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Ensayo expositivo independencia en el contexto nuestro americano

La influencia de José Martí en las ideas humanistas y libertarias que han aportado a configurar la
identidad latinoamericana, hacen pertinente analizar su pensamiento en el ensayo "Nuestra
América" (1891).Se tiene por objetivo interpretar el sentido metafórico de fragmentos escogidos
de esta obra, en el contexto político- cultural en que fue escrita.Tal contexto orienta indagar la
concepción simbólica de su prosa, en torno a tres tópicos que se advierten como centrales: i. La
lucha por la independencia; ii. La amenaza del imperialismo norteamericano; iii. Los principios
éticos y políticos.La interpretación de fragmentos asume la perspectiva metahistórica planteada
por H. White 1992, mediante relacionar el momento histórico de la narración martiana, con el
terreno poético y político con que construye el discurso literario.En ámbito de la crítica literaria y
la pedagogía, se plantea responder las siguientes preguntas: ¿constituye el lenguaje poético una
vía para descubrir el pensamiento histórico del siglo XIX?; el enfoque crítico: ¿favorece la
comprensión y valoración de las obras, en su contexto político- cultural?El análisis cualitativo del
sentido metafórico de los fragmentos de "Nuestra América", permitió reconocer la profundidad
ética y política el pensamiento de Martí, del que se desprende una clara exhortación a que el
hombre latinoamericano crea en sí mismo y en lo suyo, marche unido, y luche por la libertad para
que pueda tener una vida plena.

"Nuestra América" es uno de los ensayos más importantes de la literatura cubana, que se publica
por primera el año 1891 en la "Revista Ilustrada" de Nueva York y en el diario mexicano "El Partido
Liberal", y ha trascendido como documento histórico, aun hasta nuestros días.

Toma por evidencia la realidad histórica de la América Latina del siglo XIX, para exponer la
dualidad que confronta el hombre de la época: su naturaleza material (como ser social, de trabajo
e intereses por satisfacer); y su conciencia espiritual (de libertad, anhelo de justicia y de verdad).

Su forma elocutiva corresponde a la prosa expositivo conceptual, mediante la cual reflexiona "…el
análisis crítico de una situación histórica determinada y, a partir de allí [formula] propuestas para
el cambio social, todo lo cual determina el uso de un lenguaje referencial, pero su tejido verbal
está empapado de lenguaje expresivo, potenciado connotativamente por la carga poética."[1]

El contexto político de este ensayo queda de manifiesto ya en su título, por cuanto alude a una
concepción de "nuestra" América, desde la apropiación del concepto que releva la importancia de
distinguirnos de la otra América: la anglosajona. El título también sugiere la construcción conjunta
de la identidad cultural de los países latinoamericanos, haciendo un llamado a la unidad para
consolidarla.El análisis global del ensayo, permite distinguir tres tópicos principales:

1. La lucha por la independencia: de la corona española, para lo que exhorta a los lectores a luchar
por liberarse de su yugo.

2. La amenaza del imperialismo norteamericano: insta reflexionar ante la amenaza expansionista


del imperialismo norteamericano, motivando a la acción de impedirlo3. Los principios éticos y
políticos: resultan ser una alusión central y transversal en esta obra. La invitación a la lograr la
unión que permita recuperar la soberanía de los pueblos latinoamericanos contra los opresores
foráneos, se hace desde una profunda concepción ética y moral de la vida.

Cada uno de estos tópicos permite comprender el pensamiento martiano, el que examinamos
desde la perspectiva metahistórica de White, a fin de descubrir la relación del contexto político-
cultural y la representación metafórica manifiesta en "Nuestra América".

La comprensión y explicación del sentido metafórico de los distintos fragmentos que se analizan,
orientan dar respuesta a las interrogantes que conducen el análisis presentado, tras lo cual se
exponen las conclusiones, así como la bibliografía consultada para la realización de este trabajo.

Marco referencial

De acuerdo a White, el relato histórico –a diferencia del de ficción- se caracteriza por hacer
referencia a hechos reales, propios de la literatura histórica. En este contexto, la perspectiva
metahistórica permite seguir el progreso del relato historiográfico, desde un punto de vista
poético-literario.

