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ACUICULTURA

Contexto mundial y
Casos Latinoamericanos

Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de la Costa
Instituto de Estudios Caribeños Campus Puerto Vallarta
Instituto de Estudios Caribeños

Rector Raúl Román


Moisés Wasserman Lerner Silvia Mantilla
Vicerrectora General Yusmidia Solano Suárez
Clara Beatriz Sánchez Herrera Consejo de Sede Caribe
Vicerrectora Académica Clara Beatriz Sánchez Herrera
Natalia Ruiz Rodgers José Ernesto Mancera Pineda
Vicerrector de Investigación María Elena Márquez
Rafael Molina Gallego Petter Lowy Cerón
Secretario General Alexandra Yates Munar
Jorge Ernesto Durán Pinzón Editora
Director Sede Caribe Adriana Santos Martínez
José Ernesto Mancera Pineda Impresión, diseño y diagramación:
Secretaría de Sede Cargraphics- Carvajal.
Alexandra Yates Munar Av El Dorado #90-10
Profesores Santa Fé de Bogotá - Colombia
Adriana Santos Martínez
Universidad Nacional
Brigitte Gavio de Colombia, Sede Caribe
Francisco Avella Esquivel Instituto de Estudios Caribeños
Germán Márquez Calle San Luis Free Town San Andrés Isla
Jairo H. Medina Calderón Colombia, 2009
Johannie James Cruz
José Ernesto Mancera Pineda La Acuicultura Contexto Mundial y
Casos Latinoamericanos
Petter David Lowy Cerón
Raquel Sanmiguel Ardila ISBN: 978-958-8437-06-4
LA ACUICULTURA: CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS
LATINOAMERICANOS

Por
Adriana Santos-Martínez1, Fernando Vega-Villasante2,
Manuel Muñoz Viveros2, Amílcar Leví Cupul Magaña2

1
Profesora Asociada, Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe – Instituto de
Estudios Caribeños, San Andrés isla Colombia. Correo electrónico: asantosma@
unal.edu.co
2
Profesores, Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de la Costa,
Puerto Vallarta – Jalisco México. Correo electrónico: fvillasante@pv.udg.mx;
munoz_manuel1@hotmail.com; alevi@pv.udg.mx
7
CONTENIDO

PRESENTACIÓN 9

AGRADECIMIENTOS 11

LA ACUICULTURA, CONTEXTO Y CASOS 5

1. CONTEXTO MUNDIAL DE LA ACUICULTURA 13


1.1 Definición y origen 13
1.2 Producción mundial de la acuicultura 17
1.3 Principales problemas de la acuicultura a nivel
mundial 24
1.4 Perspectivas de la acuicultura a nivel mundial 26
1.5 La acuicultura en China dentro del contexto
global 30
1.6 Principales debilidades y propuestas de
solución en China 33
2. CONTEXTO LATINOAMERICANO DE LA ACUICULTURA 38
3. CASOS DE ESTUDIO 46
3.1 Acuicultura en Colombia 46
Problemas y perspectivas en la acuicultura en Colombia 52
3.2 Acuicultura en México 53
Problemas y perspectivas en la acuicultura en México 60

4. ACUICULTURA RURAL EN PEQUEÑA ESCALA - ARPE


Y LA SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL 62
4.1 Actividades de la Red ARPE 62
4.2 ARPE como alternativa social sin rumbo claro 64

CONSIDERACIONES FINALES 73
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

RECOMENDACIONES 77

REFERENCIAS CITADAS 79
8
9
PRESENTACIÓN
Desde épocas milenarias, diferentes culturas se han
interesado por la cría en condiciones controladas de
organismos del medio acuático, entre ellas especies de algas,
plantas, moluscos, crustáceos y peces. La academia siempre
ha estado acompañando el tema, hasta tal punto que existen,
desde el siglo XIX, institutos de investigación dedicados
por completo a la acuicultura. Producto de innumerables
investigaciones a diferentes niveles y en los diversos campos del
conocimiento relacionados con la acuicultura, esta actividad
interdisciplinaria ha evolucionado considerablemente a través
de la historia de la humanidad, convirtiéndose en una industria
altamente tecnificada en algunos casos, que responde a fuertes
y constantes demandas del mercado.
El presente libro es un excelente relato de los elementos más
importantes de la acuicultura tanto en el contexto global como
latinoamericano. Los autores analizan problemas y perspectivas
en dos casos de estudio representativos de Latinoamérica,
como son Colombia y México. De forma clara plantean los
principales retos que debe enfrentar esta creciente actividad,
ampliamente difundida en todos los continentes del mundo,
pero que permanece aún sin ser sostenible. El libro concluye
presentando fundadas recomendaciones para cubrir vacios
en la construcción de políticas hacia el mejoramiento de la
actividad en ámbitos ecológicos, sociales y económicos.
La contribución y aporte de este material es claro, pues
nutre la ya iniciada discusión del balance entre las bondades
de la actividad frente a sus grandes impactos. Es claro que no
es posible abordar el tema de la acuicultura sin reconocer su
contribución a nivel científico, social, económico; ni tampoco
desconociendo los impactos que su práctica ha generado a
nivel ambiental y cultural tanto a escalas locales como globales.

Ph.D. José Ernesto Mancera Pineda


Director de Sede – Profesor Asociado
Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe – Instituto de Estudios
Caribeños, San Andrés isla Colombia
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS
10
11
AGRADECIMIENTOS
Los autores queremos agradecer de manera especial a
nuestro tutor y entrañable amigo, el Dr. José Luis Cifuentes
Lemus, quien con sus enseñanzas y ejemplo ha forjado nuestra
formación como maestros y científicos. A nuestras familias,
quienes con su afecto y acompañamiento, nos brindaron la
oportunidad de trabajar. Agradecemos a Olimpia Chong
Carrillo las valiosas contribuciones al manuscrito y al diseño
de la portada. A las instituciones y sus directivos, Universidad
Nacional de Colombia, Universidad de Guadalajara e Instituto
Tecnológico de Bahía Bandera de México, que han permitido el
intercambio de actividades académicas, las cuales esperamos
se continúen. Agradecemos de igual manera, a las Directivas y
maestros del Programa de Doctorado en Desarrollo Sustentable,
del Centro Universitario de la Costa en Puerto Vallarta de la
Universidad de Guadalajara, por darnos la oportunidad de
encontrarnos y hacer algunos aportes.
Los autores
13
1. CONTEXTO MUNDIAL DE LA ACUICULTURA
1.1 Definición y origen
La palabra acuicultura viene del latín: aqua: agua y cultura:
cultivo (RAE, 2001), y se define como la actividad mediante
la cual se producen organismos hidrobiológicos ya sean
faunísticos o florísticos. La acuicultura es el sector de producción
de alimentos que está creciendo de forma más acelerada a
nivel mundial, mediante el cultivo de algas verdes, pardas y
rojas, peces e invertebrados, que tienen una alta importancia
económica y social, y a la vez está aportando alternativas para
evitar la disminución de los recursos pesqueros. A través de esta
actividad se puede mitigar la sobreexplotación de las especies
pescadas, tanto por flotas artesanales como industriales, y
proporcionar alimento a la población más vulnerable (Vega-
Villasante y Chong Carrillo, 2006; UICN, 2007).
La acuicultura se ha clasificado según el área que ocupa
y la densidad de siembra, o por el tipo de grupo o especies.
Existen cuatro sistemas de acuicultura: extensivo, aquel que
utiliza grandes superficies y tiene baja densidad de individuos
y usualmente escasa tecnología, como es el caso del cultivo
de macroalgas y moluscos, pero en general estos cultivos no
necesariamente requieren de siembra ni de alimentación, pues
el medio ofrece estos componentes; semiintensivo, con mayor
densidad y producción, como puede ser el caso de peces como
la carpa y la tilapia, mas sí requieren de siembras y alimento
adicional; intensivo, con altas densidades, y que requiere
métodos mas tecnificados y procesos industriales; como ejemplos
están la trucha y el salmón; superintensivos, caracterizado por
altas densidades por área, control de las raciones de alimento
y de todos los parámetros ambientales, producciones con alto
riesgo pero muy productivas si son exitosas; un ejemplo podría
ser el de la rana toro (SAGYP, 2002).
Los cultivos toman su nombre de acuerdo con la especie en
producción; por lo tanto, el de peces se denomina piscicultura;
el de ostra, ostricultura; el de camarón; camaronicultura,
el de carpa, carpicultura (o ciprinocultura), el de salmón,
salmonicultura; el de trucha, truchicultura (o truticultura),
entre otros. En determinados casos los ciclos de vida de las
especies se llevan a cabo en los cultivos, y en otros, solo en una
parte o un periodo, como la etapa de engorde, para lo cual,
dependiendo de las condiciones y la especie, deberán satisfacer
los respectivos requerimiento físicos, químicos y biológicos del
suelo, agua y oxígeno, así como las especificaciones técnicas
de los medios y los estanques o jaulas (Wedler, 1998; Sagyp,
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

2002; FAO, 2006 a).


Jesseé y Casey (2006) describen de manera detallada el
origen y los avances de la acuicultura de manera cronológica,
demostrando cómo esta actividad milenaria data desde el año
2737 a.C. Dichos autores citan como pionero de la acuicultura
al primer emperador chino (2852 a 2737 a.C.), quien favoreció
el conocimiento sobre el cultivo en estanque del múlido gris
(Mugil sp.) y la carpa (Cyprinus carpio). Posteriormente, y
también en China, Fau Lai (475 a.C.) escribió un libro sobre
el cultivo de la carpa.
Destacan también que en jeroglíficos egipcios (2052-1786
a.C) es posible apreciar imágenes que sugieren el cultivo de
peces de una manera intensiva. En Grecia y Roma, se sabe
14
que no sólo Aristóteles y Plinio hicieron referencias al cultivo
de ostras, sino que al general romano Lucullus se le atribuye
la creación del estanque circular para la acuicultura de peces.
Igualmente, Lucius Junius Moderatus Columella, de Roma,

15
aportó El tratado romano de piscicultura, el cual se calcula
fue escrito durante el primer siglo d.C. Así mismo, en el Reino
Unido fueron varias las experiencias del cultivo de peces e
invertebrados, algunas de estas por monjes en sus abadías
(siglos IX al XV); en los texto de las abadías se cita que en los
jardines se tenían estanques y se comercializaba con especies
como arenques, anguilas, salmón, lampreas, cohete o pez
flauta, esturión, caballa y ostras. En Japón, en 1620 d.C., se
inicia el cultivo de ostra, al parecer en Hiroshima, utilizando
barreras de bambú. En 1639 d.C., también en China, se
publica El libro completo de acuicultura, por Hsu Kwang Chi
(de la dinastía Ming).
Según Jesseé y Casey (2006), en la Amazonia de Bolivia existen
registros arqueológicos de sistemas de “granjas de peces” (área de
500 Km2) datados en 1700 d.C. Entre 1755 y 1834 continuaron
avances en las técnicas de desove, de mantenimiento de estanques
en Alemania, Suecia, Escocia. En 1841 se publicó un libro sobre
manejo de peces de agua dulce en Inglaterra, y en Francia se
trabajó con desoves artificiales, lo que generó la producción de
varios libros sobre el tema. En 1856 Vrasski, en Rusia, trabajó
sobre el “método seco”, es decir, el desove fuera del agua. Un año
más tarde, en Nueva York, se publica Cultivo de peces: un tratado
en la propagación artificial de los peces; durante este periodo
en varios países se trabajaba con intensidad con investigadores
como Halford, James Hogg, Andrew Knox y Boccius, en Gran
Bretaña; en Alemania, Bloch; en Francia, Quatrefages; y en
Italia, Spallanzan. La publicación de libros continuó, así como las
prácticas sobre temas del cultivo del salmón, la trucha, el esturión y
la incubación de peces. Durante el siglo XIX se realizaron grandes
avances y se implementaron diversas iniciativas, dando paso a la
apertura de acuarios públicos, la introducción de especies entre
naciones, la creación de asociaciones, el cultivo de perlas; se
abren escuelas de acuicultura y se crean algunas políticas para la
conservación ambiental. En 1901 el Concilio Internacional para
la Exploración del Mar (ICES) propuso mantener el suministro
de peces marinos a largo plazo, dando lugar a los primeros
pasos para el desarrollo de una “conciencia ambiental” por
una sostenibilidad de los recursos, aunque obviamente, y bajo el
actual estado de los recursos pesqueros, tal iniciativa no tuvo eco
ni fue un principio conductual en la explotación de los mismos.
Durante el siglo XX continuó la apertura de escuelas sobre
cultivos en Noruega, Dinamarca, Francia, Reino Unido,
Japón, Italia, Australia y Estados Unidos, diversificándose
los cultivos de langosta de agua dulce, algas, cangrejos,
y con mayor intensidad, de perlas. En esta época, y en el
Reino Unido, merecen especial mención los aportes a la
acuicultura de tres generaciones (padre, hijo y sobrino) de la
familia Hickling. Desde mediados de siglo XX son muchos los
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

aportes a las investigaciones y el desarrollo de la acuicultura,


lo cual se encuentra en gran número de publicaciones y de
organizaciones nacionales e internacionales, demostrando
el interés de la Academia por documentar las experiencias,
avanzar en el conocimiento y aportar innovaciones técnicas y
tecnológicas.
Si bien el origen de la actividad es muy antiguo, en especial
las experiencias con cultivo de organismos de agua dulce a
pequeña escala y rural (que permitían obtener un producto
en buenas condiciones y de fácil acceso), tal conocimiento y
experiencias acumuladas durante siglos no han logrado paliar
los efectos del manejo inadecuado de los recursos pesqueros
tanto dulceacuícolas como marinos. Antes del auge de la
industria pesquera el medio natural tenía una oferta alta y la
16
densidad poblacional era menor (Edwards y Demaine, 1998
a). Tales condiciones se han invertido en la actualidad, y el
deterioro del medio ha aumentado a niveles planetarios,
demandando nuevas alternativas de producción acuícolas que

17
eviten los efectos catastróficos sobre los recursos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
en su informe del 2007, avizora que para el año 2080 el
cambio climático podría generar escasez de agua para
1800 millones de personas y que debido a los ya grandes
y actuales problemas de seguridad alimentaria el impacto
de la desnutrición podría llegar a 600 millones de seres
humanos. Aun cuando el crecimiento de la acuicultura ha sido
significativo en las últimas cuatro décadas y se ha estimulado
su desarrollo debido a su alta rentabilidad (FAO, 2007c), los
beneficios sociales obtenidos no son claros y mucho menos
evidentes. Gran parte de la producción de especies con alto
valor comercial, dirigidas a un estrato poblacional con alto
poder adquisitivo, han dejado a un lado las producciones
encaminadas a repartir los beneficios con criterios de equidad
y sustentabilidad ambiental.

