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RESUMEN

LA ORIENTACIÓN, ATENCIÓN Y SUS TRASTORNOS

DANIA ORTEGA

UNIVERSIDAD DEL SINÚ ELIAS BECHARA ZAINUM

PROGRAMA MEDICINA

MONTERIA- CÓRDOBA

2021
ORIENTACIÓN, ATENCIÓN Y SUS TRASTORNOS

ORIENTACIÓN

El sistema nervioso central (SNC) posee un reloj biológico que regula los ritmos
circadianos que permiten la sincronización entre las neuronas, los ciclos de luz
medioambiental y el tiempo solar. Para que las funciones celulares se lleven a
cabo efectivamente se requiere la intervención de ciertas proteínas que organizan
los eventos celulares en dimensiones específicas de tiempo y de
espacio[ CITATION Her13 \l 9226 ].

El sistema (ritmo) circadiano representa un trabajo complejo de regulación de


oscilaciones en unidad de tiempo, en el cual un grupo neuronal que actúa como
marcapasos es entrenado para que al ser estimulado por los ciclos de luz/
oscuridad diarios transmita señales sincrónicas a osciladores circadianos locales
en los tejidos periféricos.

La orientación en el espacio y en el tiempo, u orientación alopsíquica, es un


rendimiento psíquico complejo, en el cual es necesario poner en coordinación
varias funciones psicológicas, como conciencia, atención, memoria y pensamiento.
La orientación autopsíquica se refiere a la orientación en persona, la cual, cuando
se pierde, imposibilita la identificación de sí mismo. Ontogenéticamente, la primera
orientación que se adquiere es la orientación en persona, luego la orientación en
espacio y por último la orientación en tiempo. Cuando hay psicopatología de la
orientación el sujeto se desorienta primero en tiempo, luego en espacio y
finalmente se pierde la orientación en persona. Cuando el sujeto se recupera de la
desorientación, primero se orienta en persona, luego en espacio y por último en
tiempo[ CITATION Her13 \l 9226 ].

Filogenéticamente, la adopción de la posición erecta, la bipedestación y la


liberación consecuente de la mano encargada hasta entonces de la locomoción,
alimentación y depredación, permiten ahora su utilización para la exploración
espacial del entorno, y con él, de la realidad. Hay que distinguir entre “la
percepción” de la dirección única en la que pasa el tiempo, y el “proceso” por
medio del cual el cerebro maneja las imágenes mentales de futuro con las que
crea “contenidos de memoria”, relacionados con la imagen mental de futuro, que
es la base de la propia “visión de futuro”, la cual a su vez permite identificar
“objetivos” (metas futuras) y dirigir el esfuerzo en su consecución.

Tan solo percibimos tres dimensiones espaciales: dos dimensiones espaciales no


parecen ser suficientes para permitir el desarrollo de seres complejos como el
hombre (“animales bidimensionales sobre una tierra unidimensional tendrían que
trepar unos sobre otros para adelantarse. Si una criatura bidimensional comiese
algo no podría digerirlo y tendría que vomitar los residuos por el mismo camino por
el que se los tragó, ya que si hubiese un paso a través de su cuerpo dividiría a la
criatura en dos mitades separadas.

Bases biológicas de la función

Al ser la orientación una función que es en específico dependiente de la estructura


de la conciencia, el soporte biológico es el mismo de esta.

La identificación de las coordenadas de espacio y tiempo dependen del


aprendizaje, principalmente de la función de memoria. El sistema tálamo cortical
relaciona de manera sincrónica las propiedades del mundo externo, referidas por
los sentidos, con las motivaciones y memorias generadas
internamente[ CITATION Her13 \l 9226 ].