Para este autor, el lenguaje que articula el pensamiento manifiesto en el texto, propicia develar los
fundamentos que conforman lo que denomina "conciencia histórica". Tal conciencia se enmarca
en un proceso histórico particular, que puede analizarse mediante:"… la teoría de los tropos [por
cuanto] proporciona los elementos claves para el análisis de los modos dominantes en que el
pensamiento histórico toma forma y se transforma."[2]

En la obra de Martí, esta conciencia adquiere una importante carga ideológica, y se materializa en
la estructura del relato, desde su relación con el contexto político- cultural convulso, que enmarcó
la América Latina de 1891. Reparar en este contexto para establecer el análisis, permite: "…ubicar
cualquier acontecimiento en el mapa contextual de su acontecer [lo que] localiza la especificidad
de cada uno de los sucesos…en el momento histórico considerado." [3]

En relación a las transformaciones sucedidas durante el siglo XIX, si bien las lecturas pueden ser
muchas, desde un ejercicio teórico crítico, utilizamos la interpretación metafórica como vía para
determinar la concepción simbólica del momento político- cultural manifiesto en esta obra, por
cuanto, la metáfora constituye un recurso estético que permite identificar la experiencia de
mundo en relación a fenómenos que pueden ser identificados por su semejanza o diferencia, con
otros. La explicación de dichas metáforas permite reflexionar sobre el pensamiento histórico de la
época, y a la vez, abre posibilidades para valorar la vigencia del pensamiento martiano en el
contexto actual.
Para conducir el análisis, se seleccionan fragmentos en torno a los tópicos ya mencionados, los
que comentan su lenguaje simbólico desde las perspectivas señaladas; tal como se expone en el
próximo apartado.

Análisis del corpus

La obra se divide en doce párrafos, mediante los cuales se expone el ideario moral, social y político
de José Martí, en torno a la liberación integral y definitiva del continente, como se revela en los
siguientes tópicos:

De la lucha por la independencia

El ensayo se inicia con una exhortación a los pueblos que continuaban en sujeción a la corona
española: "Lo que quede de aldea en América debe despertar. Estos tiempos no son para
acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas de almohada…" (párrafo 1). [4]Aunque
inmediatamente aclara que las "armas" no son literales, sino "armas del juicio [por cuanto] vencen
a las otras." La importancia de generar un pensamiento propio, como vía para resistir ante el
dominador queda de manifiesto con los siguientes enunciados: "Trincheras de ideas valen más que
trincheras de piedra." (Ibíd) y "No hay proa que taje una nube de ideas" (párrafo 2).

Ante la necesidad de levantar una política autóctona para conseguirlo, declara: "…el buen
gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que
sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto…" (párrafo 4).

Respecto de la marginación de los indios y la lucha contra la Iglesia (dada su posición


tradicionalista y conservadora), en el camino de dejar de ser colonia, el autor se pregunta: "¿en
qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América,
levantadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea del libro con el cirial, sobre los
brazos sangrientos de un centenar de apóstoles?" (párrafo 4).

Al señalar la estrategia que debía seguirse para lograr la defensa de la cultura e historia de los
pueblos latinoamericanos, declara: "Injértese en nuestras Repúblicas el mundo; pero el tronco ha
de ser el de nuestras repúblicas" (párrafo 6).

Martí también señala que la lucha para consolidar la independencia por conquistar, involucra
acoger la diversidad: "…si la república no abre los brazos a todos y adelante con todos, muere la
república" (párrafo 10). De esta manera destaca el compromiso con los marginados: "Con los
oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos
de mando de los opresores" (párrafo 8).

Finalmente, hace referencia a la actitud y las tareas que tenía ante sí la juventud latinoamericana
para avanzar su propia independencia cultural, política y social: "Cuando aparece en Cojímar un
problema [aludiendo a una localidad cubana], no van a buscar la solución a Danzig [ciudad que en
la época en que se escribió el ensayo, era Alemana]. Los jóvenes de América se ponen la camisa al
codo, hunden las manos en las masas, y la levantan como la levadura de su sudor. Entienden que
se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase para esta
generación" (párrafo 10).

