Revista de análisis y propuestas de mejoras urbanas

Los tejados verdes: El valor del “área chica”.

Marco Antonio Murillo

Las áreas metropolitanas. ¿Fin de los municipios urbanos?

José Ignacio Montero

Los trenes ligeros como eje futuro del transporte público en México.
José Ignacio Montero

Niños y adolescentes , la generación más excluida y expuesta

en nuestras ciudades.
Frida Hernández Barbosa

Número 12. Julio de 2018

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Número 12. Julio de 2018

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 Los tejados verdes: El valor del “área chica”.
Marco Antonio Murillo

En el fútbol hay un jugador que se ocupa exclusiva-
mente de mantener su portería cubierta, pero el
equipo entero juega un partido pensando precisa-
mente en esa área que el portero vigila, tanto la
propia como la de su vecino. Así también debe ser la
suerte de las azoteas de México, que es como el
área chica de la cancha, ya que con el cuidado que
merece, nos permite marcar puntos.
Para aquellos que tenemos la suerte de tener una
casa en México, es común caminar sobre el techo,
pues suele ser una superficie horizontal, frecuente-
mente semi-abandonada, donde se disponen
objetos que sirven al hogar, o donde podemos
colgar ropa para secar, a veces incluso lavar. En un
país como México, con su maravilloso clima, tener
un techo así es una gran ventaja.
De hecho, hasta finales de 1960, los arquitectos
mexicanos siguieron aprovechando el techo como
área de lavado pues el sol es fuente idónea de calor
para secar ropas. Supongo que entre los 70´s y
90´s, la contaminación del aire metropolitano no
permitió obtener la blancura de los 50´s, pero al
menos ayudó a secar la ropa. Gracias a los
programas de reducción de emisiones, hoy las
mujeres pueden secar su ropa limpia en las azoteas
sin tanto riesgo de que se ensucie, y no sólo eso,
están ahorrando gran cantidad de energía y
cultivando una vida más saludable.

En mi niñez subí con mis padres a las azoteas de

nuestro multifamiliar para descubrir que ni mi padre
ni mi madre entendían como operaban los cables de
electrificación, teléfono y radio que complicaban
nuestros pasos. Subíamos a recuperar utensilios o
cosas que se guardaban en un baúl bajo techo
corrugado en una especie de cobertizo de alambre,
accesible mediante una entrada con candado.
Sobre todo, mamá subía a los “tendederos comuni-
tarios”, que no son más que cuerdas que se extien-
den a altura sobre el techo, para en ellas colgar la
ropa que sale del lavadero, junto a mamá otros
cinco inquilinos lavaban y colgaban su ropa en lo
que era el techo del multifamiliar.

«Hasta finales de 1960, los arquitectos

mexicanos siguieron aprovechando el
techo como área de lavado.» Fuente: Marco Antonio Murillo

