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El cuerpo marica

por facusaxe
serás-heterosexual-o-no-serás

Monique Wittig

Confiar en la propia escritura es un acto


revolucionario que atenta contra siglos de
saqueo y aniquilación de la lengua. Porque para
romper con el consenso del miedo y de la
obediencia hay que romper los pactos de
escritura.

val flores, El tiempo corporal de la confianza

Soy una negra de mierda, una ordinaria, una


orillera, una cuchillera, el mundo me queda
grande, el tiempo me queda grande, las sedas me
quedan grandes, el respeto me queda enorme,
soy negra como el carbón, como el barro, como
el pantano, soy negra de alma, de corazón, de
pensamiento, de nacimiento y destino. Soy una
atorranta, una desclasada, una sin tierra, una
sombra de lo que pude ser. Soy miserable,
marginal, desubicada, soy un hueco sin fondo
donde desaparece la esperanza y la poesía, soy
un paso al borde del precipicio y el espíritu me
pende de un hilo. Cuando llego a un lugar todos
se retiran, y como buena negra que soy, me
arrimo al fuego y relumbro, con un fulgor
inusitado, como una trampa, como si el mismo
mal se depositara en mis destellos.

Camila Sosa Villada, La novia de Sandro


1.

La gran Berta marica

Hace años murió Berta. Fue de esos momentos en los que intento parecer o ser fría para evitar
que las cosas importen. Pero tengo que ser sincera con eso que me cierra la garganta y me hace
pensar. A Berta la extraño. Aunque haya sido una mujer dura y difícil a Berta la extraño. Yo
estaba muy enojada con Berta cuando murió. Le había hecho cosas muy horribles a mi madre y
me costó aceptar esas cosas. Pero al mismo tiempo fue mi abuela. La bruja, la curandera, la
abortera, la portera Berta. Era una mujer petisa, de pelo gris, en mi recuerdo se me aparece
como una mujer casi tanguera. Era gordita y petisa. Un poco como yo. Creo que algo de mi ser
petiso viene de Berta. Así como algo de mi identidad escritural. Cuando murió yo me quedé con
dos cosas. Una taza común, transparente, que me recordaba cómo Berta me hacía el té. La otra
cosa que me quedé es una carta. O una nota. Escrita en una hoja un poco amarillenta. Mi abuela
no había terminado la escuela primaria. No era escritora. Ni una gran lectora. Era una mujer
trabajadora, una sirvienta, una sobreviviente. En esa nota de media página ella cuenta con sus
palabras lo que sintió cuando se enteró de la muerte de su hijo Silvio en 1979. Desde que leí esa
nota me fascinó la potencia de ese escrito y esas palabras. De esa necesidad de escribir, ese
dolor. Me sentí muy identificada. No sé cuándo escribió esa nota y que yo sepa no volvió a
escribir cosas así. Para mí, algo de lo que hay en esa nota me acompaña desde siempre. La
guardo como una de mis reliquias. A la abuela Berta nunca pude contarle que soy marica.
¿Serán maricas nuestras abuelas? ¿ahí estamos nosotras silenciadas, acalladas negadas, pero
vivas en nuestras abuelas? Berta nos conocía muy bien a mí y a Gabriel. Por algo, en su forma
de llamarnos desde chicos nos llamaba sus chanchas. Gabriel era la chancha puta, la chancha
que corre, se golpea, se ensucia. Yo era la chancha fina, la cancha modosita, la temerosa, la
cuidadosa, ¿la chancha marica? Lo decía con mucho amor. Y no debe haber mejor descripción
para mí como niña marica patagónica que la de chancha fina. Quizás, todo se trató simplemente
de que Berta fue una gran abuela marica, bruja, abortera y marica, la gran Berta marica.
2.

Al cuerpo marica le amputaron partes


Le amputaron la lengua
le cortaron la confianza
le arrancaron las uñas
A mi cuerpo marica lo humillaron
lo dejaron tirado
golpeado, abusado
le robaron los recuerdos
El cuerpo marica muerto
Sólo se olvidaron de los ojos
Todo lo demás se lo llevaron
El cuerpo que quedó era miedo
Y autodestrucción.
Un cuerpo muerto lleno de miedo
Un cuerpo que vomita
Un cuerpo que se mete los dedos
Un cuerpo que llora
Un cuerpo que vomita
y busca en su interior
raja muy adentro
Un cuerpo muerto que busca a la niña marica
a los restos que flotan
en algún lugar
muy adentro.
3.

Brujería marika

Mis ojos cerrados focalizan. No se puede explicar desde lo científico. Me olvido de mis anteojos
y por momentos me olvido de que mi mirada sobre el mundo está toda borrosa, desenfocada. ¿O
será que por unos momentos veo bien? ¿Será mi mirada marika?
la lengua marika
la laguna marika
la vida marika
Me dicen algo del tercer ojo y el dibujo me devuelve fragmentos
me dicen algo de la razón
y el cuerpo hace cosas que no se pueden explicar
el calor en la frente no para y se expande
suspiro
suspiro marika
Me dicen que tatuarse una flor
es un símbolo de protección
brujería marika
abrir los ojos
tatuarse una flor
un ojo marika que ve una luz
que ve las preguntas del dibujo marica
la brujería marika
Cuando las manos marica cubren los oídos
el poema se vuelve realidad
con el calor en mi frente
Hasta que voces humanas nos despierten y nos ahoguemos
Hasta que los oídos marica comiencen a escuchar
eso del ojo marica, de la brujería marika
lo que se llevaron
cuando arrancaron el jardín.
La sensación de que algo me mira en la oscuridad
acaricio la oscuridad marica
y es tibia
4.

Nacimiento marica

Algo hay ahí


en eso, el recuerdo
¿Quién es esa mariquita de las fotos?
La transición hacia la muerte
de marica a niño muerto
Tuviste una nena
Mi nacimiento fue una broma
Una nena, tuviste una nena
Había nacido una marica
un error
¿Cómo se asesina a una hija marica?
Mi cadáver acá adentro lo sabe
lo asesina la escuela, los padres, los amigos
lo asesina el tipo ese que la manosea
la manosea por marica
¿Quién le va a creer a una niña marica?
Las niñas maricas tienen la culpa
está grabado en la piel de mi cadáver
las niñas maricas no pueden existir
No te muevas así, que vas a sufrir
No te muevas así, que vas a terminar mal
Es tu culpa marica trolo
¿Cuándo dejé de moverme así?
¿Cuándo fue que me golpearon?
¿Ahí fue cuando empezó el miedo?
¿Fue todo mi culpa?
Soy un cadáver marica lleno de odio y rencor
la ausencia de algo que mataron a golpes y abuso
detrás de un piano en un colegio
una escuela
una escuela común y corriente
como todas las otras
donde también matan maricas
5.

En la lengua se posa y me hace preguntas


en la boca se convierte en silencio
y en los dientes en un pantano que se hunde en una pesadilla
¿O un sueño?
En el sueño ya no hay dientes ni promesas
mis dientes caen uno a uno arrancados por el dolor de las preguntas
un dolor que alivia
¿Quién se ahoga en el pantano de sus dientes?
La pesadilla se va y el sueño se vuelve dientes y preguntas
¿Quién es el pantano?
¿Quién escribe el pantano?
¿A quién muerden mis dientes marica en el pantano?
6.

La escritura del pantano

Una voz que no tengo. ¿Quién soy? ¿qué soy? ¿un espejismo? Algo que habita el borde entre la
realidad y la ficción. Estoy buscando una voz para poder escribir. O más bien revelando esa voz
que tengo atragantada en la faringe y lucha por salir.

Leer es un acto de insurgencia política para mí, de placer perverso, de aislamiento incorrecto.
Dejo de existir y me hundo en el pantano que contamina las supuestas perfecciones. Y ahí busco
mi voz, mi forma de expresar eso que tengo dentro y quiere corromper la supuesta normalidad.
Siento que puedo acariciar algo a partir de la suma de recuerdos maricas. Mi primer intento fue
escribir un ensayo. Me faltan las referencias, me falta el lenguaje. Pero si la escritura puede ser
ese acto subversivo, esa máquina de guerra definitiva, ¿por qué nuestra escritura no puede serlo?
En la búsqueda de la niña marica que de forma momentánea soy hay una clave, un principio,
una forma de rebelión enunciada en la palabra en primera persona. Esa voz es la que tiene que
hablar, es la voz que susurra ahora. Pero no con formas complacientes. Escribir y ser leída me
vuelve vulnerable, me alejo del espejismo que siempre fui. Ese sobre el que siempre escribí
cuentos, el niño que habita en mis anteojos. Si escribir me da miedo, si ser leída me vuelve
vulnerable, ¿por qué no pueden ser el miedo y la vulnerabilidad mis formas de subversión vital
y política? Esos lugares que puedo habitar y pueden tornarse formas de empoderamiento y
refugio. Toda la vida quise combatir mis miedos y mi vulnerabilidad. Pero mi voz está en el
miedo y la vulnerabilidad. Esa soy ahora, aquí, en este instante. Y desde ahí quiero ser leída,
quiero ser eso que me aleja y cristaliza mi espejismo. Eso que, aquí y ahora, quiero y voy a
llamar la escritura del pantano. Mi escritura. La voz de la niña marica golpeada y violada,
espejismo de miedos y vulnerabilidades, la voz de mi escritura literaria, académica, teórica,
vital, terrorista.
7.

