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Objetivos
- Conocer el nuevo enfoque de las necesidades educativas especiales en los alumnos
ciegos y deficientes visuales.
- Identificar las conductas diferenciales más relevantes en el aprendizaje de los ciegos
y las necesidades educativas especiales inherentes al mismo.
- Clasificar las diferentes modalidades de adaptaciones curriculares en la población
escolar con ceguera o deficiencia visual.
- Aplicar las orientaciones básicas de intervención didáctica en lo referido al
aprendizaje de las áreas curriculares, desde una óptica de adaptación a las
características visuales de los alumnos.
- Conocer los principales programas educativos que son objeto de especial atención
en esta población escolar.
- Sensibilizarse ante el tratamiento a la diversidad que debe presidir la educación de
las personas privadas de visión.
Índice
12. La intervención psicopedagógica en el alumnado con ceguera o deficiencia visual.
Introducción
12.1. Adaptaciones curriculares individualizadas en el alumnado ciego o deficiente
visual.
12.1.1. Las adaptaciones de acceso al currículo.
12.1.2. Adaptaciones en los elementos básicos del diseño curricular
12.1.3. Adaptaciones curriculares significativas
12.1.4. Las áreas funcionales como currículo específico
12.1.5. El proceso de elaboración de la adaptación curricular
12.2 Bibliografía
12.3. Glosario
Introducción
Se abordan en este capítulo las necesidades educativas especiales, que presentan los
alumnos privados de visión o con deficiencia visual, así como las líneas educativas generales
que caracterizan la intervención psicopedagógica en esta población.
Este tema está extraído del capítulo XVI “El acceso al curriculum. Adaptaciones
curriculares” de Gómez, V.; Martín, J. y Sánchez, J.P., del libro "Deficiencia visual: aspectos
psicoevolutivos y educativos" cuyo coordinador es Bautista, R. (1994), de Ediciones Aljibe.
Asimismo, del capítulo V titulado "Las necesidades educativas especiales de los alumnos
ciegos y deficientes visuales e intervención psicopedagógica” cuyo autor es Vallés Arándiga,
A, que se encuentra en el libro "Aspectos evolutivos y educativos de la deficiencia visual" de
Checa, F; Marcos, M; Martín, P; Nuñez, A. y Vallés Arándiga (1999), de la colección
Manuales editado por la ONCE.
«la adaptación curricular se plantea como un currículo escrito que se adapta a cada
alumno y se implementa interdisciplinariamente de acuerdo con una previa
identificación o valoración de las capacidades, estableciendo las metas y objetivos,
además de delimitar los servicios especiales necesarios, orientar la forma de
escolarización más adecuada y procurar los procedimientos de evaluación,
seguimiento y control del alumno» (Jurado, 1998, p. 238).
Están referidas a las adecuaciones que deberán realizarse en los elementos que
faciliten el acceso de los alumnos ciegos y deficientes visuales al currículo.
Estas adaptaciones exigen realizar cambios de carácter organizativo para que los
alumnos tengan acceso al proceso de enseñanza/aprendizaje en condiciones adecuadas y de
acuerdo con el principio de compensación de la dificultad que le impide dicho acceso. Como
elementos de adaptación para el alumnado que presenta necesidades educativas especiales
derivadas de la pérdida total o parcial de la visión encontramos las siguientes:
minusvalía visual. Se pretende con ello dar la respuesta educativa más adaptada posible
(Garrido y Santana, 1993).
En este sentido las adaptaciones que se pueden realizar son las siguientes.
b) El puesto escolar que ocupa el alumno ciego o deficiente visual debe ser
suficientemente espacioso para que pueda dar cabida a aquellos materiales didácticos y de
recursos técnicos que pueda emplear en el desarrollo habitual de la clase. Tal es el caso de un
mayor número de volúmenes de libros en braille, del uso del Braille'n Speak, atril, ayudas
ópticas, etc., elementos que se añaden a los recursos habituales que emplean los compañeros y
compañeras sin dificultades visuales.