El cerebro puede “medir el tiempo” mediante la actividad de la corteza prefrontal


dorsolateral, que es la misma corteza involucrada en el registro de memorias de
trabajo con lo cual se integran en la misma estructura el “timing cognitivo” y la
memoria, estando los dos procesos mediados por la dopamina La amígdala es
activada en situaciones de miedo, estrés, o en circunstancias de alta emotividad;
influye en el registro subjetivo del paso del tiempo “enlentecido” que se registra
como “en cámara lenta”, cuando tales condiciones emocionales están presentes.
El principal marcapasos circadiano está ubicado en el núcleo supraquiasmático del
hipotálamo.
Los ciclos de luz son fundamentales para la organización del tiempo. Sin embargo,
el tiempo como concepto, es una construcción cerebral, es decir, es la forma como
el cerebro aprende a registrar la sucesión de estímulos que generan imágenes
mentales, las cuales constituyen los diferentes “acontecimientos” que va
registrando.

Una dificultad que tiene que sortear el cerebro es cómo correlacionar la “duración”
de los eventos, con la “simultaneidad” con la que se presentan, y en últimas, “con
la sucesión” (con el orden: primero unos, después otros) con el que registre las
diferentes “memorias” de experiencia y de sucesos.

Otra dificultad que se le plantea al cerebro está representada en la forma con la


cual “corrige” las diferentes velocidades con las que viajan los diferentes estímulos
simultáneos que registran los órganos de la percepción, según el canal perceptivo
elegido: los estímulos visuales (ondas físicas de luz) viajan vía axónica, a una
velocidad superior que los estímulos auditivos (ondas físicas de sonido).

Si un estímulo tiene componentes visuales y auditivos, que emanan “al mismo


tiempo” de una misma fuente, el cerebro los registrará según sea el orden de
llegada de los estímulos cerebrales: primero lo harán los de luz, luego los de
sonido. En ese momento, el cerebro realiza su tarea de “sincronía de luz y sonido”,
aprovechando la función de “ventana”, que permite que los estímulos registrados
con una variación de tiempo inferior a una décima de segundo sean “arrastrados”
como una unidad, y el cerebro los interprete como “simultáneos”[ CITATION Her13
\l 9226 ].

En otras palabras, un “ahora” sensorial puede ya haber sucedido cuando la


conciencia registra el “ahora”. En síntesis, el concepto cerebral de “tiempo” implica
no solo el registro de la duración de los estímulos en sí mismos y el tiempo que
demoran en ser registrados corticalmente, sino también la activación de las
memorias del registro cerebral del orden en el que ocurren los sucesos, y la
simultaneidad con la que “corrige” las demoras debidas a las cualidades
sensoriales de cada uno de los estímulos percibidos.
Un problema adicional está representado en el cómo el cerebro aprende a “viajar
en el tiempo” (mental), con memorias (experiencia previa de pasado), y con
predicciones (imágenes de preexperiencia de futuro). Este logro humano está
relacionado con la actividad de los córtices occipitotemporal, temporoparietal y
anteromedial temporal, activados en diferentes periodos de tiempo y destinados a
la formación de mapas mentales básicos para la elaboración de mapas de
predicción.

Funcionamiento psicológico normal en la vida cotidiana

La orientación alopsíquica es la que nos permite saber con claridad en dónde


estamos ubicados en un momento determinado, y correlacionar esta ubicación y
este tiempo con otras ubicaciones y otros tiempos. Nos permite saber sin mayores
validaciones externas si es de día o de noche, si estamos a comienzos, mediados
o fin de año, si el sitio en el que estamos es el de trabajo, recreo o en el hogar y
que el hoy es distinto del ayer y del mañana[ CITATION Her13 \l 9226 ].

La orientación autopsíquica es la que nos permite vivenciarnos como Yo único, y


como punto de referencia para entender las ubicaciones de otros objetos (No Yo)
como entidades diferentes del Yo, ubicadas a su vez en determinados espacios y
tiempos, es decir, la orientación autopsíquica es la que permite lograr la identidad
y la continuidad del Yo.