Poema marika

Nacer demonio
nacer demonio de la angustia y la palabra ahogada
se me revienta un ojo
y no puedo parar de llorar
gimo
me ahogo
no estás
no están
¿Qué fue lo que me hicieron?
¿Qué mierda me hicieron?
¿Por qué no puedo hablar?
¿Por qué no puedo decir?
Se me cierra el pecho y no puedo respirar
me ahogo
se me rompen los dientes de tanto apretarlos
se me rompe el corazón
no puedo hablar
no puedo ver
Me ahogo.
8.

Tristeza marika

Esos días, ¿viste esos días?


Esos días que la tristeza fluye
fluye así por los poros, se derrama, se esparce, se siente
la siento en el pecho, apenas, pero la siento
también la siento en los antebrazos
pero, sobre todo, la siento en la garganta
como si me estrangulara algo cuando trago saliva
esa tristeza que también está debajo de mi ojo derecho
el lugar del cuerpo que le pertenece a mi abuela
en ese latido está mi abuela
la bruja
una tristeza que se siente como lágrimas que no salen
no es la tristeza del grito o el llanto
las lágrimas no salen aunque las siento en los ojos
Son esos días ¿viste?
Esos días que cuando pienso un poco
las lágrimas aparecen
Y tiemblo. Me tiembla el pecho, los antebrazos, el ojo
pero sobre todo me tiembla la garganta
es la tristeza de algo que no puedo explicar
es la tristeza incomprensible de la niña marica
en mi garganta, en el ojo, en la abuela
muerta, muertas, todas muertas
como mi garganta
y mi lengua marica
9.

La destrucción marika

Estaba pensando en tres cosas que se relacionan con la destrucción. En algún momento la niña
marika abrazó la destrucción (¿O la auto-destrucción?). Pienso en eso de las vidas que no
pueden ser vividas. O los momentos de las vidas que no pueden ser recordados con facilidad.
Los recuerdos se me mezclan pero ahí están esas tres cosas. La primera tiene que ver con que yo
aprendí a leer de chiquitx, imitando a madre que había aprendido a leer para poder escapar de la
realidad. Ella nunca paró de leer desde ese día en el que la bibliotecaria de la escuela le prohibió
leer “Los miserables”. Como si hubiera servido para algo esa prohibición. Ahí aparece mi
recuerdo, viendo películas con madre y padre y hermanitx. Películas con subtítulos, tengo el
recuerdo de un momento en particular, viendo una película de cine catástrofe de esas de aviones
que se estrellan y muere medio avión. Hermanitx no llegaba a leer los subtítulos. Y era muy
insistente. Y madre y padre se cansaban de leerle todo. Entonces yo le leía hermanitx. Le leía
los subtítulos y le explicaba la película. Y cuando éramos chiquitxs le ataba los cordones.
Muchas décadas después sigo leyendo y explicando textos. Todavía me acuerdo ese día en el
que le conté “La letra escarlata” a marida. El segundo recuerdo tiene que ver con el cine. Con
madre siempre vimos películas, desde muy chiquitxs, todo tipo de películas. Y a mí siempre me
gustó mucho eso. Entre lo que veíamos, el cine catástrofe siempre nos llamó mucho la atención
a madre y a mí. Había algo en el cine catástrofe que generaba una especie de goce. Las escenas
de destrucción siempre me emocionaron. Desde la primera vez que las vi, casi como si me
generaran placer. El tercer recuerdo se encadena con todo esto. Desde muy chicx, tendría unos 7
u 8 años, la niña marika de mi infancia empezó a dibujar. Dibujar siempre me gustó. No soy un
gran dibujante pero es de esas cosas que me hace bien hacer. Y durante años dibujé lo mismo
una y otra vez: una ciudad de grandes edificios, muy bella y moderna, muy diferente al pueblo
montañés en el que vivía. Y una vez que estaba dibujada, la destruía. Pero no se trataba de
romper el papel. Era otra cosa, era ir dibujando la catástrofe sobre la ciudad, borrando y
dibujando encima incendios, terremotos, naves espaciales, inundaciones, todo lo que se me
ocurría. Nunca era el mismo tipo de destrucción, alternaba entre uno y otro. Y había una suerte
de historia de cómo se iba destruyendo la ciudad. Las catástrofes devastaban la ciudad y no
quedaba nada, nadie sobrevivía. Pasaba horas haciendo eso. Tengo el recuerdo muy vívido. Pasé
años una y otra vez dibujando eso. En algún momento me mandaron a la psicopedagoga. Y
también inventaba catástrofes y melodramas en mis juegos con juguetes. Muy de niñx marica.
Siempre jugué sola. Y lo que le ocurría a mis juguetes eran grandes catástrofes o dramas o
tragedias. Mis juguetes nunca fueron felices. Hace un tiempo le conté lo de los dibujos en
terapia, nunca se me había ocurrido hablar de eso. Sentí que pareció importante. ¿Qué habrán
significado mis dibujos? En la ficción familiar Facunda destruía para construir. Pero yo no
construía nada cuando dibujaba, sólo dibujaba catástrofes. Psicológx me dijo algo así que piense
un poco en eso. Y dijo algo de la agresividad. Tal vez haya sido una forma de expresar mi
agresividad ante el mundo que me asfixiaba. Tal vez destruía un lugar al que no podía ir. No
había forma de escapar del pueblo montañés. Tal vez no significa nada. Décadas después ya no
dibujo catástrofes, aunque recuerdo a la perfección esos dibujos y podría hacer uno igual ahora
mismo. Y tal vez no dibuje imágenes de destrucción pero muchas veces me encuentro diciendo
que hay que salir a romper todo y prender fuego todo. Son las ganas de hacer colapsar el mundo
espantoso. En general, no hablo de una destrucción material, se trata más de este mundo
espantoso en el que tenemos que habitar y vivir vidas que la humanidad no quiso existieran
como tales.
10.

Un telegrama triste un mes después del nacimiento


una niña marica
una foto con ojos asustados
una niña marica
los ojos más relajados
una niña marica
una foto con la boca arrancada
una niña marica
a veces, cuando me olvido, estoy con la cabeza ladeada, como si mirara torcido el mundo.
una niña marica
otras está mi mano en la mejilla.
una niña marica
las posiciones de la adulta marica
la foto tiene la boca arrancada
pero los ojos siguen mirando
una niña marica, muerta
Cuando ladeo la cara hay algo de equilibro torcido.
una sonrisa, apenas
11.

Me arden los ojos


me queman
se me cierran
¿Será que ya no estoy?
Me arden los ojos
me abrasan
me abrazan
ojos con hambre
ojos con miedo
me arden los ojos
¿Será la herida?
Me lagrimea
quema
me arden los ojos
y la herida
12.

Marica desidentificada

Triste, tristeza, triste


Facunda triste
sola, llorona
hay una alfombra
juega sola con sus muñecas
facunda se divierte sola
facunda autosuficiente
todo tiene un costo
el exceso de racionalidad
el exceso de escepticisimo
el exceso de desconfianza
la paradoja de llamarse casi como la palabra sexo
la paradoja de llamarse como una película de lobos y hechiceras
la paradoja de un nombre que te refleja
Me miro y no estoy en mi cuerpo
Me voy. Lejos
a un dibujo lleno de ira
La vida pasa y no me identifica
no sé si estoy sintiendo
o actuó los sentimientos
no sé si soy una ficción marica
o la realidad marica
Tengo esta sensación de que todo es una gran ficción, una gran mentira, algo inventado por tu
madre,
la gran narradora
para que duermas esta noche
la narración no se va
no sé si lloro o actúo mis lágrimas
me despierto y quiero pruebas materiales
de que estoy viva
se me confunden los límites
la marica enajenada entre la ficción y la realidad
¿Habrá sido la solución para eso tan insoportable?
13.

La marica desaparece

De a poco se va
de una a otra fotografía
hay miradas muy maricas
y miradas vacías.
A medida que avanzan las fotografías algo se va
queda una mirada pero ya no hay marica
queda algo, un resto
una mirada con miedo
nunca pude sonreír.
Mi amiga me dice que soy bella cuando sonrío
yo no puedo
no tengo sonrisa
mi sonrisa marica se la llevaron
con mi lengua
con mi cuerpo
con mis brazos
sólo quedó una mirada triste
y algo en la garganta
14.

I
Ser marica, sola, en la oscuridad
ser niña, ahí, sin aire
mirar todo con miedo
Eras tan bueno. Demasiado bueno.
Nunca fui bueno ni genial
ni hermoso ni flaco
ni hijo ni padre ni varón
Fui una mariquita sensible
a la que le gustaban mucho las mariposas y los colores.
Una niñita marica que miraba todo sorprendida
que movía sus manos y sus brazos como una mariposa
Primero me prohibieron el uso de las manos
después me quitaron los colores.
¿Qué puede dibujar una niña marica sin colores?
Lo único que quedó fue odio
crecer escuchando que eras el odio
que traes mala suerte
que las maricas contagian
Ese puto no va a sostener a mi bebé.
No queríamos tener una hija.