1.2 Producción mundial de la acuicultura


En el contexto mundial, la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima
anualmente los recursos pesqueros extraídos y cultivados,
entendidos como pesca y acuicultura, a partir de los reportes
que cada país envía y las proyecciones de las investigaciones
hechas por expertos de esa entidad. Para el 2004 la FAO (2007
a) reportó una producción de 140,5 millones de toneladas, de
las cuales el 75,2% fueron para consumo humano. Del total de
recursos, la pesca aportó el 68% y la acuicultura el 32% (con
una producción anual de 45,5 millones de toneladas) (Figura
1a.); la acuicultura de origen continental correspondió al 19%
y la marina al 13% (Figura 1b) y el consumo per cápita de la
fracción del consumo humano subió en comparación con años
anteriores (16,6 kg, peso en vivo).

a.
Captura total
68%

Acuicultura total
32%

b.
Captura marina
61%

Acuicultura
continental Captura Acuicultura
19% continental marina
7% 13%
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

Figura. 1. Producción mundial total de la pesca y la acuicultura en porcentaje del


año 2004. a. Captura y acuicultura total mundial, b. Captura y acuicultura total
mundial, continental y marina. Fuente, datos: FAO (2007a).

No obstante, el hecho más relevante para la acuicultura


en los últimos años es su rápido crecimiento, diversificación e
intensificación, con un aumento de 10 millones de toneladas entre
el 2000 y 2004, con mayor producción la acuicultura continental
que la marina (Figura 2); caso contrario se presenta en la pesca,
en donde la mayor producción se da en el ambiente marino.
La acuicultura demuestra no sólo un mayor crecimiento anual
que el de la pesca, sino de cualquier otro sistema de producción
de proteína animal. En poco más de treinta años pasó de un
crecimiento anual (producción total en peso) de 3,9% (1970),
a 32,4% en el 2004 (tasa media anual del 8,8%), superando
18
de esta forma el crecimiento demográfico (FAO, 2007a). Por
supuesto que este desarrollo ha traído aparejado un crecimiento
en los beneficios económicos generados, siendo estimados solo
para el 2004 en 70 300 estadounidenses de dólares americanos

19
(FAO, 2007a).
En la Figura 3 (a y b) se destaca el crecimiento descrito y se
observa cómo a partir del desarrollo en China de la acuicultura
en agua dulce (a mediados de los años ochenta) y en el mar (a
mediados de los noventa), se detona un dramático aumento de
los millones de toneladas de producto reportados. Tan sólo los
países asiáticos producen el 90% del volumen total de productos
acuiculturales, y China sola contribuye con el 74% de tal cifra.
De seguir las tendencias actuales de producción resulta poco
probable que cualquier otro país o región del mundo puedan
competir con el desarrollo asiático en este rubro.

50

40

30
de toneladas
Millones

20

10
Acuicultura
Total
0 Continental
2000 2001 Marina
2002 2003
2004
Años 2005*

Figura. 2. Producción de la acuicultura mundial anual, continental, marina y


total. Registros entre 2000 y 2004, y proyección para el 2005*. Fuente: Datos
FAO (2007a).
a.
AGUAS CONTINENTALES
Millones de toneladas
20
China
Resto del mundo
15

12

0
70 75 80 85 90 95 00 04

Años

b.
AGUAS MARINAS
Millones de toneladas
20
China
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

Resto del mundo


15

12

0
70 75 80 85 90 95 00 04
Años

Figura. 3 Producción mundial. a. Acuicultura en aguas continentales; b. agua


marinas, entre los años 1970 y 2004. Tomada de FAO (2007a).
20
De acuerdo con el informe mundial de los recursos de
la FAO (2006a) en el año 2004, se cultivaron un total de
336 especies, que representan 115 familias tanto de fauna
como de flora, lo que muestra una gran diversidad. En la

21
Figura 4 se grafican los principales grupos que se cultivan:
el primer lugar, tanto en volumen como en valor de la
producción, lo ocupan los peces de agua dulce (41% y 35%,
respectivamente), entre ellos los ciprínidos como la carpa
plateada (Hypophthalmichthys molitrix), con 4,0 millones de
toneladas; carpa china (Ctenopharyngodon idellus) con 3,9
millones de toneladas, y carpa común (Cyprinus carpio).

30.000 30.000
Volumen (miles de

25.000 25.000
toneladas)

20.000 20.000

Valor
(miles
US$)
15.000 15.000
10.000 10.000
5.000 5.000
0 0
es
lce

os
s

os
ica

s
s

al
eo

om
co
du

in

im
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us
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s
Cr

tro
ce
ta
s

ce
ce

Pe

O
an

Pe
Pe

Pl

Volumen (miles toneladas)


Valor (miles US$)

Figura. 4. Producción mundial por grupo de especies para el año 2004, volumen
en miles de toneladas y valor en miles de dólares estadounidenses. Fuente: datos
FAO (2007a).

Le siguen en volumen plantas acuáticas y moluscos (23% y


22%), con valores que ocupan el 10% y 14%, respectivamente.
En este rubro se ubican las especies con mayor volumen
respecto al total, en su mayoría gracilarias, como las algas
japonesas Laminaria japonica (4,5 millones de toneladas),
“wakame” (Undaria pinnatifida) con 2,5 millones, y “nori”
(Porphya tenera) con 1,3 millones. En el rubro de moluscos se
destaca el ostión japonés (Crassostrea gigas), con 4,4 millones
de toneladas. Los demás grupos presentan porcentajes en
volumen inferiores a 6,0%; sin embargo, su valor fue mayor;
tal es el caso de los crustáceos, cuya producción representó
el 20% del total y los peces diádromos el 12%. No obstante,
los peces marinos ocupan en la relación mundial un bajo
porcentaje en volumen (2%), y tan sólo 7% del valor total. Lo
anterior refleja el poco desarrollo de la maricultura a nivel
íctico pero a la vez pone en evidencia el gran potencial que
aún existe en el desarrollo de tecnologías que permitan cerrar
los ciclos biológicos de estas especies, sugiriendo que en el
escenario futuro de esta actividad la participación de los cultivos
de peces marinos nativos de cada región o país deberá ser
mucho más importante, tanto en volumen como en valor, que
en la actualidad.
Aparejado al crecimiento explosivo de los cultivos acuáticos
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

comerciales, el lógico incremento de los recursos humanos que


directa o indirectamente se relacionan con esta actividad (mano
de obra, técnicos, científicos) ha sido también significativo;
no obstante, las cifras concretas por país no son fácilmente
asequibles (FAO, 2007a). De los más de 41 millones de
personas dedicadas al sector pesquero y acuícola a nivel
mundial durante 2004, el 27% eran acuicultores, y de estos el
95% se localizaron en Asia. En dicha región la mujer ha tenido
una participación muy importante en las actividades de cuidado
del cultivo, alimentación de los especímenes, comercialización
de los productos y sobre todo, en el procesamiento de
productos; sin embargo, dada la escasez de cifras oficiales este
aporte pasa generalmente desapercibido, ya que al menos la
FAO no posee estadísticas completas al respecto.
22
En el periodo de 2000 a 2004 la tasa de crecimiento
de personas dedicadas a la actividad fue de 28,8% y la
disminución del número de pescadores a nivel mundial en el
mismo periodo fue de 13% (decrecimiento del 2%). Estas cifras,

23
si bien no corresponden a relaciones directas, sí muestran
cómo la pesquería está dejando de ser una opción de trabajo
e incluso de vida, con la pérdida de vocación y de cultura
pesquera, y cómo la acuicultura cobra a nivel mundial gran
importancia comercial y social, con la posibilidad de regresar
al cultivo en lugar de la caza.
Las cifras globales de la FAO (2007a) sugieren que la
acuicultura está haciendo un importante aporte directo e
indirecto a las necesidades nutricionales en regiones como
Asia y África, incrementando el acceso a proteína animal de
buena calidad y favoreciendo la seguridad alimentaria. Pero
las cuentas no son del todo exitosas, pues muchas poblaciones
de nuestro planeta aún están muy alejadas de ver subsanadas
sus necesidades básicas de alimentación. La cantidad y
calidad de productos derivados de cultivos acuícolas no
son los suficientes para aportar, en la actualidad, soluciones
verdaderas a la hambruna y la subnutrición (FAO, 2006b). Si
bien las estadísticas hablan de un incremento en el consumo de
especies acuícolas per cápita a nivel mundial, lo cierto es que
la demanda de especies con un alto valor comercial agregado,
como el abulón, camarón, salmón, langostas y langostinos de
agua dulce (entre otras) y dirigidas a un segmento poblacional
con capacidad de pagar sus altos precios, también ha
aumentado. La acuicultura con mero sentido social ha visto
un declive acelerado en muchos países emergentes, junto con
las alternativas de generar mayor equidad en una población
más amplia. (ODI - RIMISP, 2000).
1.3 Principales problemas de la acuicultura a nivel
mundial
Si bien es cierto que el estado actual de este sector
productivo revela tendencias favorables, sobre todo en el
aspecto de beneficios económicos para particulares, empresas
y consorcios, la verdadera sostenibilidad (natural, social y
económica) se está construyendo todavía en la mayoría de los
países emergentes a través de la generación de políticas, planes,
manejos, que pretenden alcanzar una verdadera participación
de los niveles poblacionales más desprotegidos. Aun cuando la
FAO promueve, mediante sus múltiples documentos y acciones,
el crecimiento de la actividad acuícola como una alternativa
para alcanzar la seguridad alimentaria bajo la filosofía del “uso
responsable” (aplicando los códigos de conducta y buenas
prácticas en todo el proceso), lo cierto es que, por lo menos
en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, tal
objetivo no ha sido alcanzado; los aportes a la alimentación,
a la disminución de la pobreza y al mejoramiento económico
no son aún claros y mucho menos garantizados a futuro.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

Dentro de los variados problemas que afectan a la acuicultura


en Latinoamérica se ha detectado que la inseguridad en la
tenencia (propiedad) de la tierra, el mal uso que se hace del
suelo, la deforestación, la introducción de especies exóticas
(que luego invaden cuerpos de agua nativos), el indiscriminado
uso de alimentos y químicos (con su efecto deletéreo sobre el
entorno local), y en varios casos la corrupción de autoridades
que impiden que los recursos gubernamentales se apliquen de
manera adecuada, son los más significativos.
El efecto de la introducción de especies foráneas (que luego
escapan o son liberadas a los ambientes naturales) es un tema
de gran actualidad que comienza a ser abordado por los sectores
científicos en varios países del área. Tal es el caso de la tilapia,
24
especie que a pesar de ser cultivada en su forma de tetrahíbrido,
de hábito alimentario herbívoro y monosexo, pasa a ser predador-
omnívoro y, por reversión de sexos, logra aparearse, causando
efectos negativos sobre las poblaciones nativas (Nirchio y Pérez,

25
2002; Pérez et al., 2004; Invemar, 2005).
La acuicultura comercial, que en general es intensiva, implica
la utilización de zonas costeras o cercanas a las fuentes de agua
dulce, provocando que se lleven a cabo acciones destructivas
del ambiente, como la remoción de pantanos, manglares,
bosques, pastizales, o zonas de cultivo agrícola, afectando
a la biodiversidad vegetal y animal, para cultivar una sola
especie. De igual forma, su efecto negativo puede manifestarse
a través de la generación de problemas sociales cuando las
comunidades asentadas cerca de los sitios de producción ven
afectados sus intereses comunitarios o individuales, provocando
en algunos casos situaciones de desplazamiento y cambios
culturales, la mayoría de las ocasiones sin poder participar
del posible beneficio de desarrollo económico que pudieran
generar tales actividades productivas.
Una forma de estimular la actividad, y que se presenta
en varios países, son los subsidios para la producción, y por
lo tanto se presentan mayores beneficios; no obstante, la
acuicultura a baja escala, contiene una gran complejidad de
orden social y económico que debe ser atendida para generar
alternativas de trabajo, disminuir la pobreza y mejorar el nivel
de vida de las comunidades menos favorecidas (FAO, 2006c).
Este tema será abordado en el último acápite de este libro.
Hoy en día se discuten a nivel económico y político
cuestiones como la calidad de los productos y las condiciones
arancelarias para la exportación, así como las políticas de
la Organización Mundial del Comercio (OMC); lo anterior
debido a que existen deficiencias en los sistemas de seguridad
de los alimentos y de las plantas de proceso, así como diversas
barreras y políticas económicas que no siempre favorecen a los
productores (FAO, 2006a), por ende las redes del comercio
para la cooperación son de apoyo para superar las dificultades
y recibir la asesoría respectiva.
Igualmente, las organizaciones mundiales como ONU, FAO
y BID trabajan en pro de la acuicultura y promueven las redes
de cooperación que existen y con las cuales se han logrado
importantes lecciones. Entre ellas están La Red de Centros
de Acuicultura de Asia y el Pacífico (NACA), el Subcomité
de Pesca del COFI, del Foro Mundial sobre Acuicultura,
Red de Centros de Acuicultura de Europa Central y Oriental
(RCAECO) y otras que se están consolidando en América Latina
y el África Subsahariana. En otros escenarios, se ha logrado
firmar acuerdos por parte de los jefes de Estado, como en la
Declaración de Abuja sobre la Pesca y Acuicultura Sostenibles
en África, en el 2005, y la Cumbre sobre Pescado para Todos,
de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (Nepad), en
Nigeria, en donde se dio inicio al Programa Mundial para
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

la Pesca Sostenible (Profish). Lo relevante de estas reuniones


es que se consensó que gran parte de la producción fuera
usada como alimento para la subsistencia, es decir, para las
poblaciones más vulnerables, y que las redes de cooperación,
las instituciones y organizaciones locales e internacionales,
den la prioridad a estas comunidades y los países que más lo
requieran, como son los que están en vía de desarrollo.