f) Previsión de espacios donde el alumno ciego o deficiente visual vaya a recibir algún
apoyo. La atención educativa especializada, por parte de los profesionales de la educación de
personas ciegas, puede realizarse en el seno de la propia aula (la clase ordinaria en donde se
desarrollan las actividades), en otros espacios didácticos habituales (laboratorio, biblioteca,
etc.) o en una dependencia física diferente a las anteriores y en donde se pueda prestar una
atención personalizada en las materias específicas que requiera el alumno ciego, de acuerdo
con sus necesidades educativas. Vaya por caso, que un alumno se encuentre en pleno proceso
de cambio del código visual al código braille y requiera de dicho espacio de apoyo para una
mejor tutorización durante el tiempo que el profesional especializado le dedique a su
aprendizaje.
1. Alumnos ciegos
a) Táctiles
- libros braille;
- instrumentos de dibujo: regla, compás
- máquina de escribir Perkins;
- ábaco;
- caja de aritmética;
- equipo de dibujo de líneas en relieve (Sewell);
- papel especial;
- gráficos táctiles;
- material de apoyo: mapas, maquetas...
- otros materiales adaptados: balones sonoros, material de laboratorio, juegos de
cartas, ajedrez, domino...
b) Auditivos
- libro hablado (magnetófono de 4 pistas);
- voz sintética (Braille 'n Speak, comprimida, acelerada);
- calculadora, relojes. ..parlantes:
- lectores ópticos (reproducción en voz sintética).
c) Mixtos (táctiles y auditivos) .
- Braille'n Speak;
- PC hablado.
2. Alumnos con resto visual
- macrotipos;
- ayudas ópticas flexo, atril, gafas, lupas...
- luz adecuada (lámpara de intensidad regulable, luz natural. .)
- medios adaptados a su tipo de escritura: papel pautado, líneas resaltadas...
- material tiflotecnológico aconsejado;
- material fotocopiado con suficiente contraste.
(variables gráficas)
- espaciamiento de las palabras;
- contraste de las letras;
- color y calidad del papel;
- saturación gráfica de la página;
- marcadores o ventanas de lectura.
12.1.2. Adaptaciones en los elementos básicos del diseño curricular
¿Qué enseñar y evaluar?, ¿cómo enseñar y evaluar? y ¿cuándo enseñar y evaluar? Las
respuestas proporcionan la guía necesaria para elaborar las adaptaciones curriculares
individualizadas.
a) Clases de adaptaciones
A) De carácter general
1. En el cómo enseñar
-agrupamiento de alumnos: ubicación del alumno ciego en un determinado
grupo
-verbalización de los procesos gráficos empleados en la pizarra u otro material
impreso
descripción de objetos
palpación de objetos y materiales
reiterar explicaciones, instrucciones
-aclarar términos empleando sinónimos
-eliminar actividades en las que el alumno no se beneficie (por ejemplo trabajos
sobre el color, con un alumno ciego).
2. En el cómo evaluar.
Constituyen, más bien, las orientaciones o pautas didácticas de actuación del profesor
con respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje para lograr la máxima adecuación a las
características sensoriales de los alumnos ciegos o deficientes visuales.
- Emplear modelos anatómicos para que, a través del tacto, se puedan percibir las
partes.
- Utilización de mapas en relieve con adaptación de los signos convencionales para su
correcta ubicación en los mismos.
- En el caso de los alumnos con deficiencia visual la utilización de los mapas exigirá
una ampliación del tamaño y la eliminación de aquellos elementos gráficos que
pudieran entorpecer la visión de aspectos más importantes o relevantes. Asimismo,
debe lograrse un buen contraste visual con respecto al fondo.
- Los objetos de observación (animales y plantas) deben presentarse, cuando ello sea
posible, en vivo o en su defecto, en relieve o en figuras.
Área de matemáticas
- Los alumnos ciegos manifiestan un retraso con respecto a los videntes en cuanto a
las destrezas de cálculo (Nolan, 1966), por lo que, en términos generales, deberá
tenerse en cuenta el ritmo de aprendizaje que es más ralentizado.
- Emplear el material para gráficas. Equipo de dibujo de líneas en relieve.
- Emplear el transportador braille para enseñar el concepto de medición de los grados
en un ángulo.
