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Son aquellos que tienen por objeto ventilar y decidir las controversias que se deriven de los
actos comerciales.
El procedimiento mercantil preferente a todos es el que libremente convengan las partes con
las limitaciones que se señalan en el Capítulo I del Título I del Código de Comercio, pudiendo
ser un procedimiento convencional ante Tribunales o un procedimiento arbitral.
Procedimiento Convencional.
Los tribunales se sujetarán al procedimiento convencional que las partes hubieren pactado
siempre que el mismo se hubiere formalizado en escritura pública, póliza ante corredor o ante
el juez que conozca de la demanda en cualquier estado del juicio, y se respeten las
formalidades esenciales del procedimiento.
Los juicios mercantiles, son ordinarios, orales, ejecutivos o los especiales que se encuentren
regulados por cualquier ley de índole comercial.
Todas las contiendas entre partes que no tengan señalada tramitación especial en las leyes
mercantiles, se ventilarán en juicio ordinario, siempre que sean susceptibles de apelación.
También se tramitarán en este juicio, a elección del demandado, las contiendas en las que se
oponga la excepción de quita o pago.
Presentación de la demanda, debiendo acompañar los documentos en los que el actor funde
su acción. Los documentos que habrán de servirle para demostrar su acción, si los tiene a su
disposición. En caso de que el actor no tuviera en su poder las documentales que habrán de
servirle como prueba, debe acreditar en la demanda que ha solicitado su expedición, con copia
simple sellada por el archivo, protocolo o dependencia en donde obren los originales. Si el
actor no tuviera a su disposición los documentos lo hará así saber al juez, declarando bajo
protesta de decir verdad no poderlos presentar para que el juez ordene su expedición a costa
del interesado. La prueba documental debe presentarse u ofrecerse en el escrito de demanda
puesto que de lo contrario no será admitida, salvo que se trate de pruebas superveniente
Contestación de la demanda, que se deberá producir dentro del término de quince días
contados a partir del emplazamiento. En caso de proponer reconvención, se notificará
personalmente al actor para conteste en un plazo de nueve días.
Se apertura el juicio a pruebas, por el término de cuarenta días, siendo los diez primeros días
para su ofrecimiento y los treinta siguientes para el desahogo de las probanzas admitidas.
Las pruebas deberán desahogarse dentro de los términos y prórrogas que se autorizan y
aquellas que no se logren concluir serán a perjuicio de las partes, sin que el juez pueda
prorrogar los plazos si la ley no se lo permite.
En los juicios ordinarios mercantiles el juez tiene la facultad discrecional de abrir el juicio a
prueba. Así como para cuantificar los días que le corresponden a ese periodo probatorio,
concediéndole un término en misma proporción para el ofrecimiento de prueba y otro para el
desahogo, esto es de una proporción de tres a uno. (Tres partes para su desahogo y una para
su ofrecimiento).
La prórroga del término ordinario de prueba será hasta por 20 días, si solo una de las partes lo
solicita, y si ambas partes estuvieren conformes en la prorroga se concederá por todo el plazo
que convengan, no pudiendo exceder del término de 90 días.
Una vez concluido el periodo de pruebas, dentro de los tres días siguientes las partes
formularan sus alegatos.
Una vez concluido el periodo de alegatos, se citará el negocio para oír sentencia, la cual se
pronunciará dentro del término de quince días.
Los Juicios Orales mercantiles proceden en aquellos casos que no tengan señalado trámite
especial en el Código de Comercio ni en ninguna otra ley mercantil, y sin limite de cuantía.
Formalidades Procesales:
Fase escrita.
Demanda.
Contestación a la demanda.
Reconvención.
Contestación a la Reconvención.
Fase Oral
Audiencia Preliminar.
Audiencia de Juicio.