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¿REIVINDICACIÓN O CRÍTICA?

EL CASO DE LA CONCIENCIA HISTÓRICA EN BENJAMIN Y GADAMER

Linda Lucía López Pestana & Laura Valentina Bustos Castro

Universidad del Atlántico

Programa de Filosofía

Quinto Semestre

lllopez@mail.uniatlantico.edu.co lbustos@est.uniatlantico.edu.co

“Cuando el hombre que quiere crear algo grande necesita el pasado, se adueña de este
por medio de la Historia monumental; a quien, por el contrario, le gusta perseverar en lo
habitual y venerablemente antiguo, cuida lo pasado como Historia anticuaria; y sólo al
que una necesidad del presente le oprime el pecho y quiere arrojar toda esa carga fuera de
sí a cualquier precio, tiene necesidad de criticar, esto es, de una Historia que enjuicie y
condene [la Historia crítica]”. (Nietzsche 2003, 59-60)

En esta ponencia se establecerá una comparación entre de dos líneas de pensamiento, la


corriente Hermenéutica y la teoría crítica proveniente de la Escuela de Frankfurt, al
momento de abordar el término de la conciencia histórica, partiendo de los planteamientos
de dos de sus autores más célebres: Hans Georg Gadamer y Walter Benjamin, el primero,
estudioso de la Hermenéutica y el segundo, representante de la primera generación de la
Escuela de Frankfurt. Hemos decidido servirnos de dichos autores teniendo en cuenta que
en ambos el tema de la conciencia histórica y la reconstrucción de los hechos del pasado
constituyen un eje central en sus teorías y, además, ambos utilizan la hermenéutica como
método para descifrar los acontecimientos históricos.

Uno de los aspectos a tener en cuenta de estas dos corrientes, las cuales podrían verse
también como metodologías en el estudio de las acciones humanas, es que ambas tienen
bases hegelianas importantes que entrelazan ciertos aspectos de su pensamiento, como por
ejemplo la concepción del espíritu objetivo, la experiencia de la conciencia, la teoría del
reconocimiento y el criterio inmanente. No obstante, se separan en el hecho de que una
ellas, tiene una marcada influencia marxista, freudiana y weberiana como es el caso de la
teoría crítica; y la otra maneja una línea de autores que parten de ideas kantianas como, por
ejemplo, Scheleiermacher, Dilthey y Heidegger, representantes del proyecto hermenéutico.

En el caso de la primera corriente, nacida de la escuela de Frankfurt, encontramos que su


principal enfoque es crítico en aras de descubrir las patologías sociales que abundan en la
sociedad moderna capitalista, y emprender acciones transformadoras que nos permitan
rescatar a los “oprimidos” – en palabras de Benjamin- que han quedado olvidados en el
pasado; es decir, emprender una tarea reivindicadora de la historia. Por su parte, la línea
hermenéutica que parece ser más conciliadora con el presente, entraña una conversación
con los eventos del pasado con el fin de construir una nueva mirada de los hechos
dependiendo del contexto en el que se sitúa el historiador, jugando un papel importante, la
precomprensión y la disposición afectiva, en esta corriente, la crítica no es un punto
neurálgico sino más bien circunstancial y metodológico, en el que el modelo hermenéutico
critica la autocomprensión objetivista de las ciencias- tanto de las ciencias naturales como
de las Geisteswissenschaften- mostrando como ellas presuponen una experiencia y una
comprensión del mundo, que al mismo tiempo, no reconocen.1

Con esto descubrimos que el análisis hermenéutico puede que tenga alguna incidencia en
los trabajos de la teoría crítica y viceversa, como se mencionó con anterioridad. La teoría
social que surge de los representantes de la escuela de Frankfurt se lleva a cabo gracias a
una comprensión e interpretación de lo que ocurre en el entorno social, sirviéndose de éstas
herramientas con el fin de desarrollar sus críticas y de dilucidar las posibles salidas del
estado enfermizo en que se encuentra la sociedad actual. La diferencia de la que nos
1 De la Garza, E. Leyva G. (2012) Tratado de metodología de la ciencias sociales: perspectivas actuales.
Fondo de cultura económica. México.
encargaremos aquí, va orientada más bien a la forma en la que esa reconstrucción del
pasado incide en sus teorías y de cómo está encaminada la conciencia histórica en las
respectivas líneas de pensamiento.