1.4 Perspectivas de la acuicultura a nivel mundial


De acuerdo con las proyecciones de la acuicultura, para
el 2010 se podría esperar una producción de 53 millones de
toneladas, y para el 2015, de 74 millones de toneladas, aun
cuando China no crezca significativamente (FAO, 2007a).
Además se espera que esta actividad siga aportando proteína
26
para consumo humano, dada la disminución de la pesca.
Con todo, no se pueden descartar factores limitantes a estas
proyecciones, como son la falta de tierras, la escasez de agua
dulce, aumento de los costos de energía y los combustibles,

27
aparición de nuevas enfermedades que afecten los cultivos (así
las múltiples enfermedades actuales sean erradicadas), y por
supuesto, el no tener políticas gubernamentales que favorezcan
la producción de especies de bajo costo y no solo de aquellas
que puedan tener un alto valor comercial para los mercados
internos y de exportación. Se deberá también considerar el
posible efecto que sobre los cultivos acuáticos provocará el
cambio climático, cuya magnitud pudiera ser catastrófica e
irreversible en muchos casos a nivel global (PNUD, 2007).
A pesar de lo anterior, las perspectivas de esta actividad son
muy amplias, tanto por el potencial que tiene el desarrollo de
tecnologías dirigidas al cultivo de nuevas especies, como por los
resultados que ha demostrado la producción de las ya conocidas.
Pero aun con proyecciones halagüeñas se ha estimado que hacia
el 2030, para poder mantener el consumo de la población, se
requiere de una producción adicional a la actual de 40 millones
de toneladas (FAO, 2006a). La contradicción se hace patente
cuando se debe entonces decidir si será posible llegar, con los
modelos intensivos de producción actuales, a obtener tales
volúmenes dentro del marco de un desarrollo sostenible, es decir,
con equidad social, natural y económica, o habrá que cambiar
las estrategias para bajo otros sistemas de cultivo contribuir
con solidez a la construcción de soluciones reales que permitan
satisfacer la falta de alimento de gran parte de la población de
muchos países y regiones del mundo.
Las entidades gubernamentales responsables de coordinar
y regular la actividad de la acuicultura y deben apoyarse en
los estudios técnico-científicos de toda índole (biológica,
ecológica, económica y social) generados en el seno de las
instituciones científicas. Los modelos de desarrollo basados
en las leyes del mercado no son la mejor forma de encaminar
los procesos productivos, pues la mayoría de las veces obvian
aspectos de ordenación, planificación e impacto ambiental y
social, basando sus decisiones en meros argumentos de las
premisas económicas de la oferta y la demanda. La divulgación
de los resultados y propuestas del sector académico es de
importancia trascendental para fomentar el cambio conceptual
en los sectores ejecutivos, ayudándoles a implementar
adecuadas políticas nacionales relacionadas con la acuicultura.
La actividad acuícola debe contar con sistemas estatales
de monitoreo, sobre variables físico-químicas y biológicas, así
como sistemas de control y vigilancia, que serían fundamentales
en el proceso de toma de decisiones y en la validación de
la normatividad. Los Estados, en apoyo de los acuicultores
artesanales e industriales, deben participar haciendo las
inversiones necesarias en estos sistemas tecnológicos que
permitan garantizar el éxito de cualquier tipo de producción
acuícola, y velando por que estas se hagan con la transparencia
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

y veeduría necesarias.
Gran parte de la información global sobre el estado de la
acuicultura que ha permitido que los países miembros de la FAO
usen los datos y se transformen en resultados y conocimiento,
está disponible en la página web de la FAO: el software
denominado FishStat Plus Data (FAO, 2007d). Esta robusta
herramienta permite conocer la actividad acuícola mundial, ya
que contiene el sistema de bases de datos sobre la producción
pesquera y acuícola del planeta, información organizada en
series de datos por países y años. Para el caso de la acuicultura
están los datos de la producción en una matriz de 59 columnas
que incluye países (240), especies o grupos (con más de 1000
especies o denominaciones de organismos), área (7 regiones
28
mundiales), tipo de ambiente de cultivo (continental, marino
o salobre) y años (1950 a 2005), y con 2396 filas con la
información. Así mismo, FishStat+ contiene la base de datos a
nivel monetario de la acuicultura (1984 a 2004); por lo anterior,

29
es un gran avance que permite la posibilidad de apropiarse de
las lecciones que esta información contiene con el fin de evitar
fracasos y cosechar beneficios para la mayoría; su debilidad
radica en que depende de la calidad de la información que
cada Estado aporte y para ello se deben hacer las gestiones
internas pertinentes en cada país.
A la tercera reunión del Subcomité sobre Acuicultura del
Comité de Pesca, que se celebró en Nueva Delhi en septiembre
de 2006 por invitación del Gobierno de la India, asistieron 48
países miembros de la FAO, representantes de un organismo
especializado de las Naciones Unidas, observadores de 4
organizaciones intergubernamentales y 4 organizaciones
no gubernamentales internacionales. El Subcomité elogió al
Departamento de Pesca de la FAO por las medidas adoptadas
en respuesta a las recomendaciones hechas por el Subcomité
en su segunda reunión, y la secretaría respectiva presentó varios
informes de trabajo y las siguientes prioridades (FAO, 2007b):
• La prestación de asistencia a los países para la elaboración
y aplicación de políticas y estrategias de desarrollo de la
acuicultura, así como para la elaboración de directrices
adecuadas.
• La elaboración de métodos de planificación y formulación
de políticas en materia de acuicultura.
• El estudio de las interacciones entre la pesca y la acuicultura.
• El tratamiento de los aspectos de la producción acuícola y
el consumo de productos acuícolas, relativos a la inocuidad
alimentaria y la salud humana, en particular mediante la
utilización de un enfoque de las recomendaciones sobre
consumo de productos marinos basado en el análisis de
los riesgos y beneficios.

1.5 La acuicultura en China dentro del contexto


global
China es una potencia económica, el país más poblado
del mundo (con 1300 millones de habitantes) y el cuarto más
grande en cuanto a extensión territorial.
Conocida ahora como “el gigante asiático” (no sólo
por su extensión territorial y población sino por su poderío
económico), ha sufrido una extraordinaria transformación
económica de unas décadas a la fecha que la han posicionado
como la nación que más crecimiento del producto interno
bruto demuestra anualmente. China se convirtió en la mayor
potencia manufacturera orbital, pues a través de la gestión
del Estado se llevó a cabo la creación de zonas económicas
especiales en la zona costera, donde se concentró el desarrollo
industrial con inversiones estatales en instalaciones, servicios
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

públicos y complejos habitacionales para trabajadores. De tal


forma su capacidad manufacturera se expandió, sobre todo
en el sector de la producción de electrodomésticos y textiles,
aunque tal crecimiento se debió en parte al bajo costo de la
mano de obra contratada por el mismo Gobierno. El 25% de
todos los bienes manufacturados del mundo se produce en
China (http://en.wikipedia.org/wiki/Agriculture_in_China).
Este país es, por mucho, el mayor productor acuícola, tanto
en aguas continentales como marinas, y por ello se considera
en las estadísticas con un manejo aparte (Figura 5 a y b); lo
anterior para poder comprender de manera correcta cuál es
la tendencia de la producción a nivel mundial (FAO, 2006a).
En el año 2003 produjo, con cerca de 50 especies, 17 782
30
734 toneladas en agua dulce, ocupando la carpa el primer
lugar como la especie más cultivada (Figura 5a). En el medio
marino se cultivaron cerca de 40 especies, con una producción
total de 12 533 061 toneladas. En la Figura 5b se observa

31
que los moluscos y las alga ocupan los mayores volúmenes
(FAO, 2007e).
Independientemente de su magnitud territorial y de
su población, este logro exitoso en el cultivo obedece
principalmente a las políticas proactivas del Gobierno dirigidas
a incentivar la pesca en general y a la acuicultura en particular.
La acuicultura en China se desarrolló a lo largo de dos
regímenes políticos: el modelo igualitario, bajo la planificación
centralizada estatal de 1949 a 1978, y el régimen de economía
de mercado abierto, que se inicia a partir de 1978 con la
política de atraer inversión extranjera directa y que continúa
hasta la actualidad (Ohmae, 2005). Estas políticas fueron
sumamente efectivas para lograr que China sea, al día de
hoy, el mayor productor mundial en productos derivados de
la acuicultura, y favorecieron la creación y acumulación de
activos fijos y riqueza a niveles individual y local.
Este gradual proceso de sostenidas reformas se comenzó
a acelerar hacia finales de los años setenta, particularmente
hacia 1978, cuando la economía china se abrió al exterior
(FAO, 2007e). Las reformas económicas y políticas dieron
como resultado un modelo de desarrollo de políticas de libre
mercado, pero gradual y con control de las macrovariables
económicas (Calva, 2007).
a.
Chinese bream and
Cangrejo chino blunt-snout bream; carpa negra; 1,3
de río, Giant prawand 3,3
Carpas plateadas y
Soft-shelled turtle; 3,4 Eel; 1 bighead; 30,1
Tilapia; 4,2

Carpa crucian; 10

Carpa herbivora; 20,2


Carpa común; 13,2
Otros; 13,4

b.
Peces Marinos; 4,1
Crustáceos; 5,3

Algas; 11 Moluscos; 78,6


LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

Figura 5. Porcentaje de producción de la acuicultura por grupo de especies, datos


del año 2003: a. acuicultura de agua dulce, b. acuicultura marina. Fuente, datos:
FAO, (2007e).

El Gobierno chino también se embarcó en una activa política de


exportaciones con el propósito de generar las tan necesitadas
divisas para la adquisición de bienes de capital que permitiesen
reconstruir la economía. Esta política orientada a la exportación
fue considerada de interés nacional. El Gobierno poseía eslabones
organizativos bien definidos con efectos multiplicadores tanto para
la economía del país como para los niveles inferiores locales. A
32
partir de la demanda de las exportaciones, se derivaron diversas
actividades empresariales. La acuicultura china, entre otros
sectores, se vio beneficiada de tales políticas fundamentales
(Quiñones, 2004).

33
Considerando el futuro de la pesca, la acuicultura es el
único sector que brinda el mayor potencial y expectativas de
satisfacer la diferencia entre oferta y demanda, así como de
producir mayores cantidades de alimento para alimentar a la
creciente población china. Las políticas gubernamentales de
desarrollo y administración de la acuicultura deberán seguir
siendo reformadas para facilitar la reestructuración de la
industria, logrando un sistema de producción de semilla de
mejor calidad y una estrategia de prevención y manejo eficiente
de enfermedades.

1.6 Principales debilidades y propuestas de solución


en China
La degradación ambiental, las epidemias o brotes de
enfermedad, las limitaciones en el suministro de semilla y
en la conservación genética, las limitadas posibilidades de
expansión, entre otras, constituyen las principales restricciones
al desarrollo de la acuicultura en China (Quiñones, 2004). Los
recursos cuantitativos y cualitativos de agua se han convertido
consistentemente en un factor limitante del desarrollo de la
acuicultura. China es un país con amplios recursos de agua
dulce y tierra, posee el 27% de aguas dulces y marinas y el
9% de la tierra arable del mundo; de esta última, per cápita
se estima en poco menos de 0,09 hectáreas (Li, 2000, en
Hishamunda y Subasinghe, 2003).
Estos recursos se combinan para producir más del 65% de la
producción acuícola mundial para alimentar a aproximadamente
el 25% de la población mundial total. Como resultado de lo
anterior, la intensidad de la producción y la productividad con
frecuencia han rebasado la capacidad productiva de muchos
ecosistemas en varios distritos, causando serios problemas de
contaminación. Un ejemplo claro de lo anterior es el cultivo
de camarón, en el cual los productores incrementaron la
densidad de siembra de poslarvas y las tasas de alimentación
para maximizar sus utilidades. Este desarrollo generó epizootias
y brotes de enfermedades, así como deterioro de la calidad
del agua en determinadas partes del país, particularmente
en el sur. Además de la contaminación, la sobreproducción
también abatió los precios de los productos de la acuicultura.
Otro problema es la erosión ocasionada por la actividad de las
granjas de cultivo, las cuales, en los casos en que la producción
no es exitosa o hay reincidencia de enfermedades que no han
podido ser controladas, son abandonadas sin ser restituidas
las condiciones originales del suelo, ocasionando pérdidas
importantes de la cobertura vegetal y por ende contribuyendo
al calentamiento global (Hishamunda y Subasinghe, 2003).
Para proteger y utilizar todos los cuerpos de agua aptos
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

para la acuicultura, el modelo de producción orientado hacia


la explotación de recursos y la intensificación de la producción
deberá ser mejorado. Las principales áreas utilizadas para la
acuicultura deberán ser reexaminadas y nuevamente zonificadas
o reasignadas sobre la base de la vocación del uso del suelo.
En otras palabras, se requiere una planificación más avanzada
en la que además se regule la intensidad de producción y se
controle conforme a la capacidad ambiental. Esto implica el
desarrollo de metodologías para la evaluación del impacto
ambiental, el establecimiento de estándares ambientales y
de calidad del agua para la descarga de efluentes, así como
protocolos y guías para la zonificación o asignación de zonas
propicias para la acuicultura.
34
La pérdida de la calidad ambiental produjo, entre otros
efectos, un incremento en la incidencia de enfermedades a lo
largo de la década de los años noventa. Los expertos estimaron
que la variedad de enfermedades acuáticas alcanzó el número

35
de 500 y las pérdidas atribuibles a epizootias fueron del orden
de 1000 millones de dólares anuales.

