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“EL BORICUA”, 36 AÑOS EN EL CORAZÓN DE LOS MAGANGUÉLEÑOS”

El bar, Lino de los más tradicionales y antiguos de la ciudad ha sido escenario


de catorce homenajes a difuntos que en vida lo pidieron - Artistas de todos los
géneros han disfrutado la noche bohemia magangueleña en este lugar.

“La música del ayer “es “clase aparte” en el Bar El Boricua”, Máquina
Borracha.

TEMTO: RODOLFO ZAMBRANO VESGA


FOTOS: ALEX BARRIOS G. Y ARCHIVO

Cuando en la calle se escucha el nombre de Humberto Gutiérrez De Fex, nadie sabe


de quién se trata, pero al oír de la garganta de una persona el apelativo “máquina
borracha”, de inmediato se cruzan por la memoria las noches bohemias más
elegantes, exclusivas y tradicionales de Magangué. -

Una cálida tarde de principios de la década de los sesenta se encontraban, como


todas las tardes en la sastrería de Humberto Gutiérrez, quien hoy cuenta con 65
años, un grupo de personajes disfrutando del paisaje vespertino del parque de Las
Américas, y compartiendo una botella de ron Blanco.

Se destacaban entre estas personalidades, el abogado Luis Villalobos y Julio


Guerra, ya fallecidos, quienes le sugirieron a Humberto que se comprara un radio
par a escuchar algo de música.

A nadie se le pasó por la cabeza que a raíz de esta idea naciera uno de los sitios
más populares y de mayor tradición de la cultura pagana de Magangué.

Cuenta Humberto que se fue al almacén del “Nono” Aldana y con $900 adquirió un
gramófono y empezó a poner discos y a poner discos según, afirma con un
denuedo de nostalgia que no puede ocultar.

La gente empezó a llegar informalmente a compartir un rato en este lugar hasta que
Humberto Gutiérrez se asoció con Vicente Carleo y organizaron el bar que “se inició
con tres mesitas” según afirma “máquina”, hasta que la gente obligó a una
ampliación.

Después Carleo se fue de Magangué, Humberto se quedó con el bar, al que bautizó
“El Boricua”, debido a su amor por la música de Daniel Santos, a quien conoció en
persona en el año 70 en Barranquilla, gracias a un amigo conocido como Lucho
Boricua, quien le presentó al “anacobero” una inolvidable noche currambera, al lado
de un picot, que no se cansaba de hacer sonar canciones como: “Dos Gardenias”,
“Que cosas tiene la vida”, “Obsesión”, “Pa’ fricase de los pollos” y muchas más que
se mantienen en el corazón y en el alma de Humberto y de todos los amantes de
este género musical.

La dinastía

Humberto combinó la atención del bar; el cual hoy, como hace 36 años, abre
estrictamente los fines de semana (viernes, sábados y domingos), “para no molestar
a los vecinos”, afirma; con la sastrería y hoy con la conducción: de un colectivo que
le ayuda a soportar los gasto para mantener a la familia.

Pero esta familia ya creció, es por ello que hoy “El Boricua” ésta a cargo de dos hijos
de Humberto: Sigifredo y William Gutierrez Vergara, son ellos los que atienden
viernes, sábados, domingos y festivos, el bar, son ellos los encargados de mantener
viva la tradición “salsómana” de “El Boricua”.

William es el propietario de una de las colecciones de discos de acetato más grande


de la región, algo más de cinco mil “long play” hacen parte de la discoteca de
“Máquina Borracha” (así también se le conoce a “El Boricua”). Sigifredo atiende el
lugar y acompaña a los bohemios a sentir el sabor de la salsa, las baladas y el
género musical que prefiera el cliente de acuerdo a su estado de ánimo.

“Maquina Borracha”

Se asomaban los años 70’, se desarrollaba un partido de fútbol entre las selecciones
de Piñalito y Magangué, dentro de las celebraciones de las fiestas de esa localidad
ubicada al suroriente de Magangué. Humberto hacía parte del equipo de fútbol de
Magangué que enfrentaba al seleccionado local, era el plato deportivo de las fiestas.

Humberto era el bat central del equipo porteño. El marcador final 4 a 4, hizo que la
comunidad piñalitera proclaman a su equipo y el empate se sintió como un triunfo,
dadas las condiciones del equipo magangueleño.

