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Ejercicios de igualdad

Se inicia por percibirte y percibirle como un igual y desde ahí comienza la labor.

Empecemos observando las formas, las formas poco tienen que decir ya que son imágenes fáciles
de proyectar, es decir, ninguna acción por bonita que se vea, si no proviene de tu propia expresión
es vacua. Ahora, cuando lo genuino se logra presentar finalmente es igual de fácil que surja la
apreciación de que sea un acto manifiesto de vulnerabilidad. Allí pueden surgir cuatro
sensaciones: vergüenza, victimización, aceptación y libertad. Todas son válidas y tengamos en
cuenta que las cuatro son susceptibles a ser transmitidas de ida y vuelta como rechazo o
inspiración.

Si hay entusiasmo de colaborar en tu ambiente no se puede simplemente observar desde lejos


esperando que tu aporte tenga impacto en él. Tienes creatividad de sobra y tu naturaleza
expresiva se desarrolla con la apreciación de los demás, es necesario que estés presente y no en
un lugar sin luz, tampoco en medio absorbiendo más de un rayo de sol puesto que solo uno es
para ti, sino el otro no tendrá el rayo que le corresponde como derecho básico…Vergüenza.

Tu inteligencia da para abarcarlo todo, tienes sentidos desarrollados de sobra, comunícate con los
demás sin que tu boca diga lo correcto antes de lo que realmente sea demostrado por tus
movimientos cotidianos, muchas veces pesados, ciegos, a veces destructores de otros castillos
aéreos tales como los tuyos. Si dices que no te diste cuenta, y en el mejor de los casos realmente
lo sientes, el punto será para ti si esa herida cicatrizó con la consciencia que antes te hizo falta.

Otra advertencia: esa “astucia” tuya de tomarlo todo y de obtener las cosas cuando tu número
aún no es llamado, ciertamente habla de tu estado de supervivencia, depredador o de ególatra.
No das espacio al regalo, a ese algo que puede ser más significativo y que por supuesto las mentes
no son capaces de imaginar porque provienen de una mente y no de la mente perfecta que lo
envuelve todo. Deja de atarte a los rieles con esos robos tuyos, costumbre de tu mente. Prueba la
diferencia de desacostumbrarte de todo aquello que te empequeñece…Victimización.

Lo que desata cualquier nudo es la presencia, sin duda. No puedes vivir con tu mente, lo sabes. El
corazón se adelanta a lo que ocurre a través de tus ojos. Eso desde la sabiduría eterna hasta lo que
los aparatos registran con el objetivo de escribir artículos científicos. Sería entonces una realidad
general. Se adelanta por una misteriosa vinculación con la otredad, personas y ambiente. En
cualquier caso si presenciaras tu vida estarías abrigado en tu corazón que se iguala a la sensación
de paz y profundo entendimiento.

Eres igual que yo, y si tu vulnerabilidad abre una puerta hacia tu liberación, sentirás todo desde la
tranquilidad de no estar presionado a ser perfecto según los cánones, de reconocer tu camino
como la mejor vía que puede certificar tu merecimiento. Merecimiento a toda la sabiduría que
explota en tu amor, tu éxito, tu bienestar, tu capacidad de generar recursos espirituales y
materiales que nadie te ha negado… Aceptación.

Y por favor, que en este momento tu enojo sea como el tren que pasa remeciendo el piso y el aire
con su ruido estridente. Mira luego como se disuelve en el silencio sordo igual que el último
sollozo al terminar la sesión de llanto, anual, mensual, diaria que siempre renueva, que deja la
pena en el espacio sin tiempo, junto a los miedos, recuerdos y frustraciones, y que a su vez son los
egos que nos recuerdan lo frágiles que somos y lo valientes que hemos sido.

Decía una mujer de Calcuta: “Si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia”, por lo que
trazar la meta de descubrir un continente y hacer el gran aporte a la humanidad conviene
concentrarlo en ti, en tu espacio, en tu casa. Las acciones grandilocuentes te dejan vacío, por lo
que deja eso para tus memorias escritas en leyendas que podrías vender a una editorial. El
continente nuevo es el que despertarás dentro de ti, ese será tu gran aporte a la humanidad.

Entonces si te sorprendes alejándote de lo que te conecta con los demás mide a balanza como
están tus polos, y entrega, y no le temas el recibir.

Sientes miedo de los demás, pero necesitas a los demás, dentro de ti el anhelo de tocar con tus
jóvenes raíces otras raíces de esta tierra sigue siendo punzante, pero a la vez son ganas nubladas
por lo que no queremos que pase. ¿Y si solo vemos qué pasa y desplegamos todo el amor que
exige aceptar lo que nuestra mente no acepta?... Libertad.

Somos iguales cuando además de ser yo, también soy el otro.

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