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FACULTAD DE

CIENCIAS DE LA SALUD

FACTORES PROTECTORES Y FACTORES DE RIESGO:


Una aproximación desde el enfoque de la resiliencia

Luego de conocer la importancia del Ciclo Vital y su impacto en los procesos de


salud/enfermedad, ya sea a nivel individual o familiar, avanzamos a los factores
protectores y factores de riesgo. Como vimos, en cada etapa la persona o la familia
enfrenta diversos desafíos y crisis, y dependiendo de su trayecto, recursos y otros
factores, su desarrollo va adquiriendo determinadas características. Podríamos
rápidamente deducir, tomando la película “MACHUCA” vista en clases anteriores, que
la vida de los niños y familias en situación de pobreza determina una vida llena de
problemas de salud y desarrollo. Sin embargo, en esta clase conoceremos que los
factores protectores y los factores de riesgo se entrelazan de manera compleja con
las características únicas que cada familia significa, por lo tanto, no sorprenderá que
muchas familias pese a vivir en situaciones adversas, logran alcanzar altos niveles de
salud mental y física. Esta paradoja es estudiada bajo el nombre de resiliencia y
también será un tema relevante en esta clase.

1. Factores protectores y de riesgo.

Una de las principales preocupaciones cuando se trabaja en salud, se centra en cómo


generar condiciones para el bienestar del individuo y su familia. Estratégicamente,
muchos expertos han optado por centrar la mirada en la infancia, apostando por un
potencial preventivo que generará sólidos impactos en la vida adulta.

La idea de estudiar los factores protectores provino de los resultados de algunas


investigaciones sobre niños que, no obstante vivir en condiciones adversas de alto
riesgo, y contra todo pronóstico negativo, se convirtieron en adultos sanos.

De este modo, el potencial para la prevención está definitivamente ligado al incremento


de nuestro conocimiento y entendimiento de las razones por las cuales algunos niños y
niñas no son afectados por las carencias de distinta naturaleza, pero fundamentalmente
por su vinculación a contextos de pobreza. Por ello, las investigaciones sobre factores
protectores a la infancia se llevan a cabo preferiblemente en contextos vulnerables.

El desafío más evidente de los últimos años en cuanto a salud, infancia y niñez, ha sido
la implementación de estrategias de prevención que fortalezcan los factores protectores
en las escuelas, familias y comunidades. Este desafío obedece a un cambio en la
focalización de las influencias ambientales en el desarrollo de los niños y niñas, pues se
ha transitado de centrarse sólo en los factores negativos de riesgo a dirigir la atención
primordialmente hacia la promoción de estrategias positivas de acción.

Por su parte, los factores de riesgo se definen como situaciones, aspectos o elementos
de la persona y el contexto que hacen más probable la emergencia de conductas de
riesgo o enfermedad. También se les concibe como características o condiciones
biológicas, psicológicas, conductuales o sociales cuya existencia en los individuos o
familias incrementa la probabilidad de presentar algún daño en salud.

Por el contrario, los factores protectores son aquellos que potencialmente disminuyen
la probabilidad de caer en un comportamiento de riesgo o padecer una enfermedad.
Estos factores pueden influir sobre el nivel de riesgo en las experiencias individuales o
moderar las relaciones entre el riesgo y efecto del comportamiento. Otras definiciones
proponen que corresponden a aquellas cualidades, condiciones, situaciones y episodios
que aparecen para alterar (e incluso revertir) las predicciones de efectos negativos y
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permitir a los individuos evitar estresores de vida o más aún, también pueden ser
entendidos como todo valor latente o manifiesto que en forma de comportamiento o
actividad contribuye como posibilidad o como realidad, en el marco de la vida cotidiana,
al enriquecimiento de las dimensiones individual, social y universal de los seres
humanos; es decir, al enriquecimiento de sus condiciones de trabajo, de lenguaje y de
poder.

Resulta importante destacar que es necesario identificar los factores de riesgo y


protección en tanto éstos permiten predecir resultados negativos o positivos en el
proceso de desarrollo del individuo. Ello, porque es probable que jueguen roles claves
en el proceso involucrado en las respuestas de las personas a las situaciones de riesgo.
Además, es necesario hacer notar que muchas y muy diversas variables pueden
constituir un factor de protección en una situación, y como factor de vulnerabilidad o
riesgo en otra.

