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ENSAYO CAPITULO 1, 2 Y 3 DEL LIBRO PRIMAVERA SILENCIOSA

(Rachel Carson - 1962)

La primavera silenciosa es un libro escrito por Rachel Carson en 1962, este libro inicia

relatando una pequeña fábula que expone un hecho sucedido en Norte América, en ese lugar

todo el mundo parecía vivir en armonía con la naturaleza, la flora y la fauna que existía en

ese lugar eran perfectas, el lugar era famoso por la abundancia y variedad de aves que

existían, cuando estas aves cruzaban en primavera y en otoño, la gente llegaba desde

diferentes sitios para contemplar aquella belleza natural.

La naturaleza se encontraba en su máximo esplendor cuando de repente apareció una plaga

extraña que poco a poco acababa con la flora y fauna de este mágico lugar, en las granjas las

gallinas empollaban pero los polluelos no salían del cascarón, los campesinos no podían criar

cerdos y también aparecieron extrañas enfermedades que atacaban a niños y adultos llegando

a causar la muerte de estos, todos los habitantes de la comarca estaban preocupados, pues no

conocían las causas de estos sucesos y se referían a esta problemática como una maldición.

En este primer capítulo de Primavera Silenciosa, podemos observar el ejemplo claro que nos

expone la autora de los drásticos cambios que tiene nuestro planeta, haciendo responsable a la

humanidad de estos cambios, se conoce información que demuestra que hace muchos años

atrás, el planeta tierra era un lugar limpio, con poca contaminación y que la humanidad por el

afán de conseguir dinero y riquezas materiales se ha olvidado de conservar el lugar que nos

permite mantenernos con vida, y que será heredado a generaciones futuras, por otro lado,

siendo conscientes del daño que hemos causado y de las consecuencias que esto nos trae,

tampoco nos hemos preocupado por educar a niños y jóvenes con el objetivo de cuidar lo que

nos queda y tratar de recuperar lo que hemos acabado, en este primer capítulo también se
hace una comparación de las pulverizaciones de insecticidas con una extraña plaga que

avanza a pasos de gigante arrasando con todo lo que se encuentra en su camino.

Continuando con el segundo capítulo titulado “La Necesidad de Sostenerse”, nos expone los

cambios por los que ha tenido que pasar la tierra, el crecimiento descontrolado de la

población es uno de estos drásticos cambios, ya que el hombre siempre se ha enfrentado a la

naturaleza realizando cambios radicales en ella por conveniencia o por su propio beneficio,

sin tener en cuenta que mientras hace sus cambios benéficos va contaminando y acabando

con todo lo que lo rodea (ríos, mares, aire y tierra).

La mayor fuente de contaminación que genera el hombre es la radiactividad antinatural, es

decir, la generada por el entrometimiento del hombre en el átomo, esta química inventada por

el hombre es a la que la vida tiene que adaptarse, es el resultado de los inventos humanos

hechos en laboratorios que no tienen en cuenta las consecuencias en el medio ambiente, para

que la naturaleza pueda adaptarse a uno de estos cambios necesitaría tiempo en la escala de la

naturaleza, es decir, años de generaciones, y con ayuda de un milagro lograría adaptarse a un

cambio de estos, ya que los productos sintéticos salen de los laboratorios como un río sin fin,

sólo en Estados Unidos, anualmente salen alrededor de 500 nuevos productos químicos a los

que el cuerpo de los humanos y los animales de algún modo debe adaptarse.

Desde mediados del año 1940, se han creado productos químicos con el fin de matar insectos,

malezas, roedores y todos los organismos vivos que de alguna manera entran en el concepto

de PLAGAS, todos estos productos son usados en granjas, jardines, bosques y hogares, sin

tener en cuenta que estos productos químicos matan a organismos BUENOS y MALOS, estos

no se deberían llamar INSECTICIDAS sino BIOCIDAS, ya que acaban con la vida de

cualquier organismo vivo, actualmente se puede evidenciar que cada vez se producen

químicos más fuertes, esto se debe a la reivindicación de los insectos que nos expresa
Darwin, esto se trata de la supervivencia y adaptación de los insectos a estos productos

químicos, es decir, las nuevas generaciones de insectos producen razas superiores inmunes a

estos insecticidas, por eso cada que sale un producto químico nuevo es más fuerte que el

anterior, así mismo causa más daños que el anterior.