Para entrar en materia, empezaremos por lo que entiende H.G Gadamer (1900- 2002) por
conciencia histórica, dicho de otra manera, el privilegio del hombre moderno de tener
plenamente conciencia de la historicidad de todo presente y de la relatividad de todas las
opiniones.2 En el primer apartado del libro El problema de la conciencia histórica, su autor
busca establecer los problemas epistemológicos existentes en las ciencias humanas y
formula una especie de método basado en la comprensión y la interpretación, que nos
permitirá alcanzar el conocimiento en dichas ciencias. Como podemos evidenciar, en este
caso, el mayor interés de la hermenéutica ha sido el establecer una forma de estudiar- los
hechos, textos, fenómenos, entre otros- que no dependa exclusivamente de la concepción
naturalista del método científico.

En el estudio de la Hermenéutica, encontramos como elementos claves, al menos en


Gadamer, la “fusión de horizontes” que tiene lugar dentro del diálogo entre “lo viejo” y “lo
nuevo”, es decir, entre la tradición y la actualidad. Es aquí en donde el término de
conciencia histórica se vuelve estructural para una justificación de este orden, dado que es |
de esta manera en que el sujeto que comprende- y es comprendido- dialoga con el pasado y
construye una nueva significación de aquello que se ha establecido sobre una base
objetivista de los hechos históricos.

Es por esto, que Gadamer afirma que la tradición no puede ser exclusiva, haciendo
referencia a que no puede haber solo una forma de descifrar los eventos del pasado dado
que, la conciencia moderna está llamada a comprender las posibilidades de una
multiplicidad de puntos de vista relativos.3

Para llevar a cabo esta tarea de la comprensión de posibilidades, el historiador debe estar
dotado de un sentido histórico que le permita interpretar el pasado a partir de sí mismo, e
instaurar una conexión entre su propio contexto y el objeto –o hecho- con el que establece
la comunicación. En esencia, Gadamer se basa en la obra de Dilthey, quien considera que

2 Gadamer, H.G (2007) El problema de la conciencia histórica. Editorial Tecnos, España.


3 Gadamer, H.G (2007) El problema de la conciencia histórica. Editorial Tecnos, España. P. 42
la conciencia histórica es un modo de conocimiento de sí. El punto de partida de Dilthey es
que la vida comporta en sí misma la reflexión. Esta orientación tiene como fundamento la
idea de que toda la vida comporta un saber.4 De otra parte, para Gadamer así como para
otros pensadores de la escuela hermenéutica, el conocimiento histórico no puede ser
concebido desde un punto de vista objetivo, en donde no se reflexione en torno a aquello
que viene del pasado con el fin de reemplazarlo y darle un valor interpretativo que lo separe
del enraizamiento con la tradición.

Lo anterior denota el interés de los pensadores hermenéuticos por proponer una


metodología para las ciencias humanas, separada del de las ciencias naturales, en donde el
papel de la conciencia histórica esté orientado al diálogo entre el pasado y el presente con la
finalidad de construir una nueva interpretación de los hechos, ya sea basándose en textos,
expresiones orales, obras de arte, fenómenos sociales y las experiencias del mismo
individuo.

No obstante, en el caso de la escuela de Frankfurt, más específicamente en la obra de


Walter Benjamín (1892- 1940), la conciencia histórica toma una connotación diferente en
lo que se refiere a su finalidad. Dentro de la teoría crítica la reconstrucción de los hechos
del pasado y el interés en la conciencia histórica, parte de un deseo de reivindicar las luchas
que fueron enterradas por los ideales modernos instaurados por unos supuestos vencedores.
Los oprimidos, cuyos gritos fueron olvidados por los hombres del presente, necesitan ser
escuchados y traídos a la actualidad por medio de la memoria, solo de esta forma podremos
despertar del sueño en el que estamos sumidos con la llegada del capitalismo. Es en este
punto en el que la conciencia histórica se encarga de generar un choque entre el pasado y el
presente, capaz de producir la imagen dialéctica.