Es necesario dejar en claro que tanto la vulnerabilidad como la protección son procesos
interactivos. Ambos, más que ser atributos permanentes o experiencias, son procesos
que se relacionan con momentos claves en la vida de una persona. Resulta de mayor
precisión utilizar el término de mecanismo protector cuando una trayectoria que era
previamente de riesgo, gira en dirección positiva y con una mayor probabilidad de
resultado adaptativo. De igual modo, un proceso será considerado de vulnerabilidad
cuando una trayectoria previamente adaptativa se transforma en negativa.

Según Werner (1993) los factores protectores operarían a través de tres mecanismos
diferentes:

• Modelo compensatorio: los factores estresantes y los atributos individuales


se combinan aditivamente en la predicción de una consecuencia, y el estrés
severo puede ser contrarrestado por cualidades personales o por fuentes de
apoyo.

• Modelo del desafío: el estrés es tratado como un potencial estimulador de


competencia (cuando no es excesivo). Estrés y competencia tendrían una
relación curvilínea.

• Modelo de inmunidad: hay una relación condicional entre estresores y


factores protectores. Tales factores modulan el impacto del estrés en calidad
de adaptación, pero pueden tener efectos no detectables en ausencia del
estresor.

2. Resiliencia

A propósito de lo recién mencionado, podemos establecer que existen personas que, a


pesar de sus adversidades, presentan habilidades para surgir, adaptarse, recuperarse
de las dificultades y acceder a una vida social y productiva aceptable. Son llamadas
personas resilientes, quienes, a pesar de nacer y de criarse en situaciones de alto
riesgo, se desarrollan psicológicamente normales e incluso, en determinadas
condiciones son exitosos, enfrentando adecuadamente las dificultades. Sus
experiencias las perciben de manera constructiva, aun cuando éstas hayan causado
dolor o sufrimiento.

El concepto resiliencia ha sido entendido de diferentes maneras y nos parece que


debemos detenernos a conceptualizarlo. Se entrelaza con los conceptos de
vulnerabilidad, riesgo y mecanismos protectores.
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Rutter (1993) define la resiliencia como un conjunto de fenómenos sociales e


intrapsíquicos que posibilitan tener una vida "sana" viviendo en un medio "insano". De
acuerdo a este autor, estos procesos tendrían lugar en el tiempo, dando positivas
combinaciones de cualidades del niño con su ambiente familiar, social y cultural. La
resiliencia es el resultado de una interacción "especial" entre el niño y su ambiente, ya
que se ha observado que aquellos resilientes presentan una aproximación activa hacia
la resolución de problemas de la vida, siendo capaces de interactuar efectivamente con
gran cantidad de experiencias emocionales de riesgo y procurarse la atención positiva
de otras personas Se estima que factores protectores, es decir, procesos, mecanismos
o elementos moderadores del riesgo, están presentes en la base de la resiliencia.

Algunos autores como Masten y Garmezy (1986) utilizan antónimos de la palabra riesgo
para definir los mecanismos protectores. Sin embargo, hay consenso en destacar que
los mecanismos protectores se ubican tanto en las personas como en el ambiente en
que se desarrollan. Los factores protectores se dividen en factores personales, en los
que se distinguen características ligadas al temperamento, particularidades cognitivas y
afectivas; factores familiares tales como el ambiente familiar cálido y sin discordias,
padres estimuladores, estructura familiar sin disfuncionalidades principales y factores
socioculturales, entre ellos, el sistema educativo (Kotliarenco y col. 1996).

Personales

Factores
protectores
Socio-
Familiares culturales

En este sentido, muchas de las siguientes interrogantes pueden tener un punto de


aproximación a partir de las propuestas derivadas de este enfoque:

• ¿Cómo es posible que a pesar de una vida de privaciones muchos niños logren
sobrevivir?

• ¿Qué factores contribuyen a que niños y niñas sometidos a las condiciones


adversas de la pobreza puedan no sólo sobrevivir sino enfrentar con éxito su
situación?
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Las investigaciones concernientes a los factores que protegen a los niños de riesgos y
adversidades propuestas por distintos investigadores se han dirigido hacia:

• Las características personales de los niños resilientes: Estas


características se identificaron mediante el estudio de la comprensión del sentido
de la realidad de los niños vulnerables a través de la exploración de los
conceptos que ellos consideran cercanos a su mundo: la autoridad, la amistad,
la alegría, el trabajo, la familia, etc., los cuales explican el desarrollo adecuado
que logran a pesar de sus situaciones adversas. Por otra parte, se ha investigado
además sobre la toma de perspectiva cognitiva, comunicativa y afectiva de estos
niños, que nos permite tener una idea de cómo al colocarse en el lugar del otro
desarrollan conductas resilientes.

