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1. DESCRIPCION DE LA GUIA
2. INTRODUCCIÓN
2.2 ¿Cuál crees que es la actividad económica con efectos más desfavorables sobre el medio ambiente?
3. CONCEPTUALIZACIÓN
Servicios ecosistémicos
Desde diversas perspectivas de las ciencias ambientales, la naturaleza no puede ser reducida en términos de
oferta y demanda, pues su importancia va mucho más allá de las necesidades materiales humanas que pueda
satisfacer. No obstante, para la economía ambiental, el concepto de servicios ecosistémicos ha sido muy útil
para expresar y difundir la importancia de la naturaleza en la supervivencia y el desarrollo humano. Así, se ha
logrado respaldo institucional para la creación de áreas protegidas y el impulso de medidas de protección para
esos ecosistemas. Sin embargo, las problemáticas han venido en aumento.
El concepto de servicio ecosistémico es complejo, pues contempla todos los beneficios materiales e
inmateriales que las sociedades obtienen de la naturaleza. Algunas posturas más integradoras consideran los
beneficios que cada ecosistema presta al conjunto del planeta, a los organismos que lo componen y a otros
ecosistemas.
Aunque estos servicios pueden variar según las particularidades de cada ecosistema, suelen agruparse en
cuatro grandes categorías según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO).
Servicios de apoyo: los que garantizan la existencia de los demás servicios, pues ofrecen las
condiciones para hábitat y reproducción de especies y son garantía de biodiversidad.
Agroecosistemas
Los ecosistemas sustentan las actividades y la vida de los seres humanos. Los bienes y servicios que
proporcionan son vitales para el bienestar y el desarrollo socioeconómico hacia el futuro. Sin embargo, las
actividades humanas intervienen afectando la biodiversidad y la capacidad de los ecosistemas para
proporcionar sus bienes.
Desde que los seres humanos domesticaron las plantas y los animales para crear la agricultura y la ganadería,
alteraron las dinámicas de los ecosistemas y aportaron condiciones para el surgimiento de especies y sus
múltiples variantes. Así, constituyeron agroecosistemas, definidos en términos generales como la modificación
de ecosistemas.
No hay un criterio único para delimitar un agroecosistema; puede tratarse de una finca, una parcela, un cultivo,
una unidad campesina o agroindustrial. Su mismo límite biofísico es difuso, pues los efectos de las dinámicas
CÓDIGO:
que dentro del área de explotación agropecuaria se producen entre suelos, plantas, microorganismos, animales
y clima inciden en zonas aparentemente «naturales».
Los agroecosistemas son tanto beneficiarios de servicios ecosistémicos como productores de ellos, siempre y
cuando se eviten prácticas depredadoras, como el abuso de agroquímicos, los monocultivos, el sobrepastoreo,
entre otras.
También, el agroecosistema presta un servicio de regulación, gracias a prácticas adecuadas de cultivo, como el
mantenimiento de tierras en descanso o la rotación; junto al aporte de materia orgánica por descomposición
de material vegetal y excremento animal, que favorece la fertilidad de los suelos. Un buen número de cultivos
actúa como capa protectora del suelo para evitar que el agua y el viento lo desgasten, acelerando procesos de
erosión.
Aunque esta definición podría aplicar a todos los eco- sistemas, en consideración a su relación con centros
densamente poblados, biodiversidad y amenazas de reducción o desaparición, en esta categoría se incluyen los
páramos, los humedales, los manglares y las zonas secas.
Páramos
Son ecosistemas de alta montaña, en condiciones de bajas temperaturas, que se encuentran en los Andes del
norte de Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia. Nuestro país es el que mayor extensión de páramos posee y
aquí es donde se encuentra el páramo de Sumapaz, considerado el más grande del mundo.
Los páramos no poseen las mismas características; algunos tienen vegetación arbustiva, donde su planta
predominante es el frailejón [3]; en otros páramos, se encuentran musgos, suelos desnudos o áreas ocupa- das
por pastos, pajonales y cultivos de papa.
El límite altitudinal inferior de un páramo suele fijarse en los 3000 m. s. n. m., pero puede encontrarse
vegetación de páramo a los 2700 m. s. n. m. La humedad tampoco es un factor homogéneo, pues se calcula
que cerca del 6 % de los páramos colombianos son secos.
Los páramos son de importancia fundamental, porque allí se encuentran nacederos de corrientes de agua
captura de carbono atmosférico y sirven como hábitat de especies en peligro de extinción, como el cóndor y el
oso andino, conocido como el oso de anteojos.
El cambio climático también somete a los ecosistemas de páramo a una gran presión, debido al incremento en
las temperaturas, lo que hace vulnerable a la vegetación, conlleva a su disminución y, por ende, a la
desaparición del hábitat de especies animales.
Con base en las investigaciones del Instituto Humboldt, se define como un bioma caracterizado por una
temperatura promedio anual superior a 17°C, precipitación anual entre los 250 y 2000 mm, con más de cinco
meses de sequía al año, cuando las precipitaciones están por debajo de los 100 mm, y alto endemismo de
especies animales y vegetales que han desarrollado mecanismos de adaptación para enfrentar las condiciones
secas. Su biodiversidad se ve amenazada por la deforestación y el avance de la agricultura y la ganadería. Sin
embargo, solo el 5% de los bosques secos tropicales se encuentra dentro del Sinap.