Superficies limitadas para la expansión de la acuicultura


Debido a su preocupación por la disminución de los recursos
pesqueros naturales, en 1999 el Gobierno chino adoptó
una política de cero crecimientos de los productos acuáticos
derivados de las capturas pesqueras. Simultáneamente adoptó
una estrategia que incrementara la producción acuícola para
poder satisfacer la creciente demanda interna de productos
acuáticos. Sin embargo, tal como ya fue descrito, existen
grandes limitaciones de superficie terrestre disponible para la
expansión de la acuicultura, el agua dulce es escasa, y muchos
sistemas productivos, incluyendo los ambientes marinos, han
excedido su capacidad productiva. Esto indica que aunque
existe cierto potencial, el futuro desarrollo de la acuicultura es
más bien limitado.
Una estrategia para la expansión de la producción
acuícola consistiría en enfocarse hacia nuevas tecnologías que
aumenten la productividad, principalmente en el occidente del
país. Las áreas que no poseen vocación acuícola deberían ser
explotadas con cautela y únicamente en forma moderada,
brindando más atención al uso responsable y sostenible del
agua para fines acuícolas. Con el ánimo de proteger la frágil
ecología del país y el medio ambiente, es imprescindible que
no se exploten ciegamente las tierras y aguas marginales, ya
que estas cumplen una valiosa función en el ecosistema.
Organización y supervisión insuficientes de las empresas
acuícolas
Existen ciertas deficiencias en lo que a organización y
supervisión de las empresas acuícolas se refiere. Específicamente,
existen problemas relativos a la propiedad estatal de empresas
acuícolas debido a que la reforma económica no las ha
atendido adecuadamente. En estas empresas, tanto los
productores como la administración no están suficientemente
organizados ni son supervisados.
Infraestructuras primarias e instalaciones inadecuadas
La infraestructura primaria e instalaciones para la
acuicultura, así como los sistemas de apoyo secundario,
no son aún apropiados para promover el desarrollo de
la industria como cabría esperar. Además, la industria
aún carece de la capacidad científica y tecnológica para
aprovechar en su totalidad los resultados de la investigación
acuícola. Esto genera sistemas de producción acuícola
incompletos e imperfectos que impiden: incrementar la
fertilidad y la fecundidad de las especies de cultivo, mejorar
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

los programas de sanidad animal, prevención y tratamiento


de enfermedades, información e inteligencia de mercados, así
como su distribución y comercialización. Dificultades similares
se presentan en la etapa del procesamiento de los productos
acuícolas, ocasionando que no se utilicen en su totalidad y
ocurran desperdicios (Hishamunda y Subasinghe, 2003).

Protección ambiental
Actualmente todos los niveles del Gobierno están prestando
mayor atención a la regulación de los procesos agrícolas,
industriales y manufactureros, y a los sistemas de tratamiento
de aguas negras, con la intención de vigilar que se cumplan
las regulaciones gubernamentales en materia de reducción
36
de la contaminación. Los departamentos gubernamentales
también participan en el monitoreo de la descarga de aguas
servidas por parte de las granjas, la industria y municipios,
así como de otros residuos y efluentes agrícolas. Se tiene por

37
objetivo asegurar que dichas aguas no sean descargadas
sin haber sido tratadas previamente, o que lleguen a otros
cauces, particularmente en las zonas en las que se practica
la acuicultura.
Se espera que en el futuro la acuicultura en China no
solamente sea ambientalmente amigable sino también racional,
sana, no contaminante y sostenible. Sin embargo, aunque el
cultivo en jaulas marinas y los cultivos de camarón en las zonas
costeras pueden provocar la contaminación ambiental, a la
fecha no se tiene ningún plan específico de acción o sistema
de administración adecuado para salvaguardar el ambiente.
Por ello es que el Gobierno está trabajando en establecer un
plan de contingencia (FAO, 2007a).

Beneficios y perspectivas
Los beneficios que obtiene China en la actualidad a partir
de la acuicultura son muchos, a pesar de los problemas
manifestados. No obstante los bajos salarios y aparentes
restricciones en libertades individuales (que enarbola
Occidente como parte de sus críticas a su sistema de
producción), China ha logrado ubicarse como el primer
productor mundial en prácticamente todas las especies
cultivables (camarones, carpas, tilapias, ostiones, almejas,
etc.). Un número importante de la población rural china
está empleada en esta actividad con los beneficios directos
en su alimentación y economía. La venta de exportación
de los productos acuícolas chinos a prácticamente los
demás paises permite la obtención de divisas necesarias
para seguir refaccionando sus sistemas de producción,
desarrollar tecnologías nacionales y apoyar la investigación
mejoramiento conducente al de los cultivos. La sustitución de
la pesca intensiva de especies disminuidas o en peligro debido
a la pesca excesiva, por especies producidas a través de la
acuicultura, ha significado la disminución de la presión sobre
el ambiente y los ecosistemas acuáticos.

2. CONTEXTO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE


De las siete regiones caracterizadas por su actividad en
acuicultura, la de Asia y el Pacífico, que incluye 19 países,
produce el 91,5%, y China aporta el 69,6% (FAO, 2006a), lo
que la constituye no solo en la principal región a nivel mundial
en el aporte de alimento acuícola, sino la mayor en expansión
de sus beneficios económicos y sociales (Figura 6). La región
Latinoamérica y el Caribe ocupa un bajo tercer lugar (2,3%),
reportado por 23 países, aunque potencialmente contaría con
mayor territorio para la actividad. Las otras cuatro regiones
presentan una menor producción (Figura 6).
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

Asia y Pacífico - sin


China 21,9
Europa Occidental
3,5
Latinoamérica y el
Caribe 2,3

América del Norte


1,3
África del Norte y
Oriental 0,9
Asia y el Pacífico -
sólo China 69,6 Europa Central y
África Sub-Sahara Oriental 0,4
0,2

Figura 6. Porcentaje de producción por región en el mundo. Fuente, datos: FAO


(2006a).
38
Cada región ha sido objeto de seguimiento y apoyo por
parte de la FAO, por lo que el Caribe y Latinoamérica han
congregado en varias reuniones de estudio a expertos de
diversos países, como en la Comisión de Pesca Continental

39
para América Latina (Copescal), Visión General del Sector
Acuícola Nacional (NASO), y la de Análisis Prospectivo del
Desarrollo Futuro de la Acuicultura (Pafad). Los objetivos de
estas reuniones fueron los de hacer seguimiento al desarrollo
y a los problemas de la acuicultura, fomentar el intercambio
de experiencias y cooperación entre los Estados, colaborar con
otras organizaciones del área y recomendar medidas para la
aplicación en la Copescal.
Algunos de los resultados de las reuniones citadas fueron
presentados por Fernando-Criado (1984) y Morales y Morales
(2006), quienes aportaron una síntesis, en dos épocas, de esta
gran región (con dos décadas de por medio), e incluyeron
reportes de cada nación. En la reunión de Panamá en el 2003,
participaron delegados de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y
Venezuela.
En la Tabla 1 se presenta una breve compilación de la
historia y los antecedentes más destacados de la actividad
acuícola en la región Caribe y latinoamericana. México fue
uno de los primeros en registrar experiencias acuícola y se
observa cómo en varios países la introducción de especies
foráneas da inicio a la actividad, todavía sin plena evaluación
de los impactos en el medio natural, pero sí con una valoración
económica positiva; si bien no es una tabla completa, se le han
adicionado los datos nuevos encontrados en otros documentos,
como en el caso de Colombia.
Entre las casi dos décadas de análisis de la actividad en la
región (1981 y 2003), se muestra el crecimiento de la acuicultura
de manera exponencial, con especies como el salmón, el camarón
y las tilapias, y en la última década hay incrementos importantes
en la producción de otros grupos de especies tales como carpas,
macroalgas, bivalvos, carácidos y bagres, siendo los principales
productores Chile, Brasil, México y Ecuador (Morales y Morales,
2006). Estos autores mencionan que aun cuando se presentan
importantes beneficios sociales y económicos por parte de la
acuicultura a gran escala, la acuicultura a pequeña escala o
rural requiere de apoyo de los Gobiernos mediante soporte en
asistencia técnica y económica.
Tabla 1. Antecedentes de la acuicultura en la región Caribe
y latinoamericana, por década, actividad y principales países
(Fuente: modificado de Morales y Morales, 2006).

Año Actividad destacada Principal país


1880 Piscicultura de trucha México
1890
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

1900 Reproducción de peces Argentina


Introducción del salmón y truchas
Argentina y Chile
1910 Introducción de truchas, carpas, pez sol
Cuba
y rana toro
1920 Cultivo de moluscos Chile
Cultivo de trucha y piscicultura en Perú y Venezuela
1930 general
Introducción de trucha y carpa Colombia
1940 Piscicultura rural Guyana
1950 Cultivo de carpa y tilapia
Piscicultura rural, cultivo de camarones
1960 marinos
Introducción de tilapias Colombia
Cultivo de camarones marinos, tilapia y Brasil,
1970 salmónidos
Cultivo de ostras Colombia
40
(continuación)
Año Actividad destacada Principal país
Ecuador,
1980 Piscicultura comercial y camarones
Colombia

41
1990 Intensificación de cultivos, en agua dulce Brasil
Diversificación de peces marinos,
Brasil, Chile,
2000 algas, tortugas, caracol y otros moluscos,
Colombia
y langosta

La producción de la acuicultura en la región (año 2003) fue


de 1,25 millones de toneladas, con un valor de 4 600 millones
de dólares estadounidenses (Morales y Morales, 2006). Se llevó
a cabo en todos los ambientes, tanto en agua dulce como
salobre y marina, en los océanos Atlántico y Pacífico, y el mar
Caribe, utilizándose todos los tipos de sistemas de producción
mencionados.
El trabajo de Morales y Morales (2006) estima que al menos
unas 50 especies son cultivadas en la región, ocupando el
salmón del Atlántico (Salmo salar), cultivado por Chile, el
principal renglón en los peces, con 280 481 toneladas y precio
de venta de 1 206 068 miles de dólares estadounidenses,
seguido por la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), con 124
760 toneladas, cultivada por Chile, Brasil, Argentina, Colombia,
México y Venezuela, entre otros. En cuanto a invertebrados, el
primer producto es el camarón blanco (Litopenaeus vannamei),
con 256 510 toneladas, con un precio de venta de 1 240 086
dólares; los principales cultivadores de las especies de camarón
son Brasil, Ecuador, México, Honduras, Colombia y Venezuela.
Dejando a un lado los volúmenes de producción y tomando
en cuenta el número de países que la cultivan, la especie más
popular es sin duda la tilapia (Oreochromis spp.); en este
sentido, los camarones del género Penaeus ocupan el segundo
lugar. Con un volumen de producción de 86 495 toneladas, las
diferentes especies de tilapia son cultivadas por Brasil, Colombia,
Costa Rica, Ecuador y México. Existen otras especies populares
pero de carácter muy local, y que se cultivan solo en unos
cuantos países. Entre las especies endémicas que se cultivan
se encuentran los peces cachama, Colossoma macropomum,
y pacú, Piaractus mesopotamicus.
La producción de la región es desigual entre los países
(con grandes diferencias), por lo que es mejor agrupar
por los volúmenes más cercanos; así, se podrían clasificar
cuatro grupos (Figura 7): el primero, integrado por Chile y
Brasil (volumen cercano a las 620 000 y 280 000 toneladas,
respectivamente); el segundo, México, Ecuador y Colombia
(entre 72 000 y 60 0000); el siguiente, Cuba, Costa Rica,
Honduras y Venezuela, por encima de las 10 000 toneladas;
y el resto, por debajo; comportamiento que refleja grandes
diferencias también en el orden socioeconómico.

700,000

600,000
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

500,000
Toneladas

400,000

300,000

200,000

100,000

0
Rep. Dominic.
Brasil

Guatemala
Guyana

Nicaragua
Colombia
Costa Rica

Jamaica
Bolivia

Cuba

Panamá

Perú

Venezuela
Argentina

Honduras
Belice

Suriname
Chile

México

Paraguay

Uruguay
El Salvador
Ecuador

Figura 7. Producción total en cada país de la región Caribe y latinoamericana, para


el año 2003. Tomada de Morales y Morales (2006, en FAO 2005b).
42
En el año 2003 el total de personas que trabajaban
directamente en esta actividad fue de 221 500, con una
relación de 3 a 1 entre hombre y mujeres, y con un número
de empresas de 4 648, que, de acuerdo con Morales y