• Las condiciones familiares que promueven la resiliencia: Mediante varios


estudios, los investigadores se aproximaron al transcurrir cotidiano de las
familias pobres, incluyendo aquellas en que la madre cabeza de familia trabaja
fuera del hogar, y encontraron que los elementos que identifican la cotidianeidad
de la pobreza son de dos clases: los de carácter negativo, referidos a las
carencias, y los de carácter afirmativo: la recursividad, la lucha y el trabajo diario,
que se expresan para contrarrestar a los anteriores. En las familias pobres se
manifiestan tres factores cotidianos de protección: «la seguridad, la filiación y la
afectividad», de los cuales los dos primeros tienen mayor relevancia. A través de
ellos se apoyan y defienden mutuamente con la principal mira puesta en los
niños. La protección que las familias pobres dan a sus hijos tiene como raíz su
propia pobreza, es decir, sus propias carencias. Se trata básicamente de una
protección de la pobreza y sus consecuencias, de carácter más material que
inmaterial. Los factores cotidianos de protección, entendidos como los elementos
y circunstancias que la familia pobre utiliza para proteger a sus niños de unas
carencias muy concretas, se dividen en materiales e inmateriales. Los primeros
tienden a obtener el dinero, cuidar la salud y la alimentación, prevenir los
accidentes, etc. Los segundos tienen que ver con la responsabilidad de los
padres, la prevención de riesgos éticos, la capacitación para el futuro,
manifestación de afecto, normas y roles de los miembros de la familia, etc.

• Por último, también se ha investigado la resiliencia comunitaria mediante


estudios sobre Desarrollo Comunitario y Redes Sociales en las comunidades que
viven en pobreza y cómo estas redes ayudan a que el niño desarrolle vínculos e
identidad social que determinan su personalidad en formación.

3. Vulnerabilidad y factores asociados: implicancias para la salud.

En cada momento, el individuo, la familia, un grupo o la comunidad producen una


situación “X” (estado), que resulta de la interacción de la multiplicidad de factores
protectores y de riesgo, que determinan un nivel de vulnerabilidad específico para un
daño o varios daños simultáneamente. Cabe destacar que este "estado", ocurre dentro
de un proceso histórico, social y político determinado.

Los resultados de diversas investigaciones y elaboraciones conceptuales comienzan a


aplicar a las acciones de salud pública, individuales y grupales las nociones de "alto
riesgo" o "bajo riesgo", sin que por ello, se logre avanzar en abordajes efectivos. Un
problema a tener en cuenta, radica en que los “estados” de vulnerabilidad, no se
actualizan con cierta periodicidad (lo cual hace que el diagnóstico se cronifique muchas
veces erróneamente) y que raras veces buscan la existencia de factores protectores de
esos mismos daños para poder llegar a establecer el nivel de vulnerabilidad para ese
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"momento" del análisis y que por definición conceptual no es válido para otro "momento",
ya que la vulnerabilidad es un estado en permanente cambio.

En la adolescencia y juventud, estas reflexiones adquieren una especial relevancia, por


la gran evolutividad que caracteriza el proceso de la adolescencia en lo biológico,
psicológico y social (la velocidad y multiplicidad de los cambios); por la duración del
proceso (15 años) y por el cambiante entorno histórico-social en que acontecen estos
cambios.

De esto se desprende un primer concepto fundamental: la valoración de la


vulnerabilidad es exclusivamente válida para la oportunidad única en la que se hace esa
valoración y que la vulnerabilidad encontrada, lo es para un posible daño específico
inmediato, latente (riesgo de una posible deserción escolar en los próximos meses) o
futuro.

Segundo concepto: Dados los cambios permanentes de la vulnerabilidad a riesgos y


daños, esta debe ser revalorada en cada contacto con el individuo, su grupo, su familia,
teniendo en cuenta los factores protectores generales y específicos, los factores de
riesgo generales y específicos, las conductas de riesgo existentes y establecer: a) un
nivel de vulnerabilidad actual y b) a qué riesgos o daños expone esa vulnerabilidad.

