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Laura Giraldo Palacio

Ciudades lentas - Altomonte, Italia


Actividad de seguimiento 1
Otras formas de habitar la ciudad

Altomonte es una comuna de la provincia de Cosenza, en la región de


Calabria, Italia. Actualmente Altomonte cuenta con aproximadamente 4375
habitantes y una superficie de 65,29km². Esta comuna, como muchas otras, se
ha sumado a un movimiento muy particular que se viene presentando desde
1999, denominado cittaslow, que tienen como objetivo principal mejorar la
calidad de vida de sus habitantes y parar la desenfrenada aceleración que
lleva el mundo moderno actual, optando por un estilo de vida más calmado.
Las razones por las que Altomonte ha decido unirse a este movimiento van muy
de la mano a los objetivos que en éste se proponen, entre ellos están: mejorar
la calidad de vida de sus habitantes, promover los avances tecnológicos
enfocados en la protección ambiental y de los núcleos urbanos, incentivar la
producción de alimentos orgánicos con prácticas sustentables y proteger
fuertemente la producción local y el patrimonio histórico (Martín, 2013).

Es importante resaltar que no cualquier región puede ser una cittaslow, pues se
deben cumplir con ciertos requerimientos para ser aceptada en el movimiento.
El número de habitantes es un requisito fundamental, una cittaslow no puede
tener más de 50 mil habitantes, condición que cumple Altomonte. Indagando
en algunas páginas de viajeros que han tenido la oportunidad de visitar este
lugar, se puede apreciar otras condiciones que la llevan a ser parte de este
movimiento. Varias opiniones resaltan la tranquilidad que allí se siente, puesto
que el tráfico y el ruido están bastante reducidos, también se habla sobre la
gran cantidad de zonas verdes, la agricultura local, las tiendas y mercados que
aún conservan sus tradiciones culinarias y su amplio patrimonio cultural en el
que se pueden encontrar obras griegas y romanas en perfecto estado (Vita
Calabra Tours, 2019).

Algunos de los compromisos que ha hecho el municipio de Altomonte, para ser


parte del movimiento, se describen en el sitio web de la comuna, entre ellos
están: apoyo a la producción de semillas locales y la comida en restaurantes
locales, el establecimiento de un mercado de productos locales, la producción
de vinos en la región y el incentivo del festival de vinos para la promoción de
los productos y platos tradicionales de la región (Altomonte, 2014).
Actualmente vivimos sumergidos en un mundo que va de forma acelerada,
solo se piensa en crecimiento económico, cumplir con las actividades, terminar
todo rápidamente, y se hace a un lado la idea de disfrutar el presente y lo que
nos rodea por estar constantemente preocupados por la productividad que se
debe mantener a diario. Este movimiento hace la invitación de parar, ir más
lento, disfrutar de cosas tan simples de la vida como tomarse un café con
calma, saborear los alimentos, disfrutar la tarea que estamos realizando y
valorar los bienes naturales. Una ventaja que se puede percibir de la
implementación del movimiento, es el aumento de productividad por hora
trabajada, ya que muchos países europeos han venido reduciendo las horas
de trabajo de sus habitantes, descubriendo que es posible tener una buena
economía sin estar obsesionados por trabajar demasiadas horas (Honoré, 2013).
Todas las prácticas anteriormente mencionadas conducen a mejorar la
calidad de vida, que puede considerarse como la mayor ventaja del
movimiento.

Regiones donde se establece este movimiento pueden albergar una serie de


desventajas frente a ciudades desarrolladas. Una cittaslow se pierde de la
multiculturalidad que existen en territorios globalizados, y se puede caer en un
pensamiento cuadriculado en el que no se tienen en cuenta otras posturas o
formas de percibir el mundo. El intercambio comercial y tecnológico entre
países desarrollados y ciudades lentas es muy poco, limitando el acceso a los
habitantes de productos y servicios que faciliten la vida de los mismos. Además,
estas ciudades para ser parte del movimiento no pueden hacer modificaciones
de su infraestructura, limitando la implementación de nuevas e innovadoras
estructuras que se ven actualmente.

En este punto se puede plantear el interrogante de si es posible llevar este


modelo a grandes ciudades, como Medellín. Esto conllevaría un trabajo muy
duro y la voluntad de los habitantes de la región para lograrlo. Optar por
implementar algunos elementos que hacen parte de este movimiento puede
ser una mejor alternativa. Comenzar a elegir productos locales, plantados y
cosechados por nuestros campesinos es la forma más efectiva de incentivar y
apoyar el comercio local, dejando a un lado productos importados. Este sería
un paso realmente importante para mejorar la calidad de vida de los
habitantes de Medellín, como lo expresa María Lucia Castrillón en una
entrevista de Semana: “Comprar colombiano es apoyar la industria nacional, a
nuestros empresarios, quienes son los mayores generadores de empleo y
desarrollo en nuestro país. Cada peso que invertimos en producto local genera
un efecto multiplicador, puesto que cada peso gastado se queda reactivando
nuestra economía” (Semana, 2020).

Otro elemento importante es la conciencia ciudadana, porque sin esta no se


podrían hacer los cambios que realmente se necesitan en la ciudad. Es
fundamental cambiar el pensamiento programado de productividad y
crecimiento infinito, puesto que no es viable ya que vivimos en un planeta con
recursos finitos. Estos cambios deben darse desde la educación primaria,
realizando modificaciones en el modelo educativo actual, incorporando
asignaturas donde enseñen a valorar el patrimonio histórico y cultural, así
mismo materias que promuevan el gusto por las prácticas agrícolas.

Pasar de ser una ciudad tan poblada, con grandes problemas sociales,
culturales y ambientales a una ciudad slow es un gran reto para una ciudad
como Medellín, es por esto que sería mucho más factible comenzar por una
escala mucho más pequeña, como los barrios, o como el individuo mismo que
habita en Medellín, incorporando en el diario a vivir este pensamiento
promovido por el movimiento. Practicas tan sencillas como reciclar, comprar a
vendedores locales, educar con conciencia, practicar deporte, meditar, y
entre otras prácticas que lleven a mejorar el estilo de vida de los ciudadanos.

El movimiento cittaslow propone pensamientos y actitudes muy diferentes a las


que el mundo moderno actual está acostumbrado, es por esta razón que el
movimiento es tan interesante para muchas ciudades preocupadas por el
bienestar ambiental y ciudadano. Este movimiento tiene grandes ventajas a
nivel social, económico y cultural, es por esto que se hace imprescindible
buscar métodos o técnicas para lograr implementar algunos enfoques de este
movimiento, y de esta manera mejorar la calidad de vida de los habitantes de
Medellín.
Bibliografía
Altomonte, c. d. (2014). Obtenido de http://www.comune.altomonte.cs.it/

Honoré, C. (2013). ecointeligencia. Obtenido de


https://www.ecointeligencia.com/2013/03/movimiento-slow/

Jaramillo, C. (2020). El milagro antiestrés. Bogotá: Nomos S.A.

Martín, R. (7 de Noviembre de 2013). El movimiento "Ciudades Lentas"


promueve la desaceleración de la vida urbana. Tendencias21, pág. 1.

Vita Calabra Tours. (Abril de 2019). Obtenido de


https://www.tripadvisor.cl/Attraction_Review-g1120103-d16348903-
Reviews-or5-Vita_Calabra_Tours-
Altomonte_Province_of_Cosenza_Calabria.html

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