De la amenaza del imperialismo

Martí refiere como "gigante de siete leguas" al imperialismo estadounidense y a los nacidos en
América como "los árboles que han de ponerse en fila" (párrafo 2), para oponer resistencia a su
yugo, con valor y determinación.

Asimismo, describe la posición que deberían asumir quienes denomina "América mestiza" y los
"pueblos de pierna desnuda" (párrafo 7), frente a la presencia de su poderoso vecino del norte,
señalando: "El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra
América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca
pronto, para que no la desdeñe" (párrafo 11).

También refiere a América del Norte como "el tigre" (párrafo 8) y "el pulpo" (párrafo 11)
representaciones que vinculan a esta nación, por una parte, con las características de un
depredador avieso, y por otra, con un animal voraz, de muchos brazos.

Para garantizar la defensa ante tamaño invasor, Martí declara: "Los pueblos han de tener una
picota para quienes les azuzan a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad"
(párrafo 11). Con esto último refiere a "Los pensadores canijos, los pensadores de lámparas,
enhebran y recalientan las razas de librería…" (párrafo 12) y advierte: "Peca contra la Humanidad
el que fomente y propague la oposición y el odio entre las razas" (párrafo 12).

Finalmente, hace un llamado a la grandeza cuando sentencia: "No ha de suponerse, por antipatía
de aldea, una maldad ingénita y fatal al pueblo rubio del continente, porque no habla nuestro
idioma, ni ve la casa como nosotros la vemos, ni se nos parece en su lacras políticas, que son
diferentes a las nuestras" (párrafo 12) añadiendo que "el estudio oportuno y la unión tácita y
urgente del alma continental" resulta fundamental y necesaria para lograr la unidad
latinoamericana de la "América trabajadora"; la "América nueva" (Ibíd.).

De los principios éticos y políticos

Este tópico concita nuestra mayor atención, debido a que plantea desafíos que aún resultan
vigentes, como se expone en el llamado a la conciencia con que ha enfrentarse el momento
histórico, al declarar: "Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que viven en el aire […] es la hora
del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las
raíces de los Andes" (párrafo 2).

Martí critica a quienes mantienen prejuicios raciales diciendo: "¡Estos nacidos en América, que se
avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la
madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades!" (párrafo 3) y más adelante
advierte: "No hay odio de razas, porque no hay razas" (párrafo 12).

Respecto del valor necesario para cambiar el estado de las cosas, declara: "Los que no tiene fe en
su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta valor a ellos, se lo niegan a los demás"
(párrafo 3) y más adelante señala que esta fe en lo nuestro, debe manifestarse en la capacidad de
innovar: "El vino, de plátano: y si sale agrio, ¡es nuestro vino! (párrafo 10).

Asimismo, destaca la necesidad de profundizar en el estudio de la Historia de América, por cuanto


el conocimiento de nuestros orígenes orienta la clave para entender nuestra esencia y defenderla
con orgullo. Así lo sugiere: "La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La
historia de América, de los incas de acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los
arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más
necesaria" (párrafo 6).

Martí amonesta a "los hombres naturales" a conocerse y cultivarse, porque: "La masa inculta es
perezosa, y tímida de las cosas de la inteligencia" (párrafo 6). Y da la clave: "Conocer el resolver"
porque "Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de
tiranías" (Ibíd). Por lo que para resolver las problemáticas, recomienda: "El premio de los
certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en
que se vive" (Ibíd), lo que resulta urgente y necesario, por cuanto: "Resolver el problema después
de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos" (Ibíd).
Respecto a las formas de gobierno, Martí insiste en el valor del conocimiento, pero no uno
meramente cognoscitivo, sino activo y situado: "…conocer los elementos verdaderos del país
[para] derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos. Gobernante, en un pueblo
nuevo, quiere decir creador" (párrafo 5). Lo anterior resulta vital para generar la igualdad y el
beneficio colectivo, que se materialice en: "…aquel estado apetecible donde cada hombre se
conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el
pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas" (párrafo 4).