Al igual que en Gadamer, este encuentro entre el pasado y el presente genera un nuevo
enigma que debe ser descifrado por el historiador, sin embargo, en el caso de Benjamin este
enigma no sólo le exige ser descubierto, también le reclama que actúe. Como estudioso de
los textos de Kafka y Baudelaire, el autor de la escuela de Frankfurt abre el mundo de la

4 Morán, R. (2017) Gadamer y el problema de la conciencia histórica. Reflexiones intempestivas, recuperado


de: https://reflexionesintempestivasblog.wordpress.com/2017/02/11/gadamer-y-el-problema-de-la-
conciencia-historica/#:~:text=La%20conciencia%20hist%C3%B3rica%20no%20oye,la%20tradici%C3%B3n
%20se%20llama%20interpretaci%C3%B3n.
imagen dialéctica partiendo de personajes propios de la literatura kafkiana y la poesía, de
donde surge una luz que no es agradable de ver- según el propio Benjamin- por el hecho de
que nos conduce a ese “hombrecillo jorobado” que trae a rastras el peso de una parte de la
historia que no se ha tenido en cuenta. Esa luz que ilumina la literatura Kafkiana, proviene
del olvido y espera con ansias el advenimiento de la conciencia del sujeto histórico, el
anuncio del tiempo mesiánico, que será capaz de rescatar a los oprimidos.

Estas imágenes dialécticas propuestas por Benjamin, guardan en parte relación con la
variedad de posibilidades de la que hablan los teóricos de la hermenéutica, dado que ambos
se oponen a una objetividad en el curso de la historia. No obstante, en Benjamin el
encuentro con estas imágenes va mucho más allá de la variedad de posibilidades, en vista
de que, aquel que se encuentra observando la luz de dichas imágenes entrará en un estado
de Shock, propio del encuentro con la poesía baudelaireana.

Las vivencias crudas, desnudas, estimulantes presentes en la poesía de Baudelaire


constituyen un gran reminiscente de las imágenes del olvido, y al producir este estado de
Shock demanda de quien las escudriña una acción reivindicadora del pasado. Es en este
sentido, en el que el historiador se espanta y se convierte en un intérprete de los sueños del
ayer, dicha interpretación introduce el proyecto hermenéutico dentro de la filosofía de
Benjamin y por supuesto, en el seno de las teorías de otros exponentes de la escuela de
Frankfurt como, por ejemplo, Theodor Adorno.

En el libro, Sobre el concepto de la historia de Walter Benjamin, descubrimos que el autor


insiste en que el pasado carga con un secreto, produciendo un eco de aquellas voces que
han sido silenciadas en el curso lineal de la historia. “La verdadera imagen del pasado se
desliza veloz. Al pasado solo se le puede detener como una imagen que, en el instante en
que se da a conocer, lanza una ráfaga de luz que nunca más se verá. <<La verdad no se nos
escapará>>, esta frase que proviene de Gottfried Keller (y que visualiza la imagen de la
historia que tienen los historicistas) señala con precisión, el lugar en el que la imagen es
atravesada por el materialismo histórico. Irrecuperable es, en efecto, aquella imagen del
pasado que corre el riesgo de desaparecer con cada presente que no se reconozca mentado
en ella.” (Benjamin, 1942. P.3).
Redondeando lo expuesto hasta ahora, si bien el término de conciencia histórica y la base
del comprender e interpretar, es compartido por ambas corrientes, estas comprometen al
historiador de dos maneras distintas, por una parte, se le posiciona como un conciliador-
línea Hermenéutica- y por otra como un crítico – Escuela de Frankfurt-. De esto se sigue
que, la articulación que se lleva a cabo por medio de la “fusión de horizontes” en Gadamer,
que implica mirar más allá de lo inmediato para descubrir un significado oculto- como en
Nietzsche, en el que el sentido verdadero o real nos llega asimilado y deformado por las
ideologías.5- No esconde una intención aterradora o perversa- en el sentido de la ideología
de los vencedores- sino simplemente una hegemonía que debe ser cuestionada por el
historiador moderno, y la acción que este último debería tomar es la de la construcción de
una nueva posibilidad.

