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La extinción de las abejas “amenaza del ecosistema”

INTRODUCCIÓN:

La cuarentena por la pandemia desnudo prácticamente que los animales comenzaron a


ocupar su espacio y disminuir la contaminación. No cabe duda que el ser humano debe
ya ser parte de la buena convivencia y que sugiera según opinión de Adrián, educando a
los niños, saber que si notamos una bolsa de plástico en el mar un delfín se puede
asfixiar. Contribuir en que exista lugares especiales para que animales en peligro en
extinción recuperen su espacio perdido, a través de donaciones para que en cautiverio se
mantenga la vida de esos animalitos.

Desgraciadamente, muchos animales y plantas que durante siglos han convivido con
nosotros se encuentran hoy en grave peligro de extinción. Los seres humanos aún no
nos damos cuenta que aprender a convivir con el entorno ecológico es fundamental para
la preservación de las especies animales y vegetales en cualquier parte del mundo.

La reducción o destrucción del hábitat natural es el principal factor que está poniendo en
peligro a más de 2500 especies, de las cuales 41 ya se han extinguido. Esto

se debe a que una vez que se destruye el hábitat en el que vive, la especie ya no cuenta
con el entorno donde pueda satisfacer todas sus necesidades básicas, que le permiten
reproducirse con éxito y así perpetuarse.

Los seres humanos estamos actuando de una forma negativa para el planeta, ríos y
mares contaminados, como la extinción de la flora y fauna, entre otros.

Hace unos años atrás, Einstein promulgó "Si la abeja desapareciera de la tierra, al
hombre solo le quedaría 4 años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, no
animales, ni hombre”.
ARGUMENTO

Si bien las causas no están del todo confirmadas, las principales hipótesis sobre la
extinción de las abejas, giran en torno a la utilización de ciertos pesticidas que provocan
malformaciones, trastornos del sistema nervioso y desorientación. Pero tampoco se
descarta la teoría de los campos electromagnéticos, que podrían contribuir a la
desaparición de colonias de estos insectos.

El 40 % de los insectos polinizadores invertebrados, como las abejas y las mariposas, se


encuentran amenazados, mientras que el 16 % de los polinizadores vertebrados están en
peligro de extinción a nivel mundial, un porcentaje que aumenta hasta el 30 % en las
islas, con una tendencia creciente.

Quizás no todos nos damos cuenta de lo que sería un mundo sin abejas. No solo se habla
de la producción de miel, sino de otras consecuencias más importantes: la falta de
abejas es una grave amenaza para la reproducción de plantas y flores. Sin una acción
inmediata para salvar a las abejas, muchos de nuestros frutos secos y vegetales podrían
dejar de ser parte del consumo diario.

Las abejas podrían ser el animal más importante para el tipo de vida que llevamos. Un
mundo sin abejas podría ser un mundo sin miel, también en el sentido metafórico.
Podremos vivir sin miel. Podremos encontrar sucedáneos para la cera. Podremos
importar esos productos de aquellos pocos lugares donde todavía resista la población de
abejas en el mundo. Pero lo que no podremos sustituir si nos faltan es su labor
polinizadora que realizan en nuestras plantas.

De seguir esta mortandad, el mundo experimentara un impacto mundial en los escases


de la alimentación y hasta en la industria textil.
CONCLUSIONES:

Las conclusiones contribuyen a la seguridad alimentaria mundial y su extinción


representaría un terrible desastre biológico, como dijo Bernad Vallat, representante de la
organización mundial para la salud animal.

Prohibir los productos tóxicos para las abejas y otros polinizadores actualmente en uso,
empezando por los más tóxicos: clotianidina, imidacloprid, tiametoxam, fipronil,
clorpirifos, cipermetrin y deltametrin. Evaluar mejor los riesgos de plaguicidas y reducir
su uso.

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