Número 12. Julio de 2018

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 « Ver un “techo verde” en México
es aún algo raro, aun cuando la
mayoría son aptos para que lo
sean, al menos parcialmente. »
Paradójicamente los hombres descuidan el uso de la
azotea o no lo hacen en forma integral. Fuera de ser
un “tendedero”, el techo no les ofrece más beneficio
que dar cobijo y soporte a tanques de agua y gas, o
aire acondicionado. Si comparamos esto con el
fútbol, se podría decir que a la mayoría de los mexi-
canos varones les están metiendo goles justo dentro
del área chica pues no hay una estrategia real para
defenderlo. El techo en muchos hogares de México y
el mundo entre los trópicos de Cáncer y Capricornio
esta descuidado, es infrautilizado o ni siquiera es
reconocido como área útil. Ver un “techo verde” en
México es aún algo raro, aun cuando la mayoría son
aptos para que lo sean, al menos parcialmente.
¿Qué usos podemos darle al techo además de usarlo
para secar ropa? La respuesta está en su configura-
ción pues lo primero que debemos hacer es
organizarlo, y hacerlo accesible mediante una
escalera segura. Una vez arriba debemos ver qué
servicios se encuentran y si se ubican en el mejor
sitio. Hay que identificar los riesgos y tomar las
medidas; revisar el drenaje, su impermeabiliza-
ción, evitar una caída accidental instalando
barreras, marcar con pintura reflejante el tanque y
las tuberías de gas, protegiéndolas de pisarlas o
tropezar con ellas, lo mismo el cable eléctrico, iden-
tificarlo con cintas de bandas amarillas y negras.
También, el tanque de agua y las tuberías de PVC del
servicio de agua deben protegerse para evitar
impactarlas.
Número 12. Julio de 2018
El aire acondicionado y sus ductos colocarlos ha-
cia los márgenes o fuera de las áreas de tránsito, y
lo mismo con las antenas de TV o cable. Lo que que-
da después de esta tarea es un espacio que pode-
mos administrar no solo para tender ropa aprove-
chando el buen clima de México, sino también
para colocar macetas con árboles frutales como la
mandarina o el limón (que no crecen demasiado),
colecciones de cactáceas o hierbas aromáticas,
aloe veras y sábilas…, o aún más, para instalar cel-
das solares, un aerogenerador, un calentador de
agua solar, una trampa de agua de lluvia que
cosecha en un tanque, un telescopio para espiar el
mundo, o hasta una sombrilla y un camastro para
relajarse leyendo WhatsApp.
En los modelos más avanzados de vivienda susten-
table, el techo ha dejado de ser simplemente para
cobijo, ahora es un área para marcar puntos a favor
del medio ambiente. Las plantas son la mejor vía
para comenzar, desde colocar macetas con flores
hasta arbustos resistentes a la desecación, ¡incluso
hasta pinos! Todo está en aislar bien, impermeabili-
zar, conocer bien el microclima del techo y sus
oportunidades para usar las macetas, la energía
solar, la humedad, el viento y el agua de lluvia.
« Las plantas son la mejor vía para
comenzar, desde colocar macetas con
flores hasta arbustos resistentes a la
desecación, ¡incluso hasta pinos! Todo
está en aislar bien, impermeabilizar,
conocer bien el microclima del techo y
sus oportunidades.»
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 Las áreas metropolitanas.
¿Fin de los municipios urbanos?.
José Ignacio Montero
Recientemente el Instituto Mexicano de Urbanismo
publicó un mapa interactivo de las áreas metropolita-
nas y ciudades que existen en la actualidad en el
país. Según instituciones como INEGI (Instituto Na-
cional de Estadística, Geografía e Informática) o CO-
NAPO (Consejo Nacional de Población), una zona
metropolitana es “el conjunto de dos o más
municipios donde se localiza una ciudad de 50 mil o
más habitantes, cuya área urbana, funciones y activi-
dades rebasan el límite del municipio que original-
mente la contenía, incorporando como parte de sí
misma o de su área de influencia directa o indirecta a
municipios vecinos, predominantemente urbanos,
con los que mantiene un alto grado de integración
socioeconómica ”. Dicho en pocas palabras, se trata
de una ciudad principal que alcanza tal punto de
desarrollo que termina tejiendo una compleja red
socioeconómica con los municipios urbanos