43
Morales (2006), corresponden a incrementos importantes, pero
integrándolas en el escenario mundial y de otras regiones, son
cifras muy bajas.
En términos generales el análisis de Nasos menciona los
logros de los países de la región como: incremento en ingresos
provenientes de las exportaciones, empleos, consumo de
proteína producto de la acuicultura y aumento en la seguridad
alimentaria, disminución de la migración rural y de la pobreza,
resultados que se atribuyen al manejo económico, el cual
permitió la generación de divisas y empleo en el caso de la
acuicultura a gran escala. Por el otro lado, en la acuicultura
a pequeña escala o rural, igualmente los márgenes de
ganancia se dieron y disminuyó la pobreza. La FAO (2006a)
resalta el hecho de que para la región el crecimiento entre
1950 y 2004 fue de 21,3%, superando el promedio mundial,
lo que demuestra resultados significativos. No obstante, los
datos en general son buenos estadísticamente, corresponden
en mayores proporciones y beneficios a los países que más
producto lograron, ya que en la mayoría de los Estados de la
región la pobreza no disminuye y, por el contrario, aumenta
(PNUD, 2007).
En la década de los ochenta el grupo de expertos (reunión
de Copescal) diagnosticó los principales problemas de la
acuicultura en el Caribe y América Latina (Fernando-Criado,
1984). Pasados casi 25 años estos siguen vigentes en las
discusiones de ámbito local y regional. Uno de ellos es el
dilema sobre cuál debería ser la orientación de la acuicultura,
si hacia sistemas industriales que generen más dividendos para
los acuicultores y divisas para los países, o hacia fortalecer la
acuicultura a pequeña escala para mejorar la calidad de vida
de las comunidades de bajos recursos. Lo que se ha constatado
en la actualidad y por la experiencia de algunos países
(China e India, entre otros) es que la fórmula sigue siendo el
desarrollo de los dos tipos de acuicultura; pero, la mayoría de
las producciones corresponden a las de tipo industrial-intensivo
bajo el régimen de iniciativas privadas, ya que las acciones de
los Gobiernos no son suficientes para atender las necesidades
de inversión y gestión del sector acuícola rural de pequeña
escala. Igualmente, se discutió sobre la introducción de especies
foráneas, entre ellas la tilapia, y sus posibles consecuencias
en el medio natural; la falta de planes de ordenamiento, de
inversión y de capacitación, entre otros. A veinticinco años de
aquella reunión los efectos de decisiones equivocadas y la falta
de planeación y regulación han, lamentablemente, provocado
que muchos de los escenarios hipotéticos y predicciones
fatalistas sean ya hechos consumados.
Para el correcto andar de la acuicultura en nuestra región es
de vital importancia que se aborden los problemas ambientales
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

en todas sus dimensiones y de manera permanente, para


lo cual se debe cumplir la normatividad vigente nacional e
internacional, así como los planes de ordenamiento territorial.
El Caribe y Latinoamérica en general están reconstruyendo
sus modelos económicos después de pasar, muchos de sus
países, por las políticas de desarrollo promovidas por el
modelo neoliberal. Reconocido ya como una real amenaza
para el medio ambiente, tal modelo estimula la realización
de producciones “tipo maquiladora”, las cuales basan su éxito
económico mediante la contratación de mano de obra barata
(bajos salarios), normas ambientales laxas y, en muchos casos,
sin incorporar materias primas del medio nacional (Calva,
2007). Cabe mencionar que a estas fechas las consecuencias
de haber seguido al pie de la letra las premisas del modelo
44
neoliberal han llevado al planeta a una catástrofe económica,
con un impacto aún no evaluado para las naciones más
desfavorecidas. Si bien es cierto que las políticas de libre
mercado han impulsado la creación y expansión de empresas

45
dedicadas al cultivo de organismos acuáticos comerciales en
todo el mundo, también es cierto que han frenado el desarrollo
social al minimizar la importancia de los programas de ayuda
y protección social, que nada tienen que ver con sus objetivos,
siempre de tipo mercantil. Por lo tanto, la globalización de la
acuicultura fomentada desde el sistema neoliberal no ha tenido
metas de carácter social.
La globalización como tendencia objetiva del desarrollo
de la contemporaneidad se expresa primariamente como
“intercambio universal” de todas las naciones, así como las
interconexiones múltiples en lo económico, político, social
y científico-cultural, es decir, en todas las esferas de la
actividad humana. Esta característica impone un modo de
actuación interdisciplinario en el análisis de cualquiera de
los problemas complejos que enfrenta hoy la humanidad, así
como en el desarrollo y difusión del conocimiento científico
contemporáneo, sin olvidar, por supuesto, que la solución de
los actuales problemas también tiene que ser globalizada.
No obstante, el neoliberalismo, como política que asume el
capitalismo transnacionalizado y que imprime su sello a la
globalización, revela el carácter profundamente contradictorio
del sistema capitalista y del orden económico internacional
vigente. La globalización neoliberal implantada desde los
centros de poder hacia el resto del mundo agudiza las
condiciones inhumanas en las que viven las tres cuartas partes
de la población del planeta.
El artículo de Constantino (2007) retoma la discusión
sobre la importancia del capital natural (en muchos
casos bien público), como la base de la economía, esto
es, los bienes y servicios (tangibles e intangibles) que
son fundamentales para el bienestar social y que son
administrados por el Estado, lo cual debe hacerse mediante
políticas que cada vez son más difíciles de implementar.
El autor propone una nueva institucionalidad que valorice
los recursos, redistribuya los beneficios y reasigne la
corresponsabilidad de los costos de las decisiones. De
esta manera, se debe promover que las industrias incluyan
los costos naturales y socioculturales para eliminar la ventaja
comparativa de la degradación ambiental y mejorar la calidad
de vida tal como lo promueve el programa de Agenda 21 de
las Naciones Unidas.
La conservación y aprovechamiento de la diversidad natural
de la región, y de la riqueza multicultural de nuestros países,
son verdaderos patrimonios de la humanidad y pueden ser
valiosos modelos de desarrollo sostenible, por lo tanto la
acuicultura debe ser una gran oportunidad para el desarrollo
económico y social.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

3. CASOS DE ESTUDIO
3.1 Acuicultura en Colombia
La ubicación geográfica de Colombia, en la esquina del
sur de América, le ofrece un ambiente tropical, con límites en
el norte con el mar Caribe (costa de 1600 km) y en el oriente
con el Océano Pacífico (costa de 1300 km). La superficie
terrestre del país es de 1 441 748 km2 y posee una gran riqueza
(Leyva, 2001), características que aunadas a la riqueza en
biodiversidad y ecosistemas hacen que la acuicultura tenga
un enorme potencial.
En la Tabla 1 se han incluido los grupos o especies registradas
en la acuicultura en Colombia, de acuerdo a la historia de su
46
desarrollo (Ruiz, 1984; FAO, 2007e). Esta comienza en agua
dulce, en los año treinta, con la introducción de la trucha arco
iris Oncorhynchus mykiss (otras Salmo gairdneri) con fines de
redoblamiento para la pesca deportiva y la introducción de la

47
carpa común, Cyprinus carpio, lo que marca un comienzo en
la actividad. En los años sesenta se introdujeron las tilapias
Tilapia mossambica y la Tilapia rendalli (en el año 1967, la
Oreochomis niloticus). Luego, en aguas salobres y marinas,
en los años setenta prosigue con las investigaciones sobre
la biología y el cultivo de la ostra de mangle Crassostraea
rhizhophorae, y en los años ochenta con el cultivo de cachama
blanca (Piaractus brachypomus) y los camarones Litopenaeus
vannamei en el Pacífico y en el Caribe (Invemar, 2005). A
finales de la década de los noventa y en el 2000, se realizan
experimentos en aguas del Pacífico, sobre la adaptación
al cautiverio y la reproducción del pargo lunarejo Lutjanus
guttatus, y en el Caribe la reproducción del pargo palmero,
Lutjanus analis, y del mero guasa, Epinephelus itajara (Botero
y Ospina, 2002 y 2003).
Otros experimentos de reproducción y desarrollo de cultivos
en el Caribe son el cultivo de los moluscos como los pectínidos
Argopecten nucleus, Nodipecten nodosus, Pinctada imbricata
y Pteria colymbus (Invemar, 2005) y Chlamys varia (Invemar,
2007). Recientemente se ha intentado trabajar con algas rojas
(Peña y Álvarez-León, 2006) y con gracilarias (Invemar, 2005),
tortugas; caracol pala, Strombus gigas, y langosta espinosa,
Panulirus argus. En el caso de peces marinos para establecer
el potencial como ornamentales, se realizó el manejo en
cautiverio de 24 especies, de las cuales Amblycirrhitus pinos,
Coryphopterus personatus, Serranus tigrinus, Apogon maculatus
y Canthigater rostrata fueron estudiadas en sus aspectos tróficos
y reproductivos, dado que se adaptaron bien al cautiverio
(Invemar, 2007).
Otros avances logrados en materia de investigación han
girado en torno a las enfermedades del camarón, como la
mancha blanca y el síndrome de taura, con resultados exitosos
sobre el control (Vidal et al., 2001; Granja et al., 2003; Gitterle
et al., 2003; Brinez et al., 2003; Lezcano et al., 2004; Numan
et al., 2004; Gitterle 2005; Gitterle et al., 2005 a, b y c).
Gran parte de los trabajos de investigación de la última
década en el tema marino, y en especial el camarón, en su
mayoría corresponden a Ceniagua (Centro de Investigación
de la Acuicultura en Colombia), entidad del sector privado.
Como parte del sector público está el Invemar (Instituto
de Investigaciones Marinas y Costeras), bajo el programa
Valoración y Aprovechamiento de los Recursos Marinos, que
ha venido desarrollando actividades principalmente en el tema
de moluscos, como una actividad de baja escala y alternativa
para los pescadores del Caribe colombiano.
Entre las especies nativas de agua dulce que se cultivan
actualmente están el bocachico (Prochilodus magdalenae),
el bagre (Pseudoplatistoma fasciatum) y el yamú (Brycon
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

siebenthalae) y se han utilizado en programas de repoblamiento,


fomento y producción industrial (FAO, 2007e).
La producción en Colombia, como se describía en el
apartado anterior, estaría en el tercer grupo a nivel de la
región latinoamericana, con registros (año 2003) de cerca de
52 806 toneladas (Salazar, 2006); en la Figura 8 se aprecian
dos picos, uno hacia el año 1999 y el otro en el 2003. En la
Tabla 2 se muestran los datos por especie o grupo, donde se
observa que los cambios descritos en la figura corresponden a
la gran disminución en la producción de la principales especies
de peces, tilapia, cachama y trucha, atribuidos al cierre de
grandes proyectos en desarrollo, al parecer por problemas de
orden público en el interior del país (Salazar, 1999 y 2002).
48
60000

50000
Producción acuicultura

40000

49
toneladas

30000

20000

10000

0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
Años

Figura 8. Producción de la acuicultura anual en Colombia, en toneladas. Fuente,


datos: Salazar (2006).

En el año 2005 los peneidos, que son el segundo grupo


de la producción nacional después de los peces (Tabla 2),
aumentaron desde el 2003 hasta un 115%, con 19 020
toneladas, en un área de 3207 hectáreas de cultivo, cuya
principal especie es el camarón Litopenaeus vanammei, con
una producción en el Caribe del 95% (principalmente de los
departamentos de Sucre, Bolívar y Córdoba) del total de la
camaronicultura; el 5% restante lo aporta la región Pacífica, con
el departamento de Nariño (Invemar, 2005). El cultivo de este
recurso se ha visto afectado por la aparición de enfermedades
(en mayor proporción en la zona del Pacífico que en la del mar
Caribe), como se observa en la Tabla 2. Sin embargo, en la
actualidad estos productos son de excelente calidad y cumplen
con la normatividad sanitaria internacional, por lo que son
exportados a Estados Unidos, Europa y Japón. La tilapia roja y
plateada, y la trucha, son comercializadas en Estados Unidos.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS
50

Tabla 2. Producción de la acuicultura anual y por especie o grupo


en Colombia, datos en toneladas (Tomada de Salazar, 2006).

Producción de la acuicultura 1995-2003 (Toneladas)


Especies 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
Bocachico 3,00 317,14 1202,86 1311,11 1473,90 2060,63 2064,67 2671,00
Cachama 3181,00 6154,00 12131,17 12335,31 13455,48 6511,12 6922,56 7872,64 12022,00
Carpa 83,00 285,18 794,56 866,07 877,26 786,71 418,06 1350,00
Otros 4,00 211,54 403,47 439,79 348,72 773,77 1445,09 792,00
Tilapia 16057,00 14025,00 16112,34 18203,73 19842,06 10175,97 11990,90 15223,84 24,186
Trucha 3181,00 4506,00 7822,55 6481,48 7064,81 2253,88 2048,90 1931,04 4,248,00
Langostino 8091,00 5221,00 6907,20 7466,32 9227,53 10000,00 10939,00 15103,00 16500,00
Ostras 10,00 15,00 16,35 18,00 10,00 6,04 0,00
Total 30514,00 30002,00 43787,72 46902,72 52213,21 31658,85 35532,48 44064,73 52806,84
De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura
y Desarrollo Rural de Colombia (2005, en FAO, 2007e),
se estima que en Colombia pueden estar trabajando en la
actividad 10 200 pequeños productores, 350 entre medianos

51
y grandes, con lo que se generan cerca de 10 000 empleos
directos. El desarrollo de la camaronicultura ha sido notable
y el país cuenta con 9 laboratorios de maduración y 18 de
larvicultura, cerca de 20 granjas y 7 plantas de procesamiento,
dando empleo a mano de obra calificada como profesionales
y técnicos.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia
cuenta con el apoyo técnico del IICA (Instituto Interamericano
de Cooperación para la Agricultura) y viene haciendo
aportes desde el portal Observatorio de Competitividad
Agrocadenas Colombia (http://www.agrocadenas.gov.co/
home.htm), en donde se describe la estructura de la cadena
del camarón de cultivo (http://www.agronet.gov.co/www/
docs_agronet/200511215737_caracterizacion_camaron_
cultivo.pdf).
Otros de los actores en Colombia que han contribuido con
el sector es Acuanal (Asociación Nacional de Acuicultores de
Colombia), entidad privada que ha agrupado a los acuicultores,
así como el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y las
universidades, no sólo con formación sino con investigación,
entre las cuales se destacan las públicas, como la Universidad
Nacional de Colombia, las del Magdalena, Córdoba, los
Llanos, del Pacífico, del Valle, de Antioquia y de Nariño, y entre
las privadas la Universidad Jorge Tadeo Lozano y el Politécnico
Colombiano, entre otras.
Problemas y perspectivas en la acuicultura en Colombia
El país no tiene un desarrollo óptimo de la acuicultura y
requiere formar capital humano de forma especializada. La falta
de inversión permanente en investigación, seguimiento y fomento
en el país es evidente frente a otros sectores de la economía
(http://www.agrocadenas.gov.co/home.htm), por lo cual no se
han explorado suficientemente las especies nativas promisorias
de modo que permitan ofrecer alternativas productivas a diversas
escalas, en especial para pequeños grupos o industriales
pesqueros, y que permita bajar la presión de la pesca.
Dentro de los cultivos que se han hecho, como se relacionaba
anteriormente, los autores referencian las patologías en los
cultivos como uno de los principales problemas del sector, otros
son: el mal manejo de aguas, la entrada de contaminantes
a las aguas naturales y la transformación de los ecosistemas
costeros, como es el caso de la tala de manglar en el Caribe.
Salazar (2006) cita que los altos costos de los concentrados
utilizados en el proceso de engorde de los organismos bajan
la rentabilidad y en algunos casos la posibilidad de competir
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

con grandes productores, en este sentido algunas empresas


colombianas está produciendo alimento a menor costo.
Los problemas también se dan a escala nacional y por lo
tanto el Estado colombiano debería atender con programas
de asistencia y subsidio a los pequeños productores con el
fin de garantizar la actividad (Martínez, 1994). En algunas
regiones, y ante la disminución de la pesca continental o la
transformación de las cuencas en embalses, los campesinos
y pescadores han fracasado en el intento de llevar a cabo
el cultivo de tilapia en jaulas, debido a que no poseen la
capacidad técnica requerida, las variables ambientales son
grandes y de difícil control y el costo de producción es alto. Por
lo tanto, el Gobierno colombiano debería implementar planes
52
con mayor seguimiento y asistencia técnica y evitar que ante la
falta de ingresos las personas deban dedicarse a otras labores,
incluso de carácter ilícito, por la necesidad. De otro lado, es
lamentable que la entidad rectora de los recursos, como es el

53
Ministerio de Agricultura y Pesca, no tenga fortalezas en materia
de gestión, control y vigilancia, e incluso investigación, ya que
mucha de estas actividades están regidas por la voluntad de
otras entidades y entes no gubernamentales, así como de las
universidades privadas y algunas públicas.
Aun así, se considera que la acuicultura colombiana
posee perspectivas prometedoras y positivas de desarrollo y
puede constituirse en una gran alternativa para diversificar la
producción de manera sostenible, debido a que el país posee
un territorio megadiverso y con uno de los mayores recursos
hidrobiológicos del mundo.