Al terminar el ensayo, Martí desliza: "Pensar es servir" (párrafo 12). Desde una perspectiva
política, tal sentencia llama a la acción, de manera de no: "…esconder los datos patentes del
problema que puede resolverse [la liberación del continente], para la paz de los siglos, con el
estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental" (Ibíd.).

Conclusiones

Ante las preguntas que orientaron el curso de este artículo, a saber: i. ¿Constituye el lenguaje
poético una vía para descubrir el pensamiento histórico del siglo XIX?; ii. El enfoque crítico:
¿favorece la comprensión y valoración de las obras, en su contexto político- cultural? , se debe
señalar:

En el ámbito de la crítica literaria, la perspectiva metahistórica se constituyó en valioso recurso


para recoger los matices de una obra documental como "Nuestra América", tanto desde su
objetivo contexto político- cultural, como desde su concepción simbólica.

La reflexión crítica de los hechos y fenómenos históricos que enmarcaron la América latina del
siglo XIX, se favorece desde el análisis del lenguaje poético-narrativo con que José Martí construye
sus representaciones.

En ámbito de la pedagogía, el análisis del sentido metafórico de los fragmentos seleccionados,


permitió reconocer el espesor ético y político del pensamiento de Martí, del que sus constantes
exhortaciones a generar un pensamiento latinoamericano crítico, mantienen plena vigencia.

Sólo nos resta señalar que la narrativa de Martí invita a constituirse en lectores activos. En ese
sentido, el análisis propuesto representa una particular lectura en estos términos, por cuanto
dimensionar la profundidad valórica y humanista de "Nuestra América", queda abierta a cada
lector.
Referentes bibliográficos

GUADARRAMA G, Pedro. José Martí y el Humanismo en América Latina. Colombia. Colección


Confluencias. Edición del convenio Andrés Bello Unidad Editorial. Cap. "Martí y la
conceptualización latinoamericana de humanismo", [online], 2003 [visitado 2013-10-05] pp. 93-
113. Disponible en: http://books.google.cl

LAGMANOVICH, David. "Lectura de un ensayo: "Nuestra América" de José Martí". En: Nuevos
asedios al modernismo. Ed. Iván Schulman. Madrid: Taurus, 1987. 235-245. Impreso

MARTÍ, José. Nuestra América. Barcelona (España), Biblioteca Ayacucho, 2ª edición, 1985, t. XV.
Impreso

Nuestra América es un ensayo filosófico y político escrito por el cubano José Martí en 1891. Su
forma elocutiva básica es la de la prosa expositiva conceptual. De ese modo, por su condición
genérica, se apoya en un discurso reflexivo.

Título[editar]

El título del ensayo de Martí obedece a un llamado a la unión entre los pueblos
hispanoamericanos, como una forma de reapropiación y distinción del nombre América, de
la América anglosajona. Martí «niega a los norteamericanos el derecho a reivindicar para sí solos
el nombre de América, como han tenido la tendencia a hacer desde el tiempo de George
Washington».3 El título también sugiere una reapropiación de identidad de la cultura de los países
hispanoamericanos, como una forma de resistencia al neoimperialismo estadounidense
principalmente y como gente se avergüenza de su país.

Temas[editar]

Se destacan tres temas principales: una invitación a la unión y la soberanía entre los pueblos
latinoamericanos, una llamada a la lucha de independencia contra la corona española y un
despertar ante la amenaza del imperialismo norteamericano.