adjuntos, hasta el punto de que se forma una nueva
unidad, el área metropolitana.
Ya no es noticia que digamos que el mundo en
general y México en particular son urbanos, sino que
el fenómeno urbano, a medida que pasa el tiempo, se
ha vuelto más y más complejo. Las relaciones entre
municipios urbanos y la ciudad central o metrópoli se
pasan de ser externas a intensas. Como ejemplo de
ello podemos destacar que es común que muchas
personas vivan en lo que se ha dado a llamar como
ciudades dormitorio o satélite y trabajen en la
metrópoli.
« Ya no es noticia que digamos que el
mundo en general y México en particular
son urbanos.»
Número 12. Julio de 2018
«¿Los municipios han cambiado y se han
adaptado al surgimiento de las áreas
metropolitanas? La respuesta es NO. »
También se dan casos como que el sector logístico y
de almacenes se ubica en la periferia de esas áreas
metropolitanas y desde ahí se distribuye al resto de
lugares de la misma. En definitiva, se teje una red
muy compleja de relaciones socioeconómicas, con
implicaciones políticas y culturales.
Conviene destacar que el municipio, entendido
como nivel administrativo, ha sido el más influido
por el surgimiento de éstas. El interrogante que
surge es ¿Los municipios han cambiado y se han
adaptado al surgimiento de las áreas metropolita-
nas? La respuesta es NO. Una de las características
de las áreas metropolitanas es su carácter supramu-
nicipal, es decir, ya no se circunscriben a las
fronteras administrativas establecidas.
Esto en la práctica significa que una decisión que se
tome a nivel municipal, especialmente si lo hace la
ciudad central, va a tener influencia más allá de si
misma, dado que también afectará al resto de las
ciudades satélite. Por lo tanto, la situación actual se
puede resumir de la siguiente manera. Por un lado
contamos con un nuevo nivel territorial, el área
metropolitana, el cual en muchos casos es semi-
formal, en la medida en que está reconocida como
tal pero no tiene instituciones de gobierno
efectivas. Por el otro lado contamos con municipios
urbanos, los cuales si tienen poder pero se han visto
superados por unas dinámicas socioeconómicas
que trascienden sus fronteras.
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En este punto surge un interrogante que se antoja
clave ¿Deberían las áreas metropolitanas convertirse
en un nivel territorial formal, con poder y competen-
cias y que los municipios a su vez pasen a integrarse
en ellas asemejándose a las delegaciones que
componen Ciudad de México? Desde el punto de
vista de un servidor sí. La realidad es que el grado de
interacción y de relaciones de dependencia entre los
municipios urbanos que componen un área metropo-
litana es muy importante, por tanto no se pueden
seguir tomando decisiones desde una perspectiva
municipal, cuando su afectación es supramunicipal.
Actualmente existen multitud de temas que suponen
problemas y retos en nuestras ciudades, como
pueden ser el transporte, la inseguridad o las contin-
gencias medioambientales. Estos y otros asuntos
también han sufrido importantes cambios con la apa-
rición de las áreas metropolitanas, haciéndose cada
vez más complejos, lo cual imposibilita a los munici-
pios urbanos resolverlos por si mismos. Un ejemplo
sería el de las contingencias ambientales de Ciudad
de México. De nada sirve que la capital mexicana
establezca protocolos de actuación ambiental en
materia de circulación vehicular si en los municipios
colindantes no se hace algo similar. Como se puede
apreciar estos problemas, ya con escala metropolita-
na, requieren de una actuación conjunta.
Número 12. Julio de 2018
Fuente : Fabiola Contreras Díaz
En conclusión, los municipios urbanos no tienen la
capacidad de resolver problemas de escala metro-
politana desde su ámbito de actuación, el munici-
pal. A ello se une que tampoco han demostrado una
buena cooperación y coordinación, ni en la puesta
en marcha de políticas que favorezcan a todos los
municipios que forman un área metropolitana, ni en
la resolución de problemas, sino que al contrario,
han predominado más las luchas de poder y enfren-
tamientos entre los diferentes partidos políticos que
gobiernan dichos municipios. Es por ello que, en
principio, parece recomendable que las institucio-