3.2 Acuicultura en México


México cuenta con 2 000 000 km2 en su parte continental,
11 592 76 km de litoral, sin incluir litorales insulares, con
una superficie de 1 567 000 de cuerpos acuáticos costeros y
con una gran variedad ecosistémica y climática (Inegi, 2000;
Vidal, 2005). Por su ubicación está dividido en dos grandes
regiones biogeográficas, donde hay gran diversidad de
especies: la neotropical hacia el sur y la neártica en la porción
norte, esto hace que la diversidad de flora y fauna sea muy
amplia en latitud y altitud (Zunino y Zullini, 2003). El perfil
altitudinal y latitudinal de México genera una gran diversidad
de condiciones ambientales que contribuye al desarrollo de
un sector acuícola muy diversificado. Se aprovechan diversos
cuerpos de agua de pequeño tamaño como bordos y jagüeyes,
más de 5000, que pueden ser temporales y permanentes, sin
considerar las presas de almacenamiento o hidroeléctricas.
La acuicultura en el país tiene sus orígenes en la época
prehispánica, donde se criaban peces en estanques de
agua dulce en los jardines del rey Netzahualcoyotl y en el
sistema agrícola de Chinampas, en el que había un manejo y
producción muy rico de la flora y fauna en los canales fluviales
de esta zona (http://acuicultura.cicese.mx/historia.htm), donde
varias especies de organismos acuáticos eran cultivados en
cercos para la producción de alimento y otros fines. También
se sabe que los mayas alimentaban algunas especies de peje
sapo y peje lagarto, en cenotes, para su mantenimiento (Palomo
y Arriaga, 1993, en http://acuicultura.cicese.mx/historia.htm).
A principio del siglo pasado se hizo el cultivo de madreperla
Pternia pinctada en Baja California sur, con buen éxito (Martínez
del Río de Redo, 2005). Durante el sexenio del presidente Díaz
Ordaz, alrededor de 1967 se introducen tilapia, bagre y trucha
en el centro y sureste de México con el fin de incrementar la
producción de los cuerpos de agua del país. En los setenta se
inician los primeros esfuerzos para la producción de bagre en
Sinaloa y Michoacán. Así mismo, se desarrolla el cultivo de
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

camarón azul en Puerto Peñasco, Sonora, impulsado por la


Universidad de Sonora.
Los estudios realizados por el INP (Instituto Nacional de la
Pesca) muestran que del total de las pesquerías evaluadas,
el 27% se encuentra sobreexplotada, un 53% en un máximo
aprovechamiento y solamente un 20% tiene posibilidades de
aumento de la producción (http://www.fao.org/fi/website/
FIRetrieveAction.do?dom=countrysector&xml=naso_mexico.
xml&lang=es).
La piscicultura marina se inicia a finales de la década de
los ochenta, cuando se hacen los estudios para el engorde del
pámpano (Trachinotus paitiensis) en jaulas flotantes, en Baja
California sur. A partir de 1989 la piscicultura marina empezó a
54

desarrollarse de manera experimental, iniciándose básicamente


con los estudios biológico-reproductivos de especies de alto
valor comercial (Figura 9) como la cabrilla, pargo, róbalo,
huachinango, corvina, pámpano, totoaba y lenguado (Avilés,
2000). Se cultivan tres especies autóctonas y una exótica de

55
molúscos, las primeras son Crassostrea virginica, C. chilensis y C.
corteziensis, y la exótica es el ostión japonés C. gigas. La industria
petrolera mexicana constituye un riesgo para la ostricultura,
toda vez que sus desechos y sus derrames accidentales, tanto
de fluidos de perforación como de crudos, constituyen una
seria amenaza para los ecosistemas lagunares, y por ello,
para la producción ostrícola; las experiencias acumuladas en
este terreno son muy ilustrativas de la magnitud del peligro. El
cultivo de camarón se efectúa a nivel de sistema semiintensivo
y extensivo, la región noroeste del país lidera la producción. El
costo ambiental de esta actividad ha sido alto, pues se han visto
afectadas amplias zonas de manglares. Aun así el cultivo de
camarón continúa representando una de las industrias acuícolas
con mayor expansión (Álvarez Torres et al., 1999).

50000

40000
Toneladas (x1000)

30000

20000

10000

0
1950

1960

1970

1980

1990

2000

Años

Figura 9. Producción anual de la acuicultura en México (tomada de FAO, 2007e.).


En el ámbito internacional la ostricultura mexicana ocupa un
lugar destacado. En el promedio de cinco años (1975–1979)
alcanzó el cuarto lugar a escala mundial, superada solamente
por Japón, Corea y Francia (FAO, 2007e).
En México no se ha investigado el impacto de la tilapia en
los ecosistemas naturales y por ello es hasta ahora imposible
evaluar la magnitud del daño si este existiera. También se ha
manifestado temor por ecosistemas tan particulares como los
cenotes de Yucatán, en los que se introdujo la tilapia en el
año 1971. La infraestructura asociada a este recurso es ya
importante en el país y aunque esta no ha surgido asociada
a la acuicultura sino a la pesca, se estima que la existente ha
servido de apoyo para la expansión de la acuicultura de tilapia.
En el 2003 México produjo 61 mil toneladas de tilapia,
con un valor cercano a los 600 millones de pesos mexicanos,
principalmente por siembras en cuerpos de agua como lagos
y presas. De este total, sólo 964 toneladas fueron producidas
en sistemas controlados de cultivo y el resto correspondió a la
captura por pesquerías en embalses y presas bajo el sistema
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

extensivo. Por el volumen y el valor económico actual que


representa, la producción de tilapia es considerada como una
de las principales pesquerías en México.
Sus características de fácil adaptación, amplia resistencia,
rápido crecimiento y elevada productividad, hacen que sea
una de las especies favoritas para los sistemas de cultivo en el
medio rural. Sin embargo, su elevada tasa reproductiva genera
un excedente de crías que baja los rendimientos y encarece los
costos de producción. Para mejorar la rentabilidad económica
y financiera de los cultivos resulta indispensable manejar
poblaciones masculinizadas, ya que los machos alcanzan un
tamaño más grande que las hembras.
56
Debido a la introducción de su cultivo en México y al poco
cuidado para su control como especie exótica, la tilapia se
encuentra en este país en un gran número de cuerpos de
agua tanto dulces como salobres; su cultivo está extendido

57
en casi todos los Estados de la República Mexicana, sobre
todo en zonas tropicales y subtropicales, aunque también se
desarrolla en algunas regiones del norte debido a su gran
resistencia. Existen registros de su cultivo en los siguientes
estados: Baja California, Sinaloa, Coahuila, Nuevo León,
Tamaulipas, Durango, Aguascalientes, Jalisco, Hidalgo,
Morelos, Puebla, Guanajuato, Michoacán, Colima, Veracruz,
Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca.
Estudios llevados a cabo en diversas regiones de México han
demostrado que la acuicultura rural de tilapia es una alternativa
de producción capaz de atenuar la demanda y disminuir la
presión sobre los recursos naturales. La producción de tilapia
es importante como alternativa en la generación de empleos,
el arraigo en las comunidades y la producción de alimento
de alta calidad nutricional para el ser humano. Este cultivo ha
aumentado de manera marcada, de tal manera que en el año
2004 se reporta la existencia de más de 500 granjas comerciales,
siendo los estados de Oaxaca, Veracruz y Michoacán los que
presentan el mayor número de ellas.
El cultivo de abulón es también prioritario en el país y cada
temporada las capturas suman alrededor de 250 toneladas
que luego se exportan envasadas a Taiwán, donde se ubica el
principal mercado de este producto. El cultivo del abulón se
ve afectado periódicamente debido a la presencia de mareas
rojas en las zonas de captura (Ciencia, 2007).
El atún es otro recurso destacado; así, en 1997 inicia
operaciones en Isla Cedros, Baja California, el primer cultivo
de la especie, de la compañía Atunera Nair S. A. de C. V.,
la cual era en ese momento la primera a nivel nacional en
captura de atún. Esta operación logró una producción de 64
toneladas de atún vivo en sus tres años de operaciones. Debido
a cuestiones climatológicas la empresa cierra actividades en
1999. Esta compañía, ahora conocida como Rancho Marino
Guadalupe, reinicia sus actividades en 2002, con engorde de
atún en Isla Cedros, Baja California (http://www.seafood-today.
com/noticia). A finales de 2003 se cuenta con 5 empresas
en operación en la costa de Baja California. Además de las
concesiones de estas empresas, hay otorgadas 10 concesiones
más para la instalación de ranchos de engorde de atún, y
otras más en espera de expedición en un plazo no mayor a
2 años. Estas empresas cuentan con un límite inicial de 120
toneladas métricas, aumentando dicho límite en 40 toneladas
adicionales por año.
De acuerdo con la información de Sagarpa (2007a), por
más de una década el sector pesquero mexicano ha sido objeto
de uno de los mayores y más injustos embates internacionales
que registra una pesquería y el libre comercio: el embargo
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

atunero. El Gobierno de EE.UU. decidió aplicar un embargo


a las importaciones de atún procedentes de México y otros
países a partir de febrero de 1991, con el argumento de que
la flota atunera excedía los límites de mortalidad de delfines
establecidos en su legislación de protección de mamíferos
marinos. En el mes de junio se recibió de Estados Unidos
la determinación positiva para exportar atún del 2005 al
2010. Esto administrativamente significa el levantamiento del
embargo atunero; no obstante, actualmente prevalece en la
legislación estadounidense la definición del etiquetado dolphin
safe, como el atún que se capturó sin asociación con delfines.
Ello implica de facto el cierre del mercado estadounidense al
atún mexicano, toda vez que la flota mexicana pesca atún
en asociación con delfines. Por supuesto que esta situación
58
estimuló la creación de granjas de engorde de atunes situadas
cerca de la costa y bajo la modalidad de “encierros”. La
ubicación de nuevas granjas se ha visto detenida debido a
problemas de orden social, donde las comunidades cercanas

59
a tales producciones han impedido su apertura debido a
los graves daños ambientales que pueden ocasionar en el
ambiente marino circundante.
El Pronar es un tipo de apoyo que en el 2005 se integra
al Programa de Acuacultura y Pesca de la Alianza Contigo,
a través del cual se fomenta el desarrollo de proyectos de
inversión de pequeña escala en aguas interiores y litorales, para
crear unidades de producción acuícola rentables y competitivas
que contribuyan a mejorar las condiciones socioeconómicas del
sector rural. De acuerdo con la información gubernamental los
beneficiarios son comuneros, pequeños propietarios, grupos
de trabajo organizados e indígenas (Conapesca, 2007).
Otros importantes instrumentos para el manejo ambiental
y de los recursos acuícolas son: la Ley General de Pesca y
Acuicultura (Sagarpa, 2007b) y la Ley General del Equilibrio
Ecológico y Protección al Ambiente, la cual exige una
evaluación de impacto ambiental para cualquier actividad
acuícola (LGEEPA, 2004); la Carta Nacional Pesquera
(Sagarpa, 2006) cita las especies de agua dulce y marina que
se pueden pescar y la regulación de 61 especies cultivadas, de
las cuales 40 son nativas y 21 de origen exótico, incluyendo
varias especies de peces de ornato. La infraestructura acuícola
disponible en el país asciende a 1963 unidades, las cuales
se clasifican en cinco categorías: canales, corrales, estanques
artesanales o revestidos, estructuras flotantes y charolas de
fondo (Sagarpa, 2004).
Actualmente México exporta productos a (entre otros países):
Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, España y Taiwán.
Desafortunadamente no se cuenta con datos exactos de
cuáles son los productos provenientes de acuicultura; los datos
proporcionados por la Sagarpa (2006) engloban tanto pesca
como acuicultura.
Como partes de las medidas de fortalecimiento de la
acuicultura se han creado laboratorios para la investigación
tanto a nivel federal como estatal, involucrando a los académicos
nacionales que dirigen sus esfuerzos en proyectos que buscan
la diversificación y producción a través del estudio de especies
nativas susceptibles de ser cultivadas; lo anterior es fundamental
para fortalecer la apropiación de conocimiento local y generar
procesos de formación y capacitación a todos los niveles (Vega-
Villasante, 2006; http://acuicultura.cicese.mx/).

