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JURISPRUDENCIA

0 La d e s v i a c i ó n i r r a z o n a b l e d e l p r o c e s o c o m ú n a l i n m e d i a t o

CONLLEVA LA N U L ID A D A B S O LU TA

«Que, en consecuencia, se desvió al imputado del procedimiento legalmente

preestablecido, que es el común, derivándolo irrazonablemente al proceso inmediato. Se vulneró,


en tal virtud, el artículo 139, apartado 3, 2do párrafo, de

la Constitución, y al infringirse el artículo 466, apartado 1), literal a) del Código

Procesal Penal, se incurrió en la causal de nulidad prevista en el artículo 150,

literal d), del aludido Código. Ello determina a su vez que debe ser amparada

la causal de casación procesal establecida en el inciso 2) del artículo 429 del

Código citado. La nulidad incurrida por ser absoluta es insubsanable. No cabe

saneamiento ni convalidación, pues no se trata de una mera inobservancia de

las formalidades previstas en el Código, sino de una auténtica lesión al debido

proceso legal desde la perspectiva del procedimiento legal preestablecido que

determine una retroacción de actuaciones radical. Como no se trata de un mero

incidente de nulidad de actuaciones -que, por lo demás, ha de ser interpuesto

en la instancia respectiva-; y, dado que la pretensión impugnativa está dirigida

contra todo el procedimiento y, señaladamente, contra las sentencias de mérito,

lo que único que se exige es que se plantee adecuadamente como un motivo im-

pugnativo puntual -que es lo que se ha hecho-. Por lo demás, los efectos lesivos

del procedimiento incoado y de las sentencias emitidas son evidentes: plazos

breves, eliminación de fases procesales, y con ello la imposibilidad de articular

medios de defensa, con el tiempo razonable que requieren delitos no flagrantes».

(C fr. Considerando sexto). (Recurso de Casación N.° 842-2016-Sullana).


Nulidadabsolutaporfaltademotivación

«Esa falta absoluta de motivación en este punto trascendental, que determinó

la anulación de toda la sentencia de primera instancia, de por sí, toma ineficaz

la sentencia de vista. Se omitió un pronunciamiento necesario respecto de las

pretensiones impugnativas de uno de los apelantes sin la justificación corres-

pondiente. Se trata no solo de una infracción normativa, de las reglas de for-

mación de la sentencia, sino que causó indefensión material al otro imputado

recurrente puesto que su pedido de absolución no fue resuelto pese a que podría

desprenderse del propio fallo de vista que estaba en condiciones de un pronun-

ciamiento de mérito, aunque de resultado incierto. Es de aplicación el artículo

150, literal d), del Código Procesal Penal (nulidad insubsanable por vulneración

de la garantía de tutela jurisdiccional por falta de motivación de un tema esen-

cial e imprescindible del juicio -resolución judicial fundada en Derecho-); y, el

artículo 432, apartado 1), última frase, del mismo Código, que autoriza a esta

Sala de Casación a un pronunciamiento de oficio cuando se trata de nulidad

insubsanable —supuesto, por lo demás, que también se extiende a la infracción

de las reglas sobre presupuestos e impedimentos procesales, nunca a la creación

pretoriana de recursos impugnatorios de oficio o de extensión a otros puntos que

no tienen vínculo causal con lo que fue materia específica del recurso—». (Cfr.

Considerando tercero). (Recurso de Casación N.° 975-2016-Lambayeque).

0 La s a c t u a c i o n e s q u e g e n e r e n u n e s t a d o d e i n d e f e n s i ó n e n e l

PR O C ESO S O N N U L A S

«El derecho a la defensa comporta en estricto el derecho a no quedar en estado


de indefensión en ningún estado del proceso. Este derecho tiene una doble di-

mensión: una material, referida al derecho del imputado o demandado de ejercer

su propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento de que

se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y, otra formal, que

supone el derecho a una defensa técnica; esto es, al asesoramiento y patrocinio

de un abogado defensor durante todo el tiempo que dure el proceso (CU. STC

N.° 06260-2005-HC/TC). El derecho a no quedar en estado de indefensión se

conculca cuando a los titulares de los derechos e intereses legítimos se les im-

pide ejercer los medios legales suficientes para su defensa; pero no cualquier

imposibilidad de ejercer estos medios produce un estado de indefensión que

atenta contra el contenido constitucionalmente protegido del derecho, sino que

es constitucionalmente relevante cuando se genera una indebida y arbitraria ac-

tuación del órgano que investiga o juzga al individuo. Este hecho se produce

cuando al justiciable se le impide, de modo injustificado argumentar a favor

de sus derechos e intereses legítimos (Exp. N.° 0582-2006-PA/TC; Exp. N.°

5175-2007-HC/TC, entre otros) -el resaltado es nuestro-. El derecho de de-

fensa está regulado por distintos ordenamientos jurídicos en concordancia con

las normas contenidas en los Tratados y Convenios Internacionales; así, en el

numeral catorce del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política

del Estado de 1993, se establece como garantía de Administración de Justicia,

el no ser privado del derecho de defensa en cualquier estado del proceso. Los
numerales 1 y 3, literal b, del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos

Civiles y Políticos reconoce el derecho a contar con los medios adecuados para

la preparación de su defensa. En efecto: 1. “ [...] Toda persona tendrá derecho a

ser oída públicamente y con las debidas garantías [...] en la substanciación de

cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella [...]. 3. Durante el

proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad,

a las siguientes garantías mínimas: b) A disponer del tiempo y de los medios

adecuados para la preparación de su defensa y a comunicarse con su defensor

de su elección” . Asimismo, el artículo 8 numeral 1, y el literal “c” numeral 2

de la Convención Americana sobre Derechos Humanos también reconoce estas

garantías, así: “Artículo 8. Garantías judiciales. 2. Toda persona inculpada de

delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca

legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en

plena igualdad a las siguientes garantías mínimas [...] c. Concesión al incul-

pado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa” .

La “defensa procesal” como garantía fundamental es reconocida por el artículo

11 numeral 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, al expresar lo

siguiente: 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su

inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio

público en el que se hayan asegurado todas las garantías necesarias para su

defensa” . El “aseguramiento de todas las garantías necesarias para su defensa”

a la que alude la Declaración Universal de los Derechos Humanos, implica el

otorgamiento de los medios adecuados para la preparación de la defensa. El

Derecho de Defensa en el Código Procesal Penal está regulada por el art. IX del

Título Preliminar, estableciendo que: Toda persona tiene derecho inviolable e

irrestricto a que: - se le informe de sus derechos. - Se le comunique de inme-


diato y detalladamente la imputación formulada en su contra. -Ser asistido por

un abogado defensor de su elección o de oficio, desde que es citado o detenido

por la autoridad. -Se le conceda un tiempo razonable para que prepare su de-

fensa. —Ejercer su autodefensa material. —A intervenir en plena igualdad, en la

actividad probatoria y en las condiciones previstas por la ley. -A utilizar los

medios de prueba pertinentes. En el mismo artículo se especifica que el ejercicio

del derecho de defensa se extiende a todo estado y grado del procedimiento, en

la forma y oportunidad que la ley señala. Como se aprecia, el imputado tiene

derecho a defenderse desde que se le hace la imputación, con el inicio de las

primeras diligencias de investigación hasta la culminación del proceso penal y

siempre asistido de un defensor de su elección o defensor público; quien puede

informarse de los cargos, intervenir en las iniciales diligencias de investigación,

participar en las mismas, presentar pedidos, ofrecer la actuación de pruebas y

demás posibilidades que la ley le permite en igualdad de condiciones». (C fr.

Considerandos 36 a l 40). (Recurso de Casación N.° 413-2014-Huaura).

ElNulidadabsoluta

«(...) Es de precisar que el apartado uno del artículo cuatrocientos nueve del ci-

tado Código Procesal establece que la impugnación confiere al tribunal de revi-

sión competencia tanto para resolver propiamente los motivos del recurso como

para declarar de oficio la nulidad en caso de nulidades absolutas o sustanciales no

advertidas por el impugnante. En concordancia con este poder nulificante, el apar-

tado tres, literal a) del artículo cuatrocientos veinticinco del citado Nuevo Código

Procesal Penal establece que la sentencia de segunda instancia puede declarar la


nulidad, en todo o en parte, de la sentencia apelada y disponer que se remitan los

actuados al juez que corresponda para la subsanación a que hubiere lugar” [...] las

nulidades procesales están sometidas al principio de taxatividad (artículo ciento

cincuenta del nuevo Código Procesal Penal), en cuya virtud solo cabe declararlas

cuando lo autorice la ley procesal, y siempre que produzcan un efectivo perjuicio

cierto e irreparable o una efectiva indefensión. Esta última prevención no es sino el