nes públicas mexicanas se actualicen, favoreciendo
la creación de un nivel de gobierno metropolitano,
el cual tendrá una mayor y mejor capacidad y pers-
pectiva para gestionar dicho territorio y resolver los
problemas que surjan. Por su parte los municipios
no desaparecerían, simplemente cederían gran
parte de sus competencias a ese gobierno metropo-
litano y se convertirían en sedes públicas para
garantizar la proximidad al ciudadano.
Este artículo solo busca llamar a la reflexión y lan-
zar una propuesta enfocada a mejorar la gobernabi-
lidad de nuestras ciudades. En un mundo global,
donde el fenómeno urbano se ha vuelto tan
complejo, no podemos seguir actuando como si las
fronteras fuesen las mismas de siempre.
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Número 12. Julio de 2018
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 Los trenes ligeros como eje futuro
del transporte público en México.
José Ignacio Montero
El transporte y la movilidad son dos de los asuntos
que más importan actualmente en las ciudades a
nivel mundial; el poder movilizar a miles de personas
cada día de un punto a otro de las ciudades de la
manera más eficiente y económica posible. En el
caso de las ciudades mexicanas la situación se
vuelve más compleja, debido al modelo urbano, que
favorece que las ciudades ocupen una gran
extensión de territorio.
Partiendo de este contexto de ciudades que apues-
tan por un modelo disperso, habría que analizar
como es el transporte público de las ciudades mexi-
canas, y las conclusiones que se extraen son
bastante preocupantes. Solo la Ciudad de México,
Guadalajara y Monterrey cuentan con sistema de
transporte público, combinando metro o tren ligero y
autobuses urbanos. El resto de las ciudades del país
solo cuenta con autobuses, microbuses o las deno-
minadas “combis”, los cuales en ningún pueden
considerarse como transporte público de masas.
Esta realidad explica en gran medida las dificultades
que tienen los ciudadanos en su día a día para
moverse por la ciudad. Como se dijo en líneas ante-
riores, el autobús no es un medio de transporte de
masas, puesto que solo puede desplazar un número
muy reducido de viajeros y a una velocidad limitada,
siendo susceptible de sufrir los problemas derivados
de la congestión vehicular. Esta realidad afecta a
ciudades tan pobladas como Puebla de Zaragoza
(1.4 millones de habitantes), Ciudad Juárez (1.3 mi-
llones de habitantes), Tijuana (1.3 millones de habi-
tantes) o León (1.2 millones de habitantes), pero
también a ciudades medias como Cancún (630 mil
habitantes), Toluca (490 mil habitantes) o Veracruz
(430 mil habitantes).
Número 12. Julio de 2018
«Solo la Ciudad de México, Guadalajara
y Monterrey cuentan con sistema de
transporte público, combinando metro o
tren ligero y autobuses urbanos. El resto
de las ciudades del país solo cuentan
con autobuses, microbuses o las
denominadas “combis”.»
En materia de transporte hay que tener muy presen-
te dos variables: Población y superficie. Estas
ciudades mencionadas anteriormente cuentan con
poblaciones bastante numerosas, pero sobre todo,
son muy extensas. En síntesis, a mayor número de
habitantes y mayor superficie, menor eficiencia del
autobús urbano. Parece lógico pensar que la
solución no pasa por poner más autobuses,
especialmente si tenemos en cuenta que hay
ciertas áreas de las ciudades donde confluyen ya
demasiadas rutas.
En este punto conviene mirar brevemente al pasado.
Durante gran parte del siglo XX, algunas ciudades
como Ciudad de México o Veracruz contaban con un
sistema de tranvías, el antecesor del tren ligero (no
confundir con metro). Cabe subrayar que en ese
momento ya había servicio de autobús urbano, por
lo cual la existencia de los tranvías solo se explica
de una manera; y es que ya en aquel momento, con
mucha menos población y superficie, se dieron
cuenta que el sistema de transporte público no
podía centrarse únicamente en los autobuses. Lejos
de potenciar y desarrollar ese medio de transporte
que suponía el tranvía, y de generar un sistema de
transporte público multimodal y más completo, se
procedió a su desmantelamiento, como ocurrió
especialmente con el caso de la ciudad de Veracruz.
7