Tercer concepto: La vulnerabilidad debe analizarse en función de un daño o los daños


a los cuales pueden conducir la interacción de los factores protectores, de riesgo y de
conductas presentes en el momento específico de la valoración. (La presencia de un
factor de riesgo para un daño no implica necesariamente riesgos para otros daños).

Cuarto concepto: En cada valoración deben explorarse los factores protectores, los
factores de riesgo, las conductas de riesgo y el proceso histórico/social individual y
colectivo para poder establecer un "nivel de vulnerabilidad" y si han habido o no
cambios.

4. Algunos ejemplos de factores protectores y de riesgo a nivel individual, familiar


y social.

FACTORES DE PROTECCIÓN FACTORES DE RIESGO


 Autoconcepto y autoestima  Baja autoestima.
positiva.  Dificultad para tomar decisiones.
 Tolerancia a la frustración.  Dificultad para expresar
A nivel individual

 Adecuada resolución de emociones


conflictos.  Sensación temprana de rechazo
 Adecuada toma de decisiones. de sus iguales.
 Resistencia a la presión de grupo.  Atender la presión social de uso
 Desarrollo de habilidades de drogas
sociales Tener metas personales  Falta de metas y proyecto de
y un plan de vida. vida.
 Estilos de vida saludables  Habilidades sociales bajas, ej.
 Manejo de la ansiedad. asertividad y la empatía.
 Proyecto de vida  Estilos de vida no saludables
(consumo de alcohol y drogas,
sedentarismo, sobrepeso)
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FACTORES DE PROTECCIÓN FACTORES DE RIESGO


• Relación emocional estable de • Pertenencia a grupos familiares
los hijos, con al menos uno de los que trafican drogas, y/o
padres o un otro significativo consumen y abusan de ellas, o
• Participación activa de los padres bien realizan otras actividades
en el desarrollo de los hijos calificadas como antisociales.
• Desarrollo y mantención de • Desinterés por la educación y
A nivel familiar

estilos de vida saludables. formación de los hijos.


• Mantención de clima familiar • Clima familiar agresivo.
positivo, comunicación fluida • Historia familiar con estilos de
• Expresión del afecto Normas vida no saludables.
familiares claras y consistentes, • Disciplina permisiva o ausencia
adecuada a la edad de cada hijo. de normas claras de
• Autoridad basada en el respeto funcionamiento familiar, junto con
• Estimulación de la autoestima, sanciones inconsistentes.
autonomía, identidad e • Falta de vínculo afectivo con los
individualidad hijos.
• Flexibilidad y adaptabilidad frente • Subsistema familiar cerrado:
al cambio estilo de dirección autoritario,
• Principios y valores poder unipersonal, límites con
exterior cerrados con intercambio
nulo o escaso, que limita la
diferenciación de sus miembros.

FACTORES DE PROTECCIÓN FACTORES DE RIESGO


• Amplias redes sociales y • Ausencia o escasa pertenencia a
familiares de apoyo. redes sociales y familiares.
• Nivel sociocultural adecuado. • Nivel de escolaridad bajo 8
A nivel social

• Nivel de escolaridad adecuado básico en la mayoría de los


(ambos padres con más de 8 integrantes.
básico) • Mala calidad de la vivienda
• Vivienda adecuada. • Necesidades vitales y recreación
• Integración a subsistemas resueltas parcialmente o de
mayores activamente. manera inadecuada.
• Estabilidad y satisfacción laboral. • Dificultades de acceso a
• Necesidades vitales y de servicios sociales y de salud.
recreación cubiertas.
• Acceso adecuado a servicios
sociales y de salud.
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Bibliografía

Amar, J., Kotliarenco, M. y Abello Llanos, R. (2003). Factores psicosociales asociados


con la resiliencia en niños colombianos víctimas de violencia intrafamiliar. Investigación
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Adue, G., Galindo, A. y Navarro. (2005). Los factores protectores y factores de riesgo
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social. Estud. pedagóg. [online]. vol.31, n.2, pp. 43-55

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Gómez, E.; Muñoz, M. y Haz, A. (2007). Familias Multiproblemáticas y en Riesgo Social:


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Kotliarenco, M., Cáceres, I. y Fontecilla, M. (1997). Estado del Arte de la Resiliencia.


Washington D.C: OPS/OMS.

TEXTO ELABORADO POR EL EQUIPO DOCENTE DE EPIDEMIOLOGÍA Y


GESTIÓN

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