El ensayo comienza con un párrafo sentencioso y grave en el que se acotan como temas a) el
aldeanismo o regionalismo, b) los EE.UU., c) una incitación y arenga al ‘despertar’ latinoamericano
y d) a su unión. Martí llama a ser buenos latinoamericanos mediante el autoconocimiento,
restando diferencias, soterrando celos, estableciendo la justicia histórico-geográfica entre los
pueblos mediante la unión y resistencia ante las fuerzas imperialistas de los EE.UU. 4

Martí, «con mentalidad profética logra refutar la tesis derrotista de civilización (lo yanqui y/o lo
europeo) frente a la barbarie (lo genuinamente americano) [del] ya consolidado ideario de
Sarmiento asentado en muchos círculos intelectuales, dada la importancia del estadista
argentino».4 Martí invierte la dualidad sarmentiana al establecer: «No hay batalla entre la
civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza». 5
Respecto de las formas de gobierno, Martí considera que el primer requisito para gobernar las
repúblicas es el conocimiento de los diferentes elementos de cada pueblo, las fuentes de riqueza y
la producción natural de cada país, la disposición de las necesidades materiales y espirituales de
sus habitantes. El segundo requisito es abstenerse de intentar gobernar con leyes, constituciones
o sistemas políticos de países completamente diferentes. 6

El tigre de afuera[editar]

Cuando Martí habla del «tigre de afuera» alude al imperialismo estadounidense. El año en que fue
publicado, 1891, bordea el término del expansionismo de los EEUU. Ya en 1823 el
presidente James Monroe creó su doctrina, la Doctrina Monroe, que informaba a Europa que
cualquier injerencia en el continente americano sería interpretada como un ataque contra los
EEUU, efectivamente declarando a los EEUU como una policía mundial. Hacia 1840 los EEUU
adoptaban la doctrina del Destino Manifiesto, es decir que, según sus líderes políticos, la
expansión era aparente e inexorable. La aplicación de este modelo conducía a la intervención
estadounidense en México en 1846, la cual terminó con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, según el
cual México cedió algunos territorios a cambio de dinero. Poco después de la publicación de Martí,
la guerra hispano-estadounidense estalló en 1898, resultando en que los EEUU tomen control
sobre Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas. Teniendo estos factores en cuenta, es claro que la
amenaza más perturbadora para Latinoamérica era el país del norte, enfocado en expandir su
territorio. En el texto también se le hace referencia con otro nombre: «¡Los árboles se han de
poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!». Los árboles, los latinoamericanos,
necesitaban unirse en contra de la hegemonía que quería «pasar» y hacerse con las tierras del sur.

Estilo[editar]

Nuestra América entra en la línea del ensayo modernista que se destaca por la «necesidad de
impregnar la expresión de mayor lirismo y ánimo de erigir un nuevo lenguaje literario sobre los
mismos elementos estilísticos con que se compone la poesía modernista». 7 Por dicho motivo es
que Martí traspasa las fronteras entre el ensayo y la poesía al fundir en un solo nivel, lírico
experimental, las formas hasta entonces contrarias del discurso poético y el discurso de la prosa». 7

Nuestra América incorpora una gran dosis de lirismo, en extensos pasajes de una prosa
esencialmente poética y mediante en un lenguaje simbólico, para la exposición de su ideario
moral, social y político.8 Es decir, la lucha por la autonomía ideológica y la resistencia ante el
imperialismo estadounidense.

El estilo del presente ensayo se caracteriza por las acumulaciones de figuras retóricas,
multisensorialidad, musicalidad, naturaleza antitética entre otras. Asimismo «[l]a prosa martiana
-más que su verso- está saturada de figuras y elementos poéticos que luego el modernismo hará
suyos y popularizará hasta convertirlos en lugares comunes». 9 El estilo es ágil y las imágenes
diáfanas. El lenguaje que Martí utiliza es sonoro, vibrante y luminoso: «Una idea enérgica,
flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón
de acorazados», «el sable tinto en la sangre de sus mismas venas». En Nuestra América
encontramos por un lado una prosa poética arquitectónica y por el otro la sencillez del discurso
directo: «Lo que quede de aldea en América ha de despertar».

