JUEGA

LIMPIO

El valor
educativo
y social
del deporte
 JUEGA
LIMPIO

El valor
educativo
y social
del deporte
 ÍNDICE
Este libro, auspiciado por la editorial Anaya Educación,
en edición no venal, está dedicado a la totalidad
de docentes y profesionales de los sistemas educativo
y deportivo españoles, a Juan Antonio Samaranch Torelló,
mentor e impulsor del olimpismo moderno, 6 PrEFACIO
y a José María Cagigal, intelectual y humanista Carlos Marchena González. Director de la División Educativa de Grupo Anaya

de la educación física y del deporte en España

8 Prólogo
María José Rienda Contreras. Secretaria de Estado para el Deporte

Dirección editorial: 10 la valiosa aportación del deporte en el ámbito educativo

Jorge A. Pimenta Román Alejandro Tiana Ferrer. Secretario de Estado de Educación
y Formación Profesional
Dirección del proyecto:
Francisco Javier Martín del Burgo Simarro

Equipo editorial:
Margarita Fernández Montijano, Manuel Andaluz Sánchez, 12 Fundamentos y enfoque educativo del juego limpio
Miguel Ángel Muñoz Sanjuán Francisco Javier Martín del Burgo Simarro. Director del proyecto Juega limpio

Diseño y gráficos:
RSONALIDAD
Patricia Gómez Serrano, Juan Carlos Quignon Alcedo, 18 I. LA FORMACIÓN DE LA PE
Miguel Á. Díaz-Rullo Roldán, Miguel Á. Castillejos Muñoz MEDIANTE EL DEPORTE
Maquetación:
Esperanza Hernández Astola 20 Capítulo 1 EL DEPORTE, FUENTE DE AUTOESTIMA
Olaia Abadía García de Vicuña, Antonio Segura Marrero

Corrección: 26 Capítulo 2 La superación personal

Sergio Borbolla Viejo Arturo Casado Alda

Edición gráfica: 36 Capítulo 3 El deporte, medio y catalizador para un fin

Eduardo Chozas Olmo, José Javier Hombrados Ibáñez
Nuria González Castillo, María del Mar Merino Cuadros
46 Capítulo 4 Esfuerzo y perseverancia en el rendimiento deportivo
Arturo Casado Alda
Ilustración:
Javier Ruiz Chaler
56 Voces del deporte
Jennifer Pareja Lisalde, Fermín Cacho Ruiz, Elisabeth Pinedo Sáenz

Los enlaces a las páginas web que aparecen en este libro han sido revi-
sados en la fecha de su impresión. La editorial no se hace responsable
de las modificaciones o las anulaciones que se produzcan en ellos con
posterioridad a dicha fecha.
58 El juego limpio, cimiento de nuestro porvenir
ANAYA JUEGO LIMPIO Código: 8490021 - ET034157 Ángel Felpeto Enríquez. Consejero de Educación, Cultura y Deporte
de la Junta de Castilla-La Mancha
© Del texto: Olaia Abadía García de Vicuña, Enrique Arnaldo
ociones
II. EDUCACIÓN DE LAs em
Alcubilla, José Manuel Beirán Lozano, José Ángel de la Casa
Tofiño, Arturo Casado Alda, Eduardo Chozas Olmo, Alberto Dorado 60
Suárez, María Dolores Fernández López, María Pilar García-
Vaquero Soriano, Julio González Ronco, Enrique Hernando
en EL DEPORTE
Barrio, José Javier Hombrados Ibáñez, Francisco Javier Martín del
Burgo Simarro, Ginés Meléndez Sotos, José Juan Robles Pérez,
Fernando Romay Pereiro, Emelina Santana Páez, Antonio Segura 62 Capítulo 5 La tensión competitiva
Marrero, José Luis Terreros Blanco, Theresa Zabell Lucas, 2018. José Manuel Beirán Lozano, Fernando Romay Pereiro

Capítulo 6
© Del conjunto de esta edición: GRUPO ANAYA, S. A., 2018
C/ Juan Ignacio Luca de Tena, n.º 15 - 28027 Madrid 68 Saber ganar y saber perder
Eduardo Chozas Olmo, José Javier Hombrados Ibáñez
ISBN: 978-84-667-6238-0 - Depósito Legal: M-22545-2018 - Printed
in Spain.
80 Capítulo 7 el valor formativo de la victoria
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido José Juan Robles Pérez
por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las
correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes
reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo
o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación,
92 Voces del deporte
interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte María Luisa Cabañero Sánchez de León, Jorge Resurrección Merodio «Koke»,
o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. Natalia Pablos Sanchón

EDICIÓN NO VENAL. PROHIBIDA SU VENTA

 94 Un objetivo compartido 192 olimpismo y juego limpio
Rafael van Grieken Salvador. Consejero de Educación e Investigación Alejandro Blanco Bravo. Presidente del Comité Olímpico Español (COE)
de la Comunidad de Madrid

III. El deporte 194 V. valores

DEl dePORTE
96
y la salud
Capítulo 19 El respeto a las reglas en el deporte
Capítulo   8
196
98 Alimentación y rendimiento deportivo Enrique Arnaldo Alcubilla

Capítulo 20
María Dolores Fernández López
202 El respeto al adversario, al diferente, al otro
106 Capítulo   9 El deporte como garantía de salud Julio González Ronco
José Luis Terreros Blanco
212 Capítulo 21 La participación, esencia del deporte
114 Capítulo 10 Tolerancia cero con el dopaje
Theresa Zabell Lucas

María Pilar García-Vaquero Soriano 218 Capítulo 22 Los valores del deporte en la vida diaria
José Manuel Beirán Lozano, Fernando Romay Pereiro

120 Voces del deporte 224 Voces del deporte

Patricia Herrera Hernández, Cristina Medem Seghers, Gema Victoria Hassen-Bey González, Javier Alberola Rojas, Marta Arce Payno
Rafael Pascual Cortés

226 EDUCAR PARA EL JUEGO LIMPIO EN LAS AULAS

122 El deporte como escuela para la vida Fernando Rey Martínez. Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León

Alberto Gómez Barahona. Rector de la Universidad Isabel I

y jurídicos
228 VI. fundamentos éticosiva
IV. LA socialización de la práctica deport
124
MEDIANTE EL DEPORTE
230 Capítulo 23 El fomento del deporte en la Constitución española
Enrique Arnaldo Alcubilla

126 Capítulo 11 El papel del entorno en el deporte 236 Capítulo 24 Los principios éticos de la Carta Olímpica
María Dolores Fernández López Theresa Zabell Lucas

134 Capítulo 12 Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente 242 Capítulo 25 Los derechos de la infancia y el deporte
Enrique Hernando Barrio, Alberto Dorado Suárez Emelina Santana Páez

148 Capítulo 13 Deporte, inclusión y amistad 248 Capítulo 26 El fomento del juego limpio por la Unesco
Julio González Ronco Olaia Abadía García de Vicuña, Antonio Segura Marrero

156 Capítulo 14 El fomento de hábitos de sociabilidad

Enrique Hernando Barrio, Alberto Dorado Suárez 252 Voces del deporte
164 Capítulo 15 Coeducación e igualdad mediante el deporte Nohemí Gómez-Pimpollo Morales, Marcial Marín Hellín, José Ramón Lete Lasa,
Juan Antonio Samaranch Salisachs, Javier Lozano Cid, Ana Rossell Granados,
Olaia Abadía García de Vicuña, Antonio Segura Marrero David Aganzo Méndez, Julián García Angulo

168 Capítulo 16 Una educación multicultural por medio del deporte

Enrique Hernando Barrio, Alberto Dorado Suárez

176 Capítulo 17 El juego limpio en el fútbol base

256 ANEXO
Ginés Meléndez Sotos

182 Capítulo 18 Los medios de comunicación y el juego limpio JUEGA LIMPIO: DECÁLOGO
José Ángel de la Casa Tofiño Notas y bibliografía
Equipo de autoría
190 Voces del deporte Autoridades
Paula Ginzo Arantes, Pedro Delgado Robledo,
PREMIOS REINA SOFÍA (CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTES)
Lorena Navarro Domínguez Fotografías y agradecimientos
 PrEFACIO
Carlos Marchena González.
Director de la División Educativa de Grupo Anaya.
Dar paso a un libro, a cualquier libro, no es tarea fácil. En sus páginas se encie-
rran infinitos matices, largas horas de trabajo, innumerables sensaciones que
dieron vida a su contenido. Es, pues, cometido difícil y complicado, cuando
no estéril, en el deseo de abordar todo lo que encierra tras sus cubiertas. Más
complejo resulta cuando se nos muestra un universo amplio y singular de
autoras y de autores que nos trasladan sus vivencias personales en torno a una
cuestión tan extensa como la asociación de valores y de prácticas deportivas.
Si a los sustantivos anteriores le añadimos el atributo de «educativo», entonces
nos vemos sumergidos en un universo de infinitas posibilidades.
Nadie pone en cuestionamiento el extraordinario poder para la transforma-
ción y el cambio que supone la formación integral de la persona, más aún
en momentos de crecientes complejidad y diversidad en las dinámicas socia-
les. Ello conlleva, paradójicamente, la continua controversia sobre esta tarea
formativa que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. ¿Hacia dónde nos
encaminamos?
Desde el ámbito educativo, cada vez adquieren mayor protagonismo los mo-
delos que enfatizan el desarrollo y la adquisición de todo un repertorio compe-
tencial que posibiliten unos mecanismos útiles para los procesos de adaptación
continua a los cambios que actualmente parecen no tener límites. Cambios
difíciles de predecir y, por lo tanto, de anticipar en el diseño de unas propues-
tas de aprendizaje que vayan más allá de planteamientos simplemente basados
en la adquisición de contenidos.
Ante los incesantes retos a los que es necesario hacer frente, cada vez son más
los interlocutores sociales que reclaman respuestas educativas para su solución.
Este hecho, nada nuevo, aunque sí más intensificado, pone de relieve la ineludi-
ble obligación de generar unas vigencias sociales que fomenten la instauración
de una serie de valores que contribuyan a su enriquecimiento y a su progreso. Y
para ello, ¿qué mejor que el deporte?
Anaya, en su premisa de transmitir valores para posibilitar una educación más
humanizadora, siempre ha estado implicada en su fomento, siendo el deporte
un magnífico punto de encuentro para esta tarea irrenunciable, tarea por la
que sentimos una vinculación profunda.
Los textos y las imágenes que alberga esta edición, producida por Grupo Ana-
ya, y que cuenta con la valiosa colaboración de la Universidad Isabel I, de
Burgos, nos ayudan a obtener unas interesantes pistas en el camino de alcanzar
propuestas de valor para compartir con nuestros educandos, para ayudarles en
su crecimiento personal, que, a su vez, supone la mejora de la sociedad en su
conjunto.

6
7
Prólogo
María José Rienda Contreras.
Secretaria de Estado para el Deporte.
Como Presidenta del Consejo Superior de Deportes es para mí un privile-
gio escribir el prólogo de un libro que considero tan inspirador como nece-
sario para concienciar a la juventud, el futuro de nuestra sociedad, de que
el deporte es más que una práctica física o una forma de canalizar nuestro
tiempo libre. Es un elemento esencial para mejorar nuestra calidad de vida
y una fábrica de valores para crecer personal y profesionalmente.
Vivimos en un mundo cada vez más urbanizado y digitalizado, en el que
han cambiado los hábitos de ocio en la infancia y la juventud. Los juegos al
aire libre se han visto sustituidos por videojuegos y actividades menos activas
físicamente, lo que predispone a tener una vida menos saludable y más se-
dentaria. Por eso, es urgente fomentar a estas edades el interés por practicar
deporte, por lo que este libro se antoja más necesario que nunca.
Los cambios en los patrones de ocio infantiles han ido en paralelo al
aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad. En las últimas décadas,
estas enfermedades se han multiplicado durante la niñez y en la adoles-
cencia por 10 y han alcanzado la preocupante cifra de 124 millones de
menores afectados en todo el mundo que sufren alguna de ellas, según
la Organización Mundial de la Salud.
El deporte y la actividad física nos ofrecen una oportunidad única de me-
jorar la calidad de vida en nuestra sociedad. Las políticas, las escuelas y las
comunidades son fundamentales para concienciar a las familias de la im-
portancia de que sus hijos e hijas practiquen, al menos, una hora diaria de
ejercicio físico.
Pero el deporte es más que un factor clave de salud, de mejora de la espe-
ranza y de la calidad de vida. Es una herramienta muy importante para
la formación en valores del individuo y un instrumento de cohesión
social y de integración. Decía Pierre de Coubertin que «el deporte es
una fuente de perfeccionamiento interno para cada persona, un regalo
irreemplazable que le es dado a todos en igual medida», sin discrimina-
ción de edad, condición física, social, cultural y étnica o de género. Por
eso, es tan necesario que las escuelas eduquen en el deporte, porque en
ellas se crean hábitos de vida.
El profesorado tiene la responsabilidad y el objetivo de concienciar al alum-
nado de que la práctica deportiva desarrolla sentimientos y actitudes que
forman parte inseparable de la calidad de vida y del bienestar personal y
social. Entre sus funciones está la de animarlos a iniciarse en algún deporte,
mostrándoles las peculiaridades de cada uno y ayudándoles a escoger el que
más se acerque a sus gustos, a sus posibilidades y a sus limitaciones, rom-

8
piendo con cualquier tópico o estereotipo social. De esta forma, crecerán
aprendiendo a jugar limpio, a competir respetando las normas, al equipo y
al rival para entender lo que supone la preparación de una competición, el
rigor del entrenamiento o la gestión de la derrota.
De los docentes depende también la promoción de otros valores posi-
tivos del deporte, como la solidaridad, la integración o la igualdad. Y
la neutralización de valores negativos, como el uso de las trampas y el
dopaje para alcanzar la victoria, la violencia o la intolerancia.
Decía nuestro gran referente del olimpismo mundial, Juan Antonio Sa-
maranch, que «la práctica deportiva es el complemento ideal para la for-
mación de la juventud». Sin duda, el deporte es una escuela de virtudes
que enseña también a saber ganar y a saber perder, pone de manifiesto
la necesidad de contar con las demás personas para alcanzar un objetivo
común y exige una lucha constante para superarse individualmente.
Cuando me propusieron redactar este prólogo surgieron en mi mente
diferentes historias relacionadas con esos valores que nos aporta el de-
porte. Y pensé en todo el trabajo que hay detrás de los éxitos de nuestros
deportistas, como Carolina Marín, Maider Unda o Lydia Valentín, au-
ténticas pioneras al lograr las únicas medallas olímpicas que tiene Espa-
ña en bádminton, lucha y halterofilia, respectivamente. Ellas nos han
demostrado que con sacrificio y determinación es posible. Como tam-
bién lo ha hecho uno de los mejores deportistas españoles de todos los
tiempos, Rafael Nadal, cuyo ejemplo de deportividad y de lucha le llevó
a competir de nuevo al máximo nivel tras superar momentos realmente
difíciles en su carrera. Y, por supuesto, pensé en deportistas paralímpi-
cos, como Teresa Perales o David Casinos, que han encontrado en el
deporte una motivación para superar los obstáculos que la vida les ha
puesto delante. Nos han demostrado que los límites y las barreras solo
existen en la mente y que romperlos depende de nuestra actitud. Repre-
sentan la imagen ideal para prescribir los beneficios del deporte, por lo
que su ejemplo debe servir también para educar a la juventud.
En definitiva, la práctica deportiva nos aporta una serie de capacidades que
se pueden transferir a la vida cotidiana y, en consecuencia, que pueden ayu-
dar a mejorar la sociedad. Es aquí donde los valores a los que me he referido
cobran mayor relevancia, pues conducen a las personas a generar y a promo-
ver cambios. Nuestra juventud tiene el derecho y el deber de conocer y de
desarrollar esas actitudes socialmente necesarias que nos permitirán seguir María José Rienda Contreras, deportista española con
avanzando hacia un mundo más unido, tolerante e igualitario. más victorias en la Copa del Mundo de esquí (6) y cinco
veces olímpica en esquí alpino. Desde junio de 2018,
Presidenta del Consejo Superior de Deportes.

9
 LA VALIOSA APORTACIÓN
DEL DEPORTE EN EL ÁMBITO EDUCATIVO
Alejandro Tiana Ferrer.
Secretario de Estado de Educación y Formación Profesional.
Me solicitan unas palabras introductorias para este libro que trata sobre
el valor educativo y social del deporte cuando hace pocos días que acabo
de hacerme cargo de esta Secretaría de Estado. ¿Cómo puedo negarme
a ello? Tanto desde la perspectiva del educador, profesión a la que llevo
dedicados cuarenta y cuatro años de mi vida, como de la de practicante
y aficionado al deporte, actividad de la que soy asiduo desde hace más
de cincuenta y cinco años, no tengo excusa para negarme a escribir unas
líneas. Además, debo confesar que lo hago realmente con gusto, porque
me cuento entre los convencidos de que el deporte es una actividad
profundamente educativa para cualquier persona y de que debe, en con-
secuencia, ocupar un lugar propio en la tarea escolar.
Cualquiera que se haya acercado con interés a la actividad deportiva habrá
adquirido conciencia del valor educativo que implica. Hay que señalar
que este atractivo libro de la editorial Anaya Educación ilustra adecuada-
mente los distintos ámbitos en que su influencia benefactora se deja sentir.
Estas páginas contienen reflexiones y testimonios acerca de la formación
de la personalidad, la educación de las emociones, la adopción de hábitos
saludables, la socialización efectiva y el desarrollo de valores personales y
colectivos. No cabe ninguna duda de que se trata de ámbitos que sirven de
10
soporte sólido para la formación y el crecimiento personales, nos ayudan a
afrontar de manera positiva el mundo que nos rodea, nos permiten crecer
y enriquecer nuestra personalidad y nos hacen capaces de relacionarnos
de manera abierta y constructiva con el resto de la sociedad, y ello desde
las primeras etapas formativas hasta las más avanzadas de nuestra vida.
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la actividad física y el
deporte son verdaderas escuelas de formación para cualquier persona, y
ese influjo positivo es aún más evidente en la infancia, en la adolescencia
y en la juventud.
Como en el índice del libro se pone en evidencia, el deporte es fuente
de autoestima y medio de superación personal, por lo que contribuye a
la formación de personalidades equilibradas, capaces de esforzarse y de
perseverar en la persecución de objetivos valiosos. Además, saber ganar y
perder es un aprendizaje, no siempre sencillo, que tiene un gran valor que
excede el marco estrictamente deportivo y nos proporciona claves para
saber conducirnos en situaciones competitivas en nuestra vida cotidiana.
Asimismo, el deporte es inseparable del desarrollo de hábitos saludables,
aprendizaje que encierra una gran riqueza no solo para el momento en que
se practica, sino para las expectativas vitales del futuro. Junto a todo ello,
el deporte ayuda a establecer comportamientos de inclusión, de igualdad,
de trabajo en equipo, de aceptación a los demás, incluso cuando cometen
errores, de refuerzo del sentido de la amistad. En conjunto, el deporte es
un elemento fundamental para el fomento de valores personales y cívicos,
tales como el cumplimiento de las reglas acordadas, el respeto al rival o la
voluntad de participar en actividades colectivas, al margen del resultado
que se obtenga.
Por todo lo dicho, el deporte debe ocupar un lugar propio en la activi-
dad escolar. Y puede hacerlo de distintas formas. Por una parte, debemos
cultivar la educación física de los escolares y estudiantes, dedicando un
tiempo específico a dicha tarea en el horario semanal, desde las primeras
etapas educativas hasta las superiores, desde la educación infantil hasta
la enseñanza postobligatoria, adecuándola a las características de cada
edad. Dicho sea de paso, en estos últimos tiempos en que ha cundido
una lógica preocupación por los aprendizajes de algunas otras áreas, se
ha descuidado a veces la educación física escolar, que nunca debería ser
menospreciada ni preterida. Por otra parte, debemos estimular la prác-
tica del deporte escolar y juvenil, actividad que ha vuelto a promoverse
y a la que habríamos de prestar mayor atención. Si de verdad conside-
11
ramos que la actividad física y el deporte son fuentes de formación para
cualquier persona, y más en su período escolar, tendremos que actuar en
consecuencia y dedicarle los esfuerzos que precisa.
Este proyecto constituye una llamada de atención para poner de relieve
el valor educativo del deporte, por lo que hay que darle la bienvenida.
Especialmente interesantes me parecen los abundantes testimonios de
deportistas de toda índole, que nos ilustran a través de su experiencia
personal sobre cada una de las vertientes formativas a las que he hecho
referencia más arriba. Es esta una aportación ciertamente valiosa que
merece la pena destacar, pues nos ayuda a encarnar los principios más
generales y abstractos en comportamientos cercanos personalizados.
En suma, las páginas que siguen, admirablemente coordinadas por Fran-
cisco Javier Martín del Burgo Simarro, constituyen una aportación de
primer orden para quienes se dedican a estudiar el valor educativo del
deporte, pero también para quienes lo ponen en práctica en el ejercicio de
su profesión, para quienes lo utilizan en su tarea educadora y para quienes
lo practican y adquieren aprendizajes valiosos a través de él. Por todo ello,
mi más sincera enhorabuena y mi agradecimiento por haber recibido esta
invitación. Ahora solo falta que usted disfrute y aproveche su lectura.
 fundamentos y enfoque
educativo del juego limpio
Director del proyecto Juega limpio: El valor educativo y social del deporte.
El deporte es uno de los fenómenos socio-
lógicos más característicos y caracterizado
de los siglos xx y xxi, en consonancia con la
«polisemia» que lo define conceptualmente
y con su proyección en escenarios «polié-
dricos» diferenciados, pero comunes por
semejanzas.
Cuatro han sido las razones poderosas para
este redactor y relator, como director del
proyecto «Juega limpio: El valor educati-
vo y social del deporte» para promoverlo
y elaborarlo en combinación con la edito-
rial Anaya Educación y con la Universidad
Isabel I, contando con la colaboración de
excelencia de ilustres profesionales de los
ámbitos educativo, deportivo, jurídico e ins-
titucional; a saber:
1. Actualizar en su vigencia y en su vigor el
Premio Príncipe de Asturias de los De-
Francisco Javier Martín del Burgo Simarro.
portes 2012 por su alto simbolismo, con-
cedido a Iker Casillas y a Xavi Hernández.
2. Reclamar el espacio legítimo que les corres-
ponde al deporte y a la actividad física en y
para una sociedad del siglo xxi, cohesionada
y coherente convivencialmente.
3. Llamar la atención respecto de gestos,
de actos y de actitudes de grandeza que
día a día nos depara la competición físico-
deportiva en las diferentes categorías y
modalidades, como ejemplos de conduc-
tas a seguir.
4. Coadyuvar con herramientas pedagógi-
cas adecuadas, siguiendo metodologías
y didácticas específicas, en las tareas de
docentes, de equipos técnicos, de fami-
lias y de entornos de cada discente y jo-
ven deportista, en el aula y en la actividad
físico-deportiva.
12
Iker y Xavi han sido y serán dos ejemplos pa-
radigmáticos de categoría personal y de cali-
dad profesional. Las palabras pronunciadas
en el Teatro Campoamor de Oviedo por el
entonces príncipe Felipe destacan que ambos
jugadores internacionales de fútbol con la se-
lección española (galardonada, asimismo, en
el año 2010), en lo que se refiere al simbolismo
de los valores de la amistad y del compañeris-
mo, más allá de la rivalidad consustancial de
sus respectivos equipos, suponen un modelo
en la infancia y durante la juventud.
Xavi e Iker son un claro ejemplo de juego
limpio, de altura de miras, de capacidad
para liderar la concordia dentro y fuera
de los terrenos deportivos, estableciendo
puentes entre deportistas y aficiones; en
definitiva, representan la capacidad de re-
forzar los afectos iniciados y aparecidos en-
 Iker Casillas y Xavi Hernández recibiendo el Premio
Príncipe de Asturias de los Deportes 2012.

tre ambos en el año 1999, fecha en la que
conquistaron con la selección española
sub-20 de fútbol el Campeonato del Mun-
do, manteniéndolos y acrecentándolos a lo
largo del tiempo hasta el día de hoy.
Hablamos de dos jugadores, dos jóvenes,
dos capitanes de sus respectivos equipos,
probablemente los dos mejores del mundo,
el Real Madrid C. F. y el F. C. Barcelona, ins-
tituciones deportivas de colosales dimen-
siones, estructuras y pasiones. Nuestro re-
conocimiento para el guardameta y para el
organizador-repartidor de juego en lo de-
portivo y también por su elevada talla moral
y humana, superando colores, banderías e
identidades, que, aunque sean muy legíti-
mas, no quebraron ni mermaron el espíritu
de equipo, la sana convivencia y el alto nivel
competitivo exitoso de la selección españo-
la, compatible con el feliz devenir de blan-
cos y de azulgranas en sus emblemáticos
clubes de procedencia. Permítanme subra-
yar que esta tarea es de rabiosa actualidad
y oportunidad.

13
Así las cosas, he mantenido a lo largo y ancho
de mi vida profesional y en la administración
de la res publica que no existe mayor ruindad
ni mayor mezquindad que aquella que repre-
senta el ser humano cuando pudiendo preve-
nir una situación negativa o mejorar el estado
de las cosas no lo hace, por pereza o por in-
solidaridad. Recordando la posición y la frase
de John Fitzgerald Kennedy: «No te pregun-
tes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate
qué puedes hacer tú por tu país».
¿Qué podía hacer el entusiasta grupo que
compone el equipo de redacción multidisci-
plinar de este proyecto que trata de fomentar
el juego limpio en el caso y en la materia que
nos ocupa? Ordenar ideas, plasmar expe-
riencias, recopilar antecedentes y ofrecer una
publicación singular con marcado carácter di-
dáctico, pedagógico e integral: «jugar limpio»
en la vida y en el deporte. Hacer nuestras las
recomendaciones y orientaciones de la Unes-
co en esta área del juego limpio, promovien-
do una actitud adecuada para conseguir la
victoria, el éxito a través de una participación
deportiva y competitiva exenta de polémica
siguiendo las normas establecidas.
El comportamiento ético se afianza con ca-
tegorías y con valores como el respeto, el
trabajo en equipo, el compromiso, la ho-
nestidad, la dignidad o la humildad.
El deporte carecería de sentido
sustantivo y práctico sin un adecuado
comportamiento de fair play,
de cada persona consigo misma
y en su relación con las demás.
La innovación más relevante de esta publi-
cación novedosa consiste en que abarca la
teoría y la práctica del valor educativo y so-
Partido de fútbol 5 para ciegos en los Juegos Paralímpicos
de Pekín 2008 entre las selecciones española y brasileña.
cial del deporte por medio de sus códigos
de conducta desde el juego limpio practi-
cado, estableciendo transferencias y pasa-
relas de utilidad para la vida diaria.
El grupo de autores y de autoras de esta obra,
con cierta auctoritas, mantiene visiones, cri-
terios y perspectivas tan diferenciadas como
complementarias, enriqueciendo su contenido
y su alcance pedagógico-sociológico aleccio-
nador. Reunimos una dilatada vida profesional
dedicada y orientada a los sectores educativo
y deportivo de nuestro país, pues procedemos
del deporte profesional, de la alta competi-
ción, de la investigación, del mundo jurídico,
de la docencia o de la gestión institucional.
Los contenidos, ordenados por temas, en una
primera aproximación, abarcan la Constitución
española (el derecho a la educación y el fo-
mento del deporte —arts. 27 y 43, 43.3—); el
respeto a las reglas y a cualquier contrincante;
el deporte entendido como inclusión, amistad
y tolerancia, concebido como herramienta de
aprendizaje y como proyecto de superación,
poniendo el acento en el valor del trabajo con-
14
junto, en el papel y en la influencia del entorno
en la conducta deportiva, en el deporte como
fuente de salud, en la «tolerancia cero» con el
dopaje, en la influencia del deporte en la vida
diaria y en la educación de las emociones.
Hemos de hacer una mención especial a las
bondades de la actividad físico-deportiva y a
su utilidad para la vida diaria, a los principios
éticos de la Carta olímpica, a la labor del ba-
rón de Coubertin y su defensa de la participa-
ción, a los derechos de la infancia recogidos
en la Convención de los Derechos del Niño, al
rol que desempeñan los medios de comuni-
cación en el enfoque y en la divulgación de la
competición y del juego limpio, para culminar
con las singularidades de la actividad física y
de la competición deportiva en las categorías
inferiores y para destacar una educación en
igualdad con referencias a las primeras reso-
luciones y orientaciones de la Unesco sobre el
juego limpio. Hacemos también una mención
singular muy merecida al deporte practica-
do por personas con diversidad funcional; su
ejemplo nos fortalece y nos motiva.
El orgullo de pertenencia a un club, las se-
ñas de identidad de las entidades depor-
tivas y de los equipos asociados con ciu-
dades, con países, con territorios, con un
historial deportivo, con las gestas depor-
tivas… son tan antiguas como los propios
orígenes de la competición, de la actividad
«agónica» del deporte. Resulta ilustrativo
relatar singularidades señeras del empode-
ramiento del deporte como el alto el fuego,
el paréntesis de la paz (versión de la llama-
da «tregua olímpica»), por ejemplo, acon-
tecido durante la Primera Guerra Mundial
entre las tropas inglesa y alemana el día de
Navidad de 1914, cuando «rodaba el esfé-
rico sobre el campo del respeto a las reglas
del juego», incluso con gestos patentes de
deportividad. Al día siguiente, se produjo
nuevamente el repiqueteo salvaje de las
balas, el lenguaje violento de las armas.
Ciento cuatro años después, las dos Coreas
han desfilado en los Juegos Olímpicos de
Invierno en Pyeongchang (Corea del Sur)
juntas bajo una bandera de unificación en
las ceremonias de apertura y de clausu-
ra, lo que supone un «deshielo» entre los
dos países, superando fuertes tensiones y
propiciando el diálogo militar a través, una
vez más, del deporte, de la «diplomacia del
deporte». Actualizan antecedentes como
el de los Juegos Olímpicos de Sidney en
el año 2000 y el de los Juegos Olímpicos
de Invierno de Turín en el año 2006, donde
desfilaron también conjuntamente. Se abre
una puerta a la esperanza de la paz, re-
flexión coincidente con la de Thomas Bach,
presidente del Comité Olímpico Internacio-
nal, cuando afirma: «El deporte no puede
crear la paz, pero puede construir puentes,
abrir puertas». Deportistas de Corea del Sur y de Corea del Norte
desfilaron bajo una misma bandera en los Juegos
Olímpicos de Invierno de Pyeongchang 2018.

15

Nelson Mandela entrega la copa del campeonato del Mundo de rugby
al capitán de la selección sudafricana, François Pienaar.
Trazando un puente imaginario en el tiempo,
en referencia a este orgullo de pertenencia
auspiciado por los valores psicológico y so-
ciológico del deporte, nos topamos con la
Sudáfrica de Nelson Mandela, el estadista
que unió su país por medio del rugby (con la
conquista del título mundial en el año 1995),
reconciliando a las comunidades blanca y ne-
gra. «Madiba» estrechó la mano del capitán
del combinado sudafricano François Pienaar,
capitán de los Springboks, en el estadio Ellis
Park, en Johannesburgo.
«NADA PUEDE SER TAN VALIOSO
COMO SER PARTE DE LA HISTORIA
DE UN PAÍS».
Nelson Mandela
Cabe anotar un penúltimo apunte para
enlazar la destacada transcendencia an-
tropológica del Premio Príncipe de Astu-
rias de los Deportes 2012 en favor de Iker
Casillas y de Xavi Hernández y el «milagro
sudafricano» con idéntico galardón con-
cedido a la selección de rugby de Nueva
Zelanda en el Premio Princesa de Asturias
de los Deportes 2017. Este último equi-
po, los All Blacks, son primus inter pares,
ganadores natos, una combinación de
deportividad, de buen juego, de furia, de
elegancia y de fuerza. El rugby en este
país de algo menos de cinco millones de
habitantes es como una «religión» practi-
cada y seguida por la población, con sin-
gularidades destacadas como el «rippa
16
rugby», variante sin contacto practicada
durante la infancia.
Viajando del Pacífico sur a Islandia, en este
país europeo exportan el éxito de sus polí-
ticas antidroga, caracterizadas por progra-
mas de prevención basados en deportes
colectivos y en actividades lúdicas, involu-
crando a familias y a docentes, incidiendo
en una mayor dedicación de tiempo y de
atención durante la adolescencia. El des-
censo en el consumo de alcohol, de tabaco
y de cannabis ha sido espectacular. Tomar
nota resulta, por tanto, procedente.
Saquemos, pues, consecuencias y lecciones
positivas del error y de la derrota para, me-
jorando nuestro estado de ánimo, cambiar la
situación actual mediante conductas favora-
bles, las que nos brinda el deporte en esta-
do puro, fomentando los valores educativos
del respeto y de la superación personal. De
este modo aprendemos a jugar limpio en la
competición y en la vida diaria, justificando
el valor educativo y social del deporte.
En la vida, en la educación y en el
deporte, somos un equipo, y no hay
liderazgo sin equipo ni equipo sin líder.
Transferencias de conductas positivas del
deporte a la vida diaria, ejemplarizantes,
se han producido, acontecen, a lo largo del
tiempo. Resulta oportuno citar aquí y ahora
las de solidaridad entre clubes deportivos y
sus dirigentes. Recordemos una de ellas al
cumplirse sesenta años del desastre aéreo
de Múnich, del vuelo de la compañía Bri-
tish Airways que se estrelló el 6 de febrero
de 1958, en el que fallecieron veintitrés per-
sonas: futbolistas del Manchester United,
periodistas, cuerpo técnico y personal de
 la compañía, cuando regresaban de dis-
putar un partido contra el Estrella Roja de
Belgrado. El presidente del Real Madrid en
aquellos años, Santiago Bernabéu, ofreció la
cesión de Alfredo Di Stéfano, la estrella fut-
bolística del momento, al equipo inglés por
lo que restaba de temporada, en señal de
amistad, de solidaridad y para intentar paliar
pérdidas tan cuantiosas en el aspecto hu-
mano y en el ámbito deportivo del club del
noroeste industrial de Inglaterra. La Football
League no autorizó la cesión de tan emble-
mático jugador, líder del equipo español.
Hemos traído a estas páginas tan noble
como generoso gesto por su singularidad
solidaria entre entidades deportivas rivales
que, con grandeza y fraternidad, supuso una
referencia de conducta social positiva des-
tacable, acicate para que proliferen en este
contexto.
Jugadores de la selección neozelandesa de rugby realizando la haka en la ceremonia
de entrega del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2017 a este equipo.
El «decálogo» de principios que condensan deporte, al juego limpio», para reconocer
sinópticamente estos valores junto al tema- su labor a quienes operan y trabajan en es-
rio desarrollado que les presentamos han de tos sectores y hayan merecido estas distin-
ser el libro de cabecera y de orientación para ciones.
el profesorado y para los equipos técnicos, a
Para recorrer este camino, lo hacemos con
modo de «guía», con una propuesta de ta-
la colaboración del conjunto de institucio-
reas específicas dirigidas al alumnado y a la
nes, de entidades, de administraciones, de
juventud deportista.
deportistas y de fundaciones que aparecen
El formato en papel de la publicación como
en la publicación. Nuestro más sentido re-
libro orientativo y de consulta va acompaña-
conocimiento y agradecimiento, pues sus
do de un recurso audiovisual de apoyo de
contribuciones potenciarán el proyecto y
gran utilidad para un óptimo manejo com-
ayudarán a su divulgación.
plementario por aquellas personas a quie-
nes va dirigido el proyecto.
Es intención cimera y principal de la edito-
En definitiva, a modo de telegráfico
rial Anaya Educación, de la Universidad Isa-
epílogo, el enfoque y el tratamiento
bel I y del equipo de autoras y de autores
educativos del deporte, del juego
crear, con posterioridad a la aparición y a
limpio, de sus valores, contribuyen
la divulgación de esta publicación, los «Pre-
a la formación integral
mios a los valores educativos y sociales del
de la persona.
17
I. LA F O R M AC I Ó N
DE LA P E R S O N A AD
L I D
E L D E P O R T E
MEDIANTE
Capítulo 1
EL DEPORTE, IMA
FUENTE DE AUTOEST icuña
García de V
Olaia Abadía
ra Marrero
Antonio Segu

Capítulo 2personal
La superación
o Alda
Arturo Casad

Capítulo 3dio
El deporte, me a un fin
y catalizador par
zas Olmo
Eduardo Cho ez
ombrados Ibáñ
José Javier H

Capítulo r4severancia
Esfuerzo y pe d eportivo
en e l r e n d im ie n t o
o Alda
Arturo Casad
 1. E l d e p o r t e ,
u t o e s t i m a
fuente de a Ola ia Abadía Gar
cía de Vicuña
yA ntonio Segura
Marrero

EL DEPORTE
MEJORA
LA AUTOESTIMA

Cuando en tu actividad diaria te enfrentas
a un reto, ¿crees que la posibilidad de éxi-
to está relacionada con la percepción que
tienes sobre ti o sobre tus posibilidades?
Seguro que en algún momento de tu vida
has logrado superar una situación que, en
principio, considerabas imposible de afron-
tar. También habrás experimentado que un
reto te parece menos reto dependiendo de
tu estado de ánimo, de tu confianza en tus
posibilidades. Pero también ocurre lo con-
trario, que un objetivo que otras personas
creen que puedes conseguir fácilmente te
supera, e incluso piensas que en otra oca-
sión podrías haberlo logrado.
¿Por qué sucede esto? La autoestima es
una parte de la respuesta. Hace treinta años
resultaba raro oír hablar a alguien de la au-
toestima con la determinación con la que
se hace hoy, porque el término conllevaba
unas percepciones u otras, dependiendo
de las diferentes escuelas que empleaban
el concepto. Es cierto que la palabra se ha
acotado mucho, pero los indicadores de
autoestima son numerosos.
Podríamos definir el autoconcepto como la
valoración que un sujeto tiene sobre sí mis-
mo, y el valor (positivo o negativo) que se
le da podría identificarse con la autoestima.
Ese valor puede fluctuar; de hecho, lo hace
en relación con las experiencias, con los éxi-
tos y los fracasos.
La autoestima activa o desactiva la moti-
vación, y ese doble vínculo (experiencial y
emocional) resulta de capital importancia
en el día a día de cualquier estudiante. Por
ello, como docentes, tenemos la obliga-
ción de trabajar con experiencias positivas,
de incentivar, de motivar y de reforzar los
logros del alumnado de modo que consi-
gamos retroalimentar y aumentar su au-
toestima, dándole un valor positivo. Estas
emociones se convertirán en un motor que
desencadene acciones en una suerte de
espiral ascendente, tanto en lo académico
como también en lo personal.
En la adolescencia hay una fuerte necesi-
dad de pertenencia al grupo, de aceptación
y de reconocimiento del individuo por parte
de sus iguales. En esto, como docentes, te-
nemos la tarea de ser capaces de conocer
a cada estudiante, pues cada persona valo-
ra más unas cosas que otras, y por eso esta
labor resulta fundamental, ya que nuestra
actuación en estas áreas sensibles puede
influir profundamente en la autoestima.
Ante esta perspectiva, ¿qué papel puede
desempeñar el deporte en la forja y en el
mantenimiento de una alta autoestima? En
este sentido, nadie pone en duda los bene-
ficios del deporte sobre la salud física, pero
¿podría tener también repercusión sobre la
salud mental?

La laureada campeona de natación Teresa Perales

celebra su victoria en la prueba de 50 m braza en
20 los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.
21
 Experiencia
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
1. El deporte, fuente de autoestima
PERSONAL
olaia abadía: «cómo me convertí en nadadora»
Con tan solo 12 años de edad me seleccio-
naron desde la Federación Española de Na-
tación para ir a entrenar a un centro de alto
rendimiento de Madrid, lo que supuso que
tuve que separarme de mis seres más queri-
dos (familia y amistades), que tenía que vivir
a más de 400 kilómetros de distancia de mi
casa y que debía adaptarme a un entorno
altamente competitivo, en el que dedicaba
más de seis horas diarias al entrenamiento.
Yo era una niña responsable, que trabajaba
porque esa era la actitud que había visto en
mi casa; mi padre y mi madre me transmi-
tían cada día esa confianza tan necesaria y
la estabilidad emocional que resultó deter-
minante durante mi juventud.
Mi primer objetivo no fue intentar ganar,
sino, por encima de todo, mejorar personal-
mente, lo que en contadas ocasiones con-
ducía a la victoria. Este propósito también
lo llevaba a los estudios, pues me permitía
tener un equilibrio personal que me posi-
bilitaba seguir esforzándome en los duros
entrenamientos y estudiar a diario, aunque
los resultados no siempre fueran buenos.
Debido a que en este centro lo prioritario
eran los resultados deportivos, con 13 años
y siguiendo el consejo de mi familia decidí
trasladarme al centro de alto rendimiento de
mi comunidad autónoma de origen (Navarra),
donde, además del balance deportivo, se exi- El primer objetivo del deporte debe
gían resultados académicos y, lo más impor- ser mejorar personalmente, incluso
tante, podía estar cerca de mi familia. Lo que por encima del deseo de ganar.
creía —dejar Madrid— que iba a significar un
retroceso en mis objetivos deportivos supu-
so, sin embargo, obtener mis mejores resulta-
dos deportivos y académicos, porque nunca
dejé de creer en mis posibilidades, mientras
seguía esforzándome para superarme. Me
sentí, por primera vez, feliz, competente y se-
gura de mi valía personal. Hoy estoy conven-
cida y en disposición de decir que autoestima
y felicidad están íntimamente relacionadas.
La visión del deporte como un medio
de desarrollo de las propias capacidades
conllevó la mejora de mi autoestima
y me permitió sobrepasar con éxito
los obstáculos que fui encontrando
a lo largo del camino.
A partir de esta experiencia, me planteé al-
gunas cuestiones: ¿supo el centro de alto
rendimiento de Madrid conectar con mis in-
tereses?, ¿tuvo repercusiones sobre mis re-
sultados?, ¿cómo me influyeron emocional y
socialmente los cambios producidos?
 «hice frente y superé una grave enfermedad»
Una vez finalizada mi carrera deportiva y cul-
minada mi formación académica, cuando
me encontraba enfocando mi faceta profe-
sional, se produjo en mi vida uno de los mo-
mentos más duros, en el que tuve que oír
el mensaje más terrible, para el que nunca
estás preparada: me diagnosticaron cáncer.
Fue un cáncer en un ovario. Tuve que pasar
por varias operaciones y por un largo y pe-
noso tratamiento de quimioterapia.
En esos momentos, en los que todo se des-
morona y las preguntas te invaden (¿por qué
a mí?, ¿por qué me ocurre esto cuando todas
las circunstancias parecen favorables?, ¿lo-
graré superarlo?, ¿podré ser madre?…), de
repente, apareció nuevamente el deporte y
todos aquellos valores que había aprendi-
do durante mi etapa en la alta competición,
como la superación, el sacrificio, la perse-
verancia, la motivación, la confianza…, que
me ayudaron y me permitieron afrontar esta
difícil experiencia con el convencimiento de
que, independientemente del resultado, me
iba a esforzar al máximo para superarla. Y
como de las situaciones más difíciles, si se
afrontan con valentía, suelen sacarse conclu-
siones provechosas, seguí superándome a
mí misma y logré metas inimaginables.
Muy bien aconsejada por mi ginecólogo, el
doctor Chiva, y por mi oncóloga, la doctora
Cortijo, a los que les tengo que agradecer,
su profesionalidad y su humanidad, seguí
23
haciendo deporte y, en los momentos más
bajos, me iba a nadar y conseguía que los
valores que había cultivado a través del de-
porte me inyectaran la energía positiva, que
en tales circunstancias no tenía, para seguir
luchando. Después de ocho meses de tra-
tamiento y una vez superada la enfermedad
pude seguir desempeñando mi función de
decana y de profesora de universidad.
En definitiva, para afrontar una enfermedad
grave, es necesario abordarla desde una
perspectiva física y también en su aspecto psi-
cológico. De la vertiente física se ocupan los
médicos; en cambio, del ámbito psicológico
el principal baluarte es cada persona, aunque
también hay que reconocer que es muy im-
portante la ayuda externa y el apoyo del en-
torno familiar. En esa parte psicológica, el de-
porte hizo su labor y me permitió imponerme
y mantenerme firme para alcanzar el objetivo
claro de conseguir superar la enfermedad.
Los valores del deporte y el deporte
en sí mismo pueden servir de apoyo,
si el enfoque es el adecuado, en los
momentos difíciles para conseguir
incrementar la autoestima.
Este duro contratiempo vital me obligó a
plantearme cómo influyeron los valores de-
portivos adquiridos en la superación de mi
enfermedad, en qué medida la modulación
de la autoestima forjada en la anterior eta-
pa me influyó en la forma de afrontar la en-
fermedad y qué parcelas de la vida (áreas
sensibles) modularon mi autoestima.
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
1. El deporte, fuente de autoestima

«la felicidad de ser madre»

Una de mis grandes ilusiones era ser madre
y uno de los retos que me he propuesto El deporte tiene que ocupar un lugar principal en todas las etapas
en la educación de mi hijo y de mi hija ha de la vida, pero de manera muy especial en las primeras,
sido que desarrollaran los valores del de- en las que progenitores, docentes y entrenadores tenemos que
porte: el sacrificio, la superación y la auto- sembrar la semilla de los valores del ejercicio y, especialmente,
confianza, para que aprendieran a afrontar conseguir una buena salud física, la estabilidad emocional
los obstáculos y a no dar por definitiva una y la confianza o, por resumirlo en una palabra, la autoestima.
derrota. Incluso antes de nacer empezaron
a practicar deporte en mi vientre debido
a que han sido niños muy movidos, y el
momento de su máxima relajación llegaba
cuando iba a nadar a la piscina, actividad
que resultó ser una rutina hasta el día an-
terior al parto.
Su inicio en la práctica deportiva fue muy
precoz, ya que con tan solo tres meses íba-
mos a la piscina dos días a la semana para
disfrutar de los beneficios del medio acuá-
tico, conseguir abrirles el apetito y lograr
que se relajaran. Ahora, con 7 y 8 años, el
deporte desempeña un papel muy impor-
tante en sus vidas, pero siempre enfoca-
do hacia la superación personal, no solo
a conseguir la victoria, que llegará en su
momento. Como dice el cántico del equi-
po en el que juega el niño, «el que no da
todo no da nada».
Como madre siempre he querido que hi-
cieran deporte de competición, pero res-
petando sus valores positivos: el trabajo en
equipo, el espíritu de sacrificio, la autoesti-
ma, la perseverancia, la superación, el jue-
go limpio (saber ganar y saber perder…).
El deporte forma parte de nuestra vida dia-
ria y es una de las actividades que más nos
gusta realizar en familia.

La etapa profesional
En mi etapa profesional, siempre he asumi-
do cargos de responsabilidad. Con tan solo
25 años y en mi primer contrato con dedica-
ción exclusiva, me dieron la oportunidad de
ser decana de una facultad y directora del
Grado de Ciencias de la Actividad Física y
del Deporte. Posteriormente, por diversas
circunstancias vitales, hube de ponerme al
frente de una empresa familiar. Nuevamen-
te, sin tener experiencia en el transporte de
personas, tuve que afrontar la situación y
cubrir temporalmente la baja de la persona
que fue mi referente y a la que me debía:
mi padre. Por último, llegó el proyecto más
ambicioso y en el que trabajé con mucha
ilusión: la gestión en una universidad on-
line. En esta etapa, desempeñé la función
de vicerrectora de Ordenación Académica
y coordiné el trabajo de más de 250 profe-
soras y profesores repartidos por España y
por el resto del mundo.
He tenido que enfrentarme a todas estas cir-
cunstancias sin experiencia previa, pero con
el convencimiento de que el trabajo en equi-
po y la colaboración de buenos profesionales
y mejores personas, junto con gran confianza
y autoestima, me iban a posibilitar llegar vic-
toriosa a la meta. En este caso, me enfrenté
a estas responsabilidades como si de la pre-
paración de un campeonato importante se
tratara, confiando en mis posibilidades, en mi
capacidad de liderazgo, en mi perseverancia,
en mi espíritu de sacrificio y en mi dedicación.
Una vez más, el deporte me ha dotado de las
herramientas que necesitaba para acometer
este nuevo reto con garantías de éxito.
25
En la dirección de equipos es necesario
que todos sus miembros tengan
interiorizados los valores del deporte,
para obtener la confianza suficiente y
la necesaria empatía entre la persona
que ejerza el liderazgo y el resto de
integrantes del grupo. De esta manera
lograremos incrementar la autoestima
del equipo, a fin de alcanzar los
objetivos marcados.
Consejos para mejorar
la autoestima
■■ La educación es un factor fundamen-
tal para lograr reforzar los valores de-
portivos.
■■ Los valores deportivos ayudan a las
personas para que consigan forjar
una autoestima positiva.
■■ La autoestima permite superar cual-
quier tipo de reto por su vinculación
con la motivación.
■■ La autoestima influye en nuestro bien-
estar emocional.
■■ El deporte mejora la salud física y la ca-
pacidad mental.
 e r ac i ó n p e r s o n a l
2. la s u p
la fuente
de la motivación
El esfuerzo es muy importante para conse-
guir cualquier meta, tanto en la vida en ge-
neral como en el deporte en particular. Ahora
bien, es necesario preguntarse qué impulsa
a una persona a someterse a un alto nivel de
esfuerzo para conseguir dicha meta u objeti-
vo. De manera instantánea, se podría pensar
que es el objetivo en cuestión lo que anima
a alguien a esforzarse tanto. Pero esa no se-
ría la respuesta más adecuada. Realmente,
la razón está relacionada con la motivación
que esa persona tiene para perseguir dicho
objetivo.
Pero ¿qué es la motivación? Según el diccio-
nario de la lengua española de la RAE, la «mo-
tivación» es ‘el conjunto de factores internos
y externos de una persona que determinan
en parte sus acciones’. Por tanto, existen una
serie de factores que van a influir de manera
Arturo Casad
o Alda
decisiva sobre lo que hacemos a la hora de
alcanzar un objetivo.
Siguiendo el hilo de la definición, estos fac-
tores pueden ser internos o externos, hacien-
do clara alusión a los dos tipos de motivación
existentes: intrínseca y extrínseca. La motiva-
ción intrínseca es inherente a la propia acti-
vidad. Esta genera disfrute por sí misma. Por
otro lado, la motivación extrínseca recurre a
aspectos externos, como pueden ser la fama
o el dinero en el ámbito del deporte profe-
sional. En mi caso personal, una de las más
importantes fuentes de motivación extrínseca
que impulsó toda mi carrera fue la de intentar
parecerme a mis ídolos deportivos. Recuerdo
que a los 17 años de edad veía los Juegos
Olímpicos de Sidney en el año 2000 y quería
parecerme a Hicham El Guerrouj o a Wilson
Kipketer, dos de los mejores mediofondistas
26
de la historia. Recuerdo, más concretamen-
te, que grabé en una cinta de VHS las ocho
carreras eliminatorias de 800 metros y que las
visualicé una y otra vez hasta que entendí per-
fectamente las diferentes tácticas utilizadas
por todos los atletas. Además, a la vez que las
visionaba, disfrutaba mucho haciéndolo (mo-
tivación intrínseca), forjando una pasión tan
fuerte que me ha acompañado y me acom-
pañará el resto de mi vida.
Otro de los aspectos que me ayudó mucho a
afianzar mi motivación fueron ciertas conver-
saciones que tuve con mi padre siendo muy
pequeño, con aproximadamente 8 años de
edad, en las que él me señalaba su impor-
tancia. Recuerdo que me decía: «La ilusión
es el motor». Cuando algo te ilusiona mu-
cho, podrás conseguirlo gracias a la propia
ilusión, que te permitirá dedicar el esfuerzo

necesario hasta que lo alcances. Esta idea
siempre ha estado muy presente en mi vida
y me ha permitido hacer realidad mis sue-
ños. Además, el hecho de ser consciente de
mis propias motivaciones ha sido un factor
muy importante, ya que siempre se debe
saber por lo que se lucha. Esta certidumbre
hace que la dedicación y el esfuerzo sean
mayores.
Con respecto a los niveles elevados de es-
fuerzo y concentración (entendida esta
como esfuerzo mental) requeridos en depor-
tes de alto rendimiento, la importancia de la
motivación es un aspecto ampliamente estu-
diado. Después de ganar el Campeonato de
Europa de Barcelona de 1 500 metros lisos en
el año 2010, me planteé superarme. Aunque
en Europa era capaz de ser el mejor, cada vez
que me enfrentaba a los grandes corredores
africanos, principalmente kenianos, era ine-
vitablemente derrotado. Me sentía impoten-
te ante esta situación, porque no era capaz
de ganarles en las carreras más importantes,
y sus marcas siempre eran algo mejores que
las mías. En ese momento de mi vida estaba
realizando los cursos de doctorado y tenía
que elegir un tema para mi futura tesis doc-
toral. Uno de los profesores de estos cursos
era el doctor Luis Miguel Ruiz, que me des-
cubrió los estudios de rendimiento experto y
la teoría de la práctica deliberada.
Los estudios de rendimiento experto se ba-
san en el análisis de lo que hace el experto
en su ámbito para que esa referencia pueda
ayudar al aspirante a experto a conseguir al-
canzar el nivel de rendimiento experto. Esta
teoría, de corte ambientalista, atribuye la ex-
celencia a la acumulación de un tipo de prác-
27
Carrera de 1 500 m masculinos en los Juegos
Olímpicos de Beijing (Pekín) 2008.
tica o entrenamiento con una serie de carac-
terísticas muy determinadas. Un investigador
sueco llamado Karl Anders Ericsson realizó un
estudio en Berlín en el año 1993 con una serie
de violinistas entre los que se encontraban los
mejores del mundo.
Este investigador se dispuso a describir el tipo
de práctica que estos violinistas realizaban en
términos de concentración, de disfrute y de
la relevancia del tipo de práctica con respec-
to al resultado que podrían tener en sus ac-
tuaciones oficiales. Además de clasificar esta
práctica, Ericsson se dispuso a cuantificarla
por medio de los cuadernos de práctica de
los participantes en sus diferentes tipos (prác-
tica solitaria, con el grupo…) a lo largo de la
carrera profesional de estos músicos. Median-
te este análisis concluyó que dependiendo de
la cantidad acumulada de la práctica más rele-
 vante y que más concentración les requería así
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
2. La superación personal
era el nivel de virtuosismo de estos músicos.
Más específicamente, en el estudio se dividió
a los músicos en tres grupos por nivel musical.
El grupo de nivel medio había acumulado
4 000 horas de este tipo de práctica, el de nivel
alto había acumulado 8 000 horas y el de nivel
máximo había acumulado 10 000 horas.
Esta teoría está basada en la afirmación de
que únicamente gracias a un correcto entre-
namiento desarrollado con el máximo grado
de esfuerzo y de concentración se pueden
conseguir los mayores logros en cualquier
ámbito. Este tipo de práctica fue denominada
por Ericsson «práctica deliberada», y la definió
como el tipo de práctica altamente estructura-
da con el expreso deseo de mejorar y no nece-
sariamente divertida. Diferentes estudios han
demostrado la relación entre el rendimiento y
la cantidad de este tipo de práctica en nume-
rosos ámbitos, incluido el deporte.
Cuando me dispuse a tratar de «descubrir el
secreto» de la excelencia de los corredores
kenianos no se había realizado aún ningún
estudio desde la perspectiva de la práctica
deliberada que demostrara su supremacía.
Por estas razones viajé a Kenia en enero del
año 2011, para investigar, convivir y entrenar
con estos corredores durante un mes. Fue
una gran experiencia para mí, porque, por
un lado, tendría la oportunidad de compar-
tir entrenamiento con estos corredores y, por
otro, porque conseguiría acceder a una mues-
tra de estudio de incalculable valor. Entre esos
corredores con los que compartí entrenamien-
to y que se prestaron a participar en mi trabajo
doctoral se encontraban parte de los mejores
fondistas del mundo: medallistas olímpicos y
mundiales, campeones del mundo de media
maratón, récords del mundo vigentes…
En el entrenamiento de expertos,
la concentración es muy importante y
la práctica deliberada resulta divertida.
Como en todos los estudios de rendimiento
experto y práctica deliberada, para poder es-
tablecer una referencia, un modelo de lo que
representaba dicho entrenamiento, se necesi-
tan al menos dos grupos, uno de nivel experto
y otro de menor nivel, que puedan ser com-
parados. De este modo, se formaron seis gru-
pos de diferente rendimiento, y tres de estos
grupos estaban formados por corredores es-
pañoles de larga distancia, entre los que tam-
bién se encontraban los mejores corredores
españoles del momento. Los otros tres grupos
los formaban los corredores kenianos, siendo
el grupo de mayor nivel representativo de los
mejores corredores del fondo mundial.
Los resultados de este estudio fueron sor-
prendentes. El nivel de concentración de es-
tos corredores cuando realizaban el tipo de
entrenamiento más específico e importante
de su programa era máximo y, además, se di-
vertían mucho realizándolo. A pesar de que
en los estudios de práctica deliberada no
relacionados con el ámbito deportivo, como
en el pionero de los violinistas de Ericsson,
se observaba que las sesiones de practica no
eran necesariamente divertidas, en los demás
estudios que se han realizado en diferentes
deportes, como el hockey sobre hielo, el ba-
lonmano o el patinaje, el nivel de diversión de
estos deportistas al entrenar era muy alto. Lo
mismo pasaba con los corredores kenianos,
se lo pasaban realmente muy bien en activi-
dades de entrenamiento que eran extrema-
damente duras, como las repeticiones cortas
o las carreras largas a ritmo elevado.
28
De este modo, por un lado, se comprobaba
la enorme importancia de la concentración
en el entrenamiento de expertos a nivel
mundial y, por otro, se caracterizaba esta
práctica como muy divertida. En este sen-
tido, siempre recordaré las sensaciones de
velocidad que he tenido en la pista, la flui-
dez del desplazamiento cuando se está en
forma y la alta concentración mantenida re-
petición tras repetición, serie tras serie, se-
sión tras sesión, semanas, meses, años… Es
quizás esa mezcla mágica entre motivación
intrínseca y extrínseca la clave del éxito.
La otra parte del estudio keniano no era tan
«formal», sino que se trataba de comprobar
en mí mismo la influencia del tipo de entrena-
miento realizado por los kenianos. Entrené con
ellos durante un mes y, justo después de regre-
sar a España, tenía que participar en el Cam-
peonato de España de Cross, que clasificaba
directamente para el Campeonato del Mun-
do de Cross, que, casualmente, se celebraba
también en España, y, más concretamente, en
Punta Umbría (Huelva). Mi mejor puesto hasta
aquel año en un campeonato de España de
Cross había sido el séptimo, ya que, como es-
pecialista de 1 500 metros, sus doce kilómetros
me resultaban largos. El entrenamiento fue du-
rísimo y el nivel de concentración fue muy alto.
Me sacaron constantemente de mi «zona de
confort», y el cuarto puesto en el Campeonato
de España y mi clasificación para el Campeo-
nato del mundo fueron la prueba de la efecti-
vidad de este tipo de entrenamiento.
Con respecto a la importancia de la concen-
tración, es muy significativa la contribución de
Mihály Csíkszentmihályi y su teoría del flujo. En
el año 1990, este investigador publicó Flujo: la
psicología de la experiencia óptima. En este
libro describe las características de este fenó-
meno observado en la práctica de determina-
das personas en momentos concretos. El flujo
es un estado de concentración máxima en la
actividad que se está realizando. Cuando se
consigue, el tiempo pasa volando, el ego e in-
cluso el hambre desaparecen y toda la acción
y los movimientos realizados surgen inevitable-
mente de la acción anterior. Este estado, por
tanto, es muy dependiente de la capacidad de
concentración. También lo es de la relación óp-
tima de equilibrio entre la dificultad de la tarea
realizada y la habilidad de quien la realiza. Los
grandes deportistas siempre han manifestado
el estado del flujo o de «estar en zona» como
clave de sus éxitos. El flujo está también muy
relacionado con la motivación intrínseca, ya
que genera un estado de concentración que
se percibe como muy divertido.
Por último, existe otro factor muy relevante a
la hora de alcanzar el éxito: la actitud mental.
En la década de 1990, una gran investigadora
de la psicología llamada Carol Dweck realizó
Sprint final de la 1.ª edición de la carrera
Canal de Castilla, en el año 2007,
organizada por la Diputación de Palencia.
un experimento en una clase de Primaria. Pro-
puso al alumnado una serie de tareas (rom-
pecabezas, problemas, puzles) que realizaron
con resultados bastante similares. Unos días
después, se propuso al mismo grupo la rea-
lización de otras tareas del mismo tipo que
las anteriores, aunque diferentes en el conte-
nido. Esta vez se dividió al alumnado en dos
grupos de forma aleatoria. A los estudiantes
de uno de los grupos se los «alentó» justo an-
tes de realizar las tareas diciéndoles que ha-
bían demostrado «ser muy buenos al realizar
las diferentes tareas». A los estudiantes del
otro grupo se les animó diciéndoles que «ha-
bían demostrado un gran nivel de esfuerzo y
que esa era la clave para mejorar».
Los resultados de este segundo grupo de
tareas mostraron grandes diferencias entre
los dos grupos. En el grupo de estudiantes
a quienes se animó por lo buenos que eran
realizando ese tipo de tareas, los resultados
en este segundo grupo de tareas fueron
29
destacablemente pobres e inferiores a los
resultados del primer grupo de tareas. Y
los resultados de las tareas realizadas por
el grupo de estudiantes que fueron instrui-
dos por la vía del esfuerzo fueron bastante
mejores que los del otro grupo y que los
resultados que estos mismos estudiantes
obtuvieron en el primer grupo de tareas.
De este modo, los estudiantes que mostra-
ron una «mentalidad fija» basada en que el
nivel de rendimiento en un determinado ám-
bito era inamovible y dependía únicamente
de lo que eran de forma natural y no de lo
que podían conseguir a base de trabajo y de
esfuerzo no consiguieron buenos resultados
porque entendían que por mucho que se
esforzaran el resultado no iba a cambiar. Al
esforzarse menos y al darse cuenta de que
no lo estaban haciendo tan bien como ellos
esperaban, se derrumbaban, porque de al-
gún modo comprobaban que no eran tan
«buenos» como ellos creían y que, por eso,
EL ESFUERZO ES LA FORMA
DE MICHAEL JORDAN
DE ENTENDER EL DEPORTE. iban a decepcionar a su profesora, que tan
buen concepto tenía de ellos.
Contrariamente, los estudiantes que fueron
alentados hacia el esfuerzo y que mostraron
una «mentalidad de crecimiento» consiguie-
ron mejores resultados porque no dejaron de
concentrarse en cada una de las tareas marca-
das sin tener en cuenta la opinión que tenían
sobre el resultado que iban a obtener. Esta úl-
tima circunstancia también los ayudó a lograr
una mayor concentración en la actividad sin
caer en los pensamientos negativos. Este tipo
de mentalidad de crecimiento es muy carac-
terística del deporte de alto rendimiento.
Estas experiencias también las han tenido au-
ténticas leyendas del deporte mundial como,
por ejemplo, Michael Jordan, para quien el
esfuerzo ha sido su único modo de entender
el deporte. De esta manera, entramos en el
eterno debate de la disputa entre la naturale-
za y el entorno. O entre «actitud» y «aptitud».
El hecho de que se demuestre que los corre-
dores kenianos realicen mayor cantidad de
entrenamiento que los corredores españoles
o que los estudiantes que se esforzaban más
obtenían mejores calificaciones no explica
por completo todo el proceso. Simplemente,
explica una parte de él. Está más que demos-
trado que hay otros factores, como, por ejem-
plo, la genética, que también son relevantes
en la explicación del rendimiento experto.
Por ello, siempre se debe educar a los niños
y las niñas en la mentalidad de crecimiento y
en la cultura del esfuerzo, aunque también se
les debe exigir en la medida de sus capaci-
dades. Ahora bien, también es cierto que en
algún momento nos podemos sorprender y
comprobar que las capacidades eran mayo-
res de lo que creíamos gracias al esfuerzo y
al trabajo.

Michael Jordan machacando el aro en un partido de su equipo,

30 los Chicago Bulls, frente a los Sixers de Philadelphia en el año 1998.
 Experiencia
PERSONAL
La capacidad de superación de Arturo Casado
El mejor momento de mi carrera deportiva
fue cuando conseguí proclamarme cam-
peón de Europa de 1 500 metros lisos en
el Campeonato de Europa de Atletismo
celebrado en Barcelona en el verano del
año 2010. Después de cinco años en la
élite mundial y europea, no era capaz de
obtener lo que yo sabía que valía. Había
sido cuarto en dos campeonatos de Euro-
pa, cuarto, quinto y séptimo en diferentes
campeonatos del mundo y solo había lo-
grado una medalla de bronce en un cam-
peonato de Europa en pista cubierta. En
muchas ocasiones me había quedado con
la miel de las medallas en los labios sabien-
do realmente que merecía más y con la cer-
teza de que lo iba a demostrar. Y qué mejor
forma de hacerlo que en un campeonato
de Europa al aire libre en mi país, con mi
familia y con mis amistades animándome
en el estadio.
Fue un objetivo que nos propusimos mi en-
trenador y yo con la máxima ilusión. Hasta
esa temporada, siempre habíamos prepa-
rado los campeonatos de invierno (pista
Arturo Casado, celebrando su triunfo en la prueba de 1 500 m masculinos
en el Campeonato de Europa de Atletismo
cubierta) y los de verano (aire libre). Sin
embargo, al tratarse de una oportunidad
tan importante para nosotros, decidimos
centrarnos solo en el verano y en ese cam-
peonato en Barcelona. Los entrenamientos
durante toda la temporada fueron excep-
cionales, y las sensaciones, inmejorables.
Fue la temporada en la que en cada sesión
conseguía mayores niveles de concentra-
ción y de diversión al mismo tiempo. Pero
claro, tenía un objetivo que me motivaba
muchísimo. Para mí era lo más importante
en mi vida en ese momento. Sabía que la
oportunidad era única, ya que la celebra-
ción de un campeonato de esa magnitud
en mi país durante mi carrera deportiva era
muy complicado que se volviera a repetir.
De hecho, nunca volvió a suceder.
Llegué, por tanto, en un estado de forma
óptimo a dicho campeonato. La semifinal
transcurrió como esperábamos y el pase a
la final se convirtió en un mero trámite. La
final se mostraba apasionante, con tres es-
pañoles en liza y con el equipo británico en
posesión de las mejores marcas de esa tem-
31 de Barcelona del año 2010.
 porada. En deportes como el atletismo, las
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
2. La superación personal
temporadas te las juegas en minutos. A di-
ferencia de otros deportes como el fútbol,
el tenis o el baloncesto, en los que existen
diferentes competiciones de máxima im-
portancia durante toda la temporada, los
atletas «nos jugamos todo a una sola carta».
Así pues, siempre hay un gran campeonato
por temporada que coincide con las fechas
de verano y que es el que mide realmente
la actuación en dicha temporada.
Las demás competiciones, prácticamente,
tienen la función de medio para llegar al fin
del máximo nivel en el campeonato de tur-
no. En atletismo, siendo europeo, los consi-
derados grandes campeonatos son los cam-
peonatos de Europa, los campeonatos del
mundo y los Juegos Olímpicos. Dicho todo
esto y sabiendo que yo había descartado la
pista cubierta para centrarme en este cam-
peonato, se puede intuir el nivel de tensión
psicológica que representaba dicho mo-
mento para mí.
Durante el calentamiento traté de relajarme
y de no pensar mucho en la carrera, sino en
centrarme únicamente en los ejercicios pro-
pios del calentamiento. Una vez que entré
en el estadio y salí a la pista, los nervios em-
pezaron a florecer. Fue levantar la mirada y
observar el estadio olímpico de Montjuic
abarrotado por unas 80 000 personas en su
interior. Pocas veces había visto un estadio
así. Quizás únicamente en los Juegos Olím-
picos de Beijing en el año 2008.
Sin embargo, me di cuenta de que estaba
en el mejor momento de mi vida y que lo
tenía que aprovechar, y que esa tensión po-
dría ayudarme si conseguía centrarme en la
carrera y no en otros pensamientos nega-
tivos como lo que estaba en juego en los
próximos tres minutos y medio. Es cierto que
la sensación que se experimenta en una final
de un gran campeonato es muy especial a la
vez que intensa. Después de realizar el ca-
lentamiento, los atletas debemos pasar por
varias «cámaras de llamadas». Estas son unas
32
grandes habitaciones o puntos de control en
los que los jueces de la competición che-
quean las zapatillas con los clavos (de metal,
puntiagudos y diseñados para ejercer una
mayor tracción y propulsión del pie en cada
pisada, que se incorporan a unas zapatillas
ligerísimas diseñadas específicamente para
correr en el material sintético de una pista
de atletismo), comprueban que los dorsales
estén correctamente colocados en la cami-
seta de competición y algún que otro aspec-
to técnico.
Mientras uno por uno los participantes de la
final vamos pasando por manos de los jue-
ces, el resto espera pacientemente sentado
en una silla con los rivales al frente y justo al
lado. Lógicamente, las miradas se cruzan y so-
bre todo se palpa en el ambiente lo que está
en juego inmediatamente. Son momentos
duros en los que el control mental desempe-
ña un papel decisivo, el dominio de aquellos
pensamientos negativos que pueden suce-
der en cualquier momento. La respuesta es
la concentración. Yo recuerdo que pasé un
momento complicado en el que la mente me
llevaba a pensar que quizás no iba a ser capaz
de conseguir una medalla y que esta era una
oportunidad que no iba a volver a tener.
Sin embargo, cuando salí de la cámara de
llamadas y me metí en la pista y vi el esta-
dio y a todo el público animando, mi men-
te, después de un razonamiento bastante
simple, dio un giro de 180 grados. De re-
pente, me di cuenta de que ese momento
no iba a volver a suceder, una final de un
campeonato de Europa en mi país con mi
familia y con mis amistades animándome en
el mejor estado de forma de mi vida. No,
tenía que aprovecharlo, tenía que disfrutar-
lo. Ese pensamiento me dejó una sensación
muy positiva de relajación que me permitió
meterme en la carrera como nunca antes lo
había hecho. La final sucedió como se espe-
raba. Fue una carrera lenta en la que ningu-
no de los corredores decidimos imponer un
ritmo fuerte hasta pasado el primer kilóme-
tro. Las vueltas se sucedían y mi colocación
fue perfecta en todo momento.
Por un lado, conseguí mantenerme en el ex-
terior y en segunda posición durante todo
el tiempo. Eso me permitía estar seguro de
que, en caso de un ataque inesperado, no
me quedaría encerrado como el atleta que
se situaba en el interior de la calle uno. Mis
sensaciones fueron buenísimas, ya que con-
seguí mantener mi concentración al máximo
en todo momento. No recuerdo haber pen-
sado en nada diferente a lo que estaba su-
cediendo en la carrera. Cuando uno de los
británicos, Tom Lancashire, decidió cambiar
de ritmo bruscamente a falta de 500 metros
para la meta, mi posición en ese momento
y mi máxima concentración me permitieron
quedarme justo detrás de él sin dejarme en-
cerrar por el otro atleta británico. De este
modo, llegaba a los últimos metros sin haber
realizado ningún desgaste físico.
Decidí adelantar al británico progresiva-
mente a falta de 300 metros para llegar a
la meta, para, finalmente, esprintar al máxi-
mo en los últimos 15 metros. Ese segundo
de diferencia que conseguí aventajar al se-
gundo clasificado, el alemán y gran amigo
Carsten Schlangen, es la muestra del efecto
de la motivación y de la concentración en el
deporte. Es curioso poder decir que esta ha
sido la carrera en la que más me he diverti-
do y en la que más me he concentrado. La
sensación del flujo fue absoluta.
Por último, cabe destacar la influencia de la
mentalidad de crecimiento, de la concen-
tración en la carrera sin tener en cuenta el
resultado que podía obtener, para el triunfo
final. Si en la final de Barcelona no me hu-
biera relajado mentalmente pensando en el
disfrute que dicha carrera me iba a suponer
y en que únicamente en la concentración
iba a estar la clave en vez de pensar en que
no podía fallar porque yo podía lograrlo y
esa oportunidad no iba a volver a suceder,
muy probablemente el resultado hubiera
sido muy diferente.

Sprint final y victoria de Arturo Casado en la prueba

de 1 500 m masculinos en el Campeonato de Europa
de Atletismo de Barcelona del año 2010.