Volviendo al presente, hoy en día el transporte y la
movilidad son temas centrales en nuestras ciudades,
dado que ahora son mayores y más complejos que
antes. Por ello el tren ligero se puede convertir en
una manera bastante eficiente de articular y mejorar
la conectividad en nuestras ciudades. En muchos
casos, de una punta a la otra de las ciudades hay
distancias superiores a los 20 kilómetros, a lo cual
hay que agregar cuestiones como la existencia de
congestión de vehículos, semáforos o paraderos
informales. Es por ello que los autobuses no están
preparados para cubrir largas distancias, lo cual los
convierte en ineficientes y costosos.
Por su parte, un tren ligero es capaz de abstraerse
de todas esas problemáticas, dado que cuenta con
una vía independiente y con paradas establecidas,
siendo mucho más fácil su gestión. A ello se une que
la velocidad de desplazamiento es considerablemen-
te mayor, sobre todo si lo comparamos con el
autobús.
Número 12. Julio de 2018
Fuente : Veracruz Antiguo
Desde Soluciones Urbanas contemplamos un
sistema de transporte público compuesto por tren
ligero y autobús, potenciando las virtudes de cada
uno. Por un lado el tren ligero podría ayudar a cubrir
las distancias más largas que los ciudadanos
recorren cada día, mientras que los autobuses
podrían cubrir desplazamientos más cortos.
Como conclusión queda decir que un buen sistema
de transporte publico trata de ser lo más completo y
eficiente posible. El autobús urbano tiene sus
virtudes, pero también tiene sus limitaciones.
Actualmente los sistemas de tren ligero son
relativamente económicos, y la inversión que se
realiza en la ciudad se recupera sin lugar a duda.
«Por un lado el tren ligero podría ayudar
a cubrir las distancias más largas que los
ciudadanos recorren cada día, mientras
que los autobuses podrían cubrir
desplazamientos más cortos.»
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 Niños y adolescentes, la generación más
excluida y expuesta en nuestras ciudades
Frida Hernández Barbosa
México cuenta en la actualidad con una tasa de
natalidad bastante notable. Como consecuencia de
ello, el peso de la población menor de 18 años es
bastante amplia, y con ello surge la necesidad para
las instituciones públicas de diseñar ciudades que
sean inclusivas con este sector de población. Es
importante que los niños cuenten con espacios
públicos adecuados y seguros, tales como parques,
canchas de deportes o áreas verdes, en las cuales
puedan jugar y desarrollarse de una forma
conveniente y saludable.
Si prestamos atención a la planeación de las
ciudades, podemos darnos cuenta como se ha
excluido a esta parte de la población, olvidando de
generar espacios enfocados para que los niños. Una
de las funciones más importantes de los niños y
jóvenes es la de poder divertirse sanamente, siendo
partícipes de actividades deportivas o recreativas
que les permitan disfrutar, interactuar con otras
personas y con su entorno. Siempre bajo la premisa
de que esos lugares sean seguros.
En las ciudades mexicanas no hay espacio para
nuestros niños y jóvenes, es un hecho. Sales a la ca-
lle y solo se ven viviendas y más viviendas, algún co-
mercio como oxxo, abarrotes u otros, pero apenas
hay parques o instalaciones deportivas para ellos,
especialmente si establecemos una comparación
con la cantidad de centros comerciales que hay.
«En las ciudades mexicanas no hay
espacio para nuestros niños y jóvenes, es
un hecho. Sales a la calle y solo se ven
viviendas y más viviendas.»
Número 12. Julio de 2018
«Las ciudades actuales están enfocadas a
un perfil muy concreto de persona: un
varón adulto, independiente, que puede
cuidar de sí mismo y que se desplaza en su
automóvil o transporte público de un sitio
a otro debido a las largas distancias.»
A ello se une que muchas zonas de la ciudad están
dedicadas casi en exclusiva a un solo uso, bien sea
educativo, comercial, hogar, industrial, entre otros;
lo cual provoca que durante parte del día estén
vacías, generando una enorme inseguridad. Las
ciudades actuales están enfocadas a un perfil muy