II
Crecer, temer, odiar
Tengo miedo a que me haga algo ella
¿o vos sabés cuál es su sexualidad?
Crecer en el discurso del odio
Su cuerpo es malo.
Su cuerpo hace mal.
Tené cuidado, es una degenerada.
Me da miedo quedarme sola con ella.
A ustedes lo que les falta es pija.
Hijito querido, te falta un marido.
¿Dónde están mis nietos?
¿Dónde están marica asquerosa?
¿Dónde están mis nietos marica de mierda?
¿Para qué carajo viniste al mundo?
¿Para ser una marica puta y asquerosa?
Yo no crié un hijo para que se vuelva una marica
¿Dónde están mis nietos?
¿Qué le hiciste a mi hijo marica de mierda?
Marica asquerosa, mi hijo era bueno, era tranquilo, un genio, hombre, masculino
Un hijo por el que cuento las arenas del mar
¿Qué le hiciste a mi hijo?
15.

La caverna

La canción dice que salga de la caverna


la caverna de mi monstruo
la caverna en la que me ocultaron
en la que me diagnosticaron
escribir la caverna
atrapando ese instante
en el que abrí los ojos
y la luz me cegó.
Sin corneas ni caricias
la infancia de un monstruo
la niña marica del genocidio
que violaron en una tarde soleada
la canción es el instante
es la violencia, son las palabras
las palabras maricas de mi infancia
de nuestras cavernas
maricas muertas que renacen
como los cadáveres putrefactos
que nos van a vengar
16.

El espejo marica

¿Hay una sensación de extrañeza cuando se mira en el espejo? Alguna vez sintió algo así.
Siempre sentí eso. No sé qué o quién es eso del otro lado. No me siento reflejada. La
advertencia vino en el cuerpo de una mascota muerta. No te muevas así. Traes mala suerte.Y el
reflejo no soy. No es. No soy. La sensación siempre estuvo. Yo no soy la del espejo. ¿Será por
eso la sensación de desidentificación? ¿Será por eso la sensación de no estar viva? ¿Qué hay del
otro lado del espejo? La frase exagerada me aparece insistente. La grandilocuencia de un
nombre asfixiado. ¿Qué mierda es eso que hay en el espejo? ¿Por qué siento que eso se
relaciona con la escritura? ¿Por qué no puedo parar de escribir? ¿Cuándo tenés tiempo de
escribir? Capaz la pregunta debería ser otra pero todavía no puedo descifrarla. ¿Cuántas páginas
escribiste? ¿Cuántos cuentos, poemas, novelas, cuánto texto? ¿Puede ser que haya más textos
que días en tu vidita marika? ¿Será que la niña marica muerta encontró un lugar de refugio ahí?
¿Será eso el reflejo? ¿Será la realidad? ¿Será la criatura espejo sobre la que escribí hace
décadas?
17.

Parpadeo

Abrir los ojos


parpadear
1981 Una niña marica los desilusiona
la niña marica se hunde en el pantano.
1989 El psiquiatra te estudia.
la niña marica juega en el pantano.
1988 No te muevas así,
no muevas los brazos así
no muevas las manos así
que vas a terminar mal
no vuelvas a expresarte
que vas a sufrir mucho
1989 Te tocan te besan te obligan
Niña marica y miedo
1991 Te rozan con la pija
te apoyan. Silencio
Lágrimas.
Lo único que se podía decir de vos era que eras demasiado bueno
Un niño tan bueno y callado
1992 Destruir una historieta porque es basura
la niña marica dibuja pantanos de destrucción
la niña marica lee y se aleja.
ya no está ahí
ya no vive
1993 Los perros putos traen mala suerte dice la abuela
1993 ¿Qué se hace con los perros putos?
1993 ¿Qué se hace con las niñas marica?
1993 ¿Traen mala suerte las hijas marica?
1993 Abandonar al perro puto
1993 Matar al perro puto
1993 Lágrimas de la niña marica
El perro puto se llamaba como uno de mis amores
Los recuerdos se confunden, se mezclan
1986 No te dejan ser parte
1992 Mi hijo no va a tejer como una nena
1999 Lágrimas
2007 ¿Y ahora qué baño vas a usar?
2009 Silencios
2018 ¿Qué hay en el pantano? Una casa de muñecas rota, una niña marica llena de odio, una
niña marica del rencor, una voz del pantano, la voz de un genocidio interior
lo que me amputaron todavía duele
la tinta a veces está hecha de sangre y recuerdos.
18.

Cuando ya no estuve
sólo quedó la sangre
mis dientes que sangran
la vida de una niña pequeña
contenida en una muela
arrancada en la pesadilla.
Cuando ya no estuve
me quedaba la muerte
la tumba ausente
la novela que me amputaron
una pareja en la nieve
un hijo asesino
el cuento de mis horrores
el que me obligaron a escribir
Cuando ya no estuve
era porque no me quedaban ojos
el globo ocular
el ano universal que se lo traga
Cuando ya no estuve
fue que me había muerto
reencarnar en la tinta
de una pobre señora besada
escritora de versos horribles
Cuando ya no estuve
fue que algo se había roto
un silencio. El miedo.
Esa canción
que nos recordó
que los jardines vuelven a florecer
Cuando yo no estuve
fue tu mirada
que me despertó
la verdad no era mi ficción
la verdad fueron tus ojos
pero yo ya no estaba.
19. Cenizas

¿Te acordás de la noche que escuché esa canción y lloré?


¿Te acordás cuando pensabas que el amor era amputación?
¿Te acordás del amor?
El amor era una rama que asfixiaba la garganta de una niñita marica golpeada
¿Te acordás cuando nos pegaron tanto que ya no nos acordamos?
¿Te acordás cuando se me estrangulaba la garganta del dolor y la angustia?
¿Te acordás esa noche que escribiste a tus padres y no podías parar de llorar?
En la máquina de escribir, con las teclas que pesaban y con mucho miedo.
¿Te acordás cuando te arrancaron los sueños?
Te arrancaron las hojas y los pétalos
los quemaron
no te quedó nada. ¿Te acordás?
te diagnosticaron, te encerraron, te asfixiaron
¿Será por eso que siempre te gustó tanto ese poema que habla de ahogarse?
Hasta que voces humanas nos despierten. Y nos ahoguemos
¿Te acordás de eso que te enseñaron que era amor?
¿Te acordás de ese día en que ibas de la mano y tenías miedo de estar viva?
¿Te acordás cuando hacías reír a tu hermanito?
Si no hubiera sido por esas risas no estarías viva.
¿Te acordás de las mentiras?
¿Dónde empieza tu verdad?
¿Dónde empieza mi verdad?
Me encerraron y me enseñaron a amar amputando partes de mi cuerpo
me ahogaron y me dijeron que amar era no tener secretos
¿Te acordás ese día que me dijiste que no tenía psique?
¿Ese día que pensé, si no tengo psique, entonces, tendré alma?
¿Las maricas tendremos alma?
¿Te acordás de la niñita marica vestida de bichito de luz?
¿Te acordás de esa noche que te pegaron y corriste?
Con una tijera te cortaron la garganta
por eso no podías respirar, por eso no había pétalos
te crearon de barro podrido
¿Te acordás del fango?
Te enseñaron a amar con la garganta cortada
te enseñaron a lamer partes amputadas
te asfixiaron hasta que ya no estuviste
hasta que sólo fuiste lágrimas
que fueron tantas, pero tantas
que ahogaron a las voces, que te ahogaron
¿Te acordás cuando te miré a los ojos?
Cuando ya no había que cortarse un brazo
o rasparse la garganta cortada
¿Te acordás de esa marica a la que le gritaste?
¿Te acordás de la niñita marica a la que golpeaste?
¿Te acordás de la niñita marica abusada a la que nadie miraba?
¿Te acordás del día en que rompieron el papel como rompieron tu cuerpo?
Yo me acuerdo
20.

Cuidado

Tené cuidado con los putos viejos


están enfermos
cuidate. Tené cuidado
¿Por qué no me dijeron que tuviera cuidado de la escuela?
Tené miedo. Temblá
no rías. Escondete
afuera nos van a destruir
afuera todos son horribles
vos no estás bien en el amor
lo leo en tu mente
yo sé lo que pensás
yo sé lo que piensan
yo sé lo que sentís
las maricas son estériles
las maricas no tienen hijos
las maricas son un error
20.