33
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
2. La superación personal
casos de mejora de
la motivación
intrínseca
■■ Una chica o un chico que no consigue
rendir adecuadamente en las activida-
des de clase, aunque su nivel de es-
fuerzo sea alto. Como consecuencia,
no consigue divertirse. Muy probable-
mente no exista un equilibrio entre la
dificultad de las tareas propuestas y su
habilidad para realizarlas. Habría que
proponerle tareas un poco más sencillas
que le permitan esforzarse y divertirse al
mismo tiempo. De este modo, aumen-
taría su motivación intrínseca.
■■ Un chico o una chica que estudia y se
esfuerza mucho, que expresa continua-
mente que su única motivación para
estudiar es conseguir un gran puesto
de trabajo en el futuro para ganar mu-
cho dinero y a quien le aburre mucho
estudiar. A esta persona hay que con-
vencerla de que el único objetivo im-
portante en la vida no puede ser solo
ganar dinero y de que tiene que dedi-
carse o estudiar una profesión que le
guste y que le haga feliz, sin tener en
cuenta exclusivamente el aspecto eco-
nómico. De este modo, aumentaría su
motivación intrínseca.
■■ Un chico o una chica que expresa con-
tinuamente lo bueno que es y que gra-
cias a eso consigue buenos resultados,
tanto en los deportes como en sus es-
tudios. A esta persona hay que intentar
hacerle entender que nada en la vida
es fácil y que, aunque ahora no le cues-
te obtener buenos resultados debido a
sus cualidades, más tarde, de un modo
o de otro, perderá esa facilidad. Los es-
tudiantes que se sigan esforzando más
que él o ella al final lo superarán y no
podrá reaccionar, porque no sabrá es-
forzarse ni entenderá que esa sea una
solución real.
34
 Consejos para mejorar la motivación
■■ Una alta motivación para conseguir un determinado objetivo es imprescindible, y si
es intrínseca o inherente a la propia actividad, es mucho más poderosa.
■■ El entrenamiento o la práctica realizados con una gran concentración lleva a la con-

secución de grandes logros.

■■ El trabajo basado en el esfuerzo y en la concentración no está reñido con la diversión

al realizarlo. Concretamente, la teoría del flujo muestra que la experiencia óptima es

muy divertida.
■■ Se deben marcar objetivos y proponer tareas que sean realizables y que, a la vez,

sean exigentes. En ese equilibrio está la clave del éxito.

35
■■ Tener una mentalidad de crecimiento y no una mentalidad fija es muy importante

para alcanzar objetivos importantes.

 r t e , m e d i o
3. El depo r a u n f i n
y ca ta l i z a d o r pa
Eduard
la influencia
del deporte en la
personalidad
«La personalidad se podría definir
como el modo característico y habitual
en que cada persona siente y se comporta.
Es, por tanto, un conjunto
de características o patrones que definen
a una persona, es decir, los pensamientos,
sentimientos, actitudes, hábitos y la
conducta de cada individuo, que de
manera muy particular hacen que las
personas sean diferentes a las demás 1».
La formación de la persona se puede hacer
por innumerables caminos; uno de ellos es a
través del deporte. Si combinamos deporte
y personalidad, podemos decir que el de-
porte es un fabuloso moldeador que ayuda
a la formación de nuestra personalidad; por
o y José Ja vier Hombrad
os Ibáñez
o Chozas Olm
lo tanto, el deporte adquiere un valor muy
importante en la configuración de nuestros
hábitos como parte de la personalidad.
El deporte es un excelente medio para la
formación de la personalidad del individuo.
A través de la práctica de los diferentes de-
portes se aceptan normas y reglas de forma
natural y divertida, a la vez que se van adqui-
riendo valores y hábitos que establecen pau-
tas que son una referencia para la vida diaria,
conformándose, de esta manera, códigos de
conducta que ayudan a la persona a situarse
de forma positiva en la sociedad, tarea que
complementa notablemente la formación
académica y la adquisición de conocimientos
por parte del individuo.
Desde que alguien se inicia en el deporte y
comienza a realizar una actividad deportiva,
36
el deporte representa un estilo de vida y nos
ayuda a relacionarnos con otras personas,
por lo que mejora nuestro estado anímico y
facilita nuestra vida diaria.
Con el deporte somos mejores personas y,
desde nuestra infancia, mediante el deporte
vamos aprendiendo valores que asimilamos
progresivamente de una forma amena.
Nadie tiene que explicar a una niña o a un
niño que debe pasar el balón a quien esté
en mejor posición para meter gol, sino que
es un aprendizaje natural. Así pues, los valo-
res de generosidad, de sacrificio, de lucha,
de compromiso se asimilan gracias al de-
porte sin tener que explicar a nadie lo que
significan; simplemente hemos de animar
a practicar deporte durante la infancia y la
juventud.
Los valores son convicciones humanas pro-
fundas que determinan la manera de ser y
que orientan la conducta y las decisiones.
Los valores, las actitudes y la conducta están
relacionados, y nos ayudan a superarnos.
«NUESTRO CUERPO ES NUESTRO
JARDÍN, Y NUESTRA VOLUNTAD,
EL JARDINERO».
William Shakespeare
Amistad, tolerancia, honradez, respeto, com-
promiso, trabajo en equipo, honestidad, hu-
mildad, dignidad, superación, perseverancia,
tolerancia, diálogo, autoestima, gratitud, es-
fuerzo, lealtad, disciplina, confianza, iniciativa,
autonomía, generosidad, cooperación son al-
gunos de los principales valores que se gene-
ran en las personas a través del deporte.
En cualquier caso, el deporte es un medio
y un catalizador para un fin, que es la edu-
cación integral en valores de la persona. Es
fundamental que los padres y las madres
pongan atención en cómo utilizan sus hijas y
sus hijos el tiempo de ocio y que los animen a
practicar deporte con monitores, entrenado-
res y profesores con la suficiente formación
para conseguir los objetivos de educación
en valores a través del deporte en esta pri-
mera etapa, tan sensible para la educación y
para la formación de la personalidad durante
la infancia y la juventud. Una mala aplicación
de la enseñanza deportiva en valores puede
provocar un efecto pernicioso que actúe en
sentido contrario cuando se quiere ganar a
cualquier precio, lo que induce a no respetar
las reglas del juego limpio.
37
Los hábitos se adquieren, no surgen de for-
ma espontánea. Cada persona moldea con-
tinuamente su forma de ser y de actuar, de
acuerdo con las influencias que recibe del
medio que la rodea; en casa, en la escue-
la, en el trabajo, con las amistades vamos
construyendo nuestra identidad.
Las sociedades más modernas son aquellas
en las que un mayor porcentaje de indivi-
duos practican deporte. Es evidente que
una sociedad en la que sus miembros hacen
deporte va a ser una sociedad con valores,
que van a construir un país fuerte, en el que
conceptos como el compromiso, la solidari-
dad, el sacrificio, el esfuerzo o la lealtad van
a convertirse en hábitos que se aplicarán en
la vida diaria y que ayudarán a forjar un país
mejor.
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
3. El deporte, medio y catalizador para un fin
Experiencias
PERSONALES
La perseverancia y la superación de Eduardo Chozas
La perseverancia y la superación son valores
fundamentales para mejorar, pues somos
capaces de modificar nuestras capacidades
mediante su desarrollo. En mi caso han sido
una realidad constante que han orientado mi
trabajo con el objetivo de mejorar mi rendi-
miento y han hecho posible que, teniendo
en cuenta mis cualidades como ciclista todo-
terreno, no especialista en nada, pero que
podía estar con los mejores en montaña y ser
un buen rodador en llano, pudiese conseguir
el triunfo en clásicas y en etapas de montaña
en las grandes vueltas por etapas.
Ya en las categorías inferiores, en júnior y en
sub 23, me di cuenta de que era básico en-
trenar más que los demás ciclistas para poder
superar a mis rivales. Recuerdo que con 18
años salíamos a entrenar en pequeños grupos,
sobre todo cuando íbamos a realizar entrena-
mientos de gran fondo, de más de 150 km, con
ritmos fuertes y trabajos duros en las subidas.
Si en el entrenamiento no había tenido buenas
sensaciones y no había estado a la altura de-
seada en relación con mis compañeros, como
complemento, realizaba en solitario otra hora
más de entrenamiento para llevar al límite mi
organismo, para mejorar y subir otro escalón,
y así poder llegar a un mejor estado de forma
y ser más competitivo.
Son fundamentales los hábitos de higiene,
de descanso y de buena alimentación para
poder recuperarse satisfactoriamente del
esfuerzo y conseguir la compensación para
mejorar el rendimiento.
Tener capacidad de superación es un valor
fundamental. Ha sido una de las claves de
mi éxito como ciclista para lograr los objeti-
vos explotando mis mejores cualidades: ser
muy resistente en las etapas más exigentes
y duras del calendario ciclista sin ser el me-
jor escalador, rodador o esprínter. Es un va-
lor que no solo sirve en el deporte, sino que
también tiene aplicación en los estudios, en
el trabajo y en la vida en general.
Alcanzar un buen estado de forma da con-
fianza y fomenta la iniciativa, dos valores que
actúan sobre la actitud, que es fundamental
para tener éxito. Un claro ejemplo de la im-
portancia de la actitud es el triunfo de etapa
que obtuve con 22 años en la tercera jornada
Eduardo Chozas en pleno esfuerzo
en una etapa del Tour de Francia de 1990.
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
3. El deporte, medio y catalizador para un fin
del Giro de Italia de 1982, que discurrió entre
las localidades de Terni y de Vasto, con 265 km
de recorrido, en la que conseguí llegar en soli-
tario por delante del pelotón a una media de
43 km/h tras ir escapado los últimos 90 km.
Tuve la iniciativa de atacar en el momento
tácticamente acertado y cuando confiaba en
que podría llegar a pesar de la dificultad que
entrañaba el reto.
También el trabajo en equipo, la lealtad y la
generosidad son importantes en el deporte y
para la sociedad. El deporte te educa en ellos,
siempre y cuando se tenga un buen entrena-
dor que los fomente en los jóvenes deportis-
tas. Yo lo aprendí desde muy joven, en las ca-
tegorías júnior y sub 23, y lo puse en práctica
en mi primer año como ciclista profesional,
con 19 años, cuando participé en mi primera
Vuelta a España, que ganó mi compañero de
equipo Faustino Rupérez en 1980. Faustino
se colocó de líder en la clasificación general a
falta de dos semanas y mi misión en la carre-
ra era controlar las escapadas desde la salida
poniendo el ritmo en el pelotón con otro com-
pañero hasta agotar las fuerzas, durante unos
150 km de carrera; luego entraban en acción
otros compañeros para la fase final de cada
etapa. Era un trabajo durísimo, pero que me
llenó de satisfacción y de orgullo por mi contri-
bución para defender el liderazgo de mi com-
pañero hasta la etapa final en el paseo de la
Castellana de Madrid. La disciplina de equipo
se acepta por voluntad propia, renunciando a
las iniciativas personales en función de un fin
más importante como es conseguir el triunfo
en la clasificación general final.
La amistad y la gratitud son dos valores que
no se generan precisamente en el rigor de
la lucha por el triunfo, pero que dentro del
deporte surgen en las situaciones más difí-
40
ciles. En el ciclismo se establecen estas rela-
ciones muchas veces cuando se ha perdido
la opción de disputar la carrera y se va en un
grupo de rezagados que ya solo busca termi-
nar la etapa y superar una dura jornada. En
estos grupos de cola de pelotón ya no es tan
importante pertenecer a un equipo o a otro,
todos sus componentes se comportan como
compañeros, ayudándose unos a otros a su-
perar la jornada, sobre todo a los que más lo
necesitan por su falta de fuerza. Esta ayuda
prestada y recibida da lugar a una amistad y,
a la vez, fomenta la gratitud al recibir ayuda
desinteresadamente.
Recuerdo que en una edición de la Vuelta a
Flandes de 1990, una carrera de 260 km que
discurre por carreteras de adoquines y reco-
rridos muy estrechos, una prueba para verda-
deros especialistas en este tipo de clásicas,
que no era mi caso, mi objetivo era conocer

la prueba y lograr terminarla. Llegó el tramo
más difícil; era un muro de adoquinado de
1 000 metros de longitud con tramos del 20 %
de desnivel, el famoso «Koppenberg». Todos
iban como locos por tomar la cabeza del gru-
po como si acabase la carrera en ese punto,
pero yo no conseguí empezar en cabeza y
tuve que subir un tramo a pie, porque es el
típico desnivel por el que solo pueden subir
en bici los 30 primeros y se produjo el clásico
bloqueo y enganchón que obliga a todos los
de atrás a subir andando. Desde ese punto, la
carrera se convierte en un trabajo de persecu-
ción para intentar acabar en un terreno muy
complicado y exigente sembrado de muros y
de carreteras en las que solo cabe un coche.
En un momento de apuro, ya en un grupo re-
trasado, recibí la ayuda de un ciclista cuando
estaba a punto de salirme de la carretera en
una parte muy estrecha, que me sujetó para
mantenerme dentro. Era el ciclista uzbeco
Djamolidine Abdoujaparov, un gran esprínter
de la época con el que jamás había cruzado
una palabra. Sin entendernos demasiado por
la diferencia de idiomas, surgió entre nosotros
una bonita amistad, y a día de hoy todavía me
acuerdo de su bonito gesto.
La honestidad y la dignidad son valores que
marcan la personalidad notablemente y que
la orientan hacia el ideal del juego limpio.
Solo una vez me han querido comprar en
una carrera. En una de las etapas, en la que
iba escapado junto a otro compañero, pare-
cía que podríamos llegar los dos a la meta en
solitario, en un final que le favorecía a él, más
rodador y más rápido que yo. La etapa atra-
vesó tramos de montaña en los que yo era
más fuerte, pero en un esprín con él no te-
nía muchas posibilidades, cuando, además,
durante la carrera él llegó a mi altura cuan-
41
Eduardo Chozas felicitando a
Anselmo Fuerte, convertido en líder
de la Vuelta a España de 1988.
do yo llevaba ya 40 km escapado y notaba
que estaba más cansado que él. A falta de
10 km para el final se me acercó el coche de
su equipo y me propuso que no disputase
la etapa porque querían dedicarle el triunfo
a la hija del patrón del equipo. Me ofrecían
un millón de pesetas de la época (6 000 €).
A sabiendas de que no le podía ganar, no
acepté, no me pareció honesto ni digno.
Llegamos con muy poca ventaja sobre el pe-
lotón y yo estaba muy cansado; lanzamos el
esprín y me ganó por media bici. Fui hones-
to y mantuve mi dignidad. Creo que fue un
gran triunfo para mí en el plano ético. Cuatro
días después gané una etapa.
El trabajo en equipo, la lealtad
y la generosidad son importantes
en el deporte y para la sociedad.
 Experiencias PERSONALES
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
3. El deporte, medio y catalizador para un fin
La constancia de José Javier Hombrados
Personalmente, el deporte me ha ayudado
mucho, pues desde niño he sido una perso-
na hiperactiva que tenía que quemar toda
la energía que me impedía estar quieto más
de cinco minutos. Mis progenitores tuvieron
claro siempre, sin que hubiera tradición en mi
casa en la práctica deportiva, que el deporte
era algo indispensable en mi formación, hasta
el punto de que si no estudiaba o no llevaba
un orden académico, el castigo era no dejar-
me hacer deporte. Por esta razón, el deporte
ha sido fundamental en mi formación, y todo
lo que soy es gracias a valores que he apren-
dido del deporte de forma natural.
Generosidad, esfuerzo, constancia, amistad,
respeto, disciplina, tolerancia, confianza…,
todos estos valores se han convertido en los
principios fundamentales que conforman mi
personalidad, y el responsable de este apren-
dizaje ha sido el deporte.
Como deportista, si tuviera que elegir el valor
que más ha influido en mi comportamiento,
destacaría la constancia. No he sido un de-
portista con un gran talento natural, pero sí
he sabido escuchar los consejos y repetir las
instrucciones que me daban hasta que el ejer-
cicio que ejecutaba me salía bien. Esta actitud
me ha permitido progresar en mi carrera de-
portiva, simplemente trabajando.
En mi historia, el éxito me llegó porque desde
que elegí el balonmano siempre he sido fiel
a este deporte, incluso a la posición, siempre
he sido portero. Esta constancia me ha ayuda-
José Javier Hombrados, en tensión, trata de detener
el lanzamiento de un contrincante.
do a entrenar muchas horas y, al final, a apren-
der y a disfrutar de grandes oportunidades.
Recuerdo que teníamos un entrenador, con el
cual todavía tengo amistad, Ernesto Enríquez,
mi padre deportivo, que con 14 años nos
hacía entrenar incluso lloviendo, y nos decía
«hay que endurecerse». En ese momento no
entendía muy bien sus razones, porque tenía
frío y me quería ir a casa, pero después me he
dado cuenta de que el sacrificio es necesario
cuando realizas una tarea que te gusta y en la
que quieres mejorar.
Otro valor que creo que ha sido clave en mi
formación gracias al balonmano ha sido la
honestidad. He sido honrado conmigo mis-
mo y con las demás personas, y si he podi-
do ayudar a alguien, lo he hecho. Para mí, el
balonmano ha sido una alegría y mi objetivo
siempre ha sido transmitir o devolver esa ale-
gría que me proporcionaba el balonmano a
otras personas.
Mi constancia y mi trabajo son los que me han
ayudado a alcanzar mis retos. Tal es mi cons-
tancia y mi amor por el deporte que todavía
no me he retirado. Soy el jugador más mayor
de la liga profesional y sigo disfrutando como
si fuera el primer día. Hasta aquí me ha lleva-
do mi ilusión y sobre todo la disciplina en el
trabajo y mi constancia. Con 40 años me rom-
pí la rodilla y pensé que no volvería a jugar
y que era el momento de retirarse, pero me
recuperé en cinco meses y ese año ganamos
la Copa del Rey.
LA CONSTANCIA
Y EL TRABAJO
NOS PERMITEN ALCANZAR
NUESTROS RETOS.

43
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
3. El deporte, medio y catalizador para un fin
riesgos que el
deporte
ayuda a evitar
Ya hemos hablado del carácter integrador
del deporte, pero, a veces, no alcanza-
mos a calibrar su importancia. El deporte
es el salvavidas que puede permitir mejo-
rar muchas situaciones que se dan en el
mundo, y su aspecto formativo y para la
construcción de personalidad resulta vital
durante la infancia y la adolescencia. En
muchos países, este salvavidas ayuda de
diversas maneras:
■■ Mejorando la salud física y reduciendo
la obesidad infantil.
■■ Favoreciendo la salud mental, logran-
do el equilibrio psicológico.
■■ Alejando a los colectivos en riesgo de
comportamientos peligrosos, como
la drogadicción o la delincuencia, por
ejemplo.
Haciendo deporte nos alejamos de todos
estos peligros, y, además, cuando come-
temos errores, podemos encauzar nuestra
vida gracias a las grandes satisfacciones
que nos proporciona la práctica depor-
tiva. Aunque muchas veces el éxito no
está al alcance de todas las personas, en
el deporte cualquiera puede encontrar la
motivación necesaria para mejorar, pues,
en este sentido, en el deporte todas las
personas somos iguales y partimos de las
mismas condiciones para tratar de ganar.
Esta satisfacción es la que ayuda a recon-
ducir nuestras vidas, porque la motiva-
ción que nos da querer ganar hace que
seamos capaces de cambiar y de modi-
ficar nuestros hábitos para poder conse-
guir nuestros retos.
44

Orientaciones para
conformar la
personalidad
Es muy importante que las niñas y los niños
se inicien en un deporte por el mero hecho
de que les guste la actividad y encajen en el
grupo con el que comparten varias horas a
la semana.
El deporte y la actividad física «alimentan»
el cerebro, lo ayudan a funcionar de mane-
ra efectiva. Se ha demostrado que la acti-
vidad física produce cambios profundos y
duraderos en el sistema cerebral y que este
desarrollo mejora directamente el trabajo
intelectual. El deporte y la actividad física
pueden mejorar el aprendizaje y la memo-
ria de niñas y niños.
Estas ventajas físicas, unidas a las ventajas
en la conformación de la personalidad a tra-
vés de la educación en valores que propor-
ciona el deporte, favorecen el surgimiento
de una sociedad más equilibrada.
El objetivo fundamental del deporte en el
ámbito educativo, más allá de los resultados,
es que se asimilen los valores intrínsecos al
deporte de una forma divertida. Paralela-
mente a esta tarea primordial, son también
importantes, evidentemente, el aprendizaje
de la técnica y la mejora física, incluyendo la
competición si procede, aunque cada caso
será diferente.
La competición es una motivación para
quienes la demanden, pues competir para
poder llegar a la élite en alguna actividad
deportiva es un motivo de superación para
muchas personas, aunque en ningún caso
se debe olvidar que debemos saber ganar
y saber perder. Por ello, es fundamental
no generar estrés durante la competición
exigiendo la victoria; al contrario, la forma
adecuada para preparar una competición
radica en favorecer la motivación.
La manera más efectiva de motivar consiste
en poner en práctica lo que se ha ensayado
en los entrenamientos, pero sin reservas. Y
si ocurre que se pierde frente a cualquier
rival superior, simplemente se debe consi-
derar como un motivo de aprendizaje para
continuar mejorando.
Paralelamente al deporte que se practique,
es necesario realizar actividades comple-
mentarias de carácter lúdico-festivo para
acabar con la posible monotonía que pro-
voca la rutina de los entrenamientos y de
las competiciones, y, de este modo, seguir
fomentando la amistad y la unión del grupo
mediante excursiones, visitas a museos, sali-
das al cine, etc.; en definitiva, realizando ac-
tividades divertidas en grupo para fomentar
la convivencia y la unión del equipo.
El deporte mejora la salud física
y mental y ayuda a conformar
la personalidad.
Por otra parte, la práctica del deporte como
ocupación del tiempo de ocio es un buen
método de prevención de actividades que
45
perjudican nuestra salud y se convierten
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
3. El deporte, medio y catalizador para un fin
en hábitos peligrosos, como pueden ser el
consumo de drogas, la violencia, etc.
Otro aspecto cada vez más importante que
es necesario considerar en nuestra sociedad
es la vertiente económica; en este sentido,
la mayoría de los deportes son accesibles
para cualquier persona, pues no requieren
de un gran presupuesto para practicarlos y
para aprender, de paso, los valores intrínse-
cos a cada especialidad deportiva.
«Nuestra filosofía precede
a la creencia de que el deporte
es una parte inseparable del
proceso educativo y un factor para
promover la paz, la amistad,
la cooperación y el entendimiento
entre los pueblos».
Juan Antonio Samaranch, Presidente
del Comité Olímpico Internacional
«El deporte es algo muy inspirador
para los jóvenes».
Pelé, futbolista, campeón
del mundo con Brasil
«El olimpismo se propone crear un
estilo de vida basado en la alegría del
esfuerzo, el valor educativo del buen
ejemplo y el respeto por los principios
éticos fundamentales universales».
Pierre de Coubertin, pedagogo y fundador
de los Juegos Olímpicos modernos
«El deporte es un lenguaje universal,
la construcción de más puentes entre
las personas que cualquier otra cosa
que se me ocurre».
Sebastian Coe, atleta británico,
campeón olímpico de 1 500 m lisos
 o y p e r s e v e r a n c i a
4. Esfu e r z
d i m i e n t o d e p o r t i
en el r e n
la superación mediante
el esfuerzo y la
perseverancia
Después de muchos años de dedicación
al deporte y a las ciencias que lo estudian,
creo que no hay mejor forma que explicar
esta serie de valores a través de mis expe-
riencias deportivas y de mis conocimientos
adquiridos en mis estudios.
Según el diccionario de la lengua españo-
la de la RAE, el término «esfuerzo», en su
segunda acepción, significa ‘empleo enér-
gico del vigor o actividad del ánimo para
vencer dificultades’. Por lo tanto, el objeti-
vo de la aplicación del esfuerzo es «vencer
dificultades». Esta exigencia es inherente a
cualquier objetivo que cualquier persona se
pueda proponer y que realmente suponga
conseguir algo interesante o enriquecedor.
Por ello, podríamos decir que el esfuerzo
es una condición necesaria y que precede
a cualquier logro destacable. Ese logro, en
v o
Arturo Casad
muchos casos, supone el hecho de «supe-
rarse» a uno mismo.
También en este sentido, la cuarta acepción
del término «esfuerzo», del diccionario de
la RAE responde al ‘empleo de elementos
costosos en la consecución de algún fin’.
Ese carácter «costoso» del esfuerzo repre-
senta, por tanto, el camino abrupto, aunque
también enriquecedor, que supone la supe-
ración personal.
El deporte pasa por la superación, y su-
perarse supone vencerse a uno mismo en
cada momento, en cada entrenamiento,
en cada sesión. Pero también significa ser
humilde, porque superarse parte de una
actitud humilde, del que es consciente de
sus propias limitaciones y trata de sobre-
ponerse a ellas. Al mismo tiempo, supone
una actitud determinante, desafiante y, en
46
o Alda
cierto modo, orgullosa. Una persona que
no sea consciente de su propia capacidad
y de que esta le va a llevar a lograr un de-
terminado objetivo nunca lo conseguirá. Es
un equilibrio constante y necesario entre la
humildad y el orgullo.
Estos valores de logro fundamentales son
imprescindibles en su justa medida e in-
efectivos en sus extremos y por separado.
Este proceso pasa ineludiblemente por un
determinado sacrificio, por un gran esfuer-
zo. En este sentido, el alto rendimiento de-
portivo es un marco ideal e incomparable
para entenderlo, porque lleva estos valores
al extremo. De este modo, cuanto más alto
apuntes, más humilde tienes que ser para
afrontar un objetivo, siendo consciente de
lo que va a demandarte. Y, al mismo tiem-
po, debes mantener una actitud determi-

Manel Estiarte Doucastella participó en
seis juegos olímpicos con la selección
española de waterpolo: doble medallista
de oro; 23 años capitán de la selección;
estandarte del waterpolo español.
nante con cierto nivel de confianza que te
permitirá conseguirlo, porque superarte en
el deporte de alto rendimiento, por ejem-
plo, no significa que cada día que entrenes
tengas que mejorar la marca o el tiempo
del entrenamiento o del día anterior. No es
eso, ni mucho menos.
En mi caso, como atleta, superarme signi-
fica que una mañana que me levanto algo
más fatigado de lo habitual y tengo un
entrenamiento de tres horas y media por
delante no me quedo en la cama justificán-
dome con mil excusas y salgo a realizarlo
pensando que mis rivales no cederán ese
día, y que si yo lo hago, les daría una ven-
taja inalcanzable. Superarme, por lo tanto,
supone encontrarme en ese entrenamiento
con unas malísimas sensaciones y tener que
completarlo sabiendo que mi nivel de con-
centración tiene que ser máximo. Esta acti-
tud se debe a que mi estado de fatiga física
implica que mi cuerpo recibe constantes
avisos de que tengo que abandonar, pero
sé que eso no es lo óptimo para seguir me-
jorando. Miro el reloj y estoy bastante por
debajo (peor) de la media de los tiempos
que normalmente suelo marcar en ese mis-
mo entrenamiento. Me frustro porque atri-
buyo una carga emocional a ese dato, que
pasa de ser una mala sensación a un peor
sentimiento.
Tengo que parar esos pensamientos, sé que
no me queda otra solución, porque me hun-
den en un pozo, en un hoyo muy profundo
del que cuesta mucho salir. Son pensamien-
tos negativos, los mayores enemigos de
cualquier deportista. No son útiles; son des-
tructivos. Sin embargo, su aparición puede
llegar a ser entendible, coherente, simple-
mente porque es consecuencia de las nume-
rosas señales que tu cerebro está recibiendo
provocadas por la fatiga y que te dicen que
pares. Esta situación me induce a pensar de
una forma diferente. Me pone entre la espa-
da y la pared. ¿Hasta dónde hay que llegar?
¿Cuánto sufrimiento es necesario? ¿Tanto
merece la pena el objetivo que me he pro-
puesto que incluso me lleva a poner de al-
gún modo en riesgo mi integridad física?
Esos son los pensamientos negativos, que,
además, son recurrentes, porque cuando
parece que te has librado de ellos, vuelven
a aparecer. Y, ante ellos, solo se puede op-
tar por seguir tres diferentes caminos: el del
abandono, el de la desconcentración o el
del control de esos pensamientos y el logro
de la máxima concentración.
Cualquier deportista, en un momento
difícil, puede tirar la toalla simplemente
47
porque dejar de luchar es lo más fácil e
incluso lo más placentero. Dejar de «su-
frir» esas sensaciones puede ser lo mejor
que le puede pasar, mejor que cualquier
manjar que pueda probar en el restauran-
te más lujoso, porque uno de esos típicos
pensamientos negativos suele estar repre-
sentado por lo bien que estaría en ese mo-
mento descansando en su sofá en lugar de
dando lo máximo de sí por mantener un
determinado ritmo.
Es ahí cuando surge esa capacidad perso-
nal del sentido de responsabilidad, por un
lado, y, sobre todo, lo que verdaderamente
significa para cada cual (la motivación) el
objetivo por el que se lucha (unos Juegos
Olímpicos, unos campeonatos de España
o simplemente la carrera de su barrio). Son
principalmente esos aspectos los que le ha-
rán seguir o los que le harán sentirse mal
en el momento de abandonar y muchísimo
peor a medida que van pasando las ho-
ras. Ese otro sentimiento es más profundo
cuando de verdad se lucha por los propios
sueños. Es más demoledor, mucho más in-
cluso que el de la molestia continua que
supone el entrenamiento en sí. Pero tiene
un doble efecto rebote. Si de verdad le ha
dolido abandonar porque reconoce que no
es el camino hacia el éxito, esto significa,
en primer lugar, que su motivación es muy
fuerte, que su motivación le puede hacer
llegar mucho más lejos de lo que cree, y,
en segundo término, que la próxima vez
que pase por esa situación se lo va a pen-
sar muchas más veces antes de dar el paso
de abandonar, porque se reconocerá que
abandonar fue un error, aunque tampoco
se puede estar en todo momento culpabili-
zándose por ello.
 Recuerdo un entrenamiento que tenía que
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
4. Esfuerzo y perseverancia en el rendimiento deportivo
hacer en la Casa de Campo de Madrid. Era
invierno y hacía bastante frío. Ese año decidí
centrarme en correr las carreras de campo a
través (cross) durante el invierno. Mi entre-
nador, Arturo Martín, se situaba con el cro-
nómetro en mano tomando los tiempos de
cada vuelta de cuatro kilómetros, entre las
que recuperábamos dos minutos. Recuerdo
un día de mucha fatiga y en el que los tiem-
pos «no salían». Hacía mucho frío y parecía
que tenía todo en mi contra. Una mezcla de
sensaciones y de pensamientos negativos
me hicieron abandonar entre la segunda y
la tercera repetición, diciéndome a mí mis-
mo que era lo mejor que podía hacer ese
día y que no tenía por qué sufrir más.
Lo cierto es que esa temporada era muy im-
portante, porque teníamos un campeonato
de Europa que se iba a celebrar en España, y
experimenté un gran remordimiento duran-
te los dos días siguientes por no haber fina-
lizado el entrenamiento. Sabía que con esa
actitud iba a ser imposible lograr mi objetivo
EL DEPORTE NOS ENSEÑA
A SUPERARNOS
EN CADA MOMENTO.
de ser campeón. Sin embargo, mi motiva-
ción esa temporada era tan grande que hizo
que me doliera tremendamente haber aban-
donado durante ese entrenamiento y no lo
volví a hacer en ningún otro entrenamiento
en el resto de la temporada. Fue mi mejor
año, y lo culminé con un título de campeón
de Europa y batiendo todas mis marcas.
De este modo, una de las capacidades más
desarrolladas por cualquier deportista es la
resiliencia, entendida como la capacidad
para superar dificultades y obstáculos. Por
eso, cada deportista se ve constantemente
representado como un ave fénix, que con-
tinuamente resurge de sus propias cenizas.
Sin embargo, existe una opción mental
algo más complicada relacionada con la
competitividad, que le permite a cualquier
deportista sacar sus más puros instintos y
satisfacerlos al máximo, cuando ese «mag-
nífico» día su «compañero de fatigas» ca-
sual y aleatoriamente «va mejor que él».
Esta expresión se usa mucho en el argot
deportivo y significa simplemente que al
48
compañero le cuesta mucho menos mante-
ner el ritmo y, por ello y por su capacidad
competitiva, a pesar de tratarse de un en-
trenamiento, consigue hacerle dar más de
sí de lo que normalmente acostumbra en
un entrenamiento. Es ahí cuando opta por
dejar de escuchar a su cabeza y esos avisos
de fatiga, se deja llevar por la agresividad
y se centra en llevar al máximo su capaci-
dad de sufrimiento. Es una opción siempre
valiente, que consiste en sobrepasar a su
adversario, o en sobrepasarse a sí mismo,
pero que puede suponer también la pér-
dida de concentración. Es una actitud que
hace que ese día pase sin remordimientos,
con la sensación del deber cumplido, aun-
que haya algo dentro de él que le susurra
al deportista que quizás esa no haya sido la
mejor opción, que quizás ese no haya sido
el mejor camino. Sin embargo, trata de no
pensarlo, de evitar esa ligera sensación, de
autoconvencerse de que lo que decidió al
poner al máximo a su organismo era lo me-
jor, lo más óptimo.
Pero esta sensación positiva solo dura mo-
mentáneamente. Al día siguiente se levan-
tará peor que el anterior, más cansado, con
menos ganas de volver a entrenar. Probable-
mente enfermará o también probablemente
surgirá una molestia muscular o tendinosa ol-
vidada. Son los riesgos de ir al máximo todos
los días, incluso cuando se está fatigado. Este
comportamiento me ha pasado en diferentes
momentos de mi carrera deportiva y me ha
llevado al sobreentrenamiento, a constipar-
me o a lesionarme. La concentración no se
puede perder cuando uno se quiere superar
a sí mismo en el más alto nivel.
Aunque también hay una tercera opción, que
le permitirá al deportista superar la situación
conflictiva. Esta es la del término intermedio,
la de la mesura inteligente, la decisión más
difícil de tomar, en la que la mente respon-
de de un modo superior a pesar de todas
estas barreras físicas y mentales. Esta alter-
nativa pasa por renunciar a tus instintos, al
de supervivencia, que te hace alejarte del
dolor eliminándolo de raíz y abandonando el
entrenamiento realizado, y al de competitivi-
dad, evitando llevar al máximo tu organismo.
Pasa por la consciencia plena, centrándote
en ti y en tus propias sensaciones, sabiendo
hasta qué punto puede llegar tu cuerpo para
ser capaz de asimilar ese entrenamiento. Se
basa en entender a tu propio cuerpo, en ser
capaz de detectar y de medir la magnitud
de las señales, de identificar el nivel justo de
sufrimiento que reacciona del mejor modo
en tu organismo para producir las adaptacio-
nes óptimas. Esta elección requiere altísimos
niveles de concentración, entendida esta
como esfuerzo mental.
Pero la concentración es particular, porque
una de sus características es la temporalidad.
La concentración se puede dar en un mo-
mento dado de una carrera o de un partido
de tenis, pero esa concentración «momen-
tánea» probablemente no vaya a llevar a un
gran resultado. Tampoco en el entrenamiento.
Esa concentración te va a llevar a realizar, en
un momento dado, una acción acertada; sin
embargo, la concentración mantenida en el
tiempo es la que te permite una mejora con-
sistente. Lo difícil no es conseguir concentrarse
durante un determinado tiempo, sino mante-
ner la concentración en cada entrenamiento,
durante días, semanas, meses o temporadas.
La concentración, por otro lado, no te permi-
te pensar más allá de la actividad propia del
entrenamiento. No deja entrar los pensamien-
tos negativos y tampoco permite el descontrol
propio de una acción no premeditada y pa-
sional. Pero, por otro lado, requiere esfuerzo
mental, intensidad mental.
Una vez alcanzado este objetivo, se suele
conseguir disfrutar de cada ocasión, porque
en todo momento eres consciente y tomas el
control absoluto de la situación. El dolor cam-
bia, pasa de ser una molestia más que negativa
a una sensación positiva, porque, por un lado,
no dejas que suba a niveles muy altos y desa-
gradables, ya que eso supondría no optimizar
la «asimilación» del entrenamiento, y, por otro,
ese dolor controlado y no exagerado pasa a
tener un significado positivo en tu mente. Has
comprobado que ese nivel justo de dolor o,
más bien, de esfuerzo, es el que más te hace
mejorar, el que mejor te sienta sin llegar al so-
breentrenamiento y sin «quedarte corto».
El deporte desarrolla la resiliencia,
la capacidad de superar dificultades
y obstáculos.
49

Experiencia
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
4. Esfuerzo y perseverancia en el rendimiento deportivo
PERSONAL
El esfuerzo y la concentración de Arturo Casado
Las semanas de entrenamiento que recuer-
do con más cariño son las de la primavera
del año 2010. Son las que me llevaron a mi
mayor éxito deportivo y nunca me he diver-
tido tanto entrenando. Recuerdo que en
cada sesión mi mente era capaz de gestio-
nar los esfuerzos al milímetro, que fui capaz
de marcar cada ritmo de cada entrenamien-
to con el punto de esfuerzo que requería
cada momento en función de la fatiga que
experimentaba. Tenía una sensibilidad muy
especial y mi cuerpo respondía. Conseguí
acumular una gran cantidad de entrena-
miento sin que supusiera una sobrecarga
para mi organismo. Esta capacidad la ad-
quirí a base de entrenar mi concentración
durante años de gran esfuerzo.
En este sentido, esa concentración man-
tenida de la que hablamos se debe dar
durante muchos años. Supone constancia
y perseverancia en grados muy altos. Por
ejemplo, en mi caso, empecé a correr con
mi padre cuando tenía 8 años de edad.
Seguí haciéndolo posteriormente en el co-
legio del barrio madrileño donde pasé mi
infancia y mi adolescencia (Santa Eugenia)
hasta que conocí al entrenador que me
acompañó durante el resto de mi carrera
deportiva (Arturo Martín) a los 14 años. A
LA EXIGENCIA DEL DEPORTE
MEJORA LA CAPACIDAD
DE TRABAJO EN CUALQUIER
ÁMBITO DE LA VIDA.
partir de ese momento empecé a entrenar
prácticamente a diario aumentando pro-
gresivamente mi implicación en el entrena-
miento, llegando a acumular doce sesiones
y 180 kilómetros de carrera semanales justo
antes de proclamarme campeón de Euro-
pa de 1 500 metros lisos con 27 años. Fue-
ron casi veinte años corriendo y al menos
quince de ellos con un nivel muy elevado
de implicación y de concentración en cada
entrenamiento. Esto es lo que supone para
mí la superación en el alto rendimiento y
el aprendizaje que creo que es aplicable a
cualquier ámbito.
De este modo, en mi caso, considero que
el deporte, y más concretamente el depor-
te de alto rendimiento, me ha hecho evo-
lucionar sustancialmente en los diferentes que superar numerosos obstáculos durante
aspectos de la vida. Por ejemplo, en los bastante tiempo. Requiere de mucho cora-
estudios. Creo firmemente que la exigen- je y «cabezonería», entendida en el buen
cia del deporte es una enseñanza aplicable sentido de la palabra.
directamente a la vida y, especialmente, a Pero estos valores adquiridos son los mismos
la mejora en la capacidad de trabajo. El de- que se requieren para cualquier otro objetivo
porte es un medio «virtual» que te enseña en la vida, independientemente de que sean
muchas cosas; virtual en el sentido de que o no virtuales. En mi caso, se producía una
llegar el primero en una carrera o ganar circunstancia muy curiosa. Cuando estaba
un partido de fútbol no tiene una función en el colegio, entrenaba todas las mañanas
real de carácter práctico; sin embargo, para muy pronto con el club de atletismo orga-
conseguir esos objetivos «virtuales» hay nizado y creado por los docentes. Siempre
50

les estaré agradecido por enseñarme este
deporte. Lógicamente, a mí me costaba un
gran esfuerzo tener que madrugar todas las
mañanas al menos una hora más que el resto
de mis compañeras y compañeros de clase
para irme a entrenar, con el esfuerzo «extra»
que el entrenamiento también suponía. Pos-
teriormente, tenía que pasar el resto del día
en clase y muchas veces las últimas horas me
encontraba cansado.
Después de acabar la fase escolar comen-
zó la etapa del instituto. Como ya no podía
entrenar en el colegio, tenía que tomar una
decisión. Podía desplazarme todos los días
en transporte público a la escuela de atle-
tismo del barrio vecino (Moratalaz) o podía
simplemente abandonar el atletismo. En ese
momento pensé que no tenía necesidad
de seguir esforzándome tanto quitándome
tiempo de ocio con mis amistades con un
entrenamiento más exigente del que estaba
realizando hasta el momento y con el esfuer-
zo y el tiempo añadidos que suponía el des-
plazamiento. Si decidía continuar, durante
51
Arturo Casado celebrando su triunfo
en la prueba de 1 500 m masculinos en
el Campeonato de España de Atletismo
en pista cubierta de Sevilla del año 2009.
la semana únicamente me quedaría tiempo
para entrenar y para estudiar, además de te-
ner que organizarme muy bien para que el
deporte no afectara a mis estudios. Mis no-
tas en el colegio hasta ese momento siem-
pre habían sido buenas.
Después de tomar la decisión de abando-
nar el atletismo era un chico feliz. Tendría
muchísimo más tiempo para lo que quisiera:
salir con mis amistades, ver la tele, escuchar
música. Y sobre todo se acabaría esa sen-
sación de esfuerzo constante, de cansancio
 Arturo Casado participando en la XVIII carrera
popular Costa de Ajo (Cantabria) del año 2012.

e incluso de sufrimiento, sobre todo, en las

competiciones. Además, seguro que eso
iba a hacer que mis notas mejoraran mucho,
porque iba a tener mucho más tiempo para
estudiar. En fin, todo iban a ser ventajas.
Llegó el momento de empezar el curso y, al
principio, los días me resultaban muy largos.
Sin darme cuenta, cada vez dedicaba más
tiempo a ver la televisión, veía todas las se-
ries y películas. De repente, había días que
cuando me quería poner a hacer las tareas
de clase ya era la hora de cenar y lo dejaba
para el día siguiente. Además, después de
varios años de practicar deporte, sentía que
a mi cuerpo le faltaba algo. Me sentía raro,
más débil. Aunque algún día salí más entre
semana con los amigos y amigas, tampo-
co lo hacía con mucha frecuencia y mi vida
social no mejoró sustancialmente en este
sentido, porque dejé de ver a las amistades
que había hecho practicando deporte.
Finalmente, ese año fue el peor en cuanto
a resultados de toda mi vida académica.
Había dejado el deporte y, paradójicamen-
te, habían empeorado significativamente
mis notas. Tuve que recuperar matemáti-
cas y la nota media a duras penas llegaba
al seis. Tanto estas notas como los cambios
en mis sensaciones generales durante todo
ese curso repercutieron en el hecho de que
llegara el verano y tuviera mucho sobre lo
que reflexionar. ¿Cómo podía ser? No tenía
ninguna lógica. Teóricamente, tendría que
haber mejorado mis calificaciones, porque
tenía más tiempo para estudiar. Fue en ese
momento cuando me di cuenta del efecto
tan positivo que había ejercido el deporte
en mi vida durante los años anteriores.
El deporte me obligaba a esforzarme y a
concentrarme. También me exigía organizar

52
mi tiempo de una forma más efectiva, te-
niendo que ponerme horarios en mi rutina
dedicados al estudio, al descanso y al propio
entrenamiento. Me hacía superarme no solo
como corredor, sino también como persona.
Y esta exigencia se veía reflejada en el hecho
de que era más capaz de abordar objetivos
no deportivos, como el académico, de forma
más eficiente.
Esta experiencia personal se ha comproba-
do en un estudio muy reciente de Santana
y colaboradores en el que realizan una revi-
sión sistemática de decenas de diferentes
estudios desde la década de 1990 hasta la
actualidad y en el que hallan una correlación
positiva muy importante entre la condición
física y cardiorrespiratoria y el rendimiento
académico de miles de estudiantes.
Por lo tanto, el deporte puede enseñar nu-
merosos valores a los que lo practican, pues
como cualquier otro objetivo que merezca
la pena requiere esfuerzo y concentración.
En este sentido, creo que es importante fo-
mentar el afán de superación y la disposi-
ción a esforzarse en la educación durante
la infancia y la adolescencia, porque son
herramientas que van a permitir al alumna-
do defenderse y desarrollarse de un modo
más adaptativo en una sociedad que, por
un lado, se ha vuelto extremadamente com-
petitiva en los últimos años y que, por otro,
paradójicamente, ha hecho disminuir los ni-
veles de tolerancia a la frustración en estas
edades. Creo, de hecho, que estos valores,
si están consolidados profundamente en las
personas, les conferirán altas probabilidades
de éxito en el ámbito que se propongan.
Por otro lado, el mayor ejemplo de supera-
ción y de esfuerzo en el deporte lo tenemos
en las personas que sufren algún tipo de di-
versidad funcional. Estos valientes son capa-
ces de realizar hazañas deportivas que la gran
mayoría de personas nunca conseguiríamos.
Aunque tengan limitaciones para realizar cier-
tas actividades, han encontrado alternativas
que llenan sus vidas gracias al deporte. Estas
personas han creado un lazo muy interesante
con el deporte. Se trata de una relación sim-
biótica: aportan esfuerzo y sacrificio en el más
alto grado y el deporte les devuelve felicidad,
autoestima, confianza en sí mismos, relacio-
nes humanas, el conocimiento de fantásticos
lugares en sus viajes y un profundo sentimien-
to de autorrealización.
Pero estos beneficios no son gratis. Estos
héroes y heroínas contemporáneos lo tienen
muy difícil. ¿Se imaginan lo que tiene que ser
correr sin ver dónde pisas, o realizar un mara-
tón solo con el impulso de tus brazos en una
silla, o nadar faltándote una extremidad? Es-
tos son solo muy pocos ejemplos de lo que
hacen día a día algunos de los mejores de-
portistas del mundo. Todos los obstáculos
I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
4. Esfuerzo y perseverancia en el rendimiento deportivo
y barreras que tienen que superar cada día
estas personas en el deporte que aman y al
que dedican su vida les otorgan un mérito
enorme. Creo con total sinceridad que nos
dan una lección de vida cada día, cada entre-
namiento, cada temporada.
En este sentido, los Juegos Paralímpicos re-
presentan la culminación del sueño olímpico
para estos campeones y campeonas, y les
dan la oportunidad de demostrar lo que va-
len, lo que pueden conseguir con su esfuer-
zo, como cualquier deportista. También cabe
destacar la gran labor de las diferentes institu-
ciones que promueven su desarrollo deporti-
vo, como el Comité Paralímpico Español, con
su Plan ADOP, y las diferentes federaciones
deportivas creadas para este colectivo.
«ELLOS PUEDEN PORQUE CREEN
QUE PUEDEN».
Virgilio, Eneida
La atleta paralímpica brasileña Lorena
Salvation Spoladore participando en
la prueba de salto de longitud-T11
femenino en los Juegos Paralímpicos
de Río de Janeiro 2016.
 I. LA FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD MEDIANTE EL DEPORTE
4. Esfuerzo y perseverancia en el rendimiento deportivo

casos de
MEJORA DE LA
CONCENTRACIÓN

■■ Si un chico o una chica obtiene nive-
les de rendimiento académico bajos,
aunque asista a clase, probablemente
se deba a que no mantiene la atención
en clase. La concentración es la clave
a la hora de realizar una tarea. Esta
podría ser incentivada por el profeso-
rado mediante llamadas de atención
y comunicación interpersonal en pri-
vado y también recomendándole que
realice actividades que requieran un
alto nivel de concentración, como, por
ejemplo, que se involucre en activida-
des deportivas, que le van a ayudar a
alcanzar ese nivel de concentración
que le falta.
■■ Una chica o un chico que tiene una
gran capacidad de concentración y de
atención, pero que no realiza las dife-
rentes tareas de clase con regularidad
muy probablemente sea una persona
que no entiende que la única forma de
conseguir cualquier objetivo es traba-
jando. Este mensaje debe transmitirse
de manera muy frecuente en las clases.
En este caso, el deporte sería muy enri-
quecedor para esta persona, porque le
enseñaría el valor del trabajo.
■■ Un chico o una chica que tiene un ren-
dimiento académico insuficiente, pero
que muestra unos niveles de esfuerzo
aceptables habitualmente, necesita que
se reafirme su predisposición al esfuerzo,
ya que ese esfuerzo le permitirá mejorar
sus capacidades para conseguir mejores
resultados. En este sentido, el deporte le
enseñará a tener que esforzarse más en
diferentes situaciones.
Consejos para mejorar la CONCENTRACIÓN
■■ El objetivo propuesto en cualquier ámbito es proporcional al esfuerzo que se requiere para
conseguirlo.
■■ La atención constante, o concentración, permite rendir adecuadamente en cualquier ámbito
en un momento determinado.
■■ Esta concentración sostenida en el tiempo es la que lleva al éxito, y se ve representada por
la perseverancia.
■■ La motivación es la que permite errar y seguir luchando por nuestros objetivos.
■■ La actividad física, y especialmente el deporte, es importante para el desarrollo durante la
infancia y la adolescencia, y tiene una influencia positiva en el rendimiento académico, física
y psicológicamente.
55
VOCES DEL Jennifer
pareja lisalde
«EL DEPORTE TRASLADA
VALORES A LA SOCIEDAD»

Subcampeona olímpica de waterpolo

con la selección española y nombra-
da por la FINA «mejor waterpolista «el valor de la lucha,
del mundo». el respeto y el trabajo»
DEPORTE
fermín
cacho ruiz
Campeón y subcampeón olímpi-
co de 1 500 m, campeón de Euro-
pa y subcampeón del mundo.
«es necesario trasladar los valores
del deporte a la sociedad y a la
población escolar»
elisabeth
pinedo sáenz
Medalla de bronce olímpica de balonma-
no con la selección española y medalla de
bronce en el Campeonato del Mundo.
 EL JUEGO LIMPIO, CIMIENTO
DE NUESTRO PORVENIR
Consejero de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Castilla-La Mancha.
Los valores universales del deporte
se pueden aplicar en todas las esferas
humanas.
El juego limpio no consiste, únicamente, en
respetar las normas; es, más bien, una acti-
tud general, una manera de enfocar la vida
y un modo de entender el mundo en todos
sus aspectos.
No podemos resumir el juego limpio como
una conducta que estriba, exclusivamente,
en acatar las reglas, porque jugar limpio
incluye comportamientos, pensamientos y
sentimientos más amplios y más complejos.
Obrar bien, secundar las formas de actuar
correctas, obedecer a quienes supervisan y
gestionan desde posiciones de arbitraje o
de autoridad es, para quien practica el jue-
Ángel Felpeto Enríquez.
go limpio, una consecuencia de un modo
de entender la vida individual y la conviven-
cia, en todas sus dimensiones sociales.
De la misma manera que la meta no es más
que la parte final de la carrera, hacer lo co-
rrecto no es más que la consecuencia final
que se deriva de un proceso, de un itinera-
rio, de una perspectiva y de un posiciona-
miento ante la existencia a lo que llamamos
«juego limpio».
El juego limpio es un compendio de los valo-
res universales del deporte, que, sin duda, se
pueden hacer extensivos a todas las esferas
humanas, en el plano singular de cada per-
sona y en el de la organización social.
Esos valores, que incluyen la ambición legí-
tima, la aspiración de conseguir grandes lo-
gros, de superar objetivos que representen
un nuevo trazado de nuestros propios lími-
58
tes, la competitividad como aquella actitud
mediante la que superar a cualquier con-
trincante y como motivación que permita
avanzar en cada capítulo de nuestro devenir
personal, se compaginan con la aceptación
humilde de la derrota, con la solidaridad con
el resto de los miembros del equipo —sa-
biendo que siempre, en toda circunstancia,
pertenecemos a un equipo—, con la senci-
llez de saber que, en todo momento, puede
haber alguien que nos supere, alguien que
sea mejor, que nos encontraremos con riva-
les a quienes no podremos aventajar…
Esos valores, presentes de manera intemporal
en todas las manifestaciones de la actividad
física y deportiva, son los que han hecho de
este tipo de actividad una expresión esencial
de la condición humana que tiene una pre-
sencia transversal en todos los campos.
El cultivo de esos valores es lo que nos permi-
te tomar el deporte como una referencia del
desarrollo y del progreso de los pueblos, del
avance y de la madurez de las sociedades. No
es casual que los pueblos que se encuentran
a la vanguardia de los avances de la humani-
dad, los países que sirven de modelo a todos
los demás, los estados mejor organizados y
con mejores indicadores económicos y de ca-
lidad de vida coincidan con aquellos que tie-
nen más y mejores deportistas de élite, y en
los que su ciudadanía tiene más interiorizado
el deporte como una práctica habitual.
La transversalidad del deporte, su presen-
cia en cada una de las parcelas de nuestra
cotidianidad, puede comprobarse en sus
vínculos con la educación, con la salud, con
el espectáculo y con el ocio, con el senti-
miento de pertenencia y con el orgullo de
saberse parte de un proyecto colectivo, con
la dinamización económica, con la dotación
de servicios públicos y con el ejercicio de
los derechos civiles y sociales.
Y el aglutinante que hace que el deporte se
halle ligado a todos estos aspectos de nues-
tra vida es, sin duda, el juego limpio, enten-
dido como una escuela de valores, como un
aprendizaje instrumental para la superación
de los obstáculos y para la conversión de los
problemas en desafíos, como un proyecto
de vida en común en el que hay que saber
conciliar las aspiraciones individuales y las
pretensiones colectivas, la libertad de cada
persona y las libertades públicas…
Pero juego limpio es también contribuir, cada
cual de acuerdo con sus posibilidades, a que
el deporte de élite sea un espejo para la so-
ciedad, de tal manera que la celebración de
los grandes éxitos cosechados dentro y fue-
ra de nuestras fronteras sea un estímulo para
continuar mejorando como seres humanos y
como parte de una sociedad.
Juego limpio es también saber que el depor-
te, entendido como medio de preservación
y de conquista de la salud física, emocional
y social, exige la contribución solidaria, que
pasa, por ejemplo, entre otras cosas, por el
cumplimiento de las obligaciones tributarias,
que es solo una parte de todas las aportacio-
nes que se esperan de la ciudadanía para que
los pueblos, para que los países funcionen
como equipos, con confianza en sus posibili-
dades, con fe en el esfuerzo, en la estrategia,
en la seguridad de saber que el empeño co-
lectivo puede conducir a los mayores logros.
Las convicciones expresadas sintéticamen-
te en los párrafos precedentes fueron las
que alumbraron la campaña-programa Jue-
go Limpio en Castilla-La Mancha, allá por el
año 2005.
Aquella iniciativa partía del propósito de
emplear el deporte como una vía para la
educación en valores en el seno del siste-
ma educativo, de tal suerte que el apren-
dizaje escolar prefigurara el progreso social
que habría de darse en la sociedad futura
de nuestra región. Aquel año, el programa
alcanzó nada menos que a cuarenta y ocho
mil escolares del primer ciclo de la Educa-
ción Secundaria Obligatoria.
Esa medida sentó un precedente y convirtió
Castilla-La Mancha en región pionera que
fue seguida por el resto de las comunida-
des autónomas.
Lo cierto es que el período de tiempo de
despliegue y de desarrollo de la campa-
ña-programa «Juego Limpio» coincidió con
años de magníficos resultados en el de-
porte regional y nacional y con una mejora
sustancial de la calidad de la educación en
59
Castilla-La Mancha, en unos momentos en
los que la región asentó y solidificó su pro-
yecto educativo.
La escuela y el deporte son vehículos
de aprendizaje.
Actualmente, la campaña-programa «Juego
Limpio», que amalgamaba, en su momento,
el deporte con la educación, con la cultura,
con la investigación, con la salud y con la pro-
fundización en el ejercicio de los derechos y
de las libertades, es aún una referencia im-
portantísima para quienes participamos en
su desarrollo inicial y que conservamos, to-
davía en el presente, responsabilidades en la
gestión de los asuntos públicos.
Hoy, como entonces, el deporte y la escue-
la van de la mano, no solo como actividad
para fomentar la salud y el ocio, sino tam-
bién como vehículo de aprendizaje.
Castilla-La Mancha sigue apostando por el
deporte de base y por el deporte de éli-
te; sigue intentando socializar el deporte
como un bien común, como un derecho de
todas las personas; sigue incluyéndolo en
las líneas de investigación de la universidad
regional para que la generación de cono-
cimiento y de innovación tenga repercusio-
nes en la calidad de vida colectiva.
Por ello, agradezco este proyecto editorial
que promueven la editorial Anaya Educación
y la Universidad Isabel I, y que dirige Francis-
co Javier Martín del Burgo Simarro. Es funda-
mental que tengamos en la memoria aquello
que por su valía, por su valor y por sus valores
debe ser un instrumento para ganar el futuro;
es esencial, en suma, que el juego limpio for-
me parte de nuestro presente como cimiento
sobre el que asentar nuestro porvenir.
 U C AC I
II. ED ociones Ó N
DE LAs em
en EL D E P O R T E
Capítulo 5petitiva
La tensión com
Beirán Lozano
José Manuel
ay Pereiro
Fernando Rom

Capítulo 6saber perder

Saber ganar y
zas Olmo
Eduardo Cho ez
ombrados Ibáñ
José Javier H

Capítulo 7ativo de la victoria

el valor form
bles Pérez
José Juan Ro
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
CCapítulo 5. La tensión competitiva
n s i ó n c o m p e t i t i va
5. La t e José Man uel Beirán Lo
qué son las
emociones
Las emociones son un tipo de
reacción natural de todas las personas
y una prueba de que estamos vivos.
En algún momento a lo largo de nuestras
vidas, todas las personas nos sentimos ale-
gres, tristes, nerviosas o enfadadas. A ve-
ces, sentimos miedo o estamos eufóricas.
En cualquier caso, las personas sentimos
emociones, que son reacciones naturales
constitutivamente humanas.
Cada día nos enfrentamos a situaciones
que nos hacen reaccionar de una o de otra
manera o que nos emocionan con más in-
zano y Fernando Romay
Pereiro
tensidad que otras. Algunas reacciones
son agradables y positivas, pero otras nos
provocan emociones negativas, molestas o
perjudiciales.
Muchas veces no podemos controlar esas
emociones y dominan nuestras reacciones y
nuestra conducta. Son ellas las que nos di-
rigen y nos hacen tomar decisiones que no
querríamos haber adoptado o de las que
más tarde podemos arrepentirnos, como
pueden ser, en el ámbito deportivo, protes-
tar al equipo arbitral o responder violenta-
mente ante una provocación en un partido,
a una acción dura de un rival o ante una
frustración de cualquier tipo.
62
El deporte es una actividad que provoca un
gran número de emociones intensas, tanto
en los deportistas como entre el público.
Solo tenemos que ver cualquier partido de
cualquier modalidad deportiva y de cual-
quier nivel para darnos cuenta de la cantidad
de emociones que surgen continuamente
durante el desarrollo de la competición.
¿Por qué vemos a deportistas reaccionando
mal aunque perjudique claramente su ren-
dimiento o el de su equipo y a otros que
no reaccionan de la misma manera en una
situación similar?
En realidad, todos los deportistas, como
todas las personas, tienen reacciones emo-

cionales intensas, que en unas ocasiones
son positivas y en otras son negativas, pero
muchos son capaces de controlarlas o de
expresarlas de la forma correcta y no per-
miten que les afecten demasiado: tienen el
control de su conducta; no son las emocio-
nes las que los dominan.
Las emociones influyen en nuestra forma
de actuar, en lo que sentimos y también en
lo que pensamos. Por eso, nuestros pen-
samientos, las cosas que nos decimos, in-
fluyen en cómo nos sentimos. Así pues, si
aprendemos a controlar mejor los mensajes
que nos decimos, podremos controlar me-
jor nuestras emociones.
También vemos a veces a madres y a padres
que reaccionan de forma inadecuada en al-
gunos partidos. Ver jugar a un hijo o a una
hija hace que se experimenten emociones
muy intensas que hay que estar preparado
para controlar si queremos ayudar, y, ade-
más, para poder disfrutar de verlo jugar (no
solo ganar) con sus amistades y esforzarse
por mejorar en algo que le gusta.
Todo lo que pasa en un partido puede apro-
vecharse como parte de su formación y, al
experimentar las emociones por las victorias
y por las derrotas, deben aprender a contro-
larlas, y, en concreto, en el caso de perder han
de saber sobreponerse y seguir adelante.
63
Carolina Marín, campeona de Europa
y del mundo, celebra su triunfo en la final
de bádminton de los Juegos Olímpicos
de Río de Janeiro 2016.
Cuando enseñamos a los jóvenes depor-
tistas a controlarse no solo los estamos
ayudando a mejorar en su deporte, sino
también en cualquier situación de tensión
en la que tengan que tomar decisiones
o responder de forma adecuada. Es una
oportunidad para desarrollar la capacidad
de dominar este tipo de conductas que
luego se trasladará a cualquier otro am-
biente que provoque emociones intensas,
como un examen, un enfado, una provo-
cación, la expresión de sus sentimientos
a otra persona o la decisión de no hacer
algo que no quiere hacer a pesar de la
presión social.
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
5. La tensión competitiva
Experiencias
PERSONALES
El control de los nervios de José Manuel Beirán
Muchos jóvenes que participan en el de-
porte de competición se preocupan porque
se ponen nerviosos antes de un partido. Lo
que se les dice muchas veces es que eso
se pasa con el tiempo, con la experiencia.
Además, pueden ver a deportistas de alto
nivel que transmiten la sensación de que no
les ocurre y que son capaces de mantener
la calma incluso antes de un partido tras-
cendente.
Esos nervios o esa preocupación que sienten
es, simplemente, una respuesta del cuerpo
ante una situación que consideramos impor-
tante. No es cierto que los grandes depor-
tistas no se pongan nerviosos, aunque, a lo
largo de los años que han dedicado a su de-
porte, han conseguido controlar sus nervios
y asumirlos como una señal de que lo que
van a hacer les importa y de que el cuerpo
se prepara de esa forma.
Por ejemplo, en mi caso particular, hasta el
último partido antes de retirarme tuve esas
sensaciones, y si alguna vez no era así, signi-
ficaba que no estaba preparado para jugar,
«TAN EFÍMERA ES LA GLORIA
COMO LA MISERIA».
Cristóbal Rodríguez
quizás porque estaba demasiado confiado o
relajado, o lo que es peor, que ya no tenía la
ilusión o las ganas de competir necesarias en
el deporte de alta competición. Es la misma
reacción que puede tener cualquier artista
antes de salir a escena o cualquier estudian-
te antes de un examen. Lo que pasa es que
cuanto mejor te hayas preparado para ese
partido o para ese examen más confianza
tendrás en que te saldrá bien. No obstante,
en el deporte nunca se puede estar total-
mente seguro del rendimiento o del resulta-
do por mucho que te hayas preparado. Así
que seguirás sintiendo esos nervios, porque
es un acontecimiento importante para ti.
La clave es que esas sensaciones, esos ner-
vios, las puedas controlar tú y no ellas a ti.
Debes centrarte en lo que depende exclusi-
vamente de ti y confiar en el trabajo realiza-
do. También has de tener claro que siempre
que te esfuerzas al máximo puedes perder
un partido o una competición, pero que
solo será una derrota, más o menos doloro-
sa, aunque nunca un fracaso.
Los jugadores de la selección española de baloncesto
con la medalla de plata de la mítica final de los Juegos
Olímpicos
64 de Los Ángeles 1984.
 La superación de los malos momentos de Fernando Romay
Antes de cada partido importante, y he vivi-
do muchos en el Real Madrid de baloncesto
o en la selección española, se nota la tensión
en los jugadores y en todas las personas que
forman parte del equipo.
Cuando acaba un partido, si se ha ganado,
a veces se celebra una fiesta en el vestua-
rio, pero si se ha perdido, parece un funeral,
y hay jugadores enfadados, mientras que
otros parecen desanimados o tristes. Pero
en esa dualidad de emociones consisten el
baloncesto y el deporte de competición. En
unos días hay que jugar otro partido impor-
tante. A veces, con el equipo nacional, en
un campeonato del mundo o de Europa o
en unos Juegos Olímpicos, al día siguiente
tienes otro examen, otro partido. No pue-
des dejar que esas emociones, buenas o
malas, te afecten durante mucho tiempo.
Hay que vivirlas en un tiempo muy corto,
analizar lo que se ha hecho bien o mal y
desterrar esos pensamientos para centrarse
en el siguiente partido.
Recuerdo especialmente a un gran jugador
que fue capitán del Real Madrid de balon-
cesto e internacional, Cristóbal Rodríguez,
que terminó su carrera de medicina mien-
tras jugaba al máximo nivel. Fue también
65
un referente como persona y, al retirarse de
la competición, ejerció como médico de la
selección durante mucho tiempo. Después
de ganar o de perder un partido importante
entraba en el vestuario y nos decía una frase
que todos los que vivíamos esos momen-
tos seguimos recordando: «Tan efímera es
la gloria como la miseria». Era su manera de
animarnos en los malos momentos y de ha-
cernos afrontar esas situaciones con cierta
perspectiva, pero también de ponernos los
pies en el suelo cuando nos creíamos que,
por haber ganado un partido, ya estaba
todo hecho.

II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
5. La tensión competitiva
EL DOMINIO EN LAS
EMOCIONES
en EL DEPORTE
No hay que tener miedo a esas sensaciones
de nerviosismo o de preocupación antes de
un partido o antes de enfrentarnos a un reto
importante. Son normales; son una señal de
que estamos preparados para enfrentarlo,
siempre que no sean tan intensas que nos pa-
ralicen o no nos dejen rendir a nuestro mejor
nivel. Ante estas situaciones, sería importan-
te centrarnos en los aspectos que podemos
controlar y que dependen solo de nuestra
decisión, como pueden ser esforzarnos al
máximo y tener confianza en que estamos
preparados y hemos hecho un intenso trabajo
previo para alcanzar nuestro objetivo.
No todas las situaciones nos hacen reac-
cionar de la misma manera. Las personas
pueden reaccionar de forma diferente ante
la misma experiencia. Incluso la misma per-
sona puede reaccionar con más o menos in-
tensidad dependiendo del momento o de
que sea capaz de controlarse.
Debemos ayudar a la juventud a identificar
sus emociones, a reconocer si son positivas o
negativas y, sobre todo, a gestionar la forma
correcta de expresarlas para que les afecten
en la medida justa y para que no les perjudi-
quen o perjudiquen a las demás personas.
«PUEDO ACEPTAR FALLAR, PERO NO
PUEDO ACEPTAR NO INTENTAR».
Michael Jordan
El entrenador o la entrenadora y las perso-
nas adultas deben ser un ejemplo de control
emocional, sobre todo en los momentos
más críticos, manteniendo una actitud equi-
librada ante las victorias y ante las derrotas,
sin acentuarlas demasiado ni en un caso ni
en otro. A esos jugadores, por su edad, les
puede costar manejar bien esas emociones,
pero las personas adultas ya tienen la sufi-
ciente madurez para vivir las derrotas y las
victorias de forma más sensata y así servir
de modelo y de ejemplo.
En el deporte hay que estar continuamente
luchando con las emociones. No solo pueden
perjudicarnos las negativas, sino también al-
gunas positivas como la euforia desmedida o
la excesiva confianza o relajación.
Cuando surgen situaciones que nos produ-
cen emociones negativas intensas, pode-
mos reaccionar de tres maneras:
■■ Evitando la situación, no enfrentándonos
a ella. Esta conducta no nos enseña nada
y nos va limitando poco a poco.
■■ Actuando de forma impulsiva, con agresi-
vidad, sin meditar y dejando que la emo-
ción nos controle. Normalmente nos arre-
pentimos más tarde, cuando ya ha pasado
la situación y estamos más tranquilos. Si
no cambiamos esa forma de actuar, nos
volverá a suceder lo mismo. Seguimos sin
aprender ni mejorar nada.
■■ Manteniendo la calma, tranquilizándonos,
sosteniendo un diálogo personal positivo
y parándonos a pensar en la mejor forma
de resolver la situación. De este modo,
poco a poco, iremos conociéndonos me-
66
jor y podremos expresar de forma correcta
las emociones y resolver mejor los proble-
mas que vayan surgiendo.
En una competición intentamos que haya el
menor número de sorpresas posible, aun-
que no podemos controlarlo todo, y es pre-
cisamente esta incapacidad la que hace tan
divertido el deporte. Cuando surjan estas
circunstancias inesperadas, tenemos que
tener preparada una respuesta.
Antes de un partido te puedes preguntar
¿qué tengo que hacer hoy que dependa
solamente de mí? Y también, ¿qué dificul-
tades pueden surgir que no me permitan
realizarlo? Y la más importante, ¿qué voy a
hacer si surgen esos inconvenientes?
Cuando preparamos de esta forma una
competición, vamos a decidir con la cabe-
za fría, sin que nos influyan negativamente
ni el cansancio ni la tensión propia del par-
tido, estado que nos podría perjudicar en
la toma correcta de decisiones, si tenemos
entrenado lo que podemos hacer para su-
perar esa dificultad.
Esta manera de afrontar un partido es muy
útil tanto si se es jugador, entrenador o
progenitor de deportista, cada persona
con los diferentes objetivos que pueda te-
ner. Y nos puede ayudar a enfrentarnos de
la mejor forma a otras situaciones distintas
del deporte en las que tengamos que ser
capaces de rendir a un alto nivel, tomar de-
cisiones importantes o conseguir un resul-
tado positivo.
«UN ERROR ES ÚTIL SI HACES
CUATRO COSAS CON ÉL:
RECONOCERLO, ADMITIRLO,
APRENDER DE ÉL Y OLVIDARLO».
John Wooden
 El campeón español de patinaje artístico
sobre hielo Javier Fernández, varias veces
campeón de España, seis veces campeón
de Europa y campeón del mundo, en
pleno ejercicio del programa corto del
Torneo NHK del Grand Prix del año 2012
celebrado en Japón.
67
 a r y s a b e r p e r d e r
6. s aber ga n
el deporte es
competición
y participación
«La motivación es un estado interno que
activa, dirige y mantiene la conducta1».
El deporte es una actividad que implica mo-
vimiento. Si buscamos en el diccionario de
la RAE qué significa «movimiento», se defi-
ne, en su primera acepción, como ‘Acción
y efecto de mover’, y en la segunda como
‘Estado de los cuerpos mientras cambian
de lugar o de posición’.
«Motivación» es una palabra que deriva del
latín motivus o motus, que significa ‘causa del
movimiento’. La «motivación» puede definirse
Eduard o Chozas Olm
o y José Ja vier Hombrad
como ‘el señalamiento o énfasis que se des-
cubre en una persona hacia un determinado
medio de satisfacer una necesidad, creando
o aumentando con ello el impulso necesario
para que ponga en obra ese medio o esa ac-
ción, o bien para que deje de hacerlo’.
Por lo tanto, ya tenemos dos ideas claves para
definir el deporte: por un lado, que se trata de
una actividad que implica movimiento y, por
otro, que la motivación es la actitud necesaria
para causar ese movimiento, el impulso que
nos empuja a practicar un deporte.
Con esta idea, nuestros progenitores nos
animan a practicar deporte desde la infan-
68
os Ibáñez
cia, porque tratan de que hagamos una ac-
tividad saludable que, además, nos ayude
en la construcción de los valores que con-
formarán nuestra personalidad.
Ahora bien, en realidad, ¿qué es lo que os
mueve cuando realizáis un deporte? La mo-
tivación por ganar, por mejorar lo realizado
anteriormente, ¿verdad? Es normal; todas
las personas queremos ganar y es un rasgo
inherente al deporte, pues, en sí mismo, el
deporte es una actividad que implica com-
petición. El deporte es una actividad que
persigue un objetivo, que no es otro que ga-
nar, aunque no siempre se pueda lograr.
 Jugadores franceses, medallistas de bronce, felicitando
en el pódium a la selección danesa, medalla de oro de
balonmano en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

69
 En nuestros primeros pasos en un deporte,
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
6. saber ganar y saber perder
lo primero que nos enseñan son las reglas
del juego de esa disciplina deportiva, para
saber practicarla correctamente. Las reglas
son la base de ese deporte, pues resultan
fundamentales para definir y delimitar el
juego. Pero una vez conocidas las reglas, el
siguiente objetivo para cualquier deportista
debe ser saber ganar y saber perder.
Hoy en día, en la sociedad actual, en cierto
modo se ha perdido este principio básico del
deporte, pues, aunque, evidentemente, a na-
die le gusta perder ni que pierda su equipo,
pues todos aspiramos a ganar o a que nues-
tro equipo gane, no se admite la derrota con
naturalidad, no se acepta que también es una
posibilidad cuando se practica un deporte y
que muchas veces habremos de asumirla. Se
ha perdido la filosofía que inspira la famosa
frase del barón Pierre de Coubertin, creador
del movimiento olímpico: «Lo más importan-
te del deporte no es ganar, sino participar,
porque lo esencial en la vida no es el éxito,
sino esforzarse por conseguirlo».
También debemos asumir que para saber
ganar, primero hay que saber perder. Cuan-
do se trata de una actividad deportiva, lo
más importante es aprender a disfrutar de
la competición, que cualquier participante
aplique al máximo sus capacidades, esfor-
zándose en jugar con la mayor perfección
y entrega posibles, sin sentirse presionados
por sus progenitores o entrenadores. Tene-
mos que enseñar a competir centrándonos
en el esfuerzo y no en la victoria.
Cuesta asumir las derrotas, duelen y suponen
una decepción, y es difícil encajarlas, porque
son un esfuerzo que no recibe recompen-
sa. Pero, ante cualquier decepción, hemos
de tener en cuenta que ni siempre se gana
ni siempre se pierde. Por ello, no podemos
dejarnos llevar por la desazón que produce la
derrota, sino que hemos de pensar que habrá
otra oportunidad que tenemos que tratar de
aprovechar mejor. Además, de los errores se
aprende, constituyen un proceso formativo
que, con la constancia, nos llevará a ganar.
Saber perder es más difícil que saber ganar,
pues no hay que buscar excusas, ni echar la
culpa a otras personas ni a la mala suerte. Se
debe aceptar la derrota, reflexionar y mejo-
rar para ganar la próxima vez. Los ganado-
res no tienen miedo a perder, aprenden de
la derrota y, también perdiendo, se van for-
mando como deportistas.
Saber perder nos recuerda que debemos
ser humildes para reconocer la superioridad
de otros deportistas, y se convierte, de este
modo, en una oportunidad para admirar las
virtudes de esas personas. Perder también
nos ofrece el escenario perfecto para recono-
cer los errores cometidos, analizar la estrate-
gia planteada y apreciar a las amistades que
nos acompañan en los momentos difíciles.
Perder es, por tanto, consecuencia de com-
petir contra alguien que ha sido mejor que
tú, pero no debemos pensar que es solo algo
malo, ya que en cualquier momento puede
ocurrir, y, sobre todo, hemos de asumirlo con
respeto, pues cuando pierdes simplemente
reconoces que el rival ha sido mejor, que ha
trabajado más, y, si bien es normal estar tris-
te o cabizbajo por ello, debemos dar la vuel-
ta a esos pensamientos y enfocarlos desde
la perspectiva de que necesitamos entrenar
más, de que necesitamos más «movimien-
to», más esfuerzo para poder superar a cual-
quier rival que se nos oponga la próxima
vez. Por todas estas razones, debemos dar
la enhorabuena al rival por el trabajo que ha
70
realizado para ganar. Esto significa que per-
der es saber asumir que el contrincante ha
trabajado tan bien o mejor que nosotros y
por eso, finalmente, nos ha ganado.
La derrota no debe provocar en la persona
un sentimiento de fracaso, sino que se debe
reconocer que se ha perdido una contienda,
un desafío, algo que es inevitable, pero que
es un hecho puntual que ha ocurrido en unas
circunstancias determinadas. Ante la derrota
nos exponemos a sentimientos negativos,
pero debemos aprender a luchar contra
ellos para fortalecer nuestro carácter.
Como hemos dicho, el objetivo de la compe-
tición es la victoria, y cuando ganamos alcan-
zamos la meta que nos fijamos en el momen-
to en que decidimos practicar un deporte; por
eso es tan bonito ganar, por el sentimiento de
plenitud que provoca. Sin embargo, el triunfo
no es la única compensación que experimen-
tamos cuando practicamos un deporte, que
es también un juego, una actividad en la que
nos hemos divertido, hemos trabajado, nos
hemos sacrificado, hemos compartido y he-
mos competido para ganar.
El objetivo de cualquier deportista
es saber ganar y saber perder
cumpliendo las normas.
Además, si pensamos en nuestro contrin-
cante, evidentemente descubriremos que
también ha competido para ganar, pues, en
definitiva, es el objetivo de la actividad de-
portiva, pero solo puede ganar uno. Ante
esta situación, en la que necesariamente
alguien gana y alguien pierde, si ganamos,
debemos respetar a nuestros rivales, porque
también han trabajado y se han esforzado y,
por tanto, merecen nuestro respeto. Hoy nos

ha tocado ganar, y tenemos que disfrutarlo,
pero otro día podemos perder.
Ganamos cuando conseguimos el objetivo
propuesto, cuando, tras superar muchas
dificultades, obtenemos un resultado posi-
tivo. Ganar proporciona una gran satisfac-
ción, porque es el premio al trabajo y al es-
fuerzo realizados durante un largo período
de tiempo. Además, supone un estímulo,
un fuerte impulso para seguir hacia ade-
lante. Sirve de incentivo para buscar nue-
vos triunfos. Ganar fortalece nuestro amor
propio y mantiene viva la ilusión de avanzar
hacia el próximo desafío.
Sin embargo, no solo gana quien obtiene una
victoria en el deporte, también gana quien
saca una buena nota en un examen tras mu-
chas horas de estudio y quien logra un ascen-
so en su trabajo. En definitiva, gana cualquiera
que logra un objetivo que requiere esfuerzo y
lucha personales por alcanzarlo.
Por lo tanto, saber ganar significa ser un
buen deportista, participar y esforzarnos
para lograr la victoria, significa también
ganar sin olvidar que debemos respetar a
cualquier rival, porque al igual que nosotros
ha trabajado con la misma ilusión e idén-
tica dedicación para conseguir el triunfo.
Además, quien ha perdido tiene que saber
perder, que es la parte más amarga del de-
porte, pero de las derrotas hay que apren-
der las lecciones y obtener la energía para
sobreponerse y para poder aspirar a la vic-
toria en la siguiente competición.
71
La ciclista Annie Last, cuarta clasificada, felicita a Emily
Batty, medalla de plata, y a Rebecca Henderson,
medalla de bronce, en la carrera de bicicleta de
montaña de los Juegos de la Commonwealth de 2014.
Alguien que sabe ganar demuestra la mejor ac-
titud hacia su rival al no realizar manifestaciones
humillantes ni vanagloriarse de su victoria fren-
te al contrario. También demuestra que sabe
ganar quien no presume de lo conseguido y
quien es agradecido y no se olvida de quienes
le han ayudado. Cuando se gana, también es
importante ser consciente de lo efímero que es
el éxito, saber relativizarlo y no darle excesiva
importancia. Es muy positivo disfrutar de los
triunfos, pero siempre con mesura.
Como conclusión a estas reflexiones so-
bre la victoria y sobre la derrota, cualquier
deportista y cualquier persona que quiera
practicar un deporte debe aceptar que lo
más importante en cualquier actividad de-
portiva es saber ganar y saber perder.

