Está en la página 1de 5

UNIVERSIDAD FERMIN TORO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO

Unidad I
INFORME

Participante:
RAYMAR MUJICA
CIV.-25390942

Lara, Marzo 2020

Delimitar las pretensiones y las competencias de la jurisdicción contencioso-administrativa.


Es preciso recordar dos nociones básicas: pretensión procesal y pretensión procesal administrativa.
Por pretensión procesal entendemos “la declaración de voluntad por la que se solicita una actuación
de un órgano jurisdiccional frente a una persona determinada y distinta al autor de la declaración”.
En otras palabras, la pretensión procesal viene a ser lo que se pide en juicio, la petición que se
formula ante un juez para que sea realizada u otorgada por la contraparte.

Partiendo de esa definición general de pretensión, podríamos definir entonces la pretensión procesal
administrativa como “la declaración de voluntad por la que se solicita una actuación de un órgano
jurisdiccional frente a la Administración pública o frente a otro sujeto de Derecho público o privado
que ejerza actividad administrativa”. De allí surge que la pretensión procesal administrativa
constituye el objeto del proceso administrativo.

Así, la pretensión procesal es el objeto del proceso pues en torno a la pretensión giran todos y cada
uno de los acontecimientos del proceso: su iniciación, su instrucción y su decisión. En su inicio, es
fundamental el planteamiento claro de cuál o cuáles son las pretensiones de las partes en juicio; en
su instrucción, el proceso deberá dirigir los alegatos y pruebas de las partes en torno a la
procedencia y comprobación de esa pretensión, y en su decisión, el proceso deberá ajustarse en un
todo al principio de congruencia y, por tanto, el juez contencioso administrativo deberá resolver
sobre todas las cuestiones ni más ni menos que plantearon las partes, pero nunca podrá modificar la
pretensión formulada, pues la sentencia incurriría en el vicio de incongruencia.

Asimismo, siendo la pretensión el objeto del proceso, es evidente que su desaparición sobrevenida o
bien su satisfacción extraprocesal, dará lugar a la extinción del proceso judicial. Ahora bien, ¿por
qué analizar el contencioso administrativo como Derecho Procesal? No ignoramos que
tradicionalmente se ha entendido en nuestro ordenamiento jurídico, siguiendo muy de cerca las
bases del contencioso administrativo francés ajeno, vale destacar, al origen y naturaleza de nuestro
sistema contencioso administrativo, que el objeto del juicio contencioso administrativo es el acto
administrativo, es la actuación administrativa supuestamente lesiva que se impugna, como
anteriormente explicábamos.
No obstante, en nuestra opinión, el contencioso administrativo es Derecho Procesal por dos razones:
En primer lugar, por su carácter judicialista, en el sentido de que, en Venezuela, desde 1830, es
decir, desde nuestra primera Constitución como República independiente y desde el nacimiento
mismo del control jurisdiccional de los Poderes Públicos, el contencioso administrativo ha estado
inserto en el Poder judicial, nunca en el Poder Ejecutivo. Es, por ende, una jurisdicción judicial no
administrativa y por tanto le son aplicables y exigibles todos los principios generales del Derecho
Procesal y del proceso judicial.

En segundo lugar, porque la propia Constitución de 1961, y posteriormente la de 1999, por influjo
directo de la legislación española26, realza la institución de la pretensión procesal como objeto que
caracteriza a los recursos contencioso-administrativos, al establecer enunciativamente las
pretensiones procedentes contra la Administración Pública. Así, el artículo 259 de la Constitución
venezolana de 1999, en idénticos términos a los del artículo 206 de la Constitución de 1961,
reconoce la existencia de una jurisdicción contencioso administrativa y otorga rango constitucional
a dos vertientes de ésta: su vertiente orgánica, cuando hace referencia a los tribunales a los que
corresponde el ejercicio de las competencias contencioso-administrativas; y su vertiente procesal,
cuando hace referencia a las distintas pretensiones que pueden plantear los particulares ante dichos
tribunales: la nulidad de actos administrativos generales y particulares; la condena al pago de sumas
de dinero; la reparación de daños originados en responsabilidad de la Administración; las
reclamaciones por la prestación de servicios públicos y, por último, el restablecimiento de las
situaciones jurídicas lesionadas por la actividad administrativa

