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Electiva de Psicología y Posconflicto

Danna Mishelle Peña Silva


2020
“No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos
cuando los creamos”. –Albert Einstein

Los seres humanos desde que nacemos hasta que morimos somos participantes u
observadores de conflicto, ya que, en el mundo en que nos desarrollamos hay cambios
dinámicos de pensamientos, perspectivas, reglas y normas; lo que nos lleva a analizar todo
desde una postura de experiencias vividas. Es por ello que podemos encontrar que hay
diferencias conflictivas a nivel individual, cultural, social y nacional, las cuales son
conformadas por pensamientos, ideas e ideologías.

A la hora de tratar con conflictos que abarcan desde lo específico hasta lo general es
necesario tener herramientas que apoyen a la solución y benéfico de las partes involucradas
en el problema de diferencias individuales.

En el mundo podemos encontrar muchos entes que ayudan judicialmente a la solución


de problemas desde una postura netamente penal, y en donde lamentablemente no siempre
hace parte la voluntad y la disposición de la reparación socio-humanitaria de los que son
participes del inconveniente, sino que meramente se reduce a dictaminar u estipular una
orden de solución jurídica.

Es aquí donde surgen los mecanismos alternativos de resolución de conflictos utilizando


como herramientas de intervención a la negociación, conciliación, mediación y arbitraje
para efectuar y garantizar un proceso más ameno, amable y voluntario por parte de los
personajes del problema

La negociación, como ya se había dicho antes, hace parte de las herramientas que se
utilizan a la hora de brindar un desenlace positivo dentro de una disconformidad, ya que es
considerada como un mecanismo cuya finalidad es, unas veces, evitar la aparición del
conflicto, y otras, actuar como válvula para resolver el conflicto ya surgido. Buscan crear
estructuras que permitan a las partes alcanzar una solución razonable sin la intervención de
un tercero (Jiménez, J. 2014).

Seguida de la negociación viene la mediación, en la cual interviene un tercero donde su


principal función es solventar a las partes de posibles soluciones, proponer fórmulas de
arreglo sin sujetarse a ninguna forma y conservando las partes el poder de decisión sobre el
convenio de la problemática. Una de las características que distingue a la mediación, es
que, brinda tanto un servicio público como particular, ayudando de esta forma a resolver
problemas generales como específicos. De forma que, algunos de sus objetivos son facilitar
el dialogo y el entendimiento entre las partes afectadas aclarar o resolver divergencias y
suavizar ambientes hostiles (Mazo, H. 2013).

Dentro de estas herramientas de los mecanismos de resolución de problemas esta la


conciliación, en donde las partes involucradas exponen sus ideas, perspectivas y posibles
acuerdos para dar solución a la controversia creada, de esta manera le dan la batuta y
confianza a un tercero para que sea el mediador entre las exigencias y convenios que cada
parte ha dado a conocer.

El arbitraje por otro lado es un método para las resoluciones extrajudicialmente


controversiales en virtud del cual las partes acuerdan (convenio arbitral) someter la
solución de determinados conflictos que hayan surgido o puedan surgir entre ellos respecto
de una determinada relación jurídica (Jiménez, J. 2014).

De esta forma los mecanismos alternativos de resolución de conflictos empiezan a


generar cambios a niveles globales, ya que, el mediar problemas viene siendo una actividad
que se da en cualquier ámbito de la vida, y que mejor manera de comenzar a forjar y
enseñar en etapas tempranas como los son las del colegio.

Este mecanismo, al igual que otros, carga con aspectos positivos y aspectos negativos
dentro del manejo o aplicación; las ventajas que nos brindan los mecanismos alternativos
de resolución de conflictos son: 1) ahorro de tiempo y dinero, ya que, no requieren
abogados; 2) Se puede solucionar el conflicto entre las partes con mas agrado y voluntad,
puesto que, no se imponen las decisiones de un tercero; 3) No requiere de un tiempo
prolongado para solucionar el problema, y se basa en proveer una tranquilidad y
disminución del disgusto o conflicto entre las partes involucradas en la problemática; 4)
facilita el proceso en futuros problemas que se presenten y generalmente suelen ser
gratuitos. Por otro lado encontramos las desventajas de este proceso, las cuales son, 1) Si no
hay un buen uso del método por parte del mediador puede haber fallos en la intervención,
produciendo aspectos permeados por el favoritismo y la subjetividad; 2) No todos conocen
la manera adecuada de uso sobre este tipo de herramientas o metodologías; 3) Si dentro de
los acuerdos pautados por las partes involucradas en el conflicto, no se llegase a cumplir lo
pactado, no habrían mecanismos autónomos para la regulación de un cumplimiento,
recordemos que esto va ligado a la voluntad de solucionar un conflicto entre los personajes
del problema.

Por ende podemos concluir que los mecanismos alternativos de resolución de conflictos
comienzan a ser necesarios para intervenciones que están dentro de un marco natural, es
decir, en las cuales no hace falta de participación jurídica, de este modo, nos da la libertad,
la habilidad, el sentido socio-humanitario de poder generar soluciones a conflictos y
también de ser conscientes que las problemáticas se pueden resolver hablando y
manteniendo una postura de voluntad, cumplimiento y entendimiento; cabe resaltar que,
para ello también es de especial importancia aprender a hablar y escuchar lo que las partes
que conforman el conflicto tiene por decir, brindar mecanismos alternativos de soluciones
y general un ambiente de igualdad, equidad y neutralidad.

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