II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
6. saber ganar y saber perder
Experiencias
PERSONALES
Los «pequeños»/grandes objetivos de Eduardo Chozas
En el ciclismo, no se empieza ganando,
sino, al contrario, es un deporte en el que,
debido a sus características, se tarda en
conseguir la victoria: son competiciones
con muchos ciclistas en las que solo gana
uno. Por eso, debemos fijarnos pequeños
objetivos que nos sirvan de referencia para
luchar por conseguirlos como si fuesen
verdaderos triunfos y seguir avanzando de
forma constante en esa pelea por llegar un
día a ganar en una competición en la que
participen los mejores de una generación.
Así pues, lo primero que se aprende en el
ciclismo es a saber perder, pues al principio
no es posible plantearse otro objetivo. Sin
embargo, en este caso, saber perder impli-
ca una capacidad de superación notable,
ya que supone el primer gran paso hacia el
éxito. Si se sabe perder, se puede progresar
con la motivación adecuada hacia la conse-
cución de objetivos pequeños y alcanza-
bles, para, posteriormente, aspirar a otros
objetivos más importantes.
Todos los inicios son difíciles. Recuerdo mis
primeras competiciones con 11 años en
SABER PERDER AYUDA
A LOGRAR LOS OBJETIVOS,
PRIMERO, LOS PEQUEÑOS
Y, DESPUÉS, TAMBIÉN
LOS GRANDES.
circuitos urbanos, en las que era capaz de
llegar con el primer grupo, pero no podía
ganar, porque había dos o tres chicos más
rápidos que yo. Un tercer o cuarto puesto,
premiado con su correspondiente medalla,
era ya mi particular éxito; no ganaba, pero
iba mejorando técnica y físicamente.
En cada competición semanal, notaba la
progresión, me acercaba cada vez más a
ellos, pero no conseguía el triunfo. Estos
pequeños avances continuados se tradu-
cían en una mayor motivación y en un gran
placer, satisfacción que me ayudaba a tra-
bajar más en mis entrenamientos para me-
jorar en la velocidad, en el trazado de las
curvas y, sobre todo, en aumentar mi forta-
leza física, que era más propia de un fondis-
ta que de un velocista.
Después de decenas de competiciones, me
di cuenta de que para ganar tenía que ha-
cerlo en solitario, de que nunca lo podría
conseguir si llegaba con ese grupito tan
rápido; por tanto, mi táctica tenía que cam-
biar hacia ese objetivo. Entonces me vol-
ví más difícil de vencer por mis rivales; los
Eduardo Chozas en solitario en la etapa
La Plagne-Morzine, del Tour de Francia 1987.
72
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
6. saber ganar y saber perder
atacaba después de los pasos puntuables
bajo la pancarta para pillarlos cansados y a
contrapié una vez que hubiesen realizado
un gran esfuerzo, conducta con la que con-
seguía adquirir una pequeña ventaja que en
alguna ocasión pude mantener, obteniendo
puntuaciones e incluso llegando solo hasta
la meta y ganando la competición.
Todos estos hechos, que sucedían en el barrio
madrileño de San Blas en el año 1971, en las
pruebas que se celebraban cada domingo en
diferentes categorías, sirven como ejemplo
de cómo se va aprendiendo de los peque-
ños errores o del propio desconocimiento
del deporte y de cómo se puede ir mejoran-
do, poco a poco, en todos los sentidos, para
conseguir inicialmente pequeños objetivos
relacionados con la preparación táctica y el
estado físico para llegar, finalmente, al gran
objetivo de conseguir un triunfo.
Cuando se alcanza alguna victoria, también
es muy importante tener en cuenta que na-
die tiene asegurado el éxito, por lo que hay
que seguir mejorando de la misma forma,
competición tras competición, puesto que
los rivales también son fuertes y también
aprenden y mejoran.
Si aplicamos todas estas consideraciones
al período de mi plenitud deportiva en el
Tour de Francia o en el Giro de Italia, carre-
ras en las que conseguí siete victorias de
etapa (cuatro en el Tour y tres en el Giro),
se pueden establecer ciertas similitudes
con las etapas iniciales de aquel niño que
va aprendiendo a conseguir pequeños ob-
jetivos y a analizar sus características y sus
posibilidades en lo que se refiere a los re-
corridos, a los rivales y a las tácticas. Había
que trazar un plan estratégico para consi-
derar los días que mejor se adaptaban a
mis condiciones para conseguir un triunfo
de etapa. Dentro de mi estrategia, tenía
que descartar las etapas llanas, que se re-
solvían al sprint, las etapas contrarreloj y
74
algunas etapas de montaña, sobre todo
las primeras, en las que se jugaba la cla-
sificación general, teniendo en cuenta las
limitaciones que se derivan de no ser un
corredor rápido; por lo tanto, debía llegar a
la meta en grupos muy pequeños o en so-
litario para tener la certeza de poder optar
al triunfo. Con este planteamiento, podía
señalar hasta seis días en los que tenía op-
ciones, y en esas etapas iba a intentar por
todos los medios lograr la victoria. De seis
Tour de Francia en los que competí, con
este método conseguí ganar cuatro etapas
y quedar cuatro veces entre los once pri-
meros de la clasificación general final.
En mi primer Tour, en el año 1985, año en el
que también Miguel Indurain participó por
primera vez en el Tour en el mismo equipo
que yo, era simplemente un joven que solo
iba a conocer y a aprender cómo era esa
carrera. En aquel Tour fui escapado hasta
en cuatro jornadas sin poder conseguir

culminarlas con un triunfo, pero, sin em-
bargo, mis actuaciones ya se interpretaban
como un éxito, pues se trataba de etapas
en las que el público, a través de los me-
dios de comunicación y, sobre todo, de la
televisión en directo, consideraba mis es-
capadas como gestas, como acciones de
mérito, por la gran cantidad de kilómetros
que rodaba en solitario, y, en cierto modo,
cumplía mis objetivos. Aun así, perseveré
en el intento y conseguí mi primer triun-
fo de etapa en el Tour de Francia tras otra
larga escapada de 120 km con un puerto
de primera categoría en la parte final de la
15.ª etapa, con un total de 237 km, el día
14 de julio (fiesta nacional francesa) entre
Saint-Étienne y Aurillac.
Pero, además de las victorias, también hay
que aprender a asumir las derrotas. En mi
carrera, en las 1 400 competiciones que dis-
puté obtuve 26 triunfos parciales (el 0,54 %
del total), el 1,85 % triunfos anuales en los
catorce años como ciclista profesional, de
1980 hasta 1993. ¿Quiere esto decir que la
mayoría son fracasos? Evidentemente, no.
Solo podemos decir que han sido fracasos
algunos pocos casos en concreto, como
cuando no he respondido a la expectativa
de quedar entre los quince mejores ciclis-
tas en carreras de montaña y no he alcanza-
do esas posiciones sin un motivo concreto,
como tener que realizar trabajo de equipo
o haber protagonizado una escapada y des-
pués haber pagado el esfuerzo. Analizando
cada ocasión, cuando no hubo un motivo
de estas características, sí podemos hablar
de sufrir fracasos ante los que me ha resul-
tado más difícil reaccionar para remontar
hacia una situación más favorable. La mayo-
ría de las veces estos fracasos se producen
por falta de forma física, a causa de una le-
sión o debido a una enfermedad, y, aunque
estas situaciones son las más escasas, son
las más difíciles de superar.
75
Contrarreloj por equipos en la Vuelta a España 2014.
En el ciclismo, cuando se llega con el pri-
mer grupo, pero no se consigue el triunfo,
no se considera un fracaso, sino un aproba-
do, una calificación de «progresa adecua-
damente», si bien es verdad que existen
matices que suben o bajan la nota. La nota
es peor cuando no se ha intentado ganar
por una falta evidente de forma física. No
haber sabido elegir el momento por falta
de decisión también tendría mala nota; sin
embargo, llegar en el grupo después de
haberlo intentado y de ser neutralizado es
considerado un objetivo conseguido, en el
sentido de que un ciclista de similares ca-
racterísticas no se puede poner como ob-
jetivo ganar la etapa, sino uno más alcanza-
ble, que sería el de este caso: estar delante
e intentar ganar la etapa.
Como se puede apreciar, en el caso del
ciclismo hay pocos éxitos completos, po-
cos fracasos completos y muchos objetivos
cumplidos.
 Experiencias PERSONALES
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
6. saber ganar y saber perder
El aprendizaje de la derrota de José Javier Hombrados
En el balonmano, como en otros deportes,
existen tres opciones: ganar, perder y empa-
tar. Esto supone que, desde la infancia, expe-
rimentas las sensaciones derivadas de estas
tres posibilidades. En mi caso, ganar y perder
está normalizado desde que comencé a jugar
a balonmano, pero conforme vas cumpliendo
años la exigencia y la competitividad aumen-
tan y provocan que el resultado cobre una
gran importancia. Esto no quiere decir que
en la infancia no la tenga, pero, como son los
momentos iniciales de tu aprendizaje, el re-
sultado no tiene una gran relevancia, porque
el objetivo es aprender a jugar; en definitiva,
a competir. Pero una vez que se accede a ca-
tegorías superiores, el resultado adquiere esa
trascendencia que antes no tenía y comienzas
a sentir la alegría o la tristeza del resultado
con más profundidad: es el momento de sa-
ber ganar y saber perder.
En mi carrera, después de trabajar muchos
años como deportista profesional, he tenido
multitud de momentos y he vivido muchas
situaciones en las que he tenido tanto que
«saber ganar» como que «saber perder». A
continuación, contaré mi experiencia, des-
de que me inicié en el balonmano, centrán-
dome en los momentos más importantes o
en los que más me marcaron.
El primero de ellos me sucedió con apenas
16 años, cuando jugamos la final del cam-
peonato juvenil masculino de balonmano
contra el F. C. Barcelona. Nosotros éramos
un equipo de colegio, por lo que estar en
la final era ya un premio. En cualquier caso,
jugamos y estuvimos cerca de conseguir un
gran éxito, pero finalmente perdimos. Ese
día fue especial, pues, aunque habíamos
perdido, estábamos muy alegres, porque
nos habíamos esforzado y habíamos lucha-
do hasta el final. Para mí fue muy especial
aprender a perder, pero saboreando tam-
bién la alegría de haberlo intentado.
Mucho después, con 28 años, jugué la final
de la copa de Europa cuando militaba en el
Portland San Antonio de Pamplona. En el
partido de vuelta, en casa del rival, de nue-
vo el F. C. Barcelona, nos jugábamos mucho,
pues era un momento histórico para el equi-
po, y conseguimos la victoria en la primera y
única Liga de Campeones del equipo de la
ciudad de Pamplona. Además, logramos ga-
nar al F. C. Barcelona en su pabellón y ante
su afición. Fue un momento en el que nues-
tro equipo tuvo un comportamiento espec-
tacular y celebró la victoria con elegancia.
Evidentemente, fue un momento muy duro
para los jugadores del equipo rival, no solo nos entregaron la copa. Es un acontecimien-
por perder, sino, además, por hacerlo frente to que no olvidaré nunca y que me ayudó a
a su público. Resulta muy cruel trabajar todo saber ganar. Años después viví una situación
un año y quedarte a un gol de vencer, pero muy similar, esta vez con el Club Balonma-
solo puede ganar uno. no Ciudad Real, en el mismo pabellón, en
Ese día fue muy especial para mí, pero estu- la misma competición y frente al mismo ri-
ve tranquilo. Cuando acabó el partido salu- val, pero esta vez perdimos por un solo gol.
dé a los miembros del equipo contrario y me Como capitán del equipo, di la enhorabuena
abracé a mis compañeros. Los jugadores del a los jugadores del equipo rival y me mantu-
otro equipo aguantaron el protocolo de en- ve firme durante la entrega de premios. Al-
trega de premios y nos aplaudieron cuando gunos jugadores de nuestro equipo querían
76
 José Javier Hombrados, jugador de la selección
española y, entre otros equipos, del Balonmano Ciudad
Real, pasea el trofeo que acredita al club Portland
San Antonio como campeón de la copa de Europa de
Balonmano del año 2001 tras derrotar al F. C. Barcelona.

abandonar el campo antes de la entrega de
premios; yo lo hubiera hecho también, pero
mi responsabilidad como capitán era dar
ejemplo y respetar al rival. En esta ocasión,
el equipo contrario lo hizo mejor y consiguió
ganar. Fue uno de los momentos más duros
de mi carrera, pero también supuso una gran
enseñanza que nos hizo más fuertes.
Por último, tuve una doble experiencia agri-
dulce en los Juegos Olímpicos de Beijing
(Pekín) 2008. En el partido de semifinales,
que nos otorgaba el paso a la final olímpi-
ca, el sueño de todo deportista, jugábamos
contra Islandia un partido en el que España
partía como favorita. Jugamos un mal parti-
do y fuimos derrotados. Fue durísimo, pero
nos dimos cuenta de que el rival había sido
superior, reconocimos la derrota y dimos la
enhorabuena al rival. A causa de esta derrota
solo pudimos pelear por la medalla de bron-
ce contra Croacia a los dos días. El equipo
se conjuró y conseguimos la victoria, pero lo
más significativo fue que, una vez que termi-
nó el partido, hicimos una pequeña celebra-
ción y fuimos a dar la mano a los rivales como
símbolo de respeto a su trabajo. La clave de
esta medalla olímpica fue que supimos per-
der y aprender de la derrota.
En resumen, mi vida deportiva está llena de
derrotas y de victorias, y eso es lo que hace
que siga siendo deportista profesional, por-
que el deporte es un mundo de valores y de
emociones.

77
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
6. saber ganar y saber perder
aprender
a ganar
y a perder
El jugador y entrenador de balonmano Talant
Dujshebaev, cuando jugábamos contra equi-
pos inferiores a nosotros y estábamos segu-
ros de que los ganaríamos con claridad, justo
antes de salir al campo, nos decía: «Respetad
al rival, debemos ganar con respeto».
A cualquiera le ha pasado que ha competi-
do contra equipos muy superiores al propio.
Eran situaciones en las que la derrota estaba
decidida antes del partido, pero la alta pro-
babilidad de sufrir una derrota no evita que
pongamos todo nuestro esfuerzo en estar lo
más cerca posible del rival. Pues bien, cuando
sucede esto, a nadie le gusta que bromeen
o que se rían de su esfuerzo simplemente
por competir con contrincantes mejores. No
hacerlo significa tener respeto por las otras
personas, porque en otros momentos esta-
remos en su situación y nos acordaremos de
cómo hemos actuado. No debemos hacer lo
que no queremos que nos hagan a nosotros,
por lo que debemos tratar a cualquier per-
sona como nos gustaría que nos trataran a
nosotros. Es una norma de comportamiento
sencilla que se debe seguir siempre, cuando
se gana y cuando se pierde.
¿Quién no ha sentido euforia cuando ha ga-
nado? Celebrar la victoria no es malo; el error
es buscar la humillación del rival. Esta actitud
no es respetuosa, y, si te comportas de esa
manera, es probable que luego lo hagan
contigo, porque, como decimos siempre,
hoy has ganado, pero en el deporte siempre
es posible ganar o perder.
En ocasiones, puede que el otro equipo no
sepa actuar correctamente, pero, aun así,
debemos ser respetuosos, ya que si hemos
perdido, somos los únicos responsables,
y si hemos ganado, valorar el esfuerzo del
otro equipo hará la victoria más valiosa.
Para ganar, primero hay que saber perder. Sa-
ber perder es más difícil que saber ganar. Si se
pierde, no hay que buscar excusas ni echar la
culpa a otras personas ni a la mala suerte. Se
debe aceptar la derrota, reflexionar sobre ella
y proponerse el objetivo de mejorar.
El deporte es competición y todo el mundo
busca el éxito, trata de ganar; esa es la esen-
cia del deporte y la razón que lo hace tan
especial. Pero para llegar al éxito debemos
aprender a perder. Si queremos ganar, debe-
remos haber aprendido antes a perder.
78
ES BUENO CELEBRAR
LA VICTORIA; EL ERROR ES
HUMILLAR AL RIVAL.
Aprender de los errores es un proceso for-
mativo y, junto a la constancia, nos llevará a
ganar. Evidentemente, como ni siempre se
gana ni siempre se pierde, habrá otra opor-
tunidad que podamos aprovechar mejor. En
este caso, son muy importantes la motiva-
ción y la perseverancia para ir superando los
pequeños objetivos semanales, que deben
ser realistas para que podamos alcanzarlos
mediante nuestro esfuerzo.
Buscar la victoria es muy importante, pero
no abandonar después de una derrota es
fundamental para ganar alguna vez. Es ma-
ravilloso experimentar la alegría de ganar
cuando has trabajado para conseguir una

victoria, y, cuando pierdes, te das cuenta de
que tienes que hacer más.
«TÚ NO PUEDES GANAR SI NO HAS
APRENDIDO CÓMO PERDER».
Kareem Abdul-Jabbar
También es muy importante saber ganar.
Hemos hablado de que hay que saber per-
der, pero no se habla mucho sobre la im-
portancia de saber ganar.
Saber ganar es mostrar la mejor actitud ha-
cia uno mismo y hacia los rivales. Una per-
sona ganadora celebra la victoria, pero no
se siente superior a las demás, porque sabe
la dificultad que entraña el triunfo y es ple-
namente consciente de que en unas ocasio-
nes se gana y en otras se pierde y de que en
la próxima competición empezamos siem-
pre de cero, en las mismas condiciones que
cualquier rival, que puede ser más fuerte si
ha trabajado para superarse y si ha aprendi-
do de sus propias derrotas.
Gana quien saca una buena nota en un exa-
men tras muchas horas de estudio, quien lo-
gra un ascenso en su trabajo o quien obtie-
ne una victoria en el deporte; en definitiva,
gana quien logra un objetivo que requiere
esfuerzo y lucha por alcanzarlo.
En 1972, en plena «guerra fría» entre Estados
Unidos y la Unión Soviética (actual Rusia), se
79
Boris Spassky felicitando a Bobby
Fischer tras la victoria de este en una de
las legendarias partidas del Campeonato
del Mundo de Ajedrez del año 1972.
celebró el Campeonato del Mundo de Aje-
drez entre el ruso Boris Spassky y el estadou-
nidense Bobby Fischer. Además del carácter
simbólico de este torneo de ajedrez, fue un
ejemplo el gran gesto de humildad demos-
trado por Spassky, quien, al ver ganar a su
contrincante con el último movimiento, se
puso de pie y lo aplaudió, comportamiento
que impulsó a todo el público que presen-
ciaba la partida a hacer lo mismo. En ese ins-
tante, la rivalidad, el deseo de ganar y la pre-
sión social fueron superados por el espíritu
correcto: el honor de reconocer al contrincan-
te vencedor. Este comportamiento es propio
de quienes se saben grandes de verdad.
 7 . e l va l o r
t i vo d e l a v i c t o r i a
form a José Juan Ro
aprender a
asimilar
la victoria
La victoria debe ser elegante, mostrar
una actitud vital positiva y basada en
el juego limpio y en la camaradería.
La victoria, esa sensación de euforia efí-
mera tan bonita y tan peligrosa, consti-
tuye el fin y la recompensa del deporte,
aunque no vale obtenerla a toda costa.
Nos estimula sanamente al lograr ese
ansiado premio a nuestro esfuerzo, pero
también es una sensación que distorsiona
nuestra percepción y, por un momento,
nos hace todo posible, hasta el punto de
que incluso nos puede hacer llegar a olvi-
dar el auténtico valor del deporte y de la
victoria en sí. He aquí los riesgos de una
emoción tan aparentemente inocua como
supuestamente positiva.
bles Pérez
Por ello, adquiere una especial importan-
cia que reflexionemos y que aprendamos a
reconocer qué pasa por nuestra cabeza en
estas situaciones y cómo gestionar nues-
tras emociones para ser más felices y seguir
disfrutando de nuestra pasión, objetivo tan
anhelado por cualquier deportista como la
práctica del deporte o la victoria en sí.
Pero, primero, debemos plantearnos en
qué consiste la victoria. Ganar un combate
o un partido es vencerse a sí mismo, a la
adversidad, tanto en el deporte como en la
vida. Es un motivo de orgullo sano por el lo-
gro alcanzado desde la humildad. Veremos
que es muy importante no dejarse llevar por
la euforia de la victoria ni tampoco por los
miedos que muchas veces la acompañan.
La victoria tiene un gran valor formativo porque
en su búsqueda podemos dar pasos para su-
80
perar nuestros límites, alcanzando objetivos
vitales que nos formarán como personas.
Aunque para que esa formación en valores
sea adecuada, la victoria debe ser elegante,
mostrar una actitud vital positiva y basada
en el juego limpio y en la camaradería.
Ahondando más en la victoria, para poder
reconocer los principales riesgos que con-
lleva y aprender a minimizar su potencial
impacto negativo, podemos distinguir dos
dimensiones en la victoria:
1) La dimensión externa: ganar, obtener más
puntos que el oponente y compañero
o compañera de deporte, llevarnos una
medalla, un trofeo o un reconocimiento.
Esta dimensión es importante, pues nos
une a lo material como humanos que so-
mos, nos acerca a la realidad, al reconoci-
miento y al símbolo de esa victoria.
2) La dimensión interna: alcanzar las metas
propuestas por cada persona, los objeti-
vos realistas que se han asumido como
alcanzables. Esta dimensión ajusta el va-
lor de lo alcanzado a las propias posibi-
lidades y tiene un carácter formativo de
gran valor, aunque aún es más importan-
te la capacidad de vencerse a uno mis-
mo, de ir más allá de los propios límites,
independientemente de lo grandes o
pequeños que sean, porque esta lucha
interna nos condiciona y nos hace crecer
como seres humanos.
Por tanto, la victoria es un elemento mul-
tidimensional que hay que observar en su
amplitud para comprender tanto su aspec-
to y sus efectos beneficiosos como los im-
portantes riesgos que puede conllevar si
no se sabe gestionar.
El mítico campeón de motociclismo Ángel Nieto
(12 + 1) levanta el trofeo del Gran Premio de
España de 1972, año en el que ganó los títulos
81
mundiales en las categorías de 50 cc y 125 cc.
Fruto de esta sensación de victoria y de sus
dimensiones, alcanzarla nos puede llevar a
olvidar su verdadero significado y hacernos
creer que somos más o menos importantes
por haberla obtenido, cuando realmente
somos la misma persona con nuestras gran-
dezas y nuestras debilidades.
También mal entendida, la victoria nos pue-
de llevar a una falta de coherencia entre la
«victoria» y los «medios para alcanzarla»,
haciéndonos creer que para revivir esa sen-
sación todo es válido, cualquier medio es
justificado para lograrla, lo que nos puede
llevar a un ciclo vital pernicioso para la per-
sona y a generar mayores frustraciones para
cualquier deportista.
Por otro lado, nos podemos encontrar con
la falta de coherencia entre el «objetivo al-
canzado» y el «día después», el «¿y ahora
qué?». Las metas tienen su valor en tanto
que nos permiten llegar cada vez más le-
jos como personas, pero cuando los pensa-
mientos negativos rompen esa concatena-
ción de objetivos, estas metas intermedias
pueden perder la coherencia ente ellas, de
modo que lo que empezó como un deporte
para disfrutar se transforme en una obliga-
ción o en un miedo a perder que pueden
sacar lo más oscuro de la persona o simple-
mente llevarnos a la autocomplacencia, a
«dormirnos en los laureles».
Tampoco debemos olvidar que la victoria
puede acarrear problemas importantes de
autocontrol emocional. En el momento de la
victoria, nos invaden tantos recuerdos, tan-
tas emociones, tantas ideas afluyen a nuestra
María Vicente García, record del mundo juvenil
sub-18, campeona del mundo y de Europa
de atletismo (triple salto y heptatlón).
cabeza que es difícil dominarlos. A veces no
podemos contener las lágrimas, como ex-
presión de la euforia o del recogimiento, y
la intensidad de nuestras sensaciones vitales
es tal que hace de esta ocasión un momen-
to único en la vida. De ahí que su gestión
correcta sea fundamental, para vivirla, para
disfrutarla, y para que podamos obtener lo
mejor de ella, sin caer en sus peligros.
Fruto de esa difícil gestión emocional po-
demos creernos más de lo que somos, ex-
perimentar una sensación de prepotencia
y considerarnos superiores a las otras per-
sonas. ¡Nada más detestable! El deporte,
que es igualdad, rivalidad entre iguales,
un reto frente a un oponente que merece
todo nuestro respeto, se puede convertir
en una herramienta para justificar nuestros
complejos de inferioridad. Nunca debemos
sucumbir a este riesgo.
Pero no es este el único peligro. A raíz de
esa sensación de prepotencia, podemos de-
jarnos llevar por un deseo de aislamiento.
Puede que los miembros de nuestro equipo,
los espectadores o los oponentes rehúsen
nuestra prepotencia y nos rechacen, lo que
puede llevar a aislarnos porque nos senti-
mos infravalorados. Nuestro propio equipo
puede sentir que solo pensamos en nuestros
intereses particulares, lo que puede deterio-
rar la dinámica social de la persona.
Además, al sentirnos superiores, podemos
infravalorar a quienes nos rodean e incluso
hacernos «adictos» a la victoria, que justifica
esa supuesta superioridad deportiva, que a
menudo es la base de la «supuesta superio-
ridad humana», y en esta dirección el ego
y los valores negativos y desequilibrados
pueden llegar a retroalimentarse hasta el
infinito.
Esa actitud de prepotencia puede también
favorecer un aumento del rendimiento ba-
sado en la autoconfianza de cualquier de-
portista, pero pronto puede degenerar en
una pérdida de rendimiento por infravalorar
a los oponentes, así como en una limitación
del rendimiento causada por la autocom-
placencia que nos impide aprender, porque
pensamos que ya lo sabemos todo.
Todos estos sesgos pueden dañar ese pro-
yecto vital de objetivos concatenados que
conforman nuestra vida como deportistas y
como personas.
También hemos de tener en cuenta que la
intensidad de los riesgos que se derivan de
la victoria dependen de la mayor o menor
importancia de nuestros éxitos. Las victorias
pueden ser más o menos importantes, gran-
des o pequeños logros, pero todos ellos
debemos interpretarlos en función de nues-
tro nivel deportivo. Ganar un trofeo local
puede ser lo más importante para cualquier
deportista aficionado, enseñarle muchísimo
sobre la gestión del riesgo, hacerle disfru-
tar de un momento único o concederle un
gran prestigio a nivel local, mientras que
para cualquier deportista de élite puede ser
un «calentamiento de pretemporada» o su
aportación a una acción benéfica, que, a ni-
vel profesional, carece de relevancia; ahora
83
bien, lo esencial es que todas las personas
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
7. el valor formativo de la victoria
se sientan ilusionadas y satisfechas con las
metas que les apasionan. De igual modo,
los riesgos a los que se pueden exponer
son a menudo los mismos, ya que se refie-
ren a la persona y a su círculo social.
A partir de todo lo anterior podemos en-
trever que la victoria es efímera, pero tiene
un gran potencial formativo. Es una ocasión
que no se debe desaprovechar. La victoria es
victoria y la derrota es derrota (no es posible
convertirla en una victoria), pero ambas son
relativas y hay que valorarlas en su contexto:
¿qué huella quedará de ese momento en la
historia y que relevancia tendrá para mí?
Andrés Iniesta marca el gol del triunfo
de la selección española de fútbol en el
Campeonato del Mundo de Sudáfrica 2010.
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
7. el valor formativo de la victoria
Experiencia
PERSONAL
La superación del miedo a perder de José Juan Robles
El deporte es vivencia y una herramien-
ta para experimentar la vida. En esta línea
compartiré ciertas vivencias a través de las
que veremos algunos de los factores que
hemos mencionado, desde la humildad de
la apreciación de un deportista o entrena-
dor y con el ánimo constructivo de apren-
der de los éxitos y de los errores, sin ánimo
personalista, con el único objetivo de com-
partir anécdotas vitales y con la propuesta
de analizar las que hemos vivido y viviremos
por medio del deporte.
Recuerdo un caso ocurrido durante un
Campeonato Nacional Militar de Yudo, en
el que un competidor que asistía por prime-
ra vez a estos campeonatos, Alejandro, se
clasificó para la final de su peso. En frente
tenía un duro competidor, que partía como
favorito. Ambos estaban cansados, frente a
frente, quedaba poco tiempo y Alejandro
perdía por puntos. Detrás de su éxito se
acumulaban muchas horas de trabajo en el
gimnasio, la preparación intensa del equi-
po, en la que se había incidido en la unión,
el esfuerzo, el grupo, la cohesión.
Volviendo al reñido combate, el oponente
de Alejandro realizó una acción a causa de
la cual Alejandro recibió un involuntario ca-
bezazo de su oponente que le provocó una
profunda brecha en la cara. En ese momen-
to se hizo el silencio y, tras la intervención
del médico, que le aconsejó que dejase el
combate, Alejandro dijo con firmeza que
quería seguir luchando. Con el apoyo de
todo el equipo, con la cara vendada y con
dificultades para ver, luchó con tales rabia
y energía que por fin realizó el deseado
ippon, ganando cuando todo parecía estar
perdido. Tras el gesto de victoria del árbi-
tro, todo el polideportivo se levantó entu-
siasmado y prorrumpió en aplausos.
Este triunfo fue lo relevante para el pú-
blico, pero para mí, como entrenador, lo
principal fue que, en medio de la euforia
por la victoria, Alejandro primero le dio un
abrazo a su oponente y, a continuación, se
fue a abrazar a su equipo, y más aún, no le
vi jactarse de ello en toda la competición,
sino que vi a un competidor que se ha-
bía ganado su puesto en el equipo y que
84
Detrás del éxito hay muchas
horas de trabajo y de preparación
intensa del equipo.
pensaba más en el grupo y en el siguien-
te combate. Ese combate le había servi-
do para reafirmarse como yudoca, como
deportista, como integrante del equipo
y como persona. ¿Cuál fue el verdadero
éxito?
Recuerdo también una carrera de orienta-
ción, en la que había varios competidores
de alto nivel. Uno de ellos acababa de su-
perar una lesión y no partía como favorito.
Tras una reñida carrera por el monte, cuan-
do cerraron las clasificaciones, a Juan le
comunicaron que había quedado campeón
de la prueba, y recuerdo verle una educada
y sincera sonrisa, y, entre las felicitaciones
que recibía, retirarse a un lugar apartado
junto a un árbol a estirar tranquilamente.
Al preguntarle por qué lo había hecho, me
dijo simplemente que quería disfrutar de
ese momento a solas y que le había llenado
de felicidad, porque llegar allí le había su-
puesto un sufrimiento mayor aún de lo que
cualquiera se podía imaginar y que así era
como quería vivirlo. Sus palabras me hicie-
ron pensar.
Miriam Blasco peleando en la final de yudo de la
categoría de 56 kilos de los Juegos Olímpicos de
Barcelona 1992, en la que ganó la medalla de oro.
85
 En otra ocasión, en una competición de para-
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
7. el valor formativo de la victoria
caidismo militar en equipo, uno de los equi-
pos destacaba por una férrea disciplina. Se
veía a todos sus miembros plenamente con-
centrados en su objetivo, en lograr la victoria.
Llegado el día de la competición, hicieron un
trabajo excelente y, por la mínima diferencia,
consiguieron el ansiado premio. Pero recuer-
do, casi más nítidamente, que tras la victoria
su jefe no sonrió o expresó un solo gesto de
alegría por lograr el objetivo alcanzado; de
hecho, recuerdo que, por el modo en el que
se dirigió a su equipo, parecía una dura re-
primenda porque «solo habían quedado los
primeros». Se me gravó en el ánimo el senti-
miento de fracaso que se reflejaba en la cara
de los miembros del grupo y la sensación de
estar ante un equipo roto. Al año siguiente
quedaron los penúltimos. ¿Constituyó ese
éxito una línea de triunfos encadenados o fue
el primer paso de la siguiente derrota?
Por el contrario, recuerdo un año en el que
nuestro equipo de yudo partía como favorito.
En la temporada anterior habíamos quedado
campeones. Tras una reñida competición por
equipos, finalmente no alcanzamos la victoria,
pues quedamos segundos, y, aunque parezca
raro, se podía observar en el equipo un senti-
miento de euforia similar al que hubiésemos
tenido si hubiéramos ganado. Recuerdo las
palabras de un entrenador de otro equipo,
que, sorprendido, se me acercó y comentó,
como si me diera el pésame, que lamentaba
que este año no hubiéramos podido ganar, a
la vez que me preguntaba con sorpresa a qué
se debía ese estado de alegría en el equipo.
Le expliqué que habíamos tenido muchas ba-
jas ese año y que, sinceramente, no pensába-
mos que lograríamos una buena clasificación,
por lo que la plata había sido un premio «más
allá del oro» para nosotros. He ahí una de las
grandezas del deporte.
En otra ocasión, durante una competición
para aficionados de esgrima japonesa, un
competidor, tras participar en varias moda-
lidades y ganar en dos de ellas y quedar en
segunda posición en la tercera, se colocó en
posición de meditación retirado del resto de
competidores. Con el tiempo supe que, para
él, aquella competición suponía una prueba
de sus destrezas y que, como confesó más
adelante, significó mucho para él porque ha-
bía experimentado sensaciones muy intensas
como nunca las había sentido antes. Esto me
hizo pensar en que los objetivos del deporte
los determina cada persona, dependen de lo
que cada cual busca.
También recuerdo, hace mucho tiempo, que
en una competición de ajedrez de dos jorna-
das, José, que tenía un buen currículo de vic-
torias para su corta edad, logró la victoria en su
categoría en una igualada competición regio-
nal entre los aplausos del público, que lo re-
conocía como prácticamente imbatible. Pero,
sorprendentemente, al día siguiente, en la
modalidad de equipos, perdió su partida ante
un completo desconocido. Ante la perplejidad
que suscitó su derrota, le preguntaron qué le
había pasado, cómo había podido perder, y su
respuesta fue sencilla: porque su contrincante
había jugado mejor que él, ya fuera fruto de
la fortuna o de su buen trabajo. Pero rápida-
mente había que prepararse para la siguiente
partida, y todo el mundo se centró de nuevo
en la competición. ¿Por qué quedarse anclado
en el pasado, cuando se nos presenta un futu-
ro lleno de retos importantes?
No quería dejar pasar la oportunidad de
mencionar una prueba, sin ganadores ni
perdedores, que me marcó personalmente.
86
Consistía en correr 21 km con todo el equi-
po de combate: botas, mochila y armamento
ligero y pesado. Esto suponía que algunos
compañeros llevaban unos 10 kg de equipo,
mientras que otros cargaban con hasta 25 kg
en una prueba en la que el objetivo era aca-
barla el equipo completo en un tiempo de-
terminado. En aquel momento, dos grupos
dentro de la unidad estaban enfrentados y
había disputas entre ellos. Finalmente, tras
unas palabras para recriminar esas actitudes
y para recordar que todos éramos parte de
un mismo equipo, la situación se resolvió de
forma inesperada. Terminando la carrera,
el líder del grupo A, que llevaba una de las
cargas más pesadas, empezó a flaquear y un
componente del grupo B realizó un comen-
tario despectivo sobre él. Pero el líder del
equipo B reaccionó amonestando a su com-
pañero y dando la mano y ayudando al líder
del otro equipo a llevar la pesada carga que
trasportaba. Como resultado de esa actitud,
se forjó una estrecha amistad entre ambos
líderes y se terminó la tensión en el grupo.
Este episodio me enseñó que en el deporte
se puede ganar incluso sin competir. Aquel
día ganamos todos.
Por último, para cerrar este apartado me gus-
taría recordar uno de los riesgos que más he
observado en el deporte: el miedo a perder el
estatus, el miedo al futuro, el miedo a no ga-
nar siempre. Estos miedos, que han hecho in-
felices a muchos competidores que han pasa-
do por mis manos, que a veces les han hecho
abandonar la práctica deportiva y que incluso
han hecho aislarse a excelentes deportistas o
desanimar a quienes se ponían en su camino.
A causa de estos miedos se olvidaban de lo
importante, de disfrutar de cada avance, de
vivir su pasión por su deporte.
 formas de combatir
los riesgos
asociados a la victoria

En este apartado no queremos dar una cla-

se magistral de gestión de riesgos, sino,
más bien, proponer unas orientaciones de
deportista a deportista, basadas en la pro-
pia experiencia, que tal vez puedan servir
para superar los obstáculos que vayamos
encontrando en nuestra vida deportiva. Por
eso, hemos agrupado los principales ries-
gos en cuatro tipos: la prepotencia, la infra-
valoración, la pérdida de ilusión y el miedo
al futuro.
Recuerda que la victoria promete mucho
más de lo que puede ofrecer, por lo que no
debes centrar todo el esfuerzo en el premio
(no siempre saldrá todo bien), y que la vic-
toria siempre debe ser inclusiva.

El medallista de oro Dorian van Rijsselberge

y el medallista de plata Nick Dempsey
de la categoría RS:X de vela en los Juegos
Olímpicos de Londres 2012 se felicitan
por el éxito de ambos.

87
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
7. el valor formativo de la victoria
La prepotencia, «creerse más»
Es uno de los mayores obstáculos en nues-
tro camino como deportistas y como seres
humanos, como hemos indicado, y las prin-
cipales herramientas que nos ayudan a su-
perar sus efectos nocivos son la humildad y
contextualizar los triunfos, dándoles el va-
lor justo. Recuerda que la victoria siempre
debe ser inclusiva, que los valores humanos
y deportivos están por encima del resto y te
acompañarán durante toda la vida.
Algunos de los riesgos más comunes aso-
ciados a la prepotencia son los siguientes:
■■ Confiarte y reducir tu rendimiento depor-
tivo: su origen es la pérdida de ilusión por
aprender y por mejorar, porque crees que
ya lo sabes todo y que eres lo suficiente-
mente bueno para vencer siempre.
Pero nada más lejos de la realidad, si te
abandonas, acabarás perdiendo; por eso,
es necesario que recuerdes lo que te mo-
tiva, aquello que te ilusiona, pensando en
los logros que has alcanzado, en el equipo
del que formas parte. No olvides lo que
has disfrutado aprendiendo de cada reto
superado, con cada nueva meta. Déjate
sorprender por el deporte y por las per-
sonas que te rodean, vive la magia del
deporte y sé humilde. Recuerda que la
perseverancia y la resiliencia son esencia-
les en el deporte, y, cada vez que caigas,
levántate de nuevo.
■■ Perder la vida social por creerte superior:
a menudo, sentirte superior puede, inicial-
mente, hacerte sentir bien o mejor, pero,
■■
Imagen del triunfo y de la decepción en el partido entre
la Real Sociedad y el Granada, que terminó con la derrota
88 del Granada y supuso su descenso a la segunda división
de fútbol español en el año 2017.
finalmente, genera rechazo, un rechazo
que provoca complejos y aislamiento.
Para evitar estos problemas, cuando ven-
zas, tiende puentes a tus compañeros y
a tus oponentes. Tú también has perdido
alguna vez y sabes lo que se siente. ¿Qué
te habría gustado que te dijesen o hicie-
sen por ti en ese momento? Hazlo por
las otras personas, que no son tus ene-
migas, sino solo tus oponentes, gracias a
las cuales sigues mejorando. Demuestra
empatía con quienes te rodean, sé po-
sitivo y no tengas miedo a expresar tus
miedos o tus opiniones a tus amistades
y escúchalas; si te aprecian de verdad, te
aconsejarán sin la presión que tú sientes
por la victoria.
Olvidar los valores deportivos: esta pér-
dida se traduce en querer ganar por en-
cima de todo, en no trabajar en equipo o
en no respetar a quienes pierden.
La raíz de todas estas actitudes es el de-
seo de ponerse por encima de las demás
personas a cualquier precio, por cual-
quier medio, y el modo de combatirlas es
la humanidad, con una sonrisa y dedican-
do un tiempo a la amistad. Es fundamen-
tal pensar que no vale la pena todo por
lograr una medalla, que no es más que
un trozo de metal, y que puedes perder
mucho en ese camino. Has de valorar que
la unión, el apoyo del equipo, las relacio-
nes personales y respetar a quien tienes
en frente te ayudarán en los momentos
difíciles y provocarán que te respeten, de
modo que recogerás lo que has sembra-
do; quién sabe si incluso cosas más im-
portantes que ese trozo de metal.
 Infravalorarse, «creerse menos»
En este caso, el peligro consiste en que te
sientas abrumado por los logros consegui-
dos. Pero recuerda que si las victorias que
has conseguido son el fruto de tu esfuerzo,
representan el premio justo por tu trabajo.
Eso nadie te lo puede quitar.
Algunos de los riesgos más comunes asocia-
dos a la infravaloración son los siguientes:
■■ Sentir que valemos poco frente al resto:
piensa siempre en que tu valor como de-
portista y como ser humano no está en
que hayas ganado o perdido, sino en
ti, en cada decisión que tomas, en cada
paso que das, por lo que no debes sen-
tirte abrumado.
Para evitar este peligro, no te compares
con otras personas, pues tú tienes tus
capacidades y tus condicionantes, como
cualquier otra persona, y respétate y res-
pétalas. Recuerda todo lo bueno e im-
portante que has hecho, pero tampoco
olvides tus errores y tus limitaciones. Sé
humilde y luce tu mejor sonrisa, cárgate
de positividad.
■■ Creer que has ganado por casualidad
o porque los mejores no competían: la
suerte es un factor que no puedes con-
trolar, pero no olvides que el éxito favo-
rece a quienes lo buscan. Por eso, solo
un día de mucha suerte gana quien no lo
merece, y solo un día de mala suerte hace
perder a quien lo merece.
La realidad es que si trabajas, probable-
mente la razón de tu victoria no haya sido
la suerte. Y aunque así hubiera sido, eras
la persona adecuada que en el momento
oportuno tomó la decisión correcta. Esta
confluencia de factores es consustancial
89
a la vida y una buena parte de la victoria;
no lo olvides.
■■ Sentirse aislado o el «raro» del grupo: son-
ríe, hay tiempo para hacer muchas cosas,
esfuérzate por compartir tu tiempo con tus
seres queridos. Cada persona tiene su pro-
pia forma de ser; por eso, respeta y hazte
respetar. No tienes que ser como el resto si
no quieres; esa es tu decisión vital.
A menudo, aquello que te diferencia de
otras personas es la pasión que sientes
por lo que te gusta, que es distinto de lo
que les gusta a ellas. Esa diversidad de
intereses es natural; por eso nadie tiene
que sentirse extraño. Enseña lo que te
apasiona, aprende de lo que les apasio-
na a otras personas y respétalo, buscan-
do puntos en común que enriquezcan tus
puntos de vista.
Gimnasta junior rumana expresa su dolor tras
ejecutar su rutina de suelo en el Campeonato
Nacional de Gimnasia Artística de Rumanía.
II. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL DEPORTE
7. el valor formativo de la victoria
La pérdida de ilusión, «ausencia de ganas por competir»
A menudo, la exigencia del deporte nos in-
duce a caer en una rueda en la que cada vez
es necesario comprometerse más, y a causa
de ello padecemos sentimientos desagra-
dables, porque la vida no solo se compone
de experiencias positivas. Estas circunstan-
cias pueden provocar la pérdida de la ilu-
sión por lo que hacemos.
En la mayoría de los casos, este problema
no se resuelve pensando y analizando los
distintos factores que lo provocan, sino tra-
tando de recuperar la pasión por disfrutar
cada instante, aunque esta actitud no evita
que en muchas ocasiones haya que tomar
decisiones importantes en función de lo
que el deporte nos aporta.
Hemos dividido los principales riesgos en los
grupos siguientes:
■■ Sentir que lo que hemos hecho no ha va-
lido la pena: es difícil cuantificar todo el
esfuerzo que hemos invertido y hacer ba-
lance de lo que hemos ganado y lo que
hemos perdido en la vida.
Cuando te asalten estos pensamientos,
tal vez te resulte positivo pensar en aque-
llo que has ganado cada día, no solo en
los grandes logros, sino también en los
pequeños. Recuerda cada sonrisa tuya o
de quienes te han acompañado; recuerda
cómo has ido forjando tu personalidad y
cómo a cada paso has ido decidiendo tu
futuro. Aunque por el camino hayas teni-
do que rechazar otras posibilidades, pien-
sa en lo que te ha servido, en lo que has
recibido, en la felicidad que has sentido y
en las experiencias que has vivido.
■■ Dudar de la utilidad de lo que hemos he-
cho: nunca podemos estar seguros de si
lo que hacemos servirá para algo en el
futuro, aunque si tus objetivos responden
a tus deseos y los has alcanzado, posible-
mente sí te sirvan para el futuro de una
manera o de otra. Ante todo, piensa que
el futuro empieza hoy, valora lo que has
aprendido mediante el deporte y las ex-
periencias que has acumulado.
La respuesta sobre la utilidad del deporte
solo dependerá de ti, de tus decisiones y
de tus objetivos vitales, pero no la cuanti-
fiques solo en dinero o en los resultados
90
conseguidos, pues la suma de los benefi-
cios logrados es más ventajosa y comple-
ja. El balance al que llegues, sea positivo
o negativo, no puede ocultar lo bueno
que te ha aportado el deporte, que segu-
ro que habrá sido mucho.
■■ Tener la sensación de falta de control:
esta sensación la hemos tenido todos los
deportistas.
Es cierto que no puedes controlar todos
los factores que influyen en tu vida, pero
muchos sí. Piénsalo desde esta perspecti-
va y céntrate en determinar lo que puedes
mejorar y mejóralo. La angustia por la falta
de control disminuirá y tal vez incluso pue-
de llegar a extinguirse.
«SEÑOR, CONCÉDEME SERENIDAD
PARA ACEPTAR TODO AQUELLO
QUE NO PUEDO CAMBIAR,
FORTALEZA PARA CAMBIAR LO
QUE SOY CAPAZ DE CAMBIAR Y
SABIDURÍA PARA ENTENDER LA
DIFERENCIA».
Reinhold Niebuhr
Decepción del equipo canadiense
tras su derrota ante Estados Unidos
en la pelea por la medalla de oro en
los Juegos Paralímpicos de Invierno
de PyeongChang 2018.
 El miedo al futuro, «miedo al siguiente paso»
Las últimas investigaciones científicas parecen
indicar que la felicidad proviene de la ausen-
cia de miedo; por ello, combatir el miedo es
fundamental para ser felices. Son muchos los
miedos que nos pueden asaltar, aunque consi-
deramos suficiente destacar los siguientes:
■■ El miedo a la pérdida de metas y objeti-
vos: tras lograr un triunfo, con el esfuer-
zo que ha supuesto, es normal que nos
asalten dudas sobre cuál ha de ser nues-
tra próxima meta. Para resolver este pro-
blema, debemos elegir un objetivo que
sea lo suficientemente estimulante, pero
que, a su vez, sea alcanzable. Podemos
encontrarnos con la dificultad de no en-
contrar las metas adecuadas y sentir «que
ya no nos quedan metas que nos moti-
ven». Cuando estas dudas nos asaltan, es
positivo buscar entre las inquietudes que
nos atraen, mirar hacia adelante, pues
siempre hay grandes retos, o plantearse
cómo puedes ayudar a otras personas.
Tal vez estos enfoques te hagan encon-
trar el rumbo perdido.
■■ El miedo a ser rechazado por ganar: en
el período de iniciación de cualquier de-
portista, puede surgir el miedo a sentirse
rechazado por destacar y a generar en-
vidias por ganar. No debes dejarte llevar
por estos miedos, y has de procurar bus-
car personas con espíritu positivo. Es po-
sible que inicialmente no las encuentres,
pero están ahí, más próximas o más aleja-
das de ti, pero existen. Busca el equilibrio
en tu vida y no renuncies a tu desarrollo
deportivo y personal por lo que otras
personas puedan pensar.
■■ El miedo a perder el estatus social: la vic- en otras personas con tus triunfos, que
toria y la popularidad son efímeras, pero otras ya sintieron antes que tú por medio
debes pensar que todo en la vida lo es y del deporte. Son la «llama olímpica» que
que lo más importante es el ejemplo que pasa de mano a mano; no quieras llevar
dejas tras de ti. Has de mantener una ac- la antorcha siempre tú solo.
titud vital sólida, sin miedos. Las personas ■■ Miedo al siguiente paso: por último, en
a las que aprecias siempre te acompaña- los momentos de triunfo has de ser cons-
rán, mientras las cuides y no las olvides. ciente de que también habrá momentos
No te dejes llevar por los valores negati- duros, y otros que serán buenos. Ahora
vos y por la envidia. tienes la oportunidad de dar el siguiente
■■ El miedo a no poder ganar indefinida- paso, con valor, siguiendo tu camino vital.
mente: es ley de vida, debes contextuali- Elige tu propio camino, constrúyelo con
zar cada paso dado; piensa en la impor- tus propias fuerzas, y levántate, sonriente,
tancia de lo que has conseguido. Piensa sereno y positivo, y empieza a caminar. Tu
en los sentimientos que has provocado vida es el mejor «partido» que jugarás.
Consejos para gestionar la victoria
■■ Ante el riesgo de la negatividad, sé positivo, ábrete a tu luz interior y mantén una acti-
tud vital sólida. No importa si caes, levántate.
■■ Rechaza la prepotencia o la infravaloración, sé consciente de que eres el que eres,
ni más ni menos, disfrútalo con respeto a ti y al resto de personas. Sé humilde, sé tú
mismo.
■■ Evita los peligros de la victoria y de la fama, disfruta de ellas, pero sé natural, sin di-
sonancias que perturben tu tranquilidad interior. Evita ser prepotente o generar senti-
mientos de rechazo. Véncete a ti mismo: este es otro gran combate que debes ganar
después de alcanzar la victoria.
■■ Domina el sentimiento de desilusión general emocionándote. Recuerda todas las co-
sas que te hacen disfrutar.
■■ Para luchar contra el riesgo de dejar de disfrutar con tu deporte, concéntrate en sabo-
rear cada instante, y recuerda que la felicidad no está en la victoria, sino, sobre todo,
en cada paso que se da para conseguirla.
■■ El miedo a la victoria se vence evaluando los peligros y tomando las decisiones correc-
tas, pues si gestionas correctamente la victoria, podrás evitar sus riesgos. ¡No has de
tener miedo a ganar!
91
VOCES DEL
«EL DEPORTE ES EL MOTOR DE MI
VIDA. INCULCo A MIS HIJOS LOS
VALORES DEL DEPORTE»
María luisa
cabañero sánchez
«DEBEMOS SER UN EJEMPLO
PARA LA JUVENTUD
Y LOS ESCOLARES»

de león

Récord del mundo del cruce del Canal de

la Mancha por relevos y récord Guinness Doble subcampeón de la Liga
individual en la travesía del Estrecho. de Campeones de fútbol con el
Atlético de Madrid e internacio-
nal con la selección española.
DEPORTE Campeona de Europa
sub-19 de fútbol con la
selección española.

natalia
pablos sanchón

jorge
resurrección merodio «TRANSMITO A MIS

«koke» ALUMNOS SOLIDARIDAD

Y GENEROSIDAD»
 UN OBJETIVO COMPARTIDO
Consejero de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid.
La difusión de los valores del deporte
es un ejemplo de responsabilidad
social.
Felicito a la editorial Anaya Educación y a
la Universidad Isabel I por emprender esta
iniciativa sobre el juego limpio. Espero que
tenga la máxima difusión y que ayude a do-
centes, alumnado, familias y otras personas
interesadas en difundir los valores positivos
del deporte. Esta propuesta es un ejemplo
de responsabilidad social, y apunta a un
ámbito cuyo poder de influencia a la hora
de inculcar valores está fuera de debate.
La deportividad y el juego limpio, cuando
se adquieren y se asumen, influyen en ac-
ciones y en conductas que van mucho más
allá del terreno deportivo. En la Comunidad
Rafael van Grieken Salvador.
de Madrid somos muy conscientes de esta
influencia del deporte entre la población
más joven no solo cuando practica deporte,
sino también cuando asimila lo que sucede
en las competiciones de alto nivel.
En el planteamiento inicial del Plan de Lu-
cha contra el Acoso Escolar, aprobado por
el Gobierno regional en enero de 2016, el
deporte no aparecía como programa espe-
cífico. Sin embargo, desde el primer mo-
mento, se detectó que, a la hora de plani-
ficar actividades que sirvieran para difundir
los valores de respeto y de tolerancia, el
deporte en todas sus manifestaciones era
y es una de las vías más idóneas para ha-
cerlo, por ejemplo, mediante programas
como ACB Next, en colaboración con la
Asociación de Clubes de Baloncesto, que
dinamizan los recreos y demuestran que la
94
competitividad y el compañerismo han de
ir de la mano. El deporte es, por decirlo así,
un campo de prácticas excelente para de-
sarrollar valores que queremos que se den
en el aula y también fuera de ella.
Esta constatación del deporte como maes-
tro de vida, unida a la presencia creciente
de conductas contrarias a esos valores en
competiciones de deporte base, nos llevó
en junio de 2017 a dar un paso más y a apro-
bar en nuestra región el Plan de Lucha con-
tra la Violencia en el Deporte. No se trata
de una campaña temporal, sino que nues-
tro objetivo es asentar de manera estable
esos valores de respeto y de juego limpio
por la vía de la práctica deportiva y de la
reflexión, por un lado, fomentando que las
competiciones vayan asociadas indisoluble-
mente a la difusión de esos valores y, por
otro, estableciendo que, en aquellas áreas
del currículo en las que se hable de valores,
el deporte tenga su espacio propio.
Con este fin, hemos elaborado un «Decá-
logo de deportividad» dirigido a familias,
alumnado y profesorado que ha sido remiti-
do a todos los centros docentes.
Hemos establecido de modo transversal en el
currículo el fomento de acciones que difun-
dan los valores de la deportividad y la preven-
ción de conductas antideportivas. Y en el cur-
so 2017-2018 hemos incluido, como materia
de libre configuración autonómica, una asig-
natura de Respeto y Tolerancia para el alum-
nado de los dos últimos cursos de Educación
Secundaria Obligatoria, cuyo programa tam-
bién incluye esa necesaria reflexión sobre la
deportividad y sobre la violencia que a veces
acompaña a las competiciones.
Un elevado porcentaje de los
incidentes relacionados con el deporte
los provoca el público.
En este sentido, es significativa la estadística
recogida por la Federación Madrileña de Fút-
bol, que en 2016 registró que el 90 % de los
250 incidentes que se produjeron en partidos
disputados en la región se habían originado
no en el terreno de juego, sino en las gradas.
Esta situación pone de manifiesto que toda
la sociedad tiene un papel que desempeñar
en la misión que se propone en este libro.
Por eso, también el Plan de Lucha contra la
Violencia en el Deporte de la Comunidad de
Madrid tiene su reflejo en la oferta de forma-
ción para el profesorado y para las familias,
particularmente en los cursos que se realizan
para fomentar la convivencia y para luchar
contra el acoso. En este sentido, como Con-
sejero, estoy agradecido por la gran acogida
que ha tenido esta oferta formativa, con un
nivel de matriculación que ha superado nues-
tras expectativas: 9 000 docentes y 5 200 pa-
dres y madres se apuntaron el pasado curso
a las iniciativas formativas sobre convivencia
y sobre acoso, lo que demuestra que existe
esa demanda de herramientas eficaces para
95
la prevención temprana de conductas y de
comportamientos que no han de tener cabi-
da en los centros educativos.
Respondiendo a esa demanda, estamos
poniendo en marcha escuelas de padres
y madres junto con las federaciones de-
portivas madrileñas, y estas premiarán a la
mejor afición, la que haya demostrado un
comportamiento más ejemplar durante la
temporada.
Respecto al profesorado, vamos a trabajar
con las universidades para que incorporen
en sus planes de formación para docentes
estrategias de fomento de los valores de la
deportividad y del juego limpio.
Este es el contexto en el que recibimos pu-
blicaciones como esta y las acciones que le
podrían seguir como una excelente iniciati-
va. Es evidente que compartimos objetivos, y
estoy seguro de que con el apoyo de docen-
tes, de deportistas, de medios de comunica-
ción y, muy especialmente, de las familias, la
deportividad y el juego limpio prevalecerán
dentro y fuera del terreno de juego.
III. El d e p o r t e
y la s a l u d
Capítulo 8y rendimiento deportivo
Alimentación pez
s Fernández Ló
María Dolore

Capítulo m9o garantía de salud

El deporte co
eros Blanco
José Luis Terr

Capítulo 1ro0con el dopaje

Tolerancia ce oriano
cía-Vaquero S
María Pilar Gar
 8. Al i m e n t a c i ó n
i m i e n t o d e p o r t i vo
y r e n d
qué es una
alimentación
saludable
«HAZ DE TU ALIMENTACIÓN
TU MEJOR MEDICINA».
Hipócrates
Una alimentación saludable, equilibrada y va-
riada es la base de una vida sana y establece
los cimientos de un rendimiento deportivo e
intelectual adecuados. Actualmente, pode-
mos encontrar muchas publicaciones sobre
dietas, casi siempre poco saludables, reco-
mendaciones dietéticas o acerca de la suple-
mentación deportiva y todo tipo de consejos
sobre «qué», «cuándo» y «cómo» comer o
no comer. Pero ¿cuánta de esta información
es veraz? Veamos algunos conceptos bási-
cos acerca de nuestra alimentación y sobre
su relación con el entrenamiento.
María Dolore
s Fernández Ló
pez
«Alimentación» y «nutrición», aunque parecen
lo mismo, son conceptos diferentes. «Alimen-
tarse» es un proceso voluntario, educable y
consciente que consiste en la elección, la pre-
paración y la ingestión de determinados ali-
mentos. A partir de este momento empieza la
«nutrición», que es un proceso involuntario e
inconsciente por el que el organismo transfor-
ma los alimentos ingeridos después de la mas-
ticación mediante cuatro procesos: la diges-
tión, la respiración, la circulación y la excreción,
para que sus componentes puedan ser utiliza-
dos por las células de nuestro organismo.
Los alimentos son todos aquellos produc-
tos, tanto naturales como de origen indus-
trial, que consumimos para cubrir la necesi-
dad fisiológica del hambre. Los nutrientes
98
son sustancias químicas que forman parte
de los alimentos y que el cuerpo necesita
para realizar diferentes funciones y para
mantener la salud.
Hay muchas formas de alimentarse y es
nuestra responsabilidad saber elegir de for-
ma adecuada los alimentos que sean más
convenientes para nuestra edad, nuestra
salud y nuestras exigencias diarias, tanto en
nuestro rendimiento físico-deportivo como
en nuestro rendimiento intelectual.
Una dieta adecuada, en cuanto a calidad
y a cantidad, antes, durante y después del
entrenamiento y de la competición, va a
contribuir de forma determinante a la ob-
tención de unos resultados favorables en la
práctica deportiva.
 ALIMENTACIÓN Y
ENTRENAMIENTO VAN DE
LA MANO PARA CONSEGUIR
UN BUEN RENDIMIENTO.

99
 III. EL DEPORTE Y LA SALUD
8. Alimentación y rendimiento deportivo
conceptos
básicos sobre
alimentación SANA
Tipos de nutrientes
Profundizando en el conocimiento de la ali-
mentación, diremos que existen diferentes
tipos de nutrientes, que clasificamos en dos
grandes grupos: los macronutrientes, que
comprenden las proteínas o prótidos, las
grasas o lípidos y los carbohidratos o glú-
cidos, y los micronutrientes, que son las vi-
taminas y los minerales. Hablemos de cada
uno de ellos:
■■ Las proteínas: son la base de nuestra es-
tructura orgánica. Están constituidas por
un total de veinte aminoácidos diferen-
tes, que se dividen en dos grandes gru-
pos: los esenciales, llamados así porque
el cuerpo humano no puede producirlos
y tenemos que ingerirlos con la dieta, y
los no esenciales, que sí pueden ser fabri-
cados por el organismo.
Las principales fuentes de proteínas son
los alimentos de origen animal: las car-
nes, los pescados, la leche y sus deriva-
dos y los huevos. Las proteínas de origen
animal se consideran de más calidad,
porque contienen todos los tipos de ami-
noácidos, característica que no presen-
tan las proteínas vegetales, procedentes
de las legumbres, la quinoa, las semillas,
los frutos secos…, aunque no por ello
estas deben dejar de ser prioritarias en
nuestra dieta. Además, combinadas con
cereales, consiguen completar la cadena
de aminoácidos, como en los casos, por
ejemplo, de las lentejas con arroz o de los
garbanzos con cereales o con pan.
■■ Los hidratos de carbono: su función es
básicamente energética, de manera que
constituyen el principal combustible para
el músculo durante la actividad física y en
las exigencias de la vida diaria. Por ello,
nuestra dieta debe ser rica en hidratos de
carbono.
Podemos clasificarlos en dos grandes
grupos: los simples o de asimilación rá-
pida, como los dulces, las mermeladas, la
bollería, las frutas…, y los complejos o de
asimilación lenta, como los cereales y sus
derivados, la pasta, el pan, el arroz y las
legumbres.
■■ Los lípidos o grasas: su función es to-
talmente energética. A grandes rasgos,
100
Para una alimentación sana, hay
que seguir una dieta equilibrada que
incluya todos los tipos de nutrientes.
podemos clasificarlos en grasas satura-
das, que encontramos en los alimentos
de origen animal y podemos identificar-
las porque se muestran sólidas a tem-
peratura ambiente; grasas insaturadas,
que encontramos en alimentos de ori-
gen vegetal, como aceites y también en
frutos secos y semillas (lino, sésamo…),
y grasas trans, que son grasas instaura-
das que se procesan industrialmente,
por hidrogenación, cambiando su con-
figuración y pasando a ser saturadas,
sólidas. Estas grasas trans se encuen-
tran en alimentos fritos, bollería indus-
trial, comidas preparadas…, y su con-
sumo provoca un efecto negativo en el
organismo aumentando los niveles de
colesterol LDL, o colesterol «malo», con
los riesgos para la salud que su exceso
supone.
■■ Las vitaminas y los minerales: son micro-
nutrientes esenciales para el ser huma-
no, ya que nuestro organismo no puede
producirlos, sino que han de ingerirse
con los alimentos. Su función es regular
 y controlar el metabolismo y, por tanto,
son imprescindibles para mantener una
buena salud, más aún cuando se prácti-
ca deporte, porque son necesarios tanto
durante el entrenamiento como durante
el período de recuperación tras el ejerci-
cio o la competición.
Una dieta variada y equilibrada nos per-
mite mantener unos niveles adecuados
de vitaminas y de minerales sin necesi-
dad de suplementación añadida. Los en-
contramos en frutas y verduras y también
en la carne, el pescado, los cereales…
A modo de resumen y siguiendo a la Orga-
nización Mundial de la Salud (OMS), los dis-
tintos nutrientes se pueden clasificar según
su función en:
■■ Plásticos o estructurales: intervienen en la

construcción de las estructuras corpora-

les, en el mantenimiento y la reparación
de los tejidos. Son nutrientes plásticos las
proteínas, los minerales y también algu-
nos lípidos que se utilizan para construir
membranas celulares.
■■ Energéticos: aportan la energía necesaria

para todas las funciones del organismo.

Grasas e hidratos de carbono son los res-
ponsables principales de esta función. En
menor proporción y en situaciones espe-
ciales, las proteínas también se convier-
ten en nutrientes energéticos.
■■ Reguladores: vitaminas, minerales y agua

participan de los procesos de regulación

del organismo para que todos los órga-
nos funcionen con normalidad, exista una
buena coordinación entre los diferentes
órganos y sistemas y se lleven a cabo
correctamente los procesos vitales, incluso
cuando se aumentan las exigencias como
ocurre cuando hacemos ejercicio físico.

101
 Clasificación de los alimentos
III. EL DEPORTE Y LA SALUD
8. Alimentación y rendimiento deportivo

SUPLEMENTOS NUTRICIONALES,
VITAMINA D, FOLATOS…
GRUPO ALIMENTO NUTRIENTE FUNCIÓN
OPCIÓN INDIVIDUALIZADA

Leche
Proteínas
GRUPO 1 Queso Plástica
animales
CONSUMO OPCIONAL, Yogur
OCASIONAL Y MODERADO

Carne
Proteínas
GRUPO 2 Pescado Plástica
animales
Huevo

CONSUMO VARIADO
DIARIO Proteínas
2-3 AL DÍA Patatas Plástica
vegetales
GRUPO 3 Legumbres Energética
1-3 AL DÍA (ALTERNAR) Lípidos
Frutos secos Reguladora
Vitaminas
2-3 AL DÍA
3-4 AL DÍA
VERDURAS + Verduras
FRUTAS GRUPO 4 Vitaminas Reguladora
= 5 RACIONES GRUPOS DE Hortalizas
CADA DÍA CONSUMO EN CADA
COMIDA PRINCIPAL

SEGÚN GRADO GRUPO 5 Frutas Vitaminas Reguladora

DE ACTIVIDAD
FÍSICA

Pan y pasta
Hidratos
GRUPO 6 Cereales Energética
MANTENER de carbono
ESTILOS Azúcar
DE VIDA
SALUDABLES

Grasas
Actividad física Equilibrio Balance Técnicas AGUA: 4-6 vasos al día*
diaria 60 min. emocional energético culinarias (*) Ingesta de líquidos según la Pirámide GRUPO 7 Aceite Lípidos Energética
saludables de la hidratación saludable SENC
Mantequilla
Figura 1. Pirámide de la alimentación saludable (Sociedad Española de Nutri-
ción Comunitaria). Tabla 1. Clasificación por colores de los alimentos según su función.

Siguiendo con la clasificación funcional anterior, en España, desde la
década de 1970, se adoptó una clasificación educacional que recoge
los alimentos más frecuentes en nuestro entorno y los representa en
gráficos y colores para facilitar su comprensión. El color identifica la
función principal: rojo para los alimentos plásticos, amarillo para los
energéticos, verde para los reguladores y naranja para los mixtos.
No existe ningún alimento completo que tenga todos los nu-
trientes necesarios y en la adecuada proporción requerida por el
cuerpo humano; por ello, una dieta monótona, «con poco color»,
basada en un bajo número de alimentos o todos pertenecientes
al mismo grupo será poco saludable y podrá conducir al déficit de
uno o más nutrientes.

102
 Necesidades energéticas y distribución
La cantidad de energía que aportan los ali-
mentos a nuestro organismo se mide en ca-
lorías. Y la cantidad de calorías que necesita
nuestro cuerpo depende de nuestro meta-
bolismo basal y de la actividad que realiza-
mos a lo largo del día.
El metabolismo basal es la cantidad de
sexo influyen sobre el metabolismo basal
de cada persona, así como la relación por-
centual entre la masa muscular y el tejido
adiposo, ya que los músculos consumen
más energía que la grasa. Los hombres tie-
nen, por término medio, una mayor masa
muscular y menos tejido adiposo que las
por gramo de grasa o lípido y 4 kcal por
gramo de proteína.
Una dieta equilibrada es aquella que con-
tiene todos los alimentos necesarios para
conseguir un estado nutricional óptimo, y
esto supone que:
■■ aporta una cantidad de nutrientes ener-

energía que necesita el cuerpo en estado mujeres, por lo que su metabolismo basal géticos (macronutrientes) que es suficien-
de reposo total y a temperatura ambiente es, de media, un 10 % superior al de las mu- te para llevar a cabo los procesos meta-
constante para mantener las funciones vita- jeres. bólicos y la demanda física necesaria;
les, tales como la respiración, el metabolis- Todos los alimentos y bebidas, excepto el ■■ suministra suficientes nutrientes con fun-

mo, la circulación y la temperatura corporal agua, contienen calorías en forma de nu- ciones reguladoras y plásticas;
durante 24 horas. Factores como la consti- trientes en la siguiente proporción: 4 kcal ■■ que las cantidades de cada uno de los

tución física, el peso, la altura, la edad y el por gramo de hidrato de carbono, 9 kcal nutrientes están equilibradas entre sí.