- - reconocimiento del principio de trascendencia en materia de nulidades procesales,

por lo que se ha de requerir que el órgano jurisdiccional con su conducta procesal

menoscabe irrazonablemente el entorno jurídico de las partes privándolas, real y

efectivamente, de intervenir, de uno u otro modo, en el proceso o alterando el sis-

tema de garantías reconocidas por la legislación. Tal ineficacia, por lo demás, solo

puede declararse cuando es imputable, de modo inmediato y directo al órgano ju-

risdiccional, de modo que haga imposible que la parte afectada pueda utilizar en la

instancia los medios que ofrece el ordenamiento jurídico para superarla. El artículo

ciento cincuenta del nuevo Código Procesal Penal establece las causales de nulidad

absoluta, que por ser tales pueden ser declaradas de oficio. Un motivo específico es

la inobservanciá del contenido esencial de los derechos y garantías previstos por la

Constitución (literal “d” del citado artículo ciento cincuenta). Sin duda una de las

garantías específicas, compatibles con el principio de justicia material que exigen

los artículos cuarenta y tres cuarenta y cuatro de la Constitución y se incardina en

la garantía genérica del debido proceso (artículo ciento treinta y nueve, inciso tres,

de la Ley Fundamental), es la averiguación lícita que garantiza una sentencia justa

-el derecho material se realiza comprobando la verdad material-, lo que en modo

alguno se cumple cuando se asume una concepción de mera “justicia de procedi-

miento”, esto es, que se limite a garantizar la justicia de las condiciones de combate
entre las partes. Así las cosas, el artículo trescientos setenta y ocho, apartado siete

del nuevo Código Procesal Penal establece que “[...] En caso sea necesario se rea

lizará un debate pericial, para lo cual se ordenará [ . . Además, el apartado dos

del artículo ciento ochenta y uno del citado Código estipula que cuando existan

informes periciales discrepantes se promoverá, de oficio inclusive, un debate peri-

cial. Ambas normas, interpretadas sistemáticamente y con arreglo a los poderes de

esclarecimiento que el Código reconoce al juez, están destinadas a que los hechos

y su interpretación pericial se debatan y diluciden con toda amplitud, a fin de que

la decisión judicial sea todo lo justa que merecen la sociedad -por los intereses pú-

blico que están involucrados en el conflicto penal-, y las partes, en cuyo ejercicio el

juez no está limitado al pedido de estas últimas, sino a las exigencias de justicia que

dimanan de la materia controvertidas y cuya dilucidación le está encomendada. Así,

del tenor de la sentencia de vista, de su propia fundamentación, se advierte que no

es posible un fallo de mérito sin antes agotar el esclarecimiento en su ámbito cientí-

fico o pericial. El debate pericial, en estas condiciones, es inevitable; su pertinencia

y utilidad están plenamente justificadas. Por tanto, su ausencia vicia la sentencia

de primera instancia por sustentarse en pmebas diminutas y cuya responsabilidad

era ampliarlas con arreglo a una expresa autorización legal, lo que evita por cierto

vulnerar la garantía de imparcialidad judicial, el principio acusatorio y el derecho

de defensa”. [...] [L]a declaración de nulidad de la sentencia absolutoria de primera

instancia no inobservó los artículos ciento cuarenta y nueve y ciento cincuenta del
nuevo Código Procesal Penal. La necesidad de agotar el esclarecimiento de los

cargos objeto de acusación fiscal a través del correspondiente debate pericial tiene

sustento constitucional y legal. No se ha vulnerado por la tanto, la garantía genérica

del debido proceso, antes bien la anulación decretada afianza esa garantía y el prin-

cipio de justicia material [...] si bien se afirma la vigencia de los principios de taxa-

tividad y trascendencia en materia de nulidades procesales, es claro que cuando se

vulneran garantían supremas, entre ellas, la que fluye del principio de justicia ma-

terial que exige el debido esclarecimiento de los hechos acusados -en los estrictos

límites de las autorizaciones legales, como el presente caso-, es indispensable la

declaración de nulidad del fallo de primera instancia [...]». (C fr. Considerandos 11

al 14). (Recurso de Casación N.° 22-2009-La Libertad).

……………………………………

El Código Procesal Penal regula la nulidad siguiendo el criterio de distin-

ción de las nulidades en absolutas y relativas. El artículo 150 del CPP precisa

los defectos que se consideran esenciales, a saber: los concernientes a la in-

tervención, asistencia y representación del imputado o la ausencia de su abo-

gado defensor en caso de ser su presencia obligatoria; los concernientes al

nombramiento, capacidad y constitución de Jueces o Salas; los concernientes

a la promoción de la acción penal y a la participación del Ministerio Público

en las actuaciones procesales en las que su participación es obligatoria; y los

concernientes a la inobservancia del contenido esencial de los derechos y

garantías constitucionales. El resto de defectos de los actos procesales darán

pie solamente a nulidades relativas.

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