La capacidad de organizar el comportamiento adecuándolo al tiempo que


corresponda, y de extrapolar planes o comportamientos en el tiempo, es una
función de los lóbulos frontales, cuyo daño explica la incapacidad para hacer
planes organizados en el tiempo y para anticipar (acción futura) las consecuencias
de dichas acciones. Los lóbulos frontales son entonces el mecanismo por el cual
el organismo se libera del pasado y se proyecta en el futuro, pues dotan al
organismo de la capacidad de crear modelos neurales de cosas, como
prerrequisito para hacer que estas sucedan, “modelos de algo que todavía no
existe”, pero que uno quiere traer a la existencia, al menos en la mente.
Psicopatología

En forma fisiológica, la fatiga, la somnolencia, la apatía, pueden modificar la


función de orientación. Ciertas condiciones psicopatológicas pueden alterar la
vivencia de percepción del tiempo: depresión, euforia, manía. En el paciente
psicótico junto con la desorganización global del funcionamiento psicológico puede
tenerse la sensación subjetiva de más de una temporalidad simultánea, e incluso
de una atemporalidad, la cual es además característica del proceso primario de
pensamiento. La percepción del espacio generalmente está alterada en las fobias
(agarofobia, claustrofobia)[ CITATION Her13 \l 9226 ].

La orientación alopsíquica se pierde en el Síndrome Confusional del cual es


patonogmónica. Al sujeto le es imposible determinar en qué sitio está, reconocer el
entorno, con dificultad puede reconocer vagamente a personas conocidas, no
sabe cuál es la fecha exacta, etc. Es muy frecuente en los síndromes
demenciales. La orientación autopsíquica se pierde cuando hay estrechamiento
grave del campo de conciencia, pero si la estructura de la conciencia está
indemne y hay desorientación, entonces la causa probable es psicógena.

Formas de exploración y detección

En los cuadros clínicos psiquiátricos es muy importante valorar esta función en


forma adecuada, pues ello puede constituirse en un indicador que permite
identificar cuándo una patología mental es más probablemente de causa orgánica
y cuándo de causa psicógena.

El examen físico (neurológico incluido) es obligatorio en pacientes desorientados,


pues permite identificar el cuadro clínico y orienta sobre la etiología del mismo. El
examen mental, a través del interrogatorio adecuado y la observación de la
conducta global del paciente, generalmente valida los hallazgos del examen físico.

Es necesario señalar que la cualificación de desorientación en psicopatología hace


referencia no a un momento circunstancial o pasajero, sino a la dificultad reiterada
para lograr rápidamente dicha orientación. Por ejemplo, al acabar de despertar de
un sueño, es normal tener durante unos segundos la sensación de no reconocer
dónde se está, ni qué día es, o incluso no saber la hora.

Son psicopatológicos cuando en la vigilia no es posible lograr dicha orientación y


esta dificultad acarrea traumatismos en el funcionamiento psicológico o en la
normal adaptación al medio. El perfil de la visión del tiempo de un suicida es, a
diferencia de uno no suicida, de alto interés en el pasado expresado a través de
nostalgia u obsesión, escaso y negativo interés por el presente y mínimo o nulo
interés por el futuro[ CITATION Her13 \l 9226 ].

Trastornos de la orientación

Deben valorarse los distintos campos de la orientación[ CITATION Fra11 \l 9226 ]:

 Respecto al lugar.
 Respecto al tiempo.
 Respecto de la propia persona: Se refiere a la conciencia sobre la unidad,
la continuidad y la identidad de cada uno.
ATENCIÓN

La atención es la función psicológica que permite focalizar, identificar y retener


estímulos relevantes en el campo de conciencia. Es la condición de la claridad de
la vivencia1 y también parte del “filtro” psicológico que nos permite, dentro de la
infinidad de estímulos a los que continuamente estamos expuestos, ignorar unos,
captar otros y mantener una actitud receptiva según intereses y
motivación[ CITATION Her13 \l 9226 ].