PLATO DE COMIDA SALUDABLE

Use aceites saludables Beba agua, té o café
(como el de oliva) para cocinar, LECHE (con poco o nada de azúcar).
en ensaladas y en la mesa. Limite el consumo de leche
Limite el consumo de mantequilla o productos lácteos
AGUA
AGUA
y grasas trans. a 1 o 2 raciones al día.
Evite las bebidas azucaradas.
ACEITE
ACEITE CEREALES
CEREALES
INTEGRALES
INTEGRALES
Cuantas más verduras
–y más variadas– mejor. PROTEÍNAS
PROTEÍNAS Coma cereales integrales
Las patatas
VERDURAS
VERDURAS SALUDABLES
SALUDABLES (como azúcar moreno,
(incluyendo las fritas) pan y pasta integral).
no forman parte FRUTAS
FRUTAS Limite el consumo
de esta recomendación. de cereales refinados
(como el arroz
y el pan blanco).

Coma mucha fruta

de todos los colores.

Escoja pescado,
ave, judías y nueces;
limite la carne roja,
el bacon, los embutidos
Figura 2. Propuesta de Harvard sobre alimentación (Universidad de Harvard, y otras carnes procesadas.
Facultad de Salud Pública, Departamento de Nutrición, «La fuente de la alimentación»).

103
 Un grupo de expertos de la OMS (Helsinki, rios de entrenamiento. La idea más acep- ellas (tabla 2). Las personas que prefieren
III. EL DEPORTE Y LA SALUD
8. Alimentación y rendimiento deportivo

1988) estableció las siguientes proporcio- tada es que debemos realizar tres comidas una distribución en tres comidas diarias
nes de nutrientes: principales y dos pequeñas, establecien- deberían ajustarse a los porcentajes de la
■■ Los hidratos de carbono deben suponer do un máximo de tres o cuatro horas entre figura 3.
al menos un 50 % o 55 % del aporte caló-
rico total, sin que la ingestión de azúca-
25 % 10 % 30 % 10 % 25 %
res simples sobrepase el 10 % del total.
Se recomienda aumentar el consumo de Desayuno Almuerzo Comida Merienda Cena
frutas, de vegetales y de cereales integra-
les, reduciendo la ingesta de dulces y de 25 % 10 % 35 % 10 % 20 %
otros azúcares refinados.
■■ Las grasas no sobrepasarán el 30 % o 35 % Desayuno Almuerzo Comida Merienda Cena
de las calorías totales ingeridas, siendo el
20 % 15 % 30 % 15 % 20 %
consumo de grasas saturadas inferior al
7 % u 8 % del total. Desayuno Almuerzo Comida Merienda Cena
■■ Las proteínas deben suponer entre un

12 % y un 15 % del aporte calórico total, 20 % 10 % 35 % 10 % 25 %
no siendo nunca inferior la cantidad total
de proteínas ingeridas a 0,8 gr/día y de Desayuno Almuerzo Comida Merienda Cena
alto valor biológico.
Tabla 2. Distribución en la ingesta a lo largo del día.
■■ Las vitaminas y los minerales (micronu-

trientes) se necesitan en cantidades mu-

cho menores. Por ejemplo, únicamente
necesitamos unos 60 miligramos al día
de vitamina C o de zinc y aún cantidades
inferiores, del orden de microgramos,
de otras vitaminas como B12 o D.
Todos los nutrientes son igualmente impor- De
D esa y u n o Cen a
tantes desde el punto de vista nutricional, y 20 % - 2 255 % 25% - 30 %
la falta o el consumo excesivo de cualquie-
ra de ellos puede provocar enfermedades o
desnutrición.
En lo que se refiere a la distribución de Com ida
su ingesta a lo largo del día, encontra-
35% - 40 %
mos muchas opiniones diferentes sobre
el número recomendable de comidas y el
reparto calórico en ellas, pero una premi-
sa lógica es la que establece que hay que
tener en cuenta la vida social, los estudios,
la disponibilidad y, sobre todo, los hora- Figura 3. Calorías a lo largo del día en tres comidas.

104
 orientaciones
y consejos sobre
alimentación
Generales
■■ Las claves de una buena alimentación
son los alimentos frescos y variados, re-
duciendo la ingesta de alimentos ricos
en grasas saturadas y trans en favor del
consumo de aceites y de grasas vegeta-
les (frutos secos, semillas…).
■■ Evita el consumo de alimentos preco-
nizados y refinados, y sustitúyelos por
cereales integrales, que conservan las
vitaminas, los minerales y la fibra que se
pierden durante el proceso aplicado para
su refinado.
■■ Desayuna todos los días. Necesitas ener-
gía para ponerte en marcha.
■■ Equilibra tus comidas: come de todo,
pero en las cantidades adecuadas a tus
necesidades.
■■ Si tu dieta es adecuada, saludable y va-
riada, no necesitas ningún tipo de suple-
mentación adicional.
EspecíficOs para deportistas
■■ La relación entre alimentación y ejerci-
cio físico debe ser armónica, teniendo
en cuenta que una buena alimentación
no puede compensar la falta de entrena-
miento, pero que una dieta inadecuada
perjudicará el rendimiento de un depor-
tista, aunque esté bien entrenado.
■■ Tomar una dieta rica en hidratos de carbo-
no es uno de los principios fundamentales
que debe regir la dieta de un deportista.
■■ No te pases comiendo proteínas. Aunque
las proteínas son decisivas en la regenera-
ción de los tejidos y en el mantenimiento
de la masa muscular, no debemos abusar
de ellas, ya que pueden ocasionar una
acumulación de desechos tóxicos. Un de-
portista necesita consumir alrededor de
entre 1,2 y 1,7 gramos de proteínas por
kilogramo de peso (hasta 2 gramos en de-
portes de máxima exigencia de fuerza).
105
Se recomienda no consumir
bebidas alcohólicas.
Recuerda que…
■■ Una alimentación adecuada, adaptada a
tus necesidades biológicas, te ayudará a
conseguir los principales objetivos a nivel
deportivo:
– retrasar la fatiga;
– facilitar la recuperación para afrontar
mejor el próximo entrenamiento;
– prevenir enfermedades y lesiones;
– evitar el desgaste muscular (es importan-
te ingerir la cantidad adecuada de hidra-
tos de carbono que sirvan como fuentes
de energía y que eviten la utilización de
proteínas como energía).
– evitar el desgaste óseo (es importante
el adecuado consumo de calcio y de vi-
tamina D).
■■ Se recomienda no consumir bebidas al-
cohólicas, pues, además de aportar calo-
rías vacías, no contienen ningún nutriente
y provocan deshidratación.
 9. E l d e p o r t e
g a r a N t í a d e s a l u d
com o José Luis Terr
Qué se entiende
por actividad físicA
El concepto
de Actividad Física (AF)
El sedentarismo y la falta de actividad
física provocan problemas de salud,
sociales y económicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
define a la «actividad física» (AF) como ‘cual-
quier movimiento corporal que requiere
gasto energético’. Como actividad física po-
demos considerar los movimientos corpo-
rales relacionados con el trabajo, las tareas
domésticas, el tiempo libre y el deporte.
El sedentarismo y la falta de actividad física
suficiente son problemas de salud, sociales
y económicos en las sociedades actuales.
eros Blanco
El concepto de «sedentarismo» es sencillo
e intuitivo. Si consultamos el diccionario de
la Real Academia Española (RAE), se trataría
de un ‘modo de vida de poca agitación o
movimiento’. No obstante, precisamos con-
ceptos más claros y objetivos si queremos
profundizar en este ámbito.
Las evidencias respecto de las relaciones en-
tre la actividad física y la salud son abruma-
doras. Ya en 2002, la Organización Mundial
de la Salud llevó a cabo un Informe sobre la
Salud en el Mundo, estudiando los riesgos
para la salud y los factores que la afectan
de modo adverso. Por otro lado, en el es-
tudio sobre Riesgos Globales para la Salud
de 2009, la misma organización expresa que
la inactividad física causa alrededor de un
20 % a 25 % de los cánceres de mama y de
colon, un 27 % de la diabetes y un 30 % de la
106
cardiopatía isquémica. La falta de actividad
física suficiente sería, así, el cuarto factor de
mortalidad en los países ricos y el octavo en
los países con bajos presupuestos. Hay que
considerar que esta relación entre la activi-
dad física y la salud es independiente de la
obesidad, y que esta última sería el quinto
factor de riesgo mundial, por detrás, precisa-
mente, de la falta de actividad física. En 2004,
la OMS calcula que, aproximadamente, 3,2
millones de defunciones anuales pueden
atribuirse a una actividad física insuficiente;
es decir, un 6 % de las muertes registradas.
La figura 1 nos muestra las muertes anuales
en el mundo atribuidas a los diecinueve prin-
cipales factores de riesgo, divididos por paí-
ses de bajos, medios y altos recursos.
Entre los años 2002 y 2006, cinco resolucio-
nes del Consejo de la Unión Europea pidie-
ron que se tomaran medidas para aumentar
Hipertensión
la práctica de actividad física. El principal Consumo de tabaco
hito en este ámbito dentro de la Unión Eu- Hiperglucemia

ropea sería la publicación en el año 2007 Sedentarismo

Sobrepeso y obesidad
del Libro blanco sobre el deporte y la im-
Hipercolesterolemia
plementación del Plan de Acción Pierre Sexo inseguro
de Coubertin, que en ese Libro blanco se Consumo de alcohol
Bajo peso infantil
auspicia. En el Plan de Acción se propone Ingresos altos
Inhalación de humos en interiores
que la Comisión Europea desarrolle unas Agua no potable y saneamientos Ingresos medios
e higiene deficientes
directrices de actividad física, dando lugar Ingresos bajos
Bajo consumo de frutas y verduras
a la convocatoria de un Grupo de Expertos Lactancia materna insuficiente
Informal en Deporte y Salud, que, en 2008, Contaminación del aire

aprobó las Directrices de Actividad Física Riesgos laborales

Carencia de vitamina A
de la Unión Europea.
Carencia de zinc
Inyecciones inseguras
Carencia de hierro
La falta de actividad física
suficiente es un destacado factor 1000 2000 3 000 4 000 5 000 6 000 7 000 8 000
Mortalidad en miles (total: 58,8 millones)
de mortalidad.
Figura 1. Distribución de las muertes anuales en 2004 por factores causales, según la OMS.

107
 III. EL DEPORTE Y LA SALUD
9. El deporte como garantía de salud
El concepto de Actividad Física Beneficiosa para la Salud (AFBS)
Como hemos visto, el concepto de seden-
tarismo es poco utilizable a la hora de rea-
lizar actividad física de un modo correcto y
saludable; por ello, es necesario definir un
mínimo de actividad física a partir del cual
esta se pueda considerar «actividad física
beneficiosa para la salud» (AFBS). Este mí-
nimo se debe definir en volumen y en in-
tensidad. El volumen se determina a partir
del tiempo de actividad física (la duración
de los episodios de actividad física multipli-
cado por su periodicidad) o a través de se-
ñales biomecánicas recogidas por sensores
(distancias recorridas, pasos caminados o
corridos, trabajo realizado, julios o calorías
consumidas, etc.). La intensidad se puede
medir por medio de señales fisiológicas (fre-
cuencia cardiaca, porcentaje de frecuencia
cardiaca máxima o porcentaje de la frecuen-
cia cardiaca de reserva, como respuesta a la
actividad física, medidas de ion lactato en
sangre, etc.), psicológicas (tasas de esfuerzo
percibido o similares) o biomecánicas (veloci-
dad de movimiento o potencia desarrollada).
Con estos datos es muy habitual clasificar la
intensidad de la actividad física en catego-
rías sencillas (baja, moderada, alta y muy
alta). Otra importante consideración es el
establecimiento de grupos de edad en cada
uno de cuales los límites de esta AFBS pue-
den ser diferentes. De este modo, se pue-
den clasificar las poblaciones, de un modo
general, en: niños y niñas, personas adultas
y personas mayores.
Numerosas directrices, elaboradas por dife-
rentes entidades, marcan los mínimos para
que la actividad física de una persona sea
considerada AFBS-HEPA. Uno de los com-
pendios más utilizados en todo el mundo, parte de los países del mundo, entre ellos
son las Directrices de Actividad Física del España, y las que debemos considerar si
Colegio Americano de Medicina del Depor- queremos llegar a niveles de AFBS, son las
te (ACSM). Otras directrices muy utilizadas que establece la Organización Mundial de
son las del Gobierno de los Estados Unidos la Salud. Estas contienen unas recomenda-
y las de la Agencia de Salud de Canadá. ciones muy claras de niveles de AFBS para
Sin embargo, las directrices de actividad los diferentes grupos de población, que re-
física oficiales de referencia en la mayor flejamos a continuación:
NIÑOS y niñas DE 6 A 17 AÑOS
1. D
 eberían acumular un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa.
2. L a actividad física durante más de 60 minutos reporta beneficios adicionales para la salud.
3. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar activida-
des vigorosas, en particular para fortalecer los músculos y los huesos, como mínimo tres veces a la
semana.
personas adultas DE 18 A 64 AÑOS
1. Deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o
bien un mínimo de 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación
equivalente de actividad moderada y vigorosa. La actividad aeróbica se realizará en sesiones de 10
minutos, como mínimo.
2. Para obtener mayores beneficios, las personas adultas deberían incrementar esos niveles hasta 300
minutos semanales de actividad aeróbica moderada, o bien 150 minutos de actividad aeróbica vigorosa
cada semana, o bien una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
3. Deberían realizar ejercicios de fortalecimiento muscular de los grandes grupos musculares dos o
más días a la semana.
personas mayores de 64 años
1. Deberían acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o
bien no menos de 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una combinación
equivalente de actividad física moderada y vigorosa.
2. La actividad aeróbica se desarrollará en sesiones de 10 minutos, como mínimo.
3. Para obtener aún mayores beneficios, las personas adultas de este grupo de edades deberían
aumentar hasta 300 minutos semanales su actividad física mediante ejercicios aeróbicos de intensi-
dad moderada, o bien practicar 150 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa, o bien una
combinación equivalente de actividad física moderada y vigorosa.
4. Las personas adultas de mayor edad con dificultades de movilidad deberían dedicar tres o más días a la
semana a realizar actividades físicas para mejorar su equilibrio y para evitar las caídas.
5. Deberían realizar actividades de fortalecimiento muscular de los grandes grupos musculares dos o
más días a la semana.
6. Cuando las personas adultas de este grupo no puedan realizar la actividad física recomendada de-
bido a su estado de salud, deberían mantenerse activos hasta donde les sea posible y les permita
su salud.
108
 situación de la
práctica de afbs
en españa
Sedentarismo y práctica de AFBS en España
Es importante conocer cuáles son los niveles
de sedentarismo y de práctica de AFBS en
nuestro país. A veces leemos datos contra-
dictorios que pueden dar una idea equivo-
cada. Por ello, debemos consultar encuestas
oficiales, como la encuesta nacional de salud
(ENSE). La ENSE es un estudio periódico rea-
lizado por el Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad (MSSSI), en colaboración
con el Instituto Nacional de Estadística. Las
oleadas han sido: 1987, 1993, 1995, 1997,
2001, 2003, 2006 y 2011/12. Además de esta
encuesta, la Unión Europea ha realizado, en
colaboración con el Ministerio de Sanidad, la
encuesta europea de salud en España 2014
(EESE-2014). Esta encuesta constituye el aná-
lisis más reciente en España y el único en dar
datos actualizados de AFBS en relación con
las directrices de actividad física de la Organi-
zación Mundial de la Salud.
La práctica de AFBS en España, según la
encuesta europea de salud en España 2014,
llegaría a un 45,3 % de la población adulta
total, con una distribución muy desigual por
géneros: 50,7 % de hombres y solo 40,1 %
En España se observa una
desigualdad muy marcada entre
géneros en lo que se refiere
al sedentarismo y a la práctica
de actividad física.
de mujeres realizarían la AFBS que marca la son menos sedentarios que las mujeres, y la
Organización Mundial de la Salud. Además, diferencia es muy marcada (31,1 % en hom-
los resultados de esta encuesta también in- bres y 42,0 % en mujeres).
ciden en el porcentaje de residentes que, al Finalmente, podemos consultar la encuesta de
menos una vez a la semana, usan la bicicleta hábitos deportivos que se ha llevado a cabo
para desplazarse (14,8 % de hombres, 5,8 % por diferentes instituciones oficiales con una
de mujeres, 10,2 % del total) y de aquellos periodicidad quinquenal y que presenta un
que se desplazan a pie (80,6 % hombres, enfoque sociológico del deporte. Su configu-
80,2 % mujeres y 80,4 % del total). ración no permite obtener conclusiones sobre
Con respecto al sedentarismo, la encuesta práctica de AFBS, pero sí sobre práctica de-
europea de salud en España 2014 muestra portiva. La última edición de esta encuesta, la
un valor de 36,7 % en la población adulta de 2015, nos ofrece datos para realizar el análi-
de más de 15 años. También los hombres sis que presentamos en la siguiente tabla:
hombres mujeres total
Al menos una vez al año 59,8 47,5 53,5
Al menos una vez al trimestre 58,4 46,6 52,3
Al menos una vez al mes 57,0 45,3 51,0
Al menos una vez a la semana 50,4 42,1 46,2
Diariamente 21,8 17,3 19,5
Tabla 1. Porcentaje de práctica deportiva en función de su frecuencia en residentes en España
de personas mayores de 15 años, por género según la encuesta de hábitos deportivos 2015.
109
 III. EL DEPORTE Y LA SALUD
9. El deporte como garantía de salud

Evolución del sedentarismo y de la práctica de AFBS en España

El análisis de la serie de la encuesta nacio- % de residentes sedentarios Mujeres Hombres TOTAL
nal de salud nos permite hacer un análisis 70

del seguimiento del sedentarismo, total y

por géneros, en un panorama largo, de 21 60

años de evolución (1993-2014), análisis que

presentamos en la figura 2. 50

La constatación de una regresión lineal so-

40
bre la serie en dicha encuesta nos indica
que en esos años hay una tendencia de dis-
30
minución de un 2,5 % anual del sedentaris-
mo en España.
20
Por otro lado, contamos con la encuesta
de hábitos deportivos que también hemos 10
mencionado en el apartado anterior, que
por haber sido realizada de forma continua 0
1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014
desde 1975 hasta la actualidad tendría un
gran valor para el seguimiento de la prácti- Figura 2. Porcentaje de residentes en España, de 15 o más años de edad, que no realizan
ca deportiva en nuestro país. actividad física alguna en su tiempo libre según las ENSE homologables y la EESE 2014.
Sin embargo, la longevidad de esta encues-
ta también ha dado lugar a su debilidad,
que se manifiesta en forma de cambios que % de práctica semanal

60
se han ido introduciendo en las sucesivas
54
ediciones, cambios en las preguntas y cam-
bios en los universos muestrales y en los 50

grupos de edad. 42

Para obtener conclusiones de práctica de 40

34
actividad física (AF) con incidencia en la sa- 33

lud, hemos querido reflejar, en la figura 3, la 30 27

evolución de práctica de deporte al menos
una vez a la semana para poblaciones de 15 20
a 65 años en las ediciones donde esos da-
tos están disponibles; es decir, entre 1995
10
y 2015.

En España se ha producido una 0

1995 2000 2005 2010 2015
evolución positiva de la práctica
deportiva progresiva y muy lineal. Figura 3. Porcentaje de residentes en España, entre 15 y 65 años de edad (16 y 65 años de edad para 1995), que
practica uno o más deportes, al menos una vez a la semana, según el histórico de encuestas de hábitos deportivos.

110
 valoración de la
situación de la AFBS
en la unión europea
España se encuentra en el nivel
medio-alto de práctica de actividad
física con respecto a los países
de su entorno.

Como no disponemos de indicadores que Regularmente CON CIERTA REGULARIDAD total

ESTADO
nos muestren, como valores de referencia, 2013 2013-2009 2013 2013-2009 2013
los porcentajes óptimos de práctica de Alemania 7 2 41 1 48
Austria 5 0 40 7 45
AFBS en una población, debemos aproxi-
Bélgica 10 6 37 3 47
marnos a la valoración a través de la com-
Bulgaria 2 –1 9 –1 11
paración con los países de nuestro entorno, Chipre 11 –5 25 0 36
especialmente los de la Unión Europea. Croacia 9 * 26 * 35
Los Eurobarómetros Especiales son encues- Dinamarca 14 –1 54 5 68
tas monotemáticas llevadas a cabo por la Eslovaquia 6 1 28 3 34
Comisión Europea. Los de 2003, 2009 y 2014 Eslovenia 15 2 36 –3 51
inciden en el ámbito de la práctica de activi- España 15 3 31 4 46
Estonia 7 0 32 5 39
dad física (AF) y pueden ser una buena herra-
Finlandia 13 –4 53 –2 66
mienta para realizar esa aproximación. En la
Francia 8 –5 35 0 43
tabla siguiente presentamos, para la edición Grecia 7 4 24 9 31
de 2013, los porcentajes de respuestas que Hungría 15 10 23 5 38
indicaban que los ciudadanos y las ciudada- Irlanda 16 –7 36 1 52
nas de los países de la Unión Europea hacían Italia 3 0 27 1 30
ejercicio regularmente o con alguna regula- Letonia 6 –2 25 6 31

ridad, así como sus acumulados. Igualmente, Lituania 15 1 22 0 37

Luxemburgo 12 0 42 3 54
se exponen las diferencias en esos porcenta-
Malta 5 –12 14 –17 19
jes entre los resultados de 2013 y 2009.
Países Bajos 8 3 50 –1 58
Polonia 5 –1 23 4 28
Tabla 2. Porcentaje de respuestas a la Q1: «¿Con qué Portugal 8 –1 20 –4 28
frecuencia realiza ejercicio o practica deporte?», en
Reino Unido 10 –4 36 4 46
el Eurobarómetro 2013 y diferencia en porcentaje
República Checa 5 0 31 8 36
del total con el Eurobarómetro 2009.
Rumanía 6 –2 15 2 21
* La adhesión de Croacia a la Unión Europea como
miembro pleno se produjo el 1 de julio de 2013. Suecia 15 –7 55 5 70

111
 En la tabla 2 vemos que España ocuparía un to. De este modo, se pudieron publicar en
III. EL DEPORTE Y LA SALUD
9. El deporte como garantía de salud

lugar medio-alto y sería el décimo estado 2015 las fichas sobre actividad beneficio- Conclusiones sobre la AFBS
miembro de la Unión Europea con mayor sa para la salud de los veintiocho estados ■■ La práctica de actividad física (AF) es
nivel de práctica de actividad física, pero miembro de la Unión Europea. necesaria para garantizar la salud en
sería el segundo (empatado con otros tres) En la tabla 3 se recogen los datos oficiales de todas las edades de la vida y tiene un
en la práctica regular. España estaría al nivel los quince estados miembro (parcialmente enorme valor preventivo de numero-
de los países de su entorno y por encima de de Reino Unido) que usan como referencia sas enfermedades.
Francia y de Italia. las directrices de AFBS de la Organización ■■ La Organización Mundial de la Salud
Por otro lado, en el Plan de Trabajo de la Mundial de la Salud y se muestra el porcen- ha aportado unas directrices sobre
Unión Europea en Deportes 2014-2017 se taje de cumplimiento de AFBS por parte de actividad física beneficiosa para la sa-
constituyen los puntos focales en AFBS-HEPA la población adulta en los tramos reflejados lud (AFBS) en las diferentes edades y
de la Unión Europea. Son unidades guberna- (Rumanía no aporta datos). España ocupa el condiciones.
mentales que funcionan recogiendo y trans- tercer puesto con un 66 % de población que ■■ Los niveles de sedentarismo en Espa-
mitiendo la información generada en cada realiza AFBS (cuarto en mujeres y tercero en ña alcanzan un 36,7 % de la población
uno de los estados miembro en este ámbi- hombres). con una marcada diferencia de gé-
nero (31,1 % de hombres y 42,0 % de
ESTADO AÑO EDAD HOMBRES MUJERES TOTAL mujeres).
■■ Los niveles de práctica de AFBS en
Alemania 2012 18-65 44 35 39 España alcanzan un 45,3 % de la po-
Croacia 2010 18+ 83 77 80 blación, e igualmente hay una fuerte
Eslovenia 2012 25-64 61 57 59
brecha de género (50,7 % de hom-
bres y 40,1 % de mujeres), reflejando
España 2011-2012 18-69 69 64 66
que hay más mujeres sedentarias que
Estonia 2014 16-64 36 37 37
aquellas que realizan AFBS.
Finlandia 2013 18-64 32 36 34
■■ El sedentarismo en España tiene una
Francia 2006-2007 18-65 48 41 45 clara tendencia descendente anual
Irlanda 2013 16+ 31 32 31 de un 2,5 %, mientras que la práctica
Lituania 2014 18-75 83 79 80 de actividad física regular tiene una
Malta 2008 18-64 35 26 — tendencia inversa y claramente ascen-
Polonia 2014 15+ 23 18 20 dente.
■■ España se sitúa entre los primeros paí-
Rumanía — — — — —
ses de la Unión Europea en lo relativo
Suecia 2014 16-64 67 65 66
a práctica de AFBS, y se coloca por
Reino Unido 2012-2014 16-64
encima de los países de su entorno.
Inglaterra 2012 16-64 67 65 60
Escocia 2013 16-64 71 58 64
Irlanda del Norte 2013-2014 16-64 68 56 61

Tabla 3. Porcentaje de cumplimiento de directrices AFBS-HEPA en personas adultas de los estados miembros
que usan las recomendaciones mundiales sobre AFBS-HEPA de la Organización Mundial de la Salud, según las
fichas sobre actividad beneficiosa para la salud en los estados miembro de la Unión Europea.

112
113
 10. t o l e r a n c i a
e l d o pa j e
cero con María Pilar Gar
PREVENCIÓN DEL
CONSUMO DE
SUSTANCIAS PELIGROSAS
El dopaje es un riesgo para la salud,
viola las normas deportivas y altera
el resultado de las competiciones.
En el diccionario de la lengua de la Real
Academia Española (RAE) se define la pa-
labra «trampa» como ‘la manera de eludir
una ley con miras al provecho propio’. Más
enmarcado en el ámbito del deporte, tam-
bién se define «trampa» como ‘la infracción
maliciosa de las reglas de un juego o de una
competición’. En sentido opuesto, se defi-
ne «honor» como ‘la cualidad moral que
lleva al cumplimiento de los propios debe-
res respecto del prójimo y de uno mismo’.
Sin tener en cuenta el objetivo buscado, es
decisión de cada individuo elegir el camino
para alcanzar las metas propuestas.
cía-Vaquero So
riano
Las autoridades deportivas y antidopaje ela-
boran las normas que configuran el marco
legal que proteje el derecho de los deportis-
tas a competir en igualdad de condiciones.
En este marco, los propósitos del Código
Mundial Antidopaje y del Programa Mundial
Antidopaje, propuestos por la Agencia Mun-
dial Antidopaje, AMA (WADA), son:
■■ Proteger el derecho fundamental de los
deportistas a participar en actividades
deportivas libres de dopaje, promover la
salud y garantizar de esta forma la equi-
dad y la igualdad en el deporte para to-
dos los deportistas del mundo.
■■ Asegurar la armonización, la coordina-
ción y la eficacia de los programas contra
el dopaje a nivel nacional e internacional
con respecto a la detección, a la disua-
sión y a la prevención del dopaje.
114
El dopaje está prohibido porque es una
violación de las normas con el objetivo de
mejorar el rendimiento deportivo o de alte-
rar el resultado de las competiciones. Pero,
además de ser una trampa, el dopaje está
prohibido porque supone un grave riesgo
para la salud y por razones éticas.
Proteger los valores del deporte, el «espíri-
tu deportivo», también es uno de los obje-
tivos principales en los programas de edu-
cación, orientados a proteger un deporte
sin dopaje. La defensa del juego limpio es
la búsqueda de la excelencia humana por
medio del perfeccionamiento de los talen-
tos naturales de cada persona, lo que es la
esencia misma del olimpismo.
Los valores que encontramos en el depor-
te intrínsecamente son: ética, juego limpio
y honestidad; salud; excelencia en el ren-
dimiento; carácter y educación; alegría y
diversión; trabajo en equipo; dedicación y
compromiso; respeto de las normas y de las
leyes; respeto personal y hacia el resto de
participantes; valentía; espíritu de grupo y
solidaridad. Utilizar atajos, hacer trampas
mediante el dopaje, puede suponer un ries-
go para la salud.
La obsesión por superar los límites indivi-
duales en el entorno deportivo, la moda
de practicar disciplinas muy duras, cada vez
con objetivos más ambiciosos (triatlones,
maratones…), puede hacer que nuestro
objetivo se convierta en una obsesión y que
recurramos a sustancias, a medicamentos y
a suplementos alimenticios como camino
más rápido para alcanzar una meta o como
forma de superar el límite de nuestras capa-
cidades físicas.
Pero no solo en el entorno deportivo encon-
tramos casos de consumo de sustancias o de
complementos alimenticios para mejorar el
rendimiento. Hoy en día y cada vez con mayor
frecuencia en la juventud, existe una obsesión
por el aspecto físico, por conseguir el cuer-
po perfecto, que puede llevar al consumo de
complementos alimenticios y de medicamen-
tos para alcanzar esos estándares.
En estos casos, el uso de estas sustancias se
realiza sin asesoramiento médico o especiali-
zado, lo que en algunos casos supone asumir
riesgos graves para la salud. Estos peligros se
ven incrementados al tratarse de individuos
en edades de crecimiento y desarrollo.
115
En la actualidad, el acceso a la información es
infinito a través de Internet y se crean cana-
les de conocimiento de acceso libre, genera-
dos por experiencias personales, creencias y
toda una falsa ciencia con instrucciones de
toma y de adquisición de determinadas sus-
tancias para llegar a los objetivos deseados.
Hay que alertar e informar también acerca de
estos canales de adquisición de productos,
ya que al riesgo para la salud que supone el
uso no controlado de sustancias se le suma
el peligro de que dichos productos puedan
ser falsificados o estar adulterados.
Una razón más para prevenir y para mantener
alejada a la juventud de este tipo de conduc-
tas es que estos hábitos pueden ser la puerta
de entrada a otro tipo de adicciones.
EL DEPORTE ES
UNA DE LAS MEJORES
HERRAMIENTAS PARA LA
EDUCACIÓN EN VALORES.
 LOS PROGAMAS DE
EDUCACIÓN
EN PREVENCIÓN DEL DOPAJE

deporte como instrumento. Lo óptimo es la

Los programas de prevención del
dopaje deben ir dirigidos a los jóvenes,
a los educadores y al entorno.
Los programas de educación e información
para un deporte sin dopaje tienen como ob-
jetivo preservar el espíritu olímpico. Dirigien-
do estos programas de manera adecuada en
las etapas de desarrollo, los individuos con-
forman personalidades con bases sólidas que
influirán en la toma de decisiones futuras.
En edades tempranas, estos programas se
deben centrar en la prevención, basándose
en la educación en valores por medio del
implantación de estos programas en el teji-
do académico, dirigiéndolos a los jóvenes,
a los educadores e implicando al entorno
(progenitores, entrenadores…).
Los focos de influencia del individuo se
modifican en función de la edad y del gra-
do de tecnificación deportiva. Teniendo en
cuenta el esquema propuesto por la Agen-
cia Mundial Antidopaje (AMA/WADA) du-
rante las etapas escolares en el deporte
base, los roles más influyentes son, por
este orden: los ídolos, la familia, los pro-
fesores, los entrenadores y las amistades y
los compañeros y las compañeras.

FASE DE DESARROLLO INFRACCIONES

VALORES
DEL DEPORTISTA DE LAS NORMAS ANTIDOPAJE
El deportista conoce la existencia El deportista es consciente
de los valores básicos de que el deporte se ajusta
del deporte. a las normas.
Principiantes
El deportista puede reconocer El deportista es consciente
los valores básicos del deporte de que hacer trampas en el
en otros deportistas. deporte es romper las normas.
Figura 1. Ejemplo de marco curricular. Directrices para un modelo
informativo-educativo de prevención del dopaje (AMA / WADA).

116

Modelos
FOCOS DE INFLUENCIA
de conducta
Familia
(progenitores)
Docentes
Entrenadores
Amigos/
compañeros
Deporte
base escolar
Figura 2. Focos de influencia en función del grado de tecnificación deportiva (AMA/WADA).
Es importante afrontar los programas de
educación destinados a los niños y a las ni-
ñas teniendo en cuenta los roles que más
les influyen en cada etapa:
■■ Los ídolos: los deportistas son modelos
sociales, sobre todo durante la infancia
y la adolescencia. Cuando un deportis-
ta respeta a su contrincante, pierde con
dignidad o se esfuerza para conseguir su
objetivo, su conducta se considera ejem-
plar. En la otra cara de la moneda, cuan-
do un deportista hace trampas, puede
hacer que quienes lo admiran tengan la
predisposición a admitir estas conductas.
La sociedad no debe tolerar comporta-
mientos deshonestos, ni en el deporte ni
en ninguna actividad.
Tanto en el deporte base como en el de-
porte escolar, los ídolos pueden determi-
nar creencias, valores y conductas. En este
sentido, su influencia puede ser muy im-
portante para hacer comprender que ga-
nar a cualquier precio no es una postura
válida, que ganar a costa de hacer tram-
pas o de poner en peligro la salud tiene
consecuencias irreversibles a corto, medio
crear un clima de apoyo, de comprensión
III. EL DEPORTE Y LA SALUD
10. Tolerancia cero con el dopaje
Amplia influencia social
Entrenadores
y de comunicación filioparental.
■■ Las amistades: las amigas y los amigos son
ONAD/Gobierno
un foco de influencia que puede condicio-
Profesionales de la salud
nar las conductas. A medida que aumenta
Amigos/
ONAD/ compañeros el nivel de tecnificación deportiva, las amis-
Gobierno
Familia (progenitores) tades fuera del entorno deportivo son una
Modelos de conducta
Profesionales
de la salud
Docentes vía de escape y favorecen la desconexión.
■■ Los profesores y los educadores: duran-
Deporte Alto Alto te el desarrollo de los niños y las niñas,
Detección Tecnificación federativo rendimiento rendimiento
de talentos aficionado (nivel nacional) (nivel internacional)
el entorno educativo tiene una influencia
ETAPAS DEL DEPORTISTA directa en la juventud, puesto que en un
ambiente adecuado se comparten mu-
chas experiencias y tiempo con el pro-
y largo plazo. Por tanto, su actitud puede fesorado. El docente es un modelo, un
ayudar a cambiar esa cultura de «ganar referente y un guía para el alumnado. Es,
a cualquier precio» y enseñar a valorar el por ello, fundamental que este entorno
esfuerzo, el trabajo diario y la superación sirva para educar en valores que benefi-
personal, influyendo en el crecimiento cien el desarrollo de la personalidad des-
como individuo, tanto en el deporte como de las primeras etapas.
en cualquier otro aspecto de la vida. ■■ Entrenadores, preparadores físicos y el
■■ La familia: en el deporte base, los padres resto de profesionales del deporte: a me-
y las madres suelen ser el primer foco de dida que el individuo avanza en su nivel
influencia, pero en el deporte escolar son de tecnificación deportiva, el entrenador
los profesores los que tienen esa respon- tiene cada vez mayor influencia, hasta
sabilidad. En la iniciación de la práctica llegar al alto rendimiento, momento en
deportiva, la familia tiene un papel fun- el que alcanza su mayor grado. En este
damental. La posición de la familia res- nivel, el entrenador se convierte en la pri-
pecto al deporte debe estar orientada a mera barrera frente al dopaje.
progenitores modelo progenitores no modelo
■ Apoya incondicionalmente a su hijo deportista. ■ Pone un énfasis excesivo en la victoria.
■ Ayuda al entrenador cuando este lo requiere ■ No acepta la autoridad del entrenador.
y respeta sus decisiones. ■ Aprovecha el trayecto de vuelta a casa única-
■ Centra sus esfuerzos en animar a los depor- mente para hacer un análisis detallado de los
tistas cuando lo hacen bien y se guardan las errores cometidos durante la competición.
criticas cuando fallan. ■ Presiona al deportista para que precipitadamen-
■ Deja que la experiencia deportiva pertenezca te deje atrás las primeras etapas de diversión y
a los hijos y consigue controlar sus emociones de actividad multideportiva para adentrarse en
desde la grada. entrenamientos más exigentes y especializados.
117
 educación y
prevención del
dopaje
Identificación de factores que favorecen el dopaje
Vistos los principales focos de influencia en
las distintas etapas, el papel de profesores,
educadores, entrenadores y preparadores
físicos resulta decisivo para construir una
eficaz barrera de prevención de conductas
que pueden derivar en dopaje.
Existen determinados factores que ayudan
a identificar conductas propensas hacia el
dopaje o la trampa. Estos factores de in-
fluencia tienen en cuenta, por un lado, los
valores y las creencias individuales y, por
otro, el entorno (deportivo y familiar). Los
dos juntos nos dan una idea de la vulnera-
bilidad del deportista para elegir atajos me-
diante los que alcanzar los objetivos.
Es importante conocer al estudiante o al de-
portista, tanto su situación personal como
su entorno, para poder realizar una correcta
labor de prevención.
■■ Actitudes individuales: los perfiles más
propensos a mostrar comportamientos re-
lacionados con el dopaje o la trampa son:
– Alta orientación hacia el ego.
– Baja tolerancia a la frustración.
–
Necesidad de búsqueda de nuevas
sensaciones.
– Baja autoestima.
–
Actitudes contra el espíritu deportivo
como, por ejemplo, faltas de respeto a
uno mismo y hacia las demás personas,
desobediencias y quebrantamiento de
las normas, propensión hacia las tram-
pas, desvinculación moral en relación
con el dopaje…
■■ Entorno: la relación del individuo con su
entorno puede ser un indicador valioso
para evaluar la propensión a presentar
comportamientos tramposos o de dopa-
je. En este ámbito representan situacio-
nes especialmente de riesgo, por ejem-
plo, la presión excesiva de los familiares
por cumplir las expectativas, la inestabili-
dad emocional después de la pérdida de
un ser querido…
118
 Modelos para la prevención del dopaje
Como hemos dicho anteriormente, el pro-
fesor y el entrenador son modelos y guías,
por lo que su comportamiento y su actitud
influirán en la juventud. Deben dar ejemplo
y fomentar con su comportamiento accio-
nes positivas, como, por ejemplo:
■■ Promover comportamientos honestos y
de juego limpio, y evitar peleas, trampas
y sobrevaloración del éxito.
■■ Enseñar al alumnado a gestionar la frus-
tración y a fortalecer la personalidad.
■■ Enseñar a ganar con elegancia y a perder
con dignidad. Practicar la humildad.
■■ Enseñar a no tener miedo a perder y que
el objetivo es disfrutar. Cada persona
debe conocer sus límites y reconocer el
éxito de sus compañeras y compañeros.
■■ Fomentar el sentimiento de equipo.
■■ Promover la participación de todo el alum-
nado, fortaleciendo valores de igualdad e
inclusión (niños, niñas, personas con dis-
capacidad, deportistas, no deportistas…),
prestando especial atención a los indivi-
duos más débiles y a la aplicación de eti-
Consejos para combatir el dopaje
■■ Los programas de educación en edades
tempranas deben basarse en la educa-
ción en valores.
■■ El deporte es un instrumento para la edu-
cación en valores, considerando la tras-
cendencia social del deporte y sus valores
éticos, valores aplicables a cualquier otro
ámbito de convivencia que favorecen el
desarrollo personal y social de la juventud.
■■ En edades tempranas, la figura del edu-
cador-profesor-entrenador desempeña
un papel fundamental por la influencia
que tiene en esta etapa, y esta figura
debe ser un referente con su comporta-
miento en la transmisión de valores.
quetas y a la existencia de prejuicios en las
relaciones interpersonales.
■■ Animar al alumnado incondicionalmente
y dar ejemplo de comportamiento y de
control de las emociones.
■■ Valorar el esfuerzo independientemente
del resultado.
Y deben desterrar comportamientos que
supongan una mala influencia, como, por
ejemplo:
■■ No deben sobrevalorar el éxito o la com-
petitividad.
■■ No deben forzar al alumnado a entrena-
mientos para ganar.
■■ No deben mostrar comportamientos
agresivos, sexistas o exclusivos de cual-
quier tipo.
■■ No deben alardear ni mostrar compor-
tamientos poco ejemplares (desprecio al
contrario, alcoholismo, conducción teme-
raria, insultos, peleas, etc.).
En resumen, en estas edades, las experien-
cias deben estar por encima de los resulta-
dos deportivos.
■■ Es importante involucrar a la familia, para de intervenir para reorientar sus posi-
que, por medio de su conducta en rela- bles conductas.
ción con la práctica deportiva de los niños ■■ Las personalidades fortalecidas median-
y las niñas, ayude a fortalecer los valores te valores disminuyen el riesgo de caer
positivos del deporte. en conductas que pueden implicar ries-
■■ Ensalzar a los ídolos deportivos que me- gos para la salud, derivados del uso de
diante su conducta transmiten valores y sustancias y de productos perjudiciales,
rechazar a aquellos que tienen conductas especialmente en edades de crecimien-
deshonestas ayuda a fortalecer la percep- to y desarrollo.
ción de lo correcto en niños y niñas. ■■ Las personalidades fortalecidas me-
■■ Existen herramientas que permiten, me- diante valores se convierten en indi-
diante el conocimiento y la observación viduos con respeto a sí mismos, a las
de los individuos, predecir personalida- demás personas, a las normas y que re-
des con mayor riesgo de caer en con- chazan conductas deshonestas como,
ductas deshonestas, con la posibilidad por ejemplo, el dopaje.
VOCES DEL «LA EDUCACIÓN Y EL DEPORTE
VAN UNIDOS»
Cristina
medem seghers
Campeona del mundo y de Europa
sénior de esquí náutico.

patricia
herrera hernández
Campeona del mundo júnior de
waterpolo y campeona de Europa
con la selección española absoluta.
«a mis hijas les he inculcado
los valores del respeto,
de la superación y del trabajo
en equipo»
DEPORTE rafael
pascual cortés
Campeón de Europa de voleibol con la
selección española. Jugador con mayor
número de internacionalidades.

«EL DEPORTE no es agresividad,

utiliza el juego limpio»
 el deporte como
escuela para la vida
Un proyecto que gira en torno al concepto
de juego limpio ha de ser considerado ex-
celente. Y esta iniciativa lo es, por centrarse
en el juego limpio, la deportividad, el fair
play, como instrumento que sintetiza los va-
lores del deporte, que, en último término,
son los valores de la vida.
Pero ¿qué significa el juego limpio? El jue-
go limpio implica lealtad, sinceridad, fra-
ternidad, respeto y educación. Y quien lo
practica elimina por completo todos los ele-
mentos negativos que ensucian el deporte,
como la trampa, el engaño, el desprecio o
la grosería, para entablar un trato correcto y
amable, de cooperación y de sana rivalidad,
con el resto de participantes que intervie-
nen en la práctica del deporte.
Y es aquí, precisamente, donde el concepto
de juego limpio adquiere una importancia
Alberto Gómez Barahona.
Rector de la Universidad Isabel I.
y una dimensión más extensas, puesto que
afecta a todas las personas que participan
en cualquier actividad física.
Con los compañeros y las compañeras se
establecen unos vínculos estrechos motiva-
dos por la buena convivencia, que origina, a
su vez, un sentido de pertenencia al grupo,
al equipo, en el que la suma de los esfuerzos
es la base del éxito. Pero incluye también a
contrincantes, rivales deportivos que favo-
recen la competitividad, el esfuerzo y el sa-
crificio propios para alcanzar nuestros obje-
tivos. Y, por supuesto, son protagonistas de
excepción el estamento arbitral y el públi-
co, con quienes se evidencia en su máxima
expresión que el deporte se cimenta sobre
la base del respeto, que sin una figura que
juzgue los comportamientos y que asegure
que se cumplen las reglas del juego y sin
122
una audiencia que pueda disfrutar con las
victorias y sufrir con las derrotas deportivas
el deporte perdería su trascendencia.
El deporte constituye una esencial
escuela para la vida.
El deporte modula fuertemente la edu-
cación durante la infancia y la juventud, y
enseña a comportarse en la victoria y en la
derrota, a compartir, a trabajar y a esforzar-
se en equipo para conseguir un objetivo
común, e inculca que hay que sudar mucho
antes de poder celebrar un triunfo.
El indiscutible valor educativo del deporte
y la innovadora perspectiva desde la que se
ha concebido esta iniciativa la convierten
en un documento totalmente necesario, un
glosario de fundamentos para que desde
la niñez, pasando por la adolescencia y la comprometido con cuantos proyectos e través de este proyecto, pueden asentarse
juventud, se desarrolle cualquier actividad iniciativas contribuyan a difundir el de- y consolidar la personalidad en las edades
física del modo más sano y más educativo porte y el valor educativo de la práctica más tempranas y en la juventud.
posible, disfrutando y aprendiendo, obte- deportiva. Estos proyectos e iniciativas
niendo un aprendizaje aplicable al deporte constituyen un eje importante sobre el Es fundamental fomentar
y a la vida diaria, uniendo la motivación y la que vertebrar la formación del alumnado los proyectos y las iniciativas
enseñanza como los caminos más efectivos y en el que apoyar la adquisición de valo- que contribuyan a difundir
para la adquisición del conocimiento. res, de conocimientos y de competencias. el deporte y su valor educativo.
La aportación que realiza todo el equipo de au- Por todo ello, agradezco encarecidamente
toría, extraordinariamente dirigido por Francis- a las personas que han promovido y han Por último, mi enhorabuena, mi agradeci-
co Javier Martín del Burgo Simarro, presidente colaborado en este proyecto la puesta en miento y mi reconocimiento para la editorial
del Consejo Académico y Científico Asesor de marcha de esta ilusionante iniciativa, que Anaya Educación y para el equipo de autoría
la Universidad Isabel I, rebosa calidad y rigor congrega a excepcionales personalidades que ha contribuido a elaborar este magnífi-
por el incalculable valor de sus experiencias, de los mundos del deporte y de la educa- co documento, que destaca por su propósi-
adquiridas durante años como profesionales ción. Y lo hago convencido, porque esta to, pero quizá aún más por su calidad. Como
del deporte, la enseñaza, la pedagogía y el de- obra es tan innovadora como necesaria, en dijo Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores
recho. Han colaborado con su conocimiento, el contexto social de una enorme pérdida futbolistas de la historia, «ningún jugador es
fruto de la práctica y de la veteranía, que les de valores que, revirtiendo esa situación a tan bueno como todos juntos».
otorga un dominio de las situaciones ante las
que tendrá que desenvolverse la juventud en
su vida diaria y en el ejercicio de cualquier ac-
tividad física, proporcionándole a esta las he-
rramientas y las competencias necesarias para
crecer y desarrollarse como personas y como
deportistas.
Estos preceptos de juego limpio consiguen
un objetivo decisivo y primordial: la integra-
ción de la práctica deportiva, los estudios
superiores y los valores del deporte en el
proceso de enseñanza-aprendizaje durante
la infancia y la juventud, una combinación
de ejercicio físico, de formación y de bue-
na educación que actúan como elementos
de un círculo virtuoso que favorece que se
mejoren infinitamente entre sí, conectados
en una perfecta receta pedagógica que in-
culca a cada estudiante valores como la ho-
nestidad, la dignidad y el respeto.
La Universidad Isabel I siempre prestará
su colaboración y trabajará de un modo

123
 l i z ac i ó n
IV. LA socia P O R T E
MEDIANTE E L D E

Capítulo 1 1 en el deporte
ntorno
El papel del e ez
sFernández Lóp
María Dolore

Capítulo 1 2 esfuerzo inteligente

uipo, el
Trabajo en eq
ando Barrio
Enrique Hern
do Suárez
Alberto Dora

Capítulo 1sió3n y amistad

Deporte, inclu
z Ronco
Julio Gonzále

Capítulo 1há4bitos de sociabilidad

El fomento de
ando Barrio
Enrique Hern
do Suárez
Alberto Dora
Capítulo 1ig5ualdad mediante el deporte
Coeducación e uña
García de Vic
Olaia Abadía
ra Marrero
Antonio Segu

Capítulo 1m6ulticultural por medio del deporte

Una educación
ando Barrio
Enrique Hern
do Suárez
Alberto Dora

Capítulo 1e7n el fútbol base

El juego limpio
ez Sotos
Ginés Melénd

Capítulo 1co8municación y el juego limpio

Los medios de o
e la Casa Tofiñ
José Ángel d
 11. E l p a p e l d e l
r n o e n e l d e p o r t E
en t o
contextualización:
el entorno
deportivo
«LLEGAMOS A SER NOSOTROS
MISMOS A TRAVÉS DE LOS DEMÁS.
NUESTRO ENTORNO NOS MODELA».
Lev Vygotsky
Llamamos «entorno» a todo aquello que nos
rodea, y «entorno social», al conjunto de re-
laciones sociales que mantiene una persona
en un momento específico de su vida con los
diferentes integrantes de su ámbito. El com-
portamiento de una persona no puede com-
prenderse sin el entorno en el que vive y con
el que interactúa constantemente. De esta
manera, el entorno se convierte en factor de-
terminante en la configuración de la persona-
María Dolore
s Fernández Ló
pez
lidad de la juventud en desarrollo, así como
en la formación de su conducta.
En la era de la globalización, con la tecno-
logía y las redes sociales acortando las dis-
tancias, el entorno es mucho más amplio e
incontrolable, y nos permite acceder a una
gran cantidad de información desde cual-
quier parte del mundo.
Si nos centramos en el ámbito deportivo,
son válidas las mismas consideraciones, ya
que el entorno del deportista va a ser un
factor importante y determinante en su de-
sarrollo deportivo.
El deporte en nuestra sociedad, en sus dife-
rentes facetas, bien como espectáculo, bien
126
como parte del ocio personal o familiar,
o bien como actividad profesional, forma
parte de nuestras vidas de forma relevante.
Además, tiene un gran potencial educativo
en la consecución de valores importantes
para el desarrollo de la juventud.
No podemos olvidarnos del denominado
«entorno vital del deportista» (Bañuelos,
2001)1, que se define en función de los si-
guientes aspectos:
■■ Las condiciones básicas de vida: un alo-
jamiento digno y una manutención apro-
piada al tipo de esfuerzo que se le requie-
re, ya que tanto la alimentación como el
descanso son esenciales para una buena

preparación de los deportistas. Estas con-
diciones son superadas ampliamente por
los deportistas profesionales de élite. Para
el resto, es decir, en el caso de la mayoría
de los deportes, las condiciones antes ex-
presadas suponen una aspiración no cum-
plida en muchos casos.
■■ La estabilidad emocional: los problemas
afectivos pueden influir de forma muy ne-
gativa en el rendimiento de cualquier de-
portista. Un entorno favorable y unas con-
diciones de vida adecuadas podrán, en
conjunto y de una manera indirecta, evitar
en gran medida que aparezcan este tipo
de problemas.
En este sentido, el deportista, al estar inclui-
do en un planteamiento de entrenamiento
intensivo, se ve obligado en muchos casos
a perder el contacto con su familia y con sus
amistades durante prolongados períodos
de tiempo, factor que puede suponer un
elemento de inquietud y de desequilibrio.
Un deportista debe estar en condiciones
de conectar lo más posible con el am-
biente real propio de su edad. Las resi-
dencias para deportistas deben tener en
cuenta este importante aspecto y estar
organizadas, ubicadas y diseñadas de
forma que no fomenten el aislamiento y
la dinámica en grupo cerrado.
127
UN DEPORTISTA
DEBE ESTAR INMERSO
EN EL AMBIENTE REAL
PROPIO DE SU EDAD.
Javier Gómez Noya, cinco veces campeón
del mundo de triatlón, finalizando el
ironman 70.3 Staffordshire del año 2015,
competición que ganó con autoridad.
■■ El reconocimiento social: la popularidad
es un elemento importante, por lo que
las relaciones de los deportistas con la
comunidad en la que viven y con los me-
dios de comunicación deben ser objeto
de especial atención.
■■ La perspectiva de futuro: en la inmensa
mayoría de los deportes, la vida depor-
tiva es relativamente breve. La previsión
de esta posible precariedad constituye
un serio problema, y a veces fuerza al
deportista a tomar decisiones funestas
para su posterior desarrollo o desem-
boca en un abandono prematuro de la
carrera deportiva.
 Miguel Induráin, leyenda del ciclismo, campeón
de cinco Tours de Francia consecutivos y de dos
Giros de Italia, durante la segunda etapa del
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
11. El papel del entorno en el deporte

Tour de Francia del año 1995.

integrantes del
entorno:
sumar o restar Dejad a vuestra hija o a vuestro
hijo elegir su deporte. No sois los
entrenadores de vuestros hijos, sino
sus progenitores.

Invierten una parte muy importante de

La familia El grupo de iguales
■■

su tiempo de ocio en la facilitación de la

Todo lo que afecta al deportista como per-
sona tendrá, inevitablemente, repercusión
en su rendimiento deportivo. La familia,
como entorno primario, se convierte en
agente determinante de influencia en cuan-
to a la práctica y a la elección de una moda-
lidad deportiva.
Generalmente, la influencia del entorno
familiar resulta beneficiosa, pero la partici-
pación de hijos e hijas en actividades de-
portivas, y más si son competitivas, puede
generar tensión en las familias.
Como factores de influencia positiva de
padres y madres podemos señalar los si-
guientes:
■■ Muestran interés por las actividades de-
portivas de sus hijas e hijos e incluso ayu-
dan en las tareas organizativas del club o
la escuela deportiva.
■■ Ayudan a sus hijos e hijas a decidir qué de-
porte practicar y cómo hacerlo, respetan-
do sus gustos y sus capacidades físicas.
■■ Son el apoyo emocional y están directa-
mente relacionados con la calidad de la
práctica deportiva.
práctica deportiva de sus hijas e hijos y los
acompañan tanto en sus entrenamientos
como en sus competiciones, respaldando
sus esfuerzos y sus fracasos y sus éxitos
deportivos.
Por el contrario, resultan una influencia ne-
gativa de los progenitores los siguientes
factores:
■■ Algunos padres y madres proyectan sus
frustraciones deportivas en la vida de-
portiva de sus hijas e hijos, e insisten en
que consigan aquello que ellos no con-
siguieron.
■■ Otros progenitores aspiran a convertir la
vida deportiva de sus hijos e hijas en su
carrera profesional y quieren convertirse
en sus entrenadores o representantes
forzando la orientación profesional de
sus descendientes cuando estos no quie-
ren participar del proyecto o, incluso, no
tienen cualidades para ello.
■■ Otros padres y otras madres conciben las
actividades deportivas como una pérdida
de tiempo y una forma de descuidar los
estudios y presionan a sus hijas e hijos
para que las abandonen.
Las amistades tienen una influencia muy
significativa a la hora de elegir el deporte
que una persona va a practicar, ya que, en la
fase inicial, la relación de amistad prevalece
sobre la idoneidad y las cualidades físicas
para la práctica de una modalidad depor-
tiva u otra.
Pero la amistad también puede convertir-
se en foco de conflictos: el hecho de per-
seguir una meta común une a las personas
de forma intensa, aunque tampoco resul-
ta extraño encontrar casos en los que el
deportista sufre un trato injusto por parte
de los miembros de su equipo porque lo
consideran responsable de los malos re-
sultados o por la competitividad que se
genera si hay que seleccionar a quienes
van a participar en una competición.
«NO TE PREOCUPES
DE LO QUE PUEDEN HACER
TUS COMPAÑEROS POR TI.
PREGÚNTATE QUÉ PUEDES
HACER TÚ POR ELLOS».
Magic Johnson

128
129

Los docentes
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
11. El papel del entorno en el deporte
de educación física
Son piezas clave para despertar el gusto por
practicar una actividad física en el alumnado
planteando clases divertidas en las que este
descubra la importancia del ejercicio físico, y
los beneficios que le aporta a su salud.
También tienen una importancia fundamen-
tal en las tareas de prescribir el ejercicio físico
y deportivo fuera de la escuela, presentar la
gran oferta de modalidades deportivas y, por
qué no, descubrir «talentos deportivos».
El club deportivo:
los entrenadores
Diferentes estudios muestran la importancia
del liderazgo del entrenador o la entrena-
dora para fomentar comportamientos posi-
tivos en el joven deportista. Nos referimos
a comportamientos tales como enseñarles
a respetar a compañeros y compañeras, a
rivales y a árbitros, a cumplir las reglas del
juego y a disfrutar del deporte.
Para fomentar estos comportamientos, la exi-
gencia debe ir siempre en función de la edad
y de las posibilidades de cada deportista,
adaptando los entrenamientos a sus capa-
cidades y dando las mismas oportunidades,
todo ello bajo un clima motivacional y un esti-
lo de comunicación que lo soporte.
Los clubes deben vigilar y fomentar el juego
limpio entre sus integrantes, definiendo cla-
ramente los comportamientos a seguir. En al-
gunas ocasiones, encontramos entrenadores
y clubes que favorecen y alientan comporta-
mientos al límite de las normas con el objeti-
vo de conseguir la victoria: se anima a cele-
brar un gol en el córner contrario para perder
tiempo cuando se va ganando, se exageran
lesiones mínimas con el mismo fin…
La afición
El reconocimiento social, la popularidad y el
apoyo que ofrece la afición a los deportistas
es una gran fuerte de energía y de motiva-
ción tanto cuando se gana como cuando se
pierde, porque, de alguna manera, se com-
parten los éxitos y las derrotas.
En la mayoría de los casos, los deportistas
se sienten respetados y admirados por sus
aficiones, que los acompañan y los siguen
en su carrera deportiva, valorando su es-
fuerzo y sus resultados. Otras veces, por el
contrario, la influencia de la afición puede
ser negativa: la crítica injusta cuando se
pierde o cuando se aplaude al contrario
como venganza, el insulto…
Desafortunadamente, algunas aficiones son
conocidas por sus comportamientos poco
correctos, incluso violentos, frente a sus
propios equipos o a sus rivales.
Los medios de comunicación
y las redes sociales
Los medios de comunicación, en general, y
las redes sociales, en particular, tienen, hoy
en día, una gran influencia sobre el rendi-
miento de los deportistas. Los periodistas
deportivos tienen la función de opinar y
contribuyen a ensalzar o pueden criticar a
deportistas o a técnicos.
130
Su labor consiste en trabajar con indepen-
dencia y en colaborar en el fomento de los
valores del juego limpio sin olvidar que el
deporte profesional es el espejo en el que
se miran los jóvenes deportistas. A veces, se
transmite el modelo ético de que lo más im-
portante es ganar, aunque se juegue al límite
del reglamento, incluso con injusticia.
Los deportistas deben cooperar con los
medios de comunicación y promocionar el
deporte hablando con la prensa tanto si se
gana como si se pierde, valorando el juego
del contrario, reconociendo errores…
Las aplicaciones
informáticas
Todos tenemos en nuestros móviles inteli-
gentes la opción de instalar diferentes apli-
caciones deportivas. Existe un gran número
de ellas, con distintas funciones y con usos
muy variados, casi una para cada necesi-
dad o cada persona, desde profesores de
Educación Física hasta entrenadores o re-
habilitadores deportivos, desde deportistas
aficionados hasta profesionales de élite.
Estos programas nos ayudan a realizar el
seguimiento de nuestra práctica deportiva,
nos ofertan diferentes tipos de entrena-
miento, nos permiten compartir nuestros
progresos con nuestros seguidores…, de
manera que un uso responsable de las apps
deportivas, si están bien diseñadas, puede
convertirlas en herramientas muy útiles.
Sus aspectos negativos vienen del lado de
la falta de rigor de sus contenidos o de la
escasa fiabilidad de sus datos, además de
que nunca pueden sustituir a un buen en-
trenador o a un buen médico.
Roger Federer, icono del tenis mundial,
posa para los fotógrafos tras ganar el
Open de Australia de tenis de 2018.

131
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
11. El papel del entorno en el deporte
orientaciones
y consejos para mejorar
el entorno
Generales
■■ Anima siempre a cualquier deportista a
cumplir las reglas, a respetar a los miem-
bros de su equipo, a sus rivales, al equipo
arbitral, a la afición y a cualquier agente
vinculado al deporte. Trata a todas las
personas como quieras que ellas te tra-
ten a ti.
■■ Es importante asegurar la igualdad de
oportunidades también en el ámbito
deportivo.
para jóvenes deportistas
■■ Aliméntate correctamente para tener
energía y disfrutar de tu práctica depor-
tiva.
■■ Los éxitos de tu equipo son también tus
éxitos.
■■ Respeta y cuida las instalaciones depor-
tivas y a todas las personas que trabajan
en ellas. Tú puedes disfrutarlas gracias al
trabajo que realizan.
Para los progenitores
■■ Enseña a tus hijas e hijos a jugar limpio,
a superarse y a esforzarse, y recuérdales
siempre que lo más importante es diver-
tirse practicando un deporte.
■■ Aplaude las buenas actuaciones tanto de
tus propios hijos e hijas como las de otros
miembros de su equipo y también las de
sus rivales.
■■ Facilita que tu hija o hijo realice las activi-
dades deportivas que más le gusten, sin
que interfieran tus propias preferencias.
■■ No eres el entrenador ni el árbitro de los
partidos de tus hijas e hijos.
Para docentes
y entrenadores
■■ Debes conseguir que el alumnado conoz-
ca y cumpla el código ético del deporte y
que participe del espíritu olímpico.
■■ Debes apoyar y respaldar a tus jugadoras
o jugadores. ¡No los ridiculices!
Una experiencia real
Uno de los estudiantes del Ciclo Forma-
tivo de Grado Superior «Animación de
Actividades Físicas y Deportivas» del IES
Virgen de la Paloma (Madrid) nos des-
vela tres aspectos importantes cuando
hablamos del entorno:
■■ El primero de ellos es el económico,
dado que no todos los deportes re-
quieren la misma inversión y los mis-
mos recursos. El fútbol puede prac-
ticarse simplemente con un balón,
pero el hockey, por ejemplo, requiere
un terreno especial y una equipación
mucho más específica.
■■ Vinculado al aspecto anterior, desta-
ca el ámbito social: si nuestros com-
pañeros o compañeras practican un
determinado deporte, la necesidad
de pertenencia al grupo hará que yo
también lo elija.
■■ Por último, la presión mediática: el bom-
bardeo de imágenes desde los medios
de comunicación y las redes sociales de
la cultura en que nos encontremos; por
eso, el deporte más practicado en Esta-
dos Unidos es el béisbol, mientras que
en Europa es el fútbol.
Recuerda que…
■■ No vale todo para conseguir el obje-
tivo de ganar.
■■ La victoria lleva implícita el respeto a
las reglas de juego y al adversario.
■■ Colabora con todas las personas que
te rodean.
 Las jugadoras y el entrenador del
equipo de Estados Unidos celebran
el triunfo en el Campeonato del
133
Mundo de Waterpolo de 2017.
 e n e q u i p o,
12. Trabajo i g e n t e
el e s f u e r z o i n t e l
Enrique Hernand
contextualización
del trabajo
en equipo
Equipo: cuando las cosas están mal,
siempre hay alguien que tira
del resto.
Significado
del trabajo en equipo
«El todo es más que la suma de las partes»,
así daba a entender, hace muchos años, el
filósofo griego Aristóteles el verdadero sig-
nificado del trabajo en equipo. El trabajo en
equipo es la fórmula de trabajo mediante
la que estudiantes y deportistas se ayudan
colaborando para actuar como un bloque.
Cada individuo se considera parte inte-
grante y necesaria del grupo y contribuye a
conseguir los éxitos comunes y también, en
ocasiones, los fracasos.
o Barrio y Alberto Dorado
Suárez
Cuando los miembros de un equipo se
comprometen para conseguir un objetivo
común, la herramienta más importante que
tiene el grupo es el esfuerzo compartido de
cada uno de sus componentes.
Enseñar a practicar deporte en equipo va
ligado a realizar actividades regulares en
grupo o a participar en competiciones, ayu-
dando a generar rutinas positivas en cada
uno de sus miembros.
Algunos de los beneficios de fomentar la
práctica del deporte en equipo son: esti-
mular la confianza personal, brindar opor-
tunidades de interacción social, ofrecer la
posibilidad de divertirse o enseñar el valor
del esfuerzo.
En actividades o en deportes individuales
también tiene especial relevancia, además
de cada estudiante o deportista como tal,
el equipo de trabajo
134 que lo rodea.
Por lo tanto, para la mejora de la educación
del alumnado o de un grupo de deportistas
a través de los valores del deporte, como en
este caso, el trabajo en equipo es un objetivo
en el sistema educativo o en cualquier equipo
deportivo, por lo que constituye un reto para
todos los educadores (profesores o entrena-
dores) encargados de su formación.
«Un equipo de trabajo consiste en
un pequeño número de personas con
habilidades complementarias que
están comprometidas en un proyecto
común, utilizan parámetros
de desempeño y métodos estructurados
y son mutuamente responsables de su
realización» («The Discipline of Teams»,
en Harvard Business Review, 1993).

Beneficios
del trabajo en equipo
Uno de los valores principales que se ad-
quieren a través de la práctica deportiva es
aprender a trabajar en equipo. En las acti-
vidades grupales o en los deportes colec-
tivos parece lógico pensar que este valor
es intrínseco al propio deporte (balonces-
to, balonmano, fútbol, fútbol sala, hockey,
rugby, voleibol, waterpolo, etc.), pero tam-
bién puede apreciarse en las disciplinas in-
dividuales, en las que ha ido adquiriendo
cada vez más importancia la labor del equi-
po, como grupo de personas que optimi-
zan el rendimiento del deportista. Muchas
veces se oye hablar de la palabra «equipo»
a grandes deportistas que comparten los
éxitos logrados con el grupo humano que
los rodea, a los que dan una importancia
superlativa porque saben que gracias a ese
equipo consiguen sus objetivos. Estos son
los casos, por ejemplo, de Mireia Belmon-
te (natación), Rafael Nadal (tenis), Fernan-
do Alonso (automovilismo), Marc Márquez
(motociclismo), deportistas individuales
que saben que trabajar en equipo supone
algo más que trabajar conjuntamente.
Un claro ejemplo podemos verlo en un de-
porte como el ciclismo por equipos, una
disciplina intermedia entre el deporte en
equipo y el individual, en la que cada ciclista
debe intentar optimizar sus capacidades: la
resistencia, la fuerza mental y física, la auto-
nomía personal, el desarrollo del propio lide-
razgo, etc., pero todo ello enmarcado dentro
del equipo al que pertenece, y del que cada
ciclista depende para casi todo: su posición
en la carrera, las fuerzas135
para mantener el rit-
Las jugadoras de la selección
española celebran su triunfo
ante el equipo holandés
en el Campeonato de Europa
de Rugby de 2016.
mo durante el recorrido, así como el apoyo
físico, psicológico y estratégico para lograr
sus objetivos y, consecuentemente, los del
resto de miembros del equipo.
El ser humano es un ser social por naturaleza;
nuestra existencia depende de otras perso-
nas, y esto se percibe en muchos ámbitos de
la vida: en la familia, en el colegio, en el tra-
bajo, en el deporte, etc. El trabajo en equipo
es necesario para crecer, tanto en el deporte
como en todos los ámbitos de la sociedad.
La organización de una clase o de un grupo
para que sus miembros interactúen entre sí
y trabajen en equipo facilita que se puedan
aportar distintos puntos de vista sobre una
situación, puntos de vista basados en expe-
riencias y conocimientos individuales, que se
aprovecharán por el resto para adoptar una
postura. Para que exista equipo, debe haber
un conjunto de personas directamente rela-
 cionadas entre sí que trabajan para conse-
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente
guir objetivos concretos comunes, convenci-
das de que los objetivos se alcanzan mejor
trabajando juntas.
Cuando existe armonía en un colectivo,
cada uno de sus miembros de manera in-
dividual también se beneficia y, por tanto,
todos son más felices. Por contra, los con-
flictos en el grupo afectan al desempeño
colectivo y también contribuyen a la infelici-
dad de sus componentes.
La psicóloga del deporte y de la salud Patricia
Ramírez (2013)1 señala que es importante tra-
bajar en equipo desde las primeras etapas de
la infancia pues «no todas las personas consi-
guen ser coherentes y fieles a este concepto».
Trabajar en equipo es complicado y requiere
priorizar el bien del colectivo por encima del
individual, resultando difícil, en ocasiones, an-
teponerlo a los intereses personales.
En un estudio realizado en 2012 por investiga-
dores de la Universidad de Purdue, en Indiana
(Estados Unidos), se indicó que en el ejercicio
organizado y en equipo mientras los niños y las
niñas amplían su círculo de amistades y apren-
den a trabajar en equipo, los padres y las ma-
dres llevan a cabo el mismo comportamiento
desde las gradas. De esta manera, también
mejora la comunicación entre los progenito-
res, en referencia a la organización logística de
la práctica deportiva (compartir viajes) y a las
habilidades para gestionar el tiempo de forma
eficiente, pudiendo tener especial importancia
para la mejora del colectivo.
El docente o entrenador debe actuar
como un verdadero líder para su clase
o equipo y sus alumnos o jugadores.
El liderazgo, pieza
clave de un equipo
Enseñar a trabajar en grupo y hacer enten-
der los beneficios del liderazgo es muy im-
portante para practicar un deporte, pero
también a la hora de entender los roles que
se van a suceder en los distintos ámbitos co-
tidianos: en la familia, en el área social con
las amistades, en el ámbito laboral, etc.
Realizar deporte en equipo genera discipli-
na y consigue que el sujeto valore las nor-
mas y recuerde por qué es necesario que
existan. También se puede aplicar a la vida
diaria, ya que pertenecer a un equipo ayu-
da a adoptar responsabilidades, a crear ru-
tinas a las que es necesario habituarse y a
interpretar distintos roles dentro del grupo
social.
El hecho de practicar un deporte colecti-
vo no implica directamente que el trabajo
en equipo se deba dar por adquirido. Más
bien, cada deportista debe ser correcta-
mente formado para que aprenda y ponga
en práctica este valor, por parte de sus téc-
nicos, entrenadores, formadores, etc., para
que luego pueda aplicarlo con la propia fa-
milia, con las amistades en su tiempo libre,
con el grupo de compañeras y compañeros
en el colegio o en el propio trabajo.
El docente o el entrenador representa el
papel principal y de él dependerá que el
grupo o equipo tenga las sinergias adecua-
das y que esté unido, en lugar de ser solo la
suma de un conjunto de individualidades.
Asume el liderazgo y sirve de ejemplo de su
alumnado o de sus deportistas.
Hay una serie de aspectos que el educador
(docente o entrenador) debe tratar de pro-
mover para que se trabaje en equipo:
136
La cohesión entre los miembros del gru-
■■
po: generalmente, cuanto mejor sea la
relación que existe entre los miembros
del grupo-clase o equipo, el esfuerzo, el
sacrificio y el trabajo que se ha de realizar
en las sesiones o en los entrenamientos y
partidos obtendrá mayor recompensa.
■■ El sentimiento de pertenencia: uno de
los objetivos prioritarios debe ser lograr
que estudiantes o deportistas sientan el
orgullo de pertenecer a ese grupo.
■■ La impartición de justicia: el docente o el
entrenador debe tratar igual a todos los
componentes del grupo, a pesar de las di-
ferencias que pueda haber entre ellos. Lo
importante es la honestidad con el conjun-
to y que nadie se pueda ver favorecido ni
perjudicado.
■■ El docente o el entrenador debe trans-
mitir confianza: alumnos o deportis-
tas deben confiar en él y en el resto de
alumnado o de componentes del grupo,
sintiéndose a gusto compartiendo el tra-
bajo. Además, debe buscar la coopera-
ción entre los miembros del grupo, de
tal manera que se ayuden mutuamente
cuando pueda surgir algún problema.
Por el contrario, el docente o el entrena-
dor no debería provocar situaciones que
puedan generar una gran tensión, com-
petitividad o rivalidad entre los compo-
nentes del equipo, tratando de evitar la
realización de comparaciones entre ellos,
aspectos que podrían perjudicar la convi-
vencia normal en el seno del grupo.
Lograr que una clase o un grupo funcione
como un equipo verdaderamente compro-
metido constituye la unidad más productiva
de rendimiento que los educadores pue-
den tener a su disposición.
 Experiencias
y ejemplos de
trabajo en equipo

Casos de éxito del trabajo en equipo Las jugadoras de la selección

española celebran la medalla
de oro en el Campeonato de
Europa de Baloncesto de 2017.
«Un “equipo” es sobre todas las cosas un estado de ánimo.
Termina influyendo sobre la técnica, la táctica y las conductas
de los jugadores» (Jesús Candelas, entrenador de fútbol sala).