Uñas maricas

Las uñas plateadas


esos días de sonrisas
las uñas plateadas, doradas
las uñas arrancadas
las uñas de tu infancia
el bigote pintado en tu cara
la madre que te arranca un ala
el padre que te arranca otra
las lágrimas reflejadas
en las uñas rosadas, brillantes
el odio atorado en la garganta
las ganas de incendiar todo
el rencor de siglos
el color brillante de esas uñas
tus manitos de princesa
y las uñas pintadas
tus piecitos de princesa
un cuerpo pequeño, deforme
un cuerpo pudriéndose
un cuerpo que se arrancó los ojos.
Las uñas arrancadas
la casa de muñecas que incendiaron
el beso de la muerte en un niño
el estigma que sangró en mi pecho
tus sentidos arrancados
castrados.
Las uñas arrancadas
las alas extirpadas
las palabras que no tuvimos
las uñas que siempre quise
no las pude tener.
Esas uñas ya me las arrancaron
como las flores
como la casa de muñecas
como los besos
esas uñas ya no están
queda una niña marica
un cadáver en un ataúd
hay cadáveres, siempre hay cadáveres
y un espejo que refleja
el rostro de mi vida muerta
mi vida arrancada.
Como las uñas
como los besos
como las alas
una vida muerta, una vida seca
un ejército de muertos vivientes
con las uñas pintadas
de arco iris
ahí estoy
con ganas de despellejarte
con el odio de siglos
en mis uñas
con mis uñas
arrancadas
muertas
secas
21

Qué difícil construir un cuerpo


mi cuerpo
mi cuerpo marika
este cuerpo que se pone piedra y tiene miedo
porque lo insultan y se burlan
este cuerpo que no es mío
que no fue mío
este cuerpo que tenía miedo
a pintarse las uñas
a sacarse los anteojos
y que le vean la verdad en la mirada:
la verdad de tener tanto miedo
pero tanto
que la única posibilidad parecía
la autodestrucción
el suicidio marika
esa estadística invisible
donde todavía aplica esa frase
matan maricas
qué difícil, qué básico
qué claro todo
cuando lees la novela esa
que habla de pájaros enjaulados
en la infancia tengo la imagen
de que me gustan mucho las mariposas. Me gustan los colores. Me gusta cómo vuelan.
En la infancia me acuerdo del miedo.
Las personas son fuertes.
Yo no. Yo tengo miedo
y lágrimas. Y me quedé en mi cuerpo.
¿Será por eso que casi toda la vida el único lugar en el que me sentí a salvo, viva, fue en la
escritura? Afuera, lo que más sentí fue miedo.
Yo no soy fuerte, ni valiente.
y mi cuerpo fue amputado durante tanto tiempo
que ya no sé si lo puedo recuperar
tengan paciencia
estas cosas van de a poco
y yo estoy llena de odio y rencor.
22.

El día de las verdades

Fue el día de la lluvia


fue ese día.
El día que nos besamos
fue el día que te gritaron
que lloraste, que te rasparon
fue el día en que entendiste
el día de todos los infiernos
el día en que ladeaste el cráneo
y se quebró tu cuadro infantil.
Fue ese día. El día temido
el infierno tan temido
el año de todos los infiernos
fue ese día, el día que llovía
fue el día que ya no llorabas
fue ese día, el día de la pérdida
del descubrimiento.
El día de la locura
el día que entendiste tus mentiras
el día que tu vida fue una mentira
una adicción.
El día de la vida rota
el día del miedo ese que ya no puede escribir
fue el día que hacía frío
fue ese día que ya no podías sonreír
el día de la comprensión
el día de la repetición
el día del apocalipsis
el día que te arrancaron y te escupieron
el día en que querías aferrarte y te hundías
fue ese día, un día lluvioso
el día que supiste que estabas muerta
Seca.
Una mentira disfrazada de vida
ese fue el día
el día de las verdades
23.

Amores de niña marica

I
Una historieta marica
Batman y Robin maricas
la niña marica Mujer Maravilla
le gusta la vida de Marvila
se excita con el dios Hermes
todo desnudo y con alitas
el cuerpo desnudo de Heracles
despierta cosas
muy adentro

II
Dibujos animados marica
Tigro tiene una especie de barba
en inglés es Tygra
y tiene un látigo
la adulta marica se acuerda
de Tigro
del cuerpo semidesnudo
felino

III
Televisión marica
a la adulta le gustan rapados
pelados
obsesión marica de la infancia
Jean-Luc Picard
señor mayor de calva hermosa
la niña marica anhelaba
tocar
esa piel

IV
Un álbum de figuritas marica
Te gustaba el arquero
Italia 90, Bodo
Arquero de Alemania
La belleza que interpela a la niña marica
¿Cómo llamamos al perrito?
Bodo lo bautiza la niña marica
Bodo lo maldice la niña marica
como uno de sus amores de niña marica
Los perros putos traen mala suerte
Bodo desaparece
Las niñas marica también
24.

¿Dónde está mi hijo marica asquerosa?


¿Qué le hiciste?
¿Te lo llevaste por ahí y lo violaste?
A las niñas maricas después de que nos usan, nos tocan, nos violan,
nadie nos cree
las niñas maricas tenemos la culpa
las niñas maricas provocamos
por cómo nos movemos. Por nuestras manos. Por el aleteo
¿Dónde está mi hijito hermoso marica de mierda? ¿Qué le hiciste?
Las niñas maricas no podemos hablar ni movernos
si lo hacemos nos corrigen
si nos movemos nos llevan detrás de un piano y nos hacen cosas
¿Dónde está mi hijo marica degenerada? ¿qué le hiciste?
No tengo lengua marica con la que hablar.
No tengo brazos maricas con los que moverme.
No tengo sonrisa con la que sonreír.
Si tuviera algo de eso podría decir, sentir, sonreír
que tu hijo, tu hijito querido soy yo
esa niña marica a la que nunca pudiste ver
25

Vivir con miedo. Vivir con miedo a caminar. Vivir con miedo a hablar. Hay una sensación de
desprotección. Nadie diría que yo fui una niña desprotegida. ¿Eso explicará lo que siempre
busqué? ¿Lo que siempre sentí? Vivir con miedo. Vivir muerta. Una niñita marika sabe que la
van a culpar. A las niñitas marikas las pueden tocar que siempre van a ser las que provocan. Por
algo son marikas. Aparecen fragmentos y todos tienen que ver con mi cuerpo, con la marika.
Con la niña. Sí, Facunda, ud puede haber tenido un noviecito en la infancia: recuerdos,
fragmentos, amputaciones, partes silenciadas. Ver las cosas desde afuera como si no me
pasaran. ¿Una forma de protegerse? La angustia puede venir de esa sensación. ¿Dónde estoy
yo? ¿Dónde me quedé? Los perros sí me gustan madre. Algunos me gustan mucho. Los perros
putos traen mala suerte. Falta una frase ahí. ¿Cómo los hijos? Unir que al perro que tiraron a la
basura es la hija marika que no debía existir. ¿Cómo se sueña en el pantano? ¿Cómo se vuelve
de la basura?
26.

No puedo gritar
no pude gritar
no pude defenderme
en mi cuerpo se quedó atorado un grito
no puedo hablar
digo cosas pero no estoy
no te dejan otra posibilidad
El grito se queda atorado
queda ahí atrapado durante décadas
un monstruo marica multiforme
dicen cómo te tenés que mover
cómo tenés que hablar
cómo tenés que amar
cómo tenés que odiar
El grito se queda atorado
es la marca en mi garganta
el grito hace que la garganta se enferme una y otra vez
El grito queda atorado
se posa en los ojos
los ojos que todo lo miran
ellos no quieren un error
El grito se queda atorado
sale por los miedos
por las lágrimas
El grito atorado se concentró en una rama que me raspó la garganta
y la obsesión por un poema
Hasta que voces humanas nos despierten y nos ahoguemos
27.

Facundita

I
No hables dice la voz
no hables y que todo quede adentro
no hablo y adentro sangro
me seco
no hablo pero me consumo
voy rompiendo y odiando
este cuerpo
mi cuerpo
lo no dicho se queda adentro
y se convierte en suicidio
en autodestrucción
¿Qué pasó cuando ya no dibujaste imágenes de destrucción?
Todo quedó adentro.
Y comenzaste a destruir tu cuerpo
a odiarlo
a odiarte
no hablar y odiarte
no moverse y destruirse
Facundita quieta en un rincón
escuchando
llorando en silencio
Facundita quieta en un rincón
testigo de su propio suicidio
testigo de su autodestrucción
arrancarse partes con una hoja de afeitar
¿Cómo se recuperan las partes amputadas?
¿Cómo se vuelve del suicidio?

II
Vomitaste tu voz
arrancaste tu cuerpo
de tu propio cuerpo
Ya no había voz. Ni cuerpo. Ni lengua. Ni palabras con las que decirse.
¿Por qué le tengo tanto miedo a los gritos?
La garganta duele
la garganta enferma
la garganta muerta
vos la cortaste con una hoja de afeitar
hasta que quedó seca
te lo dijeron
no tenías otra opción
te lo dijeron
te obligaron
no hables
no te muevas
no mires
no respires
porque las que son como vos no terminan bien
¿Por qué pensás que dije que a mi bebé no lo va a sostener ninguna marika?
porque las marikas no existen
y ahí la luna de sangre se derramó en tu garganta hasta que se secó

III
¿Cómo se vuelve del suicidio?
La garganta duele
hablar con la garganta muerta

[La otra opción: No hablar y repetir el suicidio. ¿Es una opción? En la mirada de la noche, de mi
amiga, veo la comprensión. Ella une los puntos mucho más fácil y entiende lo que mi garganta
apenas puede decir]

Quiero hablar y se me cierra la garganta


¿No se dieron cuenta de la contradicción?
¿No se dieron cuenta de la condena?
O tal vez sí. Tal vez lo que querían era condenarme a la autodestrucción.
¿Cómo le pedís a alguien llamado Facunda que no hable?
Facunda es la elocuencia. Facunda en latín quiere decir elocuencia
callar a Facunda es asesinarla
La paradoja de un nombre
te voy a llamar Facundo pero no hables
porque las que son como vos si hablan
si se mueven
si besan
terminan mal
mejor suicidate Facundita

[Llamarse Facundo y que no te dejen hablar. La contradicción de mi carne. La paradoja que


nunca había visto. Facundo está muerto. Lo asesinaron. Lo confinaron al silencio hasta que se
mató. Pero Fakunda no está muerta. Entiende, reconoce, siente la elocuencia en su nombre. Y
aunque habitó un cadáver por casi treinta años, aunque le cuesta retomar la propia lengua y la
propia voz, aunque hay mucho que no entiende, está dispuesta]

Facunda está dispuesta


abrir su boca y que salga fuego
la furia infernal marika contenida
que los incinere a todos lo que la suicidaron

[Facundita se refugió en un témpano gigante muy adentro. Y cerró la boca. Pero adentro de la
boca quedó el fuego, que la fue consumiendo y dándole vida. Facundita refugiada en un rincón.
Ahí con su fuego, un fuego que le da un poco de calor a la garganta de Facunda. Así, tal vez, en
alguno de estos intentos pueda hablar de vuelta]
28.