Cuenta Gutiérrez que en esa época estaba en sus años mozos y aún no había
aparecido la pronunciada calvicie que hoy lo acompaña, “mejor dicho era un galán”,
añade contando la historia.

Cuando empezaron a sonar los acordes de la canción de moda, Humberto sacó a


bailar una bella joven, en medio del compás aparece en la escena Joaquín Vilaró
(q.e.p.d), y le gritó: “adentro máquina borracha”, y los jóvenes que estaban en la
fiesta, le gritaron al unísono: “máquina borracha, máquina borracha...”, así nació uno
de los apodos más famosos de Magangué.
Los personajes

Como todo sitio importante que se respete, “El Boricua” ha sido visitado por
innumerables personajes que han visitado Magangué por diversas razones, para
William y Sigifredo es motivo de orgullo, y con razón, enumerar uno a uno a los
famosos que han compartido una noche de farra sana en el bar de “Máquina
Borracha”.

Con el rostro iluminado por la felicidad de haber compartido algunos momentos con
estas personalidades, William y Sigifredo empiezan a enumerar uno a uno a
quienes, no obstante su fama, han compartido un momento de sosiego y paz en “El
Boricua”: El negro Ray (según ellos el mejor bailarín de la costa), Rafael Orozco,
Mingo Martínez, Chico Cervantes, Alejo Durán, Rodolfo Aicardi, Rafael Escalona, el
guitarrista Marchena, El Sexteto Nacional de Cuba, Robinson Díaz, Jairo Camargo,
Oscar Golden, Los Gaiteros de San Jacinto, Yolanda Rayo, Aníbal Velásquez, Joe
Arroyo, Oscar Meléndez, Los hermanos Zuleta, Los Betos, Willi Calderón y Martín
Madera, son entre otros los famosos y a la vez afortunados de haber vivido, por lo
menos una vez la experiencia de pasar una noche escuchando la exclusiva
discoteca de “El Boricua” y compartir la calidad humana de quienes allí se
desinhiben al calor de un buen trago.

Homenajes póstumos

Si hay algo que muchos magangueleños no conocían, incluyendo a quien escribe


estas líneas, son los homenajes póstumos que se han realizado donde “Máquina
Borracha”, si señor, hasta los muertos escuchan salsa donde “máquina”, como dijo
un desprevenido parroquiano el sábado anterior cuando un grupo de personas llevó
hasta el lugar un ataúd con los restos mortales de una amante de la salsa y de todos
los géneros musicales que suenan a diario en “El Boricua”.

La estadística es llevada con disciplina rígida en una libreta cuyo prólogo dice: “Aquí
aparecen aquellos que amaron el son y el bembé! Aquellos que interpretaron la vida
de manera singular de acuerdo a sus inclinaciones musicales…”.

Estos difuntos han llegado al cielo impregnados del sabor de la salsa y el bembé y
han contagiado a los ángeles con este sabor, produciendo siempre una lluvia de
estrellas y son al llegar.

Hasta hoy han recibido este homenaje: Manuel Salvador Benítez Viloria, “El Paco”;
Albeiro de Jesús Navarro Carillo; Fabián Alfonso Ribón Arvila; Luis Rafael Tapias
Villanueva, “Higuita”; Francisco María Manjarrés Acosta, “Cara de Papa”; Pedro
Ramón Ribón; Julio Guerra; John Jairo Núñez Almanza; Nomelia Collazos, “Nunilia”;
Jairo José Rodríguez Méndez, “El Puya” y Fanny E. Arrauth quien fue sepultada el
sábado anterior PAZ EN SUS TUMBAS.

Los salsómanos locales

Como en todo campo del arte que se respete, hay figuras, y Magangué no se queda
atrás, los zares de la salsa local:

William y Sigifredo, cuentan que en este: puerto hay grandes exponentes del baile y
grandes conocedores de salsa.

En el baile y conocimiento de la salsa, William y Sigifredo al unísono no dudan en


afirmar que ellos respetan a Olegario Requena, Tartarita Trespalacios, “El Bocón”,
“Tusa” Lora, Albeiro Navarro (q.e.p.d.), Guillo Aguilera, Roger Comas, Sergio Coll,
Eduardo García Martelo, Eduardo Rivera y Gabriel Castro, entre otros.

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