Humedales
En 1971, la Convención Ramsar, celebrada en la ciudad iraní del mismo nombre, definió los humedales como
«extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean estas de régimen natural
o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las
extensiones de agua marina, cuya profundidad en marea baja no exceda los seis metros».
Esto significa, según la misma convención, que la definición incluye lagos y lagunas, ríos, aguas subterráneas,
pantanos, ciénagas, pastizales húmedos, oasis, estuarios, deltas, manglares y arrecifes coralinos, entre otros.
Los países firmantes de la convención inscriben algunos de sus humedales en la lista de importancia
internacional.
Aunque muchos de los humedales colombianos no son sitios Ramsar, no por ello son menos importantes. Por
tratarse de zonas intermedias entre los medios acuático y terrestre, los humedales son ecosistemas biodiversos
en términos de fauna y vegetación, pues sirven de alojamiento para aves migratorias y para la cría de muchas
especies. Por su baja profundidad, son abastecedores de agua, alimentos y materias primas, sumideros de
carbono, controladores de crecidas, así como de carga y descarga de aguas subterráneas, entre otras
funciones. Su existencia se ve amenazada por la desecación para usos agropecuarios urbanos, la
contaminación, la deforestación y la introducción de especies exóticas.
Manglares
Aunque entran en la definición de humedales de la Convención Ramsar, las entidades ambientales colombianas
los consideran un ecosistema estratégico aparte.
Los manglares son ecosistemas marino-costeros que requieren del intercambio de agua dulce y salada, que se
genera en las desembocaduras de los ríos en mares y océanos. La especie dominante es el mangle, arbusto
leñoso que puede alcanzar hasta los 30 metros de altura.
Es un ecosistema que se caracteriza además por ser una zona de desove y cría de muchas especies marinas, por
lo cual son altamente biodiversos; asimismo, amortiguan la acción de vientos y olas (incluidas las gigantes, que
reciben el nombre de tsunami), y protegen las costas de la erosión. La tala para obtener sus resistentes
maderas y las acciones que cortan el curso de los ríos ponen en peligro a los manglares.
Para medir esas afectaciones, se han creado varios indicadores; uno de ellos es la huella ecológica, que mide la
demanda de recursos de los seres huma- nos en todo el ciclo productivo, en diferentes escalas (consumo
individual, de una empresa o actividad, de una ciudad, de un país, etc.).
El indicador de huella ecológica tiene en cuenta el área necesaria para suplir una necesidad o realizar una
actividad económica y la absorción de sus residuos; también, considera el uso directo e indirecto de recursos
desde el primero hasta el último eslabón de la cadena productiva, con especial atención en el agua. Una de las
formas de expresar el resultado es hectáreas por persona.
Huella hídrica: mide toda la demanda de agua para obtener y consumir un producto, así como para
diluir los contaminantes que genera. Por ejemplo, si queremos conocer el gasto para producir un kilo
de queso, debemos calcular toda el agua que consumieron las vacas que se ordeñaron, más aquella
utilizada en el proceso industrial, en el transporte y en la preparación final en hogares o restaurantes, y
en la eliminación de residuos en todo el proceso. Esta huella suele medirse en litros.
Huella de carbono: mide la cantidad de gases de efecto invernadero que emite directa o indirecta-
mente un individuo, una empresa, un país o un ciclo productivo, lo que significa que mide el con- sumo
total de combustibles fósiles. Por ejemplo, la huella de carbono de un individuo incluye no solo el
combustible utilizado en su medio de transporte diario, sea el medio que sea, sino también el utilizado
para fabricar y transportar sus alimentos y vestuario; en otras palabras, se miden las emisiones de CO,
generadas en todas las actividades económicas de las cuales obtiene sus bienes y servicios. La huella de
carbono se expresa en unidades de carbono equivalente (CO,eq).
4. ACTIVIDADES
1. Escoge un ecosistema de tu entorno geográfico y realiza una lista de los servicios ecosistémicos que
ofrece.
2. ¿Cómo contribuye el Sinap al mantenimiento de los servicios ecosistémicos? ¿Crees que en las áreas
protegidas es posible que se incluyan los agroecosistemas?
3. ¿Qué acciones de los seres humanos impiden que los ecosistemas cumplan funciones de regulación?
Escribe cinco opciones, escoge una y represéntala en una cartelera.
6. ¿Qué ecosistema crees que deba incluirse en los ecosistemas estratégicos de Colombia? ¿Por qué?
7. Realiza un listado de las amenazas y riesgos que tiene cada uno de los ecosistemas estratégicos.
10. Escribe frente a cada afirmación Sí o No según corresponda con la información del tema.
a. A pesar de haber sido originados por los seres humanos, los agroecosistemas también pueden contribuir
al mantenimiento de la biodiversidad. ( )
b. Los páramos son ecosistemas húmedos que se encuentran a más de 3000 m. s. n. m. y tienen
vegetación de frailejones. ( )
c. Los humedales suelen identificarse con pan- tanos, pero la categoría es más amplia. ( )
d. La huella ecológica es un indicador diseñado para que las empresas midan su consumo y reduzcan
costos. ( )
e. En Colombia, cualquier área sin intervención humana directa puede ser declarada dentro del Sinap. ( )
BIBLIOGRAFÍA