Está en la página 1de 9

EL QUEHACER ECLESIAL ANTE LA CONTIGENCIA DEL COVID-19 Y LA

VIRTUALIDAD

William Flórez Mantilla

Marzo 2021.

Fundación Universitaria Bautista.

Método Teológico
INTRODUCCIÓN

El quehacer teológico y eclesial debe ser un tejido de carácter pluralista, complejo y dinámico
que se comprende a sí misma en el contexto socio-cultural de cambio de paradigmas rígidamente
preestablecidos, de problemas de lenguaje y comunicación; de obstáculos y retos inminentes; de
diálogo interdisciplinario; y de métodos y operaciones necesarias ante estos retos, que hacen
necesaria la inclusión y el acercamiento a nuevas herramientas de observación; asimilación y
comunicación para su ejecución y praxis. El quehacer eclesial y teológico actual parte de
experiencias socio-culturales propios de los diversos grupos poblacionales a los cuales va dirigido
este trabajo, inscritos en sus propias realidades, sociopolíticas y socioculturales, con barreras que
van más allá de lo físico y de lo espiritual, entra en juego en este contexto como variable nueva lo
virtual como herramienta de acercamiento; de propagación; de investigación y de comunicación del
mensaje propio de Dios y de las diferentes investigaciones resultantes de este.

Estas experiencias socio-culturales tienen que ver con las reivindicaciones de los derechos de
los diferentes grupos poblacionales que de una u otra forma se han sentido en desventaja ante otros;
primeramente ante la religión y subsecuentemente ante el ejercicio teológico; con el diálogo
intercultural, con las luchas por la justicia social y por mejores condiciones de vida de estos grupos
poblacionales; por un diálogo interdisciplinario serio entre religión y ciencias y por una apertura a
los problemas concretos de la sociedad, entre los cuales cabe mencionar la contingencia generada
por el COVID-19 y la restricción que este ha provocada en el quehacer de la comunidad eclesial y
en el ejercicio teológico.

Ante estas cuestiones se hace necesario plantear una orientación creativa para la labor del quehacer
eclesial y del pensamiento teológico y su enseñanza; una orientación que exige una disposición
nueva por parte del teólogo y del quehacer eclesial en medio de retos y contingencias actuales como
el COVID-19 y la inclusión de la virtualidad como medio o herramienta para la ejecución,
enseñabilidad y como nuevo espacio de reflexión y enseñanza y de esperanza. Según Jaime
Laurence Bonilla Morales “Una de las tareas permanentes de la teología cristiana, es la de dar
razón de la esperanza (1 Pe 3,15) que impulsa o anima a los creyentes a desplegar una respuesta
de fe ante la autorrevelación de Dios en Jesucristo y desde la mediación de su Iglesia.”
QUEHACER ECLESIAL ANTE LA CONTIGENCIA DEL COVID-19

Hace ya casi un año apareció ante los ojos de una sociedad acelerada y desconcertada una rara
enfermedad catalogada por muchos como juicio de Dios; por otros como consecuencia de las
acciones de algunos individuos y por algunos como un arma de reducción de la población mundial.
Si bien actualmente aún desconocemos su origen lo que si hemos experimentado es que este virus y
la subsecuentes enfermedades que produce afectó el panorama global en toda área, social; política;
educativa y en lo que concierne a este ensayo al área eclesial. En un abrir y cerrar de ojos estaban
nuestros claustros de reunión cerrados, nuestros pastores; feligreses y simpatizantes sin saber qué
hacer. Pocos antes se habían atrevido a utilizar algo que estaba tan a la mano y para muchos era
impensable y satanizada, la idea de la virtualidad como medio de trabajo del quehacer eclesial y
teológico del mundo cristiano, estábamos tan acostumbrados a lo presencial; al templo como lugar
de reunión, a ver y estrechar las manos de nuestros hermanos y a tener nuestros templos atiborrados
de feligreses; pero ante esto se hizo necesaria la utilización de la virtualidad como herramienta de
comunicación; de seguimiento, de enseñanza y de retroalimentación de la vida eclesial, si bien hoy
ya la mayoría de templos están abiertos, un reducido número de feligreses aún continua en la
virtualidad y esta se ha convertido en un mecanismo eficaz para la expansión del Evangelio y del
trabajo eclesial, muchos pastores ampliaron su trabajo más allá del claustro de reunión y vieron en
la virtualidad la oportunidad de llegar más personas; personas con paradigmas de asistir a un culto;
de entrar a un templo protestante; con limitaciones de transporte y físicas. Estamos ante cambios
inminentes y el quehacer eclesial y teológico debe estar atento a enfrentare estos retos y a involucrar
las realidades sociales existentes en los mismos.

