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La Big Data impacta tanto en la industria, como en el negocio y en la sociedad, por ese
motivo con su correcta utilización se crea una ventaja competitiva, es precisamente en
este campo donde las empresas encuentran un gran valor. Actualmente, los datos que se
generan son abismales convirtiéndose en un gran desafío para los sistemas de
almacenamiento y sin la adecuada interpretación, su análisis puede ser extremadamente
complejo. Por esta razón se debe elegir una infraestructura adecuada para poder agilizar
y consolidar las aplicaciones que se usan para la Big Data.
Para las empresas la Big Data se ha convertido en un activo crucial, dado que le otorgan
gran valor a los datos que analizan constantemente para así generar una mayor
eficiencia, desarrollar nuevos productos, mantener una excelente experiencia
personalizada con el cliente, pero también es una herramienta indispensable para la
ciberseguridad y detectar posibles intrusos o fraudes. Por todo lo anterior es que su
constante uso requiere de más almacenamiento y más potencia en la computación.
Ahora bien, es cierto que lo que conocemos como Big Data promete mucho, sin embargo
también se enfrenta a grandes desafíos. Si algo caracteriza la Big Data es su gran tamaño
y aunque se desarrollan nuevas tecnologías para el almacenamiento de datos, según
estudios el volumen de datos duplica su tamaño cada dos años. Por ese motivo las
organizaciones se esfuerzan por mantener el ritmo de crecimiento de sus datos y por
encontrar formas más eficientes de poder almacenarlos, aunque no basta con solo poder
almacenarlos, los datos deben poder utilizarse para que estos tengan algún valor. Para
eso deben ser relevantes para el usuario y poder organizarse de tal manera que permitan
un análisis significativo. Todo esto requiere una gran cantidad de trabajo por parte de los
Científicos de Datos que se encargan de seleccionar y preparar los datos que puedan
utilizarse.
Podemos entender que se está produciendo una avalancha de datos, por lo que se debe
emprender acciones para afrontar ese crecimiento exponencial de la información. Los
expertos deben precisar qué tipo de infraestructura, que sea escalable de forma masiva,
es capaz de responder con flexibilidad a este crecimiento. La experiencia en entornos con
gran cantidad de datos demuestra que siempre que se necesitan grandes volúmenes de
datos en el entorno de Petabytes, con un rendimiento escalable de forma lineal, las
infraestructuras convencionales de almacenamiento llegan rápidamente a sus límites.
Para poder desarrollar aplicativos de Big Data y analítica, es necesario que los entornos
se configuren a escala Petabay. Pero no solamente eso, ya que los sistemas de Big Data
no son un proceso lineal se debe poder incrementar o disminuir la densidad. Igualmente
ante los grandes conjuntos de datos, las pesadas aplicaciones de analítica y la constante
demanda de resultados en tiempo real, el rendimiento del almacenamiento es algo clave
en lo que se trabaja, ya que los grandes conjuntos de datos que se generan son
abrumadores y a veces sobrepasan la capacidad de almacenamiento.