Problemas y perspectivas en la acuicultura en México


La problemática de la producción pesquera y acuícola de
México se encuentra asociada a las deficiencias estructurales,
rezago social en la producción pesquera, limitaciones de
carácter organizacional, tecnológico, de asistencia y de
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

capacitación en el trabajo, así como en las posibilidades de


crecimiento y desarrollo del sector en el marco de la concepción
del desarrollo sostenible en el mediano y largo plazo. Los
trabajos de acuicultura se han desarrollado en gran parte en
aguas interiores, principalmente con peces, y desde un enfoque
de piscicultura de repoblación.
En el océano Atlántico los eventos de marea roja tóxica
pasaron de 74 a 329 en el periodo de 1974 a 1994, lo
que ha incrementado, en ciertos periodos, disminución en la
cantidad y calidad de peces tanto silvestres como de cultivo.
Las actividades humanas como la destrucción de humedales y
de comunidades de manglares y salineras por estanques para
acuicultura, así como la introducción de especies nuevas a
60

través del sembrado de semillas de moluscos, son otros de los


problemas que afronta el sector actualmente (Ochoa, 2003;
Del Río Rodríguez, 2004).
La transmisión de parásitos importados ha representado
riesgos sanitarios a las especies endémicas, como es el

61
caso de Bothriocephalus acheilognathi (céstodo), parásito
introducido junto con la carpa herbívora, procedente de la
República Popular China, y que ha sido reportada en algunas
especies nativas (Arredondo y Lozano, 2003). El problema de
las enfermedades en la acuicultura es una seria amenaza a la
sostenibilidad de la acuicultura, en donde las enfermedades
han jugado un papel crucial en el abatimiento de esta actividad,
y en México un ejemplo claro se ha dado en Sonora, donde
las enfermedades de mancha blanca han causado pérdidas
económicas en los cultivos de camarón (Licón González, 2003).
A partir de enero de 1993, con la firma del Tratado de
Libre Comercio – TLC, se generó una fuerte presión sobre
los recursos del ambiente (Alfie, 2005), dados los estímulos
económicos para la instalación de maquiladoras y la baja
laxitud arancelaria que provoca contaminación (Calva, 2007).
Al igual que en la mayor parte del mundo, también en México
este sector se ha visto afectado por el cambio climático,
originando el aumento del nivel del mar y variaciones de la
temperatura, entre otros (Lluch-Cota, 2004).
El caso del estado de Tabasco ha sido un ejemplo a nivel
nacional del efecto de la introducción incontrolada de especies
exóticas, particularmente de la tilapia Oreochromis niloticus. Su
importación con fines de cultivo causó un grave desequilibrio
ambiental debido al escape de organismos, ocasionando
competencia y desplazamiento de especies nativas. Si bien esta
situación derivó en un efecto positivo socioeconómico temporal
con el incremento de la producción acuícola, el efecto negativo,
prácticamente permanente, no se hizo esperar, ya que provocó
la disminución de especies nativas tradicionalmente consumidas
en la región (Flores Nava y Euán Ávila, 2004).
Al igual que otros países de la región Caribe y latinoamericana,
México cuenta con invaluables recursos bióticos y abióticos
que le dan a sus ecosistemas riqueza que puede ser utilizada
de mejor manera en el fomento y manejo adecuado de la
acuicultura para el beneficio de sus comunidades.

4. ACUICULTURA RURAL EN PEQUEÑA ESCALA - ARPE


Y LA SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL

4.1 Actividades de la Red ARPE


La palabra ARPE corresponde a las letras iniciales de
“acuicultura rural en pequeña escala”, y que surge como
una estrategia general para el desarrollo de América Latina,
propuesta por la FAO, y que se consolidó en el Taller de
Acuicultura Rural, en la Universidad Católica de Temuco, Chile,
en noviembre de 1999 (FAO, 2000). Como parte de esta reunión
se consolidó un documento síntesis que analizó el estado de
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

ARPE, y mediante la presentación de los casos de diversos países,


se concluyó con una serie de estrategias y recomendaciones
muy importantes para ser implementadas en Latinoamérica. En
esta reunión participaron los expertos y representantes de Brasil,
Chile, Colombia, España, Estados Unidos, México y Panamá,
así como el oficial de Recursos Pesqueros y secretario técnico
para asuntos de acuicultura de Copescal, Dr. Manuel Martínez
Espinosa, por parte de la FAO.
Para efectos de precisar la definición de ARPE en el taller
citado, se concluye que esta actividad puede ser de varios tipos
y se definen dos, pero que en cualquier caso corresponden
a una acuicultura de baja producción a mediana escala,
basada en el incremento de la productividad natural del
62
agua, los policultivos y el uso de alimentos alternativos, que
son elaborados con insumos locales o de desecho (Martínez,
1999; FAO, 2000). La acuicultura rural tipo I corresponde
a la llamada de los pobres, de subsistencia o autoconsumo,

63
actividad conjunta con otras, con muy bajos costos de inversión.
La acuicultura rural tipo II, corresponde a la llamada de los
menos pobres, y es una actividad con mayor intensificación
del cultivo y de la inversión, en la que participan la familia o
vecinos de la comunidad pero de bajos ingresos y en la que
parte de la producción va a la venta. Esta última es la que se
considera que puede ser el modelo exitoso de acuicultura rural.
La acuicultura rural ha sido desarrollada en todos los
continentes por la necesidad de enfatizar su importancia para
los pobres (hombres, mujeres y niños), a la luz de los beneficios
directos en cuanto a alimentación, empleo e ingresos (Edwards
et al., 1996; Edwards y Demaine, 1998 a y b; Edwards, 2000).
En la reunión de Panamá en el año 2002 (FAO, 2002),
previa a la preparatoria en Santiago de Chile en el 2001, la
Comisión de Pesca Continental para América Latina (Copescal)
retoma la importancia de la nueva denominada Red-ARPE y
desarrolla los temas de redes informáticas, la comunicación y
extensión y las limitaciones y potencialidades de los tipos de
ARPE (estanques, jaulas, corrales, canales y micropresas). Es
de destacar el trabajo participativo de los asistentes, en donde
la metodología incluyó la elaboración de la matriz DOFA; se
destacan algunos de los apartes del texto:
Debilidades: el desconocimiento técnico (incluso de la FAO),
carencia de información, no se han dado soluciones alternativas.
Oportunidades: la posibilidad de mitigar la pobreza y mejorar
la seguridad alimentaria en base al desarrollo social. Fortaleza:
la región cuenta con abundantes recursos para el desarrollo
y con casos exitosos. Amenazas: la disminución de recursos
naturales, políticas erróneas, enfermedades y crisis financieras.
4.2 ARPE como alternativa social sin rumbo claro
En numerosos documentos, proyectos, estudios e informes
se cita reiteradamente a la acuicultura como uno de los medios
más eficientes para incrementar la producción de alimentos.
No obstante, aún cuando esta actividad puede, teóricamente,
brindar muchos beneficios en la calidad de vida de millones de
personas alrededor del mundo, no será sino hasta que se lleven
a cabo estudios que midan y cuantifiquen de manera clara
los efectos de estas tecnologías, que los aportes verdaderos
puedan ser completamente demostrados (Cunningham, 2005).
De acuerdo con Haylor y Bland (2001), los datos sobre
las producciones de la acuicultura rural a pequeña escala
son poco accesibles a los investigadores y desarrolladores
rurales, debido a: i) la dispersión de los datos de pequeñas
producciones rurales que no aparecen en las estadísticas
oficiales, ii) producciones utilizadas únicamente para consumo
o comercio muy local, dificultando su registro.
La precisa naturaleza del fracaso de proyectos de este tipo en
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

otros lugares del mundo es compleja; de todas formas, ciertos


factores son característicos: la renuencia de los criadores en
adoptar nuevas tecnologías, la tendencia de abandonar los
estanques disminuyendo así la óptima productividad, la pobre
sustentabilidad de crecimiento de los proyectos de acuicultura y
el alejamiento de la asistencia externa produce un estancamiento
de los proyectos; todos estos problemas afectan el normal
desarrollo de la acuicultura rural (Belmar-Fredes, 2004).
En Colombia la actividades de ARPE se inician por
instrucciones del Gobierno a raíz de la propuesta de FAO, la
tipo I comenzó con campesinos o productores con la tilapia,
pero con el tiempo fracasaron; la que se ha mantenido
corresponde más a la tipo II, con medianos productores
piscícolas (Salazar, 1999). Pero en la última década el
64
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (que incluye pesca
y acuicultura), ha cambiado el Instituto de Pesca y Acuicultura
(INPA, INCODER y ahora ICA), no solo de nombre, sino de
funcionarios, oficinas, prioridades e inversiones, lo que han

65
diluido las acciones y por ende las responsabilidades con esta
actividad prioritaria para los acuicultores.
La capacidad de obtener en un corto tiempo y con mínimo
costo proteína de buena calidad, es un tema recurrente
en todos los programas de Gobierno llevados a cabo en
México desde hace ya más de tres décadas. Desde 1994
estos programas se han institucionalizado bajo la forma del
“Programa Nacional de Acuacultura Rural”, dependiente de
la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura
(Sagarpa). Sin embargo, es muy difícil obtener información
sobre los proyectos apoyados, sobre todo de aquellos que
involucran a sectores sociales marginales.
Descontando la experiencia china, que resulta por demás
incomparable debido a las particularidades de sus sistemas de
producción, otros países han desarrollado cultivos rurales a
pequeña escala con buenos resultados, tal es el caso de India.
Das (2006) presenta el análisis de tres años de los resultados
obtenidos en este país, encontrando que pequeños estanques
estacionales comunitarios (<100 m2) podían producir hasta
1800 kg/ha/año siguiendo las técnicas adecuadas. El estudio
también demostró que una densidad de tres peces por m2
(juveniles) produjo mejores rendimientos. Las familias realizaron
cosechas parciales para autoconsumo cuando los peces
registraron pesos de 100 g. De igual manera, observó que la
producción de peces no mejoró cuando se utilizaron estanques
más grandes, debido quizás a la incapacidad de las familias
de llevar a cabo su manejo.
Estudios llevados a cabo en diversas regiones de México han
demostrado que la acuicultura rural de tilapia es una alternativa
de producción capaz de atenuar la demanda y disminuir la
presión sobre los recursos naturales. La producción de tilapia
es importante como alternativa en la generación de empleos,
el arraigo en las comunidades y la producción de alimento
de alta calidad nutricional para el ser humano (Amador del
Ángel, et al., 2006).
Lo anterior sugiere la posibilidad de mantener producciones
a pequeña escala con rendimientos aceptables sin los costos
económicos y ambientales inherentes a las producciones
intensivas, ofreciendo alternativas alimentarias a familias y
comunidades de escasos recursos.
Ponce Palafox et al. (2006) describen de manera clara el
tipo de productores que son sujetos de la acuicultura rural en
pequeña escala o de subsistencia:
• El productor típico es un pequeño campesino, con poca
educación formal y una familia muy numerosa.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

• Por lo general la parcela de tierra que trabaja es muy


pequeña y no le pertenece.
• Su producción agrícola normalmente está muy diversificada.
De acuerdo con Martínez (2001), la población marginada
de Latinoamérica se concentra generalmente en las áreas
rurales o (debido a la migración) periurbanas, por lo que la
acuicultura rural para autoconsumo puede tener un enorme
valor social aún no cuantificado como reductor de la pobreza
y por ende de la calidad de vida.
Desde finales de la década pasada McKinsey (1998)
y Sverdrup-Jensen (1999) mencionaban que aun cuando
la seguridad alimentaria no es el objetivo principal de la
acuicultura del siglo XXI, esta actividad debería contribuir al
66
abasto de alimentos incrementando la producción de peces
de consumo popular, reduciendo los precios y ampliando las
oportunidades de acceder a una mejor nutrición.
Pese a que México ha hecho esfuerzos por desarrollar esta

67
actividad con un sentido social, los resultados no son claros ni
mucho menos evidentes. El informe presentado por Brugere y
Ridler (2005) sobre las perspectivas de la acuicultura mundial
para el 2030 menciona a China, India, Indonesia, Tailandia,
Bangladesh, Vietnam y Filipinas como los únicos países de bajos
ingresos y con déficit de alimentos que ofertan a su población
pescado de poco valor. No se menciona a Colombia, o México,
o algún otro país de Latinoamérica a pesar de las conocidas
severas condiciones económicas de sus poblaciones rurales.
Cuba es el único país (aunque tampoco es mencionado en
el informe) que ha llevado a cabo, desde hace algunos años,
la distribución y venta regular de pescado de bajo costo para
su población a través de las cadenas de pescaderías estatales
(observaciones personales de los autores).
La acuicultura rural en pequeña escala, o de subsistencia,
puede ser una alternativa real para incrementar la capacidad
de comunidades marginales de acceder a una alimentación
mejor. El papel del Estado es preponderante para dotar
de financiamiento, asesoría y tecnología a los productores
familiares y comunitarios. Mayores esfuerzos gubernamentales
tendrán que llevarse a cabo para lograr alcanzar los niveles de
éxito logrados en otros países en la acuicultura de subsistencia.
Intentar acceder a otros planos como los de acuicultura
sostenible e integral, donde se combina esta actividad con
producciones de aves de granja, huertos y cereales (Preston,
2000) debe ser también un objetivo concreto y no sólo
demostrativo de los proyectos dirigidos a apoyar a los sectores
marginales de zonas rurales.
Es innegable el hecho de que existe un vacío de responsabilidad
en las acciones y políticas de gobierno en muchos países del
Caribe y América Latina con relación al desarrollo de los estratos
sociales menos favorecidos. Ya se ha mencionado que el modelo
neoliberal a través de las bancas mundiales presiona a los
Estados a tomar medidas económicas que exigen de una u otra
manera recortar el gasto social. En este sentido las poblaciones
de nuestros países que basan su economía en el sector primario
y que dependen de la rectoría y subsidio del Estado encuentran
serias limitantes para su desarrollo. En el caso de la pesca y
la acuicultura de tipo artesanal, ambas actividades incluidas
dentro de este sector, donde la producción obtenida es dirigida
al autoconsumo y sólo los excedentes pueden ser derivados
a su comercialización, la situación de abandono y desinterés
gubernamental ha tenido efectos catastróficos. La migración,
la desintegración familiar y social, el abandono de áreas
antes productivas, el cambio de actividad económica (muchas
veces por actividades ilegales como la siembra y el tráfico de
enervantes) son ejemplos de un fenómeno que es ya común en
muchos países, del cual se ha escrito y analizado con detalle
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

pero de manera lamentable no ha tenido la atención adecuada


y por ende no existen soluciones a corto plazo.
Payne (2000) aborda el tema del efecto de las políticas de
desarrollo sobre la pesca y establece lo siguiente:
• Hasta el momento, las políticas han tendido a descuidar
en cierta medida los intereses de la pesca artesanal,
tanto costera como continental. La presentación de una
perspectiva orientada hacia el sustento sugiere formas
innovadoras de formular políticas respecto a este tema.
• Es preciso adoptar enfoques más integrados para la pesca,
la agricultura, el manejo del agua y otros sectores en la
planificación y políticas de desarrollo.
68
• Para garantizar el manejo sostenible de los recursos y
la seguridad alimentaria en el futuro se debe adoptar y
promover el código de conducta para la pesca responsable,
elaborado por la FAO.