“El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando con la prontitud de los saberes
nuevos. Por eso, apenas se atine a decir que nuestra época es distinta: hablamos de posmodernidad
en la cultura y de post guerra en la geopolítica. Es como otro big bang. El tiempo ahora es más
corto, el espacio es más pequeño: lo uno se denomina aceleración de la historia, lo otro es la aldea
global. En la sociedad del conocimiento, la ciencia y la tecnología van conquistando los distintos
ámbitos que comprenden la vida. Transformará el modo de pensar, de sentir y de actuar como
aspectos fundamentales de lo cognitivo, lo axiológico y lo motor, dimensiones esenciales del
hombre. En segundo lugar, los oficios de la sociedad del conocimiento tienen un creciente
contenido técnico y cada vez es mayor el número de ocupaciones de alta tecnología. No da lo
mismo manejar un arado que manejar un tractor, una máquina de escribir que un computador, un
bisturí que un rayo láser.” 1.

Cada día las competencias que exige la sociedad son más sofisticadas, pues ya no es suficiente
hablar de una profesión, en lugar de eso el profesional en alguna área debe estar calificado y
equiparado para enfrentar y dar soluciones a retos que presente el contexto actual; a ser capaz de
asumir las realidades sociales y las herramientas que estas ofrezcan, en este ensayo pretendo
entrelazar el quehacer eclesial ante la contingencia del COVID-19 y la virtualidad como
herramienta actual y a la mano de todos para el ejercicio de este, teniendo como modelo teológico
las bases planteadas por Friedrich Schleiermacher.

Los planteamientos de Schleiermacher epistemológicos están fundados en la idea de la


hermenéutica como “reconstrucción”. El proceso de la comprensión se articula finalmente, en un
problema sobre la relación de lenguaje y pensamiento, establece una relación como la que hay entre
la física y la medicina, esta estudia experiencias concretas del ser humano en lo físico. La
experiencia religiosa le dicta el quehacer a la teología y esta no describe de manera racional a la
experiencia a posteriori. Para Schleiermacher la experiencia del sujeto es la medida de la teología,
define la experiencia como punto de partida, es una forma de legitimación de la religión en la
época moderna, en la que el mundo post-moderno tiende a alejar y excluir la religión como una
realidad social. Schleiermacher enfatiza que la experiencia religiosa es el modo más adecuado para
comprender el objeto de la teología.

La experiencia religiosa es ofrecida como solución para una cultura más marcada por los efectos
de la secularización y por eso mismo, su modo de ver, unilateral y unidimensional. No será una
autoridad externa, eclesiástica, bíblica o dogmática la que validará la religión, sino la experiencia
del sujeto. Schleiermacher sitúo la experiencia como punto de partida metodológico de la teología,
asumió un criterio antropológico para hacer teología, el sujeto como centro del conocimiento de
Dios.

1. DIPLOMADO EN DOCENCIA VIRTUAL. Guía didáctica 1. Politécnico. 2020.


La teología de Schleiermacher, y su énfasis en la experiencia como ruta adecuada para llegar a
entender lo que significa la tarea teológica, no fue concebida sólo como la manera más apropiada de
hacer teología, sino como la forma de reconciliar la modernidad con la tradición cristiana, al menos
con el protestantismo. Estos rasgos reconciliatorios pueden ser calificados como una teología de la
mediación, esta llamada teología de la mediación puede ser aplicada en el quehacer eclesial ante la
problemática mencionada anteriormente y la solución que la virtualidad brinda ante ésta.
Como teología de la mediación con la cultura moderna cabe mencionar tres aspectos importantes en
la propuesta de Schleiermacher, primero el papel que reconoce a la filosofía, segundo el status que
le da a la experiencia humana y tercero el esfuerzo de Schleiermacher por conciliar fe y ciencia y
teología y filosofía. Tomando el papel que Schleiermacher da a la filosofía en el planteamiento de
su método a la problemática mencionada del COVID-19, podría ser interesante usar las diferentes
formas que la filosofía otorga ante el ámbito del conocimiento, al área epistemológica de los
principios, fundamentos, extensión y métodos del conocimiento humano, el empleo de formas;
imágenes para representar una realidad, que ya no sería en formas orales o escritas, sino en recursos
digitales, tecnológicos, en plataformas y redes sociales. Otro aspecto que resulta preponderante en
la propuesta de Schleiermacher es la importancia que da a la experiencia como punto de partida del
ejercicio teológico y en lo que concierne a este escrito a la praxis eclesial en medio de una
contingencia que a muchos dejó con los brazos cruzados y a otros más aventajados con una milla
adelante, es de resaltar el papel de la experiencia en el proceso planteado por Schleiermacher y ante
este reto que enfrenta el quehacer eclesial resulta muy acorde este planteamiento del teólogo, se
hace necesario analizar la experiencia nueva para el mundo cristiano en medio de, no un obstáculo,
más bien un reto, algo que en lugar de detener nuestro caminar debe llevarnos a abrir nuevas formas
de enseñanza; de comunicación; de apertura de espacios ya no presenciales sino virtuales, de la
utilización de las herramientas que presentan las realidades sociales, del cambio de concepción y
visualización de la modernidad por una nueva era de herramientas al alcance del hombre.

