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Cognitivo Conductual
Alumna: Diana Karina Barrita
Ortiz
Tema: Lectura
Fecha de entrega: 21/03/2021
PENSAR BIEN SENTIRSE BIEN
El modelo cognitivo
El modelo de Aaron Beck sugiere que las primeras experiencias y la educación temprana
conducen al desarrollo de un pensamiento fijo y rígido. Las creencias y esquemas nucleares son
desencadenados o activados por acontecimientos importantes, lo cual conduce a una serie de
supuestos que generan pensamientos automáticos relacionados con uno mismo, los demás o el
mundo, tanto en el presente como en el futuro. A su vez, estos pensamientos automáticos pueden
generar una serie de cambios emocionales, conductuales y somáticos.
Los déficits cognitivos y las distorsiones cognitivas
Se considera que las anormalidades están asociadas a las distorsiones cognitivas, por esta razón
las intervenciones psicoterapéuticas tienen el objetivo de aumentar la conciencia de la persona
respecto de sus cogniciones, creencias y esquemas disfuncionales e irracionales y facilitar su
comprensión respecto de los efectos de dichas cogniciones sobre la conducta y las emociones.
Los distintos programas de intervención suelen incluir la autosupervisión, identificación de
cogniciones desadaptativas, comprobación de pensamientos y reestructuración cognitiva. Para
enseñar habilidades cognitivas y conductuales, se incluye el entrenamiento en solución de
problemas sociales, aprendizaje de nuevas estrategias cognitivas, práctica y el autorrefuerzo.
Para intervenir con la población infantil y adolescente, se necesitan formular modelos cognitivos
apropiados desde el punto de vista evolutivo, que permitan comprender los problemas
emocionales y conductuales.
Evaluación de las habilidades básicas necesarias para poder beneficiarse de una terapia
cognitivo-conductual
A un nivel elemental, el niño necesita tener la capacidad de acceder a sus pensamientos y poder
comunicarlos. Además requiere la capacidad de concebir atribuciones alternativas en relación con
los hechos y los acontecimientos, la conciencia y el conocimiento de las diferentes emociones, y
la capacidad de relacionar y vincular los pensamientos y los sentimientos en distintas situaciones.
Las entrevistas pueden brindar buena información en relación con los pensamientos y los
soliloquios internos, puede usarse un enfoque directo o indirecto. En los más pequeños se puede
pedir describir o dibujar la situación difícil y advertir si son capaces de ofrecer una descripción
de lo que sucedió junto con algunos pensamientos o atribuciones en relación con los hechos.
Los niños más pequeños pueden tener dificultades al acceder a sus cogniciones y describirlas,
pero son capaces de hablar de lo que otros puedan estar pensando, por eso es útil usar muñecos y
juegos para recrear y escenificar la situación difícil. Un procedimiento alternativo y más
estructurado consiste en ofrecerle al niño una serie de opciones de entre las cuales tiene que
escoger una.
Otro enfoque, no verbal consiste en mostrar algunas viñetas o dibujos y pedir que sugiera lo que
podrían estar pensando las distintas personas o personajes implicados. De igual manera se pueden
usar cómics generativos donde se muestran dibujos o viñetas y se pide que dibuje o escriba todas
las ideas que se le ocurran respecto de qué puede estar pensando uno de los personajes en
concreto. Por último se puede jugar con marionetas y escenificar las situaciones adversas.
Conciencia y conocimiento de las propias emociones
La educación emocional, pretende ayudar a los niños y adolescentes a tomar conciencia de los
diferentes sentimientos y a ser capaces de distinguirlos. Para ello, los niños tienen que ser capaces
de poder acceder a sus propios sentimientos y brindar una descripción de los mismos. Se pueden
utilizar escenificaciones, juegos, dibujos y acertijos para valorar si el niño es capaz de identificar
lo que siente otra persona y si da señales de tener conciencia y conocimiento de las diferentes
emociones en distintas situaciones.
En definitiva, existe una gran importancia en el abordaje de las creencias irracionales que
conducen a los individuos a iniciar y mantener perturbaciones emocionales, independientemente
si se trata de castigarse, evitar problemas, emitir juicios o cualquier otra situación en la que pueda
verse involucrado el individuo, lo primordial es que a través de este modelo se puede retomar la
responsabilidad del individuo en la manera que piensa sobre lo sucedido, buscando hacer de él un
ser racional capaz de decidir su reacción ante los problemas.
Sin duda alguna la TCC resulta ser una opción viable para abordar estos aspectos. Sin embargo
como psicóloga en formación me recuerdo constantemente que todos los métodos, estrategias y
técnicas que se utilicen dentro de la profesión, deben ser sometidos al método científico para
poder ser tomados como una verdadera ciencia y de esta manera romper con la idea que los
pseudocientíficos han generado en la población.
Referencia: Stallard, P. (2002). PENSAR BIEN – SENTIRSE BIEN. Manual práctico de terapia
cognitivo-conductual para niños y adolescentes. Editorial Desclée De Brouwer: España