Ahora bien ¿cuáles son las pretensiones que pueden plantearse en el contencioso administrativo? En
el marco del proceso administrativo pueden plantearse todas las pretensiones que proceden en
Derecho Procesal: (i) constitutivas, entendidas como aquellas pretensiones mediante las cuales lo
que se pide del órgano jurisdiccional es la creación, modificación o extinción de una situación
jurídico-administrativa, entre las cuales la más destacada en la pretensión de nulidad; (ii) mero
declarativas, que serían aquellas mediante las cuales se pide al juez la declaración de existencia o
inexistencia de una situación jurídica, que en el marco del proceso administrativo se reflejaría en la
pretensión de interpretación de leyes, así como cualquier otra en la que se pretenda una declaración
de voluntad; y (iii) de condena, que han sido definidas, en el contexto contencioso administrativo,
como aquellas mediante las cuales el demandante pide al órgano jurisdiccional que ordene a la
Administración la realización de una determinada conducta, bien sean condenas de hacer frente a
las abstenciones o inactividades de la Administración, condenas de no hacer, frente a vías de hecho
y condenas a dar, por ejemplo condenas al pago de sumas de dinero como consecuencia de la
responsabilidad contractual o extracontractual de la Administración; por último, (iv) pretensiones
ejecutivas, que conllevan una declaración de voluntad dirigida al órgano judicial y formulada frente
al ejecutado, a fin de que realice determinada actuación concreta, para satisfacer un derecho ya
declarado cuya utilidad en el marco del contencioso administrativo sería la posibilidad de ejecución
directa de actos administrativos firmes en sede judicial, aunque no exista en nuestra legislación un
proceso acorde a dicha pretensión.

La procedencia de todas esas pretensiones es posible en el contencioso administrativo, dado el


carácter enunciativo del artículo 259 de la Constitución, y su tramitación deberá realizarse a través
de medios procesales idóneos a la naturaleza de la pretensión, en atención al principio de
efectividad inherente al derecho a la tutela judicial, exigible sin duda en el contencioso
administrativo dado su carácter judicialista, como ya dijimos.

En este sentido es de suma relevancia la sentencia de la Sala Constitucional de 1 de febrero de


2006, caso BOGSIVICA, que es analizada más adelante. En ese caso, se analizó el criterio
tradicional de la jurisprudencia contencioso administrativa y se establece enfáticamente la
necesidad de dar un enfoque procesalista a la justicia administrativa, y que el juez contencioso
administrativo de tutela judicial directa a toda pretensión fundada en Derecho Administrativo, sin
restricción, a través del medio procesal más idóneo para lograr la efectividad de esa tutela

Prerrogativas procesales. Concepto, justificación y tipos.

Las denominadas prerrogativas procesales constituyen un quebrantamiento del principio de


igualdad procesal, ya que el ordenamiento jurídico vigente, establece que las partes en el proceso
tendrán los mismos derechos o facultades, sin privilegios, diferencias ni desigualdades.
Prerrogativa es un término cuyos antecedentes etimológicos se encuentran en la lengua latina, más
precisamente en el vocablo praerogativa. Una prerrogativa es un permiso, un beneficio o una
dispensa que se otorga a una persona respecto a un determinado asunto. La prerrogativa, de este
modo, permite evitar o evadir un cierto límite.

Las prerrogativas, conforme a su definición, son los privilegios, gracias o excepciones que se
conceden a alguien a consecuencia de alguna dignidad, de un cargo, de un empleo o de una
condición particular.

Distinguir órganos y entes que gozan de tales prescripciones. Fundamento jurídico y


jurisprudencial.

Disposiciones constitucionales en el contencioso administrativo.

Criterios jurisprudenciales establecidos en materia contencioso-administrativa.


Ejecución de la sentencia contra la Administración Pública.

http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/REDAV/13/REDAV_2017_13_279-311.pdf

También podría gustarte