Parafraseando a Gabriel García Márquez “Creemos que las condiciones están dadas como
nunca para el cambio social y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la
cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar, quiénes
somos en una sociedad que se quiere a sí misma. Que canalice hacia la vida la inmensa energía
creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra la
segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano
Buendía. Por el país próspero que soñamos al alcance de los niños.”
Otro aspecto que enfatizó la obra Schleiermacher fue el ejercicio de reconciliar fe y ciencia y
teología y filosofía, ante la problemática planteada estos intentos de relacionar polos a simple vista
tan opuestos resulta en lugar de contraproducente saludable. Planteamientos como: ¿Qué dice la
religión a través de fe de la problemática global? Y ¿Qué fundamentos epistemológicos propios de
la filosofía pueden ser empleados para el ejercicio teológico y eclesial en medio de la contingencia
planteada? Podrían resultar beneficiosos para el quehacer eclesial tomados del modelo propuesto de
Schleiermacher.

Schleiermacher en su método dio preeminencia a la religión por encima de la teología y en esta


situación problemática actual cabría destacar lo mismo, la preeminencia de la manifestación
religiosa individual por encima del quehacer eclesial, la importancia de la experiencia del sujeto en
medio de esta situación como punto de partida de todo quehacer eclesial y teológico. Para
Schleiermacher “la superación del idealismo religioso, de su concepción como simple religión
privada y acentuando el hecho que la religión es un asunto de la comunidad” 2.

La implementación del modelo teológico de Schleiermacher está enmarcado en el cambio de


paradigmas muy propios para la situación actual mencionada:
1. Nueva actualidad y de un fenómeno favorable: “Schleiermacher se halló situado en
medio de todos los impulsos de su generación. Abarcó los mayores ámbitos que movían su
época y que la generación precedente había preparado. Todo el contenido vital de la época
anterior experimentó en él un cambio hacia la vida activa, hacia el dominio de las ideas en
el mundo” 3. Así como el autor mencionado aprovechó su entorno social para sacar ventajas
en su ejercicio, hoy día en la necesidad de romper el paradigma de la presencialidad en el
ejercicio eclesial es necesario la apropiación de todo ,lo que generaciones anteriores
prepararon para nosotros, el buen uso de las tecnologías; de las herramientas virtuales; de
las diferentes plataformas y redes digitales, apropiarse de los medios que están llevando al
deterioro del tejido social, y darles el buen uso de los medios, no un sometimiento a los
recursos, sino una transformación y utilización de estos para el fin planeado.

2. M. KÄHLER, En F.W. KANTZENBACH. Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher in


Selbstzeugnissen und Bilddokumenten ( Rowohlt, Reinbek bei Hamburg 1967. 159
3. W. DILTHEY, Leben Schleiermacher, II ( Walter de Groyten Berlín 1966) XLI
Además de la nueva actualidad que mencionaba el autor, es de resaltar el fenómeno favorable
tanto para el contexto socio.-cultural de Schleiermacher, como para el nuestro “No estoy de
acuerdo con las llamadas de socorro de la mayoría, relativas a la decadencia de la religión y pues
no sé qué ninguna otra época haya acogido mejor que la actual”4. Donde la Pluralidad religiosa y
la libertad de culto y religión y de la enseñanza de la misma están consagradas como derechos
fundamentales de toda persona, La libertad de culto es un derecho consagrado en la Constitución
Política de Colombia de 1991, en la Ley 133 de 1994 y demás normas concordantes nacionales;
tratados internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad.