- Para otro tipo de medidas emplear las diferentes formas adaptadas de reglas,
termómetros, balanzas y cronómetros.
- Uso del ábaco para el aprendizaje del cálculo (Ábaco Craumer modificado: diseñado
con un respaldo de modo que los números no se «borren» si se inclina el
instrumento).
- Uso de la calculadora parlante (voz sintética).
Área de lengua castellana y literatura
- En general los alumnos ciegos y deficientes visuales aprenden con relativa
normalidad todos aquellos contenidos del área que hacen referencia a la
comprensión ya la expresión oral y escrita.
- Establecer la relación entre la palabra (concepto) y los aspectos auditivos y táctiles
que contenga (constituye la base del aprendizaje).
- Detectar qué entiende el alumno ciego en cada palabra, cuál es el contenido. Se trata
de llenar de contenido los verbalismos, asociando los conocimientos verbales al
conocimiento perceptivo.
- En situaciones de comunicación oral: presentarse, decir cuántos miembros
componen el grupo, dónde está situado cada uno...
- Referenciar el vocabulario visual de: esto, eso, aquello. ..
- El cómo aprende el código braille ya constituye una adaptación metodológica en la
comunicación escrita. Evitar la presentación contigua de aquellos signos que puedan
ser confundidos entre ellos: f-d-h-j; i-e.
- Uso del Braille'n Speak en los niveles de la Educación Secundaria Obligatoria e
incluso en los últimos cursos de la Educación Primaria como recurso técnico de
acceso al currículo que le facilitará la comunicación lectoescrita.
Capítulo 12. La intervención psicopedagógica en el alumnado 10
De acuerdo con estas especificaciones, los alumnos ciegos y deficientes visuales que
presentan deficiencias concurrentes con la visual (psíquicas, motóricas, trastornos de
personalidad, sordera...) necesitan de un currículo adaptado a sus necesidades educativas que
se aparta significativamente en muchos de los casos y de acuerdo con la evaluación o
identificación de aquéllas. Así por ejemplo, el currículo ordinario adquiere tal nivel de
modificación en algunas de las áreas que llega a constituirse como currículo básico
(Educación Básica Obligatoria, EBO) cuyo contenido, fundamentalmente gira en torno a
lograr la máxima autonomía personal y a instaurar sistemas alternativos de comunicación, por
ejemplo.
Los alumnos ciegos y deficientes visuales por su condición de minusvalía visual deben
aprender determinados contenidos y destrezas que se enmarcan en un corpus denominado
habilidades de autonomía personal cuyo contenido incluye los requisitos motores (control
motor grueso y fino) y los requisitos cognitivos (conceptos corporales, espaciales de
superficies, de magnitud y medioambientales) que le son necesarios al sujeto para desarrollar
sus habilidades de autonomía personal.
a) Orientación y movilidad
-Localización, discriminación e identificación de sonidos.
-Conceptos básicos espaciales y temporales.
-Movilidad en interiores.
-«Trailing».
-Movilidad en exteriores.
-Uso de puntos de referencia.
-Uso de claves sensoriales.
-Habilidades motoras gruesas: equilibrio, memoria muscular, cinestésica...
-Adiestramiento multisensorial.
-Corrección de posturas.
b) Habilidades de la vida diaria
-Hábitos de vestido.
-Higiene personal.
-Comida.
2. Estimulación visual
I -Métodos: Barraga, Mira y Piensa, PROPV, Frostig, etc.
coordinación visomotora
discriminación figura-fondo
constancia de la forma
posiciones en el espacio
relaciones espaciales
otros (de acuerdo con el programa de estimulación utilizado).
Estos aspectos o contenidos mencionados están ya recogidos, de algún modo, en los
Diseños Curriculares de la Educación Infantil y de la Educación Primaria, pero de un modo
global o general. Sin embargo, se revelan como una necesidad educativa especial de primera
magnitud y prioridad en las personas ciegas, por lo que se constituyen en materia funcional
básica para los alumnos ciegos o deficientes visuales. Sus contenidos tienen un carácter más
molecular y analítico (una profundización de estos aspectos puede verse en los capítulos
correspondientes de este mismo manual).
a) Información acerca de la historia personal del alumno Incluye todos los datos que
hagan referencia a:
-escolarización previa
-aspectos relevantes personales, clínicos y educativos, tales como las relaciones
afectivas con la familia, la atención temprana recibida por el alumno ciego, el
grado de integración en el aula, el grado de autonomía personal, etc.