Por otro lado, no es difícil adivinar que para la escuela de Frankfurt el método
hermenéutico se queda corto y no llega al fondo del asunto, en el que se descubren y se
critican las prácticas que producen el sufrimiento y el malestar social con el fin de hallar
una salida. La sociedad y sus estructuras generan formas de opresión que no son fácilmente
perceptibles, por esta razón es que algunos autores recurren a una hermenéutica de la vida
social, pero no contentos con un análisis meramente teórico o circunstancial, recurren al
pasado para descubrir de dónde provienen las patologías sociales y pasan a la formulación
de prácticas que permitan acabar o disminuir las implicaciones de la enfermedad, la cual
tiene distintos nombres dependiendo del autor, pero que conocemos actualmente como la
sociedad capitalista.

Los autores aquí citados tienen semejanzas en su apreciación del arte como esclarecimiento
de la verdad, y recurren a obras artísticas para emprender su proyecto filosófico. En
Benjamin, algunas expresiones artísticas funcionan como redención de los hechos del
pasado y la lucha de los oprimidos, y traen consigo un deseo de revolución que busca
cambiar esa concepción del pasado que hasta el día de hoy es irrefutable para los
vencedores. No obstante, en Gadamer no hay algo así como una tradición de los vencedores

5 Morán, R. (2017) Gadamer y el problema de la conciencia histórica. Reflexiones intempestivas, recuperado


de: https://reflexionesintempestivasblog.wordpress.com/2017/02/11/gadamer-y-el-problema-de-la-
conciencia-historica/#:~:text=La%20conciencia%20hist%C3%B3rica%20no%20oye,la%20tradici%C3%B3n
%20se%20llama%20interpretaci%C3%B3n.
y los oprimidos, sino un curso de la historia que necesita ser reconstruido en medida de sus
posibilidades, valiéndose de la conciencia histórica para llevar a cabo un diálogo
conciliador del presente con los hechos del pasado.

Para concluir, la conciencia histórica es un término aún vigente que puede ser estudiado
desde innumerables perspectivas, y desde el que es posible hacer una reivindicación por
medio de la crítica inmanente y el análisis hermenéutico de la historia. De esta manera,
encontramos que una corriente de pensamiento es capaz de articularse con otras con el fin
de construir nuevas concepciones de la historia y rescatar las voces que han sido olvidadas
con el pasar de los años; nos complace cerrar este ensayo con una cita de H.G Gadamer del
libro Verdad y método en donde afirma que: "De hecho, la historia no nos pertenece, sino
que nosotros le pertenecemos" (Gadamer, 1960, p. 289).
BIBLIOGRAFÍA

❖ Benjamin, W. (2005) Sobre el concepto de la historia. Obras completas. Libro II/2.


Madrid: Abada.
❖ Benjamin, W. (1973) Tesis sobre filosofía de la historia. En Iluminaciones I.
Madrid: Taurus.
❖ De la Garza, E. Leyva G. (2012) Tratado de metodología de la ciencias sociales:
perspectivas actuales. México: Fondo de cultura económica. .
❖ Gadamer, H.G (2007) El problema de la conciencia histórica. España: Editorial
Tecnos.
❖ Morán, R. (2017) Gadamer y el problema de la conciencia histórica. Reflexiones
intempestivas, recuperado de:
https://reflexionesintempestivasblog.wordpress.com/2017/02/11/gadamer-y-el-
problema-de-la-conciencia-historica/#:~:text=La%20conciencia%20hist
%C3%B3rica%20no%20oye,la%20tradici%C3%B3n%20se%20llama
%20interpretaci%C3%B3n.
❖ Gadamer, H.G (1977) Verdad y método. España: Sígueme Editorial.

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