Es también una función dependiente de la función de conciencia, de tal manera


que si la conciencia está alterada, también se altera la atención. A su vez, la
atención puede estar alterada sin que haya alteración del estado de conciencia. A
través de la atención, del interés que ponemos, facilitamos la captación de la
información y el proceso de aprendizaje. Sin atención no se aprende, ni se
recuerda.

En un sentido opuesto, la fatiga, la repetición en forma de rutina y como hábito, la


desmotivación y la depresión hacen que se “pierda” la atención, y en
consecuencia, en la práctica se produzca “un alejamiento” de los estímulos y por
ende “de la realidad circundante”, a diferencia de lo que ocurre cuando el cerebro
está expuesto a estímulos novedosos (llamativos), nuevos o diferentes, que
focalizan la atención en los estímulos procedentes de esa realidad.

Bases biológicas de la función

La atención es propia del estado de vigilia y depende del funcionamiento de la


corteza cerebral, del sistema activador reticular ascendente y descendente y de
porciones frontales del cerebro. Cuando alguno de ellos está alterado, el sujeto no
puede focalizar su atención y en consecuencia aparece distraído.

En general, hay activación de regiones frontales temporales y parietales


prefrontales en relación con aspectos específicos de la atención[ CITATION
Kol851 \l 9226 ]. Por ejemplo, en el mantenimiento de la atención se activa
principalmente el lóbulo frontal derecho.
En la actividad de la función de “reorientación” de la atención están involucradas
estructuras de la corteza prefrontal y frontoparietal ventral, activadas desde el
locus coeruleus, mediante la intervención del sistema noreprinefrínico[ CITATION
Cor08 \l 9226 ]. La más consistente anormalidad estructural en el desorden de
déficit de atención con hiperactividad es el reducido tamaño del vermis
cerebelar[ CITATION Tei02 \l 9226 ].

Funcionamiento psicológico normal en la vida cotidiana

La atención es fundamental en los procesos de aprendizaje y en el funcionamiento


adecuado de todas las funciones cognitivas, cuyos prerrequisitos son el estado de
alerta y la calidad del estímulo.

La atención se desarrolla en las primeras semanas de vida, en forma involuntaria,


para evolucionar posteriormente a una modalidad activa y voluntaria. Esto quiere
decir que hay básicamente al menos dos modalidades de atención que funcionan
a un mismo tiempo: una atención voluntaria o activa (dirigida de manera voluntaria
a estímulos seleccionados y voluntariamente mantenida en el campo de
conciencia) y una atención involuntaria o automática, o pasiva (no dependiente de
la voluntad)[ CITATION Her13 \l 9226 ].

Por otra parte, hay una atención que se focaliza por periodos breves de tiempo y
que sirve para localizar e identificar objetos, una atención sostenida en un lapso
mayor de tiempo y que al estar dirigida al objeto permite apreciar sus atributos y
otros detalles y localizaciones, y una atención más selectiva, como ya se anotó,
que se mantiene durante un periodo mayor de tiempo.

La atención, además, permite identificar atributos de cada cosa que vemos; en


cada una de ellas hay una multitud de atributos (de forma, tamaño, color,
movimiento), por lo que son diferentes los bits neuronales de la corteza los que se
especializan en el manejo de uno solo de tales estímulos (forma con forma, color
con color).
La atención tiene tres características:

Volumen: es el conjunto de estímulos (señales) que se pueden mantener en forma


dominante en el campo de conciencia en un momento determinado.

Estabilidad: es la permanencia de ese conjunto de estímulos o señales con


carácter dominante, en el campo de conciencia, en varias unidades de tiempo.

Oscilación: es el carácter no estacionario del proceso, por el cual un conjunto de


estímulos o señales puede en un momento tener carácter dominante en el campo
de conciencia y en otro momento haber perdido tal carácter.