-la provisión de los servicios fuera del contexto escolar. Es el caso del alumno
que esté recibiendo o haya recibido atención especializada en alguna de las áreas
funcionales (habilidades de autonomía personal, estimulación visual...), así como
de otras complementarias no específicamente referidas al ámbito tiflológico
(fisioterapia, logopedia, etc.).
b) Evaluación de la competencia curricular
Supone el establecimiento del nivel que alcanza el alumno ciego o deficiente visual
con respecto al currículo ordinario que esté cursando en el momento de la evaluación. Ello
exige adoptar una perspectiva evaluadora eminentemente centrada en cada una de las áreas
del currículo, mediante el uso de sus elementos que lo componen: criterios de evaluación y
objetivos, fundamentalmente. No obstante, la evaluación psicopedagógica en otros aspectos
(aptitudes, actitudes, procesos psicológicos, etc.) es complementaria a este nuevo enfoque.
C) Estilo de aprendizaje
Constituye una de las fases que identifica cómo aprende el alumno ciego o deficiente
visual. Ello exige evaluar el denominado «estilo» que, de acuerdo con la orientación o modelo
teórico que adoptemos, nos ofrecerá mayor o menor cantidad de datos. Así por ejemplo,
Martínez y Calvo, (1997) proponen tener en cuenta las siguientes variables:
1) Variables de la tarea
-Forma de presentar la información. Explicación verbal, gráfica, kinestésica, etc.
-Tipos de tareas: mecánicas, perceptivas, manipulativas, lectoras, etc.
-Tipos de respuestas demandadas: gráficas, verbales, kinestésicas, etc.
2) Estilo cognitivo
-Ante la presentación de los estímulos (focalización y mantenimiento de la
atención).
-Ante la resolución de la tarea.
3) Variables motivacionales
- Referidas al interés por las tareas y el grado de dificultad de éstas.
4) Variables sociales.
Colaboración, participación, relaciones interpersonales, etc.
contexto familiar que puedan ser de interés en la elaboración del ACI. Tal es el caso del grado
de autonomía familiar, la comunicación, el juego y tiempo libre, las pautas educativas, las
actitudes y expectativas de los padres con respecto a las adquisiciones o logros escolares del
hijo ciego o deficiente visual, grado de colaboración que muestran con las actividades del
centro escolar etc.
f) Propuesta de adaptaciones
Esta fase está constituida por la propia clasificación de ACls (véase la clasificación en
las páginas precedentes), es decir, ACI de acceso al currículo, de adaptación en los elementos
básicos, adaptaciones significativas o introducción de contenidos específicos (áreas
funcionales de habilidades de autonomía personal y/o estimulación visual).
En todas ellas deberán especificarse las respuestas concretas a las cuestiones básicas
como: ¿cómo enseñar y evaluar? ¿qué objetivos se deben programar? y las implicaciones que
la ACI tendrá en la programación ordinaria del grupo-clase en donde esté integrado el alumno
ciego o deficiente visual (en el caso de que sea ésta la modalidad educativa de escolarización
del alumno).
g) Modalidad de apoyo
h) Colaboración de la familia
12.2 Bibliografía
GARCÍA RUBIO, J.L. (1998). Signografía Braille utilizada en el mundo. CRE de Alicante:
ONCE.
Capítulo 12. La intervención psicopedagógica en el alumnado 14
HILLL, E. y PONDER, P. (1976). Orientacion and movility techniques: a guide for the
practitioner. New York: American Foundation for the blind.
JONSON, D.J. y JOHSON, J.A. (1991). Using Short-Derm grup counselling with visually
impaired adolescents. Journal of visual impairment and blindness, 85 (4), pp. 166-
170.
NOLAN, C.Y. (1966). Reading and listening in learning by the blind. Progress report.
Louisvilllle, American Printing House for the Blind.
12.3. Glosario