Marika playmobil

Cuando era una niñita marica me regalaron un playmobil. Fue uno de mis juguetes preferidos
como niñitx putx. Era una nena playmobil con un triciclo. Con un vestidito amarillo y piernas
blancas. A mí me gustaba mucho. Jugaba en otro mundo. Aislada, sola, juntaba la nena
playmobil con otrxs compañerxs juguetes e inventaba historias dramáticas e increíbles.
Inventaba mundos. Porque me costaba mucho respirar. Y en esos mundos había mucho aire,
mucho oxígeno, no me raspaba algo en la garganta como me pasó durante mucho tiempo en el
afuera. Tuve que escaparme a ese mundo para poder sobrevivir. En el exterior siempre fui
lágrimas. Adentro respiraba. La nena playmobil era mi favorita. La llevaba a todos lados. Me
gustaba metérmela en la boca y tenerla ahí, entre un beso y una forma de devorarla. Le puse un
nombre que nadie entendía. Un nombre que sólo yo entendía y tenía que ver con mantenerla ahí,
en mi boca, conmigo, en mis labios de niña marica. Hace poco abrí una caja y ella estaba ahí.
Cuando escribo, me lleno de lágrimas. Pero hay aire. Son casi como los mundos esos de la nena
playmobil con su triciclo. La nena con su vestido amarillo que ya está un poco ajada y se cae.
No se logra mantener parada. Esa nena playmobil que tenía mundos donde respirar con un
nombre que sólo yo entendía.
29.

Soy la historieta esa


La historieta esa que
Con mis manitos de niñamarika delicada me encargué de arreglar, de reconstruir. Esa historieta
que estaba en la basura y la volví a reunir y la saqué las arrugas. Esa historieta que encontraste,
esa historieta de niñamarika y anhelos.
La que tiraste a la basura porque no era perfecta. Y en la basura la destruyeron
yo solo encontré restos
la historieta tirada a la basura
como nos tiran a la basura
a las niñas marica
30.

Cazadora marika

Quiero narrar la historia de serie de escenas vitales-autohistóricas de lectura. Y esa historia


puede tener muchos principios. Uno es en la basura. Tal vez, cuando tenía diez años yo vivía en
el sur, en la cordillera. Los años noventa. Y como muchxs niñxs entré en el mundo de la
historieta de superhéroes. ¿Saben lo que era leer historieta en los años ochenta en Chubut? No
se trataba de leer joyas ni obras preciosas, se trataba de poder leer alguna historieta, editoriales
que abrían y cerraban, falta de continuidad, los cómics no llegaban con regularidad. Y una tenía
que escapar de una vida horrible y opresiva de alguna forma. Y muchas escapamos del mundo a
través de la lectura, de literatura por supuesta. Pero también de escarbar en la basura. De leer
historietas.
¿Por qué nos llamará la atención la historieta? A mi niña marika le llamó la atención por las
mariposas. Por los colores, como a muchas maricas me encantaban las mariposas cuando niña
marica. Y las mariposas tenían muchos colores. Como las historietas. Y los superhéroes, con
esos trajes ajustados y esas poses de BDSM gay que tanto les gusta dibujar a esos dibujantes tan
cisheterosexuales que no se dan cuenta de lo que están dibujando, nos daban objetos para
refugiarnos a las niñas maricas.
Entonces, esta historia empieza con los colores, con una niña marica leyendo junto a su
hermanx una de las primeras historietas que llegó a esa ciudad perdida en el mundo en la que
veía, los primeros números de Batman y los Outsiders. Que se dejaron de editar y sólo leímos
una parte. Tarde décadas en seguir leyendo esa historia. El horror de no poder completar una
historia y que quede inconclusa es algo habitual en la lectura situada en Chubut de historietas.
Y esa lectura quedó ahí como tantas otras. Vivir en una precariedad geográfica y editorial. Qué
hacer con eso que queda y no se completa. Y no quiere decir que no sea literata, pero soy una
literata de la basura. La sensación de incompletitud que ocurre al leer superhéroes en contextos
precarios geográficos y económicos, se parece mucho a la sensación de leer la Ilíada o la Odisea
y enterarse que de todo el ciclo de obras de la guerra de Troya sólo vamos a poder leer dos años.
Todo lo otro se sabe por referencias indirectas. La angustia de una marica que leía clásicos
griegos e historietas de superhéroes se parece. Así como las ganas de no estar más en este
mundo que no te quiere viva.
Pero recordemos que dije que la historieta es basura. Y la basura nos lleva a la basura. En un
lugar que la niña marika habitaba llegaban cajas y esas cajas se rellenaban con bollos de papel
que no servía para que no se mueva lo que había dentro (diarios viejos en general). Yo abría
esas cajas porque siempre me gustó abrir cajas, o abrirme cosas. Y un día la abro y no era diario
en tinta negra. Había colores. Y muchas hojas de colores. Y viñetas. ¡Y este es Batman! ¡Y este
es Superman! Era una historieta, perdida, descartada, todas las hojas sueltas y hechas bollos en
esa caja de papel.
Con mi paciencia y mi discreción de niña marica asustada me llevé todas las hojas. Y con
paciencia las planché. Una a una. Las dejé muchas horas aplastadas para que se recuperaran. Y
casi se recuperó. La pude leer completa y todavía la recuerdo. Y al día siguiente volvía y miro
un pedazo de papel tirado en la calle, un pedazo muy chiquito, roto, la perra había roto la bolsa
de basura y volaban papeles. Me di cuenta que un fragmento era parte de la capa de Batman.
Alguien había visto unas hojas todas dobladas y en mal estado y pensó que eran basura. Y la tiró
a la basura. Como se hacía con las maricas. Como se hacía con las historietas.
La escena siguiente tiene que ver con otras dos historietas de superhéroes. O una primero y otra
después. Padre en una de esas épocas buenas me pide historietas a Buenos Aires, casi como
comprar un auto nuevo, tardan meses en llegar y yo que pedí algo sin entender qué pedir, sin
saber, sólo con algunas pocas cosas que podía llegar a entender pedí dos historietas: “Crisis en
tierras infinitas” y “Dark Knight”. Leí todo de un tirón. Y de “Crisis…” no entendí nada. Pero
nada. Y de vuelta la angustia de sentir que la historia estaba toda incompleta. Que faltaba todo.
Pero eso no me iba a detener. Los colores de las mariposas estaban. Y el dibujo hermoso de
George Pérez y toda esa gran tragedia melodramática de superhéroes y mundos muriendo. Amo
cuando mueren los superhéroes, cuando se vuelven serios y melodramáticos como Dorothy
Malone en la película “Escrito en el viento” de Douglas Sirk. Y no entendía nada. Pero yo, que
siempre fui una niña marica que lloraba por todos lados, si hubo un llanto que realmente sentí
fue cuando muere Superchica en “Crisis”. Me pareció tan injusto. Pero como la esta historia es
de las marginales y la basura, hay una muerte que me impactó más. Y que a nadie le importó,
Helena Wayne, alias la Cazadora, que muere en el último número de “Crisis”.
Pero con todo eso no me iba a pasar lo mismo que con el ciclo Troyano. El ciclo troyano no lo
pude recuperar hasta que leí la “Biblioteca” de Apodoloro (que no es lo mismo). Pero “Crisis”
la iba a entender. Y esas muertes no podían ser más terribles. Pero no eran sólo muertes. La
Cazadora, la hija de Batman y Gatúbela, era un personaje perdedor y secundario que muere en
“Crisis” y al que nadie iba a recordar, la borraban de la historia, la continuidad, el universo. No
iba a existir. Yo me sentí durante mucho tiempo un poco como la Cazadora en versión marica.
Y la siguiente escena sigue con historieta basura, y qué más basura que los X-men. Si algo
quería ser cuando leí historietas de los X-men era Jean Grey, pero no la Jean Grey sometida,
quería ser esa cosa todopoderosa furia sexual que me invade Coca Sarli que parpadea y destruye
planetas, Fénix Oscura. Y la mataban. Melodrama una vez más. ¿Por qué? ¿Por qué tanta
injusticia? Yo era la Cazadora pero también un poco quería ser la Jean Grey Fénix Oscura. Con
ese traje tan rojo pasión y dorado.
Y vuelvo a esa infancia marica que no está. Y me siento la Cazadora, que le borraron la vida,
que dejó de existir, la Cazadora con una muerte que ni duelo pudo tener. La Cazadora es un
fantasma marica, algo que fue por un momento y se refugió en un resto, en algo que quedó ahí,
oculto, refugiado en nuestras lecturas maricas. Porque una de las fotos mías, de la marika adulta,
una de las fotos de la que muchos odiantes se burlaron y dijeron cosas horribles en mi vida
reciente fue justamente mi foto maquillada como la Cazadora.
31.