La selección española de fútbol, Premio
Príncipe de Asturias de los Deportes en
2010, tras haber conseguido los Campeo-
natos del Mundo y de Europa
La virtud de esta selección ha sido la de crear
una técnica y un estilo de juego admirados
en todo el mundo, logrando que todo el país
vibrara con sus triunfos y los hiciera suyos.
Los jugadores y el equipo técnico fueron
ejemplo del ansia de superación, del espíritu
de equipo, de la sencillez y del compromiso
con los valores del deporte, tal y como se in-
dica en el acta de dichos premios. Su éxito
es el resultado de un trabajo en equipo en el
que cada miembro ha puesto lo mejor de sí,
haciendo realidad el sueño de muchas gene-
raciones de españolas y españoles.
La selección española de baloncesto, tri-
campeones de Europa, campeones del
mundo y medalla de plata en unos Jue-
gos Olímpicos
Más que un equipo, estos jugadores han
sabido formar a lo largo de muchos años
de convivencia una gran familia en la que
se respira el buen ambiente y la motiva-
ción. Se ha forjado un equipo con jugado-
res humildes, sacrificados, responsables y
que trabajan duro, con un comportamien-
to en el campo digno de admirar, lo que
les ha permitido llevar a la selección a ser
considerada uno de los mejores equipos a
nivel mundial. Siempre demuestran segu-
ridad en sí mismos, pero también destaca
su gran respeto por el rival. Las ganas de
hacer que el baloncesto sea un deporte
seguido por las masas provoca que quie-
ran luchar con más ganas para que toda
España celebre sus triunfos. Pero por mu-
cho que todos sean buenas personas, el
espíritu y las ganas de ganar siempre es-
tán presentes y, por eso, también desta-
can por su competitividad.
Las selecciones de baloncesto femenino,
de balonmano masculino y femenino, de
fútbol sala, de hockey, de waterpolo, etc.,
han obtenido grandes éxitos a nivel mun-
dial, y sus integrantes siempre han señala-
do como la clave de los logros cosechados
en muchas de las competiciones en las que
han participado la unión establecida entre
los miembros de cada uno de los equipos.

137
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente

Experiencias y ejemplos de trabajo en equipo

Cada miembro de un equipo
El equipo y el entorno desempeña un papel vital
para lograr el éxito.

Fernando Alonso, piloto bicampeón del

mundo de Fórmula 1
El personal de un equipo de Fórmula 1
está formado por muchísima gente. Dado
que cada miembro desarrolla un papel vi-
tal dentro del equipo, sería imposible que
este funcionara sin alguno de ellos. Desde
las personas que transportan los camiones
con los motorhomes, los coches, los boxes
y todo el material disponible para el fin de
semana, a los cocineros, camareros, fisiote-
rapeutas, preparadores físicos, mecánicos,
ingenieros, personal de fábrica, director de
equipo, jefe de equipo y, por supuesto, los
pilotos.
Cuando Fernando Alonso entra en boxes
para cambiar ruedas y realizar una parada
en apenas dos segundos, sabe que tiene
a veinte personas que se coordinan per-
fectamente y actúan con precisión. Por tal
motivo, oímos constantemente a cualquier
piloto alabar el trabajo realizado por el
equipo durante las carreras. En una parada
en boxes, cada milisegundo cuenta, e inclu-
so uno extra puede significar la victoria o la
derrota para el equipo.

Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne posan

junto al equipo McLaren en el Gran Premio
de Brasil de Fórmula 1 de 2017.

138
Rafael Nadal, tenista, ganador de nume-
rosos torneos de Grand Slam como Ro-
land Garros, Wimblendon, US Open, etc.,
y medallista de oro olímpico
Para gran parte de nuestra sociedad, Nadal
es un referente como deportista y como per-
sona. Es un modelo, un espejo en el que mi-
rarse. Su tenis lo ha situado entre los mejores,
pero son sus valores deportivos y personales
los que lo han aupado a la condición de «el
mejor». Su talento destaca por valores como
la humildad, la confianza, la competitividad,
la fuerza mental, la fe en sí mismo, etc. «Solo
cuando respetas al rival estás en disposición
de superarlo».
Nadal siempre ha destacado la importancia
de su equipo de trabajo, un equipo que lo
apoya y lo ayuda para que su talento brille
con todo su esplendor. Aunque «en la pis-
ta estas solo frente al contrincante», fuera
de ella hay numerosas personas que forman
parte del equipo: entrenadores, fisiotera-
peutas, familiares, compañeros de club, etc.,
y todas ellas ayudan a mejorar y hacen po-
sible la evolución del deportista. Además,
Nadal siempre ha señalado que el «entorno
familiar es clave para recordarte quién eres.
Tu gente te da equilibrio y estabilidad emo-
cional». Por eso, también aportan su granito
de arena en los éxitos cosechados.

Rafael Nadal, número uno indiscutible del mundo

en tierra batida, con más de novecientas victorias
y setenta y ocho títulos ATP, celebra junto a su tío
y entrenador, Toni Nadal, el triunfo en el torneo
de tenis de Roland Garros de 2017.

RAFAEL NADAL
ES UN MODELO
COMO DEPORTISTA
Y COMO PERSONA.
 Experiencias y ejemplos de trabajo en equipo
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente
Cultura, normas y valores del equipo
Los All Blacks, campeones de rugby
El Premio Princesa de Asturias de los De-
portes en 2017 fue concedido a la selec-
ción masculina de rugby de Nueva Zelanda,
conocida como los All Blacks, por haberse
convertido en un icono de este deporte
en el mundo, gracias a sus extraordinarios
éxitos deportivos logrados a lo largo de los
años y por reflejar valores como la solidari-
dad y la deportividad.
La selección de Nueva Zelanda es el com-
binado nacional más laureado de la histo-
ria del rugby. El jurado también valoró el
altísimo porcentaje de victorias (77,1 % en
552 partidos internacionales, entre 1903
Los All Blacks realizan la haka antes
de un partido de rugby en 2017.
y 2016) que la situaba entre los equipos
más exitosos de cualquier deporte. Esta
selección, además de ser considerada un
ejemplo de integración racial y cultural, ha
contribuido a la unidad de neozelandeses
de diferente origen, simbolizada en la haka
—danza tribal maorí—, vínculo con sus raí-
ces y su patrimonio ancestral.
Los All Blacks son mucho más que un equipo
de rugby: son una imagen que representa los
mejores valores del deporte. Son referentes
que traspasan las barreras del deporte y acer-
can sus mejores valores a la sociedad.
Los All Blacks son un ejemplo en todo aque-
llo que hacen: en imagen, en código inter-
140
Los All Blacks son un ejemplo
de trabajo, de constancia y de respeto.
no, en dirección de equipo…, y, por encima
de todo, en capacidad de superación y de
mejora diarias. Cuando un All Black se re-
tira, el que llega en su lugar recibe su ca-
miseta con su nombre y su número y solo
le dicen una cosa: «Tienes que mejorarlo».
Este mensaje representa su filosofía de per-
tenencia al grupo y sus ganas de crecer día
a día.
Cada generación tiene que mejorar a la an-
terior, teniendo claro siempre que el equipo
está por encima de las figuras individuales.
Los All Blacks son un ejemplo para la so-
ciedad como representantes del trabajo, la
constancia y el respeto.
La selección española de gimnasia rítmi-
ca, el ejemplo más exitoso
Más de 80 medallas logradas en campeo-
natos internacionales avalan a la selección
española de gimnasia rítmica: en su palma-
rés figuran 5 oros, 11 platas y 16 bronces
en campeonatos mundiales, además de un
oro y una plata en Juegos Olímpicos.
El trabajo en equipo ayuda en el entrena-
miento diario y en los eventos deportivos.
Jennifer Colino, Tania Campo, Almudena
Cid y Carolina Rodríguez, componentes
de la selección española de gimnasia
rítmica, posan en el año 2002.
Apoyar a las compañeras y entenderlas
ayuda a las gimnastas en situaciones simi-
lares.
Las gimnastas asumen múltiples respon-
sabilidades y compromisos, y aceptan las
normas de trabajo del funcionamiento in-
terno de las escuelas. El desarrollo de las
relaciones personales, el compañerismo, la
preocupación por las demás, la tolerancia
ante las diferencias y la capacidad de tra-
bajar en equipo son pilares fundamentales
para el desarrollo de las gimnastas no solo
como deportistas, sino también como per-
sonas que están adquiriendo unos valores
que les servirán para el resto de su vida.
Almudena Cid es la única gimnasta
que ha disputado la final en cuatro
Juegos Olímpicos.
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente
elementos potenciadores
y problemática del
trabajo en equipo
Liderazgo
En cualquier tipo de grupo, hay líderes. En
cualquier clase o equipo deportivo, la fi-
gura del delegado de clase o del capitán
del equipo es siempre un elemento a tener
en cuenta para comprender la dinámica
del grupo. Hay alumnos o jugadores más
hábiles que otros, más respetados y más
queridos. Pero, además de la figura del de-
legado o del capitán, hay otros alumnos o
jugadores considerados por sus compañe-
ros muy influyentes y que desempeñan el
rol de líder en función de la situación.
Michael Jordan era un líder que realizaba con
éxito jugadas casi imposibles que llevaban al
equipo a la victoria. Todos sus compañeros
esperaban que él resolviera las más difíciles
situaciones que se le pudieran presentar al
equipo. Todos sabían cuál era su papel y
cómo debían ayudar a su líder a conseguir el
objetivo de todo el equipo: la victoria.
Otro jugador de baloncesto, John Stockton,
señala que «para ser un buen líder has de de-
sear que los otros jugadores tengan éxito».
En un equipo se aprovecha el talento
colectivo, suma de la aportación de cada
miembro en su relación con los demás.
«LO MEJOR DE UN LÍDER
ES LA EJEMPLARIDAD».
Confianza
Vicente del Bosque
Los miembros del grupo deben confiar en
Un educador o un entrenador debe ser jus- que sus compañeras y compañeros son
to, saber escuchar y mantener la calma y competentes y pueden completar eficien-
ser «observador» para que, de una mane- temente las tareas relevantes para el éxito
ra «sencilla», pueda influir «favorablemen- del equipo. El exitoso entrenador de fútbol
te» en los alumnos o en los jugadores para sala Jesús Candelas indica que «la confian-
obtener un buen resultado, lo que es una za es la variable fundamental para que un
tarea que se realiza día a día hasta que se grupo se convierta en un equipo».
consigue la confianza de los miembros del Debemos entender que todos los equipos
grupo. son grupos, pero que no todos los grupos
A FAVOR son equipos. La noción de equipo implica
• Liderazgo el aprovechamiento del talento colectivo,
producido por cada persona en su relación
• Confianza
con las demás. La confianza personal apare-
• Compromiso
ce como resultado del trabajo duro, la cons-
tancia y la toma de conciencia de que como
individuo mereces lo mejor porque has tra-
bajado más que las demás personas.
Uno de los mejores ejemplos de la confian-
EN CONTRA za en el trabajo en equipo es el que llevan a
• Individualismo cabo los mecánicos de la Fórmula 1 cuando
• Discriminación realizan el cambio de neumáticos en una
carrera. Cada uno sabe perfectamente cuál
142
es su trabajo; cada uno sabe qué trabajo
lleva a cabo el resto de sus compañeros;
todos y cada uno confían en el trabajo del
resto, por lo que cada miembro del equi-
po se preocupa única y exclusivamente de
realizar el suyo. El resultado, simplemente
espectacular, es un cambio de neumáticos
en prácticamente dos segundos.
Compromiso
Como educadoras y educadores debemos
facilitar que cada miembro del equipo se
comprometa a aportar lo mejor de sí y a po-
ner todo su empeño para sacar el trabajo
adelante. Para ello, debemos enseñar que
el compromiso es una parte importante
de la confianza. Cada miembro del equipo
debe comprometerse a ayudar a sus com-
pañeras y compañeros a cumplir los objeti-
vos, sin importar si se presentan obstáculos
personales.
Debemos promover que alumnos o juga-
dores generen y se transmitan confianza, se
animen, alcancen a ver de lo que son ca-
paces, imaginen un futuro mejor incluso del
que actualmente disfrutan. El compromiso,
además, hace que siempre estén pendien-
tes del grupo, tanto cuando las cosas van
mal como cuando las cosas van bien. «No
hay sustituto para tener un equipo, nada
puede sustituirlo» (Xesco Espar, entrenador
de balonmano).
143
Kareem Abdul-Jabbar, jugador de balon-
cesto que se mantuvo 20 temporadas en la
NBA, dijo: «Un hombre puede ser un ingre-
diente crucial para un equipo, pero un hom-
bre no puede hacer un equipo». Nuestra
capacidad para vincularnos con algo supe-
rior al individuo es una clave fundamental
para crear escenarios de alto rendimiento
(académico o deportivo) de un equipo de
trabajo.
Si algo define a un gran equipo es ver a
todos sus componentes disfrutando con
lo que hacen los demás miembros del
equipo. Cada integrante del equipo debe
ser consciente de las consecuencias per-
judiciales de no cumplir con sus compro-
misos.
El equipo BMW Williams de Fórmula 1
practicando una parada con repostaje
y cambio de neumáticos.

IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente
Individualismo
Existe un tipo de alumnado o de deportis-
tas que dentro de un grupo son conside-
rados individualistas, ya que tienen objeti-
vos y metas individuales que les generan
una gran motivación y que muchas veces
pueden ser más importantes que las metas
conjuntas del equipo. Este tipo de alum-
nado o de jugadores (más egoístas y con
mayor «ambición») pueden llegar a realizar
acciones individuales que en algunos casos
perjudiquen al grupo, pero resulta difícil
apartarlos de las actividades de juego por
su gran esfuerzo y por su sobresaliente des-
empeño. Destacan dentro del grupo, sobre
todo, por sus individualidades.
Un ejemplo lo podemos encontrar en ju-
gadores de la NBA como Stephen Curry,
Lebron James, Kevin Durant, James Har-
den «la Barba», etc., que son muy ambi-
ciosos en el desempeño de su profesión
y cumplen con dicho perfil. También en el
fútbol estamos acostumbrados a ver a ta-
lentos de la talla de Messi o de Cristiano
Ronaldo fabricarse y meter el gol de ma-
nera individual, pero es difícil pensar que
un partido o un campeonato puedan es-
tar solo en sus manos. En la portería, en
la defensa y en el centro del campo, otros
miembros del equipo gestionan el balón y
deciden cuándo jugar y a qué ritmo, otros
que les asisten y otros que les facilitan el
juego para hacerlos brillar.
Discriminación
Debemos hacer entender que todas las
personas son iguales, pero que las costum-
bres son diferentes y que cada cual puede
elegir su camino, respetando los distintos
gustos y preferencias, aunque a veces nos
resulte difícil de entender. Tenemos que
hacer del deporte un entorno de aprendi-
zaje y no un pretexto para ver diferencias
entre culturas, razas o ideologías. Constan-
temente vemos deportes donde el equipo
está formado por deportistas de diferentes
nacionalidades, costumbres e ideologías,
pero que luchan por objetivos comunes.
Las aulas de nuestros centros cada vez son
más diversas y formadas por estudiantes de
distintas nacionalidades. El deporte es mo-
tivo de unión, y no un escenario para ganar
y humillar a otras personas, sean compañe-
ros o contrincantes.
Es muy importante crear una cultura basada
en la igualdad y en el respeto a los derechos
humanos y a los derechos fundamentales
de todas las personas para que el alumna-
do se dé cuenta de que la discriminación
puede causar graves daños a las personas,
por lo que es trascendente promover una
cultura de paz y de respeto en todos los
sectores de la sociedad, una convivencia
social de tolerancia e inclusión. Esta con-
vicción es básica en todos los sectores de
la sociedad, y, por supuesto, también en el
deporte, para combatir y borrar la discrimi-
nación, el odio y los estigmas, para decir
«no» a cualquier conducta social violenta.
El barón Pierre de Coubertin dijo que lo
importante no es ganar, sino competir. Lo
más importante es que enseñemos a nues-
tros hijos e hijas a ser «buenos competi-
dores» (buenas personas) y a dar lo mejor
de sí en cada momento. Se puede ganar
de muchas maneras. Un ejemplo, en lo
deportivo, es ver que hay deportistas que
144
compiten en los Juegos Olímpicos porque
pretenden llevarse la medalla de oro, pero
también hay deportistas que solo tienen
como objetivo mejorar su tiempo o su pun-
tuación personal e, incluso, hay deportis-
tas para los que el hecho de participar ya
es un gran logro.
Otros elementos
potenciadores del trabajo
en equipo
Otros elementos para combatir las posibles
resistencias al trabajo en equipo pueden
ser los siguientes:
■■ Corregir la falta de comunicación en el
grupo.
■■ Desarrollar la convicción de alumnos o de
deportistas.
■■ Combatir los miedos.
■■ Fomentar la tolerancia a la frustración.
■■ Desarrollar la humildad.
La mayor parte de estas reticencias se de-
ben a malas experiencias, por haber parti-
cipado en grupos, que no equipos de tra-
bajo. Debemos hacer ver que no todos los
equipos de trabajo son eficientes.
«NINGUNO DE NOSOTROS
ES TAN INTELIGENTE
COMO TODOS NOSOTROS
JUNTOS».
Proverbio japonés
Las jugadoras de la selección española
de balonmano se dan ánimos durante un
partido para aumentar el espíritu de equipo.
145
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
12. Trabajo en equipo, el esfuerzo inteligente
Orientaciones y
consejos para
trabajar en equipo
Orientaciones y consejos
Para que un equipo de trabajo se comporte
como tal y obtenga el mayor rendimiento,
hay que atender a distintos aspectos, entre
los que podemos destacar:
■■ Objetivos: debe existir un objetivo co-
mún a todos los miembros del equipo,
concretado y conocido para encaminar
todos los esfuerzos a la misma meta.
■■ Normas internas de funcionamiento: de-
ben ser conocidas y aceptadas por todo
el alumnado o los miembros del equipo.
■■ Funciones: dentro del grupo existen dis-
tintos roles que llevan a cabo funciones
diferentes.
■■ Dinámica de la comunicación: debe ha-
ber libertad para expresar los variados
puntos de vista.
A partir de las anteriores pautas de trabajo
en equipo se puede:
■■ Dar respuesta a retos de múltiples face-
tas, innovando en lo que hacemos, para
alcanzar un alto grado de desarrollo como
grupo y en cuanto a competitividad.
■■ Aumentar el rendimiento académico y
deportivo del personal, lo que mejora el
clima de trabajo y contribuye a potenciar
la cultura del esfuerzo (individual y del
equipo).
■■ Facilitar el cambio de comportamiento de
forma aislada, de manera que exista un
compromiso colectivo.
■■ Mejorar el crecimiento y el desarrollo in-
dividual y colectivo como consecuencia
de la flexibilidad y del deseo de ampliar
el espacio de trabajo.
¿Y si después de tener en cuenta dichas
orientaciones, las cosas no salen como es-
taba previsto? No es suficiente con ver eje-
cutar bien la labor individual, sino que se
debe promover que se ayude al resto de los
miembros del equipo y que colaboren en lo
que necesiten. Para ello, debemos cuidar el
aspecto emocional, creando un estado de
ánimo que facilite el trabajo en grupo. En
la mayoría de los casos, para conseguir me-
jores resultados del grupo de trabajo, será
146
El esfuerzo de manera compartida se
convierte en un reto para cualquier
educador o educadora, ya que
constituye una estrategia muy
poderosa para que todas las personas
que trabajan en el grupo que dirige se
comprometan de manera inteligente
para alcanzar los mismos objetivos.
necesario que exista una mayor dosis de
motivación, de valoración del esfuerzo, de
confianza, de empatía, de comunicación o
un mayor compromiso para que se entienda
que cada miembro del equipo forma parte
de un todo y que si alguien falla, incide en
el resultado global del trabajo realizado.
En general, las características que todos los
equipos eficientes suelen cumplir son las si-
guientes:
■■ Existencia de un objetivo común.
■■ Potenciación de las sinergias entre los
miembros del grupo.
■■ Fluidez en las relaciones entre las perso-
nas que forman el grupo y en su comuni-
cación.
Aceptación de una dosis de flexibilidad.
■■
■■ Consecución de un rendimiento óptimo
a distintos niveles.
■■ Reconocimiento y aprecio mutuos entre
los componentes del grupo.
■■ Identificación y respeto de los roles.
■■ Motivación, como estímulo permanente.
Equipos de remo de la modalidad
de cuádruple esperando la orden
de salida para iniciar la competición.
 Recuerda que…
■■ El éxito se basa en el nivel de implica-
ción y de compromiso que se logre por
parte de estudiantes o deportistas. Hay
que lograr una implicación activa.
■■ Una de las claves para obtener un éxito
duradero será la utilización como fórmu-
la de progreso de la creación de valor
de manera conjunta a través del trabajo
en equipo.
■■ El grupo condiciona al individuo; al in-
teractuar, todos los miembros del equi-
po se influyen mutuamente para bien o
para mal. Y debido a que las voluntades
se contagian, se debe intentar influir en
las conductas a través de una adecuada
motivación, tratando de poner el énfasis
en los vínculos emocionales, en sus va-
lores y en sus aspiraciones. Serán estos
vínculos los que fortalecerán las relacio-
nes y ayudarán a crecer como grupo, pu-
diendo paliar las posibles carencias que
se den durante la realización de cual-
quier actividad.
■■ Educar en valores por medio del tra-
bajo en equipo requiere de verdaderos
educadores y educadoras que conozcan
147
perfectamente todos los aspectos del
grupo y de su entorno, ya que de lo que
rodea al alumnado depende gran parte
del éxito.
■■ El rendimiento del grupo dependerá en
muchos casos de la relación entre sus
miembros, por lo que podemos afirmar
que trabajar en equipo supone ser vá-
lido para los demás. Esta validez pasa
por asegurar la propia competencia in-
dividual y por aportar valor al grupo para
poder dar respuestas de manera conjun-
ta en las actividades diarias.
 c l u s i ó n y a m i s ta d
13. Depor t e , i n
concepto de
inclusión gracias
al deporte
«EL DEPORTE TIENE EL PODER DE
TRANSFORMAR EL MUNDO. TIENE EL
PODER DE INSPIRAR Y DE UNIR A LA
GENTE. EL DEPORTE PUEDE CREAR
ESPERANZA DONDE ALGUNA VEZ
HUBO SOLO DESESPERANZA».
Nelson Mandela
Como decía esa figura paradigmática de la
paz, de la integración y de la libertad que
fue Nelson Mandela, el deporte puede
transformar el mundo, y esa afirmación úni-
camente puede ser cierta si lo concebimos
no solo como competición en sus diferen-
tes modalidades (fútbol, baloncesto, yudo,
atletismo…) y en sus diferentes aspectos
Julio Gonzále
(aficionado o profesional), sino también en
su peculiaridad más enriquecedora: «como
instrumento de integración de cualquier
colectivo con riesgo de exclusión por cual-
quier causa», sea ideológica, racial, religio-
sa, de género o por su diferente capacidad,
y «como vía de educación en valores de la
juventud cualquiera que sea su condición
social».
En este sentido, cobra especial importancia
el deporte «para todos y todas», que nos
conduce a concebirlo como:
■■ Un catalizador de hábitos de vida salu-
dables, ya que su práctica contribuye al
desarrollo físico, intelectual, emocional y
social del individuo.
148
z Ronco
■■ Una herramienta para la promoción y la
contribución a la paz y como factor de
cohesión social.
■■ Un ejemplo de uso adecuado del tiem-
po de ocio para personas adultas y para
personas menores de cualquier edad y
condición social.
En este sentido, el artículo 1.1. de la Carta
Internacional de la Educación Física, la Ac-
tividad Física y el Deporte aprobada por la
Conferencia General de la Unesco el 17 de
noviembre de 2015 establece que «Todo
ser humano tiene el derecho fundamental
de acceder a la educación física, la activi-
dad física y el deporte sin discriminación
alguna, ya esté esta basada en criterios ét-

nicos, sexo, orientación sexual, idioma, re-
ligión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición
económica o cualquier otro factor».
En el terreno nacional, la Constitución espa-
ñola de 1978, en su artículo 43.3., establece
que «Los poderes públicos fomentarán la
educación sanitaria, la educación física y el
deporte. Asimismo facilitarán la adecuada
utilización del ocio».
En consecuencia, si el acceso al deporte es
uno «De los principios rectores de la políti-
ca social y económica» (recogido en el Ca-
pítulo 3 del Título I de la Constitución, «De
los derechos y deberes fundamentales»)
que debe ser preservado y tutelado por los
poderes públicos, no es por su faceta com-
petitiva o, incluso, de espectáculo, llegado
el caso, sino por su condición de bien so-
cial, en beneficio de la comunidad y de las
personas que la integran.
Todo ello nos lleva a considerar el deporte
como una herramienta de inclusión de quien
es distinto, diferente, de aquella persona
que pertenece a otra raza, a otra cultura, a
otra religión o a ninguna, de las personas
con diversidad funcional, que, en realidad,
tienen capacidades distintas de las conven-
cionales.
Se dice que el deporte encarna, mejor que
cualquier otra actividad, el valor de la inclu-
sión. Pero ¿qué es realmente la inclusión?
149
La esquiadora holandesa Anna Jochemsen,
compitiendo en la prueba de slalom
de los Juegos Paralímpicos de Invierno
de Pyeongchang 2018.
Sin entrar en las disquisiciones que se po-
drían plantear desde el ámbito estrictamen-
te académico, entiendo que no es otra cosa
que la aceptación de la otra persona con
sus peculiaridades, con sus diferencias de
habilidad, de género o de origen. Por ello,
no es el deporte lo que encarna el valor de
la inclusión, ya que las actividades deporti-
vas en sí mismas no encierran valor alguno,
sino que son las personas las que encarnan
cualquier valor social, haciéndolo íntimo,
personal y, con su ejemplo, compartién-
dolo, haciéndolo colectivo; el deporte es,
pues, un vehículo, un instrumento para la
inclusión, para la aceptación de la persona
«diferente».
 Una de las maravillas de la práctica de cual-
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
13. Deporte, inclusión y amistad
quier deporte es que nos permite desplegar
normalmente todas las habilidades sociales
que un individuo, cualquiera que sea su gé-
nero o su condición, puede desenvolver en la
vida cotidiana. En este sentido, en cualquier
deporte colectivo, por ejemplo, podemos
reproducir la sociedad en un universo más
pequeño: existe un ordenamiento jurídico,
las reglas del juego; compiten dos grupos
humanos con su liderazgo, los equipos con
sus entrenadoras y entrenadores, lo que per-
mite que durante la práctica de la modalidad
deportiva en cuestión se puedan trabajar y
transmitir a quienes participan en ella valores
tales como el respeto, la igualdad, el compa-
ñerismo, la tolerancia o la solidaridad, porque
en la cancha, como en el resto de ámbitos de
nuestra vida, todos estos valores entran en
juego en función de cómo los hacen valer los
seres humanos. Así, valga el ejemplo, un niño
respetará en el campo a una niña que está
en su equipo, a alguien de otra raza, de otra
condición o que tiene síndrome de Down o
es autista mucho más porque se lo transmita
su entrenador o entrenadora y conviva con él
en el espacio deportivo que porque lea un fo-
lleto sobre integración. ¿Por qué ocurre esto?
Porque a través de este pequeño universo
deportivo ha descubierto a la otra persona,
que es diferente, distinta, y la ha convertido
en parte de sí mismo.
Esta constatación nos conduce a la amistad,
entendida esta como la relación en la que
dos o más personas comparten su espacio,
su entorno, en definitiva, su vida, aunque
sean totalmente diferentes o incluso opues-
tas. Es desde la aceptación de la otra per-
sona, de quien es diferente, desde el amor
a otras personas, desde la inclusión que el
150
deporte nos permite tanto asumir como
compartir desde donde se puede construir
la verdadera amistad, que se basa en la sin-
ceridad y en el profundo amor propio y por
otros seres humanos, ya que solo la persona
que se ama a sí misma puede respetar a las
otras personas, comprenderlas, estar junto a
ellas, compartir, animar y, sobre todo, acom-
pañarlas cuando sea necesario. Y si el depor-
te facilita, como conductor educativo, la in-
clusión, y la inclusión nos lleva a la verdadera
amistad, no son concebibles el egoísmo, la
intolerancia, la agresividad o la violencia en
el ser humano que ha aprendido estos valo-
res gracias a la práctica deportiva, por lo que
solo quedará el juego limpio.
En mis vivencias personales, a través de mi
vida profesional especialmente, pero tam-
bién en mi esfera más íntima, he podido
comprobar todo lo anteriormente expuesto.
 Experiencia
PERSONAL
Vivencias personales de inclusión
No es fácil ser un niño con pocas habilida-
des (por no decir ninguna) físicas. Ser un
niño con sobrepeso, «gordito», llegado con
8 años a la ciudad, proveniente del mundo
rural español, no era fácil en la España del
año 1977. Todavía era más difícil si en las cla-
ses de Educación Física a la risa de tus com-
pañeras y compañeros se unía la incompren-
sión del profesorado de esta materia. Esta
sensación del que ahora escribe estas líneas
no le hacía pensar que después, en su vida
profesional, iba a tener la oportunidad de
contribuir a que el deporte sirviera no como
la consagración de los más aptos físicamen-
te, sino como un instrumento de educación
en valores, de adquisición de hábitos de vida
saludables, de aceptación de la diversidad,
de las personas diferentes.
En todas mis responsabilidades en diferen-
tes instituciones deportivas, federaciones,
administraciones públicas, asociaciones
deportivas de diversa índole y fundaciones,
he aprendido que el famoso lema olímpi-
co «Citius, altius, fortius» («Más rápido, más
alto, más fuerte») no fue concebido por
Pierre de Coubertin para ensalzar la victoria
a cualquier precio, a costa del sufrimiento
ajeno y de infringir las normas, sino median-
te el esfuerzo individual, la superación per-
sonal, el respeto a las reglas, la solidaridad
y la aceptación de las otras personas que
pasa por la afirmación del propio «yo» con
sus defectos, porque la competición más
dura a la que nos enfrentamos cada día es
la de mirarnos cada mañana en el espejo y
saber si perseveramos en nuestros princi-
pios y, sobre todo, si somos realmente me-
jores personas.
En este sentido, las vivencias que más
aportaciones me permiten compartir con
quien me escucha o, como ahora, tiene la
oportunidad de leer mis reflexiones y de-
muestra interés por el deporte como ins-
trumento educativo, vehículo de inclusión
y generador de amistad son las que he ex-
perimentado en mis más de quince años
de vinculación a la Fundación Real Madrid,
como director gerente. Y, más en concreto,
las referidas a mi experiencia en la puesta
en marcha y el desarrollo de un modelo de
151
implementación novedoso que el equipo
de trabajo de dicha fundación en todos
sus niveles ha implantado: la escuela socio-
deportiva de fútbol o de baloncesto.
Este modelo de intervención está basado
en la concepción del deporte no desde la
esfera competitiva, sino desde la óptica de
la educación en valores, con un modelo
flexible y dinámico adaptable al contexto
y a la realidad de cada comunidad social,
de cada país, que promociona y fomenta el
desarrollo integral de las niñas y los niños,
especialmente entre los 5 y los 17 años, a
través de la práctica deportiva (el fútbol y
el baloncesto), siendo los alumnos y las
alumnas participantes admitidos sin discri-
minación alguna y sin ninguna preselección
basada en sus habilidades deportivas y sin
que formen parte de la cantera del Real Ma-
drid ni de ningún otro club de fútbol o de
baloncesto.
En estas escuelas se fomenta la práctica de-
portiva como herramienta de formación en
valores, de apoyo a la educación y a la for-
mación profesional, promoviendo la igual-
 dad de género (los niños y las niñas juegan sus actividades formativas y de los materia- Según mi opinión, avalada por los materiales
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
13. Deporte, inclusión y amistad

en un mismo equipo, no se diferencia entre les educativos elaborados1, que la identifi- a los que antes he hecho mención y por la
equipos masculinos y femeninos); se im- cación de unos valores principales que se docta opinión de las personas que los han
pulsa la integración social por medio de la han de transmitir a los niños y a las niñas elaborado, podemos distinguir siete valores
eliminación de las barreras sociales (partici- permite desarrollar toda una serie de valo- principales, agrupados en dos categorías:
pan niñas y niños de cualquier raza, religión res asociados. valores personales y valores sociales.
o condición social), inculcando hábitos de
vida saludables, reforzando la autoestima
de chicos y chicas y promoviendo una cul-
tura de paz que permita ir construyendo el
tejido de una auténtica ciudadanía. Se trata
de contribuir a la formación de las ciudada-
nas y los ciudadanos del futuro mediante el
aprendizaje de valores a través del depor-
te. Pero ¿de qué valores hablamos? Como
he indicado antes, el deporte como tal no
tiene valores; son las personas las que te-
nemos o debemos tener valores, pero el
deporte actúa como catalizador, como ve-
hículo o como instrumento para educar en
dichos valores.

El aprendizaje de los valores

del deporte durante la infancia
y en la juventud ayuda a la formación
de la ciudadanía del futuro.

Ahora bien, si queremos educar en valores,

y más pensando en la infancia y en la ju-
ventud, debemos identificarlos, darles una
denominación y un significado, aunque esa
denominación encuentre otros sinónimos y
les corresponda más de un significado, ya
que debemos educar en contenidos con-
cretos que, aunque puedan nacer de una
abstracción, se desarrollen en realidades
del día a día que los niños y las niñas pue-
dan identificar en su vida cotidiana. Así, en La nadadora estadounidense Jessica Long recibe
mi experiencia profesional en la Fundación las felicitaciones de una compañera de equipo tras
Real Madrid, he comprobado, a través de ganar la prueba de 200 m combinado individual en
los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.

152

valores personales:
autonomía, motivación,
salud, autoestima
Valores personales son aquellos que, desde
nuestra subjetividad, nos conducen a la me-
jora personal, y desde ella nos acercan a la
otra persona, a partir de nuestra responsa-
bilidad.
Así, al trabajar la autonomía durante el en-
trenamiento potenciamos la racionalidad, la
responsabilidad de cada cual y hacia otras
personas, combatiendo los comportamien-
tos irreflexivos, la presión del grupo y la falta
de criterio.
Trabajando la motivación durante el entre-
namiento potenciamos el deseo de perfec-
cionamiento, el afán de superación, la perse-
verancia, la constancia, la autodisciplina y el
espíritu de sacrificio, y combatimos la apatía,
el desinterés, el «solo cuenta ganar», las am-
biciones desmedidas y la primacía del éxito
«frente y contra» las otras personas.
El trabajo en los entrenamientos del valor
de la salud permite desarrollar cualidades
como el cuidado de cada cual y la adquisi-
ción de hábitos de vida saludables (alimen-
ticios, higiénicos, etc.) y resuelve problemas
como las lesiones, los trastornos alimenti-
cios y el consumo de sustancias perjudicia-
les (drogas y alcohol).
El cuarto y último valor personal es la autoes-
tima. El trabajo de este valor en el entrena-
miento fomenta cualidades como la confian-
za en las propias capacidades, la aceptación
de los propios límites y la asimilación de las
derrotas, resolviendo conflictos como la falta
de autoconfianza, la infravaloración, el despre-
cio propio y de las otras personas, la vanidad,
la arrogancia, el orgullo y la soberbia.
Si ese niño «gordito» del que hablaba al ini-
valores sociales: cio de mis comentarios sobre mis vivencias
respeto, igualdad, hubiese podido acercarse al deporte como
compañerismo he podido ver y he contribuido a desarrollar
Valores sociales, de grupo, son aquellos que en la Fundación Real Madrid junto a todo su
desde el «yo» nos habilitan para convivir en equipo, no habría pasado por tantas situacio-
paz y empatía con nuestro entorno y con las nes de frustración, de desánimo, de exclusión
otras personas. y de problemas de salud como por los que
Desde este enfoque, en el entrenamiento se pasó. Hacer que el deporte «para todos y to-
desarrollan cualidades como el respeto al pro- das» triunfe realmente entre la juventud, que
fesorado y al estamento arbitral, el acatamien- sea un elemento decisivo de inclusión y gene-
to de las normas, la obediencia, la disciplina, rador de convivencia, de cohesión y de paz,
el respeto a las reglas, a los bienes individua- se ha convertido en el principal motor de mi
les y colectivos (conservación del material) y al motivación profesional y personal.
medio ambiente. Por otra parte, resolvemos
conflictos como la indisciplina, el incumpli- El deporte ha de ser un elemento
miento de las normas, las protestas referidas decisivo de inclusión y generador de
al arbitraje, las críticas a los fallos de los com- convivencia, de cohesión y de paz
pañeros y las compañeras, la desconsidera- entre la juventud.
ción, la agresividad o la violencia.
En la práctica deportiva se puede trabajar la
igualdad, que habilita al alumnado para de-
sarrollar cualidades como la honestidad, la
deportividad, el juego limpio, la capacidad de
saber ganar y saber perder, el respeto a otras
personas, la aceptación de las diferencias (de
habilidad, de género, de origen), la tolerancia,
la solidaridad, la amabilidad; en definitiva, fo-
mentando la convivencia. De esta manera se
combaten la xenofobia, el racismo, el egoís-
mo; en resumen, la intolerancia.
El compañerismo es el último valor social al
que voy a referirme en este punto. Es un va-
lor social entrañable, humilde, pero lleno de
fuerza, y, a través del entrenamiento y con
una metodología adecuada, el trabajo sobre
él permite al alumnado desarrollar habilida-
des como el trabajo en equipo, la coopera-
ción y la integración; en conclusión, la empa-
tía con la otra persona.
 riesgos de la
competitividad
en el deporte
El deporte, como he indicado anterior-
mente, no encierra valores como tal, son
las personas las que tienen o deben tener
valores y las que hacen que esos valores se
entiendan como aquello a lo que no esta-
mos dispuestos a renunciar. Si el deporte en
sí tuviera valores, comportamientos como la
violencia en las gradas, el dopaje o la vul-
neración de las reglas no existirían. Pero
¿por qué un elemento tan dinámico y trans-
formador como es el deporte puede sufrir
estos comportamientos? Tenemos que re-
flexionar sobre el papel de la competición
en esta problemática.
La competición supone un ansia insupe-
rable no solo por participar, sino especial-
mente por ganar. Como consecuencia, los
entrenadores y las entrenadoras de equipos
que participan en una competición lo que
pretenden es que sus equipos ganen, y por
ello seleccionan para jugar a quienes con-
sideran «mejores» y buscan el triunfo como
objetivo. Los jugadores y las jugadoras, las
niñas y los niños que compiten también bus-
can ganar, y por ello se pueden dejar llevar
por la finalidad de obtener la victoria hasta
el punto de ignorar el «cómo» se debe ob-
tener (respetando las reglas, al adversario,
a los compañeros y a las compañeras…) y
el «para qué» (para la superación personal,
para la mejora continua y para el perfec-
cionamiento individual), dando prioridad
a la victoria como triunfo egoísta no com-
partido. Buceta (2004)2 ha señalado que un
gran número de jóvenes se sienten atraídos
a la práctica deportiva por el impactante
ejemplo del deporte profesional, soñando
con llegar a ser grandes estrellas. Esta cir-
cunstancia es puesta de manifiesto también
en el libro Entrenando fútbol: enseñando
valores del programa metodológico de la
Fundación Real Madrid «Por una Educa-
ción Real, Valores y Deporte»3: «… Sin duda
este aspecto motivacional del fútbol [llegar
a ser estrella], ese atractivo por llegar a ser
un gran jugador profesional desde las eta-
pas de iniciación y aprendizaje, tiene ciertas
ventajas, pero también puede convertirse, y
154
de hecho así ocurre con mucha frecuencia,
en un serio problema. Es sabido que mu-
chos niños en otros clubes o equipos afron-
tan hoy una gran presión en la práctica de-
portiva. Los horarios son muy exigentes, se
espera mucho de ellos y la competitividad
puede ser muy dura. Muchos equipos de
fútbol infantiles, donde lo esencial debe ser
la educación y la diversión de los niños y las
niñas, son dirigidos por personas que ven
en ellos algo parecido a una cantera poten-
cial de futuros profesionales, elevando las
exigencias y las expectativas sobre estos pe-
queños deportistas hasta límites aberrantes.
Son muchos los técnicos y los entrenadores
que tienden a reproducir en estos equipos
infantiles modelos más propios del depor-
te de alto rendimiento que de una práctica
deportiva educativa. Algunos se comportan
como si fueran técnicos de grandes equipos
preocupados sobre todo por la obtención
de buenos resultados deportivos y tal vez
incluso por su propia proyección personal
hacia equipos de mayor nivel y exigencia».
Pero también las familias se dejan influenciar
por estos «cantos de sirena» que el deporte
profesional traslada a la sociedad a través de
los grandes medios: el éxito, la victoria en la
competición, el dinero, el estrellato… ¿Quién
no quiere ver triunfar a sus hijas e hijos y, por
qué no decirlo así, compartir su éxito y su-
perar nuestras propias frustraciones con su
triunfo? Pero ¿es esto justo? ¿Es real o, en
verdad, es un sueño virtual? ¿Se debe ganar
a cualquier precio? ¿Qué ocurre cuando no
se triunfa, cómo se afronta el fracaso? Si no
miramos al deporte como una herramienta
de educación, como ocio lúdico adecuado,
como espacio de convivencia y de inclusión,
llegamos a la degeneración de todo lo que el
deporte implica.
Pero ¿quiere esto decir acaso que la compe-
tición es la degeneración del deporte? No,
pero los niños y las niñas que en la iniciación
a la práctica deportiva no adquieran mediante
el deporte valores fundamentales, tanto per-
sonales como sociales, si continúan después
en el deporte de alto rendimiento, lo harán sin
principios, desvirtuarán la competición y perju-
dicarán el futuro del deporte profesional.
Todo ello, porque se puede «ganar» en mi-
núsculas, sin valores, sin principios, sin «hu-
manidad» o se puede «GANAR» en mayúscu-
las, con valores, con respeto a las reglas, con
inclusión, con «humanidad», porque lo que
distingue a la humanidad, pese a sus defec-
tos y a sus errores, es su inagotable deseo de
coexistir, de mejorar; en definitiva, de amar.
Para corregir estos comportamientos, pa-
dres y madres, entrenadores, entrenadoras y
profesionales del deporte, en común e indi-
vidualmente, debemos concebir la iniciación
a la práctica deportiva, tanto en las clases de
Educación Física en los colegios como en las
sesiones de entrenamiento de cualquier de-
porte, de la siguiente manera (y aquí vuelvo
a inspirarme en el programa de la Fundación
Real Madrid «Por una Educación Real, Valores
y Deporte»4):
■■ La iniciación a cualquier deporte debe ba-
sarse en principios de inclusión y no de
exclusión, sean cualesquiera que sean las
habilidades, el género o la condición de
quien empieza a practicar un deporte.
■■ Hay que mantener dos principios básicos
en el desarrollo de los entrenamientos y de
las competiciones: la motivación de quie-
nes participan en ellas (jugadores y jugado-
ras) y el aprendizaje correcto de los conte-
nidos técnicos y tácticos más básicos.
■■ La figura del entrenador o la entrenado-
ra es vital durante esta etapa deportiva y
educativa, por lo que su actuación debe
ser la de un verdadero educador, pro-
motor y orientador.
■■ Debemos apostar por una metodología
específica para el entrenamiento de inicia-
ción, completamente distinta de la que se
emplea en el trabajo durante la edad adul-
ta o en la alta competición, buscando la in-
tegración y el ocio lúdico.
■■ La promoción de verdaderos valores edu-
cativos debe ser una de las prioridades fun-
damentales del proceso de formación de
quienes se inician en un deporte.
■■ La competición debe entenderse como un
medio más de aprendizaje y de motivación
de los jugadores y las jugadoras. Hay que
desechar la importancia y la trascendencia
que siempre han tenido los resultados.
■■ El proceso de enseñanza se debe adaptar
a la edad y a las características de los juga-
dores y las jugadoras, evitando una espe-
cialización demasiado temprana.
155
Las familias tienen que involucrarse (funda-
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
13. Deporte, inclusión y amistad
■■
mentalmente las madres y los padres) en
todo el proceso deportivo y educativo que
se está llevando a cabo con sus hijas e hijos.
Si la iniciación en la práctica del deporte es
correcta y sobre los parámetros antes expues-
tos, habremos formado personas con valores
que pondrán de manifiesto en todos los as-
pectos de sus vidas, personales y profesiona-
les, se terminen dedicando o no al deporte
de alta competición.
Se debe evitar la especialización
temprana.
Consejos para fomentar la inclusión
■■ El deporte es respeto, consideración y deferen-
cia hacia las otras personas.
■■ El deporte permite a toda persona desarrollar la
capacidad de actuar libre y responsablemente
según sus propios principios (autonomía).
■■ El deporte fomenta la motivación, entendida
como la predisposición de una persona a reali-
zar una actividad con interés o diligencia.
■■ El deporte debe ser inclusivo, ha de favorecer
la igualdad, concebida como el principio que
reconoce a todos los individuos los mismos de-
rechos.
■■ El deporte desarrolla la autoestima, la propia
consideración y el aprecio que se tiene una per-
sona a sí misma.
■■ El deporte mejora la salud, preservando el buen
estado físico y emocional de quien lo practica,
sea cual sea su edad, su género o su condición.
■■ El deporte es y debe ser compañerismo, hacer
equipo, y crear espacios de convivencia, de ar-
monía y de paz.
■■ En resumen, el deporte debe ser respeto, auto-
nomía, motivación, inclusión, igualdad, autoesti-
ma, salud, amistad; en definitiva, «vida».
 15. Co e d u c ac i ó n
d i a n t e e l d e p o r t e
e igualda d m e
valores que se
transmiten mediante
El deporte
El deporte ocupa un lugar prominente en
nuestras vidas: recibimos información cons-
tante sobre eventos, competiciones, clasifi-
caciones…, y todo ello sobre un importante
número de deportes (cada vez mayor), por lo
que su importancia en el ámbito del entrete-
nimiento es incuestionable. Y esta repercu-
sión tiene un reflejo directo sobre los juegos
que se practican a todas las edades.
El deporte favorece el desarrollo de todo un
elenco de valores potencialmente positivos
para las personas a nivel individual y a nivel
social, pero ¿se aprovecha realmente ese po-
tencial? Esa pregunta supone profundizar en
la igualdad de oportunidades entre hombres
y mujeres; por tanto, nos situamos ante la ver-
tiente social del deporte.
Ola ia A b ad ía G arcía de Vicuña
y Antonio Segura Mar
En el deporte se presupone el trabajo en
equipo, que es una de sus características prin-
cipales, y en su práctica tienen gran relevancia
valores como el autocontrol en beneficio del
colectivo, la cooperación en pro del objetivo
común, la lealtad al equipo, la resolución de
problemas de forma colaborativa y, cómo no,
la tolerancia y la igualdad.
Por esta razón, el deporte representa un gran
potencial en el terreno educativo, pues qué
mejor contexto que el juego y el deporte,
por su fuerte anclaje con el ocio y en el en-
tretenimiento, que arraigan con firmeza en
nuestras emociones, para trabajar y fomentar
valores sociales democráticos.
Este sentido democrático de la igualdad es
una realidad que se debe analizar, y tam-
164
rero
bién se ha de reflexionar sobre las dife-
rencias entre la consideración del deporte
masculino en comparación con el femenino
y sobre si esas posibles diferencias están
justificadas y tienen algún fundamento.
Este análisis, tanto colectiva como indivi-
dualmente, debe hacernos indagar sobre los
valores que nos transmiten y cómo condicio-
nan nuestra forma de actuar.
En la adolescencia ya estamos en disposición
de hacer nuestro propio análisis crítico de la
situación para contribuir de forma efectiva a
una sociedad más democrática y justa, pero,
sin embargo, deberíamos preguntarnos so-
bre qué ocurre durante la etapa de Educa-
ción Infantil. ¿A esa edad se practican juegos
deportivos con otros compañeros y compa-
ñeras sin tener en cuenta el sexo? Y si la res-
puesta es afirmativa, se plantea la cuestión
de en qué momento cambian esos compor-
tamientos igualitarios de la primera infancia
y qué ha pasado para que se produzca ese
cambio en la forma de comportarse.
Una respuesta inmediata podría ser la di-
ferencia biológica entre sexos, o lo que es
lo mismo, entre hombres y mujeres, lo que
condiciona la diferencia de género, que
«hace referencia a la forma en que estas
diferencias biológicas se interpretan y se
traducen en comportamientos, actitudes,
valores y expectativas sociales, lo que sig-
nifica que estamos hablando de una cons-
Sesión de entrenamiento de la nadadora
Mireia Belmonte, campeona de Europa,
del mundo y olímpica, durante los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
trucción social y no de una realidad biológi-
ca» (Mosquera y Puig, 1998, p. 100)1.
El deporte también es una «construcción so-
cial»: las variantes en la reglamentación, las
formas de practicarlo a lo largo del tiempo,
incluso la afición a unos deportes u otros
cambia mucho según el ámbito geográfico
que analicemos.
Como construcción social, el deporte se
convierte en un elemento de socialización
y tiene una carga de valores que se trans-
mite a los individuos. Dentro de esa carga
valorativa tienen especial relevancia los es-
tereotipos, un ideario social que transmite
diferencias entre hombres y mujeres.
165
Si miramos atrás en el tiempo, Rousseau, en
una de sus obras más emblemáticas, Emilio
o De la educación (1762), señalaba que «la
prioridad del entrenamiento corporal es co-
mún a ambos sexos, aunque se dirige a ob-
jetivos diferentes. En el caso de los chicos,
su meta consiste en desarrollar la fuerza, en
el caso de las chicas, en suscitar encantos»
(citado por Scharagrodsky, 2004, p. 60)2.
Sobre esta visión sexista del deporte, pensa-
remos con razón que es una barbaridad, pero
nos da una idea muy clara de los valores que
se transmitían en el proceso de socialización
de épocas pasadas y de los estereotipos que
imperaban en esa sociedad.
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
15. Coeducación e igualdad mediante el deporte
Experiencia
PERSONAL
El trato igualitario en el caso de Olaia Abadía
Mi caso es el de una nadadora de compe-
tición que ha vivido en primera persona
largas jornadas de entrenamiento, duras
sesiones, exigencia, compromiso, trabajo
en equipo. La doble condición de depor-
tista y de mujer me llevó a cuestionarme
si en algún momento había sentido un tra-
tamiento diferenciado con respecto a mis
compañeros masculinos, tratamiento dife-
renciado en cualquier sentido, porque no
olvidemos que también existe la discrimi-
nación positiva, aquella que intenta bene-
ficiar a un colectivo que se presupone en
desventaja.
En el mundo de la natación, al que he perte-
necido, desde que se comienza con la fase
de familiarización con el medio acuático, los
niños y las niñas juegan y aprenden en co-
mún a dominar la natación. Esta situación
se mantuvo durante toda mi carrera de-
portiva, en un ambiente idóneo de respeto
entre compañeras y compañeros. El trato,
propiciado por un profesorado conciencia-
do y altamente cualificado, era siempre su-
mamente considerado y equitativo.
Los alumnos y las alumnas venían de distin-
tos lugares de España y procedían de fami-
lias de distintos ambientes sociales. Había
personas que se adaptaban con alguna
dificultad y el desinterés y la apatía provo-
caban un bajo rendimiento, pero eran una
mínima parte.
La competición nos ayudaba a esforzarnos
más, y esta actitud acababa por trasladarse
a los estudios. Mujeres y hombres evolucio-
nábamos del mismo modo y aprendíamos a
la vez. También la espontaneidad, un mayor
contacto entre chicas y chicos y una mejor
motivación que en otras disciplinas y depor-
tes, propiciaba una más estrecha relación.
Son muy conocidos los beneficios físicos y
psicológicos que lleva intrínseca la práctica
deportiva realizada regularmente, que me-
jora la calidad de vida con respecto a los no
practicantes.
Mi experiencia personal como nadadora in-
fantil y juvenil, ahora ya desde la distancia,
me dice que lo que entendemos por coe-
ducación —la igualdad real de oportunida-
des académicas, profesionales y sociales,
166
La mejor coeducación en igualdad
es aquella que no necesita de
programación, porque se genera
de manera natural en progenitores,
entrenadores y directivos, y la natación
es un ejemplo claro de deporte
favorecedor de estos dos conceptos:
la coeducación y la igualdad.
dentro de un mismo modelo educativo— se
conseguía en un porcentaje alto de casos,
porque nunca, salvo en alguna circunstan-
cia especial, observé ningún tipo de discri-
minación o de supeditación de un género a
otro. Tal vez el ambiente en el que vivíamos
favorecía la consecución de unos logros ve-
dados a otras disciplinas o a otros grupos
de niños y niñas con menor implicación y
responsabilidad personales.
En mi etapa como nadadora, en el nivel com-
petitivo, en ningún momento me he sentido
discriminada, y considero que puede deber-
se a que el coste es igual para nadadores y
nadadoras, y a que las medallas y los triunfos
tienen la misma relevancia para entrenado-
res, directivos y medios de comunicación.
A esto añadiría que, durante mi estancia
en distintos centros de alto rendimiento,
no solo entrenábamos al mismo tiempo las
chicas y los chicos, sino que estudiábamos,
viajábamos y realizábamos muchas otras
actividades en común; en definitiva, se
compartía todo lo que permitía una educa-
ción en igualdad de exigencias, de respon-

sabilidades, de rendimiento, de valoración
del éxito y del fracaso, independientemen-
te de que se tratara de una mujer o de un
hombre.
Esta consideración suponía que el profe-
sorado y el equipo directivo no tenían que
realizar esfuerzo alguno para educar en
igualdad, porque, desde el inicio y de ma-
nera natural, en la natación, sea lúdica o de-
portiva, se daba la coeducación.
Mi experiencia vital es un ejemplo de coe-
ducación, y es muy importante destacar este
concepto, pues la coeducación implica la
igualdad de derechos y de oportunidades,
sin estereotipos de índole sexista, y estiman-
do que cada individuo, que cada persona es
diferente, sin considerar la diferencia desde
una óptica de hombre o de mujer.
Esa experiencia nos habla también de «na-
turalidad», de un ambiente coeducativo
que se vive de forma natural. En el ámbito
de la educación, debemos poner el énfa-
sis en conseguir esta naturalidad, por la
tremenda influencia que tiene el contexto
educativo sobre la construcción de una so-
ciedad más democrática y justa. Cuando
profesionales de la educación y familias
comparten valores de igualdad y los irra-
dian en el contexto de aprendizaje, el re-
sultado queda patente.
Si valoramos al individuo sin considerar su
sexo podemos potenciar la práctica de de-
portes mixtos en la línea de mi experiencia
en la natación. En este sentido, podemos
reflexionar sobre el tenis, deporte en el
que han sido tradicionalmente mejor re-
167
La selección española de natación sincronizada
realiza su ejercicio por equipos en el Campeonato
Mundial de Natación de Budapest de 2017.
presentados los equipos mixtos. También
la natación avanza en este terreno, como
ya pudimos ver en la Copa del Mundo de
2012 y en el Mundial de Berlín de 2014,
donde participaron equipos mixtos de re-
levos, y también hay experiencias de equi-
pos mixtos en salto de trampolín y de na-
tación sincronizada.
Consejos para educar en igualdad
■■ El juego deportivo es una herramien-
ta de socialización.
■■ Las construcciones sociales transmi-
ten valores e ideas.
■■ La coeducación valora a la persona
sin considerar su sexo.
■■ Para una coeducación real, es necesaria
la colaboración de toda la comunidad
educativa.
 14. El f o m e n t o
o s d e s o c i a b i l i da d
de há b i t
LA FUNCIÓN EDUCATIVA
Y SOCIALIZADORA
DEL DEPORTE
El valor educativo
de la actividad física
y del deporte
Reflexionar sobre el papel del deporte en
nuestra sociedad supone hacerlo sobre uno
de sus fenómenos característicos y más desta-
cados, ya que detrás de su aparente simplici-
dad esconde una enorme complejidad social
y cultural. Durante estos últimos años han sido
muchos los cambios y los progresos de nuestra
sociedad y, por tanto, de la realidad y del estilo
de vida de la ciudadanía y de los escolares.
Una de las repercusiones negativas de estos
cambios es la adopción en la infancia y en la
juventud de un estilo de vida sedentario, poco
activo y con hábitos incorrectos de alimenta-
ción que está provocando un alarmante incre-
mento de los niveles de sobrepeso y obesidad
Enrique Hernando
Barrio y Alb erto Dorado S
uárez
en nuestra sociedad, con las preocupantes
consecuencias que ello conlleva para la salud
de los escolares. Unido a ello también en-
contramos en distintos ámbitos de nuestra
sociedad una profunda crisis de valores, y no
se trata solo de una crisis en la transmisión de
los valores éticos, sino también de los valores
estéticos, económicos o políticos.
Para formar el carácter de las personas jó-
venes no hay más remedio que inculcarles
unos valores, valores sencillamente huma-
nos. Y son esos valores humanos los que
se deben impulsar mediante la práctica del
deporte, en esta actividad tan importan-
te para el desarrollo personal y social del
alumnado, desde los centros educativos y
desde los clubes deportivos a través del fo-
mento de hábitos de sociabilidad.
Frente a este grave problema social, la ac-
tividad física se presenta como un factor
156
beneficioso para el desarrollo integral du-
rante la infancia y la juventud, tanto desde
el aspecto físico como en los ámbitos men-
tal, emocional, conductual y de desarrollo
de valores. Y desde el punto de vista de
la educación integral, la educación física
aporta un estímulo significativo y de calidad
a las personas jóvenes, que les va a permitir
crear hábitos de vida saludables y de activi-
dad física a medio y largo plazo. Estos as-
pectos se pueden complementar con tiem-
pos libres dentro del horario escolar, como
es el recreo, o con las actividades extraes-
colares en algún club deportivo, carentes
de currículo educativo.
En la asignatura de Educación Física o en
la práctica en cualquier club o entidad de-
portivos todo aprendizaje se plantea a par-
tir de la sociabilidad con otros compañeros
y educadores. Este aprendizaje se basa en

la vivencia, en la experiencia y en la acción,
dado que el cuerpo, el movimiento y las con-
ductas motrices son los instrumentos y, a la
vez, los contenidos básicos del área. Por tan-
to, desde la asignatura de Educación Física
o desde un club deportivo encontramos un
espacio ideal para fomentar la sociabilidad,
la vivencia motriz, en todos los momentos en
los que el practicante está en acción a la vez
que en relación con las demás personas.
Las actividades físicas y deportivas que se
den en las distintas sesiones constituyen un
magnífico escenario para el desarrollo de re-
laciones interpersonales y para el aprendiza-
je de comportamientos éticos que permitan
trabajar en valores como la responsabilidad,
el respeto, la justicia, la dignidad y la solida-
ridad, para garantizar una práctica coherente
que desarrollar en la sociedad. Por un lado,
los participantes vivencian situaciones que
requieren compromiso y cooperación con
los compañeros y las compañeras para su-
perar retos comunes, pero, además, interac-
túan con los demás agentes que intervienen
en este tipo de actividades, como pueden
ser entrenadores, árbitros, espectadores,
periodistas, familiares, etc. Todo ello repre-
senta un entorno social que va más allá del
puramente escolar y que, sin duda, les ayuda
a enriquecer sus habilidades sociales.
En resumen, mediante la actividad física y
el deporte, como herramientas educativas,
es posible promover la práctica habitual
de una educación en valores en toda la so-
ciedad en su conjunto, a través de buenas
prácticas y de ejemplos positivos. Repre-
sentan una magnífica preparación para la
vida, ya que son capaces de potenciar los
valores humanos más nobles, ofreciendo la
posibilidad de redescubrir la autoconfianza,
157
«LA RIQUEZA DE UN PAÍS ES SU
EDUCACIÓN, Y EN ESTE SENTIDO
LOS GOBIERNOS DEBEN LUCHAR
POR INCORPORAR TANTO COMO
SEA POSIBLE EL DEPORTE EN SUS
SISTEMAS DE ENSEÑANZA».
Juan Antonio Samaranch
el trabajo en equipo, la superación perso-
nal, el valor del esfuerzo, la disciplina, el
espíritu de excelencia y otras muchas virtu-
des extrapolables a la vida diaria. Es decir,
cualquier iniciativa para promover la prácti-
ca físico-deportiva en la que se contemple
la educación en valores supondrá un ele-
mento transversal desde el que se efectúen
transferencias del deporte a la vida diaria.
Las actividades en grupo o los deportes
de equipo permiten, si el grupo está
bien organizado, aumentar el grado
de sociabilidad y de comunicación
del individuo; la razón de que las
comunidades educativas sean decisivas
en toda sociedad es que son un
importante órgano de sociabilidad.
 La acción socializadora
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
14. El fomento de hábitos de sociabilidad
de la actividad física
y del deporte
Todos somos conscientes de la importan-
cia que tiene el deporte en nuestra socie-
dad, realidad esta del deporte, polisémica
y multifuncional, en la que a veces impera
un modelo de práctica deportiva que se ca-
racteriza por unas conductas excesivamen-
te competitivas, determinadas en ocasiones
por actitudes que fomentan la agresividad
o los comportamientos violentos. Esta exal-
tación de la competitividad requiere de
grandes dosis de educación social, ya que,
como señala el psiquiatra, investigador y
profesor Luis Rojas Marcos en su libro Las
semillas de la violencia (2007)1, constituye
un ingrediente esencial de «una cultura en
la que se ensalza la rivalidad y se admira el
triunfo conseguido en situaciones de en-
frentamiento [.…]»; además, «la creencia de
que el antagonismo y la pugna son elemen-
tos necesarios y deseables en todas las acti-
vidades de la vida diaria está profundamen-
te imbuida en la sociedad y es fomentada
diariamente en la familia, en el colegio, en
el trabajo y en las actividades lúdicas».
Fomentar la función socializadora a través de
la cooperación y de la promoción de la acti-
vidad física y del deporte en las etapas edu-
cativas debería ir en la línea que plasma con
gran acierto Velázquez (2007, p. 9)2 al afirmar
que «Por un lado, la educación ha de propi-
ciar que el individuo pueda tener una existen-
cia digna, plena y satisfactoria; por otro lado,
la educación ha de promover el desarrollo, la
prosperidad y el bienestar del grupo social al
que pertenece […]. El propósito y funciones
que cabe atribuir actualmente a la educación
han de establecerse considerando conjunta-
mente al individuo y a la sociedad».
En un marco más amplio y atendiendo a la pro-
puesta de resolución del Parlamento europeo
sobre la función del deporte en la educación
(2007), debemos considerar que la Educación
Física es la única materia escolar que tiene por
objeto preparar a niñas y a niños para una vida
sana, concretándose en su desarrollo físico y
mental general inculcándoles valores sociales
importantes, como la honradez, la autodisci-
plina, la solidaridad, el espíritu de equipo, la
tolerancia y el juego limpio.
Los valores del deporte son el equivalente
a los valores humanos en la sociedad y, por
ello, enseñándoselos a la juventud, además
de que formamos mejores personas, se está
trabajando también para fomentar una ciu-
dadanía más solidaria a través de una educa-
ción integral.
«PONER EN LA ESCUELA LO QUE SE
QUIERA PARA LA CIUDAD».
Platón
En este contexto, cualquier actividad o pro-
grama que trate de fomentar la deportividad
o la adherencia a la práctica deportiva dentro
del sistema educativo debería estar vincula-
do a esta necesidad social de profundizar en
la educación en valores y su objetivo debería
servir de apoyo y de elemento dinamizador en
el desarrollo del alumnado, acrecentando los
valores relacionados con la convivencia, la in-
terculturalidad, la salud, la igualdad entre mu-
jeres y hombres, y colaborar en la consecución
de los fines de la educación.
Además de las iniciativas que se impulsen
dentro del sistema educativo, debemos ser
conscientes de que se debe educar al alum-
158
nado para una situación que puede vivir fue-
ra de los centros escolares todos los fines de
semana. Un «domingo cualquiera», en miles
de campos de fútbol, de pabellones polide-
portivos, de piscinas y de otras instalaciones
para la práctica de actividad física de todo
el mundo se producen multitud de situacio-
nes y de comportamientos que no podemos
controlar en torno al fenómeno deportivo.
Unos se producen con motivo de «ver» de-
porte, ya sea asistiendo a un espectáculo de-
portivo o a través de la televisión. Otros se
producen como consecuencia de la práctica
de actividad física, es decir, al «hacer» depor-
te. Al definir la forma en la que alguien se
socializa como deportista o como especta-
dor, podríamos diferenciarlo denominándo-
lo deportista «activo» (si practica deporte) o
deportista «pasivo» (si solo ve deporte).
En ambos casos, la función social del depor-
te debería contribuir a la creación de valores
positivos. Pero tal y como afirma Gutiérrez
(1995)3, existe una «invasión constante de los
modelos profesionalizados del deporte adul-
to sobre los objetivos del deporte infantil,
mucho más educativos». De alguna manera,
la presencia diaria de estos modelos, la emu-
lación de la práctica de las personas adultas y
la forma en la que se produce la transmisión
de los valores nos «educa» a una gran mayo-
ría. Esta situación ocasiona una distorsión del
verdadero valor educativo que se pretende
conseguir a través del deporte, desfigurando
los objetivos educativos a la vez que solo se
buscan resultados a cualquier precio.
La Educación Física prepara a las
niñas y los niños para una vida sana
y les inculca valores sociales.
 Experiencias y
ejemplos de
sociabilidad

sociabilidad en la comunidad educativa

Desde nuestra experiencia, una de las pro- En la puesta en marcha de dicho proyecto, en el «marco nacional de la actividad física y
puestas más interesantes para llevar a cabo se deben tener en cuenta las etapas de de- el deporte» por el Consejo Superior de De-
una iniciativa en la que se implique a gran par- sarrollo evolutivo del alumnado para plan- portes en el año 2010, tal y como se mues-
te de la comunidad educativa es a través del tear los objetivos de las actividades. Una tran en la tabla sobre las etapas del marco
desarrollo de un Proyecto Deportivo de Cen- buena referencia es la propuesta recogida nacional de actividad física y deportiva:
tro. Dicha actividad debe considerar la tras-
cendencia que ha adquirido en la actualidad etapas del marco nacional de LA actividad física y el deporte
la actividad físico-deportiva como elemento
fundamental de un estilo de vida activo y sa- EDAD 3-5 6-7 8-9 10 - 11 12 - 16 17 - 18
ludable o la importancia de la adquisición de
las competencias básicas del alumnado a tra- Motricidad
Multideporte I Multideporte II Deporte Deporte Deporte
ETAPA básica
Experimentación Descubrimiento Progreso Desarrollo Mejora
vés de los valores del deporte, entre otros. Exploración
En algunos centros escolares ya se lleva a Desarrollar la eficacia Perfeccionarse
Descubrir las
cabo con éxito un Proyecto Deportivo de Explorar las Experimentar características básicas Progresar en la eficacia
y la eficiencia en la práctica de
en actividades las actividades
Centro como estrategia para sociabilizar a OBJETIVOS
posibilidades y diversificar de las actividades motriz en la práctica
físico-deportivas físico-deportivas,
del movimiento los movimientos físico-deportivas y de las actividades
toda la comunidad educativa con el objeti- con adaptación a con dominio de
corporal básicos familiarizarse con su socio-deportivas
situaciones situaciones
práctica
vo de reducir los niveles de sedentarismo y complejas complejas
de obesidad infantil, y para educar en valo- Primer ciclo Segundo ciclo Tercer ciclo Enseñanza
ETAPA Educación
res o para mejorar el impacto educativo de EDUCATIVA Infantil
de Educación de Educación de Educación Secundaria Bachillerato
Primaria Primaria Primaria Obligatoria (ESO)
la práctica físico-deportiva, colaborando, de
esta forma, en la reducción de los índices de CATEGORÍA
DEPORTIVA Infantil (12 - 13)
fracaso y abandono escolar de la comunidad — Prebenjamín Benjamín Alevín Juvenil (16 - 17)
A LA QUE Cadete (14 -15)
CORRESPONDE
educativa en la que se ubique el centro.

159
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
14. El fomento de hábitos de sociabilidad

sociabIlidad en grupo

Existen también ejemplos de buenas prácti- Día Internacional de las Personas con Dis- orientadas en esta dirección suponen un
cas en el deporte, experiencias de éxito, en capacidad…, con actividades como, por recurso muy interesante para potenciar la
las que se fomenta la sociabilidad en grupo ejemplo, el día de la bicicleta, un día de socialización en el entorno cercano y debe-
estableciendo un nexo de unión entre dis- orientación en familia, los días de los de- rían contemplarse en cualquier programa-
tintos colectivos para la realización de una sayunos saludables… Todas las iniciativas ción anual desarrollada por un educador. 
actividad en grupo.
Uno de esos ejemplos es la propuesta de
juego desordenado de la Polder Cup (Ho-
landa). La Polder Cup es un campeonato de
fútbol en los polders (terrenos parcelados
junto a los canales pantanosos característi-
cos del paisaje holandés) que determinan la
forma de jugar. Los campos, dispuestos de
manera que el agua interfiere con ellos, exi-
gen que los participantes inventen nuevas
estrategias y que adapten las reglas para
adecuarse a la nueva situación.
Existen también otras iniciativas para crear
espacios y entornos favorecedores para la
convivencia y la sociabilidad a través del de-
porte en las que se proporcionan puntos de
encuentro, espacios o instalaciones atracti-
vas para uno o varios colectivos en los que
puedan estar y disfrutar del deporte o de
las actividades que los atraigan. Por ejem-
plo, en Mánchester (Reino Unido) se realizó
un proyecto basado en la escalada para que
convivieran escolares y familias en un espa-
cio singular: una iglesia.
Existen también muchas iniciativas o even-
tos deportivos en nuestro país desarrolla-
dos por distintas entidades que pueden
resultar de interés y que vinculan la cele-
bración del Día Mundial de la Actividad
Física, del Día Mundial de la Bicicleta, del Celebración del Día Mundial
de la Bicicleta por las calles de Valencia.