El uso de todos estos agroquímicos se podría minimizar si los campesinos trabajan la

agricultura de una manera diferente, teniendo conciencia del daño que causa el uso de estos

productos, por ejemplo, es claro que el insecto que vive en el trigo puede elevar su colonia a

niveles muy altos en una granja que solo se dedica a cultivar trigo, que en una granja en la

que el cultivo de trigo se alterna con otros cultivos a los que el insecto no está adaptado, estos

otros cultivos pueden ser el repelente al insecto plaga del trigo.

En el capítulo 3 titulado Elixires de Muerte, la autora nos describe el trágico hecho del uso

indiscriminado de productos con síntesis químicas, que hicieron que ya no se encuentre en el

planeta un organismo vivo libre de ellos, se han encontrado residuos de estos productos en la

gran mayoría de ríos y mares importantes, también en corrientes subterráneas que fluyen de

manera desconocida a lo largo de la tierra, en el cuerpo de pescados, pájaros, reptiles y

animales salvajes y domésticos, en lombrices de tierra, en huevos de pájaros hasta en el

propio hombre, estos productos químicos están ahora en el cuerpo de la mayoría de los

humanos, sin discriminación de edades, se encuentran en la leche de las madres y

probablemente en los tejidos de los niños que aún no han nacido.

Se conoce que la segunda guerra mundial marcó la desaparición de los plaguicidas

inorgánicos químicos e introdujo el mundo de las moléculas de carbono, aún existen algunos

materiales utilizados en aquella época, el más usado actualmente es el ​Arsénico, ​un mineral

altamente tóxico, que por ser un producto sin sabor ha sido usado para cometer crímenes,

además fue el primer elemento reconocido como sustancia provocadora de cáncer, este
elemento ha registrado epidemias de envenenamiento en poblaciones por largas épocas, la

contaminación de este genera enfermedades y muertes en caballos, vacas, cabras, cerdos,

peces y abejas. En la actualidad existen insecticidas que son más mortíferos y contaminantes

que el elemento antes mencionado, uno de ellos es representado por el grupo ​DDT, ​también

conocido como ​Hidrocarburo Clorado, ​el segundo grupo está compuesto por los

insecticidas de ​Fósforo Orgánico ​y está representado por los nombres de ​Malatión ​y

Paratión, ​estos dos grupos al ser construidos sobre una base de átomos de carbono son

clasificados como ​“Orgánicos”.

El DDT fue el primero sintetizado por un químico alemán en 1874, pero sus propiedades

como insecticida no fueron descubiertas hasta 1939, y ahora es tan universalmente utilizado

que pasó a tomar el aspecto familiar e inofensivo, ya que durante la guerra fue utilizado para

combatir los piojos de millones de soldados, refugiados y prisioneros, es por el uso que le

dieron que se cree que mucha gente tuvo contacto directo con el DDT sin sufrir efectos

perjudiciales, pero esto es una creencia errónea, ya que el DDT al estar en polvo no es

absorbido rápidamente por la piel, pero disuelto en aceite como suele encontrarse es

altamente venenoso, una característica importante del DDT y sus derivados químicos, es la

manera en que este pasa de un organismo a otro, por ejemplo, los campos de alfalfa se

espolvorean con DDT, luego se prepara la comida de las gallinas con esa alfalfa, entonces las

gallinas ponen huevos que contienen DDT, también el heno que contiene residuos de 7 a 8

micrones, sirve de alimento para las vacas, el DDT reaparecerá en la leche en proporción de

aproximadamente unos 3 micrones, pero al elaborar la mantequilla con esa leche, la

concentración puede llegar a 65 micrones. A través de este proceso del que arranca una

pequeña proporción de DDT, puede llegarse a una altísima concentración, actualmente los

agricultores encuentran difícil obtener alimento sin contaminados para sus vacas, porque la
administración de alimentos y drogas prohíbe la presencia de residuos sin secticidas en la

leche embarcada para el comercio exterior.

De esta manera podemos entender que somos los mismos seres humanos los que nos

encargamos de contaminar, dañar y acabar con toda la naturaleza que es nuestra fuente de

vida al usar productos de síntesis química, pero actualmente existe la posibilidad de cambiar

esos hábitos de usos químicos por productos naturales que no contaminen el medio ambiente,

ni contamine nuestro cuerpo, sólo depende de nosotros tratar de recuperar el daño que hemos

causado a nuestras propias vidas, para así dejar un planeta mejor a nuestras futuras

generaciones.

Karen Adriana Calderón Ariza

Introducción a la Ingeniería - Grupo C

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