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Razones del mito

es sólo diferente de la razón sino que representa su antípoda w.

Al hacer así hincapié en las emociones y los afectos que

dominan la conducta y el pensamiento de los primitivos, los

antropólogos de la escuela inglesa han tenido tendencia a con

ceder prioridad al ritual entre los fenómenos religiosos. El mito

se considera secundario: duplica, en el plano de la lengua, el

procedimiento del culto, único realmente importante desde el

punto de vista de las necesidades colectivas y del que el mito

constituye la justificación o el comentario oral. Explicar un mito

es encontrar el ritual al que corresponde. Por otra parte, el

evolucionismo no tiene únicamente la ventaja de un constante

recurso a la categoría de la supervivencia: permite también el

empleo de un comparatismo global entre civilizaciones y reli

giones diversas. Se arrancan de su contexto religioso, cultural

y social, ritos, figuras divinas y secuencias míticas que perte

necen a conjuntos diferentes. Se les asimila los unos a los otros,

haciendo abstracción de sus rasgos distintivos y recurriendo a

grandes categorías, lo bastante generales y confusas como para

aplicarse un poco en todas partes sin ser rigurosamente perti

nentes en ninguna: mana, tótem, cultos de fecundidad, diosas

madres y espíritu de la vegetación. Y, finalmente, los discípulos

de Tylor y de Lang recurren a explicaciones de tipo naturalista,

aunque distintas de las que ofrece la mitología comparada. En

lugar del sol o la tormenta, son las relaciones del hombre con

la tierra de la que obtienen su sustento las que asientan la ex


periencia religiosa arcaica en el substrato de la realidad natural.

Vida y muerte de la vegetación, retomo de las fuerzas primave

rales y, en el caso de la Grecia antigua, eniantós daimon, for

man, a través de los ritos de renovación a los que dan lugar,

el núcleo original alrededor del cual van supuestamente a orga

nizarse los panteones y las mitologías.

C. Mito e historia literaria: la filología histórica

En oposición a estas dos corrientes, que, al abrirse el helenismo

tradicional a otras disciplinas como la lingüística y la antropo

logía y ampliar su horizonte a otras culturas, renovaron, cada

una a su modo y con sus limitaciones, el estudio del mito, la

nueva escuela histórica filológica alemana marca, en esa misma

época de fines del siglo Xix y comienzos del xx, el repliegue de

29 Cf. I. Meyerson, Les fonctions psychologiques et les oeuvres, Paris,

1948, p. 128.

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