160
 elementos potenciadores
y problemática
DE la SOCIABILIDAD
Como hemos señalado anteriormente, la
propuesta de trabajo más indicada, desde
nuestro punto de vista, sería la de llevar a
cabo un Proyecto Deportivo de Centro en el
que se trate de implicar al mayor número de
agentes de los sistemas educativo y deporti-
vo locales. Los requisitos que pueden ayudar
a definir el éxito del Proyecto Deportivo de
Centro son los siguientes:
■■ Contar con la aprobación del Consejo
Escolar del centro y con su compromi-
so de integrar el Proyecto Deportivo de
Centro dentro del Proyecto Educativo
de Centro.
■■ Asimismo, el Consejo Escolar del centro
debería designar a una persona respon-
sable de la coordinación del proyecto.
■■ Para el desarrollo de los programas y de
las actividades del Proyecto Deportivo de
Centro consideramos necesario contar
con técnicos que estén suficientemente
cualificados.
■■ El Proyecto Deportivo de Centro debería
garantizar la viabilidad y la sostenibilidad
económica en función del presupuesto
de ingresos y de gastos que a tal efecto
se presente en dicho proyecto.
Además, son necesarios otros elementos
para la realización de una iniciativa de estas
características:
■■ La calidad del proyecto.
■■ La implicación de toda la comunidad
educativa para su desarrollo y la colabo-
ración y la coordinación con el Ayunta-
miento y con otros agentes locales.
■■ La estimación del impacto previsto de la im-
plementación de las distintas actuaciones.
■■ La participación en otros programas que
fomenten la educación en valores, la sa-
lud, la movilidad activa, el transporte no
motorizado, el uso de las TIC…
■■ La creación de un órgano de coordina-
ción, una mesa local o mesa del deporte,
en la que se puedan integrar e implicar
en la toma de decisiones y en las actua-
ciones a desarrollar todas las entidades,
las instituciones y los colectivos afines
al tema. En dicha mesa local deberían
estar implicados también otros centros
educativos de la localidad (incluyendo el
AMPA), distintas áreas del Ayuntamiento,
el centro de atención primaria, los clubes
y las asociaciones deportivas o las em-
presas de servicios deportivos.
161
 Orientaciones
y consejos
Sobre sociabilidad
Orientaciones y consejos
Si la propuesta de intervención se basa en
la realización de un Proyecto Deportivo de
Centro, su éxito radicará en que se implique
el mayor número de agentes de la comuni-
dad educativa. Para ello, se debe proponer
un enfoque multidisciplinar de actividades
en el proyecto y en los procesos participati-
vos en todo lo que se haga.
Para el desarrollo de un Proyecto Deportivo
de Centro se deberían contemplar, al me-
nos, los siguientes apartados:
■■ Un diagnóstico inicial o situación de par-
tida, incluyendo la utilización por parte
del centro de la encuesta sobre estilos
de vida activos y saludables para la po-
blación en edad escolar (puede servir de
ejemplo la empleada en el estudio para
conocer los hábitos deportivos de la po-
blación escolar realizada por el Consejo
Superior de Deportes en el año 2011).
■■ La formulación de los objetivos del pro-
yecto debería realizarse con una vincula-
ción curricular.
■■ Diseñar la estructura organizativa y la distri-
bución de las distintas funciones y respon-
sabilidades. En ellas se ha de contemplar
la figura del coordinador del proyecto, que
aconsejamos que sea el profesor de Edu-
cación Física, siempre que sea posible.
■■ La programación de las actividades de-
bería tener en cuenta su implementación
tanto en el horario lectivo, incluido el re-
creo, como fuera del horario lectivo.
■■ El diseño de un plan de comunicación y
de relaciones con el resto de agentes lo-
cales y de un protocolo de asistencia en
caso de accidentes deportivos.
■■ La planificación del presupuesto anual.
■■ El establecimiento de un programa de
control, seguimiento y evaluación a tra-
vés de indicadores.
■■ El diseño de un plan de formación para los
técnicos externos que garantice que quie-
nes desarrollen el proyecto e impartan las
actividades posean la formación adecua-
da, si no tienen una titulación específica.
162
Con el fin de mejorar y de optimizar todos
los recursos locales disponibles, tanto los
escolares como los municipales, se conside-
ra conveniente la creación de algún órgano
colegiado que se encargue de ordenar to-
das las actuaciones encaminadas a mejorar
la coordinación del centro docente con los
distintos agentes locales con el fin de alcan-
zar los objetivos propuestos por el Proyecto
Deportivo de Centro.
Para coordinar dichas actuaciones bajo el
impulso y la supervisión conjunta del ayun-
tamiento del municipio y de los distintos
centros docentes que participan en este
programa ya se ha indicado la necesidad de
proponer un órgano de coordinación que
pueda ser una mesa local, cuyo objetivo fi-
nal sea el de colaborar en la elaboración y
en el desarrollo de un Proyecto Deportivo
Local con los mismos objetivos que tiene el
Proyecto Deportivo de Centro, pero desti-
nado al conjunto de la población de cada
municipio.
Dicha mesa local puede ser el escenario
idóneo para llegar a acuerdos que se po-
drían plasmar en la firma de convenios para
el uso compartido de instalaciones deporti-
vas, para la oferta conjunta de un programa
local de actividades físico-deportivas para
la comunidad escolar…
Además, podrían formar parte de esta
mesa local los centros de atención primaria
que correspondan a los centros docentes,
el dinamizador juvenil y cualesquiera orga-
nizaciones y entidades locales que puedan
contribuir al logro de los objetivos: AMPA,
clubes deportivos, asociaciones deportivas
o juveniles, empresas de servicios y centros
deportivos privados…, con los cuales tam-
bién puede ser posible suscribir convenios
de colaboración.
Recuerda que…
El deporte es un importante
instrumento de socialización, pues
educa, genera hábitos de práctica
deportiva y transmite valores.
Cuando alguien actúa, no solo elige lo que
hará, sino también en qué se convertirá y en
qué convertirá a quienes tiene a su alrede-
dor. Es decir, transmite siempre lo que es e
influye en otras personas, porque el compor-
tamiento se contagia. Los cambios en la con-
ducta que dependen de cualquier persona
son las actitudes interiores que un educador
o un joven deportista debe tomar diariamen-
te frente a sus circunstancias externas.
Pero ¿cómo podemos contagiar los valores
positivos que se fomentan y se transmiten
mediante el deporte a las demás personas
para que se beneficien de ellos?
Antes de contestar a esta pregunta debemos
advertir que el deporte por sí mismo no im-
plica valores positivos ni negativos, sino que,
como dice Subirats (2007)4, «su valor educa-
tivo se encuentra siempre sujeto al modo en
que se desarrolle su práctica y los conceptos
a los cuales se vincule». Debido a ello, la fór-
mula consiste en aprender a aprender de las
conductas positivas que se den en cualquier
actividad, labor educativa que nos compete
a todas las personas: padres y madres, amis-
tades, educadores y entrenadores, respon-
sables públicos, medios de comunicación y
al resto de la sociedad en su conjunto.
Para favorecer el valor educativo y el efecto
socializador de la actividad deportiva, de-
bemos buscar el modo de conectar y de
transmitir una idea o un sentimiento por
influencia de otra persona; esto es, de con-
tagiar actitudes. Para ello, el fomento de
hábitos saludables es muy importante que
163
se promueva dentro y fuera del entorno es-
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
14. El fomento de hábitos de sociabilidad
colar, ya que debemos tener en cuenta que
se estima que hasta un 80 % de niñas y de
niños en edad escolar solo participan en
actividades físicas en la escuela, tal y como
se recoge en el informe Eurydice de la Co-
misión Europea de 2013. La Educación Fí-
sica en las edades de escolarización debe
tener una presencia importante en la jorna-
da escolar y se debe completar con otros
momentos (recreos, pausas activas, des-
plazamiento activo a pie o en bici al centro
escolar, etc.), de una manera autónoma y
por decisión propia, si se quiere contribuir
a mejorar la calidad de vida de la juventud.
Coincidimos con el pedagogo suizo Enri-
que Pestalozzi (2006)5 cuando afirma que
«El fin último de la educación no es la per-
fección en las tareas de la escuela, sino la
preparación para la vida; no la adquisición
de hábitos de obediencia ciega y de dili-
gencia prescrita, sino de una preparación
para la acción independiente».
 16. Una e d u c a c i ó n
multicu l t u r a l p o r
medio de l d e p o r t e
do Barrio y
E nrique Hernan
contextualización
de la educación
multicultural
Multiculturalidad
en Educación Física
Los rasgos culturales enraizados en cual-
quier sociedad han dado paso a la inter-
culturalidad y la multiculturalidad que des-
de hace mucho tiempo puede apreciarse
en todo el mundo. La sociedad actual es
do Suárez
Alberto Dora
multiétnica, multirracial y multicultural, ca-
racterísticas que van aumentando año tras
año y que suponen un valor que favorece
el crecimiento de cualquier comunidad en
su conjunto.
Las sociedades multiétnicas o multirraciales
destacan por su capacidad para integrar
diferentes grupos étnicos, sin importar las
diferencias de cultura, de raza o de historia,
168
bajo una identidad social común. Muchas
de las grandes comunidades, entre ellas las
educativas, destacan por ser consideradas
sociedades multiétnicas, por incluir la con-
vivencia pacífica como un aspecto esencial
de su filosofía de trabajo.
Cualquier persona que conozca una comu-
nidad educativa podrá darse cuenta muy
rápidamente de que el multiculturalismo,

más allá de constituir una de sus caracte-
rísticas, es un valor real y fundamental co-
múnmente aceptado.
La inclusión de distintas culturas es
una fuente de fortaleza, de innovación
y de convivencia que enriquece a la
comunidad por medio de la diversidad.
En este espacio, la actividad física y el depor-
te representan dos de sus máximos expo-
nentes y pueden implicar un verdadero mo-
tor de relación intercultural. Así, en múltiples
disciplinas deportivas podemos observar la
mezcla de culturas que se produce en dife-
rentes colectivos que practican un deporte,
los cuales conviven aunando esfuerzos por
conseguir los mismos objetivos.
En los centros educativos es donde co-
mienza a percibirse de manera clara esta
realidad. Los colegios e institutos, agentes
socializadores más importantes junto con
las familias, no pueden estar al margen de
este multiculturalismo.
Una de las materias que puede tener un pa-
pel prioritario en el fomento del multicultu-
ralismo es la Educación Física, ya que facilita
una mayor interacción entre todos los agen-
tes que conforman la comunidad educativa.
La asignatura de Educación Física desempe-
ña un papel importante en el desarrollo hu-
mano y de cualquier centro educativo.
Por su naturaleza intrínseca, el deporte
y la actividad física tienen que ver con la
participación, la integración y el sentido
de pertenencia. El deporte y la actividad
física unen a los individuos, realzando los
puntos en común y superando las brechas
culturales y étnicas.
La actividad física y el deporte propor-
cionan un espacio para aprender y para
transmitir principios fundamentales como
la tolerancia, la cooperación y el respe-
to, y para enseñar valores fundamentales
como el esfuerzo conjunto o a entender
situaciones como la victoria o la derrota
de una persona que es diferente.
A todo ello debemos sumar un aumento
de la diversificación de las necesidades
169
del alumnado, que va a requerir cada vez
más estrategias de innovación para llevar
a cabo las clases de Educación Física.
Como educadores y en este escenario, la
pregunta que podríamos hacernos es la
siguiente: ¿cómo podemos construir en
común un centro educativo en el que la di-
versidad y la inclusión social sean valores
respetados y en el que todo lo que repre-
sentan pueda encontrar su espacio y se fo-
menten activamente por medio de la activi-
dad física y del deporte?
Las experiencias de éxito demuestran que el
multiculturalismo y una escuela inclusiva, en
la que el deporte tiene un papel relevante,
ofrecen una comprensión intercultural que
apoya la construcción de una comunidad
cada vez más rica en recursos, en miradas,
en vivencias…, y una educación cada vez
más abierta y globalizada. Hemos de reco-
nocer que, tal y como expuso el escritor Ma-
nuel Vázquez Montalbán, «para bien o para
mal, el deporte ha recorrido en cien años las
mismas fases que otros procesos culturales
han tardado varios siglos en cubrir».
En el presente capítulo se muestran algu-
nas de las claves para comprender que
el modelo de éxito de las clases de Edu-
cación Física, en los clubes deportivos,
para aplicar en las sesiones de trabajo en
los distintos deportes deberá basarse en
aprender y en crecer con las diferencias de
los estudiantes y de los deportistas y no «a
pesar de» ellas.
Una educación igualitaria, basada
en la inclusión social, favorece que
la prosperidad de las comunidades
educativas sea más elevada y acelerada.

Marco para la acción a
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
16. Una educación multicultural por medio del deporte
favor de la multiculturalidad
La actividad física y el deporte
fomentan el respeto a la diferencia
y ayudan a combatir los prejuicios.
La sociedad se ha convertido en un espacio
multicultural en el que coinciden diferentes
culturas que conviven dentro de un mismo te-
rritorio. Es una de las consecuencias de la in-
migración, que provoca que gran diversidad
de etnias y de culturas confluyan en un mismo
entorno. Este hecho se debe contextualizar
en una doble vertiente: por una parte, la del
enriquecimiento entre culturas y, por otra, la
de una serie de conflictos derivados de las di-
ficultades de la convivencia entre ellas.
Este fenómeno del multiculturalismo y su
marco para la acción suelen provocar tam-
bién una doble perspectiva sobre si el con-
cepto de integración debe pasar por la asi-
milación absoluta de los recién llegados de
las costumbres y de los usos de la población
allí establecida o si se deben ir integrando
los elementos de las distintas culturas.
En este sentido, la actividad física y el de-
porte se han convertido en un hecho re-
ferencial en nuestra sociedad, a través del
que se pueden observar diferentes contex-
tos de práctica que pueden resultar integra-
dores o segregadores.
En la revisión de la Carta Internacional de
la Educación Física, la Actividad Física y
el Deporte, publicada el 17 de noviembre
de 2015 por la Unesco, se reconoce que la
diversidad cultural de la educación física,
la actividad física y el deporte pertenecen
al patrimonio inmaterial de la humanidad
y comprenden el juego físico, el esparci-
miento, la danza, así como los deportes y
los juegos organizados, informales, com-
petitivos, tradicionales e indígenas.
En dicho manifiesto también se reconoce
que la educación física, la actividad físi-
ca y el deporte pueden reportar diversos
beneficios individuales y sociales, como
la salud, el desarrollo social y económico,
el empoderamiento de la juventud, la re-
conciliación y la paz. Por ello, se debe ve-
lar, según lo dispuesto en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, por
tratar de garantizar que toda persona ten-
ga todos los derechos y las libertades pro-
clamados en ella, sin distinción alguna de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, na-
cimiento o cualquier otra condición.
En su artículo 1, en el que se afirma que «La
práctica de la educación física, la actividad
física y el deporte es un derecho fundamen-
tal para todos» se promulga lo siguiente:
«Todo ser humano tiene el derecho fun-
damental de acceder a la educación física,
la actividad física y el deporte sin discrimi-
nación alguna, ya esté basada en criterios
étnicos, el sexo, la orientación sexual, el
idioma, la religión, la opinión política o de
cualquier otra índole, el origen nacional o
social, la posición económica o cualquier
otro factor».
Según Mel Ainscow (2001, p. 45)1, para
que dicho proceso se produzca correcta-
mente debemos diferenciar «integración»
de «inclusión». Así, «La palabra “integra-
ción” suele utilizarse para aludir a un pro-
ceso de asimilación, en el que se apoya a
170
cada niño para que pueda participar en
el programa vigente (y prácticamente sin
cambios) de la escuela, mientras que la
palabra “inclusión” indica un proceso de
transformación en el que las escuelas se
desarrollan en respuesta a la diversidad
de los alumnos que asisten a ellas».
Desde esta perspectiva, debemos refor-
zar el concepto de inclusión como proce-
so de transformación del sistema educati-
vo tradicional cuyo objetivo es lograr una
escuela de todos y para todos. En esta
línea coincidimos con Susan y William
Stainback (2001, p. 18)2 cuando afirman
que «La educación inclusiva es el proce-
so a través del cual se ofrece a todos los
niños y niñas, sin distinción por discapa-
cidad, raza o cualquier otra diferencia, la
oportunidad de continuar siendo miem-
bros de la clase ordinaria, para aprender
de sus compañeros, y conjuntamente con
ellos, dentro del aula».
En resumen, la inclusión social significa
participar en la comunidad en términos
que garanticen y que respeten el dere-
cho no solo a estar o a pertenecer, sino
también a participar de forma activa en el
aprendizaje. Por ello, encontramos en la
actividad física y en el deporte el lugar de
encuentro ideal para desarrollar actitudes
positivas hacia la diferencia y para rom-
per con las concepciones erróneas y los
prejuicios existentes entre unas culturas y
otras, siempre y cuando el enfoque sea el
adecuado.
El deporte puede representar
un verdadero motor de relación
intercultural.
 Experiencia
PERSONAL
experiencias y ejemplos de multiculturalidad
Coincidimos con Fidel Molina (2011)3 cuando
señala en su texto Deporte, interculturalidad
y calidad de vida: nuevos modelos de inte-
gración social, que «el deporte puede con-
vertirse, en ocasiones, en elemento genera-
dor y solucionador de conflictos, ya que es
fundamental para la integración intercultural.
Los deportistas tienen un lenguaje universal y
se basan en la colaboración y la cooperación
entre ellos, pero también hay situaciones en
las que una cohesión de grupo demasiado
fuerte y opuesta al contrario, dentro de una
dinámica más o menos agresiva en unas so-
ciedades tan competitivas, que se cohesio-
nan (y se disgregan) en torno a identidades
de resistencia y a fronteras culturales, pue-
den provocar graves problemas».
A continuación, se muestran algunas ex-
periencias y buenas prácticas a modos de
ejemplo basadas en la inclusión y en el en-
riquecimiento a través de la diversidad que
han sido desarrolladas en el mundo del de-
porte.
La selección de rugby de Nueva Zelanda,
conocida como los All Blacks, representa
un ejemplo de integración en un grupo. Los
propios miembros de la selección destacan
la importancia de los valores de la «integra-
ción» y la «convivencia» entre diversas cul-
turas y nacionalidades, así como los de «la
humildad, el respeto o la implicación con la
comunidad». El vestuario de la selección es
un ejemplo de integración y de diversidad
cultural, al estar integrado por jugadores
con raíces europeas, asiáticas o de Ocea-
nía. A pesar de ser personas de distintos
lugares, a la hora de jugar y de competir,
cuando se ponen la camiseta kiwi, se unen
«en uno solo».
Este mismo ejemplo lo podemos encon-
trar en muchos de los clubes deportivos de
máximo nivel (fútbol, balonmano, balonces-
to, etc.), en los que la diversidad cultural,
social…, está muy presente, pero se canali-
za para focalizar todos los recursos del gru-
po en torno a unos objetivos comunes.
Los All Blacks realizan la haka frente a la selección
de rugby de Gales en los instantes previos al partido
entre ambos equipos.
 Cabe citar también la iniciativa de la Agencia
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
16. Una educación multicultural por medio del deporte
para la Educación y para el Deporte de Fran-
cia, ejemplo de deporte e inclusión social im-
pulsada desde la Administración. Esta agencia
francesa fue creada en 1996 con el nombre
de Fais-nous rêver y pasó a tener su denomi-
nación actual en 2004. Su finalidad principal
es colaborar en el desarrollo de proyectos de
inserción y de educación a través del deporte.
Desempeña un papel fundamental en la inves-
tigación y en el impulso de la idea del depor-
te educativo y en la producción de materiales
para divulgar y para facilitar la puesta en mar-
cha de proyectos por parte de las administra-
ciones públicas o del mundo asociativo.
Un ejemplo muy relevante de transforma-
ción de una comunidad a través del depor-
te se podría personalizar en Nelson Mande-
la, primer presidente de Sudáfrica elegido
democráticamente mediante sufragio uni-
versal y Premio Nobel de la Paz. Su apoyo
a la selección nacional de rugby, formada
casi exclusivamente por blancos, durante la
Copa del Mundo de Rugby de 1995, cele-
brada en Sudáfrica, muestra su empeño por
lograr la integración entre la minoría blan-
ca y la mayoría negra sirviéndose de aquel
acontecimiento deportivo y su firme volun-
tad de construir una nación para todos los
sudafricanos, sin distinción de raza.
Una de las frases que nos dejó Mandela es
una muestra de su confianza en el poder de
la educación y del deporte para transformar
las situaciones y los contextos: «La educación
es el gran motor del desarrollo personal. Es
a través de la educación como la hija de un
campesino puede convertirse en una médi-
ca, el hijo de un minero puede convertirse
en el jefe de la mina o el hijo de trabajadores
agrícolas puede llegar a ser presidente de
una gran nación». Llegó a afirmar que ojalá
algún día la educación pudiera despertar la
misma pasión que el fútbol.
«LA EDUCACIÓN ES EL ARMA
MÁS PODEROSA PARA CAMBIAR
EL MUNDO».
Nelson Mandela
Por otra parte, existen cada vez más pro-
puestas que desarrollan proyectos de in-
tervención sobre plazas, solares vacíos…,
intervenciones de barrio con el objetivo de
172
satisfacer la necesidad de la población ofre-
ciendo actividades deportivas como alter-
nativas al ocio de consumo. Los proyectos
se suelen desarrollar por diversas colectivos
y agrupaciones del entorno para organizar
el proyecto y, a través de procesos partici-
pativos, colaborar para el proceso de dise-
ño del espacio y en la gestión de las activi-
dades que se desarrollaron en él.
Un ejemplo de este tipo de proyectos es el
programa StreetGames en el Reino Unido.
Es un programa de voluntariado juvenil que
pusieron en marcha en 2006 la organización
no gubernamental StreetGames y el Reading
Borough Council para actuar con los jóvenes
desfavorecidos residentes en el municipio de
Reading. El programa trata de llevar el de-
porte a estos jóvenes y conseguir ventajas en
términos de integración. Para ello, el Ayunta-
miento pone a disposición de los voluntarios
de StreetGames las instalaciones municipales
para programar actividades deportivas y de
baile. La experiencia de Reading se engloba
en una serie de veinticuatro proyectos simila-
res de esta asociación en otros tantos barrios
desfavorecidos en Inglaterra y en Gales.
Participantes en un partido de fútbol 5
en los StreetGames celebrados
en la ciudad de Leeds, en Inglaterra.
 elementos potenciadores
y problemática
de la multiculturalidad
«NADIE NACE ODIANDO A OTRA
PERSONA POR EL COLOR DE SU
PIEL, O SU ORIGEN, O SU RELIGIÓN.
LA GENTE TIENE QUE APRENDER
A ODIAR, Y SI ELLOS PUEDEN
APRENDER A ODIAR, TAMBIÉN SE
LES PUEDE ENSEÑAR A AMAR; EL
AMOR LLEGA MÁS NATURALMENTE
AL CORAZÓN HUMANO QUE SU
CONTRARIO».
Nelson Mandela
A pesar de ser uno de los rasgos más ca-
racterísticos de los centros escolares en la
actualidad, la diversidad cultural y multiét-
nica en algunas ocasiones no es un asunto
que sea considerado de una manera espe-
cial por parte del profesorado y, por tanto,
no se cuenta con el potencial que ofrece a
la hora de organizar las clases. Si se logran
gestionar y desarrollar de manera activa las
diferencias del alumnado como un elemen-
to potenciador de nuestras clases, se podrá
crear valor añadido en casi todas las activi-
dades que se realicen, entendiendo que se
están impartiendo las clases aplicando una
forma de trabajar basada en valores y orien-
tada hacia el futuro.
Favorecer una Educación Física multirracial
y multiétnica puede suponer distintas ven-
tajas significativas para el desarrollo de las
clases, como pueden ser las siguientes:
■■ Se fortalecen los valores culturales y de
grupo dentro de las clases y, por exten-
sión, del centro escolar.
■■ Legitima el trabajo del profesorado mien-
tras facilita un clima de trabajo en el que
resulta fácil que se pueda mostrar el ta-
lento por parte del alumnado.
■■ Se incrementa la motivación y la eficien-
cia del alumnado en las sesiones.
■■ Suele aumentar la innovación y la creativi-
dad entre el alumnado.
En el libro Deporte, actividad física e inclu-
sión social (2011), de Carranza, M. y Maza, G.
(coords.)4, sus autores hacen referencia a las
estrategias que puede adoptar el educa-
dor-monitor para establecer el contacto con
quienes participan en cualquier proyecto de
inclusión social y favorecer un trato personal
173
Los jugadores de las selecciones nacionales
de Sudáfrica de fútbol y de rugby felicitando
a Nelson Mandela por su 90 cumpleaños
en el año 2008.
que ayude a generar un clima o ambiente
propicio. Los consejos son los siguientes:
■■ Conoce al alumnado.
■■ Ten claro hasta dónde te quieres implicar
emocionalmente.
■■ Establece reflexiones personales y deba-
tes en grupo.
■■ Potencia siempre su autoestima.
■■ Toma conciencia de que eres un modelo
para el alumnado.
■■ Desarrolla tu paciencia.
Además, se pueden utilizar estrategias edu-
cativas como la creación de «la alumna o el
alumno tutor», donde alumnos y alumnas
de cursos más avanzados pueden colaborar
ayudando a aquellos niños y niñas que ne-
cesitan apoyo durante los juegos y las activi-
dades físicas que se proponen. Resulta una
estrategia muy beneficiosa para fomentar
actitudes positivas hacia la diversidad y las
diferentes capacidades físicas de compa-
ñeras y compañeros, un objetivo primordial
que se puede trabajar desde los juegos de
cooperación o de cooperación-oposición en
equipo.
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
16. Una educación multicultural por medio del deporte
Orientaciones
y consejos
sobre la multiculturalidad
Orientaciones y consejos
Para la planificación de las clases y de las
sesiones, se debe adoptar una visión am-
plia para canalizar las identidades en el aula
y su complejidad. En muchos casos, las si-
tuaciones de inmigración y de diversidad
cultural se plantean de manera contradicto-
ria, en un contexto «glocalizado» (entre lo
global y lo local). Los docentes deben faci-
litar la comunicación y el intercambio como
elementos de socialización en contextos de
diversidad cultural.
Un ejemplo de metodología de trabajo
para desarrollar y diseñar proyectos de
deporte e inclusión social es la propues-
ta en el libro Deporte, actividad física e
inclusión social ya citado, en el que se
plantea una guía muy acertada para la in-
174
tervención social a través de las activida-
des deportivas. En ella se contempla que
todo proyecto requiere un buen diagnós-
tico previo a cualquier intervención y una
buena programación que defina la po-
blación diana, los objetivos prioritarios y
el contexto en el que se va a intervenir, y
también se detalla la metodología a em-
plear: estrategias, actividades y técnicas
de evaluación.

Recuerda que…
El principal valor de una comunidad educa-
tiva lo aportan las personas (docentes, alum-
nado, familias…). Docentes y alumnado son
los principales generadores de cambio en
un centro educativo: por un lado, el alum-
nado, con una exitosa integración social, se
convierte en un exponente de la calidad de
vida del centro; por otro, si el personal do-
cente adolece de falta de preparación y de
motivación, expone a los centros docentes
a sufrir altibajos en sus formas de conectar
con el alumnado. Las programaciones edu-
cativas pueden sufrir altibajos en sus formas
de enseñar si el personal docente que las
desarrolla no está lo suficientemente pre-
parado, capacitado y motivado.
El conocimiento de este valor para un cen-
tro escolar y de sus posibilidades exige que
el personal docente se preocupe por dos
cuestiones fundamentales:
■■ Asegurarse de encontrar el contexto
educativo apropiado en el que cada es-
tudiante sea más valido y se sienta más
satisfecho, más cómodo, ya que a partir
de ahí se podrán desarrollar sus mejores
capacidades.
175
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
16. Una educación multicultural por medio del deporte
■■ Apostar por un enfoque educativo am-
plio, en el que podremos encontrar, a tra-
vés de la diversidad, de la socialización
intercultural, de la integración social o
del desarrollo de las identidades distin-
tas formas de crecer en grupo y de evolu-
cionar con arreglo a las demandas y a las
necesidades del alumnado.
Esta actitud docente supone reconocer, en
muchos casos, nuestras limitaciones, adop-
tar una actitud proactiva en lugar de pasiva
en las clases y fomentar la innovación y la
creatividad del alumnado.
 17. EL ju e g o l im p io
en el f ú t b o l b a s e
Ginés Melénd
consideración
inicial sobre el
juego limpio
Mi visión, mi trabajo y mi enfoque del juego
limpio pueden ser válidos y de aplicación al
fútbol y a cualquier otro deporte practicado
tanto por mujeres como por hombres.
Hablar o simplemente escribir sobre el jue-
go limpio debería ser muy fácil para cual-
quier persona, al ser uno de los pilares fun-
damentales de la educación de cualquier
deportista y, sobre todo, de su formación
como ser humano. Pero a veces, no siem-
pre, se antepone la victoria a la formación
en cualquier tipo de deporte, y mucho más
en el fútbol actual.
En la etapa de formación de un joven juga-
dor de fútbol es más importante construir
unos sólidos cimientos para su vida poste-
rior que para su futuro inmediato en el fút-
bol, ya que nunca se sabe si el desarrollo
futuro de un jugador será positivo en los
distintos momentos futbolísticos que tiene
que superar durante su formación. Yo he
podido comprobar cómo jóvenes jugadores
ez Sotos
que apuntaban a ser estrellas no lograron el
éxito deportivo por falta de una adecuada
formación humana en esta etapa.
En este período de tiempo hay que dotar a
los jugadores de una serie de valores que en
el futuro, y especialmente en el fútbol, les
sirvan de guía para su vida posterior. Esta
etapa es tan importante porque es cuando
se forma su carácter y se modela su persona-
lidad en todos los ámbitos deportivos y hu-
manos. Por eso, en las diferentes selecciones
españolas de fútbol intentamos llevar a la
práctica, fortalecer y mejorar estos compo-
nentes de su formación humana, al tiempo
que la deportiva, con unas normas que les
hacen crecer dentro y fuera del terreno de
juego y que serán pilares fundamentales no
solo para ganar un partido o un torneo, sino
también para mejorar la vida de personas
que nos representan en todos los lugares
del planeta. Por esta razón, la mitad de los
entrenadores que forman el equipo técnico
176
de las diferentes selecciones nacionales per-
tenecen al cuerpo de docentes y, quizá tam-
bién por ello, yo me incorporé hace dieciséis
años a la selección nacional de fútbol para
compartir mi labor docente de los jóvenes
jugadores a partir de los 15 años de edad
con la de seleccionador nacional.
En mi experiencia personal a lo largo de
todos estos años, he podido comprobar
cómo los jugadores han ido teniendo com-
portamientos deportivos acordes con su
educación no solo deportiva, sino también
humana. Los tiempos han ido cambiando
en todos los sentidos y nosotros hemos te-
nido que adaptarnos también a ellos para
continuar el camino emprendido tanto en
su formación futbolística como en su forma-
ción humana.
La ausencia de formación humana
puede impedir el éxito deportivo.
177
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
17. El juego limpio en el fútbol base

normas para
fomentar los valores
del equipo

Mi doble función de docente y de entrena- Se entregaban a todos los jugadores el pri-

dor en la Real Federación Española de Fút-
bol (RFEF) me hizo ver que tenía que redac-
tar unas normas de obligado cumplimiento
para todas las selecciones nacionales que,
en función de la edades de sus integrantes,
tuviesen un margen de aplicación, pero que,
en síntesis, fuesen encaminadas a contri-
buir a su mejora como personas. Las he ido
adaptando poco a poco al paso del tiempo.
mer día de concentración, y eran de aplica-
ción para entrenamientos y torneos. Uno de
los aspectos fundamentales de estas normas
era el juego limpio, así como una serie de
valores y de compromisos que los jugado-
res adquirían a su llegada para representar y
para defender a nuestro país con el respeto
y el honor que merece, también en las llama-
das «categorías de formación».

normas de las selecciones nacionales de fútbol de LAS categorías de formación

1. Defender a España es un honor, hazlo
respetando las normas; a los adversa-
rios, que no enemigos; a los compañe-
ros, y al equipo técnico. Serás respetado
y mejor jugador.
2. Puedes elegir a tu compañero de ha-
bitación, pero siempre que sea de otro
equipo. Así, vuestra amistad permane-
cerá y seremos más fuertes.
3. Los equipos que llegan a las finales son
los que practican el juego limpio, por-
que llegan sin sanciones. Las tarjetas
están prohibidas y más si te las mues-
tran por una protesta al árbitro, que es
nuestro compañero, y son motivo de
sanción.
4. Los porteros compartirán habitación para
fortalecer su amistad. Uno juega y otro
no.
5. Los comportamientos en lugares públi-
cos y privados demuestran tu educación
cívica y deportiva. Hazte notar positiva-
mente.
6. La puntualidad es una muestra de res-
peto a quienes componemos la selec-
ción. No olvides que las 10:00 h son las
09:50 h…
7. El teléfono móvil te acerca a quienes están
lejos, pero te separa de quienes están cer-
ca. Utilízalo cuando tengas autorización y
no permitas que te esclavice. Puedes ser
sancionado por un uso incorrecto.
178
 8. Los horarios de revisión médica y de
tratamiento se ajustarán a lo estableci-
do en el punto 6.
 9. Los horarios en los estudios son sa-
grados; realiza las actividades que
te encomendaron tus docentes. Co-
nocemos tus actividades educativas
y debemos informar al club. Cumple
con lo establecido y serás más res-
ponsable.
10. Tú formas parte de un club y por eso no
estás autorizado, ni al final del entre-
namiento ni en las concentraciones, a
entablar conversaciones con personas
ajenas a la selección, a tu club o a tus
progenitores.

Los jugadores, además de entrenar
y de luchar por ganar partidos, han de
asumir unos valores y unos compromisos
para formar parte de la selección
nacional en su etapa de formación.
Durante el período inicial de adaptación
de los jóvenes jugadores en el famoso «en-
trenamiento invisible» o «tercer tiempo»,
nuestra educación siempre ha estado basa-
da en los valores y el respeto por las demás
personas, quizá también influenciada por el
porcentaje de entrenadores que provienen
de la enseñanza y que trabajan con ellos,
aplicando esta norma de una forma estricta.
Siempre hemos utilizado refuerzos positivos
y no castigos para corregir los problemas
que surgían. Esta forma de actuar tuvo con-
secuencias muy positivas para su formación
y hoy nos lo agradecen en grado sumo.
Sobre la relevancia que concedemos a es-
tas normas solo hace falta recordar que dos
jugadores del equipo nacional fueron apar-
tados de un Campeonato de Europa única-
mente por faltar a una de las diez normas
establecidas, nada grave (estaban fuera de
la habitación en la hora del descanso previo
a un partido importante), pero sí lo suficiente
para darles la lección más importante de su
179
Los jugadores de la selección española celebran
su triunfo en el Campeonato de Europa sub-19
de fútbol del año 2015.
vida, apartándolos de participar en una com-
petición tan trascendente. Cuando pidieron
perdón a sus compañeros y a la institución,
volvieron al año siguiente y se proclamaron
campeones de Europa sub-19. Uno de ellos
me llegó a decir que le había ayudado a ser
mejor persona. Hoy somos como hermanos.
Otros fueron sancionados por mal compor-
tamiento en sus clubes y no volvieron a la
selección mientras duró su sanción.
Los refuerzos positivos son más
eficaces que los castigos para resolver
los problemas.
IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
17. El juego limpio en el fútbol base

fomento de los
valores
deportivos Se pueden conseguir grandes éxitos
deportivos practicando
el juego limpio.

Mi labor durante el «entrenamiento invisi-
ble» o «tercer tiempo» ha hecho que me
sienta muy feliz por el trabajo desarrollado
durante todo este tiempo y sobre todo tras
comprobar el comportamiento actual de
los jugadores cuando al coincidir en la se-
lección nacional absoluta sus muestras de
cariño son entrañables y solemos contarnos
y recordar todas las anécdotas vividas.
Hoy mantenemos el mismo plan de forma-
ción de personas y de jugadores. Todo en la
vida es mejorable y, por supuesto, este tra-
bajo también, pero para lograrlo tendríamos
que tener el apoyo de las personas que in-
fluyen en los jugadores de manera positiva,
aunque a veces también lo puedan hacer
de forma negativa. Es muy fácil comprender
la labor que puede realizar la familia en su
formación humana, pero tiene que ir acom-
pasada con la nuestra para que los mensa-
jes que reciban vayan en el mismo sentido,

Algunos jugadores de la selección española bromean con

Ginés Meléndez durante de uno de los entrenamientos
180
de preparación del Campeonato de Europa de fútbol de 2004.
 El seleccionador de fútbol español de las categorías
de formación Ginés Meléndez posa con los trofeos de
uno de los Campeonatos de Europa y del Campeonato
del Mundo conseguidos por la selección absoluta.

SE PUEDEN CONSEGUIR
GRANDES ÉXITOS DEPORTIVOS
PRACTICANDO EL JUEGO LIMPIO.

porque también existen a su alrededor otras
personas que, a veces, de manera interesa-
da, interfieren en esta labor.
Hay que concienciar a los progenitores, a los
responsables de los clubes y a los agentes
de que el fin último del fútbol en estas eda-
des no es ser el mejor, sino ser mejor perso-
nalmente y con los compañeros, respetando
las normas del juego y aprendiendo que no
vale todo para ganar, sobre todo si lo conse-
guimos sin respetar las normas, a las perso-
nas y a los adversarios, haciéndoles ver que
estos últimos no son sus enemigos.
No vale todo para ganar
y los adversarios no son enemigos.
idea clara de que en estas edades lo más im-
portante son los valores que el deporte del
fútbol ofrece, y de los que tan necesitada
está la sociedad actual.
Con esta idea común podemos conseguir
que el camino de los jugadores sea más feliz
durante su formación, porque juntos somos
mejores. Separados y con ideas diferentes
no podemos llegar a un buen resultado. En
la selección nunca nos alejaremos de este
camino y por ello hemos reforzado aún más
la labor educativa, ya que mantenemos una
correspondencia directa con sus clubes de
origen para fomentar en ellos el hábito de
estudio, aumentando su autoestima y ha-
ciéndoles ver que el fútbol es pasajero y que
la vida continúa más allá del juego, fortale-
que me convierte en el único seleccionador
en Europa que lo ha conseguido. Estoy or-
gulloso de las medallas obtenidas, pero aún
me produce más satisfacción mi contribu-
ción a su formación humana a lo largo de to-
dos estos años o cuando fui reconocido por
felicitar a un compañero, antes de acabar
una final en la cual él quedó campeón.
Sería muy difícil nombrar a todos los juga-
dores, pero este trabajo va dedicado a to-
dos ellos y por eso quiero acabar con una
frase que figura en el hotel donde se alojan
los jugadores:
«UNA VICTORIA SIN HONOR
ES LA MAYOR DE LAS DERROTAS».
Vicente del Bosque

Considero que se puede mejorar en todos
los sentidos si desde el ámbito familiar, con
la complicidad del club y con la ayuda de los
agentes del joven jugador, compartimos la
ciendo los valores esenciales para la vida con
las enseñanzas en el ámbito deportivo.
Se pueden ganar medallas consiguiendo, a
la vez, el Premio de Juego Limpio. Mis juga-
dores lo han obtenido en tres ocasiones, lo
Nuestra mayor victoria es contribuir a que
los jóvenes jugadores sean mejores perso-
nas, dando muestras siempre de que el jue-
go es un elemento formativo y por ello ha
de ser limpio.

181
 18. L o s m e d i o s
de com u n i c a c i ó n
y el jue g o l i m p i o
José Ángel d
el juego limpio
en los medios
informativos
Los medios de comunicación cuentan los
hechos que han ocurrido y los que se están
produciendo en el mundo. En el ámbito del
deporte, informan sobre las competiciones
deportivas, el comportamiento de deportis-
tas, técnicos, dirigentes y también el de la
afición que llena los campos o los pabello-
nes donde tienen lugar las competiciones;
es decir, su función es transmitir el desarro-
llo de la actividad deportiva que pueda ser
de interés para el publico.
Los medios informativos nos aproximan a
los más importantes eventos deportivos y,
de manera especial, a aquellos en los que
e la Casa Tofiñ
o
participan grandes deportistas nacionales
e internacionales. Los primeros medios en
hacerlo fueron los periódicos, y más tar-
de la radio y la televisión. Y, precisamente,
desempeñando su misión informativa es
como los medios colaboran en el fomento
del juego limpio en el deporte.
¿Qué es el juego limpio en el deporte? Ante
todo, cumplir el principio básico de cualquier
competición: acatar el reglamento y respetar
las reglas de juego, todo lo contrario al enga-
ño e incompatible con la trampa.
Está prohibido el engaño en la preparación
de deportistas: sus entrenamientos han de
182
ser «naturales», sin ayudas externas, me-
diante productos que supongan un riesgo
para la salud, y que otorguen ventaja a quien
los emplea. Eso sería hacer trampa y no ju-
gar limpio. Sin embargo, sí forma parte de
muchos deportes el empleo del «engaño».
El regate se basa precisamente en eso, en
amagar hacia un lado y salir por el otro.
Empezamos a jugar limpio cuando respeta-
mos el reglamento, que es la ley del juego,
sabiendo hasta dónde podemos llegar en la
lucha por un balón, en su recuperación, en
la presión y en el marcaje. Y lo que se haga
y cómo se haga, lo vigila el equipo arbitral,
que señala y sanciona a quienes infringen
las normas dentro de los terrenos de juego.
Los medios informativos lo cuentan, lo ana-
lizan y lo juzgan.
El juego limpio comienza
con el respeto del reglamento,
que es la ley del juego.
La simulación tampoco es jugar limpio. Esta
es la clave a la hora de entender los usos y
los abusos que suponen algunos comporta-
mientos durante las competiciones. Cuan-
do un deportista simula una lesión al perder
un balón para evitar una jugada de ataque
de su rival, está siendo antideportivo, y hay
que tratar de erradicar esas conductas. Gra-
cias a las imágenes que hoy nos ofrece la
televisión, sabemos que todo lo que ocurre
en el transcurso del juego y en una compe-
tición de cierto nivel se va a contar y se va
a ver. Y quien lleve a cabo una acción anti-
deportiva o punible va a sentir la vergüenza
de aparecer inmediatamente en las redes
sociales. Así pues, actualmente, además de
los medios de comunicación tradicionales
(prensa, radio y televisión), también las pla-
taformas basadas en las nuevas tecnologías
183
graban y delatan a quien se salta las nor-
mas, porque ahora todo se ve al instante,
porque siempre habrá alguien que grabe
las infracciones.
Un gran enemigo del juego limpio en las
competiciones deportivas es la picaresca.
En el ámbito que nos ocupa, gracias a las
cámaras podemos observar todo lo que
ocurre en el campo de juego, por lo que la
picardía ha caído en desgracia, ya que todo
el mundo lo ve a través de la televisión. La
picardía que antes era aceptada y resultaba
graciosa, siempre que no te tocara a ti, está
en proceso de desaparición.
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
18. Los medios de comunicación y el juego limpio
Experiencia
PERSONAL
un caso concreto de engaño
A continuación, narraremos uno de los
ejemplos más claros de un hecho negativo,
lo que denominaríamos «juego no limpio».
Se trata una de las experiencias vividas en
mi etapa de comentarista de Televisión
Española (TVE) y sucedió en el Estadio de
Maracaná en la ciudad brasileña de Río de
Janeiro. Se enfrentaban Brasil y Chile en el
último partido de la clasificación sudameri-
cana para el Mundial de Italia de 1990.
Era el 3 de septiembre de 1989; el estadio
estaba lleno a rebosar. A Brasil le servía el
empate para clasificarse, pero Chile tenía
que ganar. Todas las televisiones del mun-
do retransmitían el encuentro en directo,
ya que, por primera vez en la historia de
los campeonatos del mundo de fútbol (de
los que podríamos denominar de la era
moderna, después de la Segunda Guerra
Mundial), podía ocurrir que Brasil quedara
fuera del mundial.
El primer tiempo trascurrió con normalidad.
En el minuto veintiuno de la segunda mi-
tad, el marcador era favorable a Brasil, que
ganaba por un 1 a 0. Atacaba Chile y, de
pronto, en el área contraria, la de Chile, ar-
día una bengala en el suelo; junto a ella, el
portero Roberto Rojas se tocaba la cabeza.
El árbitro, el argentino Juan Carlos Loustau,
detuvo el partido para que fuera atendido
el guardameta chileno. Discusiones en el
césped, en el palco y en los banquillos, y,
ante el desconcierto general, los jugadores
de Chile, liderados por su capitán, Fernan-
do Astengo, abandonaron el terreno de
juego, al mismo tiempo que Rojas era sa-
cado en camilla. Los chilenos se negaron a
volver al campo; ante esta decisión, el árbi-
tro decidió suspender el encuentro con el
resultado de 2 a 0 favorable a Brasil.
En ese momento, todo el mundo se pre-
guntaba cómo era posible que un segui-
dor brasileño lanzase una bengala si su
equipo iba ganando y estaba clasificado.
Se visionaron, una y otra vez, la imágenes
y no se veía nada, ya que el juego esta-
ba en la otra área y, en aquellos años, las
transmisiones televisivas no contaban con
la tecnología ni con los medios actuales.
Por tanto, a través de la televisión no se
184
Hay que aprender de los errores,
y para tener éxito, los aciertos tienen
que ser mayores que los errores.
podía comprobar lo que había ocurrido.
Sin embargo, en esta clase de partidos, la
FIFA (Federación Internacional de Fútbol
Asociación) siempre envía a sus delegados
para elaborar un amplio y detallado infor-
me de todo lo que ocurre dentro del recin-
to donde se está desarrollando el partido.
Esos observadores estaban dirigidos por
el español Agustín Domínguez.
Habían transcurrido más de tres horas des-
de que se dio por finalizado el partido y
el público había abandonado las gradas,
aunque muchas personas seguían, desde
el exterior del estadio, las informaciones
que emitían las emisoras de radio brasile-
ñas. Yo había bajado a la zona de vestua-
rios, ya que había quedado con Agustín
para volver juntos al hotel, pero en esas
circunstancias no podíamos regresar.
Los reponsables de la selección de Chile
querían dar el encuentro por finalizado y
marcharse a su país, ya que, según ellos, allí
ya no tenían nada que hacer. Pero Agustín
Domínguez no lo tenía claro, salió del ves-
tuario de Chile y me comentó: «José Ángel,
no lo veo claro. Yo estaba sentado junto a
los banquillos en el terreno de juego, ob-
servé volar la bengala hacia el césped y, al
caer, vi que no golpeó al portero. Cayó di-
rectamente al suelo y fue el portero quien
se tiró junto a ella, así que no le pudo gol-
pear». Yo le comenté que estaba sangrando
cuando llegó el árbitro, y le pregunté cómo
era posible si no le había golpeado nada.
Domínguez volvió al vestuario chileno en
busca de la equipación del guardameta, cus-
todiada por la policía desde que volvieron
al vestuario. Al coger las botas vio que en la
parte superior, dentro de la costura, había un
hueco en el que encontró una cuchilla que
aún tenía restos de sangre del portero, así
que dedujo que fue él mismo quien se había
hecho un corte al tirarse al suelo, fingiendo
que la bengala le había golpeado en una ceja.
A partir de ese momento, todo cambió. Los
chilenos decían que Domínguez estaba loco
y criticaban a la FIFA, a la que acusaban de in-
ventar esta trama, ya que su presidente era el
brasileño Joao Havelange. La verdad es que
parecía el argumento de una película más que
un hecho real, pero, sobre todo, había que
estar muy seguro de los hechos de los que se
acusaba al portero Rojas, ya que, aunque este
era su autor, no era el único responsable.
La investigación posterior y las declaraciones
de los que intervinieron en la trama demos-
traron la certeza de los hechos. Rojas fue san-
cionado a perpetuidad y la selección de Chile
no pudo participar en las eliminatorias ni en el
campeonato mundial de fútbol celebrado en
Estados Unidos en el año 1994.
Este ha sido, desde mi punto de vista, el ma-
yor escándalo de la historia del fútbol mun-
185
dial. El «Condor» Rojas, sobrenombre por
el que era conocido el guardameta chileno,
fue amnistiado por la FIFA en el año 2001 y
actualmente vive en Brasil, país en el que tra-
baja como entrenador de porteros. El guar-
dameta reconoce que fue un error y asegura
que está arrepentido de lo sucedido.
En declaraciones realizadas años después,
contestaba así a la pregunta «¿Y a los chi-
cos a quienes entrena, qué les dice?»:
«Pues al igual que en la vida, en el fútbol
todos aprendemos con ejemplos negati-
vos. Y nadie está libre de errar, pero para
tener éxito, los aciertos deben ser mayores
que los errores».
No justifica ese «error», como él lo denomi-
na, pero su comportamiento en aquel mo-
mento fue antideportivo, injustificable y su-
cio. En nuestro lenguaje: «juego no limpio».
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
18. Los medios de comunicación y el juego limpio
sinergias entre deporte
y medios de
comunicación
Objetividad e imparcialdad de los medios informativos
Los medios informativos deben guardar un
cierto «distanciamiento crítico» a la hora
de analizar los comportamientos de los de-
portistas en competición. Nuestos gustos
y nuestras preferencias hay que olvidarlos
y, sin dejarnos llevar por nuestros colores,
hemos de realizar nuestro trabajo de forma
veraz. No somos un grupo de aficionados
discutiendo en la barra de un bar; somos
profesionales de la información deportiva y
se espera que informemos con objetividad
y con imparcialdad. Hemos de tener cono-
cimientos suficientes para entender los he-
chos que narramos y capacidad de análisis
y de argumentación para hacer una crítica
fundamentada.
Con su presencia, los medios informativos
han sido testigos muy cercanos del creci-
miento del deporte, expansión que ha su-
cedido porque ambos han crecido juntos.
Será difícil, e inútil, tratar de demostrar cuál
de los dos ha hecho más por el otro, si el
deporte por los medios o al revés. Lo que
es indiscutible es que han ido prosperando
en paralelo, y si al principio fueron los pe-
riódicos y la radio los medios más importan-
tes, la televisión se ha convertido, en los úl-
timos años, en el medio por excelencia para
retransmitir deporte, para seguirlo y para
disfrutarlo. Valgan unos breves apuntes so-
bre el desarrollo en paralelo de ambos para
entenderlo mejor.
Con motivo de la celebración de los gran-
des acontecimientos deportivos, sean los
Juegos Olímpicos o los campeonatos del
mundo o de Europa de fútbol, coincide, y
no es casual, que van apareciendo nuevas
tecnologías.
Si nos remontamos al Campeonato del
Mundo de Fútbol de Chile del año 1962,
sus partidos se veían en Europa con un día
de retraso, porque las imágenes no se po-
dían transmitir en directo, ya que no exis-
tían los medios técnicos que permitieran
enviar una señal con imagen y sonido des-
de América a Europa. Las imágenes de los
partidos de fútbol se rodaban en cine y las
películas se enviaban a la capital, Santiago
de Chile, nada más terminar los encuen-
186
Los profesionales de la información
han de informar con objetividad
y con imparcialidad.
tros. Desde allí, durante toda la noche, vo-
laban hacia la ciudad alemana de Frankfurt,
donde estaban los comentaristas, y una vez
reveladas se emitían para Europa.
En 1964, los Juegos Olímpicos se celebra-
ron en Tokio y, desde allí y por primera vez,
se emitieron seis horas vía satélite en direc-
to para Europa.
En los Juegos Olímpicos de México 1968,
un cable de telecomunicaciones atravesaba
el Atlántico, y, por primera vez, en Europa
se vieron imágenes en directo.
Un avance muy importante se produjo con
motivo de los Juegos Olímpicos de Múnich
1972 y del Campeonato del Mundo de Fút-
bol de 1974 en Alemania. En esta ocasión se
presentó la televisión en color en Europa. En
Alemania y en Francia, que se disputaban
la primacía en este campo, estaban ya en el
mercado aparatos con tecnología lista para
emitir en color. Los alemanes empleaban
un sistema llamado PAL, mientras que los
franceses usaban una tecnología diferente,
denominada SECAM. Con las emisiones del
Campeonato del Mundo de Fútbol y de los
Juegos Olímpicos de Múnich, Alemania im-
puso su tecnología en toda la denominada
«Europa Occidental». Los franceses la em-
plearon en la antigua URSS (actual Rusia) y
en sus países aliados.
En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 llegó
la aplicación de los ordenadores, y en Bar-
celona 92, la alta definición. En los Juegos
Olímpicos de Atlanta 1996 se utilizó Internet.
En estos últimos Juegos, la empresa IBM,
que estaba encargada de la informática y de
los cronometrajes, realizó una presentación
en la que, como una gran novedad y como
cierre, se expuso la «Transmisión de imáge-
187
nes a través de Internet» y nos mostraron, a
modo experimental, imágenes de partidos
de tenis del Open de Australia de ese año
transmitidas a través de Internet, que, a pe-
sar de su baja calidad, representaban la gran
novedad tecnológica del momento en el
ámbito de las retransmisiones deportivas.
Francisco Fernández Ochoa, recibido después
de ganar la primera medalla de oro del esquí español
en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sapporo 1972.
 IV. LA SOCIALIZACIÓN MEDIANTE EL DEPORTE
18. Los medios de comunicación y el juego limpio
La aplicación de las nuevas tecnologías al deporte
El juego limpio no es solo para que lo practi-
quen quienes están compitiendo. Volviendo
al fútbol, en cada encuentro de las grandes
competiciones se ven dos partidos: uno en
el campo y otro a través de la televisión, y no
siempre coinciden. Mejor dicho, casi nunca
coinciden, pero no se puede volver atrás.
Parece que vamos encaminados al uso de
las nuevas tecnologías a la hora de tomar
decisiones que hasta ahora solo correspon-
dían al equipo arbitral. Pero ¿quién corrige
al árbitro? No parece fácil. Imagino que se-
rán otros (árbitros también) por medio de
imágenes obtenidas usando cámaras capa-
ces de cubrir todos los ángulos del terreno
de juego, pero que nos marcan posiciones
correctas o no, en función de donde estén
colocadas.
Con la tecnología actual, puede haber una
respuesta válida en aquellas imágenes que
se pueden observar con referencias claras a
través de líneas pintadas en el campo. Por
ejemplo, la más sencilla es dar respuesta
correcta, y en este caso clara e incontes-
table, a si un balón ha entrado totalmente
o no dentro de la portería. Sin embargo,
el caso siguiente es más discutible, pues
se necesita tener una repuesta, igualmen-
te clara, a una posición, correcta o no, en
un fuera de juego. Aquí es básica la posi-
ción de las cámaras, pero también la de los
cuerpos de los jugadores que intervienen
en la jugada, teniendo en cuenta también
sus brazos y sus piernas. También resulta es-
pecialmente complicado dar una respuesta
contundente en una situación en la que no
solo se han de tener en cuenta factores po-
sicionales, sino en las que lo fundamental
es valorar la intencionalidad de la acción.
Resulta imposible analizar estos casos me-
188
Árbitro consultando el VAR (Video Assistant
Referee) para resolver sus dudas sobre una
jugada durante un partido de la liga italiana
de fútbol.
diante la tecnología, pues si ya es difícil ver
las acciones, además, en estas ocasiones,
hay que adivinar las intenciones.
Aplicar las nuevas tecnologías al deporte
es muy positivo siempre y cuando ayuden
a mejorar, pero no es fácil en algunos de-
portes, y resulta bastante difícil en el más
popular e importante, el fútbol, al menos en
algunos aspectos.
En este estado de cosas, y por encima de
todo, ha de ser tenida en consideración
la decisión arbitral, sea correcta o no, ya
que es más fácil asumir un posible error
de apreciación de una persona que tiene
un ángulo de visión concreto, no prede-
terminado, y que ha de decidir de forma
inmediata, que imágenes que nos dan, al
mismo tiempo, una información diferente
y la contraria. ¿Qué es más justo, dejarlo
como está?
 contra el juego no limpio...,
comportamientos
limpios
Imaginemos un campo de fútbol de un
pueblo pequeño, en una competición no
profesional. No hay árbitro oficial, sino que
lo pone el equipo local, tal y como habían
acordado ambos equipos, para ahorrar
dinero. Una persona que se presta volun-
taria.
El equipo visitante está formado por juga-
dores veteranos y fuertes; los locales son
más jóvenes y con mejor toque de balón.
Conforme van pasando los minutos, el par-
tido se va poniendo más duro y la grada se
va calentando. El aficionado-árbitro manda
parar el juego y habla con los entrenadores
para que la situación no se complique, pero
su advertencia no causa efecto.
En la siguiente jugada, el balón lo tienen los
locales y hay una entrada muy dura de un
defensor visitante que es expulsado. Discu-
siones, empujones, amenazas, como suele
ocurrir en estos casos.
El jugador expulsado se resiste a abando-
nar el campo, pero, finalmente, se marcha
en dirección a los vestuarios caminan-
do lentamente, por fuera del terreno de
juego, lo que permite que el partido se
reanude. Casualmente, en la zona por la
que el expulsado va caminando y al pasar
un jugador rival con el balón, muy cerca
de él, vuelve a entrar en el campo, lo gol-
pea muy fuerte por detrás y ambos caen
al suelo. Todo el mundo piensa que el ju-
gador agredido ha quedado gravemente
lesionado.
La tensión, los insultos y los empujones se
trasladan a los espectadores; uno de ellos,
se acerca al jugador local para interesarse
por su estado, que parece que no es nada
grave, y va a atender al rival, que continúa
en el suelo, y comprueba que parece que
este sí sufre una lesión importante, según
afirma un médico que se encontraba vien-
do el partido: sufre una fractura de tibia y
peroné. En ese momento, se desarrolla la
siguiente conversación:
—¿Qué tal está?, ¿va todo bien? —pregun-
ta el espectador al masajista.
—No —contesta de forma agresiva y con
rabia el masajista—, y, además, a usted qué
le importa, márchese de aquí.
189
Se ha de exigir deportividad a los
deportistas y también al público que
asiste a los espectáculos deportivos.
—Pues mire —le dice el espectador con
mucha calma—, me importa porque soy el
padre del otro chico, el que recibió la dura
entrada de su jugador y que afortunada y
milagrosamente está bien.
El masajista, avergonzado por su comporta-
miento y dolido por la lesión de su jugador,
bajó la cabeza y subió a la ambulancia que
lo trasladó al hospital.
El comportamiento del padre del jugador
agredido calmó los ánimos y disminuyó la
tensión acumulada entre los espectadores
de ambos equipos, que, a continuación, co-
menzaron a abandonar el campo tras darse
por finalizado el partido.
Este podría ser un ejemplo de cómo ante
una acción violenta de un deportista, otra
persona, muy implicada, pero desde fuera,
no responde con insultos ni puñetazos que
hubieran generado más violencia. Un parti-
do caliente en el terreno de juego también
lo es en las gradas, y si a los deportistas les
pedimos deportividad, también se les debe
exigir a los seguidores que están contem-
plando un espectáculo deportivo.
VOCES DEL
paula
ginzo arantes
«la competición tiene unos
límites; utiliza la humildad
y la empatía»

«una de las grandes virtudes

del deporte es aprender
a ser compañeros»

Medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Ganador, segundo y tercer clasificado

sub-18 de baloncesto con la selección española del Tour de Francia, dos veces
y parte de los equipos de los campeonatos ganador de la Vuelta a España.
europeos sub-16, sub-18 y sub-20. 49 victorias en su carrera profesional.
DEPORTE
pedro
delgado robledo
lorena
navarro domínguez
«es importante compaginar
el fútbol con los estudios»

Campeona de Europa sub-17 de

fútbol con la selección española
y «bota de oro» del Campeonato
del Mundo sub-17.
 OLIMPISMO Y JUEGO LIMPIO
Presidente del Comité Olímpico Español (COE).
El olimpismo fomenta un estilo
de vida basado en el esfuerzo, el buen
ejemplo y el respeto por los principios
éticos fundamentales universales.
El fundador de los Juegos Olímpicos moder-
nos, el pedagogo Pierre de Coubertin, quien
entendía la educación como la mejor herra-
mienta para mejorar la sociedad, expuso
que toda persona debe tener la posibilidad
de practicar deporte sin discriminación de
ningún tipo y dentro del espíritu olímpico,
que exige comprensión mutua, solidaridad
y espíritu de amistad y de fair play.
La historia de los Juegos Olímpicos está
plagada de situaciones que muestran lo
mejor del ser humano y que van desde una
capacidad de sufrimiento extraordinaria
Alejandro Blanco Bravo.
hasta muestras de compañerismo singula-
res que elevan la condición humana hasta
sus cotas más altas.
No obstante, una característica intrínseca
a la competición deportiva y que distingue
de manera especial a los Juegos es el de-
nominado fair play o «juego limpio». Este se
suele caracterizar por el respeto a las reglas,
actitud que facilita la competición en igual-
dad deportiva.
En todo caso, no sería justo concebir exclu-
sivamente el juego limpio como respeto a
las reglas, sino que el juego limpio debe im-
pregnar, además, el comportamiento de las
personas que lo practican, especialmente
los más jóvenes, quienes tienen que conce-
bir la competición como una oportunidad
de lograr la superación personal y de mos-
trar su respeto por el adversario.
192
En nuestra sociedad, el resultado condi-
ciona todo, pero más importante que esa
nota final es el camino recorrido para lograr
el objetivo. No «vale todo» para lograr una
meta; el camino que hay que transitar para
estar en disposición de alcanzarla tiene un
valor enorme que enriquece a la persona y
la hace desarrollarse como ser humano.
Todas las personas deseamos ganar, pero el
respeto por el resto de personas que tam-
bién se han preparado para ello y que com-
piten en buena lid debe ser el principio que
guíe a cualquier deportista.
La universalidad del olimpismo se debe a
valores como el juego limpio, transversales
y presentes en todas las culturas, que se
muestran como un fundamento sobre el que
basar la educación de una juventud cuya as-
piración ha de ser transformar el mundo.
 Sede del Comité Olímpico
Español (Madrid).

193
El ciclista paralímpico Diego Ballesteros
conversa con el exciclista y comentarista
deportivo Pedro Delgado antes
de emprender su aventura de recorrer
la distancia entre Madrid y Londres.

V. va l o r e s
DE l d e P O R T E
Capítulo 1as9reglas
El respeto a l
en el deporte
do Alcubilla
Enrique Arnal

Capítulo 2ad0versario,
El respeto al tro
al diferente, al o
z Ronco
Julio Gonzále

Capítulo 2n1,
La participació te
esencia del depor
ll Lucas
Theresa Zabe

Capítulo 2 2 te
el depor
Los valores d
en la vida diaria
Beirán Lozano
José Manuel
ay Pereiro
Fernando Rom
 s p e t o a l a s
19. el re o r t e
reglas en e l d e p
las reglas
deportivas
del juego al deporte
institucionalizado
El juego es connatural al ser humano. Sea
como juego-ocio o como evasión, sea como
juego o como competición, existe desde
los orígenes de la humanidad. Ciertamente,
en cada época han dominado unas modali-
dades de juego sobre otras.
Si desde el mundo antiguo hasta el moderno
el lugar fundamental lo ocupaban los juegos
de fuerza o de lucha, de habilidad y de cons-
tancia, en el mundo contemporáneo se pro-
duce una multiplicación de formas y de prác-
ticas deportivas, tanto individuales como
colectivas, y, además, la universalización del
juego a toda la sociedad, sin diferenciación
por edad, sexo o nivel social o económico, y
Enrique Arnal
do Alcubilla
a todas las culturas. Es entonces cuando el
juego se convierte en deporte organizado a
través de estructuras asociativas.
Pero, además de esta transformación, lo que
caracteriza al deporte, que nace en el Estado
contemporáneo, es su sujeción a reglas. Es,
pues, un deporte regulado, reglamentado
previamente. El juego se institucionaliza como
deporte. Los deportistas conocen previamen-
te esas reglas, que son generales para cada
deporte; es decir, cada deporte tiene las suyas
y, se practique en Ciudad Real o en Moscú, son
las que se aplican en todos los casos.
De esta manera, se genera una gran seguri-
dad (las reglas son una garantía de certidum-
bre, de previsibilidad) en el desarrollo de la
competición y la uniformidad en todo el
mundo nos permite practicar nuestro depor-
te en cualquier parte y de la misma forma.
196
Los tipos
de reglas deportivas
Las reglas deportivas son de dos tipos:
■■ Las reglas técnicas del juego, que son las
que determinan cómo se juega: desde la
duración de los partidos, por ejemplo, en
los deportes de equipo hasta el tamaño
de las porterías o la altura a la que se han
de situar la canasta o la red; desde qué
es el fuera de juego hasta qué es un gol,
un penalti en hockey o en waterpolo, etc.
■■ Las reglas disciplinarias, que se refieren a
los supuestos de infracción o de vulnera-
ción de las reglas del juego o de la com-
petición y que dan lugar a una respuesta
sancionadora del juez o árbitro o de los
comités disciplinarios de cada deporte.

Estas reglas disciplinarias determinan, por
ejemplo, qué es el juego peligroso, de for-
ma que «en el supuesto de zancadillear a
un contrario en la disputa del balón sin po-
sibilidad alguna de jugarlo» el árbitro mos-
trará la tarjeta amarilla, del mismo modo
que lo hará con la roja «en el caso de derri-
bo en ocasión manifiesta de gol». En oca-
siones, las reglas disciplinarias pueden
no aplicarse durante el desarrollo del jue-
go por alguna de estas razones:
–Que los hechos que constituyen una
infracción se conozcan con posteriori-
dad, bien como consecuencia de una
denuncia de un competidor afecta-
do por la infracción (es el caso de una
alineación indebida de un jugador no
inscrito en la categoría, por ejemplo), o
bien como consecuencia de un control
al deportista efectuado a posteriori (es
el supuesto de los controles antidopaje
que se realizan aleatoriamente cuando
el partido o la prueba ha concluido).
–Que los hechos que constituyen una
infracción se desarrollen dentro del es-
tadio, pero no en el terreno de juego.
Es el caso de los llamados «incidentes
de público» que castigan los comporta-
mientos violentos, racistas, xenófobos
o de incitación al odio. No se olvide
que el deporte significa deportividad e
implica respeto al otro y que esos va-
lores son exigibles tanto en el campo
de juego como en las gradas o en sus
inmediaciones.
■■ En fin, hay otras reglas que son de aplica-
ción exclusivamente a los directivos de-
portivos, sean federativos, de clubes o de
sociedades anónimas deportivas.
La creación
de las reglas deportivas
Las reglas deportivas son normas jurídicas
internas que se establecen para cada mo-
dalidad deportiva. Ahora bien, mientras que
las reglas técnicas del juego o de la compe-
tición son iguales, uniformes en todo el mun-
do, pues son establecidas por la correspon-
diente federación internacional, en el caso
de las reglas disciplinarias que dan lugar a
la imposición de sanciones las federaciones
internacionales determinan las bases o los
principios, pero su concreción es realizada
por las federaciones nacionales en sus re-
glamentos disciplinarios.
Así pues, las reglas deportivas nacen del
propio deporte, que así se autorregula. El
197
deporte institucionalizado del mundo con-
temporáneo crea un ordenamiento propio,
el ordenamiento jurídico deportivo, obra
de la organización federativa internacional
o de la nacional, y en el caso de los Juegos
Olímpicos, del Comité Olímpico Interna-
cional junto con las federaciones interna-
cionales.
Ahora bien, al ordenamiento jurídico de-
portivo se suman otras reglas que nacen
de los Estados o de las organizaciones in-
ternacionales o supranacionales, como, por
ejemplo, la Unión Europea. Es decir, entes
ajenos al deporte también crean un dere-
cho referido al deporte. Esta capacidad se
justifica porque el deporte está incardinado
en la sociedad y no puede vivir al margen
de las exigencias a que debe someterse
toda actividad social, más aún cuando su
trascendencia económica y cultural es indu-
dable. Aunque el deporte es una actividad
privada, y lo sigue y lo seguirá siendo, se
produce una intervención pública con dis-
tintos niveles de intensidad en los medios
y en los instrumentos empleados en razón
de los intereses generales que los poderes
públicos están llamados a salvaguardar.
El deporte, y aún más el deporte profesio-
nal —que es también una actividad econó-
mica, además de deportiva—, no puede
constituir una actividad al margen del dere-
cho interno de los Estados ni por supuesto
al margen del derecho de la Unión Europea
o del derecho internacional.
El deporte es una actividad
económica y cultural que no puede
existir al margen de las exigencias
de la sociedad.
 intereses públicos, que podemos resumir, La defensa de los derechos de los con-
la ley
V. VALORES DEL DEPORTE
19. El respeto a las reglas en el deporte

■■

sin ser exhaustivos, del modo siguiente: sumidores-asistentes a los espectáculos

del deporte en españa
En el derecho español, y sin perjuicio del
reconocimiento constitucional del deporte,
nos encontramos con una extensa regula-
ción de la actividad deportiva, encabezada
por la Ley del Deporte de 1990, que ha sido
modificada en varias ocasiones.
La Ley del Deporte es la expresión nítida
del interés del Estado contemporáneo por
el deporte, en tanto que es una actividad
que contribuye a garantizar bienes o valo-
res relacionados con la educación, con la
cultura, con la salud, con el desarrollo indi-
vidual y social o con el bienestar y la calidad
de vida.
La Ley del Deporte canaliza la interven-
ción pública en el deporte, que se justi-
fica por la defensa y la promoción de los
■■ El fomento de la práctica deportiva indi-
vidual o de equipo mediante la promo-
ción de infraestructuras y de instalaciones
deportivas, e incluso mediante la aplica-
ción de deducciones fiscales para el me-
cenazgo o el patrocinio.
■■ La educación físico-deportiva como par-
te esencial de currículo docente y, conse-
cuentemente, la promoción del deporte
escolar y universitario.
■■ La erradicación de la violencia en el depor-
te y el fomento del juego limpio, así como
la lucha contra la utilización de métodos y
de estimulantes o de fármacos prohibidos
para la protección de la salud.
■■ La garantía de la representación inter-
nacional de cada modalidad deportiva a
través de las selecciones nacionales de
cada categoría.
deportivos y, en consecuencia, la lucha
contra cualquier forma de fraude.
■■ La defensa del orden público y de la se-
guridad públicas en cualquier evento o
manifestación deportivo.
■■ El fomento y la difusión del asociacionis-
mo deportivo a fin de canalizar colectiva-
mente los fines y los intereses ciudada-
nos para la práctica del deporte.
■■ La ordenación básica de las federaciones
deportivas, porque cumplen funciones
públicas por delegación y perciben sub-
venciones.
■■ La sujeción a una determinada forma
jurídica, como es la sociedad anónima
deportiva, para asegurar la gestión eco-
nómica del sector profesionalizado del
deporte de forma equiparable a la de
cualquier otro sector económico.