La atención está determinada por los estímulos y por el funcionamiento


psicológico del sujeto:

Los estímulos pueden ser: externos e internos. Hay condiciones propias del
estímulo, tales como la intensidad o fuerza (entre más intenso sea un estímulo
tiene mayor carácter dominante, y en consecuencia, capta la atención de forma
prioritaria); el tamaño (entre más grande, mayor carácter dominante), el
movimiento (preferible lo móvil a lo estático), y el contraste (la novedad del
estímulo es lo que lo hace dominante con respecto a otros estímulos, y esta
diferencia es la que capta la atención de forma prioritaria).

El funcionamiento psicológico emocional del sujeto es el que moviliza


principalmente a la atención voluntaria e implica tener en cuenta las necesidades,
los intereses y la motivación.

Psicopatología

Las alteraciones de la atención se denominan genéricamente disprosexias.

• En forma cuantitativa puede haber alteraciones por exceso o por defecto.

Las alteraciones cuantitativas por exceso se denominan hiperprosexias. En las


hiperprosexias la inundación de estímulos en unidad de tiempo hace que se pierda
selectividad y, en últimas, no se puede focalizar la atención en estímulos
determinados.

Las alteraciones cuantitativas por defecto se denominan hipoprosexias. En las


hipoprosexias el sujeto aparece desatento incluso para estímulos relevantes, o no
puede fijar la atención en ellos durante un tiempo significativo.

La aprosexia es la pérdida de la función. Se corresponde con la desatención total.

En forma cualitativa las alteraciones de la atención se corresponden con la


pseudoaprosexia, la cual es una falsa falta de atención detectable por un
observador externo.

Formas de exploración y detección

El grado de atención en las condiciones habituales de la consulta se aprecia en la


actitud que el paciente adopta, en los movimientos de la mirada, en la postura
corporal, en la concordancia en las preguntas y respuestas, en la fluctuación del
pensamiento y en el esfuerzo que realiza por mantener “el hilo” de la conversación
o la actividad.

En los casos en los que se detectan fallas de atención aparente, se puede


cuantificar la disprosexia con la aplicación de pruebas que miden la cantidad de
objetos que son claramente percibidos, así como evaluaciones de listados de
números, letras o dibujos en escalas previamente estandarizadas.

Dado que la falta de atención es inespecífica, tan solo indica la presencia de un


problema. Para el psiquiatra el significado de la falta de atención es equivalente al
de la tasa de sedimentación para el internista. Su importancia clínica se hace más
evidente cuando se combina con otros síntomas más específicos[ CITATION
Run03 \l 9226 ].
Alteraciones de la atención

Hablamos de hiperprosexia, hipoprosexia y aprosexia refiriéndonos al aumento,


disminución o abolición de la atención respectivamente[ CITATION Fra11 \l 9226 ].

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

Se inicia antes de los 12 años de edad.

Se caracteriza por una serie de alteraciones en el comportamiento Infantil. Los


síntomas se agrupan en tres clases:

1 Defecto de atención. El niño no se concentra. Le cuesta escuchar durante algún


tiempo, se distrae, pierde objetos, no acaba sus tareas.

2. Hiperactividad. Tienden a moverse continuamente, correr y saltar, les cuesta


Sin embargo aceptar la disoplina y organización deportivas.

3 Impulsividad. Actúan de forma apresurada, atropellándose, contestan sin dejar


terminar la pregunta, actúan Sin pensar, de manera a veces peligrosa, Sin asumir
nesgo. Son a menudo agresivos con sus compañeros.
Bibliografía

Corbetta, M. e. (2008). The Reorienting System of the Human Brain: From


Environment to Theory of Mind". in Neuron, 58(3), 306-324.

Franco, E. e. (2011). Psiquia. Amir.

Hernandez, G. (2013). Psicopatologia Basica. Bogota D.C.: Pontificia Universidad


Javeriana.

Kolb, L. (1985). Psiquiatría clínica. México D. F: Interamericana.

Rundell, J. W. (2003). Fundamentos de la psiquiatría de enlace. Bogotá: Licitelco


S.A.

Teicher, M. e. (2002). Early Maltreatment and the Neurobiology of Affective


Instability. in Abstract on Disk American Psychiatric Association (APA).

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