scullymarica

No creer para sobrevivir


ser escéptica para poder vivir
todo tiene sus costos
algo se pierde cuando dejas de creer
ser scullymarica como modo de vida
el mundo es un pozo infecto camino a la destrucción
pero la práctica me contradice y me traiciona
¿Cómo estar viva y ser scullymarica?
¿dónde queda la esperanza?
¿cuánto hay de scullymarica escéptica y cuánto hay de supervivencia?
Dibujar fragmentos de algo perdido
prohibido
recuperar algo de la scullymarica
descubrir el ojo marica
descubrir que la mirada es esa toda borrosa y marica
scullymarica de baja estatura, pequeña y pendenciera
scullymarica escéptica y racional
no te puedo dar explicaciones científicas para eso
no hacen falta
hay un olvido en todo esto
scullymarica siempre fue escéptica
scullymarica escéptica y promiscua y triste
scullymarica escéptica siempre escéptica
pero en algo creía scullymarica. Aunque se diga escéptica. Ocultaba la contradicción. La
brujería marika. scullymarica bruja que renace de las cenizas de un falso escepticismo necesario
durante mucho tiempo
para sobrevivir
32.

Batman y Robin (y Superman) y todxs maricas


¿Cómo era ese poema?
Batman y Robin
juntos, putitos
pero también Superman
dale hombre de acero
meteme tu acero
Batman marica
llena de agujeros
mírame con tu visión de rayos x
y abrime todo
soy Batman, el Batman
me cansé de la tristeza
quiero a robin
y a Superman
y a todxs lxs otrxs
hagamos una liga de la justicia marica
Mujer Maravilla marica
dale Superman vení
dejanos soñar con ese mundo
donde los superhéroes ya no son hombres
se besan, usan capas y se meten cosas por los culos
33.

Coyunturas

No me siento muy bien


hay afecto, por supuesto
pero el odio duele
me dicen una verdad
el afecto nunca alcanza
porque las agresiones y los silencios
duelen más
me dicen que me van a matar
me dicen que me van a hacer jabón
me escriben un mensaje firmado por la triple A
¿Será eso lo que pasa cuando las maricas hablamos de nuestro culo?
lo único que siento ahora
es el cráneo aturdido
y muchas ganas de escapar del mundo
Hoy una amiga me dijo: Nena, tocan a una, tocan a todas
y me hizo sonreír.
De algo estoy segura
la marica que soy nunca
jamás
va a volver a callarse
cueste lo que cueste
34.

El odio

Acostumbrarse. Te tenés que acostumbrar. Ya va a pasar. Todo se va a tranquilizar. ¿Me pueden


decir cómo mierda me acostumbro? ¿Cómo hago para no tener miedo?
Anoche dormí con la luz prendida. Anoche tuve pesadillas. Anoche tuve miedo. Se me mezcla
todo en la cabeza y estoy seguro de una sola cosa. No me quiero callar. No voy a callarme. Me
harté. Hace años me hostigan en las redes y no va a parar. Pero tampoco me quiero acostumbrar.
Entonces, ¿qué hago? ¿Me suicido como pretendió indicarme alguno de esos odiantes
anónimos? Gente, si no me suicidé cuando era adolescente no me voy a suicidar ahora que soy
una señora con muchas ganas de romper todo. Ahora puedo hablar. Ahora puedo enunciar. Las
consecuencias del odio no las puedo saber. Pero las consecuencias del silencio las conozco. Y te
hacen mal. Y tengo Miedo. Odio tener miedo. Odio lo que me hacen pensar. Odio dudar. Y me
hacen llorar mientras escribo.
¿Qué mierda les importa mi culo? ¿qué quieren? Acá hay tanto afecto y tantos abrazos que mis
lágrimas de miedo y furia ya no importan tanto. Pero así y todo no es suficiente. El odio te deja
desnuda y te desarma. Te deja ahí en un lugar del que ya escapaste hace décadas. El odio no
tiene explicación. La energía de todos los que te odian ahí está. Aunque haya un gigantesco
círculo de afecto dispuesto a prender fuego y rajar la realidad por todas nosotras.
A mí el odio me duele. Me lastima. Casi como la primera vez que me pegaron y me humillaron
y lo borré de mis recuerdos de lo insoportable que era. El odio hiere y duele. Pero no nos va a
parar. Porque el odio también alimenta nuestras ganas de cambiar el mundo. De destruirlo para
construir otro. El odio, aunque duela, no nos va a callar.
35.

miles de flores del mal degeneradas


Y una arenga final: no queremos que
nos persigan, ni que nos prendan, ni
que nos discriminen, ni que nos
maten, ni que nos curen, ni que nos
analicen, ni que nos expliquen, ni que
nos toleren, ni que nos comprendan:
lo que queremos es que nos deseen.
Néstor Perlongher

¿Qué te pasa petiso fascista? ¿Te pasa algo ahí adentro? Mirá que yo soy una marica petisa de
esas que se abren mucho pero mucho el culo (me entran dos dicen las lenguas maricas. O como
dice el grafitti ese: “Me banco la doble anal”).
Entonces, ¿qué te pasa petiso fascista y mediático? ¿Qué le pasa a tu culito que se frunce? Yo sé
como somos algunas petisas por dentro. Y ahí en tu mirada, en tu palabra, en tus gestos, hay un
culo deseante. Un culo lleno de tinieblas y telarañas. Un culo que se dilata cuando dice anal. Un
culo que se dilata más cuando dice abrir. Un culo que chorrea ganas. ¿Tantas ganas me tenés? Si
tantas ganas tenés vení que nos cogemos por todas partes y por todos los agujeros. Vení que nos
damos. Vení que te va a gustar. Se te nota en la cara que tenés ganas. Vení que te enseño mi
dildo doble. Vení que te abro el ano castrado de la humanidad. Aunque mejor no. No vengas.
Porque a mí me gusta leer con el culo abierto y que se convierta en un cosmos chorreante que
nos cubra a todas. Y vos no sos así. Yo soy sólo una mariquita petisa que lee y sueña con el
culo. Una mariquita miedosa. Vos sos de esos petisos mediáticos y seguro estás lleno de plata.
Yo no tengo de esas cosas. Soy hija de una bruja pobre. Soy hija de un niño asustado. Soy hija
de aborteras, brujas, putas, indios, negros y ladrones. Mis amigas son todas campesinas muertas
de hambre como yo. Habitamos los márgenes y no tenemos tus medios y tu plata. No somos de
esconder nuestras ganas de abrirnos el culo como vos.
Qué feo ser vos. Con tanta plata y tanto odio. Qué feo ser vos. En serio, qué horrible, tanto odio
y tanta violencia. ¿No te hace mal? ¿No te hace mal ser eso que mostrás? ¿Ese petiso mediático
de ano castrado? Yo soy sólo una marica petisa que se banca la doble anal.
Pero ¿sabés qué? El amor (y no el amor romántico), el afecto que hay acá, del lado fakunda de
la vida le pasa el trapo y le pone el culo abierto a todo tu odio. Vomitamos y cagamos y
abortamos sobre tu odio. Porque somos miles de flores del mal degeneradas que querés
exterminar. Pero no vas a poder. Porque estas muy solo con tu culo anhelante que no se banca el
deseo.
Y sí, había pensado en decir “vení petiso mediático que te enseño cosas del culo, vení que te
muestro como cogemos las maricas”, pero ¿sabés qué?
Me acordé de algo mientras pensaba todo eso.
Me acordé que yo
con fachos
no cojo
36.

¿Qué hacemos con el odio?

El ejercicio siempre tiene sus ritos: me saco los anteojos, escucho voces. ¿Serán las mismas
voces que escucho mientras duermo, cuando cierro los ojos? “Esa sensación viene de muy
adentro”. No dice vísceras pero yo pienso en esa palabra. Leo esa frase y me suena tan ahí, tan
desnuda en la frase de otrx. Y se me cruzan los días. Nos matan, nos olvidan, nos odian por
besar y por coger. Nos odian por amar o por no amar. Nos odian por salir de la oscuridad. ¿Qué
hacemos con el odio? ¿Qué hacemos con lxs muertxs? ¿Qué hago con mis lágrimas? ¿Qué hago
con mis silencios? Desde que aprendí a leer y escribir tengo una mirada triste y asustada. Esa
mirada nunca supo qué hacer. Yo no sé nada. No sé qué hacer con mis lágrimas. No sé qué
hacer con lxs muertxs. No sé qué hacer con esos besos que nos robaron. ¿Qué hacemos con el
odio? Yo no sé qué hacer ni con mi propio miedo y todo el rencor que tengo adentro.
¿Qué hacemos con el odio? Con ese odio que me aterra tanto como la oscuridad (no digan nada
pero estoy durmiendo con la luz prendida cuando no me abrazan), con ese odio bailamos, con tu
odio nos abrazamos, con tu odio nos metemos cosas en todos los agujeros posibles de esta vida
degenerada, con nuestro odio nos amamos, nos cogemos. Ese odio siempre lo conocimos y ese
odio fue, es y será una criatura espantosa. A ese odio le respondemos con nuestras vidas (que a
veces respiran y a veces no) y nuestras ganas de habitar libres este mundo horrible al que vamos
a prender fuego hasta sus cimientos con nuestra brujería travatortamarika. Porque el odio
alimenta nuestros saberes, nuestras vidas, nuestras genealogías, nuestra brujería. Y ese odio, en
nosotras, es la libertad que todas esas fachas reprimidas siempre nos van a envidiar.
37.

