maquina Borracha”
Se asomaban los años 70’, se desarrollaba un partido de fútbol entre las selecciones
de Piñalito y Magangué, dentro de las celebraciones de las fiestas de esa localidad
ubicada al suroriente de Magangué. Humberto hacía parte del equipo de fútbol de
Magangué que enfrentaba al seleccionado local, era el plato deportivo de las fiestas.
Humberto era el bat central del equipo porteño. El marcador final 4 a 4, hizo que la
comunidad piñalitera proclaman a su equipo y el empate se sintió como un triunfo,
dadas las condiciones del equipo magangueleño.
Cuenta Gutiérrez que en esa época estaba en sus años mozos y aún no había
aparecido la pronunciada calvicie que hoy lo acompaña, “mejor dicho era un galán”,
añade contando la historia.
Como todo sitio importante que se respete, “El Boricua” ha sido visitado por
innumerables personajes que han visitado Magangué por diversas razones, para
William y Sigifredo es motivo de orgullo, y con razón, enumerar uno a uno a los
famosos que han compartido una noche de farra sana en el bar de “Máquina
Borracha”.
Con el rostro iluminado por la felicidad de haber compartido algunos momentos con
estas personalidades, William y Sigifredo empiezan a enumerar uno a uno a
quienes, no obstante su fama, han compartido un momento de sosiego y paz en “El
Boricua”: El negro Ray (según ellos el mejor bailarín de la costa), Rafael Orozco,
Mingo Martínez, Chico Cervantes, Alejo Durán, Rodolfo Aicardi, Rafael Escalona, el
guitarrista Marchena, El Sexteto Nacional de Cuba, Robinson Díaz, Jairo Camargo,
Oscar Golden, Los Gaiteros de San Jacinto, Yolanda Rayo, Aníbal Velásquez, Joe
Arroyo, Oscar Meléndez, Los hermanos Zuleta, Los Betos, Willi Calderón y Martín
Madera, son entre otros los famosos y a la vez afortunados de haber vivido, por lo
menos una vez la experiencia de pasar una noche escuchando la exclusiva
discoteca de “El Boricua” y compartir la calidad humana de quienes allí se
desinhiben al calor de un buen trago.
Homenajes póstumos
La estadística es llevada con disciplina rígida en una libreta cuyo prólogo dice: “Aquí
aparecen aquellos que amaron el son y el bembé! Aquellos que interpretaron la vida
de manera singular de acuerdo a sus inclinaciones musicales…”.
Estos difuntos han llegado al cielo impregnados del sabor de la salsa y el bembé y
han contagiado a los ángeles con este sabor, produciendo siempre una lluvia de
estrellas y son al llegar.
Hasta hoy han recibido este homenaje: Manuel Salvador Benítez Viloria, “El Paco”;
Albeiro de Jesús Navarro Carillo; Fabián Alfonso Ribón Arvila; Luis Rafael Tapias
Villanueva, “Higuita”; Francisco María Manjarrés Acosta, “Cara de Papa”; Pedro
Ramón Ribón; Julio Guerra; John Jairo Núñez Almanza; Nomelia Collazos, “Nunilia”;
Jairo José Rodríguez Méndez, “El Puya” y Fanny E. Arrauth quien fue sepultada el
sábado anterior PAZ EN SUS TUMBAS.
Como en todo campo del arte que se respete, hay figuras, y Magangué no se queda
atrás, los zares de la salsa local:
William y Sigifredo, cuentan que en este: puerto hay grandes exponentes del baile y
grandes conocedores de salsa.