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El Gobierno de la Ciudad fue a la Justicia para que siga habiendo

clases presenciales

Esta mañana y tal como lo había anticipado ayer el Jefe de Gobierno,


Horacio Rodríguez Larreta, el Gobierno de la Ciudad interpuso una
acción judicial ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación a fin de
que se declare la inconstitucionalidad del Decreto de Necesidad y
Urgencia 241 del Poder Ejecutivo Nacional que dispone la suspensión
de las clases presenciales y las actividades educativas no escolares
presenciales en todos los niveles y en todas sus modalidades desde el
19 de abril hasta el 30 de abril inclusive.
La cautelar es contra el artículo 2 del decreto e incluye a toda otra
disposición o reglamentación dictada en su consecuencia. La Ciudad
pide que se le ordene al Estado Nacional que “se abstenga, hasta el
dictado de la sentencia definitiva y firme, de llevar a cabo cualquier acto
que implique poner en ejecución el Decreto cuestionado”.
El Gobierno porteño sostiene que el decreto viola la autonomía de la
Ciudad e implica una virtual intervención federal porque se arroga
potestades sobre competencias eminentemente locales, en salud y
educación.
Además, no es razonable ya que la suspensión de las clases
presenciales dispuesta no se encuentra justificada en datos empíricos,
y resulta arbitraria porque obedece exclusivamente a la voluntad de
quien detenta el Poder Ejecutivo Nacional. Por el contrario está
científicamente demostrado, en el ámbito internacional y local, que el
grado de contagio en establecimientos escolares es mínimo.
Y constituye una clara violación al principio de igualdad porque se
evidencia una discriminación arbitraria con relación a las restantes

P
provincias, que pueden decidir respecto de la continuidad o suspensión
del ciclo lectivo 2021.
Se puso énfasis, además, en que la normativa cuestionada vulnera
tratados internacionales de jerarquía constitucional (Convención sobre
los Derechos del Niño, art. 75, inc. 22 CN), que consagra el derecho
del niño a la educación, como un derecho progresivo que debe
ejercerse en condiciones de igualdad. En su inciso d sostiene que los
Estados Parte deberán: “Adoptar medidas para fomentar la asistencia
regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar”.
Y en ese sentido debe garantizarse la efectividad de los derechos de
los niños, niñas y adolescentes que concurren a las escuelas públicas
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a la educación y a la salud,
amparados por las normas constitucionales y convencionales.

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