Ruth Beitia, campeona de Europa y olímpica, celebra

su triunfo en la prueba de salto de altura de los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

198
 caso
práctico
el caso «bosman»
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea
ha dejado claro que la aplicación del dere-
cho europeo y, en particular, de las reglas
de competencia ha de producirse también
en el fútbol. Recordemos, entre otras, la
sentencia en el caso Bosman, que contiene
dos pronunciamientos:
■■ Las normas de la UEFA y de las federacio-
nes nacionales con arreglo a las cuales un
jugador profesional de fútbol de un Estado
miembro solo podría, al término del contra-
to que lo vinculaba a otro club, ser emplea-
do por otro club de un Estado miembro si
este último abonaba al de origen una com-
pensación por transferencia, formación o
promoción, se declararon contrarias al ar-
tículo 2 del Tratado de la Unión Europea.
■■ También son contrarias al derecho de la
Unión Europea las normas adoptadas
por las federaciones deportivas según
las cuales, en los partidos de las compe-
ticiones por ellas organizadas, los clubes
de fútbol solo podían alinear un número
limitado de jugadores profesionales na-
cionales de otros Estados miembros.
¿Por qué intervino el Tribunal de la Unión Eu-
ropea en el caso Bosman o en otros como el
caso Meca Medina (18 de julio de 2006) sobre
el carácter desproporcionado de la normativa
antidopaje del Comité Olímpico Internacio-
nal? La respuesta es clara: el deporte tiene
una evidente dimensión económica, y no so-
lamente el profesional. Y como toda actividad
económica, también la deportiva está sujeta
a la legislación comunitaria; es decir, a las re-
glas de competencia, de libre circulación y de
mercado interior, y a los principios comunita-
rios, como la prohibición de discriminación
por razón de nacionalidad o la igualdad entre
mujeres y hombres por razón de empleo.
No obstante, el derecho de la Unión Eu-
ropea reconoce la llamada «especificidad»
del deporte y de sus estructuras organizati-
vas. Ahora bien, esta especificidad o singu-
laridad no puede justificar una excepción a
la aplicación del derecho comunitario. En la
citada sentencia Meca Medina, el Tribunal
de la Unión Europea dice que pueden esta-
blecerse reglas que limiten la competencia,
pero solamente cuando sean proporcio-
199
Jean-Marc Bosman comparece con sus
abogados en el juicio ante el Tribunal
de Justicia de la Unión Europea.
nadas al interés deportivo legítimo que se
persigue.
La sentencia Bosman de 15 de diciembre de
1995 revolucionó el fútbol europeo. Jean-Marc
Bosman jugaba en el Lieja, un equipo de la
primera división belga. Terminaba su contrato
y deseaba inscribirse en un club francés que
mejoraba sus condiciones económicas, pero el
Lieja le negó el pase a dicho club y lo apartó
del equipo, porque solo admitía la transferen-
cia si el Dunkerque francés pagaba la indemni-
zación requerida. Para Bosman, esta situación
suponía una vulneración de los artículos 48, 85
y 86 del Tratado de Roma, al limitar el acceso
de los jugadores profesionales ciudadanos co-
munitarios a otro club, al sujetarla al pago in-
justificado de una cantidad de dinero.
La sentencia Bosman fue incluso más allá.
Declaró contrarias al derecho comunitario
las indemnizaciones por traspaso, pero tam-
bién los cupos de extranjeros de jugadores
nacionales de estados miembros de la Unión
Europea. La UEFA se adaptó de inmediato.
Las grandes ligas europeas se beneficiaron
de la supresión de esas limitaciones.
 La árbitro Kirsi Heikkinen muestra una tarjeta roja durante
el partido entre Alemania y Francia del Mundial Femenino
de Fútbol de Alemania 2011.
V. VALORES DEL DEPORTE
19. El respeto a las reglas en el deporte
el incumplimiento
de las normas
deportivas
Infracciones
y sanciones deportivas
No puede existir un deporte sin
reglas, pues sería el resultado de la
invención de cada persona.
Las reglas son normas que ordenan una
determinada actividad; en este caso, la
deportiva. Y tales reglas se establecen en
razón de un fin; en este caso, el desarrollo
limpio, abierto y competitivo de la actividad
deportiva de que se trata en igualdad de
condiciones para quienes la practican, sean
aficionados o hayan hecho del deporte su
forma profesional de vida.
Las reglas deportivas, como cualesquiera
normas jurídicas, son prescripciones que
determinan cómo ejercer la actividad y cuá-
les son las obligaciones derivadas de hacer-
lo, obligaciones que pueden ser «hacer» o
«no hacer» algo. Y, obviamente, las reglas
se establecen para ser respetadas, para ser
cumplidas.
EL ÁRBITRO
ES UNA AUTORIDAD
INDEPENDIENTE
E IMPARCIAL.
Las reglas son concreciones del deber ser,
del deber hacer o no hacer. Si no se atienen
a esas reglas, no estarán practicando un
deporte, sino su propia idea, es decir, una
actividad distinta al deporte, que, como
dijimos al principio, está estrechamente
vinculado a la existencia de reglas. De no
existir las reglas, nos encontraríamos ante
un pseudodeporte anárquico, fruto de la
libre construcción de cada persona. Si en
pádel damos por bueno el punto obteni-
do tras tocar la red con la raqueta, si en el
campo de golf resituamos la pelota en un
lugar más accesible para golpearla o si en
el ciclismo admitimos subir agarrados a un
vehículo, no podemos sostener que esta-
mos practicando alguno de esos deportes,
200
sino nuestro propio divertimento o juego.
Así pues, las reglas son obligatorias y vin-
culan a quienes practican la modalidad de-
portiva de que se trate en cada caso. El in-
cumplimiento de cualquiera de esas reglas
constituye una infracción —una falta— que
comporta y lleva aparejada una sanción. Si
a la infracción no correspondiera una san-
ción, la regla se convertiría en puramente
teórica o abstracta. La infracción de la regla
deportiva de forma intencionada (dolosa)
debe estar tipificada como muy grave, gra-
ve o leve, pues no cabe la aplicación por
analogía.
La sanción debe graduarse en función de
las circunstancias concurrentes en la infrac-
ción; es decir, debe guardar la correlación
debida con la infracción. Los reglamentos
disciplinarios establecen para determina-
das infracciones un elenco de sanciones
(por ejemplo, suspensión entre dos y cua-
tro encuentros, multa entre determinadas
cantidades, apercibimiento o cierre parcial,
etc.) entre las que el órgano disciplinario,
ponderando las circunstancias concurren-
tes, debe modular la sanción aplicable,
teniendo en cuenta también si se dan ele-
mentos de atenuación o de agravación. En
fin, la sanción debe ser proporcionada a la
infracción concreta.
Los árbitros
y los comités disciplinarios
Los jueces o árbitros son los directores téc-
nicos de la competición (conceden o no un
gol o una canasta, señalan o no un penal-
ti, determinan el tiempo de llegada en una
carrera, etc.), pero también ejercen la po-
testad disciplinaria durante el juego en
cada modalidad deportiva, es decir, para
el caso de la comisión de una infracción en
cualquier deporte, que sancionan de forma
directa, inmediata. Además, el juez o árbitro
refleja en el acta arbitral tanto los hechos o
datos de orden técnico (deportistas partici-
pantes, goles y sus autores, etc.) como los
de orden disciplinario y cualesquiera otros
incidentes que hayan tenido lugar durante
el acto deportivo.
El acta arbitral goza de la denominada «pre-
sunción de veracidad», o sea, que se consi-
dera que refleja de forma precisa la realidad
de lo acaecido. El árbitro es, así, una auto-
ridad independiente e imparcial de la que
se deriva que la situación que hace constar
en el acta es exactamente la que ha tenido
lugar.
Cuando hablamos de una decisión técnica,
esta no es revisable. Por ejemplo, cuando
un partido finaliza, las decisiones arbitrales
(en determinados casos, los goles) no se
vuelven a juzgar. En cambio, cuando nos re-
ferimos a una decisión disciplinaria, se abre
una vía revisora a través del recurso ante los
comités disciplinarios federativos (puede
haber una o dos instancias), que resuelven
motivadamente a la vista de las alegaciones
y de las pruebas presentadas, si bien única-
mente les cabe no atenerse al acta arbitral
en el caso de que en ella exista un error ma-
terial manifiesto.
El Tribunal
Administrativo del Deporte
El Tribunal Administrativo del Deporte tam-
poco puede revisar las decisiones puramente
técnicas o de la competición, que se circuns-
criben y agotan en el terreno o en la pista de
juego. En cambio, la potestad disciplinaria
deportiva tiene carácter público, pues las fe-
deraciones deportivas (y dentro de ellas sus
comités disciplinarios) la ejercen por delega-
ción pública, por lo que las resoluciones de
dichos comités están sujetas a recurso ante el
Tribunal Administrativo del Deporte, que es
un órgano de naturaleza pública adscrito or-
gánicamente al Consejo Superior de Depor-
tes, aunque dotado de plena autonomía de
funcionamiento. Sus resoluciones, que tienen
carácter administrativo, como cualquier otro
acto de la Administración, son recurribles en
vía jurisdiccional ante los tribunales del orden
contencioso-administrativo.
201
El deporte
y el derecho penal
Determinadas conductas que se producen
en un evento deportivo se consideran pe-
nalmente irrelevantes y, sin embargo, en el
caso de que tengan lugar fuera de ese marco
podrían ser objeto de punición. Pongamos
un ejemplo. Si en un combate de boxeo uno
de los contendientes da un puñetazo directo
a la mandíbula del rival, no hay nada puni-
ble, pero si el mismo hecho ocurriera fuera
del cuadrilátero, podría incoarse un procedi-
miento penal por un posible delito de lesio-
nes. El mismo ejemplo lo podemos trasladar
al fútbol cuando en un partido uno de los de-
portistas da a otro una patada a propósito,
hecho que resulta también irrelevante para el
derecho penal, sin perjuicio, claro está, de la
respuesta disciplinaria deportiva.
Ahora bien, si el derecho penal no tiene
incidencia dentro del cuadrilátero o del
terreno de juego, sí puede tenerla en los
estadios o en sus inmediaciones cuando se
producen alteraciones del orden público
que puedan revestir carácter grave si con-
curren daños a la integridad física de per-
sonas o desperfectos materiales, y ello sin
perjuicio de las infracciones administrativas
sancionadas por la autoridad competente
de acuerdo con lo previsto en relación con la
prevención de la violencia en los espectácu-
los deportivos. Asimismo, el derecho penal
tiene especial incidencia en el deporte cuan-
do tipifica los amaños o los acuerdos previos
para alcanzar un determinado resultado con
efectos internos en la clasificación o con con-
secuencias externas como, por ejemplo, la
manipulación de las apuestas.
 t o a l a d v e r s a r i o,
20. El res p e
t e , a l o t r o
al diferen
concepto de
adversario
en el deporte
«El deporte no es para los niños ni
bueno ni malo, todo depende de cómo
se practique» (Rius, 1992, p. 28)1.
Esta idea es también predicable respecto
de las personas adultas, el «Deporte», con
mayúscula, puede cambiar el mundo, bene-
ficiar la vida de mujeres y de hombres, siem-
pre que desde la iniciación en su práctica
haya sido vehículo de educación en valores,
tanto instrumentales como finalistas.
Tomando como base la clásica teoría de
la jerarquización de los valores (Rokeach,
1973)2, parte de la doctrina sobre la activi-
dad física y el deporte (Durán, 2011, 20133;
Ortega Vila y otros, 2015 4 ) trabaja sobre una
clasificación de los valores y de las actitudes
Julio Gonzále
z Ronco
en contextos deportivos que pone especial
énfasis en la diferencia entre los valores ins-
trumentales o ambivalentes, es decir, aque-
llos que pueden orientarse tanto para bue-
nas como para malas causas, y los valores
finalistas, finales o éticos, que son aquellos
que nos van aproximando a la esencia del
bien y de lo que es justo. Entre los primeros
se sitúan, por ejemplo, el trabajo en equi-
po, la cooperación, el liderazgo, la discipli-
na, el compromiso, el afán de superación, la
motivación, la fuerza de voluntad, la persis-
tencia, etc. Si bien todos ellos pueden ser
enormemente útiles para grupos deporti-
vos, pueden también serlo para grupos con
finalidades inmorales. Así, precisan trabajar
en equipo tanto dos miembros de un mismo
equipo de fútbol como dos personas que
202
tratan de robar un banco (símil duro, pero
nada forzado). Los valores finalistas, finales
o éticos son superiores a los instrumentales
por la dificultad (cuando no imposibilidad)
de orientarlos a causas malas o perniciosas.
Estos últimos pueden, a su vez, dividirse en
dos categorías: los de identificación emo-
cional, que reflejan nuestra capacidad de
acompañar en el sentimiento a otro indivi-
duo, de identificarnos emocionalmente con
él (el respeto, la empatía, la compasión, la
humanidad, la indulgencia, la solidaridad), y
los de ayuda a otra persona con el sacrificio
propio, que conllevan no solo la preocupa-
ción por otra persona, sino su auxilio con el
sacrificio de los intereses propios (la honra-
dez, la honestidad, la integridad, la abnega-
ción, el altruismo y la generosidad).
 EL RESPETO ES UNA
ACTITUD DE CONSIDERACIÓN
O DE DEFERENCIA HACIA
LAS OTRAS PERSONAS.

David Cal recibe la felicitación de sus adversarios tras ganar la medalla

de oro de la categoría C1 de piragüismo en la distancia de 1 000 m
en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Llegados a este punto, voy a centrarme en
el respeto, como valor final, ético, con toda
su carga emocional y su orientación al bien,
tanto individual como colectivo; como valor
que favorece el paso de una lealtad cicatera
que me implica solo con «los míos» a una
lealtad universal que me compromete «con
todo ser humano»5. Según indicaba Darwin
(1871)6, una de las claves de la evolución
de la humanidad es ampliar el círculo de la
compasión a todos los seres humanos.
La palabra «respeto» proviene del latín res-
pectus, y significa ‘atención’ o ‘considera-
ción’. De acuerdo con el diccionario de la
Real Academia Española (RAE), el respeto
está relacionado con la veneración o el aca-
tamiento que se hace a alguien. El respeto
incluye miramiento, consideración y defe-
rencia. Si lo centramos en las relaciones per-
sonales, existe cierta unanimidad doctrinal
en que el respeto es una actitud de consi-
deración o de deferencia hacia las otras per-
sonas. Si trasladamos esta idea al terreno
deportivo, podemos diferenciar varias líneas
de respeto necesarias para la armonía en un
espacio en el que se practica deporte: a uno
mismo, a las normas y reglas, al profesorado
y al entrenador o entrenadora, a los compa-
ñeros y compañeras, al equipo arbitral, al
público, al material (propio y ajeno), a las ins-
talaciones y al medioambiente, al adversario
y, llegado este último, al diferente, al otro.
En cualquier tipo de competición, entien-
do que la primera exigencia para diseñar
una estrategia que tenga posibilidades de
tener éxito es respetar al adversario. Tanto
cuando la competición es individual como
cuando tiene lugar por equipos, no hay nin-
gún competidor que sea tan insensato que
menosprecie al rival y dé por segura su vic-
toria sin preocuparse de analizar los puntos
fuertes y débiles de quien tiene enfrente. El
análisis respetuoso del contrincante es el
presupuesto inexcusable de toda estrate-
gia que pueda conducir a la victoria. Pero
al margen de estrategias, el respeto supo-
ne deferencia hacia el otro, es valorarlo por
todo lo que en sí mismo es y significa con
independencia de cuál sea el resultado de
una competición.
En el terreno educativo, el respeto, como
valor ético en lo que al contrincante se re-
fiere, implica la empatía con él, supone con-
siderar sus virtudes y aprender de ellas y, en

203
 su caso, aceptar la derrota con la altura de
V. VALORES DEL DEPORTE
20. El respeto al adversario, al diferente, al otro
miras y la honestidad de quien sabe que ha
perdido ante un digno rival, porque vemos
al adversario no como a un enemigo, sino
como a un rival honorable, como a un com-
pañero o compañera, como a un amigo o
amiga. Como dice el himno del Real Madrid
en su letra, el Madrid «… cuando pierde
da la mano». Tratar con el mismo respeto,
con la misma deferencia a tus compañeras
y compañeros que a los rivales del equipo
contrario te acerca a la máxima del compor-
tamiento compasivo.
Desde esta óptica, si podemos respetar al
rival, si somos capaces de ello, podemos
respetar al diferente.
En nuestra sociedad no todos somos iguales:
somos hombres o mujeres, negros o blancos,
convencionales (mal llamadas «personas nor-
males») y con capacidades diferentes (perso-
nas con síndrome de Down, autismo, cegue-
ra, sordera, en silla de ruedas, etc.). Que haya
diferencias en la sociedad no es malo, sino
justamente todo lo contrario, es beneficioso.
La diversidad es la capacidad de ser diferen-
te, es un tipo de desigualdad positiva que
204
se debe aceptar y fomentar. De este modo
combatiríamos en nuestra sociedad la discri-
minación por cualquier causa (raza, religión,
género). El deporte, trabajando mediante su
práctica el valor del respeto, se convierte en
un instrumento de integración del distinto,
del otro, del que no pertenece a la cultura
propia, del que es de raza distinta, del que
tiene capacidades diferentes y no compren-
demos, se convierte en una herramienta de
compasión humana entendida esta no como
«lástima por otra persona», sino como defe-
rencia, cariño, aprecio y comprensión.
 Experiencia
PERSONAL
Vivencias deportivas sobre la diversidad funcional
«LA DISCAPACIDAD NO ES UNA
LUCHA VALIENTE O CORAJE
FRENTE A LA ADVERSIDAD. LA
DISCAPACIDAD ES UN ARTE. ES
UNA FORMA INGENIOSA DE VIVIR».
Neil Marcus
Es curioso cómo las vivencias personales no
solo nos acompañan como un bagaje de
recuerdos más o menos entrañables, sino
también como un anticipo de realidades a
las que cada uno nos vamos a tener que en-
frentar en el futuro.
Siendo niño, yendo con mis amigos a jugar a
un parque, nos encontramos con una señora
ya mayor, teniendo en cuenta que durante la
infancia, dependiendo de su edad, todas las
personas adultas parecen muy «mayores».
Estaba con su hijo, un chico alto, bien pareci-
do, pero de mirada extraña, ausente, que, al
vernos aparecer con nuestras risas infantiles,
parecía ponerse nervioso y que empezó a
gritar. Su manera de gritar nos parecía más la
de un pájaro graznando que la de un ser hu-
mano y algunos de mis amigos se rieron (yo
he de confesar que también esbocé alguna
sonrisa). Cuando este hecho ocurrió miré el
rostro de esa madre, su gesto no se tornó
enfadado, pero sí turbado, preocupado,
triste, y se marchó del parque. Cuando esto
ocurrió, entre nosotros se hizo un silencio.
Ese día entendí el daño que puede generar
la falta de respeto, la ausencia de deferen-
cia ante las dificultades de otras personas,
un daño que llega hasta las propias entrañas
con más fiereza que el zarpazo de un depre-
dador, porque es un dolor que llega al alma,
al honor de un ser humano y, como decía
Calderón de la Barca en su inolvidable Alcal-
de de Zalamea, «… el honor es patrimonio
del alma, y el alma solo es de Dios…». Ahora
me toca a mí como padre ir al parque con mi
hijo «diferente»…
Pero desdramaticemos, y para hacerlo es
necesario «normalizar», y para normalizar
es imprescindible uno de los valores esen-
ciales que el deporte puede transmitir: el
respeto.
205
 Gracias a mi actividad profesional, he podido
V. VALORES DEL DEPORTE
20. El respeto al adversario, al diferente, al otro
comprobar que en la iniciación en la práctica
deportiva, entendiendo esta como actividad
educativa y considerando al entrenador o a la
entrenadora como un educador, no como un
técnico para ganar «la Champions», se crean
espacios de convivencia donde se puede co-
nocer al diferente con la inmediatez de un
pase de balón, de una carrera de relevos o
de un largo en una piscina.
Las opciones de convivencia y
de acercamiento al otro se hacen
especialmente intensas gracias al
valor del respeto.
Hemos de fomentar el respeto al adversa-
rio, entendido este como un «rival», pero
no como un enemigo, en quien podemos
vernos reflejados en sus mismos anhelos,
aspiraciones y deseos y de quien podemos
aprender y con quien podemos compartir
experiencias gracias al respeto, a la deferen-
cia hacia el contrario como si de uno mismo
se tratase. Se ha de tratar al integrante del
equipo contrario como si perteneciera al
propio equipo, como si fueras tú mismo.
Si podemos aceptar a un rival, cómo no va-
mos a aceptar, sobre la base del respeto, a
un compañero o compañera, con indepen-
dencia de que sea:
■■ De otra raza, de otra cultura o de otra reli-
gión. Las sociedades son cada vez más mul-
ticulturales. El deporte, y más concretamen-
te deportes colectivos como son el fútbol o
el baloncesto, recrea en cada entrenamiento
la sociedad en pequeño: ordenamiento jurí-
dico (reglas del juego), grupos humanos con
sus líderes (los equipos con sus entrenadores
y entrenadoras) y los jueces (los árbitros), de
tal manera que se puede trabajar en el seno
del entrenamiento y de la competición más
básica la integración del distinto, porque te-
nemos un espacio de convivencia que per-
mite la cohesión colectiva, y si el jugador o
a la jugadora no acepta la integración, si no
se mueve en la esfera del respeto al otro,
no es la organización deportiva quien te
rechaza, eres tú quien te excluyes; no es la
sociedad quien no te acepta, eres tú el que
rechazas formar parte de ella (si no pasas
el balón a tu compañera o compañero de
otra raza, no puedes jugar, y no te expulsa
el juego, te expulsas tú).
206
De otro género. Uno de los mayores
■■
aciertos de las escuelas sociodeportivas
que desarrolla la Fundación Real Madrid,
según mi experiencia en ella, es que los
niños y las niñas comparten el juego; de
este modo, no solo se trabaja la igualdad
de género, sino que se trabaja la deferen-
cia hacia las personas de sexo distinto,
evitando la soberbia y la idea trasnocha-
da y perversa de la superioridad del va-
rón sobre la mujer, que ha desembocado
en las problemáticas antisociales e inmo-
rales de la violencia de género.
■■ De capacidad distinta. En este terreno se
encuentra el supuesto no solo del aprecio
y del respeto por el compañero o la com-
pañera de habilidades deportivas limitadas,
pues no todas las personas tenemos las mis-
mas habilidades para cualquier modalidad
deportiva, sino también de la consideración
por quien tiene capacidades diferentes, sean
intelectuales (síndrome de Down, asperger,
trastorno del espectro autista, etc.) o físicas
(paraplejia, ceguera, sordera, etc.).
En este último apartado del mal llamado
«mundo de la discapacidad» quisiera detener-
me especialmente. Y digo mal llamado porque
la utilización de la expresión «capacidades di-
ferentes» no es un eufemismo para no ofender
a los afectados, sino una realidad que, en con-
sonancia con la cita de Neil Marcus del inicio
de este capítulo, llega a ser un arte, porque
afrontar una limitación y convertirla en virtud es
precisamente eso, un arte (si un jugador con-
vencional intentara jugar al baloncesto con un
jugador paralímpico de la misma modalidad
deportiva, jugando los dos en silla de ruedas,
¿quién sería la persona con discapacidad?).
Mis vivencias profesionales más recientes me
han demostrado que el trabajo en la iniciación
de la práctica de un deporte favoreciendo la
convivencia del niño y la niña convencional
con el niño y la niña de capacidad diferente
fomenta el valor del respeto recíproco y facili-
ta la integración normalizada de las personas
con capacidades diferentes, gracias a la acep-
tación y a la comprensión de las personas con
capacidades convencionales.
Por ello, en supuestos de éxito como el
de las escuelas de fútbol adaptadas e in-
clusivas de la Fundación Real Madrid, pri-
mero se trabaja el acceso normalizado de
la persona con capacidades diferentes a la
práctica deportiva (escuelas adaptadas de
fútbol y de baloncesto para personas con
discapacidad intelectual y escuelas adap-
tadas en silla de ruedas para personas con
discapacidad física). Después, según se van
desarrollando sus habilidades, estas perso-
nas pasan a la escuela inclusiva, en las que,
siendo aún todos los miembros con capa-
cidad diferente, se les va habilitando para
poder incorporarse, de una manera pro-
gresiva, en una ratio de una o dos personas
con capacidad diferente por cada grupo de
entrenamiento ordinario de niñas y niños
convencionales, es decir, sin discapacidad
(los grupos de entrenamiento ordinario en
fútbol son de 21 a 23 niños y niñas por cada
grupo, y en baloncesto, de 16 a 18).
Pero ¿quiénes se benefician de la actividad
deportiva en estas experiencias de convi-
vencia entre niños y niñas con capacidades
diferentes y niños y niñas convencionales?
Evidentemente, ambos grupos de perso-
nas, sobre la base del valor de la igualdad y,
sobre todo, del valor del respeto.
Las niñas y los niños convencionales (los que no
tienen ninguna disfuncionalidad) son beneficia-
rias y beneficiarios porque, gracias a la convi-
vencia con las niñas y los niños de capacidades
207
diferentes, sobre la base de la deferencia y de la
consideración al distinto, entienden sus proble-
máticas y, trabajando con el entrenador o la en-
trenadora, sustituyen la burla y la cómica sonrisa
por el cariño y la comprensión.
Los niños y las niñas con capacidades di-
ferentes son beneficiarios porque conse-
guirán ser vistos no como seres «raros»,
«limitados», sino como personas con habi-
lidades diferentes, enriquecedoras de sus
compañeras y compañeros, y portadores
de un afán de superación, de responsabili-
dad y de socialización contagioso.
Las personas con capacidad diferente no
necesitan lástima, sino respeto, dignidad y
cariño como el resto de seres humanos.
Singularizando esta idea en un supuesto de
capacidad diferente, como es el trastorno
del espectro autista, un niño o una niña con
esta peculiaridad es: auténtico, único, tenaz,
inigualable, sincero, maravilloso, original.
Pese al autismo que resulta de la suma de
las iniciales de todas estas características,
¿quién no querría conocer a alguien así? A
través del deporte y del aprendizaje del va-
lor del respeto, mediante el deporte pode-
mos conocer a alguien tan especial.

V. VALORES DEL DEPORTE
20. El respeto al adversario, al diferente, al otro
contravalores
derivados de la falta
de respeto
«EL RESPETO PUEDE SER
CONSIDERADO COMO MADRE
DE TODAS LAS VIRTUDES
(MATER OMNIUM VIRTUTUM),
PUES CONSTITUYE LA ACTITUD
FUNDAMENTAL QUE PRESUPONEN
TODAS ELLAS».7
Dietrich von Hildebrand
Las desviaciones en la práctica deportiva
que afectan al respeto como valor son de
una importancia extrema, por lo perjudi-
ciales, pues resultan contradictorias con la
finalidad deportiva y dañinas para la moral
tanto individual como colectiva.
Una de esas desviaciones es el contrava-
lor de la violencia. El desprecio por el rival,
considerándolo un enemigo, con ausencia
de empatía hacia él, es el fundamento de
la violencia en los terrenos de juego. «Hay
que ganar a cualquier precio», y eso impli-
ca el incumplimiento de las reglas de juego
por los deportistas, el engaño a los árbitros,
las infracciones del reglamento, la presión y
el insulto de la afición a los jugadores o a las
jugadoras del equipo contrario o a la afición
Saúl Cravioto y Cristian Toro celebran la medalla
de oro, junto a los medallistas de plata y de bronce,
conseguida en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro
2016 en la categoría de K-2 en la distancia de 200 m.
del equipo rival, que desembocan en situa-
ciones de violencia.
Para corregir este contravalor, hay que trans-
mitir el valor del respeto desde el mismo
entrenamiento en la iniciación a la práctica
del deporte. Hay que corregir los compor-
tamientos irrespetuosos con los contrarios,
tanto de deportistas como de la afición. En
el caso de los niños y las niñas en sus co-
mienzos deportivos, se deben premiar los
comportamientos basados en el respeto y
utilizar el momento del entrenamiento para
reflexionar sobre las conductas antideporti-
vas e irrespetuosas (no tanto sancionar). En el
caso de las familias, como en lo que respec-
ta a la afición, la actitud correcta es la «tole-
rancia cero» con cualquier conducta violen-
ta. Para una hija o un hijo, observar que sus
progenitores se están pegando en la grada
por un lance del juego es la máxima expre-
sión de la «antieducación» y de los compor-
tamientos antisociales. ¿Es esa visión la que
queremos que quede en la retina de nues-
tros hijos e hijas? Para combatir los compor-
tamientos antisociales, es preciso resaltar en
la edad infantil modelos de competición en
208
209
 los que el resultado de la competición viene
V. VALORES DEL DEPORTE
20. El respeto al adversario, al diferente, al otro
determinado no solo por el resultado depor-
tivo, sino también por el comportamiento de
jugadores y jugadoras en el campo y de pa-
dres, madres y familiares en la grada (el mo-
delo de torneo de la Fundación Real Madrid
para sus escuelas sociodeportivas)8.
Otro contravalor derivado de la falta de res-
peto en la actividad deportiva es la intole-
rancia, que, aunque afecta también al valor
de la igualdad, nace de la desconsideración
al distinto, a la persona de raza distinta, de
cultura distinta, todo porque es diferente,
y que conduce a la xenofobia y al racismo.
Para conjurar estos males, debemos volver
a la iniciación en la práctica deportiva, mo-
mento en el que en el ámbito del entrena-
miento como espacio educativo debe tra-
bajarse la convivencia, el conocer a la otra
persona, la búsqueda de una práctica de-
portiva que una y no divida. Si estos princi-
pios son asimilados por los niños y las niñas
en sus comienzos deportivos, los llevarán,
en su caso, al deporte de alto rendimiento y
a todas las facetas de su vida.
Los comportamientos antisociales
se pueden combatir en la infancia
destacando el comportamiento de todos
los agentes deportivos por encima
del resultado de la competición.
La falta de respeto, cuando la práctica
deportiva es compartida por personas de
distinto sexo, cobra especial importancia
para evitar que en el futuro contribuya-
mos a la discriminación de la mujer o a la
210
violencia de género. Que en el deporte,
los niños y las niñas, desde que se inicien
en la práctica deportiva, reciban de sus
entrenadores y entrenadoras un lengua-
je no sexista, que puedan tener entrena-
dores o entrenadoras con independencia
del género de los jugadores o jugadoras
(una mujer entrenando niños, un hombre
entrenando niñas), y que el entrenador o
la entrenadora actúe como un «profesor
o profesora», como educadores y edu-
cadoras, favoreciendo espacios de mu-
tua comprensión, donde el abuso y la
desigualdad no tengan predicamento, fa-
vorecerá el desarrollo integral de las mu-
jeres y de los hombres del mañana.
Voy a detenerme aquí en una desviación
del valor del respeto que puede no tener
la consideración de contravalor, pero sí de
clara desviación. Me refiero a los comporta-
mientos de «lástima», de «pena» respecto
de quienes, por naturaleza, no están es-
pecialmente dotados para la práctica de-
portiva en general o respecto de quienes
tienen una capacidad diferente (síndrome
de Down, autismo, paraplejia, parálisis ce-
rebral, o cualquier otro supuesto de disca-
pacidad física, intelectual o social).
Tan nociva como la burla, el menosprecio
o el escarnio de quien no tiene habilidades
deportivas notables o de quien tiene una
capacidad diferente, conductas en las que
resulta evidente la ausencia de respeto y
que deben corregirse con las mismas herra-
mientas educativas que la intolerancia, es la
falsa piedad, porque bajo la apariencia del
respeto se está defraudando a esa perso- Por ello, tanto en las clases de Educación
na. Pero ¿por qué sentir lástima o piedad Física en los colegios como en la iniciación
por quienes tienen una dificultad puede lle- a la práctica de cualquier deporte debe
gar a no ser correcto? La respuesta es más buscarse la adquisición del hábito de prac-
sencilla de lo que pudiera parecer. Cuando ticar deporte, como si de lavarse todos los
tenemos una dificultad, la solución no es días se tratase, como espacio educativo en
que la dificultad nos sirva de excusa para el que se convive, se aprenden valores y to-
no superar o sobreponernos a ella, sino que dos y todas tenemos y debemos desempe-
debe ser un aliciente para buscar la forma ñar un papel fundamental.
de sobreponernos a ella. Por eso mismo, lo
que necesita una persona con capacidad
diferente es cariño, dignidad, comprensión
y ayuda, ser tratada como una igual con los
mismos derechos y las mismas obligaciones
que otra persona y asumiendo que sus limi-
taciones se combinan con otras habilidades
que otras personas no tienen.

Consejos para evitar la falta de respeto

■■ Cualquier buen o buena deportista debe respetar a su rival como si de sí mismo o de
sus compañeros o compañeras se tratase (¿acaso Nadal y Federer no se respetan entre
sí y les une una sincera amistad?).
■■ Cualquier buen o buena deportista debe respetar las reglas como todo buen ciuda-
dano o toda buena ciudadana debe respetar las leyes, aunque no le gusten, y si no le
gustan, debe luchar desde la legalidad para cambiarlas.
■■ Cualquier buen o buena deportista debe respetar la legítima autoridad (entrenadores
y entrenadoras, equipo arbitral) para que la práctica deportiva sea ordenada y organi-
zada, tanto en la competición como fuera de ella, como todo buen ciudadano o toda
buena ciudadana debe respetar a las autoridades legítimas (policiales, administrativas,
judiciales) para que la sociedad pueda desenvolverse con plenitud.
■■ Cualquier buen o buena deportista debe respetar a sus compañeros o compañeras
sea cual sea su raza, su cultura, su religión, su sexo, sus habilidades o capacidades,
como todo buen ciudadano o toda buena ciudadana debe respetar a sus conciudada-
nos y conciudadanas sea cual sea su origen, su género o su condición, porque todas
las personas somos diferentes y por eso también somos únicas.
■■ Cualquier buen o buena deportista debe respetarse a sí mismo, porque, en otro caso,
no podrá respetar a las otras personas, por lo que abandonaría, así, su lado humano, y,
en ese caso, el respeto sería un mito.

211
 . L a pa r t i c i pa c i ó n ,
2 1 t e
esencia d e l d e p o r
la participación como
eje del movimiento
olímpico
«LO IMPORTANTE NO ES GANAR,
SINO PARTICIPAR».
Pierre de Coubertin
Seguro que muchas veces has escuchado
esa famosa frase cuando practicas deporte
o cuando participas en alguna competición
deportiva. Es totalmente cierta. Pero es po-
sible que desconozcas su origen.
Es una frase que pronunció Pierre de Couber-
tin, quien, en realidad, dijo lo siguiente: «Lo
más importante del deporte no es ganar, sino
participar, porque lo esencial en la vida no es el
éxito, sino esforzarse por conseguirlo».
Y, ahora, os estaréis preguntando quién era
Pierre de Coubertin. Fue una persona ade-
lantada a su tiempo, lo que muchas veces
le debió de llevar a la incomprensión más
absoluta; sin embargo, habitualmente oí-
Theresa Zabe
ll Lucas
mos algunas de sus míticas frases, como la
que acabamos de recordar o estas que se
citan a continuación y que son verdaderas
lecciones de vida:
«LO MEJOR QUE TIENEN LOS
SUEÑOS ES QUE SE PUEDEN
HACER REALIDAD».
«EL ESPÍRITU OLÍMPICO TRATA DE
CREAR UN ESTILO DE VIDA BASADO
EN LA ALEGRÍA DEL ESFUERZO,
EN EL VALOR EDUCATIVO DEL
BUEN EJEMPLO Y EN EL RESPETO
UNIVERSAL DE LOS PRINCIPIOS
ÉTICOS FUNDAMENTALES».
Ahora vamos a conocer un poco más a Pierre,
barón de Coubertin. Fue un educador fran-
212
cés que desempeñó un papel fundamental
en la reactivación de los Juegos Olímpicos
en 1896, después de casi 1 500 años de sus-
pensión. Fue el fundador en 1894 del Comi-
té Olímpico Internacional (COI) y su presi-
dente entre los años 1896 y 1925. Coubertin,
nacido Pierre de Fredy, creó el movimiento
olímpico moderno.
El barón de Coubertin nació el 1 de enero
de 1863 en París en el seno de una familia
aristocrática y de artistas, de mucho pres-
tigio dentro de la alta sociedad francesa.
Su infancia y su juventud transcurrieron en
Normandía, cursó estudios en París y asistió
a la Escuela de Ciencias Políticas. Su padre
quería que fuese militar, pero su tempera-
mento sensible chocó con la dura disciplina
de la Academia Militar de Saint-Cyr. Dejó la

carrera de las armas para embarcarse en un
reto que se convertiría en la obra de toda su
vida: la renovación de la sociedad francesa.
Se dedicó a la pedagogía, disciplina en la
que sintió realizados sus ideales.
Tras tomar la decisión de dedicarse por com-
pleto a la pedagogía, se marchó a Inglaterra
a perfeccionar sus conocimientos, y allí co-
noció la singular doctrina del «cristianismo
muscular», que preconizaba la búsqueda de
la perfección espiritual por medio del depor-
te y de la higiene. Se convirtió en el discípulo
de un pastor anglicano que era uno de los
más destacados seguidores de esta peculiar
interpretación del cristianismo.
Coubertin comenzó a divulgar por Francia los
conocimientos que había aprendido en Ingla-
terra. Para ello, creó sociedades atléticas en
los institutos y fundó la primera revista dedi-
cada al deporte, logrando que el gobierno
francés incluyera el deporte en sus programas
de la Exposición Universal de 1889.
El ministro de educación lo envió a Estados
Unidos para que continuara su investigación
sobre los métodos de enseñanza y se instru-
yera sobre los métodos para fomentar el de-
porte. De ser practicado por minorías o solo
en el colegio, el deporte se puso de moda y
despertó entusiasmo general. Sus viajes por
Estados Unidos e Inglaterra lo llevaron a la
conclusión de que el ejercicio físico constituía
un elemento de gran valor en el desarrollo
intelectual de la juventud.
En Francia se crearon asociaciones depor-
tivas en los colegios, que empezaron a
organizar competiciones deportivas entre
213
El atleta italiano Stefano Baldino da la vuelta
de honor al estadio Panathinaiko tras ganar la
prueba de maratón de los Juegos Olímpicos
de Atenas 2004.
ellos. En una de aquellas competiciones, se
empleó el eslogan «Citius, Altius, Fortius»
(«Más rápido, más alto, más fuerte»), que
Pierre de Coubertin adoptó como el lema
que representa el espíritu de los Juegos
Olímpicos modernos.
Pierre de Coubertin comenzó a soñar con
convocar a una extraordinaria competición
a deportistas de todo el mundo, bajo el sig-
no de la unión y de la hermandad, sin ánimo
de lucro y con el deseo de conseguir la glo-
ria, de competir por competir, significado
que se expresa en la famosa frase ya citada
«Lo importante no es ganar, sino partici-
par». La idea de Coubertin sufrió la indife-
rencia inicial, pero, como él mismo sostenía,
«lo mejor de los sueños es que se pueden
hacer realidad».
 Pierre de Coubertin, fotografiado
en noviembre del año 1914.
V. VALORES DEL DEPORTE
21. La participación, esencia del deporte
Viajó por multitud de países hablando de
paz, de comprensión entre los seres huma-
nos y de unión, relacionando estas aspira-
ciones con el deporte, e intentando con-
vencer a todo el mundo. Al fin, en la sesión
del Congreso Internacional de Educación
Física que se celebró en La Sorbona de Pa-
rís el 26 de junio de 1894 se decidió instituir
los Juegos Olímpicos.
La idea no fue bien recibida de forma gene-
ralizada, como, por ejemplo, en Inglaterra,
y la opinión pública se quedó al margen del
proyecto. En otros países, como en Alema-
nia, reaccionaron intentando boicotear los
Juegos, y en Grecia se opusieron a ellos. En
este último país, incluso, su jefe de gobier-
no quiso impedir su celebración por el cos-
te que podía suponer para Grecia.
Coubertin debió de ser una gran mediador,
ya que consiguió que el príncipe heredero
de Grecia, el duque de Esparta, intercediera
ante el emperador de Alemania y conven-
ciera a los ingleses y a su propio gobierno.
El príncipe logró que se emitiera una serie
filatélica de sellos conmemorativos para
conseguir el dinero para realizar los Juegos.
Además, creó una suscripción pública con
muy buenos resultados y persuadió a Geor-
ge Averoff, un rico hombre de negocios y fi-
lántropo de Alejandría, para que corriera con
los gastos de la reconstrucción del estadio
de Atenas.
214
En marzo del año 1896, el duque de Espar-
ta descubrió la estatua del mecenas George
Averoff y del rey Jorge de Grecia y en su dis-
curso de inauguración pronunció por prime-
ra vez las palabras rituales que reanudaron el
movimiento olímpico: «Declaro abiertos los
Primeros Juegos Olímpicos Internacionales
de Atenas».
750 000 personas presenciaron en el estadio
Panathinaiko de Atenas los primeros Juegos
Olímpicos de la nueva era, y en ellos partici-
paron 241 atletas de 14 países. Habían pasado
dos años desde que Pierre de Coubertin fun-
dase el Comité Olímpico Internacional en París,
entidad que presidió hasta su dimisión en 1925,
cuando fue nombrado presidente de honor.
 Experiencia
PERSONAL
El reflejo de la participación en la vida
deportiva de Theresa Zabell
Ahora que hemos descubierto la proceden-
cia de las importantes frases pronunciadas
por Pierre de Coubertin y que hemos repa-
sado su impacto en la historia de los Juegos
Olímpicos modernos, seguro que recono-
cemos cómo nos han afectado personal-
mente. Por eso, a continuación voy a contar
mi experiencia personal.
En mi larga vida deportiva he pasado por
muchos altibajos, tanto deportivos como
anímicos. Reconozco que soy humana y que
las dos medallas de oro olímpicas que he
ganado, junto a los cinco campeonatos del
mundo y otros muchos premios más, son fru-
to del trabajo duro y del sacrificio. ¿Ha mere-
cido la pena? Sí, rotundamente sí. Soy de las
deportistas que piensan que lo importante
en un deporte es participar y superarse cada
día. Y, además, con esfuerzo, los resultados
llegan seguro. Esta circunstancia la he vivido
varias veces en mis casi veinte años como
deportista de élite, y el resultado siempre ha
sido el mismo: me he sentido satisfecha de
haber participado y aprendido de mis riva-
les, y cuando, además, he obtenido alguna
victoria, la satisfacción ha sido aún mayor.
Los triunfos en el deporte valen para au-
mentar tu autoestima mientras estás en
activo y, también, para ser espejo de las
personas más jóvenes que comienzan su
andadura deportiva. En la juventud, lo pri-
mero que hay que inculcar son los valores
que lleva consigo el deporte. Algunos de
esos valores no son tan relevantes en otros
ordenes de la vida, porque en el deporte lo
que debe primar es la participación y la co-
laboración entre deportistas y saber perder
tanto como saber ganar. Es una sensación
que no todo el mundo ha percibido o sabe
percibir; por eso, desde la infancia hay que
215
Theresa Zabell y Patricia Guerra, medallistas
de oro olímpicas en la clase 470 de vela
en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
acostumbrar a las personas a que la vida da
muchas vueltas, por lo que unas veces se
gana y otras se pierde.
Desde muy pequeña me he educado en los
valores del deporte. Mi familia y mis entrena-
doras y entrenadores me los han ido inculcan-
do. También lo he visto en mis ídolos y en mis
rivales. Siempre he luchado por participar en
unos Juegos Olímpicos. Ese era mi objetivo
primordial: poder desfilar en un estadio de
cualquiera de los Juegos Olímpicos en los
que pudiera participar por mi edad y por mis
méritos. Reconozco que no me fue fácil, e in-
cluso que una vez tiré la toalla; pero siempre
he sido capaz de retomar mi camino gracias a
la educación que he recibido.

V. VALORES DEL DEPORTE
21. La participación, esencia del deporte
La participación como modo de superación de la frustración
Mi mayor frustración deportiva llegó en el
año 1988, cuando no fui seleccionada por
la Federación Española de Vela para repre-
sentar a España en la prueba de la clase
470 durante los Juegos Olímpicos de Seúl,
aunque consideraba que por mis resulta-
dos deportivos me había ganado la clasi-
ficación.
En ese momento, decidí marcharme a In-
glaterra a estudiar y lo dejé todo. No que-
ría saber nada de mi deporte, esa pasión
que tanto me había dado y que tanto tenía
que darme en el futuro. Por entonces tenía
solo 23 años y estaba viviendo el momento
más duro de mi carrera deportiva.
Gracias a los profundos valores que me ha-
bían inculcado en mi corta vida deportiva
y a la insistencia de mi familia decidí volver
y retomar mi carrera. Me puse manos a la
obra y en tan solo tres años obtuve los re-
sultados que avalaron mi duro trabajo. En
1992 gané el campeonato de Europa y el
campeonato del Mundo que se celebró en
España, concretamente en Rota, y también
la medalla de oro en los Juegos Olímpicos
celebrados en Barcelona ese año.
Esta representó para mí una de las leccio-
nes que te da la vida de vez en cuando, y
gracias a ella asimilé verdaderamente la im-
portancia que tiene una buena educación
deportiva.
Theresa Zabell y Begoña Vía Dufresne, en plena regata,
se convirtieron en campeonas olímpicas en la clase 470
de vela en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
El juego limpio, la solidaridad, el trabajo
y el sacrificio me devolvieron, a modo de
premio, muchas de las cosas que había sa-
crificado para llegar a conquistar mi sueño.
No solo había participado en unos Juegos
Olímpicos, sino que había conseguido subir
a lo más alto de podio.
Las Olimpiadas de Barcelona 92 fueron una
prueba difícil para mí. Además de competir
«en casa», con la responsabilidad que eso
conllevaba, comenzamos la competición con
una descalificación que nos dejaba a la cola
de la flota, pero, una vez asumida la decisión
de los jueces, lejos de desmoralizarnos, nos
levantamos y redoblamos nuestros esfuer-
zos. Día a día, fuimos perseverando en nues-
tro empeño de hacerlo lo mejor posible, y
así llegamos al primer escalón del podio.
Cuando abandoné la práctica deportiva
de alta competición, seguí apoyándome
en esos valores y adaptándolos a otros
ámbitos de la vida que nada tienen que
ver con el deporte.
Mi agradecimiento al deporte es tan gran-
de que decidí, una vez retirada de las dri-
zas y de las escotas, devolverle al mar y al
deporte todo lo que me había dado. No
fue fácil tomar la decisión, porque, aun-
que el deporte me había dado muchas sa-
tisfacciones, no me había dejado en muy
buenas condiciones económicas. Pero no
216
importaba, con trabajo y con sacrificio lo-
gré dar a luz otro de mis sueños: Ecomar,
una fundación sin ánimo de lucro que se
dedica a la educación en el medio mari-
no, pero a través del deporte y enfocada
a la infancia, a niñas y a niños de entre 7 y
14 años, que yo considero el período de
edad ideal para asimilar los valores de la
vida y del deporte.
Ya han pasado veinte años desde que em-
prendí esta tarea y por nuestra fundación
han pasado casi tres millones de niños y de
niñas que han disfrutado de innumerables
proyectos, todos ellos medioambientales,
y apoyados en el deporte y en sus valo-
res. Una buena alimentación, el consumo
responsable, el reciclaje, la limpieza de
los océanos, el respeto a los animales…, y
muchos otros objetivos se sustentan en los
valores que ahora, desde la fundación Eco-
mar, intentamos inculcar en la infancia.
Es muy satisfactorio ver cómo los niños y
las niñas asimilan la importancia del traba-
jo en equipo y la necesidad de compartir
actividades tanto medioambientales como
deportivas. Ecomar es una escuela de valo-
res que está construida sobre unos cimien-
tos que, desde la década de 1980, forman
parte de mi carácter y de mi personalidad, y
que pienso seguir cultivando y fortalecien-
do durante toda mi vida.
EL JUEGO LIMPIO,
LA SOLIDARIDAD, EL TRABAJO
Y EL SACRIFICIO NOS AYUDAN A
LOGRAR NUESTROS SUEÑOS.

Consejos para fomentar la participación

■■ En el deporte, el objetivo final es importante, pero aún lo es más el camino que
recorremos para lograrlo. Lo más destacado es, pues, disfrutar del camino.
■■ Aunque una persona no consiga los objetivos deportivos que se haya pro-
puesto, el hecho de practicar un deporte y de marcarse un objetivo pro-
porciona una serie de enseñanzas que son de gran ayuda a la hora de
afrontar otras situaciones en la vida. Por eso, practicar un deporte es un
aprendizaje para la vida.
■■ Los seres humanos tendemos a recordar solo un 10 % de lo que leemos,
un 20 % de lo que escuchamos…, pero somos capaces de asimilar hasta un
90 % de lo que hacemos. Hacemos deporte, razón por la que es una gran
escuela, y, en mi opinión, de las mejores.
■■ Los sueños se pueden hacer realidad, como ya dijo Pierre de Coubertin.
¡Perseguidlos!
 22. Lo s v a l o r e s
e e n l a v i da d i a r i a
del de p o r t
¿qué queremos decir
cuando hablamos
de «valores»?
Los valores son cualidades, creencias,
principios y actitudes que vamos adqui-
riendo a lo largo del tiempo y que nos
ayudan a ser mejores personas. Y en este
aspecto, la práctica deportiva, ya se trate
simplemente del ejercicio físico o del de-
porte de competición, es una de las activi-
dades más importantes y que más puede
ayudar en la educación integral durante
la infancia y la juventud, porque a través
de ella, además de desarrollar aspectos
formativos, también podemos aprender
valores, hábitos saludables, recursos y
fortalezas que nos servirán a lo largo de
nuestras vidas.
El deporte a estas edades incluye diversión,
amistades, ilusión, esfuerzo y recompensas,
pero, a la vez, también exige disciplina, su-
peración personal, compromiso y control
emocional.
José Manu el Beirán Loza
no y Fernando Romay Pe
Naturalmente, el deporte no es la única
herramienta que puede ayudarnos a de-
sarrollar esos valores, aunque en su caso
contamos con la ventaja, que hay que
aprovechar, de que normalmente es una ac-
tividad que resulta muy atractiva y divertida
durante la juventud y para la que, en princi-
pio, se tiene la necesaria motivación.
Esa predisposición favorable en la juventud
facilita que todo lo que suceda en la acti-
vidad deportiva tenga un gran impacto. Es
responsabilidad de las personas adultas in-
volucradas en ella que ese impacto tenga
consecuencias positivas en su desarrollo.
A través del deporte, aparte de los im-
portantes valores que son mencionados
muchas veces, como son el esfuerzo, la
constancia, la superación de dificultades,
la integración, el trabajo en equipo o la ca-
pacidad de aceptar de forma razonable las
218
reiro
consecuencias de las propias decisiones,
cabe destacar algunos más que podemos
transmitir a la juventud.
En primer lugar, el respeto. Cualquier buen
deportista aprende a respetar el compromi-
so adquirido con el equipo, con los compa-
ñeros o las compañeras y consigo mismo, y
a respetar al entrenador, a los rivales y a los
árbitros, aunque sean diferentes o no com-
parta su punto de vista.
Respeto también es el fair play o el juego
limpio: intentar ganar sin trampas, aplican-
do el máximo esfuerzo. Esta actitud supone
respetar las reglas de juego, respetar a las
demás personas y, de esa manera, respetar-
se también personalmente.
Esta forma de actuar puede generalizarse
al resto de situaciones a las que tendrá que
enfrentarse cualquier deportista a lo largo
de su vida para convertirse en una persona
honesta que acepta y respeta las normas y
se rige por un código ético.
Otro valor destacado es el autocontrol, que
es la capacidad de dominar los impulsos y las
conductas perjudiciales para el rendimiento
individual o el del equipo. Consiste en ser
capaz de controlar las propias emociones y
que no sean ellas las que nos dominen.
Tener autocontrol es fundamental en el
ámbito deportivo y a lo largo de la vida
de cualquier persona para ser más fuerte
mentalmente, para ser más independiente
y para tomar decisiones correctas para sí y
para las demás personas.
También constituye un valor destacable la
humildad. Ningún deportista es tan bueno
que gane siempre. Todos logran éxitos, pero
inevitablemente también sufren derrotas,
independientemente del nivel o de la ca-
tegoría en la que compitan. Además, esas
derrotas son necesarias para crecer como
deportista y como persona, para hacerse
más fuerte mentalmente y para mejorar.
Vemos continuamente que cuando alguien
se confía en exceso o da el partido por ga-
nado antes de tiempo suele acabar rindien-
do por debajo de su nivel o perdiendo in-
cluso contra rivales inferiores.
Otro aprendizaje que favorece el depor-
te y que es un gran valor hoy en día es la
adquisición de la capacidad de aplazar
las recompensas: muchas veces se trasla-
da a la juventud la idea de que si quiere
algo, lo puede conseguir inmediatamente,
que tiene derecho a ello sin tener que pa-
gar un coste para lograrlo. Sin embargo,
cualquier deportista es consciente de que
todo el esfuerzo realizado, el cansancio, y
a veces el sufrimiento que suponen unos
duros entrenamientos, no tiene un reflejo
219
inmediato en la mejora o en el rendimien-
to. Pero también sabe que si sigue traba-
jando con constancia, logrará resultados
más adelante, a veces después de pasar
semanas o meses e, independientemente
de que consiga o no los objetivos propues-
tos, va a experimentar la satisfacción que
produce el trabajo bien hecho y no va a
tener nada que reprocharse.
En el deporte no existen los atajos o el ca-
mino fácil. Esta es también una enseñanza
fundamental en cualquier aspecto de la
vida: cuanto más importante o atractivo sea
el objetivo que nos propongamos más cos-
te deberemos pagar para conseguirlo.
«HE FALLADO UNA Y OTRA VEZ EN
MI VIDA, POR ESO HE CONSEGUIDO
EL ÉXITO».
Michael Jordan
 V. VALORES DEL DEPORTE
22. Los valores del deporte en la vida diaria
Experiencias
PERSONALES
La fortaleza de José Manuel Beirán
Todas las personas a lo largo de su vida pasan
por malos momentos, dudas, desánimo, y en
el caso de los deportistas, además, por las in-
evitables lesiones más o menos graves. Pero
incluso hasta esas situaciones pueden ser una
oportunidad para aprender y para hacerse
más fuerte mentalmente una vez superadas.
En mi caso, padecí una grave lesión de ro-
dilla que necesitó una intervención quirúrgi-
ca y una lenta rehabilitación, muchas veces
dolorosa, que me tuvo apartado del balon-
cesto cerca de un año, y además en un mo-
mento en el que empezaba a sentirme más
importante en el Real Madrid.
Cuando recuerdo la situación, no lo hago
con la sensación de haber perdido un año
sin jugar, sino de haber podido aprender en
ese tiempo muchas cosas que me han servi-
do desde entonces.
Aprendí a conocerme mejor, a valorar el es-
fuerzo y el trabajo que había realizado, a sa-
José Manuel Beirán durante la presentación
del Real Madrid de baloncesto de la temporada
1982-1983.
220
ber hasta dónde podía llegar, a disfrutar de
cosas a las que antes no les daba tanto valor
y a darme cuenta de que todo lo que nos
importa, todo lo que queremos alcanzar tie-
ne un coste proporcional que hay que pagar,
pero que si lo haces, consigas o no tu objeti-
vo, nunca te sentirás insatisfecho.
Aprendí que, en una gran parte, alcanzar los
propios objetivos depende de ti, de lo que
seas capaz de esforzarte para conseguirlos
y que para eso tienes que involucrarte en
andar el camino que conduce hasta ellos y
en asumir tu responsabilidad.
Aprendí que incluso las situaciones que nos
pueden parecer negativas, si las afrontamos
de la forma correcta, como un reto que que-
remos superar, y no solo las interpretamos
como una amenaza o como una injusticia,
pueden, con el tiempo, llegar a resultar posi-
tivas y a ayudarnos a crecer y a mejorar como
personas y también como deportistas.
Lograr tus objetivos depende de ti,
de lo que seas capaz de esforzarte
para conseguirlos.
 Experiencias PERSONALES
La sana rivalidad de Fernando Romay
A lo largo de mi carrera, muchas veces des-
pués de finalizado un partido de gran rivali-
dad, en el que nos jugábamos mucho y en el
que incluso habíamos vivido situaciones de
enorme tensión tanto en la pista como en las
gradas, si teníamos ocasión, podíamos salir
a cenar o a charlar con algunos de los juga-
dores con los que nos habíamos enfrentado.
Sin embargo, las personas que no entienden
correctamente el deporte pensaban que
eran nuestros enemigos irreconciliables.
Especialmente, recuerdo los partidos en-
tre el Real Madrid y el Barcelona. En ellos,
había una gran rivalidad, en gran parte fo-
mentada y seguida por los medios de comu-
nicación y por las aficiones, entre Fernando
Martín y Audie Norris. Sostenían unas luchas
durísimas (alguna vez me tocó estar en el
medio) y no se terminaban del todo al aca-
bar el partido.
En una de esas temporadas sucedió el des-
graciado accidente de tráfico en el que
murió Fernando cuando acudía a jugar un
partido en Madrid. Al día siguiente, a su ve-
latorio acudió todo el baloncesto español
y jugadores de todos los equipos, pero lo
que más me impresionó fue ver a Norris, el
rival con el que tenía las batallas más en-
carnizadas, con su tremenda humanidad,
llorando desde el primer momento.
Con el paso del tiempo, una vez retirados,
seguimos teniendo contacto de vez en
cuando con muchos de esos jugadores con
los que hemos tenido más que palabras en
los partidos, y aunque con la mayoría solo
he coincidido como rival y no como com-
pañero en ningún equipo, creo que nos
apreciamos y que nos vemos como buenos
amigos, porque hemos tenido intensas vi-
vencias comunes y todos hemos sido im-
portantes en la vida de los otros.
Gran parte de lo que conseguimos fue gra-
cias a tener rivales tan buenos o mejores
que nosotros, que nos han exigido esforzar-
nos al máximo, estar centrados en nuestros
objetivos, no relajarnos nunca y sacar lo me-
jor de nosotros.
Creo que tu verdadero nivel en cualquier
actividad en la que participes te la da la ca-
tegoría de tus rivales. Pero entre la afición,
generalmente la más radical, hay personas
que no entienden o a las que no se les expli-
ca correctamente esa relación y que llevan
la rivalidad más allá de la cancha de juego y
de los partidos.
Los rivales nos hacen mejores,
pues nos impiden relajarnos y nos
obligan a esforzarnos al máximo
para sacar lo mejor de nosotros.
Fernando Romay durante un partido de la selección
española durante el Campeonato de Europa
de Baloncesto de 1987.
 V. VALORES DEL DEPORTE
22. Los valores del deporte en la vida diaria
la formación personal
mediante el
deporte
Para que el deporte sea durante la infancia y
la juventud una herramienta formativa y be-
neficiosa, hay que utilizarlo correctamente. La
responsabilidad de las personas adultas im-
plicadas en esa tarea, profesores, entrenado-
res y padres y madres es enorme.
Debemos tener claro que el simple hecho
de hacer deporte, sin más, no garantiza que
se consigan esos objetivos. Si no se hace
bien, puede que no tenga esos efectos be-
neficiosos, y, lo que es peor, a veces pue-
de llegar a ser perjudicial. El deporte mal
entendido también tiene graves peligros y
puede favorecer las trampas, el dopaje, el
fanatismo, la violencia o la intolerancia.
Que se consigan o no los potenciales be-
neficios de la práctica deportiva va a venir
determinado por la manera en la que se
plantee y por la forma de transmitirla de las
personas adultas responsables.
El entrenador o la entrenadora de jóvenes
tiene una gran influencia en sus deportistas,
y tiene que asumir una responsabilidad que
se extiende más allá de un resultado depor-
tivo, ya que a través de su comportamiento
puede contribuir, positiva o negativamente,
al desarrollo deportivo y humano de los ni-
ños y los jóvenes a los que entrena.
Aprendemos mucho más de lo que vemos,
del ejemplo de las personas que conside-
ramos relevantes, que de lo que nos dicen
esas mismas personas. Por ejemplo, cuan-
do en un partido el entrenador o un padre
o una madre falta al respeto a un árbitro, lo
que puede aprender el niño o la niña que
observa esa conducta es:
■■ Que los errores no se perdonan (sin embar-
go, son parte inevitable del aprendizaje y
bien manejados constituyen la única mane-
ra de mejorar en cualquier actividad que se
emprenda en la vida).
■■ Que no es necesario respetar a una figura
de autoridad (sin la que, además, sería im-
posible competir), y de esa forma puede
que generalice esa falta de respeto a otras
figuras de autoridad tan importantes como
el entrenador, el docente o, incluso, más
adelante, a los propios progenitores.
■■ Que lo único importante es ganar a cual-
quier precio (porque cuando el árbitro se
equivoca a nuestro favor, no nos queja-
mos) con el riesgo que eso implica.
222
El deporte mal entendido
es peligroso, pues puede favorecer
las trampas, el dopaje, el fanatismo,
la violencia y la intolerancia.
Como deportistas de alto nivel, nosotros he-
mos tenido la suerte de llegar a competir en
los campeonatos mas importantes de nues-
tro deporte, el balocesto, como varios de
los deportistas que intervienen en este libro
en sus respectivas especialidades. La gran
mayoría de jóvenes que practican deporte
no van a llegar a ser profesionales, porque
tendrán otras prioridades u otros intereses
o porque no alcanzarán el nivel suficiente,
pero, independientemente de la categoría a
la que lleguen, todo el mundo puede bene-
ficiarse de su actividad deportiva.
Además, esa forma de entender el deporte
como parte de la formación personal no es
incompatible en absoluto con la posibilidad
de llegar a ser deportista de alto nivel en el
futuro, si es que una persona joven decide
intentar dedicarse más en serio al depor-
te. Al contrario, será mejor deportista, más
completo y mejor formado, para su deporte
y para su vida.
Estamos seguros de que sin el deporte se-
ríamos personas totalmente distintas, más
incompletas y probablemente peores en
muchos aspectos.
223
VOCES DEL
«lo importante no es
llegar a la cima, sino
disfrutar del camino»
gema JAVIER
victoria hassen-bey Alberola Rojas
gonzález Árbitro de la primera
división de fútbol española.
Colegiado más joven en
ascender a 1.ª división.

«debemos tener respeto

y educación en el deporte
y en la vida»

Medallista paralímpica de bronce en

espada individual y doble medallista
paralímpica de bronce en espada
por equipos.
DEPORTE
marta
arce payno
«nunca es tarde para
empezar un camino nuevo,
la superación y la pasión
son la clave»

Doble medallista paralímpica de plata

y medallista paralímpica de bronce
de yudo.
 educar para el juego
limpio en las aulas
Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León.
La práctica habitual de alguna
actividad física fuera del aula
mejora los índices de satisfacción
vital y los resultados escolares.
Es un honor para mí participar en este her-
moso proyecto editorial sobre el juego lim-
pio en el que intervienen tantos y tan desta-
cados especialistas y en el que mi admirado
amigo Francisco Javier Martín del Burgo Si-
marro, ese hidalgo castellanomanchego, de
la misma estirpe espiritual que D.º Quijote
en su lucha contra los poderosos de este
mundo y contra cualquier forma de abuso
y de injusticia, ha marcado de forma indele-
ble su impronta personal.
Es absolutamente necesario educar a nues-
tros escolares en el juego limpio en cual-
Fernando Rey Martínez.
quier cancha y también fuera de ella. Resulta
perentorio que descubran y que disfruten de
los valores del deporte y que los apliquen en
su vida. Platón exigió (en la República, 376c)
«gimnasia para el cuerpo y música para el
alma».
Pero, en realidad, el deporte no solo resul-
ta bueno para el cuerpo, para obtener una
correcta forma física y para mejorar la salud,
previniendo enfermedades de todo tipo,
sino que además contribuye a mejorar los
otros dos aspectos que componen eso que
llamamos «ser humano»: el psicológico, au-
mentando la autoestima y construyendo la
personalidad, y también el social, pues la
actividad física nos ayuda a relacionarnos
con las demás personas, a mejorar el ren-
dimiento profesional, a prevenir las conduc-
tas de riesgo ligadas al consumo de alcohol
226
y de drogas o aquellas otras asociadas a la
vida sedentaria.
La sociología nos dice que el deporte tam-
bién es útil para integrar a los colectivos en
riesgo de exclusión o de marginación social,
para enseñar responsabilidad a jóvenes en
situación de riesgo, para prevenir y para
tratar la drogodependencia, para recuperar
barrios marginados, para la reinserción en
las instituciones penitenciarias, para favo-
recer la socialización de personas mayores
y para activar diversas capacidades en las
personas con diversidad funcional.
El informe PISA sobre bienestar de los es-
tudiantes de abril del año 2017 nos revela
que aquellas personas que realizan habi-
tualmente alguna actividad física fuera del
aula tienen mejores índices de satisfacción
vital y mejores resultados escolares. Pero
también nos muestra, de modo preocu-
pante, que la población española está unos
puntos por debajo de la media de la OCDE
en la realización de actividad física fuera
del aula; que hay un relevante sesgo de
género en este asunto, porque las mujeres
hacen menos actividad física que los hom-
bres; que el alumnado pasa muchas horas
al día sentado delante de alguna de las
múltiples pantallas que empleamos conti-
nuamente (el 22 %, seis horas, nada menos).
Los beneficios físicos, psicológicos y so-
ciales de la actividad física son, pues, evi-
dentes y necesarios. Esto es un truismo.
Actividad física y deporte educan, sí, pero
también se debe educar en ellos, porque
pueden promover conductas indeseables:
el deseo irrefrenable de ganar por encima
de todo (ya Montesquieu advirtió de que el
deporte gusta porque halaga la avaricia, es
decir, la esperanza de poseer más); el odio
o el desprecio a los rivales o a las personas
menos hábiles; las faltas de respeto; la va-
nidad narcisista que afecta a determinadas
estrellas del deporte.
A veces, el deporte se sigue con demasiada
pasión: el gran entrenador de fútbol inglés
William Shankly dijo que «muchos creen
que el fútbol es un juego a vida o muerte,
pero es mucho más que eso». Fascinatio
fugacitatis. Por no hablar de la actitud que
mantienen algunos padres y algunas ma-
dres hacia el deporte competitivo que prac-
tican sus hijas e hijos.

En el ámbito educativo deben
predominar el juego limpio y el
respeto a las reglas, tanto en el
deporte como en la vida.
Hay que enseñar a ganar y también a per-
der. A todas las personas. El deporte no se
entiende sin un cierto espíritu competitivo
(Paco Umbral lo definió como una estiliza-
ción de la guerra). En el ámbito educativo,
debe predominar, sin duda, el componente
lúdico (lo lúdico es lúcido) y formativo, pero,
por encima de todo, el juego limpio y la ob-
servancia de las reglas, tanto en el deporte
como en la vida.

227
VI. funda m e n t o s
j u r í d iec o s d
éticos y o r t i va
la práctica d e p

Capítulo 2l d3eporte
El fomento de n española
en la Constitució a
do Alcubill
Enrique Arnal

Capítulo 2ét4icos
Los principios ica
de la Carta Olímp
ll Lucas
Theresa Zabe

Capítulo 25
Los derechos deporte
de la infancia y el
na Páez
Emelina Santa

Capítulo 2l ju6ego
El fomento de co
limpio por la Unes icuña
García de V
Olaia Abadía
ra Marrero
Antonio Segu
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
23. El fomento del deporte en la Constitución española
e n t o d e l d e p o r t e
23. El f o m
o n s t i t u c i ó n e s p a ñ
en la C
las constituciones
y el deporte
Qué es una constitución
Una constitución es la norma jurídica supre-
ma de una comunidad organizada como Es-
tado. Se califica como norma jurídica funda-
mental porque es la primera, de manera que
está por encima de todas las demás (leyes,
reglamentos, órdenes…) y, por tanto, todas
derivan de ella y no la pueden contradecir,
precisamente porque es la norma funda-
mental en la que se basa todo el ordena-
miento jurídico del Estado.
Ahora bien, una constitución no es solamen-
te una norma jurídica vinculante y obligatoria
para las personas y para las instituciones a
o l a
Enrique Arnal
do Alcubilla
las que va destinada, que son la ciudadanía
y los poderes públicos, sino que, además, la
constitución define el alma, el ser de una na-
ción, sus fines y sus objetivos, los principios
y los valores en los que se asienta. Por esta
razón requiere estabilidad, continuidad en el
tiempo, y se protege mediante un procedi-
miento que dificulta su reforma.
Toda constitución se estructura en dos par-
tes diferenciadas:
■■ La parte dogmática, que recoge los de-
rechos y las libertades fundamentales
de la ciudadanía, que son de tres tipos
o clases: derechos individuales, derechos
de participación y derechos económicos,
sociales y culturales.
230
L a parte orgánica, que contiene el modo
■■
en que se organizan los poderes del Es-
tado, su composición, su estructura y su
funcionamiento, y las competencias de
cada uno de ellos.
Así pues, el contenido de una constitución
es la garantía de los derechos de la ciuda-
danía y de la separación entre los distintos
poderes que constituyen el Estado, pero,
además, en su base se encuentra el prin-
cipio que da sentido a toda la arquitectura
constitucional: la soberanía nacional, que
se atribuye al pueblo, cuyos miembros, en
tanto que ciudadanas y ciudadanos son ti-
tulares de derechos, y de ella derivan todos
los poderes del Estado.

La Constitución
española de 1978
La historia constitucional española puede
resumirse en estas notas:
■■ Falta de estabilidad, pues en siglo y me-
dio hubo nueve constituciones, sin contar
las que se quedaron en proyectos y otras
que no llegaron a promulgarse.
■■ Incapacidad de construir un verdadero
sistema liberal-democrático.
■■ Inaplicación en la práctica, pues la vida
política no se adecuaba a sus disposicio-
nes, y, en consecuencia, falta de respeto
de la supremacía constitucional.
Salida del Maratón Popular de Madrid
(MAPOMA) del año 2008.
 , por último, falta de acuerdo o de con-
Y deja al margen el hecho deportivo.
■■
senso entre las fuerzas políticas sobre sus
contenidos, de forma que cada partido
quería una constitución a su medida.
La Constitución española de 1978 rompe
con esta negativa tradición y, por fin, con-
figura un régimen democrático clásico que
se funda en la afirmación del principio de
soberanía nacional, que se atribuye al pue-
blo español en su conjunto, en su totalidad,
y, por tanto, no a partes y grupos o terri-
torios (art. 1.2), en el reconocimiento y en
la garantía de los derechos y de las liberta-
des fundamentales (Título I, arts. 10 a 55) y
en la definición de la separación entre los
distintos poderes del Estado, atribuidos a
231
titulares diferentes: legislativo, ejecutivo y
judicial (Títulos II a VI).
La Constitución de 1978 se proclama como
norma suprema para toda la ciudadanía, obli-
gatoria y vinculante (art. 9.1), supremacía que
se garantiza por el Tribunal Constitucional
(Título IX), y en su dimensión valorativa pro-
pugna como los valores superiores del orde-
namiento jurídico la libertad, la igualdad, la
justicia y el pluralismo político (art. 1.1), en ín-
tima relación con el respeto de la dignidad de
la persona, de la ley y de los derechos de las
demás personas (art. 10.1) como fundamento
del orden político y de la paz social.
Es, por lo demás, una Constitución consen-
suada, pactada entre todos los actores po-
líticos. Es una Constitución adecuada a la
sociedad que ha de regir, en tanto que da
respuesta a los problemas enquistados de la
sociedad española, cuya transformación pre-
tende (art. 9.2). Es una Constitución integra-
dora y se sitúa dentro de las corrientes del
constitucionalismo de nuestros días, lo que
explica, como nos interesa destacar, que no
La «constitucionalización»
del deporte
El deporte, como lo entendemos actual-
mente, nació a mediados del siglo xix, cuan-
do se comenzó a someter los juegos a reglas
que habían de ser respetadas. El deporte es,
pues, una realidad contemporánea que nace
de y en la sociedad al margen de cualquier
intervención pública. Por esta razón vivió aje-
no a cualquier constitución, ninguna de las
cuales hace referencia a la actividad deporti-
va durante el siglo xix y parte del xx.
 Bien entrado el siglo xx se constatan las evi-
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
23. El fomento del deporte en la Constitución española
dentes carencias derivadas del hecho de
que el Estado se inhiba de los problemas
económicos y sociales que padece la socie-
dad, y se reclama su intervención para fa-
cilitar, real y efectivamente, las condiciones
mínimas para que toda la ciudadanía, con
independencia de sus recursos, acceda a
un mínimo de bienestar, de calidad de vida
y de servicios educativos, sociales y de sa-
lud. El Estado se convierte en Estado social,
asistencial y, por tanto, intervencionista (y
no abstencionista). Por esa razón, las consti-
tuciones que nacen en el marco del Estado
social no pueden olvidar el hecho deporti-
vo, pues es de interés público fomentar la
actividad deportiva en tanto que contribuye
al libre y pleno desarrollo de las personas, a
la cohesión y a la convivencia sociales, a la
educación integral, a la mejoría de la salud
y al bienestar en general. En fin, el depor-
te, ya «constitucionalizado», se convierte en
símbolo de la idea de calidad de vida que el
Estado debe procurar a la ciudadanía. Aun-
Panorámica del estadio olímpico durante los Juegos
Olímpicos de Berlín 1936, ejemplo paradigmático
de instrumentalización política del deporte.
que, ciertamente, la «constitucionalización»
del deporte comienza en los ya extintos Es-
tados socialistas o democracias populares.
La primera de las referencias se encuentra
en la Constitución de la República Demo-
crática Alemana de 1968, y le siguen las de
Bulgaria, la desaparecida Checoslovaquia
(actualmente dividida entre los estados de
República Checa y Eslovaquia), Albania, Ru-
manía y la Unión Soviética (actual Rusia), y
fuera del continente europeo Cuba y China.
Ahora bien, sin perjuicio del reconocimiento
del derecho a la cultura física y del deporte,
en tales constituciones se encierra una clara
voluntad de instrumentalización política del
deporte y de los deportistas al servicio de
los fines y los intereses del Estado y del par-
tido único, como, por cierto, fue ostensible
en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, al
servicio entonces de la Alemania hitleriana y
del partido nacionalsocialista, o en los dis-
tintos Juegos Olímpicos celebrados hasta la
caída del muro de Berlín durante los que los
triunfos de los atletas de estos países se en-
232
tendían como ejemplo de la supremacía del
modelo comunista sobre el occidental.
Frente a la pretensión de las constituciones
de los Estados socialistas, las de los Estados
democráticos-liberales o democracias occi-
dentales no pretenden la estatalización del
deporte, sino su promoción, por sus efectos
positivos en la vida social.
Siempre se cita como ejemplo inicial la Cons-
titución francesa de 1958, en cuyo Preámbulo
se constata el deber de la república de prote-
ger la salud, el descanso y el ocio, obligación
que es el fundamento de la ley francesa del
deporte de 1984, en la que se establece que
las actividades físicas y deportivas son aspec-
tos fundamentales de la educación, de la sa-
lud, del equilibrio y del desarrollo personal y
social, lo que las hace de interés general.
Tras un largo silencio, las constituciones de
los Estados mediterráneos que habían su-
frido larguísimos regímenes autoritarios en-
troncan con el camino abierto en Francia.
Así lo hacen la Constitución griega de 1975
(«Los deportes quedan bajo la protección
y alta vigilancia del Estado. El Estado sub-
vencionará y supervisará las uniones y las
asociaciones deportivas de toda clase») y la
Constitución portuguesa de 1976, que da un
paso más allá y reconoce explícitamente que
«todos tendrán derecho a la cultura física y al
deporte», añadiendo el deber del Estado de
«promover, estimular y apoyar la práctica y
la difusión de la cultura física y del deporte».
La actividad deportiva es de interés
público, pues contribuye al desarrollo
personal, a la convivencia, a la
educación integral, a la mejoría de
la salud y al bienestar en general.
 el deporte
en la constitución
española de 1978
Ámbitos de integración del
deporte en la Constitución
La educación básica y la práctica
deportiva han de ser componentes
esenciales del sistema educativo.
Si el deporte forma indudablemente parte
de la sociedad, y cada vez una parte más
amplia y con mayor relevancia, incluso eco-
nómica, la Constitución de 1978 no podía
olvidarlo ni dejarlo de lado. Así, la integra-
ción del deporte en la Constitución se reali-
za en tres planos o ámbitos:
■■ Aunque no aparece expresamente men-
cionado el término, el artículo 27 de la
Constitución, que reconoce la libertad de
enseñanza y el derecho a la educación,
define el objeto de la educación, como,
según se señala en su punto 2, «el pleno
desarrollo de la personalidad humana en
el respeto a los principios democráticos
de convivencia y a los derechos y liberta-
des fundamentales».
L a actividad físico-deportiva contribuye al
fomento de la cohesión y de la conviven-
cia y es una manifestación de la libertad
humana. La educación física y la práctica
deportiva han de formar parte necesaria-
mente de la programación general de la
enseñanza para alcanzar la educación in-
tegral de la persona, y se convierten, de
este modo, en componentes esenciales
del sistema educativo.
■■ La referencia más acabada y terminante
al deporte se contiene en el artículo 43,
que no se atreve —como sí se hace en la
constitución portuguesa— a reconocer el
derecho al deporte, sino que la mención
es una concreción de la obligación de
todos los poderes públicos de proteger
la salud de la ciudadanía, organizando y
tutelando la salud pública y fomentando
la educación sanitaria, la educación física
y el deporte, así como la adecuada utili-
zación del ocio.
Así pues, el artículo 43, en efecto, deter-
mina que los poderes públicos deben
fomentar el deporte y ello precisamente
porque el deporte está íntimamente li-
233
Los poderes públicos deben fomentar
el deporte, pues ayuda a mantener
la salud de los individuos.
gado a la protección de la salud de los
individuos. En definitiva, el deporte nos
ayuda a mantener la salud y por ello los
poderes públicos deben promover su
práctica ordenada.
■■ Más administrativa es la referencia que
se contiene en el artículo 148.1.19.ª de
la Constitución, que es un precepto que
faculta a las comunidades autónomas,
a través de sus estatutos de autonomía,
para asumir las competencias referidas a
la «promoción del deporte y de la ade-
cuada utilización del ocio».
En España, las diecisiete comunidades
autónomas han asumido, a través de sus
respectivos estatutos de autonomía, la
competencia exclusiva para la promoción
deportiva, ciertamente circunscrita al ám-
bito de su territorio y en el marco de sus
intereses propios.
A pesar de la rotundidad de la expresión
«exclusiva» de la competencia de las co-
munidades autónomas en relación con la
promoción del deporte, su significado no
es que sea «excluyente» de la intervención
del Estado. Precisamente, la vigente Ley
 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
23. El fomento del deporte en la Constitución española
establece la ordenación general del de-
porte en España, incluidas las estructuras
deportivas públicas y privadas, concretan-
do las competencias que corresponden
a la Administración del Estado (a través
del Consejo Superior de Deportes), y, por
supuesto, sin perjuicio de las actuaciones
coordinadas y de colaboración y coopera-
ción entre la Administración del Estado y
las administraciones autonómicas para las
competencias concurrentes.
Deporte y educación
en la Constitución
Ya hemos subrayado la aspiración que se
contiene en la Constitución española de
que la educación de las personas tenga
una dimensión integradora; en otros térmi-
nos, que no se limite a la formación de la
mente, sino que alcance también al cuerpo,
aunque no se llegase al reconocimiento ex-
preso del derecho al deporte, y ello porque
la cultura física contribuye a la promoción
de valores tales como la vida en libertad, el
cuidado de la salud, el trabajo en equipo,
la cohesión y la conveniencia, la capacidad
creativa, la integración y la promoción so-
ciales, la participación, la debida utilización
del ocio, la sana competencia, la aspiración
a la superación de retos, y, cómo no, la cul-
tura de la paz.
Desde luego, el valor educativo del depor-
te no se manifiesta exclusivamente en la
Educación Física entendida como materia
o disciplina que forma parte de los planes
de estudios o de la programación general
de la enseñanza.
234
El valor educativo del deporte trasciende
a esa estrecha concepción, porque debe
entenderse en términos notablemente más
amplios, ya que la formación física y de-
portiva es una faceta de la educación inte-
gral que tiene por finalidad proporcionar a
las personas las mejores condiciones para
conseguir la promoción de los valores que
acabamos de mencionar; en definitiva, para
contribuir al desarrollo integral e integrado
de los individuos en sí mismos y como parte
de la comunidad en la que viven. La edua-
ción física y deportiva es un medio de enri-
quecimiento de la personalidad que contri-
buye activamente a la formación, junto con
la preparación intelectual.
La raquítica concepción de la educación
física y deportiva que muchas generacio-
nes hemos vivido en la escuela se concre-
taba en una metodología que la concebía
como una tabla obligatoria de ejercicios
practicada en pésimas condiciones sin
estímulos ni incentivos. Por ello, el gus-
to por el deporte se adquiría fuera de las
«clases», en un ambiente de libertad, de
diversión, de compañerismo y de compe-
titividad ordenada.
Los nuevos métodos aplicados en la escue-
la a las enseñanzas físico-deportivas han
fomentado desde la niñez el gusto por el
deporte, el estímulo por su práctica como
factor de equilibrio y de perfeccionamiento
del individuo en orden a forjar su personali-
dad. Y esta debe continuar siendo la apues-
ta del proceso educativo.
La educación física y deportiva
y la preparación intelectual
enriquecen la personalidad.