69
• Es necesario aumentar y desarrollar la capacidad de
manejar en forma sostenible la pesca en todos los niveles:
comunitario, regional y nacional.
• Se requiere aumentar la capacidad de acceder a
información relevante en un formato apropiado a nivel
regional, nacional, y especialmente a nivel de comunidad.
A su vez, Edwards (2000) analiza los impactos de la acuicultura
en la pobreza y el sustento, concluyendo que:
• Las restricciones más importantes que impiden que la
acuicultura realice una contribución mayor al desarrollo rural
son los problemas sociales, económicos e institucionales,
dado que ya existen tecnologías genéricas. Los sistemas
de cultivo terrestre en zonas interiores presentan un mayor
potencial puesto que la acuicultura puede combinarse
con las prácticas agrícolas ya existentes utilizadas por los
hogares de pequeños agricultores. La acuicultura en las
regiones costeras también es importante para la mitigación
de la pobreza.
• Para que la acuicultura realice una mayor contribución al
sustento es necesario establecer un nuevo concepto de
profesionalismo que implique un cambio de valores entre los
profesionales del ámbito del desarrollo, y utilizar enfoques
participativos de sistemas de producción que fortalezcan la
función de las comunidades locales y de los pobres.
• Es necesario enfocarse en los pobres; y en que reciban,
al menos inicialmente, apoyo del sector público, a pesar
de que la acuicultura se debe autofinanciar dentro del
sector privado para que contribuya de manera sostenible
al sustento.
• El Gobierno debe dedicarse tanto a la elaboración
como a la implementación de políticas pertinentes, con
mecanismos de retroalimentación que les permita a los
pobres influir en el desarrollo
Ambos autores llegan, por separado, a la conclusión de
que la participación del Estado es de vital importancia para
mantener y estimular las actividades de pesca y acuicultura
artesanal. Por lo tanto, es necesario comenzar a cambiar las
políticas actuales de desarrollo, que no sólo no benefician
a la mayoría de la población sino que han demostrado
fehacientemente su inutilidad para brindar mejores niveles de
vida a los habitantes de los países de nuestra región.
La pesquería artesanal se encuentra cada vez más ligada
a la acuicultura del mismo tipo, lo anterior al considerar que
muchos de los cuerpos de aguas continentales de nuestra
región están siendo utilizados para la acuicultura extensiva
a través de la introducción de especies nativas o exóticas. Si
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

bien en muchos casos se tiene muy poca información exacta


sobre la contribución real de la pesca en pequeña escala a los
medios de subsistencia y economías de los países en desarrollo,
y aunque muchas comunidades de pesca en pequeña escala
son pobres y vulnerables, se reconoce ahora ampliamente
que la pesca en pequeña escala puede generar notables
beneficios, tener capacidad para recuperarse de conmociones
y crisis y aportar contribuciones significativas a la mitigación de
la pobreza y a la seguridad alimentaria. Además, aunque es
verdad que la pesca en pequeña escala puede sobreexplotar
las poblaciones, poner en peligro el medio ambiente y generar
niveles de beneficio sólo marginales, en algunos casos puede
presentar también ventajas comparativas con respecto a la
70

pesca industrial, en cuanto que (FAO, 2007a):


• puede tener una mayor eficiencia económica;
• ejerce menores efectos negativos sobre el medio ambiente;
• sus actividades están descentralizadas y dispersas

71
geográficamente, lo que implica la capacidad para repartir
más ampliamente los beneficios económicos y sociales; y
• aporta una contribución al patrimonio cultural, incluidos
los conocimientos sobre el medio ambiente.
Diversos estudios han hecho énfasis en la oportunidad
de la diversificación de las actividades de las comunidades
rurales más desfavorecidas, entre ellas la acuicultura y la
pesca artesanal, incentivan el sentido de permanencia y
pertenencia, ofrecen alternativas de desarrollar una actividad
económica a grupos tradicionalmente desprotegidos (mujeres
y jóvenes), favoreciendo la integración social (Andrade,
2000). Pero es fundamental que se valoren suficientemente
las relaciones entre los procesos sociales y ecológicos, a los
niveles locales y globales, tal como lo sustenta la investigación
de Bergquist (2008), quien demuestra mediante el análisis de
las interacciones en Sri Lanka y Filipinas que la acuicultura no
es sostenible dados los impactos en los manglares y las zonas
costeras, y los pocos beneficios sociales a las comunidades
locales, ya que las ganancias son para beneficio de la élite
dirigente. Así mismo, demuestra cómo están subvalorados los
precios de las ventas de producción en el caso del camarón y
los peces, por lo que los márgenes de ganancias en términos
legales no son sostenibles.
La acuicultura de subsistencia, o de “los más pobres” debe
tomarse sólo como una herramienta para mejorar la calidad
alimenticia de familias y comunidades que no tienen acceso a
los insumos básicos que contemplan una nutrición que derive
en estados de salud aceptables, y no como un semillero de
posibles productores con orientación empresarial. La economía
de mercado no favorece los programas sociales, relegándolos
a un segundo plano en los proyectos de desarrollo. De acuerdo
con Ponce-Palafox (2006), bajo los términos neoliberales los
Gobiernos privilegian la desregulación y liberalización de los
mercados manteniendo una cierta pasividad ante los efectos
que esto pueda ocasionar, mientras que los productores rurales
latinoamericanos proponen y demandan acciones selectivas de
sus Gobiernos para paliar los vacíos y fallas que los dejan en
desventaja competitiva. De continuar estas tendencias político-
económicas es improbable que la América Latina pueda
alcanzar los elevados ritmos de crecimiento económico que
la historia muestra que son posibles para países de desarrollo
tardío; ni, por supuesto, que lo haga con equidad.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS
72
73
CONSIDERACIONES FINALES
En las últimas décadas la producción acuícola se ha
convertido en una de las actividades más redituables del
mundo, se practica en todos los continentes, y Asia es líder,
con una producción mundial del 90%.
La FAO reporta para el 2004 una producción anual (pesca
y acuicultura) de 140,5 millones de toneladas, de las cuales
el 75,2% fueron para consumo humano. Del total de recursos
la pesca aportó el 68% y la acuicultura el 32%.
El número de especies que se cultivan es del orden de 336
(2004), representando un total de 115 familias, tanto de fauna
como de flora.
La acuicultura en China es una actividad que ha aumentado
en gran proporción desde hace tres décadas, aportando el 67%
de la producción total mundial. Gracias al crecimiento de esta
actividad, en esa nación se han disminuido de forma sensible
los volúmenes de captura de la pesca tradicional.
Se ha incrementado de manera significativa el número
de personas que trabajan directa o indirectamente en la
acuicultura, con una tasa de crecimiento, de dedicación a
la actividad, de 28,8% entre los años 2000–2004. En este
mismo periodo el número de pescadores disminuyó un 13%
a nivel mundial.
El cultivo de la tilapia se ha generalizado a prácticamente
todos los países. China es el principal productor a nivel
mundial.
En la década de los ochenta se incrementó el cultivo de
camarón, con el aporte de 120 países; en la actualidad el
90% se produce en Asia.
La Unión Europea está dominando el mercado de algunos
cultivos acuícolas como el salmón (junto con Chile) y se
posiciona fuertemente en el cultivo de la trucha.
Algunos países latinoamericanos han tenido un crecimiento
significativo en las últimas décadas; sin embargo, sólo aportan
el 2,3% de la producción mundial (22 países). Los mayores
productores son Chile y Brasil, seguidos por México, Ecuador
y Colombia.
Colombia y México cuentan con una legislación ambiental
adecuada y al mismo tiempo con entidades que deben atender
las demandas para mejorar las condiciones de vida de las
comunidades más vulnerables, pero falta cumplir más la
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS

legislación actual y desarrollar alternativas sostenibles.


Los centros de investigación y los Gobiernos estatales y el
federal han sesgado su apoyo hacia los cultivos de camarón
olvidando la acuicultura de bajo impacto.
La acuicultura no es aún una actividad sostenible. Existen
grandes vacíos en la construcción de políticas que permitan
un mejor desarrollo de la actividad, incluyendo los escenarios
ecológicos, sociales y económicos. Bajo el modelo de libre
mercado será difícil favorecer planes de manejo que permitan
una correcta ordenación y normatividad de las producciones
industriales.
74
Dentro de los problemas que aquejan a la acuicultura, el
mal manejo en el uso del territorio y del agua, y la introducción
indiscriminada de organismos exóticos, son de los más
significativos.

75
El abandono de tierras antes utilizadas para la producción
de peces de aguas continentales, la contaminación de áreas
circundantes a las producciones y la tala inmoderada de zonas
de bosque o de manglar no pueden seguir siendo prácticas
usuales en la actividad acuícola. Los efectos económicos y
sociales que estos eventos causan han demostrado ser tan
negativos como los de carácter ambiental.
A pesar de que algunas enfermedades han sido controladas
adecuadamente se sugiere que los sistemas de manejo
intensivo, la introducción de especies exóticas que se
relacionen con especies nativas, el uso sustancias antibióticas
y el incremento de las temperaturas a nivel planetario pueden
propiciar la aparición de nuevas enfermedades sin que se
pueda conocer el efecto que estas pudieran tener sobre los
ecosistemas aledaños.
De acuerdo con las proyecciones actuales y tomando en
cuenta el crecimiento demográfico de la población del planeta,
para el año 2030 se deberán producir 40 millones de toneladas
adicionales anuales para mantener los niveles de consumo
actual de pescado.
Las cifras de consumo per cápita de pescado y otros
organismos acuáticos a nivel mundial (16,6 kg) resultan
incorrectas desde una perspectiva latinoamericana. Los
sectores económicos más vulnerables continúan teniendo poco
acceso a estos alimentos.
En varios países existen claros y constantes subsidios para
las producciones rurales dirigidas a los “menos pobres”,
representando sólo una diversificación de las actividades
agrícolas y ganaderas que ya desarrollan y obteniendo
beneficios adicionales a los que adquieren. No obstante, la
acuicultura rural a pequeña escala no ha sido suficientemente
apoyada como alternativa de incrementar el nivel nutricional
de sectores marginales. Existen barreras de orden social y
económico que deben ser atendidas y salvadas para generar
alternativas reales de trabajo, disminuir la pobreza y mejorar el
nivel de vida de las comunidades menos favorecidas. El papel
del Estado es indispensable.
La ARPE puede ser una efectiva alternativa sostenible que
debe ser implementada para producir los beneficios sociales,
naturales y económicos inmediatos, pero con apuestas por parte
de los Estados hacia su establecimiento ordenado y manejo
adecuado que permita cimentar las bases de producciones
estables y viables a futuro.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS
76
77
RECOMENDACIONES
Las investigaciones en acuicultura experimental deben ser
una prioridad para los Estados latinoamericanos y mundiales.
Las necesidades de alimentación actuales y futuras exigen la
puesta a punto de tecnologías que permitan la producción no
sólo de especies de alto valor agregado o exóticas, sino de
especies nativas con alta productividad que contribuyan tanto
a satisfacer la demanda de un mercado selecto como la de
alimento de calidad para el grueso de la población mundial.
La investigación en la biología y cultivo de especies nativas,
con arraigo local y consumo tradicional, puede contribuir
con el desarrollo de procesos ambientalmente limpios que
permitan a las comunidades más pobres tener una fuente
de alimentación, empleo e ingresos, y de esta manera tener
mejores condiciones de vida.
Se requiere de investigación e inversión permanente para
investigaciones que contribuyan a estableces sistemas de
monitoreo, control y vigilancia al medio natural y sobre los
productos que resulten de la actividad acuícola.
Es indispensable formular programas de capacitación a
diferentes niveles de educación formal e informal, sobre todo
en las áreas rurales, con el apoyo financiero del Estado. La
implementación de proyectos rurales de alta o baja escala
puede ayudar a evitar la migración, abandono de tierras de
cultivo y pérdida de la identidad social.
Se requiere modificar los sistemas productivos intensivos que
acarrean problemas ambientales deteriorando los ecosistemas
aledaños a los cultivos. La transformación de tales sistemas
debe tener como eje central la reflexión holística sobre el
equilibrio necesario entre la naturaleza, la sociedad y los
procesos económicos, para garantizar la sustentabilidad.
Se deberá comenzar a estudiar y tomar en cuenta el efecto del
incremento en la frecuencia de las acciones naturales y antrópicas,
como aumento de temperatura derivada del calentamiento
global; en el posible impacto a la acuicultura y en la aparición
de nuevas enfermedades o bajos rendimientos de los cultivos.
LA ACUICULTURA CONTEXTO MUNDIAL Y CASOS LATINOAMERICANOS
78
79
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