concreto de persona, el cual corresponde con un
varón adulto, independiente, que puede cuidar de sí
mismo y que se desplaza en su automóvil o transpor-
te público de un sitio a otro debido a las largas
distancias.
Por lo tanto, la problemática se encuentra en que
los niños y jóvenes que viven en colonias, barrios o
fraccionamientos, es decir, clase media y baja, no
cuentan con espacios públicos o actividades que
fomenten el ocio o el ejercicio físico.
En cambio en las zonas de clase media alta y alta si
podemos encontrar más espacios, aunque no
públicos, en donde los niños y jóvenes pueden jugar
y distraerse de forma saludable y segura, especial-
mente porque muchas de estas zonas cuentan con
seguridad privada, además de que los padres
pueden supervisar directamente a sus hijos.
9
Fuente : Frida Hernández Barbosa
En este tipo de lugares son los propios ciudadanos
del fraccionamiento o residencial los que se encar-
gan del mantenimiento de esas instalaciones, de ahí
que no se puedan considerar espacios públicos.
No conviene olvidar que es cierto que existen otras
opciones de ocio como zoológicos o parques de
diversiones. El problema de éstos radica en que no
son accesibles, ni por motivos económicos ni de
ubicación. Estos lugares están concebidos para un
uso ocasional, no diario, ya que económicamente
sería inviable. Además, como ya se ha recordado en
otros artículos, las ciudades en México son tremen-
damente extensas, por lo cual los jóvenes no pueden
llegar por si solos a esos sitios.
Al no contar con zonas de esparcimiento seguras
para los niños y adolescentes, los padres toman una
postura sobreprotectora e incluso conformista y
optan por mantener a sus hijos encerrados en sus
casas, lo cual se ha visto potenciado por el uso de
dispositivos electrónicos tales como la tablet, televi-
sión, computadora, videojuegos o celulares, los cua-
les solamente fomentan un modo de vida sedentario.
Número 12. Julio de 2018
Por su parte los adolescentes se convierten en
potenciales víctimas de un caldo de cultivo
perfecto: No tienen espacios adecuados para ellos,
no cuentan con actividades y las calles de muchas
ciudades se vuelven peligrosas, bien sea en cuanto
a inseguridad real o percibida. El resultado es la
integración de muchos adolescentes a pandillas.
Ahí comienzan muchos de ellos a delinquir, al con-
sumo de drogas, y en algunos casos hasta pasan a
formar parte de la delincuencia organizada, la cual
encuentra en las calles de las ciudades mexicanas
el escenario perfecto para reclutar nuevos
miembros. Por ello, teniendo en cuenta todas las
consecuencias que trae consigo esta problemática,
se antoja imprescindible cambiar la forma de plani-
ficar la ciudad y apostando por políticas inclusivas,
que permitan la creación de zonas de esparcimiento
y ocio para niños y jóvenes. Aunque sean menores
de edad también forman parte de la sociedad, y de
su correcto o no desarrollo van a depender muchas
cosas, ya que un día ellos serán los encargados de
sustentar al país. Abordar los problemas que tienen
nuestros jóvenes nos dará mucha ventaja a la hora
de resolver o erradicar ciertos problemas.
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Número 12. Julio de 2018
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 Equipo
Fuente : La Cueva del Lobo
CITA FINAL “”
Redacción
Sí, estás viendo bien, son dos niños jugando con una pistola
de juguete. Tal vez en otras partes del mundo esta escena no Marco Antonio Murillo
tenga mayor relevancia, pero en un país como es México, José Ignacio Montero
sacudido día a día por la inseguridad, si la tiene. Nuestros
menores nos ven a nosotros, los mayores, como sus referen- Edición y diseño
tes. De nosotros depende en gran medida lo que ellos hagan
Luis Bayarri Muñiz
cuando sean mayores. Ellos son más importantes de lo que
pensamos, pues a pesar de que ahora ellos son niños y no
tienen la madurez suficiente para analizar las cosas, un día
serán mayores y tendrán que tomar sus propias decisiones.
Es clave que les proporcionemos una infancia y una
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