El fomento del deporte
de acuerdo con la
Constitución
El hecho deportivo es tan trascendente en la
sociedad contemporánea que la Constitución
se ha hecho eco de esa relevancia, como he-
mos visto, en el artículo 43.3, precepto que
figura dentro de la parte dogmática, es decir,
dentro del Título I, y, en concreto, en el capí-
tulo de los llamados «derechos económicos,
sociales y culturales» (el capítulo tercero, «De
los principios rectores de la política social y
económica»), que son aquellos que obligan
a los poderes públicos a llevar a cabo accio-
nes o programas, a dictar normas y a aplicar
presupuestos que sean efectivos y reales. La
transformación que comporta el Estado so-
cial en la concepción de la igualdad para que
no sea puramente formal, sino también mate-
rial impone ese tipo de actuaciones positivas
y no permite, como ocurría en el pasado, que
el Estado se inhiba o mire para otro lado.
La expresión que incluye la Constitución
es la del «fomento de la educación física y
del deporte», que implica que los poderes
públicos deben protegerlos, promoverlos,
impulsarlos, mejorar sus condiciones y, por
tanto, también financiar o contribuir a su fi-
nanciación, y ello porque satisfacen fines y
necesidades de interés general.
En estos parámetros se encierran técnicas
distintas de fomento, desde el empleo de
medios directos (como subvenciones, be-
cas o ayudas, sin olvidar la construcción de
infraestructuras y su gestión) o indirectos
(como desgravaciones o exenciones) hasta
medios honoríficos (como premios o dis-
tinciones). Se destaca, así, el papel de los
235
poderes públicos como promotores y finan-
ciadores de la cultura física y del deporte, lo
que no significa la estatalización del depor-
te, que vive y se desarrolla en la sociedad
(de forma individual o colectiva a través de
múltiples clubes y asociaciones), pero con el
apoyo y la promoción públicos.
Este apoyo y esta promoción se identifican
con una forma o una determinada manifes-
tación deportiva, no con cualquiera. El reco-
nocimiento constitucional del deporte mere-
cedor de esa protección pública se refiere al
deporte de y para toda la ciudadanía, el lla-
mado «deporte popular», «deporte aficiona-
do» o «deporte de entretenimiento», que es
el que conecta con el bienestar y con la salud.
El deporte «constitucionalizado» en el que se
centra la misión de fomento que se dispone
en la Constitución es el deporte activo, no el
deporte espectáculo o profesional.
 24. Lo s p r i n c i p i o s
l a C a r ta O l í m p i c a
éticos d e Theresa Zabe
ll Lucas

historia y
principios de
la carta olímpica

Cuando practicamos un deporte, sabemos

que debemos respetar unas reglas de jue-
go para que todo funcione adecuadamen-
te y haya un correcto entendimiento entre
jugadores, técnicos, árbitros… En la com-
petición más importante que se celebra en
el mundo, que son los Juegos Olímpicos,
si no estuviese muy clara la responsabilidad
de cada cual, este acontecimiento deporti-
vo no podría ser un éxito.
Esta necesidad llevó al visionario fundador
del Comité Olímpico Internacional, Pierre de
Coubertin, a redactar la Carta olímpica. Se
publicó con el título original de Annuaire du
Comité International Olympique (‘Anuario
del Comité Olímpico Internacional’), y no re-
cibió el nombre de Carta olímpica, como lo Pierre de Coubertin junto al resto de
miembros del primer Comité Olímpico
conocemos hoy, hasta el año 1978.
Internacional (Atenas, 1896).

236

El Comité Olímpico Internacional adop-
tó este Anuario redactado por Pierre de
Coubertin como base de sus principios
fundamentales, reglas y estatutos, y desde
la primera versión de 1908 hasta la actua-
lidad se ha ido renovando constantemen-
te. Hay documentación que demuestra
que Pierre de Coubertin había escrito al-
gunas de las reglas que se incluyeron en
la primera Carta olímpica de 1908 alrede-
dor del año 1898.
La Carta olímpica es el código que
rige la organización, la acción y la
operación del Movimiento Olímpico, y
establece las condiciones necesarias para
la celebración de los Juegos Olímpicos.
La Carta olímpica tiene tres objetivos:
a) La Carta olímpica, como instrumento de
base de naturaleza constitucional, fija y re-
cuerda los principios fundamentales y los
valores esenciales del olimpismo.
b) La Carta olímpica sirve también como
estatutos del Comité Olímpico Interna-
cional.
c) La Carta olímpica define, además, los
derechos y las obligaciones recíprocas
de los tres componentes principales que
constituyen el Movimiento Olímpico, que
son el Comité Olímpico Internacional, las
Federaciones Internacionales y los Comi-
tés Olímpicos Nacionales, así como los
Comités Organizadores de los Juegos
Olímpicos, todos los cuales han de ajus-
tarse a la Carta olímpica.
237
Sede del Comité Olímpico
Internacional (Lausana, Suiza).
Los idiomas oficiales en los que está redacta-
da la Carta olímpica son el inglés y el francés;
ahora bien, posteriormente ha sido traduci-
da a otros idiomas como el español, el ruso,
el alemán, el portugués…, con el fin de que
cualquier participante de otro país pueda leer
el reglamento en su propia lengua.
Este documento está constituido por cinco
capítulos y contiene sesenta y un artículos,
en los que se expresan detalladamente los
requisitos, las normas, los principios y los
deberes del olimpismo.
Ahora bien, los principios fundamentales
del olimpismo tienen un alcance mucho más
amplio que el ámbito deportivo, y toda per-
sona debería conocerlos, ya que podemos
aplicar muchos de ellos en nuestra vida dia-
ria. A continuación, vamos a enumerarlos.
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
24. Los principios éticos de la Carta Olímpica
PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA CARTA OLÍMPICA
1. El olimpismo es una filosofía de vida, que
exalta y combina en un conjunto armóni-
co las cualidades del cuerpo, de la volun-
tad y del espíritu. Al asociar el deporte
con la cultura y con la educación, el olim-
pismo se propone crear un estilo de vida
basado en la alegría del esfuerzo, el valor
educativo del buen ejemplo, la respon-
sabilidad social y el respeto por los prin-
cipios éticos fundamentales universales.
2. El objetivo del olimpismo es poner el
deporte al servicio del desarrollo ar-
mónico del ser humano, con el fin de
favorecer el establecimiento de una so-
ciedad pacífica y comprometida con el
mantenimiento de la dignidad humana.
3. El Movimiento Olímpico es la acción
concertada, organizada, universal y per-
manente, ejercida bajo la autoridad su-
prema del Comité Olímpico Internacio-
Aros olímpicos gigantes sobre una barcaza
en el río Támesis durante los Juegos Olímpicos
de Londres 2012.
nal, sobre todas las personas y entidades
inspiradas por los valores del olimpismo.
Se extiende a los cinco continentes y al-
canza su punto culminante en la reunión
de atletas de todo el mundo en el gran
festival del deporte que son los Juegos
Olímpicos. Su símbolo está constituido
por los cinco anillos entrelazados.
4. La práctica deportiva es un derecho
humano. Toda persona debe tener la
posibilidad de practicar deporte sin dis-
criminación de ningún tipo y dentro del
espíritu olímpico, que exige compren-
sión mutua, espíritu de amistad, solida-
ridad y juego limpio.
5. Como el deporte es una actividad que
forma parte de la sociedad, las organi-
zaciones deportivas en el seno del Mo-
vimiento Olímpico tendrán los derechos
y las obligaciones de autonomía, que
238
consisten en controlar y establecer libre-
mente las normas del deporte, determi-
nar la estructura y la gobernanza de sus
organizaciones, disfrutar del derecho a
elecciones libres de toda influencia ex-
terna y la responsabilidad de garantizar
la aplicación de los principios de buena
gobernanza.
6. El disfrute de los derechos y de las li-
bertades establecidos en esta Carta
olímpica debe garantizarse sin ningún
tipo de discriminación, ya sea por raza,
color, sexo, orientación sexual, idioma,
religión, opiniones políticas o de otra ín-
dole, origen nacional o social, riqueza,
nacimiento u otra condición.
7. La pertenencia al Movimiento Olímpi-
co exige ajustarse a la Carta olímpica y
contar con el reconocimiento del Comi-
té Olímpico Internacional.
 Acto de inauguración del Museo Olímpico en Lausana
en el año 1993 por el presidente del Comité Olímpico
Internacional en aquellos momentos, Juan Antonio Samaranch.

Como se puede observar, los Juegos Olím-
picos han llegado a ser mucho más que una
simple competición deportiva: son la máxima
expresión del deporte, y el Movimiento Olím-
pico es una verdadera filosofía de vida que
debemos ejercer todos los días del año.
Para poder llevar a cabo esta tarea, el Co-
mité Olímpico Internacional se apoya en los
Comités Olímpicos Nacionales, que tienen
sede en cada país.
La simbología olímpica es de las más reco-
nocidas a nivel mundial en estos momentos
a lo largo y ancho de los cinco continentes.
De hecho, el símbolo olímpico se compone
de cinco anillos del mismo tamaño entrelaza-
dos entre sí (los anillos olímpicos). Están en-
trelazados de izquierda a derecha; los anillos
azul, negro y rojo están situados encima en
ese orden, y los anillos amarillo y verde es-
tán situados debajo en ese orden. El símbolo
olímpico expresa la actividad del Movimiento
Olímpico y representa la unión de los cinco
continentes y el encuentro de atletas de todo
el mundo en los Juegos Olímpicos.
Como he mencionado anteriormente, los
Juegos Olímpicos son la mayor competi-
ción deportiva que existe. Son competicio-
nes entre atletas, en pruebas individuales o
por equipos, y no entre países. Los atletas
son designados por sus respectivos Co-
mités Olímpicos Nacionales, y sus inscrip-
ciones, aceptadas por el Comité Olímpico
Internacional. La dirección técnica de la com-
petición corresponde a las Federaciones In-
ternacionales de cada deporte.
Los Juegos Olímpicos acontecen cada
cuatro años, celebrándose lo que se lla-
man los Juegos de la Olimpiada, también
conocidos como Juegos Olímpicos de Ve-
rano, y los Juegos Olímpicos de Invierno.
Los primeros Juegos de la Olimpiada en la
época actual se celebraron en Atenas en
1896, si bien los Juegos Olímpicos de In-
vierno no empezaron hasta unos años más
tarde, en 1924.
Hasta el año 1992, los Juegos de Invierno y
los de Verano se celebraron el mismo año,
si bien a partir del año 1994 los Juegos de
Invierno empezaron a celebrarse dos años
después que los de Verano.
El término «olimpiada» designa un período
de cuatro años consecutivos. La olimpiada
comienza con la apertura de una edición de
los Juegos de la Olimpiada (los Juegos Olím-
picos de Verano) y finaliza con la apertura de
la edición siguiente. Por esta razón, cuando
queremos referirnos a la competición, lo
correcto es hablar de Juegos Olímpicos.
El mundo olímpico también tiene su lema:
«Citius, Altius, Fortius», que significa ‘Más
rápido, más alto, más fuerte’, y expresa
el mensaje que el Comité Olímpico In-
ternacional dirige a todos los miembros
del Movimiento Olímpico, invitándolos a
superarse de conformidad con el espíritu
olímpico.
Los aros olímpicos representan la
unión de los cinco continentes y
el encuentro de atletas de todo el
mundo en los Juegos Olímpicos.

239
 Delegación de deportistas españoles desfilando
durante la ceremonia inaugural de los Juegos
Olímpicos de Barcelona 1992, encabezados,
como abanderado, por el entonces Príncipe
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
24. Los principios éticos de la Carta Olímpica

de Asturias, hoy rey Felipe VI.

Experiencia
PERSONAL
El calor del público y su apoyo
incondicional durante la ceremonia
inaugural de los Juegos Olímpicos de
Barcelona 1992 impulsó a los atletas
Theresa Zabell, testigo de la capacidad españoles para lograr el mayor éxito
del deporte olímpico de nuestro país.
transformadora de los principios olímpicos

A título personal, he tenido la suerte de par-
ticipar en dos Juegos Olímpicos y, además,
el primero de ellos fue en Barcelona 92, en
mi país, un privilegio del que muy pocos
deportistas pueden disfrutar.
Cuando hablo de privilegio no me refie-
ro solo a los días que duraron los Juegos
Olímpicos y las competiciones, sino a toda
la «olimpiada» que viví en Barcelona con
mis compañeras y compañeros del equipo
de vela mientras realizábamos la prepara-
ción previa. Fuimos testigos presenciales
de la transformación de toda la ciudad, de
cómo Barcelona se acercó al mar por me-
dio de la construcción de un nuevo puerto,
el Puerto Olímpico.
Después de muchos años de entrenamien-
to, de meses fuera de casa, de semanas
viajando a diversas competiciones, de días
de preparación técnica para llegar al nivel
adecuado y de horas en el gimnasio…, lle-
gó el gran momento que cualquier atleta
sueña.
Como se puede deducir de la Carta olímpi-
ca, en la organización de unos Juegos Olím-
picos nada se deja al azar, y en Barcelona 92
no fue de otra manera. Todo salió a la perfec-
ción y nuestro país aprovechó el gran esca-
parate que supuso la retransmisión del ma-
yor espectáculo deportivo del planeta para
atraer la atención mundial y dar una muestra
visible de su relevancia internacional.
El día de la ceremonia de inauguración a
todos los deportistas se nos quedó graba-
do para siempre el momento en el que en-
tramos en el Estadio Olímpico de Montjuic
detrás del entonces Príncipe de Asturias,
ahora rey de España, abanderado del equi-
po español, y recibimos una ovación que
nos emocionó y, a la vez, nos decidió irre-
vocablemente a darlo absolutamente todo
por devolver una parte de ese caluroso re-
cibimiento en forma de triunfos.
Una vez en el centro de la pista del estadio
se procedió al encendido del pebetero, lla-
ma que se prende en Olimpia, ciudad griega
en la que se originaron los juegos, y hace un
recorrido por todo el mundo hasta llegar a
la ciudad elegida el día de la ceremonia de
inauguración de los Juegos. En Barcelona
tuvieron la genial idea de realizar el encen-
dido por medio de una flecha que disparó
el arquero Antonio Rebollo y que nos hizo
contener la respiración hasta que vimos salir
la llama del pebetero.
Otro momento emocionante fue cuando el
jefe del Estado en ese momento, el rey Juan
Carlos I, proclamó la apertura de los Juegos
Olímpicos con las siguientes palabras: «Decla-
ro abiertos los Juegos de Barcelona que cele-
bran la XXV Olimpiada de la era moderna».
Para finalizar, también es necesario recordar
el protocolo en la ceremonia de entrega de
medallas, en el que dos autoridades entre-
gaban la medalla y un ramo de flores a cada
medallista antes de que llegara el momento
más emocionante, el izado de la bandera,
de España en mi caso, acompañada del
himno nacional.

240
 25. Lo s d e r e c h o s
a n c i a y e l d e p o r t e
de la i n f
derechos y
deberes de la
infancia
La Convención sobre
los Derechos del Niño
Según señala la Unesco, «Para tener éxito
en el deporte, necesitas la actitud adecua-
da. La honestidad, la dignidad, el juego
limpio, el respeto, el trabajo de equipo, el
compromiso y el valor son esenciales para
una actuación deportiva memorable. Todos
estos valores pueden resumirse en el térmi-
no “juego limpio”».
Esa noción de juego limpio está relaciona-
da con el cumplimiento de las reglas, y de
eso precisamente trata el derecho, de la
necesidad de unas «reglas del juego» que
regulen la convivencia humana, estable-
ciendo una serie de normas para que toda
la ciudadanía vea reconocidos y protegidos
Emelina Santa
na Páez
sus derechos. De lo contrario, la sociedad
se sumiría en una situación de incertidum-
bre que llevaría al caos y la vida en común
sería imposible. Ese mismo significado de
las normas en la convivencia ciudadana es
aplicable a las normas del juego limpio.
Al igual que las leyes son la garantía de nues-
tros derechos, las reglas del juego son la ga-
rantía del derecho de cada participante a
jugar siendo respetado por el resto (compe-
tidores, árbitros y personal técnico), para lo
que también asume obligaciones recíprocas:
mostrar respeto personal y por el resto de
participantes; en definitiva, respetar las nor-
mas de la competición y del deporte limpio.
«Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos». Esto es
lo que se dice en el primer artículo de la
Declaración Universal de los Derechos Hu-
242
manos. La idea de los derechos humanos
es una de las bases más importantes de la
convivencia humana. Y los derechos de la
infancia (considerando que esta etapa se
prolonga hasta los 18 años), en particular,
además de la protección que cada Estado
otorgue a las personas en estas edades, es-
tán reconocidos en la Convención sobre los
Derechos del Niño de Naciones Unidas, y la
Convención sobre los Derechos de las Per-
sonas con Discapacidad.
La Convención sobre los Derechos del Niño
es un tratado internacional auspiciado por Na-
ciones Unidas, firmado en 1989, que tiene por
objeto proteger los derechos de la infancia.
Los derechos humanos constituyen
la base de la convivencia humana.
Esta Convención parte de unos principios
básicos, que enunciamos a continuación:
■■ 
Que la libertad, la justicia y la paz en el
mundo se basan en el reconocimiento
de la dignidad intrínseca de los derechos
iguales e inalienables de todos los miem-
bros de la familia humana,
■■ 
que toda persona tiene todos los dere-
chos y las libertades enunciados en ellos,
sin distinción alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión polí-
tica o de otra índole, origen nacional, ét-
nico o social, posición económica, impe-
dimentos físicos, nacimiento o cualquier
otra condición,
■■ que la infancia tiene derecho a cuidados
y a asistencia especiales,
■■ 
que la familia, como grupo fundamen-
tal de la sociedad y en tanto que medio
natural para favorecer el crecimiento y
para aumentar el bienestar de todos sus
miembros, y en particular de los niños y
de las niñas, debe recibir la protección y
la asistencia necesarias para poder asu-
mir plenamente sus responsabilidades
dentro de la comunidad,
■■ que la niña y el niño, para el pleno y ar-
monioso desarrollo de su personalidad,
deben crecer en el seno de la familia, en
un ambiente de felicidad, de amor y de
comprensión, y deben lograr una prepa-
ración plena para llevar una vida inde-
pendiente en sociedad y una educación
en el espíritu de los ideales proclamados
en la Carta de las Naciones Unidas y, en
particular, en un espíritu de paz, de digni-
dad, de tolerancia, de libertad, de igual-
dad y de solidaridad.
243
Deberes asociados a los
derechos de la infancia
La Convención reconoce ciertos derechos,
que luego veremos, pero como toda mone-
da, que tiene dos caras, todo derecho tiene
su correspondiente obligación. En España,
los deberes de la infancia están estable-
cidos en la Ley 26/2015 de 28 de julio de
modificación del sistema de protección a la
infancia y a la adolescencia (BOE núm. 180,
de 29/07/2015).
En esta ley, se reconoce a los niños y a las
niñas como parte de la ciudadanía y como
corresponsables de la sociedad en la que
participan; por tanto, no solo se los consi-
dera sujetos con derechos, sino también ti-
tulares de deberes.
 Y esos deberes deben asumirlos, de acuer-
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
25. Los derechos de la infancia y el deporte
do a su edad y a su madurez, en todos los
ámbitos de la vida, tanto familiar como es-
colar y social. Por ello, la ley distingue entre:
■■  eberes relativos al ámbito familiar, que
D radican en respetar a las personas con las
se traducen en el respeto a sus familiares
y en la asunción de responsabilidades en
el hogar.
■■ Deberes relativos al ámbito escolar, que
consisten en respetar las normas de con-
vivencia de los centros educativos, es-
tudiar durante las etapas de enseñanza
obligatoria y tener una actitud positiva
de aprendizaje durante todo el proceso
formativo, respetar al profesorado y al
resto del personal de los centros escola-
res, así como a sus compañeras y compa-
ñeros, evitando situaciones de conflicto
y de acoso escolar en cualquiera de sus
formas, incluyendo el ciberacoso.
■■ Deberes relativos al ámbito social, que
que se relacionan y el entorno en el que
se desenvuelven. En particular, los debe-
res sociales incluyen:
– Respetar la dignidad, la integridad y la
intimidad de todas las personas con las
que se relacionen con independencia
de su edad, de su nacionalidad, de su
origen racial o étnico, de su religión, de
su sexo, de su orientación y de su iden-
tidad sexual, de su discapacidad, de
sus características físicas o sociales, de
su pertenencia a determinados grupos
244
sociales o de cualquier otra circunstan-
cia personal o social.
– Respetar las leyes y las normas que les
sean aplicables y los derechos y las li-
bertades fundamentales de las otras
personas, así como asumir una actitud
responsable y constructiva en la socie-
dad.
– Conservar y hacer un buen uso de los re-
cursos y de las instalaciones y los equi-
pamientos públicos o privados, del mo-
biliario urbano y de cualesquiera otros
en los que desarrollen su actividad.
– Respetar y conocer el medio ambiente
y los animales, y colaborar en su con-
servación dentro de un desarrollo sos-
tenible.
 el deporte
transmite valores
y fomenta derechos
El deporte como medio
transmisor de valores
¿Y qué relación tienen todas estas conside-
raciones sobre los derechos y los deberes
de la infancia derivados de la Convención
sobre los Derechos de Niño con el deporte?
Sin duda, tanto los familiares como los cen-
tros escolares y los poderes públicos tienen
la obligación de fomentar durante la infan-
cia la educación en valores, en el respeto
de los derechos de las demás personas y en
la asunción de las obligaciones necesarias
para que los propios derechos de las niñas
y de los niños sean, a su vez, respetados:
el rechazo de la violencia, el cumplimien-
to de las normas de la actividad deportiva,
las habilidades para trabajar en equipo; en
definitiva, han de promover una educación
cooperativa y no competitiva.
¿Quiere eso decir que no debemos valorar
la competitividad como un componente
importante del deporte? Rotundamente,
no. Pero la competitividad sin respeto a las
normas degenera en actitudes de violencia,
de acoso, de intimidación, de agresiones
verbales e irrespetuosas con el compañero
o la compañera, con el rival, con el árbitro o
con cualquier otra persona que no compar-
ta su criterio.
En el ámbito del aprendizaje que tiene lugar
en la infancia y en la adolescencia, hay dos
escenarios naturales de los que el desarrollo
personal, físico y psíquico se alimenta primor-
dialmente: la familia y la escuela, principal-
mente, tienen una importancia clave en esos
años plásticos de la formación de la persona-
lidad, cuando la persona alcanza una cierta
madurez y empieza a ser capaz de valerse au-
tónomamente ante las opciones fundamen-
tales que le presenta la vida.
Familia y escuela deben complementarse
y deben estar interesadas en fomentar la
madurez y la autonomía en las etapas ini-
ciales de la vida. Y esa relación entre ambos
campos fundamentales de la socialización
a edades tempranas incluye al profesorado
de Educación Física, a los monitores y a los
entrenadores.
Para conseguir estos objetivos, la Conven-
ción sobre los Derechos del Niño exige a
245
El deporte es un buen instrumento
para favorecer que las personas sean
responsables y asuman valores.
los poderes públicos su puesta en prácti-
ca, debiendo cada uno de los 195 estados
que la han ratificado rendir cuentas sobre
su cumplimiento al Comité de los Derechos
del Niño.
Cuando hablamos de la Convención sobre
los Derechos del Niño, hablamos de dere-
chos humanos, del derecho de la infancia a
la protección y de la obligación de las per-
sonas adultas y de las entidades públicas
de satisfacer esa necesidad, para facilitar
el tránsito de la infancia y la adolescencia
a la vida adulta e independiente, de forma
que las personas lleguen a ser individuos
responsables, adultos, con valores que, a
su vez, sepan transmitir a futuras generacio-
nes. Y, sin duda, el deporte es una buena
forma de lograrlo.
«EL DEPORTE TE ENSEÑA
A TENER CARÁCTER, A SEGUIR
LAS REGLAS, A SABER CÓMO TE
SIENTES AL GANAR O AL PERDER;
EL DEPORTE TE ENSEÑA
SOBRE LA VIDA».
Billie Jean King

La incidencia del deporte
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
25. Los derechos de la infancia y el deporte
en el respeto de los
derechos de la infancia
El párrafo 1 del artículo 29 de la Convención
sobre los Derechos del Niño recoge como
propósitos de la educación el fomento de la
dignidad humana innata a todo individuo y
el reconocimiento de sus derechos iguales e
inalienables. Este propósito supone inculcar
en la infancia el respeto a los derechos hu-
manos, potenciar los sentimientos de identi-
dad y de pertenencia y fomentar la integra-
ción en la sociedad y la interacción con otras
personas y con el medio ambiente.
Para lograr ese objetivo, la educación ha de
ir mucho más allá de la formación escolar o
curricular y tiene que transmitir los valores
con los que afrontar la vida para que sea
satisfactoria. En este sentido, el deporte no
es sino un reflejo de la vida: compañerismo,
integración y no exclusión, respeto propio y
por otras personas, cuidado del cuerpo (por
ejemplo, evitando el dopaje)…
El deporte es un reflejo de la vida
y nos transmite valores esenciales
para afrontarla de forma
satisfactoria.
Además, es importante valorar el esfuerzo
no solo para ganar una competición, sino
también para formar excelentes deportistas
y buenas personas en el resto de ámbitos
de la vida. En este sentido, Magic Johnson
decía: «No te preguntes qué pueden hacer
tus compañeros por ti. Pregúntate que pue-
des hacer tú por ellos».
Otro elemento a tener en cuenta en el pro-
ceso de formación durante la infancia es la
no violencia. El deporte tampoco es ajeno
a esta necesidad. Muchas veces vemos en
los medios de comunicación cómo en cier-
246
tos deportes la violencia, el vandalismo y las
conductas reprochables empañan el buen
hacer de deportistas que están compitien-
do con respeto a las reglas del juego y al
resto de contrincantes. Desafortunadamen-
te, estos hechos, que ocurren en deportes
de alta competición, donde las aficiones
son rivales por el mero hecho de pertene-
cer a un equipo o a otro, también suceden
en otros deportes con menor relevancia
mediática. Noticias sobre reyertas dentro y
fuera del campo y sobre agresiones a perio-
distas o a personas que simplemente tuvie-
ron la mala suerte de estar cerca aparecen a
veces los medios de comunicación. Por eso,
precisamente, equipos y deportistas de éli-
te deben ser un modelo para que las futu-
ras generaciones asuman las reglas del jue-
go limpio y las puedan hacer suyas a través
de la educación y del ejemplo, y, de este
modo, evitar que la agresividad se traslade
a los juegos en los patios de los colegios o
a equipos deportivos de aficionados.
Ganar es el principal objetivo en términos
deportivos, pero siempre que el juego se
haya desarrollado limpiamente, y en ese
juego limpio no caben actitudes de frustra-
ción, enfados, agresividad u odio. ¿Cuántas
veces vemos cómo familiares o técnicos
muestran ese tipo de conductas? En lugar
de educar en el respeto a los derechos de
los que hablamos, se está educando in-
debidamente, olvidando que las personas
adultas, cualquiera que sea el papel que
desempeñen, tienen la responsabilidad de
cumplir las normas y de enseñar a los niños
y a las niñas que hay que cumplirlas.
En este sentido, el artículo 18 de la Conven-
ción sobre los Derechos del Niño establece
que «Los Estados parte pondrán el máximo
empeño en garantizar el reconocimiento de ahí la importancia de que las reglas del cho al descanso y al esparcimiento, al juego
del principio de que ambos padres tienen juego limpio nos sirvan tanto en el deporte y a las actividades recreativas propias de su
obligaciones comunes en lo que respecta a como en la vida diaria. edad y a participar libremente en la vida cul-
la crianza y al desarrollo del niño. Incumbirá tural y en las artes. Sin duda, el deporte, ade-
a los padres o, en su caso, a los represen- Las reglas del juego limpio son útiles más de una disciplina, es también una activi-
tantes legales la responsabilidad primordial tanto en el deporte como en la vida, dad recreativa, de juego, que debe ayudar
de la crianza y el desarrollo del niño. Su porque ayudan a los niños y a las en el desarrollo durante la infancia.
preocupación fundamental será el interés niñas a asumir límites. Para concluir, es preciso señalar que es im-
superior del niño». portante inculcar a los niños y a las niñas que
La conducta del ser humano es compleja, y Esas normas también nos sirven para evitar la los conflictos en el deporte o en la vida se
la de los padres y las madres, como tales, no violencia, el comportamiento agresivo, anti- resuelven siempre mejor a través del diálo-
es una excepción, de modo que la respuesta social y destructivo, que puede causar, entre go, debiendo enseñarles cómo resolverlos:
de una hija o un hijo va a depender en gran otras cosas, el deterioro de las relaciones per- a través de la mediación, fomentando la re-
medida de la educación que se transmita sonales, la exclusión escolar y conflictos con la solución pacífica de conflictos y, en definiti-
en el seno de la familia. Sin duda, aspectos ley. Se ha demostrado que la exposición a la va, favoreciendo los sentimientos positivos
como la ansiedad, la agresividad personal, violencia aumenta el riesgo de que esa niña o e intentando establecer relaciones de en-
el radicalismo, la falta de autoestima, la no ese niño reproduzca en el futuro esos roles o cuentro con otras personas, viendo en estas
imposición de límites claros, etc., influirán de comportamientos que ha vivido. Por ello, es no un objeto manipulable a su antojo, sino
una u otra manera en el niño o la niña, hasta preocupante el descuido educativo y el aban- a otro ser humano con el que tender puen-
el punto de que padres y madres con una dono de la educación, que deben evitarse. tes hacia una relación más constructiva. Para
identidad personal débil ofrecerán un medio También el artículo 31 de la Convención so- ello, empezar por el respeto a las reglas del
inconsistente que dificultará la formulación bre los Derechos del Niño reconoce el dere- juego se antoja un primer paso esencial.
de su identidad personal. La experiencia de-
muestra lo importante que es que todos los
miembros de la familia extremen sus esfuer-
zos en la transmisión consensuada de límites
y de directrices educativas no contradicto-
rios durante la infancia.
La realidad constata que los límites son ne-
cesarios para adquirir las destrezas, las ap-
titudes y las conductas para la convivencia,
y que esos límites han de ser los adecuados
y oportunos, por lo que la importancia de
que las normas educativas sean adecuadas,
flexibles, oportunas y consistentes es esen-
cial para evitar el desajuste, el conflicto, la
indisciplina o la falta de responsabilidad de
los hijos e hijas.
La práctica del deporte puede ayudar a los
niños y a las niñas a asumir esos límites,

247
 f o m e n t o d e l j u e g o
26. e l
l a u n e s c o
limpio por Olaia Abadía Gar
cía de Vicuña
los valores
deportivos
en la vida cotidiana
el deporte
como promotor de valores
Es muy probable que a lo largo de nuestra
vida hayamos escuchado con relativa fre-
cuencia frases como «Tómatelo con deporti-
vidad» o «Esto no lo hago por deporte». Pero
también es muy posible que nunca nos ha-
yamos parado a reflexionar en el significado
de esas expresiones, en por qué les damos
esa interpretación y en si el deporte siempre
tuvo esa consideración en el ideario social. Si
se lee parte del Preámbulo de la Carta Inter-
nacional de la Eduación Física, la Actividad
Física y el Deporte (2015), dichas reflexiones
y Antonio Segu
ra Marrero
pueden valorarse y contextualizarse mejor:
«La oferta de educación física, actividad físi-
ca y deporte de calidad es esencial para rea-
lizar plenamente su potencial de promoción
de valores como el juego limpio, la igualdad,
la probidad, la excelencia, el compromiso, la
valentía, el trabajo en equipo, el respeto de
las reglas y las leyes, la lealtad, el respeto por
sí mismo y por los demás participantes, el es-
píritu comunitario y la solidaridad, así como
la diversión y la alegría».
El espíritu deportivo permite
asociar el deporte con la virtud
y con la honradez.
248
espíritu deportivo positivo
Que en la actualidad se hable de «espíritu
deportivo» tiene una importancia de pri-
mer orden, pues se ha logrado asociar el
deporte no solo con conductas saludables,
sino también con la virtud y con la honra-
dez. Tomar algo «con deportividad» o hacer
algo «por deporte» no es solo emprender
una acción de forma desinteresada, es algo
más, y de carácter positivo.
Otro término que denota este cambio de
mentalidad en el que se reconocen los
valores morales y éticos del deporte es el
de «juego limpio», el cual tiene un alcance

mucho mayor que la práctica de un depor-
te concreto o la participación en un even-
to deportivo, pues este término supera la
consideración del mero ejercicio físico y
plantea una consideración del deporte
como actividad transmisora de valores que
va mucho más allá de la simple ausencia de
trampa, entroncando con la justicia y con la
imparcialidad, y trascendiendo las propias
reglas del juego o del deporte que se esté
practicando.
Como profesionales de la educación, no se
puede pensar que el objetivo está alcanza-
do. Aunque se ha recorrido mucho camino,
como docentes se tiene la obligación de
cultivar esta cultura colectiva, para que el
deporte y los valores deportivos impregnen
el día a día de la conducta de todas las per-
sonas, independientemente de su edad y
de su condición, y que las virtudes éticas, ya
aludidas, calen en el comportamiento de los
estudiantes, de forma individual y colectiva,
más allá de las fronteras del deporte.
Se ha de perseguir la unión de los valores
deportivos y la educación en favor de la
construcción de una sociedad más cívica.
La transmisión de los valores
deportivos mediante la educación
favorece la construcción de una
sociedad más cívica.
249
Lidia Valentín, campeona de Europa,
del mundo y olímpica, saluda durante la
competición de halterofilia de los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
ejemplo de juego limpio
Un ejemplo de esta capacidad del deporte
de transmitir valores tuvo lugar en los Jue-
gos Olímpicos de Invierno de Innsbruck
1964, en los que Eugenio Monti y Sergio
Siorpaes (del equipo italiano de bobsleigh)
ayudaron a sus principales competidores,
los integrantes del equipo británico, a re-
parar su trineo e incluso les dieron parte
del eje del suyo.
El equipo británico se alzó con el oro, y a
Eugenio Monti, por su generosa actitud
deportiva, le fue concedido el premio al
juego limpio.
 El ciclista danés Knud Jensen antes de la
salida de la prueba en la que perdió la vida.
VI. FUNDAMENTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA
26. El fomento del juego limpio por la Unesco

caso
práctico
Inicios de la lucha contra el dopaje

El comienzo de esta lucha suele situarse en

los Juegos Olímpicos celebrados en Roma
en 1960. Estas Olimpiadas constituyeron un
ejemplo de impecable organización, y se
convirtieron en unos Juegos Olímpicos que
la historia recuerda como unos de los más
bellos. Pero también fueron los que marca-
ron el devenir futuro en la parcela del juego
limpio, pues apareció una mancha dentro
de tanta belleza y de tanta alegría, una man-
cha que simbolizaba el límite al que puede
llegarse por lograr la victoria a cualquier
precio. En este caso, el coste fue la vida del
ciclista danés Knud Jensen, quien cayó de
su bicicleta a causa de un consumo excesi-
vo de sustancias prohibidas. El episodio de
Jensen (entre otros factores) hizo tambalear-
se el ideal de la excelencia deportiva, por
lo que se consideró necesario proteger el
deporte y volver a fundarlo sobre los valores
que siempre fueron su estandarte. Con este
objetivo, en 1963 se gestaron los premios
Pierre de Coubertin al Juego Limpio, la co-
nocida como «medalla al verdadero espíritu
deportivo».

250
 el juego
limpio frente
al dopaje
Lamentablemente, todavía vemos en las noti-
cias sucesos relacionados con el dopaje o con
comportamientos antideportivos de diversa
índole. Desde el mundo del deporte se con-
denan estas acciones y en la sociedad a los
deportistas implicados se les retira cualquier
reconocimiento. Este rechazo al dopaje es un
logro social incuestionable. Desde el ámbito
educativo debemos continuar trabajando no
solo para evitar las trampas, sino que, ade-
más, debemos dar un salto cualitativo y ser
capaces de anteponer el componente huma-
no por encima de la propia victoria. Este es
el objetivo que se propone desde la Organi-
zación de las Naciones Unidas para la Edu-
cación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para
lograr la excelencia deportiva.
Como consecuencia de estos valores, la vic-
toria adquiere un enorme valor dentro de
ese contexto de imparcialidad y de virtud, y
también se colabora en la construcción de
una sociedad más justa y solidaria.
La victoria obtenida por cualquier vía que se
separe de los valores del juego limpio no es
un logro ni tiene mérito alguno. En el caso
del dopaje, además, no solo atenta contra
la virtud ética y contra la honradez, sino que
también pone en riesgo la propia salud.
Así, el juego limpio no debe ser un evento
aislado o una actividad semanal en los cen-
tros educativos, sino que debe impregnar la
vida, debe ser un elemento transversal que
acompañe cada actuación personal y colec-
tiva que pongamos en marcha; solo así se
están construyendo unos valores estables y
perdurables en el tiempo.
Aunque no sea así, puede parecer que el
concepto de juego limpio es reciente, pero
quizás lo que sí sea novedoso es la toma de
conciencia social de la necesidad de compe-
tir con limpieza. Ahora bien, para llegar hasta
el punto al que se ha llegado gracias a la im-
plicación de la Unesco (en colaboración con
otras instituciones como el Comité Olímpico
Internacional, el Comité Internacional para la
Ciencia del Deporte y la Educación Física, la
Asociación Internacional de Prensa Deporti-
va y las federaciones internacionales de di-
versos deportes) se ha tenido que trabajar
mucho en esa labor de concienciación. La
implicación de gobiernos y administraciones
publicas puede resultar decisiva.
251
Para lograr la excelencia
deportiva, la Unesco se propone
conseguir que antepongamos
el componente humano por encima
de la victoria.
la Unesco fomenta el juego limpio
■■ El respeto a las normas del deporte
que se practique y al resto de parti-
cipantes en la competición (represen-
tantes del arbitraje, personal de apoyo
y contrincantes). El respeto así enten-
dido redunda en un beneficio mayor
para la persona: el propio respeto.
■■ Competir en igualdad de condiciones
hace que los logros obtenidos influyan
positivamente en las emociones y en
la salud mental del individuo.
■■ El compromiso es el origen de los logros
y del mérito deportivo, que obtienen su
principal impulso de la capacidad de
cualquier deportista de superarse, de
afrontar las adversidades, de su cons-
tancia y de su entrega. La seriedad y la
responsabilidad encumbran la dignidad
del deporte y del propio deportista.
■■ El trabajo en equipo para conseguir
un objetivo común y para compartir
un logro deportivo multiplica los be-
neficios emocionales del deporte.
VOCES DEL
«LOS VALORES DEL DEPORTE
AYUDAN A HACER CIUDAD»
Inspectora de Educación y Concejal de Educación
y Deportes del Excelentísimo Ayuntamiento
de Ciudad Real.

Secretario de Estado de Educación,

Formación Profesional y Universidades
del 3 de julio de 2015 al 19 de junio de 2018.

Nohemí
Gómez-Pimpollo
MORALES MARCIAL
Marín Hellín

«Hay que valorar el carácter transversal del

deporte en todas las etapas educativas y su
influencia en la formación integral del alumnado»
DEPORTE «ES importanTE conocer los valores del deporte
y el olImpismo. este trabajo es una herramienta
imprescindible para la docencia»

Secretario de Estado para el Deporte

del 18 de noviembre de 2016
al 25 de junio de 2018.

Vicepresidente 1.º del Comité

Olímpico Internacional (COI)
y Presidente de la Samaranch
Juan Antonio
Foundation. Samaranch Salisachs

JOSÉ RAMÓN
Lete Lasa
«Más allá de una actividad de ocio y
de un hábito saludable, el deporte es
una escuela de vida y para la vida»
VOCES DEL
«el deporte es un instrumento
de formación para promover
un modelo adecuado de vida»
Bicampeón del Mundo de Fútbol Sala con la
selección española como entrenador y Presidente
de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS).

«el deporte es una potente

herramienta para educar»

javier
lozano cid

Ex jugadora de fútbol y
Presidenta del Club Deportivo
ana
rossell
Tacón de fútbol femenino.
granados
 DEPORTE
Campeón del Mundo sub-20 de fútbol con
Presidente de la Federación Española
de Pelota y Secretario General de la
Federación Internacional de Pelota Vasca.

la selección española y Presidente de la

Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).

JUliÁN
García Angulo

«EL deporte es una escuela de valores.

es preciso implantar los valores
educativos y sociales del deporte»

«con humildad, se han de corregir conductas

negativas. es preciso fomentar la convivencia
y la limpieza en el deporte»
david
aganzo méndez
256
a n e xo
a l im p io : d e c á l o g o
Jueg
O TA S Y B IB L IO G R A FÍA
N
EQ U IP O D E A U T O R ÍA

Autoridades
IO S r e in a s o f Ía
PREM ortes)
de dep
(consejo superior

FOTOGRAFÍAS
R A D E C IM IE N T O S
Y AG

257
Juega limpio :
1
Escuela ENTORNO

2
En la vida, en la educación y en el
deporte, somos un equipo, y no
hay liderazgo sin equipo ni equi-
po sin líder.

Conócete a ti mismo, valora tus

3
cualidades y reconoce tus debili-
familia dades, para superar los retos de-
portivos y para afrontar las dificul-
El triángulo formado por la familia, la escuela y el entorno configura nuestro tades de la vida.
quehacer diario e influye en la toma de decisiones y en las conductas. Aposta-
mos por las acciones positivas en una formación integral de la persona.

Esfuérzate para mejorar, pues los

El «plus» del juego limpio éxitos que logramos en el de-

4
Aplicar los valores del juego limpio supone compartir el esfuerzo en igual- porte y en la vida se basan en la
dad con las demás personas en nuestro ámbito familiar, en nuestro entorno preparación física y mental para
escolar o profesional y en el contexto social en el que vivamos. afrontar nuestros retos; en el es-
En ninguno de estos tres ámbitos debe faltar el espíritu que representa el fuerzo sostenido.
juego limpio, porque una ciudadanía que es capaz de valorar el esfuerzo
y la dedicación es una ciudadanía que se preocupará por respetar y por
valorar a las demás personas en todos los ámbitos: en el familiar, en el
escolar o laboral y en su vida social y cotidiana. Y recuerda: el juego limpio
Controla tus emociones, y, sobre todo, no te dejes llevar
se caracteriza por el esfuerzo y el respeto, nunca por el engaño, porque si
por la euforia cuando logres la victoria ni por el desánimo
no juegas limpio, aunque ganes, te habrás engañado a ti antes que a las
demás personas.
si sufres un contratiempo. Fortalece tu carácter desde la
aceptación de la objetividad y la generosidad con el otro,
¡Juega limpio y sé feliz en tu vida! con el adversario.

258
DECÁLOGO
7
Comprométete con el equipo y
realiza con puntualidad todas tus
6
tareas, compaginando tus aspira-
ciones individuales con el logro
del objetivo común.
Respeta a tus educadores, a tus entrenado-
res y a tus familiares; pues todos buscan lo
mejor para ti, para el equipo y para la socie-
dad en general. Este respeto te hace crecer
como persona.
5Aliméntate de forma sana y equi-
librada y haz ejercicio físico para
incrementar tu rendimiento físico
e intelectual. No necesitas suple-
mentos que dañan tu salud.
8
Es preciso respetar las reglas de-
9
portivas y las leyes y aceptar las
decisiones del juez o árbitro de la
competición, que es el encarga-
do de hacer cumplir esas normas.
Convive con todas las personas más allá de
las diferencias de cualquier condición per-
sonal o social; todos somos diferentes, to-
dos somos únicos y necesarios, tanto en el
deporte como en la vida diaria.
10
Practica los valores del deporte,
que formarán parte de tu perso-
nalidad y te ayudarán a enfrentar-
te a cualquier situación en la vida.
¡Juega limpio!
259
 NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA
Capítulo 3
1
Chico Librán, E. (2015): Manual de psicología de la personalidad,
p. 23. Alicante: Editorial Club Universitario.
Capítulo 6
1
Woolfolk, A. (2006): Psicología educativa, p. 669. México: Pearson
Educación.
Capítulo 8
• Páginas web relacionadas con el mundo de la alimentación:
www.alimentacion.es/es
www.aecosan.msssi.gob.es
www.5aldia.org
https://dietamediterranea.com
Capítulo 9
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Actividad física y prevalencia de patologías en la población española:
https://www.fundadeps.org/Observatorio.asp?grupoRec=Todas%20las%20
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Actividad%20F%EDsica,Enfermeda-des%20no%20transmisibles&titulo=
Actividad%20f%EDsica%20y%20prevalencia%20de%20patolog%EDas%20
en%20la%20poblaci%F3n%20espa%F1ola&codrecurso=782
• American College of Sports Medicine. American Heart Association:
Physical activity and public health: Updated recommendations:
Circulation, 116, (9), 2007, 1081-1093:
http://circ.ahajournals.org/content/116/9/1081.full.pdf+html
• Comisión Europea: Directrices de actividad física de la Unión Europa.
Actuaciones recomendadas para apoyar la actividad física que
promueve la salud:
http://ec.europa.eu/sport/library/policy_documents/eu-physical-activity-
guidelines-2008_es.pdf
• Comisión Europea: Libro blanco «Estrategia europea sobre problemas
de salud relacionados con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad»:
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=URISERV%3Ac11542c
• Comisión Europea: Libro blanco sobre el deporte:
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=URISERV%3Al35010
• Comisión Europea: Libro verde: «Fomentar una alimentación sana y la
actividad física: una dimensión europea para la prevención del exceso
de peso, la obesidad y las enfermedades crónicas»:
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:52005DC0637
260
• Consejo de la Unión Europea: Resolución del Consejo y de los
Representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, reunidos en
el seno del Consejo, de 21 de mayo de 2014, relativa al Plan de Trabajo
de la Unión Europea para el Deporte (2014-2017):
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:42014Y
0614(03)&from=ES
• Consejo Superior de Deportes: Encuesta de hábitos deportivos en
España. Colección:
http://www.csd.gob.es/csd/sociedad/encuesta-de-habitos-deportivos
• European Commission: Action Plan Pierre de Coubertin:
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX%3A52007SC0934
• European Commission: Eurobarometer 72.3. Sport and Physical Activity:
http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_334_en.pdf
• European Commission, Directorate-General for Education and Culture:
Special Eurobarometer 412. Sport and Physical Activity Report:
http://ec.europa.eu/health/nutrition_physical_activity/docs/ebs_412_en.pdf
• European Commission. World Health Organization-Europe: Factsheets
on Health Enhancing Physical Activity in the 28 European Union Member
States of the WHO European Region:
http://ec.europa.eu/sport/news/2015/0928-hepa-who-factsheet_en.htm
• EUROSTAT: European Health Interview Survey (EHIS wave 2). Methodological
manual: Methodologies and Working papers:
http://ec.europa.eu/eurostat/documents/3859598/5926729/KS-RA-13-
018-EN.PDF/26c7ea80-01d8-420e-bdc6-e9d5f6578e7c
• Health Agency of Canada: Physical Activity Guidelines:
http://www.phac-aspc.gc.ca/hp-ps/hl-mvs/pa-ap/03paap-eng.php
• Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: Encuesta de Hábitos
Deportivos en España 2015:
http://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/estadisticas/
deporte/encuesta-habitos-deportivos.html
• Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: Encuesta Europea
de Salud en España 2014:
http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/
Enc_Eur_Salud_en_Esp_2014.htm
• Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: Encuesta Nacional
de Salud. España 2011/12. Actividad física, descanso y ocio. Serie Informes
monográficos n.º 4:
http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/encues taNacional/
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• Office of Disease Prevention and Health Promotion. U.S. Department of
Health and Human Services: Physical Activity Guidelines for Americans
http://health.gov/paguidelines/guidelines
• Organización Mundial de la Salud: Informe sobre la salud en el mundo
2002. Reducir los riesgos y promover una vida sana:
http://www.who.int/whr/2002/es
• Organización Mundial de la Salud: Informe sobre la salud en el mundo
2004. Cambiemos el rumbo de la historia:
http://www.who.int/whr/2004/es
• Organización Mundial de la Salud: Recomendaciones mundiales sobre
actividad física para la salud:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44441/1/9789243599977_spa.pdf
• Real Academia Española: Diccionario de la lengua española. Edición del
Tricentenario:
http://dle.rae.es/?id=XR7YAn4
• World Health Organization: Health Topics. Physical Activity:
http://www.who.int/topics/physical_activity/en
• World Health Organization: Global health risks: mortality and burden of
disease attributable to selected major risks:
http://www.who.int/healthinfo/global_burden_disease/GlobalHealthRisks_
report_full.pdf
Capítulo 10
• Cuando compito no estoy solo:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLib6_8hSRfuXeR5cr-w121e__F-
WnnEF0
• Cuando compito no estoy solo, María López:
https://www.youtube.com/watch?v=QZmMa56YSvY
• Ejemplos de dilemas para hacer reflexionar sobre la trampa y la
desigualdad:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLib6_8hSRfuXfptfasShpIQW3VvKRglaL
• Ejemplos de ejercicios reflexivos en el aula de prohibición del dopaje:
Foco de influencia, la familia:
https://www.youtube.com/watch?v=3JACpw-l3AA&index=35&list=PLib6
_8hSRfuXfptfasShpIQW3VvKRglaL
• Ejemplos de ejercicios reflexivos en el aula de prohibición del dopaje:
Presión de los padres sobre los niños:
https://www.youtube.com/watch?v=kcnoL1HsmHA
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: Factores de
riesgo del dopaje:
http://blog.aepsad.es/factores-de-riesgo
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: Protege tu salud,
di «no» al dopaje:
https://aepsad.mecd.gob.es/educacion/programa-protege-tu-salud.html
261
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: Automedicación:
https://www.youtube.com/watch?v=cik6ZjRNuQk&index=49&list=PLib6
_8hSRfuXfptfasShpIQW3VvKRglaL
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: Complementos
alimenticios:
https://www.youtube.com/watch?v=5hWdy2Lb6Tw&index=37&list=PLib6_
8hSRfuXfptfasShpIQW3VvKRglaL
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: El dopaje en
deporte recreativo: Alberto Garrido audio:
https://www.youtube.com/watch?v=wWQe2VzwpwM
• La utilización de sustancias es un riesgo para la salud: Alberto Garrido.
Enfoque TVE:
https://www.youtube.com/watch?v=ri5UBtHkDA4
• Programa de Responsabilidad Personal y Social (PRPS):
http://app.mvpsport.es
• Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
Dopaje: Lo que debes saber:
http://cursos.aepsad.gob.es/aulaVirtual
• Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
http://www.aepsad.gob.es
• Blog Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
http://blog.aepsad.es
• Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
Canal de YouTube AEPSAD:
https://www.youtube.com/user/AEPSAD
• Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
Programa Vive sin Trampas
https://aepsad.mecd.gob.es/educacion/programa-vive-sin-trampas.html
• Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD):
Programa DXT para la vida:
https://aepsad.mecd.gob.es/educacion/dxt-para-la-vida.html
• Unesco. Lucha antidopaje:
http://www.unesco.org/new/es/social-and-human-sciences/themes/anti-
doping
• Agencia Mundial Antidopaje (AMA [WADA]):
https://www.wada-ama.org
• AMA (WADA), Unesco: Folleto Riesgos del dopaje:
https://www.wada-ama.org/en/resources/education-and-prevention/
dangers-of-doping-get-the-facts
• Ministerio de Sanidad y Consumo: Agencia de Seguridad Alimentaria
y Nutrición: Actividad física saludable: guía para el profesorado de
Educación Física:
http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/
nutricion/educanaos/profesores_actividad_fisica.pdf
• Manual Antidopaje: • Polder Cup (Países Bajos):
http://www.antidopinglearninghub.org https://vimeo.com/30225716
• Ejemplo basado en la escalada creado en Mánchester para que
Capítulo 11
convivan escolares, familias, etc., en un espacio singular: una iglesia:
1
Sánchez Bañuelos, F. (2001): «Educación física, salud y diversidad»,
http://www.manchesterclimbingcentre.com
en Díaz Suárez, A., y Segarra Vicens, E. (coords.) (2001): Actas del II
Congreso Internacional de Educación Física y Diversidad, pp.117-133. BIBLIOGRAFíA RECOMENDADA:
Murcia: Editorial Gymnos y Universidad de Murcia. • Atsotegi, C. (2006): Proyecto Deportivo de Centro. Bizkaia: Diputación
Foral de Bizkaia. Departamento de Cultura.
Capítulo 12
• Lleixá, T., y González, C. (2010): Proyecto marco nacional de la actividad
1
Ramírez, P. (2013): Aprender a trabajar en equipo desde pequeños:
física y el deporte en edad escolar. Madrid: Consejo Superior de
https://www.uco.es/activate/index.php/optimismo-y-deporte-trabajar-
Deportes, Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.
en-equipo
• Lleixá, T., y González, C. (2012): El centro escolar promotor de la
actividad física y el deporte. Orientaciones para la elaboración de un
Capítulo 13
Proyecto Deportivo de Centro. Madrid: Consejo Superior de Deportes,
1
Programa Por una educación real valores y deporte (2010): en concreto,
Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.
el cuaderno del profesorado de Ortega Vila, G.; Jiménez Martín, P. J.;
Durán González, L. J.; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Sánchez, A. C., Páginas weB DE INTERÉS:
y Sáenz López Buñuel, P.: «La alineación de los valores», segunda edición.
https://www.mecd.gob.es/mecd/servicios-al-ciudadano-mecd/catalogo/
Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid.
general/educacion/202960/ficha.html
2
Buceta, J. M. (2004): «Prólogo», en Zulalka, L. M. (ed.): 25 razones para
practicar deporte, p. 5. San Sebastián: Departamento de Educación, http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/nutricion/seccion/
Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. educaNAOS.htm
3
Programa Por una educación real valores y deporte (2015): en concreto, https://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/
el libro de Ortega Vila, G.; Abad Robles, M. T.; Durán González, L. J.; Estrategia/Promocion_Salud_Escuela.htm
Franco Martín, J; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Martín, P. J., y
Jiménez Sánchez, A. C.: «Entrenando fútbol: enseñando valores», pp. 33, Capítulo 15
34. Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid. 1
Mosquera, M. J., y Puig, N. (1998): «Género y edad en el deporte», en
4
Programa Por una educación real valores y deporte (2015): en concreto,
García, M.; Puig, N., y Lagardera, F.: Sociología del deporte, pp. 99-113.
el libro de Ortega Vila, G.; Abad Robles, M. T.; Durán González, L. J.;
Madrid: Alianza Editorial.
Franco Martín, J; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Martín, P. J., y 2
Scharagrodsky, P. A. (2004): «Juntos, pero no revueltos: la educación
Jiménez Sánchez, A. C.: «Entrenando fútbol: enseñando valores», p. 21.
física en clave de género», en Cadernos de Pesquisa, n.º 34, pp. 59-76.
Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid.

Capítulo 14 Capítulo 16
1
Ainscow, M. (2001): Crear condiciones para la mejora del trabajo
1
Rojas Marcos, L. (2007): Las semillas de la violencia. Madrid: Espasa.
en el aula: manual para la formación del profesorado. Madrid: Narcea.
2
Velázquez, R. (2007): «¿Qué educación física?… ¿Qué educación?», en 2
Stainback, W. y S. (2001): Aulas inclusivas: un nuevo modo de enfocar
Tándem: Didáctica de la Educación Física, n.º 9. Ene-mar; VII (23).
3
Gutiérrez, M. (1995): Valores sociales y deporte. La actividad física y el y vivir el currículum. Madrid: Narcea.
deporte como transmisores de valores sociales y personales. Madrid:
3
Molina, F. (2011): «Deporte, interculturalidad y calidad de vida: nuevos
Editorial Gymnos. modelos de integración social», en Anduli, Revista Andaluza de Ciencias
4
Subirats, J. (2007): Educación e inmigración: nuevos retos para España Sociales, (9), pp. 165-173.
en una perspectiva comparada. Barcelona: Icaria.
4
Maza, G., et al. (2011): Deporte, actividad física e inclusión social: una
5
Pestalozzi, J. (2006): Cartas sobre Educación Infantil. Madrid: Tecnos. guía para la intervención social a través de las actividades deportivas.
• Proyectos deportivos: Madrid: Consejo Superior de Deportes, Ministerio de Educación, Cultura
http://www.munideporte.com/imagenes/documentacion/ficheros/ y Deportes.
007CDEE8.pdf • Ejemplo de deporte e inclusión social desde la Administración:
http://www.bizkaia.eus/kultura/kirolak/pdf/ca_Proyecto_d.pdf?hash= la Agencia para la Educación mediante Deporte de Francia:
d4fc5fb4bfcd0c7c48ba61ef9d654977 http://educationparlesport.com/2016/12/07/programme-fais-rever

262
• Transformación de entornos locales: ejemplos a través de los StreetGames:
https://www.streetgames.org
• Solar del Campo de Cebada del barrio de La Latina de Madrid. Centro
deportivo autogestionado:
https://www.idensitat.net/es/idsport-sp-1017639437/729-id-sport-2011-
street-games-centro-deportivo-autogestionado
• Diseño, construcción y mantenimiento de un Skate Park en Arbúcies
(Girona). Desarrollado a partir de la iniciativa de un grupo de niños y
adolescentes entre 11 y 15 años de edad:
http://www.straddle3.net
• Fabricación y gestión de un dispositivo móvil que se encuentra a medio
camino entre el mobiliario urbano y el equipamiento deportivo en
Errenteria (Gipuzkoa, Euskadi). La ubicación de esta infraestructura va
acompañada de una gestión de actividades que se articulan con el
contexto social, dinamizando el entorno urbano:
https://vimeo.com/57925501#at=1
• Proyecto con el objetivo de incidir en la mejora de la convivencia vecinal en
el barrio del Cabanyal de Valencia mediante la realización de un proceso
comunitario y una jornada deportiva:
https://vimeo.com/56687234
• Goian. Proyecto socioeducativo con el que se busca favorecer la
convivencia en niños y jóvenes entre 6 y 16 años de Vitoria-Gasteiz, a
través de la participación en actividades en su ocio y tiempo libre:
http://blog.goian.org/es
PELÍCULAS Y DOCUMENTALES:
• Quiero ser como Beckham.
• Invictus.
• Barcelona man: https://vimeo.com/20098601
• Home match: https://www.youtube.com/watch?v=J2-bqIGUcFs
• The sprinter factory: https://www.youtube.com/watch?v=K1C5p3dfMbk&t=79s
BIBLIOGRAFíA RECOMENDADA:
• Maza, G., et al. (2011): Deporte, actividad física e inclusión social:
una guía para la intervención social a través de las actividades
deportivas. Madrid: Consejo Superior de Deportes, Ministerio
de Educación, Cultura y Deportes.
• Curto, L., et al. (2009): Experiencias con éxito de aprendizaje cooperativo
en Educación Física. Barcelona: INDE.
• Jiménez, P. J. (2008): Manual de estrategias de intervención en actividad
física, deporte y valores. Madrid: Síntesis.
• Lleixá T., y Soler S. (2004): Actividad física y deporte
en las sociedades multiculturales. ¿Inclusión o segregación?
Barcelona: Ice-Horsori.
• Ruiz, J. V., et al. (2107): Aprendizaje cooperativo en Educación Física.
Madrid: Síntesis.
263
• Velázquez, C., et al. (2010): Aprendizaje cooperativo en Educación Física.
Fundamentos y aplicaciones prácticas. Barcelona: INDE.
Capítulo 20
1
Rius, J. (1992): «El deporte como marco social del niño», en Infancia y
Sociedad, n.º 13, pp. 25-37.
2
Rokeach, M. (1973): The nature of human values, Nueva York: Free Press.
3
Durán, L. J. (2011): «¿El deporte transmite valores?», en Madariaga, A.,
y Cuenca, J. (eds.): Los valores del ocio: cambio, choque e innovación
(pp.161-177). Bilbao: Universidad de Deusto. Durán, L. J. (2013): «Ética
de la competición deportiva: valores y contravalores del deporte
competitivo», en Materiales para la Historia del Deporte, n.º 11,
pp. 89-115.
4
Programa Por una educación real valores y deporte (2015): en concreto,
el libro de Ortega Vila, G.; Abad Robles, M. T.; Durán González, L. J.;
Franco Martín, J.; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Martín, P. J., y
Jiménez Sánchez, A. C.: «Entrenando fútbol: enseñando valores», pp. 40-43.
Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid.
5
Programa Por una educación real valores y deporte (2015): en concreto,
el libro de Ortega Vila, G.; Abad Robles, M. T.; Durán González, L. J.;
Franco Martín, J; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Martín, P. J., y
Jiménez Sánchez, A. C.: «Entrenando fútbol: enseñando valores», p. 40.
Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid.
6
Darwin, C. (1982): El origen del hombre (1.ª Edición, 1871). Madrid: Edaf.
7
La importancia del respeto en la educación. Original alemán en el
volumen VII de las Gesammelte Werke de Hildebrand editadas en
1974 por la W. Kolhammer Verlag (Stuttgart) y la J. Habbel Verlag
(Reggensburg), pp. 365-374.
8
Programa Por una educación real valores y deporte (2015): en concreto,
el libro de Ortega Vila, G.; Abad Robles, M. T.; Durán González, L. J.;
Franco Martín, J.; Giménez Fuentes-Guerra, F. J.; Jiménez Martín, P. J., y
Jiménez Sánchez, A. C.: «Entrenando fútbol: enseñando valores», pp. 40-43.
Madrid: Ediciones Fundación Real Madrid.
Capítulo 26
• Agencia Mundial Antidopaje (2003): Código mundial antidopaje. Montreal:
Agencia Mundial Antidopaje.
• Unesco (2015): Carta Internacional de la Eduación Física, la Actividad
Física y el Deporte:
http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235409s.pdf
• Murray, T. H. (2010): Defender los valores y la ética del deporte:
la relación entre la lucha contra el dopaje y los valores deportivos
y la ética. Unesco:
http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001884/188404s.pdf
EQUIPO DE AUTORÍA
Francisco Javier Martín del Burgo Simarro Eduardo Chozas Olmo
Presidente del Consejo Académico y Científico Ase- Ex ciclista profesional, organizador de pruebas.
sor de la Universidad Isabel I, Vicepresidente (Rela-
ciones Institucionales) de la FIPV, ex Director de la
Agencia Antidopaje, ex Viceconsejero del Deporte
de Castilla-La Mancha y ex diputado del Congreso.

Olaia Abadía García de Vicuña José Javier Hombrados Ibáñez

Nadadora internacional, ex Decana de la Facultad de Jugador del Club de Balonmano Guadalajara, ex
Ciencias de la Salud y ex Vicerrectora de Ordenación jugador de la selección española y Presidente de
Académica de la Universidad Isabel I. la Federación Madrileña de Balonmano.

Antonio Segura Marrero José Manuel Beirán Lozano

Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Ex jugador de baloncesto y Licenciado en Psico-
Sociales y Director del área de innovación educativa logía.
de la Universidad Isabel I.

Arturo Casado Alda Fernando Romay Pereiro

Campeón europeo de atletismo en la prueba de Ex jugador de baloncesto.
1500 m, Doctor en Ciencias de la Actividad Física y
Profesor de la Universidad Isabel I.

264
José Juan Robles Pérez Enrique Hernando Barrio
Profesor de la Escuela Central de Educación Física Profesor de IES, Profesor Doctor en la Facultad de
del Ejército de Tierra, Comandante de Infantería y Ciencias del Deporte de la UCLM e internacional
Doctor en Ciencias de la Actividad Física. de la Selección Española de Fútbol Sala.

María Dolores Fernández López Alberto Dorado Suárez

Jefa de estudios del Centro de Formación Profesional Profesor de IES, Profesor Doctor en la Facultad de
«La Paloma» y licenciada en Educación Física. Ciencias del Deporte de la UCLM.

José Luis Terreros Blanco Julio González Ronco

Médico especialista en Medicina Deportiva, Direc- Abogado y Director Gerente de la Fundación Real
tor de la Agencia de Protección de la Salud y de Madrid.
Lucha contra el Dopaje (AEPSAD).

María Pilar García-Vaquero Soriano Ginés Meléndez Sotos

Responsable de planificación y control de la Agencia Ex entrenador de categorías inferiores de la selec-
Española de Protección de la Salud en el Deporte ción española de fútbol.
(AEPSAD).

265
EQUIPO DE AUTORÍA
José Ángel de la Casa Tofiño Theresa Zabell Lucas
Periodista, ex Director de deportes de RTVE. Doble medallista de oro en JJ.OO., ex Vicepresi-
denta Primera del Comité Olímpico Español y Pre-
sidenta Ejecutiva de la Fundación Ecomar.

Enrique Arnaldo Alcubilla Emelina Santana Páez

Ex Presidente del Tribunal Administrativo del De- Magistrada Asesora de la Dirección General de Re-
porte, Catedrático de Derecho Constitucional de laciones con la Administración de Justicia (Ministe-
la Universidad Rey Juan Carlos y Letrado de las rio de Justicia).
Cortes Generales.

266
Autoridades
María José Rienda Contreras Alejandro Blanco Bravo
Secretaria de Estado para el Deporte. Presidente del Comité Olímpico Español (COE).

Alejandro Tiana Ferrer Fernando Rey Martínez

Secretario de Estado de Educación Consejero de Educación de la Junta de Castilla y
y Formación Profesional. León.

Ángel Felpeto Enríquez Juan Antonio Samaranch Salisachs

Consejero de Educación, Cultura y Deporte de la Vicepresidente 1.º del Comité Olímpico Interna-
Junta de Castilla-La Mancha. cional (COI) y Presidente de la Samaranch Foun-
dation.

Rafael van Grieken Salvador José Ramón Lete Lasa

Consejero de Educación e Investigación de la Co- Secretario de Estado para el Deporte.
munidad de Madrid. Noviembre 2016 – Junio 2018.

Alberto Gómez Barahona Marcial Marín Hellín

Rector de la Universidad Isabel I. Secretario de Estado de Educación,
Formación Profesional y Universidades.
Julio 2015 – Junio 2018.

267
 PREMIOS reina sofÍa
(consejo superior de deportes)
Para premiar a la persona o a la entidad que más se haya destacado durante el
año por un gesto especialmente relevante de nobleza o juego limpio en la práctica
deportiva o que haya prestado una contribución especial a la erradicación de la
violencia en el deporte. (Instituido en 1983 como Premio Infantas de España SS.AA.
RR. Doña Elena y Doña Cristina; Modificada su denominación en el año 2003). El
premio que antes se conocía por Premio Infanta de España Doña Elena, recibe el
nuevo nombre según resolución de 17 de marzo de 2015, del Presidente del Con-
sejo Superior de Deportes por la que se cambia la denominación de los premios.

1982 1994 2006

Asamblea Suprema de la Cruz Roja Española Fermín Cacho Ruiz Viceconsejería de Deporte de la Junta
de Comunidades de Castilla-La Mancha
1983 1995
José María Cagigal Gutiérrez Laurent Jalabert 2007
Albert Puig Ortoneda
1984 1996
Rafael Núñez Blanes (a título póstumo) Mateo Garralda Larrumbe 2008
1985 1997 Samuel Sánchez González
Constantino Esparcia Sánchez Alex Corretja Verdegay 2009
1986 1998 Club Montaña Peña Guara
José Luis Doreste Blanco Carlos Checa Cabreras 2010
1987 1999 Federación Andaluza de Fútbol
Emilia Cano Camacho Jesús Carballo Martínez 2011
1988 2000 Sergi Barjuán Esclusa
Asociación Española de Prensa Deportiva Alfonso Pérez Muñoz
2012
1989 2001 Valencia Basket Club
Comisión Antidopaje RFE de Atletismo Ex-aequo: José Manuel García Prades
2013
Eduardo Sao Thiago
1990 Alejandro Rodríguez Macías
Juego Limpio. RFE de Fútbol 2002
Antonio Prats Cervera
2014
1991 Tarjeta Blanca – Copa Coca Cola
Peña «La Demencia» del CB Estudiantes 2003
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad 2015
1992 Andrés Iniesta Luján
del Estado
Colectivo «Voluntarios Olímpicos»
(Ana Cornudella - Albert Solé) 2004 2016
Instituto Navarro de Deporte y Juventud Laura Sarosi
1993
Protección Civil, Ministerio del Interior, 2005 2017
Dirección General de Protección Civil Agencia Mundial Antidopaje (AMA) Juan Mata

Fuente: http://www.csd.gob.es/csd/sociedad/ 06distincionesDeporte/01Prem/

historico-de-premiados/?searchterm=hist%C3%B3rico%20premiados

269
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AGRADECIMIENTOS
Agencia EFE, Agencia Española de Protección de la Salud
en el Deporte (AEPSAD), Amaury Sport Organisation (ASO),
Álex Molina/CPE, Amador Vicente García, Asociación de
Futbolistas Españoles (AFE), Bey proAction (Ramón Duerto;
Noel Gálvez), Centro de Esquí Náutico de Seseña (Seseña
Waterski & Wakeboard Complex), Club Atlético de Ma-
drid, Club Deportivo Tacón (Tacon Women’s Soccer Club),
Comité International Olympique (CIO), Comité Olímpico
Español (COE), Comité Paralímpico Español (CPE), Conse-
jería de Educación de la Junta de Castilla y León, Consejería
de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla-La
Mancha, Consejería de Educación e Investigación de la Co-
munidad de Madrid, Consejo Superior de Deportes (CSD),
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Escuela de Fútbol Juventud Sanse (San Sebastián de los Re-
yes, Madrid), Excelentísimo Ayuntamiento de Ciudad Real,
Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Cas-
tilla-La Mancha, Federación Española de Halterofilia (FEH),
Federación Española de Pelota (FEP), Fédération Française
de Tennis, Fédération Internationale de Footbal Association
(FIFA), Fundación Ecomar, Fundación Princesa de Asturias,
Imago/Cordon Press, International Weightlifting Federation
(IWF), iStock/Getty Images (imagoRB; javarman3; jeff hall;
Gordan1; Nasared), Javier Regueros/CPE, Liga Nacional
de Fútbol Sala (LNFS), Mikael Helsing/CPE, Moisés Agui-
lar Alcalde y familiares, Museo Casa de la Moneda-FNMT
(Madrid), Pa/Cordon Press, Pedro Delgado Robledo, Radio
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J. A. Martín/Anaya, Boule 13/123RF, C.
Caetano/123RF, Salamahin/123RF, M.
Klootwijk/123RF, T. Popova/123RF
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Hernández, B.), Universidad Isabel I (Burgos)
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Hernández, B.)
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Televisión Española (RTVE), Real Federación Española de
Fútbol (RFEF), Real Madrid C. F. y Realmadrid TV, Restauran-
te La Chalana (Madrid), Reuters/Cordon Press, Samaranch
Foundation, Secretaría de Estado de Educación, Formación
Profesional y Universidades del Ministerio de Educación y
Formación Profesional (MEFP), Universidad Isabel I (Burgos).
Desde Anaya Educación queremos expresar nuestro agrade-
cimiento a todas estas organizaciones, entidades y personas
sin cuya colaboración esta obra no habría sido posible.