¿Sabés lo que cuesta animarse a hablar? ¿Sabés lo que cuesta devenir sujetx enunciadorx?
¿Lo que cuesta salir a la calle y no tener miedo?
¿Alguien las quiere a las niñas marikas? Porque sus madres las abandonaron. Las abuelas
mueren. Los padres no existen.
¡Qué me vienen a hablar con sus discursos de humanidad cis, blanca, heterosexual! ¡Qué me
vienen a hablar de cambio!
Una vez más se van a olvidar de todas nosotras, las que habitamos el pantano.
Me ahoga esta humanidad horrible, me ahoga el mundo, me ahoga mi cuerpo. Lo que me cuesta
querer este cuerpo y me lo quieren robar. Lo que me costó parir a la niña marika para que me la
quieran matar de vuelta. Homo sapiens y sus discursos. Homo sapiens y sus violencias. Sus
cuerpos.
La humanidad me produce un escepticismo sangrante que no se me quita del cráneo y me duele.
Tengan cuidado igual. Porque nuestro cuerpo es un cuerpo multiforme. Y si lo decide va a rajar
la realidad de sus discursos del cambio social. Nuestro cuerpo mostra va a destruir todo. Si lo
decidimos. No nos hagan enojar que es nuestra la energía de millares de mostras chamánicas
llenas de odio, rencor y ganas de vengar los silencios y las ausencias.
Porque venganza se pronuncia con la lengua monstruosa que tejimos en siglos de silencio.
38.

¿Termina alguna vez la poesía?


¿O la canción?
¿Cómo respondo al odio cuando no puedo hablar?
Me obsesiona la enunciación
me obsesiona el recuerdo
nuestros recuerdos
maricas olvidadas
¿Dónde quedó tu cuerpo?
¿Cómo renacer?
De las cenizas dice un escrito viejo
una imagen infantil
se incendia tu hogar
se incendia tu vida
se incendia tu abuela
se incendian maricas
me incendio. Me incendian
nos incendian
no importa
el fuego puede durar lo que dura una canción
el grito apaga el fuego
y la canción marica sigue ahí
un grito que nos raja
un grito que nace
un grito que es enunciación
un grito que es ganas
lengua
y saliva
39.

La lengua marica del pantano

Me hablan de mi propia voz ausente. ¡Qué fácil sería seguir escribiendo sobre la muerte y la
tristeza! ¿Y si escribo sobre eso que ven mis ojos? ¿Y si dibujo la imagen de mis párpados?
Desidentificarse de la propia vida como destino, como salvación, como refugio. ¿Pero cómo
volver a identificarme? ¿Cómo encontrar esa voz, esa lengua, esa mirada? ¿Cómo volver de la
amputación? ¿Cómo volver del pantano? ¿O será que tengo que abrir los ojos y que el pantano
los inunde? Abrir la boca y tragar el pantano. El pantano soy yo. Ahí con los ojos muy abiertos.
Me hablan de la tensión en mi dentadura, en mi boca, de la compresión en mi boca y mis
dientes. Casi como si no pudiera hablar. Casi como si todo se hubiera cerrado, amarrado,
anudado. Asfixiado. Un texto que no leí habla de la confianza en la escritura. De eso que no
tengo. De la identificación ausente. Todo eso le pasó a otra marica. Es un punto de inflexión me
dice alguien. Abrir los ojos, abrir la boca, reconocer la propia lengua. Mi lengua marica del
pantano que me enseñaron a callar.
40.

saxe suena a sexo

Todavía siento algo en el culo. Me despierto y se siente mi cuerpo. Aparece y me besa el pecho.
Ya sabe que los pezones me abren todo el cuerpo. Me besa y me vuelve a besar. Me entra por
los ojos cerrados. Le gusta que gima. Que sienta. Tengo un poco de ganas de cogerlo. Me chupa
la pija marica. Y enseguida se nota que me quiere coger. Pienso que me va a costar. Me dejo
llevar. Me apoya. Entra un poco. Se siente algo, apretado. Saliva en la pija. Lubricante y
empieza a entrar. Se siente raro. No es la primera vez ni mucho menos. Sé que me va a gustar.
De a poco entra. Y en un momento algo se dilata y entra toda. Dejala toda adentro. Hasta que
me acostumbre. Después me empieza a coger. Fuerte y con ritmo. Algo me estalla por dentro.
No es un placer que se pueda explicar con palabras. Se siente todo marica y estoy arriba suyo y
ya no hay resistencia alguna. Entra y sale. Ahí siempre se vuelve todo más intenso. No puedo
parar de gemir y siento algo que casi me desmaya. Ya no me acuerdo si tengo pija o culo o vida
en ese momento. En un instante me mira gemir y se sonríe con ternura (eso debe ser el amor
pienso un rato después). Y todo sigue y yo me muevo y me canso y se mueve y entra y sale y
algo y te voy a llenar de leche y yo ya no me acuerdo de mi cuerpo y la pija sale y la vuelvo a
meter mientras acaba y yo ya no puedo dilatarme más y tenerla más adentro y me toco con todo
adentro y acabo y gime y después de un rato nos miramos.
41.

Malibú

Mis dedos adultos manchados de café


mis uñas mal pintadas
escribir un poema que dura una canción
Malibú, en Malibú hay sol
donde yo nací no había sol
había suicidios y montañas
alguien hablaba de amor
Amar a alguien es estar dispuesto a cortarse un brazo por esa persona
Me da miedo que me corten
me da miedo la vida
Malibú nunca estuvo cerca para mí
tampoco el amor. Ni la poesía
me usaron y me engañaron
pero era la única forma que tenía de sentir
lo más cerca de Malibú que podía estar
porque nunca fui Miley Cirus
Sólo fui una mariquita que vivía
entre suicidios y montañas
42.

Autohistoria

Ya tengo otro cuaderno. Hoy recordé que hace más de diez años escribí una novela. Está por ahí
sepultada entre las pilas de libros y papeles que me rodean. Quiero que escribir se vuelva una
forma de autoexploración, una autohistoria de mi propia teoría que no existe. Tengo ganas de ir
a un congreso académico y empezar mi exposición diciendo “Estoy harta. Estoy muy harta de
todas ustedes, de sus mentiras, de sus hipocresías y su falsa ciencia de mierda”. Todavía no me
animo. Los últimos tiempos aparecen como un juego de espejos que refleja distintos momentos
de esta vidita horrenda y autoficcional. ¿Cómo hago para dejar de existir e irme a vivir a la
literatura? ¿Cómo hago para huir, tal vez simular mi muerte, y que nadie vuelva a encontrarme?
Recién, mientras escribía esto una araña caminó sobre mi mano de uñas pintadas de rosa. Hace
años eso me daba miedo. “Te caminó una araña” me decía mi abuela para explicar lo que le
pasaba a mi piel o mis labios. Hoy me caminó una araña y la uña destelló en ese rosado con
brillos. Los momentos se reflejan de diferentes formas. Hay una sensación de algo inminente y
gigantesco que va a ocurrir(me) en este contexto de caos y apocalipsis. ¿Cómo hago para
autoexplorar en este ir y venir del pasado al presente? ¿Cómo hago para no arrancarme los ojos?
Sobreviví gracias a la ficción, pero eso me hizo, a veces, una marica adicta a la ficción. ¿Qué
queda de nosotras cuando ya no nos conocemos? ¿Qué queda de una historia inventada como
una telaraña que yo misma tejí? ¿Qué queda cuando nos miramos y dos muros de cristal nos
separan y sólo hay miradas de tristeza? La ficción me salvó la vida. Pero también me atrapó. Me
dejó rota y fallada y respondiendo a las preguntas de un psiquiatra y jugando sola y niña en mi
habitación medio alejada. Vuelvo al presente y se me escapan las lágrimas un par de días.
Después, sólo quedan los muros que nos desnudan. Porque cuando las ficciones se terminan o
mueren ya no hay mucho más que algo que parece dolor en la garganta. Yo escribo páginas y
páginas en mi cuaderno. Quiero mirarme, encontrar algo en mí misma. Hay algo en ese placer
de la enunciación marica que todavía saboreo aunque haya pasado tanto tiempo. ¿Será por eso
que estoy escribiendo así? Hay algo ahí de comprensión del caos. Y siento el latido en mi ojo
derecho. Esa es la bruja, la abuela, que algo me quiere decir. Detrás de mis ojos están mis
lágrimas y mi furia, mis frases, mi tormenta, ese enojo que acumulo hace siglos y se me
atragantó durante mucho tiempo. Y así y todo sigo siendo como Madame Bovary. Y me vuelvo
literata y estúpida ¿Qué Madame Bovary voy a ser? ¿La de los mundos imaginados o la que
toma arsénico? Pienso en mis fantasías de autodestrucción, en las fantasías de catástrofe que me
abren el culo y la boca. Pienso en eso que se llama amor y eso que se llama odio. ¿Qué le pasa a
una niña marica cuando le piden, le ordenan, le exigen que no sea marica para poder vivir? ¿A
dónde se va esa niña marica? ¿Puede vivir esa niña marica? ¿O lo ahogaron tanto que está
muerto para siempre? ¿Eso explica todas las veces que me asfixiaron? Las veces qué mi
garganta se sentía raspada por una rama de ese jardín que me arrancaron, que prendieron fuego.
En el reflejo que viene de atrás de los ojos siento la verdad de las otras. Los ojos de otras niñas
maricas ejecutadas para que no puedan volver. No quiero escapar del yo. Ni de mi misma.
Quiero ser todo. Todo y nada. Ver en los ojos separados por murallas como se cagaron en mi
vida. En mis ganas de jugar y sonreír. Como me asesinaron y seguí viva como una criatura
muerta que intento autodestruirse una y otra vez. Una criatura que odió su cuerpo y quiso
romperlo. Una criatura que mira a los ojos y siente como te cagaste en la vida marica que me
arrancaron. Las telarañas están hechas para atrapar. Yo tejo mis propias telarañas como forma
de huida, como modo de supervivencia, como hábito marica. Tejo una alfombra marica en la
que acostarme y olvidar un poco que, en el fondo, lo único que me queda es seguir siendo una
niñita marica que espera que lo abracen y nunca más le digan que para vivir tiene que cortarse la
garganta y dejar de hablar. Y aunque suene extraño hoy no tiene lágrimas para escribir. La
estupidez me las secó. Y en ese momento en el que siento algo gigantesco rodeándonos no me
quedan muchas más opciones que seguir haciendo lo que siempre hice para poder respirar y
sobrevivir: escribir, escribir hasta que mis palabras se confundan con música y enunciación, en
voces, latidos, sangre, escribir con la sensación de la abuela muerta en el ojo derecho, escribir
como forma de habitar el mundo y olvidar los golpes y la mentira y la estupidez. Escribir para
que la niña marica ahogada salga del mar y siga respirando. Tal vez sea oxígeno. Tal vez sea
que aprendió a respirar bajo el mar. ¿Será por eso que siempre me gustó tanto el mar y el agua?
¿Será que cuando nos ahogamos las niñas maricas solo esperamos voces humanas que nos
despierten? Y ahí el poema dice que nos ahoguemos, pero yo pienso en que nos abracen, el
abrazo que una mariquita necesita para sobrevivir a una vida que no la quiso respirando.
43.