2. Dialéctica Las teorías de la comunicación se acercan al concepto de Schleiermacher de


dialéctica que elevó la capacidad de consenso a criterio de verdad. Su método dialectico se
presta a la interpretación de significativos fenómenos humanos y culturales, según este la
realidad está llena de tensiones internas presentadas a modos de dualidad, ejemplo:
día/noche, bien/mal y quien supera estas antinomias es la razón en su función de
comprensión profunda de la realidad. Ante la problemática mencionada surgiría la antonimia
presencialidad/virtualidad y ante esto la razón debe superar esta tensión entre estas dos
realidades, es a través de la virtualidad que la razón puede realizar el quehacer eclesial. La
virtualidad y la educación virtual se convierten en la herramienta al alcance de la comunidad
cristiana para poder logara sus objetivos y su quehacer. La virtualidad es concebida como la
herramienta más útil en esta realidad social, porque se accede al conocimiento a través de
ambientes virtuales de aprendizaje, eliminándose barreras como la falta de disponibilidad de
tiempo por trabajo, familia y la dificultad de desplazamiento a sedes para recibir enseñanzas;
predicas; cultos o reuniones eclesiales.
Ahora bien, la virtualidad del saber no supone un saber-menos, o un saber-peor. Tampoco supone
un saber-de-segundo-grado o de segunda categoría. Antes bien, corresponde a una transformación
de los procesos mediante los que se aprende, constata (anota) y explica el mundo, procesos que
están en sintonía y dependencia con nivel de desarrollo de los medios tecnológicos del actual
momento histórico. Por decirlo de otra manera: no existe garantía de que las setecientas páginas de
la Crítica de la Razón Pura de Kant, conduzcan a mayor nivel de comprensión de la estructura del
conocimiento (y, al cabo, a mejorar la felicidad del género humano) de las investigaciones
neurológicas sobre el área del lenguaje, o los foros de discusión de Internet sobre el conocimiento
intuitivo o el pensamiento creativo.
4. GINZO FERNANDEZ A. Schleiermacher: La autonomía y la inmediatez de la religión. Pp. 239-264
3. Rehabilitación de la Filosofía práctica: que pone en conexión las instituciones con los
postulados éticos. Ser y deber, sociedad y subjetividad. Aquí es de resaltar la misión de la
iglesia como institución y sus postulados éticos o misión en la tierra, su ser: El Cuerpo de
Cristo y su deber de proclamar el evangelio; de perfeccionar a los santos; de educar, de
anunciar la venida de Cristo. Un análisis de la tarea de la iglesia en medio de una realidad
social que afectó toda esfera del mundo, un ejercicio que trascienda de la practica a la praxis,
concebida como ideas revolucionarias que transformen una realidad existente.

4. Ejercicio Interdisciplinario: Se hace necesario en este ejercicio entender la relación entre


religiosidad y ciencia, expresar conceptualmente la experiencia religiosa y comprender la
historia de la religiosidad moderna. “Con una franca unión del ámbito religioso con el
amplio campo de la ciencia, el arte y la sabiduría humana, Schleiermacher se colocó en el
centro de todos los esfuerzos de su generación. Por esto logró la audiencia de sus
contemporáneos”

En esta problemática presentada se hace necesario un ejercicio interdisciplinario entre la teología


y las diferentes áreas del conocimiento humano; las ciencias de la educación, las humanidades,
las ciencias de la comunicación; de las artes visuales y graficas; se hace necesario presentar y
realizar el quehacer eclesial a través de este nuevo medio que es la virtualidad, un mensaje
fidedigno. Este ejercicio interdisciplinario podría llevar a mejores resultados; a hacer el trabajo
eclesial efectivamente, considerando los diferentes factores que en medio de la situación
planteada modifican el quehacer eclesial y que a través de estas otras disciplinas podrían ser
moldeados o tratados de una mejor manera.

Considerar el modelo de Schleiermacher de la llamada teología de la mediación, mediación


entre la presencialidad y los medios al alcance de la comunidad en general, resulta beneficioso para
el quehacer teológico y a la virtualidad como la herramienta más acorde, que está a la mano de toda
persona, en medio de una contingencia que aún nos sigue sorprendiendo a todos.
Una propuesta llena de cambios de paradigmas; cambio de concepciones; una propuesta de
aprovechar el panorama actual; de considerar las realidades sociales propias de cada entorno y de
hacer buen uso de las herramientas virtuales en el quehacer eclesial, que el mismo hombre ha
diseñado para su beneficioso. Propuesta de mediación entre las realidades sociales y las
herramientas diseñadas por el hombre para realizar cualquier labor, pero sobre todo en lo
concerniente al quehacer eclesial.

También podría gustarte