Estructura[editar]
Consta de «unas 3600 palabras, agrupadas en doce párrafos de longitud variable». 10 Su estructura
es tripartita y simétrica, y responde a la siguiente clasificación:

1. Anuncio del peligro (párrafos 1 y 2).

2. Análisis de las circunstancias en las que se presenta dicha amenaza (párrafos 3 a 10).

3. Visión profética de la superación de este peligro (párrafos 11 y 12). 10

Como plano intermedio la estructura verbal se caracteriza por la elevada presencia del futuro. La
estructura profunda del ensayo es totalmente simbólica: reside en la oposición de símbolos
procedentes del reino vegetal y del reino animal, específicamente el árbol y el tigre. El segundo se
refiere a la noción del peligro ya apuntada, el primero al ‘hombre natural’ que enfrenta ese
peligro. Asimismo por un sistema de transmutaciones donde estas imágenes confluyen en
distintos momentos del ensayo resolviéndose en un gran símbolo trascendente, 10 la del «Gran
Semí» regador de semillas.

Sistema conceptual[editar]

Sistema conceptual:

1. Antiimperialismo: definiendo el ‘imperio’ como el peligro que acecha a Latinoamérica


desde el Norte anglosajón.

2. Panamericanismo: unión de los pueblos latinoamericanos en defensa de sus intereses.

3. Defensa de los marginados: reconocimiento de la explotación y marginación de los


pueblos nativos de América, reconocimiento a su derecho a ser tomados en cuenta en el
gobierno de los países y defensa de los pueblos negros de América (javichos).

4. Pacifismo universalista: visión de la humanidad como un todo, rechazo de la fuerza en la


solución de conflictos y valoración del amor como medio de solución y encuentro.

5. Modernización: el necesario fin de la aldea colonial, el comienzo de un tiempo diferente


basado en el progreso social.

6. Necesidad de construir un instrumento ideológico propio: ideario panamericano distinto


de las fórmulas y soluciones que Europa (Francia, Alemania) y los Estados Unidos han
encontrado para su organización.

7. Sistema binario opositivo: naturaleza/sistemas políticos de las democracias europeas y


norteamericanas. Gobiernos creativos/importación de ideas, falsa erudición y tiranías.
Pueblos nativos/población de origen europeo.

8. Superación del par binario: fruto de esperanza para las repúblicas de América. 11

Resumen[editar]

Nuestra América se refiere al destino de los pueblos latinoamericanos:

“Los pueblos que no se conocen han de darse prisa por conocerse, como quienes van a pelear
juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma
tierra, o el de la casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que
sean una, las dos manos.”

Martí insiste en la unidad para poder enfrentar los peligros que tienen frente a ellos los pueblos
latinoamericanos:

“Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del
recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces
de los Andes.”5

También habla sobre las características que debían tener los gobiernos:

“El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de
gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio
de los elementos naturales del país.”5

Menciona además las características y la formación de los gobernantes:

"¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde
se enseñe lo rudimentario del arte de gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de
los pueblos de América?”5

Y después dice:

"En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la
política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de
los factores del país en que se vive.”

De igual forma, insiste en la necesidad de profundizar en el estudio de la Historia de América:

"La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los


incas de acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra
Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria.”

Al patentizar la estrategia que debía seguirse para lograr la defensa de la cultura e historia de los
pueblos latinoamericanos afirma:12

Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas." 5

Martí también analiza elementos de la Historia del continente, y destaca la importancia de la lucha
para consolidar la independencia por conquistar, y el compromiso con los marginados: “Con los
oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos
de mando de los opresores».5 También hace referencia a la actitud y las tareas que tenían ante sí
la juventud latinoamericana:

"Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en las masas, y la levantan
como la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear.
Crear es la palabra de pase para esta generación."

Asimismo, señala la posición que deberían asumir los pueblos latinoamericanos frente a la
presencia de su poderoso vecino del norte:
El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge,
porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la
desdeñe.”5

También menciona lo que es necesario que tuvieran e hicieran los pueblos para garantizar su
defensa: «Los pueblos han de tener una picota para quienes les azuzan a odios inútiles; y otra para
quien no les dice a tiempo la verdad». 5 Respecto a la raza Martí dice que «Peca contra la
Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio entre las razas». 5

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