Restos

Camino con el gusto de tu pija en la boca


no es algo profundo o marcado
es sutil, diminuto, un resto en mi bigote marica
muy como vos
Escribo la canción esa del amor que nos causa gracia
y pienso, si el amor existe, si hay algo así
y no es tan horrible como dicen las canciones,
la vida y los martirios,
un poco debe ser como eso
caminar con algo de tu olor
un resto sutil de tu cuerpo
que se mezcla con el sudor tímido de mi bigote marica
No creo que el amor exista
pero si hay algo que se le acerca
es esa cosa sutil
que queda en los restos
de mi cuerpo
y en tu mirada
tan marika
45.

Me late el ojo derecho


latido marica de la abuela mostra
Berta, bruja y monstruo
Cada día me cuesta más respirar.
¿Será el agua entrando en los pulmones?
Escribir un libro sobre el sexo
libro saxe del sexo marica
saxe patética cubierta de cicatrices
y líquido, semen
pánico a la enunciación
pánico al yo marica
a la marica muerta viviente
que abre sus ojos.
Se mira en el espejo
y hay algo de creer
escupir, tragar, creer
se hace difícil la creencia
la castraron hace tanto
se hace difícil no huir
se hace difícil mirar
dejar de pensar
interrumpir
y hacer eso que te aterra
pánico interno de algo
que se refleja en el espejo
algo único que hace
décadas perdí
con todas mis flores
con la brujería que se fue
con los sentimientos.
Algo que me hace creer
y temblar. Me impide respirar.
Pero no es como antes.
no es asfixia
porque el cadáver marica no respiraba
y ahora el agua se mete por las fosas nasales
y el cráneo se ladea
como en esa foto infantil
de una marica con mucha
pero mucha
cara de susto
cara saxe sexo
no hay fotos de la marica sonrisa
nunca las hubo
por eso es tan difícil
creer
en ese reflejo del espejo
en otra fotografía
Una sonrisa marica.
Algo nuevo, difícil.
Que se siente parecido a respirar
al agua entrando en los pulmones
la sonrisa marica como aprendizaje
como revelación
la brujería marica no muere,
habita el cadáver como un
hechizo incendiario
46.

Escribir lo que dura una canción puede ser uno de mis motivos. Escribir en la plaza con un
insecto minúsculo en mi hoja. Y otro paseándose por el vello de mi pierna derecha. Escribir
sintiendo que salgo de mi cuerpo y viajo y vivo y miro mi cuerpo desde afuera latiendo junto al
verde. Verde que te quiero verde. Escribir la poesía y escribir Lucrecia Borgia, el miedo y los
versos. Escribir lo mínimo y escribir el terror. Escribir la hija y la tecnología del caos. Escribir
la vida toda y las muertes horrendas.
47.

Conjuro marika

¿Ya tendré suficientes poemas para otro conjuro? Un conjuro marica, mi conjuro marica. La
última página de mi cuaderno marica. El mundo se desmorona y yo escribo todos los textos al
mismo tiempo y todo se me confunde. Hago una colección de besos marica y me doy cuenta de
algo: mi primer beso fue en la ficción. Y lo borré. El costo psíquico marica. Lo borré y era tan
bello. Y tan elocuente. Un beso en la ficción, en la vida que me tocó. La vida falsa, la ilusión de
una vida, la ficción de una vida. Un beso borrado. Otro beso violento que se confunde en los
recuerdos. Y ese primer beso marica mucho tiempo después. Besarse por primera vez décadas
después de la muerte. La tristeza de un beso. Un beso-realidad, un beso que no entendí. ¿Y los
besos que no tuvimos? ¿Y los besos que no tuve? El segundo advenimiento debería ser casto.
Tengo tanta tristeza que se me hunde la realidad en sueños marica, delirios de una vida que no
hubo. Un conjuro marica. Despierta algo que no entiendo, ¿dónde dejé mi cuerpo? ¿Cómo abro
el ataúd? Sentir que te arrancan las uñas y pintás con esmalte en los dedos sin uña. Esmalte rosa
como los labios de la marica jamás besada, la marica muerta que se quedó en ese beso de
ficción que fue tan hermoso. Sólo le quedó un resto de sangre que se ocultó en los dientes. Y en
algunos gestos. Como la mano doblada sobre mi mejilla cuando escribo en este cuaderno. La
tristeza de no existir. Tal vez siempre se trató de la búsqueda de un rastro, del mapa de mi
cuerpo y mi vida marica arrancada. Me gustaría tener un conjuro marica que me abra el tórax.
Adentro puede estar la letra del conjuro. No va a cambiar nada. Pero las piezas que encajan me
hacen entender algo. Escribir sobre el dolor, sobre lo que no quiero escribir, lo que soy, la
brujería. Tal vez no hubo ningún problema con mi vista. Tal vez los anteojos son sólo una
ficción más. La vida fue una ficción. El cuerpo marica es una realidad. Y un conjuro.
48.

Quizás se trate de aceptar que estoy rota y siempre lo estuve. Se trata de sentir ese dolor que
siempre oculté. Esa falta que nunca se va a ir. Quizás es que la única opción que tuve fue la
ficción. Y la ficción siempre estuvo rota.
La verdad es tan dolorosa que no tengo forma de recuperarla. La verdad es tan triste que no
puedo parar de llorar mientras escribo. La verdad me inunda de muerte. La verdad no tiene otra
posibilidad. La verdad es una niña marica que no puede. La verdad me ahoga, me asfixia. La
verdad me chorrea por los labios como lágrimas y saliva. Como verdad sólo tuve odio. La
verdad que angustia, la verdad marica, la verdad aullido, la verdad ahí, la verdad de reconocer
que nunca sobreviví, que estoy muerta.
49.

Flores maricas
De niño era el jardín más bello
Gabo Ferro

I
Tatuarse una flor
una decisión
de volver a florecer
de despertar al cadáver marica
quizás volver a vivir
quizás no
no importa
tambien puedo ser un cadáver viviente marica
que mueve sus brazos
y sus manos
y se tiñe
y se pinta las uñas
y sonríe
no importa si es un cadáver
o si es una marica que respira
porque muchas maricas nos ahogamos
la piel se puede tatuar igual
y la vida está sobrevalorada

II
La vida las maricas muertas
se la dejamos a ustedes
los normales
porque la marica que yace bajo la piel
viva o muerta
volvió a florecer
a hablar
una bebé marica
esa que no quisieron
una flor marica
esa que pisotearon
esa del jardín de huesos y cenizas
esa flor arrancada
esa flor marica tatuada en la piel
marica de mi cadáver marica
el cadáver de mi venganza marica

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